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Cosas de Niños

Acerca de lo Maravilloso

La forma literaria privilegiada por el niño es el cuento por aquello que, precisamente,
lo individualiza como tal: la acción. Si el mito tiene la sugestión de un contenido religioso
y la leyenda urde la explicación primitiva y fatalista de tantos fenómenos y seres, el cuento
posee una nueva y hasta extraña cualidad que lo hace diferente y, a la vez más rico: la
incredulidad. El cuento, o el cómputo de los hechos - según declara su etimología - permite
la posibilidad casi infinita por parte del lector, de las diversas posiciones que puede tomar
frente a los mismos.
El cuento al que el niño se siente inclinado es aquel que se parece al cuento de raíz y
procedimiento tradicional, el que tuvo origen oral y que, plasmado en la literatura escrita,
conserva los valores emulsionadores que originalmente, le dieron vida, Queda implícita,
pues, la tajante diferencia con el llamado "cuento moderno" que, a partir de Edgar A. Poe,
engrandeció y complicó esta modalidad literaria de forma muy particular.
Sin necesidad de recurrir a un ejemplo concreto, es posible determinar cuáles son las
características que atraen poderosamente al niño, en tanto lector u oyente de este material.
En primer término ubicaríamos esa pervivencia de un aire eminentemente popular, que en
nada deberá confundirse con lo populachero o vulgar. Seguidamente, las formas de ritmos
seriados que, desde el punto de vista de la estructura literaria componen un esquema
infantil. Además, otros recursos atrapantes como son las onomatopeyas, las frases
sentenciosas, lo que asombra sin dejar de ser real y, especialmente, la técnica que
llamaríamos "cerrada" (U. Eco, Obra abierta, Seix Barral, 1985). Siguiendo con la
estructura elemental de toda obra literaria, en el cuento coexisten el narrador, el mundo
narrado y el receptor, u oyente. En este caso en particular, el receptor es un niño para quien
lo más importante no son los acontecimientos narrados, sino la manera en que el narrador
los da a conocer.
Al menos - desde una perspectiva muy general - es evidente que el tradicional cuento
de hadas o de maravilla es el más ajustado para responder a esta apetencia infantil que,
comprobadamente, se repita de siglo en siglo y de país en país.
Nos tomaría mucho tiempo deslindar conceptos acerca de los distintos matices que
plantea la cuestión, de los cuentos de maravilla: si es verdad, como asegura James Barrie
(1860 - 19311) que "cada vez que un niño dice yo no creo en las hadas cae muerta una de
ellas"; o bien, si los siempre presentes en las colecciones de este tipo de literatura, Perrault,
los Grimm, Andersen y otros, deben ser aprobados o rechazados corno lectura para niños; o
también, tratar la polémica reabierta tras la publicación del libro Psicoanálisis de los
cuentos de hadas (1979) del Dr. Bruno Bettelheim entre los psicopedagogos y literatos
especializados; la posibilidad de creación de cuentos como "los de antes" o, más bien, que
suenen en el alma infantil como tantas escenas de Blancanieves o de La Sirenita. El punto
sería que dicha creación literaria puede llevarse a cabo en tanto los autores contemporáneos
-inmersos en el mundo real e inmediato del niño- respeten los paradigmas de los
tradicionales cuentos de maravilla y logren así reiterar la misma magia y atractivo de los
viejos ejemplos del género.
A continuación determinamos los paradigmas que exige un cuento de maravilla y
que, nos importa destacar, algunos escritores argentinos han resuelto satisfactoriamente en
textos actuales.
1 - Personajes que deberán ser pocos y heroicos, aún cuando no realicen
proeza alguna.
2 - Medio o lugar jamás determinado.
3 - Tiempo o época en que transcurre la acción también indeterminado e
indicado desde el comienzo mismo del relato con esas frases del "había una
vez".
4 - Sucesos encadenados que responden a cierta lógica no importando que sean
reiterativos, más bien es necesario. Así mismo, tampoco interesa que la
combinación de los mismos sea demasiado rica o variada. Quizá lo más
importante sea que el encadenamiento esté dado siempre por el héroe, el
protagonista.
5 - Técnica expositiva. Aquí se plantea la posibilidad de mayor
enriquecimiento y originalidad para cada cuento en sí. La tradición exige un
forzado - aunque coherente- encadenamiento de hechos aislados; también
solicita repeticiones para acuciar el interés del niño: la frecuencia de los
llamados "anticipadores" que sostienen la atención ("si abres la puerta ...") y,
como indispensable, la progresión del relato que no admite retrocesos de
ningún tipo.
6 - El principio analógico, tan necesario para el mundo psíquico infantil (si
algunos de los miembros de un hombre crecen, este se convierte en un
gigante piensa un niño).
7 - Los rituales o las fórmulas mágicas, ya sean palabras “abracadabra”, ya
sean números cabalísticos (las siete mujeres de Barba Azul o los tres pelos
del diablo).

Hace algún tiempo, y a partir de la premisa de que el niño debe conocer los
problemas del mundo en que vive - un poco aquello de que, en la actualidad, "un niño
prefiere un traje espacial a un caballito de madera, un cohete a un sombrerito de papel” - ,
el conocido estructuralista italiano U. Eco escribió los "Cuentos del futuro" y la empresa
literaria arrojó resultados desalentadores. Amelia Hanois en un breve artículo, “Hacia
dónde va la literatura infantil"(1969), señaló, ironizando acerca de estos cuentos, que
"desde un punto de vista estructural, se le podría objetar que si los paradigmas son ricos,
sus sintagmas resultan pobres en el flujo de la narración". Y sirva de ejemplo de esa
aseveración el cuento más conocido de Eco, en nuestro país, "Los tres cosmonautas", en el
que renueva de un modo oblicuo la postulación maniqueísta de las antiguas moralejas.

Por lo que concluimos en que, si bien pueden poseerse los elementos teóricos para la
elaboración de un texto literario para niños, como es el caso de los paradigmas
desarrollados anteriormente, lo que verdaderamente importa es, al fin, el talento creador.
Algo que, desgraciadamente, no está al alcance de todos.

María Adelia Díaz Rönner, "Cosas de niños. Acerca de lo Maravilloso" La Capital,


Mar del Plata, domingo 13 de julio de 1 980.

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