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I. SÍNTESIS DE LA CUESTIÓN
En esta ocasión se nos ha pedido comentar la consulta evacuada por la Sala
Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia en julio de
2010 sobre el Expediente Nº 1388-20101 relativa a la constitucionalidad de los
artículos 402 inciso 6 segundo párrafo y 404 del Código Civil2.
Por unanimidad la Sala entiende que la exigencia de requerir sentencia previa
de impugnación de la paternidad e ignorar el resultado de un examen de ADN
si este involucra al hijo de una mujer casada, son disposiciones contrarias a la
Constitución por afectar el derecho a la identidad del niño y negar la verdad
biológica. En el caso, hay un tercero que declara ser el padre del niño de una
mujer casada, esta avala lo dicho y su esposo no lo desmiente, pero no inicia
un proceso de impugnación de la paternidad. El examen de ADN confirma que
el tercero reclamante es el padre biológico de la criatura y solicita que se lo
inscriba como su hijo. De la resolución se desprenden pocos datos que
permitan contextualizar el debate en el caso puntual, lo que no hace posible
evaluar el principio del “interés superior del niño”, estándar ineludible para la
resolución de situaciones que involucren los intereses y derechos
fundamentales de las personas menores de edad; si bien abonaría a favor de lo
decidido el hecho de que el marido no conteste el reclamo filiatorio y haya un
progenitor biológico que busca activamente inscribir al niño como propio.
Compartimos el criterio de Aída Kemelmajer de Carlucci en cuanto entiende
que la validez constitucional de las normas que regulan el Derecho de Familia
debe ser juzgada no solo en abstracto sino en concreto3.
Son muchos los temas sobre los que se podría reflexionar a raíz de esta
Consulta. Nos interesa presentar de manera muy sintética solo tres de ellos: la
necesidad de incluir el control de convencionalidad complementario al control
de constitucionalidad en el análisis jurídico; algunos comentarios sobre el
derecho a la identidad y la “verdad biológica” y la construcción legal de la
parentalidad a partir de los cambios sociales y tecnológicos que impactan
desde hace tiempo en los procesos reproductivos. Pasaremos entonces a su
desarrollo.
A través de la consulta la Sala revisa los citados artículos del Código Civil a la
luz de la Constitución peruana a fin de determinar si cumplen con la
adecuación de las mismas a los parámetros de validez material (ya que no se
cuestiona su validez formal) establecidos en la norma suprema. Aun cuando no
se trata de un enfoque novedoso, no es por eso menor su valía al reforzar una
jurisprudencia respetuosa de los procesos de constitucionalización del derecho
privado que destierren de una vez por todas la lectura legalista de las
disposiciones consideradas “iusprivatistas” cuando estas afecten derechos
fundamentales. Se inscribe entonces en lo decidido por esta misma Sala en el
caso Horna Quevedo vs. Vílchez Villalobos donde se discutió el derecho a la
identidad y la constitucionalidad de la ley que regula el procedimiento de
reconocimiento judicial de paternidad mediante el ADN4 y de la línea iniciada
en materia de constitucionalización del derecho de familia por el Tribunal
Constitucional en los casos “Alvarez Rojas”5 “Schols Pérez”6 y “ Rosas
Domínguez”7. De modo complementario al control de constitucionalidad, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido en numerosas
ocasiones8 la necesidad de someter las normas a un control de
convencionalidad, el cual ha sido definido como
“Una herramienta jurídica de aplicación obligatoria ex officio por los órganos del
Poder Judicial, complementaria al control de constitucionalidad, que permite
garantizar que la actuación de dichos órganos resulte conforme a las
obligaciones contraídas por el Estado respecto del tratado del cual es parte”9.
Con una extensa y sostenida jurisprudencia a favor del control de
convencionalidad10, la compresión del mismo por parte de la Corte
Interamericana ha ido evolucionando hasta desarrollar de modo más detallado
en el caso Cabrera García y Montiel Flores c. México la noción de “control
difuso de convencionalidad”:
“Los jueces o tribunales que materialmente realicen actividades
jurisdiccionales, sean de la competencia local o federal, necesariamente deben
ejercer el “control difuso de convencionalidad” para lograr interpretaciones
conformes con el corpus juris interamericano. En caso de incompatibilidad
absoluta de la norma nacional con el parámetro convencional,
debe inaplicarse para que prevalezcan aquellas y lograr de esta manera la
efectividad del derecho o libertad de que se trate”11.
Si bien el control difuso de convencionalidad disminuirá en intensidad en
aquellos sistemas donde no se permita el control difuso de constitucionalidad,
ello no implica que los jueces no puedan realizarlo en el marco de sus relativas
competencias y lograr mediante la actividad creativa “la efectividad del derecho
o libertad de que se trate, con los mayores alcances posibles en términos del
principio pro homine”12.
En la Consulta que comentamos hubiera sido interesante que la Sala, a tenor
de la posición establecida por la Corte Interamericana a partir del año 2006,
efectuara, junto al control de constitucionalidad, el control de convencionalidad
de las normas cuestionadas. Dicho esto, pasemos a analizar el derecho a la
identidad y de qué modo se relaciona con la “verdad biológica”.