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TRABAJO FIN DE MASTER

Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales

Exposición de los trabajadores al polvo de


sílice y el suicidio como accidente de
trabajo: Responsabilidades

Alumno: José Alberto Legaspi Maseda


Tutor: Blasa María Villena Escribano
Madrid, 2021

Especialidades Preventivas desarrolladas en el TFM

1. Higiene Industrial.
2. Psicosociología Aplicada.
TRABAJO FIN DE MASTER

Exposición de los trabajadores al polvo de sílice y el


suicidio como accidente de trabajo: Responsabilidades

Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales

Alumno: José Alberto Legaspi Maseda


TUTOR: Blasa María Villena Escribano

Madrid, 2021
Abreviaturas

ABREVIATURAS

AL: Accidente Laboral.

Art.: Artículo.

AT: Accidente de Trabajo.

ATC: Accidente de Trabajo Común.

CE: Constitución Española.

CP: Contingencias Profesionales.

EC: Enfermedad Común.

EP: Enfermedad Profesional.

ET: Estatuto de los trabajadores.

IP: Incapacidad Permanente.

IT: Incapacidad Temporal.

LEC: Ley de Enjuiciamiento Civil.

LPRL: Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales.

LRJS: Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social.

OIT: Organización Internacional de Trabajadores.

RCUD: Recurso para la unificación de doctrina.

SS: Seguridad Social SSTS: Sentencias del Tribunal Supremo.

STS: Sentencia del Tribunal Supremo.

STSJ de.: Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de.

TRLGSS: Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley General de la Seguridad Social.

TS: Tribunal Supremo.

TSJ: Tribunal Superior de Justicia

3
Índice

ÍNDICE
1. DECLARACIÓN DE ORIGINALIDAD.................................................................................5
2. RESUMEN / ABSTRACT...................................................................................................6
3. INTRODUCCIÓN............................................................................................................... 8
4. OBJETIVOS..................................................................................................................... 10
4.1. Objetivo general.........................................................................................................10
4.2. Objetivos específicos.................................................................................................10
5. ANTECEDENTES............................................................................................................ 12
5.1. Exposición al polvo de Sílice.....................................................................................12
5.2. Suicidio como accidente laboral................................................................................16
6. METODOLOGÍA............................................................................................................... 17
7. RESULTADOS................................................................................................................. 21
7.1. Responsabilidad derivada de la exposición al Polvo de Sílice...................................21
7.2. El Suicidio como accidente de trabajo.......................................................................33
8. CONCLUSIONES............................................................................................................. 51
8.1. Responsabilidad por la exposición del trabajador al polvo de Sílice..........................51
8.2. El suicidio como accidente laboral.............................................................................53
9. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN........................................................................56
10. BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................. 58
10.1. Bibliografía Silicosis.................................................................................................58
10.2. Bibliografía Suicidio Accidente Laboral....................................................................59

4
Declaración de originalidad

1. DECLARACIÓN DE ORIGINALIDAD.

5
Resumen / Abstract

2. RESUMEN / ABSTRACT

Resumen

El objeto del presente trabajo es el análisis de dos temas diferenciados: de un lado la


problemática de la exposición del trabajador al polvo de sílice como hecho generador
de responsabilidad y de otro el tema del suicidio como accidente de trabajo. Ambos
temas en principio no guardan ninguna relación y parecen disímiles en el análisis
jurídico, sin embargo no están tan alejados si se estudian desde la óptica de su
evolución jurisprudencial. En efecto partiendo de concepciones restrictivas y
reduccionistas en cuanto a sus efectos, se evoluciona hacia posiciones de mayor
reconocimiento de derechos para las personas que buscan amparo judicial por el
daño sufrido en ambas situaciones. El objetivo perseguido con el tratamiento de
ambos temas en el trabajo es desjudicializarlos, minimizando costes para las
empresas lo cual redunda un beneficio económico para todos los actores (incluida la
Administración) de las relaciones laborales.

La metodología que se utiliza es eminentemente jurídica, a través de un abordaje


doctrinal y jurisprudencial. Precisamente a través de la Jurisprudencia del Tribunal
Supremo y de los Tribunales Superiores de Justicia se perfila el objeto del presente
trabajo. Como resultado tenemos un análisis crítico de tal jurisprudencia que se
visualiza como manifiestamente mejorable en las conclusiones de este trabajo.

Palabras clave:

Polvo de Sílice, suicidio, responsabilidad, Jurisprudencia, nexo causal, síndrome de


burnout, silicosis, accidente de trabajo.

Abstract

The object and study of this work is the analysis of two different themes: on the one
hand, the problem of worker exposure to silica dust as a factor generating
responsibility, and on the other, the issue of suicide as a work accident. In principle,
both issues are unrelated and seem dissimilar in the legal analysis, however they are
not so far apart if they are studied from the perspective of their jurisprudential
evolution. In fact, starting from restrictive and reductionist conceptions in terms of its

6
Resumen / Abstract

effects, it evolves towards positions of greater recognition of rights for people who
seek judicial protection for the damage suffered in both situations. The objective
pursued with the treatment of both issues at work is to de-judicialize both issues,
minimizing costs for companies, which results in an economic benefit for all actors
(including the Administration) of labor relations.

The methodology used is eminently legal, through a doctrinal and jurisprudential


approach. Precisely through the Jurisprudence of the Supreme Court and the Superior
Courts of Justice the object of this work is outlined. As a result we have a critical
analysis of such jurisprudence that is seen as clearly improvable in the conclusions of
this work.

Keywords: Silica Dust, suicide, responsibility, Jurisprudence, causal link, burnout


syndrome, silicosis, work accident.

7
Introducción

3. INTRODUCCIÓN.

Se analiza en este trabajo la evolución jurisprudencial de dos cuestiones ligadas a la


prevención de riesgos laborales, como son la responsabilidad del empresario en la
exposición del trabajador al polvo de sílice y la problemática del suicidio como
accidente laboral.
Los dos temas tratados en esta investigación, se han escogido por el trato insuficiente
que han tenido en la doctrina. Desde un punto de vista dogmático no se han
abordado en profundidad y menos aún con un sentido crítico. Las razones pueden
estar en las dificultades técnicas, al estar involucradas temáticas de tipo médico o
incluso por tratarse de cuestiones que podríamos denominar “tabú”, particularmente,
en el caso del suicidio.

.Sin duda los beneficios que se obtienen de este análisis y la solución de la


problemática que se plantea, redunda en la evitación de costes para el denominado
“deudor de prevención”. El poder analizar la situaciones de surgimiento de
responsabilidad, por no cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos, sea
en el ámbito sancionador o en el de la responsabilidad civil, e incluso penal y el poder
realizar una acción preventiva de tales resultados deviene esencial no sólo para el
trabajador, sino para las empresas y para la propia Administración. Beneficios
personales, patrimoniales y económicos que derivan de la prevención de riesgos en
los dos temas abordados. Por ello su estudio se nos aparece como relevante y
necesario.

En suma la aportación de este trabajo consiste en remarcar los aspectos inherentes a


las responsabilidades en ambos casos y proponer un modelo preventivo que evite, o
por lo menos, atenúe el surgimiento de tales responsabilidades. A tal efecto, se ha
puesto el foco en estos temas, dadas las múltiples connotaciones preventivas que se
derivan de los mismos.

La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales (en


adelante, LPRL) diagrama un “corpus” básico de garantías y responsabilidades
preciso para el logro de un idóneo nivel de protección de la salud de los trabajadores
frente a los riesgos derivados de las condiciones de trabajo.

8
Introducción

En el campo de la prevención de riesgos laborales, la naturaleza de la


responsabilidad que se genera es de tipo contractual. Según el art. 14 de la LPRL, en
términos generales, el sujeto responsable es el empresario, dado que tiene un deber
de protección y garantiza la seguridad y la salud de los trabajadores a su servicio en
todos los aspectos relacionados con el trabajo. Por lo tanto, hace frente a las
consecuencias de su actividad. El propio precepto establece que debe adoptar
cuantas medidas sean necesarias para la protección de la seguridad y la salud de los
trabajadores.

El empresario puede concertar con entidades externas, como los servicios de


prevención, el cumplimiento de determinadas obligaciones en materia de prevención,
lo cual no le exonera de su deber de protección -plasmado en el párrafo 3 del citado
artículo-, ni mucho menos de su responsabilidad, dándose la posibilidad de que a
estos se les pueda reclamar parte de la misma.

Como instrumentos esenciales para la gestión y aplicación de los planes de


prevención de riesgos, se nos presenta la evaluación de riesgos laborales y la
planificación de la actividad preventiva 

Pues bien, son los Tribunales de Justicia los que fijan el ámbito y la extensión de
dichas responsabilidades. Por ello es por lo que la jurisprudencia, tanto la de Tribunal
Supremo , como la de los Tribunales de Justicia de las diferentes Comunidades
Autónomas cobra un significado fundamental a la hora de configurar un marco legal
para esas obligaciones de prevención derivadas del art. 14 LPR, y las
responsabilidades derivadas de la misma. Por ello se hace imprescindible un estudio
de las resoluciones más relevantes en esta materia.

9
Objetivos

4. OBJETIVOS

4.1. Objetivo general

El objetivo general perseguido con el tratamiento de ambos temas en el trabajo es


desjudicializar ambas situaciones con un sistema de alertas que permitan visualizar
previamente y con eficacia, los potenciales riesgos. La prevención se configuraría así
como el elemento básico de las actividad laboral, disminuyendo costes para las
empresas lo que redundaría en un beneficio económico para todos los actores
(incluida la Administración) de las relaciones laborales.

En línea con lo anterior, debemos destacar que tradicionalmente las técnicas de


prevención se han clasificado en médicas y no médicas, cobrando especial relevancia
para los dos temas objeto de este trabajo los tratamientos y reconocimientos
preventivos en lo que se refiere a las médicas.

En cuanto a las técnicas no médicas, destacaremos la higiene en el trabajo para los


casos referidos al polvo de sílice, dada la exposición a factores neumoconióticos que
producen alteración pulmonar por partículas sólidas o polvos.

Asimismo, y por lo que respecta al suicidio, casi resulta obvio destacar la técnica
denominada psicosociología que es una técnica de prevención de los problemas
psicosociales como estrés, depresión, insatisfacción, agotamiento psíquico, fatiga,
síndrome de Burnout y otros problemas psicológicos motivados por multitud de
factores como el tipo de jornada laboral, el tipo de trabajo, las relaciones laborales,
exposición a situaciones conflictivas etc.

Insistimos en que la finalidad de este trabajo es poner en valor las técnicas antes
reseñadas para evitar incurrir en responsabilidades de tipo judicial como las descritas
en las numerosas sentencias que procederemos a analizar y estudiar
pormenorizadamente.

4.2. Objetivos específicos

1.-Coadyuvar al cumplimiento por la empresa de sus deberes de seguridad e higiene.

10
Objetivos

2.-Llamar la atención sobre las consecuencias de la omisión de medidas preventivas


exigibles a la empresa.

3.-Delimitar conceptualmente el objeto de la prueba del cumplimiento o


incumplimiento de los deberes de prevención.

Los tres objetivos específicos que se persiguen son abordados a través del estudio de
la jurisprudencia y de la doctrina científica y mediante la metodología que se indicará
en su momento.

11
Antecedentes

5. ANTECEDENTES.

5.1. Exposición al polvo de Sílice.

Se realizará un recorrido por la evolución jurisprudencial de la responsabilidad del


empresario en la exposición del trabajador al polvo de sílice. Ineludiblemente la base
fáctica que sirve de punto de partida a esta problemática, es la propia patología
generada por dicha exposición. Por ello como punto inicial resulta necesario realizar
una acotación terminológica. Enunciamos los siguientes términos:

a). NEUMOCONIOSIS

Comenzando por lo relativo a la responsabilidad derivada de la exposición al polvo de


sílice, procederemos a realizar una primera aproximación ala patología derivada, esto
es, la silicosis. Tal y como reza el Protocolo de Vigilancia Sanitaria Específica de
20191, se define como neumoconiosis el conjunto de enfermedades derivadas de la
acumulación de polvo inorgánico en los pulmones y las reacciones tisulares
provocadas por su presencia. Se integran en el grupo de enfermedades pulmonares
intersticiales difusas de causa conocida. En todas ellas, la probabilidad de su
desarrollo depende de tres factores principales: la magnitud de la exposición
acumulada durante la vida laboral, las características del agente etiológico y la
susceptibilidad individual.

En función del elemento inorgánico causante de la patología, cada una de estas


enfermedades (vgr. silicosis, asbestosis, siderosis, estannosis) cuenta con unas
características clínicas, radiológicas e histológicas propias. De todo el conglomerado
patológico que conforma la neumoconiosis, la silicosis y la neumoconiosis del carbón
son las que tienen una mayor prevalencia y, con frecuencia, comparten rasgos
epidemiológicos, clínicos y radiológicos, de tal modo que no es infrecuente que se
emplee el término “Silicosis” para hacer alusión al conjunto de las neumoconiosis.

b).SILICOSIS

De manera concreta, la silicosis es la neumoconiosis que se produce a consecuencia


de la inhalación de sílice cristalina (SiO2). Como enfermedad pulmonar intersticial

1
Protocolo de Vigilancia Sanitaria Específica: Silicosis, aprobado por la Comisión de Salud Pública del
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en Sesión Plenaria celebrada el 12 de
septiembre de 2019, pp. 17 y ss.
Antecedentes

difusa, se caracteriza por la producción de tejido colágeno en el pulmón en respuesta


al depósito de polvo de sílice. No obstante, ha de tenerse en cuenta, sobre todo a la
hora de valorar, desde un punto de vista judicial, los efectos de la inhalación de polvo
de sílice, que esta puede producir también otro tipo de lesiones que, no siendo
silicosis, produzcan menoscabos en lugares intra o extratorácidos distintos al
parénquima pulmonar (como es el caso de la frecuente presencia de adenopatías
hiliares y/o mediastínicas en personas expuestas).

La silicosis, además, tiene distintas clasificaciones, siendo elemental la distinción de


tres subespecies: la silicosis aguda, la silicosis acelerada y la silicosis crónica. En
primer término, la silicosis aguda se define como la exposición alta a sílice cristalina
en un periodo corto de tiempo, entendiendo por tal un umbral temporal inferior a cinco
años. En segundo término, la silicosis acelerada se desarrolla durante un periodo de
cinco a diez años de exposición a niveles altos de sílice cristalina; y, en tercer término,
la silicosis crónica, originada por exposición a bajos niveles de sílice cristalina en un
periodo largo de tiempo, considerando, como tal, más de diez años. Por tanto, y sin
entrar en otros pormenores, se observa que la nota principal de la clasificación se
concreta en la duración de la exposición considerando tres umbrales: inferior a 5
años; de 5 a 10 años y superior a 10 años2.

c).SÍLICE CRISTALINA

En la composición del polvo de sílice, el agente causal de la silicosis es la


denominada sílice cristalina, de tal manera que la exposición acumulada alberga una
relación directa con el riesgo de enfermedad, por cuanto el riesgo de aparición de la
enfermedad se relaciona con la cantidad de sílice cristalina inhalada a lo largo de la
vida laboral. Las partículas de la sílice cristalina entran en los pulmones 3 y producen
2
Sobre esta clasificación, vid. Copa Rodríguez, F. J., Exposición al polvo de Sílice en marmolerías y
talleres de transformación de piedra, Instituto Galego de Seguridad y salud laboral, 2021. Disponible
en: http://issga.xunta.gal/export/sites/default/recursos/descargas/documentacion/material-
formativo/relatorios/2012_10_
3
A la silicosis se la relaciona con otras condiciones del pulmón, tales como: fibrosis, enfisema, cáncer al
pulmón, enfermedad renal, pérdida de función pulmonar e incremento del riesgo de tuberculosis. Vid.
sobre esta cuestión Archivos de Bronconeumología, disponible
enhttps://www.archbronconeumol.org/es-silicosis-una-enfermedad-con-presente-articulo-
S0300289609003421.
En otro sentido, la Unión Europea, en la Directiva (UE) 2017/2398 del Parlamento Europeo y del
Consejo de 12 de diciembre de 2017, ya ha reconocido la potencialidad cancerígena del polvo de sílice
libre, instando a los Estados Miembro a incorporarla a sus listados antes del 17 de enero de 2020. En
este sentido, la Institución sostiene que “Existen pruebas suficientes de que el polvo respirable de la
sílice cristalina es cancerígeno. Procede establecer, a partir de la información disponible, incluidos

13
Antecedentes

inflamación y cicatrices en sus tejidos. El riesgo de aparición de la enfermedad se


relaciona con la cantidad de sílice cristalina inhalada a lo largo de la vida laboral y,
además, dicha relación se modula atendiendo a otros factores vinculados a las
características del agente causal y las circunstancias individuales de la persona
expuesta a la inhalación4.

El ya citado Protocolo de Vigilancia Sanitaria Específica, enumera taxativamente las


actividades profesionales industriales en las que existe exposición al polvo de Sílice:

• Trabajos en minas, túneles, canteras, galerías, obras públicas.

• Tallado y pulido de rocas silíceas, trabajos de canterías.

• Trabajos en seco, de trituración, tamizado y manipulación de minerales o rocas.

• Fabricación de carborundo, vidrio, porcelana, loza, prótesis dentales y otros


productos cerámicos, fabricación y conservación de los ladrillos refractarios a base de
sílice.

• Fabricación y manutención de abrasivos y de polvos detergentes.

• Trabajos de desmoldeo, desbarbado y desarenado en las fundiciones.

• Trabajos con muelas (pulido, afinado) que contengan sílice libre.

• Trabajos en chorro de arena y esmeril.

• Industria cerámica.

• Industria siderometalúrgica.

• Fabricación de refractarios.

• Fabricación de abrasivos.

• Industria del papel.

• Fabricación de pinturas, plásticos y gomas.


datos científicos y técnicos, un valor límite para el polvo respirable de la sílice cristalina. El polvo
respirable de la sílice cristalina generado en un proceso de trabajo no está sometido a la clasificación
con arreglo al Reglamento (CE) nº 1272/2008. Procede, por tanto, incluir, en el Anexo I de la Directiva
2004/37/CE, los trabajos que conlleven una exposición al polvo respirable de sílice cristalina generado
en un proceso de trabajo y establecer un valor límite para el polvo respirable de sílice cristalina
(«fracción respirable»), que ha de estar sujeto a revisión, en particular a la luz del número de
trabajadores expuestos”. En la misma línea, vid. http://www.saludlaboral.ugtcyl.es/el-polvo-de-silice-
ultima-sustancia-cancerigena-reconocida-oficialmente.
4
Estaes la definición de UCLA Labor Occupational Safety & Health Program (LOSH). Disponible en
http://www.losh.ucla.edu

14
Antecedentes

Aquí se representa porcentualmenterespecto a la aseguradora Asepeyo:

Fuente: López Aylagas et. Al, Silicosis declaradas en Mutua Asepeyo (2011-2014), Revista de la
Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo, vol. 25, nº 3, Madrid, septiembre 2016.

En lo que se refiere a la situación de partida en el estudio doctrinal y al margen de


datos estadísticos, deben tenerse en cuenta los trabajos y exposiciones doctrinales
publicadas hasta hoy. Una de las aportaciones más significativas en este ámbito, al
margen de las Jurisprudenciales, ha sido la del profesor Gil Paniagua5, que advierte
sobre este repunte de la enfermedad y presenta de forma general las principales
medidas de prevención que debe adoptar el empresario.

El profesor Reglero Campos6 ha estudiado el tema fundamental de nexo causal,


poniendo de relieve las circunstancias que hacen concebir la imputación del daño al
agente causal de la silicosis (la sílice cristalina inhalada), y la existencia de una
relación indiscutible entre exposición acumulada y riesgo de enfermedad.

5
Gil Paniagua, P. J., La silicosis en el ámbito laboral: medidas de prevención y su consideración como
enfermedad profesional. Navarra, España, Universidad Pública de Navarra, 2013.
6
Reglero Campos L. F., Peña López, F., (2013), El nexo causal. Las causas de exoneración de
responsabilidad: culpa de la víctima y fuerza mayor. La concurrencia de culpas, en Busto Lago J. M.,
Reglero Campos, L. F., (dirs.), Lecciones de Responsabilidad Civil, Thompson Reuters Aranzadi,
Pamplona, 2ªed.

15
Antecedentes

Otra aportación digna de mención es la de la profesora Concepción Monerri Guillén7,


que aborda el tema de la presunción de la existencia del accidente de trabajo, y en
concreto el tema de la exposición al Sílice así como el tema del suicidio como
accidente.

5.2. Suicidio como accidente laboral

Partimos en este punto del escaso eco que ha tenido el tema en la doctrina científica,
al menos cuantitativamente. Sin embargo en este campo resulta destacable la
aportación hecha por María José Escudero García 8, que ha analizado las
implicaciones psicosociales del reconocimiento legal del suicidio como accidente
laboral. De igual modo, el profesor Sánchez Pérez, J. 9 aborda la consideración del
suicidio como accidente de trabajo desde un punto de vista doctrinal y jurisprudencial.

Por su parte Carmen Grau Pineda y Alejandro G. Rodriguez Monroy 10 emplea un


análisis desde la perspectiva histórico-evolutiva, en base a las vicisitudes planteadas
principalmente ante el Tribunal Supremo. Esta aportación aborda la revisión de los
diferentes criterios establecidos por la jurisprudencia sobre la calificación del suicidio
como accidente de trabajo, si bien adolece de un punto de vista crítico y resulta
excesivamente descriptivo por lo que carece de resultados prácticos aplicables a la
prevención del suicidio en el ámbito laboral.

7
Monerri Guillén, C. (2015),La Responsabilidad Civil del Empresario por Daños y Perjuicios Derivados
de Accidentes de trabajo, Universidad de Murcia.
8
Escudero García, M. J. (2019), Reconocimiento legal del suicidio como accidente laboral:
implicaciones psicosociales, Universidad de Alicante. Disponible en:
http://dspace.umh.es/bitstream/11000/5608/1/ESCUDERO%20GARCIA%2C%20MARIA%20JOSE
%20TFM.pdf
9
Sánchez Pérez, J. (2013), La delimitación conceptual del suicidio como contingencia profesional y su
tutela jurisprudencial, Actualidad Laboral, septiembre, pp. 1-21.
10
Grau Pineda, C., Rodríguez Monroy, A. G., “El suicidio como accidente de trabajo: un repaso a la
evolución jurisprudencial hasta la actualidad”, en Monereo Pérez, J. L., Accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales. Experiencias y desafíos de una protección social centenaria, pp. 91 y ss.
Disponible en: https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/75154/1/TOMO-I-LIBRO-CONGRESO-
AESSS-2020-91-111.pdf

16
Metodología

6. METODOLOGÍA.

De cara la realización de este Trabajo de Fin de Máster se han utilizado los métodos
propios de un análisis dogmático y jurisprudencial. Dado que nos encontramos ante
una investigación de talante eminentemente social, se ha seguido, principalmente,
una metodología teórica, acompañada de algunas técnicas de investigación que le
son propias, como el análisis o la síntesis. Así, la elaboración del trabajo de
investigación se inició con la delimitación del objeto de estudio, en este caso, la
responsabilidad derivada de la exposición de trabajadores al polvo de sílice y el
suicidio como accidente de trabajo.

Seguidamente, se ha llevado a cabo un análisis bibliográfico de cara a acotar, en la


mayor medida posible, el índice del trabajo. Simultáneamente, se procedió a la
realización de una preselección de la bibliografía de consulta.

Con posterioridad, se desarrolló un estudio pormenorizado para la obtención de la


información necesaria para la elaboración del Trabajo de Fin de Máster, contando
para ello con un análisis de la bibliografía, hemerografía y webgrafía seleccionadas,
así como de otros medios electrónicos. En este sentido, se analizó el marco jurídico
de referencia y se hizo un examen jurisprudencial exhaustivo, que es, por otra parte,
la piedra angular de este trabajo.

El referido examen jurisprudencial parte metodológicamente, de una selección de


resoluciones en el que se ha seguido un orden de prelación en relación a su
representatividad y fundamentación. En efecto, del cerca de centenar de resoluciones
que se han manejado, las plasmadas en este trabajo lo han sido por ser más
representativas de los tema tratados. Como el estudio jurisprudencial en esta
investigación es de naturaleza dinámica, ya que se analiza una evolución doctrinal,
se hacía imprescindible una selección en función del momento en que se han dictado.
Contextualizando cronológicamente las resoluciones se logra tener una visión de
conjunto más amplia del desarrollo jurisprudencial, en lugar de obtener una
panorámica estática, anquilosada y poco evolucionada.

En lo que se refiere a la localización de las resoluciones dictadas por tribunales, las


fuentes de donde se han extraído son en general, los repertorios y bases de datos de
jurisprudencia. Estos repertorios suelen recoger las sentencias de todos los ámbitos
Metodología

o jurisdicciones. En este caso se ha trabajado con los más habituales,


preferentemente se ha recurridoal El Centro de Documentación Judicial (Cendoj) que
es el órgano técnico del Consejo General del Poder Judicial que se encarga de la
publicación oficial de la jurisprudencia, y documentación de naturaleza judicial.
Estimamos que por su prestigio y carácter oficial es la fuente más confiable.

Criterio similar se ha seguido en la selección de textos. Se ha primado en ese caso la


bibliografía más actual, los textos que no siguen una orientación mayoritaria, o los que
analizan Sentencias revocadas o con base legal en normativa derogada. Del medio
centenar de textos revisados, los seleccionados en este trabajo lo han sido por los
criterios mencionados anteriormente, es decir se ha descartado doctrina minoritaria y
la caracterizada por su obsolescencia.

En relación al marco jurídico, es de reseñar que la acción protectora de la Seguridad


Social frente a las enfermedades y accidentes se encauza a través de la asistencia y
prestaciones sociales que otorga el propio sistema. En concreto, se atienden tanto las
necesidades sanitarias del trabajador como a las necesidades económicas
concretadas en la actividad prestacional. En este sentido, el punto de partida en
nuestro Ordenamiento Jurídico ha de ser, como no podía ser de otro modo la
Constitución Española de 1978 (en adelante CE), más en concreto, en sus artículos
40, 41 y 4311, desarrollados por el RDL 8/2015, de 30 de octubre, por el que se
aprueba el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social (en adelante
LGSS). Esta regulación se completa con el contenido del Real Decreto Legislativo
8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General
de la Seguridad Social Social (en adelante, LGSS), y que será objeto de constante
referencia en las líneas que siguen. Otro de los pilares de este trabajo descansa
11
Cfr. arts. 40, 41 y 43 de la Constitución Española de 1978.
Art. 40 CE: “Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y
readaptación profesionales; velarán por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso
necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la
promoción de centros adecuados”.
Art. 41 CE: “Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los
ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de
necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán
libres.”
Art. 43 CE: “1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas
y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al
respecto.
3. Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte. Asimismo
facilitarán la adecuada utilización del ocio.”

18
Metodología

sobre la base de La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos


Laborales, (en adelante LPRL).

De un modo más concreto, haciendo ya especial alusión a los dos objetos del trabajo,
también encontramos normativa específica. Por una parte, en particular, por cuanto
refiere a la exposición al Sílice, encontramos una amalgama amplia de normas a tener
en cuenta, a saber: el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen
las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo; el Real
Decreto 665/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los
riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo; el
Real Decreto 1389/1997, de 5 de septiembre, por el que se aprueban las
disposiciones mínimas destinadas a proteger la seguridad y la salud de los
trabajadores en las actividades mineras; y el Real Decreto 257/2018, de 4 de mayo,
por el que se modifica el Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se
aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad
Social y se establecen criterios para su notificación y registro.

Por otra parte, por cuanto refiere al suicidio como accidente laboral, no se observa
una normativa especial al uso, residiendo aquí la especialidad de la cuestión,
precisamente, en la necesidad de analizar las respuestas jurisprudenciales al
respecto.

Como colofón a estas líneas, la normativa procesal, común a ambas vertientes,


encuentra un lugar idóneo en este marco normativo. Han de destacarse, en este
sentido, tanto la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, (en adelante
LEC); como la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la Jurisdicción Social (en
adelante LRJS), pues ambas normas integran los cauces idóneos para ejercer la
tutela efectiva y concretar ese derecho a través de Resoluciones de Jueces y
Tribunales, dado que es precisamente a través de la Jurisprudencia como se va a
perfilar el objeto del presente trabajo.

Aquí se estudian estos temas a la luz de Sentencias dictadas sobre todo por el
Tribunal Supremo y Tribunales Superiores de Justicia, quedando pendiente para
futuras líneas de investigación un estudio de derecho comparado y en particular un
análisis desde la visión del Derecho de la Unión Europea.

19
Metodología

En definitiva, se ha seguido una metodología de talante eminentemente jurídico, en la


que se ha examinado la doctrina y las diversas tendencias jurisprudenciales.

20
Resultados

7. RESULTADOS

De cara a hacer una exposición ordenada de los contenidos elaborados durante la


investigación, este apartado se dividirá en dos secciones claramente diferenciadas. La
primera de ellas, relativa a la responsabilidad derivada de la exposición al polvo de
sílice; y la segunda, relativa al suicidio como accidente laboral.

7.1. Responsabilidad derivada de la exposición al Polvo de Sílice

La exposición a sílice cristalina respirable es un riesgo conocido en diversas


actividades laborales en las cuales se cortan, trituran, perforan, o manipulan
materiales, productos y materias primas que contienen sílice libre. La exposición
laboral a sílice cristalina respirable se puede producir en cualquier situación laboral en
la que se produzca polvo de sílice cristalina y este se traslade al ambiente.

Estos riesgos han sido estudiados en las actividades o sectores clásicos 12. Sin
embargo la aparición de nuevos casos de silicosis en actividades laborales en las que
hasta hace poco tiempo no se producían (vgr. trabajos con derivados de la
manipulación de los aglomerados de cuarzo “silestone”), han sido determinantes para
cambiar las políticas normativas a nivel Europeo.

Para realizar un diagnóstico de silicosis, se considera suficiente la concurrencia de


una historia laboral de exposición a sílice cristalina y un tiempo de latencia variable en
relación con la magnitud de la exposición. Todo ello unido, claro está, a la evaluación
de las posibles manifestaciones clínicas, funcionales y radiológicas.

En España, ya el Real Decreto 1995/1978, de 12 de mayo, por el que se aprueba el


cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social, ya había
reconocido la silicosis como enfermedad profesional asociada, entre otros, al trabajo
en minas, canterías, empresas de cerámicas 13. Sin embargo, entre el empresariado y
los trabajadores no existía una conciencia real del peligro que suponía la exposición al
sílice. Las empresas no solían informar a los trabajadores sobre los riesgos que
suponía el estar ocho horas diarias inhalando el polvo de sílice, no facilitando la
empresa máscaras para respirar, y, en aquellos pocos casos en que las empresas las
12
Ya en el Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera en el año 1991 se recogían
normas de protección de los trabajadores contra el polvo, en relación con la silicosis, en las industrias
extractivas.
13
Vid. en su Disposición final la lista de enfermedades profesionales.
Resultados

facilitaban, eran los propios trabajadores quienes no hacían uso de las mismas. Todo
ello era debido, casi con total certeza, al gran desconocimiento de los graves
problemas que en un futuro iban a desarrollar.

Con el paso del tiempo, se ha tomado conciencia de la importancia de la prevención


de esta enfermedad14, llegando incluso a desarrollarse protocolos de vigilancia
específicos15. La LPRL, que en su art. 14.2 consagra el derecho del trabajador a una
protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo, disponiendo que:

Por su parte, el art. 114. 3 de la LPRL señala que “El empresario deberá cumplir las
obligaciones establecidas en la normativa sobre prevención de riesgos laborales.”

Partiendo de dicha obligación, debe establecerse la diligencia que debe observar el


deudor de seguridad. La diligencia de la empresa en el cumplimiento de sus deberes
nos remite, en principio a un tema procesal: el principio de facilidad o proximidad
probatoria, el cual supone que sea la parte demandada -en este caso la empresa-
quien en situaciones de producción de daños acaecidos a raíz de un evento
relacionado con en el ámbito propio de la empresa, tenga que probar que hizo todo lo
que estaba en sus manos para evitar el daño. De este modo, el sujeto a quien se
atribuye la autoría de los daños está obligado a probar, para ser exonerada, que en el
ejercicio de su actividad obró con toda prudencia y diligencia. Por lo tanto, si se
acredita que la empresa ha cumplido con todos sus deberes preventivos y de
seguridad e higiene, no existiría incumplimiento por su parte.

No obstante, la importancia de la prevención no solo tiene que ver con la actividad de


la Administración y la de las empresas, sino que también requiere una diligencia
mínima del trabajador. Íntimamente ligada a esta última apreciación, se encuentra la
relativa a la culpa del trabajador (víctima de la exposición al polvo de sílice) como
causa de exoneración de responsabilidad en derecho civil, según la cual los
supuestos en los que la conducta de la víctima (sujeto perjudicado por el daño) reúne
todas las condiciones para ser considerada generadora de responsabilidad. En este
sentido, la doctrina dominante, tanto española como extranjera, acude a la expresión
14
Especialmente, se ha tratado de adoptar medidas de prevención en el ámbito de la minería, donde
siempre ha sido evidente la presencia del sílice.
15
VVAA del Instituto Nacional de Silicosis, Silicosis y otras neumoconiosis. Protocolos de vigilancia
sanitaria específica. Disponible en www.iaprl.asturias.es. También Gil Paniagua, P. J. (2013), La
silicosis en el ámbito laboral: medidas de prevención y su consideración como enfermedad profesional.
Navarra, España, Universidad Pública de Navarra.

22
Resultados

“culpa de la víctima” para referirse a la intervención causal de la víctima en la


producción del daño con virtualidad total o parcialmente exoneradora para el agente
dañoso. Se debe señalar que la decisión acerca de que un acto dañoso tenga causa
en la culpa de la víctima o inactividad como es el caso, es una cuestión de hecho
unida fundamentalmente a la apreciación particular del órgano judicial que conozca
del asunto, lo que la sitúa, sin duda, en una posición relevante en el análisis
jurisprudencial de este trabajo16.

En cualquier caso, la base fáctica sobre la que los tribunales cimentan sus
resoluciones en estas cuestiones se sitúa, indubitablemente, en el análisis del nexo
causal, lo que, en palabras del propio Tribunal Supremo, supone valorar la vinculación
“entre la falta de medidas de seguridad y la enfermedad profesional” en el sentido de
que, “de haberse cumplido las medidas preventivas, se hubiera podido
razonablemente prevenir o impedir o al menos disminuir los efectos perniciosos de la
exposición al agente que enferma al trabajador” 17.

1) Cumplimiento de la empresa de sus deberes de seguridad e higiene

El grado de diligencia de la empresa en el cumplimiento de los deberes de seguridad


e higiene ha de ser el máximo posible se ha de haber agotado toda diligencia exigible,
incluso más allá de las exigencias reglamentarias. A partir de este análisis es cuando
el órgano juzgador valora, como base fáctica, la posible existencia de nexo causal
entre la falta de medidas de seguridad y la aparición y desarrollo de la enfermedad
profesional18.

Partiendo de esta premisa general, los tribunales, al entrar a valorar la cuestión de la


responsabilidad vinculada al desarrollo de enfermedades profesionales, suele
comenzar por valorar la diligencia de la empresa en el cumplimiento de sus deberes.
Así, por ejemplo, en la sentencia dela Sección 1ª del Tribunal Superior de Justicia (en
adelante, STSJ), de Valladolid, de 20 de noviembre de 2019 19, en cuyo fundamento
jurídico 3º se declara probado que “la empresa cumplió con sus obligaciones en
16
Reglero Campos, L. F., Peña López F., El nexo causal. Las causas de exoneración de
responsabilidad: culpa de la víctima y fuerza mayor. La concurrencia de culpas, en Busto Lago J. M.,
Reglero Campos, L. F., (dirs.), Lecciones de Responsabilidad Civil, Thompson Reuters Aranzadi,
Pamplona, 2ª ed., 2013, cit.
17
STS de 18 de mayo de 2011.
18
STS de 14 de febrero de 2010.

23
Resultados

cuanto a las medidas de seguridad e higiene con las mediciones higiénicas


cuatrimestrales de los niveles de polvo en el puesto de trabajo del actor durante la
prestación de servicios en los años 2013, 2014 y 2015, que indicaban niveles muy por
debajo de los límites legales, reconocimientos médicos, la entrega de EPIs, formación
e información en materia de seguridad y salud, así como sistemas y medidas
colectivas de aspiración y captación del polvo al ambiente, etc. Igualmente se
comprueba que el actor fue sometido a diversos estudios médicos,
diagnosticándosele por el Instituto Nacional de Silicosis de Oviedo, el 11 de
noviembre de 2014 de "tabaquismo" y "alteraciones radiológicas que sugieren silicosis
complicada y/o enfermedad infecciosa" indicándosele únicamente abandonar su
hábito tabáquico y seguir con los estudios diagnósticos. En fecha 18 de diciembre de
2014 se emite el informe del TCAR con diagnóstico de silicosis complicada
recomendando evitar la exposición a inhalación de polvo con contenido de sílice e
iniciar procedimiento de incapacidad permanente, recibiendo el informe Asepeyo el 29
de diciembre de 2014, expidiendo la baja laboral con fecha del 5 de enero de 2015 e
iniciando el expediente de incapacidad. Por tanto, no se observa ningún
incumplimiento por parte de la empresa, sin que la sentencia incurra en ninguna de
las infracciones denunciadas”.

En el caso de autos, además, el trabajador argumentaba que su enfermedad se había


agravado como consecuencia de la demora de la empresa en su traslado a otro
puesto de trabajo. Sin embargo, el órgano judicial entiende que el retraso (de mayo de
2014 a enero de 2015) no agravó la enfermedad del demandante, además de que tal
retraso fue consecuencia de un diagnóstico médico del trabajador que requirió
ulteriores pruebas médicas para confirmarlo.

2) Omisión de las medidas de prevención exigibles a la empresa.

La conducta omisiva de la empresa, en palabras del Tribunal Supremo, puede


suponer “una elevación o incremento del riesgo de daño para el bien jurídico
protegido por la norma (…), elevando sustancialmente las probabilidades de
acaecimiento del suceso dañoso (…), lo que permite establecer la relación causal

19
Sentencia de la Sección 1ª del Tribunal Superior de Justicia (en adelante, STSJ), de Valladolid, de 20
de noviembre de 2019 (Id Cendoj: 47186340012019102024).

24
Resultados

entre el conjunto de incumplimientos y la enfermedad profesional declarada por


exposición continua (…), ante la certeza o máxima probabilidad de que de haberse
cumplido las prescripciones de seguridad exigibles, el resultado no hubiese llegado a
producirse en todo o en parte”20.

En otro sentido, la STSJ de Galicia (Sección 1ª), de 30 de septiembre de 2020 21,


declara la falta de diligencia de la empresa, por cuanto no se le practicaron al
trabajador las pruebas diagnósticas necesarias para concretar el estado de la
enfermedad, aun cuando existían antecedentes médicos en los que constaba
“Neumoconiosis por otro sílice o silicatos, tipo: común, Grado 1 2010”. Con ello se
incumplió el artículo 19.1 del Estatuto de los Trabajadores, así como el 14.1 de la Ley
de Prevención de Riesgos Labores, que establece que:

“El trabajador en la prestación de sus servicios tendrá derecho a una protección eficaz
en materia de seguridad y salud en el trabajo”.

Ello ha de conectarse, ineludiblemente, con el art. 22 de la misma norma, que estipula


que:

“El empresario garantizará a los trabajadores a su servicio la vigilancia periódica de su


estado de salud en función de los riesgos inherentes al trabajo”.

Esta vigilancia podrá llevarse a cabo mediante servicios médicos propios o ajenos
(art. 31.1 LPRL).

A tal efecto, de cara a poder probar y apreciar las responsabilidades, como venimos
señalando, es necesario acreditar la existencia de un nexo causal entre la falta o
deficiencia/insuficiencia de las medidas de seguridad y la enfermedad diagnosticada.
En este sentido, declara el órgano judicial que el empresario actúa como un deudor
de seguridad que debe preservar el mayor grado de diligencia posible a la hora de
articular las líneas empresariales de prevención. Es por ello que, en el caso concreto,
se concluye la responsabilidad del empresario, como consecuencia de la “omisión de
las medidas preventivas lo cual acarrea un incremento del riesgo de daño para el
bien jurídico en juego, en este caso la salud de los trabajadores, aumentando así las
probabilidades de producción del hecho dañoso”.

20
STS de 18 de mayo de 2011.
21
STSJ de Galicia (Sección 1ª), de 30 de septiembre de 2020 (Id Cendoj: 15030340012020103904).

25
Resultados

En la misma línea, esto es, en relación a la omisión de las medidas debidas por parte
del empresario, se expresa la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia de
24 de marzo de 2015, en la que se resolvía el recurso 3847/2013, declarando, en este
caso, que “la empresa no exigió al trabajador la realización de las radiografías de
tórax que eran las pruebas que hubieran detectado la silicosis, en empresa que existe
riesgo por exposición a polvo de sílice, y es claro entonces el incumplimiento por la
empresa en relación con sus obligaciones preventivas establecida en los preceptos
consignados en las actas de infracción y la enfermedad profesional del actor y la
culpa o negligencia de la empresa, porque no realizadas las radiografías (sea por
voluntad del trabajador o por no ordenación de la empresa) lo que es claro es que si
se declara al trabajador como no apto para su tarea, la empresa debió impedir a toda
costa su prestación de trabajo en tales circunstancias y no haciéndolo así, el recargo
ha sido impuesto legalmente, pues siendo la silicosis una enfermedad de carácter
progresivo no resulta de recibo que el actor haya pasado de apto en el año 2015, a no
apto en el año 2016 con un silicosis complicada diagnosticada por el Instituto Nacional
de Silicosis, sin haberse detectado antes el grado primero de la enfermedad que
necesariamente habría apartado al trabajador de su puesto de trabajo".

El Tribunal Supremo también ha tenido ocasión de pronunciarse sobre este extremo


de manera reiterada. Baste señalar, ad exemplum, su sentencia de 14 de febrero de
2010, en la que consideró acreditada la omisión de los deberes de prevención
exigibles a la empresa, por cuanto “el centro de trabajo carecía de los dispositivos de
precaución reglamentarios, que no se habían observado, en lo esencial, las medidas
generales o particulares de seguridad e higiene en el trabajo, o las elementales de
salubridad o las de adecuación personal a cada trabajo, en los términos que exige el
art. 123.1 de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS), y además, por otra parte,
resulta también indubitado que la incapacidad del trabajador lo fue por enfermedad
profesional por exposición durante largos años”.

Asimismo, puede suceder que, no omitiendo el empresario la debida diligencia en la


asunción de sus deberes y obligaciones en el extremo expresado, fracase su acción
preventiva, bien porque no analizó de manera idónea los riesgos, porque no evitó
daños evitables, o porque no protegió frente al riesgo detectable.

26
Resultados

3) Falta de prueba

Entre la prestación de servicios y el surgimiento de la patología ha de existir un


relación de causalidad que ha de ser adecuadamente probada. De lo contrario no se
genera el surgimiento de responsabilidades. Así lo plasma la sentencia de la Sala de
lo Social del Tribunal Supremo de 9 de septiembre de 2020 22, en cuyo fundamento
jurídico 2º señala que, dado que no consta en ningún extremo del relato de hechos
probados nada referido a que la enfermedad del trabajador hubiese surgido en el
desempeño de la prestación de servicios profesionales para la empresa, como
tampoco consta acreditado que fuese imposible reubicar al trabajador en otro puesto
de trabajo en la empresa, no se puede declarar probada la causalidad.

4) Conducta negligente del trabajador.

Por otra parte, en lo relativo a la posible culpa de la víctima, abundante jurisprudencia


trata el tema del nexo causal. Baste señalar, a tal efecto, la sentencia 2391/2019, de
la Sección 1ª del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, de 9 de abril de 2019 23. El
análisis del órgano judicial parte de la comprobación de una serie de parámetros, de
cara, precisamente, a trazar esa pretendida causalidad. En este sentido, comienza
por evaluar la diligencia debida por parte de la empresa, dedicada, en este caso, a la
actividad pizarrera. Para ello, estudia si esta ha adoptado las precauciones exigibles
para preservar la salud de los trabajadores. En el marco de esta prevención, se exige
la observancia de la normativa legal que requiere la realización de reconocimientos
médicos específicos en lo relativo a la exposición al polvo de sílice 24.

En el caso de autos, todo apunta a que el empresario cumplió con las obligaciones
legales establecidas a tal efecto. Se acredita que la empresa contaba con un servicio
de reconocimiento médico periódico (anual), cuyo objetivo primordial era preventivo,
en aras, precisamente, a diagnosticar de manera precoz posibles síntomas de
22
STS de 9 de septiembre de 2020 (Id Cendoj: 28079140012020201791).
23
STSJ de Galicia 2391/2019, de 9 de abril de 2019 (Id Cendoj: 15030340012019101667).
24
En el caso que aquí nos ocupa, esta obligación de vigilancia de la salud se encuentra contemplada,
de manera expresa, en el art. 46 del Convenio Colectivo de Pizarra de Ourense y Lugo, que dispone
que “todos los trabajadores, con independencia de su categoría profesional, serán sometidos a
reconocimientos médicos de periodicidad, por lo menos anual, los cuales tendrán carácter obligatorio”.
Además de la exigencia para la empresa, el propio trabajador tiene reconocido el derecho a la
vigilancia de su salud, tanto en el art. 46 de este Convenio Colectivo, como en el art. 14.2 LPRL, que
consagra el derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo.

27
Resultados

silicosis que permitieran detectarla en un estadio inicial y adoptar así las medidas
necesarias para evitar su desarrollo (vgr. traslado de puesto de trabajo a uno sin
contacto con el polvo de sílice).

Por otra parte, se declara probado que fue el trabajador quien manifestó su negativa
reiterada al sometimiento a reconocimientos médicos de la empresa. Así aparece
suscrito en diversos documentos de no aceptación de la realización de dichos
reconocimientos, fechados el 26 junio 2012, 4 junio 2013, 2 junio 2014, 1 junio 2015 y
7 junio 2016, en los que el trabajador admitía que la empresa le garantizaba la
vigilancia periódica de su estado de su salud, en cumplimiento de lo estipulado en el
art. 22 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, y declaraba que, en
ejercicio de sus derechos, dejaba constancia expresa de su negativa a someterse a
tales reconocimientos.

En sede plenaria el trabajador manifestó que su negativa era consecuencia de su falta


de confianza en los reconocimientos médicos acometidos por la empresa.

La conjunción de la prueba documental (negativas a los reconocimientos) y la testifical


(reconocimiento por parte del trabajador) lleva al tribunal a considerar que, de otro
modo, hubiese sido posible detectar la enfermedad profesional de silicosis. Es por ello
que, a juicio del tribunal, subyace una clara conducta negligente del trabajador al
haberse negado al sometimiento a los reconocimientos médicos, lo que exonera por
completo a la empresa y deja sin fundamento jurídico la pretensión de indemnización
por daños y perjuicios del trabajador.

5) Responsabilidad Elemento temporal

También en el tema del elemento temporal se debe hacer referencia a la sucesión de


empresa en qué medida responden de las obligaciones derivadas de la prevención. Al
respecto, conviene recordar que según el art. 44 del Estatuto de los trabajadores
relativo a la sucesión de empresa.
“El cambio de titularidad de una empresa, de un centro de trabajo o de una unidad
productiva autónoma no extinguirá por sí mismo la relación laboral, quedando el
nuevo empresario subrogado en los derechos y obligaciones laborales y de Seguridad
Social del anterior, incluyendo los compromisos de pensiones, en los términos

28
Resultados

previstos en su normativa específica, y, en general, cuantas obligaciones en materia


de protección social complementaria hubiere adquirido el cedente” 25.

La cuestión estriba en determinar si existe sucesión en la responsabilidad en el pago


de una indemnización de daños y perjuicios derivada de enfermedad profesional
(silicosis), de la empresa que sucedió a otra en la que prestó sus servicios un
trabajador.

Al tratarse de una patología que evoluciona a lo largo del tiempo, se hace obligado un
análisis de la forma en que responden las entidades que sucesivamente se hacen
cargo de la cobertura del riesgo. Recordemos que se trata de una patología de
desarrollo lento y que la exposición al agente puede prolongarse a lo largo de varias
etapas de la vida laboral. Sería lógico colegir que la imputación a las entidades
aseguradoras de la contingencia, debería darse en proporción al tiempo de exposición
del trabajador a las contingencias aseguradas. Así lo reconocen la propia
jurisprudencia. En este sentido, la STSJ de Castilla y León nº 01975/2019, en cuyo
fundamento jurídico 3º apunta que al tratarse de una enfermedad de evolución lenta
se ha de imputar a quien tuvo a cargo tal contingencia.

Por su parte, la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, en su STS 1652/2016, de 10


de julio de 201726, en su fundamento jurídico 2º fundamenta que “el estado
incapacitante representa la culminación de un previo periodo más o menos
prolongado de exposición al agente morboso (…), siendo esta exposición lo que
realmente es objeto de la cobertura”. Por tanto, considera que la responsabilidad ha
de ser compartida, de manera proporcional, entre las entidades que realizan la
cobertura de manera sucesiva”. De ello se deduce que, ab initio, la responsabilidad
25
La regulación contenida en dicho artículo proviene de las modificaciones necesarias para la
trasposición de la Directiva 2001/23/CE del Consejo, de 12 de marzo de 2001, sobre la aproximación
de las legislaciones de los Estados miembros relativas al mantenimiento de los derechos de los
trabajadores en caso de traspasos de empresas, de centros de actividad o de partes de empresas.
En este sentido, recuerda el Tribunal Supremo que dicha Directiva tiene como “objeto proteger a los
trabajadores en caso de cambio de empresario, en particular para garantizar el mantenimiento de sus
derechos” (Considerando 3 de la Directiva 2001/23; y STJUE de 16 de octubre de 2008, asunto
Kirtruna, S.L, apartado. 43, de forma que “el cedente continúe siendo, después de la fecha de
transmisión, y junto al cesionario, responsable de las obligaciones derivadas de un contrato de trabajo
o de una relación laboral, lo que supone que, en todo caso, dichas obligaciones se transfieren al
cesionario en esa misma fecha” (SSTJUE 14 de noviembre de 1996, asunto Rotsart de Hertaing,
apartado 23; y de 26 de mayo de 2005, asunto C-478/03 , apartado 40).
Entre las obligaciones a que aluden las citadas resoluciones se encuentran evidentemente las de
seguridad y las de pago de indemnizaciones de daños y perjuicios derivadas de enfermedad
profesional.
26
STS 1652/2016, de 10 de julio de 2017 (Id Cendoj: 28079140012017100532).

29
Resultados

corresponde a la entidad en la que está asegurada la contingencia en el momento en


que se produce el hecho causante. No obstante, como se trata de una enfermedad
profesional, la realidad es que el hecho causante en sí mismo no se produce en un
momento concreto, determinado y determinable, sino que, antes al contrario, se va
gestando y desarrollando de un modo progresivo hasta que las dolencias se llegan a
evidenciar.

En el caso de autos, el trabajador, con anterioridad al 1 de enero de 2008, había


estado sometido a los elementos susceptibles de generar la enfermedad profesional,
que en este caso era la silicosis crónica complicada. Durante este periodo, el riesgo
se encontraba asegurado en el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Sin
embargo, a partir de la fecha señalada, a pesar de que siguió sometido a la misma
exposición (y los riesgos a ella asociada), la contingencia pasó a estar asegurada en
Mutualia. En consecuencia, la responsabilidad derivada de las prestaciones que por
contingencia de enfermedad profesional le fueron reconocidas, se le han de imputar a
ambas entidades (INSS y Mutualia respectivamente), de manera proporcional, esto
es, atendiendo al tiempo proporcional de exposición del trabajador a los riesgos.

Por otra parte, pero en la misma línea, también sobre la responsabilidad compartida
de mutuas o la sucesión de mutuas, alberga gran relevancia la sentencia de la Sala 4º
del Tribunal Supremo de 10 de julio de 2017, que también se recoge a continuación
dada su notoriedad jurídica:

“Primero: La enfermedad profesional, a diferencia de lo que sucede con el accidente


de trabajo, si bien se exterioriza en un momento determinado, se ha venido
desarrollando a lo largo del tiempo, de forma silente e insidiosa, por la exposición del
trabajador a determinadas sustancias, elementos o condiciones de trabajo, lo que
impide que pueda establecerse que la entidad responsable es la aseguradora del
momento en el que se manifiesta la enfermedad.

Segundo: La enfermedad se contrae a lo largo del tiempo, por la exposición a los


agentes, elementos o condiciones de trabajo causantes de la misma, lo que significa
que a lo largo del, generalmente, dilatado periodo de tiempo en el que se ha contraído
y desarrollado la enfermedad, se han podido suceder diferentes aseguradoras de

30
Resultados

dicha contingencia, en concreto, a partir del 1 de enero de 2008 el INSS no detenta la


exclusividad en el aseguramiento, sino que este puede ser asumido por las Mutuas.

Tercero: La jurisprudencia de esta Sala que se ha pronunciado acerca de la


responsabilidad de las Mutuas en el abono de las prestaciones derivadas de
enfermedad profesional, ya apuntaba, aunque este no era objeto del debate, la
posibilidad de que se plantease el problema de establecer los criterios de imputación
de la responsabilidad en una situación de concurrencia de gestoras en el
tiempo. ( STS de 12 de marzo de 2013, recurso 1959/2012 ; 4 de marzo de 2014,
recurso 151/2013 y 6 de marzo de 2014, recurso 126/2013 , entre otras)

Cuarto: La jurisprudencia de esta Sala, en supuestos de sucesión de Mutuas en el


aseguramiento, o en el supuesto de revisión del grado de una incapacidad reconocida
por enfermedad común -asegurada en el INSS una incapacidad permanente derivada
de accidente de trabajo -asegurada en una Mutua- ha establecido la responsabilidad
compartida de la entidad en la que estaban aseguradas las contingencias comunes y
aquella otra en la que se encontraban aseguradas las contingencias profesionales.

Quinto: La regla general es que la responsabilidad corresponde a aquella entidad en


la que está asegurada la contingencia en el momento en el que se produce el hecho
causante. Sin embargo, al tratarse de enfermedad profesional, el hecho causante no
se produce en un momento concreto y determinado, sino que va gestándose a lo
largo del tiempo hasta que se exteriorizan las dolencias. Como durante el periodo
anterior al 1 de enero de 2008 el trabajador estuvo sometido a los elementos
susceptibles de generar la enfermedad profesional -silicosis crónica complicada- y
durante este periodo el riesgo estaba asegurado en el INSS y con posterioridad a esa
fecha siguió sometido a la exposición a dichos riesgos -periodo en el que la
contingencia estaba asegurada en Mutualia- la responsabilidad derivada de las
prestaciones que por contingencia de enfermedad profesional le han sido reconocidas
al trabajador, ha de ser imputada a ambas entidades, en proporción al tiempo de
exposición del trabajador a los citados riesgos”.

31
Resultados

6) El caso de Sucesión de empresa y las obligaciones derivadas de la


responsabilidad por prevención.

El Tribunal Supremo, en relación a la sucesión de empresa y las obligaciones


derivadas de la responsabilidad por prevención ha resuelto en numerosas
resoluciones (SSTS de 23 de marzo de 2015 (recurso 2057/2014); de 14 de abril de
2015 (recurso 962/2014); de 5 de mayo de 2015 (recurso 1075/2014); y de 2 de
noviembre de 2015 (recurso 3426/2014) la suficiente procedencia de la transmisión de
la responsabilidad controvertida y la sucesión en la obligación de pagar el recargo de
indemnización por daños. Dentro de esta tendencia jurisprudencial, destaca la
sentencia STS 336/2017, Sala Cuarta de lo Social, 20 de abril de 2017 que se hace
eco de tal cambio de orientación doctrinal en el caso de la sucesión de Navantia sobre
las obligaciones del Astillero Izar. En concreto, en su fundamento jurídico 2º advierte
“la naturaleza plural del recargo -resarcitoria y preventivo/punitiva”, señalando al
efecto que debe primar la faceta indemnizatoria frente a la sancionadora y la
preventiva, de tal modo que “la consecuencia inducible de las previsiones del art.
123.2 han de ceder frente a las derivables del art. 127.2 LGSS”.

7) Agravación.

Respecto al pensionista de incapacidad permanente total por silicosis que después


obtuvo la jubilación por ese régimen, se plantea la cuestión de si procede la revisión
por agravación para el reconocimiento de una incapacidad permanente absoluta. Por
ejemplo, el art. 22 de la Orden de 3 abril de 1973, de actualización del Régimen
Especial de Seguridad Social para la Minería del Carbón, prevé que los trabajadores
declarados afectos de una incapacidad permanente total derivada de enfermedad
profesional transformen esa pensión en otra de jubilación, lo que hace necesaria su
interpretación.

Así, el Tribunal Supremo analiza si un trabajador, después de jubilarse, puede obtener


la revisión por agravación para alcanzar la incapacidad permanente absoluta. En
sentencia de 2 de febrero de 1987 llegó a una conclusión negativa en este extremo,
sobre la base de que el art. 20 de la OM de 2 de abril de 1973 lo que autoriza es una

32
Resultados

revisión de la invalidez por agravación después de cumplir la edad de jubilación, pero


no puede verse amparado por esa situación excepcional el beneficiario que ya era
pensionista de jubilación, dado que en el sistema de Seguridad Social la pensión de
invalidez se extingue por causarse derecho a la de jubilación si el beneficiario opta por
esta última, de acuerdo con lo dispuesto en el art. 22 de la citada Orden de 3 de abril
de 1973.

Con posterioridad, partiendo del art. 138.1 LGSS, en la redacción dada por la Ley
35/2002, el Tribunal Supremo, en sentencia de 3 de febrero de 2005, reitera
íntegramente la doctrina anterior, pese a la posibilidad genérica de revisión de todas
las incapacidades permanentes, sin límite de plazo para los pensionistas por
enfermedades profesionales, prevista en el art. 103 de la Orden de 9 de mayo de
1962. El Alto Tribunal fundamenta su respuesta en el hecho de que la literalidad de
dicho precepto no se deduce una autorización del jubilado para pedir la revisión de su
pensión de incapacidad al haber perdido precisamente su condición de pensionista
por enfermedad profesional27.

7.2. El Suicidio como accidente de trabajo

1) Calificación como accidente laboral.


La actividad laboral puede generar diferentes estados anímicos que, en unión con un
trastorno mental, puede llevar al suicidio del trabajador. La OIT se ha pronunciado
sobre diversos estados y enfermedades que pueden provenir de los riesgos
psicosociales en el ámbito laboral. El catálogo de riesgos psicosociales es muy
amplio: el estrés y todas sus formas (estrés laboral, ocupacional, burnout, tecno
estrés y estrés postraumático de origen laboral), la violencia en el trabajo (sea del tipo
que sea, física, psíquica, etc.), el acoso laboral (sexual, por razón de sexo, moral,
discriminatorio, etc.) y la violencia de terceros 28.

27
En el mismo sentido y reiterando doctrina se ha pronunciado la STS de 15 de marzo de 2005
(recurso nº 1305/04). Vid. sobre ello Martínez et al., Crónica de la jurisprudencia del Tribunal Supremo
(Sala Cuarta), Año judicial 2004-2005.
28
Cfr. Lista de Enfermedades Profesionales de la OIT, declarada y revisada en 2010 por la
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (en adelante, OIT). Disponible en:
https://www.ilo.org/safework/info/publications/WCMS_125164/langes/index.htm

33
Resultados

Lo aspectos relativos a la concepción, organización y gestión del trabajo, así como su


contexto ambiental y social pueden causar daños físicos, sociales o psicológicos en
los trabajadores29.
En relación al caso concreto del estrés, considera la OIT que “los factores de riesgo
psicosocial tales como la mayor competencia, las elevadas expectativas de
rendimiento y jornadas de trabajo más largas contribuyen a un medio ambiente de
trabajo cada vez más estresante”. Además, considera que “el impacto del estrés en la
salud varía de un individuo a otro; sin embargo, los elevados niveles de estrés pueden
contribuir al deterioro de la salud, incluso con trastornos mentales” 30. Los riesgos
psicosociales en el ámbito del trabajo, unido a diversos factores psíquicos personales,
pueden desencadenar en el suicidio del trabajador.
Inicialmente se podría intuir con argumentos de lógica jurídica que no cabría amparar
como accidente de trabajo una conducta o hecho que conlleva un daño realizado de
manera totalmente voluntaria. Precisamente, hasta el año 1970, en España la
casuística jurisprudencial excluía la protección característica del accidente de trabajo
en los casos de suicidio, bajo el argumento de que el daño provocado de forma
intencionada ha de quedar excluido de la protección por accidente de trabajo.
A partir entonces, se plantea la posibilidad de que la realización del trabajo sea el
detonante de la decisión suicida, cuando en el mismo concurren determinadas
condiciones de estrés o presión laboral inasumibles para el trabajador. Sin embargo,
la interpretación que se venía dando era restrictiva: se consideraba el suicidio solo
cuando se producía en el centro de trabajo y cuando existía una prueba concluyente
que identificaba al trabajo como causa detonante de la fatídica decisión de quitarse la
vida (por ejemplo: dejando una nota o carta manuscrita).
Esta orientación jurisprudencial da un giro radical a principios de siglo a raíz de la
cadena de suicidios producida en la empresa France Telecom (más de treinta en poco
tiempo) cuando los expedientes de regulación de empleo, la exigencia de objetivos

29
Grau Pineda, C., Rodríguez Monroy, A. G., El suicidio como accidente de trabajo: un repaso a la
evolución jurisprudencial hasta la actualidad, en Monereo Pérez, J. L., Accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales. Experiencias y desafíos de una protección social centenaria, cit., p. 32.
30
Vid. Declaración de la OIT sobre Estrés en el trabajo: un reto colectivo, publicado en 2016, pp. 6-7.
Disponible en:
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/edprotect/protrav/safework/documents/publication/wcms4665
49.pdf

34
Resultados

comerciales imposibles de conseguir y los despidos, pusieron de relieve una evidente


relación entre trabajo y el suicidio31.
A partir de este momento, a pesar de la dificultad en la unificación de doctrina, en la
jurisprudencia menor se abrió paso la consideración de que el suicidio determinado
por las condiciones de realización y desempeño del trabajo debía incluirse en la
protección por accidente de trabajo.
Buena cuenta de ello da la jurisprudencia. Baste señalar el caso de la sentencia de 4
de diciembre de 2012 del Tribunal Supremo, en la que se trató el caso de suicidio de
un conductor de autobús que había sido piquete en una huelga. A pesar de que esta
resolución no acoge la pretensión del recurso de casación de unificación de doctrina
planteado, recoge la STSJ de Andalucía de 22 de septiembre de 2011, que relata el
caso de un conductor de autobús al que se le abrieron diligencias penales por haber
participado como piquete en una huelga, a raíz de lo cual inicia una baja laboral con
diagnóstico de ansiedad reactiva a la situación de conflictividad laboral. Este
trabajador finalmente se suicida.
Por otra parte, la sentencia del Tribunal Supremo de 25 de julio de 2007 recoge la
relación entre el trastorno o enfermedad mental por causa profesional y la decisión
suicida. A este respecto se define, a efectos de calificación como accidente laboral, la
importancia de la acreditación de la relación causal entre la actividad profesional y la
decisión suicida. En este sentido, la jurisprudencia exige que, de cara a considerar el
suicidio como accidente de trabajo, se acredite la existencia de una relación de
causalidad entre el desempeño profesional y la decisión suicida. Ello ha de
concretarse en probar la existencia de un trastorno mental del suicida y que este
tenga su origen laboral. Así, es jurisprudencia reiterada que “el suicidio puede
considerarse como accidente de trabajo, cuando queda acreditado que la situación
emocional determinante de esta decisión se encuentra directamente relacionada con
las condiciones laborales del trabajador que adopta tal medida a consecuencia de la
angustia y tensión que su vida laboral le produce” 32.

31
Vid. Basset M. (2019), “Los suicidios de France Télécom llegan a los tribunales: juicio al sistema de
acoso moral”. Disponible
en:https://elpais.com/economia/2019/05/09/actualidad/1557394310_784590.htm l)
32
STS de 10 de junio de 2009 (recurso nº 3133/2008).

35
Resultados

La Ley General de la Seguridad Social, en su artículo 156.3, dispone que: “Se


presumirá, salvo prueba en contrario, que son constitutivas de accidente de trabajo
las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y en el lugar del trabajo.”
De ello se deduce la presunción sobre el carácter laboral del accidente que se
produce en el lugar de trabajo. Con arreglo a dicha presunción, cabe considerar el
suicidio como una contingencia laboral únicamente por el hecho de que se haya
cometido en el lugar de trabajo y durante el horario laboral. En esta línea, destaca la
sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, de 11 de abril de 2014.

Recoge el supuesto de un trabajador jefe de área que supervisa las actividades de los
agentes rurales en una zona determinada con responsabilidades en materia
de prevención de incendios.  En el relato de hechos se parte de considerar que el acto
suicida consumado por el trabajador se produce fuera del lugar y tiempo de trabajo
por cuyo motivo resulta imprescindible probar que el estado de ánimo que sufría
resultó el detonante de la decisión suicida, encontrando su causa última en el trabajo.
En la forma expuesta si la causa de la sintomatología ansiosa moderada es de
carácter laboral habrá que concluir que se está en presencia de un accidente de
trabajo.

En el caso mencionado no existían antecedentes de patologías previas, ni el


trabajador se medicaba con habitualidad. El cuadro de ansiedad que padecía se
desencadenó a raíz de un incendio, pudiéndose entender que su alto grado de
responsabilidad, profesionalidad y auto exigencia le superó totalmente desde el punto
de vista emocional hasta el punto y hora de decidir poner fin a su vida. Queda así
relacionado el problema psíquico con el trabajo estableciéndose el nexo causal entre
el acto suicida y su estado de ansiedad. Señala el Tribunal al efecto que “Comoquiera
que el suicidio no aconteció en el lugar y tiempo de trabajo, es necesario demostrar
que el estado de ánimo que sufría el fallecido y que fue el desencadenante de la
autolisis, tenía su causa última a consecuencia de su trabajo y responsabilidad
respecto del incendio de Calvinyà, de forma que si la causa de la sintomatología
ansiosa moderada es laboral estaremos ante un accidente de trabajo, como declaró la
STS de 29-101970, y si, por el contrario, ese cuadro no puede imputarse directamente
al trabajo o, al menos, estimarse agravado por la situación laboral, no sería

36
Resultados

procedente la calificación de accidente laboral, como también expuso el Tribunal


Supremo en STS de 28-01-1969. En el caso de autos, el causante no había acudido
anteriormente al psiquiatra, ni había padecido ninguna enfermedad ni siquiera
psiquiátrica, ni se medicaba con habitualidad, de modo que el cuadro ansioso
moderado tiene origen reactivo y se desencadena a raíz del incendio de Calvinyà en
que participa, de modo que su elevado grado de profesionalidad, responsabilidad
y autoexigencia le superó emocionalmente hasta el punto de decidir poner fin a
su vida, por lo que el origen de su problema psíquico está relacionado con el
trabajo (tiene su causa última en el mismo), estimándose que ha quedado
acreditada la existencia de un nexo entre el acto del suicidio y su estado de
ansiedad aunque fuere moderado a juicio de la doctora que le visitó, dado que si
bien en general los factores desencadenantes de un suicidio son de índole muy
diversa, sin que exista regla objetiva alguna para determinar cuál de entre todos
los concurrentes ha sido el decisivo, lo cierto es que aquí eso se infiere de la
índole de la dolencia psíquica padecida, reactiva a su trabajo, y de lo expresado
en la carta que se halló junto al cadáver, junto a las declaraciones de las
personas allegadas en tal sentido, sin que conste la existencia de otras causas
que hubiesen podio fundar tan trágica decisión, que no pueden inferirse en modo
alguno del relato de hechos probados de la sentencia, de manera que, teniendo la
patología base (cuadro de ansiedad moderada) y pese a que el suicido incluye un
elemento de voluntariedad, estimamos que el trabajo profesional en el incendio de
Calvinyà, fue condicionante de su actuación, concluyéndose por tanto, que el suicidio
del causante guarda relación con la actividad laboral, por lo que, debe estimarse el
motivo y el recurso, revocando la sentencia de instancia y estimando la demanda
inicial del proceso declarando que la defunción del Sr. Abilio fue por accidente de
trabajo y, en consecuencia, reconociendo a los demandantes las prestaciones de
viudedad y orfandad que solicitan sobre la base reguladora de 39.150 euros anuales y
efectos de 26-03-2012 (h. diecisiete), asumiendo el riesgo de su pago la Mutua
demandada Asepeyo con el porcentaje del 52 % la pensión de viudedad y del 20 %
las de orfandad sobre dicha base reguladora (art. 31.1 y 36.1 D. 3158/1966 de 23-12)”

Esta resolución establece claramente la relación de causalidad entre el trabajo y el


suicidio siendo el desencadenante la actuación profesional en un incendio anterior en

37
Resultados

el cual el trabajador debido a su autoexigencia asume una responsabilidad que lo


angustia y lo supera emocionalmente.
Hay que reseñar quela presunción de laboralidad es de naturaleza iuris tantum,
admitiendo así prueba en contrario. De este modo, la parte contraria puede ser capaz
de probar que han existido causas ajenas al ámbito laboral que han conducido a esa
decisión y fatal desenlace. La prueba de cargo recae, por tanto, sobre los legitimados
por parte del fallecido, pues son ellos quienes deben demostrar la relación de
causalidad (vgr. mediante el diagnóstico previo de enfermedad por causa laboral;
antecedentes de brotes depresivos)33.

Como queda dicho, se ha considerado el suicidio como accidente de trabajo, cuando


se acredite que la situación emocional determinante de esta decisión se encuentra en
relación directa (nexo causal) con las condiciones laborales del trabajador que toma
tan drástica medida, fruto de la angustia y tensión que su vida laboral le produce.
Siguiendo este razonamiento, queda claro que resulta pues imposible generalizar, ya
que habría que estudiar individualmente cada caso para localizar los indicios
requeridos para la calificación de accidente laboral. En este sentido, la STS de 25 de
septiembre de 2007 señala, en su fundamento jurídico 4º, que “si se demuestra que el
trastorno mental que lleva a quitarse la vida es de etiología laboral cabe esa
calificación, y por tanto es preciso ponderar las circunstancias concurrentes en cada
caso”. Añade que “si bien es cierto que la presunción de laboralidad del art. 115.3
(actualmente art. 156.3) LGSS puede ser enervada por el carácter voluntario que
tiene normalmente el acto de quitarse la vida, no es menos verdad que el suicidio se
produce a veces por una situación de estrés o de trastorno mental que puede derivar
tanto de factores relacionados con el trabajo como de factores extraños al mismo. El
análisis de la contradicción de sentencias en casos de suicidio, y en particular en
casos de suicidio en el lugar de trabajo, debe ponderar estas circunstancias”.

En suma, si como efectivamente sucede, la jurisprudencia en la materia no establece


a partir de los años setenta una exclusión automática del accidente de trabajo por
suicidio del trabajador, y si la propia doctrina jurisprudencial obliga a considerar la
conexión o vínculo existente en cada caso concreto entre la conducta de suicidio y las
circunstancias del trabajo prestado, debe aceptarse la posibilidad de calificar el hecho
33
STSJ Andalucía 65/2919, 10 de Enero de 2019 (recurso nº 1123/2018).

38
Resultados

del suicidio como un accidente laboral. Se observa que son muchos, y cada vez más
frecuentes, los supuestos de hecho en que el trabajo provoca efectos devastadores
para la salud de los trabajadores. A tal efecto, cuando queda en evidencia directa la
relación de causalidad entre trabajo y acto suicida la calificación de la contingencia
derivada ha de ser profesional. No ha de resultar imprescindible en tal caso que exista
una intervención dolosa o culpable por parte de la empresa o de algún compañero de
trabajo. Se puede estar en la forma descrita simplemente ante un supuesto de estrés
laboral, o por ejemplo, entre otros, del síndrome burnout34, reacción mixta ansioso-
depresiva en relación con situación estresante en medio laboral 35; estrés
postraumático debido a situación laboral 36; cuadro de trastorno de ansiedad,
conductas agorafóbicas y ánimo deprimido, dicha patología viene relacionada con el

34
Conceptuaremos brevemente en qué consiste el denominado síndrome de Burnout o síndrome del
quemado. El término "Burnout" fue acuñado por primera vez en 1974 por Herbert Freudenberger, en su
libro “Burnout: The High Cost of High Achievement”. Por lo general, el trastorno es consecuencia de un
estrés laboral crónico, y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional.Los elementos que se
revelan como más característicos de dicho síndrome serían el cansancio emocional, caracterizado por
la pérdida progresiva de energía, el desgaste, el agotamiento, la fatiga etc.; la  despersonalización
manifestada por un cambio negativo de actitudes y respuestas hacia los demás con irritabilidad y
perdida de motivación hacia el trabajo; y la incompetencia personal con respuestas negativas hacia sí
mismo y el trabajo. En el mismo sentido, el TSJ Cataluña 20-1-05, calificando este riesgo psicosocial
como accidente de trabajo, señala que “En este tipo de dolencias, una vez diagnosticadas, su propia
dinámica obliga para considerarlas alejarse del concepto de accidente como lesión súbita o inesperada.
Al contrario se gestan de forma lerda y acumulativa, tal como viene a establecer la sentencia que hace
una correctísima descripción de los síntomas para encajarlos en el caso y se relacionan directamente
con el trabajo”. El término acuñado por H. J. Freudenberger en 1974 llamado «síndrome del quemado o
de agotamiento profesional», se define como agotamiento físico, emocional y mental, causado por el
involucrarse en situaciones emocionalmente demandantes, durante un tiempo prolongado o como «un
proceso en el que se acumula un estrés excesivo por una desproporción entre la responsabilidad y la
capacidad de recuperación y gratificación del individuo». Vid. sobre ello González de RiveraJ. L.,
Burnout y reactividad al estrés, Revista de medicina Universidad de Navarra, Vol. XLI, nº 2, 1997).
El síndrome se desarrolla gradualmente y pasa por cuatro fases:
a) una primera fase idealista, caracterizada por el alto nivel de energía y expectativas depositadas en
el trabajo;
b) una segunda fase de sobreesfuerzo en la que el individuo advierte que sus esfuerzos no están a la
altura de sus expectativas, ni le son reconocidos;
c) una tercera fase de desilusión y paralela frustración, en la que aparece la desilusión, acompañada de
fatiga, mientras incrementa el esfuerzo invertido esperando todavía una recompensa apropiada, cuya
ausencia determina impaciencia e irritabilidad; y
d) la fase final de desmoralización, caracterizada por la pérdida de interés en el trabajo e incapacidad
de trabajar y de relacionarse socialmente en el entorno laboral. «Los síntomas de este trastorno son de
carácter tanto físico (fatiga, problemas de sueño, cefaleas, trastornos gastrointestinales), como
psicológicos (irritabilidad, ansiedad, depresión...), conductuales (actitud defensiva y
agresiva...),absentismo en el trabajo, falta de rendimiento, falta de concentración, aislamiento..., baja de
la autoestima, abandono, melancolía, tristeza, neurosis, psicosis, e ideación de suicidio, irritabilidad,
aburrimiento, pérdida del idealismo, frustración».
35
STSJ Galicia de 3 de enero de 2003.
36
STSJ Cantabria de 30 de julio de 2004 (recurso nº 266/2004).

39
Resultados

ámbito laboral37; trastorno de la personalidad tipo paranoide 38; trastornos adaptativos


con alteración de las emociones y de la conducta 39, síndrome postraumático a un
conflicto laboral y fobia laboral; pues lo esencial en el accidente de trabajo es que el
mismo se produzca con ocasión o por consecuencia del trabajo y no como
consecuencia del comportamiento culpable de la empresa 40. 

La necesidad de que el nexo causal entre la situación laboral y el suicidio sea


dilucidado por parte de los Tribunales o que en ocasiones incluso se pueda producir la
ruptura del nexo ha sido puesto de relieve Concepción Monerri Guillén(2015
Universidad Murcia La Responsabilidad Civil del Empresario por Daños y Perjuicios
Derivados de Accidentes de trabajo).

La citada autora pone de manifiesto que la doctrina en materia de suicidios ha sido


elaborada por el Tribunal Supremo, estableciendo que “los factores determinantes de
la calificación como accidente de trabajo se refieren siempre o casi siempre a la
conexión de causalidad entre el trabajo y la conducta de suicidio, concretándose
en la existencia o no de trastorno mental del suicida y en la etiología laboral o no de
dicho trastorno mental o de la enfermedad mental que conduce a la decisión suicida"
(STS-4ª de 25-09-2007, rec. núm. 5452/2005). Sin embargo, se descarta
mayoritariamente por la jurisprudencia que la muerte por suicidio del trabajador tenga
en todo caso la consideración de accidente de trabajo.

Resultan relevantes para la resolución del accidente de trabajo con ocasión del
suicidio del trabajador, las circunstancias de cada supuesto concreto, por lo que habrá
que estar al caso particular; si bien es cierto que la presunción de laboralidad del
artículo 115.3 (actualmente art. 156.3)TRLGSS puede ser enervada por el carácter
voluntario que tiene normalmente el acto de quitarse la vida, no es menos cierto que
el suicidio se produce a veces por una situación de estrés o de trastorno mental que

37
STSJ Cantabria de 23 de julio de 2004 (recurso nº 280/2004).
38
STSJ País Vasco de 19 de enero de 2005 (recurso nº 2358/2004).
39
STSJ País Vasco de 12 de abril de 2005.
40
Sánchez Pérez, J. (2014). Una relación fatal: el estrés laboral lleva al suicidio. Comentario a la
sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de 11 de abril de 2014, Estudios financieros.
Revista de trabajo y seguridad social: Comentarios, casos prácticos: recursos humanos, nº 2848/2014,
nº. 376, 2014, pp. 163-166.

40
Resultados

puede derivar tanto de factores relacionados con el trabajo como de factores extraños
al mismo.

Por otro lado, el art. 156.4 b) de la LGSS establece que sí rompe el nexo causal con
el trabajo y, en consecuencia, no tiene la consideración de accidente de trabajo, los
ocurridos o debidos por dolo o imprudencia temeraria del trabajador accidentado.

El dolo implica que el trabajador con su conducta en el trabajo busca deliberadamente


el resultado, esto es la lesión corporal. Dentro de este contexto, nos encontramos
antes el suicidio del trabajador causándose el trabajador su propia muerte, en
principio, de forma voluntaria. Ahora bien, el Alto Tribunal admitió la calificación de
accidente de trabajo de la muerte por suicidio, siempre y cuando no se cause de
manera consciente y voluntaria, sino como consecuencia de trastornos mentales
causados o que tengan conexión con el desempeño del trabajo, de modo que hay que
estar a las concretas circunstancias de cada caso (SSTS de 29 de octubre de 1970 y
26 de abril de 1974), citadas en la tan repetida STS de 25 de septiembre de 2007.

En el supuesto de un Policía Local, que sufrió un traumatismo cráneo encefálico grave


y, aunque el suicidio no aconteció en el lugar y tiempo de trabajo, la patología mental
fue la causa del accidente de trabajo (en este supuesto de suicidio, éste tiene lugar en
sitio y tiempo distinto al de desempeño de funciones habituales).

Incluso se ha calificado de accidente de trabajo, la muerte de un trabajador que se


suicida como consecuencia del acoso moral que venía sufriendo por parte de la
empresa (STS-4ª, de 20-10-2009, rec. núm. 4/2008. Pte.: Agustí Juliá, Jordi).

Ante una situación en la que se produce el fallecimiento de un trabajador en tiempo y


lugar de trabajo, a priori, resultará de aplicación como se ha dicho,la presunción de
laboralidad del artículo 156.3 TRLGSS, de modo que, ante la inexistencia de prueba
directa o indiciaria clara acerca de la causa de la muerte o de las lesiones, habría que
descartar que deriven de la propia iniciativa del trabajador.

La intención, perteneciente al ámbito interno de la víctima, deviene elemento subjetivo


para que entre en juego la exclusión del accidente de trabajo centrándose la cuestión
en determinar si el comportamiento derivado de los actos autolesivos, provoca la

41
Resultados

ruptura de la conexión entre el trabajo prestado y la lesión producida. En cualquier


caso, la intención del suicida quedaría sujeta a requerimiento de prueba, cuya carga
seguiría las reglas generales (ex artículo 217.3 LEC)41.

La Resolución de 22 de septiembre de 1976 de la Dirección General de Ordenación y


Asistencia Sanitaria de la Seguridad Social, respecto a la consideración que hay que
darle al suicidio a efectos de la calificación de la contingencia determinante de las
prestaciones de muerte y supervivencia, estimó que el suicidio debe ser calificado
como accidente, evitando la exclusión de protección que determinaría la ausencia de
la nota de involuntariedad del hecho, salvo excepciones notorias. Añade dicha
resolución que para calificarlo de laboral o no, habrá que tener en cuenta el régimen
jurídico de ambas contingencias, y así el Alto Tribunal señala que el carácter de
accidente laboral si el trastorno mental del que derivó el suicidio, se debió a alguna
causa relacionada con el trabajo. En cambio, si el proceso depresivo o perturbación
mental no puede imputarse directamente al trabajo, sino que la causa del óbito
repentino fue directamente una causa externa, no un deterioro psico-físico
desarrollado de forma paulatina, se está en presencia de un accidente no laboral
(STS-4ª, de 9-2-2010, rec. núm. 1703/2009. Pte: Segoviano Astaburuaga, Mª Luisa).
o, al menos, debe estimarse agravado por la situación laboral, por lo que no sería
procedente la calificación de accidente laboral, como también expuso la Sala Cuarta
del T.S. en sentencia de 28 de Enero de 1969 42. (Monerri).

Como hemos visto hasta ahora, hallar el nexo causal entre el evento producido y la
actividad laboral es la clave para la consideración de accidente de trabajo, para ello la
jurisprudencia ya ha marcado las líneas en lo que podemos considerar o no motivado
directamente por el puesto de trabajo43.
41
Sánchez Pérez, J. (2013), La delimitación conceptual del suicidio como contingencia profesional y su
tutela jurisprudencial, Revista Actualidad Laboral, nº 9, Sección Estudios, Septiembre 2013, p. 12.
42
Monerri Guillén, C. (2015),La Responsabilidad Civil del Empresario por Daños y Perjuicios Derivados
de Accidentes de trabajo, Universidad de Murcia.
43
Luque Parra, M. (2008), El suicidio en tiempo y lugar de trabajo: ¿aplicabilidad de la presunción
prevista en el artículo 115.3 del TRLGSS? Comentario a la STS de 25 de septiembre de 2007,
IusLabor, 1/2008, pp. 1 y ss, donde apunta que “en el caso del infarto de miocardio, existen supuestos
en los que la doctrina admite la laboralidad cuando el problema se produce en el tiempo y lugar de
trabajo, además, es la empresa la que debe aportar las pruebas de que la complicación no se ha
producido a causa de la actividad. Desde el punto de vista médico este tipo de patologías no tienen por
qué estar causadas por el trabajo, sin embargo, se reconoce como, las condiciones en las que se
realiza la actividad laboral, pueden desencadenar enfermedades cardiacas, cuando estamos ante una
enfermedad manifestada en tiempo y lugar de trabajo, la presunción únicamente quiebra, nos dicen

42
Resultados

El TS ha apreciado la existencia de accidente de trabajo cuando “no cabe ninguna


duda de que el trabajador ante la manifestación empresarial, sin ningún tipo de
preparación previa, de que debía someterse a aceptar una baja voluntaria o tolerar su
despido, pues de lo contrario se emprenderían contra él acciones legales, sufrió tan
grave trastorno y se precipitó en tal grado de angustia y aflicción por una situación tan
repentina y que le suponía la pérdida de una actividad que venía realizando desde el
año 1975 con la consecuencia no sólo de dificultades económicas para mantener a su
familia sino de humillación y descrédito para su persona y la perspectiva de graves
problemas para encontrar otro empleo, aun de menor remuneración y categoría del
que había ostentado, debido a su edad, que tomo la fatal resolución de quitarse la
vida. Aparece pues claro el nexo causal entre la acción suicida y las circunstancias
acaecidas en su trabajo”. (STS de 25 de septiembre de 2007 (RJ 8316)

También la Jurisprudencia profundiza sobre la causalidad, en las resoluciones que a


continuación expondremos.

TSJAndalucía27/02/2014, Sala de lo Social rec.866/2013 (FJ1)

“El trabajador ha sido víctima de una situación de tensión laboral caracterizada por las
elevadas exigencias laborales que sobrepasan las habilidades y capacidades del
trabajador careciendo de sistemas de apoyo institucionales en el que las medidas de
prevención de riesgos psicosocial aplicado al trabajador en concreto ha brillado por su
ausencia. De haber adoptado la empresa demandada las correspondientes medidas
de prevención de riesgo psicosocial se hubiera detectado el síndrome de desgaste
profesional o síndrome de burnout que estaba afectando al trabajador fallecido y se
hubiera evitado la pérdida de una vida humana por exposición a la una situación
laboral de estrés crónico aplicando un tratamiento de amplio espectro con base en la
terapia racional emotiva. Además, el apoyo institucional de la empresa demandada
era inexistente, no teniendo medidas de prevención de riesgos psicosocial aplicado al

numerosas sentencias, cuando por su propia naturaleza la enfermedad excluya la etiología laboral, o
bien porque se deduzcan hechos que desvirtúen dicho nexo causal. Y, en este contexto, lo cierto es
que en los últimos años es harto difícil encontrar alguna sentencia que no presuma cierta etiología
laboral del infarto de miocardio, la angina de pecho o el infarto cerebral cuando se produce en lugar y
tiempo de trabajo”.
En la mayoría de los casos el suicidio sucede a consecuencia de prolongarse en el tiempo este tipo de
enfermedades o problemas psicosociales y es fundamental determinar si estas alteraciones han sido
causadas o no por el trabajo.

43
Resultados

trabajador en concreto, siendo víctima el trabajador fallecido de una situación de


estrés laboral crónico, llamado síndrome de desgaste profesional o de burnout en el
que había sobrecarga de trabajo, es decir jornada laboral insuficiente para completar
las tareas encomendadas, los plazos de entrega eran estrictos, periodos de descanso
entre dos jornadas inferiores a doce horas, posibilidad de cometer errores con graves
consecuencias para el bienestar de comunidades y de personas, dificultad para
planificar el trabajo y programar su ritmo de trabajo, a lo que hay que unir el sentido
de impotencia del trabajador fallecido para solucionar los problemas que sus
superiores les manifestaban respecto a la situación de la empresa para la que
prestaba sus servicios.

Lo antes dicho nos lleva a afirmar la existencia de relación de causalidad suficiente


entre el suicidio del trabajador y las condiciones laborales en las que tenía que
desarrollar su trabajo, provocándole ello un intenso agotamiento físico y mental propio
de un estado laboral crónico, conocido en el área de la Psicología del Trabajo como
síndrome de desgaste profesional o de Burnout, consistente en cansancio emocional,
con pérdida progresiva de energía, agotamiento, fatiga emocional y una actitud cínica
o distante frente al trabajo, considerado como enfermedades del trabajo.”

2) Evolución en la Jurisprudencia y requisitos.

La importancia de la resolución que reproducimos a continuación radica en la


exposición de la jurisprudencia que hace el ponente de la evolución del suicidio como
accidente laboral. También destaca en la resoluciónla relevancia que en el
enjuiciamiento tiene el análisis de las circunstancias de cada supuesto concreto.

Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, Sala de lo Social, Sentencia


123/2016 de 2 Feb. 2016, Rec. 1672/2014.44

“Los hechos ocurren prestando el trabajador servicios para CIUSEGUR, S.L. D. León
accedió a un cuarto sito en la planta baja del edificio que conforma su centro de
trabajo y contiguo al garaje, cuarto donde se almacenan diversos productos de
higiene personal, supuestamente cogiendo una garrafa de 5 litros de líquido
inflamable con marca comercial PROTAK-A gel hidroalcohólico para manos, R-11
44
STSJ Castilla- La Mancha nº 123/2016, de 2 febrero de 2016 (recurso 1672/2014).

44
Resultados

fácilmente inflamable con contenido de alcohol del 70%, entre otros componentes, y
supuestamente vertiéndose dicho líquido en la parte superior del cuerpo, pudiéndose
observar en el suelo un charco del líquido de medio metro de diámetro
aproximadamente, procediendo supuestamente a prenderse fuego con papeles
quemados, cuyos restos se observan en el lugar, dirigiéndose por unas escaleras del
garaje hacia el hall del edificio situado en la planta baja, donde tras acceder es
atendido por unos enfermeros y por el Servicio Médico, presentando quemaduras de
tercer grado sobre el 30% de su cuerpo, siendo trasladado por medio aéreo a la
Unidad de Quemados de Hospital La Fe de Valencia, falleciendo el día 08/02/2012”.

La Sentencia en sus Fundamentos de Derecho se expresa en los siguientes términos:

“La genérica cuestión del suicidio en el trabajo, que ha sido objeto frecuente de la
atención de la doctrina científica, ha sufrido una palpable evolución, en su
conceptuación jurisprudencial, inicialmente no entendido siquiera como accidente, al
considerarlo como un acto voluntario que rompía el nexo causal entre trabajo y evento
lesivo, entendido así como un acto de autoagresión, para, en el estado actual de la
misma, en una paulatina evolución, entender básicamente, que ello dependerá de las
circunstancias específicas del caso concreto, analizadas en su conjunto, en el que sin
duda, son relevantes las relacionadas con el trabajo, las características del mismo, las
condiciones de su prestación, y posibles elementos desencadenantes de tal extrema
respuesta y reacción (discusiones, acoso, tensión laboral con compañeros, superiores
o clientes, estrés laboral, conflictividad laboral), incluso aunque concurra, o pueda
concurrir, con otro elemento causal extralaboral, y con la preexistencia de
enfermedad, física o psíquica pudiendo así tener un origen multicausal (García
González), uno de los cuales pude ser el trabajo. Así, cabe destacar lo que se señala
en la STS de 25-9-2007 (LA LEY 170696/2007), que realiza un análisis muy detallado
de la evolución de la doctrina, señalando que:

“Las sentencias del Tribunal Supremo dictadas hasta finales de los años sesenta
suelen descartar automáticamente la calificación a efectos de Seguridad Social del
suicidio del trabajador como accidente de trabajo, cualesquiera que sean sus
circunstancias, incluido el suicidio consumado en tiempo y lugar de trabajo. A partir de
1970 las decisiones jurisprudenciales no tienen siempre el mismo signo. En ocasiones

45
Resultados

se estima la reclamación de las indemnizaciones de accidente de trabajo solicitadas


por los familiares sobrevivientes, y en ocasiones se llega a la conclusión contraria.
Ello no significa, sin embargo, falta de criterio uniforme sobre el enjuiciamiento de
estos litigios. Se trata más bien de la consideración como elementos determinantes de
las decisiones adoptadas de ciertos factores circunstanciales y contingentes, que
concurren unas veces y están ausentes otras en los casos enjuiciados. Tales factores
determinantes se refieren siempre o casi siempre a la conexión de causalidad entre el
trabajo y la conducta de suicidio, concretándose en la existencia o no de trastorno
mental del suicida y en la etiología laboral o no de dicho trastorno mental o de la
enfermedad mental que conduce a la decisión suicida.

Una primera sentencia que se suele citar en las exposiciones en la materia es la


dictada por esta Sala de lo Social el 31 de marzo de 1952. En ella se niega la
calificación de accidente de trabajo, a pesar de la inmediación entre el suicidio del
trabajador y una acusación contra el mismo de robo de material de trabajo. También
se descarta la calificación de accidente del trabajador en otra sentencia de la casación
social de 29 de marzo de 1962, razonando que en el suicidio de un trabajador
internado en un hospital por causa de un accidente de trabajo previo ha de haber, y
no la hubo en el caso, una relación de causa a efecto "directa" y exclusiva entre el
trastorno mental padecido por el trabajador (obsesión por quedar inútil para el trabajo)
y la decisión de suicidarse. Otra sentencia del año siguiente (STS 19-2-1963) resuelve
también con signo negativo, "pues establecida la voluntariedad de la muerte sufrida
por el causante de la recurrente, no existe la relación de causalidad entre el trabajo
que efectuaba aquél con el siniestro acaecido". A la misma conclusión llegó otra
sentencia de los años sesenta (STS 28-1-1969), donde se acredita que el trabajador
(cocinero de un barco) se suicidó, arrojándose al mar, como "consecuencia de un
estado patológico mental", pero sin que constara "la menor indicación de que éste
fuera causado por el trabajo que efectuaba a bordo de la nave, ni que fuera por ello
agravado ni desencadenado".

El análisis de la evolución jurisprudencial continúa desde el punto de vista del nexo


causal:

46
Resultados

“El análisis del suicidio del trabajador desde la perspectiva del nexo causal existente
en concreto entre el acto suicida y el trabajo prestado, que se detecta ya con claridad
en la última de las sentencias citadas, da lugar a una primera sentencia estimatoria de
la calificación de accidente de trabajo, que es la dictada por esta Sala de lo Social del
Tribunal Supremo el 29 de octubre de 1970. Se acredita en el caso que el suicidio fue
provocado por una situación de trastorno mental, producida a su vez por las
vicisitudes y secuelas de un accidente de trabajo. La sentencia de instancia había
estimado la demanda de pensiones a familiares sobrevivientes (esposa e hijos) y la
sentencia de casación desestimó el recurso, identificando como causa eficiente del
suicidio un "trastorno mental de tipo depresivo" derivado de una "larga hospitalización"
por accidente de trabajo y de "repetidas intervenciones quirúrgicas", circunstancias del
litigio que determinaron la fatal decisión. Ha seguido la estela de esta sentencia otras
del año 1974 (STS 26-4-1974).El mismo análisis, pero desestimando la reclamación
de accidente de trabajo, mantiene la sentencia de esta Sala de 15 de diciembre de
1972, que no aprecia la existencia del nexo causal en la producción de la muerte por
suicidio enjuiciada. Esta sentencia se fija en el argumento de la presunción legal de
laboralidad de las lesiones letales autoinfligidas en el lugar de trabajo, llegando a la
conclusión de que la "privación voluntaria de la vida" es "prueba en contrario" que
impide en principio el despliegue de los efectos habituales de dicha presunción legal.
También descarta la calificación de accidente de trabajo a efectos de una mejora
voluntaria de Seguridad Social, la sentencia de esta misma Sala de 9 de marzo de
1987; se resuelve en el caso sobre un suicidio por precipitación al vacío "desde lo alto
de la fábrica donde trabajaba" de un trabajador que padecía "trastornos psíquicos",
que no constaban producidos por el medio de trabajo, para cuyo tratamiento había
estado internado en la sección de neuropsiquiatría de un hospital público”.

Las consideraciones de los apartados anteriores, ponen de manifiesto la relevancia


que en el enjuiciamiento de los supuestos de suicidio tienen las circunstancias de
cada supuesto concreto. Si bien es cierto que la presunción de laboralidad del art.
156.3 LGSS puede ser enervada por el carácter voluntario que tiene normalmente el
acto de quitarse la vida, no es menos verdad que el suicidio se produce a veces por
una situación de estrés o de trastorno mental que puede derivar tanto de factores
relacionados con el trabajo como de factores extraños al mismo. El análisis de la

47
Resultados

contradicción de sentencias en casos de suicidio, y en particular en casos de suicidio


en el lugar de trabajo, debe ponderar estas circunstancias.

Como razonamiento más destacado, y al margen de la evolución jurisprudencial que


refleja, la resolución concluye -acerca del surgimiento de la responsabilidad en sede
preventiva de riesgos- que son destacables de modo especial, las siguientes
circunstancias:

a) Que, de modo incuestionado, el hecho de donde derivó el posterior


fallecimiento del trabajador se produjo en el centro de trabajo y durante el horario de
su trabajo;

b) Que había estado algunos meses antes del accidente (ya no se cuestiona la
calificación, en cualquier caso, de accidente del suicidio), en situación de Incapacidad
Temporal, necesitado de internamiento, y permaneciendo en situación de IT durante
casi ocho meses;

c) Que no consta que se hiciera una nueva valoración de riesgos laborales, ni


de adecuación personal al puesto de trabajo, tras el alta médica y su reincorporación
al trabajo, en relación con la enfermedad que le había sido diagnosticada, y
eventuales problemas de seguridad propia y ajena;

d) Tampoco consta que se valorara la repercusión sobre su estabilidad mental


de la prestación del trabajo en régimen de turnos, pese a considerarse causante de
"fatiga mental".45

Por lo tanto se observa que la interpretación jurisprudencial del concepto legal de


accidente de trabajo, que viene descrito en nuestro sistema de aseguramiento social
en el artículo 156.1 de la Ley General de la Seguridad Social de 30/10/2015, es de
una indudable complejidad, que cabe resumir, de acuerdo con la elaboración doctrinal
y jurisprudencial, que también evoluciona con frecuencia, en la existencia de una
lesión, en sentido amplio, ocurrida en el trabajo realizado por cuenta ajena -y tras la
Ley del Estatuto del Trabajo Autónomo de 11-7-07 46, también incluyendo al Trabajador

45
STSJ Casilla La Mancha, nº 123/2016(recurso nº1672/2014).
46
Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del trabajo autónomo, BOE 12/7/07.

48
Resultados

Autónomo Económicamente Dependiente (TRADE)-, y con ocasión del mismo. De tal


modo que exista un ineludible nexo o relación de causalidad entre aquella y este, y
que conforme al artículo 156.2.a) de la LGSS citada, incluye dentro del concepto los
que sufra el trabajador al ir o al volver del trabajo (el llamado accidente "in itinere"), o
encontrándose "en misión" De tal modo que se puede concluir que, como ha indicado
la doctrina científica, la infracción de normas reglamentarias no determina de una
manera automática, sin más, la calificación de existencia de temeridad a estos efectos
sociales47 (Desdentado Bonete).

La cuestión ha sido tratada también en una resolución, del 10 de enero de 2019


dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía 48, donde se decide que el
suicidio de un empleado de banca al precipitarse desde la azotea del trabajo tras
una discusión con un cliente es efectivamente accidente de trabajo.

La sentencia repasa la jurisprudencia recogida hasta hoy sobre la cuestión,


recordando que la casuística del supuesto es esencial para que el juez pueda valorar
si nos encontramos ante una contingencia laboral o no. Por lo general, los tribunales
han venido asumiendo iuris tantum que existe accidente laboral cuando se da en el
lugar del trabajo y no se prueba que existe un origen distinto al laboral para el
trastorno mental que conduce al empleado al suicidio, por vía de la presunción
del artículo 156.3 de la Ley General de Seguridad Social (LGSS). 

En el mencionado caso, la parte contraria no logra de acreditar que existan causas


ajenas al trabajo que hayan provocado el suicidio. Por tanto, el TSJ otorga la razón a
la familia del trabajador fallecido, decretando el accidente laboral con la consiguiente
atribución de responsabilidades 

De las sentencias expuestas se deducen los requisitos para apreciar la calificación


como accidente laboral del evento del suicidio, a saber:

a) objetivo: la presencia de una lesión corporal, en el caso de suicidio el


fallecimiento.

47
Desdentado Bonete, A. (1999), Concepto de accidente de trabajo, en Monereo Pérez, M.
N., Comentario a la Ley General de la Seguridad Social, Comares, Granada, p. 1111.
48
STSJ Andalucía 65/2019,10 de Enero 2019, Sala Social (recurso 1123/2018).

49
Resultados

b) subjetivo: que dicho evento lo sufra un trabajador por cuenta ajena y tras la
Ley del Estatuto del Trabajo Autónomo de 11-7-07, también incluyendo al Trabajador
Autónomo.

c) causal: que ese trabajo haya tenido incidencia en el resultado lesivo, en el


suicidio la muerte del trabajador, es decir que exista una relación entre la decisión de
poner fin a su vida llevada a efecto por el trabajador y el trabajo que venía prestando.

En resumen, el concepto legal de accidente laboral abarca tanto los casos en que la
relación de causalidad entre lesión y trabajo es directa, como en aquellos otros en que
el trabajo es decisivo por una razón puramente circunstancial. Así, la pregunta clave
para averiguar si concurre el tercer requisito referido al nexo causal entre trabajo y
lesión es la siguiente: ¿se habría producido ésta de no haber trabajado? Si la
respuesta es afirmativa, no hay causalidad; si es negativa, la hay, con independencia
de que puedan concurrir otras múltiples causas en su producción.

Como muestra extrema de mantenimiento de un nexo de causalidad entre accidente y


siniestro, en nuestro caso el suicidio, es muy significativa la STSJ Madrid 12 febrero
1990, que considera que aquél existe incluso en casos como el de un trabajador que
sufre un accidente laboral leve, lo que agrava su estado depresivo que finalmente le
conduce al suicidio, calificando finalmente el fallecimiento como accidente de trabajo.
Sin embargo, no se ha tratado en la Jurisprudencia el tema de una enfermedad
mental previa, que surge a consecuencia del trabajo en una empresa y que
desencadena un suicidio en un momento en el que trabaja para otra empresa. El tema
a debate sería el deslinde de responsabilidades, sobre todo en el ámbito preventivo.
Sin duda se propondrá el tema para una futura línea de investigación.

50
Conclusiones

8. CONCLUSIONES

8.1. Responsabilidad por la exposición del trabajador al polvo de


Sílice

El objetivo general de este trabajo es abordar el problema de la responsabilidad


generada por la exposición al agente químico, para desjudicializar tales situaciones y
exponer unas pautas para la evitación del surgimiento de dicha responsabilidad.

En ese sentido la principal aportación que se hace en este análisis es la disección de


las resoluciones judiciales que se exponen a efecto de la toma de decisiones en
materia de prevención por el denominado “deudor de seguridad”.

En este trabajo se demuestra que en el origen de la responsabilidad por exposición


del trabajador al polvo de Sílice no siempre resulta fácil establecer si una determinada
enfermedad está relacionada con el trabajo para derivar responsabilidades por
carencias de prevención. De hecho, muchas de ellas están asociadas de una manera
u otra con una profesión o con las condiciones de trabajo. Por una parte, están las
clásicas enfermedades de naturaleza profesional, por lo general vinculadas a un
agente causal y relativamente fáciles de identificar; por otra, existen múltiples
trastornos que carecen de una relación estrecha o específica con una profesión y
pueden obedecer a numerosas causas. Muchas de las enfermedades de etiología
múltiple pueden estar relacionadas con el trabajo sólo en determinadas
circunstancias. Por ello es relevante la determinación del nexo causal entre la
actividad laboral y la patología como se ha destacado a lo largo de este trabajo. La
Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales y su normativa de desarrollo
establecen que el empresario deberá realizar una evaluación inicial de los riesgos,
teniendo en cuenta la presencia de sustancias, preparados y agentes químicos
peligrosos, presentes en los puestos de trabajo. La evaluación será actualizada
cuando cambien las condiciones de trabajo, o cuando existan daños en la salud de los
trabajadores.

Asimismo se ha buscado alcanzar con esta investigación tres objetivos específicos:

a) Coadyuvar al cumplimiento por la empresa de sus deberes de seguridad e higiene.


Conclusiones

b) Llamar la atención sobre las consecuencias de la omisión de medidas preventivas


exigibles a la empresa.

c) Delimitar procesal y conceptualmente el objeto de la prueba del cumplimiento o


incumplimiento de los deberes de prevención.

Los dos primeros se han cumplido en la medida que una descripción de la situación
laboral que genera responsabilidad empresarial, contribuye a una prevención de tipo
general.

En cuanto al tercer objetivo queda circunscrito al campo puramente procesal. Es en


ese ámbito donde se deben acreditar los hechos que generan responsabilidad En
efecto son los medios probatorios previstos en la LEC, los que deben desplegarse en
el procedimiento para tener por ciertos los hechos sometidos a prueba ante el
Tribunal. No resulta superfluo mencionar aquí el antiguo brocardo o máxima jurídica
del Derecho Romano: “Lex Fori regit processum”.

Por lo tanto los objetivos se ha cumplido desde el punto de vista teórico dogmático. Si
bien llevar a la práctica de las relaciones laborales estas conclusiones no siempre
resulta sencillo, y no sólo por problemas procedimentales. La dificultad estriba en la
complejidad de estas relaciones, al ser concomitantes y concurrentes con factores
extra-jurídicos de variada índole tales como los intereses empresariales, los propios
de la acción sindical, los límites impuestos interés público e incluso factores sanitarios
como estamos viendo con la crisis del COVID 19, cuya incidencia en la actividad
económica no podemos soslayar.

Para la implementación de estas conclusiones los instrumentos esenciales son la


evaluación de riesgos laborales y la planificación de la actividad preventiva, que
podrán ser llevados a cabo por fases de forma programada, 49

Dicha evaluación se realizará en base a lo establecido en la normativa específica


vigente que sea de aplicación, y la jurisprudencia interpretativa de la misma, a todos
aquellos trabajadores que durante su jornada laboral vayan a estar expuestos, estén
expuestos o hayan tenido exposición a inhalación de polvo con contenido en sílice. La
omisión de esos deberes de prevención son los detonantes para el surgimiento de

49
Artículo 16 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.

52
Conclusiones

responsabilidades por parte del deudor de prevención. La jurisprudencia analizada es


buena prueba de ello.

8.2. El suicidio como accidente laboral

En línea con el objetivo general de este trabajo, esto es la evitación de la


judicialización en el deslinde de responsabilidades preventivas se han de extraer
conclusiones similares a las del apartado anterior.

La particularidad estriba en que no siempre se ha conceptuado como accidente


laboral el suicidio en o con ocasión de la actividad laboral.

Desde la Ley de Accidentes de Trabajo de 1900, tradicionalmente los actos suicidas


han quedado fuera del ámbito del accidente de trabajo, y por tanto ajenos al régimen
de prevención de riesgos laborales existente en nuestro sistema jurídico- laboral. Esta
exclusión, en principio sin ningún tipo de discusión ni condicionante, ha ido
evolucionando por obra de nuestra jurisprudencia y de la construcción doctrinal
extensiva del concepto de accidente laboral.

Diferentes resoluciones judiciales que hemos expuesto, han ido fijando las
acotaciones al concepto de accidente trabajo, incluyendo dentro del mismo
determinados actos suicidas que, por ello, son merecedores del régimen prestacional
y preventivo que les resulta propio a las contingencias profesionales

Sobre el suicidio como accidente laboral hay que concluir que la conceptuación de un
supuesto como contingencia profesional, supone que despliegue toda su eficacia la
normativa preventiva, normativa que tiene su campo de acción natural en el ámbito de
las contingencias profesionales. Es por ello, que la determinación de un acto suicida
como accidente de trabajo traerá como consecuencia inmediata, no sólo un diferente
tratamiento de las prestaciones, sino una especial exigencia de cumplimiento de la
normativa preventiva -y la consiguiente responsabilidad- por parte del empresario en
el ámbito de la seguridad y salud laboral. Este diferente tratamiento, que conlleva una
mayor protección de las situaciones consideradas como contingencia profesional,
justifica la especial litigiosidad para aprehender una situación causante de las
prestaciones como incluida dentro de la contingencia profesional y no en la común.

53
Conclusiones

En nuestra legislación, tradicionalmente los actos suicidas han quedado fuera del
ámbito del accidente de trabajo, y por tanto ajenos al régimen de prevención de
riesgos laborales existente en nuestro sistema jurídico- laboral. Esta exclusión, en
principio sin ningún tipo de discusión ni condicionante, ha ido evolucionando por obra
de nuestra jurisprudencia y de la construcción doctrinal extensiva del concepto de
accidente laboral, como se ha visto en el presente trabajo.

Diferentes resoluciones judiciales han ido fijando los límites al concepto de accidente
trabajo, incluyendo dentro del mismo determinados actos suicidas que, por ello, son
merecedores del régimen prestacional y preventivo que les resulta propio a las
contingencias profesionales. Se han analizado aquí algunas de estas resoluciones
judiciales, que han constituido verdaderos puntos de inflexión en la construcción
jurídica del concepto de accidente de trabajo, al incluir dentro del mismo algunas
lesiones fruto de la voluntad del propio sujeto dañado. Todas estas resoluciones
parten de la interpretación y aplicación al caso concreto del literal del artículo 156 de
la LGSS.

Sin embargo, hay que hacer notar que la jurisprudencia ha ido perfilando la
calificación jurídica justamente porque no acaba de cristalizar una clara protección
legal. El legislador sigue siendo insensible ante la situación a pesar de ser la primera
causa de muerte externa. Efectivamente, el suicidio supone la primera causa de
fallecimiento, tras las muertes por motivos naturales, dobla las que acontecen por
causas de tráfico y es notoriamente superior a las de violencia de género 50. Sobre
estas tres causas: enfermedades (tabaquismo, cáncer, cardiovasculares...), tráfico
rodado y violencia machista, hay campañas para prevenir un resultado fatal, sin
embargo esto no ocurre con el suicidio.

Legislativamente no se abordado el tema, aunque se anunció un plan de


prevención por el gobierno, a través del ex ministro de Sanidad Salvador Illa 51 del
que no hemos vuelto a tener noticias. Sabemos también que muchos suicidios se
incluyen oficialmente en otras causas (accidentes de tráfico) o una vaga fórmula

50
Instituto Nacional de Estadística. Nota de prensa 19 de Diciembre 2018. Defunciones según causa de
muerte. http://www.infocoponline.es/pdf/defuncionesINE2017.pdf
51
El ministro Illa anuncia que el Gobierno elaborará un plan específico para abordar la conducta
suicida. La Vanguardia.27/02/2020.
//www.lavanguardia.com/vida/20200227/473815479744/illa-anuncia-que-el-gobierno-elaborara-un-plan-
especifico-para-abordar-la-conducta-suicida.html

54
Conclusiones

genérica de “parada respiratoria” cuando realmente se trata de suicidios encubiertos.


Esta realidad ha sido silenciada y no se aborda convenientemente. Incluso
socialmente se percibe esa falta de sensibilidad ante un tema que se nos aparece
como incómodo o “tabú”. La propia jurisprudencia analizada adolece de esa falta de
sensibilidad al tratar el tema desde el frio punto de vista puramente técnico-jurídico y
no desde la óptica preventiva.52

Sea como fuere, el análisis jurisprudencial que se reseña está en correspondencia


con los objetivos específicos del presente estudio. En especial con el de producir una
llamada de atención sobre las consecuencias de la omisión de medidas de
prevención de riesgos laborales exigibles a la empresa. En ese campo la prevención,
mediante medidas de tipo médico que se han reseñado, como laspsicosociológicas se
contribuiría en gran medida a la efectividad de la prevención de riesgos laborales.
Tanto en el ámbito probatorio como en el del cumplimiento de los deberes
empresariales, como objetivos específicos de éste trabajo, se reproducen los
argumentos esgrimidos en torno a la problemática de la exposición al polvo de sílice.

52
TSJ País Vasco de 19 de enero de 2005 (recurso 2358/04).

55
Futuras líneas de Investigación.

9. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN.

Falta en la Jurisprudencia acerca del suicidio como accidente laboral una solución al
problema del reparto de responsabilidades (y por tanto de la legitimación pasiva en el
procedimiento), en los casos en que el trastorno o enfermedad mental que
desencadena la decisión suicida se prolonga a lo largo del tiempo y el trabajador toma
la fatídica decisión a raíz, por ejemplo, de una depresión contraída en una empresa
para la que trabajaba anteriormente, siendo el trabajo actual un mero detonante del
suicidio que se venía gestando con anterioridad.

Asimismo, queda abierto el camino para un estudio de Derecho comparado para


ambas problemáticas, sobre todo en ámbitos ajenos a nuestra tradición jurídica. No se
ha profundizado en una visión jurídica comparativa de los diferentes ordenamientos y
pensamos que sería una posible vía de investigación futura.

La labor del Derecho comparado también se podría desplegar en otro ámbito que
podría ser el del Derecho de la Unión Europea. Esta sería otra línea futura de
investigación, procediendo a estudiar las sentencias del Tribunal de Justicia de
Luxemburgo que resuelven asuntos relativos a la regulación en un determinado
Estado miembro en lo que se refiere a las situaciones preventivas desarrolladas en el
presente trabajo. Tendría especial valor una investigación comparada a efectos de
valorar el alcance que las resoluciones sobre esta problemática puedan tener
respecto del régimen laboral de otros Estados Miembros.

Saliendo fuera del ámbito europeo, y como otra vía de investigación, proponemos
ante la posible presencia de normativa de referencia común a efectos de una
investigación comparada, de Convenios Supranacionales (OIT) que puedan estar en
vigor en otras zonas geográficas. Nos referimos, a los ordenamientos jurídicos con
formas embrionarias o menos desarrolladas de integración regional, a semejanza de
la Unión Europea, como podría ser el MERCOSUR, donde sin duda la normativa
preventiva de riesgos laborales aún tiene un camino por recorrer, sirviendo como
modelo y punto de referencia el Derecho de la Unión Europea.

Finalmente una línea de investigación, muy acorde con los momentos actuales, sería
el impacto de las nuevas tecnologías y formas de trabajo, como factores de riesgo de
suicidio del trabajador. En efecto estamos asistiendo a situaciones de acoso laboral a
través de las nuevas tecnologías. Una alarmante falta de control en la desconexión
digital que incide en la extensión de la jornada laboral provocando daños para la salud
mental del trabajador. Es uno de los peligros que trae consigo tener la oficina en casa,
es decir, el riesgo de que la jornada laboral se alargue hasta horas intempestivas y se
extienda incluso a los fines de semana o días festivos. Es decir, se confunde
equivocada y abusivamente el teletrabajo con la total disponibilidad. Por ello, una
parte de teletrabajadores podrían sufrir estrés laboral u otra patología con tintes
depresivos, que podría colocarlos en una situación extrema, llegando incluso a tomar
una fatídica decisión. El estudio de tales situaciones, se puede abordar desde la
óptica preventiva, y por ello constituye una línea investigadora futura.

57
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