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Críticas centrales de Marx a la economía clásica

Marx, a lo largo de toda su obra, enuncia muchas críticas puntuales a los temas particulares de la
teoría económica clásica que va tratando, por lo que se hace difícil llevar a cabo una compilación
satisfactoria de todas ellas. Sin embargo, vamos a destacar tres cuya importancia reside en que
constituyen los puntos clave, donde mediaba una concepción del mundo muy diferente a la de los
clásicos.

La primera crítica va dirigida a la incapacidad que tuvieron los clásicos para explicar la naturaleza
del beneficio y del capital. A pesar de haber llevado a cabo la distinción entre la cantidad de
trabajo contenido en un bien y las cantidades de los bienes que se entregan al trabajador a cambio
de su trabajo, no se plantearon el problema de explicar sus bases sociales.

Esta crítica puede abordarse desde dos puntos de vista cuyos límites no son fáciles de trazar. De
un lado, es un reclamo al enfoque de la teoría económica clásica por la falta de integración de sus
análisis con las condiciones histórico- sociales. Del otro, es un reclamo a la teoría económica
misma por su incapacidad para explicar los fenómenos de los que se ocupa. Las bases sociales del
beneficio a las que se refiere Marx tienen su origen en la explotación del trabajo.

La segunda crítica se refiere a la incapacidad de los economistas clásicos para reconocer el


carácter histórico del capitalismo. Según los clásicos: “Así como la necesidad de utilizar medios de
producción para producir mercancías siempre ha existido y siempre existirá, el capital y la
formación social a la que da origen serían eternos” (Roll, 1999: 140)

Para Marx las cosas son completamente diferentes. Según él, el capital es una relación social, ya
que no consiste en el conjunto de determinados medios de producción, sino en el poder que tiene
la burguesía sobre el proletariado debido a que ella es la propietaria de dichos medios.

Así, el capitalismo sólo puede darse en un determinado marco social, aquél que está definido por
la propiedad privada de los medios de producción. Es claro entonces por qué el sistema capitalista
no tiene nada de eterno o inmutable, sino que depende enteramente de la circunstancia social en
que se da.

Es importante hacer notar aquí que esta segunda crítica comparte un punto fundamental con la
primera: la economía clásica tiene problemas desde su mismo enfoque, ya que, al no tomar en
cuenta el carácter histórico y social de lo que pretende estudiar, sencillamente no puede hallar las
soluciones adecuadas.

La tercera y última crítica es más bien una extensión de la misma idea. Según Marx, la incapacidad
de los clásicos de reconocer la explotación como fundamento del modo de producción capitalista
llevó a que centraran su atención en el intercambio y no en la producción, con lo cual podían
mostrar al capitalismo como un sistema en el que impera la libertad y la igualdad.

En otras palabras, en la teoría económica clásica ocurre que en el momento del intercambio los
sujetos intervienen como iguales, ya que el intercambio se da siempre entre mercancías que son
equivalentes. En este proceso, las diferencias cualitativas entre las mercancías que se
intercambian, quedan ocultas por la igualdad de su valor de cambio.
El ocultamiento de las diferencias cualitativas a causa del cambio entre mercancías equivalentes
incluye el caso especial en que el trabajo se cambia por salario. Visto así, el sistema parece ser
igualitario.

De aquí resulta claro que Marx se concentrara en los mecanismos de la producción, antes que en
los de la circulación de mercancías, para explicar la naturaleza de la relación social entre trabajo y
capital.

Fuente: Historia de las ideas económicas MAGDA RIVERA MONSALVE

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