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Funciones del Sistema Inmunológico:

El Sistema Inmunológico tiene 2 principales funciones: 1) reconocer sustancias (también llamadas antígenos)
extrañas al cuerpo y 2) reaccionar en contra de ellas. Estas sustancias (o antígenos) pueden ser micro-
organismos que causan enfermedades infecciosas, órganos o tejidos transplantados de otro individuo, o hasta
tumores en nuestro cuerpo. El adecuado funcionamiento del Sistema Inmunológico provee protección contra
enfermedades infecciosas, es responsable de rechazar órganos transplantados, y puede proteger a una
persona del cáncer.

Una de las funciones más importantes del Sistema Inmunológico es la protección contra enfermedades
infecciosas.

El cuerpo está en constante reto por una gran variedad de micro-organismos infecciosos como bacterias, virus
y hongos. Estos micro-organismos pueden provocar una variedad de infecciones, algunas relativamente
comunes y normalmente no muy serias, y otras menos comunes y más serias.

Por ejemplo, una persona en promedio tiene algunas infecciones de "gripe" cada año provocadas por una
gran variedad de virus respiratorios. Otros virus pueden provocar infecciones más serias en el hígado
(hepatitis) o infecciones en el cerebro (encefalitis).

Las infecciones por bacterias más comunes son entre otras, "streptococo" en la garganta, infecciones de la
piel (impetigo) e infecciones en el oído (otitis). En algunas ocasiones una infección por una bacteria puede ser
muy seria como cuando afecta la cubierta del cerebro (meningitis) o cuando afecta los huesos (osteomelitis).

Cualquiera que sea la infección, ya sea causada por una bacteria, virus u hongo, si es relativamente
inofensiva o relativamente seria, si es en la piel, en la garganta, en los pulmones o en el cerebro, el Sistema
Inmunológico es el responsable de defender a esta persona contra el micro-organismo invasor.

Un Sistema Inmunológico normal brinda la habilidad de matar al micro-organismo invasor, limitar el área
afectada y por último brindar la recuperación.

Un Sistema Inmunológico anormal no puede matar a los micro-organismos. La infección se puede distribuir y
si no es tratado puede morir. Por lo tanto pacientes con un Sistema Inmunológico defectuoso comúnmente
son susceptibles a infecciones y esto se convierte en su mayor problema.

En algunas personas las infecciones pueden ocurrir no muy seguido y sin consecuencia. En otros, las
infecciones pueden ser muy seguidas, y con consecuencias, o provocadas por un micro-organismo inusual.

Localización del Sistema Inmunológico


.
Como todas las partes del cuerpo tienen que estar protegidas contra micro-organismos u otros materiales
extraños, el Sistema Inmunológico se encuentra y tiene acceso en todas las partes del cuerpo. Sin embargo
los componentes más importantes del Sistema Inmunológico están concentrados en la sangre, timo, huesos,
anginas, ganglios, médula ósea, baso, pulmones, hígado y los intestinos.

Cuando una infección empieza en un lugar que solamente tiene unos cuantos componentes del Sistema
Inmunológico, como la piel, se mandan señales por el cuerpo para llamar a grandes cantidades de células al
sitio de la infección.

Componentes del Sistema Inmunológico


.
El Sistema Inmunológico está compuesto de distintos tipos de células y proteínas. Cada componente tiene
una tarea especial enfocada a reconocer el material extraño (antígenos) y/o reaccionar en contra de los
materiales extraños. Algunos componentes tienen como función única y principal el reconocer el material
extraño. Otros componentes tienen la función principal de reaccionar contra el material extraño. Y algunos
otros componentes funcionan para ambos, reconocer y reaccionar en contra de materiales extraños.

Como las funciones del Sistema Inmunológico son tan importantes para sobrevivir, existen mecanismos de
respaldo. Si un componente del sistema faltara o no funcionara correctamente, otro componente puede hacer
por lo menos algunas de sus funciones.

Los componentes del Sistema Inmunológico son:

Linfocitos B

Linfocitos T

Fagocitos

Complemento

Linfocitos B: Son células especializadas del Sistema Inmunológico (también conocidas como células B) que
tienen como función principal producir anticuerpos (también llamados inmunoglobulinas o gamaglobulinas).
Los linfocitos B se desarrollan de células primitivas (células madre) en la médula ósea. Cuando maduran, los
linfocitos B se encuentran en la médula ósea, nodos linfáticos, baso, ciertas áreas del intestino, y en menos
extensión en el fluido sanguíneo.

Cuando las células B se estimulan con un material extraño (antígenos), responden madurando en otros tipos
de células llamadas células plasmáticas. Las células plasmáticas producen anticuerpos. Los anticuerpos
encuentran su camino hacia el fluido sanguíneo, secreciones respiratorias, secreciones intestinales, y hasta
en las lágrimas.

Los anticuerpos son moléculas de proteína altamente especializadas. Para cada antígeno existen anticuerpos
moleculares con diseños específicos. Por lo tanto, hay anticuerpos moleculares que embonan, como llave y
chapa, al virus del polio, otros que específicamente apuntan a la bacteria que causa la difteria, y otros que son
compatibles con el virus de paperas.

La variedad de anticuerpos moleculares es tan extensa que las células B tienen la habilidad de producirlos
contra virtualmente todos los micro-organismos en el medio ambiente.

Cuando las moléculas de los anticuerpos reconocen a los micro-organismos extraños, se unen físicamente al
micro-organismo e inician una compleja cadena de reacciones involucrando a otros componentes del Sistema
Inmunológico que eventualmente destruyen al micro-organismo.

Los nombres químicos para las proteínas de los anticuerpos es inmunoglobulinas o gamaglobulinas. Así como
los anticuerpos pueden cambiar de molécula a molécula con respecto a el micro-organismo al que se unen,
también pueden variar con respecto a sus funciones especializadas en el cuerpo. Este tipo de variación en
función especializada es determinada por la estructura química del anticuerpo, que a su vez determina el tipo
de anticuerpo (inmunoglobulina).

Hay 5 grandes clases de anticuerpos o gamaglobulinas:

Inmunoglobulinas G (IgG)

Inmunoglobulinas A (IgA)

Inmunoglobulinas M (IgM)

Inmunoglobulinas E (IgE)

Inmunoglobulinas D (IgD)

Cada clase de inmunoglobulina tiene una característica química especial que le brinda ciertas ventajas. Por
ejemplo, los anticuerpos en la fracción IgG se forman en grandes cantidades y pueden viajar del fluido
sanguíneo a los tejidos. Estas inmunoglobulinas (anticuerpos) son la única clase que cruza la placenta y le
pasa inmunidad de la madre al recién nacido. Los anticuerpos en la fracción IgA se producen cerca de las
membranas mucosas y llegan hasta secreciones como las lágrimas, bilis, saliva, mucosa, donde protegen
contra infecciones en el tracto respiratorio y los intestinos.

Los anticuerpos de la clase IgM son los primeros anticuerpos que se forman en respuesta a las infecciones y
por lo tanto son importantes para proteger durante los primeros días de una infección. Los anticuerpos en la
clase IgE se encargan de reacciones alérgicas. La función especializada de IgD todavía no se entiende por
completo.

Los anticuerpos nos protegen contra las infecciones de distintas maneras. Por ejemplo, algunos micro-
organismos se tienen que pegar a células del cuerpo para poder causar una infección, pero anticuerpos en la
superficie pueden interferir con la habilidad del micro-organismo de adherirse a la célula. Y además, los
anticuerpos sujetados en la superficie de algún micro-organismo pueden activar a un grupo de proteínas
llamadas el Sistema del Complemento que pueden matar directamente a las bacterias y virus.

Bacterias cubiertas por anticuerpos también son mucho más fáciles de ingerir y matar por los fagocitos, que
las bacterias que no están cubiertas por anticuerpos. Todos estas acciones de los anticuerpos previenen que
los micro-organismos invadan tejidos del cuerpo donde pueden causar infecciones serias.

Linfocitos T: Los linfocitos T (algunas veces llamadas células T) son otro tipo de
células inmunológicas. Los linfocitos T no producen anticuerpos moleculares. Las
funciones especializadas de los linfocitos T son 1) atacar directamente antígenos
extraños como virus, hongos, tejidos transplantados y 2) para actuar como reguladores
del Sistema Inmunológico.

Los linfocitos T se desarrollan de células madre en la médula ósea. Temprano en la


vida del feto, células inmaduras migran al timo, un órgano especializado del Sistema
Inmunológico en el pecho.

En el timo, los linfocitos inmaduros se desarrollan a linfocitos T maduros ("T" por el


Timo). El Timo es esencial para este proceso, y los linfocitos T no se pueden desarrollar
en el feto si no tiene Timo. Linfocitos T maduros dejan el Timo y se van a otros organos
del Sistema Inmunológico, como el baso, nodos linfáticos, médula ósea y la sangre.
Linfocito T 
(ampliar imagen) Cada linfocito T reacciona con un antígeno específico, así como cada anticuerpo
reacciona con un antígeno específico. De hecho, los linfocitos T tienen moléculas en la
superficie que son como anticuerpos que reconocen antígenos.

La variedad de linfocitos T es tan grande que el cuerpo tiene linfocitos T que pueden reaccionar contra
virtualmente cualquier antígeno. Los linfocitos T también varían con respecto a su función. Hay 1) linfocitos T
destructores ("killer" o "effector"), 2) linfocitos T de ayuda ("helper"), y 3) linfocitos T supresores ("suppressor").
Cada uno juega distintas partes en el Sistema Inmunológico.

Los linfocitos T destructores son los linfocitos que destruyen al micro-organismo invasor. Estos linfocitos T
protegen al cuerpo de bacterias especificas y virus que tienen la habilidad de sobrevivir y reproducirse en las
células del cuerpo. Los linfocitos T destructores también responden a tejidos extraños en el cuerpo, como por
ejemplo un hígado transplantado. Los linfocitos T destructores migran al sitio de la infección o al tejido
transplantado. Cuando llegan, los linfocitos T destructores se fijan a su blanco y lo destruyen.

Los linfocitos T de ayuda, ayudan a los linfocitos B a producir anticuerpos y ayudan a los linfocitos T
destructores en el ataque a sustancias extrañas. Los linfocitos T de ayuda hacen mas efectiva la función de
los linfocitos B, provocando una mejor y mas rápida producción de anticuerpos. Los linfocitos T de ayuda
también hacen mas efectiva la función de destrucción de los linfocitos T destructores.

Por otra parte los linfocitos T supresores, suprimen o apagan a los linfocitos T de ayuda. Sin esta supresión, el
Sistema Inmunológico seguiría trabajando después de la infección. Juntos los linfocitos T de ayuda y
supresores actuan como el termostato de todo el sistema de linfocitos y los dejan prendidos el tiempo
suficiente - no mucho tiempo y no muy poco tiempo.

Fagocitos: Los fagocitos son células especializadas de el sistema inmunológico cuya función primaria es
ingerir o matar micro-organismos. Estas células, como otras en el sistema inmunológico, se desarrollan de
células madre en la médula osea. Cuando maduran, migran a todos los tejidos del cuerpo pero especialmente
en la sangre, baso, hígado, nódulos linfáticos y pulmones.

Hay diferentes tipos de fagocitos. Leucocitos Polimorfonucleares (neutrófilos o


granulocitos) son comunmente localizados en la sangre y pueden migrar a sitios de
infección en minutos. Son estos fagocitos los que se incrementan en la sangre durante
una infección y es responsable en gran parte de las cuentas grandes en las biometrías
hemáticas.

Los fagocitos son también los que dejan el fluido sanguíneo y se acumula en los
tejidos durante las primeras horas de la infección y es responsable de la formación de
pus. Los monocitos son otro tipo de fagocitos en la sangre. También cubren las
paredes de las venas en órganos como el hígado y el baso. Aquí actúan para capturar
micro-organismos que pasan por la sangre. Cuando los monocitos salen del fluido
sanguíneo y entran en los tejidos, cambian de forma y tamaño para convertirse
en macrófagos. Macrófago en
Los fagocitos sirven distintas funciones críticas en el cuerpo contra infecciones. Tienen acción.
la habilidad de salir del fluido sanguíneo y moverse hacia los tejidos al sitio de la (ampliar imagen)
infección. Cuando llegan al sitio de la infección, se comen al micro-organismo invasor.
La ingestión de los micro-organismos es mucho mas fácil cuanto están cubiertos de anticuerpos o
complemento o ambos. Una vez que el fagocito se come al micro-organismo, inicia una serie de reacciones
químicas dentro de la célula que resultan en la muerte del micro-organismo.

Complemento: El sistema del complemento tiene 18 proteínas que funcionan de manera ordenada e
integrada para ayudar en la defensa contra infecciones y producen inflamación. Algunas de las proteínas del
complemento las produce el hígado, y otras las producen ciertos fagocitos, los macrófagos.

Para realizar sus funciones de protección, los componentes del complemento deben convertirse de formas
inactivas a formas activas. en algunos casos, los micro-organismos primero tienen que combinarse con
anticuerpos para poder activar el complemento. En Otros casos los micro-organismos pueden activar el
complemento sin la ayuda de los anticuerpos.

Ya activado, el complemento puede realizar funciones de defensa contra infecciones. Como mencionamos
una de las proteínas del complemento cubre a los micro-organismos para que puedan ser ingeridas con
mayor facilidad por los fagocitos. Otros componentes del complemento mandan señales químicas para atraer
fagocitos a los lugares de infección. Cuando todo el sistema se encuentra en la superficie de algunos micro-
organismos, puede romper la membrana de la célula, y matarla.

¿Qué es el sistema inmunológico?

El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las


infecciones. Por medio de una serie de pasos, su cuerpo combate y destruye organismos
infecciosos invasores antes de que causen daño. Cuando su sistema inmunológico está
funcionando adecuadamente, le protege de infecciones que le causan enfermedad.

Los científicos han empezado a comprender el sistema inmunológico. Han podido entender el
proceso en detalle. Los investigadores están generando más información sobre su
funcionamiento y qué pasa cuando no anda bien.

El Proceso Inmunológico
El proceso inmunológico funciona así: un agente infeccioso entra en el cuerpo. Quizá es un
virus de la gripe que entra por la nariz. Quizá es una bacteria que entra por la sangre cuando
se pincha con un clavo. Su sistema inmunológico está siempre alerta para detectar y atacar al
agente infeccioso antes de que cause daño. Sea cual fuere el agente, el sistema inmunológico
lo reconoce como un cuerpo ajeno. Estos cuerpos externos se llaman antígenos. Y los
antígenos deben ser eliminados.

La primera línea de defensa del cuerpo es un grupo de células llamadas macrófagos. Estas
células circulan por la corriente sanguínea y en los tejidos del cuerpo, vigilantes de los
antígenos.

Cuando un invasor entra, un macrófago rápidamente lo detecta y lo captura dentro de la


célula. Enzimas en el interior del macrófago destruyen al antígeno procesándolo en pedacitos
pequeños llamados péptidos antigénicos. A veces este proceso por sí solo es suficiente para
eliminar al invasor. Sin embargo, en la mayoría de los casos, otras células del sistema
inmunológico deben unirse a la lucha.

Pero antes de que otras células puedan empezar su trabajo, los péptidos antigénicos dentro
del macrófago se unen a moléculas llamadas antígenos de leucocitos humanos o HLA. La
molécula de HLA unida a al péptido, ahora llamada complejo antigénico, es liberada del
macrófago.

Células llamadas linfocitos de la clase T, pueden entonces reconocer e interactuar con el


complejo péptido antigénico-HLA que se encuentra en la superficie del macrófago.

Una vez que dicho complejo es reconocido, los linfocitos T envían señales químicas llamadas
citocinas. Estas citocinas atraen más linfocitos T. También alertan a otros linfocitos, de la clase
B, para que produzcan anticuerpos.
Estos anticuerpos se liberan a la circulación sanguínea para encontrar y unir más antígenos,
de tal forma que los invasores no se puedan multiplicar y enfermarle. En el último paso de
este proceso, una célula llamada fagocito se encarga de remover el antígeno del cuerpo.

¿Qué es la Autoinmunidad?
Normalmente, el sistema inmunológico se encarga de combatir a los virus, bacteria o cualquier
otro organismo infeccioso que amenace su salud. Pero si ocurre una falla, el mismo sistema
que ha sido diseñado para protegerle, puede también volverse en su contra.

Cuando el sistema inmunológico no marcha adecuadamente, no puede distinguir a las células


propias de las ajenas. En vez de luchar contra antígenos externos, las células del sistema
inmunológico o los anticuerpos que producen, pueden ir en contra de sus propias células y
tejidos por error.

A este proceso se le conoce como autoinmunidad, y los componentes involucrados en la


ofensiva se llaman linfocitos autorreactivos o autoanticuerpos. Esta respuesta errónea del
sistema inmunológico contribuye a varias enfermedades autoinmunes, incluyendo varias
formas de artritis.

La respuesta inmune inespecífica es la primera barrera defensiva del organismo y


no requiere sensibilizacion previa. Este tipo de respuesta es mediada por células
con capacidad fagocítica y células asesinas naturales.

La respuesta específica o adquirida se desarrolla solo frente a la sustancia que


indujo su iniciación y en ella participan prioritariamente los linfocitosy los
elementos solubles liberadas por los mismos, anticuerpos ylinfocinas. Todas las
sustancias que se comportan como extrañas a un organismo frente a las cuales
éste desarrolla una respuesta inmune específica, se conocen como antígenos.
Generalmente el sistema inmune responde de forma unitaria, por lo que la
división en respuesta inespecífica y específica es más teórica que real. Lo que sí
ocurre es que, dependiendo de las circunstancias, en unos casos predomina una u
otra de estas formas de respuesta.

Permanentemente el individuo esta recibiendo contagios de elementos patógenos


que, de no existir el sistema inmune, invadirían toda la economía con la
consiguiente muerte del individuo. También el sistema inmune está protegiendo
al individuo frente a la formación y crecimiento de células neoplásicas. Sin
embargo, hay multitud de casos en los que los sistemas de defensa son en sí
causa de enfermedad. Esto es, por ejemplo, lo que ocurre cuando el individuo
reacciona incluso frente a sustancias, en principio inocuas, como el polen de
plantas, etc. Entonces se habla dereacciones de hipersensibilidad. En otros casos,
por razones todavía no muy bien conocidas, el sistema inmune reacciona frente a
componentes propios, que destruye, ocasionando graves trastornos, o incluso la
muerte. Se trata de las enfermedades autoinmunes, que pueden afectar a
cualquier componente del organismo.

También a veces, las células encargadas de la defensa inmune, proliferan


descontroladamente produciendose entonces los sindromes linfoproliferativos
entre los que los mas frecuentes son las leucemias.

1.1. RESPUESTA INMUNE INESPECIFICA

La respuesta inespecífica representa la primera barrera defensiva del organismo y


es de especial significación frente a la protección del mismo ante infecciones y
cáncer. Las células que mediatizan esta respuesta, son los PMN neutrófilos y
macrófagos, celulas que se caracterizan por activarse de forma inmediata siempre
que cualquier sustancia extraña penetra en el organismo, como, por ejemplo,
después de una herida, en cuyo caso estas células se movilizan hacia dicho foco,
reconocen y toman contacto con la sustancia extraña, que destruyen mediante el
proceso de fagocitosis y posterior lisis intracelular. En el enfermo crítico, la
ausencia o disminucion funcional de este tipo de respuesta tiene especial
significación y trascendencia como se verá en detalle después. También en este
tipo de respuesta participan las células asesinas naturales, conocidas
como natural killer o NK.

Los mecanismos de defensa inespecíficos aportan un buen sistema de protección.


Sin embargo, en muchas ocasiones no es suficiente para defender eficazmente al
organismo. Por fortuna éste dispone de otros mecanismos de defensa, como es
la respuesta inmune específica.

1.2. RESPUESTA INMUNE ESPECIFICA

La respuesta inmune específica se caracteriza porque es efectiva ante aquellos


antígenos frente a los cuales se ha iniciado y desarrollado. Este tipo de respuesta
es mediada por los linfocitos. Los linfocitos son de dos tipos: linfocitos
B y linfocitos T. Los linfocitos T, a su vez, pueden serlinfocitos T colaboradores
(Th), linfocitos T citotóxicos (Tc) y por algunos autores tambien se proponen
los linfocitos T supresores/reguladores (Ts).
La respuesta inmune especifica, se considera que puede ser de dos tipos:humoral
y celular. Aunque la separación de ambos tipos de respuesta es mas de tipo
didáctico que real, en general se considera que cuando el elemento efector final
son las inmunoglobulinas formadas por los linfocitos B se trata de una respuesta
tipo humoral, mientras que cuando participan los linfocitos T tanto colaboradores
(Th) como citotóxicos (Tc), se trata de una respuesta tipo celular.

Para que se inicie una u otra respuesta inmune se requiere el reconocimiento del
antígeno y activación de los linfocitos. Los linfocitos B reconocen el antígenos
mediante inmunoglobulinas de membrana (Igs) mientras que los linfocitos T lo
reconocen mediante una estructura especializada a tal fin conocida como receptor
de linfocitos T (TcR). Para que los linfocitos se activen, se requiere además del
reconocimiento del antígeno por los receptores T, la participación de otras
moléculas como son las moléculas accesorias y las interleucinas. Si participa
solo el RcT se produce una anergia (no respuesta).

1.2.1. Respuesta inmune humoral

La ausencia de este tipo de respuesta deja al individuo tan indefenso frente a toda
clase de gérmenes patógenos y otras agresiones, que es incompatible con la vida
si no se instaura a tiempo un tratamiento adecuado.

La respuesta inmune humoral es mediatizada por los linfocitos B, que como se ha


dicho anteriormente reconocen al antigeno a través de las inmunoglobulinas de
membrana. Sin embargo este estimulo no es suficiente para que se inicien los
procesos de proliferación de estas células. Para ello es necesario que los
linfocitos B además del estimulo antigénico reciban el estimulo de ciertas
interleucinas.

El elemento efector final de la respuesta humoral son lasinmunoglobulinas. El


termino inmunoglobulina fue propuesto por Heberman para designar a todas las
sustancias con capacidad de anticuerpo, esto es con capacidad de anteponerse al
antigeno. Las inmunoglobulinas son de cinco clases: inmunoglobulina M (IgM),
inmunoglobulina A (IgA), inmunoglobulina G (IgG), inmunoglobulina D (IgD) e
inmunoglobulina E (IgE). Las inmunoglobulinas tienen la propiedad de unirse
específicamente al antígeno que indujo su formación.

Tras la unión antígeno-anticuerpo (Ag-Ac), las sustancias extrañas (o antígenos)


son destruídas por las inmunoglobulinas a través de mecanismos, que pueden ser
diferentes según el tipo de inmunoglobulina que participa. Esto se debe a que
aunque las distintas clases de inmunoglobulinas tienen una estrucutura igual en
ciertas partes de la molecula, en otras partes presentan una estrucura distinta.
Podemos decir que las inmunoglobulinas, al detectar al antígeno y unirse a el,
actúan como transductores de la información de la presencia de los mismos, que
serán posteriormente destruidos por el mecanismo más idoneo, en el que
colaborarán además del propio anticuerpo el sistema del complemento,
macrófagos, los polimorfonucleares o células K.

El término complemento engloba, una gran variedad de proteinas, que interactúan


en un determinado orden, se representan por C' y se encuentran en el suero.
Cuando se produce la activación del C' se pone en marcha una serie de
reacciones, en forma de "cascada", de tal forma que se van generando productos
activos que además de influir en que la reacción prosiga tienen diferentes
acciones biológicas importantes en la defensa del organismo.

1.2.2. Respuesta inmune celular

La respuesta inmune de tipo celular cubre una importante función como


mecanismo inmunológico de defensa, actuando principalmente frente a bacterias
y virus, así como evitando la aparición y desarrollo de células tumorales. Sin
embargo, este tipo de respuesta representa una seria limitación en la práctica de
trasplantes por ser el principal mecanismo implicado en el rechazo de los
mismos.

La respuesta inmune de tipo celular es compleja en sus efectos y acciones finales,


así como en su iniciación y desarrollo. En ella participan esencialmente los
linfocitos T colaboradores y citotóxicos. Tal como se ha dicho anteriormente, los
linfocitos reconocen el antigeno mediante elreceptor T (TcR) y lo hacen solo
cuando el antigeno es degradado y procesado en el interior de las células
presentadoras de antígeno (APC) y su determinantes antigéncios son expuestos
en la superficie de estas células en el seno de una molécula del complejo
principal de histocompatibilidad.

Las moléculas del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC) son una serie


de glicoproteínas presentes en las membranas de todas las células nucleadas,
entre las que se encuentran las células inmunocompetentes. estas moléculas son
esencialmente de dos tipos o clases, clase I y clase II y tienen entre otras
funciones las de presentar el antígeno a los linfocitos así como participar en el
proceso de maduración de los linfocitos en el timo.

Las células presentadoras de antígeno tienen como misión captar, procesar y


presentar el antígeno a los linfocitos T. El reconocimiento del antígeno por las
células T exige que previamente sea procesado proteolíticamente en el interior de
las células presentadoras de antígeno. Aunque existen excepciones, la separación
de las funciones de los linfocitos T colaboradores CD4+ y CD8+ viene dada por el
origen de los antígenos que reconocen y, en último término, por donde han sido
procesados por vía exógena en el sistema endosomal de las células presentadoras
de antígeno y expresados en superficie por el producto de los genes MHC de
clase II. Los linfocitos citolíticos CD8+ reconocen a los antígenos que han sido
procesados endógenamente en el citosol de la célula infectada y presentados en
superficie por moléculas MHC de clase I, mientras que los linfocitos CD4+
interaccionan con el antígeno en el conctexto de moléculas de case II.

Este fenómeno se conoce como restricción por el MHC, es decir, que el TcR que
reconoce especificamente el antigeno ha de encontrarlo presentado en el contecto
de moleculas MHC propias. En el proceso de reconocimiento e interaccion de
una celula con otra intervienen, además, toda una serie de moléculas
llamadas moléculas accesorias que se encuentran bien en la superficie de los
linfocitos T o en las células presentadoras de antígeno. Estas moléculas
interaccionan entre sí o con otros ligandos reforzando la unión entre el receptor
de las células T y el complejo MHC-péptido e incrementando así la adherencia
intercelular y su afinidad.

Cuando tiene lugar el reconocimiento antigénico entre el TcR y la molécula


MHC que porta el antígeno, se desencadena una cascada de reacciones
bioquímicas en el citoplasma de la célula T, dando así lugar al proceso de
activación, proliferación y diferenciación celular. Estos mecanismos implican la
participación de una serie de sustancias intracitoplasmáticas, conocidas como
segundos mensajeros y que son ciertas sustancias de caracter lipídico y proteínas
que adquieren sus caracter funcional al fosforilizarse esencialmente en los
aminoacidos serina y treonina. Como consecuencia de estos eventos se predecirá
finalmente la activación de la transcripción de los genes implicados en la síntesis
de la proteína y factor implicado en una determinada función, tal como la
síntensis de interleucina 2 u otros factores.

La consecuencia final de este tipo de respuesta es la formación de cedulas Th


activas productoras de inteleucinas y celulas citotóxicas (CTL) que posen
capacidad de lisar a las cedulas que portan el antigeno que indujo su activación.
Este tipo de respuesta requiere varios días para su desarrollo. Ante, por ejemplo,
un contagio viral, la acción del interferón y de las celulas NK antecede al de las
células CTL.

1.3. CARACTERÍSTICAS RESPUESTA INMUNE ESPECÍFICA

La respuesta inmune especifica se caracteriza por ser de caracter clonal,


especifica, desarrollar memoria y ser regulable.
Especificidad. Se sabe que cada antígeno estimula solo a aquel linfocito o grupo
de linfocitos que han desarrollado y en consecuencia poseen en su membrana los
receptores capaces de reconocer y unirse específicamente a él. Estos receptores,
tal como se ha indicado anteriormente, son las inmunoglobulinas de superficie
cuando se trata de linfocitos B o el TcR cuando se trata de linfocitos T.

Clonalidad. Cuando un linfocito o grupo de linfocitos es activado, este prolifera


y se diferencia en múltiples cedulas derivadas, todas ellas con idénticos
receptores de superficie. se dice entonces que todas estas cedulas constituyen lo
que se denomina clon celular. Tanto la especificidad como la clonalidad de la
respuesta inmune fue originariamente definidos en los años cincuenta por varios
inmunólogos entre los que se encontraba Burnet y se conoció después por
la teoría de selección clonal de Burnet. Esta teoria decía que cada antígeno
estimulará a aquel linfocito o grupo de linfocitos que poseen en su membrana
receptores capaces de reconocer y unirse específicamente a él y que como
consecuencia se producía su proliferación y diferenciación en células con las
mismas características de reconocimiento que los linfocitos originales.

Memoria Inmunológica. Otra característica importante de este tipo de repuesta


es que el organismo mantiene memoria de un estímulo a otro cuando son de la
misma índole. Eso se debe a la permanencia de linfocitos sensibilizados de larga
vida después de un estímulo antigénico.

Regulación. Este tipo de respuesta dispone de mecanismos internos de control,


de tal forma que la intensidad de la misma se regula por acción de diversos tipos
de moléculas entre las que destacan las inmunoglobulinas y sobre todo
las citocinas.

La IgM (1) está formada por cinco unidades básicas de


inmunoglobulina unidas entre si por una pieza J y se encuentra
presente en el plasma. Tiene diez sitios de unión con antígeno y
es secretada principalmente en respuestas humorales primarias
timodependientes y en respuestas timoindependientes. Es de
baja afinidad pero presenta gran avidez por antígenos
multivalentes especialmente bacterianos. Es una potente
fijadora del complemento, al presentar cinco fragmentos Fc que
unen al factor del complemento C1q. La IgM se encuentra
también en la membrana de linfocitos B en forma de monómero,
constituyendo los receptores idiotípicos de estas células.
La IgG (2) es la inmunoglobulina más abundante en el plasma,
es monomérica y es producida en grandes cantidades durante
respuestas secundarias a antígenos timodependientes. Sus
principales funciones biológicas incluyen fijación del
complemento, unión a receptores para Fc en células fagocíticas
al opsonizar partículas durante la fogocitosis y unión a
receptores en células NK durante la citotoxicidad mediada por
anticuerpos (ADCC). Esta inmunoglobulina atraviesa la placenta
confiriendo protección al feto durante el embarazo.
La IgA (3) se encuentra en lágrimas, leche, saliva y mucosa de
los tractos intestinal y digestivo. Está formada por dos unidades
básicas unidas por una pieza secretora sintetizada por las
células epiteliales de las mucosas. Esta pieza secretora es un
polipéptido responsable del trasporte de la IgA a través del
epitelio. Ademas la proteje de la acción de enzimas proteolíticas
presentes en las secresiones. Es sintetizada en grandes
cantidades por acúmulos linfoides y placas de Peyer del
intestino. No fija complemento ni es opsonina, sin embargo su
importancia es enorme al impedir el ingreso de microorganismos
y macromoléculas al organismo.
La IgE (4) se encuentra en muy bajas concentraciones en el
suero de personas normales, y en mayores concentraciones en
individuos atópicos. En estos últimos es responsable de los
cuadros de hipersensibilidad mediada por un mecanismo de
daño inmunológico tipo I de la clasificación de Gell y Coombs. El
fragmento Fc de estas inmunoglobulinas presenta gran afinidad
por receptores para Fc epsilon en células cebadas y basófilos. Al
estar ubicada en su superficie y recibir el estímulo antigénico, la
IgE induce su degranulación iniciando un proceso inflamatorio y
produciendo la contracción del músculo liso. En condiciones
normales, esta inmunoglobulina interviene en la respuesta
inmune protectora contra parásitos especialmente helmintos.
La IgD es una inmunoglobulina unida a membrana de los
linfocitos B. Su presencia en conjunto con IgM confiere
inmunocompetencia a estos linfocitos. Está practicamente
ausente en el suero.

Características del sistema inmunitario[editar]

Sistema inmunitario innato Sistema inmunitario adaptativo

Respuesta específica contra patógenos


La respuesta no es específica.
y antígenos.

La exposición conduce a la respuesta máxima Demora entre la exposición y la respuesta


inmediata. máxima.

Inmunidad mediada por células Inmunidad mediada por células


y componentes humorales. y componentes humorales.

La exposición conduce a la memoria


Sin memoria inmunológica.
inmunológica.

Presente en casi todas las formas de vida. Presente solo en vertebrados mandibulados.

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