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Alex Balada Carrasco

Ficha: 2
Autor: Sigmund Freud.
Título: Algunas consecuencias Psíquicas de la diferencia físicas de los sexos. En
Obras completas, Tomo XIX.
Editorial: Amorrortu Editores.
Traducción: José L. Etcheverry, directa del Aleman. 1979
Año: 1925
Ciudad de publicación: Original:Viena; Versión traducida: Buenos Aires
Tesis: Existen consecuencias psíquicas producto de las diferencias de los sexos,
fundamentalmente con la presencia o ausencia de pene.
Tesis Secundarias: Existe más de un camino posible en la constitución del aparato
psíquico.

Todo lo expuesto en este artículo de Freud está basado en muestras pequeñas de


datos, por lo que no se sabe si estas dilucidaciones son de carácter universal o una
de las tantas posibles en el desarrollo del psiquismo humano en sus primeras fases.

Por lo general, se ha tomado al varón como sujeto de estudio en la re-construcción


de la sexualidad Infantil y las consecuencias de estás en la conformación del
aparato psíquico del ser humano. Debido a lo anterior, y en un primer momento, se
ha tomado como supuesto que el desarrollo de la niña sería análogo con pequeñas
variaciones.

En el complejo de Edípo, que ocurre en la fase fálica, el varón conserva su objeto


investido libidinalmente de las etapas pre-edípicas, creándose la disposición
triangular con la rivalidad hacia el padre que se presenta como obstáculo ante él
objeto de amor, la madre. Aunque debido a la disposición bisexual, el varón puede
sustituir a la madre por el padre como objeto.
El complejo de Edípo en el varón requiere la emergencia del complejo de castración
producto de la sofocación violenta del onanismo por parte de las personas
encargadas de la crianza del varoncito (Freud, 1925).
Alex Balada Carrasco

De lo que acontece en el pre-Edípo es aun confuso, aunque se sabe que hay una
“identificación de naturaleza tierna con el padre, de la que todavía está ausente el
sentido de rivalidad hacia la madre” (Freud, 1925, p. 269). Y espiar a los padres a
través de la audición durante la realización de sus encuentros sexuales podría ser
la primera piedra para todo el desarrollo sexual.

Ante la exposición de los genitales del sexo opuesto, el niño y la niña reaccionan de
diferentes maneras. Por un lado, la niña, al ver el pene de un niño, lo reconoce como
órgano superior al suyo, el clítoris, y “En el acto se forma su juicio y su decisión. Ha
visto eso, sabe que no lo tiene y quiere tenerlo” (Freud, 1925, p. 271). Ergo, cae
víctima de la envidia del pene.
Por otro lado, el niño, en un primer momento, al ver el cuerpo desnudo de la niña
no ve nada, incluyendo la ausencia de pene; y si nota la ausencia, la desmiente con
las fantasías sexuales infantiles, como que tiene uno pequeñito y ya le va a crecer.
Es más tarde, con la emergencia del complejo de castración que la visión de la
ausencia le cobra un nuevo sentido: Ella también lo tenía y lo perdió: Fue víctima
de la castración. Este punto, en un futuro, marcará su relación con la mujer, nos
dice Freud (1925): “Horror frente a la criatura mutilada, o menosprecio triunfalista
hacia ella”

En la niña, con el descubrimiento del pene, y producto de la envidia del mismo,


afloran múltiples consecuencias:
1)El complejo de masculinidad puede tomar dos caminos, continuar deseando
poseer el pene o desmentir la ausencia, es decir, está convencida que posee un
pene y actúa como si fuese un varón (Freud, 1925). Lo que puede devenir en
psicosis.
Una vez aceptado la ausencia de pene, la niña comparte con el varón el
menosprecio por el sexo mutilado.
Alex Balada Carrasco

2) Aun así, la envidia del pene desplaza su objeto inicial y derivan sus celos en un
niño que debe ser golpeado. Una fantasía onanista que culmina con la
representación de su propio clítoris en el niño golpeado. Esta consecuencia de la
envidia del pene está incerta en la fase fálica de su desarrollo psicosexual

3) Se culpa a la madre por la falta de pene, por su culpa llegó a este mundo sin
pene. También emergen celos a otro niño que la madre prefiere y que le otorgo el
pene.

4) La remoción de la sexualidad clitorídea, sexualidad masculina, con posterior


renuncia al onanismo, como acto simbólico de la renuncia de la competencia con el
varón por el falo, renuncia a la masculinidad y elige el camino de la feminidad. La
niña resigna el deseo del pene, trasladando su libido hacia el deseo de un hijo.
De esta manera “toma al padre como objeto de amor, la madre se convierte en rival
y la niña deviene una pequeña mujer” (Freud, 1925, p.274).
No obstante, esta ligazón-padre puede convertirse en fijación-padre, volviendo al
complejo de masculinidad, fijándose a él.

El camino de la constitución psíquica en varón y la niña, por tanto, siguen caminos


diferentes y algunos tramos permanecen más nebulosos a nuestra comprensión,
como la fase pre-Edípica en el niño, o la Salida del complejo de Edipo en la niña.
El camino, en el verano sería: Pre-Edipo, Complejo de Edipo, Complejo de
Castración y Salida del Complejo de Edipo.
En la niña el camino se presenta como pre-Edipo, Complejo de Castración,
Complejo de Edipo y salida del complejo de Edipo.
Alex Balada Carrasco

Discusión con otros autores: Freud acuña el termino de Complejo de


Masculinidad de Van Ophuijsen, psicoanalista holandés.
Sus discípulos, Abraham, Horney y Helena Deutsch abordan los temas del complejo
de masculinidad y complejo de castración en la mujer complementando el presente
artículo.

Contexto histórico: Europa, para el año 1925, Europa experimentaba una suerte
de periodo de latencia entre la primera guerra mundial, finalizada en 1918, y la
segunda guerra mundial, que comenzaría en 1939.
Freud vivía en una Viena victoriana donde la mujer, producto del machismo
imperante, era reprimida.
Alex Balada Carrasco

Referencias
Freud, S. (1979). Obras completas Vol XIX. Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias
físicas de los sexos. Viena: Amorrortu editores.

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