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REFLEXIONES Y RECOMENDACIONES SOBRE LA COSTITUCIÓN MORAL.

Alberto Peláez Rodríguez.

Al revisar el documento de referencia: “La Cartilla Moral” de Alfonso Reyes 1, sobresale en primera
instancia el propósito educativo y de formación cívica del mismo, es explicado en sí mismo por el autor
que el propósito es iniciar una formación ciudadana a partir de una serie de lecciones. Reconocido este
propósito, muchas de las críticas realizadas a la propuesta del Presidente Electo Andrés Manuel López
Obrador en el sentido de desarrollar una “Constitución Moral” pierden pertinencia al enfocarse en
aspectos como un cuestionamiento a la laicidad del estado mexicano, una pretensión de dictar normas de
comportamiento en la vida privada de los ciudadanos, entre otros rubros.

Por ello se desarrolló un mapa conceptual sobre qué es y qué no es esta Constitución Moral, desde la
perspectiva de una deontología cívica.

Se considera necesario realizar esta diferenciación para evitar caer en polémicas que dificultarán
avanzar hacia la discusión, propuesta y desarrollo de la Constitución Moral.

Es primer término se dividió el mapa conceptual en tres ámbitos, el primero es de orden teológico en el
cual se inserta la reflexión y aplicación religiosa de lo moral, en medio queda propiamente el campo
deontológico, que es la disciplina que identifica el conjunto de deberes y principios éticos que
conciernen a cada espacio de acción humana, en este caso la acción ciudadana en los asuntos públicos.
Finalmente, la esfera filosófico-científica donde convergen las reflexiones y aplicaciones prácticas del
pensamiento utilitarista, la teoría de juegos, así como la psicología social.

Señalar los límites conceptuales de la Constitución Moral evitará entrar en controversias aún no
resueltas desde hace siglos, en los ámbitos teológico y filosófico. Por ello a continuación se hace una
revisión de estos dos rubros.
1
Reyes. 2004
La reflexión moral desde la teología basa su planteamiento en considerar a Dios y la relación con él
tanto el origen de las cosas como del actual de hombre ante Dios mismo y respecto a sus semejantes.
Como el principio de laicidad del estado mexicano está vigente y debe preservarse, es recomendable
abstenerse de esta argumentación ya que diversas religiones tienen posturas diferenciadas al respecto, si
entre las creencias monoteístas bíblicas (cristianismo y judaísmo) el espectro es muy amplio, en la otra
religión monoteísta no bíblica (islam) el panorama es igualmente complejo; sin embargo, debe resaltase
que los códigos éticos desarrollados en estas religiones parten de la necesidad de regular toda acción
humana a partir de la lucha entre el bien y el mal. Por otra parte, no está concebido establecer una norma
de aplicación obligatoria, como en los países islámicos se ha establecido y aplicado con mayor o menos
rigor, según la época, postura religiosa islámica o régimen de gobierno, la denominada sharia, es decir la
ley que determina el modo de vida islámico: como una cuestión de conciencia personal; como código de
aplicación en los tribunales y órganos de justicia y, en algunos países, como base para la integración del
Estado.

El judaísmo considera que existen dos destinatarios de la ley dada por Dios: en un sentido restrictivo, la
Ley fue entregada específicamente al pueblo Judío, mediante Moisés, es la denominada Torah, que
comprende el Pentatéuco (los cinco primeros libros de la Biblia) en donde se enuncian 613
mandamientos que se subdividen en 248 positivos (es decir que prescriben una acción, o una forma de
hacer cosas) y 365 negativos (o sea que prohíben hacer ciertas cosas).

En un sentido universal, los hijos de Noé, es decir la humanidad entera recibió las siete “Leyes
Noájidas” que son enumeradas en diferente orden, pero básicamente son las siguientes:

1. Prohibición de la idolatría.
2. Prohibición de la blasfemia.
3. Prohibición del asesinato.
4. Prohibición del robo.
5. Prohibición de la inmoralidad sexual.
6. Prohibición de comer la carne de animales vivos.
7. Establecer las leyes de justicia.

Es importante señalar que existe un precedente de parte del Congreso de los Estados Unidos al
reconocer las Leyes Noájidas en 1991, cuando pasó el proyecto de ley del Día de la Educación:
“Considerando que el Congreso reconoce la tradición histórica de los valores éticos y los principios que
son la base de la sociedad civilizada, y sobre la cual nuestra gran Nación fue fundada; considerando que
estos valores y principios éticos han sido la base de la sociedad desde los albores de la civilización,
cuando eran conocidos como las Siete Leyes Noájidas; considerando que sin estos valores y principios
éticos el edificio de la civilización se encuentra en grave peligro de volver al caos”2.

Del cristianismo la cultura occidental disfruta un legado de defensa de los débiles: la mujer, los niños,
los esclavos, las víctimas de la violencia, los necesitados y enfermos; preservó la cultura clásica; definió
el concept concepto de protección de la paz; estableció las bases de la modernidad, a partir de la reforma
se dio un impulso a la cultura, la democracia, la libertad, las legislaciones sociales, los derechos civiles.
Sin embargo “el cristianismo no ha logrado a lo largo de casi dos mil años imponer sus puntos de vista
de una manera total. En unas ocasiones esto se ha debido a su propio distanciamiento de la pureza
original de su enseñanza —y debemos enfatizar el hecho de que cuanto más se ha acercado al mensaje
bíblico mayores han sido sus resultados—. En otras, a que la vivencia de una ética tan elevada no puede
esperarse del conjunto de una sociedad ni tampoco imponerse como se ha creído por error más de una

2
https://www.congress.gov/bill/102nd-congress/house-joint-resolution/104/text
vez. Con todo, su influencia humanizadora, civilizadora, no cuenta con paralelos de ningún tipo a lo
largo de la Historia universal. Sin él, el devenir humano hubiera sido un fluir continuo de violencia y
barbarie, de guerra y destrucción, de calamidades y sufrimiento. Con él, se ha visto acompañado el gran
drama de la condición humana de progreso y justicia, de compasión y cultura”3.

Por otra parte, la reflexión moral desde la filosofía y la ciencia está cobrando una notoriedad en los
Estado Unidos, especialmente entre los escépticos, quienes postula un pragmatismo o utilitarismo que
equivale muchas veces a una negación de todo fundamento transcendental de la moral. La principal
dificultad con la que se encuentra esta postura es la de no ofrecer ningún fundamento específico de la
moral.

Sin embargo, existen dos posturas que consideran que es posible sustentar una moral escéptica:

En primer término, Sagan4 hace un análisis de las diversas reglas propuestas para la moral partiendo de
la más elaborada que denomina como la regla de oro: “Haz a los demás como te agradaría que te
hicieran a ti”; misma que fue postulada por Jesús de Nazaret, a continuación la regla de plata de menor
alcance: “No le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”; la regla de bronce, que ya es
una aleación es decir una mezcla y por lo tanto menos perfecta, conocida también como Ley de Talión:
“Haz a los demás como ellos te hacen a ti. Después la regla de hierro: “haz a los demás como te plazca,
antes que ellos te lo hagan a ti”. Finalmente termina proponiendo la regla tal para cual: “empiezas
cooperando, y en cada encuentro subsecuente simplemente haz lo que hizo tu oponente la última vez”
basada en los estudios experimentales de la teoría de juegos.

En segundo término, Shermer5 ha propuesto que el utilitarismo puede constituir una base para el actuar
moral sin recurrir a la base divina que esgrime la teología; en concreto la regla “El mayor bien para el
mayor número” propuesto por Jeremy Bentham (1748-1832). Si bien el argumento en primera instancia
parece convincente, pronto generó una polémica con el filósofo moral Massimo Pigliucci que se publicó
en la revista Skeptic6. El punto de este debate gira en torno al sustento de la teoría de los derechos
naturales sobre la base del utilitarismo o del kantismo, resultando en una polémica que lleva siglos sin
resolver.

Otras ciencias como la psicología ha retomado en su análisis del comportamiento humano categorías
religiosas y las ha adoptados para describir los abusos de personas comunes y corrientes cunado tienen
un poco de poder sin control como el caso de las prisión de Abu Ghraib en Irak, estudiado por Zimbardo
y sintetizados en el denominado “Efecto Lucifer”, quien concluye que: “Modificar o impedir una
conducta censurable por parte de personas o de grupos exige una comprensión de las fuerzas, las
virtudes y las vulnerabilidades que aportan estas personas o grupos a una situación dada. Luego
debemos reconocer plenamente el conjunto de fuerzas situacionales que actúan en ese contexto
conductual. Modificar o aprender a evitar estas fuerzas puede tener un impacto mayor para reducir las
reacciones individuales censurables que cualquier medida correctora que se centre únicamente en las
personas que se hallan en la situación” 7.

Por lo anterior se considera que la Constitución Moral, basada en el documento la “Cartilla Moral” de
Alfonso Reyes, se inscribe en la deontología cívica, ya se ha definido este término como la
identificación del conjunto de deberes y principios éticos que conciernen a la acción ciudadana en los

3
Vidal. 2002.
4
Sagan. 1998.
5
Shermer. 2018.
6
Skeptic. Vol. M23. N° 3. 2018.
7
Zimbardo. 2012
asuntos públicos; es decir, se trataría de un documento de amplio consenso relativo a la acción
ciudadana en el momento de consolidación de la república mexicana: la cuarta transformación.

En este sentido, la Constitución Moral, es una propuesta de formación de ciudadanía: retomar


valores universales derechos, leyes y reglamentos para participar corresponsablemente en asuntos
públicos así como ante la corrupción, la impunidad, la violencia y la exclusión; es una propuesta
educativa para transformar la república, mediante la participación informada y corresponsable
en asuntos públicos; es propiciar la reconciliación nacional mediante la convivencia con el menor
conflicto y el fomento de una cultura por la paz.

Bibliografìa.

Reyes, Alfonso. Cartilla moral. FCE. (Colec. Centzontle). México. 2004.

Vidal, César. El Legado del Cristianismo en la Cultura Occidental. Espasa Calpe. Madrid, España.
2002.

Sagan, Carl. Miles de millones. Pensamientos de vida y muerte en la antesala del milenio. Ediciones
B. Barcelona, España. 1998.

Shermer Michael. “Does the Philosophy of “the Greatest Good for the Greatest Number” Have Any
Merit?” Scientific American. May 1, 2018. https://www.scientificamerican.com/article/does-the-
philosophy-of-the-greatest-good-for-the-greatest-number-have-any-merit/

Skeptic. Vol. M23. N° 3. 2018.

Zimbardo, Philip. El efecto Lucifer: El porqué de la maldad. Ediciones Paidós. España. 2012.

United States Congress. H.J.Res.104 - To designate March 26, 1991, as "Education Day, U.S.A."
102nd Congress (1991-1992). https://www.congress.gov/bill/102nd-congress/house-joint-
resolution/104/text

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