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te ayudarán a involucrar a
tus estudiantes
Hacer que nuestros estudiantes participen activamente de su propia educación puede
tener muy buenos resultados. Por lo menos, de eso habla Justin Tarte en su blog Life of
an Educator, en el cual acaba de publicar estas 7 estrategias para lograr que nuestros
estudiantes se involucren:
Los docentes son quienes toman todas las decisiones sobre el aprendizaje de los estudiantes.
Ellos deciden los contenidos, la manera de aprender, el ritmo y las condiciones en que
aprenderán. Está bueno que los estudiantes puedan aportar y decidir sobre el método de
aprendizaje, como por ejemplo ver qué temas desean tratar.
Siempre será bueno diseñar tareas nuevas para que los estudiantes participen en clase.
Por ejemplo, plantearles una hipótesis y pedirles la predicción de los resultados o
introducirlos a la crítica literaria y que den su opinión. Probablemente no sean los mejores
trabajos y cometerán errores, pero trabajar sobre las equivocaciones es una buena manera de
aprender. Además, contribuyendo al trabajo de la materia se genera un compromiso con el
aprendizaje.
1) . Les gusta trabajar con sus pares. Necesitan y quieren interactuar con otras personas para
alcanzar plenamente su potencial. Les resulta más interesante y excitante cuando tienen que hablar
y participar en discusiones con los que participen en su propio aprendizaje.
2). Les gusta trabajar con las tecnologías del vídeo, Facebook , Twitter, etc. Les gusta y emociona
“aprender haciendo" y en la era digital, usar estas tecnologías los compromete más y ayuda a
entender mejor.
3). Les gusta estar conectados con el mundo real, con el trabajo que hacen usando aprendizaje
basado en proyectos, al vincular el pasado con algo del presente que les resulta relevante porque
así pueden entender de qué manera este evento se relaciona con los tiempos actuales. Los
proyectos trascienden a los libros y los expanden hacia otros temas, los hacen pensar y ayuda a
entender la información. Mediante se conecta a los alumnos con los dilemas de la vida real y se les
da la oportunidad para aprender a resolverlos. Los proyectos ponen a prueba sus fortalezas,
estimulan su cerebro y los prepara para hacer frente a problemas similares más adelante. Quienes
participan de un proyecto evocan mejor la información involucrada frente a quienes tienen que
hacerlo a partir de algo leído en un libro.
4). Los profesores deben hacer e vidente que ama lo que hace. En vez de hablar monótonamente
como un robot, deberían hablar como si estuvieran realmente apasionados con la enseñanza. A
ello los niños responderán con la misma energía positiva. El entusiasmo en la clase es lo que
realmente hace que un estudiante participe en los debates. Con maestros realmente dispuestos a
enseñar que muestran que quieren educar a sus alumnos, los estudiantes se involucran y
benefician.
5). Les gusta que los saquen de sus asientos. Siendo activos aprenden más que siendo inactivos,
reclusos de sus asientos. Pararse, moverse, interactuar en grupos en movimiento alivia la tensión
de la inactividad.
6). Gustan de las ayudas visuales. Las imágenes son poderosas, y los ayudan a comprender los
temas. Visualizar un tema a partir de una imagen da más posibilidades para pensar en ellas.
7). Les gusta que respeten sus elecciones a la hora de definir la ruta a seguir en una investigación o
proyecto. Abre más opciones para involucrar a los estudiantes, más espacio para la creatividad.
8). Valoran a quien entiende a los niños, los anima a expresar sus opiniones, confiando en que
tienen algo valioso que decir y que sus aportes son importantes para construir las clases. Es una
manera de tratarlos como estudiantes. Además, los maestros deben saber que los alumnos son
diferentes dentro y fuera de la clase.
9). Les gusta que se mezclen un poco las actividades. No les gusta hacer todo el tiempo lo mismo o
quedarse en una sola actividad. Tener una variedad de opciones abre espacio para una mayor
participación e involucramiento. Es como con los alimentos: comer los mismos constantemente hace
que no uno no quiera comer. Además, un poco de humor siempre es importante. Las personas
aman la risa, así como los juegos en grupo, en la medida que no pasen vergüenza. En lengua y
literatura ayuda mucho la dramatización.