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ANALISIS DEL CASO DE EUSEBIO LLANOS HUASCO

Expe: 976-2001
NOMBRE: ASCA AGUIRRE, JACINTO LUIS
En el caso Eusebio Llanos Huasco el TC estableció qué tipos de despidos
podrían impugnarse en el proceso constitucional de amparo y cuáles podrían
cuestionarse en la vía judicial ordinaria. Se bifurcó a partir de allí en materia
procesal la posibilidad de impugnar el despido en nuestros tribunales de justicia
tanto a nivel constitucional como a nivel ordinario.
Previamente en dicha sentencia se estableció que en el régimen de protección
procesal o adjetiva del despido pueden coexistir hasta dos modelos de protección,
a saber:
1. El modelo de protección de eficacia resarcitorio; es decir, relativo a la
entrega de una suma indemnizatoria como forma de reparación contra el
despido arbitrario, el cual se encuentra inexorablemente vinculado y con
excepción del despido nulo con lo dispuesto por el Decreto Supremo Nº 728.
En este caso, refiere el TC que, de advertirse que el despido del que fue
objeto un trabajador fue arbitrario, el juez laboral no podrá tutelar el derecho
más allá de lo que en dicha legislación se prevé a propósito de los
trabajadores sujetos al régimen de la actividad privada; es decir, ordenar el
pago de la indemnización correspondiente.
2. El modelo de protección de eficacia restitutoria, el cual se encuentra previsto
en el proceso de amparo constitucional, toda vez que, por la propia finalidad
de este proceso, la protección especial contra el despido arbitrario no es la
de ordenar un pago de una suma indemnizatoria, sino en la de reponer las
cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación de un derecho
constitucional. Y es que, como señala el propio TC, en la vía del amparo no
se cuestiona la existencia de una causa justa de despido, sino presencia en
el despido como elemento determinante de un motivo ilícito, vehículo para la
violación de un derecho constitucional; por lo que el bien jurídico protegido a
través del amparo no es la estabilidad del trabajador, sino el goce y ejercicio
de sus derechos constitucionales.
Es por ello, el TC hace una interpretación a la luz de la Constitución y de la
protección del trabajador, dado el carácter tuitivo del Derecho Laboral y establece
que el cese del trabajador sin expresarse causa justa o cuando esta ha sido
realizada imputándose una causa inexistente, no solo debe corresponder una
indemnización, sino también la reposición del trabajador en su puesto de trabajo.
Asimismo, el TC reafirmando su posición respecto de la reposición de los
trabajadores en el caso de los despidos nulos, incausados y fraudulentos, también
establece que procede la reposición en los casos de desnaturalización de los
contratos de trabajo, conforme lo establecido por el art. 77 del decreto legislativo
7288.
En tal sentido, para justificar la protección procesal de eficacia restitutoria, el TC
incorpora una nueva tipología sobre el despido que, por aquel entonces, se
empezaría a conocer en la vía constitucional del amparo, de la forma siguiente:
a) Despido nulo; este despido se da cuando se violenten derechos
fundamentales de y libertades públicas la persona del trabajador, tales como
el derecho a la igualdad de oportunidades y el derecho a la libre
sindicalización del trabajador, entre otros. El listado de supuestos del
despido nulo es el siguiente:
- Se despide al trabajador por su mera condición de afiliado a un sindicato
o por su participación en actividades sindicales.
- Se despide al trabajador por su mera condición de representante o
candidato de los trabajadores o por haber actuado en esa condición.
- Se despide al trabajador por razones de discriminación derivados de su
sexo, raza, religión, opción política.
- Se despide al trabajador por razones de discriminación derivados de su
sexo, raza, religión, opción política, etc.
- Se despide al trabajador por razones de ser portador de Sida (Cfr. Ley N°
26626).
- Se despide al trabajador por razones de discapacidad (Cfr. Ley Nº
27050).

b) Despido incausado; opera este despido cuando se despide al trabajador,


ya sea de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expresarle
causa alguna derivada de la conducta o la labor que la justifique.
c) Despido fraudulento; este despido se produce cuando se despide a un
trabajador con ánimo perverso y auspiciado por el engaño, de manera
contrario a la verdad y rectitud de las relaciones laborales; aun cuando se
cumpla, formalmente, con la imputación de una causal y los cánones
procedimentales, como sucede cuando se imputa al trabajador hechos
notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios o, asimismo, se le atribuye
una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad; o se
produce la extinción de la relación laboral con vicio de voluntad o mediante
la "fabricación de pruebas.
Hay que dejar en claro que el despido arbitrario, tal como lo concibe el artículo
34º de la LPCL, es decir, aquel despido que se produce cuando “no se ha expresa
causa o no puede demostrarse esta en juicio”, contiene la figura del despido
incausado o ad nutum, es decir, cuando no se ha expresado causa de despido. El
TC declara que en vía constitucional podrá ventilarse todo tipo de despido donde
no se expresa causa, es decir, todas aquellas impugnaciones del despido ad nutum
o incausadas, y como equiparación a dicho despido, podrá conocerse los asuntos
relacionados al despido fraudulento.
En el caso de despido donde se evalúa la existencia de una causa justa de
despido señaló que no podrá conocerse mediante la vía constitucional del amparo,
dado que este despido se encuentra acorde con los parámetros constitucionales, y
no vacía de contenido al propio derecho del trabajo, reconocido en nuestra Carta
Constitucional. En efecto, en el despido injustificado la controversia únicamente
radica en determinar la probanza de la causa justa de despido, por lo que
corresponderá en este caso, el pago de una indemnización tarifada, la cual puede
solicitarse en el proceso ordinario laboral.

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