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LA ACTITUD PROCESAL DEL JUEZ CUANDO NO HAY PRUEBA, EN LOS

PROCESOS DE FILIACIÓN Y PENSIÓN ALIMENTICIA.

MARÍA CAMILA BELLO AGUILAR


WILMER DURAN
Carga probatoria
DR10

Este trabajo tiene por objetivo entrar analizar la función procesal cuando no hay
prueba en los procesos de filiación y pensión alimenticia y lo importante que son las
pruebas para estos procesos, también examinar el proceder del juez.

Para entrar en contexto los procesos de impugnación de la paternidad y la


maternidad, se enmarcan en el contexto de la regulación jurídica de las relaciones
de filiación, siendo aquellos, vías a través de los cuales se materializa el derecho
de filiación, ampliamente analizado por la jurisprudencia constitucional. Resulta
entonces pertinente, con el fin de aproximarse al estudio de los procesos de
impugnación de la paternidad y la maternidad, reseñar la doctrina constitucional en
torno a la institución jurídica de la filiación.

Por otra parte ‘’la Corte Constitucional también ha señalado que la filiación es un
derecho innominado, de conformidad con lo previsto en el artículo 94 de la
Constitución Política. De ahí que, es deber de los jueces actuar con diligencia y
proactividad en los procesos de investigación e impugnación de la paternidad o
maternidad, y que las pruebas antroheredobiológicas son determinantes para
proferir una decisión de fondo. En criterio de esta Corporación, el mencionado
derecho se encuentra estrechamente ligado con el principio de la dignidad humana,
pues todo ser humano tiene derecho a ser reconocido como parte de la sociedad y
de una familia’’ En cuanto a la forma, la impugnación debe ser judicial, es decir que
solo puede desarrollarse mediante las acciones que pueden promoverse en el
aparato judicial para establecer la verdadera filiación, contando con la pretensión
impugnaticia(18), por lo que se excluye cualquier tipo de impugnación unilateral o
bilateral de carácter voluntario

‘’En la Sentencia T-997 de 2003(25), la Corte revisó el caso de un menor de 18 años


que promovió un proceso de investigación de paternidad en contra de su presunto
padre, para que éste fuera declarado como tal. Sin embargo, pese a que el juez de
la causa decretó la práctica de la prueba de ADN, el accionado nunca concurrió a
su realización, pasando más de 3 años sin que el juez de conocimiento hubiese
podido resolver el asunto. Ante esta situación, la Corte sostuvo que en los procesos
de filiación se presentan algunas particularidades en lo que tiene que ver con: 1) la
necesidad de contar con la prueba genética de ADN, 2) con el papel del juez para
su consecución, y 3) los efectos que de la ausencia de ella se derivan. En palabras
de la Corte’’ “(…) cuando se declara impróspera la impugnación de paternidad
instaurada por una persona que, gracias a una prueba de ADN, tiene certeza de no
ser padre o madre de otra, interfiere en el ámbito de protección prima facie de sus
derechos fundamentales a decidir libremente y en pareja el número de hijos que
desea tener, a la personalidad jurídica, a la filiación y a acceder a la administración
de justicia.

Una decisión de esa naturaleza supone en la práctica forzar al demandante a


aceptar como hijo suyo a quien no lo es desde un punto de vista biológico.
Dado que debe ser en principio `la pareja` la que decida el número de hijos que ha
de tener una persona, y no el Estado, cuando la decisión adoptada por un juez de
la República supone que uno de los miembros de la pareja debe resignarse a
aceptar como hija suya a una persona que biológicamente no lo es, se interfiere en
su derecho a decidir en `pareja` y de manera `libre el número de hijos``

Por otra parte, se incide en los derechos de quienes son presentados como el padre
o madre (aparente) a la personalidad jurídica (art. 14, C.P.) y, más específicamente,
a la filiación (art. 94, C.P.).

Por consiguiente y para concluir, resaltamos la importancia de la prueba radica no


sólo en que puede establecer los verdaderos vínculos de filiación de una persona,
sino en el efecto que de ello se deriva, que consiste en la protección efectiva de los
derechos del presunto hijo a la personalidad jurídica, a tener una familia y formar
parte de ella, a tener un estado civil, y a la dignidad humana. De igual manera,
supone la protección de los derechos fundamentales del presunto padre o madre a
decidir libremente y en pareja el número de hijos que desea tener, a la personalidad
jurídica, a la filiación y al acceso efectivo a la administración de justicia.

En cuanto a pensión alimentaria, en primero lugar debemos dar a conocer el


concepto jurídico alimentos, de acuerdo a lo indicado por la Corte Constitucional:
“El derecho de alimentos es aquel que le asiste a una persona para reclamar de la
persona obligada legalmente a darlos, lo necesario para su subsistencia, cuando no
está en capacidad de procurárselo por sus propios medios. Así la obligación
alimentaria está en cabeza de quien por ley; debe sacrificar parte de su propiedad
con el fin de garantizar la supervivencia y desarrollo del acreedor de alimentos”

En segundo lugar, tenemos que ver a quien se le debe alimentos, esto no lo dice el
Código General del Proceso en su artículo 411 del código civil “El cónyuge o
compañero(a) permanente, los descendientes. Hijos matrimoniales Hijos
extramatrimoniales Hijos adoptivos. Los ascendientes. Padres naturales Padres
adoptivos. Los hermanos. El cónyuge divorciado o separado sin su culpa a cargo
del cónyuge culpable.” Cualquiera de estas personas puede tener derecho a una
cuota alimentaria en la medida en que cumpla con los presupuestos de ley.

En tercer lugar, tendríamos que hablar sobre lo referente al principio de necesidad


de la prueba, este se refiere a la necesidad de que los hechos y las pruebas en los
cuales se debe fundamentar la sentencia, estén demostrados
con pruebas aportadas en el proceso que cualquiera de las partes. Para que el juez
pueda dar una sentencia, esta deberá estar en consonancia con los hechos y las
pruebas allegadas por las partes, el juez no puede fallar a favor del demandante o
en contra del demandado sin haber pruebas en el proceso.
En el caso concreto, si las partes no allegan pruebas al proceso, el juez puede
decretarlas de oficio, como está establecido en el artículo 169 del Código General
del Proceso “Prueba de oficio y a petición de parte: Las pruebas pueden ser
decretadas a petición de parte o de oficio cuando sean útiles para la verificación de
los hechos relacionados con las alegaciones de las partes. Sin embargo, para
decretar de oficio la declaración de testigos será necesario que estos aparezcan
mencionados en otras pruebas o en cualquier acto procesal de las partes. Las
providencias que decreten pruebas de oficio no admiten recurso. Los gastos que
implique su práctica serán de cargo de las partes, por igual, sin perjuicio de lo que
se resuelva sobre costas.” con el fin de obtener pruebas que puedan ayudar a
solucionar el objeto de la controversia, en este caso preciso pensión de alimentos.

También podemos recalcar el artículo 170 del CGP, “Decreto y práctica de prueba
de oficio: El juez deberá decretar pruebas de oficio, en las oportunidades probatorias
del proceso y de los incidentes y antes de fallar, cuando sean necesarias para
esclarecer los hechos objeto de la controversia. Las pruebas decretadas de oficio
estarán sujetas a la contradicción de las partes.” Como lo señala expresamente el
artículo, toda prueba decreta de oficio por el juez tendrán o deberán ser practicadas
y controversias por las partes procesales y el juez, con el fin de brindarle una
valoración probatoria, esta valoración es realizada por el juez, con ello para
convencerse.

En el Artículo 167 del CGP el legislador también estableció la posibilidad de que el


juez, antes de dar sentencia o fallar, pero puede redistribuir la carga exigiendo que
determinado hecho sea aprobado por la parte que se encuentre en una situación
más propicia en aras de aportar las evidencias o esclarecer los hechos debatidos,
señalando los juicios para establecer esa favorabilidad, tal como la proximidad con
los medios de prueba.

Otra opción que tiene el juez, siendo una de las más adecuados para la solución
de conflictos y controversias con las partes procesales, es realizar un acuerdo o
conciliación entre ellas, con el fin de terminar adelantadamente el proceso. Para
ellos el juez debe validar la información obtenida por las partes y que estas cumplan
con lo inmerso del código civil artículo 411, en vínculo que tienen las partes
procesales.

Como la misión de la justicia es alcanzar la demostración de la exactitud real


respecto de los intereses en conflicto, ha dicho la Corte, que cuando los litigios
ofrecen deficiencia probatoria, es obligación del juzgador emplear los poderes
oficiosos para decretar todos los elementos de convicción que, a su juicio, considere
convenientes para la verificar los hechos alegados por las partes.

Podemos concluir que las pruebas de oficio decretas por el juez son excepcionales,
las puedes hacer o no, si él lo considera necesario, no hay una norma taxativamente
expresa que lo obligue a realizarlas, puesto que estamos en una justicia rogada,
que quiero decir, que el juez falla sobre lo que se le solicita en la pretensión y lo que
aporte en pruebas las partes procesales.

Es importante aclarar respecto a la pensión alimenticia, que la parte quien aduce su


derecho frente a otra persona, esta debe tener en cuenta, deberá solicitar al juez
respetuosamente que verifique el vínculo familiar que tienen la contraparte.

En el caso concreto, la legislación colombiana en materia de pensión alimentaria el


juez tiene todos los mecanismos idóneos para resolver una controversia en el cual
las partes procesales no cumplieron con su obligación de hacer llegar pruebas al
proceso, con el fin de facilitarle al juez la solución de la controversia.

BIBLIOGRAFIA

- https://www.icbf.gov.co/cargues/avance/docs/concepto_icbf_0000107_2013.ht
m
- STC20190-2017 (corte constitucional)
- Código general del proceso
- https://escuelajudicial.ramajudicial.gov.co/docs2016/modulo_pruebas_cgp.pdf
- https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2012/T-352-12.htm

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