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PRODUCCIÓN Y MANEJO DE CULTIVO

Di Fabio, Amanda; Lozoya-Gloria, Edmundo; dos Santos-Olivera, Filipe

Requerimientos de clima y suelo


El pimiento es un cultivo de clima cálido, para alcanzar un buen desarrollo necesita temperaturas diurnas
en un rango de 20 - 25º C y nocturnas entre 16 a 18º C. Cuando la temperatura desciende por debajo de
15ºC, la planta vegeta muy escasamente; entre 8ºC y 10º C los procesos vegetativos se detienen,
promoviendo el cuaje de frutos pequeños de mala calidad. Si la antesis se produce a 12º C, y esta
temperatura se mantiene durante un par de días, se forman frutos partenocárpicos.
En las zonas templadas y templado-cálidas, se cultiva como una especie anual y el trasplante se efectúa
una vez pasado el peligro de heladas, debido a la sensibilidad de la planta al frío.
Las altas temperaturas, cuando van acompañadas de humedad relativa baja, provocan la abcisión de flores
y frutos recién cuajados; en cambio, existe tolerancia hasta 40º C cuando la humedad es elevada; las
variedades de frutos pequeños son más resistentes al calor. Durante las primeras fases del desarrollo,
básicamente en los momentos de floración y cuaje, es fundamental que la humedad del medio ambiente
oscile entre valores del 50 a 70%.
El pimiento es una especie exigente en luminosidad durante todo el ciclo vegetativo y la falta de luz
provoca ahilamiento, entrenudos largos y tallos débiles. Se han llevado a cabo algunas experiencias en
Hungría, duplicando la densidad de plantas por hectárea y se ha observado una disminución del 50%, en
el contenido de vitamina C de los frutos (Sánchez - Gómez, 1970). En cuanto al fotoperíodo se comporta
como una especie indiferente.
El riego es indispensable en el cultivo de pimiento, es una especie muy sensible a la falta de humedad. El
rendimiento se ve afectado cuando el déficit de agua se produce durante la fase de floración hasta la
maduración de los frutos. La falta de agua provoca, además, el abarquillamiento de las hojas, el
incremento de la pungencia y la aparición en los frutos de una anomalía que desmejora la calidad,
conocida como “necrosis apical” o “blossom end rot”.
Suelo
El pimiento preferentemente requiere suelos de textura media, sueltos, profundos, ricos en fósforo y
nitrógeno y se adapta bien en un rango de pH entre 5,5 y 7 (Vilmorin -Díaz, 1977). Como no tolera
salinidad, los rendimientos decaen a partir de 3,5 dS/m de conductividad eléctrica. Deben descartarse los
suelos con tendencia al anegamiento, porque necesita buen drenaje, debido a su sensibilidad a la asfixia
radicular.
La pungencia de los frutos se incrementa en suelos compactos, ligeramente salinos, pobres en nitrógeno y
en condiciones de clima seco y cálido (Milla, 1996).
Manejo de cultivo
Momento oportuno de siembra
Si el cultivo se lleva a cabo por medio de siembra directa, en lugares de clima templado del hemisferio
Sur, el momento oportuno para hacerlo es una vez pasado el peligro de heladas. Si se hace en
almacigueras, se aconseja realizar la siembra a partir de la segunda quincena de julio y primera semana de
agosto.
En Centroamérica, esta especie se puede cultivar todo el año con ayuda de irrigación artificial; el
momento adecuado de siembra depende del tiempo de cosecha, ya que se trata de evitar que las colectas
coincidan con las de otros cultivos, para no entrar en competencia por la mano de obra. Alfonso (1993)
recomienda realizar la siembra en esta región durante los meses de abril y mayo, para poder efectuar el
transplante en época de lluvias. Esto permite disminuir los costos de riego y de desinfección, puesto que
se aprovecha el periodo de menor población de insectos.
Técnicas de plantación

Siembra directa
La técnica de siembra directa requiere una adecuada preparación del suelo. Para germinar las semillas
necesitan temperaturas comprendidas entre 20ºC y 25ºC y la fecha oportuna de siembra está condicionada
al peligro de heladas.

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El pimiento, en el período de germinación y emergencia tiene una alta exigencia térmica, si esta fase la
cumple por debajo de la temperatura óptima, la nascencia es poco uniforme y se prolonga, si se realiza
sobre suelo desnudo, pudiendo llegar a formar una costra que dificulta la germinación. Esto se puede
evitar mediante el uso de acolchado plástico con polietileno transparente (Cavero 1993). Sólo se aconseja
la siembra directa en terreno desnudo, en suelos que no forman costras, con temperaturas adecuadas e
irrigado por aspersión (Nuez y col. 1996).
Se necesita por hectárea de 2 a 3kg de semilla; se siembra a golpes de tres o cuatro plantas, a una
distancia de 20 cm. Si la emergencia es buena, se consigue un cultivo uniforme y más vigoroso que de
trasplante.
La dificultad que plantea la siembra directa es el control de malezas. La aplicación de herbicidas se ve
obstaculizada por el período de preemergencia prolongado, con aparición de una infinidad de malas
hierbas, muy bien adaptadas al lugar y por una post-emergencia con un crecimiento lento de las plantas.
Se han desarrollado máquinas integrales para la siembra directa de hortalizas y que son aplicables al
cultivo de pimiento con el objeto de disminuir los costos operativos. El equipo realiza en forma
simultánea las siguientes operaciones: surqueado, rotocultivado del suelo, formado de la cama de
siembra, siembra, aplicación de herbicida y fertilizante. Este manejo mecanizado integral, asegura la
realización de las prácticas culturales en el momento oportuno (del Monte, 1981).
La siembra directa reduce los costos de mano de obra y permite alcanzar una mayor densidad de plantas
por hectárea con un sistema radicular muy abundante. Los cultivares que se adaptan a este sistema son los
de ciclo corto y de maduración agrupada, susceptibles de ser cosechados mecánicamente.
Almácigos – Transplante

Figura 3. 1. Cantero por debajo del nivel del suelo.

Para construir los canteros destinados a la implantación de almácigos se debe elegir un terreno de suelo
profundo, libre de malezas y con reparo de los vientos. Se establecen por debajo del nivel del suelo en los
lugares de clima seco (Figura 3.1) y en niveles sobre-elevados en las zonas con abundantes
precipitaciones.
Las medidas de estos semilleros son de 1,20 m de ancho y no más de 10 m de largo, dejando entre ellos
caminos de hasta 2 m, para facilitar la circulación.
Por cada metro cuadrado, se incorporan de 15-20 Kg. de estiércol, fermentado y desmenuzado; se
recomienda incorporar el guano, por lo menos un mes antes de la siembra, para poder realizar 2 o 3 riegos
durante ese lapso.
Se desinfecta el suelo con bromuro de metilo, fumigante que se presenta en forma de gas licuado. Su
campo de acción incluye insectos, nematodos, hongos y semillas de malezas, se aplica a razón de
50cm3/m2, se cubre con plástico durante dos días y luego se destapa y se remueve el suelo, para acelerar
la evaporación de los gases. Una vez aireado, se marcan las líneas y se procede a la siembra. Se cubren
con polietileno o esteras de totora (Figura 3.2).
Otra alternativa es el uso de dazomet 98%, granulado, a razón de 50g/m2; para una eficiente aplicación
hay que humedecer previamente el terreno, luego se distribuye uniformemente, se mezcla, se comprime el
suelo y se sella con un riego; a los 10 días se airea por medio de labores y, a los 30 se procede a colocar la
semilla.

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Figura 3.2. Almacigueras con cubierta de polietileno y esteras de totora.

Figura 3. 3. Plantas para trasplantar.

Para la siembra en almacigueras, la época propicia en el Cono Sur es a partir de la segunda quincena de
julio y primera de agosto; en América Central, se lleva a cabo, durante los meses de abril y mayo.
Se coloca a razón de 600 g de semilla en 50 m2 de cantero y se obtienen 44.000 plantas para colocar en
una hectárea. En las zonas templadas, el trasplante se realiza a los setenta días y en las regiones tropicales
a los 45 días posteriores a la siembra, cuando las plantas han alcanzado de 10-15 cm de altura y tienen de
4 a 6 hojas (Figura 3.3).

Figura 3. 4. Trasplantadora de 4 cuerpos.

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El transplante mecánico se puede llevar a cabo haciendo uso de trasplantadoras, que efectúan la labor, ya
sea a raíz desnuda o, con pan de tierra, generalmente se utilizan los equipos de alimentación manual,
atendidos por uno o dos obreros por línea. Un operario coloca de 40-50 plantas por minuto.
La máquina puede estar provista con dos o más líneas. El rendimiento del equipo que consta de cuatro
líneas es de 2.000 m2/hora (Figura 3.4). Estos implementos son arrastrados por el tractor y constan de una
reja que abre el surco, donde se depositan las plantas mediante una serie de pinzas montadas en una rueda
giratoria y dos rodajes posteriores, que cierran el surco y oprimen el suelo (Figura 3.5).

Figura 3.5. Colocación de plantas en la serie de pinzas.

Densidad de cultivo – Distancia de plantación


El marco de plantación más usado, en América del Sur, es con una distancia entre surcos de 80 cm y 30
cm entre plantas, en una línea (Figura 3.6); se obtienen así 41.600 plantas por hectárea.

Figura 3. 6. Trasplante en una sola línea.


Para aumentar la densidad se puede cultivar en camas alternadas, colocando las plantas en las dos caras
del surco (Figuras 3.7 y 3.8), dispuestas en tresbolillo con una distancia entre ellas de 15 cm; de esta
forma se colocan 50.000plantas/ha. Entre estos surcos se dejan espacios intermedios que permiten
efectuar los aporques correspondientes.
En las zonas tropicales la planta alcanza mayor desarrollo; por lo tanto, se colocan en el cultivo definitivo
sólo 14.000plantas/ha. La distancia de trasplante necesaria para alcanzar esta población es de 1,60 m entre
surcos y 0,40 m entre plantas (Alfonso, 1993).
Los cuidados posteriores a la siembra son los siguientes: a) dar los riegos necesarios, dependiendo del
clima y tipo de terreno y b) aplicar fertilizantes nitrogenados en el suelo o por vía foliar y observar la
incidencia de plagas y enfermedades para su control.

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Figura 3. 7. Trasplante a dos caras del surco.

Figura 3. 8. Trasplante a dos caras, cultivo en pleno desarrollo.

Labores culturales
A los diez días de efectuado el trasplante, se incorpora un fertilizante fosforado, a continuación se aporca
(Figura 3.9), laboreo que tiene como finalidad aproximar tierra a la planta y enterrar el nutriente.

Figura 3. 9. Primer aporque.

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A partir del segundo mes se realizan carpidas mecánicas o manuales para eliminar las malezas, remover el
suelo, erradicar la costra superficial que se forma luego de los riegos o de las lluvias en los suelos
pesados, favoreciendo la aireación y el desarrollo radicular. Estas prácticas pueden combinarse con la
aplicación de herbicidas de post-trasplante o de contacto.
Las carpidas se complementan con aporques (Figura 3.10), que alejan la humedad del cuello de la planta,
evitando el ataque de hongos y además facilita la formación de raíces adventicias y el anclaje de la planta.
Esta práctica se repite en el momento de la segunda y tercera aplicación de fertilizantes nitrogenados. Al
terminar estas prácticas, la planta queda ubicada en la parte media del surco.
Los riegos son necesarios para alcanzar buenos rendimientos y óptima calidad de frutos. Se debe manejar
con precaución este recurso, ya que el exceso del mismo, especialmente en suelos arcillosos o con
drenajes deficientes, pueden provocar asfixia radicular y ataque de hongos a la altura del cuello.

Figura 3. 10. Tercer aporque.

La frecuencia del riego está en relación con la textura del suelo, Somos (1984) aconseja mantenerlo a una
capacidad de campo del 70% para alcanzar un buen rendimiento. En general, es conveniente la aplicación
de agua en el período de madurez del fruto, ya que es una fase crítica y necesita un adecuado suministro
de humedad al suelo. El gasto total de agua por campaña puede oscilar entre 8.000 y 10.000m3/ha. (Nuez,
Gil y Costa, 1996).
Incorporación de nutrientes
La aplicación de fertilizantes requiere un estudio previo del terreno para incorporar los nutrientes
necesarios. Se debe tener en cuenta la naturaleza química y física del suelo, la densidad de plantación, el
tipo de riego a efectuar y la variedad seleccionada.
El aporte de nitrógeno abundante produce un excesivo desarrollo foliar, con perjuicio de la floración y
desarrollo de frutos y la planta se vuelve más sensible al ataque de las enfermedades criptogámicas. Todo
lo que aumenta el vigor, dificulta el cuaje de las flores, si las primeras abortan y caen, las plantas
adquieren mayor crecimiento en biomasa, tornando más difícil el cuaje del siguiente piso (Gamayo -
Díaz, 1996). No se recomienda el agregado de fertilizantes nitrogenados hasta después del primer cuaje.
Las aplicaciones de fertilizantes potásicos se realizan al mismo tiempo que se llevan a cabo las
incorporaciones nitrogenadas, se hacen en forma lateral, o con riegos o en forma foliar. El fósforo se
aplica al suelo una sola vez, en el momento del trasplante, a una profundidad de 8-10 cm, así al crecer las
raíces encuentran rápidamente este elemento.
En las fertilizaciones debe tenerse en cuenta la cantidad de elementos extraídos del suelo por tonelada de
fruto producido por hectárea. El pimiento dulce extrae del suelo las siguientes cantidades (Anstett,
Lemaire y Bats en Vilmorin–Díaz, 1977):
Nitrógeno: 3,7kg./ha Pentóxido de fósforo: 1,0kg./ha
Oxido de potasio: 4,98kg./ha Oxido de calcio: 4,96kg./ha
Oxido de Magnesio: 0,75kg./ha

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Mecanización de las diferentes labores agrícolas
Cuando la explotación se lleva a cabo con técnicas tradicionales generalmente proporciona cosechas de
bajos rendimientos ó de altos costos operativos. En la actualidad estos sistemas, se han reemplazado por
manejos integrales que aseguran la ejecución de las prácticas de cultivo en el momento oportuno, basados
en una minuciosa programación.
La participación en este proceso de perfeccionamiento, necesita de la capacitación de mano de obra
especializada y de la adquisición de maquinaria ajustada a las características de la explotación (del
Monte, 1981). La incorporación de tecnología adecuada, tiende a disminuir el costo operativo e
incrementar el rendimiento. Se recomienda mecanizar aquellas fases de cultivo, que requieren mayor
afluencia de mano de obra, tales como el trasplante y la cosecha.
Cosecha
La recolección de los frutos se realiza cuando estos han alcanzado la madurez. En el hemisferio sur, la
colecta comienza a partir del mes de febrero y se extiende hasta mayo. Los frutos para la industria del
pimentón y extracción de oleorresina deben recolectarse con una mayor gradación de color y con el
menor contenido de agua, hecho que facilita la posterior deshidratación de los mismos.

Figura 3. 11. Cosecha manual.

La cosecha manual (Figura 3.11) es la más frecuente y se realiza en dos o tres etapas, la última se lleva a
cabo cuando las plantas han sufrido el daño de las heladas.

Figura 3. 12. Cosechadora mecánica.


La mecanización de esta etapa requiere de una selección de variedades de maduración agrupada, exige
una perfecta sistematización del terreno y una plantación en línea a una distancia predeterminada.

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La Industria David S. L. de Yecla (Murcia) ha patentado una cosechadora de pimiento para pimentón
(Figura 3.12). La máquina de una sola línea accionada por un tractor, se encuentra provista de cepillos. El
principio se basa en el cepillado de abajo hacia arriba de la planta que pasa por dos ejes contrarrotantes.
Al desprenderse el fruto es recogido por un sinfín que lo conduce a una tolva. Un ventilador elimina antes
de caer las hojas y otros restos vegetales.
Rendimiento por hectárea
Los rendimientos dependen de los cultivares seleccionados, estos deben tener un alto porcentaje de
cáscara y baja participación de placenta, semillas y pedúnculo. También está subordinado al momento
oportuno de la siembra; en las zonas templadas del cono sur se recomienda realizar el trasplante durante
la primera quincena de octubre, ampliando de esta manera el ciclo productivo de la planta. En estas
condiciones los rendimientos oscilan entre 15-20ton/ha de frutos frescos, que corresponden a 3-4ton/ha de
frutos secos. En las zonas de clima tropical, la producción media es de 10-13 ton/ha, de producto fresco
(Nuez, Gil y Costa, 1996).
Post-cosecha
Luego de cosechados los frutos son deshidratados, generalmente por energía solar (Figura 3.13).

Figura 3. 13. Deshidratado al sol.

Figura 3. 14. Horno de deshidratado.

Esta modalidad hace que la materia prima se encuentre expuesta a la acción de las lluvias, el rocío, el
polvo, las partículas extrañas y los organismos contaminantes. Todo esto deteriora la calidad del producto
final.

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Para obtener una materia prima deshidratada de buen color y excelencia es conveniente realizar el secado
artificial mediante el uso de hornos (Figura 3.14). Este sistema exige el mantenimiento de las condiciones
de trabajo dirigidas a conseguir un alto grado de eficiencia en la operación, con extrema economía,
cumpliendo con todos los parámetros de calidad.
Enfermedades detectadas en post-cosecha
Cuando se prolonga el período de secado de los frutos, se observa el desarrollo de ciertos hongos y
bacterias que acaban descomponiendo gran parte de la materia prima (Figura 3.15).

Figura 3. 15. Enfermedades de post-cosecha.

Estas pérdidas suelen ser considerables si el proceso se lleva a cabo a la intemperie y el ambiente se torna
húmedo por lluvias o lloviznas que generalmente coinciden con el período de cosecha del Capsicum;
sumado a esto, en las primeras horas de la mañana los frutos incorporan la humedad del rocío. Todos
estos factores que prolongan el deshidratado efectuado al sol generan un medio propicio para la
proliferación de ciertos microorganismos que descomponen la materia prima y en algunos casos pueden
encontrarse micotoxinas que son sustancias venenosas para los seres vivos. Estas enfermedades se deben
a hongos ascomicetos y hongos imperfectos, los más comunes son:
Alternaria sp. Las distintas especies de este hongo causan la alteración de la mayoría de los frutos
frescos, antes o después de la cosecha. Los síntomas que se observan tienen aspecto de manchas de color
café que luego se tornan negras. El hongo se desarrolla en un amplio rango de temperaturas.
Moho gris, Botrytis cinerea Fr. Provoca una pudrición blanda, que se inicia en el extremo del pedúnculo
o a partir de cualquier herida. Es de aspecto pardusco con hidrosis que avanza con rapidez en el tejido. Se
desarrolla un moho aterciopelado gris sobre la superficie afectada (Figura 3.16).

Figura 3. 16. Botrytis cinerea.

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Pudrición ácida, Geotrichum sp. Ocasiona una pudrición ácida. Penetra después de la cosecha, por las
heridas del pericarpio. La zona infectada se torna blanda y húmeda, descomponiendo la parte interna;
luego el sector afectado se agrieta y se cubre de moho blanco, en forma de espuma. El interior se
deteriorara totalmente y se desprende olor agrio. Las moscas de la fruta son atraídas por la pudrición
ácida, que se ve favorecida por temperaturas de 24º a 30º C y humedad elevada.
Mohos azules, Penicillium sp. Es la más destructiva de todas las enfermedades de post-cosecha. El
hongo penetra a través de las aberturas y se propaga desde los frutos infectados a los sanos. Al comienzo
tiene el aspecto de manchas blandas, aguanosas, decoloradas, superficiales al principio y hundidas
después. Luego forma un moho blanco, con esporas de color azul verdoso.
Mohos amarillos o rosados, Fusarium sp. Los frutos se contaminan en el campo, antes o durante la
cosecha. Los tejidos afectados se observan levemente húmedos, de color marrón claro al comienzo y
luego oscurecen.
Enfermedades y plagas detectadas en cultivo
Bacterias
Las bacterias hibernan sobre los órganos sanos o infectados de las matas perennes, sobre las semillas,
sobre los restos de vegetales enfermos y sobre el suelo; se diseminan por la lluvia y llegan a la planta a
través del viento, los insectos, por las herramientas, o por contacto directo. Penetran a través de aberturas
naturales y heridas y la irrupción se realiza a través del tejido parenquimático. El ambiente húmedo y las
temperaturas elevadas favorecen el desarrollo de la enfermedad. Las lesiones se observan sobre tallos,
hojas y frutos.
Mancha Bacteriana, Xanthomonas campestris pv. vesicatoria (Doige) Dye. Este patógeno prospera
con altas temperaturas y ambiente húmedo; se propaga por semillas contaminadas y por el salpicado del
agua de lluvia; afecta a toda la planta. Los síntomas que se observan en las hojas son manchas
irregulares, de color gris púrpura, con halo amarillo estrecho y el centro de color negro (Figura 3.17).

Figura 3. 17. Xanthomonas campestris.


Cuando estas lesiones son numerosas se produce defoliación. La característica más destacada se observa
en los frutos inmaduros, donde se forman pequeñas manchas aguanosas sobresalientes, con halos blanco-
verduscos que se extienden hasta lograr un diámetro de 3 a 6 mm. Posteriormente, los halos desaparecen
y las manchas pardas se oscurecen, tomando un color negro; la superficie se torna áspera, y se forma una
costra.

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Para controlar esta enfermedad se debe partir de semilla libre de bacterias, o en su defecto se puede tratar
la misma, con hipoclorito de sodio al 1% por 1 minuto antes de sembrar ó con sulfato de estreptomicina,
colocando 2gramos en 5 litros de agua, se sumergen las semillas por espacio de 6 a 8 horas. Una vez
secas están listas para sembrar. En el cultivo la desinfección se realiza al aparecer los primeros frutos, se
aplica sulfato de estreptomicina, a razón de 40g / Hl. Se recomienda la práctica de rotación de cultivos.
Podredumbre blanda de los frutos, Erwinia carotovora pv. carotovora Jones. El daño empieza
habitualmente en el pedúnculo y en el cáliz, pero la infección se puede localizar en cualquier parte del
fruto que presente lesiones. El tejido interno cercano a la contaminación se ablanda y el daño se extiende
rápidamente, transformándose en pocos días en una masa aguanosa. En la planta, el fruto afectado se
asemeja a una bolsa llena de agua. Esta enfermedad se acrecienta durante los períodos de lluvia debido a
que la bacteria es salpicada del suelo a la fruta (Figura 3.18).

Figura 3.18. Erwinia carotovora pv. Carotovora.

Para evitar estas infecciones, se deben seleccionar áreas bien drenadas para realizar los cultivos, se
aconsejan las rotaciones con cereales, maíz y otros cultivos no susceptibles. No se recomienda llevar a
cabo aspersiones con compuestos químicos para su control.
Marchitez bacteriana, Pseudomonas solanacearum Smith. La infección provocada por esta bacteria se
manifiesta en forma importante en los climas tropicales y en los cálidos de todo el mundo. En las plantas
afectadas se observa un decaimiento repentino, las más jóvenes mueren prontamente y las adultas se
caracterizan por presentar un marchitamiento parcial o generalizada y por la presencia de necrosis del
tejido vascular en el tallo y la raíz. Al oprimir el tallo enfermo, se puede observar, exudados blancos
cremosos.
El control depende del uso de variedades resistentes y de una rotación de cultivos adecuada. Capsicum
frutescens y C. chinense, son especies resistentes.
Enfermedades provocadas por hongos
Damping-off, enfermedad de los almácigos provocada por Pythium spp y Rhizoctonia spp. Se observa
en las almacigueras la caída brusca de los plantines. El ataque es visible en el cuello de la planta (Figura
3.19); cuando alcanza el sistema vascular se interrumpe el ascenso de la savia y muere. Se recomienda
desinfectar las semillas con compuestos orgánicos protectores como captan, cloranil, maneb, mancozeb,
benomil y el suelo de las almacigueras con compuestos químicos volátiles o ditianona 75% SC, a razón
de 10 L/ha en el agua de riego, cuidando de que la distribución sea homogénea.
Antracnosis, Colletotrichum capsici (Vermicularia capsici Syd), y otras especies del mismo género. Los
síntomas característicos aparecen en el fruto maduro como manchas circulares acuosas, hundidas que se
extienden rápidamente (Figura 3.20).
El color de las lesiones varía del rojo oscuro hasta marrón claro. El control depende del uso de semillas
sanas o tratadas con compuestos químicos y con agua caliente, de la rotación de cultivos, del uso de
cultivares resistentes y de la aplicación de fungicidas como benomyl, mancozeb, clorotalonil, captafol y
folpet, entre otros.

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Figura 3.19. Planta de almácigo afectada por Damping-off.

Figura 3.20. Colletotrichum capsici.

Mancha cercospora de la hoja, Cercospora capsici Helad. Se forman manchas circulares con centros de
color gris, bordeados de márgenes marrón oscuro (Figura 3.21). Estas lesiones se observan en hojas, tallos
y pecíolos, provocando defoliación. Para el control se deben aplicar fungicidas, durante el período
favorable del desarrollo de la enfermedad, como benomilo 50%, polvo mojable, dosis 50 a 100g / Hl.

Figura 3.21. Cercospora capsici.

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Marchitez, Verticillium dahliae Kleb. Los síntomas iniciales son la marchitez y el enrollamiento hacia
arriba de las hojas inferiores; se produce un marchitamiento progresivo a veces unilateral en la planta. Las
hojas caen tempranamente, empezando por las más jóvenes (Figura 3.22).

Figura 3.22. Verticillium dahliae.

El crecimiento se detiene o la planta entera se marchita permanentemente; los haces vasculares se


oscurecen y no se observan necrosis exteriores. Algo característico es la aparición temprana de los
síntomas y la progresión lenta de la enfermedad. El ataque se realiza por rodales (Palazón Español, 1988).
Verticillium dahlie inverna en el suelo en forma de esclerocio, forma de resistencia que puede sobrevivir
hasta por cincuenta años. Los marchitamientos vasculares son difíciles de controlar, el método más
efectivo es el uso de variedades resistentes y de plantas sanas.
La inactivación térmica por medio de la solarización de los suelos ha demostrado ser útil en el control de
este patógeno en regiones con altas temperaturas de verano y escasa precipitación pluvial como California
e Israel (Agrios, 1996). La aplicación de algunas prácticas de cultivo como barbecho profundo, rotación e
inundación de terrenos, son técnicas que bajan el grado de infección, pero no lo eliminan totalmente.
Marchitez fusarium, Fusarium oxysporum f. sp. capsici. Las hojas amarillean y las superiores
languidecen, ésta sintomatología progresa en pocos días hasta alcanzar un marchitamiento permanente. El
sistema vascular se decolora en el tallo y en la raíz. El ataque se observa en áreas locales del cultivo, en
las cuales un alto porcentaje de plantas muere. Para controlar este patógeno se recomienda desinfectar la
semilla, para ello se la remoja en ácido clorhídrico diluido al 1% por 20 minutos. La rotación de cultivos,
la eliminación de residuos de cosecha y el control del exceso de humedad en el suelo ayudan a reducir la
enfermedad.
Oidiopsis, ceniza o polvillo, Leveillula taurica (Lév.) Arn. Las temperaturas elevadas y el bajo
porcentaje de humedad ambiental favorecen el desarrollo de este hongo. En las hojas se forman manchas
cloróticas en la cara superior y en el reverso, las lesiones desarrollan un veteado necrótico y se cubren de
un moho blanco (Figura 3.23). La caída de las hojas es un síntoma preponderante.
Para el control preventivo se puede utilizar azufre en espolvoreo o en pulverización a razón de 10 kg./ha,
cuidando de no aplicarlo con temperaturas elevadas. Una vez instalada la enfermedad se puede emplear
productos sistémicos como: benomil, a razón de 0,5 a 1kg/ha, o triforina, preventivo y curativo, la dosis
indicada es 125cm3/ Hl.

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Figura 3. 23. Leveillula taurica.

Podredunbre blanda, Sclerotinia sclerotiorum (Lib.) de Bary. Produce marchitamiento, decoloración y


necrosis de las hojas, como consecuencia del ataque basal de tallos. En éstos se observan lesiones
acuosas, que posteriormente se necrosan y toman color blanco, luego se ahuecan y en el interior se
desarrollan esclerocios. Control con benomilo 50%, polvo mojable, dosis 550-100g / Hl, o, iprodione 2%,
polvo para espolvoreo, dosis 20-30kg / ha.
Podredumbre gris, Botritis cinerea Pers. Ex Fr. La humedad relativa superior al 90% y las altas
temperaturas favorecen la difusión de botritis. Las flores y los frutos recién cuajados se atizonan y se
desarrolla un moho gris sobre los tejidos infectados. En las hojas se forman lesiones necróticas en forma
de V, desde las márgenes hasta el centro.
Para el control de esta enfermedad son importantes las medidas preventivas, como realizar un manejo
adecuado de la ventilación y el riego; no aplicar dosis excesivas de nitrógeno; hacer uso de distancias de
plantación adecuadas, para permitir una buena aireación. En cuanto al control químico, se aconseja la
aplicación de benomil, fungicida sistémico, se usa a razón de 40g / Hl., con pulverizaciones preventivas
cada 15 días. Diclofluanida, de acción preventiva y de contacto, 200g / Hl., o procimidona, vinclozolina,
tiram y otros productos.
Tizón temprano, Alternaria solani (Ell. y Mart.) Jones y Grout. Se forman lesiones necróticas en tallos,
hojas, pecíolos y frutos. En los frutos se producen magulladuras hendidas y secas; el hongo penetra por
alguna herida y afecta la placenta, semilla y la parte interna del pericarpio. En post-cosecha las manchas
se agrandan y se forma un moho gris. Esta enfermedad se controla mediante el uso de variedades
resistentes, de semillas sanas o tratadas y mediante desinfecciones con fungicidas como los ya citados
para antracnosis.

Figura 3. 24. Phytophtora capsici.

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Tristeza, Phytophthora capsici Leonian, provoca lesiones en cualquier parte del vegetal, sin embargo, en
la mayoría de los casos, el hongo afecta la planta al nivel del cuello. Se observa una mancha anular con
constricción, de color violeta negruzco, que daña primero al parénquima cortical y posteriormente al
tejido vascular; los haces no se oscurecen. Esta enfermedad provoca un marchitamiento brusco y total, sin
amarillamiento previo. Las hojas se secan y habitualmente no caen de la planta (Figura 3.24). La
progresión de la enfermedad es rápida, afectando eventualmente a frutos y raíces (Palazón Español,
1988).
El ataque de este patógeno se observa en líneas y se nota con mayor frecuencia daños en los cultivos
regados por surco, con agua de escorrentía superficial. La lucha contra Phytophthora consiste en usar
cultivares resistentes y en la mejora de las prácticas de cultivo, como adecuar niveles, prever buen
drenaje y evitar que el agua de riego moje el cuello de las plantas.
La “tristeza” es una de las principales causas de pérdida de los cultivos y su control es difícil; se está
intentando transferir la resistencia natural de Criollo de Morelos-335 (CM-335), variedad mexicana de
frutos pequeños y pungentes, que es inmune a por lo menos 20 cepas diferentes de Phytophthora capsici,
a otros ecotipos comerciales. Otra fuente de resistencia, el Línea 29 tiene también este origen y algunas
son de ascendencia centroamericana, como PI 201232 y el PI 201234 (Nuez, Gil y Costa, 1996).
En cuanto al tratamiento químico se puede aplicar un producto soluble en el agua de riego, como nabam
28%. Es preventivo con cierta actividad sistémica, fitotóxico para el follaje de las plantas, es
recomendado en el control por vía radicular. La dosis indicada es de 20-25L/ha; se aconseja hacer una
dilución previa al 10% para facilitar la dosificación en el agua de riego. También se recomienda
pulverizar sobre el follaje y la base de la vegetación, con fungicidas como: benalaxil 8% + mancozeb
65%, polvo mojable, dosis 200-300g / Hl. y repetir con intervalo de 14 días.
Virus y vectores de virus.
Los virus integran un grupo amplio de agentes infecciosos que afectan significativamente los cultivos de
Capsicum. Los insectos vectores son importantes fuentes de transmisión como los áfidos, trips, moscas
blancas, chicharritas, entre otros. Las enfermedades provocadas por virus son particularmente difíciles de
diagnosticar, basándose exclusivamente en los síntomas, debido a la gran similitud entre ellos, para llegar
a un diagnóstico certero deben efectuarse los estudios serológicos correspondientes.
Los virus que afectan al pimiento se agrupan en las familias: Tombusvirus, Cucumovirus, Ilarvirus,
Bromovirus, Grupo del Virus del Mosaico de la alfalfa, Tobamovirus, Potyrirus, Potexvirus, Tospovirus,
Geminivirus. Las virosis más frecuentes observadas en los cultivos de Capsicum son las siguientes.
Virus transmitidos por áfidos:
Mosaico de la alfalfa, (AMV). Virus baciliforme transmitido por áfidos. Corresponde al grupo del Virus
del Mosaico de la Alfalfa. Ampliamente distribuido y de importancia secundaria a pesar de su difusión.
Las hojas presentan un mosaico vivo, de color amarillo a blanco, abarcando grandes áreas del tejido
internerval; se observa también una deformación en el crecimiento de las mismas (Figura 3.25). En
cultivares de pimiento pungente se ha señalado la transmisión de este virus por semilla (Jaspar y Bos,
1980).

Figura 3.25. Virus del mosaico de la alfalfa.

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Mosaico del pepino (CMV). Cucumovirus, transmitido por áfidos. Causa graves daños en la floración,
afectando el rendimiento. Produce deformaciones en las hojas que se alargan en forma de lanza y la
nervadura central aparece en zig-zag (Figura 3.26); en las hojas adultas se observan dibujos cloróticos o
necróticos en forma de anillos concéntricos o irregulares con la piel hundida (Conti y Masenga, 1977;
Saéz 1993). Las plantas infectadas pierden las flores y presentan una necrosis de las puntas en
crecimiento a temperaturas bajas.

Figura 3.26. Virus del mosaico del pepino.


Virus Y de la papa (PVY). Potyvirus transmitido por áfidos, provoca un mosaico con moteado y
arrugado de las hojas apicales y bandas venosas verde oscuro (Figura 3.27), la producción y el tamaño de
los frutos disminuye en las plantas enfermas. Es un patógeno que causa pérdidas importantes en los
cultivos. Se ha encontrado resistencia en Capsicum chinense, C. frutescens, C. baccatum, C. eximium, C.
flexuosum y C. pubescens, fuentes no usadas en programas de mejora por la calidad del fruto (Nuez, Gil y
Costa, 1996).

Figura 3.27. Virus Y de la papa.

Moteado del pimiento (PeMV). Potyvirus transmitido por áfidos. Se observa un moteado severo de la
hoja, acompañado por distorsión y bandas venosas verdes (Figura 3.28). Los frutos sufren distorsiones
severas.
Virus del grabado o jaspeado del tabaco (TEV). Potyvirus transmitido por áfidos, causa severas
epidemias en el sur de Estados Unidos y en México es la virosis más común y aparece como
enchinamiento de las hojas, mosaico y reducción en el crecimiento de la planta. Se observa en las hojas
adultas un fuerte moteado y bandas venosas de color verde oscuro. Las hojas y los frutos se distorsionan y
reducen el desarrollo (Nuez, Gil, Costa, 1996).

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Figura 3.28. Virus moteado del pimiento

Mosaico Severo del Chile (PSV). Potyvirus transmitido por áfidos. Se desarrollan en los tallos, hojas y
frutos, forman líneas y manchas necróticas (Figura 3.29); posteriormente a estos síntomas se produce la
caída de las hojas, afectando considerablemente el rendimiento. Este virus se ha encontrado en Chile y no
se ha reportado su presencia en otras zonas.

Figura 3.29. Virus mosaico severo del chile.

Para el control de virosis transmitidas por áfidos se aconseja la lucha preventiva, que consiste en reducir
el nivel de inóculo mediante la eliminación de malezas que actúan como transmisoras del virus. Se deben
utilizar variedades resistentes y llevar a cabo controles efectivos de vectores mediante la aplicación de un
insecticida sistémico del tipo imidaclorid, 30cm3/100 litros de agua, u otros productos aficidas. El tiempo
que debe transcurrir entre el último tratamiento y la cosecha es de 14 días, cuando el producto se destina
al mercado en fresco.

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Virus transmitidos por thrips
Virus del estriado del tabaco (TSV). Ilarvirus transmitido por Thrips tabaci o por especies de
Frankliniella. Tiene una serie amplia de hospedantes naturales. Afecta al pimiento formando un anillado
débil isométrico característico de las virosis de esta familia (Nuez, Gil, y Costa, 1996).
Virus del Bronceado del Tomate (TSWV). Peste Negra. Tospovirus, este virus se encuentra distribuido
mundialmente, existiendo un amplio rango de plantas hospederas, Peters (1998) ha actualizado la lista de
plantas susceptibles y la misma presenta 1.050 especies, pertenecientes a 70 familias botánicas. Esta
enfermedad provoca grandes pérdidas en los cultivos, afecta el rendimiento y deteriora la calidad de los
frutos. A partir del año 1989 es una de las causales de la reducción de la producción española de
pimentón, debido a la introducción del thrips Frankliniella occidentalis. En Estados Unidos, es
considerada como el principal problema en horticultura.

Figura 3.30. Virus del bronceado del tomate.

La Peste Negra o Virus del Bronceado del Tomate es transmitida por Frankliniella occidentalis Pergande,
F. Schultzei Trybom, F. fusca Hinds, Thrips tabaci Lindeman, Thrips palmi Karny, Thrips setosus
Moulton y Scirtotothrips dorsalis Hood.
Los síntomas son muy variables, se observa el brote terminal necrosado, en las hojas se forman anillos
necróticos y líneas sinuosas de color más claro y deformación (Figura 3.30). En los frutos se ven manchas
redondas de color verde, amarillo o más claro, a veces en forma de anillos concéntricos (Nuez, Gil y
Costa 1996).
El control de virosis transmitidas por thrips es difícil, se debe mantener el cultivo libre de malezas con la
finalidad de erradicar las fuentes de infección. Observados los síntomas se aconseja eliminar las plantas
afectadas. Se puede efectuar un control biológico introduciendo aquellas especies que destruyen a los
thrips, como Orius incidiosus, Chrysoperla carnea, Amblyseius chilenensis, A. cucumeris y A.barkeri,
estas dos últimas son las más utilizadas en los programas de control biológico en Europa y Estados
Unidos.
Para su control químico se puede aplicar metil clorpirifos, compuesto organofosforado, a razón de
150cm3/Hl. Se recomienda la aplicación de un insecticida natural spinosad, derivado de una clase de
compuestos fermentables llamados macro ciclo-lactonas. Combina el poder de volteo de los insecticidas
sintéticos y el toxicológico y ecotoxicológico de los productos biológicos. A pocas horas de la aplicación
produce parálisis de los insectos y elimina las larvas de trips. No afecta al medio ambiente y es inocuo
para los mamíferos, peces, aves e insectos benéficos (Granval, 1999).
Virus transmitidos por mosca blanca
Enrollamiento de la hoja del chile (CLCV). Geminivirus transmitido por mosca blanca, los síntomas
son encorvamiento y amarillamiento de las hojas, acompañado de enanismo severo. Los entrenudos son
cortos y las hojas reducidas y abarquilladas. Para controlar esta enfermedad se deben matar a los vectores.
Virus de transmisión mecánica
Mosaico del tabaco (TMV). Tobamovirus, es transmitido por la mano del hombre y los implementos
agrícolas, se lo encuentra en todo el mundo. En las hojas se observa mosaico, clorosis sistémica, necrosis,

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posteriormente caída de hojas; la planta presenta enanismo. Este virus puede eliminarse de la cubierta de
la semilla remojando la misma en una solución de fosfato trisódico al 10% por dos horas (Wetter, et al,
1984) y prevenirse evitando el manejo manual en los primeros sesenta días de siembra.
Moteado del pimiento Bell (BPeMV). Tobamovirus de transmisión mecánica. Fue identificado en
Argentina en 1972 por Feldman y Oremianer, no se ha reportado su presencia en otros lugares. Las hojas
presentan aclaramiento de las nervaduras, mosaico, moteado y clorosis. Las plantas afectadas quedan
enanizadas.
Plagas
Acaros
Arañuela roja, Tetranychus urticae Koch.
Es muy cosmopolita, los adultos son de coloración rojiza, siendo más intensa en las hembras. El
desarrollo del ciclo es muy rápido, en sólo quince días el huevo se transforma en adulto. Estos patógenos
se ubican en el envés de las hojas y se cubre la planta con telas. Ataca en época de sequía y se alimenta de
la savia.
Se forman manchas de color amarillo pálido y café rojizo como puntos pequeños en ambos lados de las
hojas (Figura 3.31). Con una lupa puede observarse en la superficie foliar numerosas arañas blancas,
verdosas o rojizas muy pequeñas.
Los acaricidas que se pueden utilizar para el control de esta plaga son diversos, entre los más usados se
encuentra: bifentrin 10%, polvo mojable 30-40gr/hl. Dicofol 16%+tetradifon 6%, 200cm3/Hl.

Figura 3.31. Tetranychus urticae.

Arañuela blanca, Polyphagotarsonemus latus Banks. Especie muy polífaga, la hembra globosa es de
color amarillo-blanquecino. Los síntomas que se observan en las hojas son recurvamiento, nervaduras
distorsionadas, decoloración y bronceado de la superficie afectada. El control es similar al anterior.
Coleópteros
Cantárida, Epicauta pestifera Werner; E. vittata Fabricius; y otras.
Estas tres especies son conocidas como cantáridas, E. pestifera es la que produce mayores perjuicios en
Capsicum. Los adultos de esta especie son las que originan los daños al alimentarse de las hojas y de las
flores del pimiento, esto provoca debilitamiento, detención del crecimiento y disminución del rendimiento
(Figura 3.32).
Para el control se usan cebos basados en clorpirifos, triclorfon, endosulfan, deltametrina o granulados a
partir de diazinón. También se pueden efectuar pulverizaciones sobre los cultivos con triclorfon 50%,
insecticida penetrante de rápido efecto de choque, actúa por ingestión y contacto, dosis 250 a 400cm3/Hl.

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Figura 3.32. Epicauta pestífera.

Doradilla (Vaquita de San Antonio), Diabrotica speciosa Germ. En estado adulto la doradilla alcanza
5mm de largo, es de color negro brillante con bandas o puntos negros. Hacen agujeros en las hojas y
pueden llegar a trozarlas, en estado larvario se alimentan de las raíces. El control se puede realizar con un
piretroide, insecticida de contacto e ingestión, como la teflutrina A, con actividad insecticida que se
manifiesta en dosis muy bajas de materia activa y posee marcado efecto de repelencia. Este producto es
estable en el suelo y con baja solubilidad en agua evitando el lavado por lluvias excesivas.
Gorgojo del pimiento (picudo o barrenillo), Anthonomus eugenii Cano. Pequeño coleóptero de la
familia de los Curculiónidos originario del norte de México se encuentra distribuido en toda América. Es
un gorgojo de 2-3 mm de largo, negro, con pico largo. Ataca en estado de larva y adulto y se alimenta de
las hojas, botones florales, flores, retoños y frutos en crecimiento (Figura 3.33).
Las larvas se desarrollan en el interior del fruto recién cuajado, provocando el aborto de los mismos. Los
adultos se alimentan del follaje y de las flores; se observan agujeros pequeños en las hojas y en los frutos.

Figura 3.33. Anthonomus eugenii.

Los productos químicos eficaces en el control de esta plaga son los piretroides que se caracterizan por su
rápida acción, buena persistencia y gran actividad en dosis bajas. Actúa por ingestión y contacto, posee
acción repelente. Se puede aplicar permetrina 25%, polvo mojable, 20-40g/Hl.; carbaril 85% WP, dosis
100-200g/Hl. o metilazinfos 20%. WP, 200-250g/Hl. En México el control del picudo es difícil, las
aplicaciones deben repetirse cada 7 a10 días.
Pulgas saltonas, Epitrix cucumeris Harris; E. fasciata Blatchley, E. hirtipennis Melsheimer. Los
adultos son pequeños de 1,5 a 2 mm de longitud, presentan el tercer par de patas con fémures engrosados
de tipo saltatorio, saltan activamente y hacen agujeros en todas las hojas. Pasan el invierno como adultos

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protegidos entre los pastos y matorrales. Para facilitar su control se deben destruir los residuos de la
cosecha y erradicar las malezas hospederas.
La pulga saltona negra del tabaco, Epitrix hirtipennis, tiene como enemigo natural el bracónido
Microtonus epitricis que debe ser protegido.
Estos insectos se controlan con endosulfan 35-50, este producto tiene acción de ingestión y contacto, la
dosis aconsejada es 0,9-1,5L/ha. Se pulveriza cuando aparecen los primeros insectos y se repite cada 7-15
días; el carbaril, es un carbamato, con similar acción al producto anterior, la dosis es de 0,5-1kg/ha.
Dípteros
Cresa del pimiento, Zonosemata electa = Spilographa electa Say. Este díptero se encuentra en zonas
tropicales y subtropicales, es muy polífago. Las hembras producen daños al perforar los frutos para
depositar los huevos y las larvas al alimentarse en el interior ocasionan la destrucción de la placenta,
semillas y de los tejidos internos. Por la puerta de entrada que abre esta mosca, ingresan diversos hongos
que terminan descomponiendo totalmente el pericarpio.
La cresa del pimiento tiene como enemigo natural a los parásitos del género Opius y algunos hemipteros
antocóridos, que son depredadores. Los métodos de control más generalizados se llevan a cabo con
productos químicos, como fention 50%, concentrado emulsionable, a razón de 100-150cm3/Hl.;
malathion 50%, CE., dosis200-300cm3/Hl.; permetrin 25%, aplicando 20-40 g/Hl.
Minador de la hoja, Liriomyza trifolii Burgess. Especie cosmopolita extendida en los cinco continentes,
es muy polífaga y causa daños significativos en el cultivo del pimiento. Es una mosquita de 3 mm de
largo con el tórax amarillo y negro. Las larvas son blanco-amarillentas, sin patas y con los extremos en
forma de cuñas, penetran en los tejidos de las hojas haciendo túneles o galerías de forma irregular, en la
cara adaxial de las hojas. Las heridas provocadas por estos patógenos pueden dar origen a posteriores
podredumbres.
Como medio de control directo se pueden utilizar placas pegajosas de color amarillo o azul, método que
permite también el monitoreo de la plaga. Este patógeno tiene una serie de endoparásitos o ectoparásitos
muy efectivos (Nuez, Gil, Costa, 1996).
Los endoparásitos más frecuentes son: Chrysocharis parksi, Dacnusa sibirica y en menor medida, Opius
pallipes. Los ectoparásitos más relevantes por su efectividad son: Diglyphus isaea, Hemitarsenus
semiabliclava, H. zangherii, Chrysonotomyia formosa (Peña, 1986; Castañé et al., 1988).
El control químico se puede efectuar con Abamectin, insecticida biológico, translaminar, de contacto e
ingestión. Se aplica 25-50cm3/Hl., al observar los primeros indicios de infestación, con equipos de alta
presión y alto volumen de agua. Otros productos: diazinón 25% CE, 1,5 L/Hl; dimetoato 38% CE, 1L/Hl.
Homópteros: pulgones, moscas blancas
Afidos. Los pulgones al clavar sus estiletes en la planta, con la finalidad de extraer la savia, provocan
deformaciones, amarillamiento, necrosis, detención del crecimiento y marchitamiento.
Los daños son más severos en las plantas jóvenes, especialmente en épocas secas y de temperaturas
elevadas. Estos insectos secretan sustancias azucaradas apetecidas por las hormigas, formando una
melaza que sirve de sustrato para el desarrollo de la “fumagina” hongo del género Cladosporium.
Esta capa oscura reduce la actividad fotosintética de la planta y mancha los frutos, desmejorando la
calidad.
Son importantes vectores de virus. Los áfidos observados en los cultivos de Capsicum con mayor
frecuencia son los siguientes:
Pulgón verde del duraznero, Myzus persicae Sulzer. Tiene de 1-2mm de largo, es de color amarillento
o negro verdoso, pueden presentarse en formas aladas o sin ellas. Constituyen colonias en la parte inferior
de las hojas, en los brotes nuevos y en los tallos. Es agente importante en la transmisión de virus, produce
rizamientos y deformaciones de la hoja.
Pulgón del algodonero, Aphis gossypii Glover, áfido muy cosmopolita que ataca a un extenso número
de plantas herbáceas, tiene gran capacidad de reproducción. Las hembras ápteras alcanzan 1,2 a 2,1mm
de largo, son ovales y de color verde claro a oscuro. Las formas aladas son de menor tamaño, con la
cabeza y el tórax negros y el resto del cuerpo amarillo-verdoso. Este pulgón cumple el ciclo completo en
una semana a 21º C, la difusión de la plaga es grande desde mediados de la primavera hasta la mitad del
estío, decreciendo posteriormente por el ataque de los depredadores (Belda, 1991).
Pulgón negro de la remolacha, Aphis fabae Scopoli. Es muy polífago, con gran capacidad de
adaptación y de multiplicación. Las hembras ápteras y las aladas son de color negro. En las zonas

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templadas estos áfidos depositan los huevos de invierno en hospedantes. En la primavera eclosionan
dando lugar a hembras virginóparas, ápteras, a los 15 días, las larvas son capaces de reproducirse
nuevamente. (Nuez, Gil y Costa, 1996).
Pulgón verde de la papa, Macrosiphum euphorbiae Thomas. (=M.solanifol¸ Ashm). Ataca brotes y
hojas tiernas que se enrulan y acartuchan, en ataques intensos amarillean y caen.
El control de los áfidos se puede llevar a cabo mediante los enemigos naturales depredadores, parásitos y
patógenos. Entre los depredadores citamos los Coccinélidos, Crisópidos, Sírfidos y Cecidómidos. Los
parásitos de los áfidos que contribuyen a disminuir la población, son Himenópteros pertenecientes a la
familia de las Braconidae y entre los patógenos podemos citar los preparados de Verticillium lecanii, que
han demostrado eficacia contra los pulgones (Nuez, Gil, y Costa, 1996).
El control químico se puede realizar con dimetoato 20% WP, dosis 200 g/Hl, acefato, etofenprox,
etiofencarb, fluvinato, malation, metomilo, pirimicarb, propoxur y otros productos más. Para efectuar
una lucha eficaz se debe identificar el pulgón que afecta el cultivo, ya que algunas formulaciones no se
adecuan a ciertas especies y algunos pulgones han generado resistencia simples o cruzadas a algunas
familias de insecticidas (Nuez, Gil y Costa, 1996).
Moscas blancas, Aleyrodidae

Figura 3.34. Trialeurodes vaporariorum.


Mosca blanca de los invernáculos, Trialeurodes vaporariorum (Westwood).
Es una palomilla de 1,5 mm de largo, de color blanco. Los adultos y ninfas se alimentan de la savia o jugo
de la planta (Figura 3.34). El ciclo biológico se cumple en 40 días, se producen varias generaciones al
año. Al succionar la savia provocan manchas en las hojas, decoloración, reducción del crecimiento y de la
producción. Secretan sustancias melosas que favorecen el desarrollo de la fumagina. Generalmente
causan mayores daños en los invernáculos.
Para su control son efectivas las trampas pegajosas, de color amarillo ubicadas a una distancia de 5 m
entre ellas. El parásito Hymenoptero Encarsia formosa realiza un control eficaz de esta plaga. Se pueden
realizar pulverizaciones con metomilo 20%, polvo soluble que se aplica en dosis de: 150-250cm3/Hl. o
1,5-2,5L/ha.
Mosquita Blanca del Algodonero o del Tabaco, Bemisia tabaci (Gennadius).
El ciclo demora en cumplirse de 21 a 28 días, también se reproducen partenogenéticamente. En los
ataques severos, se observa una gran cantidad de moscas blancas en el envés de la hoja. Son vectores de
algunos geminivirus y potyvirus.
Los síntomas y las medidas de control son similares a los detallados en la mosca blanca de los
invernáculos.
Hemíptero
Chinche verde, Nezara viridula Linneo. Pertenece a la familia Pantatomidae, es muy cosmopolita y
polífaga. Los adultos y las larvas se alimentan del contenido de las células, por medio de su pico
chupador, esto origina decoloraciones y malformaciones en los órganos en crecimiento. Alrededor de las

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picaduras, los frutos presentan manchas de colores claros. La saliva de estos insectos, posee una enzima
que impide el desarrollo de los pigmentos de color en la parte afectada.
El control biológico puede realizarse a través de un himenóptero, enemigo natural, de la familia
Scelionidae, Teleonemus basalis Woll. La hembra coloca sus huevos dentro de la puesta de la chinche e
impide el nacimiento de las chinches. Los tratamientos con productos químicos se hacen en el estado
larval. Son numerosos los compuestos organosforados que pueden aplicarse, se recomienda malathión
50%, en formulación emulsionable, dosis 200-300 cm3/Hl.
Lepidópteros: oruga de la flor, defoliadoras y del suelo
Oruga de la flor
Polilla del pimiento, Symmestrichema (=Gnorimoschema) borsaniella (Kohler) Mallea et al. La polilla
del pimiento es una plaga que causa daños considerables en el cultivo del pimiento en América del sur.
Es una mariposa pequeña, de color gris con manchas blancas alternadas con otras oscuras. Los adultos
son de hábito crepuscular y las hembras ovipositan en las axilas y pecíolos de las hojas y cuando
eclosionan las larvas se introducen por el brote terminal secándolo. El insecto se alimenta de botones
florales, provocando abortos y caída de flores y frutos, las larvas penetran cerca del cáliz y se comen las
semillas y la placenta. La duración del ciclo bio1ógico completo es de 45 días (Lanati, 1998). A los daños
provocados por la larva se asocian las de otros insectos como dípteros, que crean las condiciones
adecuadas para el ataque de hongos y bacterias que terminan descomponiendo los frutos. Se controla con
productos de contacto e inhalación, como clorpirifos 3% DP, dosis20 kg/ha.
Orugas defoliadoras
Gusano soldado, Spodoptera exigua Hübner.
Gusano del cuerno del tabaco, Manduca sexta Johanssen.
Gusano del cuerno del tomate Manduca quinquemaculata Haworth
Todas estas orugas lesionan el follaje de la planta, son grandes consumidoras de hojas durante su vida y
eventualmente provocan daños a los frutos. Las larvas recién nacidas se alimentan del tejido
parenquimático, luego perforan la hoja y al alcanzar el desarrollo completo, la consumen totalmente.
Orugas del suelo
Gusano trozador negro, Agrotis ipsilom Hufnagel
Gusano trozador moteado, Amathes (=Agrotis) c-nigrum Linneo
Gusano trozador jaspeado, Peridroma (=Lycophotia) margaritosa Haworth
Las mariposas colocan sus huevos durante la noche en las hojas o en el suelo. Las orugas jóvenes se
esconden durante el día entre la tierra y en la noche se alimentan del mesófilo foliar (Nuez, Gil y Costa,
1996).
Las orugas del suelo provocan daños graves después del trasplante del pimiento. La planta pequeña tiene
poco follaje y si éste es deteriorado se disminuye la capacidad fotosintética. Cuando el ataque se lleva a
cabo en la zona del hipocotilo, se resquebraja y la planta se derrumba.
Como medidas de control preventivas se deberán eliminar las malezas del cultivo y de las proximidades
para evitar que se conviertan en focos de infección. Los lepidópteros tienen numerosos enemigos
naturales que los destruyen sea como huevos, orugas o como crisálidas. Los depredadores como el
Neuróptero Chrysoperla carnea, el Coleóptero Coccinella septempumctata y numerosos Ancóridos
como varias especies de Orius se alimentan de huevos y larvas recién nacidas. Entre los parásitos se
encuentran los Himenópteros, Icneumónidos, Bracónidos y Trichogrammátidos y algunas especies de
Dípteros, los Taquínidos.
Los patógenos más eficaces para el control de los lepidópteros son las bacterias entomopatógenas, como
Bacillus thuringiensis (Nuez, Gil, Costa, 1996). Para el control químico se aplican productos insecticidas
organofosforados como clorpirifos 3%, polvo para espolvoreo, dosis 20-30kg/ha, o mediante el uso de
piretroides como cipermetrin 0,5% DP de gran efecto de choque y muy baja persistencia, dosis 30kg/ha.
Tisanópteros: Trips
Trips de las flores, Frankliniella occidentalis Pergande. Esta especie es originaria de América del Norte
e introducida en Europa y causa daños muy severos en el pimiento por ser vector del virus del bronceado
del tomate.

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Trips de la cebolla, Thrips tabaci Lindeman. Es muy cosmopolita y muy polífaga y los perjuicios
ocasionados por esta especie no son considerables, si se comparan con los producidos por Frankliniella
occidentalis.
Los daños que provocan los trips pueden ser directos e indirectos. Los directos son ocasionados por las
picaduras de las larvas y de los adultos en los tejidos epidérmicos. El insecto inyecta saliva y aspira los
jugos celulares; las células vacías de su contenido toman un aspecto plateado, que al necrosarse se
oscurecen. Los indirectos se producen como consecuencia de ser vectores de virus, especialmente en el
caso de Frankliniella occidentalis Pergande que transmite el virus del bronceado del tomate, agente
causal de grandes pérdidas en los cultivos hortícolas y especialmente en Capsicum (Nuez, Gil, Costa,
1996).
Como medidas preventivas de control se deben evitar las asociaciones con cultivos sensibles al ataque de
trips y eliminar las malezas que actúan como reservorios de la plaga y del virus. Hay Hemípteros,
Acaros y algunos Tisanópteros depredadores de trips. En el control químico se usan piretroides,
carbamatos e insecticidas organofosforados.
Moluscos Gasterópodos
Babosas o tlaconetes, Vaginula langsdorffi Fer. Estos moluscos carecen de concha, son de cuerpo
alargado y fusiforme, de color negro-pardusco. Miden de 5 a 20 cm, viven en lugares húmedos y
destruyen completamente los cultivos.
Se controlan con aplicaciones de meta acetaldehido, molusquicida de contacto e ingestión. Actúa
produciendo pérdida de la coordinación muscular y deshidratación, se aplica 3L/Hl. efectuándose una
cobertura uniforme del terreno y de las plantas de cultivo, también se puede aplicar clorpirifos B,
formulación líquido emulsionable, se diluye, en este caso, 1 litro de producto activo en 100 litros de agua.
Enfermedades producidas por nematodes
Nematodes de agallas o jicamilla de la raíz, Meloidogyne incognita (Kophoid y White); M.javanica
(Troub.) Chitwood; M. arenaria (Neal) Chitwood; M. hapla Chitwood.
Estos organismos viven en el suelo como larvas de segundo estadio; eclosionan cerca de las raíces,
penetran y se adhieren al cilindro central. Las células crecen y los tejidos proliferan formando agallas de
2-4 mm de diámetro, donde se aloja el nematodo. Además de los nódulos, las raíces presentan
ramificaciones excesivas, puntas dañadas y pudriciones producidas por bacterias y hongos saprófitos o
fitopatógenos. En la parte aérea se observa una reducción del crecimiento, síntomas de deficiencias de
nutrientes como amarillamiento de las hojas, marchitamiento excesivo y disminución de rendimiento.
Puede prevenirse por rotación de cultivos con frijol, maíz, centeno, tagetes o alguna otra explotación que
no sea jitomate o tabaco; el Capsicum se deberá plantar cada cuatro o cinco años.
El control se puede efectuar con aldicarb 10%, dosis 15-30kg/ha, es un carbamato sistémico que actúa
por contacto e ingestión, se coloca sobre suelo húmedo; ó fenamifos 10%, 30-60kg/ha, agroquímico
sistémico que se aplica antes de establecer el cultivo.
Enfermedades no infecciosas
Agrietamiento del fruto. Es un daño fisiológico originado por aportes variables de agua al cultivo.
Cuando los frutos han alcanzado la madurez y la humedad ambiente es excesiva, provocada por las
lluvias frecuentes, se originan ligeras rasgaduras de la piel. El exceso de humedad, dilata el mesocarpio
provocando presión sobre la capa superior, el epicarpio, y éste se resquebraja. Esto se observa
especialmente en las variedades de paredes gruesas. Las grietas constituyen una puerta de entrada de
microorganismos patógenos, que producen la pudrición de los frutos (Nuez, Gil y Costa 1996).
Como medida preventiva, se recomienda efectuar aportes regulares de agua al cultivo. Además, en la
elección de los cultivares se debe tener en cuenta aquellos que presentan tolerancia a este accidente. Se ha
verificado que la resistencia al agrietado es un carácter determinado genéticamente, de herencia compleja
(Johnson y Knavel, 1990).
Asfixia radicular. La insuficiente aireación de las raíces del pimiento provocada por la inundación del
suelo produce marchitamiento, amarillamiento de las hojas, disminución del desarrollo y finalmente la
muerte de la planta. La asfixia se encuentra asociada a sectores de las parcelas donde se producen
anegamientos casi permanentes, provocado por mala textura del suelo o ausencia de drenaje; en estas
condiciones, es frecuente observar infecciones producidas por hongos saprófitos del género Fusarium,
sobre Capsicum y se advierte necrosis de la zona radicular, con suberificación y descomposición de los
tejidos de las ramificaciones de la raíz, en el cuello de la planta, se hipertrofian las lenticelas y se produce
un engrosamiento por encima de la zona necrosada (Palazón, 1988).

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Para evitar el marchitamiento por asfixia radicular, las medidas son de carácter preventivo; para implantar
el cultivo de pimiento el terreno debe constar de buenos niveles y eficientes drenajes, evitando así los
anegamientos.
Caída de flores. La caída de las flores es frecuente en el pimiento, cuando las temperaturas son inferiores
a 12° C., causando que el grano de polen no germine; si las flores no han sido fecundadas, se secan y
caen. La sequía, las altas temperaturas, la poca luminosidad, las elevadas densidades de plantación,
aumentan este efecto. La aplicación de fertilizantes nitrogenados en los primeros momentos del desarrollo
con la finalidad de vigorizar las plantas, dificultan también el cuaje de las flores. Si se observa con
frecuencia este fenómeno se aconseja utilizar cultivares tolerantes a la caída de las flores (Nuez, Gil y
Costa 1996).
Salinidad. Las altas concentraciones de sales en los suelos afectan el desarrollo del Capsicum. Los
síntomas que se observan en las almacigueras y en el cultivo son amarillamiento de hojas, necrosis apical,
detención del crecimiento; en las raíces e hipocotilo de la planta los signos de intoxicación salina se
manifiestan como quemaduras. Las hojas muestran necrosis marginal provocado por el exceso de cloruro,
síntoma que puede ser confundido con la deficiencia de potasio. Cuando el contenido de sales en el suelo
es alto, la planta termina muriendo.
El mal manejo de las prácticas de fertilización y de riego así como el uso de agua con alto contenido de
sales, provoca la acumulación de éstas en el terreno. Cuando los valores de salinidad del suelo, expresada
como conductividad eléctrica, son menores a 2 dS/m no ocasionan daños al cultivo de pimiento, a partir
de este dato se observan reducciones de la cosecha del 10% y a 8,5 dS/m la pérdida es total (Lorenz y
Mainard, 1980 ).
El agua de riego con una conductividad de 1,0dS/m no afecta al cultivo, pero si la salinidad es alta, ayuda
a salinizar el suelo, así 3,4dS/m produce una disminución de cosecha del 50% (Siviero y Gallerani, 1992).
Deficiencia de magnesio. Este elemento entra en la estructura de la clorofila y se encuentra involucrado
en el enlace de las subunidades de los ribosomas y en el metabolismo del fósforo. Su carencia se
manifiesta en las hojas, en forma de amarillamiento entre las nervaduras. Cuando la deficiencia es mayor,
se observa necrosis y los frutos alcanzan menor desarrollo.
Puede presentarse carencia de magnesio en suelos normales después de un periodo de lluvias continuadas
lo que es frecuente en suelos con pH inferior a 5; los suelos arenosos están más expuestos a esta
anormalidad debido a la lixiviación de los mismos.
Existen numerosas formulaciones que contienen magnesio como quelato, en forma de organo-mineral
flavonoide y como sales minerales. Se recomienda su aplicación en el control preventivo y curativo de los
estados carenciales, debido a deficiencias o desequilibrios por falta del elemento en el suelo, o como
consecuencia de un exceso de calcio o potasio, provenientes de fertilizaciones incorrectas. La dosis a ser
aplicada debe ser calculada en función del resultado correcto a partir de un análisis de suelo y del
extraído por la cosecha esperada.
Necrosis apical del fruto. Esta anomalía es muy frecuente en los cultivos desarrollados en las regiones
secas y los frutos desmejoran su calidad notablemente (Figura 3.35).

Figura 3.35. Necrosis apical.

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La necrosis es originada por una deficiencia de calcio durante el desarrollo del mismo. En el extremo
apical, se forma una mancha marrón debido a la falta de translocación del calcio, desde los tejidos de la
planta; se observa además que maduran anticipadamente. El aumento de temperatura, el estrés hídrico y
térmico y la elevada salinidad son factores que favorecen su aparición (Garcia Morató, 1996).
Inicialmente la mancha se presenta húmeda, luego se seca y posteriormente puede ser dañada por hongos
saprofitos.
La necrosis apical se observa en frutos que se desarrollan, en suelos con bajos niveles de calcio y en
suelos ricos en este nutriente. En zonas húmedas con lluvias abundantes los suelos son ácidos y las sales
solubles de calcio se lixivian. Esta anomalía se corrige con el agregado de calcio al suelo en forma de cal.
En los suelos con abundante disponibilidad de calcio, este elemento se debe incorporar durante el
crecimiento vegetativo y en el momento de la formación de los frutos, puesto que durante los días de
verano de altas temperaturas, las raíces no pueden incorporar todo lo que la planta necesita. En estos
casos se recomienda la aplicación de calcio 8%, concentrado soluble, por vía foliar, en dosis de 200-
300cm3/Hl. ó el uso de compuestos de quelatos de calcio acompañados por aminoácidos, pulverizados
sobre la planta, llevando a cabo de 1 a 2 aplicaciones durante la fase de crecimiento y se repite el
tratamiento de 2 a 3 veces, después del cuajado del fruto a partir de un tamaño de 2 cm, todo esto debe
acompañarse conjuntamente con una adecuada programación de riego.
Como medidas preventivas, se recomienda aumentar la frecuencia de los riegos durante los periodos de
altas temperaturas y cuando soplen vientos cálidos y fuertes.
Quemaduras de Sol. Esta fisiopatía producida por el sol se observa en los tallos de plantitas ahiladas,
recién transplantadas y generalmente en los frutos (Figura 3.36). El desarrollo se ve favorecido por las
fuertes insolaciones del período estival en las primeras etapas de la formación de los frutos. Se forman
manchas blanco-parduscas, provistas de márgenes delimitados en las áreas expuestas al sol. Estas zonas
se deshidratan totalmente y sobre ellas pueden proliferar hongos que terminan pudriéndolo.

Figura 3.36. Quemaduras de sol.

Daño ocasionado por plantas superiores parásitas


Cuscuta. Cuscuta sp. Se ha observado el ataque de Cuscuta en almacigueras, afectando la producción de
plantines y provocando graves pérdidas. Es un parásito que constriñe al huésped ahogándolo,
constituyendo también un puente de transmisión de virus. Para controlar este parásito se hace uso de
herbicidas de contacto como aceite diesel reforzado con DNBP (4,6-dinitro-o-sec-butilfenol, PCP
(pentaclorofenol) o 2,4,D, estas sustancias matan al huésped y de esta manera se erradica el parásito.
VARIEDADES COMERCIALES DE CAPSICUM CON DESTINO A INDUSTRIA
Las características de las variedades de pimiento destinadas a la extracción de oleorresina, son las
siguientes:
• Alto rendimiento de producción por hectárea.
• Alta gradación de color. Para oleorresina se parte de cultivares de 200 unidades ASTA.
• Bajo porcentaje de placenta, semillas y pedúnculo.
• Pericarpio delgado.

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A continuación se especifican algunas variedades, con un detalle sucinto de las mismas.
Variedades dulces
Belrubí. Frutos de inserción pendular, cónicos, con ápice saliente, de 11,6x3,1cm. Alcanza 313 unidades
ASTA de color y tiene algo de pungencia (Soriano,1991).
Bolita salteño. La planta alcanza un desarrollo medio. Los frutos son pequeños, subesféricos, péndulos,
de regular protección por las hojas, de 4,1x4,5cm de tamaño. El peso fresco es de 35g. La relación peso
fresco / peso seco es de 6,4 y alcanza 80 unidades ASTA (Figura 3.37).

Figura 3.37. Bolita Salteño.

Buketen. Esta variedad forma un ramillete de frutos, por poseer el gen “fa” son erectos. Es de
maduración agrupada, la planta es de muy poco vigor, adaptada a siembra directa, con muy alta densidad
de plantas por hectárea, no se adapta a la cosecha mecánica por su bajo porte (Figura 3.38).

Figura 3.38. Buketen.

Son de sección longitudinal triangular y corto, de 8,5x2,4 cm. El color alcanza 191 unidades ASTA (Nuez
et al., 1996). Es parcialmente resistente a Verticillium. Costa, a seleccionado a partir de esta variedad:
Agrekaner. La planta tiene una altura de 27 cm, presenta una regular protección de los frutos
por el follaje, el fruto tiene posición erecta, de 9x2,8cm, de sección longitudinal triangular, corto.
El color logra 130 unidades ASTA.
Cokaner. De 22 cm de altura de planta, los frutos presentan regular protección por el follaje, son
de posición erecta; de sección longitudinal triangular, corto, de 8,1x2,5cm. De 113 unidades
ASTA de color.

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Datler. La planta es de altura baja, 40cm. El fruto es de sección longitudinal triangular, corto, de
6,50x3cm, erecto, posee el gen “up”. Presenta 63,5% de pericarpio, 29,5% de semillas y 7,5% de
pedúnculo. Alcanza 385 unidades ASTA de color (Soriano et al., 1990) (Figura 3.39).

Figura 3.39. Datler.


Nebi. Variedad muy productiva, el peso del fruto es 35g, el tamaño es de 4,3x4,3cm, tiene 58,8% de
pericarpio, 34,1% de semillas y 7,1% de pedúnculos. El color llega a 335 unidades ASTA (Soriano et al.,
1990).
Negral. Variedad obtenida por mutación a partir de Ñora. Los frutos tienen una tonalidad marrón oscuro
por la presencia del gen “cl”, retentor de clorofila. Este gen evita que se degrade el pigmento verde al
producirse los rojos (Nuez et al.,1996), se prefiere para la extracción de oleorresinas. Los frutos son
péndulos, subesféricos, de 3,9x4,4cm. El rendimiento en cáscara es de 62,5% de pericarpio, 32,5% de
semillas y 5,2% de pedúnculo. Alcanza 400 unidades ASTA de color. (Soriano et al., 1990).
Ñora, Americano. Es la variedad más tradicional que se cultiva en España, en la Región de Murcia. La
planta alcanza 37 cm de altura, el fruto es péndulo, subesférico, con protección regular por el follaje, de
3,5x4,9cm. El peso del fruto fresco es 34,2g, alcanza 186 unidades ASTA de color. La relación peso
fresco / peso seco es de 6 (Figura 3.40).

Figura 3.40. Ñora.

Ocal. Denominado Agridulce o De la Vera, de sección longitudinal triangular, muy largo y puntiagudo.
Fruto péndulo, de 14,5x1,9cm; con buena protección por el follaje (Nuez et al., 1996). A partir de esta
variedad se han obtenido las selecciones:

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Jaranda. Altura total de la planta 51cm. Fruto péndulo, con muy buena protección por el follaje,
de sección longitudinal triangular, muy largos y puntiagudos, de 16,3x2,2cm. Alcanza 195
unidades ASTA de color. Es parcialmente resistente a Verticillium.(Nuez et al., 1996).
Jariza. De 47 cm de altura total de planta. Frutos péndulos, con muy buena protección por el
follaje, de sección longitudinal triangular, muy largos y puntiagudos, de 16,3x2,2cm. El color
llega a 197 unidades ASTA. Parcialmente resistente a Verticillium (Nuez et al., 1996)
SIA 2. Planta de 37 cm, frutos péndulos, con buena protección por el follaje, largos y
puntiagudos, de 17,1x1,6cm. Logra 204 unidades ASTA de color. Parcialmente resistente a
Verticillium. (Nuez et al., 1996)
Trompa de elefante. Planta de buen desarrollo, con buena protección de los frutos por el follaje, éstos
son péndulos, de sección longitudinal triangular, muy largos y obtusos, algunos puntiagudos, de
15x4,5cm, alcanza 270 unidades ASTA (Figura 3.41).

Figura 3.41. Trompa de elefante.


Híbrido dulce
Benac. Híbrido de plantas vigorosas, de porte semierecto. Frutos cónicos, alargados de 13-15x 2,5cm,
pericarpio delgado, de color rojo muy oscuro a la madurez. (FITO, 1999) (Figura 3.42).

Figura 3.42. Benac.

Variedades pungentes de polenización abierta ( Vilarnau-Moncusí, 1996)


Anaheim. Es resistente a virus del mosaico del tabaco. Los frutos son rojos de 20x5cm, de pericarpio
grueso, largos, puntiagudos, poco consistentes. De 900 a 3.500 unidades de la escala Scoville (Figura
3.43).

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Figura 3.43. Anaheim.

Ancho San Luis. Frutos rojos de 13x6-7,5cm, pericarpio medianamente grueso, acorazonados, con tres
hojas carpelares. De 1.500 a 4.500 unidades de la escala Scoville.
Caloro PS. Resistente a virus del mosaico del tabaco, frutos amarillos o rojos, de 7,5x4cm, pericarpio de
grosor medio, cónicos y acabados en punta. De 5.000 a 8.000 unidades de la escala Scoville.
Cascabella PS. Frutos amarillos o rojos, de 3x4cm, pericarpio medianamente delgado, cónicos,
terminados en punta. De 1.500 a 4.000 unidades de la escala Scoville.
Cayenne Large Red Thick, frutos rojos de 18x2cm, pericarpio medianamente delgado, largos,
arrugados, con 2 cavidades. 3.500 a 5.000 unidades de la escala Scoville (Figura 3.44).

Figura 3.44. Cayenne Large Red Thick (izquierda). Early Jalapeno (derecha).

Cayenne Long Slim. Frutos rojos de 13x1cm, pericarpio delgado, largos arrugados provistos de 2
lóculos. De 3.000 a 5.000 unidades de la escala Scoville.

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Early Jalapeño. Frutos rojos, de 6x3cm, de pericarpio grueso, cónicos, poco corchoso. De 3.500 a 6.000
unidades de la escala Scoville (Figura 3.44).
Habanero. Frutos color naranja de 2,5x5cm, pared delgada, en forma de linterna y arrugados. De más de
215.000 unidades de la escala Scoville (Figura 3.45).

Figura 3.45. Habanero.


Habanero Red. Frutos rojos de 2,5x5cm, pericarpio delgado, puntiagudos y arrugados. Más de 200.000
unidades de la escala Scoville.
Huasteco. Resistente a virus Y de la papa, del grabado del Tabaco y del moteado del pimiento. Frutos
rojos de 6,3-7,6x 1,25cm, pericarpio medianamente delgado, en forma de bala. De 2.500 a 4.500 unidades
de la escala Scoville.
Hungarian Yellow Wax Hot. Frutos amarillos o rojos, de 14x4cm, pericarpio medio, lisos, cónicos,
terminados en punta. De 2.000 a 4.000 unidades de la escala Scoville.
Jalapeno M. Frutos rojos de 7,5x4cm, de pericarpio medianamente grueso, forma cónica. De 3.500 a
6.000 unidades de la escala Scoville (Figura 3.46.A).

Figura 3.46. A. Jalapeño M. B. Pasilla Bajio. C. Santa Fe Grande. D. Serrano Chili.

Papri King. Frutos rojos de 15-20x3cm, de pericarpio delgado, terminados en punta, poco consistente.
De menos de 1.000 unidades de la escala Scoville.
Papri Queen. Frutos rojos de 13-18x3cm, pericarpio medianamente delgado, terminados en punta, poco
consistente. De 500 o menos unidades de la escala Scoville.

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Pasilla Bajio. Resistente a virus del mosaico del tabaco, frutos de color marrón chocolate, de 20x5cm, de
pared medianamente delgada, largos, piel rugosa, con dos cavidades. De 500 a 1.500 unidades de la
escala Scoville (Figura 3.46.B).
Red Cherry large. Frutos rojos de 3x4cm, pericarpio medianamente grueso, de forma ovalada. De 1.000
a 2.000 unidades de la escala Scoville.
Santa Fe Grande. Resistente a virus del mosaico del tabaco; frutos rojos de 8x4cm, pericarpio
medianamente grueso, cónicos y terminados en punta. De 5.000 a 8.000 unidades de la escala Scoville
(Figura 3.46.C).
Serrano Chili. Resistente a virus Y de la papa, virus del grabado del tabaco, virus del moteado del
pimiento, frutos rojos de 5x1,25cm, pericarpio medianamente delgado. De 2.500 a 4.500 unidades de la
escala Scoville (Figura 3.46.D).
Sonora. Frutos rojos de 23x5cm, pericarpio medianamente grueso, largos, finos y puntiagudos. De 300 a
600 unidades de la escala Scoville.
Tam Jalapeno # 1n. Resistente a virus Y de la papa; frutos rojos de 5-6,25x4cm, pericarpio
medianamente delgado, de forma cilíndrica. De 900 a 3.500 unidades de la escala Scoville.
Tam Vera Cruz. Resistente al virus del grabado del tabaco, virus Y de la papa. Frutos rojos de 8x3cm,
pericarpio medianamente grueso, cilíndricos, acabados ligeramente en punta. De 3.500 a 4.600 unidades
de la escala Scoville (Figura 3.47).

Figura 3.47. Tam Vera Cruz.


Híbridos ( Vilarnau - Moncusí, 1996)
Cherry Bomb. Resistente a virus del mosaico del tabaco, de pericarpio grueso, frutos rojos, de
6,3x3,8cm, de forma globular. De 2.500 a 5.000 unidades de la escala Scoville (Figura 3.48).

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Figura 3.48. Cherry Bomb.

Delicias. Resistente a virus del grabado del tabaco, virus Y de la papa y virus del moteado del pimiento.
El pericarpio es de espesor medio, los frutos de 9x4cm, con forma de bala. De 1.000 o menos unidades de
la escala Scoville.
Grande. Resistente a virus del grabado del tabaco, virus Y de la papa, pericarpio de espesor medio, rojo,
de 10x4cm, terminados en punta. De 4.000 a 6.000 unidades de la escala Scoville.
Inferno. Pericarpio de espesor medio, frutos amarillos y rojos, de 20x4cm, ligeramente puntiagudos. De
2.500 a 4.500 unidades de la escala Scoville.
Jalapa. Pericarpio de espesor medio, frutos rojos de 8x3cm, de forma cilíndrico-truncada. De 2.500 a
4.000 unidades de la escala Scoville (Figura 3.49.A).

Figura 3.49.

Lisbon. Híbrido resistente a virus del mosaico del tabaco, pericarpio de espesor medio, frutos rojos de
20x4cm, terminados en punta, con 2-3 lóculos. De 3.000 a 4.000 unidades de la escala Scoville.
Mesilla. Resistente a virus del grabado del tabaco, virus Y de la papa, virus del mosaico del tabaco. De
pericarpio medianamente delgado, frutos rojos de 23-28x4cm, de forma alargada con 2 lóculos. De 2.000
a 4.000 unidades de la escala Scoville.
Mitla. De color rojo, pericarpio de espesor medio, frutos de 9x4cm, con forma de bala. De 4.000 a 6.000
unidades de la escala Scoville (Figura 3.49.B).
Papri Ace. De pericarpio grueso, frutos rojos de 15-20x2,5cm, alargados, puntiagudos y poco
consistentes. De 1.000 o menos unidades de la escala Scoville.

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Super Cayenne II. Resistente a virus del mosaico del tabaco y a Xanthomonas campestris var.
vesicatoria, de pericarpio delgado, frutos rojos de 1,5x1cm, puntiagudos y ligeramente ásperos. De 40.000
a 50.000 unidades de la escala Scoville (Figura 3.49.C).
Super Chili. De pericarpio delgado, frutos rojos de 6x1cm, terminados en ligera punta. De 30.000 a
40.000 unidades de la escala Scoville (Figura 3.49.D).
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