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I.

INTRODUCCION

La propagación asexual es indispensable en la reproducción de cultivos que no


producen semillas viables, como algunas bananas, la higuera, los naranjos y la
vid. En algunas especies la propagación es más fácil, más rápida y más
económica por medios vegetativos que por semilla.

Se describen las prácticas de propagación más comunes usadas en los diferentes


frutales que existen en el país. De la propagación sexual, se tratan aspectos
relacionados con el desarrollo del embrión, la calidad genética de la semilla, la
producción de plántulas, el semillero y la siembra y cuidados del mismo. De la
propagación asexual, se destaca su importancia y se presentan algunas
consideraciones sobre el clon, cambios en el mismo, producción y mantenimiento
de clones (selección inicial, mantenimiento y propagación y distribución), apomixis
(vegetativa y agamospermia), y latenica. Se discuten los factores del medio
ambiente (humedad, temperatura y luz) y fisiológicos que afectan la propagación
asexual. Se presenta imformación sobre la técnica de propagación por injerto
(desarrollo, compatibilidad e incopatibilidad, síntomas de incompatibilidad, y
relación entre patrón e injerto). Se describen los tipos de injertos más usados en
frutales, como: inglés, de emplame, de púa lateral, de hendidura, por aproximación
(apuntalado), de puente y de yema.

II. REVISION DE LITERATURA

II.1. Aspectos generales de la propagación asexual

II.1.1. Importancia de la propagación asexual

La propagación asexual consiste en la reproducción de individuos a partir de


porciones vegetativas de las plantas y es posible por que en muchas de éstas los
órganos vegetativos tienen capacidad de regeneración. Las porciones de tallo
tienen la capacidad de formar nuevas raíces y las partes de raíz pueden regenerar
un nuevo tallo. Las hojas pueden regenerar nuevos tallos y raíces. Un tallo y una
raíz (o dos tallos), cuando se les combina de modo adecuado por medio de injerto,
forman una conexión vascular continua. Se pueden obtener plantas nuevas
partiendo de una sola célula. Las células de la médula del tabaco y de la raíz de
zanahoria cultivada en medio aséptico, han regenerado plantas completas
idénticas a aquellas de donde procedió la célula inicial. Parece que cualquier
célula viva de una planta tiene toda la información genética necesaria para
regenerar al organismo completo (Vasil y Hildebrandt, 1965).

Razones para el empleo de la propagación asexual

La propagación asexual reproduce clones. Esa propagación implica la división


mitótica de las células en la cual, de ordinario, hay una duplicación íntegra del
sistema cromosómico y del citoplasma asociado de la célula progenitora, para
formar dos células hijas. En consecuencia, las plantas propagadas
vegetativamente reproducen toda la información de la planta progenitora y es por
esto que las características específicas de una planta dada son perpetuadas,
estableciéndose un clon. El proceso de reproducción asexual tiene importancia
especial en horticultura por la composición genética (genotipo) de la mayoría de los
cultivares y plantas ornamentales más valiosas, es altamente heterocigoto y las
características que distinguen a esos tipos se pierden de inmediato al propagarlos por
semilla (Steward, citado por Hartmann y Kester, 1979).

La propagación asexual es indispensable en la reproducción de cultivares que no


producen semillas viables, como las bananas, la higuera, los naranjos y las vides.
En algunas especies la propagación es más fácil, más rápida y más económica
por medios vegetativos que por semilla. La semilla de cotoneaster tiene
condiciones complejas de latencia, pero las estacas con hojas enraízan
rápidamente y en gran proporción. Las plántulas de algunas especies crecen más
lentamente que las estacas enraizadas. Algunas plantas cultivadas a partir de
semillas tienen un periodo juvenil largo, y durante ese tiempo la planta no solo
puede dejar de florear y fructificar, sino también mostrar otras características
morfológicas indeseables (por ejemplo tener espinas) que no se presentan cuando
la propagación se hace con material vegetativo en estado adulto. Por otra parte,
puede ser deseable mantener indefinidamente ese estado juvenil para facilitar la
propagación de estacas difíciles de enraizar (Huanca, n.d.).

II.2. Técnicas de propagación asexual

II.2.1. Técnica de la propagación por estacas

En la propagación por estacas, una parte del tallo, de la raíz o de la hoja se separa
de la planta madre, se coloca bajo condiciones ambientales favorables y se le
induce a formar raíces y tallos, produciendo así una nueva planta independiente
que en la mayoría de los casos es idéntica a la planta a la cual procede (Hartmann
y Kester, 1979).

II.2.1.1. Importancia y ventajas de la propagación por estacas

Este es el método más importante para propagar arbustos ornamentales, tanto de


especies caducifolias como de especies perennifolias de hoja ancha o de hoja
angosta. Las estacas también se usan extensamente en la propagación comercial
en invernadero de muchas plantas con flores de ornato y se usa en forma común
para propagar diversas especies de frutales (Hartmann y Kester, 1979).

Sepúlveda (2004), menciona dentro de las ventajas de la propagación por estacas


las siguientes: Simplicidad del procedimiento; absoluta homogeneidad en todos los
árboles obtenidos; obtención de un gran número de árboles a partir de una sola
planta madre; cultivos más cortos debido a la rapidez de esta técnica; ausencia de
problemas de incompatibilidad entre dos partes vegetativas; perfecta conservación
de las características clonales; necesidad de poco espacio; se evita la
dependencia hacia el uso de semillas; es posible lograr un control preciso del
parentesco. Puente (2008), agrega que la ventaja de la propagación por estacas
en relación con la propagación por injerto, es la confiabilidad de la replicación
genética de la planta madre; con esta técnica se pueden obtener nuevas plantas a
partir de estacas con las características genéticas idénticas a las plantas madres.
Generalmente se debe realizar con la finalidad de instalar “jardines clonales”, es
decir, propagar las mejores plantas y sembrarlas en un lugar determinado para
promover el cruzamiento entre ellas y así poder tener mejores semillas y por ende
mejores plantas.

II.2.1.2. Tipos de estacas

Existen diversas posibilidades de escoger el tipo de material a usar abarcando


desde las ramas muy suculentas del crecimiento en curso hasta grandes estacas
de madera dura de varios años de edad, por lo cual hace imposible establecer
algún tipo de material que sea mejor para todas las especies, ya que lo que puede
ser ideal para una planta puede resultar contrario para otra (Sepúlveda, 2004).

Lecourt (1981) indica que las estacas pueden clasificarse en varias categorías:
Según la naturaleza del órgano separado (tallo, raíz y hoja); según su estado
(herbáceo o lignificado); según la época o estación en que se realice la operación;
según los tratamientos que puedan darse a la estaca. Por su parte Hartmann,
Kester, Davies y Geneve (1997), mencionan que las estacas son clasificadas de a
la parte de la planta de donde son obtenidos; así se tienen: estacas de tallo,
estacas de raíz, estacas de hoja y estacas de hoja con yema.

II.2.1.2.1. Estacas de tallo

Según Barbat (2006), este es el tipo más importante de estacas. Puede ser
dividido en cuatro grupos, de acuerdo con la naturaleza de la madera usada: de
madera dura (especies deciduas y siempreverdes de hoja angosta), de madera
semidura, de madera suave y herbácea (Hartmann y Kester, 1995).

Estacas de madera dura (especies deciduas): Estas estacas se hacen de


madera dura y firme, después que han caído las hojas y antes que aparezcan
nuevos brotes en primavera. El uso de la estaca de madera dura es uno de los
métodos más económicos y fáciles de preparar, no se echan a perder con
facilidad, de ser necesario pueden ser enviadas a grandes distancias y durante el
enraizamiento requieren poco o ningún equipo especial (Hartmann y Kester,
1995).

El material de propagación para estacas de madera dura se prepara a finales de


verano y principios de invierno, debe ser tomado de plantas madres sanas, de
vigor moderado, que crezcan a plena luz solar. Las estacas deben tener un amplio
suplemento de carbohidratos almacenados para desarrollar las raíces y ramas
hasta que la nueva planta se vuelva autosuficiente. Las experiencias indican que
las mejores estacas se obtienen de las partes central y basal. Así, en operaciones
a gran escala se cortan manojos de material de la longitud deseada, utilizando
sierras de cinta u otras cortadoras mecánicas en vez de hacerlo individualmente a
mano (Hartmann et al., 1997).

Las estacas de madera dura varían en longitud de 10 a 75 cm y de 0.6 a 5 cm de


diámetro y se prefiere que contenga al menos dos nudos; por ello, el corte basal
se hace justo debajo de un nudo y el superior de 1.5 a 2.5 cm sobre un nudo. Es
conveniente seleccionar los diámetros para facilitar trabajos posteriores como la
injertación (Cuculiza, 1956).

Estacas de madera semidura: Generalmente estas estacas son obtenidas de


especies leñosas, siempreverdes y de hoja ancha, enraízan más fácilmente que
las anteriores, pero demoran más que las herbáceas; es conveniente cosecharlas
justo después de que ha habido un período de crecimiento y la madera es
prácticamente madura. Muchos arbustos ornamentales y algunas especies de
frutales como los cítricos y el olivo pueden propagarse de esta forma (Hartmann y
Kester, 1995). Su uso es frecuente en floricultura, un ejemplo es el rosal (Cuculiza,
1956).

II.2.1.2.2. Estacas de raíz

Los mejores resultados pueden obtenerse si las estacas se toman de plantas


madres de 2 a 3 años de edad a fines del invierno o comienzos de primavera,
cuando las raíces están bien provistas de material de reserva alimenticia, pero
antes que se inicie el nuevo crecimiento. Se debe evitar aquella parte de la
primavera en que la planta está formando con rapidez ramas nuevas. Las estacas
de raíz de la amapola oriental (papaver orientale) se deben tomar a mediados del
verano, que es el periodo del reposo para esa especie. La obtención de estacas
de raíz puede ser muy laboriosa a menos que pueda lograrse de plantas que de
cualquier modo se van a sacar de la tierra. En las estacas de raíz es importante
que al plantarlas se mantenga la polaridad correcta. Para evitar plantarlas en
forma invertida, se puede hacer un corte recto en el extremo proximal (el más
cercano a la corona de la planta) y un corte inclinado en el extremo distal (el más
alejado de la corona) las estacas de raíz siempre se deben plantar con el extremo
proximal hacia arriba, al hacer la plantación, se inserta la estaca en posición
vertical, de modo que el extremo superior quede justo al nivel del suelo, sin
embargo, en muchas especies resulta igualmente satisfactorio plantar las estacas
en posición horizontal a una profundidad de 2. 5 a 5 cm. La propagación por
estacas de raíz es muy simple, pero el tamaño de las raíces de la planta que se
desea propagar puede determinar cuál es el mejor procedimiento (Hartmann y
Kester, 1979;Boutherin y Bron, 2005).

II.3. Aspectos teóricos del injerto

Los orígenes del injerto se remontan a la antigüedad. Hay pruebas de que el arte
de injertar era conocido por los chinos cuando menos desde el año 1000 A.C. En
sus escritos, Aristóteles (384-322 A.C.) se refiere al injerto con bastante
conocimiento del tema .Durante los días del Imperio Romano el injerto era muy
popular y en los escritos de ese tiempo se exponían con precisión los métodos.
Pablo, el Apóstol, en su epístola a los Romanos hace referencia al injerto entre los
“buenos” y los “malos” olivos (Romanos 11:17-24). En el periodo del Renacimiento
(1300-1500 D.C.) hubo un interés renovado en el injerto, al igual que en muchos
otros campos. A los jardines de Europa se introdujo un gran número de plantas de
países extranjeros, que fueron mantenidas por injerto. Para el siglo XVI en
Inglaterra se usaban con amplitud los injertos de hendedura y de lengüeta y se
reconocía que las capas de cambium debían coincidir, aunque la naturaleza de tal
tejido no era comprendida ni apreciada. Los injertadores encontraban dificultades
por la carencia de una buena cera de injerto y para cubrir las uniones usaban
mezclas de arcilla húmeda y estiércol. En el siglo XVII se plantaron en Inglaterra
muchos huertos, propagándose los árboles por injerto de púa o de yema. Stephen
Hales, al principio del siglo XVIII, en sus estudios sobre la “circulación de la savia”
en las plantas, injertó tres árboles por aproximación y encontró que el árbol del
centro permanecía vivo aun cuando cortaran sus raíces. Por la misma época
Duhamel estudió la cicatrización de las heridas y la unión de injertos leñosos. En
ese tiempo se pensaba que la unión de injerto funcionaba como un cierto tipo de
filtro que cambiaba la composición de la savia que pasaba por él (Del Fabro,
2004).

Injertar es una forma de multiplicación de las plantas y consiste en introducir un


trozo de rama o una o más yemas en otra planta. A la rama o yema, se le llama
injerto y a la planta que lo recibe se le llama patrón o portainjerto (Iñiguez,
Sánchez y Sierra, 1999).

Entre las principales razones para injertar se mencionan: Perpetuación de clones


que no se pueden reproducir de manera conveniente por estacas, acodado,
división u otros métodos asexuales. Los clones de algunas especies como el
almendro, el nogal, el eucalipto, el pinabete azul de Colorado y otras plantas
leñosas no se propagan en forma comercial por estacas porque no se les puede
hacer enraizar o no se logra que enraícen en porcentajes suficientemente
elevados con los métodos disponibles en la actualidad. Un número limitado de
individuos adicionales puede iniciarse por acodado o por división, pero para la
propagación en cantidades considerables, el viverista se ve obligado a injertar
púas o yemas de las variedades deseadas en patrones compatibles (Hartmann y
Kester, 1979).
III. MATERIALES Y METODOS

IV. CONCLUSION

V. BIBLIOGRAFIA

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