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EDITORIAL
LO HERMIDA:
TRASFOMX)
DE UJNA TRAGEDIA
Un poblador muerto —Rene Fernando Sara-
vía Arévalo— y siete heridas a hala, más nume-
rosos contusos e intoxicados por los gases lacri-
mógenos, fue el trágico saldo del enfrentamiento
entre pobladores de lo Hermida ("Asalto al cuartel
Moneada", "Lulo Pinochet", "Vietnam heroico"}
y agentes de Investigaciones y Carabineros.
Hasta visitar la población para darse cuenta
de las misérrimas condiciones en que vive esa
pobre gente, Y la lluvia ha transformado esos cam-
pamentos, donde desesperadamente se busca un
pequeño sitio y una mejora, en pantanos de barro
y verdaderos canales que arrastran inmundicias y
am'males podridos. Al dolor silencioso de cada
día viene a sumarse este dolor de muerte, de an-
gustia de balas inciertas, de luces de bengala, de
golpes, empujones y encarcelamiento. Es natural
que la opinión pública se inquiete y espontánea-
mente simpatice con los pobladores, los más dé-
biles, cuya gran mayoría son trabajadores hones-
tos. Pero esta explicable simpatía no debe impe-
dirnos ver los hechos con objetividad y derivar de
ellos, conclusiones más o menos evidentes.
Lo Hermida: escalada de violencia
Mucho se ha escrito y dicho sobre lo aconte-
cido en ¡o Hermida, pero las versiones son tan con-
tradictorias que preferimos atenernos a los hechos
tal como hemos podido reconstituirlos hablando
largamente con ambas partes en pugna. Para no
alargar este Editorial presentamos nuestra versión,
que obviamente no pretende ser infalible, en un
"Signo del Tiempo" de este mismo número.
Resumiendo, diriamos que el trágico saldo del
sábado 5 de agosto —un poblador muerto y siete
heridos a bala, seis detectives heridos de los cuales
dos a bala— no fue producto de una ngresión de
la policía. Más bien éstos se defendieron, cuando
al querer sacar las barreras que impedían el acceso
al campamento "Asalto al Cuartel Moneada", se
vieron rodeados de una gran poblada y atacados
con armas de fuego. No creemos que los poblado-
res como tales hayan sido responsables. Fueron
seguramente engañados por sus dirigentes de id-
traizquierda, muchos de ellos prontuariodos, que
les afirmaron que lo que la policía buscaba ño era
el paradero de un delincuente común —"El To-
bar"— y de especies robadas por el Ejército de
Liberación Nacional (¡ñ de julio) sino el desalo-
jarlos de sus sitios. Esto obviamente exaspera a
todo ser que no posee sino un pequeño rincón para
vivir. Mientras menos se tiene, con más ahinco se
defiende lo único que se posee o cree poseer: unos
metros de sitio, una humilde casa de tablas y fo-
nolita.
Pero seria incompleto comentar lo sucedido
en lo Hermida sin situarlo en un contexto más
amplio. El 20 de julio aparecía en ¡os periódicos
la captura de un grupo de ultraizquierda —Movi-
miento 16 de Julio o Ejército de Liberación Nacio-
nal— que si bien revolucionario anárquico en
su inspiración estaba implicado en una serie de
delitos comunes; robo de dólares a dos ciudadanos
norteamericanos, asalto y robo a la camioneta pa-
gadora de la CORVl cerca del Belloto, asalto y
robo al laboratorio Abbot, al dueño de la casa
Honorato Lauda, al comerciante Cúmel Alie!. Es-
tos "revolucionarios" robaban whisky y autos para
Su consumo particular y vivían con una holgura
propia de la alia burguesía. Pero hay muchos más
liedlos que obligan a reflexionar.
Los primeros días de agosto fue "tomada" la
Gobernación de San Bernardo pasando a ser "re-
henes" los hijos de la gobernadora y funcionarios
de la Gobernación Encabezaban la loma el conoci-
do mirista Víctor Toro y Jorge Nt'tñez Calvo, ¡efe
del Campamento Nueva La Habana, apodado "El
Mickey". El lema justificatorio de la toma: "Pa-
vimento o muerte", era absurdo, ya que el camino
a Los Morros no podía ser pavimentado mientras
no concluyesen las obras de alcantarillado. Los
mirisfas hicieron desde los balcones de la Gober-
nación una elocuente exhibición de bombas mo-
lo tov. Fueron desalojados por 8 funcionarios de
Investigaciones que sorpresivamente entraron por
una ventana. Por los mismos días elementos ex-
tremistas se loman el camino a Puente Alto exi-
giendo que las micros sean pintadas de un solo co-
lor. El 5 de agosto se toman el camino a La Flo-
rida protestando contra un criadero de cerdos.
Se les asegura que se sacará el criadero, pero exi-
gen la presencia del Ministro del Interior. El mis-
mo día, a las 11 de la noche, una explosión en la
casa de Fernando Marcos Arancibia. ex-funciona-
rio de ENAMl ponía al descubierto las intencio-
nes de otro grupo extremista de volar parle de las
instalaciones de la Refinería de cobre de las Venta-
nas. Ocho personas manipulaban un artefacto que
de pronto explotó dejando a varios ciegos y a otros
heridos. El jueves 10 era obstruida la carretera Pa-
namericana Sur por una barrera de neumáticos in-
cendiados. Y podríamos seguir enumerando he-
chos violentos —barreras en Macul. lomas en Cu-
racauñn, etc.— que indican claramente una esca-
lada, una decidida intención de forzar los acon-
tecimientos, de imponer, paralelo al poder insti-
tucional del Gobierno, otro poder: el "revolucio-
nario", el de los "hechos consumados".
Que ésta sea de hecho la posición del MIR o,
por lo menos, de algunos de sus sectores es difí-
cilmente negable. Basta leer Punto Final, sus enco-
nados ataques contra el "reformismo" comunista;
basta leer las propias declaraciones del MIR. A
raíz de la detención de Víctor Toro se emitió un
pronunciamiento del Comité Regional Santiago
que cu su parte final dice:
"Llamamos a los trabajadores a repudiar la política
represiva que esiün realizando sectores del Gobierno.
impulsados por las corrientes reformistas de la UP.
I.lamamos a todos los trabajadores y revolucionarios
a impulsar con más fuerza que nuca todas las mo-
vilizaciones de los trabajadores, lista será la mejor
respuesta a l¡i burocracia y al reformismo" (Mercurio.
5 de agosto),
A raíz de los acontecimientos de lo Hermida
el Secretariado Nacional del MIR entregó una de-
claración en la que, entre otras cosas, se lee lo si-
guiente:
"Más bien todo esto es la persistencia de la política
represiva de sectores reformistas del Gobierno que
sueñan inúlümente con ofrecer garantías de orden
y legalidad al PDC. . . Los caminos están claros. O
se reprime al pueblo para dialogar con el PDC, co-
mo proponen los reformistas de la izquierda o el Go-
bierno se apoya en el pueblo para combatir ul PDC
como exigen los revolucionarios de dentro y fuera
de la UP.. . Todo el pueblo y toda la izquierda deben
exigir sanciones a los culpables y señalarte a los re-
formistas que los pobres del campo y la ciudad re-
chazan loda represión". [Mercurio. 6 de agosto).
En su conferencia de prensa Miguel Enrtquez
declaró:
"Estos hechos se producen porque existen ciertos
sectores en el Gobierno y la UP que difieren de
aquella conclusión que señala que el Gobierno debe
ser un instrumento que apoye plenamente las luch;i<.
de las masas y del pueblo, creando una serie de con-
diciones políticas, enlre ellas el cese temporal de las
rutinas represivas del aparato policial, que permita
la más amplia movilización de los trabajadores de la
ciudad y del campo, la elevación de sus niveles de
conciencia, de organización y de su capacidad de
combate. .. Como las masas se radicalizan cada día
más y adoptan el vumino revolucionario, el PC y
los reformistas en general se han ido aislando de cier-
tas luchas de las masns" [Clarín, 12 de agosto).
Debemos "golpear a la burguesía industrial,
financiera, agraria y al imperialismo, a través de
la movilización directa de masas" (La Tercera de
la Hora, 12 de agosto). "O el Gobierno coloca
el aparato del Estado al servicio del movimiento de
masas o trata de controlar al pueblo y. en este
camino, tendrá que llegar a su represión" (Mercu-
rio, 12 de agosto).
Sintetizando podemos decir que el MIR acusa
al "reformismo" del Gobierno (¿Por qué no al mis-
mo Allende?) de buscar cierto entendimiento con
la DC (es sintomático que la escalada violentista
en gran parte promovida por el MIR haya arre-
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viada desde /'JÍ "conversaciones" tic la UP con la
PC); esto no lo soporta y para impedirlo busca
una movilización directa de las masas; para lograr
este objetivo "revolucionario" exige que el Gobier-
no se abstenga de toda represión policial con res-
pecto ti la ultraizquierda. En otra* palabras, exi-
gen que el Gobierno los deje lomar a ellos la con-
ducción del proceso revolucionario chileno.
i lama la atención que este pequeño grupo
—pensemos en tas elecciones universitarios, in-
cluso en Concepción, y en la CUT— se arrogue el
derecho de conducir a las masas y que concentre
lodos sus energías en atacar al partido popular más
organizado y ele más larga trayectoria auténtica-
mente revolucionaría (PCl. Llama también ¡a
mención el liedlo de que el MIR aparente igno-
rar la secreta complacencia (muchas veces más
desvelada que secreta) con que la extrema derecha
destaca sus desplantes "violentistas" y "anticomu-
nistas". Finalmente el MIR debería preguntarse
por (¡ué cu lodos estos movimientos ultrisias de
izquierda —más o menos vinculados entre sí—
hay lautos extranjeros y de filiación tan dudosa
coma Arturo Hoffman, aparente ¡efe del ELN.
¿Son elementos realmente revolucionarios o más
bien teledirigidos hábilmente por grupos contra-
revolucionarios? En todo caso esto da qué pensar.
Al parecer fueron panameños los cerebros de la
VOP, tristemente célebre por su criminal asesina-
to de Pérez Zujovic. En lo ffermida bahía un
argentino; en las Ventanas, uruguayos. Se han en-
contrado en estos movimientos: guatemaltecos, bra-
sileños, españoles, mejicanos. Inevitablemente sur-
ge Li pregunta ¿par qué tanto extranjero violentista
en un Gobierno popular y revolucionario?
La desunidad popular
Lo grave es que la posición "revolucionaria
directa" del MIR encuentra ecos en la Unidad Po-
pular. Y esto tiene preocupado al Presidente y con
razón.
l-.l jueves 27 de julio se llevó a caho en Con-
cepción una Asamblea popular en la que participa-
ron socialistas,mapucistas, radicales, izquierda cris-
tiana \ MIR. Objetivo clan) de esta asamblea era
descalificar el Parlamento y crear un poder para-
lelo que lo instituyese (Mercurio, 29 de julio).
La Asamblea de Concepción \ue duramente criti-
cado por el PC y posteriormente por el propio Pre-
sidente. Sus palabras publicadas el .?/ de julio / ue-
ron tajantes;
"Rechazo cualquier intento de diseñar tácticas pa-
ralelas, csptinusneístns, so pretexto de quer personas o
grupos se sientan depositarios di: lu verdad y persts
tan en su ¡ífiin de desviar la marcha del pueblo para
colocarlo frcnle a riesgOB en los cuales la vid» de
hombres, mujeres y jóvenes csia innecesariamente ex-
puesta"... "Nuda mejor para evi láctica del enemigo,
que las manifestaciones divisionistas que alientan per-
sonas o grupos dentro de la Unidad Popular"... "En
la provincia de Concepción so ha producido por se-
gunda vez en tres meses un fenómeno de tendencia
divisionista que atenía contra la homoyendad del mo-
vimiento de lu Unidad Popular, No vacilo en califi-
cario como un proceso deformado que sirve a los ene
mijos de la causa revolucionaria". . . "He dicho que
en Chile no hay enfrcniamíento de Poderes y que el
Poder Ejecutivo encara un conflicto político creado
por Iti^ que desde otros Poderes del lisiado sobrepa-
san MIS competencias, desconociendo la Constitución
p.iiii imposibilitar nuestra misión histórica". . . "Nues-
tro groo objetivo es conquistar el Congreso en 1973.
Las palabras del Presidente, repelidas en Val-
paraíso, tuvieron rápido eco en el PC, en el
Maptt. API y PR pero no así en el PS ni en la
Izquierda Cristiana. Pese a sus declaraciones ofi-
ciales de que el "pilar fundamental" de la UP
descansa en la unidad socialista-comunista, el PS.
da la impresión de jugar a dos bandas. La Asam-
blea de Concepción contó con la aprobación de
la comisión política del PS y fue más bien de-
fendida por éste. Recuérdense al respecto las de-
claraciones del secretario regional del PS de
Concepción, Prof. Rafael Merino (Mercurio. 4 de
agosto). También ha sido más que ambigua la po-
sición del PS frente a los sucesos de Lo Hermidu
en la que curiosamente descarga de toda respon-
sabilidad al Ministro del Interior y acusa al Sub-
secretario, Daniel Vergara y al Director (PS) de
Investigaciones. Tampoco dejan de extrañar los
muchos miembros del PS implicados en los mo-
vimientos de uitraizquierdu.
Razón tiene, por consiguiente, el Presidente al
demostrar su alarma frente al divisionismo de lu
UP. ya que se trata de una división disimulada
pero real que puede afectar profundamente el pro-
ceso revolucionario chileno.
Hasiii ahora el ¡'residente ha demostrado cla-
ramente su intención <lc llevar el tránsito al so-
cial'suh' dentro ¡le! canee institucional. En esto es
secundado abiertamente por el PC que propicia
esta posición desde hace anos teniendo en cuenta
la situación concreta de Chile y tas características
propias del Estado chileno concreto que no nece-
sariamente impide un proceso de socialismo au-
téntico. El MIR ciertamente, y al parecer oíros
vectores de la UP no piensan de la misma manera
y creen que el régimen institucional chileno hace
imposible una verdadera revolución. Propician por
lo mismo un poder revolucionario paralelo ai po-
der institucional y exigen que el Gobierno permita
este poder revolucionario directo.
Como lo muestra Joan E. (¡unes (Revolución.
Congreso y Constitución. Quimantú, 1972) cs-
le problema no es de ahora. Y el autor critica agu-
damente la tesis de J. C. M. í Punió Final, 18
de enero de 1972): "La vía chilena hacia el gol-
pe. . . es tamo o más expedita que la vid chilena
hacia el socialismo"- Esta tesis ultrista considera
ia institucionalidad chilena no "concretamente"
sino "iikalistamente". en sentido Hcgetiano. De
aquí, su error —según el autor de la obra citada—
que puede significar un derramamiento de sangre
costoso y estéril. Lo que el adversaría del socia-
lismo espera es precisamente que el régimen se
salga de la Constitución; busca el enfrentamiento.
Cederle la "legalidad" es un absurdo. El Estado
"concreto" de Chile hoy no es obstáculo insupe-
rable para lograr un régimen verdaderamente so-
cialista. El esfuerzo ha de hacerse, por tanto, den-
tro de los cauces de la legalidad. El autor muestra
claramente que "el caso Tohá" no fue una derrota
sino un triunfo del Gobierno de Allende desde el
punto de vista constitucional.
Como declaran ¡as Juventudes Comunistas es-
tamos en una "alternativa". El Presidente tiene
que elegir el camino en forma clara, como lo ha
hecho hasta ahora, por lo menos en sus declaracio-
nes, pero no puede quedarse en la ambigüedad. O
se busca el socialismo por vía legal y democrática.O
se lo busca saliéndose de ¡a ley y desafiando las
consecuencias.
La UP tiene también que darse cuenta del
profundo significado de esta alternativa y tiene
también que comprender que no sólo la debilita
seriamente el divisionismo interno sino el divisio-
nismo liada afuera, es decir, pretender marginar
radicalmente a sectores políticos que, aunque no
marxistas, buscan sinceramente un socialismo de-
mocrático y de verdadera participación popular.
Y un último punto. Somos cristianos y obvia-
mente todo lo que se dice en nombre de! cristia-
nismo nos toca. Por lo mismo no podemos silen-
ciar nuestro desacuerdo respecto a la declaración
del "Secretariado Nacional Cristianos por el So-
cialismo" que ha sido publicada en algunos perió-
dicos
En esa declaración —junio con lamentar la
desgracia acaecida en Lo Henuida. en lo que ló-
gicamente concordamos— se loma una definida
postura política: rechazo de lodo acercamiento de
la UP y de la DC. No les negamos el derecho de
asumir posiciones políticas —también las asumi-
mos nosotros— con tal que esto no se haga en
nombre del cristianismo. Además nos parece que
su posición conlleva un divisionismo no sólo hacia
afuera de la UP sino también dentro. Defendiendo
tan idílicamente n los pobladores, y quizás sin que-
rerlo también a sus dirigentes: Raúl, Mickey, etc.,
están indirectamente patrocinando la tesis de los
"territorios libres", de la acción directa, lo que nos
parece, políticamente hablando, una posición in-
genua y peligrosa.
Hay otro punto que quisiéramos destacar- Se
habla en dicha declaración de "la versión menti-
rosa de los hechos con la cual se ha buscado en-
gañar ai pueblo". ¿Dónde están las mentiras'.'
Creemos sinceramente, después de numerosos con-
tactos personales y de visitar toda ¡a población
Lo Hermida, que la versión oficial no es mentirosa
sino que se ajusta fundamentalmente a la verdad
de lo que sucedió. Sentimos que la gente del Se-
cretariado no haya hecho ningún intento de ha-
blar con Investigaciones y Carabineros. No se
puede excluir a priori a una de las partes en li-
tigio. No nos parece serio este procedimiento.
Algunos quizás se extrañarán de que "cristia-
nas" disientan entre sí. Pero frente a sucesos tan
confusos ¿podemosestar lodos de acuerdo'.' Las me-
tas pueden ser muy similares pero los caminí >s
que a ellas conducen pueden ser múltiples. Lo im-
portante es que todos busquemos sinceramente la
verdad.
15 agosto I'J72.
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