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Las gincanas como recurso metodológico en el área de educación física

Article · January 2009

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Iván López Fernández


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REFERENCIA: López Fernández, I. y Malavé Madrona, P. (2009). Las gincanas como
recurso metodológico en el área de educación física. Tándem. Didáctica de la
Educación Física, 31, 110-119.

Este es el borrador final del artículo. La versión final publicada está disponible en:
http://tandem.grao.com/revistas/tandem/31-ocio-actividad-fisica-y-jovenes/las-
gincanas-como-recurso-metodologico-en-el-area-de-educacion-fisica

LAS GINCANAS COMO RECURSO METODOLÓGICO EN EL ÁREA DE


EDUCACIÓN FÍSICA
Iván López Fernández. Doctor en Educación Física. Facultad de Ciencias de la
Educación de la Universidad de Málaga
Patricia Malavé Madrona. Maestra de Educación Primaria. CEIP Zambrana
(Alhaurín de la Torre – Málaga)

Resumen
Este artículo pretende proporcionar orientaciones que faciliten la puesta en
práctica de gincanas en la escuela. Tras reconocer su potencial educativo,
analizamos los elementos comunes más relevantes en su organización,
explicando los criterios seguidos para su desarrollo y aplicación desde el área
de educación física, con la finalidad de que el docente llegue a sistematizar
unos procedimientos que resultan de gran utilidad. Recogemos, por último, una
selección de gincanas de interés en educación física.

Abstract
This article aims for guidances which make putting a gymkhana into school
practice easyer. After recognizing the educational potential, we analyze the
most important shared elements in his organization, explaining the criterions
followed to develop and to apply from Physical Education field, with the
purpose teachers sistematize very useful procedures. Finally, we collect a
gymkhanas selection of interest in Physical Education.

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Introducción
La palabra gincana procede del inglés gymkhana, que a su vez proviene del
término hindi (lengua nacional de La India) y persa khana, que significa lugar
de reunión, y de gym, abreviatura de la palabra inglesa gymnastics, cuya
traducción al español es gimnasia y que hace referencia a una actividad física
en la que se desarrollan principalmente la fuerza, el equilibrio y la agilidad.
Este término no es recogido por la Real Academia Española ni en su versión
latina: gincana, ni en la inglesa: gymkhana. Sí encontramos algunas
definiciones de gincana en otros textos, entre las que destacamos las
siguientes:
“Carrera, especialmente de automóviles, motocicletas o bicicletas, en que
hay que superar determinadas pruebas o dificultades divertidas”. (Seco,
Andrés y Ramos, 1999)
“Prueba o concurso en el que los participantes deben pasar por muchas
pruebas y obstáculos antes de llegar a la meta” (Fundación Wikimedia,
2007)
Se trata de una actividad lúdica, cuya presencia es frecuente en fiestas
populares tradicionales, en la que los participantes deben enfrentarse a un
conjunto de pruebas. Su utilización en entornos educativos no es una novedad
ni tampoco es exclusivo del área de educación física, si bien no siempre se le
bautiza con ese nombre. Junto a una multiplicidad de vocablos parecidos, como
gyncana, gymkhana o gymkhana, nos encontramos actividades similares bajo la
denominación de juegos de pistas, circuitos o carreras de orientación, búsqueda
del tesoro o feria del juego, entre otras. Aunque sea un término que resulta
familiar para el docente y abunden las experiencias que lo llevan a la práctica,
existe poca bibliografía específica sobre su organización y es difícil encontrar
estudios que profundicen lo suficiente para analizar los componentes
involucrados en su desarrollo. Esto origina que no siempre obtengamos todo el
potencial educativo de este instrumento didáctico, al seguir de modelo ejemplos
concretos que rara vez se adaptan a nuestro contexto particular.
En educación física la gincana representa una forma de organizar los contenidos
de una sesión que puede ser muy motivadora para los alumnos, constituyendo
un recurso metodológico útil para el tratamiento globalizador de los contenidos.
A continuación, presentamos algunos de los ingredientes que debemos tener
presentes al organizar una gincana y que son comunes a la mayoría de ellas,
especificando las orientaciones y alternativas en cada uno de ellos. No
olvidemos que la mejor garantía para que una gincana resulte un éxito es su
minuciosa organización.

Objetivos
Lo primero que debemos diferenciar es el objetivo que plantea el docente con
la intervención educativa; deberá responder a la cuestión de qué capacidades
pretende que desarrollen sus alumnos con la gincana o, dicho de otro modo:
¿Para qué la hacemos?. No es lo mismo una gincana que organice un club de
automovilismo, una comisión de festejos municipal, un programa de televisión
o una que desarrollemos en un centro educativo. Los objetivos son los que van
a guiarnos en la selección de las pruebas y la organización de la gincana.

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Además de los objetivos específicos que nos propongamos, la gincana, por su
dinámica, va a contribuir a desarrollar en los alumnos las capacidades que les
permitan:
- Conocer el entorno en el que se desarrollan las actividades.
- Acrecentar la creatividad, la imaginación y la fantasía.
- Fomentar el trabajo en grupo, la socialización, cooperación , cohesión e
interacción grupal.
- Aceptar las diferencias entre las personas y respetar a los demás.
- Desarrollar la autonomía y la capacidad para tomar decisiones y asumir
responsabilidades.
- Respetar las normas de juego y aprender a ganar y a perder.
- Desarrollar hábitos saludables de práctica de actividad física.
- Conocer alternativas recreativas para la ocupación constructiva del
tiempo libre.
Por otro lado, la naturaleza interdisciplinar de las gincanas se pone de
manifiesto cuando analizamos las múltiples opciones de aproximación a las
diferentes áreas curriculares utilizando este recurso. Tomando de referencia las
áreas de la etapa de educación primaria y, a modo de ejemplo, presentamos
algunas ideas:
- Conocimiento del medio natural, social y cultural: El entorno natural y
urbano constituye un marco ideal para el desarrollo de las gincanas.
- Educación artística: Participación en la elaboración del material para la
gincana.
- Educación física: Requieren el desplazamiento del cuerpo en el espacio y
la ejecución de pruebas en las que se desarrollan diferentes capacidades
motrices.
- Lengua castellana y literatura: Texto de la narración y descripción de las
pruebas.
- Lengua extranjera: Texto de la narración y descripción de las pruebas en
otra lengua.
- Matemáticas: Seguir un orden de pruebas numeradas, sumar puntos
conseguidos.

Centro de interés
Es más que conveniente que todas las pruebas versen sobre un centro de
interés significativo para los alumnos. Podemos dar un paso más en nuestro
esfuerzo por aumentar el atractivo de la gincana y enlazar las pruebas a través
de una historia o aventura que dote de contenido la progresión entre ellas. De
esta forma, incrementamos la motivación de los alumnos y captamos su
atención. Un cuento popular o inventado puede servirnos de inspiración para
nuestra propuesta. Algunos de estos cuentos pueden depositar un sedimento
formativo mediante la transmisión de mensajes educativos (Rovira, 2003). La
adecuación de la narración, en su temática y complejidad gramatical, a la edad
de los alumnos es imprescindible. Puede que a unos niños de doce años no
interese el cuento de los tres cerditos, pero sí una aventura mágica sobre
hechiceros y tribus.
La narración en el inicio de la sesión de una introducción al cuento del que ellos
formarán parte, al convertirse en sus protagonistas, contribuirá a ambientar la

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gincana y a situar a los alumnos en unas coordenadas espaciotemporales
propicias para el desarrollo de la clase. Se trata de introducir a nuestros
alumnos en una historia que les fascine, les interese, los mantenga en tensión
durante el desarrollo de todas las pruebas

Duración
Dependerá de la complejidad y el número de pruebas. Se puede ajustar a la
duración de una sesión de educación física, si bien existe la posibilidad de
ampliar el tiempo escolar invertido en su ejecución, especialmente cuando sea
planteada como actividad interdisciplinar con carácter festivo para varios cursos
(fiesta fin de curso, celebración del día de la paz, del día del medio ambiente,
etc.) y como actividad complementaria o extraescolar.

Ubicación
Aunque lo ideal es realizarla al aire libre, en el medio natural o urbano,
podemos desarrollarla en el gimnasio o incluso dentro de un aula convencional
(Viciano, Valls y García, 2003). Hacerlo en lugares acotados y conocidos, como
el patio del colegio o parques urbanos, incrementa la seguridad y es la opción
más viable para los más pequeños. En espacios abiertos habrá que definir a los
alumnos con claridad los límites de la zona en la que llevaremos a cabo la
gincana, y establecer una estrategia de actuación en caso de que alguien se
pierda (conexión por teléfono móvil, punto de encuentro claro, etc.).
El que el profesor analice el escenario de juego para elegir el tema de la
gincana y las zonas más atractivas e interesantes para cada prueba garantiza el
aprovechamiento del entorno próximo y la adaptación al contexto. La misma
gincana no sirve para cualquier lugar; lo ideal es que exista esa adecuación.
Traduciremos cada elemento del entorno proporcionándole un significado que
tenga sentido dentro de la historia (El parque será un bosque encantado, el
gimnasio un castillo, ec.).

Participantes
Número total de participantes: El número de participantes condiciona la
organización, pero no existe un número mínimo o máximo imprescindible para
realizar una gincana. Podemos hacerla con los alumnos de una clase, un ciclo,
todo el colegio o incluso en un encuentro en el que participen varios colegios.

División en subgrupos o equipos: La participación individual en la que cada


alumno haga las pruebas en solitario nos llevaría a desaprovechar parte de la
capacidad socializadora de la gincana. Su carácter agonístico aconseja que
existan no sólo adversarios con los que medirse, sino también compañeros de
juego con los que cooperar para conseguir un objetivo común. En este caso, un
número excesivo de alumnos por grupo hace más difícil que todos participen
con la misma intensidad. Un subgrupo cuyo número oscile entre los dos y los
ocho alumnos parece ideal para una gincana educativa. Los miembros de cada
equipo no deberían separarse en ningún momento.

Distribución de roles: La asignación de funciones a cada miembro del grupo


fomenta la implicación de todos los alumnos. Todas esas funciones deberían ser

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imprescindibles para alcanzar los objetivos y se podrían vincular a personajes
relacionados con el centro de interés. Adoptamos de esta forma un elemento
característico de los juegos simbólicos y de rol, ya que los participantes
interpretarán modelos de comportamiento que no son los suyos (Brell, 2006).
Por ejemplo, en una gincana que gire en torno a las aventuras de “Asterix y
Obelix” los equipos de romanos adoptarán diferentes roles en función de su
rango, y a los de galos les asignaremos los papeles de los conocidos personajes
de los miembros de la aldea gala.

Cohesión e identidad de los subgrupos: Entre las propuestas para mejorar la


cohesión del grupo y estimular la implicación de los participantes en la gincana,
proponemos:
- Anotar el nombre de todos los miembros del equipo.
- Proponer o inventar una canción o himno del equipo que haga alusión a
su papel dentro de la historia elegida.
- Disfrazar a cada miembro del equipo, para introducirlos en el personaje y
perder el miedo al ridículo. Será válido desde dos líneas en la cara con
pintura de maquillaje en una gincana de indios hasta un sofisticado
disfraz de astronauta en una gincana del espacio. Dependerá del tiempo
que queramos invertir y de si contamos o no con la colaboración del área
de educación artística. En cualquier caso, el disfraz no debe convertirse
en un obstáculo para el movimiento del alumno.

Recursos humanos
Los recursos humanos necesarios dependerán de la complejidad de la gincana
y, en particular, de la edad y número de participantes. En algunas puede bastar
con un único profesor que actúa en solitario. Pero las gincanas ofrecen una
buena oportunidad para poner a prueba, dentro del centro, la cultura
colaborativa, abriendo la participación a otros profesores, padres o alumnos
mayores; y, dentro del aula, la aplicación de la microenseñanza (Delgado,
1991). La figura del alumno colaborador, previamente entrenado por el
profesor, es un apoyo de gran utilidad, pudiendo ejercer la responsabilidad de
juez, orientador y ayudante. El profesor responsable o coordinador planificará,
coordinará, supervisará y evaluará la actividad. Los profesores o alumnos
colaboradores pueden acompañar a cada uno de los subgrupos que se formen,
ubicarse en cada una de las pruebas (o en las más complejas) o supervisar y
controlar desde una posición estratégica o en desplazamiento el desarrollo de la
gincana.

Recursos materiales
No se requieren recursos especiales, lo que facilitará la adaptación a los medios
disponibles, sin olvidar la multitud de materiales que podemos conseguir a
través de la autoconstrucción con productos de desecho (Velázquez, 1996) o
del uso no convencional de materiales habituales.

Tipos de pruebas
Las opciones que se nos presentan son múltiples, puesto que cualquier
actividad educativa puede encuadrarse en el marco de una gincana; aquí

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mostramos algunos ejemplos de las más clásicas sin la intención de encorsetar
la creatividad de las propuestas: carreras de sacos, comer una manzana
colgada sin manos, llevar un huevo con una cuchara, relevos de vasos de agua,
explotar globos, escenificar una situación, etc. Desde el área de educación física
nos centraremos en aquéllas con mayor implicación motriz, sin descartar otras
menos dinámicas, pero que podrían intercalarse entre pruebas de mayor
exigencia física, como las pruebas de conocimiento en las que tienen que
responder a preguntas determinadas.
Los desplazamientos o transiciones entre las pruebas deben estar también
programados, formando parte integrante de la gincana. Si las pruebas se
encuentran a cierta distancia unas de otras o, al menos, están “escondidas”
para que impliquen un esfuerzo de búsqueda adaptado a la edad de los
participantes, el hecho de tener que encontrar la siguiente prueba ya implica
un ejercicio de orientación y un desplazamiento. De hecho, esta es la base del
deporte de orientación en la naturaleza. La propia transición puede convertirse
en una prueba si sugerimos a los alumnos que vayan de la mano formando
figuras humanas, realicen juegos de transporte, golf con pie, etc. Cuando la
gincana se desarrolla en espacios reducidos las transiciones entre pruebas
pierden protagonismo.
No se busca el afán competitivo, sino establecer la competición como un
elemento de atracción y motivación para superar todas las pruebas. Lo habitual
es que compitan todos los grupos contra todos los grupos. También es
frecuente que hagan un recorrido dos grupos a la vez y se enfrentan en cada
prueba o, incluso, que dentro del mismo grupo compitan todos contra todos
cuando ejecuten cada prueba. A pesar de este espíritu agonístico, suele
predominar la cooperación con los compañeros del grupo y hay que asegurar
una experiencia satisfactoria para los que no ganen, evitando la frustración, y
garantizando su continuidad en el juego. La cooperación entre compañeros y
entre diferentes grupos para conseguir un objetivo común también es posible
en las gincanas. Si establecemos premios, es recomendable no olvidarnos de
todos los que hayan participado y optar por los simbólicos; por ejemplo:
“habéis sido nombrados los guardianes del bosque” o “los compañeros tienen
que transportaros por vuestro reino”.

Pistas
Son indicios que nos ayudarán a alcanzar el objetivo de la gincana,
contribuyendo a resolver el enigma o desafío planteado. Suelen ser
proporcionadas al superar las pruebas. Pueden consistir en adivinanzas, o una
letra que formara junto a las que consiga en las demás pruebas una palabra, o
un fragmento de un cuento o de un mapa. Una interesante clasificación de las
pistas la encontramos en Guillén, Plana, y Casterad (1997).

Orden de salida y evolución


El orden de salida pretende asegurar que no coincidan los diferentes grupos en
las pruebas, salvo que nos interese. Tenemos varias opciones:
A) Todos hacen las mismas pruebas:
Si todos los grupos van a la misma de partida lo que habrá será una
aglomeración. Las alternativas son las siguientes:

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A1) Salida sucesiva (contra reloj): los equipos toman la salida de uno en uno,
con un intervalo de tiempo determinado entre ellos. Requiere que planteemos
actividades paralelas para cubrir el tiempo muerto de algunos grupos al inicio y
al final de la gincana.
A2) Salida simultánea siguiendo cada equipo un orden de pruebas diferente
(una secuencia distinta), por lo que comenzarán por pruebas diferentes. En
este caso, debemos asegurarnos de que las secuencias representan una
distribución lógica de las pruebas. También podríamos obligar a volver a un
punto de control tras la superación de cada prueba; en este punto de control
mandaríamos al equipo a la prueba que esté libre en cada momento.
B) Cada equipo hace pruebas diferentes: implica una mayor complejidad en la
organización, ya que tendremos que crear un conjunto de pruebas distinto para
cada grupo. En este caso, podrían salir todos a la vez.

Control del tiempo


Es un desafío en las gincanas, ya que no todos van a tardar lo mismo en
realizar las pruebas y tendremos que prever qué hacemos con los que terminen
antes mientras esperan a los demás o establecer estrategias, como las
siguientes, para reducir las diferencias:
- Tomar decisiones interactivas que se lo pongan más difícil a los que
vayan más adelantados y apoyar a los retrasados, orientándoles o
proporcionándoles más pistas.
- Repartir a los componentes de los primeros equipos que lleguen entre
los últimos equipos, para que les ayuden.
- Propuesta de actividades suplementarias para los primeros.

Documentación participantes
A cada equipo se le entregará una hoja o cuaderno que complemente la
información oral, en caso de que ésta no sea suficiente. Puede ser sustituido
total o parcialmente por paneles ubicados en lugares estratégicos. La
información a proporcionar a los alumnos, sea cual sea el canal elegido,
contemplará los siguientes aspectos:
- Una introducción en la que los metemos dentro de la historia
- Una explicación clara de lo que tienen que hacer, del objetivo, de lo que
se espera de ellos. Por ejemplo, superar unas pruebas para obtener unas
pistas que descifrarán la clave para abrir un tesoro, llevar a Mogly al
poblado o evitar que Blancanieves pruebe la manzana envenenada.
- Normas básicas, referentes al comportamiento y las reglas del juego: ir
en grupo, respetar el orden de las pruebas o no hacer trampas, entre
otras.
- Orden de salida y secuencia de ejecución de las pruebas.
- Descripción de cada una de las pruebas.
- Una representación esquemática en dos dimensiones y a escala del lugar
en el que se desarrolla la gincana facilita la localización de las pruebas y
el recorrido a seguir. Una fotografía aérea, un mapa topográfico o un
simple dibujo que resalte algunos de los elementos más destacados
puede ser suficiente. La interpretación del plano es una de las partes
esenciales del juego. Debe suponer un desafío para los alumnos, por lo

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que no conviene ponerlo muy fácil. En caso de que no señalemos la
ubicación exacta de las pruebas, tendremos que asegurarnos de que la
información complementaria, es suficiente para averiguar dónde se
hallan. Las fotos o dibujos de las zonas en las que se encuentran las
pruebas bastan a veces para localizarlas.
- Las imágenes y dibujos que acompañan el texto complementan y
enriquecen la información, incrementando su atractivo.

Registro de las pruebas


Es necesario llevar un control que certifique que las pruebas han sido
superadas y, si procede, la puntuación acumulada. El procedimiento seguido
dependerá del tipo de pruebas. Esto podemos conseguirlo a través de una hoja
de registro, en la que los alumnos o jueces anoten si la prueba ha sido
superada, la respuesta a las preguntas que les hagamos, la comprobación de
determinados objetos que sólo pueden conseguir cuando superan la prueba, la
solución de un enigma gracias a las pistas conseguidas en las pruebas, etc.

Selección de gincanas
Esta selección tiene la finalidad de complementar el contenido del artículo con
ejemplos que ayuden a los docentes a abordar con éxito la organización de
gincanas, aportando ideas derivadas de experiencias prácticas. Hemos buscado
gincanas con una orientación educativa y adaptadas a la edad escolar, sin
olvidar la presencia del componente motriz que no debe faltar en las
propuestas que desarrollemos en educación física.

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