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R evisión

Patología dual y consumo de tóxicos en pacientes


con trastorno bipolar: estado de la cuestión

Tania Martín Santos y Jesús V. Cobo Gómez


Salut Mental, Corporación Sanitaria Pare Tauli

Resumen
Objetivo: Explorar la comorbilidad en consumo de tóxicos y patología dual de pacien-
tes con Trastorno Bipolar. Metodología: Revisión crítica de la bibliografía secundaria
obtenida a través de la base de datos Medline asi como de diversas monografias sobre
el tema. Resultados: Los pacientes bipolares presentan una alta prevalencia de abuso
o dependencia de sustancias, siendo el alcohol el principal tóxico consumido, seguido
por la cocaína. Este consumo se refleja en un empeoramiento del curso y pronóstico
del trastorno afectivo. Conclusiones: Las cifras más altas de comorbilidad del trastorno
bipolar corresponden a los trastornos por abuso y dependencia de sustancias. De hecho,
los trastornos bipolares constituyen la patología psiquiátrica que se asocia, con mayor
frecuencia, a las drogodependencias.

Palabras Clave
Comorbilidad, Trastorno Bipolar, Alcohol, Cocaína, Drogas de abuso.

Summary
Objectives: Explore comorbidity of drug and alcohol abuse and bipolar disorders. Me-
thodology: Critical revision of the secondary bibliography listed in the Medline database
and several monographies dedicated this issue. Results: Bipolar patients present a high
prevalence of drug abuse or addiction. Alcohol is the principal substance of abuse, follo-
wed by cocaine. This drug abuse is related to a bad recovery and the prognosis of an
affective disorder. Conclusions: High rates of comorbidity in bipolar disorders are related
to drug abuse and dependence. In fact, bipolar disorders are the psychiatric illnesses that
are most associated with drug addiction.

Key Words
Comorbidity, Bipolar Disorder, Alcohol, Cocaine, Drug abuse, addiction.

Correspondencia a:
Dr. Jesús V. Cobo Gómez. Unitat d’Hospitalització d’Aguts ¡ Toxicomanias, Salut Mental, Corporación
Sanitaria Pare Tauli. Pare Tauli, s.n., 08208 Sabadell (Barcelona). jcobo@cspt.es

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Drogodependencias 31 (1) 14-27.
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2006
Tania Martín Santos y Jesús V. Cobo Gómez

Résumé
Objectifs: explorer la comorbidité de la consommation de drogues et alcool en patients
qui souffrent le Trouble Bipolaire. Méthodologie: révision critique de la bibliographie
secondaire de la base de données Medline et les différents monographies dédiquées
a ce sujet. Résultats: Les patients bipolaires présentent une haute prévalance de con-
sommation ou dépendance de drogues L’alcool est la principal substance, suivi par la
cocaine. Cette dépendance s’associe avec une mauvaise récuperation et avec la prognose
d’un trouble affectlf. Conclusions: haute incidence de comorbidlté en troubles bipolaires
s’assoclent avec la consommatlon et dépendence de drogues et alcool. En falte, les
troubles bipolaires sont les maladies psychiatrlques qui s’associent plus souvent avec la
dépendance de la drogue.

Most Clé
Comorbidité, Trouble Blpolaire, Alcool, Cocaine, dépendence de drogue.

INTRODUCCiÓN torno bipolar 11, estas cifras se incrementarían


de forma considerable. Angst (1995) calcula
El Trastorno Bipolar es aquel trastorno del que la prevalencia a lo largo de la vida de los
humor, de curso intermitente, caracterizado trastornos del espectro bipolar podria oscilar
por la alternancia de episodios de depresión entre el 3 y el 6’5%.
(melancolía) y de manía/hipomania (exci- Un fenómeno inquietante, que parece con-
tación), con periodos de estado de ánimo firmarse a la vista de los datos epidemiológicos
normal entre los intervalos. En todas las expuestos hasta ahora, es que la incidencia
sociedades y etnias se ha identificado el tras- de los trastornos bipolares parece crecer en
torno bipolar, con variaciones patoplásticas los últimos años; fenómeno que admite tres
en función de la cultura y la personalidad posibles explicaciones, que no se excluyen mu-
individual, aunque con unas características tuamente: podría tratarse de un incremento
comunes invariables. “real” de casos por razones genotípicas, o bien
Las tasas de prevalencia interculturales para debido a razones fenotípicas, como la induc-
este trastorno son bastante similares (Vallés y ción de hipomanía o de manía en pacientes
Guillamat, 1997). La razón mujeres/hombres previamente unipolares por generalización
oscila entre 1’3/1 y 2/1, y la prevalencia a lo del uso de antidepresivos, aunque también
largo de la vida se sitúa cerca del 1’6 % (Kes- podríamos estar ante un incremento aparente
sler et al.,1994) aunque trabajos posteriores debido a cambios en los sistemas diagnósti-
aumentan dicha cifra al 22’5% (Bebbington y cos, con importación de casos anteriormente
Ramana, 1996). Los datos de la mayor parte clasificados en otras categorías. El fenómeno
de estudios se refieren exclusivamente al de la anticipación genética explicaría también
Trastorno bipolar l; si se incluyeran otros el aumento de gravedad de la enfermedad en
trastornos del espectro bipolar, como el Tras- los descendientes de pacientes bipolares. La

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extensión generalizada del uso de antidepre- general ha aumentado extraordinariamente


sivos, especialmente patente tras la aparición en los últimos años.
de los inhibidores selectivos de la recaptación Una de las principales complicaciones
de serotonina, por su bajo perfil de efectos encontradas en el Trastorno Bipolar es el
secundarios, ha traído a un primer plano abuso de tóxicos. La patologia dual, por tanto,
el polémico tema, desde un punto de vista entendida como comorbilidad entre psicopa-
nosológico, de las denominadas “hipomanías tologia y abuso o dependencia de sustancias
farmacógenas”. Aunque el viraje inducido por psicotropas, es diagnosticada cada vez con
antidepresivos en pacientes bipolares es bien mayor frecuencia en la práctica cotidiana. Se ha
conocido desde hace años, existen pacientes propuesto que esto podría tanto ser debido
que sólo presentan síntomas maniformes a un aumento en la prevalencia secundaria
bajo la influencia biológica de un fármaco de este tipo de trastorno dual por un mayor
antidepresivo o terapia electroconvulsiva. consumo de sustancias tóxicas, o bien, lo más
Algunos autores proponen clasificar a estos probable, seria el resultado de una mayor
pacientes como “bipolares de tipo lll” (Akiskal, capacidad de detección de estos trastornos
1997). Las actuales clasificaciones los conside- (Casas y Etcheberrigaray, 1997).
ran unipolares con un síndrome maniforme
“orgánico” o “sintomático”. Sin embargo,
existen evidencias en aspectos de historia
2. OBJETIVOS
familiar y temperamento de que estos pacien- El objetivo principal de este trabajo es pre-
tes estarían cercanos al espectro bipolar. En sentar un panorama general sobre la relación
tercer lugar, pueden influir las modificaciones entre el consumo de tóxicos y el trastorno
históricas en los criterios para el diagnóstico bipolar, tanto a nivel epidemiológico como a
de los trastornos bipolares. Es muy probable nivel de relaciones etiopatogénicas y respuesta
que pacientes diagnosticados previamente al tratamiento y especialmente detallar los
como esquizofrénicos cumplan actualmente últimos artículos y publicaciones al respecto.
criterios para trastorno bipolar; de hecho,
paralelamente al incremento en la incidencia
de trastornos bipolares se observa una dis- 3. MATERiAL Y MÉTODO
minución de la incidencia de la esquizofrenia. La revisión bibliográfica se ha realizado tan-
Por consiguiente, es posible que, tanto por to a través de artículos como de capítulos de
el lado de las psicosis como por el lado de libros dedicados en el estudio de la asociación
los trastornos afectivos unipolares e incluso existente entre el consumo, abuso y depen-
los trastornos de personalidad, las fronteras dencia de alcohol u otras sustancias adictivas y
delimitadas por los criterios diagnósticos de el trastorno bipolar. Para realizar esta revisión
trastorno bipolar se hayan ensanchado, con- se basó en la búsqueda y selección de artículos
tribuyendo al aumento de casos detectados mediante la base de datos Medline. De dichos
en los estudios epidemiológicos (Bowring et artículos, se revisó y seleccionó también, las
Kovacs 1992, Kessler et al 1994, Calabrese et referencias bibliográficas de determinados
al 2001). En cualquier caso, también es cierto ar tículos seleccionados, siendo ésta otra
que la incidencia de los trastornos afectivos en fuente útil e importante de información. La

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selección se basó en artículos referentes a a los cuadros en que coexistia patologia


la comorbilidad entre el Trastorno Bipolar, orgánica o adictiva y sintomatología maniaca
incluyendo también, pero en menor medida, (Casas et Etcheberrigaray, 1997).
otros trastornos afectivos asi como, el tras- Como ya citan Casas y Etcheberrigaray
torno afectivo unipolar y el consumo, abuso (1997), los principales estudios de la década
o dependencia del alcohol u otras sustancias de los 80 y 90 sobre patologia dual en el
adictivas. Los artículos comprenden desde el trastorno bipolar se han efectuado prefe-
año 1974 hasta el 2003. rentemente sobre el alcohol (Winokur et al.,
En esta revisión se han contemplado 1994; Winokur et al., 1995). Asi, esta estable-
variables tales como el sexo, el estado civil, cido que la relación de probabilidad de que
la edad media de inicio y duración tanto del el alcoholismo y el trastorno bipolar ocurran
Trastorno Bipolar como del consumo de simultáneamente no es debida al azar y que
sustancias y alcohol, los intentos o ideaciones durante los episodios maniacos el consumo
autolíticas, las recaídas y sus causas, los estados de alcohol aumenta en un 40% de los sujetos,
de ánimo, las remisiones, el curso y pronóstico preferentemente en los hombres.
de la enfermedad etc. En cuanto al tipo de Paralelamente, se han efectuado pocos
tóxico consumido, se estima principalmente estudios analizando la comorbilidad con otras
el alcohol, pero también cualquier otro tóxico drogas. Gawing y Cléber (1986) y Weiss y
como la cocaína, la marihuana, los opiáceos, colaboradores (1986) describen simultá-
los alucinógenos, los psicoestimulantes, los neamente, en alrededor de un 20 % de los
sedantes, etc... consumidores de cocaína de sus muestras,
la sintomatologia bipolar. Como ya destacan
4. EL ESTADO DE LA CUESTION: Casas y Etcheberrigaray (1997), estos por-
centajes se aumentan al 30 % en los estudios
En el campo de la patología dual, la aso- de Nunes y colaboradores (1989) y de West
ciación entre Trastorno bipolar y el uso (o y colaboradores (1996). En los dos grandes
abuso) de tóxicos ha sido especialmente ana- estudios epidemiológicos estadounidenses de
lizada. Asi, la asociación entre los trastornos la década de los 90, el Epidemiologic Catch-
maniacos‑depresivos y u n excesivo consumo ment Area (ECA) Study (Regier et al., 1990) y
de alcohol fue ya estudiada por diversos el Nacional Comorbidity Survey (NCS) (Kessler
autores en las décadas de los años ó0 y 70 et al., 1994; Kessler et al., 1996), la razón de
(Reich et al., 1974; Morrison, 1975; Dunner et probabilidad de existencia de comorbilidad
al., 1979). Akiskal y ó colaboradores (1977), entre Trastorno bipolar y cualquier drogode-
señalaron ya que alrededor del 50% de sus pendencia es de 6’6 en el ECA y de 6’8 en el
pacientes ciclotimicos presentaban consumos NCS, siendo para la dependencia de alcohol
abusivos de alcohol y otras drogas. Igualmente, de 4’6 en el ECA y de 9’7 en el NCS, y para
Krauthammer y Klerman (1978), defendian dependencia de sustancias psicoactivas de 8’3
también la existencia de trastornos maniacos y 8’4 respectivamente, de lo cual se desprende
secundarios a patología orgánica o al consumo que el Trastorno bipolar es el que presenta
de drogas. En 1988, Black y colaboradores un mayor riesgo, de entre todas las entidades
llamaron “trastornos maniacos complicados” nosológicas del eje I del DSM‑IV, de coexistir

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con un trastorno relacionado con sustancias en los estudios previos (Raskin y Miller, 1993;
psicoactivas. La distinción entre primario y Perez de los Cobos, 1996).
secundario tiene un importante desarrollo en En cuaquier caso, está bien establecido
los últimos años. En el caso del alcoholismo que la comorbilidad entre trastornos del Eje
(Winokur et al., 1995), por ejemplo, se han I y las drogodependencias puede agravar la
descrito una mayor frecuencia de pacientes evolución del cuadro afectivo (Hasin et al.,
varones respecto de las mujeres (85% versus 1985; Rounsaville et al., 1987; Mirin et al., 1988;
57%), asi como una edad de inicio del alco- Kessler et al., 1996). La mayoría de autores
holismo más temprana (20 + 7 años versus consideran que la presencia concomitante de
27 + 9 años) y una evolución del cuadro un trastorno bipolar y un cuadro de abuso o
clínico más complicada y menos satisfactoria dependencia de sustancias psicoactivas implica
cuando la drogodependencia es primaria y un mal pronóstico en la evolución clínica de
al contrario si es secundaria. Este aspecto es los pacientes afectados. Ello se concreta en la
especialmente importante en el campo de la mayor lentitud de recuperación comparada
validación de la hipótesis de la automedicación respecto a pacientes bipolares sin comorbi-
(Casas et Etcheberrigaray, 1997). lidad adictiva (Keller et al., 198ó; Black et al.,
Esta hipótesis propone que las dificultades 1988) y en la necesidad de un mayor número
del tratamiento y la tendencia a la recaída en de hospitalizaciones (Reich etal., 1974; Tohen
gran parte de los pacientes drogodependien- etal., 1990; Bradyetal., 1991; Sonne et al., 1994)
tes se debe a una disfunción de los sistemas para controlar el cuadro. A pesar de ello, las
de neurotransmisión‑neuromodulación en el expectativas e estos pacientes mejoran espec-
SNC, o bien, como segunda (y no excluyente tacularmente cuando se realiza un correcto
posibilidad) a que presentan un trastorno psí- tratamiento de la patología bipolar y, como
quico previo al inicio de la conducta adictiva, detectan Winokur y colaboradores (1994)tras
que reaparece o se manifiesta cuando cede varios años de tratamiento adecuado de los
con su conducta adictiva que funcionaba trastornos bipolares duales, se reduce el nú-
como un “autotratamiento” ( Khantzian, 1 mero de pacientes con alcoholismo activo.
985; Weiss y Mirin, 1 987; Casas et a 1., 1 992; Cuando se comparan con otros pacientes
Casas, 199ó; Casas et Etcheberrigaray, 1997). afectivos, los resultados son a veces contradic-
Para que la hipótesis de la automedicación torios. O’Sullivan (1988), en un seguimiento
pueda ser aplicada, por tanto, se precisa el de dos años, encuentra, paradójicamente,
diagnóstico del cuadro afectivo como “prima- una mejor evolución en los alcohólicos con
rio”. Sin embargo, a pesar de que diversos tra- trastorno bipolar que en los que presentan
bajos apoyan la hipótesis de la automedicación sólo un trastorno unipolar depresivo o que no
(Akiskal et al., 1977; Nunes et al., 1989; Brady tienen comorbilidad en absoluto (alcohólicos
et al., 1990; Weiss et al., 1992; Sonne et al., puros). Este dato apuntarla a un alcoholismo
1994; Winokur et al., 1995), otros autores no secundario en estos pacientes bipolares
están de acuerdo con esta hipótesis (Schuckit, alcohó1icos. Sin embargo, y a este respecto,
1991; Anthenelli y Schuckit, 1993) y se han Hasin y colaboradores (1989), observan que la
planteado diversos problemas metodológicos evolución del alcoholismo fue más satisfactoria
que pueden invalidar los resultados obtenidos en los pacientes con patología dual bipolar

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tipo 11 que en aquellos con un trastorno sustentarla con rigor, dado que en la mayoría
bipolar 1, lo cual es ciertamente sorpren- de estudios clínicos realizados en pacientes
dente. Sin embargo, como resaltan Casas y bipolares se excluyen, explícitamente, los
Etcheberrigaray (1997) la mayoría de estos pacientes consumidores activos de sustancias
estudios presentan déficits metodológicos: tóxicas.
no efectúan claras distinciones entre abuso y
dependencia, no reseñan la posible existencia
de politoxicomanía, no correlacionan con las
5. ULTIMOS AVANCES
diversas sustancias consumidas, no subdividen Algunos estudios recientes han replicado
a los pacientes en función de los subtipos de o contrastado los datos clásicos al respecto.
trastorno bipolar, etc. James R. Morrison (1974), en un estudio con
Los aspectos del tratamiento de los pa- una muestra de 297 pacientes psiquiátricos,
cientes bipolares con patologia dual han sido encontró que la edad media de inicio del con-
tratados también en alguna ocasión, pero, sumo de alcohol para 17 pacientes bipolares
en general, faltan todavia estudios metodo- alcohó1icos era de 2ó años, y la duración
lógicamente complejos para averiguar las media del consumo era de 18 años. En ocho
diferencias y estrategias terapéuticas más pacientes, la historia de alcoholismo fue an-
eficaces en los casos de patologia dual bipolar terior a la aparición del inicio del trastorno
(Casas et Etcheberrigaray, 1997). Existen, sin afectivo, mientras que éste tenía un inicio
embargo, varios estudios sobre la utilidad del más temprano en 7 pacientes. Años más tar-
litio en los pacientes afectivos con patologia de, Susan C. Sonne y colaboradores (1994),
dual alcohó1ica (Shaw et al., 1975; Liskow et hallaron que los pacientes con Trastorno
al., 1982; West, 1983; O’Sullivan, 1984), pero Bipolar y consumo de tóxicos tenían un inicio
los resu Itados e n b ipolares o c iclotimicos significativamente más temprano del trastorno
c ocainómanos s on m ás c ontrovertidos afectivo. Igualmente, Feinman y Dunner (1996)
(Gawin et Kleber, 1984; Nunes et al., 1990; encuentran que el Trastorno Bipolar tiene la
O’Connell et all., 1991). En todo caso, los prevalencia de comorbilidad con el consumo
últimos estudios y revisiones insisten sobre de sustancias más alta, implicando un inicio
la utilidad del litio en los trastornos bipolares más temprano del trastorno afectivo.
dual a niveles plasmáticos habituales de entre En cuanto a los estados afectivos, Susan
0’9‑1’2 meq/l (Geller et al, 1992; Casas et C. Sonne y colaboradores (1994) muestran
Etcheberrigaray, 1997). una mayor frecuencia de estados disfóricos
Otros estudios han intentado averiguar e irritables entre los pacientes bipolares que
el papel de la carbamacepina (Halikas et al., consumen tóxicos, hecho que corrobora
1989) o del ácido valproico (Brady et al., un anterior estudio de K. O’Sullivan et al
1995), si bien los pocos datos disponibles (1988), en el cual hallaron más cambios de
sugieren una mejor respuesta de estos pa- humor, especialmente una tendencia a la
cientes a losanticonvulsivantes que a las sales depresión, en los pacientes principalmente
de litio (Prien et al., 1988; Brady et al., 1995). alcohólicos que en el grupo de afectivos solos
Sinembargo, debe tomarse con precaución (no alcohó1icos). Entre este subgrupo, los
esta opinión al no existir datos suficientes para pacientes unipolares padecían más episodios

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depresivos de corta duración comparado con de acceso social, más que como una respuesta
los pacientes. bipolares. a eventos específicamente estresantes. Ade-
Sobre los mismos aspectos, Winokur y co- más, estos autores no encontraron un enlace
laboradores (1995) encontraron que los pa- claro entre los cambios depresivos de humor y
cientes bipolares principalmente alcohó1icos las recaídas por consumo de alcohol. Entre los
tenían una edad más temprana en el inicio del pacientes que recalan durante los episodios
alcoholismo que aquellos principalmente bi- depresivos y en intervalos libres de depresión,
polares. Asimismo, los pacientes principalmen- sólo una minoría atribuían subjetivamente la
te bipolares tenían una edad más temprana en reanudación al consumo a la depresión. Esta
el inicio de su enfermedad afectiva. experiencia generalmente se asimila con las
observaciones previas de Mayfield y Coleman
En cuanto a las variables referentes a la re-
(1968).
misión de los episodios afectivos en pacientes
bipolares con consumo o abuso de sustancias, Años más tarde, Susan C. Sonne, Kathleen
Joseph F. Goldberg y colaboradores (1999) T. Brady y W. Alexander Morton (1994) estu-
encontraron que la remisión de los episodios diaron dicha relación encontrando que el 96%
maníacos que precisaban hospitalización era (n: 24) afirmaron haber consumido siempre
mejor en aquellos bipolares que carecían de alcohol u otras drogas para “aliviar/ayudar” su
historial de abuso de sustancias (99 de 135, o estado anímico comparado con el 7’6% (n:1)
sea, el 73%) que no en aquellos con historial de los no consumidores: el 37’5% consumían
de abuso (38 de 69,o sea, el 55%). Aquellos alcohol u otros depresores para disminuir sus
con alcoholismo eran significativamente síntomas maníacos, el 29’2% consumía alcohol
menos propensos a conseguir la remisión al cuando se deprimía, el 12’5% consumía co-
final de su hospitalización (33 de 58, el 57%) caína cuando se deprimía, el 8’3% consumía
en comparación con aquellos sin alcoholis- alcohol para atenuar los síntomas maníacos y
mo (104 de 14ó, el 71%), o con aquellos sin depresivos y el 12’5% no especificaron como
historial de abuso de sustancias (99 de 135, autotrataban su estado anímico.
o 73%). Además, los pacientes con abuso de Las variables edad, sexo y estado civil han
marihuana remitían peor (9 de 21, 43%) en sido menos investigadas, aún así, Strakowski
comparación con aquellos sin abuso de ma- y colaboradores (1992) y Tohen y Zárate
rihuana (127 de 182,70%),0 con aquellos sin (1999), hallaron que las mujeres eran más
historial de abuso de cualquier substancias (99 propensas que los hombres a padecer la
de 133, 74%). Este artículo es muy significativo comorbilidad con el trastorno por abuso
debido a la amplitud de la muestra. de sustancias, siendo los porcentajes de
Referente a la causa de las recaídas en el 3ó% las mujeres y de un 6’3 % los hombres.
consumo enó1ico por parte de los pacientes Estos datos se corroboran con el estudio de
bipolares, O’Sullivan y colaboradores (1988) Chao‑Cheng Lin et al (1998), los cuales, en una
encontraron que la recaída en el consumo muestra final de 49 sujetos bipolares consumi-
de alcohol no era un hecho dramático para dores, 17 eran de sexo masculino (33’3%) y
la mayoría de los pacientes, y que la vuelta al 32 de sexo femenino (66’7%), la edad media
consumo volvía frecuentemente a aparecer era de 33’3± 13’0 y el estado civil resultó ser
bajo el contexto de cualquier oportunidad o un 38% casados.

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Joseph F. Goldberg y colaboradores (1999), pacientes (18’4%) recibieron un diagnóstico


en un estudio que incluía factores sociode- dual con consumo de sustancias, resultando
mográficos hallaron que aquellos pacientes los siguientes porcentajes: sedantes‑hipnó-
bipolares con historia de abuso/dependencia ticos‑ansioliticos lo consumían un 10’2%,
de sustancias eran significativamente más alcohol lo consumían un 6’1 % y estimulantes
propensos a ser de sexo masculino, datos que un 4’1 %.
se contradicen con los dos estudios anterio- Ese mismo año, George Winokur y cola-
res. Estos mismos autores si coincidieron en boradores (1998) concluyeron su estudio de
observar que estos pacientes tendían a estar alcoholismo y abuso de drogas en pacientes
divorciados, separados o viudos. bipolares y unipolares afirmando que el con-
Haciendo referencia a los patrones de sumo de anfetaminas, cocaína y alcohol era de
abuso de sustancias entre pacientes bipolares lejos más frecuente en los pacientes bipolares,
Joseph F. Goldberg y colaboradores (1999), e incluso los sedantes eran más propensos a
entre la amplia muestra de 204 pacientes ser consumidos por bipolares.
bipolares de su estudio, 34% (N= 69) tenían En una muestra de 69 bipolares con historia
historias de alguna forma de abuso de sustan- de abuso/dependencia donde fueron exami-
cias. El alcoholismo fue la droga de abuso más nados separadamente los subtipos de depen-
frecuente (28%; N=58), seguida por la cocaína dencia/abuso de droga (Goldberg et al,1999),
(12%), la marihuana (10%), los opiáceos (4%) el alcohol surgió otra vez como el tóxico más
y otras drogas (7%), ésta última categoría común (82%), seguido por la cocaína (30%),
incluye los alucinógenos, las anfetaminas y los la marihuana (29%), otras drogas como los
hipnóticos‑sedantes. alucinógenos, las anfetaminas o los hipnóticos
En cuanto a los subtipos de dependen- sedantes (21%) y los opiáceos con un 13%.
cia/abuso de droga en pacientes bipolares, Este estudio coincide con las conclusiones de
Jessica A. Feinman y David L. Dunner (199ó), una anterior investigación realizada por Susan
en un estudio donde la muestra se subdividia C. Sonne y colaboradores (1994), las cuales
en Trastorno Bipolar Complejo (la historia afirman que la cocaína y el alcohol parecen
de abuso de alcohol o sustancias se produjo ser las sustancias más comunes de abuso en
después del inicio del Trastorno Bipolar) y pacientes bipolares.
Trastorno Bipolar Secundario (la historia de En cuanto al abuso/dependencia de más de
abuso de alcohol o sustancias se produjo una sustancia, Chao‑Cheng Lin et al (1998),
antes del inicio del Trastorno Bipolar) halla- hallaron que sólo un paciente bipolar (de 35),
ron que en el Trastorno Bipolar Complejo el consumia más de un sustancia. Sin embargo,
22’9% abusaba de alcohol, el 8’6% abusaba Joseph F. Goldberg y colaboradores (1999)
de marihuana, el 2’9% (un paciente) abusaba encuentran que el abuso/dependencia de más
de anfetaminas, y que en el Trastorno Bipolar de una sustancia fue evidente entre 32 (46%)
Secundario el 18% abusaba de alcohol y el de los 69 pacientes con diagnóstico dual. Una
20% abusaba de marihuana. historia de alcoholismo fue encontrada en tres
Dos años más tarde, Chao‑Cheng Lin y cuartas partes o más de pacientes bipolares
colaboradores (1998), en una muestra de quienes también abusaban de los opiáceos, la
35 pacientes con Trastorno Bipolar, nueve marihuana, la cocaína, u otras drogas (hipnóti-

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cos‑sedantes, alucinógenos y/o anfetaminas). qué se desarrolla primero, si la adicción o


Además, el abuso de cocaína era común en la el trastorno afectivo. Consecuentemente,
mitad o más de bipolares los cuales abusaban muchos autores diferencian entre el Tras-
también de marihuana y opiáceos. torno Bipolar Primario, en el cual el abuso o
De entre éstos 58 bipolares con abuso/ consumo de sustancias sucede al trastorno
dependencia de alcohol, 19 (33%) también bipolar, y el Trastorno Bipolar Secundario, en
abusaban de la cocaína, 15 (26%) también el cual la adicción precede al trastorno bipolar.
abusaban de la marihuana, 6 (10%) también Expuesto este problema, encontramos que
abusaban de los opiáceos, y 13 (22%) de los las principales posibilidades de comorbilidad
hipnóticos‑sedantes, ansioliticos, y/o anfetami- implicando a los trastornos afectivos son:
nas. De entre los 25 pacientes bipolares con 1. Un trastorno afectivo primario y pre-
abuso de cocaína, (52%) 13 también abusaban existente determina la aparición de un abuso
de la marihuana, de drogas o alcohol. Un ejemplo de este tipo
(20%) 5 de los opiáceos, y (28%) 7 de los de relación seria el consumo de psicoesti-
mulantes en pacientes con trastorno bipolar,
hipnóticos‑sedantes, ansioliticos y/o anfeta-
comorbilidad que podria explicarse a través
minas. De entre los 21 bipolares con abuso
de la denominada hipótesis de automedicación
de marihuana, dos (10%) también abusaban
(Casas et al., 1992; Khantzian 1985). Otro
de los opiáceos y seis ( 29%) de los sedan-
ejemplo podría ser el proceso yatrogénico in-
tes‑hipnóticos, ansiolíticos y/o anfetaminas.
voluntario inducido por el médico al prescribir
Finalmente, de entre los nueve bipolares con
psicofármacos con potencialidad de abuso.
abuso de opiáceos, tres también abusaban
de los sedantes‑hipnóticos, ansioliticos, y/o 2. Un trastorno por consumo de sus-
anfetaminas. tancias preexistente determina aparición
de un trastorno afectivo. En esta categoria
incluiriamos:
6. DiSCUSIÓN 2.1. La precipitación o desencadena-
Como ya hemos citado, las cifras más miento de un trastorno mental para
altas de comorbilidad del trastorno bipolar el cual el individuo era previamente
corresponden a los trastornos por abuso vulnerable. Por ejemplo, el inicio de un
y dependencia de sustancias. De hecho, los trastorno bipolar desencadenado por
trastornos bipolares constituyen la patologia el abuso de anfetaminas. Este tipo de
psiquiátrica que se asocia, con mayor frecuen- comorbilidad es la que algunos autores
cia, a las drogodependencias. consideran como verdadera o genuina.
Una de las principales dificultades que 2.2. La aparición de psicopatología du-
conlleva la comorbilidad entre el trastorno rante la intoxicación o abstinencia de
bipolar y el consumo o abuso de sustancias sustancias.
es la distinción en cuanto a la cronología del 3. Los trastornos se presentan de una
inicio de la enfermedad, las dificultades clínicas manera primaria e independiente en su inicio.
en el diagnóstico de los trastornos duales, de Posteriormente, ambas entidades pueden
ahí que bastantes artículos hipotetizan sobre influirse mutuamente.

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4. La existencia de un factor etiológico potentes. Asi, está firmemente establecido que


subyacente determina la génesis de ambos el abuso de sustancias psicoactivas confiere
trastornos. El concepto de espectro de tras- un peor pronóstico a la enfermedad (Aagard
tornos se basa en esta posibilidad. Existirla y Vestergaard, 1990; Winokur et al., 1994;
una alteración (por ejemplo, genética) que Feinman y Dunner, 1996), lo cual indica que el
compartirian varios miembros de una familia abordaje conjunto, dual, de ambas patologías,
y que se podría expresar, clínicamente, como es imprescindible.
distintos trastornos.
La evaluación de la secuencia temporal BIBLIOGRAFIA
de aparición de los trastornos es muchas
veces difícil de obtener (Mueser et al., 1997), Aagaard, J.,Vestergaard P. (1990). Predictors
y los datos aportados por un informador of outcome in prophylactic lithium treatment:
externo, como los amigos o familiares, suelen a 2‑year prospective study. Journal of Affective
ser inexactos en el momento de definir el Disorders, 18 (4), 259‑66.
inicio del problema adictivo, dada la habitual Akiskal, H.S., Djenderedjian, A.H., Rosenthal,
minimización y negación de los consumos por R.H., Khani, MK. (1977). Cyclothymic disorder:
parte de los pacientes (Carey, 1997). Por ello, val¡dating criteria for inclusion in the bipolar
con frecuencia, solamente puede valorarse el affective group. American Journal of Psychiatry,
hecho ya constatado de la coexistencia del 134, 1227-1233.
trastorno mental y el abuso de sustancias.
Por otro lado, la evaluación prospectiva de Akiskal, H.S. (1997) [Need for recognizing
un adicto, con diagnóstico dual requiere de bipolar disorders in all its forms]
un periodo de abstinencia completa de las Encephale, Spec No 1,1.
sustancias consumidas, lo cual es muy dificil Angst, J. (1995). Epidémiologie du spectre
de lograr si no se le puede mantener en un bipolaire. L’Encéphale, suppl VO, 37‑42.
ambiente controlado (hospitalización, comu-
Anthenelli, R.M., Schuckit, M.A. (1993).
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Otra interesante teoría en cuanto a la and drug dependence: diagnosis and treat-
coexistencia del trastorno bipolar y el abuso ment. Journal of Addictive Disorders, 3, 73‑87.
de sustancias es la literatura sobre la sensibi-
lización conductual o el fenómeno “kindling” Bebbington, P., Ramana, R. (1995). The
(“excitabilidad”). Ha sido postulado que el epidemiology of bipolar affective disorder.
trastorno bipolar es un fenómeno de excita- Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology,
bilidad porque el curso de la enfermedad es a 30, 279‑292.
menudo caracterizado por la aceleración con Black, D.W.,Winokur, G., Bell, S., Nasrallah, A.,
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