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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES CUAUTITLÁN

INGENIERÍA AGRÍCOLA 

PRODUCCIÓN DE HORTALIZAS

FICHA TÉCNICA SOBRE EL CULTIVO DEL


CHILE POBLANO

Juárez Ramírez Nayeli Karina

Profesores:

Ing. Orlando Nieves Moreno


Ing. Jonathan Alfredo Fernández Mendiola

Grupo 1702
2023-I

Agosto 2022
ÍNDICE

Pag.
I. REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS
II. ETAPAS DE DESARROLLO
2.1. GERMINACIÓN Y EMERGENCIA
2.2. CRECIMIENTO DE LA PLÁNTULA
2.3. CRECIMIENTO VEGETATIVO
2.4. FLORACIÓN Y FRUCTIFICACIÓN
2.5 COSECHA
III. PERIODO DE SIEMBRA
IV. ESTABLECIMIENTO
V. ARREGLO TOPOLÓGICO
VI. PREPARACIÓN DEL TERRENO
VII. SIEMBRA: ALMÁCIGOS
VIII. TRASPLANTE
IX. RIEGO
X. FERTILIZACIÓN
XI. LABORES CULTURALES Y LABORES ESPECIALES
11.1. ELIMINACIÓN DE MALEZA
11.2. PODA DE LA PRIMERA FLOR
11.3. PODA DE RETOÑOS LATERALES O CHUPONES
11.4. PODA DE HOJAS
11.5. ENTUTORADO
11.6. POLINIZACIÓN
XII. MANEJO DE PLAGAS
XIII. CONTROL DE ENFERMEDADES
XIV. COSECHA Y RENDIMIENTO POTENCIAL
14.1. COSECHA
14.2. RENDIMIENTO
XV. COSECHA DE SEMILLA
XVI. ASOCIACIÓN Y ROTACIÓN
XVII. REFERENCIAS

I. REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS
Como toda hortaliza de fruto, el chile es de clima cálido, por lo cual no resiste heladas.
A temperaturas menos res 10°C se pueden presentar abortos de las flores, y a menos
de 15°C comienza a detenerse el crecimiento a altas temperaturas (32° a 35°C)
(Valadez, 1989).
En términos generales, la época de siembra del chile en zonas tropicales es en otoño-
invierno, y primavera-verano en regiones templadas (Valadez, 1989).

II. ETAPAS DE DESARROLLO

2.1. GERMINACIÓN Y EMERGENCIA


El periodo de preemergencia varía entre 8 y 12 días, y es más rápido cuando la
temperatura es mayor. Casi cualquier daño que ocurra durante este período tiene
consecuencias letales y ésta es la etapa en la que se presenta la mortalidad máxima
(Frago. 2019).
2.2. CRECIMIENTO DE LA PLÁNTULA
Luego del desarrollo de las hojas cotiledóneas, se desarrolla el crecimiento de las hojas
verdaderas. De aquí en adelante se detecta crecimiento lento en la parte aérea,
mientras que el desarrollo del sistema radicular pivotante es alargado, pero sigue en la
generación de algunas raíces secundarias laterales (Frago. 2019).

2.3. CRECIMIENTO VEGETATIVO


A partir de la producción de la sexta a la octava hoja, el crecimiento radicular se reduce
gradualmente; en cambio, el follaje y de los tallos se incrementa, hasta que las hojas
alcanzan el máximo tamaño (Frago. 2019).
Si se va a sembrar por trasplante, éste debe realizarse cuando la plántula está
iniciando el crecimiento rápido (Frago. 2019).

2.4. FLORACIÓN Y FRUCTIFICACIÓN


El inicial la etapa de floración, dicho periodo de prolonga hasta que la carga de frutos
cuajados corresponda a la capacidad de madurarlos que tenga la planta. Bajo
condiciones óptimas, la mayoría de las primeras flores produce fruto, luego ocurre un
período durante el cual la mayoría de las flores aborta. A medida que los frutos crecen,
se inhibe el crecimiento vegetativo y la producción de nuevas flores (Frago. 2019).
Cuando los primeros frutos empiezan a madurar, se inicia una nueva fase de
crecimiento vegetativo y de producción de flores. De esta manera, el chile tiene un
patrón de fructificación que da origen a frutos con distintos grados de madurez en la
planta, permitiendo así cosechas semanales y biosemanales durante el periodo que
oscila entre 6 y 15 semanas. El mayor número de frutos de mayor tamaño se produce
durante el primer ciclo de fructificación, aproximadamente entre los 90 y 100 días (3
meses a 3 meses con 10 días) (Frago. 2019).

2.5. COSECHA
En los chiles se utilizan algunos indicadores físicos de cosecha:
● Longitud o tamaño.
● Color.
Así, los chiles se cortan han alcanzado el tamaño adecuado y su color característico
(Valadez, 1989).

III. PERIODO DE SIEMBRA


La siembra en las zonas tropicales es en el ciclo de otoño-inverno, y primavera-verano
en regiones templadas (Valadez, 1989).
De acuerdo al ciclo de primavera-verano que se trabaja en la Facultad de Estudios
Superiores Cuautitlán Campo 4, la siembra de dicho cultivo comenzaría el 15 de mayo
y su cosecha sería aproximadamente 70 días después, aproximadamente a finales de
agosto y el mes de septiembre.

IV. ESTABLECIMIENTO
A nivel comercial se utilizan principalmente almácigos, ya sea a campo abierto o en
invernaderos. La siembra directa no es usual, sin embargo, se recomienda una dosis
de siembra de 2 a 3 kg de semilla por hectárea (Valadez, 1989).
En lo que se refiere a almácigos a campo abierto, con 500 gr de semilla sembrada en
una superficie de 50 m2 se obtienen plántulas suficientes para una hectárea comercial.
Dichas plantas se trasplantan a una edad de 45-40 días (cuando están a campo
abierto), o cuando tengan 4 o 5 hojas verdaderas (Valadez, 1989).
A la hora de hacer el trasplante se debe de mantener una separación entre plantas de
35 cm. Para ello, se realiza un orificio con una profundidad no mayor a 5 cm, ya que es
la altura del cepellón de la plántula, y un ancho no mayor a 3 o 4 cm (Cedillo, et al.,
2021).

V. ARREGLO TOPOLÓGICO
Las dimensiones que puede tener el cultivo de chile poblano puede ser en surcos a una
sólo hilera o doble, no importa si es en cubierta plástica, cielo abierto o invernadero,
pues esto permitirá un correcto establecimiento del cultivo y por ende un buen manejo
agronómico entre planta y planta. Además, con estas medidas se obtiene una densidad
de población en promedio de 20,000 a 25,000 plantas/ha, para ello, el surco debe de
tener una distancia entre 1 m y 1.20 m (Valadez, 1989).

VI. PREPARACIÓN DEL TERRENO


Antes de hacer labores se debe de tener en cuenta que para cultivar chile se prefiere
tener suelos arenosos o franco-arenosos para facilitar el drenaje y evitar
encharcamientos. Además, se debe de procurar que no se haya cultivado algún cultivo
de la misma familia (Solanaceae) en los últimos tres años (Producción agrícola, 2016).
En el caso de la FESC Campo 4, al tener suelos muy pesados se debe llevar a cabo
una correcta preparación del terreno porque este tipo de chiles son muy vulnerables al
exceso de humedad o inundación, por lo que el suelo debe de quedar bastante suelto
para que no tenga problemas futuros con enfermedades fúngicas del suelo como
Phytophthora capsici (I México, 2020).
La preparación del terreno debe realizarse por lo menos tres meses antes del
establecimiento. Éste consiste en
● Arado de 40-50 cm de profundidad para disminuir la compactación y favorecer el
drenaje.
● Barbecho, con una profundidad de 30 cm para airear el suelo e incorporar
malezas o residuos.
● Rastra de dos pasos de forma cruzada, o rastra de un paso, seguida de un
rotocultor. Esto para eliminar los terrones más granes que existan en el suelo y
poder obtener buenos surcos o buenas camas para el trasplante.
● Una vez realizada la preparación del terreno, se aplica materia orgánica
(estiércol seco preferentemente) a razón de 20 ton/ha y se incorpora con ayuda
de la maquinaria para posteriormente realizar una Nivelación.
● Finalmente, se realiza un surcado de 1.56 – 1.80 m de distancia entre surcos y
30 cm de alto.
En algunas ocasiones y dependiendo del lugar en donde de vaya a producir (en
exterior, invernadero o cubierta plástica), se coloca un acolchado de plástico
previamente perforado con las medidas correspondientes al cultivo: 35 cm entre
plantas, a doble hilera y en disposición de tresbolillo (Producción agrícola, 2016).
Debido a que este cultivo es realizado a grandes extensiones, es mejor llevarlo a cielo
abierto que sobre cubierta plástica, por lo que el acolchado plástico sobre los surcos es
una buena opción para poder mantener la humedad de la planta, además de que con
éste se puede implementar un riego presurizado con cintilla.
VII. SIEMBRA: ALMÁCIGOS
Debido a que es un cultivo que necesita condiciones ‘óptimas’ para poder germinar
debido a su tipo de semilla pequeña, éstas se siembran en almácigos o charolas de
germinación para brindarle las condiciones apropiadas antes del trasplante.
La siembra tiene que realizarse en un lugar acondicionado para el mismo, donde se
tenga el control de la temperatura, la humedad y la radiación solar, además que se
encuentre protegido de las condiciones ambientales adversas como las lluvias,
granizadas, plagas y enfermedades. Lo más optimo es que este proceso se lleve a
cabo en invernaderos especializados en la producción de plántulas (Cedillo, et al.,
2021).
Para la siembra, se prepara un sustrato que contenga peat moss y perlita, se
humedece y se siembra una semilla por cavidad; usualmente se utilizan charolas de
plástico o unicel de 200 cavidades. Se debe procurar mantener una temperatura de 23
°C tanto en las camas germinadoras como en el invernadero, el cual será el lugar en
donde llevarán a cabo su crecimiento durante 30 a 90 días (dependiendo de la
variedad) hasta que sea hora del trasplante. Durante las primeras dos semanas se
debe de mantener húmedo el suelo en todo momento y una constante temperatura
cálida (23 °C) y bien iluminada, para que pueda germinar la semilla (Milly, 2019) en las
camas germinadoras. Una vez se coloquen en el invernadero se deben regar y fertilizar
de manera moderada. Cuando la plántula esté un poco más grande se le aplica un
control preventivo de plagas y enfermedades para asegurar su supervivencia (Cedillo,
et al., 2021).
Cinco días antes del trasplante, las plántulas se exponen a mayor radiación solar y se
limitan los riegos para suberizar los tallos de las plántulas para que cuando se realice el
trasplante, las plántulas resistan mejor el estrés por el cambio de medio de crecimiento
(Cedillo, et al., 2021).

VIII. TRASPLANTE
Una vez que las plántulas han llegado a una altura entre los 8 y 10 cm, tienen 2 hojas
verdaderas y el tallo ya es suberizado, se realiza el trasplante en los orificios marcados
del acolchado sobre los surcos. Dentro de los orificios de se realizan hoyos de
profundidad no mayor a 5 cm, o lo suficiente para que entre el cepellón. Una vez se
coloca la plántula en el orificio, con los dedos se hace una ligerea presión para fijar la
plántula al sustrato (Cedillo, et al., 2021).
El trasplante debe realizarse en las primeras horas de la mañana o por la tarde para
evitar daños por estrés al exponer a las plántulas a un exceso de radiación y altas
temperaturas (Cedillo, et al., 2021).
IX. RIEGO
En las primeras etapas de desarrollo se aplican pocos riegos al día y el gasto de agua
es muy pequeño, posteriormente cuando la planta comienza a desarrollarse más
rápidamente, los riegos y el gasto de agua aumentan (Ascencio, 2013). La cantidad de
agua a aplicar también se ve influenciada por el tipo de sustrato o tipo de suelo con el
que se cuente, por ejemplo: en el tezontle se gasta más agua que en los bolis de fibra
de coco, ya que la capacidad de retención de humedad en el tezontle es más baja que
en la fibra de coco (Cedillo, et al., 2021).
Es importante que desde el trasplante el medio de cultivo (sustrato) este con buena
humedad, para ello debe de regarse previamente con abundante agua. La intensidad
del riego y la frecuencia del mismo dependen del estado de crecimiento de las plantas
y de las condiciones ambientales (como se mencionó anteriormente) (Cedillo, et al.,
2021).
En general es conveniente aplicar un riego cada 20-25 días con una lámina de 10 a 12
cm, a excepción del riego de trasplante que requiere una lámina de 20 cm, es
conveniente realizar de 7 a 9 riegos de auxilio durante el desarrollo del cultivo,
realizando de 3 a 4 riegos para llegar a floración e inició de formación de frutos y de 3 a
5 riegos en el periodo de formación de frutos y cosechas de frutos (Ascencio, 2013).
El primer riego hacerlo a los 5 días después del trasplante y el segundo a los 40 días
después del primero. También se puede regar con el sistema de riego por goteo que lo
puede hacer semanalmente o bien meter el agua dos veces en la semana, y bajo este
sistema se puede aprovechar para aplicar el fertilizante y de igual manera los
agroquímicos (Inifap, 2002).
En caso de que sea por temporal o a cielo abierto sin riego, se requiere de
precipitaciones de 600 a 1200 mm, bien distribuidas durante el ciclo del cultivo.
Precipitaciones muy fuertes pueden inducir a la caída de flores, malformación y
pudrición de frutos, así como, a una mayor presencia de enfermedades fungosas
(Barrantes, 2010).
Al aplicar riego por goteo o por cintilla hay que tener presente que existen diferentes
calibres de cintilla en el mercado, sin embargo, para cultivos hortícola como el chile
ancho, se sugiere utilizar cintilla flexible calibre 5 ml o 6 ml con distancia de 30 cm entre
goteros, ya que estas cintillas soportan bien las presiones necesarias para hacer
funcionar adecuadamente el sistema de riego y la inyección de los fertilizantes y con un
buen mantenimiento se pueden utilizar hasta por cuatro ciclos de cultivo. Es
conveniente colocar la cintilla sobre la superficie del suelo en donde la parte donde se
encuentran los orificios por donde fluye el agua y los fertilizantes debe quedar hacia
arriba para de esta manera evitar al máximo el problema de taponamiento debido a
impurezas contenidas en el agua de riego o a residuos de sales fertilizantes. En la
época de lluvias, es importante tener cuidado con los riegos para no provocar excesos
de humedad; para esto se recomienda regar en surcos alternos (terciar) también, es
conveniente evitar los riegos lentos y el trazo de surcos mayores de 100 metros de
largo (Ascencio, 2013).

X. FERTILIZACIÓN
La fertilización de las plántulas se hace con fertilizantes foliares. Durante el crecimiento
de las plántulas en invernadero, particularmente en los primeros días de crecimiento,
es importante evitar insolación directa ya que esta puede ocasionar daños a las
plántulas (Ascencio, 2013)
Usualmente se acostumbra a abonar o fertilizar, 8 días después del trasplante con
formular ricas en fósforo para fomentar el crecimiento de raíces. Los siguientes
abonados se recomienda realizarlos cada 15 o 22 días (dependiendo del desarrollo del
cultivo), con fórmulas variadas que incluyan nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y
calcio (Barrantes, 2010). Aunque lo más común es utilizar una fórmula N-P-K (150-40-
00) o (160-80-00), el análisis de suelos previo a la fertilización es lo más aconsejable
para aplicar una buena nutrición (Inifap, 2002), con base a este análisis se puede
elaborar una fórmula de nutrición para el cultivo; para poder realizarla también es
importante conocer la calidad del agua de riego, el manejo de los nutrientes y sus
fuentes (fertilizantes), las unidades de aplicación (me/l, mmol/l y ppm) y las
características de las plantas a cultivar. En sustratos como el tezontle y la fibra de coco,
se utilizan los 16 elementos nutritivos esenciales para las plantas, estos vienen en los
fertilizantes químicos que se utilizan como fuentes, el cálculo de aplicación ser hace en
me/l (miliequivalentes por litro) y con ello, se establecen las cantidades de fertilizantes
a aplicar. Al realizar una formulación se toma en cuenta el pH y la CE del agua, así
como el análisis químico del agua (Cedillo, et al., 2021).
Para las dosis de fertilización mencionadas anteriormente para cielo abierto, se
distribuyen las cantidades de la siguiente manera:
● (150-40-00): 80 Kilogramos de Nitrógeno y 40 de Fósforo por hectárea al
momento de la borra; y 70 Kilogramos de Nitrógeno por Hectárea a los 45 días
del trasplante. Cuando riegue por goteo el fertilizante se puede distribuir a lo
largo del ciclo del cultivo (Inifap, 2002).
● (160-80-00): Generalmente se aplican 180 Kg de nitrógeno más 60 kg de fósforo
por h-1 que se hace en dos etapas, la primera se realiza en el tapapie o primera
escarda aplicando la mitad del nitrógeno y todo el fósforo, o sea, 90-60-00; esta
proporción se consigue utilizando como fuente de nitrógeno 196 kg de urea o
439 kg de sulfato de amonio; como fuente de fósforo se usan 130 kg de
superfosfato de calcio triple, la segunda fertilización con 130 kg de urea se hace
en los inicios de la floración aproximadamente 40 días después; en ambos
casos, el fertilizante debe aplicarse en banda a una distancia de 8 a 10 cm de la
planta (Ascencio, 2013).

XI. LABORES CULTURALES Y LABORES ESPECIALES


Llevar a cabo prácticas culturales en los cultivos, en general, tienen el objetivo de crear
condiciones adecuadas para el desarrollo de las plantas y desfavorables a las plagas y
enfermedades. Dentro de las prácticas se destacan el uso de variedades resistentes a
ciertas plagas y enfermedades, rotación de cultivos, desinfección de sustrato,
eliminación plantas enfermas, manejo de las épocas de siembra, eliminación de
rastrojo y malezas, podas sanitarias, recolección de frutos dañados, uso de barreras y
coberturas vegetales o artificiales, etc. (Barrantes, 2010).
Para los chiles poblanos se realizan varias actividades más específicas o especiales,
entre las que se pueden destacar la poda de la primera flor, poda retoños o
crecimientos vegetativos, poda de hojas, polinización y control fitosanitario (Cedillo, et
al., 2021).

11.1. ELIMINACIÓN DE MALEZAS


La eliminación de malezas es igualmente importante porque dependiendo del manejo
que se le den o no a estas especies invasoras se obtendrán buenos o malos
rendimientos y la sanidad de la planta también puede verse involucrada.
Dicha actividad puede realizarse manualmente: se eliminan las malas hierbas en forma
directa al extraerlas o arrancarlas utilizando las manos o el azadón y es más
recomendable cuando la maleza está en un estado de la plántula. Esta práctica es
lenta por lo que deberá tomarse en cuenta el periodo crítico de competencia (Ascencio,
2013).
O puede realizarse mediante control mecánico, en el cual se emplea cualquier equipo
como: arados, rastras, azadones rotatorios y cultivadoras tiradas por tractores o por
animales de tiro. Se puede realizar una escarda, en cultivos a cielo abierto, para
eliminar fácilmente la maleza y al mismo tiempo aporcar a la planta para su mejor
sostén y rigidez; dicha labor debe realizarse dependiendo la cantidad y desarrollo de
maleza (Ascencio, 2013), aunque es común realizar 3 deshierbes superficiales para no
dañar las raíces de las plantas (Panorama agropecuario, 2018).
El uso de herbicidas para el control de malezas puede hacerse antes del trasplante,
preemergente o la maleza si se trata de proteger contra especies anuales y de hoja
ancha (Panorama agropecuario, 2018).

11.2. PODA DE LA PRIMERA FLOR


La planta de chile tiene un crecimiento muy peculiar: primero crece un tallo con hojas
verdaderas y enseguida comienza a surgir desde un solo punto de crecimiento varios
tallos secundarios o ramas (generalmente 2 o 3), a este punto donde surgen los tallos
también se le denomina cruceta, y en este punto llegan a brotar una o dos flores, los
cuales deben eliminarse con un leve pinchado de los dedos para evitar la aparición
temprana de frutos cuando la planta se encuentra creciendo vegetativamente (Cedillo,
et al., 2021).

11.3. PODA DE RETOÑOS LATERALES O CHUPONES


Cuando el tallo principal empieza a crecer y engrosar, es común que broten más tallos
secundarios debajo de la cruceta, sin embargo, estos tienden a ser muy delgados y no
formarán frutos grandes y de buena calidad, por lo cual tienen que eliminarse lo más
pronto posible (Cedillo, et al., 2021).

11.4. PODA DE HOJAS


La poda de hojas es una práctica que cumple con varios objetivos, primero se utiliza
con fines sanitarios, eliminando hojas viejas y con problemas fitosanitarios como
presencia de cenicilla, estimular el crecimiento de puntos de crecimiento para la
aparición de nuevas flores y estimular el crecimiento de frutos. Se realiza con las
manos limpias o con guantes para evitar diseminación de enfermedades de tipo
fungoso o bacteriano, a cada planta se le cortan de 4 a 5 hojas por poda, es una
actividad que se realiza por lo menos 5 o 6 veces durante el ciclo de cultivo (Cedillo, et
al., 2021).

11.5. ENTUTORADO
Sirve para incrementar la producción, tener frutos de mayor calidad y propiciar una
mejor ventilación de la planta para evitar la presencia de enfermedades. Para se
requiere rafia jitomatera y soportes en las esquinas de las camas de crecimiento, hilos
de rafia se colocan horizontalmente sobre las plantas a ambos lados de la misma y
conforme la planta va creciendo se colocan más hilos de rafia, de tal manera que la
planta está creciendo siempre erguida ya que tiene soporte a ambos lados (Cedillo, et
al., 2021).
Cuando se lleva a cabo el cultivo a cielo abierto, se acostumbra que en invierno se
coloquen bandas plásticas para proteger de las lluvias, por lo tanto, los postes deben
estar firmes. Éstos son enterrados a 0.5 m y sobresalen entre 1.8 m y 2.5 m de altura,
con una distancia de 3 m entre un poste y otro dentro de cada hilera (Barrantes, 2010).
El primer hilo se coloca a los 25 a 30 días después del trasplante y de aquí cada 15 a
20 días hasta que la planta deja de crecer (Cedillo, et al., 2021).

11.6. POLINIZACIÓN
Es importante mencionar que las flores del chile poblano (al igual que otros chiles) son
flores perfectas o hermafroditas, por lo que la misma flor es capaz de realizar la
polinización por sí sola.
Bajo condiciones de cultivo a cielo abierto no se tiene que realizar ninguna actividad
adicional para que las flores se autopolinicen, sin embargo, en los invernaderos, la
velocidad del aire en un día sin viento es muy baja, por lo cual hay que polinizar
únicamente moviendo a las plantas suavemente desde las rafias del entutorado una o
dos veces durante el día, preferentemente entre las 11:00 am y las 3:00 pm, ya que es
cuando se tienen más altas temperaturas y el polen de los estambres se desprende
fácilmente (Cedillo, et al., 2021).
Esta actividad se realiza una vez que la planta comienza a tener las flores abiertas, los
cual empieza a presentarse normalmente después de los 25 a los 30 días (Cedillo, et
al., 2021).
También pueden utilizarse abejorros para realizar esta actividad, ya que son muy
buenos polinizadores; aunque está técnica sigue siendo cara y se requiere un
conocimiento especializado para el manejo de dichos abejorros (Cedillo, et al., 2021).

XII. MANEJO DE PLAGAS


El control fitosanitario es recomendable realizarse para prevenir y controlar las plagas y
enfermedades que puedan presentarse en el cultivo. En general, se debe de mantener
limpio el lugar de cultivo, deben realizarse las diferentes labores y prácticas de cultivo
con las manos limpias y/o utilizando guantes. En el caso de invernadero es necesario
mantener siempre bien cerradas las instalaciones para evitar la entrada de algún
agente dañino para el cultivo (Cedillo, et al., 2021).
Las plagas que más afectan o tienen una mayor importancia en el cultivo de chile son:
● Picudo del chile (Anthonomus eugenii cano)
● Mosca blanca (Bemisia tabaci)
● Minador de la hoja (Liriomyza spp.)
● Pulgones (Myzus persicae Sulzer, Aphis gossypii Glover)
● Gallina ciega o jobotos (Phyllophaga spp.) (Ocasional)
● Gusanos del fruto (Heliothis spp.; Spodoptera spp.; Lepidóptera: Noctuidade)
(Ocasional)
● Gusano cortador (Agrotris spp.; Lepidóptera: Noctuidade) (Ocasional)
● Nemátodos (Meloidogyne spp.; Helicotylenchus sp.; Pratylenchus sp.)
DAÑOS Y SINTOMATOLOGÍA EN LA PLANTA:
● Picudo del chile: Se le conoce como
picudo o barrenador del chile. El adulto es
un escarabajo de color negro, el cual posee
un pico que utiliza para alimentarse y abrir
los agujeros donde la hembra coloca sus
huevos. Los adultos se alimentan de las
partes terminales de la planta. A medida que
aparecen los botones florales y ovarios se
alimentan estas estructuras. El fruto dañado
presenta el orificio por el cual el adulto sale,
sirviendo este orificio como entrada a
hongos y bacterias que dañan el fruto. La
planta al ser movida ocasiona la caída del Fig 1. Picudo del chile
adulto al suelo, de donde se desplazan a
otras plantas y otras plantaciones para
comenzar un nuevo ciclo (Barrantes, 2010).

● Mosca blanca: Se les puede observar


posadas sobre la cara inferior de las hojas,
de donde salen volando cuando se les
molesta. Entre los daños que ocasionan
están que chupan la savia de las plantas y
en altas poblaciones producen manchas
cloróticas, marchitez, maduración de frutos
en forma dispareja, presentando zonas amarillas difusas; reducción significativa
del rendimiento sus deyecciones melosas permiten el desarrollo de hongo negro
de la fumagina, el cual reduce la fotosíntesis y mancha los frutos. El principal
daño que ocasiona es la transmisión de virus (Barrantes, 2010).
● Minador de la hoja: Las larvas penetran en las capas celulares de las láminas
foliares construyendo galerías conforme ingieren el tejido vegetal. Esta forma de
alimentarse de las larvas hace que el daño se observe en las hojas como
bandas de color plateado, que luego se tornan negras. Cuando el ataque es muy
severo, se originan clorosis, acelerando la caída de las hojas, dejando expuestas
las frutas a quemaduras de sol (Barrantes, 2010).
● Pulgones: El daño frecuente se debe a que
las ninfas y adultos se alimentan de la savia
Fig 3. Minador de la hoja en chile
de sus hospederos y como consecuencia se
producen clorosis, deformaciones,
encrespamientos, debilitamiento general y
hasta la muerte en las plantas. Al penetrar
los estiletes intracelulares se producen
daños mecánicos con clorosis y necrosis de
Fig 4. Daño por pulgón en chile
la parte afectada. Las abundantes
excreciones líquidas de algunos pulgones
provocan el desarrollo de hongos de la
fumagina que interfiere en la fotosíntesis de
las hojas. Los áfidos se concentran en el
envés de las hojas tiernas y en los puntos de crecimiento. Además, son
transmisores de muchos virus, donde destacan el virus del mosaico de las
cucurbitáceas y el virus “Y” de la papa, el virus del mosaico del tabaco, entre
otros (Barrantes, 2010).
● Gallina ciega o jobotos: Éstas se alimentan de raíces de las plantas, dándole a
ésta un aspecto inicialmente clorótico y luego marchita. El daño se presenta
generalmente en parches (Barrantes, 2010).
● Gusano del fruto: El daño es causado por
las larvas al alimentarse de diversas partes
de la planta. Estas larvas dañan las hojas,
frutos, flores, crecimiento terminal, y algunas
cortan las plántulas a nivel del suelo. En las
hojas arrancan trozos irregulares dejando
bordes destruidos y orificios en la lámina,
generalmente no afectan las nervaduras
gruesas o firmes. Dañan botones florales y
en los frutos hacen perforaciones grandes,
contaminadas con féculas o excrementos y propicios para facilitar la pudrición de
éste (Barrantes, 2010).
● Gusano cortador: Las larvas cortan las plántulas a nivel del suelo (Barrantes,
2010).
● Nemátodos: Provocan agallas radicales de tamaños variables, severo
enanismo, fructificación pobre, plantas cloróticas y marchitas (Barrantes, 2010).
Para evitar que este tipo de plagas, así como ciertos patógenos, afecten al cultivo a tal
punto que el umbral económico sea rebasado, y existan demasiadas pérdidas, es
necesario llevar labores culturales preventivas que frenen laFigpresencia
6. Gusano portador en chile y
de insectos
fitopatógenos, como las mencionadas en la anterior sección.
Es conveniente, realizar aplicaciones foliares de
fungicidas e insecticidas a través del ciclo de
cultivo. De preferencia productos de origen
orgánico, y sólo cuando sea necesario y cómo
último recurso los productos químicos. El uso de
trampas pegajosas para monitorear y controlar las
diferentes plagas de insectos que puedan atacar al
cultivo (generalmente son de color amarillo) son de
gran ayuda a la hora de realizar un manejo
preventivo de plagas y enfermedades (Cedillo, et
al., 2021). En caso de que la incidencia de plagas se presente y los manejos
preventivos no hayan funcionado, existe el manejo integrado de plagas en el que ya es
necesaria la aplicación de algún plaguicida o, en su defecto, llevar a cabo un control
biológico o control etológico, el cual se basa en el aprovechamiento de reacciones
específicas de comportamiento de los insectos ante elementos atrayentes, destacando
el uso de sustancias repelente, cultivos trampa, trampas con feromonas sexuales,
trampas luz, etc. (Barrantes, 2010).
CONTROL DE PLAGAS ESPECÍFICAS
● Picudo del chile: Para su control se recomienda la eliminación de rastrojo de
cosechas, la recolección de frutos dañados y su posterior destrucción. Dentro
del control químico se recomiendan las aplicaciones de Endosulfán, Malathion,
Fipronil a las dosis recomendadas (Barrantes, 2010).
● Mosca blanca: Se utilizan la liberación de parasitoides como las avispitas
afelinidas, erradicación de plantas enfermas, aplicación de hongos
entomopatógenos, utilización de cultivos trampa, rotación incluyendo barbecho,
manejo de malezas hospederas, uso de coberturas en cultivos, almácigos
protegidos y aplicaciones de insecticidas como permetrina, malathion, bifenthrín
o dimetoato (Barrantes, 2010).
● Minador de la hoja: El control de esta plaga se dificulta porque las larvas están
dentro del tejido de la hoja, protegidas del contacto de los insecticidas. Las
poblaciones naturales de parasitoides parecen ser la forma más eficiente para
controlar esta plaga, por lo que se recomienda no utilizar insecticidas de amplio
espectro y así favorecer el establecimiento de poblaciones de insectos
benéficos; además, el manejo de hospederos alternos, trampas amarillas, uso
de abamectinas y el uso racional de fertilizantes nitrogenados (Barrantes, 2010).
● Pulgones: Entre las medidas de control más recomendadas están la utilización
de hongos entomógenos, la eliminación de malezas hospederas, el usar cultivos
trampas, mulch plástico para repelerlos, aplicaciones de insecticidas como
acefato metomilo o endusulfán (Barrantes, 2010).
● Gallina ciega o jobotos: Para su control se utiliza el control cultural con una
buena preparación de suelo para la exposición de huevos y larvas al sol o
enemigos naturales. El control físico, mediante la colocación de trampas de luz
para atrapar los adultos con lo cual se disminuye su ovoposición y mediante la
aplicación al suelo de agroquímicos como el diazinón, clorpirifos o carbofuran
(Barrantes, 2010).
● Gusano del fruto: En su control se recomienda las liberaciones de parásitos y
enemigos naturales como los Trichogramma spp., Apanteles spp., Calosoma
spp., etc.; buena preparación del suelo para la destrucción de residuos de
cosechas y hospederos alternos. La aplicación de insecticidas biológicos que
tienen diferentes cepas de Bacillus thuringiensis, son la mejor alternativa para
controlar la plaga sin contaminar la cosecha. También hay otros insecticidas
específicos, para las plagas como permetrina, acefato o carbaril, que pueden ser
utilizados en casos de alta incidencia (Barrantes, 2010).
● Gusano cortador: Utilización de un buen laboreo del suelo para destruir
parcialmente larvas, pupas, a la vez que las expone a enemigos naturales, las
aplicaciones químicas al suelo después de la siembra con productos como el
clorpririfos, diazinón, carbarilo y la utilización de cebos con insecticida son los
más recomendados (Barrantes, 2010).
● Nemátodos: Se recomienda la utilización de cultivares tolerantes o resistentes,
uso de almácigos libres de nemátodos, la rotación de cultivos, araduras
profundas inmediatamente después de la cosecha, uso de cultivos trampa, y
aplicaciones de
nematicidas granulados del suelo (Barrantes, 2010).
CONTROL QUÍMICO
Cuadro 1. Plagas de importancia económica, producto comercial y dosis, en el cultivo de chile ancho en
Nayarit, SAGARPA-INIFAP-CIRPAC-CESIX, 2001. (Extraído de Inifap, 2002)
Dichas dosis deben aplicarse cuando se detecten las primeras colonias de plagas y al
inicio de las distintas floraciones; a excepción del Tamarón 600 (Inifap, 2002).
Las aspersiones deben realizarse cada vez que se detecte en el monitoreo algún
problema por plaga o enfermedad, en la mañana o en la tarde, evitando las horas de
mayor insolación para estresar lo menos posible a la planta y tener un mayor impacto
en las posibles plagas y enfermedades que puedan presentarse (Cedillo, et al., 2021).
Así mismo, si existen problemas con plagas del suelo se podría sugerir para su control
cualquiera de los siguientes Insecticidas: Oftanol 5% G 20 kg/ha, Counter 5% G 20
kg/ha ó Furadán 5% G 20 kg/ha. Estos deben ser aplicados al momento de la siembra
si es que se presentara el caso de incidencia de plagas previos a ésta (Inifap, 2002).

XIII. CONTROL DE ENFERMEDADES


A los problemas tradicionales ocasionados por las enfermedades de cenicilla y
marchitez bacteriana cuya incidencia se incrementa bajo condiciones de clima de alta
humedad relativa y altas temperaturas, se ha agregado en los ciclos recientes
diferentes tipos de virosis, ocasionados principalmente por altas poblaciones de
vectores, entre los que destaca la mosca blanca. Estos riesgos son mayores en las
siembras más tempranas, cuando el clima es más favorable a la multiplicación de estos
vectores (Reyes, 2018).
Un problema importante comienza a surgir después de los 3 meses del trasplante y
cuando el cultivo comienza a producir, es la aparición de una enfermedad fungosa
denominada “Cenicilla” (Leveillula taurica), (Cedillo, et al., 2021).
Algunas otras enfermedades que puede presentar el chile poblano son:
● Mancha cercospora o Cercosporosis (Cercospora capsici heladwolf):
Aparición de manchas foliares circulares, las
cuales presentan un centro de color gris
claro y bordes obscuros. En ataques muy
severos hay defoliación y por lo tanto
quemas de sol en los frutos. Cuando las
lesiones se secan, el tejido se cae dejando
un hueco en la hoja. Se desarrolla bajo
condiciones de alta humedad y temperaturas
cálidas, se presenta con mayor frecuencia
en invierno, el hongo sobrevive en rastrojos
y se disemina por el viento, agua y salpique
de la lluvia (Barrantes, 2010).
Fig 7. Daño ocasionado por Cercospora capsici
● Pata negra, mal de talluelo: Compuesto
fungoso compuesto por hongos como Rhizoctonia, Fusarium, Pythium y
Phytophtora capsici. Se presenta antes o después de la emergencia de las
plantas. Si se da antes, la plántula no alcanza a brotar del suelo por el ataque
del hongo, si es después de la emergencia hay un estrangulamiento y necrosis
de los tejidos de la planta a nivel del suelo, marchites y pérdida de plantas. Se
disemina por el agua de riego y por labores culturales efectuadas en el almácigo.
Le favorecen los suelos húmedos y mal drenados (Barrantes, 2010).
● Mancha bacteriana (Xanthomonas
vesicatoria): Esta bacteria es capaz de
sobrevivir en el suelo asociada a residuos
que persisten entre cultivos y en semillas
infectadas superficialmente. Las lesiones
se presentan en hojas, tallos y frutos. En
las hojas son pequeñas lesiones
cloróticas o necróticas cuyo centro es
traslúcido, por lo general se seca y cae, Fig 8. Daño ocasionado por Xanthomonas
dejando un orificio en la hoja. En el tallo, las lesiones son vesicatoria
circulares, de color
marrón y se localizan a lo largo del tallo. Lo más característico ocurre en frutos
inmaduros, donde las lesiones son pequeños puntos negros, levantados,
rodeadas por un halo acuoso. Se disemina por el salpicado y arrastre producido
por las lluvias o riego por aspersión, además por semilla infectada (Barrantes,
2010).
● Pudrición por Erwinia o bolsa de agua (Erwinia carotovora):
Esta bacteria sobrevive en el suelo o asociada a residuos enfermos. La infección
comienza en el pedúnculo y en el cáliz de la fruta. El fruto se marchita y la
pudrición dentro del fruto avanza transformando los tejidos en una masa blanda
y acuosa. El fruto cuelga en la planta y ocasiona el llamado síntoma de la bolsa
de agua hasta que se desintegra. Su
mayor incidencia se presenta al
asociarse con el ataque de la mosca
blanca Neosilva sp., ocasionando una
caída prematura de frutos. Las plantas
son susceptibles a esta enfermedad
durante todo el ciclo de vida, por lo
general, se presenta desde el inicio de
la cosecha y cuando la humedad es
relativamente alta. Se disemina por el
salpique del agua, por la acción de los
insectos, por el viento, por labores culturales propias del cultivo. Sobrevive en
los residuos de la cosecha (Barrantes, 2010).
● Marchitez bacteriana o maya (Pseudomonas solanaearum): Esta bacteria
ataca desde el inicio de la etapa de crecimiento vegetativo hasta la cosecha.
Sobrevive en el suelo, puede localizarse a profundidades mayores de 0.5 m y se
presenta en gran variedad de hospederos alternos. La planta presenta una
marchitez parcial o generalizada. Se observa primero con las hojas bajas, y en
un lado de la planta, abarcándola luego por completo. Los tallos presentan
necrosamiento del tejido vascular en el interior de éste, y exudados blanco-
cremoso. Se disemina al transportan plantas infectadas del almácigo, por el
salpicado y el arrastre superficial producido por las lluvias y el agua de riego; por
el contacto de raíces sanas con enfermas y; el transporte de suelo contaminado
en implementos agrícolas (Barrantes, 2010).
● Antracnosis (Colletotrichum phomoides):
Este hongo infecta frutos inmaduros, pudiendo
permanecer latente hasta la madurez del fruto.
En frutos inmaduros aparecen pequeñas
manchas necróticas, hendidas con una
coloración parda obscura en el centro. En
zonas muy húmedas aparece un micelio
rosado-salmón. Puede ocasionar podredumbre
en la base de los tallos y en raíces principales.
Se disemina por el salpicado y arrastre
producido por las lluvias, penetra por heridas
ocasionadas por insectos o daños mecánicos,
le favorece los climas húmedos y es capaz se
sobrevivir en el suelo en restos de frutos y Fig 10. Daño ocasionado por
tallos (Barrantes, 2010). Colletotrichum phomoides
● Pudrición seca del moho blanco (Sclerotium rolfsii Sacc.): Se presenta
como una marchitez en la planta que progresa rápidamente hasta su muerte. En
la base de las plantas existe una podredumbre color café obscura que puede
expandirse a la raíz, pudriéndola y produciendo un micelio blanco que cubre la
superficie de la lesión y el desarrollo de esclerocios de color mostaza o negros.
El hongo puede persistir por vario años en el suelo en estado de esclerocios. Se
disemina por el agua de lluvia, por el riego, labores culturales y maquinaria con
suelo infectado, Le favorecen los suelos húmedos y con altas temperaturas
(Barrantes, 2010).
● Pudrición húmeda del moho blanco (Sclerotina sclerotiorum): Generalente
sobrevive como esclerocios en el suelo o asociada a restos de materia orgánica
que persiste en el suelo. Genera marchitez amarillamiento y necrosis
generalizada del follaje. En estados avanzados ocurre ahuecamiento del tallo
con formación de esclerocios negros en su interior. Bajo condiciones muy
húmedas aparece un abundante micelio blanco con esclerocios negros en forma
y tamaño irregulares. Se disemina por medio de los esclerocios a través del
riego e implementos de labranza (Barrantes, 2010).
● Marchitez por Fusarium (Fusarium
oxysporum): Sobrevive como clamidospora en el
suelo. Ocasiona marchitez y clorosis inicialmente
de manera unilateral de las hojas y luego en toda
la planta. Se observa una necrosis vascular
visible desde la base hasta el ápice, produciendo
la muerte de la planta. Se disemina por el agua de
riego, por arrastre superficial ocasionado por las
lluvias o por transplantes contaminados
Fig 11. Daño ocasionado por
(Barrantes, 2010).
Fusarium oxysporum
● Podredumbre basal (Phytophtora capsici
Loinin):
Ataca tallos, flores y frutos. Los síntomas
presentes son marchitez, clorosis y desecación de
las hojas quedando los tallos rectos y los frutos en
la planta. En tallos causa lesiones a nivel del
suelo, las cuales comienzan como manchas
acuosas verde oscuro y luego cambian a café
obscuro de consistencia seca. En las hojas, las
lesiones inicialmente son manchas pequeñas con
la apariencia de haber sido quemadas con agua
caliente, que luego se agrandan pasando a un
color café con consistencia de papel seco. Los
frutos infectados presentan una consistencia
acuosa sobre la superficie del fruto, que
posteriormente los vuelte flácidos y arrugados. Se diseminan por el salpique del
agua, por el agua de riego o semillas contaminadas. Le favorecen las altas
temperaturas y los suelos húmedos (Barrantes, 2010).
● Oidio, mildiu polvoso (Erysiphe polygoni): este hongo sobrevive por
hospedero alternos, restos de tejidos enfermos o por cleistotecios. Las lesiones
se presentan como tejidos necrosados color pardo con un moho ceniciento
sobre las hpjas y tallos. Se disemina por el viento en forma de conidios. Le
favorecen las latas temperaturas y baja humedad relativa (Barrantes, 2010).
● Moho foliar, mildiu velloso (Cladosporium fulvum): este hongo es capaz de
sobrevivir por medio de las conidias de una Fig 13. Daño ocasionado
temporada a otra.porOcasiona
Cladosporium fulvum
manchas cloróticas ovalados en los foliolos. En el envés de las manchas
aparece un moho aterciopelado de color verde oliváceo, posteriormente las
hojas severamente afectadas se tornan cloróticas y se caen (Barrantes, 2010).

● Cenicicilla (Leveillula taurica):


Esta inicia en las hojas más viejas y si no se
controla avanza hacia los puntos de crecimiento
ocasionando pérdidas considerables en los
cultivos. Las condiciones ideales de su
propagación son días muy soleados con alta
temperatura y baja humedad relativa (Cedillo, et
al., 2021).

CONTROL
Cuadro 2. Control de enfermedades causadas por hongos y
bacterias que afectan al chile poblano (Elaboración propia con información de (Barrantes, 2010) y
(Cedillo, et al., 2021)).

ENFERMEDAD CONTROL

Mancha cercospora o Se recomienda el uso de semillas limpias y certificadas,


Cercosporosis los buenos drenajes y a aplicación de productos como
(Cercospora capsici heladwolf) hidróxido de cobre, clorotalonil o benomil.

Pata negra, mal de talluelo Sed recomienda la desinfección de los suelos por medio
de la solarización, suelos no muy húmedos o mal
(Rhizoctonia, Fusarium, Pythium drenados, la utilización de almácigos producidos en
y Phytophtora capsici) ambiente protegidos.

Mancha bacteriana Se recomienda la eliminación total de los residuos de


(Xanthomonas vesicatoria) cosecha anteriores, la rotación cultural con gramíneas por
lo menos un año, la utilización de semilla sana, evitar el
uso del riego por aspersión cuando hay presencia de
lesiones, eliminación de malezas, buenos drenajes, así
como las aplicaciones de cobre en mezcla con maneb,
mancozeb o la utilización de un bactericida.

Evitar las heridas o daños de cualquier naturaleza a los


Pudrición por Erwinia o tejidos, eliminación de frutos enfermos, destrucción de
bolsa de agua residuos de cosecha, rotación con cultivos como maíz,
(Erwinia carotovora) frijol, etc. Suelos bien drenados, aplicaciones preventivas
de antibióticos, bactericidas o fungicidas a base de cobre.

Se recomienda la rotación cultural durante dos años con


especies nos susceptibles, el uso de almácigos sanos, la
Marchitez bacteriana o maya erradicación de plantas enfermas, las aplicaciones de
(Pseudomonas solanaearum) calcio al suelo antes de las siembras, la utilización de lotes
no infectados, con buenos drenajes evitando el
encharcamiento del agua.

Se utiliza la rotación cultural, la eliminación de plantas o


Antracnosis frutos enfermos tan pronto como se observen, las
(Colletotrichum phomoides) aplicaciones preventivas de benomil, metiram, clorotaloníl
o mancozeb.

Pudrición seca del moho Se recomienda la erradicación de plantas enfermas, la


blanco rotación de cultivos, preparar el suelo con aradas
produndas para eliminar los esclerocios, aplicaciones con
(Sclerotium rolfsii Sacc.) hidróxido de cobre, cabendazin y/o benomil.

Pudrición húmeda del moho En su control se recomienda evitar los excesos de


blanco humedad, rotaciones culturales, así como prevenciones
químicas con productos como benomil, vinclozolín.
(Sclerotina sclerotiorum)

Se recomienda la eliminación de restrojos y residuos de


cosecha, evitar los excesos de humedad en el suelo,
Marchitez por Fusarium
utilización de variedades resistentes y mediante la
(Fusarium oxysporum)
utilización de suelos desinfectados, aplicaciones de
oxitetracicla, hidróxido de cobre y sulfato de cobre.

Se recomienda la eliminación de rastrojos, evitar los


excesos de humedad, utilizar semilla sana y desinfectada,
Podredumbre basal
sembrar en lomillos altos. Para el control químico se
(Phytophtora capsici Loinin)
recomienda la utilización de metalaxil, mancozeb,
hidróxido de cobre y fosetil-al.
Se recomienda la eliminación de residuos de cosecha, así
Oidio, mildiu polvoso
como la prevención química con productos como azufre,
(Erysiphe polygoni)
benomi o, triadimefón.

Se recomienda el uso de variedades resistentes, la


Moho foliar, mildiu velloso
eliminación de residuos de cosecha, así como la aplicación
(Cladosporium fulvum)
preventiva de fungicidas como benomil, mancozeb.

Cenicicilla Para su control, es importante realizar la poda de hojas y


realizar aplicaciones foliares de fungicidas como el
(Leveillula taurica) Amistar, Consist Max y Rally W40.

Las enfermedades de mayor importancia que se presentan en chile ancho o poblano


son Mancha foliar (Cercospora capsici) para su control aplique Agrimicín 500, Cupravit
o Daconil en dosis de 1 kg/ha, Manzate 200 1.5 kg/ha Captán 75% 2.0 kg/ha, Mancha
bacteriana Xanthomonas vesicatoria se controla con Sulfato tribásico de cobre 4.0
kg/ha ó Vidate 1.0 L/ha (Inifap, 2002).
APLICACIÓN
La presencia de síntomas de virosis puede aparecer en cualquiera de las partes aéreas
de las plantas provocando daño en la producción y calidad del fruto. Para el control del
virus lo importante será determinar el vector que se debe controlar ya que algunos de
los virus son también transmitidos por pulgones, por lo que ambas plagas deben
controlarse con oportunidad (Reyes, 2018).
Después del trasplante se hace una aplicación al follaje luego a la base del tallo, de
una mezcla de un producto químico para la prevención y control de hongos como el
damping off (pudrición del cuello del tallo), y otro para la prevención y el control de
plagas chupadoras como la mosquita blanca y los pulgones. Para ello se hace una
mezcla de 1 ml en 15 L de agua de Promesh 720 (fungicida a base del ingrediente
activo llamado procamocarb clorhidrato) y 10 ml de Talstar 100 CE (insecticida cuyo
ingrediente activo es la bifentrina) (Cedillo, et al., 2021).
Una vez que la planta comienza a crecer sólo hay que estar al pendiente que no se
presente ningún problema sanitario a través del monitoreo de las plantas y de manera
preventiva en periodos de 20 a 30 días se puede aplicar un fungicida llamado Cupravit
Hydro (con ingrediente activo llamado hidróxido cúprico) mezclado con un insecticida
orgánico llamado Bug Clean (a base de extracto de ajo) en una mezcla de 10 g de
fungicida por 30 ml del insecticida en 15 L de agua asperjados al follaje (Cedillo, et al.,
2021).
Cenicilla: Para su control químico, realizar aplicaciones foliares de fungicidas como el
Amistar (azoxistrobin como ingrediente activo) a razón de 10 g en 15 L de agua;
Consist Max (tebuconazole + trifloxystrobin como ingredientes activos) a razón de 10 ml
en 15 L de agua; y Rally W40 (miclobutanyl como ingrediente activo) a razón de 10 g
en 15 L de agua. Estas aplicaciones se hacen de manera rotativa cada 8 a 10 días para
erradicar la cenicilla (Cedillo, et al., 2021).

XIV. COSECHA Y RENDIMIENTO POTENCIAL


14.1. COSECHA
Hay que recordar que una planta de chile sana y bien alimentada puede producir
durante un año o más. Los primeros frutos son de mayor tamaño y peso (Barrantes,
2010).
La cosecha de los frutos de chile poblano se realiza cuando alcanzan su tamaño, color
y firmeza característicos (Hernández, 2019). Dependiendo de la fecha de siembra, la
cosecha se presenta entre los 120 y 160 días (PanoramaAgro, 2018). Ésta se prolonga
durante aproximadamente un mes y medio, periodo en el cual se deben realizar entre 4
y 5 cortes, realizándose cada 10 a 25 días (Inifap, 2002).
La cosecha más temprana ocurre en las siembras de primavera-verano y las tardías en
las siembras de otoño-invierno. El fruto debe tener el tamaño comercial requerido, el
cual es de 15 cm de largo por 8 cm de ancho (Cedillo, et al., 2021)
La recolección del fruto se hace a mano. Los chiles listos para cosecha se conocen por
su tamaño y color, el cual es verde oscuro y que al comprimirlo con la mano cerca del
pedúnculo, se notan duros, la cáscara rechina y basta un ligero movimiento para
desprender el fruto con todo y pedúnculo (Bautista, 2007).
Cuando la producción sea para deshidratado, los cortes se van realizando a medida
que los frutos cambian de color verde a rojo (Bautista, 2007).
Para su mejor comercialización, los frutos deben separarse por tamaño y calidad, de la
manera más uniforme (PanoramaAgro, 2018). La comercialización del fruto se realiza
principalmente en fresco (70-80 %); sin embargo, el 20-30 % de la producción restante
se cosecha para deshidratar y comercializar en seco. El fruto se comercializa en los
principales mercados locales y regionales, en centrales de abasto, plazas del pueblo y
tianguis. El precio del chile poblano en fresco varía de los 15 a los 25 pesos por
kilogramo según la temporada y la demanda, además la calidad del producto influye
sobre el precio de venta (Hernández, 2019).
Se ha observado que los productores que cultivan bajo condiciones protegidas y con
entregas a centros de acopio o intermediarios más exigentes se esmeran más en el
manejo de la planta, la cosecha y del manejo poscosecha (Barrantes, 2010).
El utilizar recipientes plásticos, cajas o tinas que encajan unas sobre otras, que son
equivalentes en volúmenes a los huacales de madera, facilitan la cosecha y
transportación durante la poscosecha de los chiles (Barrantes, 2010).

14.2. RENDIMIENTO
Los rendimientos son variables de acuerdo a los factores climáticos donde se situé el
huerto y la variedad sembrada. Sin embargo, se puede decir que el rendimiento
promedio para variedades de chile tipo Poblano oscila entre 6 y 8.5 ton/ha, el cual es
muy pobre, sin embargo en las zonas de Baja California Sur, México, se han llegado a
producir hasta 40 ton/ha y en el Bajío y Zacatecas entre 15 y 25 ton/ha según la semilla
y el nivel de tecnología que se utilicen (Bautista, 2007). Sin embargo, datos obtenidos
por el SIAP (2019) mencionan que el rendimiento promedio por ha de chiles poblanos
es de 59.92 toneladas en condiciones de cielo abierto.
En un estudio realizado por Cedillo, et al., (2021) en el Centro de Prácticas Productivas
de la Lic. En Planificación para el Desarrollo Agropecuario muestran que cultivando
chile poblano en bolsas de tezontle y utilizando variedades de polinización libre tanto
en chile jalapeño y poblano se obtienen 40.0 toneladas por ha (un rendimiento de 4.0
kg /m2), mientras que cultivando variedades híbridas de ambos tipos de chile y
combinándolas con el cultivo en bolis de fibra de coco, se alcanzan hasta 60.0
toneladas por ha (6.0 kg /m2). Concluyendo que el uso de variedades mejoradas de
chile jalapeño y poblano cultivados en fibra de coco bajo invernadero, se obtienen
rendimientos superiores a los obtenidos a cielo abierto, sin embargo, es importante
continuar evaluando las tecnologías utilizadas para ofrecer mejores resultados.

XV. COSECHA DE SEMILLA

El chile es considerado una especie autógama debido a su morfología y biología floral;


sin embargo, las plantaciones de chile generalmente presentan altos índices o
porcentajes de polinización cruzada, ya que algunas observaciones sugieren que el
cruzamiento natural en chile puede variar entre 7.6 y 36.8%. Estos valores se pueden
deber a que el viento y los insectos son los responsables de la polinización cruzada
(Mancilla, et al, 2017). Es por ello que si se desea obtener semilla a partir de una
plantación destinada a chile verde o chile ancho, no es recomendable obtenerla a partir
de estos, sobre todo si están a cielo abierto, pues es inevitable la polinización cruzada,
obteniendo rendimientos menores a los que se pudieran obtener en una plantación
destinada únicamente a esta:
En el caso de parcelas dedicadas al consumo, se puede obtener por cada kg de
fruto entre 25 y 100 g de semilla, mientras que en una plantación destinada a la
obtención de semilla puede obtenerse entre 100 y 200 kg ha-1.
La semilla para la siembra se obtienede frutos maduros de color amarillo
intenso, de plantas sanas, libres de la secadera del chile (Phytophthora capsici
L.), con buen porte y vigor.
La posibilidad de obtener semillas de alta calidad en menor tiempo puede ser útil en
programas de mejoramiento genético y conservación de germoplasma; en el primer
aspecto, la utilización de semilla extraída de frutos “inmaduros” aceleraría el ciclo de
selección y permitiría obtener germoplasma mejorado en periodos más cortos; en tanto
que para la conservación, una semilla de alta calidad conserva durante más tiempo su
poder germinativo y resiste condiciones adversas de almacenamiento (Ayala, et al,
2017).
Para poder llevar a cabo las prácticas para la obtención de la semilla, se requiere tener
una plantación destinada únicamente para este fin y tener labores que requieren más
atención para poder tener con éxito una polinización autógama. Para la exclusión de
insectos con una jaula de nylon se puede evitar el cruzamiento. Esta técnica permite la
producción de semillas a partir de plantas autofecundadas. Según el SIAP (2013), la
siembra de chile para producción de semilla fue de 4 ha con una producción de 1.68
ton y un valor de 192,000.00 pesos/ton (Mancilla, et al, 2017).
Precisamente, así como puede ser redituable la producción de semillas, no tenemos
como país la total capacidad para producir nuestras propias semillas. La cantidad de
hectáreas sembradas en nuestro país son 149,000 ha, sin embargo, dependemos de
semilla importada para la siembra de este cultivo o, en otros casos, no se cumplen las
especificaciones ni se tienen los cuidados para lograr una semilla de calidad. Incluso en
los lugares donde se producen las plántulas para el trasplante se tiene la presencia
notable de plagas y enfermedades (Mancilla, et al, 2017)
Uno de los problemas que se tienen en las regiones productoras de chile ancho, es el
uso de semilla criolla por parte de los agricultores, la cual no siempre resulta de buena
calidad; lo anterior se debe a que los productores normalmente producen su propia
semilla, pero por lo general no siguen un programa de selección de plantas en los lotes
de producción, lo cual ocasiona mezclas, con un alto porcentaje de desuniformidad en
plantas y fruto; además, en ocasiones no se eliminan plantas con síntomas de
enfermedades, diseminándose fácilmente, en particular las que transmiten por semilla
(Inifap y SAGARPA, 2011).
Así bien, el uso de semilla certificada incrementa sensiblemente los costos, pero debe
valorarse la importancia de obtener plántulas sanas y bien formadas. Es por ello que la
producción de semilla de chile precisamente es redituable debido a los altos costos con
los que se requiere producirlas, además de la tecnología y mano de obra destinada
para tener una semilla inocua y de calidad, por lo que la mayoría de la producción de
semillas híbridas de este cultivo se producen en países como China, India y Tailandia,
con mano de obra barata y calificada.
CALIDAD
En la producción comercial de semilla, la calidad está determinada por un conjunto de
atributos, donde la calidad genética, física, sanitaria y fisiológica juega un papel
importante. La calidad fisiológica implica la integridad de las estructuras y procesos
fisiológicos, siendo los principales indicadores: la viabilidad, germinación y vigor, que
dependen del genotipo (Mancilla, et al, 2017). La viabilidad, la capacidad germinativa y
el vigor, que se ven afectados por las condiciones de crecimiento de la planta madre
durante el desarrollo de la semilla, el grado de madurez de ésta al momento de la
cosecha, la forma de cosechar y las condiciones de beneficio (Ayala, et al, 2017).
El chile se reproduce principalmente por medio de semillas. A 25ºC de
almacenamiento, la semilla del chile permanece viable durante 5 a 8 años, aunque
existe variación entre cultivares (Ayala, et al, 2017).
COSECHA
Estudios con diferentes tipos y cultivares de chile han coincidido en que el mayor
porcentaje de germinación (97 a 98%) se obtiene con semillas de frutos cosechados a
los 50-55 días después de la floración, lo cual coincide con la pigmentación roja del
fruto, ya que a semilla de chile completa su madurez fisiológica en un período de
reposo que varía de una a seis semanas después de la cosecha del fruto (Mancilla, et
al, 2017).
El desarrollo de las semillas se puede dividir en tres fases: histodiferenciación,
acumulación de reservas y adquisición de tolerancia a la desecación. La madurez
fisiológica es la etapa del desarrollo de la semilla en la que alcanza su máximo peso
seco, que corresponde con el fin del periodo de acumulación, y también es cuando
ocurre la máxima germinación y vigor. A partir de esta etapa comienza el deterioro de
las semillas (Ayala, et al, 2017)
De manera empírica se sabe que en chiles de los tipos Serrano y Ancho es posible
obtener semillas viables de frutos en estado inmaduro (próximos a cambio de color); no
obstante, la extracción generalmente se realiza hasta que el fruto está seco. La
extracción de la semilla después de que los frutos maduran, es decir, después de
dejarlos en el campo hasta su secado o de colocarlos en cámaras de deshidratación,
requiere de tiempo e infraestructura, y además la semilla queda expuesta a factores
adversos que pudieran causar la pérdida de su calidad (Ayala, et al, 2017).
En estudio realizado por Ayala, et al (2017) se determinó la evolución de la calidad de
la semilla de chile durante su desarrollo en el fruto, obteniendo que el contenido de
humedad de la semilla presenta un contenido de humedad de 7.6% cuando el fruto
comienza a tener un cambio de color. Además, se demostró que la mayor calidad
fisiológica de la semilla de estos chiles se obtiene cuando se extrae la semilla de frutos
maduros (E3) y almacenados por 15 días (extracción posterior, EP). No obstante, a
partir de la etapa de inicio de cambio de color del fruto con extracción posterior (EP) es
posible obtener semillas vigorosas y con germinación uniforme, que podrían usarse es
programas de mejoramiento genético con ciclos de selección más cortos, y también
servirían para la producción de semilla comercial pues son de suficiente calidad
germinativa y se cosecharían en menos tiempo. Esto debido a que durante una etapa
de cosecha temprana, la semilla aún no ha adquirido tolerancia a la deshidratación, lo
cual es una característica que favorece el mantenimiento de la longevidad durante el
almacenamiento.

XVI. ASOCIACIÓN Y ROTACIÓN


La asociación y rotación de cultivos son muy importantes para conservar la salud del
suelo, además, ambas favorecen el desarrollo natural de los vegetales sin utilizar
agregados químicos. Ésta consiste en combinar en un mismo periodo de tiempo y en
un mismo huerto dos o más cultivos. Esto ayuda a que, por un lado, algunos insectos
no se acerquen debido a que el aroma que algunas plantas despiden (ajo, romero,
manzanilla, cebolla, epazote, hierbabuena, ruda, tomillo o cempasúchil) funge como
repelente natural e impide la instalación de parásitos y plagas. Y por el otro, asociar
cultivos de frutas y hortalizas con plantas florales y aromáticas atraerá a insectos
beneficiosos que favorecen el control biológico. Sin embargo, no se deben asociar
plantas de la misma familia botánica o que requieran el mismo tipo de nutrientes, ya
que esto podría provocar la pérdida excesiva de minerales en el suelo (Revista del
consumidor, 2022).

Algunas de las consideraciones a tomar en la rotación de cultivos son (Ángel, 2000):


Se deben alternar los cultivos exigentes en nitrógeno con cultivos poco
exigentes:
Exigentes: Algunos de hojas como acelgas, coles, espinacas, lechuga,
poro, maíz, calabaza, calabacines.
Medianamente exigentes: Cultivos de raíces; apio, zanahoria, rábano,
remolacha y tubérculos.
No exigentes: Leguminosas o cultivos asociados a los abonos verdes;
estos siempre estarán enriqueciendo el suelo por el aporte de nitrógeno.
Rotar cultivos que tengan un modo vegetativo diferente (Ángel, 2000):
Hortalizas de hoja: Acelga, apio, col, espinaca, poro, lechuga, perejil,
cilantro, apio.
Hortalizas de raíz: Tubérculos, zanahorias, ajo, cebolla, papa, rábano.
Flores y frutos: tomate, pepinillo, coliflor, berenjena, chile y cualquier tipo
de frutos.
Leguminosas: Habas, chícharos, soya, lentejas, ejote, garbanzo, alfalfa.
Intercalar entre los cultivos o sembrarlas alternando el plan de cultivos.

La rotación también ayuda a prevenir el crecimiento de plagas o insectos nocivos. En


esta se deben rotar los cultivos combinando la arquitectura de la planta, y la
diferenciación de raíces con las necesidades nutricionales (Ángel, 2000).
Ante estos principios y según una tabla realizada por Ángel (2000) (Tabla 1), menciona
que el chile puede asociarse con perejil y zanahoria, pues se trata de un cultivo de hoja
y otro de raíz, cumpliendo las consideraciones para hacerlo. Sin embargo, tiene como
cultivos antagonistas al girasol, tomate, jitomate, y rábano; esto debido a que también
se debe procurar no tener asociaciones o rotaciones con plantas que pertenezcan a la
misma familia o tengan la caracterización de acuerdo a su órgano de consumo, por lo
que el girasol como una flor, tomate, jitomate y berenjena como frutos no pueden
intercalarse junto con este cultivo.

Tabla 1. Asociación de cultivos para chile (Elaboración propia con información de Angel, 2000).

CULTIVO COMPAÑERAS o ANTAGÓNICAS


ASOCIACIONES

● Girasol
● Perejil ● Tomate
Capsucum annuum (Chile) ● Zanahoria ● Jitomate
● Rábano
● Berenjena
Lo ideal es que las rotaciones sean lo más largas posibles en el tiempo para que la
rentabilidad y las ventajas sean mayores. Siempre se puede repetir algún cultivo
rentable desde el punto de vista económico o introducir algún cultivo nuevo. En
horticultura las rotaciones más generalizadas son la trienal y la cuatrienal. En cultivos
extensivos son más comunes las trienal y bienal (Marín, et al, 2019).

Hay algunas especies que tienden a repetirse sobre el mismo terreno dos o tres años
seguidos, pero su vuelta a la parcela pero su vuelta a la parcela debe superar los
cuatro años. Así, en el caso del chile o el tomate, cuando se repite sistemáticamente
sobre una misma parcela, a modo de monocultivo, los problemas fitosanitarios
aparecen, entre otros, de acorchamiento de las raíces (Marín, et al, 2019). El periodo
de vuelta o tiempo que no se debe repetir un cultivo en la misma parcela para el caso
del chile se muestra a continuación:

Tabla 2. Periodo de vuelta para diferentes cultivos que pueden asociarse (Elaboración propia con
información de Marín, et al, 2019).

HORTALIZA ÓRGANO DE EXPLORACIÓN VUELTA A LA


CONSUMO RADICULAR PARCELA (AÑOS)

Chile Fruto Media 3-4

Tomates Fruto Profunda 3-4

Cebolla Bulbo Superficial 4-6

Coles Hoja Superficial 5

Las rotaciones son plurianuales, por lo que se deben de decidir el número de años para
establecer la rotación y, posteriormente, dividir el terreno en sectores y elegir los
cultivos que se van a integrar en la rotación. Hay que tener en cuenta las necesidades
de los cultivos, respecto al agua como a los nutrientes. Por eso es importante introducir
leguminosas en la rotación y también cultivos verdes intercalados para mejorar la
cantidad de materia orgánica y de nitrógeno del suelo. Se suele comenzar por un
cultivo muy exigente ofreciendo al suelo una fuerte aportación de abono orgánico o tras
un abono verde. El segundo año se seguirá con un cultivo menos exigente. Y así
sucesivamente procurando que no se repitan los órganos de consumo en dos ciclos
sucesivos. Un ejemplo con los cultivos mencionados en la tabla anterior podría quedar
con el siguiente arreglo:
Tabla 3. Rotación para diferentes cultivos que pueden asociarse en una planeación (Elaboración propia
con información de Marín, et al, 2019).

ROTACIÓN CULTIVO 1 CULTIVO 2 CULTIVO 3 CULTIVO 4


(PARCELA 1) (PARCELA 2) (PARCELA 3) (PARCELA 4)

1 Jitomates Ejote Chile Ajos o cebolla

2 Ajos o cebolla Jitomates Ejote Chile

3 Chile Ajos o cebolla Jitomates Ejote

4 Ejote Chile Ajo y cebolla Jitomate

XVII. REFERENCIAS

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