Está en la página 1de 1

EL PADRE AMOROSO

Narrador: Un hombre tenía dos hijos, un día uno de ellos le dijo:

Hijo prodigo: padre, ya estoy cansado de estar aquí, que aburrido, quiero salir conocer el mundo,
disfrutar de la vida, conocer nuevas personas y lugares, vivir nuevas experiencias, que aburrido
trabajar como un burro para ti y encima de eso tener que ir a la Iglesia con la familia.

Padre: Hijo aquí lo tienes todo, no te vayas.

Hijo prodigo: No te soporto más, más bien dame lo que me corresponde como hijo, yo lo que
necesito es plata a ti no. Quiero trabajar en algo que me haga muy famoso y lo pueda disfrutar.

Narrador: El padre le concede la parte de su herencia. Posterior a esto se encuentra con un


hombre extraño.

Admin. Placer: oye muchacho, te ves fuerte y lleno de energía, te apuesto que te gustaría trabajar
para mí, te invito a trabajar en mi negocio, te invito a vender medicamentos, tu sabes a que me
refiero, la droga que te hace feliz. Luego de eso podrás drogarte lo que quieras, beber y tener la
mujer que deseas. Ah peto primero deberás darme una inversión de mucho dinero para que
puedas ser parte del negocio.

Hijo pródigo: vamos pa´ esa, claro. Aquí está esto que me dejó mi padre.

Narrador: El hijo, luego de vender droga, mal gastar el dinero en drogas, alcohol, mujeres, llegó un
momento en el que se sintió vacío y demás físicamente no se encontraba bien.

Hijo pródigo: Si tengo todo lo que quise porque me siento tan vacío, me siento solo y me siento
muy enfermo, recuerdo cuando me daba un resfriado, papá siempre estaba ahí para cuidarme y
darme los medicamentos, ¿Dios mío, que hice?, abandoné a quién más me ama.

Admin. Placer: ¿te cansaste de vivir bien? Esa maluquera que tienes es por tu flojera, no haces un
carajo, vete de aquí y no me pidas más dinero ya te lo gastaste todo.

Narrador: El hijo con profundo arrepentimiento, llevaba días sin bañarse, nadie le daba posada y
además enfermo, decidió ir a donde su papá. El papá apenas lo vio venir se abalanzó sobre él y lo
abrazó.

Papa: ¡hijo! Que alegría me da verte de nuevo, desde que te fuiste te estado esperando todos los
días.

Hijo prodigo: no merezco tu amor papá, trátame como lo más bajo, no merezco ser tu hijo,
perdóname.

Papá: te perdono hijo amado mío, te amo mucho como para no hacerlo, lo que hiciste en el
pasado quedó allá, mira ahora al futuro, tienes la oportunidad de rehacer tu vida y yo te ayudaré
en eso. Ahora, levántate y vamos vete a bañar porque vamos a salir juntos a comer hoy estoy hay
que celebrarlo, tu hijo mío haz vuelto a la vida.

También podría gustarte