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Antecedentes de la tunantada

Se suele decir que la Tunantada es de origen colonial; o sea que se originó en las ferias
dominicales virreinales donde convergían gentes de diferentes geografías, los que al final de
las ventas, se ponían a bailar. Así se explicaría la presencia de personajes tales como el
argentino, el boliviano, la cusqueña, la chupaquina, la huanca, etc. Sin embargo, aunque es un
relato que suena muy convincente, no se puede demostrar verídicamente, y es difícil que se
pueda hacer, además, por lo que se puede pensar se trate de un relato mítico –es decir uno
que recrea un pasado de acuerdo a las necesidades explicativas del presente–, y que hoy en
día se suele asumir como una verdad”, expresó el historiador, Carlos Hurtado.

Es importante resaltar que, durante su exposición, Hurtado Ames, manifestó haber


encontrado evidencias en el antiguo periódico jaujino El Porvenir de la primera y segunda
década del siglo XX, donde sólo aparecen referencias a dos cuadrillas de bailantes, ambas de
Jauja y una de ellas dirigida por los hermanos Suárez. El lugar donde se realizaba la festividad
no está claro en estas fuentes, pero hay otras informaciones, sobre todo de carácter oral, que
señalan que ésta se desarrollaba en ciertos puntos de la ciudad, por ejemplo, la antigua
plazuela de Santa Isabel, hoy La Libertad. Las páginas del El Porvenir, también muestran que la
Tunantada era una fiesta secundaria o accesoria del “Jalapato”, que era el principal atractivo y
celebración del momento.

Acerca de la música, Hurtado refirió que el crecimiento de la fiesta ha ido a la par con el
cambio musical que se ha dado en la región desde finales del siglo XIX y principios del XX,
sobre todo con la aparición de la “Orquesta típica” (antes de la misma existía el llamado
“Conjunto musical”, que se constituía básicamente por guitarras y quenas), y la introducción
de instrumentos tales como el clarinete y el saxofón al repertorio musical serrano. Lo que
llevaría a decir que la Orquesta típica permitió el crecimiento y masificación de este tipo de
manifestaciones en la región, mediante lo que conceptualmente se denomina como mestizaje
cultural.

Por su parte, Francisco Núñez*, resaltó que la Tunantada es un recurso cultural que nos
permite tener identidad y enfrentarnos al mundo globalizado. “La cultura es clave y tenemos la
responsabilidad, no solo de reproducirla, sino también que estos recursos culturales conserven
su identidad”. En resumen, las autoridades presentes escucharon atentamente la presentación
y las palabras del Sr. Jair Pérez, director del Departamento de Descentralización de la
Secretaría de Cultura, quien lo instó a formular un plan de gestión cultural a la brevedad.
Política cultural contra los malos. “Solo así podrá ser presentado a la UNESCO como expresión
cultural de la humanidad”.

Costumbres antiguas y actuales de la tunantada

Algunas crónicas de la primera y segunda décadas del siglo XX, que encontré en el viejo
periódico de Jauja El Porvenir, mencionan solo dos grupos de baile de Jauja y uno dirigido por
los hermanos Suárez. No está claro a partir de estas fuentes dónde tuvo lugar el festival, pero
la información verbal en particular sugiere que el festival tuvo lugar en ciertos lugares de la
ciudad, como la actual antigua Plaza Santa Isabel la Libertad. Esta obra probablemente fue
realizada como una sátira y un recuerdo de los personajes de la última época colonial, como un
medio para llevar a la realidad la verdad de la sociedad de entonces.
La sátira nace del disfraz. Los bailarines usan máscaras de tela metálica, ojos pintados, bigotes
y piel clara. Algunos asistentes llevan bastones y pantalones hasta la rodilla, imitando los
estereotipos coloniales españoles. Hoy mantiene su carácter festivo y satírico, y además de
villanos, personajes como mestizos, indios, argentinos, médicos y elegantes chutos cautivan
con su libre coreografía. unirse. Otro aspecto más importante de esta danza es la
transformación mediante el uso de máscaras y máscaras. De hecho, lo que conforma una fiesta
son ciertas transformaciones que te permiten transformarte durante días con este tipo de
artilugios. Esto, combinado con el hecho de que la fiesta tiene una duración de cinco días y la
observancia de los postulados semióticos de las fiestas (que afirman que los fenómenos
culturales son fenómenos de comunicación, es decir, sistemas de signos), se puede afirmar de
la siguiente manera: aumento. Tunantada es sobre todo una fiesta de inversión.

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