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Pueblos Indígenas

Los pueblos indígenas de las Américas son grupos culturalmente diferenciados que
mantienen  un vínculo ancestral con las tierras en las que viven, o en las que desean vivir.

En la Organización de los Estados Americanos, la temática indígena ha sido objeto de


múltiples resoluciones de la Asamblea General, que durante los últimos años se ha
pronunciado en favor de la adopción del Proyecto de Declaración Americana sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas.

Diversas áreas de la Organización realizan proyectos específicos que buscan promover la


protección, el bienestar y el desarrollo de pueblos y comunidades indígenas de nuestro
hemisferio. Del mismo modo, las Cumbres de las Américas y los órganos del sistema
interamericano de derechos humanos desempeñan un papel fundamental y realizan
constantes esfuerzos por la defensa y promoción de los derechos de los pueblos indígenas.

Aprovechamiento de los recursos naturales por los indigenas


amaricandos
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• 4 EL uso DE LOS RECURSOS


Con la práctica de la caza, la pesca y la recolección, los
primeros pobladores de nuestro territorio utilizaron los recursos
que les propiciaba la naturaleza. Probablemente la subsistencia
en el interior del territorio requirió de los grupos indígenas el
conocimiento de los ciclos biológicos de los recursos vegetales,
para disponer de frutas semillas y granos, además de suelos
fértiles.
• DEL APROVECHAMIENTO DEL AGUA
El agua fue el principal recurso natural para los grupos
indígenas que poblaron el territorio) venezolano. Por ello, sus
aldeas se localizaron casi siempre en la cercanía de fuentes
naturales de agua dulce, como ríos, lagos y lagunas, que
aseguraban este líquido) indispensable para la vida. En …ver
más…

El barro se utilizó en la elaboración de vasijas, ídolos y otros


objetos. Igualmente, fue aprovechado para la construcción de
casas de bahareque. Algunas comunidades lograron extraer del
suelo minerales como la sal, que fue de suma importancia, y el
oro, que usaban como adorno sin valor de cambio.
• EL APROVECHAMIENTO DE LA VEGETACIÓN
La vegetación tropical de los bosques y sabanas ofreció a las
comunidades indigenas una fuente casi inagotable de recursos y
materiales que les permitió sobrevivir a pesar del escaso
desarrollo tecnológico que tenían. Los árboles proporcionaron
frutos comestibles y fibras para la fabricación de tejidos, cestas,
redes y cuerdas, y para la elaboración de hamacas; además de
la madera necesaria para la construcción de viviendas,
embarcaciones y utensilios de trabajo.
En los bosques y selvas, los indígenas practicaron la tala
limitada para construir sus aldeas y ampliar las áreas de cultivo.
Sin embargo, esta practica nunca puso en peligro el equilibrio de
la vida vegetal, pues la deforestación sólo se hacía para
satisfacer las necesidades inmediatas de la comunidad. En las
sabanas, las comunidades indigenas aprovecharon la gran
variedad de hierbas tanto para el uso
La esclavitud indígena

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La esclavización de indígenas en el continente americano se remonta al


pasado remoto. Sabemos que zapotecas, mayas, aztecas y muchos otros
grupos capturaban prisioneros para sacrificarlos y tenían esclavos.  Con el
arribo de los europeos después de 1492, estas prácticas—que hasta entonces
se había dado en estos contextos culturales específicos—se comercializaron y
expandieron por todo el continente.

Los primeros exploradores europeos en el Nuevo Mundo iniciaron este


proceso de transformación de las prácticas esclavistas precolombinas. De
hecho, la primera actividad comercial de Cristóbal Colón consistió en enviar a
Europa cuatro carabelas con una remesa de 550 esclavos indígenas para
subastarlos en los mercados del Mediterráneo (donde uno podía encontrar
esclavos guanches, africanos, del medio oriente, y de otras regiones de Asia). 
Muchos otros siguieron los pasos del Almirante de la Mar Océano. Ingleses,
franceses, holandeses y portugueses jugaron un papel fundamental en la trata
de esclavos indígenas en varias partes del continente americano. Sin embargo,
en virtud de sus amplias y densamente pobladas colonias, Castilla se convirtió
en el poder esclavista dominante. Castilla fue para la trata de esclavos
indígenas lo que Portugal e Inglaterra fueron para los esclavos africanos.

Irónicamente, Castilla fue también el primer poder imperial que discutió y


reconoció los derechos fundamentales de los indígenas cuando a inicios del
siglo XVI prohibió la esclavitud de los indígenas salvo en casos
extraordinarios, y después de 1542, con la promulgación de las llamadas
Leyes Nuevas, sin excepción alguna. A diferencia de la esclavitud africana
que fue legal durante siglos, la esclavitud de indios existió contra la ley. Sin
embargo, esta prohibición categórica a partir de 1542 no detuvo a
generaciones de conquistadores y colonos, cuyas actividades económicas
dependían de la mano de obra forzada indígena, y acabaron esclavizando a
pueblos nativos desde Alaska y Canadá hasta Patagonia, y desde las Islas
Canarias hasta las Filipinas; y el hecho de que esta otra esclavitud se realizara
clandestinamente la hizo aún más artera. Es una historia de buenas intenciones
que acabó muy mal.

¿Cuántos esclavos indígenas pudo haber en América desde la llegada de


Colón? La historia tradicional tiende a considerar al fenómeno de la esclavitud
de indios como algo más bien marginal. Incluso si en los primeros años de la
conquista esta práctica hubiese florecido, ésta debió decaer profundamente
una vez que los esclavos africanos y los trabajadores asalariados estuvieron
disponibles en cantidades suficientes. La interpretación más tradicional es que
la verdadera historia de la explotación en el Nuevo Mundo giró en torno de los
12.5 millones de africanos traídos del otro lado del Atlántico.  La evidencia
acumulada y las numerosísimas investigaciones al respecto nos dejan un
panorama muy claro. 

La esclavitud de indios es algo mucho más nebuloso.  Ya que tal práctica


estaba terminantemente prohibida, las víctimas de este sistema laboraban—
literalmente—en rincones oscuros y a puerta cerrada, todo lo cual nos da la
impresión de que fueron mucho menos de los que en realidad hubo. Como los
esclavos indígenas no tenían que cruzar el Atlántico, no aparecen en las listas
de los barcos ni en registros portuarios. No obstante, pese a la naturaleza
clandestina e invisible de la esclavitud de indígenas y a la imposibilidad de
contarlos con exactitud, poseemos abundantes rastros documentales.
Historiadores que han investigado todas las regiones del Nuevo Mundo han
encontrado evidencia del tráfico de indígenas en procedimientos judiciales,
reportes gubernamentales y en menciones casuales sobre redadas y capturas
de indígenas en cartas y diversos documentos. Considerados de manera
aislada, un par de cientos de indígenas tomados como esclavos por aquí y por
allá no parecen sumar mucho, pero una vez que tomamos en cuenta el alcance
geográfico de este tráfico y el periodo cronológico completo en que esto
ocurrió, el número de esclavos indígenas es notable. Si sumáramos todos los
esclavos indígenas del Nuevo Mundo desde la llegada de Colón hasta finales
del siglo XIX, la cifra puede rondar entre los 2.5 y 5 millones de esclavos.

Más allá de las cifras, hay que tener presente las características únicas de la
esclavitud de indios. Por ejemplo, a diferencia de los esclavos africanos que
fueron en su mayoría varones adultos, los esclavos indígenas consistieron de
mujeres y niños en gran proporción.  Los precios que se pagaron por distintos
grupos nos dan algunos indicios.  En regiones tan diversas como el sur de
Chile, el norte de México, y el Caribe, los dueños de indios estaban dispuestos
a pagar hasta un cincuenta o un sesenta por ciento más por las mujeres y los
niños que por los varones adultos. ¿Cómo podemos explicar estas diferencias
de precio tan marcadas? Desde luego que la explotación sexual y las
habilidades reproductivas de las mujeres son parte de la respuesta. En este
sentido, la esclavitud indígena es un claro antecedente del tráfico sexual que
ocurre hoy. Pero también había otras razones. En las sociedades nómadas, los
hombres se dedicaban a actividades menos útiles para los colonizadores
europeos, como la pesca y la caza, que las de las mujeres, cuyos roles
tradicionales incluían tejer, la recolección de comida y el cuidado de los niños.
Algunas fuentes también revelan que las mujeres eran preferidas para el
servicio doméstico ya que se les consideraba más dóciles y menos peligrosas
que los hombres. Y así como los amos querían mujeres, también preferían a
los niños. Los niños eran más adaptables que los adultos, aprendían idiomas
con más facilidad, y con el paso del tiempo hasta podían llegar a identificarse
con sus captores. En efecto, uno de los aspectos más sorprendentes de esta
forma de servidumbre es que los esclavos indígenas podían, eventualmente,
llegar a formar parte de la sociedad dominante. A diferencia de la esclavitud
africana, una institución legal heredada de generación en generación, los
esclavos indígenas podían convertirse en sirvientes y, con algo de suerte,
adquirir un poco de independencia y alcanzar un nivel más alto dentro de la
sociedad en el transcurso de una sola generación.

Otro hecho interesante sobre el tráfico de indios tiene que ver con la
participación de los indígenas mismos. Como vimos, antes de la llegada de los
europeos, los indígenas practicaban varias formas de cautiverio y esclavitud.
Al arribo de los europeos, ellos comenzaron ofrecer con naturalidad cautivos a
los recién llegados. Al principio, los indígenas tenían roles subordinados
dentro de las nuevas redes regionales de esclavitud, donde fungían como
guías, informantes, intermediarios, guardias y en ocasiones hasta socios
menores, por lo general dependientes de los mercados de esclavos creados y
controlados por europeos. Éstos últimos tenían gran ventaja pues contaban
con una tecnología bélica más desarrollada—específicamente los caballos y
las armas de fuego—lo que les permitía someter a los pueblos indígenas sin
grandes dificultades. Sin embargo, lo que comenzó como un negocio
controlado por europeos, al paso del tiempo pasó a manos de los propios
indígenas. A medida que ellos comenzaron a adquirir caballos y armas, se
convirtieron en proveedores independientes de esclavos. Poderosas sociedades
ecuestres llegaron a dominar la mayoría de las rutas del tráfico en los siglos
XVIII y XIX. Por ejemplo, en el norte de México y lo que ahora es el suroeste
de los Estados Unidos, los pueblos comanches y yutas llegaron a ser
proveedores regionales de esclavos, abasteciendo a otros pueblos indígenas,
así como a españoles, ingleses, franceses, y más tarde a mexicanos y
estadounidenses. Los apaches, quienes en un principio habían sido de las
víctimas más afectadas por la esclavitud, se volvieron exitosos esclavistas. En
tiempos de la colonia, los apaches habían sido cazados, encadenados y
enviados a las minas de plata de Chihuahua. Pero cuando el poder español
comenzó a desmoronarse en la segunda década del siglo XIX y la economía
minera comenzó a decaer, los apaches encararon a sus antiguos amos.
Atacaron a comunidades mexicanas, tomaron cautivos y los vendieron en
Estados Unidos.

Tan persistente y extensa fue la esclavitud indígena que terminar con ella
resultó casi imposible. La Corona española prohibió cualquier forma de
esclavitud indígena en 1542, pero el tráfico se mantuvo. Más de un siglo
después, la monarquía española lanzó una campaña dentro de todo su imperio
para liberar a todos los esclavos indígenas. Pero esta precoz cruzada
abolicionista de fines del siglo XVII no fue suficiente para llegar a esa meta
que resultaba cada vez más inalcanzable. Durante el proceso de independencia
a principios del siglo XIX, México prohibió toda forma de esclavitud y
extendió la ciudadanía a los indígenas que vivían en el territorio nacional.
Pero aun así la esclavitud persistió. Uno de los aspectos más relevantes de esta
otra esclavitud es que, al nunca ser reconocida legalmente, tampoco se le
derogó formalmente, como sí se hizo con la esclavitud africana. Después de la
Guerra de Secesión de Estados Unidos, el Congreso de ese país promulgó la
Decimotercera Enmienda a la Constitución, que prohíbe la “esclavitud” y
“servidumbre involuntaria.” Aunque la inclusión de este último término abría
la posibilidad de liberar a todos los indígenas sometidos, la Corte Suprema de
Estados Unidos optó por una interpretación muy restringida de las
Decimotercera y Decimocuarta Enmiendas que terminaron haciendo
referencia exclusivamente a los afroamericanos y en lo general excluyó a los
indígenas. La esclavitud de indios continuó hasta finales del siglo XIX y en
algunas áreas remotas hasta bien entrado el siglo XX. Disfrazado como
peonaje obligatorio por deudas, que extendía los límites del trabajo aceptado e
incluso se hacía pasar por trabajo legal, esta otra esclavitud fue el antecedente
directo de las formas de esclavitud que aún se practican hoy.

Las formas de trabajo indígena eran: mita, encomienda y yanaconazgo. Para ellos la


mita era el trabajo de los indios en las minas, encomienda era el trabajo en agricultura
y ganadería y por último, yanaconazgo era el trabajo de los indios rebeldes. Por la
mita, la encomienda y el yanaconazgo había violencia

Respuesta:
La Guerra de independencia de Venezuela fue un conflicto armado
librado entre los años 1810 y 1823 por las fuerzas republicanas de
Venezuela contra el dominio español para obtener la independencia
del país. La guerra de independencia sellaría definitivamente la
independencia en Venezuela de España y tendría grandes
repercusiones en los demás movimientos independentistas de
América del Sur y otros.
Explicación:
desarrollo:
La guerra de independencia de Venezuela fue el más reñido de los
conflictos por la emancipación de América, siendo uno de los más
costosos para la nación en todos los sentidos. El territorio venezolano
cambió varias veces de mano, las batallas independentistas contaron
en los primeros años del conflicto con un escaso apoyo popular
producto del odio de las clases bajas al predominio de los mantuanos.
En los trece años que duró solo hubo unos cinco meses de paz
generalizada en el país, producto del Tratado de Armisticio y
Regularización de la Guerra de 1820
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