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El Parkour como contenido educativo en Educación Primaria a través del


Aprendizaje Cooperativo

Conference Paper · January 2012

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Javier Fernandez-Rio
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El Parkour como contenido educativo en
Educación Primaria a través del Aprendizaje
Cooperativo
Carlos Suárez Álvarez y Javier Fernández-Río

Resumen

Todos hemos visto imágenes de jóvenes por las calles saltando de una azotea al suelo, rodando por
el suelo después de caer de una escalera o trepando por muros hasta alcanzar lugares casi
imposibles. Estas actividades se identifican con un deporte “post-moderno” que se denomina
Parkour. El problema es que pocos lo verían como una actividad aceptable para el contexto
educativo. En esta comunicación presentamos como se puede introducir este deporte/actividad en
el ámbito de la Educación Física. Entre otros elementos, el aprendizaje cooperativo posibilita una
plataforma desde la que desarrollar este tipo de contenidos que enriquecen la oferta formativa de
nuestro alumnado.

Palabras clave
Método Natural, modelo de Aventura, modelo de Responsabilidad Personal y Social, hibridación

INTRODUCCIÓN

Debido a la urbanización masiva que ha tenido lugar en los últimas décadas en nuestras ciudades,
nuestro entorno ha cambiado radicalmente, y por ende el espacio para el desarrollo de actividad
física. Esta circunstancia ha llevado a los jóvenes a buscar soluciones creativas para desarrollar sus
necesidades de actividad física. Es en este punto donde se produce el mimetismo entre la
adaptación al entorno y la necesidad de movimiento en un escenario urbano.
El parkour, básicamente, es una actividad dónde se utiliza cualquier elemento de la arquitectura
urbana para seguir tu propio camino, superando los obstáculos que se interpongan en él, y poder
llegar a un destino. Es una disciplina deportiva que no se basa en la competición durante su
realización; lo cual la hace increíblemente interesante para su introducción en el terreno educativo,
más concretamente en el de la Educación Física. El Parkour, derivado del Arte del Desplazamiento,
sienta las bases de lo que prácticamente todo niño en su infancia ha tenido que desarrollar: la
carrera, el salto, la trepa… y toda una serie de movimientos para el desplazamiento por el entorno.
Por ello, esta actividad tiene cabida en el ámbito escolar, pero tras una depuración adecuada
(Barbero, 1989).

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ORÍGENES DEL PARKOUR

Entono al siglo XVIII, según relata Erwin Mehl (1962), tienen lugar dos acontecimientos importantes
para la popularización de los ejercicios corporales: el renacimiento de la gimnástica en la ciudad y
la aparición de la concepción educativa de gimnástica. Son varios los promotores de estas nuevas
ideas: Castiglione en Italia, Thomas Ellyot en Inglaterra, Guth Munths en Alemania, Francisco
Amoros en España, etc.., pero el considerado precursor de la edad moderna es Jean Rousseau quien
postula en su libro El contrato social (1762): “El hombre nace libre, pero en todos lados está
encadenado”; por ello propone la vuelta del hombre a la naturaleza.
Por otro lado, George Hébert nace en 1875 en París; es un instructor de educación física que
promueve un nuevo método de entrenamiento denominado “el Método Natural”, contrario a la
rígida gimnasia sueca. Hébert viaja por toda África donde comprueba que los habitantes primitivos
se encuentran en un excelente estado de forma, provocado por la interacción con el entorno
natural. Esta visión le hace recapacitar y desear ese estado de forma para sus propias tropas. Su
idea principal se sustentaba en “ser fuerte para ser útil”. Hébert fue de los primeros en desarrollar
los parcours o métodos de entrenamiento físico basados en superar obstáculos. A su muerte en
1957 deja tras de sí un conjunto de obras apasionantes y marcadas por la concepción humana. En
su libro “Le Sport contre l’Education Physique” ya menciona como la competición afecta de forma
perjudicial a las personas, distanciándose de esos métodos de entrenamientos. El método natural
ha sido la base y el precursor de los entrenamientos de tipo militar (en muchos países modernos), y
ha ayudado en la creación del “l’art du déplacement” (el arte del desplazamiento) ó su abreviatura
ADD, que posteriormente evolucionó en dos direcciones: el Parkour y el Freerunning.
Así, Raymond Belle Lute, un antiguo militar y residente en de París, inspira a su hijo David Belle
(que nace en 1973), enseñándole el método natural de entrenamiento que había aprendido en el
ejército, combinado con las técnicas de escape que él mismo había utilizado en la guerra. A partir de
esta inspiración, David desarrolla esta actividad en un entorno urbano, sosteniendo el lema “ser y
durar”; éste es heredado de G. Hébert (ser fuerte para durar) y combinado con la filosofía de
educación activa propuesta por J. Rosseau (ejercitando nuestra razón adquiriremos cada vez más
ingenio).
Es en la década de los años 80, cuando un grupo de jóvenes, entre los que se encontraban David
Belle y Sébastien Foucan, configuran un movimiento que consiste en la aplicación del método
natural propuesto por Hébert en un entorno urbano. En Evry y Lisses (barriadas de París) comienza
a surgir esta combinación debido en gran parte a dos circunstancias: la necesidad de practicar
actividad física y la gran riqueza de “escenarios” que proporcionan los entornos urbanos. En 1997,
David Belle, Sébastien Foucan, Yann Hnautra, Charles Perrière, Malik Diouf, Guylain N’Guba-Boyeke,
Châu Belle-Dinh, and Williams Belle forman un grupo que se autodenominan a sí mismos los
“Yamakasi”; palabra derivada del Lingala, lengua del Congo, que significa “espíritu fuerte ó persona
fuerte”.
Después de un tiempo y debido a diferencias entre algunos de los miembros del grupo, los dos
integrantes más famosos, David Belle y Sébastien Foucan, deciden coger caminos diferentes,
forjando cada uno un movimiento independiente. Por un lado, David Belle sienta las bases del
Parkour y por otro lado, Sébastien Foucan sienta las bases del Freerunning.

¿POR QUÉ INTRODUCIR EL PARKOUR EN LA ESCUELA?

La vida de hoy en día se ha vuelto muy sedentaria. Es el llamado mal del siglo XXI. La tecnología nos
ha facilitado inmensos beneficios, pero también está originando una forma de vida demasiado
“parada y cómoda”. Si bien es cierto que todos los avances tecnológicos aportan innumerables
ventajas, no sólo a nivel social y personal sino también a nivel científico y médico, también es cierto
que conlleva una serie de facilidades a las que nuestro cuerpo se está acostumbrando; tenemos

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escaleras eléctricas, elevadores, automóviles y una infinidad de posibilidades para nuestro traslado
personal; de ese modo nos hemos adaptado a vivir y desplazarnos gracias a estas elementos,
mientras cada vez es menor el uso activo que se le da al propio cuerpo. En parte por esta
circunstancia, uno de los factores de riesgo más alto de las enfermedades coronarias es la
inactividad física. Aprender a moverse y a transformar los desplazamientos cotidianos en ejercicio
físicos es uno de los desafíos para vencer este problema de nuestro tiempo.
De esta manera, la propuesta de introducir el Parkour en las escuelas surge con el objetivo de
aumentar la diversidad de actividades en las clases de Educación Física, a la vez que se ofrece a
nuestro alumnado contenidos diferentes y llamativos. A través del Parkour se pueden desarrollar
objetivos como la agilidad, la coordinación, el equilibrio, los saltos y un largo etcétera de
habilidades motrices que son fundamentales para un adecuado dominio corporal. En los ejercicios
progresivos de Parkour que se les van presentando, los estudiantes encuentran un medio propicio
para desarrollar su motricidad, pero también una motivación y un reto a superar. Los espacios
cambiantes que se proponen en las actividades inciden en el conocimiento e interacción con el
mundo físico de los estudiantes, siempre manteniendo los principios de seguridad y eficacia. Por
eso, el nivel de realización vendrá marcado por las posibilidades de cada uno de ellos, pues lo
importante no es realizar movimientos perfectos, sino que sea el propio alumnado quien conozca y
controle su cuerpo, y que sea capaz de dar una respuesta válida y segura para sí mismo en cada
actividad.
Por otra parte, el Parkour no sólo supone sortear los obstáculos y superarlos para llegar de un
punto a otro; también incita a romper barreras mentales, a extender las posibilidades del propio
cuerpo y a considerar nuevas formas de alcanzar metas: si no llegas por un lugar o de una manera
puedes llegar por otro o de otra manera. En definitiva, añade pensamiento crítico y resolución de
problemas a la vida; aspectos muy importantes en la formación integral de nuestros estudiantes y
que deben ser desarrollados desde la escuela.
Otra de las ventajas que tiene la introducción de esta práctica dentro de los colegios es que se trata
de una disciplina que no fomenta la competición con otras personas, sino con uno mismo. Así, se
fomentan valores de no-competición y de superación personal. Por tanto, a nivel psicológico
también tiene implicaciones muy importantes. La filosofía que existe en el Parkour es la de
practicar o hacer actividad física para superar cualquier obstáculo que te encuentres en tu camino,
ya sea pequeño o grande. La idea es dominar tu cuerpo, tanto física como espiritualmente. Ser capaz
de superar tus problemas familiares, sociales, laborales, escolares...
El Parkour en la escuela supone una manera de reinventar las clases convencionales, salir de lo
tradicionalmente establecido como jugar baloncesto o fútbol y encontrar una nueva forma de
educarse físicamente. Su práctica puede conllevar una serie de beneficios tanto físicos (mejora y
desarrollo de las diferentes capacidades físicas básicas), como psicológicos (aumento de la
autoestima personal y el contacto social). Esto hace que el Parkour pueda ser concebido como un
posible contenido educativo programable dentro del área de Educación Física. Si unimos, por un
lado, el interés y la motivación que despierta y, por otro, su aportación a la consecución de los
objetivos generales del área de Educación Física, nos encontramos con una nueva disciplina que a
día de hoy no es habitual encontrar en las programaciones didácticas y que, sin embargo, puede
aportar elementos muy interesantes a la misma.

EL APRENDIZAJE COOPERATIVO COMO EJE METODOLÓGICO PARA ENSEÑAR PARKOUR EN EL


ÁMBITO EDUCATIVO

Muchas veces damos por supuesto que nuestras clases son, por si solas, divertidas, motivadoras,
que aportan todo un conjunto importante de valores, etc.., pero esto no siempre es así; como
plantea Sebastiani (2012, p. 49-56) “…hay que recordar que la motivación no sólo la causa el
aprendizaje sino que muchas veces es consecuencia de éste… Todos los alumnos tienen unas

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experiencias previas que les proporcionan conocimientos y sensaciones que a veces son positivas y
otras paralizantes”. Este autor apuesta por una línea de trabajo en la que se debe partir del
conocimiento propio de nuestro alumnado para guiar a éste hacia un camino totalmente accesible
para él. De este modo las actividades siempre deben seguir un proceso de progresión y adaptación
a las propias habilidades y capacidades de nuestro alumnado.
Este concepto de partida es muy importante, ya que nos encontraremos con desequilibrios
importantes, de todo tipo, entre nuestro alumnado. Como hemos mencionado anteriormente esto
se debe a que nuestro desarrollo es propiamente exclusivo del individuo. Como bien señalaba
Ortega y Gasset (1914): “Yo soy yo y mi circunstancia…”. Esto nos debe empujar a la adaptación
constante de nuestras actividades en función de las necesidades que se deriven de su ejecución.
En base a estas ideas creemos importante proceder a una hibridación de varios modelos de
enseñanza para llevar a buen puerto la integración del Parkour en el ámbito educativo. Por una
parte utilizamos el modelo de Aprendizaje Cooperativo (Fernandez-Río, 2003), por otra el Modelo
de Aventura (Henton, 1996), todo ello complementado con el modelo de Responsabilidad Personal
y Social (Hellison, 1995). Esta imbricación permite transmitir de un modo eficiente el parkour a
nuestro alumnado, recordando como dice Sebastiani (2012, p. 49-56) que: “…no existen las recetas
metodológicas, así como no existe una manera inequívoca de ayudar a aprender”.
De manera muy concisa, los elementos básicos del Modelo de Aprendizaje Cooperativo podrían
resumirse en cinco: interdependencia positiva entre estudiantes, responsabilidad individual en el
trabajo colectivo, procesamiento grupal, interacción cara a cara, y desarrollo de habilidades
interpersonales. Por su lado, los elementos principales del Modelo de Aventura también se podrían
sintetizar en cinco: incrementar la sensación de confianza personal de cada participante, aumentar
la cooperación, el respeto y el apoyo dentro del grupo, el nivel de desafío lo elige cada persona,
contrato global de trabajo, reflexión grupal final. Como resume Metzler (2005, p.84): “Este modelo
plantea actividades seguras de riesgo y desafío para promover la cooperación entre los estudiantes,
el logro personal, la autoconfianza y la inventiva”. Por lo tanto, se pueden ver, de manera inmediata,
las conexiones entre uno y otro planteamiento. Finalmente, el Modelo de Responsabilidad Personal
y Social establece también cinco niveles de responsabilidad a desarrollar por los estudiantes:
Respeto a los demás, Participación y Esfuerzo, Autonomía Personal, Empatía y Liderazgo y
Transferencia a otros contextos que debemos intentar desarrollar en nuestro alumnado. De este
modo, los puntos de conexión entre estos tres modelos para la enseñanza del Parkour en el ámbito
educativo podrían resumirse en:
· las actividades como una aventura-desafío
· la asunción de riesgos y la toma de decisiones
· el esfuerzo, el compromiso y la participación
· los grupos de trabajo cooperativos
· el desarrollo de habilidades interpersonales
· la responsabilidad personal y social en cada acción
· la individualización como llave del éxito
· el desarrollo de la autonomía personal.

UNA PROPUESTA DE ACTIVIDADES DE PARKOUR PARA LA EDUCACIÓN PRIMARIA

Por un lado, son muchas las diferentes formas en las que una persona puede saltar, trepar, rodar o
balancearse para superar un obstáculo. Por otro lado, la juventud de una actividad como el Parkour
hace que no existan demasiados documentos escritos que guíen su práctica (Belle & Gross La Faige,
2009; Edwardess, 2009). Por ello, nos planteamos intentar poner cierto orden en las diferentes
técnicas o movimientos empleados en el Parkour para poder decidir qué enseñar en el ámbito
educativo (Suárez y Fernández-Río, 2012b). A continuación presentamos una breve muestra de
ellas:

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· Saltos de precisión: permiten desplazar nuestro cuerpo una cierta distancia impulsándolo con el
tren inferior (Foto 1).
· Saltos de Longitud: similar al anterior, pero usando la carrera para alcanzar mayor distancia.
· Rodar: permite amortiguar la recepción después de un salto ó caída, absorbiendo gran parte del
impacto al rodar como una pelota.
· Recepción: La finalidad es disminuir el impacto tras un salto o una caída aterrizando sobre las
puntas de los pies (Foto 2).
· Paso de Vallas: Esta técnica nos permite superar una valla o barra, en posición horizontal u
oblicua, con un impulso del tren inferior y con el apoyo de un brazo u ambos sobre la barra (Foto
3).
· Salto a dos manos: Proyectamos nuestro cuerpo apoyando ambos brazos de forma perpendicular
al obstáculo agrupando las piernas y flexionándolas entre el espacio que se crea entre los mismos.
· Salto de Brazo o Gato: Permite colgarnos del borde de una superficie (Foto 4).
· Tic Tac: Consiste en impulsarnos contra una columna o pared de tal forma que flexionando una de
nuestras piernas y apoyando nuestro pie en la superficie, nos proyectemos hacia otra dirección
(Foto 5).
· Grimpeado: Permite escalar un muro impulsándonos apoyando un pie contra la pared.
· Liberado: Permite descender de una altura descolgando las piernas primero.
· Rompe Muñecas: En carrera, saltamos estirando nuestras piernas hacia delante para superar un
obstáculo.
· Reverse: Realizar un giro de 180 grados valiéndose del apoyo de los brazos sobre una superficie o
barandilla, pudiendo apoyarse en una superficie o no dependiendo de las condiciones del
obstáculo.
· Balanceo: Nos agarramos con las manos de una cuerda o barra y utilizamos nuestro cuerpo como
si de un péndulo se tratase (Foto 6).
· Pasa Barras: Parecido al anterior, pero con una carrera previa.

LA SEGURIDAD COMO ELEMENTO CENTRAL DE ESTA EXPERIENCIA

Es bien conocido que nuestras actividades siempre deben presentar los mayores índices de
seguridad durante su práctica; mucho más cuando hablamos de la educación primaria. Por ello,
todas las actividades de parkour que se han desarrollo en esta experiencia se han adaptado
previamente a los materiales escolares con los que contamos en nuestras clases de educación física.
Esto previene de riesgos innecesarios y adapta las actividades a un entorno escolar controlado. El
riesgo controlado representa las posibilidades que estimamos que se pueda producir un impacto
perjudicial para nuestros alumnos. Este riesgo ha sido subsanado con el material disponible como
colchonetas y otros materiales acolchados, pero también con la modificación del espacio de trabajo
como ha sido la reducción de altura de los elementos o la ampliación de las escapatorias.
Además de adecuar el entorno, también hemos reducido el tamaño de los grupos de trabajo. De esta
manera se disminuye el riesgo de choque inesperado, al tiempo que ayuda a mejorar la concepción
de lo que podemos hacer o no según nuestras capacidades. Posiblemente, de todas las medidas de
seguridad que podemos tomar, la toma de conciencia de lo que podemos hacer y unas progresiones
adecuadas son nuestra mejor baza como docentes, puesto que es esta conciencia la que dota a
nuestros alumnos de un control sobre lo que pueden o no pueden hacer en función de sus
posibilidades. Esta responsabilidad les provee de una autonomía personal que exportarán a la vida
cotidiana, siendo mucho más conscientes de los riesgos que corren al realizar cualquier actividad.
Todas las medidas de seguridad son pocas y siempre existe la posibilidad de hacernos daño en
educación física, pero no por ello vamos a dejar de practicar actividad física.
Debemos recordar en este punto que la mayoría de las actividades que realizamos en el Parkour
están en nuestras actividades habituales de educación física como son el paso de vallas, la carrera,

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el salto de longitud, los descuelgues de espaldera, etc.. Estas actividades no difieren, en lo básico, de
las actividades que cotidianamente realizamos en nuestras clases, pero desarrolladas en un
contexto diferente y bajo una nueva perspectiva práctica.

UNA EXPERIENCIA DE PARKOUR EN UN COLEGIO DE EDUCACIÓN PRIMARIA

Una vez adaptadas las diferentes técnicas del parkour al ámbito educativo, nos planteamos llevarlas
a la práctica en un colegio real. La primera impresión a la hora de trasladar este proyecto al centro
educativo fue de gran sorpresa, ya que, en general, esta práctica hoy en día aún es muy desconocida
para muchos, y en la mayoría de los casos se tiene una concepción dudosa o incorrecta de la misma.
Una vez planteada la propuesta, ésta fue valorada por los padres, que tras una explicación de los
contenidos y las prácticas que se iban a llevar a cabo accedieron a que se desarrollase en el centro
donde estudiaban sus hijos durante el curso 2011-2012 dentro del programa de actividades
extraescolares. Es cierto que en un principio existió una alarma excesiva por el riesgo de esta
actividad, no menos que en su día lo tuvo el Karate, el Judo u otros deportes, pero poco a poco y con
el trascurrir de las sesiones, dicha alarma desapareció.
Lo importante es que semana a semana se podía observar cómo el alumnado no solo mejoraba sus
capacidades y sus habilidades físicas básicas, sino que su motivación hacia la actividad física
mejoraba. De algún modo, se iban volviendo más conscientes de sus posibilidades, controlaban
mucho más los riesgos a los que se exponían y se ayudaban mucho más. Todas estas sensaciones
son, quizás, poco justificables científicamente, pero para cualquier observador externo eran
claramente percibidas.
Una vez que comprobamos que el parkour era “aceptado” como actividad extraescolar, nos
dispusimos a pasar al siguiente nivel, e introducirlo en las clases de Educación Física de 6º curso de
Educación Primaria. Así, tuvimos la oportunidad de desarrollar una corta unidad didáctica de 6
sesiones al comienzo de la 3ª evaluación. La idea era proponer actividades que pudieran ser
realizadas por todos los estudiantes para que éstos se sintieran motivados a seguir practicando e
intentado las diferentes actividades.
Respecto de la metodología descrita en un apartado anterior, pudimos comprobar cómo el trabajo
en grupos de aprendizaje cooperativos posibilita un mayor consenso a la hora de abordar las
diferentes tareas propuestas. Por su parte, el modelo de aventura proporcionaba a los estudiantes
esa motivación o impulso extra a intentar la realización de las diferentes actividades, despertando
en ellos una inquietud e interés muy positivo. Por último, el modelo de responsabilidad personal y
social ha sido beneficioso para regular los comportamientos de los estudiantes participantes, para
moderar el nivel de liderazgo que algunos esgrimían entre sus compañeros y, finalmente, la
disminución de la tensión en las clases. Por todo ello, hemos de transmitir nuestra sincera
satisfacción por la imbricación de estos tres modelos, los cuales han posibilitado un mejor
desarrollo de las propias actividades durante las sesiones. Quizás, este conglomerado de modelos
impulse a nuestro alumnado hacia un desarrollo mucho más creativo, sentando las bases de una
autonomía personal y social mucho más madura. Destacar que todos y cada uno de los estudiantes
participantes en las clases de parkour han realizado todas las actividades; evidentemente
ajustándose a sus capacidades.

REFLEXIONES FINALES

Una vez obtenido el privilegio de poner en práctica esta actividad en el aula, apreciamos en
nosotros mismos una sensación apasionante de continuar desarrollando más experiencias de
Parkour en el terreno educativo. No ha sido menos, la curiosidad que ha despertado en nuestros
alumnos esta actividad. En un principio, éstos esperaban que sólo fuera posible su realización por

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parte de unos pocos privilegiados motrices, pero pronto descubrieron que, con las adaptaciones
necesarias, todo el mundo puede realizar las diferentes tareas. De este modo, nuestra mayor
satisfacción ha sido poder adaptar las diferentes técnicas al contexto educativo concreto,
reduciendo la “inicial” peligrosidad que parece conllevar la realización de esta actividad en su
entorno original (Suárez y Fernández-Río, 2012a).
Por desgracia, son muchas las personas apabulladas de escepticismo quienes no terminan de
sintonizar con esta actividad; pues en un principio, y sugestionadas por definiciones equivocadas,
piensan del Parkour como algo peligroso, hostil y callejero. En cierta medida, todo lo novedoso o
desconocido produce una imagen un poco distorsionada de la realidad. Por ello, este trabajo
pretende poner luz en este rio de sombras que envuelven al Parkour, y posibilitar que nuestros
docentes analicen, desde un enfoque educativo, las inmensas posibilidades que esta actividad física
puede aportar a nuestras clases de Educación Física.
La práctica del Parkour se está expandiendo por nuestra red geográfica de forma dinámica. Sin ir
más lejos, durante este verano los organizadores de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 llenarán
las calles de esta ciudad en un gran proyecto deportivo para dar difusión mundial a esta disciplina
deportiva. La Educación Física no puede quedar al margen de este tipo de actividad física.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barbero; J.I. (1989). La Educación Física escolar como materia socialmente construida.
Perspectivas, 2, 30-35.
Belle, D. & Gros La Faige, S. (2009). Le Parkour. Paris: Septie`me choc.
Edwardes, D. (2009). The Parkour and Freerunning Handbook, England: It Books.
Fernández-Río, J. (2003). El aprendizaje cooperativo en el aula de Educación Física. Análisis
comparativo con otros sistemas de enseñanza y aprendizaje. Valladolid: La Peonza.
Hébert, G. (1912). L’éducation physique ou l’entraînement complet par la méthode naturelle, Paris:
Librairie Vuibert.
Hellison, D. (1995). Teaching responsibility through physical activity. Champaign, IL: Human
Kinetics.
Henton, M. (1996). Adventure in the classroom. Using adventure to strengthen learning and build a
community of life-long learners. Dubuque, IO: Kendall/Hunt.
Mehl, E. (1962). Sobre la historia del concepto “gimnástica”. Citius, Altius, Fortius; IV(2), 162-201.
Metzler, M. W. (2005). Instructional models for physical education. Scottsdale, Az: Holcomb
Hathaway.
Suárez, C. y Fernandez-Rio, J. (2012a). Expandiendo las fronteras del aula de educación física: el
parkour como contenido educativo. Tándem, Didáctica de la Educación Física (admitido).
Suárez, C. y Fernandez-Rio, J. (2012b). El parkour en la escuela. Ed. www.lulu.com
Sebastiani, E. (2012). La gestión de la clase de educación física. Tándem, Didáctica de la Educación
Física, 38, 49-56.

REFERENCIAS WEB

Blog sobre “El parkour en La escuela”: http://karlos-parkourespanafreerunning.blogspot.com.es/


Parkour en España: www.parkour-spain.com
Revista parkour España Freerunning: http://parkour-spain.com/revista/revista1.html
Facebook: http://www.facebook.com/ParkourEspanaFreerunning
Libro “El parkour en la escuela”: http://www.lulu.com/shop/search.ep?contributorId=1084755

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Datos de los autores:
Carlos Suárez Álvarez1, Javier Fernández-Río2
(1) C.P. Ventanielles, Oviedo
(2) Universidad de Oviedo

casualvarez@hotmail.com
javier.rio@uniovi.es

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