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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


CARRERA DE MEDICINA
MEDICINA TROPICAL

Nombre: Belén Jarrín Trujillo


Curso: HEE – 1

COMENTARIO

La juventud, es aquella etapa de la vida en la que todos los seres humanos somos seres idealistas
de un camino, constructores de una vida diferente, y fieles creyentes de la posibilidad de caminar
por vías alternativas a todo lo estructuralmente normado, por lo que esa mezcla de emociones,
ideales, cambios hormonales y de crecimiento, muchas veces nos vuelven rebeldes e irreverentes
dispuestos a evadir el sentido de la responsabilidad en cualquier momento.

Es este último hecho, el que en la mayoría de ocasiones predispone que se presenten diferentes
situaciones en las que nuestra vida se encuentra en riesgo, y más que una falta de control, lo que
nos hace ser impulsivos y asumir riesgos en la juventud es el deseo irrefrenable de aprender cosas
sobre el mundo que nos rodea.

Todos los humanos atravesamos por esta etapa, sin embargo, en algunos casos, esta irreverencia
ha dado lugar a que se presenten hechos catastróficos relacionados con el consumo de sustancias
ilícitas, alcohol o tabaco, que de una u otra forma hoy en día su uso es socialmente aceptado,
normalizado y por tal razón no hay mayor complicación al momento de adquirirlos.

Como mencionan en la lectura, nuestros padres nos aconsejan una y otra vez, sobre cuál debe ser
nuestro comportamiento, pero no toman en cuenta lo que mencioné al inicio del comentario, no
están hablando con personas adultas, con un grado de madurez emocional y psicológica ideal para
ser catalogado como adulto responsable, lo hacen con adolescentes o adultos jóvenes que cursan el
colegio o inician la Universidad y se ven expuestos a enfrentar por sí solos la realidad del mundo
que les rodea, conocen nuevos amigos, quieren socializar e ir a fiestas, conocer personas y
disfrutar la vida bajo los ideales que para esa etapa de su vida consideran adecuados.

Yo considero, que nuestros padres, en lugar de establecer prohibiciones en torno al consumo de


alcohol o tabaco, deberían conversar con nosotros sobre el riesgo y la gran preocupación que les
genera pensar que este tipo de sustancias pongan en riesgo nuestra integridad y vida.
Probablemente, si hubiera una mayor apertura por los padres, que más allá de representar una
figura de autoridad, representen una relación de amistad y confianza con sus hijos, muchos
accidentes de tránsito o estados de embriaguez podrían evitarse. Con esto no quiero eximir la
responsabilidad que tenemos cada uno, con nosotros mismos, pero si quiero enfatizar en el hecho
de que prohibir todas las cosas muchas veces sólo condiciona que las personas busquen la forma
de realizar este tipo de actos de forma ilícita, a escondidas o mientan para poder hacerlo.

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