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Escuela Taller de Formación Actoral “Pedro Escudero’ | Historia del Arte y la Cultura I

Carla Vianello.

TRABAJO DE CIERRE DE AÑO:


Contextos de la tragedia griega (Del siglo -V al 2016).

1- Identificar en el texto de Vernant “Mito y Tragedia”, los elementos que caracterizan el contexto de aparición
y mayor desarrollo de la tragedia en Atenas.

En el texto se afirma que la Tragedia surge y alcanza su máximo esplendor en lo que dura un
solo siglo, en particular el siglo V a.C. y las condiciones de su aparición están íntimamente
relacionadas con la conformación de la ciudad como orden social, económico, político, cultural de la
vida en Grecia.
En este momento, dice, los hombres o ciudadanos (las mujeres no lo son!) deben hacerse
responsables de las leyes o reglas que regirán la vida en la ciudad, que es su creación, lo cual
implica introducir cambios y pensar nuevos valores, distintos de y en pugna con los que su antigua
(pero arraigada) tradición religiosa de Dioses y Héroes les dictaba. El pensamiento jurídico y los
tribunales que lo encarnarán están en este momento, en proceso de elaboración, buscando en qué
basar sus resoluciones, cómo llegar a acuerdos o imponer autoridad; están recién naciendo y este
momento “intermedio” entre el nuevo Derecho Civil y el viejo orden Divino, aparece lleno de
inestabilidades, titubeos, dudas, contradicciones e incoherencias en cuanto a cómo se debe actuar y
de qué manera impartir Justicia.
El sistema político y de ideas es inestable y esto se traduce también en un aspecto psicológico
de las personas. Este contexto se hace texto en la Tragedia Griega, que refleja y muestra unx
hombre/mujer que, inmersx en ese “intríngulis” Divino/Humano, debe tomar decisiones y atravesar su
propio camino con temores, limitaciones, a riesgo de morir incluso; debe hacerse responsable de sus
acciones y las consecuencias de estas, así sean las más dolorosas o desgraciadas.

2- Leer la obra de Sófocles elegida (Edipo Rey o Antigona) y buscar en el texto teatral la presencia (directa o
indirecta) de los elementos del contexto original de creación.

Estos elementos de los que hablamos en el punto anterior aparecen a lo largo y ancho de
tooooodo el texto escrito en “Antígona”, de Sófocles. Creo éstos ya pueden encontrarse
condensados en algunos fragmentos o citas de las primeras líneas:
“(La escena tiene lugar delante del palacio real de Tebas.[…] salen del palacio Antígona y su
hermana Ismene.” (ln. 1)

No en cualquier lado se sitúa la acción desde el vamos; no sólo en una de las ciudades más
importantes de la Grecia Antigua, Tebas sino que además en las puertas del palacio, residencia de la
familia real. Pone a una de las principales instituciones del viejo orden en el centro de la mira (poco
más adelante se verá que de su seno mismo saldrá esta novedosa forma de hacer justicia, según
intereses humanos y no divinos), a ser cuestionado, problematizado; y la heroína saliendo,
alejándose o moviéndose fuera de éste.
“Antígona.-¿acaso sabes cuál de las desdichas que nos vienen de Edipo va a dejar de cumplir
Zeus en nosotras mientras aún estemos vivas? […] y ahora, ¿qué edicto es éste que dicen que acaba
de publicar el general para la ciudad entera?” (ln 2-8).

Esta cita pequeña, al principio del texto, a primera vista nos muestra, de alguna manera los
dos órdenes que decíamos entran en conflicto la Justicia divina y civil castigando o rigiendo las
acciones de Antígona y su hermana. Lo dispuesto por Zeus que viene de antaño y tiene cierto
carácter de “heredado” y lo que, con un edicto recién elaborado, ordena Creonte, autoridad entre los
asuntos humanos, jefe del estado, Rey de Tebas.

Con una segunda lectura un poco más quisquillosa, saltan a la vista otros detalles que me
sirven también para ilustrar este contexto, pero en relación a los aspectos más bien psicológicos que
podrían caracterizar al ciudadano en la Grecia del s. V:

-la utilización de los signos de pregunta (parece una pavada, pero me sirve!) en este primerísimo
fragmento: ambos órdenes aparecen de alguna forma como cuestiones ajenas, impuestas, fuera de
sus dominios o no del todo conocidas, y en principio las hace preguntarse. Podría, desde un lugar
más bien formal de la escritura, estar ilustrando este estado de duda en el que se hallan los
ciudadanos en este momento de la historia de Grecia: todo el sistema jurídico y de derecho está en
sus manos y por construir.

-otra característica que aparece tiene que ver con el sufrimiento o padecimiento del que no
pueden escaparse y que parecería no encontrará fin más que en la muerte; carozo o centro trágico
de la cuessstión.

“Antígona.-Creonte […]ha hecho publicar que nadie le de sepultura ni le llore [al cadáver de Polínices]
[…] que está prescrito que quien haga algo de esto reciba muerte por lapidación pública en la
ciudad[…]” (ln 22-38)
“Antígona.-yo le enterraré. Hermoso será morir haciéndolo. Yaceré con él al que amo y me
ama, tras cometer un piadoso crimen, ya que es mayor el tiempo que debo agradar a los de abajo que
a los de aquí. Allí reposaré para siempre. Tú, si te parece bien, desdeña los honores a los dioses.
Ismene.- yo no les deshonro, pero me es imposible obrar en contra de los ciudadanos

En este diálogo, que está al comienzo de la obra, en el que queda expuesto el conflicto
principal, se ve explícitamente el enfrentamiento entre lo que manda el orden divino y lo exigido por
leyes escritas por hombres, la necesidad de tomar una postura y elegir a cuál obedecer, con sus
posteriores consecuencias y distintas valoraciones: la muerte y el martirio, que aparecen como lo
esperado y buscado con honor en el caso de Antígona que elige el primero, temidos y rehusados en
su hermana Ismene, que opta por el segundo.

En lo que sigue también se ve esto muy claramente y de forma más explícita, tanto el conflicto
en torno a cuál ley responder, el sufrimiento estando “entre”, como los riesgos que una decisión
conllevan:

“Creonte.- ¿y, a pesar de ello, te atreviste a transgredir estos decretos?


Antígona.- no fue Zeus el que los ha mandado publicar, ni la Justicia que vive con los dioses de abajo
la que fijó tales leyes para los hombres. No pensaba que tus proclamas tuvieran tanto poder como
para que un mortal pudiera transgredir las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Éstas no
son de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe de dónde surgieron. No iba yo a obtener castigo
por ellas de parte de los dioses por miedo a la intención de hombre alguno[…] y si muero antes de
tiempo, yo lo llamo ganancia. Porque quien, como yo, viva entre desgracias sin cuento, ¿cómo no va a
obtener provecho al morir? Así, a mi no me supone pesar alcanzar este destino.” (ln. 447-466)

Y este estado, además, aparece como compartido entre el resto de los ciudadanos (se ve el
carácter social de la cuestión, es decir, este malestar, tironeo o conflicto con la ley no es una
situación aislada, una novela personal), aunque solamente la heroína pase a la acción
consecuentemente, tenga la fortaleza para enfrentarse y revelarse ante lo que cree injusto:

“Antígona.-[…]¿dónde hubiera podido obtener más gloriosa fama que depositando a mi propio
hermano en una sepultura? Se podría decir que esto complace a todos los presentes, si el temor no
les tuviera paralizada la lengua. En efecto, a la tiranía le va bien en otras muchas cosas, y sobre todo
le es posible obrar y decir lo que quiere.
Creonte.- Tú eres la única de los Cadmeos que piensa tal cosa.
Antígona.-Éstos también lo ven, pero cierran la boca ante ti.” (ln.502-512)

Este estado de “duda” frente a cómo actuar, un debate entre dos partes (generalmente alguien
vs. Creonte, el tirano y casi siempre cada unx consigo mismo) y cierto padecimiento acarreado por
ese mismo estado se encuentra en toda la obra y encarnado en distintos personajes:

-El guardián que duda y se debate sobre si llevar o no la noticia de que se le dio entierro a
Polinices.

“Guardián.- señor, no puedo decir que por el apresuramiento en mover rápido el pie llego
jadeante, pues hice muchos altos a causa de mis cavilaciones, dándome la vuelta en medio del
camino. Mi ánimo me hablaba muchas veces de esta manera: ´desventurado! ¿por qué vas a donde
recibirás un castigo cuando hayas llegado? ¡infortunado! ¿te detienes de nuevo? Y si Creonte se
entera de esto por otro hombre, ¿cómo es posible que no lo sientas?´ Dándole vueltas a tales
pensamientos venía lenta y perezosamente, y asi un camino corto se hace largo. Por último, sin
embargo, se impuso el llegarme junto a ti, y , aunque no descubriré nada, hablaré. Me presento, pues,
aferrado a la esperanza de no sufrir otra cosa que lo decretado por el azar […]
Corifeo.- Señor, mis pensamientos están, desde hace un rato, deliberando si esto es obra de
los dioses.” (ln.226-279)

-Hemón entre responder a las razones y el amor de su enamorada o al respeto a su padre.

“Hemón.-[…]Tu rostro resulta terrible al hombre de la calle, y ello en conversaciones tales que no te
complacerías en escucharlas. Pero a mí, en la sombra, me es posible oir cómo la ciudad se lamenta por esta
joven, diciendo que, siendo la que menos lo merece de todas las mujeres, va a morir de indigna manera por
unos actos que son los más dignos de alabanza[…] Para mí, sin embargo, no existe ningún bien más
preciado que tu felicidad. Pues, ¿qué honor es para los hijos mayor que la buena fama de un padre cuando
está en plenitud de bienestar, o qué es más importante para un padre que lo que viene de los hijos? No
mantengas en ti mismo sólo un punto de vista: el de que lo que tú dices y nada más es lo que está bien[…].
Corífeo.- Señor, es natural que tú aprendas lo que diga de conveniente, y tú, por tu parte, lo hagas de él.
Razonablemente se ha hablado por ambas partes. […]
Creonte.- todo lo que estás diciendo, en verdad, es a favor de aquélla.
Hemón.- y de ti, y de mí y de los dioses de abajo.” (ln.690-749)

Y entre estos debates siempre el coro, el corifeo o Tiresias, el adivino, mediando, abriendo al
debate, cuestionando, preguntando, aportando alguna opinión, visión o dato histórico que pudiera
servir como precedente para poder tomar una decisión, inclinándose hacia uno u otro lado de la
disputa.

El coro trae constantemente referencias a la antigua tradición Mítica, como parte del pasado
pero cuya influencia sigue viva o latente de todas formas:

“Coro. Estrofa 2.
¿qué conducta de los hombres podría reprimir tu poder, Zeus? Ni el sueño, el que amansa todas las cosas, lo
domina nunca, ni los meses incansables de los dioses, y tú, que no envejeces con el tiempo, dominas
poderoso el centelleante resplandor del Olimpo. Para lo que sucede ahora y lo que suceda en el futuro, lo
mismo que para lo que sucedió anteriormente, esta ley prevalecerá: nada extraordinario llega a la vida de los
mortales separado de la desgracia.” (ln. 604-614)

No hay en la obra (más que como referencia histórica, por el coro) ningún ser Mitológico en sí,
Dios o Héroe de características o poderes sobrenaturales que interfieran concretamente en las
acciones de los personajes. Aparecen, por supuesto, el temor o respeto por ellos, y tenemos una
Heroína, mas ésta es humana y así se enfrenta mientras está viva, a su enemigo, también humano,
el Rey tirano. Todos los conflictos y las acciones que los rodean se desarrollan en este plano de
hombres y mujeres, ciudadanos ordinarios o autoridades de orden político o económico.
Solamente a Tiresias podría considéraselo poseedor de algún poder adivinatorio
extraordinario, y aunque predice la muerte de Hemón y demás desgracias en la familia de Creonte,
aparece como una figura de sabiduría, capaz de analizar las circunstancias de manera más
“objetiva” (si es que algo parecido a esto existiera), e incluso hay en voz del Rey una referencia a los
“adivinos” como simples charlatanes sobornables, “apegados al dinero” (ln.1055) que les quitaría
cualquier contacto o relación con las divinidades.

3- Relacionar los pasajes destacados del texto teatral (en el punto 2), con la puesta en escena observada. (A
modo de guía, se plantean algunas preguntas para empezar a pensar, que no excluyen otras observaciones
que puedan realizar)
● Qué elementos tienen continuidad visible en la puesta en escena contemporánea?
● Cuáles desaparecen?
● Cuáles se potencian?
● Hay aspectos, que habiendo resultado secundarios en la lectura del texto teatral, se resignifiquen en la
versión escénica contemporánea? Cuáles?

En “Antígona, Tremenda Trágica Tragedia”, el texto escrito se respeta casi en su totalidad, por
lo cual podríamos pensar que hay una continuidad de todos los elementos observados en el punto
anterior: la presencia de los dos órdenes en disputa, la necesidad de definirse por el acatamiento y
respeto de un tipo de Justicia o la otra, los debates o problematización en torno a esto, entre, y tras
esto las sensaciones de desorientación, desequilibrio o duda.
Sin embargo, hay un aspecto en particular que está claramente “desplazado”, que a la vez
resulta central en la Tragedia: el tratamiento de los sentimientos que tienen que ver con el
sufrimiento, padecimiento o dolor de los personajes al tener que enfrentarse con estos conflictos o
contradicciones. La puesta recurre todo el tiempo al humor y con eso los personajes escapan,
transitan muy fugazmente esos estados y en seguida proponen ir hacia un lugar más cómico o
ridículo. Creo que en el único personaje en el que sí se sostienen sentimientos de dolor durante toda
la obra es en la Heroína, Antígona (pero confieso que no me vendría mal volver a verla para
confirmar esto).
Además del recurso al humor por diversos recursos (mayormente apelar a dejar al descubierto
por momentos el “artificio” de la situación teatral y jugar con el público), las caracterizaciones de
algunos personajes también siento que ayudaron a que se pierda este “sentir trágico”, por llamarlo
de alguna manera. Por ejemplo Ismene, como una mujer exageradamente ingenua, quizás hasta
incapaz de caer en la cuenta de la importancia que tenía para su hermana el no-entierro de
Polinices; Hemón, como un adolescente la mayoría del tiempo apático, difícilmente llegando al
mismo estado de afectación que Antígona ante el conflicto.

Otro aspecto que quizás podría observarse es que el coro es suplantado por el público, pero
no se nos “da letra”, y dada esta situación quedan perdidas casi todas las referencias que éste hace
en la obra escrita a la mitología (al menos en cuanto a lo que yo recuerdo… puede fallar!) y así todo
lo relativo a la antigua tradición religiosa está muy relegado, lo cual parecería potenciar aún más la
necesidad de afrontar los conflictos entre humanos y según criterios bien “de esta tierra”.

4- Según tu apreciación, cómo se relaciona la obra observada con nuestro contexto actual?

El punto en el que más encuentro relación es quizás en la figura femenina levantándose


contra leyes impuestas y escritas por hombres, para una ciudad de ciudadanos varones.
Considero que uno de los movimientos sociales que aparece levantándose con más fuerza en
la actualidad, en este momento histórico que nos toca vivir y en particular en nuestro país, es el del
feminismo o la lucha contra el patriarcado.
El texto escrito de “Antígona” es respetado casi en su totalidad en esta puesta y ya él mismo,
al tener como protagonista y heroína a una mujer, tiene en su seno rasgos que pueden considerarse
por eso mismo feministas o emparentados a este movimiento. Pero a su vez creo que los cambios
que se introducen en “Antígona. Tremenda trágica tragedia”, pueden estar de alguna pequeña
manera reforzando este aspecto, por ejemplo feminizando la figura del corifeo que es uno de los
aliados de la heroína, fusionando a los personajes de Hemón y Antígona en el cuerpo de la misma
actriz, caracterizando a Ismene (podemos ubicar la traición en esta figura?) desde el vestuario y el
trabajo corporal del actor, como una mujer-objeto, reforzando lo que aparece en el texto escrito: su
ser más pasiva, obediente de lo que manda el patriarcado, machista.
El hecho de que sea Antígona la única que vive con dolor genuinamente durante toda la obra
también habla de alguna manera de esto, quizás sin querer, inconcientemente. Quizás esto sea un
sueño o un parecer mío. El resto de los personajes-actores (porque todo el tiempo se juega con este
entrar y salir en-de la ficción) están “más relajados”, pueden hacer chiste sobre la cuestión. Antígona
es la única que lo sufre y padece realmente: ¿hay intención de mostrar o reflejar con esto una
imposibilidad o al menos gran dificultad para comprender “el macho” el esfuerzo y padeceres que
vive la mujer para “hacerse un lugar” entre las normas de los hombres? Quizás… quizás espere que
vuelvan a poner en cartel la obra para ver mejor… (ja!).

5- La tragedia griega antigua es una forma de expresión artística y un fenómeno social y psicológico
íntimamente ligado a su contexto. Por qué consideras que sus argumentos han seguido alimentando distintas
formas de expresión artística a través del tiempo y hasta nuestros días?

Como vimos la tragedia aborda principalmente el tema de el hombre haciéndose responsable


de su vida y sus decisiones. ¿cómo podría esto perder vigencia? Es el meollo mismo de nuestra
existencia…

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