Una nueva Audición Comentada

Terminamos el mes de octubre con una de las grandes obras de la música clásica: La Obertura
1812 de Chaikovski, compositor ruso del llamado romanticismo musical.

Chaikovski es uno de esos ejemplos de compositores que llegaron a serlo casi a pesar de todo,
pues sus estudios no fueron dirigidos hacia la música, ni su profesión fue esta en un principio.
Pero gracias a la ayuda de una mecenas con la que mantuvo una curiosa relación platónica, el
músico pudo dedicarse por completo a su labor de compositor e intérprete de sus propias obras.

Durante los catorce años que duró esta ayuda, Chaikovski pudo dedicarse además a viajar al
extranjero con cierta frecuencia, lo que le valió el reconocimiento internacional.

Toda la Música | Audición comentada Obertura 1812 de ChaikovskiToda la Música | Audición

comentada Obertura 1812 de Chaikovski
Toda la Música | Audición comentada Obertura 1812 de Chaikovski
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La obra que hoy nos ocupa tiene su origen cuando en 1880 el Zar Alejandro II quiere conmemorar
la derrota de Napoleón en 1812, para lo cual se propone construir la Catedral de Cristo Salvador
de Moscú. El director del Conservatorio, al enterarse del proyecto, propone a su vez crear una
pieza conmemorativa para ser interpretada durante la inauguración de la catedral, y este trabajo le
es encargado a Chaikovski, que lo termina en tan sólo seis semanas.

Originalmente la obra iba a ser interpretada al aire libre en la plaza frente a la catedral, en un
monumental concierto en el que una banda de metales acompañaría a la orquesta, mientras las
campanas de la catedral y de otras iglesias cercanas repicaban, y, para completar el grandioso
espectáculo, una salva de artillería sería disparada mediante un panel eléctrico que aseguraría la
precisión y la coordinación con la música.

Este ambicioso plan no pudo llevarse a cabo, por lo que podemos imaginar la frustración del
compositor cuando su obra fue estrenada dos años después bajo techo y sin todos esos efectos
especiales que Chaikovski había ideado. Cuando un año más tarde se inauguró por fin la catedral,
el autor se quejaba a su mecenas diciendo que la obertura sería “muy fuerte y ruidosa, pero
carente de mérito artístico, porque la escribí sin calidez ni cariño”. Pese a estas palabras, la obra
se ha convertido en una de las más emblemáticas del compositor y uno de sus trabajos más
grabados.

La Obertura 1812 es una pieza que narra casi literalmente la campaña napoleónica en Rusia.
Comenzamos escuchando una versión orquestal de “Dios proteja a su pueblo”, una melodía de
la iglesia ortodoxa rusa que nos recuerda cómo la declaración de guerra fue notificada al pueblo
durante los servicios religiosos.
Más adelante la música nos prepara para entrar en batalla y a la vez escuchamos melodías
tradicionales rusas que nos dibujan un paisaje de angustia por parte de los rusos que se van a ver
invadidos. El avance de los franceses se representa musicalmente con la melodía de La Marsellesa
que se va haciendo cada vez más presente a medida que los franceses van ganando terreno, pero
que disminuye en sonoridad cuando el ejército francés se bate en retirada. El avance de los rusos
se expresa con cinco disparos de cañón y posteriormente escuchamos el canto triunfal Dios salve
al Zar acompañado de nuevos disparos de cañón.