En la actualidad ha cobrado un renovado interés el término epistemología. En todos
los eventos educativos se hace mención del mismo, inclusive en los pensa de estudios. Tanto de pregrado, como postgrado se desarrollan cursos de epistemología de la Educación y la Pedagogía, inclusive, en el nivel de Postgrado-doctorado se está dictando un curso de Paradigmas y Momentos Escriturales de la Investigación, precisamente, relacionado con las matrices epistémicas positivistas y postpositivistas. La trascendencia de está temática cobra mayor relieve por las discusiones epistémicas en torno a conceptos como: ciencia normal, ciencia extraordinaria, rupturas paradigmáticas, revoluciones científicas, comunidades científicas y emergencias de nuevos enfoques epistemológicos. El uso desmedido y abusivo de este concepto de epistemología ha conllevado a ambigüedades e ingenuidades en su utilización, lo que ha contribuido decisivamente a la banalización, trivialización e incomprensibilidad del mismo. En tal sentido, este escrito aproximado tratará de esclarecer el origen histórico del término, su polisemia y su implicación en el debate actual. Desde el punto de vista histórico, el término epistemología se deriva etimológicamente de la palabra griega epísteme, que significa “Conocimiento verdadero”. Epísteme “ciencia”, logia “Logos” razón, discurso o estudio sobre el conocimiento científico. En su origen epísteme se opone a la doxa, conocimiento del sentido común o mera opinión, concepto que no implica la búsqueda de la verdad. En la edad media, con el predominio o hegemonía del dogma religioso se discutió poco sobre la epísteme. En los tiempos modernos, con la aparición de la razón ilustrada, la racionalidad científica y el avance vertiginoso del método científico es que la epistemología va a adquirir una relevancia insospechada. En el siglo XIX, con el avance de la matriz epistémica del positivismo (Augusto Comte), la epistemología adquirió una connotación positivista, que hoy persiste con la expresión epistemología de la ciencia, como filosofía de la ciencia, o rama de la filosofía que trata de comprender el origen, estructura y validez del conocimiento científico. Hechas las consideraciones históricas anteriores, se tratará de vislumbrar los diferentes significados del término epistemología. En este sentido Bachelard (1973), considera que es una filosofía científica, pero que no es una filosofía especulativa, mejor dicho, la filosofía que la ciencia se merece. La ciencia crea su propia filosofía, que no es ni debe ser especulativa. En este mismo orden Padrón (1998), considera que la epistemología es aquella rama de la filosofía que se ocupa del conocimiento científico que estudia una forma específica del conocimiento, a saber, la ciencia, la epistemología se refiere no a cualquier forma de conocimiento, sino a lo que hay que entender por ciencia. Sin embargo, algunos autores entre ellos Ferrater Mora (1997), plantea que la epistemología y la gnoseología son sinónimos, por lo tanto, no existe la necesidad de distinguir la epistemología, como una filosofía específica del conociendo científico. Como puede observarse, la epistemología siempre ha estado relacionado al conocimiento científico y al devenir educativo. Por estas razones en la fundamentación del conocimiento científico y educativo siempre habrá una matriz epistémica y paradigmática que incidirá notablemente en los fines de los mismos. En este mismo orden , se puede considerar que la epistemología juega un rol importante en la Construcción de los Paradigmas que subyacen en el sistema educativo. Esta consideración sobre epistemología permitirán problematizar la educación y en especial, los estudios de IV y V nivel ya que permitirán a los cursantes de estos niveles preguntarse ¿Qué racionalidades epistémicas han predominado en la Educación Superior? ¿Cuáles han sido las racionalidades dominantes, la lógica imperante, la epísteme que predomina en las discusiones universitarias? ¿Cuáles son los paradigmas que han prevalecido en los últimos años en la Educación Superior? Por lo anteriormente expuesto, se desprende que los participantes de los cursos del doctorado deben iniciar un proceso de formación histórica, filosófica y epistemológica, que vaya más allá de las racionalidades y discursos imperantes en la educación superior, comprender que el pensamiento epistemológico juega un rol trascendental en la formación de un nuevo compromiso racionalista (Bacherlard, dixit), que rompa con el estilo de pensamiento reductor y simplista que prevalece en nuestros claustros universitarios.
REFERENCIAS
Bachelard, G. (1973). El compromiso racionalista. España. Ediciones Editores Barcelona.
Ferrater Mora, J. (1997). Diccionario de Filosofía. Barcelona: España.
Padrón, J. (1998). Sobre la idea de “Paradigmas” en las Ciencias Sociales.