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1/10/2020 10848 - Scania Argentina SA

PARTE/S: Scania Argentina SA


TRIBUNAL: Corte Sup. Just. Nac.
SALA: -
FECHA: 08/06/2010
JURISDICCIÓN Nacional

Buenos Aires, 8 de junio de 2010


VISTOS LOS AUTOS
"Scania Argentina S.A. (T.F. 19.349-I) c/ DGI".
CONSIDERANDO:
Que las cuestiones planteadas han sido adecuadamente tratadas en el dictamen de la señora Procuradora Fiscal, cuyos
fundamentos son compartidos por esta Corte, y a los que corresponde remitirse por razones de brevedad.
Por ello, se declara formalmente admisible el recurso extraordinario y se confirma la sentencia apelada. Con costas.
Notifíquese y devuélvase.

RICARDO LUIS LORENZETTI


ELENA I. HIGHTON de NOLASCO
CARLOS S. FAYT
ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
JUAN CARLOS MAQUEDA
E. RAÚL ZAFFARONI
CARMEN M. ARGIBAY

DICTAMEN DE LA PROCURACIÓN GENERAL DE LA NACIÓN


Suprema Corte:
-I-
A fs. 287/287 vta., la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal confirmó la sentencia
del Tribunal Fiscal de la Nación (ver fs. 196/200) que, en su oportunidad, había revocado la resolución 203/2000 de la Jefa (int.) de la
División Determinaciones de Oficio de la Dirección de Grandes Contribuyentes Nacionales de la DGI, en cuanto mediante este acto se
había impugnado las declaraciones juradas del impuesto a las ganancias de la actora de los períodos 1993 a 1995 inclusive,
determinando de oficio el resultado neto impositivo y exigido los intereses resarcitorios correspondientes.
Para decidir de esta forma, estimó que se halla fuera de debate la deducibilidad de cuatro determinaciones de oficio relativas al IVA
(períodos diciembre de 1986 a agosto de 1992 inclusive, más los accesorios), las que fueron oportunamente recurridas ante el
Tribunal Fiscal. En cambio, lo que sí debe dilucidarse es en qué oportunidad tales sumas podían ser computadas y deducidas por el
contribuyente, es decir, si podía hacerse en el ejercicio correspondiente a su notificación o bien -como sostiene el Fisco- debía
aguardarse a aquel en que ellas fueran judicialmente exigibles, instante que, en el caso de autos, se configuró luego de que el
mentado tribunal administrativo dictó sendas sentencias confirmando esos actos administrativos.
El a quo estimó que, en el caso de la actora, el art. 18 de la ley del impuesto a las ganancias (t.o. en 1986) establece que las
diferencias de impuesto provenientes de ajustes han de computarse en el balance fiscal correspondiente al ejercicio en que se
determinen, sin prever un tratamiento distinto para el supuesto en que tal acto determinativo sea recurrido.
De tal suerte, afirmó que el contribuyente había conformado su conducta al precepto legal, al haber deducido tales conceptos en
las declaraciones de los ejercicios respectivos en que le fueron notificadas.
- II -
A fs. 294/308 vta. luce el recurso extraordinario interpuesto por la demandada, concedido a fs. 331.
Aduce que lo resuelto es producto de una incorrecta interpretación de normas federales y que, al tiempo, peca de arbitrario puesto
que dejó de dar respuesta a cuestiones conducentes a una correcta solución del entuerto. Sostiene, en prieta síntesis, que los ajustes
determinados a los que se refiere la norma del art. 18 de la ley del gravamen en su parte pertinente son únicamente aquellos cuyo
pago puede exigir el Fisco, inclusive de manera compulsiva.
- III -

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A mi modo de ver, el recurso federal es formalmente procedente, dado que se ha cuestionado la inteligencia de normas federales -
el art. 18 de la ley del impuesto a las ganancias- y la decisión recaída en la sentencia definitiva del tribunal superior de la causa ha
sido contraria al derecho que la apelante fundó en aquélla (art. 14, inc. 3º, de la ley 48).
- IV -
El debate de autos gira, concretamente, en torno a la interpretación del quinto párrafo del art. 18 de la ley del impuesto a las
ganancias (t.o. en 1986; y texto según ley 23.260, que -en lo que aquí importa- se mantiene sin modificaciones en la actualidad). La
norma expresa que "Las diferencias de impuestos provenientes de ajustes se computarán en el balance impositivo correspondiente al
ejercicio en que se determinen o se paguen, según fuese el método utilizado para la imputación de los gastos".
Se halla fuera de toda duda tanto la deducibilidad de las sumas que provienen de ajustes realizados por la AFIP oportunamente en
el IVA de diversos períodos comprendidos entre los años 1986 y 1992, como que la actora debe aplicar el método de lo devengado
para liquidar el tributo (arg. arts. 69, inc. a, y 49 de la ley respectiva).
En tales condiciones, a mi modo de ver, el precepto no presenta mayores dificultades hermenéuticas ni en cuanto a que los ajustes
se devengan en el ejercicio en que se determinan ni, por otra parte, en cuanto a que la "determinación" a la que se refiere no tiene
adjetivación o limitación alguna que permita introducir los matices interpretativos que pretende la recurrente al diferenciar entre
aquellas cuyo pago sea exigible y aquellas otras que, por los motivos que fuere -v. gr. por haber sido recurridas ante el Tribunal Fiscal
de la Nación y estar pendiente de sentencia o ser ésta favorable al contribuyente- no lo sean.
Debe tenerse presente la inveterada doctrina de V.E. que postula que la primera regla de interpretación consiste en respetar la
voluntad del legislador y, en tal sentido, cabe estar a las palabras que ha utilizado (Fallos: 321:2010; 323:3215) y que esa voluntad
es la letra de la ley, cuyos términos deben ser comprendidos en el sentido más obvio del entendimiento común, sin que quepa a los
jueces sustituir al legislador sino aplicar la norma tal como éste la concibió (Fallos: 321:1614). Asimismo, conviene recordar que
tampoco corresponde a los jueces introducir distinciones cuando el precepto no lo hace pues, según el conocido adagio, ubi lex non
distinguit, nec nos distinguere debemus (Fallos: 304:226, voto del juez Gabrielli).
En el sub lite, como he relatado aquí, se trató de un supuesto de este segundo caso, no estando en discusión que la actora
procedió a deducir las sumas indicadas en los balances impositivos correspondientes a los ejercicios fiscales en los cuales tales actos
administrativos de la AFIP le fueron notificados.
A mayor abundamiento, vale destacar dos aspectos que contribuyen a avalar la postura que propicio, en coincidencia con lo
sentenciado por el a quo. Por una parte, que cuando el legislador prevé la utilización del método del devengado exigible -que es, en
definitiva, lo que pretende aquí el Fisco Nacional- lo hace de manera expresa (arg. art. 18, segundo párrafo, inc. a, de la ley del
gravamen).
Y, por otra, que el precepto bajo análisis contribuye a dar coherencia al mecanismo del tributo que obliga al contribuyente que
debe adoptar el método de lo devengado a que compute con idéntico criterio tanto sus ingresos como sus gastos y deducciones que
correspondan. En tal sentido, ha dicho el Tribunal que de acuerdo con la técnica adoptada por la ley del impuesto a las ganancias, es
obvio que para el contribuyente que utiliza el sistema de lo devengado, como sucede con la actora, las deudas de cualquier naturaleza
son deducibles de los créditos ciertos producidos en el mismo ejercicio, aun cuando no hayan sido efectivizados, del mismo modo que
las deudas pagadas lo serían de los créditos efectivamente cobrados para quien utilizara el sistema de lo percibido (arg. Fallos:
285:322).
-V-
En virtud de lo expresado, opino que corresponde declarar formalmente admisible el recurso extraordinario y confirmar la
sentencia de fs. 287/287 vta.
Buenos Aires, 17 de marzo de 2009.

LAURA M. MONTI

Cita digital: EOLJU113498A Editorial Errepar - Todos los derechos reservados.

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