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Las sustituciones son, pues, ciertos tipos de segundas o ulteriores instituciones de heredero,
las cuales, salvo este carácter de subsiguientes y condicionadas que le es común, no tienen
idéntica naturaleza.
Parece ser que el origen de la sustitución (al menos de la sustitución vulgar) está relacionado
con la predilección de los romanos por la sucesión testamentaria. En efecto, mediante la
sustitución se conseguía dificultar la llamada de los herederos ab intestato, ya que cuanto
mayor número de sustitutos, menor probabilidad existía de que alguno no aceptase la
herencia. Por otra parte, la sustitución excluye el derecho de acrecimiento, pues dado que éste
supone que la cuota quede vacante, ello no podría darse cuando aquélla sea atribuida al
sustituto.
+ Sustitución vulgar
Así llamada por ser comúnmente usada. Tenía lugar cuando el testador en el testamento,
después de haber instituido un heredero, instituía subordinadamente otro u otros para el caso
que el primer instituido no aceptase la herencia. Es posible hacer un número infinito de
sustituciones, a fin de evitar la apertura de la sucesión legítima.
Tanto en Derecho romano como en Derecho moderno la sustitución vulgar parece implicar una
institución de heredero bajo condición, que se verificará cuando el heredero instituido en
primer lugar, no llegue a serlo, bien porque no pueda (muerte o incapacidad por ejemplo),
bien porque no quiera (renuncia). La sustitución es contemplada en nuestro Código civil a
partir del artículo 774, cuyo primer párrafo sanciona que "Puede el testador sustituir una o
más personas al heredero o herederos instituidos para el caso en que mueran antes que él, o
no quieran, o no puedan aceptar la herencia".
La fórmula empleada por el testador era normalmente la siguiente: Titius heres esto, si Titius
heres non erit, Maevius heres esto; si Maevius heres non erit, Sempronius heres esto, y así
sucesivamente si se nombraba más de un sustituto. Si el primer llamado se convierte en
heredero, no se produce la condición y no tiene lugar la llamada a favor del sustituto;
viceversa, si el primer llamado no llega a ser heredero, se considera acaecida la condición y se
defiere la herencia al sustituto.
+ Sustitución pupilar
Ulpiano (D. 28, 6, 2, 5) nos indica la fórmula: Si filius meus intra quartum decimum anuum
decesserit, Seius heres esto (si mi hijo muriese antes de cumplir los catorce años, sea Seyo mi
heredero). Tenía la finalidad de evitar que, muriendo el hijo siendo impúber, y por tanto
incapaz de hacer testamento, se abra la sucesión legítima en orden a la herencia del filius que
comprende, a su vez, la herencia del padre. En realidad existen dos disposiciones
testamentarias: una del padre para sí mismo (cuando instituye heredero al hijo) y otra del
padre para el hijo (cuando le nombre un sustituto).
. Si el hijo moría antes que el padre, el sustituto era heredero del pater.
. Si el padre moría antes que el hijo, y éste moría antes de cumplir los 14 años, el sustituto era
heredero del hijo, lo que acarreaba que no sólo adquiría la herencia del testador, sino también
todo aquello que hubiese llegado a manos del hijo después de la muerte del padre.
. Si el padre moría antes que el hijo y éste alcanzaba la pubertad, la sustitución venía a menos.
+ Sustitución cuasipupilar
No era otra cosa que la extensión analógica de la pupilar. Fue introducida por Justiniano, y
según ella, el testador nombraba un sustituto para el caso que el filius demente muriera sin
haber alcanzado la salud mental. La sustitución cae cuando el demente adquiere capacidad.
Esta se daba en caso que no reuniere los requisitos exigidos por ley para su validez que eran :
1. Capacidad del testador (Testamenti Factio Activa)
Testamenti factio activa: era la capacidad jurídica que tenían los sujetos para hacer su
testamento y era exclusiva para los ciudadanos romanos, sui iuris. Las personas que
carecían de este derecho eran los impúberes, prodigios, locos en su momento de
lucidez; las mujeres necesitaban autorización de su tutor
codicilo
El derecho romano, testamento que carece de las formas exigidas por la ley el codicilo surgió
por una necesidad práctica de resolver los casos de aquellos ciudadanos a quienes, por
hallarse en el extranjero o en campaña, les era sumamente difícil cumplir con las solemnidades
requeridas por la ley para otorgar testamento válido. No debemos olvidar que el derecho
sucesorio romano, debido al
carácter religioso del que se hallaba informado, era muy exigente en cuanto a las forma y
solemnidades requeridas por disposiciones de última voluntad.
El término proviene de la palabra latina codicili con lo cual se designaba a las tablas de cera
que se utilizaban para una escritura precaria. En un plano puramente hipotético se arriesgaba
la idea De que dichas tablas enceradas fueron utilizadas para realizar disposiciones de última
voluntad, que ciertamente no podían ser consideradas como testamentos por carecer de
solemnidades exigidas por la ley en la actualidad, dada la rigidez de las formas requeridas por
el derecho sucesorio, la mayoría de las legislaciones rechazaban la validez de los codicilios.
Disposición de última voluntad, hecha antes o después del testamento, y con menos
solemnidad que éste, bien para instrucciones secundarias o con el objeto de añadir, quitar o
aclarar algo con respecto a aquel documento, o anularlo.
Tus punto
Teoría General
La revocación del testamento:
En el Derecho Romano podemos decir que la única forma en que se podía
transmitir la herencia era por medio del testamento el cual contiene la
última voluntad, era esencialmente revocable en caso de que el testador
descubriera que el contenido de su testamento ya no correspondía a una
ulterior voluntad suya.
Las XII tablas admiten ya el testamento y éste llegó a ser una costumbre
nacional al grado de que morir intestado era una falta. La sucesión
testamentaria llegó a prevalecer sobre la legítima, pero posteriormente se
reaccionó contra el abuso de excluir de la herencia a parientes cercanos.
Se consideraba que el no dejar parte conveniente de los bienes a los
parientes más próximos era una falta a los deberes de familia o sea a la
pietas ergo suos y que el testamento que así los descuidaba era contra
officium pietatis y, por tanto, inoffociosum.
Aquellos sucesores a quienes correspondía la herencia ab intestato y que
habían sido postergados en el testamento podían intentar contra esté la
querella inoficiosa testamentaria.
Se desenvolvió entonces la sucesión legítima formal que consistía en la
obligación impuesta al testador de no preferir a los sucesores ab intestato
de la primera clase, o sea, según la jurisprudencia, a los herederos civiles,
los sui, siguiendo con esto el espíritu del ordenamiento familiar romano.
La institución o la desheredación debía de hacerse en la forma debida, el
filius sus debía ser desheredado nominalmente y las hijas y los nietos
acumulativamente, Justiniano en su Novela 115 prescribió que los
ascendientes y los descendientes debían ser necesariamente herederos y
sólo podían ser desheredados por los motivos graves y determinados.
Los legados