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Tipos de despido en el

ordenamiento peruano
Tipología del despido en el sistema jurídico peruano: despido arbitrario,
incausado, injustificado, nulo y fraudulento
POR
 JESÚS MIGUEL CHANAMÉ ARRIOLA
 -
24 SEPTIEMBRE, 2020
996

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Sumario: 1. Introducción, 2. Tipos de despido en la legislación, 3. Despido


incausado, 4. Despido nulo, 5. D. fraudulento, 6. Despido de hecho, 7. Modos
de reparación, 8. Conclusiones.

1. Introducción

El despido es una forma de extinción de la relación laboral por decisión


del empleador. En principio, la Constitución Política peruana, en los
artículos 22 y 27, ha establecido que:

Artículo 22.- Protección y fomento del empleo


El trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y un
medio de realización de la persona.

Artículo 27.- Protección del trabajador frente al despido arbitrario


La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido
arbitrario.
Tal como lo señala Carrillo, la Constitución ha encausado la proscripción
a un despido libre. Dicha medida lo reconoce el artículo 7, inciso d, del
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(Protocolo de San Salvador), que el despido necesite una causa o
justificación es parte del contenido esencial del artículo 22 de la
Constitución[1].

Además, el artículo 27 ordena al legislador a brindar al trabajador una


adecuada protección contra el despido arbitrario; así, se prohíbe esta
clase de despido. Sobre esto, la doctrina nacional coincide en que el
contenido mínimo de este artículo es la interdicción de la arbitrariedad
del despido

En tal sentido, para diversos autores, la Constitución reconoce que el


despido tenga una causa y considera inválido al despido  ad nutum
(despido a voluntad), pero frente a esto, deja a criterio del legislador
elegir entre la reposición o la  indemnización, como medida reparadora
del despido arbitrario[2].

Así, desarrollando esta premisa, en el primer párrafo del artículo 34


del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo del 728 (en
adelante T.U.O del D.L 728) determinó lo siguiente:

El despido del trabajador fundado en causas relacionadas con su


conducta o su capacidad no da lugar a indemnización.

El legislador reconoce que el despido debe cumplir con tener una causa
relacionada con la capacidad y conducta del trabajador (despido
disciplinario). Caso contrario, se deberá pagar una indemnización.

2. Tipos de despido en la legislación

Frente a lo que la Constitución ha establecido, el artículo 34 del T.U.O del


D.L 728 precisó:
Si el despido es arbitrario por no haberse expresado causa o no poderse
demostrar esta en juicio, el trabajador tiene derecho al pago de la
indemnización establecida en el Artículo 38, como única reparación por el
daño sufrido. Podrá demandar simultáneamente el pago de cualquier
otro derecho o beneficio social pendiente.

En los casos de despido nulo, si se declara fundada la demanda el


trabajador será repuesto en su empleo, salvo que en ejecución de
sentencia, opte por la indemnización establecida en el Artículo 38.

De este texto, se concluye que existen dos despidos reconocidos


expresamente en la legislación:

a) El despido arbitrario que puede ser: incausado, cuando el empleador


no otorgue un motivo y el injustificado, el cual tiene un supuesto motivo,
pero no se prueba en el proceso judicial [3]; y,

b) El despido nulo que vulnera derechos fundamentales, tales como la


igualdad, la libertad sindical y la tutela jurisdiccional efectiva [4].

Desarrollaremos a continuación los tipos de despidos y sus


subclasificaciones.

3. Despido incausado

Como se desprende de la norma, el despido arbitrario puede


ser incausado y será aquel que no expresa causa.

Este tipo de despido fue reconocido durante el desarrollo sobre la


protección contra el despido arbitrario en el caso Telefónica (Sindicato
unitario de trabajadores de Telefónica del Perú S.A. y FETRATEL) recaído
en el Expediente 1124-2002-AA/TC, de fecha 11 de julio de 2002.

Sobre este caso, los magistrados sostuvieron que el remedio establecido


en la ley era insuficiente para reparar el despido arbitrario incausado,
pues vacía de contenido la protección constitucional del contenido
esencial del derecho al trabajo. Así, enunció lo siguiente:

Ahora bien, el segundo párrafo del artículo 34º del Texto Único Ordenado
del Decreto Legislativo N.° 728, Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, Decreto Supremo N.° 003-97-TR, establece que frente a un
despido arbitrario corresponde una indemnización «como única
reparación». No prevé la posibilidad de reincorporación. El denominado
despido ad nutum impone sólo una tutela indemnizatoria. Dicha
disposición es incompatible con la Constitución, a juicio de este Tribunal,
por las siguientes razones:

a. El artículo 34º, segundo párrafo, es incompatible con el derecho al


trabajo porque vacía de contenido este derecho constitucional. En efecto,
si, como quedó dicho, uno de los aspectos del contenido esencial del
derecho al trabajo es la proscripción del despido salvo por causa justa, el
artículo 34º, segundo párrafo, al habilitar el despido incausado o
arbitrario al empleador, vacía totalmente el contenido de este derecho
constitucional.

El Tribunal señaló en su resolución aclaratoria que solo el despido


incausado es inconstitucional. Luego, el injustificado es ilegal, por lo que
permitió que por medio de la vía de amparo pudiesen proceder las
demandas de despido incausado [5].

Estas precisiones cambiaron luego de que el Tribunal Constitucional


estableciera un precedente vinculante sobre la procedencia del amparo
en caso de despido. Mediante la sentencia recaída en el expediente 206-
2005-AA (caso «Baylón Flores») señaló que solo procederán las
demandas de amparo en materia laboral que se sustenten en despidos
nulos, incausados o fraudulentos, en caso que en la vía judicial ordinaria
no sea posible obtener vías procedimentales específicas, igualmente
satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado
o vulnerado [6].

Luego, esto se precisaría el I Pleno Jurisdiccional Supremo en Materia


Laboral, de fechas 4 y 14 de mayo de 2012, en el cual se señaló que la vía
judicial era suficiente para evaluar la reposición incluso en los casos de
despido incausado e injustificado.

4. Despido nulo

Un despido será categorizado como nulo cuando afecte derechos


fundamentales reconocidos en la Constitución.

El T.U.O del D.L 728 establece, mediante el artículo 29, que será un


despido nulo, aquel que tenga por motivo:

a) La afiliación a un sindicato o la participación en actividades sindicales:


será un despido nulo cuando se trate de separar a un trabajador que
decida integrar o formar un sindicato, además, por participar en
actividades sindicales. Para Arce, el ámbito subjetivo de protección
dependerá del contenido o del concepto de «actividades sindicales»[7].

b) Ser candidato a representante de los trabajadores o actuar o haber


actuado en esa calidad.

c) Presentar una queja o participar en un proceso contra el empleador


ante las autoridades competentes, salvo que configure la falta grave
contemplada en el inciso f) del Artículo 25.

d) La discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión, idioma,


discapacidad o de cualquier otra índole, es decir, algún tipo de
contravensión al artículo 2 de la Constitución.

e) El embarazo, el nacimiento y sus consecuencias o la lactancia, si el


despido se produce en cualquier momento del periodo de gestación o
dentro de los 90 (noventa) días posteriores al nacimiento. Se presume
que el despido tiene por motivo el embarazo, el nacimiento y sus
consecuencias o la lactancia, si el empleador no acredita en estos casos
la existencia de causa justa para despedir.
Debemos señalar que este tipo de acto no se presume: tanto el
empleador cuando imputa un despido por falta grave; así como el
trabajador, cuando argumenta que su despido fue nulo. Se debe probar
que los hechos imputados configuran un despido[8].

5. Despido fraudulento

Mediante la sentencia recaída en el Expediente 976-2001-AA/TC (caso


denominado Llanos Huasco), el Tribunal Constitucional consideró
necesario aclarar que existe un tipo de despido distinto al arbitrario
(incausado e injustificado) y el nulo.

Se produce el denominado despido fraudulento, cuando:


Se despide al trabajador con ánimo perverso y auspiciado por el engaño,
por ende, de manera contraria a la verdad y la rectitud de las relaciones
laborales; aun cuando se cumple con la imputación de una causal y los
cánones procedimentales, como sucede cuando se imputa al trabajador
hechos notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios o, asimismo, se le
atribuye una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de
tipicidad, como lo ha señalado, en este último caso, la jurisprudencia de
este Tribunal (Exp. N.° 415-987-AA/TC, 555-99-AA/TC Y 150-2000-
AA/TC); o se produce la extinción de la relación laboral con vicio de
voluntad (Exp. N.° 628-2001-AA/TC) o mediante la «fabricación de
pruebas».

La característica principal de este tipo de despido es la vulneración al


principio de tipicidad, toda vez que este principio regula el debido
proceso. Además este tipo de despido corresponde a una voluntad del
trabajador («ánimo perverso»).

La configuración del despido fraudulento fue tratado en el Tema 2


del Pleno Jurisdiccional distrital de Arequipa en materia laboral 2018,
concluyendo que:

El análisis del despido fraudulento bajo los supuestos de la STC 976-


2001-AA/TC no deben ser excluyentes, se debe contemplar otros
supuestos vinculados al despido lesivos a los derechos fundamentales,
siempre que se configure una situación de fraude.

Con esto, se amplió la concepción del despido fraudulento a la


jurisprudencia doctrinaria de la Corte Suprema, vinculándolo con la
protección de otros derechos fundamentales. Así, tenemos el siguiente
cuadro sobre la jurisprudencia respecto al despido fraudulento.

Elaboración propia.
Como podemos apreciar, no ha habido un pronunciamiento
jurisprudencial respecto a los límites de la definición del despido
fraudulento. En el último pronunciamiento, la Corte Suprema añade la
protección cuando el trabajador fue despedido sin mediar los principios
de razonabilidad y proporcionalidad.

6. Despido de hecho

Existen actos que el empleador puede ejecutar para perjudicar al


trabajador y que pueden parecer sustentados en la capacidad de
dirección. Esta situación se denomina como acto de hostilidad: algunos
de estos actos pueden originar la extinción de la relación laboral (son
equiparables al despido)[9].
Se reconoce como un tipo de despido, puesto que su trato es similar,
toda vez que los actos cometidos contra el trabajador ameritan una
tutela especial.
Como puede apreciarse, en el artículo 30 del T.U.O del D.L del 728 se
establece que son actos «equiparables» al despido los siguientes
supuestos:

a) La falta de pago de la remuneración en la oportunidad


correspondiente, salvo razones de fuerza mayor o caso fortuito
debidamente comprobados por el empleador;

b) La reducción de la categoría y de la remuneración. Asimismo, el


incumplimiento de requisitos objetivos para el ascenso del trabajador.

c) El traslado del trabajador a lugar distinto de aquel en el que preste


habitualmente servicios, con el propósito de ocasionarle perjuicio;

d ) La inobservancia de medidas de higiene y seguridad que pueda


afectar o poner en riesgo la vida y la salud del trabajador;

e) El acto de violencia o el faltamiento grave de palabra en agravio del


trabajador o de su familia;

f) Los actos de discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión,


idioma, discapacidad o de cualquier otra índole;

g) Los actos contra la moral y todos aquellos que afecten la dignidad del
trabajador.»

h) La negativa injustificada de realizar ajustes razonables en el lugar de


trabajo para los trabajadores con discapacidad.

Cuando el trabajador sea perjudicado por alguno de estos actos, podrá


emplazar por escrito a su empleador imputándole el acto de hostilidad
correspondiente, debiendo darle un plazo razonable (no menor de seis
días naturales) para que se presenten sus descargos o enmiende su
conducta.

Caso contrario, el trabajador podrá darse por despedido y podrá pedir la


indemnización correspondiente.

7. Modo de reparación

A continuación presentamos la vía idónea para solicitar el remedio ante


cada tipo de despido:

Cuadro inspirado en el artículo “El despido en la legislación y en la


jurisprudencia del tribunal constitucional y los plenos jurisprudenciales
supremos en materia laboral” de Javier Neves [10]Asimismo, cada uno de
los despidos pueden ser indemnizados de acuerdo a lo que señala en el
artículo 38 del T.U.O del D.L 728 que:
La indemnización por despido arbitrario es equivalente a una
remuneración y media ordinaria mensual por cada año completo de
servicios con un máximo de doce (12) remuneraciones. Las fracciones
de año se abonan por dozavos y treintavos, según corresponda.
Respecto a la reposición por medio de la vía constitucional, el Tribunal ha
precisado la procedencia del amparo en materia laboral durante diversas
sentencias, por ejemplo en la recaída en el Expediente 2383-2013-
AA/TC (caso Elgo Ríos) señaló:

20. En dichos casos, así como en todos los cuales ya se hubiesen


aplicado las nuevas reglas del artículo 5 inciso 2 del Código Procesal
Constitucional (perspectiva objetiva: estructura idónea y tutela idónea, y
perspectiva subjetiva: urgencia como amenaza de irreparabilidad y
urgencia por la magnitud del bien involucrado o del daño), y en los que no
se ha realizado expresamente dicha habilitación de plazo que si
establece en el precedente de autos, por razones de equidad (al existir
supuestos idénticos), debe aplicársele la misma consecuencia jurídica
(habilitación del plazo ara que en la vía ordinaria el respectivo justiciable
pueda demandar, si así lo estima pertinente, el reclamo de sus derechos),
atribuida por este Tribunal Constitucional a los casos mencionados en el
fundamento 18 de la presente sentencia.

Con esta precisión, se extendió los supuestos para que el amparo pueda
proceder  proceso idóneo incorporado mediante la Nueva Ley Procesal
del Trabajo.

8. Conclusiones

Existen tres tipos de despido, dos establecidos en nuestra legislación:


despido arbitrario y nulo; además, el despido fraudulento que está
determinado por medio de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

El despido arbitrario cuenta con una subclasificación: incausado e


injustificado, la distinción fue hecha por el Tribunal Constitucional.

La vía idónea para remediar el perjuicio ocasionado dependerá del tipo de


despido ocurrido.

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