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Hasta la llegada a nuestras vidas del COVID-19, normalmente al saludo le solía acompañar el
gesto de estrechar la mano, que debía ser decidido, breve y firme. En la actualidad, los
abrazos, besos, choques de codos y, por supuesto, el gesto de estrechar la mano, son fórmulas
incorrectas porque no mantienen la distancia de seguridad. Lo razonable es saludar evitando el
contacto físico y manteniendo la distancia de seguridad. Son correctas fórmulas como poner la
mano sobre el corazón el saludo juntando las palmas de las manos a la altura del pecho con
una ligera inclinación en señal de respeto. Evita el choque de codos. Aunque se ha
popularizado como saludo seguro, la Organización Mundial de la Salud lo desaconseja porque
sitúa a las personas a menos de un metro de la otra persona.
Por el mismo motivo, no son aconsejables los choques de puños ni de pies. Son fórmulas que
debes descartar, aunque La Liga recomendó a los futbolistas que saludaran a los aficionados
chocando los puños. Intenta saludar de pie, o al menos, a la misma altura que tu interlocutor.
Así que, si el saludo te sorprende sentado, levántate. En todo caso, mantén el contacto visual
con la otra persona siempre que le saludes. Mira a sus ojos. Si durante la jornada nos cruzamos
o nos encontramos en varias ocasiones con la misma persona, basta con saludarla en el primer
encuentro. En nuestra empresa, si recibimos una visita, seremos nosotros los que salgamos a
recibirla y por lo tanto iniciaremos el saludo. En el saludo que hacemos a una persona por
primera vez, lo normal es utilizar una frase de cortesía del tipo: "Encantado de conocerle",
pero si ya hemos sido presentados con anterioridad, servirá un simple "¿Cómo está?". En la
presentación, mantén el contacto visual y di nombre y apellido. En el ámbito empresarial,
añade también tu cargo.