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La sucesión pasa por diversas épocas a lo largo de su evolución, por lo que se divide
en la forma siguiente:
Al darse la sucesión forzosa, se le otorgaba al patrono del testador tanto como a sus
hijos, si se deba que un liberto fuese desheredado o no tuviere liberti, la adquisición le
pertenecía a los mencionados con anterioridad, sino se cumplía, el patrono acudía a
una bonorum possesio contra tabulas.
c) Sucesión contra el testamento, Derecho Imperial
Surge de la época Republicana, para todo testamento que no cumpliera ni una
mínima parte hacia los parientes, considerándolo impugnable puesto que no
ejecutaba el ofiicium pietatis (deber familiar).
Es el tribunal de los centumviri, quien se hace cargo de la situación con carácter
judicial, teniendo la capacidad de declarar los testamentos inoficiosos si en dada la
circunstancia no favorece al familiar, sin embargo se crea una jurisprudencia y
legislación permitiendo el ejercicio de un derecho de legítimas, el cual concede por la
querela inofficiosi testamenti,
¿Qué era el querela inofficiosi testamenti? Permitía al pariente impugnar el testamento
que los desheredó injustamente, los que podían ejercer la acción eran los
descendientes legitimados más próximos (testadores), menos los que ya obtuvieren
por lo menos una cuarta parte, a lo que se le conoce como porción legítima.
¿En qué caso no aplica la querella? Al darse la sucesión legítima, es decir que ya se
le haya concedido una mínima parte, a esta también se le conoce como ab intestato.
Así también se presentaba por Legado o por donación mortis causa, no aplicando la
querella. Tampoco cuando se daba una causa justificada dejando la decisión por el
Tribunal, si es declarado inoficioso queda el arbitrio judicial declarado nulo o solo la
propia Institución, era aquí donde el heredero ya no tenía posibilidad alguna de
impugnar, por lo que se crea la actio ad supplendam, permitiendo una nueva
distribución del patrimonio.
Con la evolución se dan otros tipos de querella que son: querela inofficiosae
donationis y la inofficiosae dotis, con objeto de anular dotes perjudicantes a la
legalidad.
SUCESION EN ROMA
La palabra sucesión se define como “la entrada o continuación de una persona en lugar
de otra”, del latín succesio, “acción de suceder, de ocupar un puesto ocupado por otro”.
La sucesión universal entre vivos consiste en el hecho de que una persona se ubique en el
lugar de otra, dentro del conjunto de relaciones patrimoniales.
En Roma, se conocieron tres formas de adquirir entre vivos; la primera consiste en el hecho
de que un liberto fuese sometido a la esclavitud; en segundo lugar un sui iuris, este sujeto
mediante la abrocatio al poder de un paterfamilia y en último lugar está la mujer sui iuris que
se sujetaba a la mano.
SUCESIÓN MORTIS CAUSA
Sucesión por causa de muerte, conocida como herencia o sucesión universal, comprende el
libre poder de disposición del pater, pero en ésta el causante dispone en vida para después de
su muerte de sus bienes.
Fundamento de la Sucesión Mortis Causa
Todos los conceptos fundamentales de la herencia romana se basan en este concepto: "que
la sucesión hereditaria es una consecuencia necesaria de la adquisición del título de heredero,
el cual viene a ser, por lo tanto, una verdadera condición subjetiva de capacidad para la
adquisición universal del patrimonio o del difunto."
Clases de sucesión mortis causa
Para la doctrina romana, la sucesión por causa de muerte, era una especie de las sucesiones
universales y esta se fundamentaba en la figura central del heredero que según los
historiadores se utilizaba como sinónimo, el termino sucesión mortis causa y herencia,
dejando de manifiesto que con el fallecimiento de una persona debía de existir un continuador
de su figura.
Los autores modernos la han definido como el hecho mediante el cual al morir una persona,
deja a otra la continuación de sus derechos y obligaciones.
EL HEREDERO
Una vez fallecido el causante, debe haber ya sea por disposición legal, o disposición
testamentaria una persona que ocupe el puesto, esta persona que recibe los bienes del
difunto recibe el nombre de heredero, adquiriente, sucesor, causahabiente.
1. La muerte de un sujeto.
3. La capacidad de suceder.
Para tener capacidad de suceder, el llamado a suceder no podía ser un sujeto sometido a
la capitis diminutio, o peregrino, debía ser un ciudadano romano.
Tesis romana
Libertad absoluta del testador.
El patrimonio del de cujus era considerado una unidad.
El heredero asume una responsabilidad ilimitada y el patrimonio del de cujus se confunde con
el del heredero, sucediéndose tanto en el activo como en el pasivo dado el carácter personal de
la sucesión.
Qué es un albacea
El albacea testamentario es quien se encarga de cumplir con las
instrucciones que deja una persona en su testamento. Es designada por el
propio testamentario para que haga cumplir su última voluntad.
El nombramiento debe quedar establecido en el mismo testamento para que
sea válido. Se trata de un cargo voluntario, que debe ser aceptado por la
persona en cuestión. Tampoco es obligatorio dar retribución alguna por las
funciones que cumpla, pero el testador puede especificar que se le otorgue
retribución profesional.
Bien en cuanto a las funciones del albacea particular, no entraremos pues estás son las que
dispone el testador en su testamento, cuando no se expresan en el mismo, las funciones del
albacea son las que marca la Ley y son las que siguen:
podrá disponer y pagar los sufragios y el funeral del testador, siempre con arreglo a lo
que se haya dispuesto en el testamento; de no venir nada en concreto se atenderá a la
costumbre.
cuando existan legado en metálico, y el legatario tenga conocimiento del mismo, lo
podrá satisfacer con el beneplácito del mismo. Esto es muy importante, pues es necesario
la aprobación del legatario para hacer entrega del legado.
tendrá una función de vigilancia sobre los extremos que marque el testamento,
vigilando su cumplimiento, llegado el caso deben sostener, siempre que sea justo, la
validez del testamento en juicio. Pueden también llegado el caso demandar a los
herederos si estos no ejecutan lo que el testamento marca. No son representantes de la
herencia, salvo que el testador haya indicado o les haya nombrado administradores de la
misma.
y por supuesto, deben tomar toda precaución encaminada a la conservación y
custodia de los bienes, siempre con la intervención necesaria de los herederos.
Las obligaciones del albacea
En ocasiones los albaceas tienen como misión no repartir bienes a unos herederos
determinados, sino invertir o distribuir los bienes de la herencia de la forma que el testador
disponga, en ese caso debe rendir cuentas ante el Juez que velará para que se hayan seguido
las indicaciones del testador. En el caso habitual, de que el albacea deba entregar los bienes a
unos herederos determinados, lo hará bajo las siguientes obligaciones:
debe cumplir fielmente y con la mayor diligencia posible, el encargo que ha recibido,
de acuerdo a lo indicado por el testador y siempre con arreglo al Código Civil,
debe realizar el inventario, esta obligación no viene impuesta por el Código Civil, pero
la jurisprudencia del Tribunal Supremo así lo marca,
en todo caso debe rendir cuentas ante los herederos, con las operaciones particionales
se sobreentiende que se cumple este extremo.
Ya hemos mencionado que este se trata de un cargo voluntario. Ahora
detallaremos quién puede ser albacea.
Esta función la puede ejercer cualquier persona en la que confíe el testador.
Debe ser mayor de edad y tener capacidad de obrar. No importa el cargo
académico que tenga la persona. Pero, por lo general se nombra a un
abogado o notario de confianza por sus conocimientos en la materia.
Pero, además de estas, también puede ejercer otras funciones por iniciativa
propia. Siempre y cuando velen por la seguridad de los bienes y el
cumplimiento de las responsabilidades del testador.
Por ejemplo, debe hacerse cargo del pago de las deudas del testador y si
para ello debe vender o hipotecar bienes, puede hacerlo. Asimismo, el año
de la muerte del testador, se debe hacer la declaración de impuestos, lo
cual también queda bajo su cargo.
También puede darse el caso de que el albacea presente su renuncia, debe hacerlo ante un
Juez que deberá atender o no su demanda, mientras tanto debe seguir empeñando sus
funciones, hasta que los interesados puedan tomar las medidas oportunas. La renuncia se
comunicará a los interesados, que serán indemnizados por los perjuicios y daños que se les
ocasione.
Los interesados pueden pedir la remoción del albacea, ante este escenario se abren dos
posibilidades, que el albacea renuncie al cargo o que sea decretada judicialmente su
remoción. En ningún caso queda al arbitrio de los interesados esta decisión, pues contraviene
lo indicado en el testamento. Las causas que se pueden esgrimir para pedir la remoción son
desde la incapacidad para llevar adelante el encargo, que existan conflictos de intereses, que
los albaceas muestren negligencia o mala administración a la hora de cumplir con sus
funciones, demora no justificable, etc.