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Luis Diego Cascante Fallas

La metafísica de la luz, una categoría de la ontología


bonaventuriana

Summary: This article affords the reader an un horizonte fiLosófico que no es independiente de
anthology of Saint Bonaventure's (1221-1274) las cosas y que, por ende, demarca la visión. Es el
exemplarist Philosophy, involving a palpable re- horizonte visual que, al ser una delimitación, encu-
lationship among beings with regard to God, ari- bre y, al encubrir, ofrece la probabilidad de 'negar a
sing out ofthe dwelling ofGod within one's being. descubrir', es decir, de negar a la verdad.
In order to present this concept in an explicit fas- El pensamiento griego -de Thales a Aristóteles-
hion, the author proposes the metaphysics of tuvo, por su parte, su horizonte filosófico: buscar
light: in the process of illuminating beings, God, en la totalidad "lo que siempre es", razón por la
as light, "bestows upon them His luminous natu- cual se toparon con el problema del cambio. Otea-
re, as expressed by color", by means of th Exem- ron que las cosas retienen en sí 10 que son a pesar
piar. Be is like a fountain of intelligible light, sin- del cambio. A esto fue a lo que los griegos llama-
ce it is the product of the intra-divine "agápe ". ron physis, 'naturaleza'.
Sin embargo, con la aparición del cristianismo,
Resumen: Este artículo ofrece una lectura de cambia el horizonte filosófico europeo. No urge el
la filosofía ejemplarista de san Buenaventura problema del cambio, sino el de la nihilidad, y por
(1221-1274) a partir de una ontoLogía que recla- consiguiente el de la creación. El horizonte cristia-
ma una relación reaL de los seres respecto de no hunde, entonces, sus raíces en la teología. El
Dios, como consecuencia deL alojamiento de hombre no se encuentra consigo mismo sino a tra-
Dios en el ser. Para expLicitar esto se propone la vés de Dios.' Agustín de Hipona es quien comien-
metafísica de luz, en donde Dios, como Luz, al za a sistematizar este horizonte y, siglos después,
iluminar los seres, imprime como "un indumento Buenaventura 10 transita y enriquece. Así, pues, el
su índoLe Luminosa expresada en eL color" por horizonte filosófico de Buenaventura es el cristia-
disposición deL EjempLar. EL ser es una Luz inteli- no, que es teocéntrico, el cual -se observará- tiene
gible fontanaLmente buena porque es fruto de La la característica de ser filosóficamente ejemplaris-
'agápe' intradivina. ta y de verse enriquecido por la categoría de la
metafísica de la luz, propuesta a continuación co-
mo clave de su ontología.
Prólogo

El filósofo español Xavier Zubiri afirmaba' que La ontología bonaventuriana:


todo intento por comprender la realidad desde la la metafísica de la luz
filosofía obliga a tener como punto de partida una
determinada familiaridad con la cosas, i.e., la fa-
miliaridad propia del autor estudiado. Dicha fami- Ciertamente, hablar hoy de metafísica, en ple-
liaridad es el campo visual a través del cual el no ocaso del siglo XX, es considerado por muchos
pensador observa el mundo, originando desde ésta un arcaísmo -aunque indudablemente otros tantos

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVI (88/89), 341-348,1998


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han abogado por destruir la metafísica justamente relicarios de oro, piedras preciosas y metales
para construirla-. Ahora bien, considerar la meta- refulgentes se agudizó." Y es que no es acciden-
física como pseudosaber filosófico no es un pro- tal la importancia de la luz en la época medieval
blema si se entiende que este no es el único juicio si se considera su trascendencia en relación con
que cabe sobre la metafísica, pues toda filosofía es el desarrollo de las ideas, pues las abadías sub-
un intento por encontrar un centro y un núcleo sistían no solamente por lo que cosechaban los
metafísico, i.e., una metafísica. El objeto de la me- monjes, sino, además, por la transcripción de los
tafísica -según heredó occidente de Aristóteles- no textos que efectuaban los copistas, en cuyo caso
atiende a un "algo" circunstancial o accidental, si- la oración y el estudio eran sinónimos de vida
no a aquello que posibilita las circunstancias, es monacal. Pero, claro, para estudiar y hacer las
decir, en la universalidad, entendida como partici- copias de los textos importantes -que se veían,
pación, se encuentra la permanencia inobjetable quizás, una vez en la vida, y dado el alto costo
de su objeto de estudio: el ser. que resultaba reproducirlos a mano- se requería
La importancia de la metafísica corresponde, de un lugar con óptimas condiciones para el tra-
entonces, a un esfuerzo por comprender] mejor la bajo. Ese lugar era la biblioteca que, al ser cons-
realidad, i.e., por inteligir el fundamento mismo truida, además de estimar la ventilación para que
que hace posible todos los demás modos de ser', la los textos de papiro no fueran destruidos en el
posibilidad de afirmar que el ser se dice de mu- invierno por la humedad ni en el verano por el
chas maneras.' A la luz de esto, la metafísica es la calor excesivo, debía de aprovechar al máximo
ciencia del ente en cuanto ente(6), en tanto se la luz en cualquier estación del año. Ciertamen-
ocupa no de un segmento de la realidad sino de la te, la luz (material) que traspasaba los vitrales
totalidad.' era de una importancia excepcional.
Ese interés por inteligir la totalidad de la rea- Si la luz es trasladada al plano filosófico, esta
lidad movió a Buenaventura' a especular sobre el doctrina puede denominársele epistemología de
ser análogamente: el ser se dice de las creaturas y la luz. Sus antecedentes se descubren, sin em-
de Dios de esa manera, basándose para ello en el bargo, en Parrnénides", Platón", Plotino", los
ejemplarismo', el cual maneja la tesis fundamen- gnósticos por influencia maniquea" y, finalmen-
tal de que para entender la metafísica del ser te, en la escolástica cristiana caracterizada por la
creado, es imprescindible tener presente que to- dirección agustiniana, la cual fue defendida es-
dos los seres han sido creados en el Verbo, en pecialmente por los franciscanos.
tanto es este el Ejemplar," Esto significa que to- Con Agustín esta doctrina epistemológica reci-
das las creaturas sensibles son huellas" que de- be el nombre de iluminación, de la que Buenaven-
notan las perfecciones invisibles de Dios, o lo tura bebió como buen franciscano. La doctrina
que es lo mismo, "todo ser puede ser visto por- sostiene que así como la experiencia sensible de
que es iluminado en el tiempo y en el espacio por las cosas corpóreas mudables sólo es posible bajo
la producción eterna"," la luz "corpórea, exterior", de igual manera el co-
La metafísica bonaventuriana es, pues, una me- nocimiento de las cosas espirituales en sus verda-
tafísica de la relación" -o analogía del ser-, en la des esenciales, eternas e inmutables, solamente es
que toda creatura apunta intrínsecamente a un posible bajo la luz "espiritual, interna", cuyo prin-
principio originante. Lo interesante de la analogía cipio reside en el Ejemplar. La iluminación con-
del ser, vista desde el bonaventurisrno", es que di- siste en que, para que nuestro espíritu conozca las
cha categorización se ve extraordinariamente enri- verdades eternas e inmutables, se requiere del
quecida por el término de la luz, por lo que se po- concurso del espíritu -en el sentido de inteligencia
dría hablar de una metafísica de la luz al interior o sabiduría- divino. Es decir, vemos con la ayuda
del sistema bonaventuriano. de Dios. Es como sucede con la luz material, que
La metafísica de la luz influyó considerable- no la vemos por sí misma, sino a todas las cosas a
mente en el estilo y técnicas expresivas de la través de ella. Así, por ejemplo, cuando los senti-
época medieval. Durante el siglo XIII, por ejem- dos nos muestran un triángulo concreto, la ilumi-
plo, poetas y escritores -entre ellos, Buenaventu- nación divina permite captar en él la esencia in-
ra-desarrollaron una sensibilidad especial para mutable del triángulo."
.captar cualquier detalle luminoso. Asimismo, en Esta doctrina, defendida en la ontología, recibe
ese siglo, curiosamente, el gusto por las joyas, el nombre de emanación en el bonaventurismo:
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"Hoc est medium metaphysicum reducens, et haec est Umberto Eco en su novela sobre el siglo XIV El
tota nostra metaphysica: de emanatione, de exempla- nombre de la rosa:" Esta glosa transparenta la
ritate, de consumatione, scilicet illuminari per radios mano de Dios, la cual es expresión de lo inengen-
spirituales et reduci ad summum. Et sic eris verus drado o, lo que es lo mismo, semejanza engendra-
metaphysicus.'?'
da. Así, las razones eternas" permean todas las co-
sas siendo Dios el artista por antonomasia, ya que
Al igual que para San Agustín, los seres huma- siempre transe su obra con la igualdad numerosa o
nos conocen por la luz soberana, que fundamenta igualdad armoniosa, pues "disposuit tamen omnia
la noética o leyes fundamentales del pensamiento." in certo pondere, numero et mensura"," El peso,
La claridad del mundo material, así como el cono- número y medida permite la cognoscibilidad de los
cimiento de la realidad sobrenatural, es posible por seres según se realicen estos tres en la naturaleza.
la asistencia divina. Dios es quien clarifica los ob- Esta epistemología del "pondus, numerus,
jetos ontolágicamente, dándoles el ser, y epistemo- mensura" implica el "modus, pondus, ardo". El
lógicamente, haciendo cognoscibles los seres por ordo presupone species, y species consiste en mo-
la luz del entendimiento. Reconocer, pues, la luz dus. Pero el modo es la síntesis del número, la me-
como verdad remite a la luz como ens fundamenta- dida y el peso, y, desde luego, el orden engendra
le en el terreno óntico; si es verdad, existe, pues el el concepto unum, que va seguido de verum y bo-
objeto del intelecto es el ser y, si el intelecto lo re- num," Ciertamente, esta visión del mundo es mu-
conoce, se debe al hecho de ser existente." sical (la belleza entendida como armonía matemá-
El hilemorfismo universal se vincula a la expli- tica), pero, ante todo, confirma que todas las cosas
cación de la luz material. Dios, simple en su natu- son bellas por participar de la luz divina (metafísi-
raleza, tiene por nombre primario el ser." En ca de la luz).
Dios, esencia y existencia se identifican, luego es La analogía que se deduce es que el ser es a luz
Acto puro." Por otra parte, las creaturas están como la luz es a lo bello. Propiamente hablando:
compuestas de acto-potencia, de esencia-existen- la teoría de la realidad u ontología bonaventuriana
cia, de materia-forma. El concepto que subyace es una metafísica de la luz: la luz puede decirse
aquí es el de la materia como principio de limita- tanto de la substancia espiritual -creada e increa-
cián", esto es, como principio de potencia y de da- como de la corporal. La refulgencia arroja la
posibilidad. La materia (principio pasivo) así en- ejemplaridad de las cosas Y Por ende, todo ser en
tendida es el principio de multiplicidad de los se- sí mismo luminoso emite un resplandor. No se tra-
res, pero no de individuación" por su indetermina- ta, entonces, de algo metafórico, sino estricto, en
ción. La materia, al ser creada por Dios en el prin- cuanto Dios es la luz que irradia a los seres sin de-
cipio, es anterior a todas las formas y, por ende, jar de ser Él mismo. Así, cuanto más rico en luz es
neutra o indiferente para recibir una forma corpó- un ser, tanto mayor es la nobleza de su existencia,
rea o espiritual. El individuo resulta de la unión tanto más divino debe ser considerado."
actual de la materia y la forma. Se deduce que to- Sin embargo, durante los primeros días del
da diversidad proviene de la forma (principio acti- mundo, Buenaventura apunta la necesidad de que
vo), por lo que para Buenaventura la forma tiene fuesen creados ciertos cuerpos simples a los que
corporeidad y espiritualidad según la naturaleza llama elementos, a fin de introducir la multiplici-
de la creatura. De la unión de la materia (junda- dad de formas. Para conciliar esta multitud de
mentum) y la forma (formale complementum) por contrarios en mixtos propone una naturaleza aleja-
un aglutinante (glutinum) suceden las substancias da de la contrariedad, i.e., la luz. De esto se colige
creadas", en cuya tríada observó el Doctor seráfi- que la luz no es, así entendida, un cuerpo sino "la
co un vestigio de la Trinidad. forma substancial de todo cuerpo natural?", es de-
A partir de lo anterior, se puede entender por- cir, aquello que le da inteligibilidad a la cosa: el
qué el mundo entero, visto desde el bonaventuris- ser, según el grado de participación."
mo, es como un libro escrito por la mano de Dios, Para Buenaventura, la fuerza mediadora entre la
"donde cada cosa nos habla de la inmensa bondad materia y la vida, entre la vida y el espíritu, es la luz:
de su creador, donde cada criatura es como escritu- es la materia más clara y más espiritualizada, prove-
ra y espejo de la vida y de la muerte, donde la más niente del "cielo", limitando y curtiendo la "tierra"
humilde rosa se vuelve glosa de nuestro paso por informe. Hans Urs van Balthasar, el distinguido eru-
la tierra", como señala precisa y hermosamente dito, acierta con sus palabras sobre este asunto:
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"La luz es por esencia lo que media, lo que supera los ser (luz) como res (cosa), con lo cual se garantiza
contrastes entre cuerpos y entre materia y vida (...) La su realidad u objetividad y, por tanto, su cognosci-
luz uniforme "se expresa" de modos diversos como el bilidad, verum (verdadero), en tanto el ser es el
color en el medium material que la refracta (según la primer conocido, -aunque, ciertamente, lo que es
variedad de los elementos) y se diversifica en "formas",
primero en el ser con frecuencia es posterior en el
de suerte que podría justificarse la afirmación de que to-
da forma es bella en cuanto forma, pues posee la inte- orden del conocer,-explicitando su función en vir-
rioridad luminosa capaz de autoexpresarse, representán- tud de la mente, pero expresando la verdad en el
dose en una materia. La forma es luz proveniente de lo encuentro de la cosa concreta con el ser ideal. Co-
alto, de la unidad del ser. Es luz que concilia entre sí las mo unum (uno), en cuanto a la inseparabilidad in-
oposiciones materiales.'?' trínseca de las notas esenciales, a saber como uni-
dad; la indivisión es producto de su carácter de
substancia que, entendida la unidad activamente,
La interioridad luminosa (forma bella) de los permite la unificación o coincidencia de la materia
entes debe entenderse como intimidad espiritual: y la forma, i.e., el carácter dinámico de la subs-
el ser que, por analogía, se dice de Dios y de los tancia. Como aliquid (algo) para marcar la deli-
seres creados. De esta manera, cualquier belleza o mitación con respecto a cualquier otro ser. Pero
ser particular es ontológicamente una imagen de la este "algo" es "bellísimo", es decir, pulchrum, no-
belleza o del ser de Dios. ta característica sobre todo de las escuelas francis-
Se descubre, entonces, una analogía (de pro- canas, pues la belleza atiende a la concordancia
porcionalidad propia) en el bonaventurismo: Dios espontánea con la facultad contemplativa o místi-
es la fuente de luz, i.e., la causa del ser -de todo lo ca -y Buenaventura es un alma esencialmente mís-
existente-, la razón del entender y el origen del vi- tica-, dado que lo bello se dice por semejanza con
vir -para el hornbre-, y "siempre a modo de luz Otro que es bello. Puede decirse que el superlativo
que se propaga, se revela y da color" .38 Es más, la "delectabilísirno" refuerza el de lo "bello", puesto
explicitación de esta analogía se da a través de la que lo agradable es digno de ser amado. Desde es-
metafísica de la luz: en donde Dios, como luz, al ta perspectiva, el pulchrum es el halo que rodea
iluminar las cosas y al iluminamos imprime como toda bondad y toda verdad, esplendor de todos los
"un indumento su índole luminosa expresada en el trascendentales juntamente, ya que "la belleza
color?" por disposición del Ejemplar. El ser es abarca toda la causalidad de Dios, pues lo bello es
una luz inteligible fontanalmente bella y buena la fuente y la forma, el fin de todo lo que existe.
porque es fruto de la agdpe" intradivina. "Pulchrum circuit omnem causam?", con lo que
Por lo anterior, Buenaventura afirma que la se confirmaría la opción interpretativa del siste-
"lux est pulcherrimum et delectabilissimum et op- ma bonaventuriano como una explicación de la
timum inter corporalia".' Si el ser se dice de di- realidad a partir de la luz, representación de
versos modos, hay atributos que son convertibles, Dios, la luz y el ser sumo. Por último, lo "ópti-
pues están más allá de todos los géneros. Por con- mo" señala el carácter de valor de todos los tras-
siguiente, la frase bonaventuriana "la luz es (algo) cendentales que, en su conversión, se enriquecen
bellísimo, delectabilísimo y óptimo entre los cuer- mutuamente. Es el aspecto apetecible que se
pos", remite a conceptos que superan los límites ofrece a la voluntad, el acuerdo entre la potencia
de todas las divisiones unívocas del ser en género y la realización.
y especies para aplicarse sin restricciones a todo El ser se dice análogamente en el bonaventu-
ser, pero analógicamente. Se está hablando de los rismo, pues "los atributos divinos de unidad, ver-
trascendentales, ligados necesariamente al con- dad, bondad y belleza se reflejan en las creaturas
cepto de ser, los que son ilimitados como éste y, según su ser (según su grado de claridad); la ana-
por ello, intercambiables con él, en donde, a partir logía del ser, fundada en el ejemplarismo, se ex-
de la metafísica de la luz, la luz es la única, bella, tiende a toda clase de perfecciones y sigue la mis-
deleitable y mejor de las "formas substanciales". ma jerarquía entitativa"." El misterio de la luz en
Pareciera, pues, que la "luz" es una categoría su descomposición manifiesta la capacidad crea-
estrictamente metafísica para referirse al ser y, dora como refracción de los colores con sus va-
además, una manera de señalar que, en la belleza riadas irisaciones y formas, las que a fin de cuen-
de lo sensible, se descansa una "forma". Queda tas expresan diversas modulaciones de la expre-
manifiesta la relación entre belleza y expresión. El sión", del ser.
LA METAFÍSICA DE LA LUZ 345

Epílogo es la luz la que evidencia la belleza de las creaturas.


La belleza es participada como es participado el ser.
En el bonaventurismo se encuentra la analogía de Insístase: el ser -participado- es una luz inteligible o
proporcionalidad propia porque hay Dios y creatu- forma substancial fontanalmente bella y buena, en
ras que se vinculan íntima y realmente en el ser, virtud de que es fruto de la agápe de la Trinidad y
pues la objetualidad es un trascender la representa- comunicado generosamente por disposición del
ción de la inteligencia y, justamente, ésta consiste en Ejemplar. Así, la agápe no es una vaga metáfora, ni
lo que todos coinciden, el ser -incluso Dios, aunque un atributo moral de Dios, sino una "caracterización
lo correcto sería decir que Él está por encima del metafísica del ser divino"." La agápe es una dimen-
ser-o Por esta razón, Buenaventura mira todo lo que sión de su realidad y de la realidad participada. Esta
existe como si mirase con los ojos de Dios: la rique- última resplandece su bondad.
za ontológica de los seres creados se funda en su Sin embargo, todo esto enfocado desde el espíri-
afirmación de la trinidad de Dios a partir de la con- tu franciscano -del cual Buenaventura es un eximio
sideración de la substancia como dinámica. Este es representante- invita a efectuar el paso del ser al de-
un dinamismo que se consuma en el amor interno ber ser, pues, siguiendo la opinión del filósofo Xa-
divino, razón por la cual es una realidad tripersonal, vier Rousselot, la vida de Buenaventura "está por
y en el amor externo divino, para con las creaturas - entero en su filosofía, y su filosofía en su moral"."
téngase presente que, para Buenaventura, hay reden- Si todo lo que existe es bello, y todo lo bello es
ción-. Lo interesante de este dinamismo substancial bueno, la analogía universal conduce a una ética
es que la substancia no es entendida sólo como fun- universal que sostiene la importancia de cada
darnento", sino como una realidad que posee rique- creatura por el mismo hecho de dar razón del
za interna. El devenir no es un problema, ya que la Creador en el ser. Tan es así que es posible referir-
mutación de la substancia creada es la reafirmación se a las creaturas como hermanos y escribir, como
constante de su propia realidad. Místicamente, este lo hizo Francisco de Asís, un Cántico de las crea-
dinamismo substancial implica que la vida de Dios ' turas. La fraternidad con que son tratadas las crea-
es comunión íntima y difusividad. Teológicamente, turas supone su valor en virtud de la riqueza onto-
que la esencia de la vida intradivina es comunica- lógica connatural a toda creatura, pero, además, al
ción de su idéntica naturaleza, cuestión que traslada- vínculo fraternal que es fruto de reconocer que to-
da al terreno humano nos obliga a hablar de deifor- dos los seres han sido traídos a la existencia por el
midad, esto es, la elevación (capax Dei) de los seres mismo Artista, que se presenta en la revelación co-
racionales (imago Dei) como albricia de la plenitud mo Trinidad, es decir, como un Dios que es una so-
divina. ciedad y que está unido por un vínculo fraternal, la
El Dios bonaventuriano es un Dios-creador, un agápe. El mundo es reflejo de la sociedad divina.
Opifice, un Artista. Esta concepción de Dios como Por ende, el hombre y, particularmente, el místico,
artista se funda en la visión sapiencial de las Escri- debe buscar aquello que le permita la religación
turas, pero su justificación se arraiga en el agustinis- con la Trinidad, pues, si esencialmente Dios es
mo, cuyos antecedentes se encuentran en el plato- agápe y él creó todo, necesariamente participó a los
nismo. Todo ha sido hecho según "peso, número y seres de lo que él es más íntimamente, luego es pro-
medida". La realidad es matemática, esto apunta a pio del hombre ser religioso, o sea, buscar la unión
que la metafísica de lo sensible esté sentada sobre el con ese Dios, realidad que lo interpela a ser filán-
Ejemplar que dispuso todo según esa proporción. tropo. El hombre es, pues, un itinerante hacia Dios.
Nada en el mundo material puede ser sin peso ni nú- Así, no solamente lo extraordinario da razón de
mero ni medida, por lo tanto, todo es bello, verdade- la presencia del Dios Trinidad, sino, además, lo
ro y, desde luego, bueno en virtud de esa armonía. ordinario. El bonaventurismo es un conocimiento
Si la creación es bella, aquello que permite ver su del Creador por las creaturas.
belleza es la luz, y esa luz es el ser participado. El
abanico de creaturas, según el peso, el número y la
medida, anuncia la plura1idad, y la misma pluralidad Notas
tiene su fundamento en las ideas eternas, con lo
cual, de cualquier manera, las creaturas dan testimo- l. Sobre la cuestión del "horizonte filosófico" en el
nio del Ejemplar y, éste, de la Trinidad. Cuanto me- pensamiento zubiriano, estúdiese la Introducción de la
jor se dé en un ser esta tríada, tanto más bello es, y obra de Diego Gracia Voluntad de verdad. Para leer a
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Zubiri (Barcelona, Editorial Labor, S.A., 1986), pp. retórica, dialéctica, y b) el quatrivio: aritmética, geome-
5-16. tría, astronomía y música) en París de 1236 a 1243. Allí
2. Por esto es que Buenaventura presenta sin empa- tuvo de maestro a Alejandro de Hales, y entre 1248 y
cho la redención, valiéndose de la filosofía -el ejempla- 1255 enseñó teología. En 1257 recibió, junto a Tomás
rismo-, pues preguntar equivale a buscar el fundamento de Aquino, el doctorado. Ese mismo año abandona la
de todo, i.e., Dios en su vida trinitaria, como lo sostiene docencia para desempeñar el cargo de Superior General
la teología a partir de la revelación. (Se entiende, enton- de la Orden Franciscana, la cual gobernó durante tres
ces, a Dios en su unidad múltiple como Causa eficiente, lustros, aproximadamente. En 1273, es nombrado Car-
Causa ejemplar y Causa final.) En virtud de esto, apare- denal. Murió el 15 de julio de 1274.
ce la Trinidad no únicamente como una marca de la fi- Pasó a la posteridad con el título de Doctor Seraphicus.
losofía bonaventuriana, sino, ante todo, como el ens 9. Como se verá en el transcurso de este artículo, el
fundamentale o principium originale de todo cuanto ejemplarismo bonaventuriano consiste en una irradia-
existe. ción que es de dos tipos: iluminación (ejemplarismo
3. Esta comprensión proviene de la metafísica como epistemológico) y emanación (ejemplarismo metafísi-
conocimiento intelectual, pues el pensar tiene la carac- co). Epistemológicamente, a esta asistencia luminosa
terística de ser sobre lo permanente, y pensar es pensar para entender las verdades eternas e inmutables se le
lo que es o a través de él. Si no existiera el "es", nada denomina iluminación, la cual expresa la idea de Dios y
podría ser pensado. (Cf. Celedonio Ramírez, Introduc- su gigantesca significación como innata en el hombre.
ción a la metafísica y teoría de la inteligencia. San Jo- La iradiación se manifiesta ontológicamente como ema-
sé, EUNED, 1994, p. 5.) nación, en cuanto todas las creaturas responden a una
4. Preguntarse por la realidad implica preguntarse Causa eficiente (Padre=origen), a una Causa ejemplar
por el elite (el ser real), el que a la vez remite a pregun- (Hijoeejernplar) y a una Causa final (Espíritu Santo-
tarse por la substancia (Aristóteles, Metafísica, VII, 1, =consumación), aunque son por el Ejemplar. La emana-
1028 b2), en tanto entre los modos de ser el fundamen- ción se entiende como radical ausencia de flujo de la
tal es ser substancia, pues lo que existe o es substancia o substancia eterna.
depende de algún modo (accidentes) de la misma. (Asi- Por el Ejemplar todo existe, en Él todo fue dispues-
mismo, correlativamente, la substancia puede entender- to. En este sentido, se debe atender a la cruz, que es el
se como ousía. La ousía es un ente lógico a partir de eje gnoseológico de toda la revelación. En De triplex
una substancia -que es sujeto de pleno derecho- deter- via, III, par. 3, dice Buenaventura: "Omnia in cruce rna-
minada por unos primeros principios esenciales expre- nifestantur", "Todas las cosas se manifiestan en la
sados en la definición.) cruz".
5. Aristóteles, Metafísica, IV, 1, 1003 a21: "Pero el 10. Cf. Buenaventura, Breviloquium, 1, VI, 1. En
Ente se dice en varios sentidos (...)". Aristóteles designó Hexaemeron III, 4, dice, refiriéndose al Verbo, lo si-
con las palabras griegas to ón, el id quod est de los filó- guiente: "in "qua omnia disposuit" et disponendo omnia
sofos medievales, lo que es en castellano, el ente. facit". (El texto latino es el de la edición de las obras bi-
6. El ser -o ente- tuvo un significado manifiesta- lingüe preparada por Amorós, L., Aperribay, B. y Oro-
mente filosófico entre los griegos, le llamaron "presen- mí, M., Obras de San Buenaventura. 6 volúmenes, Ma-
cia ". (Cf. Martin Heidegger, El ser y el tiempo. Méjico, drid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1972.)
F.C.E., 1980, p. 35.) Esto presente era la naturaleza. 11. El mundo está lleno de signos que conducen a
Por ello, para el Estagirita, la metafísica fue la ciencia Dios. Metafísicamente, en el ejemplarismo se recono-
que estudiaba "lo que siempre es" (aei ón), lo perma- cen tres estadios ónticos, aunque Buenaventura señala
nente en las cosas, el ente real o la realidad. que las creaturas son de doble género: unas corporales;
7. La realidad en su totalidad es el objeto material materiales, sensibles; otras espirituales, inmateriales,
de la metafísica y, el ser en cuanto que ser, el objeto inteligibles (Cf. Hex., XI, 5-21). En el primero se ha-
formal. Sin realidad no hay metafísica. llan las umbra, 'sombras', pues todo ser revela, según
8. Nació en Bagnoregio, Toscana. Su nombre de pi- su naturaleza, los atributos de Dios, aunque, claro está,
la fue Giovanni Fidanza, "pero habiendo escapado al peli- de manera vaga e imprecisa. Este primer estadio lo
gro de una enfermedad que parecía iba a arrebatarle a los comparten también los vestigia, en cuanto dicen rela-
cuatro años de edad, San Francisco, quien había rogado ción -estos atributos- a la potencia, a la sabiduría y a la
por él, exclamó: iO bounaventura! Desde entonces con- bondad divinas. El segundo estadio es la imago, por-
servó el nombre de Buenventura con el de Juan. A conse- que el alma humana, en sus tres potencias (memoria,
cuencia de esta curación, considerada como un milagro, inteligencia o entendimiento, y voluntad) muestra el
su madre lo consagró a la orden de san Francisco". (Xa- misterio trinitario en su unidad múltiple. Finalmente,
vier Rousselot, San Alberto, Santo Tomás y san Buena- la similitudo, por cuanto la persona en estado de gracia
ventura. Argentina, Espasa-Calpe, S.A., 1950, p. 125.) participa de la misma vida trinitaria, pero, evidente-
A los veintidós años ingresó en la Orden Franciscana, mente, no sólo como simple creatura, sino con profun-
luego de estudiar artes (liberales: a) el trivio: gramática, da relación filial.
LA METAFÍSICA DE LA LUZ 347

12. Buenaventura, Hex., 11, lO. (La versión castella- 22. A saber: el principio de identidad, el de no-con-
na de los textos latinos bonaventurianos es del autor de tradicción, el tercero excluído y el de razón suficiente.
este artículo.) 23. Por supuesto que se niega el principio panteísta
13. La metafísica bonaventuriana es de carácter teo- (la emanación) al estilo de Plotino, por la sencilla razón
céntrico, íntimamente unificada en la intuición de la re- de que la introducción de la ejemplaridad (la Palabra
lación ontológica como clave del ejemplarismo, con lo creadora) y la consumación (vuelta de todo a Dios a tra-
cual se atiende al problema del origen, ejemplaridad y vés de la Causa final) descartan radicalmente el flujo de
fin del hombre y, a la vez, oteando el punto final de la la substancia eterna. Con la ejemplaridad y la consuma-
metafísica ejemplarista, cuya meta se halla en la mística ción, introduce el concepto opuesto a la emanación plo-
al "llenar la hoquedad del hombre con el mismo vivir tiniana: la creatio ex nihilo.
trini tario". (F. Chavero Blanco, ''Teología y antropolo- 24. Cf. Hex., 11,25.
gía. Sus relaciones en el pensamiento de San Buenaven- 25. De myst. Trin., q. 4, a. 1, 13: "divinurn esse, cum
tura". En Estudios Franciscanos, 89 (1988), enero- sit actus purus, est carens omni conditione materiae: ergo
agosto, No. 391-392, p. 274.) caret omni limitatione et finitate: ergo est infinitum sim-
14. En lo sucesivo, para referirse al pensamiento pliciter". (Es decir: "el ser divino, como es acto puro, ca-
bonaventuriano, se usará el vocablo bonaventurismo, rece de toda propiedad de materia: luego carece de toda li-
acuñado por John Francis Quinn, pues con este creemos mitación y finitud: luego es infinito simplemente".)
se hace justicia al genio filosófico y teológico, puesto 26. Cf. De myst, Trin., q. 4, a. 1: "Principiurn ornnis
que nos encontramos en presencia de un pensador que limitationis est materia, vel aliquid rnateriale",
"ha sabido dominar y unificar sus fuentes a partir de la 27. Contrariamente, en la filosofía aristotélico-to-
experiencia humana". (Cf. Fernand Van Steenberghen, mi sta, la materia es el principio correlativo a la forma.
"Los elementos integrantes de la Filosofía de San Bue- Es la nada "real" que sólo puede ser actualizada por una
naventura". En Revista de Filosofía (Méjico), año VIII, forma. Sólo es cognoscible cuando adquiere realidad
No. 23, mayo-agosto, 1975. En este artículo se recogen como materia secunda. Después de ser informada, reci-
todas las opiniones a propósito de la disputa académica be el nombre de materia (quantitate) signata que acusa
sobre la definición o características del pensamiento bo- a una primera configuración por una predesignación
naventuriano, desde P. Mandonnet, M. Grabmann, hasta cuantitativa (Cf. De ente et essentia, 11, 6); es lo que se
E. Gilson.) denomina en el tomismo principio de individuación.
15. Cf. Juan Plazada, "La belleza y el arte, camino 28. En Hex., 11, 23-24, dice: "Mas en la substancia
hacia Dios en San Buenaventura". En Pensamiento, 31 existe un vestigio de lo más sublime, el cual representa
(1975), p. 31. la esencia divina. Porque toda substancia tiene mate-
16. En el fragmento 9 de su Poema, Parménides ria, forma y composición: principio original o funda-
emplea la metáfora de que las cosas corresponden a la mento, complemento formal y aglutinante; tiene subs-
luz y la noche. Establece que el ser es el fruto de la tancia, virtud y operación. Y en estas cosas se repre-
combinación entre la claridad y la oscuridad, pues en senta el misterio de la Trinidad: Padre, origen; Hijo,
ambas se da el ser. Lo que hace inteligibles las cosas es imagen; Espíritu Santo, trabazón (... ) Y despojar de es-
el ser. to a la creatura es despojarla de la representación de la
17. Cf. La República, VII, en el Mito de la Caverna. Trinidad (... )".
18. En las Enéadas, IV, 3,17, Plotino establece que 29. Umberto Eco, El nombre de la rosa. Barcelona,
la gran luz o Inteligencia esparce su claridad -irradia- Editorial Numen, 1986, p. 340. El texto refleja clara-
sobre el Alma sin dejar de ser lo que ella es. mente el espíritu franciscano del siglo XIV, que corres-
19. El maniqueísmo es la doctrina del sacerdote per- ponde efectivamente a la cosmovisión bonaventuriana.
sa Mani, el cual vivió en el siglo III, y que se proclamó 30. Sucintamente, la posición ejemplarista afirma
como aquel que llevaría la doctrina cristiana a la perfec- las ideas como el punto de arranque: la razón de todo lo
ción. Los maniqueos sostenían un dualismo de princi- creado se halla en las ideas existentes, en la inteligencia
pios: por un lado, el principio del bien o de la luz, y, por divina o arquetipos ejemplares, en los cuales se encuen-
el otro, el del malo de las tinieblas. En el hombre estos tran pura y plenamente las esencias y perfecciones de
dos principios están representados por dos almas, una todos los seres particulares. (Cf. Guillerrno Fraile, His-
corpórea o la del mal y otra luminosa o la del bien. toria de la filosofía. Tomo II (2do.), Madrid, BAC,
20. Cf. Agustín, Sobre 83 diversas cuestiones, No. 1985, p. 189.) Esas ideas existen en número infinito en
43. Vol. 3 de las Obras de san Agustín, Madrid, BAC, la Causa eficiente que piensa todas en su posibilidad,
1951. pero las que se realizan se dan a través de la Causa
21. Hex., 1, 17: "Este es el medio metafísico que re- ejemplar, y que vuelven a la Causa eficiente por la Cau-
duce, y ésta es toda nuestra metafísica: de la emanación, sa final. Por eso, la esencia divina es imitable ad extra
de la ejemplaridad, de la consumación, es decir, ser ilu- (sentido activo de las ideas) por las cosas posibles se-
minados por los rayos espirituales y ser reducidos al su- gún infinitas maneras; así, todas las creaturas del mun-
mo. Y así serás verdadero metafísico." do son por la causa ejemplar, a su modo y en diversos
348 LUIS DIEGO CASCANTE

grados (sentido pasivo de las ideas). Consecuentemente, 39. Xavier Zubiri, Naturaleza, Historia, Dios. Ma-
en segundo lugar, a la pregunta ¿qué es lo que existe?, la drid, Editora Nacional, 1978, p. 462.
respuesta es el Ejemplar, por el que todas las cosas son. 40. La palabra griega agápe, 'amor', escapa a toda
31. Brev., 11, 1, 1: "dispuso, sin embargo, todas las sobrecarga de romanticismo y de misticismo mistérico.
cosas con cierto peso, número y medida". El romanticismo de los siglos XIX y XX ha asociado el
32. Cf. Edgar de Bruyne, Historia de la estética. amor-eros con un deseo de morir, es decir, el amor es
Vol. 2. Madrid, BAC, 1963, p. 642. destrucción. El amor cristiano no es destrucción sino
33. Cf. Brev., 1, VIII, 2. creación. (Cf. ICor. 13) Si se permitiese asociar el
34. Aunque la referencia a la metafísica de la luz amor cristiano con una ilusión musical, debería pensar-
apunta en el texto a Roger Bacon, la explicación coinci- se en la música de Bach. La agápe es el amor del ser
de con la filosofía bonaventuriana. (Cf. Edgar de Bruy- humano hacia Dios, por la Causa final y en la Causa
ne, Op. cit., p. 614.) ejemplar, y del hombre para con el hombre, como ima-
35. In 11 Sent., d. 13, d. 2, q. 1-2; cit. por N. Abbag- gen de Dios.
nano, Diccionario de filosofía. Méjico, F.C.E., 1985, p. 41. In I Sent., d. 1, a. 1, q. 1; cit. por J. Plazada, "La
760. (El destacado de las dos palabras es mío.) belleza y el arte, caminos hacia Dios en San Buenaven-
36. A este propósito, Buenaventura distingue tres gé- tura", p. 30.
nero de cosas en virtud de la participación en los grados 42. Edgar de Bruyne, Op. cit., p. 637: "Lo bello ro-
de luz: primero, lo luminoso puro, que él identifica con el dea a toda causa".
empíreo; lo diáfano o cuerpos intermedios, y tercero, lo 43. M. Oromí, Op. cit., p. 55. (El paréntesis dentro
opaco, que es la tierra. (Cf. Gmo. Fraile, Op. cit., p. 195.) de la cita es mío.)
37. Hans Urs von Balthasar, Gloria. Una estética teo- 44. Hans Urs von Balthasar, Op. cit., p. 329.
lógica. Vol 2. Madrid, Ediciones Encuentro, 1986, p. 300. 45. Cf. Aristóteles, Metafisica, VII, 1, 1028 b2.
38. M. Oromí, Filosofia ejemplarista de San Buena- 46. X. Zubiri, Op. cit., p. 409.
ventura. Introducción al tomo II de las Obras de san 47. Xavier Rousselot, Op. cit., p. 125.
Buenaventura. Madrid, BAC, 1972, p. 18.

Luis Diego Cascante Fallas


Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Católica Mons. Anselmo Llorente y Lafuente
Apdo. 2267-1000
San José, Costa Rica

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