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Aportes de la cultura Mesopotámica

Mesopotamia este "Valle entre dos ríos" fue sede de unas extraordinarias
civilizaciones y el centro más importante de la cultura humana. Entre las principales
culturas que integraron el conjunto de comunidades mesopotámicas están los sumerios
(primera civilización urbana del mundo), así como los semitas, los acadios, los asirios, los
babilonios, los amorreos y los arameos. En una etapa posterior destacaron los hititas y los
medos.; podríamos recordar algunos de sus mejores reyes, héroes de leyenda como
Hammurabi en Babilonia, que codificó una serie de leyes entre las que resaltan las relativas
al ejercicio de la Medicina y Cirugía.

La cultura de Mesopotamia fue la precursora de muchas áreas del conocimiento:


desarrollaron la escritura llamada cuneiformes, jeroglíficos en principio, y posteriormente
fonética; en el campo del derecho, formularon las primeras leyes y reglamentos; en cuanto
a arquitectura, hicieron importantes avances. , como bóvedas y cúpulas, creó un calendario
de 12 meses y 360 días e inventó un sistema de numeración hexadecimal. Aunque todavía
puede haber muchos descubrimientos en sus restos, muestra una cultura que ejerció una
poderosa influencia en el desarrollo de otras civilizaciones y la cultura occidental en ese
momento.

Algunas de las creaciones que les debemos a las civilizaciones que habitaron
Mesopotamia son:

 La escritura (escritura cuneiforme).


 La moneda.
 La rueda.
 Las primeras nociones de astrología y astronomía.
 El desarrollo del sistema sexagesimal y el primer código de leyes, escrito por el rey
Hammurabi.
 El sistema postal o de correo.
 La irrigación artificial.
 El arado.
 El bote y la vela.
 Los arreos para los animales.
 La metalurgia del cobre y del bronce.

En la medicina también tuvo influencia la cultura mesopotámica; Los textos babilónicos


más antiguos sobre medicina se remontan al antiguo período babilónico en la primera
mitad del segundo milenio antes de Cristo. Sin embargo, el texto médico babilónico
más extenso es el Manual de diagnóstico escrito por el ummânū, o erudito principal,
Esagil-kin-apli de Borsippa, durante el reinado del rey babilónico Adad-apla-iddina (1069-
1046 a. C.)

Junto con contemporánea medicina egipcia, los babilonios introdujeron los conceptos
de diagnóstico, el pronóstico, el examen físico, los enemas y las recetas. Además, el
Manual de diagnóstico introdujo los métodos de terapia y etiología y el uso del empirismo,
la lógica y la racionalidad en el diagnóstico, el pronóstico y la terapia. El texto contiene una
lista de síntomas médicos y observaciones empíricas a menudo detalladas junto con las
reglas lógicas utilizadas para combinar los síntomas observados en el cuerpo de un paciente
con su diagnóstico y pronóstico.

Los síntomas y enfermedades de un paciente fueron tratados a través de medios


terapéuticos como vendajes, cremas y píldoras. Si un paciente no podía curarse físicamente,
los médicos de Babilonia a menudo confiaban en el exorcismo para limpiar al paciente de
cualquier maldición. El Manual de diagnóstico de Esagil-kin-apli se basó en un conjunto
lógico de axiomas y suposiciones, incluida la visión moderna de que a través del examen e
inspección de los síntomas de un paciente, es posible determinar la enfermedad del
paciente, su etiología, su desarrollo futuro, y las posibilidades de recuperación del paciente.

Esagil-kin-apli descubrió una variedad de enfermedades y enfermedades y describió sus


síntomas en su Manual de diagnóstico. Estos incluyen los síntomas de muchas variedades
de epilepsia y enfermedades relacionadas, junto con su diagnóstico y pronóstico.

Fuentes de información Médica

Las más antiguas fuentes médicas escritas provienen de las civilizaciones


Mesopotámicas y Sumerias, ya desde la Mesopotamia tenemos tabillas de arcilla grabadas
con un estilete, en escritura cuneiforme y han subsistido hasta hoy, al igual que la biblioteca
de Hammurabi – 1700 a.C. en Mari y la de Asurbanipal – 630 a.C. en Nínive, en 1902 fue
encontrada en Susa una columna de basalto negro de 4 metros de alto esculpida; hoy en el
museo del Louvre, era el famoso Código de Hammurabi – 1720 – 1686 a.C., que regula la
actividad de los médicos y en los cuales hasta se establece los honorarios y las multas, en
este código se describe el gran desarrollo de la higiene pública, los drenajes de agua negra,
la construcción de escusados, muchos artículos del cuerpo legal médico, la regulación del
aborto, las transgresiones sexuales, la estructuración del ejercicio de la profesión médica,
normas reguladoras de la vida social, fue el primer código escrito de leyes de la humanidad,
grabado en escritura cuneiforme en torno a la columna del soporte, el rey aparece ante la
divinidad que le entrega dichas leyes; pero el más antiguo documento médico conocido es
una tablilla sumeria del tercer milenio con quince recetas médicas, encontradas en Nippur,
en 1974 se descubrió la biblioteca del palacio Real de Ebla con más de veinte mil tablillas
de arcilla, muchas de las cuales con información de los medicamentos utilizados, así mismo
existen inscripciones referentes a medicinas en varios monumentos y las fuentes escritas
son principalmente en tablillas. Los conceptos terapéuticos asirio – Babilónicos se basaban
en la creencia de que todos los fenómenos terrenales o cósmicos se encontraban
subordinados a la voluntad de los dioses por eso el carácter teúrgico de la medicina.

Todas las dolencias o maléficios producidos por demonios, o las curas se explicaban
a través de una correlación entre dioses. En la Medicina mesopotámica, la dolencia era un
castigo divino, originado por una falta, por eso la intervención del médico o sacerdote se
iniciaba con una confesión doliente, y la curación tenía un tinte de purificación a través de
la catarsis, y atribuida al contenido mágico del medicamento; algunos aspectos de la
medicina mesopotámica al igual que la griega, romana, egipcia, surgen de la mitología y
desde Mesopotamia se ha utilizado la serpiente como símbolo médico y tiene su origen en
la leyenda sumeria del héroe Gilgamesh que se basaba en la figura de un rey sumerio del
tercer milenio con múltiples aventuras, una de las cuales refiere que Gilgamesh se sumerge
hasta el fondo del mar para coger la planta de la eterna juventud, a su regreso en un
momento de descuido una serpiente le roba y engulle la planta, rejuveneciendo, mudando
su piel y curaba las enfermedades.

El arte médico mesopotámico, sumerio, Babilónico se reunía en tres categorías de


sacerdotes, pero sólo una trataba directamente con el enfermo, el Baru se ocupaba del
diagnóstico, causas de la enfermedad y del pronóstico Ashipur el exorcista que arroja los
demonios de la enfermedad y Asu, sanador era el verdadero médico que suministraba los
medicamentos, Cuatro milenios antes de Cristo, en Asiria Caldea, Babilonia, los médicos
sacerdotes utilizaban:

1) El Interrogatorio (examen de conciencia – catarsis)

2) La adivinación, usando el fuego: Empiromancia -, el polvo: Lecanimancia. La


astrología, usando los sueños la Oniromancia, la Hepatoscopía – examen del hígado
o vísceras de animales sacrificados, porque consideraban al Hígado como la fuente
de la vida. Existen representaciones del Hígado en arcilla con divisiones y señales
para poder identificar las lesiones.

3) Los augurios médicos, para predecir el futuro del enfermo y se derivan de la


inspección de la orina, de la expresión facial, de la sangre de las sangrías, para
determinar los indicios de la recuperación o muerte y la expulsión de los demonios
de la enfermedad.
4) La higiene, los mesopotámicos, fueron los precursores de la higiene personal y
pública y utilizaron la profilaxis, al separar a los leprosos, expulsándolos de las
ciudades y creando comarcas especiales para ellos, pues la lepra desde estas épocas
ya era una enfermedad endémica.

Pero no solamente los tratamientos médicos eran ritos mágicos, religiosos,


utilizaron hasta 250 variedades de plantas medicinales, sustancias minerales, y hasta
sustancias animales, emplearon el masaje, el calor, y múltiples tratamientos quirúrgicos,
curación de heridas, evacuación de abscesos, flebotomías, amputaciones, trepanaciones,
operaciones de cataratas, actos médicos que son relatados en las tablillas mesopotámicas.

. Los médicos babilonios disponían de tratados terapéuticos, en los que se


mencionaban el remedio, la enfermedad y su tratamiento específico. Todos estos textos
tienen la misma estructura en tres columnas y los hay de tres clases, según la naturaleza
(šikinšu) del ingrediente recomendado sea vegetal (sammu šikinšu), mineral (abnu šikinšu)
o animal (ṣeru šikinšu).

Algunos de los manuales terapéuticos se ordenaban según el lugar o asiento (šiknu)


de la enfermedad (dimitu), generalmente, estos eran el corazón, los pulmones, el vientre y
los riñones. Así, había remedios contra la fiebre, la tos, los dolores de cabeza, afecciones de
los ojos, cólico, entumecimiento de las extremidades, etc.

Otra clase de tratado médico es el que describe los síntomas de las enfermedades y
sus respectivos pronósticos. Conservamos un manual de estas características y, según se
indica en el colofón, fue escrito por Esagil-kin-apli, Las dos primeras tablillas del manual
tienen un marcado carácter mágico, pero las restantes son un ejemplo de precisión en la
descripción de los síntomas, examen del enfermo y dictamen del pronóstico: “él morirá” o
“él sanará”; El Tratado de diagnósticos y pronósticos no incluye tratamientos ni recomen-
daciones.

Conservamos dos copias de un catálogo de esta manual. En él se registran los incipit


correspondientes a las 40 tablillas, consignando además el número de líneas que contiene
cada una de ellas. Es muy importante observar que su autor distribuyó el manual en seis
secciones. Las dos primeras tablillas, registran posibles sucesos y signos premonitorios que
se registran cuando el sipu se dirige a la casa de los enfermos. Las restantes tablillas
recogen juicios clínicos de las dolencias y enfermedades conocidas en la época:

— III a XIV. Examen físico del enfermo, de la cabeza a los pies. Se hace un repaso de los
males que afectan al cráneo, como la fiebre, heridas y dolor; aspecto del cabello; heridas y
afecciones en los ojos, nariz, orejas, boca, dientes y lengua; temblores y rigidez en el
cuello; afecciones en el pecho y la respiración; brazos, manos, dedos, muñecas y codos;
abdomen, epigastrio, intestinos, cadera, ingles, nalgas, ano, pene, testículos, excrementos,
orina, piernas, rodillas y pies.

— XV y XVI. Evolución de la enfermedad a lo largo de los días. Síntomas que


afectan a las personas que han cumplido setenta años.

— XVII. Episodios que atraviesa la enfermedad en un mismo día.

—XVIII. Estados febriles.

—XIX, XX y XXI. Distinción entre las enfermedades que acusan fiebre de las que
no lo hacen.

— XXII y XXIII. Enfermedades infecciosas.

— XXVI a XXX. Enfermedades que afectan al sistema nervioso.

— XXXI. Fiebres.

— XXXIII. Lesiones de la piel

— XXXVI a XL. Dolencias y cuidados de la mujer y de los niños.

Hay un sin número de tablillas de este tipo y muchas donde se describen


enfermedades mentales que en ese tiempo se creía que provenían del corazón, otras donde
se tratan las enfermedades que provenían de los dioses como castigo divino o maleficio en
los que el sacerdote se encargaba de orar a los dioses y pedir el perdón del pecado o el
retiramiento del maleficio.

Los textos apuntan a una tradición de terapeutas iniciada a mediados del cuarto
milenio a de C., probablemente, durante los períodos de las dinastías arcaicas de Uruk. Este
conjunto de conocimientos, transmitido oralmente de padres a hijos, o enseñado a muy
contados aprendices en las escuelas anexas a los templos, fue recogido sucesivamente por
los sanadores de las civilizaciones acadia, babilónica, asiria y caldea. La magia y el
exorcismo impregnaron un saber que se apoyaba en el examen clínico, la experiencia y la
tradición. Los médicos de estas culturas no supieron o no pudieron enunciar hipótesis
teóricas a las que ajustar los datos empíricos acumulados en el ejercicio de su profesión, al
atribuir el origen de las enfermedades al desequilibrio humoral. Los sanadores asirios y
babilonios procedieron de manera más arcaica: registrando las manifestaciones y los
síntomas de las enfermedades; anotando las dolencias concomitantes; escudriñando al
paciente. No conociendo la causa de la enfermedad, creyeron que los dioses enviaban el
mal, a modo de represalia contra el enfermo, quien, segura- mente, habría quebrantado un
juramento o violado alguna regla. Antes de nada, se hacía necesario contentar a los dioses.
De ahí las plegarias y ritos, los exorcismos y las ofrendas. Nada nos sorprende: el ser
humano actual todavía busca curas milagrosas y achaca su enfermedad a castigos divinos y
a conductas improcedentes. A veces, se conforma con lo que le ha venido (del cielo) y no
busca la curación, porque ve en su dolencia el castigo impuesto por su falta.

BIBLIOGRAFIAS

Wikipedia (2021). “Mesopotamia”. Disponible en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Mesopotamia.

Dr. Jorge Cárdenas Arévalo (2001). “LA MEDICINA EN MESOPOTAMIA”.


Disponible en: https://www.cardenashistoriamedicina.net/capitulos/es-cap2-2.htm.

Piedad Yuste (2010), Universidad Nacional de Educación a Distancia. Espacio,


Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, págs. 27-42.

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