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7 estrategias probadas que

te ayudarán a involucrar a
tus estudiantes
Hacer que nuestros estudiantes participen activamente de su propia educación puede
tener muy buenos resultados. Por lo menos, de eso habla Justin Tarte en su blog Life of
an Educator, en el cual acaba de publicar estas 7 estrategias para lograr que nuestros
estudiantes se involucren: 

1. No solo te preocupes, ocúpate


Si uno de tus estudiantes está teniendo un mal día (o uno bueno), es importante que le des
la oportunidad de que te cuente sobre eso. Interésate y escucha sus historias, porque eso
les demostrará que te importan y así lograrás que confíen en ti. Y si confían en ti,
maravillosas cosas pueden ocurrir en el ámbito educativo. Interésate por la música que les
gusta, sus hobbies, sus triunfos y luchas, y utiliza esa información para ayudarlos. Si tus
estudiantes no ven que te interesas por ellos, nunca lograrás una conexión
verdadera.
2. Habla con cada estudiante al menos una vez cada clase – ¡cuanto más mejor! 
Asegúrate de que esta sea una práctica común en tu clase. Incluso si se trata de un simple
saludo o de preguntar cómo están, puede significar mucho para un estudiante. Además, si
logras esta conexión al principio de la clase, el estudiante se sentirá más cómodo para
aprender. Los estudiantes no aprenden cuando están estresados e incómodos. 
3. Conoce a tus estudiantes individualmente con cada una de sus características y
necesidades
Esta estrategia puede ser realmente difícil, pero si lo logras, verás grandes resultados.
Cada año te encuentras con nuevos estudiantes, con diferentes habilidades, estilos de
aprendizaje y actitudes hacia la educación. Debemos conocer a cada estudiante y el nivel
que trae. Su nivel, quiere decir su habilidad, su estilo de aprendizaje y su actitud frente a la
educación. Si tratamos a todos los estudiantes de la misma forma, es imposible que
obtengamos los mismos resultados. Así como un doctor evalúa los síntomas de cada
paciente y lo trata acorde al diagnóstico, debemos evaluar a cada estudiante y enfocar el
proceso de aprendizaje de la manera que mejor se adapte a él. Olvídate de usar una
única estrategia para todos tus estudiantes.
4. Mantén las expectativas altas y espera lo mejor de cada estudiante cada día. 
Esta es probablemente, una de las cosas más difíciles para lograr que tus estudiantes se
involucren, pero cuando le exiges a tus estudiantes y ellos saben que están siendo
exigidos, se comprometen y responden mucho mejor. La naturaleza humana disfruta de
los desafíos y de las tareas que requieren más que el mínimo. Si tus estudiantes están
desatentos y no se interesan, es posible que estén aburridos y necesiten un desafío para
avanzar. Hazle saber a tus estudiantes sobre tus altas expectativas. Nunca subestimes el
poder de un desafío.
5. Haz lo que sea necesario para que tus estudiantes dejen sus pupitres y bríndales
oportunidades para mantenerse en movimiento. 
Nuestras aulas deberían ser descriptas como caos organizado. Los estudiantes necesitan
moverse, y mantenerse sentados 7 horas al día puede ser realmente una tortura. ¿Te
gustaría sentarte por 7 horas a escuchar gente? Seguro que no. Trata de mantener a tus
estudiantes en movimiento todos los días. Puede ser a través de trabajos en grupo,
actividades que requieran construir cosas con las manos, parodias o representaciones que
logren algunas risas. El cuerpo humano no fue diseñado para estar sentado todo el
día.
6. Enfócate en las 3 R’s – rigor, relaciones y relevancia.
Si tus estudiantes no ven lo relevante y valioso de la educación, es imposible que
aprendan. Debemos asegurarnos de que lo que estén haciendo en la escuela sea práctico
y relevante, porque de otra manera no podremos involucrarlos. Muestrale a tus estudiantes
la conexión entre lo que están aprendiendo y el mundo en el que viven. También utiliza
recursos que les permitan aplicar lo que aprenden en su vida diaria, y enséñales formas de
utilizar lo aprendido en clase. Si no ven el valor, nunca se involucrarán. 
7. Dale voz a tus estudiantes y hazlos partícipes del proceso educacional.
Desafortunadamente, esta es una de las cosas más difíciles de hacer en el ámbito
educativo, pero una de las más importantes. Los estudiantes saben cómo aprenden, qué
les gusta y qué no y tienen la clave para lograr interesarse e involucrarse. Cada día es una
oportunidad para que aprendas de tus estudiantes sobre cómo hacer tu trabajo de manera
más efectiva y eficiente. Los estudiantes son un recurso gratuito que la mayoría de los
educadores ignora. Inclúyelos en el desarrollo de tareas, en las lecciones y en el diseño de
exámenes. Ellos te brindarán conocimientos y se involucrarán por ser parte del proceso.
Ahora tendrán participación en cómo ser educados, además de cómo son
evaluados. Participación estudiantil = ¡Increíble! 
1. Definir la participación en clase

Invita a los estudiantes a participar en clase, realizar comentarios verbales e involucrarse en


la conversación para que no haya solo una exposición por parte del docente. Promueve la
comunicación entre profesores y estudiantes; una manera de hacerlo es a través del planteo
de dudas, preguntas que no hayan realizado en clase y comentarios a través del correo
electrónico o plataformas educativas, por ejemplo. Será importante recordarles a los
alumnos que escuchar es también parte de la participación y que es necesario
desarrollar esa capacidad.

2. Cultivar la presencia de los profesores que invite a la participación de los


estudiantes
Estar presente no solo significa estar en el salón de clase físicamente, sino también
mentalmente. Es decir, es necesario que el docente todos los días esté atento a las
interacciones e intervenciones de cada estudiante. Hay muchas maneras de mostrar que
el docente está presente. Además, siempre hay que tener en cuenta comportamientos no
verbales que transmiten confianza y comodidad, como una sonrisa, un comentario sobre el
tiempo o un evento actual. Todas las acciones positivas, así como ver que el docente está
comprometido con el contenido del curso y el aprendizaje de los estudiantes, ayudarán
a promover la participación de los alumnos en el salón de clases.

3. Dedicar tiempo a hablar sobre el aprendizaje y a mostrar porqué es importante


La conexión de lo que se aprende con su lado práctico es muy importante para captar
la atención del alumno. Muchas veces, el problema de la falta de compromiso con la clase
tiene que ver con que el alumno no ve la aplicación práctica o la importancia que tiene lo
impartido para su carrera o desarrollo. Esto los lleva a querer aprender de una manera fácil,
memorizar la información y estudiar o salvar haciendo lo mínimo posible. Por lo tanto,
despertar en el estudiante el sentimiento de compromiso con el aprendizaje será tarea del
docente. Los profesores serán los encargados de cautivar la atención y despertar la
curiosidad del aprendizaje en los estudiantes..

4. Permitir que los estudiantes participen del proceso de aprendizaje

Los docentes son quienes toman todas las decisiones sobre el aprendizaje de los estudiantes.
Ellos deciden los contenidos, la manera de aprender, el ritmo y las condiciones en que
aprenderán. Está bueno que los estudiantes puedan aportar y decidir sobre el método de
aprendizaje, como por ejemplo ver qué temas desean tratar.

5. Diseñar tareas auténticas y experiencias de aprendizaje

Siempre será bueno diseñar tareas nuevas para que los estudiantes participen en clase.
Por ejemplo, plantearles una hipótesis y pedirles la predicción de los resultados o
introducirlos a la crítica literaria y que den su opinión. Probablemente no sean los mejores
trabajos y cometerán errores, pero trabajar sobre las equivocaciones es una buena manera de
aprender. Además, contribuyendo al trabajo de la materia se genera un compromiso con el
aprendizaje.

6. Utilizá cuestionarios, pruebas y exámenes finales

Si el objetivo es la retención de la información a largo plazo y el docente quiere que los


estudiantes sean capaces de transferir o aplicar el conocimiento, la mejor manera de
cumplirlo es a través de un examen al finalizar el curso. Cada vez que un estudiante se
vuelve a exponer a un material ya aprendido, éste se vuelve más fácil de recordar.
Probablemente los estudiantes prefieren tener exámenes por unidad y no al finalizar el
curso, por eso una buena opción hacer revisiones cada tres semanas y acumular menos
información. Esto hará que sea más liviano y ayudará a los alumnos para prepararse de cara
a los exámenes más largos.

1) . Les gusta trabajar con sus pares. Necesitan y quieren interactuar con otras personas para
alcanzar plenamente su potencial. Les resulta más interesante y excitante cuando tienen que hablar
y participar en discusiones con los que participen en su propio aprendizaje.

2). Les gusta trabajar con las tecnologías del vídeo,  Facebook , Twitter, etc. Les gusta y emociona
“aprender haciendo" y en la era digital, usar estas tecnologías los compromete  más y ayuda a
entender mejor.

3). Les gusta estar conectados con el mundo real, con el trabajo que hacen usando  aprendizaje
basado en proyectos, al vincular el pasado con algo del presente que les resulta relevante porque
así pueden entender de qué manera este evento se relaciona  con los tiempos actuales. Los
proyectos trascienden a los libros y los expanden hacia otros temas, los hacen pensar y ayuda a
entender la información. Mediante se conecta a los alumnos con los dilemas de la vida real y se les
da la oportunidad para aprender a  resolverlos. Los proyectos ponen a prueba sus fortalezas,
estimulan su cerebro  y los prepara para hacer frente a problemas similares más adelante. Quienes
participan de un proyecto evocan mejor la información involucrada frente a quienes tienen que
hacerlo a partir de algo leído en un libro.

4). Los profesores deben hacer e vidente que ama lo que hace. En vez de hablar monótonamente
como un robot, deberían hablar como si estuvieran realmente apasionados con la  enseñanza.  A
ello los niños responderán con la misma energía positiva. El entusiasmo en la clase es lo que
realmente hace que un estudiante participe en los debates. Con maestros realmente  dispuestos a
enseñar que muestran que quieren educar a sus alumnos, los estudiantes se involucran y
benefician.

5). Les gusta que los saquen de sus asientos. Siendo activos aprenden más que siendo inactivos,
reclusos de sus asientos. Pararse, moverse, interactuar en grupos en  movimiento alivia la tensión
de la inactividad.

6). Gustan de las ayudas visuales. Las imágenes son poderosas, y los ayudan a  comprender los
temas. Visualizar un tema a partir de una imagen da más posibilidades para pensar en ellas. 

7). Les gusta que respeten sus elecciones a la hora de definir la ruta a seguir en una investigación o
proyecto. Abre más opciones para involucrar a los estudiantes, más espacio para la creatividad. 

8). Valoran a quien entiende a los niños, los anima a expresar sus opiniones, confiando en que
tienen algo valioso que decir y que sus aportes son importantes para construir las clases. Es una
manera de tratarlos como estudiantes. Además, los maestros deben saber que los alumnos son
diferentes dentro y fuera de la clase.

9). Les gusta que se mezclen un poco las actividades. No les gusta hacer todo el tiempo lo mismo o
quedarse en una sola actividad. Tener una variedad de opciones abre espacio para una mayor
participación e involucramiento. Es como con los alimentos: comer los mismos constantemente hace
que no uno no quiera comer. Además, un poco de humor siempre es importante. Las personas
aman la risa, así como los juegos en grupo, en la medida que no pasen vergüenza. En lengua y
literatura ayuda mucho la dramatización.

10). Ser humano, no olvidar divertirse un poco a la hora de trabajar. 

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