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Dialogo con la Jurisprudencia - Tomo 179 - Numero 02 - Mes-Año: 8_2013

DERECHO A LA IDENTIDAD Y VERDAD BIOLÓGICA. Una sintética visión


desde el Derecho Internacional de los Derechos Humanos

Paula SIVERINO BAVIO*

La autora comparte el criterio de admitir la negación de la paternidad


matrimonial por parte de la esposa; sin embargo, advierte que no deben
tomarse decisiones ritualistas o automáticas basadas en los resultados de una
tecnología, por precisa que fuera, ya que se debe distinguir en cada caso
concreto el derecho del niño o adolescente a conocer su realidad biológica lo
que no implica per se una atribución filiatoria como hijo o hija de alguien
priorizando el criterio biológico por sobre otros elementos.

I. SÍNTESIS DE LA CUESTIÓN
En esta ocasión se nos ha pedido comentar la consulta evacuada por la Sala
Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia en julio de
2010 sobre el Expediente Nº 1388-20101 relativa a la constitucionalidad de los
artículos 402 inciso 6 segundo párrafo y 404 del Código Civil2.
Por unanimidad la Sala entiende que la exigencia de requerir sentencia previa
de impugnación de la paternidad e ignorar el resultado de un examen de ADN
si este involucra al hijo de una mujer casada, son disposiciones contrarias a la
Constitución por afectar el derecho a la identidad del niño y negar la verdad
biológica. En el caso, hay un tercero que declara ser el padre del niño de una
mujer casada, esta avala lo dicho y su esposo no lo desmiente, pero no inicia
un proceso de impugnación de la paternidad. El examen de ADN confirma que
el tercero reclamante es el padre biológico de la criatura y solicita que se lo
inscriba como su hijo. De la resolución se desprenden pocos datos que
permitan contextualizar el debate en el caso puntual, lo que no hace posible
evaluar el principio del “interés superior del niño”, estándar ineludible para la
resolución de situaciones que involucren los intereses y derechos
fundamentales de las personas menores de edad; si bien abonaría a favor de lo
decidido el hecho de que el marido no conteste el reclamo filiatorio y haya un
progenitor biológico que busca activamente inscribir al niño como propio.
Compartimos el criterio de Aída Kemelmajer de Carlucci en cuanto entiende
que la validez constitucional de las normas que regulan el Derecho de Familia
debe ser juzgada no solo en abstracto sino en concreto3.
Son muchos los temas sobre los que se podría reflexionar a raíz de esta
Consulta. Nos interesa presentar de manera muy sintética solo tres de ellos: la
necesidad de incluir el control de convencionalidad complementario al control
de constitucionalidad en el análisis jurídico; algunos comentarios sobre el
derecho a la identidad y la “verdad biológica” y la construcción legal de la
parentalidad a partir de los cambios sociales y tecnológicos que impactan
desde hace tiempo en los procesos reproductivos. Pasaremos entonces a su
desarrollo.

II.CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONTROL DE


CONVENCIONALIDAD

A través de la consulta la Sala revisa los citados artículos del Código Civil a la
luz de la Constitución peruana a fin de determinar si cumplen con la
adecuación de las mismas a los parámetros de validez material (ya que no se
cuestiona su validez formal) establecidos en la norma suprema. Aun cuando no
se trata de un enfoque novedoso, no es por eso menor su valía al reforzar una
jurisprudencia respetuosa de los procesos de constitucionalización del derecho
privado que destierren de una vez por todas la lectura legalista de las
disposiciones consideradas “iusprivatistas” cuando estas afecten derechos
fundamentales. Se inscribe entonces en lo decidido por esta misma Sala en el
caso Horna Quevedo vs. Vílchez Villalobos donde se discutió el derecho a la
identidad y la constitucionalidad de la ley que regula el procedimiento de
reconocimiento judicial de paternidad mediante el ADN4 y de la línea iniciada
en materia de constitucionalización del derecho de familia por el Tribunal
Constitucional en los casos “Alvarez Rojas”5 “Schols Pérez”6 y “ Rosas
Domínguez”7. De modo complementario al control de constitucionalidad, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido en numerosas
ocasiones8 la necesidad de someter las normas a un control de
convencionalidad, el cual ha sido definido como
“Una herramienta jurídica de aplicación obligatoria ex officio por los órganos del
Poder Judicial, complementaria al control de constitucionalidad, que permite
garantizar que la actuación de dichos órganos resulte conforme a las
obligaciones contraídas por el Estado respecto del tratado del cual es parte”9.
Con una extensa y sostenida jurisprudencia a favor del control de
convencionalidad10, la compresión del mismo por parte de la Corte
Interamericana ha ido evolucionando hasta desarrollar de modo más detallado
en el caso Cabrera García y Montiel Flores c. México la noción de “control
difuso de convencionalidad”:
“Los jueces o tribunales que materialmente realicen actividades
jurisdiccionales, sean de la competencia local o federal, necesariamente deben
ejercer el “control difuso de convencionalidad” para lograr interpretaciones
conformes con el corpus juris interamericano. En caso de incompatibilidad
absoluta de la norma nacional con el parámetro convencional,
debe inaplicarse para que prevalezcan aquellas y lograr de esta manera la
efectividad del derecho o libertad de que se trate”11.
Si bien el control difuso de convencionalidad disminuirá en intensidad en
aquellos sistemas donde no se permita el control difuso de constitucionalidad,
ello no implica que los jueces no puedan realizarlo en el marco de sus relativas
competencias y lograr mediante la actividad creativa “la efectividad del derecho
o libertad de que se trate, con los mayores alcances posibles en términos del
principio pro homine”12.
En la Consulta que comentamos hubiera sido interesante que la Sala, a tenor
de la posición establecida por la Corte Interamericana a partir del año 2006,
efectuara, junto al control de constitucionalidad, el control de convencionalidad
de las normas cuestionadas. Dicho esto, pasemos a analizar el derecho a la
identidad y de qué modo se relaciona con la “verdad biológica”.

III.EL DERECHO A LA IDENTIDAD PERSONAL Y SU RELACIÓN CON LA


VERDAD BIOLÓGICA

El derecho a la identidad no está reconocido de manera expresa en la


Convención Americana de Derechos Humanos. El Comité Jurídico
Interamericano entendió que, pese a ello es “consustancial a los atributos y a la
dignidad humana” y en consecuencia,
“Es un derecho humano fundamental oponible erga omnes como expresión de
un interés colectivo de la comunidad internacional en su conjunto, que no
admite derogación ni suspensión en los casos previstos por la Convención
Americana (…) e incluye el derecho al nombre, el derecho a la nacionalidad y
el derecho relativo a la protección de la familia”13.
En la jurisprudencia de la Corte Interamericana su tratamiento es reciente y si
bien bastante acotado, deja la puerta abierta a mayores precisiones en el futuro
sin perjuicio de la interpretación bajo el principio pro homine que permite la
tutela del derecho bajo márgenes más inclusivos. La Corte Interamericana se
expidió sobre el derecho a la identidad y los derechos de los niños en el Caso
de las niñas Yean y Bosico vs. República Dominicana14; Gelman vs.
Uruguay15; Contreras y otros vs. El Salvador16; Fornán e Hija vs. Argentina17:
“El derecho a la identidad, que si bien no se encuentra expresamente
contemplado en la Convención (…) es posible determinarlo sobre la base de lo
dispuesto por el artículo 8 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que
establece que tal derecho comprende, entre otros, el derecho a la nacionalidad,
al nombre y a las relaciones de familia. Asimismo, el derecho a la identidad
puede ser conceptualizado, en general, como el conjunto de atributos y
características que permiten la individualización de la persona en sociedad y,
en tal sentido, comprende varios otros derechos según el sujeto de derechos
de que se trate y las circunstancias del caso” (Caso Gelman vs. Uruguay).
“La identidad personal está íntimamente ligada a la persona en su
individualidad específica y vida privada, sustentadas ambas en una experiencia
histórica y biológica, así como en la forma en que se relaciona dicho individuo
con los demás a través del desarrollo de
vínculos en el plano familiar y social. Es por ello que la identidad, si bien no es
un derecho exclusivo de los niños y niñas, entraña una importancia especial
durante la niñez” (Caso Fornán e Hija vs. Argentina).
El derecho a la identidad, en la medida en que es un derecho de relativamente
reciente construcción y reconocimiento, presenta un mayor desarrollo y
protección a nivel local. La Constitución peruana lo recoge en el inciso primero
del artículo 2: “toda persona tiene derecho a la vida, su identidad, su integridad
moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar”.
Hemos definido al derecho a la identidad como aquella facultad o prerrogativa
de ser quien uno es y ser reconocido plenamente de este modo; en otras
palabras un derecho al reconocimiento de la autoconstrucción personal.
Volviendo a la Consulta bajo análisis, la Sala hará la clásica distinción entre
identidad estática y dinámica, sosteniendo que el derecho debe ser protegido
en sus dos aspectos. Dirá que la protección de la faz estática de la identidad
está restringida a la identificación: fecha de nacimiento, nombre, apellido,
estado civil y que el aspecto dinámico:
“Es más amplio e importante ya que está referido a que la persona conozca
cuál es su específica verdad personal, pues el ser humano, en tanto unidad
psicosomática, es complejo y contiene múltiples aspectos vinculados entre sí,
de carácter espiritual psicológico o somático, que lo definen e identifican, así
como existen aspectos de índole cultural, ideológicos, religiosos o políticos que
también constituyan a delimitar la personalidad de cada sujeto. El conjunto de
estos elementos caracterizan y perfilan el ser uno mismo, diferente de los
demás”18.
Más allá de lamentar la falta de citas bibliográficas, señalamos nuevamente
nuestra objeción a esta distinción19 ya que los datos identificatorios están lejos
de ser estáticos. Lo que en todo caso podría considerarse estático es el punto
temporo-espacial desde el cual el Estado realiza el “corte” y plasma en un
documento los datos identificatorios20, y lo que la Sala entiende por
“dinámico”: el “derecho a conocer la específica verdad personal”, estaría de
hecho más relacionado con los elementos que la doctrina considera “estáticos”
e involucra otras cuestiones, tales como el derecho al acceso a la información y
el derecho a la verdad a fin de constatar si los datos identificatorios que hacen
a la filiación son fidedignos.
Preferimos considerar que el derecho a la identidad se nos presenta en dos
etapas o facetas: una interna que refiere a los procesos de autoconstrucción y
otra externa, que remite a los procesos sociales de heteroconstrucción; ello
aunado a un concepto de identificación como nexo social de la identidad a la
par que como actividad estatal. Partiendo de allí se podría sostener, entonces,
que el acceso a la información sobre la verdad genética es un elemento
esencial para la construcción de la propia identidad en cuanto al impacto en la
historicidad del sujeto y que en determinados contextos, no en todos, ello
puede además devenir en un emplazamiento filiatorio que impactará también
en su entorno y en los otros sujetos involucrados.
La Sala menciona como dato central del caso la “irrefutable verdad biológica”.
Hay al menos tres situaciones, muy diferentes entre sí, en las que puede
evaluarse la cuestión de la “verdad biológica” y su impacto en la historicidad del
sujeto: el caso de los niños víctimas de delitos quienes fueron sustraídos
ilegalmente, se les suprimió su identidad y se alteraron sus datos
identificatorios; distinguiendo el caso de los niños robados de manera
sistemática bajo dictaduras militares; los niños secuestrados y entrenados
como “niños soldado”; y los niños “entregados” de manera irregular (niños
“vendidos” o producto de adopciones irregulares). En un arco muy diferente de
la discusión tenemos los problemas generados en torno al acceso a la
identidad plena de los niños nacidos mediante fecundación heteróloga o
embriodonación; y por último el caso de niños nacidos de una relación
extramatrimonial cuando su progenitora está casada al momento de su
nacimiento, en aquellas legislaciones que prohíben la indagación judicial de la
paternidad cuando no ha habido impugnación previa por parte del marido y
padre legal. La brevedad del espacio nos obliga a mencionarlas solamente.
La CIDH se ha expedido sobre el derecho a la identidad y la verdad biológica
en relación al caso de una persona cuyos padres fueron detenidos-
desaparecidos y habiendo nacido en cautiverio se adulteraron sus datos para
suprimir su identidad; en ese contexto cita un caso argentino de similares
características y manifiesta:
“[e]l reconocimiento social del derecho prevaleciente de la familia a educar a
los niños que biológicamente traen a la vida, se cimenta además en un dato
que cuenta con muy fuerte base científica, que es la herencia genética de las
experiencias culturales acumuladas por las generaciones precedentes” (…)
“La personalidad no se forma, entonces, en un proceso solo determinado
mediante la transmisión de actitudes y valores por los padres y otros
integrantes del grupo familiar, sino también por las disposiciones hereditarias
del sujeto, ante lo cual la vía normal de formación de la identidad resulta ser la
familia biológica”
“El derecho del niño es, ante todo, el derecho a adquirir y desarrollar una
identidad, y, consecuentemente, a su aceptación e integración por el núcleo
familiar en el que nace”21.
En cuanto al derecho a conocer la “verdad biológica” de aquellos nacidos
mediante técnicas de fecundación heteróloga o embriodonación, al ser un tema
relativamente reciente no encontramos pronunciamientos al respecto en el
sistema interamericano. Sin embargo, se toca la cuestión de la filiación
biológica en el caso Artavia Murillo vs. Costa Rica considerando que la decisión
de ser o no madre o padre es parte del derecho a la vida privada e incluye la
decisión de ser madre o padre en el sentido genético o biológico22 23.
En cuanto al tema de la Consulta, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
en el caso Kroon y otro vs. Países Bajos ha sostenido que la norma interna que
impide al padre biológico reconocer a su hijo mientras esa paternidad no sea
impugnada por el marido de la madre violaba el derecho a la vida familiar
previsto en el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos. El
“respeto a la vida familiar” requiere que la realidad social y biológica
prevalezcan sobre la presunción legal24. En Argentina la jurisprudencia sobre
este tema, abundante y a veces contradictoria, ha entendido que la protección
de la identidad concede al sujeto la atribución del sujeto de conocer sus
orígenes como un derecho fundamental, el que se vería violado mediante la
“falsa atribución de una relación filial”. Así buena parte de la doctrina ha
sostenido que “el hijo tiene un derecho constitucional y supranacional otorgado
por la Convención de los Derechos del Niño a conocer su realidad biológica”25.
La filiación es una de las primeras y primarias coordenadas en torno a las
cuales se configura la identidad de un sujeto, sus lazos afectivos, espacios de
pertenencia, referencias culturales y otra infinidad de aspectos; uno de estos
marcos de referencia estará dado también por su genealogía e identidad
genética. Hoy es posible acceder de modo relativamente sencillo a aquellas
tecnologías que permiten esclarecer situaciones que generen dudas sobre el
origen de un niño o adulto; requerirlas y valorarlas está al alcance de los
magistrados. Pero pese a compartir lo expresado por la Sala en esta ocasión,
creo que es válido advertir que no deben tomarse decisiones ritualistas o
automáticas basadas en los resultados de una tecnología, por precisa que esta
fuera. Y que se debe distinguir en cada caso concreto el derecho del niño o
adolescente a conocer su realidad biológica (y bien vale preguntarse si no
existe, como en otros supuestos, un derecho a no saber) lo que no implica per
se que de esto se siga una atribución filiatoria como hijo o hija de alguien
priorizando el criterio biológico por sobre otros elementos; ya que la
construcción legal de la parentalidad requiere de un análisis mucho más
detallado y complejo a la luz, entre otros, del principio de interés superior del
niño, la voluntad procreativa, la posesión de estado, el derecho a formar una
familia y acceder a los beneficios de la ciencia, etcétera. Claramente no será
igual la relevancia de un ADN en el caso de un reclamo “estándar” de
paternidad extramatrimonial, que si estamos pretendiendo dirimir deberes y
derechos en un caso que involucre una filiación originada en técnicas de
fecundación heteróloga o embriodonación. Asimismo, debe tenerse en especial
consideración la participación del niño o adolescente en estos procesos en la
medida de su desarrollo progresivo y competencia, por tratarse de un proceso
que lo afecta de manera directa.

IV. PALABRAS FINALES

Hemos intentado dar un breve pantallazo de una cuestión compleja y por


demás interesante, que refleja los veloces y profundos cambios sociales en
torno a la concepción de los modos de constitución de formas familiares, las
redefiniciones sobre la filiación y la significación de los lazos afectivos, que
obligan al Derecho a apartarse de presunciones y ritualismos para focalizar en
el ser humano –y no en una pretendida “armonía familiar” u otros slogans
perfeccionistas que colocan a la sociedad por sobre los derechos del sujeto–
pero no es cuestión de cambiar un ritualismo por otro y si bien, valiosa como es
la tecnología del ADN, no debe ser un
oráculo incuestionable sino un medio probatorio a ser tenido en cuenta al
momento de decidir cuestiones complejas.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar la preocupación que nos genera
la falta de anonimización por parte del Poder Judicial de las actuaciones que
involucran a niños y/o adolescentes. Las Reglas de Brasilia sobre el Acceso a
la Justicia de Personas en Condiciones de Vulnerabilidad, suscritas por el Perú,
establecen que se debe velar por evitar la publicidad de los datos de carácter
personal que permitan identificar a niños, niñas o adolescentes en procesos
particularmente sensibles como este26, falla recurrente en las sentencias del
Tribunal Constitucional, la Corte Suprema y los tribunales inferiores.
La tutela de la identidad de un niño y de su vida privada y familiar, implica
también que se lo proteja en las actuaciones judiciales mediante la
anonimización de todo dato que permita su identificación, especialmente
cuando la información conste en soportes electrónicos de sencilla difusión.
___________________________
*Abogada (UBA) Investigadora y docente en grado y postgrado de Derecho
Civil y Bioética Jurídica. Fundadora del Observatorio de Bioética y Derecho de
la Facultad de Derecho PUCP.
1 Sala Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de
la República. Expediente Nº 1388-2010 Arequipa, sentencia del 8 de julio de
2010.
2 Artículo 402. Procedencia de la declaración judicial de paternidad
extramatrimonial
“La paternidad extramatrimonial puede ser judicialmente declarada: (…)
6. Cuando se acredite el vínculo parental entre el presunto padre y el hijo a
través de la prueba de ADN u otras pruebas genéticas o científicas con igual o
mayor grado de certeza.
Lo dispuesto en el presente inciso no es aplicable respecto del hijo de la mujer
casada cuando el marido no hubiese negado la paternidad.
El juez desestimará las presunciones de los incisos precedente cuando se
hubiera realizado una prueba genética u otra de validez científica con igual o
mayor grado de certeza”.
Artículo 404. Declaración judicial de paternidad de la mujer casada.
“Si la madre estaba casada a la época de la concepción, solo puede admitirse
la acción en caso que el marido hubiera contestado su paternidad y obtenido
sentencia favorable”.
3 CSJ de Mendoza - sala I - 12/05/2005, causa 81859 - “L.C.F.” en j°
27.746/28.214, “L.C.F. por la menor A.M.G. c. A.C.A.G.P.A.C. p/Filiación s/Inc.
Cas.”.citado por MEDINA, Graciela; SENRA, María Laura; GUEVARA, Cynthia.
“La falta de reconocimiento del hijo extramatrimonial no siempre origina la
obligación de reparar el daño moral. Relación entre un leading case argentino y
el derecho comparado” LLBA2005 (agosto), 766, versión electrónica
<http://www.gracielamedina.com/assets/Uploads/La-falta-de-reconocimiento-
del-hijo.pdf>.
4 Sala de Derecho Constitucional y Social; Suprema Corte de la República,
Perú. Exp. N° 1699-2007 (consulta).
5 TC EXP. Nº 2868-2004-AA/TC-Ancash. José Antonio Álvarez Rojas.
6 TC Exp. Nº 09332-2006-PA/TC-Lima. Reynaldo Armando Shols Pérez.
7 TC Exp. Nº 06572-2006-PA/TC-Piura. Janet Rosas Domínguez.
8 CIDH Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 26 de setiembre de 2006. Serie
C Nº 154; Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros)
vs. Perú. Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
del 24 de noviembre de 2006. Serie C Nº 158; entre otros.
9IBÁÑEZ RIVAS, Juana María. “Control de convencionalidad: precisiones para
su aplicación desde la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos”. Disponible en:
<http://www.anuariocdh.uchile.cl/index.php/ADH/article/viewFile/20555/21725>.
10 Cfr. IBÁÑEZ RIVAS, Ob. cit.
11 CIDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 26 de noviembre de
2010. Serie C Nº 220. pff. 67 del voto razonado del juez Ferrer Mac Gregor.
12 Ob. cit., voto de Ferrer Mac Gregor, pff. 37.
13 Comité Jurídico Interamericano, Opinión “sobre el alcance del derecho a la
identidad”, resolución CJI/doc. 276/07 rev. 1 del 10 de agosto de 2007, párrs.
11.2 y 18.3.3, ratificada mediante resolución CJI/RES.137 (LXXI-O/07), del 10
de agosto de 2010.
14 CIDH. Caso de las niñas Yean y Bosico vs. República Dominicana,
sentencia del 8 de setiembre de 2005.
15 CIDH. Caso Gelman vs. Uruguay, sentencia del 24 de febrero de 2011
(Fondo y Reparaciones).
16 CIDH. Caso Contreras y otros vs. El Salvador, sentencia del 31 de agosto
de 2011 (Fondo, Reparaciones y Costas).
17 CIDH. Caso Fornán e Hija vs. Argentina, sentencia del 27 de abril de 2012
(Fondo, Reparaciones y Costas).
18 Sala Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de
la República. Exp. N° 1388-2010-Arequipa, sentencia del 8 de julio de 2010.
19 SIVERINO BAVIO, Paula. “El derecho a la identidad personal.
Manifestaciones y perspectivas”. En: AAVV. Los derechos fundamentales.
Estudio de los derechos constitucionales desde las diversas especialidades del
Derecho. Lima, Gaceta Jurídica, 2010, pp. 57-81 y “Anotaciones sobre la
recepción del derecho a la identidad sexual en la jurisprudencia argentina”,
publicado en el portal Microjuris, Argentina, el día 13 de octubre de 2010,
<http://ar.microjuris.com/>, bajo cita MJD 4929.
20 Para una explicación más detallada SIVERINO BAVIO, Paula. Ob. cit.
21 Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 6 de la Capital Federal de Argentina,
autos caratulados “Zaffaroni Islas, Mariana s/ av. circunstancias de su
desaparición - FURCI, Miguel Ángel-González de FURCI, Adriana”, causa Nº
403, de 5 de agosto de 1994, voto del Juez Mansur en la posición mayoritaria.
Citado por la CIDH en el caso Gelman vs. Uruguay.
22 CIDH. Caso Artavia Murillo vs. Costa Rica. (Fondo Reparaciones y Costas)
sentencia del 12 de noviembre de 2012
23 Tocamos este tema en SIVERINO BAVIO “Impugnación de la maternidad,
identidad y reproducción asistida heteróloga en el Perú: Cuando los genes
ganan y las personas pierden”. En: Revista de Derecho de Familia. Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, Argentina, julio de 2012. N° 55, pp. 195-226.
24 European Court of Human Rights. Case of Kroon and others vs The
Netherland (Application Nº 18535/91) 27/10/94. En:
<http://hudoc.echr.coe.int/sites/eng/pages/search.aspx?i=001-
57904#{“itemid”:[“001-57904”]}>.
25 MEDINA et ál. Ob. cit., p. 6.
26 Reglas de Brasilia sobre el Acceso a la Justicia de Personas en Condiciones
de Vulnerabilidad, aprobadas en la XIV Cumbre Judicial Iberoamericana 4, 5 y
6 de marzo de 2008, particularmente los principios 50, 80, 83 y 84.

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