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trabajo es resumen de una monografia considerablemente más extensa


realizada en el marco de un Senrinario de postgrado acerca de la Etica y la Poélica
aristotélicas. La ponencia que hoy presentamos se centra en 1a relación de la Poética
aristotélica y la teoría literaria que subyace en el texlo cervantino.

Ei aristotelismo cervantino ha sido abordado por eminentes teóricos, cnyos aportes

constituyen la base de este estudio (Riley 7966,7973; Pozuelo Ivancos 1987,1993).


Nuestro análisis v verificaciones nermiten corroborar sus afirmaciones y sostener que el

Quijote enlaza principios heredados, y principios literarios contemporáneos a su

producción alavez que pone en juego procedimientos que se teorizarían siglos después.
Sostenemos que EI Quijote constituye una poética implícita de la ficción con la que el
8.
autor responde a las preocupaciones y debates filosófico-literarios de su tiempo.

Intentamos demostrar que Cervantes, en su famosa novela, realtza una operación teórico,

crítica y experimental en la que pone a prueba los alcances y límites de los principios
aristotélicos relacionados con la ficción y en esos tanteos, da intuitivamente con las bases

teóricas del género novelesco que se convertiría en ia expresión literaria de ia


modernidacl.

Esos principios teóricos no aparecen sistematizados, son expresados por el nan-ador o


por algunos de sus personajes y, sobre todo, son inferibles a partir de la construcción
misrna del texto.

Este trabajo se orienta a examinar el diáiogo que la obra cervantina mantiene con la
Poétíca, un diálogo que implica acuerdos pero también ampliación experimental de los
conceptos aristotéiicos en la praxis escrituraria. Cervantes pone en tensión lavoz clásica
y normativa.al aplicarla a un género nuevo con originalidad y agudeza crítica.

En lrimer luear debernos considerar el contexto histórico /¡e oroducción. El nrovecto


"teórico" cervantino no es deiiberado pero parece obedecer a una íntima preocupación
por ios problemas relacionados con la ficción literaria, preocupación asociada a las

polémicas acerca de la ficción que tienen iugar en el siglo XVI, particularmente en Italia
donde Cervantes seguramente había participado de ellas, y también en España, aIa sazon

muy ligada culturalmente a ia cuna del Humanismo.


La intención declarada del terlo: "...todo é1 es una invectiva contra los libros de

caballerías,..."1 es pertinente si se la vincula a los debates contemporáneos acerca de

esos textos que constituían una modalidad de 1o que se llamaba


'roman' en Francia,
,romanzo, en Italia y 'libros fingidos' en E,spaña. El eje del debate contraponía el

"realismo" a la fantasía creadora e implicaba una polémica acerca de la verdadera


interpretación de la Poética de Aristóteles (weinberg, i961).

En el siglo XVI se solía atribuir la categoría de verdaderas a las narraciones más


maravillosas. Los descubrimientos de1 Nuevo Mundo y los portentos que
de é1 se

relataban hacían difusos los límites entre realidad y ficción. No había una clara distinción
'romam' o
entre libros históricos y novela. En España, se carecía de un vocablo como
,romanzo, para designar la novela. La cuestión de la naturaleza de la verdad en literatura,

es decir 1os alcances y límites de Ia ficción y la relación entre ia historia y la ficción


literaria eran ejes problemáticos que suscitaban arduos debates.
La preocupación teórica, por otra parte, habría de surgir con el descubrimiento de que la
iiteratura comenzaba a constituirse en una fircrza social poderosa.
Durante ei siglo XVI y principios del siglo XVII, no hay teoúas de la novela. Algunas
aproximaciones teóricas tomadas de las retóricas y poéticas de la antiguedad se hallan

dispersas en escritos críticos y morales, en obras de teatro, en novelas o en prólogos'

Si bien España se hallaba retrasada, en este proceso teorizador, respecto de ltalia; e1


impuiso iba creciendo en tiempos de Cen'antes y aunque hasta 1626 no se publica una
traducción aj españo1 de la Poética, su contenido era bien conocido desde antes2 por
(1526).
comentaristas y propagadores como Robortello (1548) o Alonso López Pinciano

Los argumentos novedosos del debate afirman que 1o verosímii no se debe restringir al
árnbito de lo conocido o histórico y que, por otra parte, se vincula a la construcción de la €
obra poética y al acuerdo cle credibilidad con los lectores'

Estos conceptos son retomados, aplicados y puestos a prueba por Cervantes para

demostrar los alcances y límites de la ficción poética. El aristotelismo cervantino no se

I Cervantes Saavedra, Miguel de. Prótogo de El ingenioso hidalgo don Quiiote de la Mancha. Op- cit.,
p.41.
i Charles Fauihaber en su artículo Retórica,g clasicas y ntediet,ales en bibliotecas
castellanas' donde
que el autor más
hace un inventa¡io de los tratados clásicos retóricos presentes en Castilla, comunica
obras o
popular, entre los retóricos, en los siglos )f,il y )CV es Aristóteles, con once ejemplares de sus
con la
comentarios sobre ellas. Existe un ejemplar dela Poética en un mS. casi contemporáneo
traducción (hecha por Guilleimus de Moerbeke en 1278), el cual estaba en España en el siglo )iIV; y hay
a finales del sigio )üiI o al
tres ejemplares def comentario de Averroes a Ia misma obra que se remontan
)CIV. De éstos, el num. 3 es probablemente de origen español'
3

ciñe a una obediencia canónica. El Qutjote es el punto de inflexión a través del cual
Cervantes otorga mayor libertad a la prosa narrativa tratando de no desarraigarla de su

digniciad épica.

Antes de proceder a establecer las relaciones entre el Quijote y los principios


aristotélicos, corresponde enunciar cuáles la lectura de la Poética de la que partimos.
A 1o largo de la histori a, el carácter fragmentario de la Poética y la interpretación aislada
de pasajes permitieron su utilización para justificar diferentes teorías de la ficción.
Siguiendo a Lubomír Dolezel3 que examina los principios epistemológicos de la obra
aristotéiica, consideramos la Poética como un conjunto orgánico donde los conceptos se

relacionan constituyendo un sistema donde el todo no es 1o mismo'que la suma de las

partes. También afirmamos que los principios relativos a 1a tragedia se extienden a la


ficción y especiaimente a la ficción narrativa. Finalmente, sostenemos que la Poética, al

vincular factores exLrínsecos (productor y receptor) y factores intrínsecos de la


estructura iiteraria hace intervenir los aspectos pragmáticos en su teoría.

El eje de la Poética es el concepto de fábula trágica. Desde ese concepto se explican y

elaboran otros. Los conceptos de mímesis, verosintilitud y necesidad se relacionan con

é1. En una palabra, el concepto de ficción depende de 1a interrelación entre ellos.

Fodemos intentar definir la postura teórica cervantina diciendo que es posible deducir
básicamente dos hipótesis.

La primera está referid a a Ia relación entre el receptor y la obra. S e orienta a señalar 1o s

g;l efectos de la literatura en la conducta y a demostrar que Ia vioiación del "pacto


narrativo" por parte clel receptor implica un acto de locura. Don Quijote, que es un
, Iector de libros de caballenas, no diferencia entre ficción iiteraria y vida: "...él se

enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro I ] V

así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro, de manera, que vino a perder
el i¡rinin "4

La ficción literaria suscita en el receptor una ilusión de realidad pero no por ello el lector
deja de ser consciente de su condición de tal, ajeno a la obra . Cervantes nos dice que

3
Dolezel, Lubomir. Aristóteles. Poética y Crítica en Historia breve de la Poéüca. Madrid, Síntesis,
1997. Título original: Occidental Poetics, Tradition and Progress, Univ. of Nebraska Press, 1990.
4

quien se confunde o identifica con los héroes de ficción está destinado al f¡acaso somo es

el caso de su protagonista. Este es el límite que se le marca a la ficción.

La segunda hipótesis reiaciona la literatura y la verdad. A partir de ella, Cervantes


la @
determina la distinción entre historia y poesía, examina prácticamente la naturaleza de

ficción y marca sus amplios y libres alcances.

En esta segunda hipótesis, Cervantes parece acordar, en lo fundamental, con la Poética


aristotélica que supera la confrontación realidad - ficción a partir de la categoría de

verosimilitud.Para A¡istóteles, 1o verosímil es lo creíble, 1o aceptable. Laverosimilitud,

en primer iugar, es el resultado de la eficacia constructiva de la fabula y, en segunda


instancia, depende del cumplimiento pragmático de un pacto de credibilidad establecido

tácitamente entre el texlo y el lector.

Para A¡istóteles,verosimilitudy forma artística son solidarios. Es decir que se establece

una dependencia entre la ruíntesis (representación o imagen) y lapoiesis (creación).

Lo verosímil, por 1o tanto, no se identifica con la verdad (ontoiógica) sino que implica
una consciente aceptación del receptor, aceptación que sólo tendrá lugar frente a una
trama coherente en la que las sucesivas partes mantengan la debida relación de necesidad
entre ellas y en conco¡dancia, a su vez, con la unidad totai.

Vayamos ahora al texto cen'antino para verificar la primera hipótesis.

El núcleo tie la locura del héroe es su incapacidad para distinguir entre ficción novelesca
y vida real lo que 1o lleva a violar el pacto narrativo que según sostiene Pozuelo es ia
"...situación de comunicación que se establece en el relato entre el emisor y el receptor

de la historia, esto es, i...] un circuito de emisión-recepción que precisa los límites del
relato como objeto."sSegún señala Wayne Booth6, toda nuestra experiencia leyendo
ficción se basa en un contrato tácito con el novelista: el lector concede al autor un
crédito casi ilimitado pero en ningún caso pretende no estar leyendo una novela.
Cei-vantes, como después 1o haría Flai¡bert en su Madar,ee Bovary, señala las nefastas

consecuencias de tomar muy a pecho la lectura de ficciones. Tras una largo peregrinar

con el propósito incumpiido de corregir los males del mundo,'don Quijote regresa

a
Cervantes Saavedra, Miguel de. Et ingenioso hidatgo don Ouijote de la Mancha. Op. cit., I i, pp. 55-
56.
s
Pozuelo Yvancos, JoséMaia. DelFornnlivno alaNer.,rrelbnca.Maffiú,Tatrrus, 1981,p.84.
)

vencido a su lugar, reniega de sus propósitos caballerescos y muere sumido en la


melancolia: " Yo iengo juicio ya , libre y claro, sin las sombras caliginosas de la
ignorancia, que sobre éi me pusieron mi amarga y continua leyenda de los detestables
libros de las cabalierías. Ya conozco sus disparates y sus embelecosf...] ya yo no soy don

Quijote de ia Mancha, sino Alonso Qurjano, [...] Yo fui loco, y ya soy cuerdo..."7
El arte, nos dice Cervantes, es una especie de iiusión en la que participa el iector pero

como en el juego, debe conservar la consciencia de irrealidad.


El pacto se establece entre el narrador y el "desocupado lector" desde el prólogo y en
las numerosas notaciones y apelaciones al lector implícito con quien el narrador establece

una verdadera complicidad a través de repetidos guiños que implican el común


conocimiento de la "verdad".
Resulta, por cierto, más ingenioso el procedimiento mediante el cual el pacto es

dramatizado en e1 mismo te:fo, es decir, actuado por los personajes. Un interesante

ejemplo se presenta en un episodio en casa de los duques que resulta adecuado para
nuestra demostración. Ei duque y la duquesa son, en cierto modo, receptores ya que han

leído la p+mera parte del Quijote y aprovechan la presencia de los personajes para jugar
con ellos y divertirse haciendo como que creen 1a ficción.

Interpelan a Quijote acerca de la veracidad de su ilusión caballeresca'. "... si [ ] hemos

de dar crédito a la historia que del señor don Quijote de pocos días a esta parte ha salido

alaluz del mundo [...] della se colige l. ] que nunca wesa merced ha visto a ia señora
Dulcinea, y que tal señora no es en el mundo, sino que es dama fantástica, que vuesa
merced la engendró y parió en su entendimiento, y la pintó con todas aqueilas gracias y

perfecciones que quiso."8

Quijote, que opera como un autor de ficción, debe argumentar convincentemente por 1o

que esgrime razones armónicas y pertinentes al caso según se requiere para un te>.to

literario: "Dios sabe si hay Dulcinea, o no, en el mundo, o si es fantástica; y éstas no son
de las cosas euya averiguación se ha de llevar hasta el cabo. Ni yo engendré ni parí a nú

señora, puesto que la contemplo como conviene que sea una dama [.. ] hermosa sin
tacha, grave sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por

6
Booth, Wayne. La retórica de taficción Barcelona, Bosch. 1974.
7
Cewanies Saavedra, Miguel de. EI ingenioso caballero don Quijote cle la Mancha.Barcelona,
Vergara, 1967,Il,lxxiv, pp. 1i i9-i 121.
8
Cerva¡tes Saavedra, Miguel.. El ingenioso caballero don Quijote cle la Mancha. Op. cit., II, xrodi, p.
8t l.
bien criada..."e Ei hidaigo elude considerar su verdad como una verdad demostrable, su
verdad es ficcional y es verosímil por ser eoherente con el resto de su personaje y por ser
pertinente para la ficción al implicar una figura modélica.

La respuesta de la duquesa indica que se ha concertado el pacto de credibilidad, elia


aceptará las razones quijotescas para participar de su 'Juego": "-Digo, señor don

Quijote- dijo la duquesa-, que en todo cuanto vuesa merced dice va con pie de plomo
I ] V que yo desde aquí adelante creeré y haré creer a todos los de mi casa, y aun al
Duque mi señor, si fuere menester, que hay Dulcinea en el Toboso, y que vive hoy día, y
es hermosa, y principalmente nacida, y merecedora que un tal caballero como es el señor
don Quijote la sirva..."10

Si en ia primera hipótesis, se determinan los límites de la ficción, en la segunda hipótesis

se señalan sus ampiios alcances a partir del concepto deverosimilitud.


Cervantes pone en boca del bachiiler Sansón Carrasco, personaje que actúa corno
operador realista en el texlo, ios conceptos diferenciales de historia y poesía: "...-Así es-

replicó Sansón, pero uno es escribir como poeta y otro como historiador: el poeta puede
contar o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el histo¡iador ias ha
de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a 1a verdad cosa
alguna."ll . Coincide Cen'antes con Aristóte1es cuando prestigia la poesía al ubicarla
corno una categoría genérica y por tanto, superior. El filósofo sostiene. "La poesía es
rnás fiiosófica y elev:ida que ia historia; pues la poesía dice más bien 1o general, y la

historia 1o particular..., es particular qué hizo o qué le zucedió a Alcibiades."l2


La confusión entre historia y poesía es la causa última de la locura quijotesca. Como ya
hemos afirmado, el hidalgo ha perdido el juicio al violar el pacto narrativo en la lectura

de los Libros de caballerías. Los ha leído como si fueran texlos históricos sin respetar la

convención de la ficción y así identifica a Amadís con el Cid, 1o verosímil con lo


verídico. Quijote, como muchos contemporáneos de Cervantes, no discrimina entre
iristoria y fieción. Responde al canónigo que ie señaia la mendacidad, incoherencia y

e
Cervantes Saavedra, Miguel. El ingenioso caballero son Quijote de la Mancha. Op. cit. Ii, xrcxii, p,
811.
l0
'" Cerr¿rngs
^ -{ravedra, rVúguul de . ü' rrguwlusw cuúuú'erv tlurr tfu(ole tle úr tüfcmclrc. qp. , rt EX\r¿
":rf
p.812.
tt Cen'antes Saavedra, Miguel de. El ingeniosos caballero cton Quijote cle la Mancho.Op. cit., II, iii, p.
580
I2
Aristóteies . Poética. Op. cit., 51b5-1r.
exageración de los libros caballerescos: "... querer dar a entender a nadie que Amadís no

f.re cn el muiicio, ni todos los oiros ca'l;al1ei'cs aventureros de que está; colmadas ias
historias, será querer persuadir que el sol no alumbra, nj el yelo enfría, ni la tien-a

sustenta t ] Y si es mentira, también lo debe ser que no hubo Héctor, ni Aquiles, ni la


guelTa de Troya, ni los doce Pares de Francia, ni el rey Artús de Inglaterra [...] ".

Fara Aristóteles, la verosimilitud está determinad a por la relación de necesidad entre los
componentes de la fabula o trama: "Tanto la peripecia como la agnición deben nacer de

ia estructura de la fabula o por necesidad o verosímilmente"13


En dos episodios, particularmente, se filtra, a través de las opiniones de los personajes, el
-retrra: el escruiinio de la biblioteca del hidalgo
pensamienro cie Cervanies accruir úe esi¿

por parte rlel barbero y el cura, y la charla entre e1 canónigo de Toiedo, don Quijote y el

ürra en el camino cle regreso a la aldea alfrnalizar la segunda salida:

En el escrutinio, el barbero y el cura evalúan críticamente los texlos de Quijote para


determinar si irán o no a la hoguera. Se determina condenar al que presenta
"...endiabladas y rer,ueltas razones"t* y al "disparatado"15. En una palabra a los que no

respetan la regla aristotélica referida al crden y a la estructuración.

La Hi,gtoria del.famoso caballero Tirante el Blanco merecerá una especial valoración


por ser "..éste el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros y mueren en sus

camas, y hacen testamento antes de su muerte, con otras cosas de clue todos los demás

iibros deste género carecen."16 No debe interpretarse este pán-afo como una inclinación
de Cervantes hacia el "realismo". Si tal fuera, no habría incluido el episodio de la cueva

de lr¡Iontesinos. Lo que critica es la falta de pericia de los autores que abundan en


extravagancias o absurdos reñ-idos con la necesaria coherencia.

El parlamento del canónigo resume la postura cervantina respecto de la naturaleza y


alcances de la ficción. la verosimiliÍt¡d es el concepto que articula las casi infinitas
posibilidades de la ficción para crear mundos que no deben ajustarse a otra verdad que a

la verdad literaria cuya creciibiliciad es resuitado de un acuerdo con el receptor, acuerdo


que se cumple cuando la construcción textual respeta la regla de la necesidad. De modo
que se concede lugar a 1o maravilloso y lo fantástico bajo las condiciones determinadas:

13
Aristóteles. Poética. Op. cit., 52a18-20.
Ceryantes Saaved¡a, Miguel de. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Adancha. Op. cit., I, vi, p.85.
1a

Cen'antes Saavedra, Miguel de. El ingenioso hidalgo don Quijote de Ia L'íancha. Op. cit., I, vi, p'86.
15
8

"...tanto ia rnentira es mejor cuaüto más parece verdadera, y tanto más agrada cuanro
tiene más de 1o dudoso y posibie. Han;e de casar las fabulas mentirosas con el
entendimiento de los que las leyeren, escribiéndose de suerte, que t ] admiren,

suspendan, alborocen y entretengan I ] y todas estas cosas no podrá hacer el que huyere
de la verisimilitud y de la imitación, en quien consiste la perfección de lo que se
..
-.17
escribe"". Resuena
- acáLa afirmación aristotélica: "se debe preferir io imposible verosími1

a lo posible increíble."18

Fara conciuir, digamos que la teoría cervantina se centra en el tema de la ficción,


precisamente en la relación entre literatura y verdad. La hipótesis con mavores

consecuencias es la distinción entre ia verdad poética y la verdad histórica. E1 único


límite de ia ficción consiste justa.mente en la imposibilidad de identificar estos dos tipos
de verdaci. Considerar como reales las verdades poéticas es un imposible. Por 1o demás,

ia ficción tiene un poder ilimitado para crear mundos de imaginarios siempre y cuando se

ajuste a ias condiciones requeridas para lograr Ia verosimilitz¿d'. unidad dada por la
coherencia en la estructuración y por e1 propósito recreativo y pedagógico, y pacto de
credibilidad para suspender la incredulidad del receptor.

La teoria cervantina no se da sin vacilaciones y esto es así porque en elia conjluyen 1as
viejas y 1as nuevas formas de piosa nanaiiva, producto cada una de distinta época.
Cervantes respeta Jas normas aristotélicas pero se instala también como un mediador

entre e1 pasado y el presente y con espíritu conciliador, aplica la normativa a su novela


intentando elevar el nuevo género a 1a dignidad ctrásica.

Los mayores aparLamientos entre A¡istóte1es y Cervantes, están particularrnente


determinados por las diftrencias de 1os contextos históricos, sociales y culturales en que

se desenr,uelven.

Citaremos algunos de estos alejamientos: en primer lugar, a diferencia de los géneros


ciásicos altos cuyo objeto de representación eran las acciones nobles, en la novela
cer.¡antina se reitera el valcr cersonal sobre el de la nobleza heiedada: Dice don Quijote

r6
Cervantes Saavedra, Miguel de. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Op. cit., i, ü, p. 89.
t7
Cervartes Saavedra, Miguel de. El ingenioso hidalgo don Ouijote de la Martcha. Op. cit., I, xivii, p.
5\2.
18
Aristóteles. Poética. Op. cit., 60a26-21.
9

"Dulcinea es hija de sus obras, y


t ] en más se ha de estimai y tener un humilde virtuoso
que UÍi r¡lCiOSO lei'Antadg..." le

En segundo lugar, Cervantes se pronuncia a favor de un ideal


de lengua cuyo más
estimado atributo es la naturalidad.

En tercer lugar, si bien Aristóteles da espacio al receptor


en su teona, Cervantes le
otorga una relevancia nueva al hacer depender en parte de
él la posibilidad de la
verosimilitud.
Finalmente, la novela no respeta la normativa genénca correspondiente
a la epopeya de
Ia que pretende descender al dejar ingresar distintas voces,
al no ubicarse en un pasado
distante' al incluir el hunior y prcbsnrar un héroe probiernático en conflicto con su
contexto social.
Para terminar digamos que el
Quijote a pesar de su parcial obediencia a la preceptiva
clásioa, inaugura un qénero literario que anuncia el fin
de una edad. Cervantes intenta
adscribir la novela al mundo épico pero la epopeya se ha
r,uelto una utopía porque han
desaparecido las condiciones históricas que la habían
hecho posibie. Dice Milán
Kundera: "Cuando Dios abandonaba lentamente el lugar
desde donde había dirigido el
universo y su orden cle valores, separado el bien del mal y
dado un sentido a cada cosa,
don Quijote salió de casa y ya no estuvo en condiciones
de reconocer el mundo. Éste, en
ausencia di:l Juez Supremc, apareció de pronto en una
dr:dosa ambigüedad, la única
verdad divina se descompuso en cientos de verdades relativas que
los hombres se
repartieron. De este modo nació el mundo de la
edad moderna y con él la novela, su
imagen y modelo"2o

EIBI,IOGRAFÍ4

Aliberli, oma¡. Ficcionalidad en Investigaciones Teóricas I. Neuquén, universirjad ¡.Jacional dei


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d-e
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Aristóteles' Retórica en ob¡as. Traducción del griego, estudio
preliminar, preámbuios y notas por
Francisco de P. Samaranch. Madrid, Aguilar, 1967.

1e
Cewantes Saavedra, Miguel de. El ingenioso caballero don Quijote de la lvlancha. op.
p.812. cit., II, xxxii,
10

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