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FUNDAMENTOS DE LA MORAL SOCIAL CRISTIANA

La Teología Moral Social Cristiana puede concebirse como “La mediación de la fe en el


ámbito de las realidades sociales” y como la reflexión sistemática desde un proceso
científico-hermenéutico “sobre los valores y las responsabilidades que demandan el
compromiso de la persona en el mundo social y determinan el discernimiento sobre la
eticidad de las estructuras”
Los elementos medulares que componen esta reflexión, desde la fe, pueden constar de tres:
I. la sociedad y la persona (desde la comunitariedad a la individualidad) II. Caracteres
estructurales (Moral desde el criterio de la ley o Moral desde el criterio de la Revelación) y
III. La persona y la sociedad (desde la dignidad individual a la fraternidad social).
I. La Sociedad y la Persona
La reflexión que nos atañe desde la interpretación de una Moral Social Cristiana, presupone
el elemento sociedad como un constitutivo determinante y esencial en la estructuración de
la persona humana, lo cual sugiere diametralmente una profundización en lo particular del
ser del hombre dentro del entramado social; la reflexión Teológica Moral desde una
perspectiva social “le basta con señalar el ideal del respeto a la persona y ofrecer el
criterio del amor como clave para la intelección y aplicación de la justicia.” No obstante
las pretensiones no limitan un mensaje directo en torno a las injusticias o pecados
estructurales que condenan la identidad y dignidad de la persona humana.
II. Caracteres estructurales – Modelos de Moral social
Son reconocibles en el campo investigativo los dos trayectos: desde una Moral bajo el
criterio de la ley o desde una Moral determinada por el mensaje revelado;
 Una Moral social bajo el criterio de la ley: regularmente formula presupuestos que
comprometen a cada individuo en la configuración de la Societas, desde la
aceptación y legitimación de los ordenamientos o leyes establecidas por el órgano
regulador del orden, en este caso el estado; y es en esta instancia donde yace su
punto débil, pues la ley por sí sola no asegura el resguardo de unos derechos
ineludibles de la persona humana, por ello la eticidad de las estructuras debe
anteponer, desde una antropología, unos bienes innegociables, para la existencia
mínima de lo que puede considerarse sociedad.
 Una Moral determinada por el mensaje revelado: se apoya en las máximas de la
dignidad e inalienable vocación humanas; a la luz del misterio de la Revelación del
designio salvífico del Padre, por medio de Cristo Jesús, el hombre recibe todo
beneficio gracias a un mensaje, un sacrificio y un don: El Santo Espíritu, para que
ejerza su vocación primera: vivir (Gloria Dei, vivens Homo) y constituya en este
mundo el Reino esperado (Civitas Dei) que se proyecta en la eternidad y lleva a
plenitud todas las estructuras humanas en bien de todo objetivo loable.
III. Persona y Sociedad
Los elementos antes expuestos, respecto de una Moral Social fundamentada en un dato
Revelado, no limitan, ni sesgan la vinculación de todas las culturas y visiones presentes en
las mismas; antes bien las protege y promueve en beneficio de una convivencia integradora,
esto supone una acertada comprensión del mensaje salvífico que se proyecta a todas las
gentes; a este respecto la convivencia deberá recurrir a una hermenéutica, realizada por
nuestra ciencia en estudio, que defienda y promueva los Derechos Humanos y la protesta
ética ante las trasgresiones de los mismos, sin importar la procedencia de dichos ataques
(Libertad y Liberación). Así entonces se gestará un proceso de Fraternidad y Sororidad,
que reclamarán la compañía y apoyo hermenéutico de la Teología Moral Social que
“comprende al hombre en su triple relación ontológico-moral: con el mundo creado, la
familia humana y el Dios creador.”

Juan Sebastián Bustamante Caicedo.


juanchoc457@gmail.com
Moral Social.

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