Está en la página 1de 5

Universidad de la Cuenca del Plata

Facultad de Psicología, Educación y Relaciones Humanas


Cátedra: Psicopatología
Profesora: Peña, Rocío
Alumnos: Bertinat, Pablo,
Flores, Gisela
Hortt, Leonardo
Wiens M., Anabel
Zacarías B., Enzo
Guía de preguntas: Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci

1. ¿Cómo describe Freud a Leonardo da Vinci y su método de trabajo?

Lo describe como poliforme, con múltiples intereses en tanto sus límites solo
podemos sospechar. Siendo influyente en la pintura de la época, más sus aportes como
investigador solo fueron tenidos cuenta en la época moderna, reconociendo su grandeza como
investigador.
No pertenecía al tipo de hombres geniales poco favorecidos que rehúyen del trato
social negando todo valor a las formas exteriores de la vida, al contrario era esbelto, de rostro
bello y fuerza nada común, encantador en su trato, elocuente, alegre y afable. Gustaba de
rodearse de cosas bellas, adornándose con magníficos trajes, estimando todo el refinamiento
de la vida.
Podemos dar cuenta de cómo la faceta del investigador desplaza a la del artista,
momento en que Leonardo llego a no agarrar los pinceles, dejando inacabadas en su mayor
parte las obras que emprendía y sin que le preocuparan los destinos ulteriores. Muchos de los
cuadros de da Vinci no se hallaban tan inacabados como el propio artista esperaba, ya que
para el común de la gente eso ya era una gran obra de arte. Leonardo concebía una aguda
perfección que luego no lograba encontrar en sus obras. Trabajando de manera lenta y
encontrando en él una extraordinaria profundidad y riqueza de posibilidades, siendo un
hombre con altísimas aspiraciones apenas realizables.

2. a. ¿Qué refiere Freud en relación al instinto de investigación?


Freud refiere que la investigación recae sobre el problema del origen de los niños,
como si el sujeto infantil buscase el medio para evitar este acontecimiento. El niño rehúsa
creer los datos que le suelen ser proporcionados y este acto de incredulidad inicia su
independencia intelectual y a veces su oposición al adulto. En adelante, investiga por sus
propios medios, adivina la residencia del niño en el seno materno, teoriza sobre el origen de
los niños, atribuyéndolo a los alimentos ingeridos por la madre y suponiendo que son paridos
por el ano, y sobre la intervención del padre, que encuentra difícil de fijar, y sospecha ya la
existencia del coito, que se le muestra como un acto violento y hostil. Pero como su propia
constitución sexual no es apta aún para la procreación, su investigación del origen de los
niños tiene que fracasar necesariamente y ser abandonada con el convencimiento de que
nunca conducirá a la solución deseada.

b. Ante el proceso de represión. ¿Cuáles son los tres destinos posibles para este periodo
de investigación infantil?
La investigación puede, en primer lugar, compartir la suerte de la sexualidad, y
entonces queda coartado el deseo de saber y limitada la libre actividad de la inteligencia,
quizá para toda la vida, tanto más cuanto que poco tiempo después queda establecida por la
educación la intensa coerción religiosa del pensamiento. Es éste el tipo de la coerción
neurótica. Comprendemos muy bien que la debilidad intelectual así adquirida favorece
considerablemente la aparición de la neurosis.
En un segundo tipo, el desarrollo intelectual resiste la represión sexual que sobre él
actúa. Algún tiempo después del fracaso de la investigación sexual infantil, la inteligencia,
robustecida ya, fortalecida, recuerda su anterior conexión y ofrece su ayuda para eludir la
represión sexual, y la investigación sexual reprimida retorna desde lo inconsciente en forma
de obsesión investigadora, disfrazada y coartada, pero lo bastante poderosa como para
sexualizar el pensamiento mismo y acentuar las operaciones intelectuales con el placer y la
angustia de los procesos propiamente sexuales. La investigación se convierte aquí en
actividad sexual. El sentimiento de la sublimación en ideas y la claridad intelectual se
sustituyen por la satisfacción sexual. Pero el imperfecto carácter de la investigación retorna
también en la imposibilidad de llegar a conclusión ninguna, y el sentimiento intelectual
buscado, el de alcanzar una solución, va alejándose cada vez más.
El tercer tipo elude tanto la coerción del pensamiento como la obsesión intelectual
neurótica. La represión sexual tiene también efecto en este caso, pero no consigue transferir a
lo inconsciente un instinto parcial del deseo sexual. Por el contrario, la libido escapa a la
represión, sublimándose desde un principio en ansia de saber e incrementando el instinto de
investigación. También aquí llega a hacerse obsesiva la investigación y a constituir un
sustitutivo de la actividad sexual; mas por efecto de la completa diferencia de los procesos
psíquicos desarrollados (la sublimación en lugar del retorno desde lo inconsciente) faltan el
carácter neurótico y la adherencia a los complejos primitivos de la investigación sexual
infantil, y el instinto puede actuar libremente al servicio del interés intelectual, atendiendo
simultáneamente a la represión sexual con la evitación de todo tema de sexual en sí.

3. Relate el recuerdo infantil.


Leonardo da Vinci en sus apuntaciones científicas, en un lugar en el que trata del
vuelo de los buitres se interrumpe de repente para seguir un recuerdo de sus más tempranos
años infantiles que surge en su memoria:
«Parece como si me hallara predestinado a ocuparme tan ampliamente del buitre, pues uno de
los primeros recuerdos de mi infancia es el de que, hallándome en la cuna, se me acercó uno
de estos animales, me abrió la boca con su cola y me golpeó con ella, repetidamente, entre los
labios.»

4. ¿Qué refiere Freud en relación a los recuerdos encubridores?


Freud refiere que los recuerdos encubridores son fantasías ulteriores transferidas a la
niñez. Los recuerdos infantiles de los hombres no poseen a veces otro origen. En lugar de
reproducirse tal cual a partir del momento en que quedan impresos, como sucede con los
recuerdos conscientes de la edad adulta, son evocados al cabo de mucho tiempo, cuando la
infancia ha pasado ya, y aparecen entonces deformados, falseados y puestos al servicio de
tendencias ulteriores, de manera que no resultan estrictamente diferenciables de las fantasías.

5. ¿Cómo interpreta Freud el recuerdo?


Freud dirá que detrás de esta fantasía no se esconde otra cosa que una reminiscencia
del acto de mamar del seno materno o de ser amamantado por la madre. Someterá a
psicoanálisis esta fantasía del buitre para conocer su persona. El fin de este es conocer el
motivo de la represión sexual de Leonardo y su actividad artística.
El suceso del buitre está relacionado a la época de su lactancia, por el goce que
conlleva tomar del pecho de la madre durante los primeros años de vida. A su vez la madre se
encontrara sustituida por el buitre presente en la fantasía. Freud supone que Da Vinci se
inspiró en los egipcios, ya que para ellos el buitre representa la divinidad materna. El ave
representaba el símbolo de la maternidad por la creencia de que solo existen buitres hembras
y que esta especie de aves carece de machos, por lo que no los necesitan para su
reproducción.
Freud dirá que el ilegitimo nacimiento constituye el punto de partida de la fantasía, ya
que solo dicha circunstancia podía llevarle a compararse con las crías de los buitres.
De esa manera es cómo surgió un recuerdo que fue transformado en la fantasía del
buitre, ya que Leonardo tuvo una madre que le aporto mucho cariño durante sus primeros
años de vida, sin embargo eso no fue suficiente, él se sentía solo y abandonado por la falta de
su padre.
Dicha interpretación de la fantasía del buitre concuerda perfectamente con el hecho
de que Leonardo permaneciera por lo menos tres años o quizá cinco años cerca de su madre,
quien estaba sola y abandonada y que luego se mudara con su padre y con su nueva madre.
Sin embargo ya será tarde, ya que los tres primeros años del niño son esenciales, donde
ciertas vivencias quedan fijadas y se establecen las reacciones ante el mundo exterior, que no
pueden ser despojadas ya de su importancia y sentido por ningún suceso posterior.

6. ¿Qué refiere Freud en relación a la homosexualidad de Leonardo da Vinci?


Antes de comenzar a referirse específicamente a la homosexualidad de Leonardo,
Freud afirma que ciertas reflexiones justifican la afirmación que aquel hombre homosexual
permanece fijado en lo inconsciente a la imagen mnémica de su madre. La represión de este
amor hacia la madre le hace conservar de un modo perdurable en su inconsciente este mismo
amor, al que permanecerá fiel más adelante.
Ahora bien, y refiriéndose ya a Da Vinci en particular, Freud afirma que el artista se
mostraba como un hombre de actividad y necesidades sexuales en extremo reducidas, cual si
una aspiración más elevada le hubiera sustraído a la general necesidad animal de los
hombres. En este sentido podemos tomar la afirmación anterior, acerca de que “permanecerá
fiel más adelante” (refiriéndose a la madre), y como en ciertos casos de homosexualidad, para
el psicoanálisis de lo que se trata es de un permanecer fiel a la madre, resignando así sus
relaciones de carácter sexual.
Freud admite que en Leonardo podemos hallar huellas de actividad sexual no
transformada, y que ya estas nos orientan en una dirección que nos permiten contarlo entre
los homosexuales, como ser su manejo con sus discípulos, a los que admitía siendo niños o
adolescentes y siempre de singular belleza, y los trataba bondadosamente, asistiéndolos
cuando enfermaban, como si él representase una madre para ellos. Freud admite que podría
objetarse que nada del orden sexual juega un papel allí, pero alega que dicha hipótesis aclara
algunos rasgos de la conducta de Da Vinci, como por ejemplo el diario o libro de notas, en el
que escribía de izquierda a derecha sus apuntaciones íntimas.
En dicho diario, se refieren muchas veces pequeños gastos del maestro, que muestran
una minuciosa escrupulosidad, pareciendo provenir de un severo padre de familia. Aunque
faltaba toda indicación que pruebe que el artista era un hombre económico y cuidadoso de su
dinero. Varias de las anotaciones de ésta índole, son referidas hacia las compras de
vestimentas para sus discípulos, algo que Freud retomará luego.
Freud retoma al poeta Merezhkovsky, quién afirma que una de estas anotaciones de
Leonardo, referidas al entierro de alguien llamada Catalina, no hace referencia más que a la
madre del propio artista, quien fue a visitarlo a Milán en 1493, habiendo enfermado durante
su estancia, y muriendo luego de un tiempo.
En este sentido Freud retoma todas estas anotaciones referidas a los gastos, realizadas
en el diario de Da Vinci, admitiendo que presentan una extrema coincidencia con los
procesos de la neurosis obsesiva. Según Freud, Leonardo en su inconsciente se hallaba ligado
aun a su madre, por una inclinación de matiz erótico. Y la energía represora ulterior de este
amor infantil, no permitió que le fuera erigido en el diario un digno monumento
conmemorativo. El resultado de este conflicto neurótico tenía que hallar exteriorización y de
este modo quedó anotada la cuenta.
Ahora bien, admite Freud que aplicar esto a las notas análogas a los gastos de los
discípulos no sería muy arriesgado. Puesto que así las cuentas pasarían a constituir una
exteriorización obsesiva y deformada de los escasos restos de sentimientos libidinosos. Su
madre y sus discípulos habrían sido sus objetos sexuales, y la obsesión de anotar
minuciosamente los gastos por ellos ocasionados, constituiría la singular revelación de estos
conflictos rudimentarios.
La aparición de la situación homosexual en su fantasía del buitre, se nos haría
entonces comprensible, y su traducción sería la siguiente: Por mi relación erótica con
respecto a mi madre he llegado a ser un homosexual.

7. ¿Qué refiere Freud en relación al padre de Leonardo?


Freud refiere en relación al padre de Leonardo, que este desempeñó en el desarrollo
psicosexual de su hijo, un papel importantísimo, y no solamente negativo, por su ausencia
durante los primeros años infantiles del mismo, sino también directo e inmediato, por su
ulterior presencia. Las identificaciones que Leonardo pudo tener de su padre, excedían del
carácter sexual propio de la niñez: copiaba e intentaba superar a su padre; tras conocerlo, al
comenzar una actividad pictórica cesaba en el acto de ocuparse de ella, como su padre lo
había hecho con él; la rebelión contra este constituyó su rendimiento infantil como
investigador. La falta del padre en la infancia de Leonardo, fue una de las causas que le
permitió aprender a prescindir de él. La autoridad no le era necesaria, ya que había aprendido
a sobrevivir sin ella, lo que se ve manifestado en la calidad atrevida e independiente de su
ulterior investigación científica.

También podría gustarte