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ISIIN 958-0,1-7160-6
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Heredia. M¡rfa Fcm¡ndá
ANiso se cscrih (,'¡ I I /M¡rr¡ lrmiunh IlusJ i il"srrt'( i¡,'r(s
rlcC¡rlosManucl l)lr. &¡[(,rÍ,(;rutxrlilrrrlxlNor u,200].
127 p, r ll. i 11, cor. ^ ('li,rrc r[: ¡,,r¡cl. 'li,rrr azul)
A prutir Jc i» 9lños.
¡sllN 951t.04.7t60-ó
l. (i¡rnnr5 ,nl¡ntiles €cuaiorianos 2. Anrisr¡t! - Cucn¡r
inl¡ntilcs
l. Lxu, Carlor M¡nt¡<1, rl. ll. Tir. IIL S(ri(
1861.6 cd l9 ed.
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El tienrpo ltl
Do. Ednor Cé¡¡iri§ Lr.t¡.
I'nprcso rD Cot.ñbia - É¡nl!¿ iñ c.toDh¡r La rnenroria tz)
Drrcc(iún eJllonal: Marí.r U¡nJ.l:,n. l',\., l.!
Ddición: Cristina Pucrra
Diseño Jo la colcceir5n: María Osrrio y lemanLl r t)rrque
Ifiegramacn5n y árnl¿Ja: S,¡nia l{ut,rr
c.c ¡ 1697
ISB:'¡ 958-04-7160.ó
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And¿, contesta.
No, talttpoco.
No te Io creo, H, Jrt-.e hrl¡r-r rrlgo que
tc ilr,'!llr.(r r¡itJ,'. N,, iinl,' \',,nn) jEr)
i:rcaso no somos antigos? Cuént:rmc.
H permancció en silencio por varios rni- ffi,*)t
)-J
nutos, continuamcls caminando
atrcví ¿r decir nada más.
y yano me jel
Una cuadra antes de llegar a la escuela
me dijo:
m\
-vefl
-A la memoria. .aÁ
Yo no comprendí y entonces descubrí
otro miedo en ní: el miedo a preguntar, H
cuando la respuesta pudiera no gustarme.
mis zapatos o nrí Lrnchera. cara. Imagino que cada vez que ese niño
Al mirar nri iirrografiir cle gra,-luaciírr.r tlcl mira la fotografía, no pueLle sentir otra cosa
que un odio profundo hacia mi o por lo
¡ardín cle int¿lntes, no ¡rur-lc cr.,itrrr scr.rtir.
cierto fistitlio hacia mi nratlre, y es Llrrc menos a mi peinado.
l)()
sé qué cosits pasabau Y sigo con más detalles: los zapatos. Esto
por str c,,1..,".u a,,,,,.,.1,,
me peinó pirra la ccrenronilr: r.ios amerita una explicación horriblemente mi-
trenzas
( , rl.l ¡ l. tIt. r ., rl.rL. r
ll.lrr I r, ,l lr I,r, ,,
nuciosa. Siempre escuché a mis padres
,l rcntilt¡ bill) tn
il.[ttrttsirs decir que necesitaba zapatos ortopédicos.
lazos de cinta roja. Esta palabreja me sonaba a chino, pero creía
Hasta ahí ningún imaginar que mis pies debían tener algún
problcnt¿, iciertol, desperfecto leve que podía ser corregido
Itnr dc.bo iniJicar. con los zapatos especídles que año tras año
clue jamiis me he me compraban
c¿rracterizado L.xrr Thmpoco esto suena grave. Pero debo
tener unil abun- aclarar que los zapatos "especiales" eran
tlante c¿ltllera, sencillamente espantosos. Todas las niñas
con kr cui¡l el l¡ar usaban zapatos con una o dos correasi las
tle trt.rrzas lucí:ln más rnodernes lrrcían elegantes mocasi-
nes. . . y y(), la ortopédica, usaba botines con
c,rrtlt»res que me hacían sentir como si ca- reprendió por set' poco cr.ri.liriJos'.1 -v me llevó
nrinara sobre dos tanques de guerra. a la ircuela para que buscara mi Barbie-
suerte, mis pies se corrigieron en el
P<-rr loncher¿r en el cuarto cle los obietos per-
plazo de un año, de lo contrario mi historia ,lidos.
había sido además de incómoda, vergonzosa. La única que ahí existía era una de Thr-
La lonchera no apa.recía en la fotografa, zán. El portero de la escuela le dijo a mamá
pero soy capaz de re«ndarla de manera lúci- que nadie 1u 1¡¿l-ría reclamado en mucho
t2 da. En aquella época, yo era una liel admi- tiempo, y que si nos servía, podlamos to-
radora de la muñeca Barbie, terla una mc¡chila marla. Y) supliqué que xr... mamá dijo que
,.le Barbie, una camiseta de Barbie, un paraguas sí.
de Barbie... y una lonchera de'Iárzán. Y para n-ri buena-mala suerte, aprendí a
En mi cumpleaños númcro seis, la abuela ser más cuida,losa y Tlrzán me dttró hasta
me había regalado una lonchera hermosísi- segundo air<t.
ma. En ella aparecían Barbie y Ken en un Para recordar mis lentes, me bastó con
precioso convertible color rosa. Pocos días mirar la famosa fotografía de la gradua-
después, perdí mi regalo de curnpleaños en ción... eran tau grandes que me cubrían
algún lugar de la escuela y lloré casi hasta media meji[la' y sus marcos de
tanto que la abuela llegó a casa plástico eran tan gruesos como mi dedo
con otra lonchera exacta- mehique.
mente igual a la original. Siempre quise deshircerme de ellos, in-
Pero como nadie está venté muchísim os accidentes hrcsperados
libre de una desgracia, pero parecían fabricados con hierro fun-
volví a perder mi lonchera dído, porque, a pesar de todos los maltratos
y volví a llorar como loc¿-r. a los que los sometía, lucían como nuevos'
Esta vez, aunque la Recuerdo haber donnido sobre ellos,
abuela lne dijo que ncr haberkrs escondido en lugares sorpren-
lne preocupara porque dentes (como la nevera o las botas de
ella lne comprafla una llue- papá), pero siempre había alguien que los
va, man;,i se lo prohibió, n-re encontraba y los devolvía a mi rostro'
Recuerdo que en una oportunidad los en- rostnt de niño bueno, pero sus piernas
terré en el jardín de Ia casa y cuando estaba habían crecitlo lo suficiente com() para
a punto de ganar la batalla, nii gentil y indicarnos qtre estaba a pul1to de conver'
hermos.¡ perro Crrco, un sabuesrr viejo que tirse en un adtllescente.
tenía pánico atroz a los gatos, apareció con Luego de su regreso, no Pasó mucho
mis lentes en el hocico. tiempo hasta que algunos compañeros le
Aquel día mamá premió a Cuco con ahrieron un espacio. Yo no lo hice; para
15
14
comida especial. . . y yo me di pur vencida. entonces los niíros y los dentistas nie pare'
Por suerte, muy poco tiempo después, cí¿n detestables y los ignoraba por com-
logré que papá me comprara un nuevo par,
pleto, pero a los segundos por ohligación
y esto se dio gracias a una sugerencia del debía visitarlos de cuando eu cuando'
oftalmólogo, quien consideró que nece- Al poco tie mpo de su llegtrda, H ya se
,-{estacaba en los partidos de fútbol y en las
sitaba unos con diferente medida. Los nue-
vos eran bastante más pequeños y no tenían
c()mpetencias de silbi.los ct»r los tledosi
los oscuros y pesados marcos negros.
además, las maestras lo ant¿rban' No sé a
clué escr.rela asistió cuando viviti en otra
En fin... esa era yo en el jardín de in-
ciu,-lad, pero strs conocimientos en Historii¡
fantes, y no reniego de mí, pero preferiría
y Geogra{ítr eritn mttcho más profundos que
que no existiera mucho material que re-
l()s nuestros.
velara mi condición de niña pequeña, con
trenzas de cola de ratón, zapatos orto-
Yr pensaba que H era un niño más del
pédicos e inmensos lentes. moutón y n() nle detenía a lrostrar ningún
A[ revisar detenidamente la fotografía de interés en é1, pero esa visit'rn tendría un
la graduación, cuatro filas más arriba de mí,
ciimbio inesperado.
encontré a H. Lucía impecable, nruy bien
presentado y con una sonrisa ct»rro ia quc
ponen sólo aquellos que se saben fotogé-
nicos a toda prueba.
Cinco años después, se veía muy distinto
a esa última imagen. Conservaba aún el
Elvecino
{.
l)ilrquc dc krs eucaliptos que está ccrcil lle En cuanto comprendí todo el rollo de
lu cscuela, el kiosco cle revistrts.le la es- cómo llegan los niños al mundo, y íui capaz
tluina, [:r tienda de milscotas y la casa de de entender el papel que juegan hombres,
mis ¡rt r.rekrs. rur-rjeres y xmor, todo nle resultí¡ sencillo
Admito quc toclo ellt¡ revel¡ unir parti- de asimil¡r.
cular olrst'sión ir-rftrntil, y ante esto deh() Sin cnrbargo, deb,r aclarirr clue sentí una
irclzrrar quc tt-iis pa,.lres tto tuvicrou ltl más protunda solidaridad con [:rs pobres cigüe-
18 r.nínimir rcs¡,..rnsabili.lit,.l. Crc..r .1ue ellos ñas. Ignoro quién fue el responsable de esta 19
pusierotr totlo lo eltre esttrvo rl st¡ alcittlce firrsa, pcro creo que se mancilki lil ptrlcra,
¡.,r,, 1t.,..'t (l( llli llll.l frl\, rll.l \lll( lll( til I',orrdircl,rsa y desínteresada imagcn de un
por la vi,-la con los strijcientes 1¡u.'nos pírju«r que rl¿da tícl)e .1ue ver ci»r el sexo.
ingredietrtcs (tuft:;res, clecían ellos). Opor- Luego rne tranc¡uilicer, pensancLr rluc si
tunanlente r.tie hablartttt de mtrrrtl,.le ge- l¿ Naturaleza era sabi¿r, debíir tender al
trt't,'.i.I;I.L Jr. rt sl\t l,r, \' llrr. Ir,rll\llliti( l¡)lr equilibrio, i'las cigüeñas seguranrentc di-
t:r¡rbión tur:r limtt¡tla .Lrsis Je eJttcacitit't rí¿r'r u srrs hijos que a krs bebés cigiieñitiis
scxrrrl, Ito ¡rot trittgútr tipo tle reprcsitiu tr [r)s trae un serior que viene tle ParÍs. L)e
lrrc¡rricio rr ptopírsito,-lcl tcllla, sín() porqllt: esa firrma, páiaros y hunrauos se llrnzarían
!I('r,(lll( lll(rr)tl l(, \utiCi('lltCIllLlltC'ilHil(c: la pelotita, fiara n() cirer en los ittcrimrtlrs
c()nl() parlr c()llprender dc una urirada, clttc territorios tle las explicacitxres solrre elscx,r.
cuan.L¡ n,rs sent¿llll()s parir tocar eldc¿id¿¿Jo t.n fin, no rluier() cntrar a lrrcul¡r:rr si mis
:tsrrnto, ui scguri.lail delataba que tcuílr ¡l- patlres lograrorr hrcer..le mí c[ scr hunrano
gunos c()Ilr)cir)lientos sclbre la ruateria. A que soriaron, por hoy blsta cott irgradecer
mis diez años, krs chisnrcs s,rbre sex,r c¡ue 'u: huctl:1., tttttl l.LtCtttts il)lcl)( l,\ll('\.
nrerrl.leat,au por los c,.rrre.lores .le la cs- Asistía a quínto año cuitndo dcscul¡rí a
cuela, mÍrs las clascs.le anatotrtírt .1.-: Ios rIli invir.(rr-\ (L I I)( 1- L ( )lnlirll( I( ) J(',lll l-
nriércoles (a las c¡rre n¡.1ic irrlt,rl,l), nre trular)dr) por mi calle. Corrí a la hirbit:rcirin
habían provisto dc un¿ iclea trllis () Illcllr)s tlc mis pa.lres y les.lije,
cl¡rt ,.it .1rr.' Lr senrillira eril ttnrr lltttrilirr¿ -iL)cl¡cn hecer algLrJ Mi scgurid:rd cstá
|()c() crelltivil l sint¡1, rna. en riesgo.
-lQué ucetle, Antonial
s *presrnrta) personal e íntima cle anribienvenid¿ a los
mam:i sobresa ltatla. vecinos Je l¡ crrsa 1 12.
Es trtt t i,lttpr¡nt'r',, tlc lrt t'si ¡cllt, ttyrmít, El sírbadt¡ siguiente, ruuy p,rr l:r
lll) C()l)ll)illl('t() Il t ¡C\'( ). mirhan.r, cr¡an(l() siilí ¡ c()mprar cl
- l)ero iquó sucetlcl rAcaso te ha hecl-ro ¡ran y lir lechr 1,,rra el .lesayuno,
dañol lTé ha golpeailo? enconrrf ir l¡ lllrrlnir Je Ll t¡Lrc
No, mamá, es peor que eso! se ha l',rrri,, l.'. lr,'¡ ,. ..',,,. , ¡tt, llr-
trasladado a vivir en la casa del frenre. l.í¡rr cliítio s()l.re l¡r :rar:riL
-lY1y1ryry1 -preguntti mamá con gesto de Me lrr:crqLró nrrry .tmiga-
fastidio-. lCuál es tu problema/ l',lenrentc 1' Ilr seluclú:
-Que no cluiero vivir cerca cle ningún Hola, scñola, 1,,r Itrt Ll,ttrr,l Atrtotiia y
niño de la escuela. Los odio, n.rarná, los oclic,. vivo cn l¡ c¡s,r.lcl i-etrte.
*Por favo¡ Antonia, estás hablar-rilo -l loll, ,Antonirr rlij,r le ma.lrc ,.lc I I ,
puras boberías, kr mejor será que tc vayas tlle Llli gLlsto c( )lloceftc. 0
acostumhrando a tu lluevo vecino. Nuestra .{ nrí tunil¡ién, y es[]cr() que se
con versaciírn fenninri aquí. .lrretle nrucho tieurp() en cstc bi1-
Salí de la hahitacicin muy deccp- I llr r. l.r'.:rl)l\'llr'rr\ III\llllllll, '5 ll( )
cionada, con aquella serr- lr,ttr 1', n, rrr\. i,l,) Ili-,i-.1.
',,.,.
saciírn muy poco original de nres y me(li(). Al Irrrece¡ ttrr
nadie me entiende. Mi {a- tr¡rlos ntrctltn s()p()rtrlr [¡ llre-
milia y yr: hahíamc¡s vivido sencia tlc los trurt;rsnlrs t¡ue
en esa calle desde quc r.nis viven elt sLl cilsiI.
padres se l-rabían casaclo y, i Fl rn titsnr rts l
por antigiiedad, debíatnos Alr., r¡,, l,'.,'l i r.'. L¡rrL' l.i.-
tener derecho a elcgir a llllliL, llr) (rir lrii illl(lrLl,ili
nuestros vecinos. Sabía c¡re ¡rsr.rstarla, oh. írlcl, r. A.liírs.
r-ro lograría nada si pedía la Oreí tlue esrr noticir seríir
ayuda de mis padres, por Lr lrt.rtf¡l.'¡.,,r(.',,',.,rt( tl( l I. r-
c¡ue inicié una campaña d,rru conrLr pirrir Lllle -«v§
ln fhmilia de H decidiera mudarse, pero no --Nnr-rt,, cn rc:rlr,-lir,.l no.
fue asÍ. Va1,.r, iquó sr:cr¡c ticncl Pero, si nre
Una semana después, volví a encontr:ll-- ¡rermite,-larlc rrn corrscjo, tortrt, .lcsr.le ya
me con su mamá. La verdad es quc lucía las precauciorrr-s llcccsarias; si ret¡uicrc algo
tan simpática, que no puedo negar el cargir dc la fcrrctcríir, c(n gust() ia l,uc.l,r 'rl u,.l rr.
de concíencia que sentía cada vez clue me ( ir:r,. trrs, AIrlrrl)iir, .j l() t)r\e:it{r tC il\i-
acercaba con un nuevo plan para desani- saró, ¡r.liiis.
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marla de su casa nueva. [),,. ss¡¡¡.¡¡;¡. .l¡.1.r¡1'.. 1,,. 1..1 ¡¡¡.,' r, -
Ella se encontraba lavando slr auto, en- gLríln ahí. Mis esperan:as sc tlesr':rnecíulr
tonces pasé por ahí y grité: dí¡ ct¡r clía. Finalnrentc, pensó qrre mi vid¡
-Buenos clías, señora, /se acuerda de míi clcbí¡ cor-ltintr¡lr, )- qrre la mejor,.lciens¡
-Claro que sí, Antonia, lccimt¡ estás? sería cvit:rr cLrllqrricr c()ntact() c()n H.
-Pues bien. . . c¡ no tan l¡ien. Vry cirlino Lo quc nrírs tnc prcoctr¡rabl cra el nro-
ir la terretería pc'trque nuevat¡ente las ri¡tas tnclrto tlc sirlir null,,, a la esctrr'lrr. (l¡da
han invadido el barrio y mamá me ha pc- nrañana nrc ocultab¡ tras la cortina del
.lido c¡ue compre algunas trampas. c()me(l()l-), cspcraba. A las 6li 15, nlrry pLrlr-
1¿Rator/ tual, r,cía a H s¡lir haciu la,:"cuela; a partir
-Sí, nos visitan cada dos nreses y ap:r- dc t st nromcnto, vo r:¡rnt:rhtt lentir v pirusa-
rccer pol'nliles. lNo han cntrirckr en sr-r tlrnrcnte Jcstlc el 1 lrasta cl 250: sí¡lo en-
casa / torrccs salía tle casa 1 tle encanrinal,a nl
misnro tlcstino, tonrnndo mucho cr-ritlatlo
cn haccrl,, por la acern c()lltr:rrix a la clrrc
H lr¡hí¡ c[-gi.lo. Me rsustel¡a l¡ idea de
que n()s vicrrrn cr¡minando o llcg:rndo juu-
tos. Mc incomocl¡b¡ ¡rrr',ftmclameute rlue
ll()s puJicr.lrl rel¡cionar dc ,rlgun:r mancra.
Si L,ien éramos conrp:rñcros tlt- s¡lrin, H me
rr'.r¡llrrh¡ ul) til)() rth.ulttt.tlrtrnte ajcltr,.
dist¡nte.
l,ucgo cle algunas semanas, me aburrí de tipo de posibles reacciones cruzó por mi
c()l)tilr hasta el 250, por kr que me vi mente:
obligada a cantar una canci<in pzrra gastar "Si rne saluda seré muy parca y frla,
tiempo y no provocar el er-¡r:ontrón con H. bastará con responder hola y poner cara de
Debo decir que atravesé por los más ogro. Si pretende conversar conmigo, le
variados géneros musicales. desde el hirnno diré que voy repasando mentalmcnte la
nacional hasta las cancioncs que en los leccÍón de Geografía y que necesito silen-
comerciales de tele'visión acompañaban a ci<¡. Si me comenta sobre lo frÍo y gris de la 25
l
llarnaba mucho nri atención su manera de príncipe y tuvo que besar a la pesada de
hablar y su manera de no-habla¡. Andrea, que hacía de Blanca Nieves, mien-
A vcces pcnseba que habíl ur) viej() guar- tras yo miraba el romántico espectáculo
dad,¡ dentro de una cáscara de niño, incluso disfrazada de enano gruñón.
llegué a imaginar que era un enano, pero evi- H era además muy delgado y llevaba el
dentemenE era demasiado alto para serlo. cahello cortísimo. Tenía Jr rs ojos, una nariz,
Bueno, qLizá n,) cra tan alt,r, pt'r,r Jebía una boca y dos orejas. Con esto quiero decir
29
alcanzar al menos 2Ll ccntímetros más arri- que era bastante normal, sin embargo,
ba que yo. iY yo? Irues dcbo decir que tenía Andrea, Carolina y Claudia, las detesta-
r¡n tam¿rño bastante compacto y manejable. bles, pensaban que era eI mejor exp(]nente
Me refiero a que t()rlo me quedaba rnuy a masculino de la historia de la primaria del
Ia mano. Efraín, un anrifático corupañern Instituto San Isidro.
de la escuela, solía decir que mi cara estaba Para mí, él era H y punto, mi amigtr
relativ¿rmente cerc¡, r-le mi onrl¡ligo, rni cue- silencit-rso.
llo muy próximo ¿r mis rodillas, mis orejas El camino a la escuela y el obligatorio
al sr-¡elo. . . compartir del aula de clases nos convirtieron
No lc., puedo negar, yo era de las pequeñas en huenor antigos. Lo que en un inicio fue
del curso; la número dos de la fila. Desde un intercambio de satuCos, de a poco fue
siempre fui tamairc mascota. transformándose en palabras, en gestos co-
Conservo todavía los disfraces clue usé munes y en mucha risa. Sin da¡me cuenta,
en las fiestas especiales cuando estuve en un día cualquiera yo había olvidado que H
el jardín de infantes. Jamás pude ser prin- era un insoportable niñr¡ y lo había adop-
cesa o bruja o rey mago, siempre me tc¡có tado como nri amigo.
hacer de ratón, abeja o pollito, sin olvidar Siempre llanó mi atención su manera de
el estúpido disfraz ,,le Pulgarr ito que nre expresarse. Y es que lo hacía utilizando
otorgír el apodo durante algur-ros nrcscs. palabras muy poco conocidas para mí;
Al ver una fotografía en el álbt¡m, recuer- recuerdo que una vez mientras hacíamos
do indignada que, en una de l:rs presen- una iarea en casa me di¡o: -Ant, me gusta
taciones del iardín tle infantes, H hizo de nrucho clrre tu madre sea tan desprendida.
¡\l r':,r rrr lr.l ,..¡r lr;rsr., )r, ( r(.r (luc nri dos rne llamaban Toni, pero H era el único
trIr,llt t.(5titl)il l(.sl)l.cl )(licl r,.lt I cn peclazos
(
que había decidido llamarme Anr.
un:r ¡;lrcd, pclrsé que c¿rnlinab¿t tor-
r'( )r))( ) Cuando caí en cuenta de su patraña, fui
pcmenre y que daba la impresión de que hasta su casa y toqué la puerta, H abrió y
caería en cualquier momento. Creí, inclu- antes de que pronunciara ninguna palabra
so, que su blusa se había descosido y que irrumpÍ ccln un ofensivr-r griterío:
se le notaba la ropa interior. lmaginé que
-iSabes lo que es estol -le pregunté'
H se refería a que mi manrá le parecía muy mientras le enseñaba un pequeño libro' 31
I
cio, llegué a Jcl toJt, JescabellaJo, eres pequeña,
pensar que lo delgada e hiperactiva, pero creo que, si ele-
decía de cari- giste ese camiho, deberías investigar un
ño, incluso poco más, Ant.
me parecía -No me vuelvas a llamar Ant, bicho
original, to- malagratlccid.r.
.|;--¿¡}¿
*Bicl'ro... biclro... l¡icho...
bonira pala- eliminar el diccionario y echar todo al ol-
bra, tre gusta.
vido; pero no podía, lo uno porque el
Salí como un trueno de casa de H y pensé
diccir¡nario era de mi papá y lo otro porque
que esa sería la úlrima vez que hablaría
con aún recordaba la risita burlona de mi ve-
é1.Sólo que algo retumbaba en mi cabeza:
cino al que ya ni siquiera quería nombrar.
lqué quería dec ir con muestigar tut poco
nusl Los días pasaron sln que H y yo volvié-
En todo caso, pensé que más me valía
olviclar ramos a hablarnos. Si de casualidad nos
aquel episodio si no quería arruinarme
el encontrábamos en la misma ¿rcera rumbo
resto de la vida.
a la escuela, tracíamos como si fuéramos
Pero no Io logre fácilmente, aquella
tarde dos desconocidos.
estuve a punto de llorar de pura rabia,
me Jamás se lo dije, pero aún con la rabia, lo
seniía decepcionada; luego de haber
acce- extrañaba.
dido a conipartir mi terrítorio, mí calle,
mi
pitrquc, mis hisrorias
c0tl H, descubría
por pura casua-
lidad, que se había
burlado d'e mí.
Si ese diccionario
inglés-español no se
ll-rbiera cruzado por mis
rnanos, janiás habría entra-
do en é1, no habría rondado
por su prímera página en la
que aparecía en letras ne-
gritas, como las hormig:rs, Ia
horrorosa palabra Ant.
Por un insunte, me pro-
vocri destruir, q uenl¿tr,
,J
- .' ,i.', i .."
r','.q
,/_G<r¡a+,-o
'zv¿ca@fu-
ii
diccionario
-qth '
I
'lorLr
ti¡ro.,[' lrirrlr,¡ri.'l;rtlc§ (.r.u:(i Ix)r nri Por suerte, unas líneas más arriba del
n¡('ntc: "lSct li (ll tc I I nlc r¡triso tlccir t¡rrc lc
complicado dmor, encontré la palabra
l)iuczc() Lt¡úipúticLt! lScr.:i quc sc lc anuyrr a;mistrrd, y su significado me devolyió el
Irurlarsc Jc nríi , () {lrizj lc ¡r:1r¡71¿ ¡¿¡ ¡¡¿
aliento:
que me sugiere usar un dn[i/¿rz],,.
Poco faltri paril que me volviera loca al
Amistad (del lat. Amiciria) s.i. Relación
tratar de arar los cabos sueltos que nle colt-
afectiva ), desinteresada entre personas.
dujeran a descubrir el mensaje oculto clue 41
H me había entregado. Aquella noche me acosté con la cabeza
Llegué a pensar que se había equivr.rcaclcr repleta de ideas y palabras; sólo una cosa
y que ell lugar de ta 52 debió nlarcar una me hacía falta: claridad.
página anterio¡ la 46, porque en ella apa-
A la mañana siguiente. a las 6 y 1-5, pun-
recía claramente [a palabra anror. Leí
¡rlusa- tual como c¿lsi siempre, salí rumbo a la
damente su definiciítn comrr ir-ttcntanrl() una
escuela. Il apareció Ce inmediato y me dijo:
salida a mis dudas sobre [a intención de H:
-Hola, Ant.
Amor (del lat. -Hola --contesté, y a partir de enton-
Amctr, -oris) s.m. Con-
ces permanecí en silencio durante varios
junto de fénóment¡s aibctivos, emocir»rale.s
minutos.
y de conocüniento que ligan una pcrsona
Antes de que llegáramos a la escuela, me
a otra, o bien a una obra, objeto o idea.
detuve en el parque de los eucaliptos y le
di¡e:
Sí, está bien, había escuchado a lt,s ma-
yores que el amor era complicado, pero -Tlaje tu diccionario para devolvértelo,
nunca imaginé que lo fuera tanto. Aquella H. Lo siento, no encontré aquello que tú
piensas que me podría interesar.
tarde decidí que jarnás me enanroraría tle
nadíe, porque rne desagradab:r imagínar Saqué el pesadlsimo libro de mi bolso y
gue alguien pudiera provocar cn mí lo puse sobre sus manos. Él me miró y no
fenó. dijo nada. Se sentó en la banca y comenzó
menos afectíuts.
a pasar las páginas lentamente.
Dcspués detuvo su declo índice en una
ser una hormiga o una flor. Tír cliges. Y<-,
palabra, me pidíó que me acercara y me
sólo espercr que siempre elijas aquella que
di.¡<.r:
sea mejor.
-lSabes qué dice aquíl De vuelta a casa, esa noche, volví a re-
Me incliné y Ieí en voz aka la palabra visar en mi pequeño diccionario todas las
anturío. palabras que iniciaban con dnf, y luego de
-iSabes lo que es/ -me pregunró. pasar muchas páginas pensé que amigo
42
-No. debería escribirse ct¡n H.
43
con se-
que no. Días m¿is tarde, me acerqué orgu- -Claro que suelo -ler'tontesté
llosísima y le ..li¡e enfática: I guridad, para luego retroceder y admitir
-Nccesilr ) que seas mi puntal en el .leher que leía mtty Poco o casi nada'
dijo relaja-
rle Geografia. -No te preocupes, Ant -me
dcr, algún tJía los libros serán tu puntal'
I
tltttlle de la distribi¡cíón política, física e
Yr no cra una mala alumna, lo jtrsto sería [ ¡l ¡1,grírfica Jel rnaParnundi'
decir que estaba en el promeciio, mis llotas Sin err-rbargo, continuamente yo 1o en'
eran lo suficientennente buenas como ptrr:r frental,t ¡ stt fracaso como maest[()' Aú11
no repetir el año, y lo suficientemente ma- recucld() lir r¡casitin en la qtle cotltestó, etl
las como para que mamá sufriera un po- ¡rlena cluse, con total
convicción y stll-
quitín en.cada período de exámenes. Sólo .,cncia, q,," e[ río más importante de Asia
49
una materia se había convertido e¡r mi m¿ir- era el Et'erest.
tirio permanente: Geografía. Cada vez clue El mío crt un caso perdido, sien'rpre lo
me enfrentaba al nombre oficial de un país s r-rf L'.
o de un río, de una montaña, de un conti- Y ir pesrrr de tt'das las explicircioues'
nente... caCa palabra me sonaba a chino. ¡1'¡l;¡1i¡ ¡¡,r c,)lllfrend() el ltán pttr etrnr-
Y a esto hay.lrrc surtt¿trlc utr plicar l:ls ctrsas: pienstr que si ttn país se
llama Re I tit'tic a de
do itrrlicahrr t¡rrc cl Ilalunra. su caPital
maest[() c1e Geo-
/i-
..lt't,erÍ¿ ser Cir«L¡tl de
grafía, e[ señor Ol- \ f .¡.[rr,¡.r. r' el PnnciPal
medo, se había ¡í.'Jel¡eríe ll¿l nr.r ¡se
planteado comcr
reto (ie vida que
yo comprendiera
y aprendiera cada
Gran Malumu, y su moneda deherí:r scr r:l de
la b cle burro y la t' ,le vaca Estoy seguro
iteso nnlumittr, y los habitantes dcl,crían se r
que la vaca no se cnojaría si a partir de hoy
llamados malumítas, y sr¡ m()ntaña nl:is
la llanrár'rturos brrca, y el burro no se mo-
represcntativa debería scr el Alto N4r¿l¡¿r¡r¡.
lestaría si hoy lo denon-rináramos vurro'
Pero no, he llegad,r :l convcn('c¡ nte (l(' de la
que hay una intcnci(rn rrnivers¡l ¡ror l.rrrr- Que H compretr.liera y disfrutara
Ceog.ufi,' ttle restrlt<i n-ruy práctico e[ día
tizar a los paíscs, rí()s y mo¡rtrilrs corr Irs
etr que cl nlaestr() C)lmedo tne enviír una
nonlbres más coniplicados y tlil'ícilcs tlc 51
recordar.
,rr"" .,rpaaiul ptlril Lluc pLrcliera recuperar
v,rni,. pr.,,rt<r. perdi,'los en un examen' El
Para H, por el contrari(), lu (icografía no
Ilabajo ctlttsistía en.libtrjar en Lln gran
sókr [e resultaba fácil, sino (esto cs insólito)
.".t.i urapanttrncli, con nombres de
le parecía fascinante. Y es qLre H teníl "l
países, caflitales, océilnos, mares, paralelos
espíritu de viajcro, el planeta no lc ¿rlcan-
y n,eri Jirn,rs; y e tr e l extremo inferior del
zaba para cun.r¡.rlir con todos st¡s i¡nhelos
cartcl .1ehía escrihrr la cifia aproximada de
de viajar y cor)()cer lugrrrcs (y nr()ntañas y
la poblaciírn mLrndial.
ríos y demás).
A sinrple vista, parecía
Sólo había una materil que lo ilsustahl. . .
tl tl trabajo sen'
[o espeluznaba, estoy segura c]e t-lkr, mc cillo y fá cil
¡efieft) a Ortografía, y para conrpcnsnr a l,r de resolr'et
atüraleza, en ella yo mc sentí¡ torla ur-r¡ pero no
triunfadora. fue así.
H no tenía idea del lugar clt,ntle .le[,ía
colocar una tilde o una coma o r¡11 punt()
seguido. No podía diferenciar entre una s,
unacyunaz.
Suenan iguirl, Ant nlt'.lÍjo Lrn tlílr , ntr
sé por qué tanto interés en buscarles I¡s
diferencias. Y si te fijas, kr nlismo sucede con
Enciclopedb de «tmputaciím: fascbub 2'
El
En cuanto llegué a casa, me acerqtré ir l:r
d"lhr r, Abnaruu4ue mundi'4l' " ¡Ahí
biblil¡ecu quc tcníanlrs er.l una hirbilrcii»r ^*ro
[amada estudio, per() que en r-calrclad esmba! Ese libro salvaría mi tarea' Lo tomé
albergaba todo tipo de elenrentos irjcnos al emocionada y cuando me dispuse a eDtrar
la
estudio, entre ellcls u¡ra clrñ¡,.1e ¡resclrl y en é1, un gran número que se dibujaba en
porta.la me sorprenJiti ingratamentc: 1987' ,t
--
revistas de deporres. Mi nra,,lre le írr nove Lrs Antes .le caer en angustias, llamé por
de las que venían en Ias rcvistas de rnoclir y teléfono a H y le recordé que haLría acce'
clidc» a ayudarme- En menos de
cinco
todos los libros dc cocina que sc cruzrrl,;u.l
por sus manos. Mís tias solteron¿rs tcrríir¡r minutos estuvo en mi casa con un grueso
lo c<¡leccitin conrpleta.le l,rs holrisco¡r,rs 1 libro bajo el brazo.
una gran cantidat.l de libr,rs s,rl¡rc ve lits c,»r Ties horas después habíamos concluido
olores y ()tro5 C()n guíirs grl'iticas l)ilrJ nl¡- el tleber. El dibuio del inmenso mapamundi
que-
sajear los pies. en un pliego de cartulina nos \ábla
La salvación lectora de nli fanrilia r:ran dado de malavilla. Tbdos los paíse§ tenían
mis abuekrs que devoraban tc¡da clase de su nombre y su capital con un circttlito roio'
libr< s de aventuras, de condes y cluques, Anrérica se veía particularmente hermosa'
de investigadores, de policías y juzgados, quizá por la intensidad de los colores con
etc. los que la Pintamos.
Durante muchos años, elkls realizaron Lrs En el extremo inferior de la cartulina
principales aportes pard nuestra [)ibli(rteca. coloqué la cifra solicitada y .previamente
Cuando rne acerqué a[ librero, pasé cl .ortrulrud, .l almanaque attualizado de
"r,
dedo por cada tírulo: lvlecúnic Lt popular, H: el planeta tiene seis mil millones de ha-
Algebra de Buldor, Ct¡cinemos con Krrsty, bitantes (eso quiere decir un 6 acompañado
ErrciclLtpctlfu de con\»ttucitirr: liscícuüt l, de 9 ceros). ,.;i:
/'
I , Agotados por tanta energía derrochada
pintado de color verde, y mi dedo casi lo
en la horrible Geografía, me tumbé sobre
tapó por completo.
un viejo sillón mientras H se recostti sobre
H volvió a recostarse sobre el mapa-
la cartulina que yacía en el píso. Ét nb.ií,
mundi, cerró sus ojos y comenzó a mover
hru:,1' y nrer..li¡,1:
'rrs sus brazos como las manecillas de un reloj;
-Ant... len qué lugar del mapanlunlli de pronto se detuvo y dijo:
te gustaría vivir?
Me arrodillé junto a é1, le pedí clue se
-Aquí, Ant, aquí me gustaría vivir.
Abrió sus ojos y miró el-punto que al azar 5s
retirarrt para tener una visión conrpleta de
su dedo l-rabla señalado: era Portugal, una
It¡rltr Cl ltru¡tJtl y C()rtlenCé il rec()rrer C()n
franjita color marrón al lado de España.
rni dedo índice algunos países.
Junto al circulito rojo decía Lisboa.
-Los polos quedan descartad,rs, H, me H sonrií¡ y comentó:
morirí¡ del fiío. Las islas tam[..ién estrin
-Por aquí, por aquí comenzaré mi viaje.
eliminadas, soy claustrofóbica y r'nc sentiría
No me resultti nada fácil comprender por
atrapada por el mirr. Thmpoco prdría vivir
qué H querría vivir en otro país; pensé que
en krs ¡'raíses selváticos de América o Áfri-
quizá este no le gustaba.
(,1, recuetJil que tcr)g() nrieJt, tt llt5 arañils
Me levanté, kr tomé de Ia mano y lo llevé
y li todos los bichos. Ahora tlescartaré
hasta [a ventana de Ia habitación de mis
aquellos en los que se habla un itlioma que
padres.
yo desconozco: aditis Francia, a.liris Itali¿r,
adi<is Rusia, Holanda, Japtin, China, «rda
-iVesl Ahl hay una montaña que tiene
nieve, ino te parece hermosal Mira el cielo,
Afiica, toda Asia, ciisi toda Euro¡ra, toda
/te fijasl Es más azul que el azul de las cajas
Oceanía. Finalmente eliminaré aqrrellos a
de colores iY los árboles! iNo te parece
los que se llega por vía aére:i, yar sahcs que
fantástico que vengan con pajarito y nido
teugo miedo a k¡s aviones. . . Oreo que me
incluidosl
gusta vivir en mi país, H, r'ro rnc l.novería
-Sí, Ant, claro que me gusta todo eso,
.ie aqrrí.
pero yo quiero conocer otR)s lugares, otros
Cuatrdo se [r: dije, coloqué nri tlcdo ín-
árboles y otras personas, qttiero recorrer
dice eu rni pequerio ¡raís, :rl r¡uc hrbírr
todo el mundo.
Támpoco entendí esta vez. Ycr no conocía
el mundo, pero no sentía la falta. Aquí
tenía mis amigos, mi farnilia, mi calle, mi
parque, mis abuelos, mi kiosco de revistas.
Aquí tenía a H, y ese e¡a otro de los motivos
para no querer moverme de mi pequeñcr
país pintado de verde.
Elmiedo
li
I
Pensú'cntonces que quí:á esper:tbltr a un
la cas¡ ,.lel irentc v jlrntÍs nte casarL< c()11
inr.'itrr,.Li c¡ue a últinra lrtrra no había llega-
ella, tc lo pireLlo :rstrglll ltr.
.lo. Oulrndo n,rs levantantos.le l¡ Irresa. le
Yr lr)( ;r(('l(lll(1, ( xl( lr.ll lrri l)l.rl)t'\ frrr-
Ji¡e,
nuncié la nrilniija y fi,rrttrll itrlse tltte se
i A quién querías presentarmc I
neccsita eÍl L'st()s cilso-§: i
Verr conmigo -.lijo H, y mr hizo señas ,lrt-1,,.,,1:,r..
I lr,l:r, : r.¡r ¡t:r, Ilt( rl.r r1,1.
franl que lo sigu iera. Ell¡ nre ¡rirír c()rl dlll:tlr¡ v llle cr)nttsta):
Strhinros las gr,r.lus y nos.lirigimos hacia
Ll:intaurc E..lelrnir¡ l dattte t¡n l'csi,,
ullir l\ll(l(ir(( l r,¡J.r. H t,,. ' i ¡¡¡¡¡1 \tlJ\'( L il( t
Ant, » rirt.
1,, sirr r'sper¡r c( )n tcstací(')n1 ¡hriít lll puerta Luego se volviír f¡ar:r tnirar a H v le tlijt¡,
1'entrir. L)etrís tlc ól pasé 1'o.
L.n LL hlhit:rcitin, sentx(lil frcntc ir Irt vetr-
-iYa has contitLr, Nicrnorl Té vet, nltl-v
delgad,r. Sí tienes hitnrl're , tcllg() ilnils gll-
trrnrr, estahl una mujcr muy rlclgada de
llct::s dc irvcnll en el cajírtt tle mi nlesita.
c¡[¡eil.., f,l¿nc,r ]' l)r¿n()s .rn uga.lísiuras.
-Soy H, ll,tr,:la, )'1t() tc pre()ctlpcs, ilc¿l-
-H,lrlrr, ri[.rrell, icrimo estirs/ Jijo [1. h,-r tlc ir hlor:ar.
L.r mr-rjer voltrir, sonriir, abliúr sus br¿zo¡
No pLrde soportrir la ctlric,si.latl y nlc ilccr-
v c()llt cst a): qrré tliscrerenrcrltc a H y le prcgtrnté prir
_Nicrrxrr', l'rijit,,, .1ué ulegría nrc (la verte.
qué stt uhtrelrt 1,, ll¡tral¡rl Nicano¡.
]--l sc r¡crrcLi, lc.lr,, rrn bcso en la mcjilh
y c( )n t ír] ua);
-Lit ¡l¡Lrellr es mtty ntlll:i pafal los n(lm-
hres ntc c()nttst(') cll \/o: mlly bajita-, rltr
Soy i1, ahrrcla y hc tr:tíek; rt Ini rrnrig:r
krs rect¡crd¡r colt flciliJatl. Bueno, la vet-
Antoniir parlt que tc c(lr)():cl.
dad es cltre la ¡l.Lrcln recrter.l¿r nlil)'p()c¡s
-iAntonial iEs tir Irovia, Nic¡rrorl iTL co.;r.. h,r ¡er..li,l,, l.r l)'( lrr')riJ
vas a c.lsirr con elllr l -pre guntti l,r ¿htrela
[] tomír utr pesit.lo lil,ro que reposabil
rurrl,serie.
sohr.- la mesa .le n,,che 1'dijo:
[ [ r, ).',r n0 I,udinros corrtcrler ll carcrrj[,.lrr.
PontL' cómoda, ahuela, el capíttrl() (le
Él .li¡,.,
",rt,,,,..,r, hcly es un pt,co largo.
-No, irt rre l¿, nl,.la de eso, Alrt()r)iu es uri Y r me setrtti .'n le allirrtthr:t y n-re decliqué
illlligil; \'rlr)()s jrrntos .t la cscLrcla, r,ive clt :r ohservar catla.let:rlie tllle se presentabzr
ante mis ojos. FI se colocír iicutc a Ellelnrira ll lectura. Se itcercci a ll veutat'ra, corrií:¡ [a
en un banco de mader¡ 1' conrcrrzri a leer c()rtinil y colocó uua nrtlnta sol¡re Las pier-
en voz alta página tras página cle un lil¡ro nas de su ahucll. Erl silet-rcir¡ mc sugiriti que
que, segúu su portirtla, se II¡rlabu Morr¿,. saliéramt¡s de la habitacií¡n.
No soy capaz de repe tir o dc tle scril¡ir [¡ Nos dirigimos hacie el jar,.lírl 1'ellt()llcL-s
historia que H leyó. No puse [¿ miis nínima H contcstír rr totlas las pregtllltiis que 11()
atenci¿)r a sLrs lúreas. lirtlos rnrs sentidos ¡lcat'rcé ¡ fr¡rmula! per() LlLle ilotal¡ati en
70 estaban despiert()s y oricrltall()s rl rostro de mi c¡rl¡cz¡.
71
la abuela Jc H, rlrrr' ,rlrl í¡t .tt" lr( (lrr( ir( '\ rj( ,r
' -Mr ,,l,ttcl., h,r ¡,. lJi.l,' lir Irlell)t'riir,
cuando quizá algún pase.je lL- 1¡i leetrrlr Me cLrnentti clue no hubo uu incidetrte
llamaba su atetrciótr. Luego coLrcabir srr especial Llt¡c pr()voc:rra esa situlcióll y t¡tre
arrugado y l1aco dcd,r ínr,lice a l¡ ¡lrur¡ rlL: si Lr hal¡í¡, él rro [o conocíir. Sitnplentetlte,
su mejilla y, poco a poc,r, el dcclo rec,r¡ríe un.1í¡ su ¡l,ttell coutenzti a olvi,-larse dc
su propio carlino hasta tr()pczlr c()n un() las c,rs¡s.
de sus lal¡ios. Mc corrtt'r r1lre, el principio, olviJ¿ih¡
H no h.rbía :rlcanzacl r ni la c¡rintr prigirirr ilcintle hal,ía rlcjado l:rs llrlves, sr-r llolso, el
del libro, cuando el sucrlo vcrrció rr E,lt.l- peine; luego se tlier.»r cttenta.le c¡ue le ctls-
mrra. trrba trabltjo rccor.lar a.ltrcllo cltre había
Un rt»rquido leve ale rtri a II, succtlido Lrrlrls l-)or'¿s atrirs, aye¡ la senratr:l
que de innre diato ín tc rrrrnrpiti ¿ntcrior.
-\ir caí en ctlenta de ltt que pasaba cuan-
do l¡r,r[,trcla,.lclti tlc.lecirnre qtlc y() er] stl
nieto prcteritlo. Quizli ya tr,r [o recucrllir.
Cuanclo yo eru uriis chico, ca.la Jomitlgir
iba ct»l ullmíl a visit:rrla Apeuils llegaha il
su c:rsrr, corrí¿t hasta la cocitta y llle ¡brazaba
tle sus piert-ras y 1e tle cíl: "lMc has
exrlrrñatlo, ¿buela/". Ell¡ nre subía en sus
[,r¡:os y rlre (lccí¡: "(]irtllii tlo extrlñarte si
ercs mi preferido". Er¿t un sccre to
Al decir esto, H se alejó y camin(r por el
entre los dos, un secreto que el jardín. Yo preferí no seguirkl; en la riltima
resto de Lrs nietos sitbíÍ1, pcro
frase qrre había pronur-rcia.lo la vt>z se [e
la abuel¡ kr ncgaba c()n rrnil
había cortado. Imagirré que lloraba y que
\ mentrrri concilied.,r¡: " Los quería estar solo.
l'd qrricr, r ;r toJos p,rr iguul". Lir
Me incorporé y dije:
abuela nre enscñó ¿¡ leer, a
juga¿ Las tardes
-H, yo creo que tu abuela sabe quién eres
escribir, a dibuja¡, a y cuátrto la quieres. Estoy segura de eso' I
de vacacio¡res l.ne sentaha en sus En ese momento, creí que lo más con-
rodillas, abría un cuenro y me lo leía en
veniente era retirarme. Dije un "gracias por
vc¡z alta. Solíamos ir junros al par<¡ue tiel
la invit¿rción", acompai'rado de un "adiós",
pueblo y esperábamos a qr¡e [a lranda tocara
y nre detuve rtn seguntlo frente a la puerta
y tocara y tocara su música para t()do el
del jardín.
pírblico que se reunía en las calles. Me
H, aún cle espaldas, levant(r su nr:¡n() y
contaba historias, me pein:rba ci.n mucha
entendí ese gesto como una despedida.
agua, me compral,a tc,das las gol.r5i¡n5 ¡1¡s
Aquella noche en nri cama lo comprendí
mamá me prohibía para evitar krs aguieros
todo.
en las muelas. ivfi abuela amaba los iihrr.,s:
H tcnía n'Liedo a ser olvidado.
por eso, ahora que ella ncr los puede leer r
no recuerda ninguna historia ¡asa.la. srrr.
yo el que leo en xrz alta para ella. No sé si
mañana lo recuerde y eso me entristece.
Cada dla cuando entro a saludarla, me
siento frente a ella, y aunque me llama
Nicanor, Armando o Gabriel, sólo pretendo
que grabe en su mente mi rostro, que no me
olvide y que, si exisre un espacio en su
memoria, conserve una sola frase: "Té
quiero, abuela".
La fiesta
-iNo lo vesl El sábado cumplo 11 añ«>s Jarnis imaginé que H, cor toda su ima-
y voy a dar una fiesta. . . eStás invitada. gen tle clrico inteligentísinro y casr adulto,
-Cracias. escogicrir para su fiesta ¡ u11 tipo con ridí-
No pude pronunciar una sola palabra cr¡l() trnje rojo-azu[, lanzant]o telarañas h¿r-
más, En cuanto llegamos a la escuela, FI se ci¿ los cclificios cercan()s para trepar a las
dedicó a repartir in- az()tcas de l:r m¿rnera ntás cor.nplicada, en
vitaciones a todo Iug,rr .1,.' utilizru urr i(ll]lliD y c(trri('lltu
el niundo. Llegué a sce n sor.
Arle mírs, me pareciri dc muy mal gusro
qtte su héroe Lrreferido fuera una represen-
tacirin dcl biclro que más mieCo me pro-
voca: la ¿rraña.
'lirclos krs chicos y chicas de la clase
tenían su in.¡itaciíln para la fiesta.
... - -- :- -i
-1Quién es, H? lDe quién estás enamo-
Il conlentaba ¡ror t,rdos la.l.rs cosils r:rdo/
col (): H n-rc ahrazri por primera vez en la vida,
-Va .livcrsióll
a lraber couri.la, música y me dio un beso er-r la frente y me dijo:
por horas y horas. l'ueden llevar traje tlc Tr.l,rvírr n( | tc I' ' nrreJ( ) JCC il rllri(,r( ) qr¡e
baño, mi papá tendrá lista la piscirla. Miuttii sea una s()rpresa; por favor, espera hasta
alquilará dos pelícrtlas del Honihre Araha' nlañana. Sírlo te pucdo atlelantar que me
La fiesta comeuzani ¿r las dos de la tiudc. gr¡st¡ L1e vcrdacl y que nos comprenciemos
7B
Yr odiabir [¿s fiestas. A ltts.liez rtños, t)tt muy hien.
sabes si asistirás a uua ficsla ctl lit tluc r:tr Nos clcspcdimos y llegué a casa hecha
estúpido payaso te ttbligará a h:rce r uríl pa- un putiaeür tle nervios. No ¡rodía evitar
pelones tlelante de los invita.l, rs o si, ptlr cl pensar Llr¡e esa niira ¡rodía ser yo. Cuando
contrario, llegarás a una liesta en Ia clue trr H h;rhía rt calcadr¡ "nos comprenclemos
compañero dc escucla itttentitr¿i l,tsarte mrry l,icn", eslr frasr. parccía
Dr¡rante totla la scmatra, H ntt ltizo InÍts .lirigi.l., rirrie;ur:errtc l ru í.
que hablar de sus preparativos, que si la lntelltó Iracer rncnroria y
música, que si las hamburguesas, que si la rect,rrl:¡r si alguna vez hahía
ropa que llevarír... en fin, duratrte csos clírts, vis«r a II ircercílndose a otra
H se pareció a cualquier chico, uretros a é1. niña con particular aten-
El día viernes, cuando t-rc¡s tlespcdíanit,s ción, ¡rero no lo tenla pre-
al regresar de la escuela, H me tonr(r de las sente. Siempre me había
manos fuertemente y me dijo: parecido que H se acercaba
a todos por igual y c¡.re con
-Ant, no te lo lrahÍa dich,r antes, pero
tienes que saberlo. Estoy enantorado. Es a[- la única c¡rre hacía una dife-
guien quc me gustit muclr., y Inañ;tllr, elt renci¿r em contligo.
mi fiesta, le pcJiré Llue scir nli lloviit. Durirnte la tnr.le probé to,Jos
l
Me quedé como la estatua de San IsitLo: los peitrrJ,,r ¡',.,sihles ctt tni
blanca, fría y palalizada. Lo único r¡rre atiné com¡lic,rclo cabcllo de corte hon-
ha-
Quier,-r olvidar que 1o quiero mrrcho. Mcjor l)esde aquel día nos pnrmetimos no ha-
léeme tu listado. lrl:rr ni de H ni de Andrea; pensában.ros que
El B,,rj.r rhri,i ru'l ¡r¡clir, ' nrrv ncrlLrcrjr ) ..'s,r nos ayudaría a olvidarlos. Ntt sé si lo
v cscrito c(»r perÍr'cta caligralía. Mc nrini, Iogramos o no, sírlo sé que al ment¡s había
se sonrojír y dijo: cncontrado un nuevo irmigo y ya no me
Yir, E,-luardo, rqrrienr olvi,-lar a Au.lrca. scntíx sula c,-,nlo una gallina.
iQuéee eeel iA Andreal iJ'1i... ? No lo El Borja y yo teníamos un pacto que ha-
puedo crcc¡ lpor c¡ur< no me tlijiste antes? híamos sellado un medio día, afuera de la
-Por f¿rvor, Tirnr, no ,.ligirs rr,i.ll, no se lo cscuela, con un helado de chocolate. Ese
he conta.Lr it naLlie. La únic¡ tluc lt, sabe pacro era real y ultrasecreto, jamiis nadie
('rc\ l ll. s¿rhría de nuestro ¡rrimer fracaso en el an'rt¡r.
H.l Borja estahu enamoruth tle ,A.n,.lrea t)e hecho, catla vez que queríamos reférir'
Lr ¿.lcte-s¡,rblc, Y vo... enamora.l:r .le H el nt¡s a H o a Andrea, lo hacíamos utilizando
.lctest,rblc novio ele l:¡ .letcst:rhle. Aquella un cócligo creado especialmente para e[los:
ltre la prirnera vez qrre lt, recoturcí, y kr [rice cn nuestros cliálogos llamábarnt¡s a H "el
con mhs r¿bi¿ rle la rlt¡e halría senti.lo el Hombre Araña" y a And¡ea "la mosca"
,.1ía de l.r fiesra tlel Homhre Ar¡ña. (porque había caído en las redes de la ara-
-An.lrea nunc¡ 5c fijó cn mí. ña); con ese lenguaje, estábamos seguros
-H tampoco se tijír en mí. ..le que nadie sabría jar:rás a quiénes nos
-'e ffi
_é.,ffi G
I :r r t,lrr r,,,, l,,,l,r,r ¡, Jl,'1.,,1,, r,t, r ,,,1,
la memotia imposible de explicar; estr
srrl,cra[¡u cualquier papel, cualquier
on.
ffiW Me levanté y le dije:
-Creo clue me deho ir.
algún lugar' Era una frase que se repetía íil sc inc,,rl,orir y ittrtcs ..lc qtrc tlijer,r l2l
hasta lograr un sonido claro y contundente: nltla, yo airadí:
-No, H, jamás podría olvidarme de ti.
No te olvides de mí. Nos dimos un abrazo muy fuerte, é1
No te olvides de rní. srcrrtlió nli cabell,-r, c, )m( ) siempre, y n()
No te olvides de mí. lirimos capaces de decirnos adiós.
Crucé la calle y encontré al jardinero
La puerta de la habitación de H se abrió ¡,,,.lando un árbol en la acera.
y con ella volvió toda la luz que por segun- -Hola, don Julián, irne podría decir la
dos habíamos perdido. Era su madre'
H? No ipor quél
-lYa guardaste todo en la maleta, -Hola, Antonia, son las 4 y 24,
te olvides del Pijarna. -No... por nada, simple curiosidad.
-Anda, contéstame'
-jQué hora es, mamál
-Po¡ Dios, son las 4 Y ZA Y aún
no a
I
ffi
I l. Me lcv¿rntó cle la acerir en la que
-Desde que H sc fue, lo piet-rso c()1) llltl- sacu.lí cl c:rbelkr del Borja y
cha frecuerrciir. Mc ctrcatltaría que supicra ,lt'sl¡cdí.
que la abuela Edt'lntira y )'o lo rcc()rLlilnlos
sierupre con tttclo l)trestro cariño. Me l-re pasado algún tierr¡-xr desde que H se
.la.'lt¡ cuenta de que utilizo palabras Jiticiles muchas ho¡'rs .le eucalipto han caído
corno las qr,re él utiliz:rba. Ayer, por cjerlr¡'lo, s,,hre la acera y nuevos anturios han nacido
Jisfruté mr.rcho al rcpetir Ia palabra purrral. cn ntcdi, r .lcl p,rr,1uc. N, , sé :,i strn semanaj
124
Currndo h:rblo, tengo gestos muy similitres ( ) n)cscs. La tristeza y [a ilillranza no cuen-
a krs de H; ir veces parecería como si htlbie- tlrrr cl tiempo con la medida de un c¿¡len-
ra robado sus m¿lncrils de erpresarsc. Etl tl:t ¡'io.
muchas oportunirlaeles me desctrbro rcvi- Ayer, medio dc una mañana muy fría,
cr-r
s¡ndc¡ libros de Oeograítía, rc¡ritientLr nlctí n1i mano en el bolsillo del abrigo que
capitales 1'uourbreslle rírrs... Borja, mc en- llcvaba puesto, y de él saclué esa arrugada
cadraríii c¡ue H sttpiera cltre lo rectter.ltl con fotografía en la que aparecemos H y yu.
nruclr¡ lircrz.r, qtt. Je rtn.-, r)t,rncl J e rlsi l'lrrcc tiernpo que no la veía y ya la consi-
niágica él vive en Ilí. Me encantaría gritar; tlcr¿rl¡a extraviada. Me senté en la banca
",H, tt,r trng:ts ItticJrr ¡ lr lrt,. lllr,rirt: )t, llir dcl parque, miré de frente la imagen de am-
te he oh'i-la,.l,r!", p"r.,... lros y di¡c cn voz baja:
-Pero c¡ué. .
-Alrora tú, H, dondequiera que estés, pro-
.