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LACTANCIA ARTIFICIAL
La fórmula para lactantes se define, como: un alimento correcto para reemplazar parcial o
plenamente a la leche humana, cubriendo los requerimientos nutricionales del lactante y podría ser
de iniciación para el lactante a lo largo de los primeros 4-6 meses de vida y de continuación como
parte de un sistema de ingesta de alimentos mixto a partir del 4-6 mes de edad.
La junta hace un nuevo informe en 1990, en el cual opina que las fórmulas de continuación son una
buena elección para la ingesta de alimentos de los lactantes entre los 6 y los 12 meses.
Aquel mismo año, la junta de Nutrición instituye cuáles tienen que ser las propiedades de las
fórmulas de aislado de proteína de soja. Las indicaciones básicas para su uso son:
• Alergia a la proteína de la leche de vaca mediada por IgE, (aunque un 10-14% también son alérgicos
a soja).
• Galactosemia.
La densidad energética de estas fórmulas debería ser parecido a las fórmulas a base de leche de
vaca.
Dado el elevado contenido en fitatos de esta fórmula, debería contener las mismas porciones de
calcio y fósforo que las fórmulas derivadas de proteína de leche de vaca y se debería suplementar
el hierro y el zinc.
La Autoridad Europea sobre Estabilidad de los Alimentos (EFSA) ha publicado en 2014(10) unas
sugerencias sobre la estructura de las fórmulas de continuación y las denominadas leches de
aumento.
La EFSA ofrece un contenido mínimo para las fórmulas, que estima conveniente para cubrir las
necesidades de la mayor parte de los lactantes sanos en el primer año de vida, y unos valores
máximos que se piensan como seguros. El panel de profesionales estima que la proteína de la leche
de vaca, la de cabra y la del aislado de soja son una buena fuente proteica para estas fórmulas y que
no se necesita adicionar en las fórmulas de continuación y aumento: ácido araquidónico,
eicosapentaenoico, oligosacáridos probióticos, simbióticos, fosfolípidos como fuente de PUFAs,
nucleótidos ni otros recursos (taurina, carnitina, inositol, colina), que sí se suplementan en las
fórmulas de inicio. Con el propósito de retrasar la introducción de la leche de vaca, se formularon
las fórmulas de incremento.
FÓRMULAS ANTICÓLICO Y FÓRMULAS CONFORT: En las fórmulas anticólico (AC) y bienestar, las
proteínas permanecen parcialmente hidrolizadas para facilitar su digestión, tienen dentro menor
proporción de lactosa que es sustituida por maltodextrina, para minimizar el exceso de gas
producido por la fermentación colónica de la lactosa y poseen una más grande cantidad de palmítico
en postura beta.
Además hay otras alternativas, como las fórmulas saciantes para los lactantes “tragones”, que
tienen dentro hidratos de carbono de absorción lenta y un perfil lípido que busca lograr sensación
de saciedad tras la toma o las fórmulas día/noche, que se han formulado con una concentración
más grande de triptófano e hidratos de carbono en la fórmula de noche para promover la
conciliación del sueño.
FÓRMULAS SIN LACTOSA: Las fórmulas sin lactosa tienen dentro dextrinomaltosa o polímeros de
glucosa como hidrato de carbono, y lo demás de la estructura es semejante a una fórmula adaptada.
La lactosa es el carbohidrato mayoritario en la leche de dama y participa en: la absorción del calcio
de la leche, la actividad de la microflora intestinal y la absorción de agua y sodio, así como en la
formación de galactocerebrósidos. Eliminar la lactosa de la dieta de forma prolongada no es un
hecho sin importancia y debe estar justificado clínicamente.
• En la intolerancia secundaria.
FÓRMULAS HIDROLIZADAS: Las fórmulas hidrolizadas se catalogan por el nivel de hidrólisis de las
proteínas. Las fórmulas hidrolizadas se ordenan, dependiendo del nivel de hidrólisis de las proteínas,
en: Fórmulas de elevado nivel de hidrólisis o extensivamente hidrolizadas.
Se obtienen desde la caseína, de las proteínas del suero o de los dos tipos de proteínas de la leche
de vaca.
Existe un tercer tipo de fórmula llamada semielemental (DSE), en la que también de la proteína
extensivamente hidrolizada está además modificada la estructura de los carbohidratos y las grasas.
EN LAS FÓRMULAS SEMIELEMENTALES: (DSE) y las de elevado nivel de hidrólisis (F-AGH), el 85-
100% de los péptidos poseen un peso molecular menor de 5.000 daltons. Las fórmulas de bajo nivel
de hidrólisis (F-BGH) tienen dentro péptidos de peso molecular más alto y, por consiguiente, con
capacidad antigénica y alergénica, aun cuando el peso molecular no es un marcador seguro, debido
a que péptidos de 7-8 aminoácidos son capaces de desencadenar indicios en chicos enormemente
sensibilizados.
Las DSE están indicadas fundamentalmente cuando existe patología digestiva o riesgo de padecerla:
• Tratamiento de los niños con intolerancia/enteropatía por proteína de leche de vaca (PLV),
especialmente en niños menores de 6 meses.
• Tratamiento de pacientes con problemas digestivos: síndrome de intestino corto, fibrosis quística,
etc.
Tratamiento de la malnutrición grave secundaria a diferentes patologías (cardiopatías, procesos
oncológicos…) Las F-AGH están indicadas en:
• Tratamiento de niños con alergia/ intolerancia a la PLV, en los que no existe malabsorción ni
desnutrición, por lo que no es necesario modificar el contenido en hidratos de carbono y lípidos de
la fórmula.
• Cuando sea necesario un suplemento en la alimentación de los niños con lactancia materna y con
alto riesgo de alergia a la PLV. Son niños con un padre y/o madre y/o hermano con historia de alergia
demostrada.
• Tratamiento de prueba, durante 2-3 semanas, en niños con cólicos de lactante severos. Podrían
utilizarse también las DSE.
Tendencias recientes en las fórmulas artificiales Los elementos funcionales de la leche materna y la
optimización de la eficiencia energética son la finalidad presente de las fórmulas artificiales.
Estas fórmulas permanecen destinadas a conservar en el lactante una tasa de incremento como la
del último trimestre de gestación, sin causarle un estrés metabólico o excretor desmesurados. Hay
accesibles diversas fórmulas para la ingesta de alimentos de dichos neonatos y la implementación
de una u otra dependerá de las propiedades del lactante, del instante de su evolución, del peso al
origen, de la edad gestacional, etcétera.
Estas fórmulas tienen dentro una porción más grande de hidratos de carbono y lípidos, por lo cual
tienen una más grande densidad calórica que las fórmulas adaptadas, lo cual posibilita lograr una
más grande ingesta calórica con menores volúmenes. Son fórmulas destinadas únicamente a
lactantes pretérmino o con bajo peso al nacimiento (menor de 2.500 g). Se suelen mantener hasta
que el lactante alcanza las 38 semanas de edad corregida o un peso superior a 2.500-3.000 g y en
ese momento se pasa a una fórmula de inicio para lactante a término.
La leche humana cubre todos los requerimientos necesarios para el aumento del lactante sano,
excepto los de vitamina K y D. Las fórmulas artificiales tratan de parecerse en lo viable a la estructura
de la leche materna, empero las modificaciones en las fórmulas tienen que estar basadas en las
pruebas científicas accesibles sobre las ventajas que se obtienen y los efectos a extenso plazo que
tienen la posibilidad de crear. Emular la leche humana no es viable, ya que la estructura de la misma
cambia durante la toma y en la era.
Suplementar las fórmulas con alfa lactoalbúmina, primordial seroproteína de la leche humana,
posibilita transportar a las fórmulas artificiales su actividad biológica y hacer el perfil proteico más
semejante. Por igual, suplementar las fórmulas con lípidos bioactivos que se hallan en la membrana
del glóbulo graso de la leche de vaca, se incrementa el contenido de la fórmula en fosfolípidos y
colesterol y lo hace más parecido a la leche materna. Trabajos actuales presentan que, los lactantes
alimentados con esta clase de fórmula presentan un desarrollo más parecido a los lactantes
alimentados con leche materna. Parece que la absorción de las grasas y la calidad de las proteínas
son las causantes de dicha más grande ganancia de peso para la ingesta energética que presentan
los chicos alimentados con lactación materna y, por consiguiente, de la más grande eficiencia
energética de la leche humana.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
• J. Dalmau Serra, B. Ferrer Lorente, I. Vitoria Miñana. Lactancia artificial. Servicio de Pediatría.
Hospital Universitario y Politécnico. La Fe. Valencia. Año 2015 [Internet] Rescatado de:
https://www.pediatriaintegral.es/wp-content/uploads/2015/xix04/03/n4-251-
259_Jaime%20Dalmau.pdf
• J.M. Marugán de Miguelsanz, C. Alonso Vicente, M. Marcos Temprano, M.C. Torres Hinojal.
Principales fórmulas especiales utilizadas en lactantes. Sección de Gastroenterología y Nutrición
Pediátrica. Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Año 2018 [Internet] Rescatado de:
https://www.actapediatrica.com/index.php/secciones/nutricion-
infantil/download/1805_a510cc4695b545150695d4570d07503b
• M. Teresa Martín-Aragón, Elena Marcos. Fórmulas lácteas especiales. Vol. 23, Núm. 2, Marzo-
Abril 2009 [Internet] Rescatado de: https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-
articulo-formulas-lacteas-especiales-indicaciones-13134177