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PLATÓN

FILEBO
Colección PLATÓN
Griegos y Latinos

FILEBO

Introducción, traducción y notas de


MARcELO BoERJ

Editorial Losada
Introducción
Platón
Filebo. - 1' ed. - Buenos Aires: Losada, 2010. - 368 p.;
21 x 14 cm. - (Griegos y Latinos)

Traducción de: Marcelo Boeri


ISBN 978-950-03-9791-9

l. Filosofía Griega Clásica. l. Marcelo Boeri, trad.


11. Título l. El problema del placer en la filosofía moral de Platón
CDD 180 y el tema del Filebo

El Filebo es probablemente el último diálogo en el que


Platón discute con tanto detalle, énfasis e interés la posibi­
lidad de incluir el placer (hedone) en la vida buena. Como
prácticamente todos los diálogos platónicos, el Filebo lleva
Asesor de colección:
Pablo lngberg un subtítulo que, seguramente, no proviene de Platón mis­
mo, sino de los gramáticos alejandrinos: "sobre el placer,
Título original griego: [género] ético".' Pero como sucede con casi todos los diá­
é!Jí:\r¡Pos
logos platónicos, ese subtítulo sólo hace referencia a uno
l' edición: noviembre de 2012 de los varios temas que discute el diálogo. No obstante eso,
querría detenerme brevemente en la aparente relevancia que,
© Editorial Losada, S. A. desde los primeros diálogos hasta la vejez (en el supuesto de
Moreno 3362
Buenos Aires, 2010
1 Diógenes Laercio, Ill.58. Véase Diés (1959, p. xc1). El Filebo fue
objeto de múltiples comentarios y referencias ya en la Antigüedad. El
Traducción: Marcelo Boeri comentario más completo de aquel entonces es el de Damascio (Comen­
Tapa: Producción editorial tario al Filebo de Platón). Plotino hace varias referencias al Filebo (véase
Interiores: Taller del sur Jll.5.8.8, IV.3.6.34, VI.7.25.2). También Porfirio comenta algunas líneas
del diálogo: "... desde lo que está en el Filebo, donde claramente dice [Pla­
ISBN 978-950-03-9791-9 tón] que todas las cosas existen a partir del límite y de la ilimitación, y
que el dios preexiste como una sola causa de esos mismos principios, co-
Depósito Legal: AS 03447-2012 1no si se tratara de un solo principio y de muchos, y que estos [principios]
Qyeda becho el depósito que marca la ley 11.723 se subordinan a uno solo" (Comentarios alTimeo dePlatón, frag. 51.70-3).
Libro de edición argentina Porfirio está pensando en Filebo, 23c9-10 ("el dios mostró lo ilimitado y
Impreso en España Printed in Spain
-
el límite de las cosas que son"), y parece sugerir la interpretación de que
la causa de la mezcla es el demiurgo (véase Filebo, 27b). Véase también
Alejandro de Afrodisia, Comentarios allibro VIII de los Tópicos de Aristóte­
Impreso en el mes de noviembre de 2012 en Sagrafic. S.L., les, 297.1-12, donde cita e interpreta -aristotélicamente- Filebo, 12d (véase
Plaza Urquinaona, 14, 7° 3'. - 08010 Barcelona, España. también, 533.1-5).

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que el Filebo pertenezca al último período de la producción
literaria y filosófica de Platón, junto al Parménides, el Político, platonismo; eso es así (i) porque el enfoque del Fedón no es
el Teeteto, el Sofista, el Timeo y las Leyes), 2 tuvo el tema del la única palabra de Platón respecto del lugar del placer en la
placer en las discusiones platónicas de la vida buena. Creo, vida buena, (ii) porque parece haber un creciente interés en
en efecto, que es posible argumentar que Platón, desde sus los diálogos platónicos por integrar el placer a la vida buena
primeros diálogos, estuvo comprometido a dar al placer un y (iii) porque pueden entenderse muchos pasajes del Fedón
papel en la vida buena. Si esta sugerencia parece demasiado en un sentido no ascético.3
exagerada, podría reformulársela de un modo más débil de Al menos desde el Go rgias y el Protágoras Platón parece
la siguiente manera: Platón siempre sospechó que el placer haberse sentido particularmente comprometido a darle un
debía tener un sitio en la vida buena. Hay una interpretación lugar al placer en la vida buena.4 Aunque en el Go rgias re­
de Platón, probablemente inspirada en el Fedón, que lo aso­ chaza vigorosamente la identificación de Calicles entre pla­
cia a posiciones ascéticas en las que el placer parece no tener cer y bien, la discusión es útil para establecer que no todos
ningún lugar; tal vez ese enfoque, además de estar inspira­ los placeres son iguales en cuanto a su especie o clase, ya que
do en una cierta lectura del Fedón, constituye, mucho más algunos de ellos son buenos y otros malos (tón hedonón ho­
simplemente, una visión trivial del platonismo. Esa "lectura poiai agathai kai kakaí, 495al-2). En un texto probablemente
ascética" del platonismo puede estar inspirada, como sugie­ temprano como el Go rgias, Platón ya visualiza la tesis de las
ro, en ciertos pasajes del Fedón en los que Platón recomienda especies deplacer, un enfoque que sin duda es relevante en la
"deshacerse del cuerpo en la medida de lo posible" (65c7-8; discusión que el personaje Sócrates mantiene con Protarco
véase también 66b-d), de modo que éste no interfiera ne­ en las primeras páginas del Filebo (véase 12d-13d). En la úl­
gativamente en la captación de lo real (las Formas o Ideas), tima sección del Gorgias aparece una poderosa batería de
que es un modo de decir que durante su vida el filósofo argumentos en contra del hedonismo burdo de Calicles; al
no hace más que ejercitarse en la separación y liberación menos algunos aspectos de los argumentos del personaje
del alma respecto del cuerpo, siempre que le sea posible de­ Sócrates en el Go rgias en contra del hedonismo burdo de
sechar los deseos y placeres corpóreos (64d-65a; véase tam­ Calicles reaparecen en el Filebo . Hay dos argumentos en el
bién 83b-c y 98d-e). También he sugerido que esa lectura Go rgias en contra del hedonismo burdo que conviene re­
ascética de Platón puede constituir una trivialización del cordar aquí. Aunque es probable que al menos uno de ellos

2 Hay un acuerdo general en pensar que el Filebo también pertenece O, como propone Bossi (2008, pp. 169�71), de una manera "anti­
a este grupo de obras tardías. A favor de una datación más temprana está puritana".
Waterfield (1980, pp. 270-305; según él, ninguno de los cuatro posibles 4 Esto dicho así es, en un sentido, potencialmente confuso porque
medios de datación -crítica literaria, referencia a otros diálogos, estilo­ Platón cree que la vida mixta (que es la que supera a la vida de puro pla­
metría, consideraciones doctrinales- nos proporciona una prueba incon­ cer sensual y a la de pura inteligencia en la competencia por el bien) está
trovertible de que el Filebo es tardío; véase p. 271 ss.), una sugerencia que dotada de placeres puros y verdaderos y, por tanto, es placentera. Formu­
en general no ha sido aceptada (véase Lisi, 1995, p. 65, n. 2). Entre los lo el problema de esa manera del mismo modo en que lo hace Platón al
estudiosos que he consultado, el único que ha aceptado la sugerencia de comienzo del Filebo, cuando enuncia las dos tesis contrastan�es: el placer
Waterfield es Frede (1985, p. 153, n. 4), quien cree que hay razones para y el goce (sensual), por un lado, y el conocimiento y la inteligencia, por
pensar que el Filebo está próximo al Banquete y su heraclitismo. el otro.

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-el argumento (ii)- sea ad hominem, ambos siguen la misma Polo, pero que eso no debería ocurrir con Calicles, pues éste
lógica y pueden dar lugar a una consecuencia absurda, ge­ es andreíos, "valiente", o tal vez mejor "viril" o "masculino".
nerada por el enunciado hedonista categórico y sin ninguna Como se verá enseguida, ése es probablemente el signifi­
matización. Dicha consecuencia absurda es que la satisfac­ cado de andrdos en el contexto (un significado completa­
ción del deseo a como dé lugar puede generar un dolor, lo mente plausible de la palabra) para que el argumento sea
cual probaría que no todo placer involucra un bien o es el efectivo. Teniendo como trasfondo la tesis de Calicles sobre
bien. La tesis hedonista, defendida por Calicles y que da lu­ la feliddad humana, Sócrates repregunta valiéndose ahora
gar a los argumentos (i) y (ii), es que, cuando uno tiene todo de Qn ejemplo extremo: si ser feliz es satisfacer y disfrutar
tipo de deseos o apetitos (epithymíaz) vive feliz si es capaz de de los deseos a como dé lugar, ¿qué sucede con la vida de los
satisfacerlos y de disfrutar de ellos (Gorgias, 494c2-3). Dicho prostitµtos? (bo tó11 kinaídon bíos); (no es ésta una vida terri­
de otra manera, ser feliz es ser capaz de satisfacer (o "reple­ ble, vergonzosa y miserable? (494el-6). Ni siquiera Calicles
tar", pleroun) y disfrutar los deseos apetitivos. (o sobre todo él que antes ha admitido que es andreíos) sería
A rgumento (i): si ser feliz es satisfacer y disfrutar de los 9<1paz de admitir que se trata de una vida feliz.5 El pasaje es
deseos, cuando uno tiene una picazón y se rasca, debe ser m\lY intenso y el argumento es, probablemente, adhominem,
feliz. A lo cual responde Calicles con cierta indignación: pero, una ve¡o más, opera con la misma lógica: no todo pla­
"i Qpé absurdo eres, Sócrates, simplemente un orador po­ cer implica necesariamente un bien o, dicho de otro modo,
pular!" (Gorgias, 494dl). El ejemplo es absurdo y probable­ hay d�seos o apetitos cuya satisfacción implica dolor. De
mente también el argumento, pero lo que Sócrates quiere donde se sigue que el placer sin más no puede ser el bien; de
mostrar es que la consecuencia de que si uno se rasca cuan­ aquí Platón infiere su tesis (repetida en República, Vl.505c
do tiene una picazón es feliz se sigue de la tesis hedonista y en la primera parte del Filebo), según la cual hay placeres
burda, a saber, ser feliz es satisfacer los deseos y disfrutar en bµenos y placeres m4los, esto es, hay especies de placer. 6
su satisfacción de ellos (o como también se la formula an­
tes, ser feliz es no controlar ni contener los deseos; 492a-e). s Para el e�amen de ambas. argumentos (el del rascado y el del <lis�
frute sexual c\e1 homo.sexu•l pasivo), véase Nussbaum (1997, pp. 142-4).
En efecto, cuando uno tiene comezón (como cuando tiene La m?yor p<\rte c\e la� traduc-ciQnes (sobre todo al castellano) ocultan el
hambre) tiene un deseo que debe satisfacer (rascarse en el ye�dader9 sjgn,�fic�(i9 Qe la palabra kit?aídos cuando vierten la expresión
hq 1�1'1iM,ír/.on Nos (Gorgi4S, 494e4) por "la vida de los disolutos", ya que
caso de la picazón y comer en el del hambre). Y, de acuerdo \1Il9i puede. ser un '¡disoh.J;to" (porque dilapida su salario en el juego o
con la lógica de la tesis hedonista, si uno satisface el deseo, porgUe �s qiujerieg,o) sü1 ser un kinaídos, El texto dice mucho más que
es,o,: s� �rat� �e �a yi\{a de los que ofician de participantes pasivos en
es feliz. Por tanto, si uno se rasca cuando tiene picazón, es una práctica. homosexual masculina, El argumento es claro: Calicles es
feliz. Calicles cede y admite que, según la propia lógica de «valien,te'\ lo que es �o mismo que decir que es ''varonil" o "masculino".
Pero un ad�i_rai;l.o.r d.e las. virtudes varoniles no puede aceptar que la vida
la tesis hedonista, debe decir que el que se está rascando será de un kinaidos sea u,n,a \dda feliz por el: mero hecho de que éste satisface
feliz (494d6). sus deseos. Ml.lcho menos poc;lría aceptar encontrarse en la situación de
un kinaídos.
Argumento (ii): Sócrates reconoce que fue con este tipo 6 Después del impactante argumento de la vida de los prostitutos
de argumento que sorprendió y avergonzó a Gorgias y a y de �a acusación de Calicles a Sócrates de llevar la discusión hasta se-

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Por otra parte, cualquiera sea el significado de la tesis del sentido común de la irracionalidad interna de la acción
hedonista defendida por el personaje Sócrates en el Protágo­ -consistente en "saber" en algún sentido que lo que se está
ras, creo que en este diálogo Platón vislumbra la factibilidad a punto de hacer es malo para sí mismo, pero hacerlo de to­
de incorporar el placer a la vida buena y, de un modo más dos modos-, será absurda pues será lo mismo que decir que
específico, de identificarlo con el bien. En efecto, en el Pro­ una persona sabe que las acciones que está por llevar a cabo
tágoras el personaje Sócrates ensaya un ingenioso argumento son malas, pero que las lleva a cabo porque es vencida por
para mostrar que (a) el bien puede ser identificado con el el bien. En efecto, si "bien" es lo mismo que "placer", "ser
placer y (b) que algo es placentero si y sólo si en el mediano vencido por el placer" será lo mismo que "ser vencido por el
o largo plazo no produce dolor o aflicción.7 Sobre la base bien", lo cual es ridículo.
de su psicología monista (es decir, una teoría del alma que En el contexto del argumento general del Protágo ras
no presupone partes en conflicto -con motivaciones dife­ y de la "tesis hedonista" de Sócrates, parece relativamente
rentes- que al mismo tiempo se enfrentan, como sucede en claro que su objetivo (o al menos uno de ellos) es mostrar
República, IV), el personaje Sócrates del Protágo ras procura que la tesis de irracionalidad interna no es plausible. En
defender la tesis de que en el alma humana no hay fuerzas un significativo pasaje Sócrates argumenta del siguiente
opuestas con motivaciones en conflicto. Para eso tiene que modo:&
mostrar que el punto de vista del sentido común -que expli­
ca los actos incontinentes o carentes de autocontrol, como Si, por tanto -agregué yo- lo placentero es bueno, nadie que
aquellos en los que el agente sabe en algún sentido que lo que sepa o crea (oúte eidos oúte oiómenos) que hay otras [acciones
va a hacer es malo pero, de todos modos, lo hace dominado mejoresJ que las que lleva a cabo y que le es posible [llevar
o vencido por elplacer- es un absurdo. La opinión del sentido a cabo], luego, las lleva a cabo, si le es posible [llevar a cabo
común es que las personas, aun conociendo el mejor curso acciones] mejores.9 Y "ser vencido" (tO hétto eínat) no es más
de acción, no lo llevan a cabo, aunque les es posible hacerlo, que ignorancia (amathía), en tanto que "tener dominio de sí
y que eso es así porque "son vencidos por el placer". Pero si mismo" (kreítto heautoti) no es más que sabiduría (sophía). [...]
se logra mostrar que puede identificarse "bien" con "placer" ¿Acaso [ustedes] llaman "ignorancia" a tener una opinión
(como persuasivamente hace el Sócrates platónico en el pa­ falsa y a estar en la falsedad respecto de las cosas que son
saje del diálogo Protágo ras recién indicado), la explicación dignas de valor? [ ... ] Por lo tanto, agregué, en ningún otro
sentido alguien voluntariamente se dirige a los males ni hacia
lo que cree que son males, ni, al parecer, está en la naturaleza
mejante punto, éste replica: ''<Soy yo el que la está llevando hasta este
punto o el que dice que los que sencillam_ente gozan así, sin importar del ser humano querer dirigirse a los males en vez de a los
cómo lo hagan, son felices, y, entre los placeres, no distingue cuáles son
buenos y cuáles malos?" (Gorgias, 495al-2). Mucho antes en el texto
Sócrates ya había establecido (con el consentimiento de Polo) que la 8 Este párrafo y el siguiente reproducen, con variantes menores, lo
justicia es lo más noble, de donde se sigue que debe producir el placer que he dicho en Boeri (2008), pp. 8-9.
más grande (478b). 9 En el trasfondo del argumento el antecedente de este condicional
7 Platón, Protágoras, 352a7-356e4. es obviamente verdadero.

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bienes. Y cuando [uno] sea forzado a elegir uno entre dos nio epistemológico y también práctico: si es cierta, genera
males, nadie elegirá el mayor si le es posible [elegir] el menor algunas dificultades cuando lo que se pretende explicar es
(Platón, Protágoras, 358b6-d4; mi traducción, como siempre el error práctico, porque cuando uno está en el error nunca
que no se aclare lo contrario). cree que está en el error. Platón ya sabía que las acciones
humanas tienen un propósito: llevamos a cabo lo que lle­
Los pasos del argumento se podrían articular del si­ vamos a cabo en el marco de una estructura de fines. Por
guiente modo: ejemplo, me someto a una curación médica que puede ser
dolorosa porque creo que aquello en vista de lo cual me
(i) Si el agente A sabe o cree que la acción F es mejor someto a tal curación es bueno, a saber, recobrar la salud
que la acción Y, y si le es posible llevar a cabo F, no lleva a (véase Platón, Gorgias, 478b). Sin embargo, como ya perci­
cabo Y. Tal es la "tesis de la racionalidad práctica natural",10 bió Sócrates, aunque uno no puede equivocarse al pensar o
esto es, los seres humanos llevan a cabo una acción F en t si creer que hace lo que hace en vista de lo mejor para sí mis­
y sólo si en t no hay una acción mejor para sí mismos que les mo, sí puede equivocarse al creer que este curso determina­
sea posible llevar a cabo. do de acción es bueno para sí mismo (Gorgias, 468b-e; véase
(ii) Si esto es así, nadie se dirige voluntariamente hacia también Menón, 77b-78b). Todo el mundo está de acuerdo
el mal o hacia lo que cree que es un mal porque en que aquello en vista de lo cual lleva a cabo sus acciones es
(iii) no está en la naturaleza humana querer encaminar­ considerado como bueno por el propio agente porque no
se a un mal en vez de hacia un bien. es racional que un agente racional lleve a cabo una acción
(iv) Sin embargo, de hecho, a veces ocurre que uno se creyendo que lo que persigue es un mal para sí mismo. Es
encamina a un mal en vez de a un bien; y ello ocurre cuan­ por eso que, aunque uno no puede cometer un error al que­
do uno cree falsamente que algo x es un bien cuando en rer lo que es mejor para sí mismo, puede cometerlo al creer
realidad es un mal. que esta cosa determinada es mejor para sí mismo.
(v) Eso se debe a un estado de ignorancia, esto es, tener La otra tesis importante que se desarrolla en el Protágo­
una opinión o creencia falsa cuando se encuentra en la fal­ ras es que algo x es placentero y, consiguientemente, bue­
sedad respecto de lo que es digno de valor. no si y sólo si proporciona placer en el largo plazo, pero si
solamente lo hace en el momento pero más tarde produce
Si uno traduce la idea socrático-platónica de que nadie enfermedad y pobreza, no será un placer sino un displacer
cree que lo que cree es falso al dominio de la acción, debe y, por tanto, un mal. También puede darse el caso contra­
decir que un agente racional lleva a cabo lo que lleva a cabo rio: en el momento presente algo x puede presentarse co­
porque cree o le parece que lo que lleva a cabo es bueno. mo siendo doloroso y, consecuentemente, como algo malo
Debe advertirse la relevancia que tiene esta idea en el domi- (piénsese, por ejemplo, en los cuidados médicos que exigen
que se practiquen quemaduras, cortes, administración de
10 Véase Mele (1987), p. 8. medicinas que son desagradables, ayunos, etc.). Pero dado

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que a partir de ellos se producen estados saludables, bienes­ En la República Platón vuelve a abordar el tema del pla­
tar corporal y otros bienes por el estilo, hay que decir que en cer o, más precisamente, de las especies de placer, y muestra
realidad son bienes, es decir verdaderos placeres, no males ni que algunos placeres derivan de deseos nobles (Jos buenos),
dolores. Es decir, son bienes porque desembocan en placeres en tanto que otros de deseos vergonzosos (Jos malos). Este
y en el rechazo de los dolores. Sócrates concluye este argu­ enfoque deja abierta la posibilidad de integrar ciertos place­
mento señalando que para poder distinguir el verdadero pla­ res a la vida buena (véase 505b-c; 561c), ya que en función de
cer del verdadero dolor hay que tener "el arte de la medida" dicha distinción no habría ningún problema en considerar
(he metretike tékhne), un cierto tipo de conocimiento que nos que los deseos nobles o buenos generan placeres buenos o
permite no sucumbir ante "el poder de la apariencia" (he toú nobles. Esta sugerencia es claramente recogida por el Filebo,
phainoménou djnamis),11 el poder que hace que algo se nos cuando Sócrates argumenta que "el temperante se complace
presente o aparezca como siendo bueno porque en el corto con su misma temperancia [ . . . ] y que el sensato se com­
plazo nos produce placer, pero que de ninguna manera ga­ place con su misma sensatez" (12d; véase 13b-c). Platón
rantiza la persistencia de ese placer en el largo plazo, sino ofrece una cantidad de razones para descartar el placer sin
que, por el contrario, genera un dolor. El arte de la medida, más como el mejor candidato a ser e/bien humano (Filebo,
en cambio, hace que el alma esté en calma (hesychía; Platón,
Protdgoras, 356el) y "se mantenga en la verdad"; dicho "ar­ que priva al agente de placeres más grandes que los que tiene o provee
al agente de dolores más grandes que los placeres que están preSentes en
te" (esto es, una "habilidad técnica" que presupone alguna él (Protágoras, 345c5-d!). En efecto, los placeres y los dolores son dife­
forma de conocimiento experto) garantizaría una correcta rentes en magnitud, de modo que si uno mide las cosas placenteras con
las dolorosas, y los dolores son superados por los placeres -ya sea que se
ponderación de los placeres y los dolores, tanto presentes trate de los cercanos por los lejanos o los lejanos por los cercanos-, tene­
como futuros. No basta, entonces, con creer que dado que mos que llevar a cabo la acción en la que lo que es realmente placentero
-entre las cosas que parecen ser placenteras, esto es, buenas- prevalece
algo x se me aparece en lo inmediato como agradable o pla­ (Protágoras, 356b5-8). Pero dado que somos engañados con facilidad por
centero y, por ende, bueno, seguirá siéndolo en el futuro. El la cantidad de placer y dolor (por cuanto los placeres y dolores cercanos
se ven más grandes o intensos que los lejanos), necesitamos un criterio
agente necesita disponer de un cierto conocimiento que sea para medir placeres y dolores. Este es el arte de la medida que, como
capaz de garantizarle que lo que se aparece como bueno en cualquier arte, es una forma de conocimiento, de modo que, cuando
un agente no logra hacer algo bueno superado por un placer inmediato,
el presente (porque es placentero) continuará siéndolo en el hubo ignorancia (357dl-2); pero se había admitido que el conocimiento
futuro.!' no es más que medida (357d6-e2). Esta situación debe entenderse como
un cálculo erróneo, según el cual el beneficio aparente de un curso de
acción se había mostrado como beneficioso o conveniente al agente en
11 Véase Platón, J>rotdgoras, 356d4. el corto plazo; así, cuando el sujeto sobrevalora el placer del momento
12 En el detalle el argumento del Protágoras procede de la siguiente y desestima el dolor del momento, es engañado. Sin duda, sentir dolor
manera: si uno pondera algo placentero con otra cosa que también es (como en el caso de un tratamiento médico) puede llamarse "bueno"
placentera, debe elegirse la que es más placentera (porque placer y bien cuando alivia dolores mayores que los que hay en dicho dolor inmediato
habían sido identificados); en cambio, si uno pondera o sopesa las cosas e, inversamente, el disfrute de algo que (a)parece ser bueno en lo inme­
dolorosas con otras cosas dolorosas, deben tomarse las que son pocas diato puede llamarse "malo" si priva al agente de placeres más grandes o
y menos dolorosas (Protágoras, 356b�c). Debe notarse que Sócrates ya suministra dolores más grandes (Protdgoras, 354a-d; véase también Gor­
había establecido un criterio para distinguir lo que (a)parece placentero: gias, 467c5-10). Para más detalles, remito a Boeri (2007a), capítulo !,
el disfrute mismo de algo puede entenderse como algo malo toda vez sección II.

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53d-54d), pero también subraya el hecho de que hay algunos El Filebo es una obra sorprendente por muchos mo­
placeres mentales sin los cuales la vida humana no es una tivos. En ella aparece una versión bastante revisada de la
vida humana real (21a-c). La pregunta inicial del Filebo (que "teoría de las Formas" (si se compara lo que dice .aquí Pla­
nunca se formula de manera explícita) es "qué es el bien". n tón con lo que argumenta en los "diálogos del período
Platón propone, ex hypothesi, dos grupos de candidatos po­ rnedio"), 1 ' una discusión de ternas cosmológicos que lo
sibles: 1) placer y goce, y 2) intelecto, sabiduría y sus efectos
(conocimiento, recta opinión, cálculo verdadero). 14 Platón (héxeis) de cada uno: quien se aparta de los placeres corpóreos y en ello
descalifica el placer tornado en sentido absoluto corno el se complace es temperante, quien sufre el apartarse de tales placeres es
intemperante (esta explicación aristotélica claramente evoca el pasaje de
mejor candidato a ser el bien humano, pues el placer perte­ Filebo, 12d). Es necesario, entonces, tener una educación adecuada desde
nece a la esfera de lo que se genera, es decir, a aquello que jóvenes para poder complacerse (y dolerse) como se debe (EN, 1104b4-13).
Por último, aunque desde el punto de vista aristotélico es claro que fe­
siempre está aspirando a otra cosa (53d-54c). Ninguna cosa licidad y placer no se identifican, el placer, no obstante, puede ser un
sujeta a generación es capaz de bastarse a sí misma, y el bas­ ingrediente importante de la felicidad. En efecto, el placer aparece en el
«entramado" de la felicidad porque no hay ninguna activklad perfecta
tarse a sí mismo es, argumenta Platón, una de las condicio­ que admita impedimentos. El hombre feliz necesita de los bienes corpó­
nes necesarias del bien (20d; 60c; 67a). El bien, por lo tanto, reos y externos para no tener impedimentos de ninguna índole. Por eso,
quienes sostienen que aun el torturado o el que sufre enormes infortu­
no reside en el placer (en la sección 4 de esta Introducción nios es feliz si es bueno, está diciendo algo vano (véase EN, 1153b12-22).
discuto con más detalle los requisitos del bien).!' 16 Una de las diferencias más relevantes entre la ontología de los
"diálogos medios" y de los "diálogos tardíos" es que, en tanto en agué�
llos las Ideas son entidades absolutamente simples, en éstos está com�
13 Sócrates parece entender la pregunta en el sentido restringido de puestas de ingredientes más simples (para el carácter de compuesto pro�
"qué es el bien para el ser humano"; Filebo, en cambio, en el sentido pio de los entes sensibles véase la sección 3 de esta Introducción y los
amplio de "qué es el bi.en en general", incluidos los animales (de ahí su pasajes del Fed6n allí citados). En el Filebo las Ideas participan, como las
tesis de que "disfrutar es un bien para todos los animales, lo mismo que cosas sensibles, de lo ilimitado (véase 16e). Hay que decir, sin embargo,
el placer y el goce"). que, como en los diálogos medios, las Ideas siguen siendo los ítems que
14 Probablemente el antecedente más importante en la producción Platón identifica con «el ser" (ousía), es decir, con "lo que realmente y
platónica que presenta las tesis antitéticas de quienes sostienen (i) que siempre es por naturaleza idéntico en todo sentido" (Filebo, 58a). Para
el bien es el placer y (ii) que el bien es la inteligencia es el pasaje de Re­ una discusión detallada sobre el carácter diferente de las Ideas en los
pública, VI.505b5-6. Aquí la tesis hedonista es defendida por "la gente" diálogos tardíos (incluido el Filebo, claro está), véanse Bravo (2003, pp.
(o «la multitud", hoipollo[) y la tesis de la inteligencia por "los más re­ 133-4) y Mié (2004, p. 306), quien sugiere que las Formas del Filebo (y del
finados" (kompsotérois). También allí la dialéctica (es decir, la filosofía) Sofista) son formas de las formas, "géneros formales, que fundamentan
tiene conexión con la 1nejor especie de placer (véase República, IX.580d­ la estructura de las formas materialmente consideradas, explicando que
e, IX.581d-582d). se hallan constituidas sintéticamente por la unidad y la multiplicidad".
15 En este punto Aristóteles coincide con Platón ("pues la vida pla­ En tal contexto, Mié entiende el límite y lo ilimitado como esos "géneros
centera es más elegible con sabiduría práctica -phr6nesis- que sin ella, formales que fundamentan las estructura de las formas materialmente
y si la mezcla es mejor, el placer no es el bi�n porque el bien no puede consideradas" (el destacado es mío). Encuentro potencialmente confusa
tornarse más elegible por agregársele nada", EticaNicomaquea -en adelan­ la expresión "materialmente consideradas"; si con ella se refiere a una
te EN-, 1172b30-33). Aristóteles, entonces, tampoco identifica el placer Forma como «hombre" (o a cualquier otra que tenga un referente sensi­
con el bien; admite, sin e1nbargo, que los placeres pueden ser elegibles ble), creo que hay un problema. En el Filebo Platón distingue claramente
pero no por cualquier medio y que existen diferentes especies de placer: las unidades empíricas (en las que está pensando Protarco) de las unida­
unos que proceden de actos nobles y otros de actos vergonzosos (EN, des formales, y un ejemplo de unidad formal es "hombre" (véase lSa y
1173b27-30). El examen aristotélico del placer también es decisivo en Parménides, 130c). La sugerencia de Mié de pensar en lo ilimitado como
la evaluación de la conducta virtuosa, ya que el placer y el dolor que una forma (o Forma) es interesante, pero tiene un escollo importante
se siguen de las acciones son un indicio de las disposiciones habituales dentro del diálogo: lo ilimitado se encuentra en permanente cambio

18 19
acercan al Timeo (del cual seguramente no está muy le­ No deja de ser en cierto modo sorprendente que, luego
jos), una presentación de un problema crucial que uno de introducir de manera directa la vida mixta (de placer e
podría rastrear a lo largo de toda la obra platónica, esto es, inteligencia), casi de inmediato Platón introdl!ZC<1 un argu­
el problema de lo uno y lo múltiple. Dicho problema, sin mento cosmológico (28c-31a). Este modo aparentemente
embargo, no se aborda de la manera en que lo entiende el abrupto de introducir algo de semejante envergadura tie­
sentido común (representado por Protarco en el diálogo), ne su probable explicación en lo siguiente : si Sócrates está
o sea si Protarco es uno pero también múltiple, porque es tan interesado desde el comienzo del diálogo en defender
grande en un respecto y pequeño en otro, sino en el sen­ la tesis del intelecto y del conocimiento en la competen­
tido más aporético de íterns que no se generan ni perecen cia por el bien, no puede dejar de mencionarse la teoría,
("hombre corno uno, buey corno uno, bello corno uno y muy seguramente habitual en el ambiente intelectual de
bueno corno uno"), ya que este tipo de íterns también son Platón, de que el universo es administrado por un poder
uno y múltiple (15a-c). Finalmente, el otro gran terna del racional-intelectual, lo cual garantizaría la razonabilidad
Filebo es, naturalmente, el problema del bien o de la vida de proponer la tesis del intelecto corno un digno compe­
buena; de hecho, es el asunto que da inicio a la conversa­ tidor por el bien.is Pero hay otro aspecto, probablemente
ción, donde se presentan dos tesis rivales que compiten por más importante, que explica un poco mejor la digresión
el primer puesto en la determinación del bien: por un lado, cosmológica: una explicación que tiene que ver con una
la tesis de Filebo, seguida por Protarco, sostiene que el bien concepción "organicista", por así decir, propia del pensa­
es el placer y el disfrute; por otro lado, la tesis de Sócrates miento de Platón, consistente en suponer que lo que existe
sostiene que el bien debe identificarse con la sabiduría, el en el todo tiene una especie de manifestación o réplica
conocimiento, el cálculo o el recuerdo (1 1b-c). Una vez a nivel rnicrocósrnico en los individuos, concepción que
que se ha descartado la vida de placer sin más (es decir, la además asume que es más fácil advertir un fenómeno en la
vida de mero placer sensual) y de inteligencia sin más co­ totalidad que en las partes.19 De manera inequívoca Platón
rno candidatos apropiados en la competencia por el bien, enfatiza que el universo es el punto de referencia respec­
Platón introduce la "vida mixta" que, aun cuando no sea to del cual las partes adquieren su valor y realidad (Filebo,
explícitamente identificada con la vida feliz ni Platón diga
de manera explícita que cumple de modo absoluto con los
18 Véase Filebo, 28d-29a y mi nota ad loe. con la referencia a Anaxá­
requisitos del bien,17 es obvio que constituye el candidato goras, en quien Platón muy probablemente está pensando.
deseable a ganar el primer premio. 19 Sobre la relación macrocosmos-microcosmos, véase Hampton
(1990, p. 65): "el argumento micro - macrocosrnos de este pasaje im­
plica que la vida buena para la humanidad debe reflejar el orden y la
(ésa es, en efecto, una condición "del más y el menos", propio de lo ili� bondad cósmicas". Uno puede pensar en remontar la distinción micro­
mitado), pero las Formas son siempre idénticas (15b); de donde parece macrocosmos al pensamiento presocrático (véase Demócrito, B34 DK
seguirse que ellas no pueden ser lo ilimitado ni estar en el género de lo y Aristóteles, Física, 252b26-28, quien probablemente está pensando en
ilimitado. Es cierto, no obstante, que Platón habla de la "Idea de ilimita� este pasaje democríteo), pero la idea es explotada in extenso Pºr Pl�t?n.
do" (16d7). .
Para la relevancia que esta tesis tuvo en los estoicos me permito remitir a
17 Véase Correa Motta (2009, p. 314). mi estudio Boeri (2009a), especialmente sección 2, pp. 178�9.

20 21
29b-30a; pero véase también Timeo, 90bl-d7). La prime­ to para obtener el primer premio en la competencia por el
ra referencia a la relación partes-todo está dada mediante bien no sería más que la réplica, a nivel microcósmico, de
el ejemplo de los elementos (tierra, agua, aire, fuego) que lo que sucede a nivel macrocósmico. Ésta es .mi explicación
entran en la constitución de los cuerpos de todos los se­ de la aparentemente abrupta introducción del argumento
res vivos. En cierto modo, argumenta Sócrates, "hay en cosmológico al comienzo de la discusión de la vida mixta
nosotros fuego, y también lo hay en el universo" (Filebo, como el tipo de vida que superaría la de puro placer y la
29b). Siendo esto así, lo que hay en nosotros es pequeño de pura inteligencia. Hacia el final de 29a (y en especial a
e insignificante, mientras que lo que hay en el universo es partir de 30a), dentro ya del argumento cosmológico, Pla­
admirable (thaumastón) a causa de su cantidad (pléthos), de
tón introduce la cuestión del "alma del mundo", aunque
su belleza (kállos) y por la potencia o poder (djnamis) que
ahora la relación -al menos en la presentación misma del
hay en relación con el fuego. Es decir, una masa de fuego
problema- es inversa: el movimiento va no del todo a la
enormemente superior, como la que hay en el universo,
parte, sino de la parte al todo. Sócrates y Protarco concuer­
debe tener también un poder definitivamente superior al
dan en que es patente que nuestro cuerpo debe tener un
que tiene el fuego en nuestro cuerpo (29c). Como he he­
alma (30a3-4; ésta es una confirmación de que los cuerpos
cho notar en mi nota a este pasaje, la superioridad del todo
de que están hablando en toda esta sección del texto son
respecto de nosotros (que somos partes) no se explica en
cuerpos animados, es decir, seres vivos). Pero Sócrates se
función de un aspecto cuantitativo solamente, sino más
ocupa de volver a poner la discusión bajo el dominio del
bien de aspectos cualitativos (como la "belleza" o "noble­
enfoque macrocósmico sobre el microcósmico; en efecto,
za" y el "poder" o "dignidad" del cosmos o del universo,
de acuerdo con la lógica general del argumento, si en nues­
del cual somos meras partículas). El supuesto implícito
tro cuerpo es constatable la existencia de un alma (como
que está en el trasfondo de este argumento organicista de
sucedía antes con el caso del fuego), también debe haber
Platón es que el todo es (ontológicamente) anterior a la
un alma en el universo, que es quien provee a sus partes
parte, una sugerencia que tuvo importantes consecuencias
(entre las que nos contamos nosotros) de sus propiedades
en el "funcionalismo" aristotélico.20 Lo que quiero sugerir y cualidades. En este punto del argumento ya no cabe la
es, entonces, que para quien esté dispuesto a suscribir la
menor duda de que el todo es superior a la parte en función
tesis de que el cosmos es un todo ordenado que no es el re­
de sus aspectos cualitativos, no sólo cuantitativos, pues
sultado de un conjunto de movimientos azarosos, sino de
en el pasaje clave Sócrates se preocupa por aclarar que las
movimientos bien planeados y, por ende, "ra�ionales", la
cualidades que posee el universo son "más nobles en todo
inteligencia (sabiduría o conocimiento) como un candida-
sentido" (pántei kallíona; 30a7). El objetivo último del ar­
gumento es procurar hacer persuasiva la tesis de que en el
20 Véase Aristóteles, Política, 1253a20-23: "Pues es necesario que el universo hay una causa (aitía) que "coordina", por así decir,
todo sea anterior a la parte, ya que, si se suprime el todo, no habrá pies ni
mano, a no ser en sentido homónimo f... J, pero todas las cosas se definen lo "mucho de ilimitado" y "el suficiente límite" que hay en
por su función y su capacidad" (ver también Meteorológica, 390a10-13). él, y que dicha causa puede identificarse con la sabiduría y

22 23
el intelecto (30c). En esta misma lógica, Sócrates podría su­ permite introducir, por primera vez en el diálogo, la tesis de
gerir que la inteligencia es el mejor candidato a ser el bien. 21 que el dolor no es más que la ruptura de la armonía existente
Luego del debate cosmológico detallado, la discusión en el ser vivo antes de que aparezca el dolor (armonía que
vuelve a concentrarse en aspectos un poco más pedestres, debe entenderse como una "disolución de la naturaleza",
aunque no menos importantes: en la sección final del ar­ 31d5: !:jsis tesphjseos).'' Inversamente, cuando la armonía se
gumento cosmológico, Sócrates asocia la inteligencia (esto restaura, lo que hay es "placer" (hedoné). Los ejemplos de
es, su candidato inicial a ser identificado con el bien) al gé­ dolor son "hambre" y ."sed", que son casos de disolución
nero de la causa, y el placer (la tesis de Filebo, retomada de la armonía natural en la medida en que producen una
por Protarco) al de lo ilimitado (30d-31a), para pasar luego a cierta "disrupción" en el organismo; el placer es, por el con­
examinar por separado el placer y la inteligencia. En primer trario, el proceso de repleción (plérosis). Como se aclara más
lugar, debe advertirse que uno nunca puede concebir el pla­ adelante (34e-35a), "tener sed" o "tener hambre" -estados de
cer independientemente del dolor. Reaparece aquí la idea de dolor- no son más que estados de vaciedad, que deben ser
los "hermanos siameses" (véase Fedón, 60b-c) que permite llenados o satisfechos.
ubicar ahora al placer y al dolor en el género de la mezcla El siguiente tema importante, después de esta rápida
en la medida en que uno y otro dependen entre sí, lo cual discusión de la fisiología del placer, es la introducción del
dolor y el placer anímicos (32c). Como veremos más ade­
21 En 25e ya se había introducido la tesis de que el estado correcto lante al comentar el primer embate de Sócrates en contra
o b1:1eno de algo se determina en función de una correcta proporción o del hedonismo burdo (en el "argumento del molusco", 21b­
límite, una idea cara a Platón y decisiva en su tesis de que el bien es la
armonía del alma. Se trata, en realidad, de una idea frecuente en Platón d), queda claro que ciertos ítems anímicos (como cálculo,
desde sus primeros diálogos: desde la República (Ill.40ld5-el, IV.430d6- opinión recta y memoria) son al menos condición necesaria
e9, 43le8) y probablemente antes (véase Gorgias, 504dl-2, 506d5-8
507a2), la justicia (como cualquier otra virtud o excelencia: arelé) n� de la tesis que sostiene que el bien se identifica con el placer
es más que la armonía del alma, y, claro está, un ingrediente racional, sensual. Luego de examinar los placeres y dolores corpó­
como el que propone el Sócrates del Filebo como candidato a ser iden­
ti�ca�o con el bien, puede producir dicha armonía. El enfoque plató­ reos, el eje de la discusión se traslada a los placeres y dolores
nico tiene un componente que presupone que la racionalidad debe ser anímicos conectados con ellos: la esperanza (to elpizómenon:
internalizada ¡)or el agente y, por tanto, incorporada a sus disposiciones
de carácter. No ifnporta si hay o no testigos; una acción mala siempre 32cl; elpís: 36a8; elpízon : 36b4; elpídes: 39e4-6, 40a3) y la
_ :
es mal�. 1ndepend1entemente del hecho de_ que haya o no testigos y de expectativa (prosdókema: 32cl;prosdokía 32c4, 36a5, 36cll).
que quien haya violado la ley reciba o no su justo castigo. Si lo recibe,
como enseña el Gorgias (474b, 476a-477a) cuando argumenta a favor de Luego de esto introduce un tercer estado (además del estado
la conveniencia de que el criminal sea cast.igado, el sujeto mejorará en de dolor y de placer) en el que el animal no siente placer ni
su alma y, eventualmente, la terapia que constituye el castigo lo curará
(éste será un caso de verdadera justiciapla,tónica, pues habrá armonía dolor. Sócrates sugiere que el que vive una vida de sabiduría
en el alma del agente); si no lo recibe, es peor para el injusto. O sea, no podría vivirla en ese estado, en el que no hay ni placer ni
basta con el criterio externalista para decidir si una acción es correcta o
no; con un criterio externalista lo único que puede determinarse con
precisión es si el sujeto ha delinquido o no, pero la calidad del acto y las
consecuencias negativas que éste tiene para el alma del agente no puede 22 Más adelante (42c-d) el dolor vuelve a ser caracterizado como "la
decidirse mediante ese tipo de criterio. destrucción de la propia naturaleza del animal".

24 25
T

dolor (32e-33b), aunque rápidamente la descarta corno el 2. Parte II: La estructura metafísica de la realidad y el método
"estado feliz" que se está buscando. A partir de 33c se inicia dialéctico de la división (14c-20b).
una de las secciones más importantes del diálogo, pues co­ 2.1. El problema uno-múltiple y su relación con la discusión
mienza toda la discusión psicológica en la que Platón exa­ del bien (14c-14e).
mina la memoria, los placeres asociados a ella y, ante todo, 2.2. El problema uno-múltiple y la dialéctica como método
la sensación (aísthesis), sin la cual no hay memoria. La rele­ de división: el "mensaje celestial" (15a-17a).
vancia de esta sección reside no sólo en la importancia de 2.3. Los ejemplos de límite e ilimitado (17a-18d).
la consideración del placer desde la perspectiva psicológica 2.4. La aplicación de la distinción uno-múltiple al placer:
(que tan importante resulta ser, finalmente, en la discusión placer y especies de placer (18d-20b).
de los placeres puros que pueden incorporarse a la vida bue­
na), sino también en los adelantos que allí se encuentran 3. Parte III: La definición del bien (20b-23b).
de varios presupuestos de la psicología aristotélica y de su 3.1. Los requisitos del bien (20b-23b).
teoría de las pasiones.23
4. Parte IV: Los fundamentos metafísicos de la realidad, cosmo­

1.1.Estructura general del diálogo: lasposicionesfilosijicas discu­ logía y teleología cósmica (23c-31b).
4.1. Los cuatro géneros o especies en que se divide lo que hay
tidas
en el universo (23c-27c).
4.2. La vida mixta como el mejor género de vida (27c-28b).
En esta subsección haré un esquema general del diá­
4.3. Teleología cósmica y el intelecto, "rey del cielo y la tie­
logo, donde indicaré algunos de los ternas centrales que se
rra" (28c-29a).
discuten y las secciones correspondientes del texto.
4.4. El Alma del Mundo (29a-3lb).

l. Parte I: Introducción (lla-14b).


5. Parte V: La discusión psicológica: el examen del placer, la
a. Las dos tesis en pugna: (i) el bien consiste en disfrutar,
sensación, la memoria y el deseo (3lb-55c).
placer y goce (Filebo y Protarco); (ii) el bien es sabiduría, in­
5.1. La fisiología del placer (31b-32b ).
teligencia, recuerdo y lo que es afín a ellos (opinión correcta,
5.2. La psicología del placer (32b-34c).
cálculo racional verdadero; Sócrates).
5.3. El deseo lo es del alma (34c-35d).
b. La vida feliz es un estado y disposición (lld); ihay un 5.4. El deseo del alma, el tipo de vida correcto y el placer
tercer estado superior a los estados de placer y de inteligen­ anticipatorio (35d-36c).
cia? (lld-12b). 5.5. Placeres verdaderos y falsos (36c-38c).
c. La naturaleza del placer y las especies de placer (12b-14b). 5.6. Percepción aparente y real: pensamiento, opinión y dis­
curso (38c-40e).
23 Para la conexiones entre el Filebo y la psicología aristotélica sigue 5.7. Los estados afectivos tienen contenido proposicional
siendo imprescindible el libro de Fortenbaugh (2003, cap. !). (40e-43b).

26 27
5.8. El placer no se identifica con la cesación de dolor (43c- 2. El lugar del Filebo en la producción literaria de Pla­
46a). tón, los personajes del diálogo y sus características gene­
5.9 Los placeres mezclados con dolores (46a-50e). rales desde el punto de vista de la composición.dramáti­
5.10. Los placeres puros (50e-53c). ca y filosóficaZ4
5.11. El placer es un proceso de devenir (53c-55c).
Platón no sólo es un filósofo de una extraordinaria po­
6. Parte VI: Las ciencias, las artes y su grado de exactitud. La tencia teórica, sino también un fantástico artista literario.
superioridad de la filosofía (55c-64c). Este hecho a menudo ha presentado complicaciones signi­
6.1. Hay ciencias y artes con distinto grado de exactitud o ficativas a sus estudiosos, quienes a veces se han dividido
pureza (55c-57e). entre aquellos que creen que debe ponerse énfasis en una
6.2. La filosofía es superior a cualquier otra ciencia o arte interpretación "literaria" de los diálogos, por un lado, y los
(57e-59d). que sostienen que el énfasis debe ponerse en una interpreta­
6.3. El bien es la vida que consiste en una mezcla de sabidu­ ción "filosófica", por el otro. Visto el problema desde esta
ría y placeres puros (59e-64c). perspectiva, se acentúa la dicotomía al hacerse hincapié en
uno de los dos ingredientes que componen cualquier diálo­
7. Parte VII: Los ingredientes eidéticos del bien, el puesto de go de Platón, con lo cual se pierde la mirada más amplia que
los candidatos en la competencia por el bien y conclusión quizá habría que tener al considerar estos diálogos, según sea
(64c-66d). que se enfatice un aspecto o el otro. Si uno quisiera abordar
7.1. Belleza, proporción, medida y verdad como ingredien­ un diálogo platónico como obra filosóficay literaria, tendría
tes eidéticos imprescindibles del bien (64c-65e). que atender a la relevancia de los ingredientes dramáticos
7.2. La "tabla de posiciones" final en la competencia por el para la comprensión del diálogo como obra filosófica, de
bien: (i) la medida, lo mesurable y lo oportuno; (ii) lo pro­ modo de tratar de lograr una integración de ambos factores.
porcionado y lo bello, lo perfecto y lo suficiente; (iii) la in­ Y esto es así porque un diálogo de Platón es ambas cosas: una
teligencia y la sabiduría; (iv) disciplinas científicas, artes y obra filosófica y también una obra de arte literaria. Me gus­
opiniones correctas; (v) placeres carentes de dolor, esto es, taría explicar ahora con un poco más de detalle qué quiero
"puros" (66a-66d). decir por "aspectos dramáticos", por un lado, y "aspectos fi­
losóficos", por el otro. Es probable que esta distinción atente
8. Parte VIII: Conclusión del diálogo (66d-67b). desde el comienzo en contra de la lectura que estoy sugirien­
do, esto es, una lectura que combine ambos ingredientes,
pero creo que es útil a los fines de la exposición.

24 Algunas ideas y párrafos de esta sección los he tomado de Boeri


(2009c), pp. 227-67.

28 29
Como sabemos, una importante cantidad de comenta­ za por primera vez, creo, la idea de que hay "partes del alma"
dores e intérpretes de Platón (sobre todo dentro de la tradi­ (probablemente en conflicto) cuando el personaje Sócrates
ción anglosajona) ponen el acento casi exclusivamente en hace referencia a un misterioso "eso del alma, en lo cual,
los aspectos vinculados a los recursos argumentativos que casualmente, se encuentran los apetitos, que es de tal ín­
utilizaba Platón para tratar de probar una tesis en el contex­ dole que se deja seducir y repentinamente cambia de arriba
to de una discusión en particular. En este enfoque se busca abajo [ . . . ] y no es capaz de retener -o resistir- nada a causa
siempre un Platón que exhiba una coherencia argumentati­ de su incredulidad y olvido" (véase Gorgias, 493b-c). Pero
va impoluta y que no dé lugar a la sospecha de una probable en el Fedón, un diálogo probablemente posterior, vuelve a
incoherencia o contradicción. Este modo de estudiar Platón mantener una psicología monista: lo que está en conflicto
es muy provechoso en varios aspectos; el más importante no son distintas partes del alma, sino el alma con el cuerpo.
es, a mi juicio, el hecho de que ordena el modo en que se ex­ Los dos componentes del dualismo platónico en el Fedón
plica el texto y muestra que, aunque Platón no conoció a De son entonces el cuerpo y el alma, pero ésta no se divide en
Morgan o a Q!line, fue capaz de advertir las arbitrariedades partes. Los deseos irracionales se relacionan con el cuerpo,
a las que conduce un mal uso del lenguaje y las falacias en no con el alma (Fedón, 66b-d). En el Fedón el cuerpo es visto
que puede incurrirse si no se presta una adecuada atención como un impedimento para adquirir la verdad y la sabidu­
al modo como se construye el argumento (véase Filebo, 15d- ría; no es más que una fuente de confusión y de mal (Fedón,
16a, donde Platón hace una referencia explícita al problema 66a5- b6). Dado que el cuerpo necesita alimentarse, dice
de la ambigüedad del lenguaje). " Pero el tipo de interpreta­ Platón, nos llena de deseos, apetitos, temores y una enorme
ción centrado exclusivamente en el argumento casi nunca cantidad de trivialidades. El cuerpo evita así que seamos
es capaz de explicar cómo o por qué Platón parece cambiar capaces de tener sabiduría y sus apetitos (epitbumíat) pro­
de idea de un diálogo a otro respecto de un mismo tema, o ducen "guerra" y "guerra civil" (66b8-c7).26 Un modo más
cómo, dentro de un mismo diálogo, uno puede encontrar amplio y "caritativo" de estudiar a Platón permite advertir
énfasis diferentes respecto de un mismo asunto. El recurso que su pensamiento tiene un método de "prueba y error",
"desarrollista" y "genético" siempre puede estar al alcance digamos, pues siempre se están ensayando nuevos modos
de la mano, y lo que uno puede hacer es decir que lo que de considerar un problema porque, como dice Platón (en
ocurre es que Platón explica mejor una tesis en un diálogo
que en otro, o que Platón cambió de idea respecto de un
detalle o en lo fundamental en una cuestión de fondo: por 26 A diferencia de lo que encontramos en la República, "guerra" y
"guerra civil" no se usan en el Fedón con relación a un agente que lu�
ejemplo, en el Gorgias Platón parece seguir manteniendo cha contra sí mismo, ese �'sí mismo" siendo otra parte del alma (véase
una psicología monista, como en el Protágoras, aunque esbo- República, V.470b5-470d, VIII.550e9-560a). En el Fed6n, en cambio, el
alma como una totalidad es arrastrada (hélketaz) por el cuerpo, no por
otra parte del alma, hacia las cosas que nunca son idénticas (79c6-7). En
25 El énfasis que Platón pone sobre el peligro de un uso ambiguo del la Repúblíca, lo que está en conflicto son distintas partes del alma, con
lenguaje seguramente no puede exagerarse; de hecho, considera que "no motivaciones diferentes (el fa1noso episodio de Leoncio describe el con­
puede cesar jamás ni comenzó ahora" (Filebo, 15d). flicto entre la parte colérica con la apetitiva; República, IV.439e-440b).

30 31
Teeteto, 189e-190a y en Sefista, 263e3-5) pensar no es más que sabemos, un diálogo de Platón es ambas cosas: una obra de
preguntarse y responder, afirmar y negar. arte literaria y una obra filosófica. Es una obra de arte litera­
Pero hay otro aspecto importante que este tipo de enfo­ ria por muchas razones; una razón esencial es que la prosa
que, concentrado exclusivamente en los argumentos, proba­ de Platón es sencillamente exquisita. Qyien alguna vez haya
blemente no logra, creo yo, explicar ni sacar partido de él: ese tenido la fascinante experiencia de leer un texto de Platón en
aspecto es el dramático, esto es, la escena dramática montada griego y haya tenido la impresión de que lo comprende pero
por Platón en cada diálogo. Porque un diálogo platónico es no lo puede poner en su lengua nativa, entenderá muy bien
una fantástica escena dramática en la que, sin mucho esfuer­ por qué a veces, en un tono que suena a prurito esteticista,
zo, uno podría representar una conversación acalorada entre suele decirse que Platón es intraducible. En realidad, no creo
diferentes interlocutores seriamente comprometidos con el que sea intraducible, pues uno siempre puede dar con una
asunto que se está debatiendo. Mi modesta sugerencia en traducción razonable que sea capaz de apresar los juegos re­
esta sección de la Introducción es que hay algunos detalles tóricos, de reflejar la belleza literaria y de captar las sutilezas
dramáticos que son importantes para la comprensión del filosóficas; es cierto, sin embargo, que hay una cantidad de
argumento filosófico. Tales aspectos dramáticos deben ser matices y detalles que se pierden o que no quedan suficiente­
considerados conjuntamente con las secciones "más filosófi­ mente bien apresados hasta en las mejores traducciones. Pero
cas" del diálogo (relacionadas con las tesis y los argumentos esto es inevitable. Podemos comprender a Platón, aunque su
que eventualmente las prueban), de modo de poder apresar pensamiento no sea completamente traducible a nuestra len­
así la unidad dramática y filosófica del diálogo platónico. gua. Pero además de la belleza literaria de los diálogos plató­
Siguiendo la sugerencia recién indicada, propongo presentar nicos, hay otros aspectos que parecen revelar una intención
el Filebo en clave dramática y filosófica, de manera de mos­ por parte de Platón: los diálogos son "dramas" porque cons­
trar así la relevancia que tienen en Platón los ingredientes tituyen "sucesos de la vida real, hechos capaces de interesar
dramáticos como factores importantes de su propia filosofía. y conmover vivamente" al auditorio, en este caso al lector,
Hay algunos pasajes del Filebo, en los que aparecen ambos como reza la definición que da de la palabra "drama" el Dic­
ingredientes (dramáticos y filosóficos) combinados. Dichos cionario de la Real Academia Española. Como sabe muy bien
pasajes permiten mostrar, a veces, la intensidad que puede cualquiera que haya emprendido la fascinante tarea de leer
tener un ingrediente dramático para la fuerza persuasiva de un diálogo de Platón en griego, la lengua de Platón consti­
un argumento o, más ambiciosamente, para la comprensión tuye una proporcionada combinación entre habla coloquial
general del proyecto de Platón en este fantástico diálogo. y lengua ultra técnica, forjada sobre la base de expresiones y
Hace un momento decía que una parte importante de esta giros coloquiales. Tomemos un ejemplo para ilustrar esto:
sección se centrará en la combinación de los aspectos dra­ uno puede de inmediato pensar en la palabra eídos, el voca­
máticos y filosóficos del Filebo, y que es tal vez crucial tratar blo que Platón elige para designar lo "realmente real", esto
de encontrar una conexión entre ambos aspectos. En parte es, la Forma o Idea. En el uso coloquial significa "aspecto",
esta afirmación constituye una perogrullada, porque, como es decir, el aspecto exterior de algo o alguien, el look de al-

32 33
guien, generalmente un aspecto atractivo o bello, como en manera, Platón, el escritor, busca la complicidad del lector,
Teognis, 1319-20: "Jovencito, puesto que la diosa Cipris te ha que es un modo de presentar, una vez más, el dictum de que
concedido un encanto seductor y tu aspecto subyuga a todos el discurso escrito, cuando es interrogado, per.manece en si­
los jóvenes, escucha mis palabras". Pero el mismo uso colo­ lencio (Fedro, 275d-e). Con su invención del diálogo como
quial de eídos se encuentra en el Cdrmides de Platón (154d4-5: método para hacer filosofía, Platón fue capaz de superar
Cármides, dice Platón, tiene un look "completamente bello"; el carácter inerte y mudo de la palabra escrita, porque el
to ddospdnkalós estin; en 175d7-8 eídos parece significar "cuer­ diálogo, a diferencia de un discurso árido y poco vivaz co­
po", en contraposición a ''alma"). mo el de un tratado, es capaz de responder. En una lectura
El drama que constituye cualquier diálogo de Platón, y repetida de un pasaje que ya ha sido leído antes, a veces
no menos el Filebo, tiene probablemente entre sus objetivos parece que el diálogo cobra vida; y esto es así porque uno,
tratar de captar la atención del lector, pero más allá de la al involucrarse o comprometerse con el diálogo, comienza
mera atención que se requiere para leer el texto y seguir a responder como respondería uno de los personajes del
el hilo de la argumentación: la atención que logra captar diálogo, o, si tiene suerte y la suficiente claridad mental,
un diálogo platónico (y que quizá trata de captar) tiene comienza a preguntar como preguntaría el gran interroga­
acaso el propósito de involucrar activamente al lector en el dor de los diálogos platónicos: Sócrates. Más aún, cuando
diálogo. Esto significa que el diálogo constituye un recurso uno se encuentra realmente comprometido con el diálogo,
inquietante para el lector, pues es invitado a participar de es capaz de revisar los propios puntos de vista, que es tanto
manera activa en el proceso de investigación que se lleva como decir que es capaz de revisar las propias creencias.
a cabo en cada conversación. Con frecuencia hay un vo­ En realidad, ése es uno de los objetivos de la dialéctica pla­
cero de Platón (alguno de los personajes del diálogo) que tónica entendida como método de preguntas y respuestas
logra convencernos de la razonabilidad de una posición; y, como voy a sugerir enseguida, una de las razones por las
una vez que uno está persuadido, uno de los personajes que probablemente Platón deja fuera del diálogo activo al
(generalmente Sócrates) comienza a mostrar la debilidad personaje Filebo en el diálogo Filebo.
de la tesis que, como partícipes del diálogo, hemos tomado Ahora bien, si el diálogo platónico implica un cierto ni­
por razonable, lo cual hace que uno caiga en un estado vel de compromiso por parte del lector, uno puede entender
de perplejidad (aporía), el mismo que experimentan mu­ ahora por qué el personaje Sócrates reclama tan a menudo
chos de los personajes de los diálogos platónicos. Dicha a sus interlocutores que digan lo que en realidad creen o les
perplejidad incita una respuesta, la cual forma parte de un parece o, más precisamente, lo que les parece que es verdad
proceso que se desencadena en el lector y que se muestra (Gorgias, 495a5-9, 516c9; Teeteto, 171d5). Si la disposición de
como algo opuesto al aprendizaje pasivo.27 Dicho de otra conservar una actitud de colaboración hacia el diálogo se
elimina, no puede haber progreso en la conversación filo­
sófica y en el proceso educativo del que tal conversación es
27 Sobre este tema en particular, véanse las lúcidas observaciones de
Blondell (2002, pp. 39-42). una parte decisiva (eso es rápidamente comprendido por el

34 35
personaje Gorgias en el diálogo homónimo; véase Gorgias, máticos de un diálogo platónico son casi o tan importantes
497b). El rehusarse a responder apropiadamente cuando como los ingredientes más propiamente filosóficos, es de­
uno es interrogado está acompañado por un cierto "espíritu cir, aquellos ingredientes relacionados con 1a formulación
de broma", que, según Platón, suele caracterizar las técni­ de una tesis y de los argumentos que un personaje esgrime
cas sofísticas de discusión como opuestas a las filosóficas. para defonderla.
Qyien está dispuesto a responder apropiadamente, en cam­ Hasta este momento he estado dando lo que me pare­
bio, toma en serio lo que se le pregunta; este "tomar en se­ ce que constituyen algunos de los aspectos esenciales del
rio" la conversación no sólo significa considerar seriamente diálogo platónico; veamos ahora si al menos algunos de di­
la tesis discutida y el asunto en discusión, sino también -lo chos aspectos aparecen en el Filebo. Antes de ejemplificar
que es tal vez más importante- ser conciente del hecho de con algunos pasajes del Filebo en los que pueden verse esa
que uno debe hacerse responsable de lo que se sigue de sus combinación de aspectos dramáticos y filosóficos, quisiera
propias afirmaciones (ése es el modo de conservar la cohe­ hacer una presentación general del diálogo y decir algunas
rencia o el acuerdo básico, la homología, en el diálogo), las palabras acerca de su probable datación en la producción de
cuales presuponen como puntos de partida ciertos "acuer­ Platón y de su estructura dramática. El Filebo comienza con
dos" implícita o explícitamente aceptados por los hablantes. una discusión, liderada por el personaje Sócrates, que recuer­
"La concordancia'' de pensamientos de la que habla Platón da algunos diálogos "eléncticos" o refutatorios del llamado
en el Teeteto, por ejemplo (symphoneí; Teeteto, 154e5), debe "período temprano". La observación que abre la discusión
remitir a la concordancia de los argumentos, discursos o es cuál es el mejor candidato para responder a la pregunta
tesis (lógpt) que cada uno ha defendido. Si uno dice "x esy'', "iqué es el bien?" (aunque la pregunta no se formula de
y de ésa y otras afirmaciones complementarias se sigue -("x manera explícita en el diálogo, uno puede presuponer que
es y"), hay una buena razón para sospechar que la afirma­ se ha hecho en algún momento previo, pues la conversación
ción inicial es falsa (es lo que le ocurre al personaje Teeteto comienza con el resumen de dos posibles respuestas a dicha
en Teeteto, 165d: "Infiero que se sigue lo contrario de lo que pregunta; véase Filebo, llb-c). Los dos candidatos, como ya
establecí"). Lo importante, entonces, no es entrar en una señalamos, son el placer o el goce, por un lado, y la sabiduría
batalla de argumentos en la que lo único que finalmente o inteligencia, por el otro (lla-c). La discusión pasa rápida­
importa es ganar la discusión; lo relevante es encontrar la mente a considerar que la vida feliz consiste en un cierto
verdad (ver Teeteto, 172d y Filebo, 14b). La conversación filo­ estado (héxis) o disposición (diáthesis) del alma (l ld-12a), un
sófica tiene entonces una función terapéutica, pues desem­ aspecto que no es menor pues permite visualizar desde el
peña un papel activo en el proceso de transformación de la comienzo que la "felicidad" (una traducción seguramente
héxis en que se encuentra el alma de una persona que, gra­ inapropiada del término griego eudaimonía, pero bastante
cias al diálogo, es capaz de modificar su estado de creencia. habitual) no es un estado psicológico externo consistente en
Estos aspectos que he estado exponiendo y comentan­ una cierta alegría más o menos pasajera producida por algo
do tienen el objetivo de mostrar que los ingredientes dra- o alguien (como cuando uno recibe un regalo o el aplauso

36 37
de sus amigos por una humorada), sino más bien en un esta­ (kalós, 309a3) en un sentido y de otra (Protágoras) que lo
do interior del alma que, además, requiere de cierta perma­ es en otro (309c3). Sócrates argumenta que Protágoras es
nencia o estabilidad.zs En un tercer momento la discusión "más bello" (kállion) que Alcibíades porq�e es, más sabio
se centra en la noción de placer (en el contexto de la tesis (sophótaton).JO Ése es el modo en que Platón introduce la
de Filebo y Protarco) y en la de especies o tipos de placer figura de Protágoras, quien da nombre al diálogo; aunque
(12b-13d), para luego pasar al difícil tema de lo uno y lo no puede descartarse que hablar de Protágoras como de
múltiple, su aplicación a la discusión del bien, y la distin­ alguien muy sabio no sea un detalle irónico, no es menos
ción de los cuatro géneros en los que se divide "todo lo que cierto que Platón parece rendir su homenaje al gran sofista
hay en el universo": límite, ilimitado, mezcla, causa de la en este diálogo del único modo en que podría hacerlo:
mezcla (13e-27c). El siguiente gran tema del diálogo es la vi­ discutiendo sus posiciones o, tal vez mejor, su propia inter­
da mixta (véase 27c-28b, pero véase ya 22d y más tarde 61b), pretación de ellas.JI Por su parte, la RepúblicaJZ comienza
ese misterioso y en ese momento todavía hipotético "estado con la descripción del encuentro casual de Sócrates con
superior" al estado propio del placer y de la sabiduría (las Polemarco, a quien acompaña a la casa de su padre Céfa­
dos tesis antitéticas iniciales), que, en caso de mostrarse su lo. Sócrates se involucra en una conversación con Céfalo
viabilidad, sería capaz de desplazar tanto al placer como a sobre la vejez (esta primera parte de República, I es el De
la sabiduría como candidatos a aspirar al primer premio en la senectute platónico, en la que probablemente se inspiró Ci­
competencia por el bien (véase Ud ss.). cerón para su obra homónima). Céfalo argumenta que la
Un detalle dramático interesante del Filebo es que el riqueza es importante porque reduce la posibilidad de ser
diálogo comienza de una manera un poco abrupta, sin que tentado por la pobreza a cometer injusticia; de este modo
preceda una introducción: el diálogo comienza in medias se introduce por primera vez en el diálogo el tema en tor­
res con una conversación que se sigue de otra que ha tenido no del cual gira buena parte de la obra: qué es la justicia,
lugar poco antes y cuya dificultad central aparentemente tópico que culmina en el libro X con un mito acerca de la
no ha sido zanjada.29 Suelen ser relativamente habituales vida post mortem. El Fedro comienza con un encuentro de
las introducciones o, más precisamente, los "prólogos" Sócrates con Fedro, quien está regresando de la casa de Li­
en los diálogos platónicos, y tal vez sea difícil exagerar sias (éste parece haber dedicado buena parte de su tiempo
su importancia. Para poner algunos ejemplos: el Protágo­ a la composición de discursos forenses). Lisias, según el
ras se abre con un encuentro casual entre Sócrates y un personaje Sócrates, es quien ha pasado su tiempo agasa­
"compañero" (hetairas) y con un juego sobre la ambigüe­ jando a Epícrates con "un banquete de discursos" (227b).
dad semántica de una persona (Alcibíades) que es "bella"
30 Como vere1nos a continuación, un chiste similar hace Platón en
uno de los prólogos del Teeteto.
28 Ni en esta sección ni en ninguna otra parte del diálogo Platón 31 Algunas observaciones interesantes sobre el prólogo y el tema del
habla de eudaimonía, sino de bíos eudaímon, "vida feliz" (11d6) pero la Protágoras se encuentran en Divenosa (2006), pp. 17-27.
idea es la misma (véase también 47b7). ' 32 En el supuesto de que República, 1 forme efectivamente parte de
29 Véase Bossi (2008), p. 224. la obra.

38 39
Es decir, la introducción adelanta ya uno de los núcleos Formas (véase Filebo, 16c-d y mi nota ad loe.), una tesis que
del diálogo : la retórica o, más precisamente, cierto tipo Platón discute ampliamente en el Sofista (253b-c; 259a). (iii)
de retórica enfocada en las "exigencias que debe llenar la En el Filebo, como en el Político y el Timeo, el flujo -que
composición de discursos".33 describe la transitoriedad y no permanencia de lo que na­
Siempre es difícil fijar un criterio único para estable­ ce y muere- es la característica habitual de los fenómenos
cer fuera de toda duda la datación de un diálogo de Platón; sensibles. También en el Filebo (30b-c), como en el Timeo
una secuencia probable de producción de los diálogos de la (39b-c), el Alma del Mundo es la causa del orden de los
madurez y del período tardío suele ser Fedro, República, Par­ movimientos del mundo, que se manifiestan en ciclos regu­
ménides, Teeteto, Sofista, Político, Filebo, Timeo, Critias, Leyes.34 lares en las estaciones y las distintas partes del tiempo (años,
Como ya he sugerido al pasar, hay varios detalles del Filebo meses, etc.). (iv) La resistencia de Protarco a admitir que hay
que lo acercan a otros diálogos del "período de vejez": (i) La especies de placer (Filebo, 12c-13c) parece evocar la primera
dialéctica como método de división en géneros y especies hipótesis del Parménides, a saber, si algo es uno, no es múl­
(con cierto énfasis en el hecho de que una Forma es una tiple (véase 137c), pues sería tanto como admitir que lo uno
unidad compuesta de múltiples Ítems en la medida en que se (el placer) es múltiple (las especies de placer).
divide en especies) evoca un tema particularmente familiar Voy a evitar hacer un análisis demasiado detallado de
desde el Político (véase 261b-263a y mis notas a Filebo, 16d­ los personajes del diálogo, pero el carácter de cada uno
e)." Dentro de este primer punto debe recordarse que en Fi­ de ellos se irá delineando a medida que avance en la expo­
lebo, 16d Platón parece sugerir que el mejor tipo de división sición. El primer personaje que debería concentrar nuestra
es la dicotómica, un método que ejemplifica ampliamente atención es el que da nombre al diálogo, Filebo; no deja
en Político (257a-268d) a propósito de la definición del polí­ de ser curioso que, a pesar de dar nombre al diálogo, es el
tico, y en Sofista, 218e-22lc, a propósito de la definición del personaje que participa de manera al parecer menos activa
sofista.3' (ii) Otro detalle que acerca el Filebo a los diálogos de la discusión. Filebo se retira rápidamente del diálogo, aun
tardíos es la tesis de que puede haber una cierta mezcla de antes de comenzar a participar activamente de él. Como
observa Dorothea Frede, aunque Filebo no participa de ma­
33 Santa Cruz-Crespo (2007), p. 14. nera activa del diálogo, sin embargo permanece como un
34 Véase Kahn (2002), pp. 94-7.
35 El otro detalle importante que conecta el Filebo con el Político "perro dormido", conserva un ojo abierto en la discusión y,
es que las unidades formales específicas son los "intermedios" entre la eventualmente, agrega alguna observación, molesto por el
unidad original y la multiplicidad ilimitada (véase Político, 262b y, espe�
cialmente, 265a).
·
curso que van tomando las cosas.37 El diálogo, como hemos
36 En Filebo, 17a, Platón señala que la división no debe ser "azarosa",
un aspecto sobre el que también insiste en Político, 262b; 264b; 277a­
b. Sobre la dialéctica en el Político véase Santa Cruz (1995, pp. 190-9), 37 Las intervenciones esporádicas de Filebo son para quejarse de
quien argumenta que el Político debe leerse como un diálogo i'especial­ que no entiende (18a), o para protestar que aunque su diosa (Afrodita)
mente metodológico" (pp. 191 ss.) y que la dialéctica como método de no puede identificarse con el bien, tampoco puede serlo el dios de Só�
división dicotómica es uno de los métodos de explicación (p. 192), y crates (Apolo, 22c) o, en la misma línea, para denunciar que Sócrates está
Brancacci (2008, pp. 93-4). exaltando a su dios.

40 41
dicho, comienza abruptamente, retomando una conversa­ tipo de carácter que no es necesariamente difícil de en­
ción que ya estaba en curso, lo cual explica la necesidad de contrar: el de quien prefiere conservar dogmáticamente sus
resumir las tesis antitéticas que están en pugna. A diferencia creencias y posiciones sin someterlas al exar:'en P,e la discu­
de otros diálogos de Platón, el Filebo no tiene prólogo. Só­ sión dialógica.38 La actitud de persistir en la creencia que se
crates rápidamente atribuye a Filebo la tesis del hedonismo tiene respecto de algo y el desinterés por someterla a prueba
burdo; es como si Platón diera a entender que ya ha habi­ revela por parte de Filebo una actitud muy poco filosófica.
do una conversación al respecto y Filebo se ve desganado Para Platón y, en general, para el Sócrates platónico desde
y sin ánimo de seguir conversando. Luego de que Sócrates los primeros diálogos hasta por lo menos el 'Teeteto y el So­
resume las dos tesis en pugna para Protarco y le pregunta fista, en cambio, la sana actitud filosófica y de compromiso
a Filebo si se han expresado más o menos así, Filebo res­ con la discusión dialógica presupone ser capaz de revisar las
ponde con un lacónico "Sí, Sócrates, así exactamente". De propias creencias y, de ser necesario, modificarlas. Las creen­
inmediato nos enteramos de que Protarco tomará la causa cias filosóficas son, en opinión de Platón, susceptibles de ser
del placer pues Filebo no está dispuesto a seguir dialogando modificadas por un argumento. Si la actitud de Filebo fuera
(llc7-8 : "el bello Filebo se ha echado atrás"). La siguiente la correcta, el objeto de discusión (en este caso, qué es el
aparición de Filebo es en 12a7-8, cuando Sócrates establece bien) se volvería un objeto doctrinal o dogmático de inves­
que si aparece un estado o condición que sea superior tanto tigación, lo cual es lo mismo que decir que el problema del
al de placer como al de sabiduría (se refiere a los estados y bien no requiere más investigación. Este enfoque, sin embar­
disposiciones -héxeis-diathéseis- del alma que eventualmente go, es fuertemente antiplatónico, pues fue Platón quien no
proporcionarían una vida feliz), y que si dicho estado supe­ sólo nos enseñó que las creencias filosóficas pueden ser mo­
rior se muestra más afín al placer, la vida de placer dominará dificadas mediante un argumento (lógos), sino además que,
a la de sabiduría, y si ese nuevo estado se muestra más afín a para modificar nuestras creencias mediante un argumento,
la sabiduría, ésta dominará al placer. Tras la aceptación por también necesitamos transformar nuestra propia disposición
parte de Protarco de dicha decisión, Sócrates pregunta a Fi­ anímica: si no nos encontramos anímicamente dispuestos
lebo qué opina, y su respuesta es categórica: a aceptar lo que se sigue de una afirmación, al menos toda
vez que se siga, ni siquiera el mejor argumento será capaz de
Me parece y me seguirá pareciendo que el placer vence por persuadirnos en una dirección u otra; contra la ignorancia y
completo; en cuanto a ti, Protarco, tú mismo sabrás (Filebo, la estupidez no hay argumento posible.39
12a7-8).
38 O, como sugiere entender Gadamer (1999, p. 187) la actitud de
Filebo, éste renuncia a oponer su tesis valiéndose de la argumentación
Creo que este tipo de actitud recalcitrante justifica, al lógica, la que siempre presupone recibir la crítica y ser, potencialmente,
menos en parte, que Platón escoja dejar fuera del debate a refutable. Sobre la relevancia que también tiene el método dialógico (en­
tendido como método de refutación) en Davidson, véase Natali (2007,
Filebo. Como es obvio, el personaje Filebo es una construc­ pp. 113-43, en especial pp. 139-40) y Davidson (2005b, pp. 252-4).
ción de Platón, cuya intención tal vez sea describir un cierto 39 Como he intentado mostrar en Boeri (2007a), cap. 4, sección U,

42 43
La actitud de Protarco, en cambio, es muy diferente: Pero, entre los jóvenes, el que por primera vez en cada caso
en primer lugar, porque rápidamente advierte que si File­ lo prueba, regocijado como si hubiera descubierto un tesoro
bo se echa atrás y no está dispuesto a seguir debatiendo, de sabiduría y complacido por un placer inspirado, pone en
ya no tendrá más autoridad en relación con el acuerdo cou movimiento todo [tipo de] discurso, y a veces lo vuelve hacia
Sócrates o su contrario. Ésta es una manera de decir que otras cosas y lo concentra en un punto. Otras veces vuelve
Protarco es conciente de la necesidad de establecer cierto a desarrollarlo y dividirlo, y pone en estado de perplejidad,
acuerdo como condición necesaria del diálogo. En efecto, primero y sobre todo, a sí mismo, luego a aquel con el que
es un lugar común en los diálogos platónicos enfatizar el siempre se encuentre, ya sea que se trate de alguien más jo­
hecho de la necesidad de los acuerdos (homologfaz) entre los ven, más anciano o de la misma edad, sin tener miramientos
hablantes, acuerdos que luego deberán mantenerse en vista ni con su padre ni con su madre, ni con ningún otro de sus
de la coherencia o consistencia (homología) del discurso (véa­ oyentes, y por poco incluso con los demás seres vivos, no
se Gorgias, 461b; 468e; 482d; 487e etpassim). El requisito de sólo seres humanos, porque no tendría miramientos con nin­
la coherencia es lo que posibilita mostrar que alguien está gún bárbaro, con tal de que solamente tuviera un intérprete
en contradicción (Gorgias, 42b-c). En segundo lugar, porque en alguna parte (Fi/ebo, 15d-!6a).
Protarco toma en serio el mecanismo dialéctico que obliga
a revisar las propias creencias; como veremos enseguida en A lo cual responde Protarco:
el argumento del molusco, aunque Protarco no está dispues­
to a abandonar su posición hedonista de un modo rápido, Sócrates, ¿es que acaso no ves la multitud que somos, y que
está, sin embargo, dispuesto a revisar el alcance de su tesis todos somos jóvenes, y no temes que con Filebo nos echemos
luego de la primera refutación. En el Filebo presenciamos contra ti si nos insultas? No obstante, sin duda comprende­
un proceso de conversión paulatina de un Protarco abierta­ mos lo que estás diciendo, y si hay algún modo y medio de
mente hedonista al comienzo en un Protarco que empieza que, en cierto modo, nosotros pacíficamente dejemos fuera
a argumentar de un modo casi idéntico a Sócrates hacia el de nuestra discusión tal perturbación, y de que encontremos
final del diálogo. Es más, a pesar de los embates de Sócra­ un camino mejor que éste para nuestra discusión, tú esfuér­
tes, Protarco tiene buena disposición hacia el diálogo. Un zate por esto y nosotros, en la medida de nuestras posibili­
caso paradigmático de esto está documentado en el pasaje dades, te acompañaremos. Sócrates, no hay duda de que el
15e-16a, donde Sócrates ataca el uso ambiguo del lenguaje presente tema no es insignificante (!6a-b).
y, en general, la actitud lúdica a la que son particularmente
afectos los jóvenes: La respuesta de Protarco es sin duda sensata: no hay
necesidad de utilizar un discurso violento e insultante para
establecer la propia opinión.40 No obstante sentirse insulta-
esa ignorancia no lo es de contenidos cognitivos, sino que debe enten­
derse en un sentido disposicional o "actitudinal". 40 Una escena similar se encuentra en Teeteto, 167e-168b, donde Pro-

44 45
do, Protarco es capaz de tomar distancia y de advertir la efectivamente refutado. La resistencia de Glaucón no es
relevancia de lo que está diciendo Sócrates: si hay un mo­ casual; creo que Platón insiste en continuar la discusión
do "pacífico" (eumenós) de dejar fuera la perturbación que de la tesis de Trasímaco por boca de Glaucón porque,
presupone el uso ambiguo del lenguaje y de encontrar un en definitiva, la opinión de Trasímaco sobre la desven­
camino o método (hodós) mejor que ése para la discusión, taja práctica que conlleva la vida del justo frente a la del
Protarco está dispuesto a acompañar a Sócrates. Ese hodós injusto constituye una posición del sentido común cuya
es, como se ve enseguida en el texto, el método dialéctico, eventual falsedad hay, en todo caso, que probar. El modo
que se presenta como un "don de los dioses para los seres en el que Glaucón desafía a Sócrates a seguir discutiendo
humanos" (16c). Como se advierte en el texto que acabamos el tema de la justicia tampoco es de poca importancia:
de leer, Protarco (y los que están con él) está dispuesto a Glaucón le pregunta a Sócrates si quiere parecer (dokeín)
"acompañar" a Sócrates. Éste es otro detalle destacable del habernos persuadido de que es mejor en todo sentido (pan­
talante humano de Protarco: aunque todavía no está com­ ti trópoi) ser justo que injusto, o si en verdad (has alethós)
pletamente seguro del punto de vista de Sócrates, parece ser quiere persuadirnos de esto (357a4-b2). Aunque Glaucón
consciente ya de que el tema es difícil y de que hay alguna ahora está interesado en que haya no una refutación apa­
probabilidad de que su posición deba ser revisada. Por eso rente sino una real, luego pondrá cierto énfasis en tratar
declara que seguirá a Sócrates con los demás "en la ¡nedi­ de mostrar que lo que la gente en realidad cree -creencia
da de sus posibilidades". En cualquier caso, lo que pone de que lo tiene perplejo- es que la vida del injusto es mucho
manifiesto la actítud de Protarco es que tiene un honesto mejor que la del justo y que lo relevante es parecer justo, no
espíritu de colaboración con el diálogo. serlo.41 Esta actitud de Glaucón da una muestra eviden­
El talante del personaje Protarco evoca inmediata­ te a Sócrates de su talante humano y filosófico; se trata
mente a los personajes Glaucón en República, II y Teete­ de una persona seriamente involucrada o comprometida
to en el diálogo homónimo. Al comienzo de República, con el diálogo y capaz de arriesgarse a someter a prueba
Il, Glaucón, como probablemente muchos de nosotros, lo que cree. El personaje Teeteto, por su parte, también
no está del todo convencido de que Trasímacp h;¡ya sido comparte con Glaucón algunas de sus características. En
el contexto del diálogo Teeteto es presentado como el alter
tágoras en su "defensa" (por boca del vocero Só.crates) señ.ala que (i) ego intelectual y humano de Sócrates.42 Las cualidades
alguien que declara que está preocupado por la virtud está siendo inj14sto
con sus argumentos al no distinguir "mera contienda verbal" (agonizó­ 41 En su presentación contrastante del justo y el injusto Glaucón
menos) de "discusión dialógica" (dialegómenos), y (ii) que la consideración cita el pasaje de Esquilo (Siete contra Tebas, 592) en el que se sugiere que
verdaderamente filosófica de un asunto está acompañada de una actitud el justo es el que quiere ser bueno, no parecerlo (República, II.361b6-8).
que '(carece de hostilidad o afán de lucha" (ou dysfl'Jenós oude mq,khetikós), Véase también República, II.361e4-362a2: los que elogian la injusticia
en la que el dialogante se encuentra "con ánimo propicio" (hf/eoi tei dia­ antes que la justicia "dirán que, por estar dispuesto de este modo, el
nofai). El pasaje del Filebo destaca también un det_alle dramático intere­ justo será flagelado, torturado, encadenado, se le quemarán sus ojos y,
sante: hay un auditorio, aparentemente numeroso, de jóvenes ('¡no ves finalmente, después de sufrir todos estos males, será empalado y tendrá
la multitud que somos, y que todos somos jóvenes"), que permanece que reconocer que no debe querer ser justo, sino parecerlo (dokeín)".
callado pero que, de todos modos, sigue el debate. 42 Véase Blondell (2002), pp. 261-2 y Palumbo (2000), p. 230.

46 47
que reúne Teeteto son comparables a las que Platón exige SócRATES: Y bien, ¿es que acaso considerarías que todavía
a los perfectos guardianes (es decir, los filósofos) de la precisas de algo más si tienes eso por completo ?43
pólis en la República: tiene facilidad para aprender, agude­ PROTARCO: i De ningún modo!
za, buena memoria y valentía (ver Teeteto, 144a-b). Como SócRATES: Fíjate entonces: ¿acaso no precisarías, en algún
Sócrates, su aspecto exterior es el de una persona fea, con sentido, de sabiduría, inteligencia, cálculo y de todo lo que es
nariz chata y ojos saltones, aunque esas características se afín a ello?
encuentran mitigadas en el joven Teeteto (ver 143e) y, co­ PROTARCO: ¿Por qué? Podría tener todo si, poco más o me­
mo en Sócrates, ese aspecto exterior feo contrasta con el nos, tengo el disfrute [de los placeres].
aspecto interior propio de una "bella persona": es noble SóCRATES: Entonces, si vives así, ¿podrías disfrutar siempre
o extraordinario en cuanto a su carácter (144d), dócil, durante tu vida de los más grandes placeres?
se encamina a sus lecciones con placidez y sin tropiezos PROTARCO: iiPor qué no habría de poder!?
(144b), es generoso con el dinero (144d); a pesar de que su SócRATES: Pero si no posees inteligencia, recuerdo, conoci­
fortuna ha sido dilapidada por sus tutores, admite su pro­ miento u opinión verdadera, en primer lugar, ¿no es sin duda
pia ignorancia sin que ello signifique un problema para necesario que tu ignores esto mismo, a saber, si estás disfru­
él (148b; 148e); manifiesta su interés por preservar la co­ tando o no, puesto que estás vacío de toda sabiduría?
herencia de su discurso (154c-e) y comparte el estado de PROTARCO: Sí, es necesario. . .
perplejidad (aporía) propio de Sócrates y que caracteriza SóCRATES: Y, desde luego, es sin duda del mismo modo nece­
la actitud filosófica (174c-d; 175b; 187d; 190e). A diferen­ sario que, si no posees recuerdo, no puedas recordar que en
cia del personaje Filebo (a quien no le interesa participar algún momento estabas disfrutando, y que cuando el placer
del diálogo) y como el personaje Protarco (a quien sí le de este momento surge, ningún recuerdo [de él] persista [en
interesa), Teeteto tiene buena disposición a la discusión ti más tarde]. A su vez, si no posees opinión verdadera, no
filosófica y no teme equivocarse, ya que, en ese caso, puedes estar opinando que disfrutas cuando estás disfrutan­
seguramente será corregido por alguien (146c). Varias de do y, si estás privado de cálculo, no te es posible calcular que
estas características de Teeteto y Glaucón son comparti­ disfrutarás en un momento futuro; vives no una vida huma­
das por el personaje Protarco en el diálogo Filebo. na, sino la de un molusco o la de los animales marinos que
Para entender un poco mejor la actitud y el talante hu­ viven en conchas. ¿podemos pensar que esto es lo que ocurre
mano y filosófico de Protarco, conviene concentrarse bre­ o, además de esto, podemos pensar en otra cosa?
vemente en otro pasaje del Filebo, que aparece en la primera PROTARco: ¿Cómo podríamos?
parte del diálogo; se trata de un texto muy intenso, tanto SócRATES: Ahora bien, tal índole de vida, ies acaso elegible
filosófica como dramáticamente, por lo cual prefiero citarlo para nosotros?
completo:
43 "Eso" es, claro está, el placer (sensual) o la satisfacción de los
deseos corpóreos.

48 49
PROTARCO: Sócrates, este argumento me ha dejado completa­ y, en cierto modo, arrogancia de Protarco. En efecto, él ha
mente sin habla por ahora . . . estado defendiendo la tesis de que el bien es el placer o que
SóCRATES: No nos ablandemos, sino que cambiando a l a vida el mejor estilo de vida es la vida placentera co11 una con­
del intelecto, inspeccionémosla. fianza y seguridad probablemente extremas. Obviamente,
(Filebo, 21a-d) el punto no es que no se pueda defender el hedonismo co­
mo tesis filosófica, pero la actitud inicial de Protarco a este
Este pasaje es, en mi opinión, una fantástica combina­ respecto muestra una cierta naturalidad y evidencia sobre
ción de ingredientes filosóficos y dramáticos. Los ingredien­ un tema que requiere examen y justificación. Es por eso
tes filosóficos se centran en el argumento; dicho argumento que la pregunta de Sócrates de si aceptaría vivir toda su vida
no muestra que el bien es la sabiduría o las distintas capaci­ disfrutando de los más grandes placeres le resulta, en una
dades intelectuales que ha mencionado Sócrates como los consideración de mínima que no genere conflicto, por lo
candidatos más razonables para ser identificados con el bien menos insólita, aunque es bastante claro que le parece de­
o la vida buena (no es, por lo demás, ése el objetivo del cididamente extravagante. Pero el argumento de Sócrates
argumento). Lo que el argumento muestra es que sin tales muestra con cierta fuerza que no es cierto, como había su­
capacidades como condición necesaria ni siquiera se podría puesto Protarco, que le baste con el placer para poder deci­
postular la posibilidad de que el placer sea el bien, pues uno dir si, efectivamente, está viviendo una buena vida que, en
sería incapaz de saber si está disfrutando de un placer o si un su opinión, es una vida placentera (algunos creen que el ar­
cierto estado sensorio puede reconocerse como placentero gumento del molusco es un argumento adhominem; volveré
o no (esto muestra la necesidad de poseer al menos opinión sobre esto en la sección 4 de esta Introducción). Los ítems
verdadera). La memoria o recuerdo (mnéme), por su parte, que Sócrates ha defendido como los mejores candidatos
garantiza que uno pueda recordar que en algún momento para la vida buena (inteligencia, conocimiento, memoria,
pasado estaba experimentando un placer, y el cálculo (lo­ cálculo, etc.) son al menos condiciones necesarias de ella.
gismós), finalmente, garantiza que uno podrá disfrutar de Hacia el final del argumento, un poco en serio y un poco
un placer en el futuro. Estos tres ingredientes, que forman en broma, Sócrates llama a Protarco "molusco" y "almeja"
parte de los candidatos socráticos que aspiran a ser el bien, (Platón dice, de un modo más refinado, "animales marinos
son al menos condición necesaria del placer, lo cual muestra que viven en conchas", pero nosotros podemos pensar en
que sin ellos el placer no es posible. Como se ve más adelan­ almejas o algunas otras criaturas de ese tipo), las criaturas
te (2!d-e), aunque con un poco menos de énfasis, Sócrates más estúpidas de la naturaleza, según Platón (Timeo, 92b-c).
aplica la misma estrategia argumentativa para mostrar que Es como si Sócrates le estuviera diciendo a Protarco: "ino
la vida buena requiere cierta dosis de placer. Por otra parte, seas molusco, no seas almeja!", que es como decirle "ino seas
hay también algunos ingredientes dramáticos que, en mi estúpido!". Tras esta primera refutación, Protarco yace abru­
opinión, el lector atento del Filebo no debería dejar pasar: en mado ("este argumento me ha dejado sin habla, afásico") y
primer lugar, al comienzo del texto, es notable la confianza después de la refutación su ánimo ya no es tan arrogante ni

50 51
confiado; pero el diálogo como método conjunto para dar un tono irónico, como si le dijera "no seamos almejas" -las
con la verdad debe continuar (al comienzo del diálogo Só­ almejas, como otros animales que viven en conchas, son
crates recuerda a Protarco que "no estamos rivalizando por blandas-, pero también puede tener la intención de generar
la victoria respecto de este mismo asunto, de modo que lo confianza en el abrumado Protarco). Sócrates se muestra
que yo sostengo o lo que tú sostienes resulte ser lo que gane, dispuesto a ceder y admite, sin mucho rodeo, que tampoco
sino que ambos debemos aliarnos por lo más verdadero"; su modelo de buena vida está exento de dificultades (cómo
14b), y la refutación como método terapéutico ha logrado sería la vida de una persona que no sienta ningún placer ni
comenzar a modificar en la dirección correcta la disposi­ dolor... sería una vida propia de un insensible)44 y sugiere
ción anímica de Protarco. Sócrates claramente advierte que el que resulta de una mezcla de ambos, la "vida mixta". La
Protarco está abrumado, por eso de inmediato replica "No conclusión de Protarco ante esta nueva perspectiva que se
nos ablandemos, sino que cambiando a la vida del intelecto, abre no deja dudas de que, luego de su refutación, no se
inspeccionémosla" (21d). A pesar del primer. impacto que siente amilanado, sino que quiere seguir adelante con el de­
Protarco ha recibido, hay que seguir debatiendo; el impacto bate y concluye que "de los tres modos de vida que se pro­
no sólo lo ha recibido Protarco, sino también su tesis. Es pusieron -el de placer, el de conocimiento y el mixto-, dos
por eso que Sócrates sugiere también someter a análisis su no son suficientes ni elegibles para ningún ser humano o
propia posición; es cierto que no le dedica mucho tiempo, animal" (22a-b). Es apenas en este punto que Protarco pro­
aunque es claro que Sócrates parece consentir, junto con bablemente comprende el requisito de la elegibilidad (que
Protarco, en que un tipo de vida en el que uno poseyera to­ Sócrates introduce tempranamente en el diálogo; 18e) que
do tipo de sabiduría, inteligencia, conocimiento y recuerdo debe tener cualquier cosa que califique como un candidato
de todo, sin participar del más mínimo placer (ni tampoco apropiado en la competencia por el bien. El argumento por
de dolor), convirtiéndose así en una persona insensible, no sí mismo ya era suficiente para advertir a un interlocutor
constituye una vida elegible (21d). Esto es lo que permite en bien intencionado y colaborador con el diálogo que su po­
el diálogo introducir el tercer tipo de vida (la vida mixta), sición al menos necesitaba ser matizada; pero el ingrediente
que se presenta como una posición superadora tanto de la dramático potencia la fuerza del argumento, pues ni siquie­
del placer como de la de la sabiduría (22a). ra Protarco, gozoso en su hedonismo burdo, está dispuesto
Pero permítaseme volver brevemente a Protarco y al a permitir que lo confundan con un molusco o con una
modo en que ha quedado después del primer embate de Só­ almeja.
crates. Luego del argumento del molusco Sócrates advierte El otro pasaje del Filebo que me gustaría comentar para
que, en medio de su estado de confusión o de perplejidad terminar con esta sección aparece en 27e-28b. Allí encontra­
(Sócrates, como es habitual, ha logrado generar la aporía), mos el siguiente diálogo:
Protarco está dispuesto a seguir el diálogo y lo anima ("no
nos ablandemos", 21d; como he sugerido en nota a este pa­ 44 Un tipo de vida que tampoco está dispuesto a aceptar Aristóteles,
quien probablemente tiene a la vista este pasaje del Filebo (véase Aristó­
saje, la sugerencia de "no ablandarse" puede también tener teles, EticaEudemia, 1230bl3-14).

52 53
SócRATES: Bien; iy qué sucede con tu [estilo de vida], Fi­ vez el propósito de enfatizar el hecho de que la posición de
lebo, que era placentero y sin mezcla? iEn qué género de Filebo-Protarco, correctamente entendida, debe ser una vi­
los ya mencionados correctamente podría decirse que se da que ni siquiera contemple la posibilidad de . la salida razo­
encuentra? Respóndeme a esto antes de exponerlo. nable de la "vida mixta" y que, además, el único ingrediente
FILEBO: Solamente sigue hablando... aceptable de una vida buena es el placer. El otro aspecto
SócRATES: iPlacer y dolor tienen un límite o se encuentran importante de este breve diálogo entre Sócrates y Filebo (es­
entre lo que admite "el más" y "el menos"? pecialmente al comienzo del pasaje) se centra en el hecho
FrLEBO: Sí, Sócrates, entre lo que admite "el más", pues el
de que Filebo acepta sin dudarlo que el placer se encuentra
placer no sería la totalidad del bien si no fuese ilimitado por entre lo que es ilimitado, aunque no entre lo ilimitado en
naturaleza, tanto en cantidad como en intensidad. el menos, sino entre lo ilimitado en el más (el placer se en­
SócRATES: Filebo, tampoco el dolor sería la totalidad del mal,
cuentra "entre lo que admite 'el más' pues el placer no sería
de modo tal que nosotros dos tenemos que examinar alguna la totalidad del bien si no fuese ilimitado por naturaleza").
otra cosa que la naturaleza de lo ilimitado en la medida en Es decir, placer y bien se identifican en sentido absoluto y,
que provea una parte de bien a los placeres. Concedámoste cuanto más placer haya, mejor será la vida.45 La réplica de
que estos dos pertenecen al género de las cosas ilimitadas. Sócrates a esta afirmación, recalcitrantemente hedonista,
iEn cuál de los [génerosJ antes mencionados podríamos agrega de una manera implícita un importante ingrediente
poner ahora a "sabiduría", iiconocimiento" e "intelecto" sin al debate: tampoco el mal sería la totalidad del mal, lo cual
cometer una impiedad? No me parece que sea insignificante probablemente quiere decir que, como en otros contextos,46
el riesgo para nosotros si respondemos correcta o incorrecta­ Platón quiere indicar que, aunque de modo inmediato algo
mente a lo que ahora se pregunta. sea doloroso, eso no significa que forzosamente sea malo.
FILEBO: Sócrates, iestás exaltando a tu propio dios! En efecto, un dolor puede dar lugar a un estado placentero
SócRATES: iY tú, amigo, a tu propia diosa[ No obstante, tene­ (como la salud), lo cual muestra que, en realidad, ese dolor
mos que responder a lo que se pregunta. era algo bueno, no necesariamente malo.47
PRoTARCO: Filebo, Sócrates tiene razón y debemos hacerle
caso. [....]
45 Filebo parece ser consciente de que no basta la presencia de una
SócRATES: Tengo que hacerte caso, Protarco, ya que no estás cantidad importante de placer: además de tener que haber mucho pla­
cer éste debe ser intenso (véase 27e9: kai pléthei kai toi mállon). El pro­
ordenando nada difícil. Pero, en realidad, como dijo Filebo, te
ble�a es retomado por Sócrates (véase 45d ss.) cuando dis�ingue entre
.
turbé cuando, haciendo una exaltación en broma, te pregun­ (i) placeres más numerosos y (ii) placeres que sobresalen en :ntens1dad y
grado (aunque la intensidad en que parece estar pensando Socrates no es
taba a qué género pertenecían el intelecto y el conocimiento.
sensual). .
PRoTARco: Sí, Sócrates, completamente. 46 Véase los pasajes platónicos citados en mi nota a 28a.
47 Una lección muy bien aprendida por Epicuro, quien, aun con­
siderando que entre el placer y el bien hay identidad, entiende que si
El hecho de que Sócrates señale que el estilo de vida que algunos placeres, como los de los intemperantes, resultan finalmente
dolorosos, no deben perseguirse (véase Epicuro, Carta a Meneceo, 131 y
defiende el hedonismo recalcitrante es "sin mezcla" tiene tal mis observaciones en Boeri, 2010).

54
55
Es probable que en el calor de la conversación el énfa­ (ii) ya no parece tan convencido por la tesis del hedonismo
sis de Sócrates de que tampoco el dolor sería la totalidad burdo como un candidato plausible en la competencia por
del mal no haya sido tan "en broma". Sin duda, en 28a el el bien. Esa actitud ya es filosófica; Sócrates ,lescubre muy
tono parece ser completamente solemne ("sin cometer una temprano en el Filebo esta actitud que me atrevo a llamar
impiedad" ) . Así lo entiende también Filebo cuando, un po­ "disposición anímica", el estado de ánimo que es previo a
co molesto, advierte que Sócrates está "exaltando" o "cele­ una discusión argumentativa, la sana actitud de la duda de
brando" al dios Apolo. Creo que puede tratarse de uno de quien está dispuesto a hacer un esfuerzo por admitir, si las
esos giros en los que Platón introduce ingredientes serios o razones así lo mostraran, que lo que cree puede ser falso.
"semi-serios" para mostrar que, más allá de todos los chistes Esa disposición anímica es anterior a cualquier discusión
que sobre el asunto en discusión pudieran hacerse, la sabi­ argumentativa, porque si uno no está dispuesto a entender
duría, el intelecto y el conocimiento son candidatos razona­ razones, no importa lo bueno que sea un argumento, de
blemente aceptables como para ser tenidos en cuenta en la todos modos no entenderá, porque contra la ignorancia -no
posible identificación con el bien (al menos; como quedó entendida en el sentido de falta de contenidos cognitivos,
demostrado en el argumento del molusco, son condiciones sino como un cierto estado disposicional consistente en no
necesarias de la vida buena). Pero, naturalmente, el tono es, ser capaz de admitir el propio error y de creer saber lo que no
al menos en parte, bastante solemne, pues Sócrates muestra se sabe, es decir como necedad- no hay argumento posible.
preocupación por no decir una blasfemia en la inclusión Resta decir unas palabras sobre el personaje Sócrates.
que se haga de tales candidatos a un género determinado, Como es sabido, en los diálogos platónicos de vejez la figura
y así lo entienden tanto Filebo como Protarco. Otra cosa del personaje Sócrates comienza a desdibujarse y a tener un
es que esa solemnidad sea tomada con preocupación por papel menos relevante. En el Sofista, por ejemplo, Sócrates,
los interlocutores de Sócrates: Protarco, al reconocer que lejos de ser un personaje central (el que habitualmente con­
ha sido completamente turbado por el comentario (Filebo, duce la conversación formulando las preguntas y demolien­
27c5), parece tomar en serio la solemnidad con que plantea do sistemáticamente las respuestas de sus interlocutores), es
el asunto más tarde Sócrates. Filebo, en cambio, no se sien­ un personaje más bien secundario. Otro tanto puede decirse
te afectado en nada por la observación de Sócrates pues la del papel desempeñado por Sócrates en diálogos como el
divinidad que se encuentra en el trasfondo del comentario Parménides y el Timeo. En el Filebo, en cambio, igual que en
socrático no es reconocida como tal por él. No estoy seguro el Teeteto (y en varios diálogos del período medio como el
de que Protarco tome muy en serio a Apolo, la divinidad Fedón, la República, el Banquete o el Fedro), el personaje Só­
a la que Sócrates está invocando entre líneas; pero me pa­ crates es el gran inquisidor que pregunta y repregunta todo
rece bastante claro que sí toma en serio lo que implica el el tiempo, el interrogador implacable que, como en el Teete­
comentario de Sócrates en el sentido de que Protarco a esta to, al menos por un momento pierde su compostura serena
altura del diálogo está completamente persuadido de que (i) y ataca con cierta violencia a Protarco y a la "multitud" de
la tesis opuesta a la suya merece al menos ser examinada, y jóvenes que está con él (véase 15d-16a; en 66e Sócrates admi-

56 57
te que se irritó con la tesis del hedonismo grosero). Al me­ Hay, con todo, algunos temas que parecen estar au­
nos en sus primeras páginas, el Filebo tiene el carácter de un sentes del Filebo, tal como la tripartición del alma o una
"diálogo socrático": Sócrates pregunta, un interlocutor res­ discusión explícita de la virtud moral y su relación directa
ponde, y Sócrates refuta y anima a que el interlocutor vuelva con la vida buena, un tema decisivo de los libros centrales de
a responder. La más obvia refutación socrática aparece en el la República. No hay que pensar, sin embargo, que Platón
"argumento del molusco" (21a-d) y, aunque allí Sócrates no ya no crea en la tripartición del alma, pues reaparece en el
ha hecho formalmente la pregunta "iqué es x?" ni Protarco Timeo (en caso de que pueda decirse que el Timeo es poste­
responde expresamente "x es y", la estructura es bastante rior al Filebo). Tampoco el tema de la virtud moral (arete')
similar a la de los diálogos en que se presenta el problema está .ausente del Filebo: en efecto, en 63e, cuando Sócrates
en esos términos. Sócrates no ha hecho directamente a Pro­ tiene el hipotético diálogo con la sabiduría y la inteligencia,
tarco la pregunta "iqué es el bien?" pues esa pregunta, que éstas le dicen que incluirán en la mezcla en que consiste la
se omite al comienzo del texto, parece haberse hecho antes vida buena los placeres verdaderos y puros, y los que están
en el diálogo. Dicha pregunta, probablemente, hay que su­ acompañados de salud -probablemente anímica- y sabidu­
ponerla para entender la ausencia de un prólogo. Protarco ría, y de virtud en su totalidad. Como es obvio, la concepción
no necesita que le pregunten qué es el bien. Pues adopta socrático-platónica de la excelencia moral como requisito
desde el comienzo la respuesta de Filebo a dicha pregunta: (necesario y suficiente) de la felicidad permanece inalterada:
el bien es disfrutar, el placer y el goce. Como en el Teeteto, no puede haber vida buena si hay vicio o deformidad moral.
donde Platón parece reproducir un esquema típico de diá­ Un diálogo de Platón -y no menos el Filebo- es la repre­
logo platónico, en el Filebo el personaje Sócrates conduce el sentación de una escena dramática, pero lo que dicha escena
debate preguntando, rebatiendo y repreguntando de mane­ dramática presenta es el pensamiento mismo que, según el
ra implacable pero, al mismo tiempo, animando a Protarco, propio Platón, no es más que dialogar (dialégesthaz), pregun­
quien desde el principio exhibe una disposición apropiada tarse y responderse, afirmar y negar (Teeteto, 189e-190a; So­
al diálogo franco. 48 fista, 263e; Filebo, 38e). Si es verdad que Platón sostuvo que
"no existe ni nunca existirá un escrito mío sobre estas cosas
48 Davidson (2005a, p. 234) encuentra otros dos rasgos socráticos (esto es, sobre su filosofía), pues ella no es expresable en
en el Filebo: (i) la insistencia de que el interlocutor diga lo que cree (lo
cual, en su opinión, explica que Platón excluya a Filebo del diálogo acti­
modo alguno" (Carta Vll.341c4-6)49, no es menos cierto que
vo); (ii) la insistencia socrática en que lo que él considere que es verdad su monumental obra es testimonio de que el diálogo es una
-aunque se trate de una suposición no examinada- sea acordado. No
obstante, no hay ninguna posición -incluida la del mismo Sócrates­ manera apropiada de pensar su filosofía.
que esté exenta del examen dialéctico (véase Filebo, 14b). Esto se ve con
especial claridad, según Davidson (p. 235), en el hecho de que casi a.l
final del diálogo Protarco declara que "ya todos afirmamos que lo que
has dicho ahora es completamente cierto" (67b), aunque, en realidad, lo
que al final del diálogo dice Sócrates tiene poco que ver con lo que decía
al comienzo y es solamente lo que se ha producido como resultado del
argumento elénctico. 49 Véase también Fedro, 275c5-7.

58 59
3. El problema uno-múltiple y su relación con la discu­ ción que pone fin a su existencia. Pero en un bien conocido
sión del bien. Los cuatro géneros en que se divide todo pasaje del diálogo Parménides -otro de los diálogos que jun­
lo que hay en el universo to al Político, el Sofista y el Filebo forman parte deLperíodo de
vejez en la producción platónica-, Platón regresa otra vez al
Para quien accede al Filebo de una manera ingenua, cre­ problema uno-múltiple: allí la unidad que reúne y a la cual
yendo que lo único que va a encontrar en este diálogo es se refieren los múltiples particulares sensibles es, de nuevo,
una discusión sobre el problema del bien o, en general, un la Forma (130b). La Semejanza en sí es una unidad en y por
tratado de ética en el sentido moderno del término, puede sí (lo mismo que la Desemejanza), y "de estas dos entidades
resultar sorprendente el debate sobre el problema uno-múl­ o seres (toútoin de duoín óntoin) participamos tú, yo y todas
tiple -un tema que puede encontrarse en otros diálogos de las demás cosas que sin duda llamamos múltiples" (129a3;
Platón y que constituye uno de los núcleos de la metafísica véase también 130b). En este contexto Platón hace notar
platónica- y no menos sorprendente la discusión sobre los que no tiene nada de absurdo o prodigioso si se probara
cuatro géneros de lo que hay en el universo. Desde los diálo­ que todas las cosas son una por participar de "uno", y que
gos medios la unidad, esto es, la unidad originaria o genui­ las mismas cosas son múltiples por participar también de
na, está asociada a una Forma o Idea (eídos; idéa), el único la multiplicidad. Lo que sí le parece que puede ser sorpren­
ítem que es verdaderamente uno. La multiplicidad, en cam­ dente es que se demuestre que lo que es uno sea ello mismo
bio, habitualmente hace referencia a los múltiples particu­ múltiple, y que lo múltiple sea uno (esto es, que la Forma de
lares sensibles, que son ejemplificaciones de estas unidades Uno sea múltiple y que la de Múltiple sea uno, ya que nin­
originarias que son las Formas. Según el Fedón (78c-e), las guna Forma puede contener propiedades contrarias; 129b­
cosas que se encuentran siempre en el mismo estado y en la c).'º El Parménides es interesante porque allí Platón se centra
misma condición son no compuestas, mientras que las que en el caso en que uno puede decir que no tiene nada de raro
cada vez se encuentran de una manera diferente y nunca ni sorprendente decir que yo, por ejemplo, soy uno y múlti­
en el mismo estado son compuestas. Platón argumenta que ple. En efecto, si se quiere probar que soy múltiple, se puede
cada uno de los ítems que en y por sí mismos son uniformes decir que una es la parte derecha de mí, y otra la izquierda,
(como "lo bello mismo"), se encuentran siempre del mis­ una cosa es la parte de adelante, otra la de atrás, y esto es así
mo modo, en el mismo estado, sin admitir nunca ningún porque participo de la multiplicidad. Inversamente, si lo que
tipo de alteración. Las múltiples cosas bellas, en cambio,
so "Si se mostrara que tanto los Géneros en sí como las Formas (auta
como hombres, caballos o vestidos bellos, comportan una tCt gene te kai eíde) son en sí mismos afectados por estas propiedades o
condición totalmente contraria y nunca se encuentran en el afecciones contrarias, sería digno de sorpresa; pero si alguien .demostra­
ra que yo soy uno y múltiple, diciendo, cuando quiere mostrar que soy
mismo estado o condición. Estas múltiples cosas presentan
múltiple, que unas son las partes derechas de mí y otras las izquierdas,
diferentes partes y aspectos, es decir, son compuestas, de unas las anteriores y otras las posteriores, y, del mismo modo, unas las
superiores y otras las inferiores, ¿qué tiene de sorprendente?" (Parmé­
modo que se encuentran sujetas a diferentes tipos de cam­
nides, 129c2-8). Sobre este pasaje véanse las lúcidas observaciones de
bio, incluido el tipo de cambio que supone una descomposi- Scolnicov (2003, pp. 50-1).

60 61
se pretende es argumentar que soy uno, se puede decir que, que sus candidatos a ser identificados con el bien (sabiduría,
entre nosotros que somos siete, yo soy una persona porque conocimiento, inteligencia) podrían experimentar la misma
participo también del uno. De esta manera, ambas afirma­ consecuencia que el argumento de Protarco, a saber, que las
ciones (que soy uno y que soy múltiple) resultan verdaderas clases de conocimiento en su totalidad son múltiples, y que
(129c8-d2). Digo que el caso del Parménides es interesante algunas de ellas son desemejantes entre sí. Esto le hace sos­
porque este tipo de enfoque respecto de lo uno y lo múltiple pechar a Protarco que ambas tesis (la de Sócrates y la de Pro­
es visto como el modo pueril de entender lo uno y lo múlti­ tarco) "son iguales". Uno podría preguntarse por qué ahora
ple en el Filebo (véase 14d).5 1 Ante este modo de entender el Protarco supone que su tesis (lógos) y la de Sócrates son igua­
problema por parte de Protarco, Sócrates señala que hacer­ les; tal vez, se podría responder, porque ahora está dispuesto
lo de esta manera constituye "un serio impedimento para a admitir, al menos ex hypothesi, que hay especies de placer que
los argumentos" (Filebo, 14d). En el Parménides Platón había son desemejantes (véase también 19d). Pero como Sócrates
subrayado que decir que un objeto físico, como una perso­ indica enseguida, no debe ocultarse la diferencia entre "su"
na, es uno y múltiple no genera ninguna dificultad ni tiene bien y el de Protarco, es decir, entre lo que Sócrates entiende
nada de sorprendente o prodigioso; si se aplica esa afirma­ por bien y lo que entiende Protarco. Lo que Protarco está
ción a las Formas, en cambio, el problema se torna crítico pensando es que su tesis es igual a la de Sócrates porque los
(o "sorprendente"). El Filebo es importante en este punto candidatos a ser el bien en ambas posiciones pueden enten­
de detalle, entonces, porque es eso, precisamente, lo que se derse como "uno" y "múltiple": en cuanto placer y conoci­
propone hacer Platón allí: tratar el problema uno-múltiple miento, todo placer y todo conocimiento es uno, pero como
no desde el punto de vista pueril (como lo entiende Pro­ hay variadas clases o especies de placer y de conocimiento,
tarco) aplicado a particulares sensibles, sino desde el punto tanto placer como conocimiento son también múltiples. En
de vista más serio y, en este diálogo, filosóficamente más realidad, el problema uno-múltiple ya hace una aparición
relevante, aplicado a las Formas; es decir, el mismo planteo algo rapsódica en Filebo, 12b-d, como recuerda Sócrates en
del problema que, según había dicho en el Parménides, se 14a. Allí se hace referencia a la tesis de lo uno y lo múltiple
tornaba crítico y quizás irresoluble: mostrar que las Formas como a una "tesis asombrosa", a saber, la tesis de que lo múl­
admiten en sí mismas mezclarse y separarse (synkeránnysthai tiple es uno y lo uno múltiple (del mismo modo la califica
kai diakrínesthai; Parménides, 129e2-3). Platón en el pasaje del Parménides citado al comienzo de esta
El problema de lo uno y lo múltiple aparece en un pa­ sección). De inmediato Protarco ofrece una interpretación
saje del Filebo que es de considerable dificultad filológica de la tesis uno-múltiple que es tildada por Sócrates de pue­
y filosófica. El asunto es adelantado por primera vez en el ril: Protarco piensa que Sócrates está hablando del caso en
texto hacia el final de 13e: allí el personaje Sócrates sostiene que "alguien dice que yo, Protarco, que por naturaleza he
llegado a ser uno, soy a mi vez muchos y contrarios los unos
51 Para dos pasajes paralelos véase Platón, República, VIl.524d-526c
y Sofista, 251a-b. En Fedón, !Ola-e, el problema de cómo algo puede ser a
respecto de los otros, y establece que yo mismo soy grande
la vez uno y múltiple se resuelve haciendo intervenir a las Formas. y pequeño, pesado y liviano y otras miles de cosas" (Filebo,

62 63
14d). A pesar de la descalificación que Platón hace de esta están directamente relacionadas con la división -o, más
interpretación del problema uno-múltiple, en Fedón, 96d-e precisamente, con saber dividir- como una parte crucial del
emplea un ejemplo muy semejante para dar cuenta de rela­ método dialéctico (véase 16c5-17a5). La controversia (am­
ciones que permiten aplicar predicados contrarios a un mis­ phisbétesis) a la que la aplicación de la división a las unida­
mo objeto y presentarlo como uno y múltiple. En el Filebo, des formales da lugar tiene que ver con el hecho de que el
en cambio, Sócrates encuentra que esta interpretación del método dialéctico, apropiadamente aplicado, garantiza el
problema uno-múltiple puede ser un severo inconveniente diálogo filosófico (dialégesthai), como algo diferente de la
para los argumentos, porque tampoco, cuando alguien dis­ mera disputa verbal, diálogo que permite acceder al cono­
tingue con su argumento los miembros y a la vez las partes cimiento a través de distinciones y definiciones apropiadas
de cada cosa, pide que uno esté de acuerdo con que todas (17a; véase también República, V.454a4-9). La siguiente sec­
estas partes sean aquella unidad, y entonces uno es refutado ción del diálogo, a partir de 15b, anuncia la introducción
y ridiculizado por las monstruosidades que fue obligado a del "don de los dioses", la llamada "tradición celeste", que es
admitir, a saber, que lo uno es como lo múltiple e infinito, el método que garantizará un correcto tratamiento del pro­
y que lo múltiple solamente es como lo uno. Además -y blema uno-múltiple. Si uno recuerda el diálogo Parménides,
ésta es probablemente la razón de fondo que tiene Sócrates 131a-d (donde Platón plantea un conjunto de dificultades
para calificar de pueril la comprensión del problema uno­ sobre lo uno y lo múltiple), tendría razones para creer que,
múltiple por parte de Protarco-, como se ve claramente, los a pesar del optimismo de Platón en el Filebo, el problema
ejemplos que da Protarco de lo uno y lo múltiple atan el uno-múltiple es irresoluble. Pero Platón, fiel a su práctica
problema del lado de lo sensible ("soy grande y pequeño, de regresar una y otra vez al mismo tema, sin importar lo
pesado y liviano"), cuando lo que Sócrates quiere investigar difícil que sea, en el Filebo se propone enfrentar de nuevo las
es lo uno y lo múltiple en las Formas, a las que no puede dificultades en torno de lo uno y lo múltiple.
aplicarse predicados de cualidades sensibles, como grande y A continuación cito los dos pasajes centrales (Tl y T2),
pequeño, pesado y liviano. presento algunas de las dificultades (filológicas y filosófi­
La interpretación correcta de la tesis sobre lo uno y lo cas) y ofrezco una modesta interpretación. sz En este últi­
múltiple es enunciada por Sócrates en Filebo, 15a: la uni­ mo punto intentaré mostrar la lógica que parece gobernar
dad debe tomarse no entre lo que se generay perece. O sea, la el argumento y la necesidad de incluir aquí la dificultad
unidad en la que hay que pensar no es la unidad numérica uno-múltiple y su conexión con el problema del bien. T1
empírica, sino la unidad formal o genérica. Esto es lo que contiene la introducción general al problema uno-múltiple,
creo que significa aquí "postular a hombre como uno, buey
como uno, bello como uno, bueno como uno". El error de 52 En lo que sigue presento una discusión filológica que puede ser
demasiado abstrusa para el no especialista; en este caso en particular, sin
Protarco sería entonces confundir la unidad empírica con la embargo, ese tipo de referencia es absolutamente imprescindible, pues
afecta el significado filosófico de los textos que se examinarán a conti­
unidad formal o específica. Este último tipo de unidad es
nuación. De todos modos, el lector no especializado puede avanzar en
la Forma o Idea. Las "divisiones referidas a estas unidades" la lectura de la interpretación general de los dos pasajes analizados.

64 65
comenzando por la importante aclaración de que la unidad son, Protarco, las [dificultades] acerca de lo uno y lo múlti­
que se tomará en consideración no es la unidad empírica de ple, no aquéllas.; son causas de todo tipo de aporía si no se las
lo que nace y perece, sino la formal-específica, esto es, las reconoce adecuadamente, en tanto que si se, las [reconoce]
Formas como unidades compuestas de ingredientes múlti­ adecuadamente, lo son de la solución de tales aporías. [ ... ]
ples (que también son Formas). T2 es el pasaje central, en el SócRATES: Afirmamos, poco más o menos, que lo uno y lo
que Platón establece en qué sentido se puede decir que una múltiple, cuando llegan a ser lo mismo por obra de los dis­
Forma es una pero también múltiple y donde el procedi­ cursos, rondan por todas partes, tanto antaño como ahora,
miento metodológico (hodós) que permite hacer esas distin­ de acuerdo con cada una de las cosas que en cada caso se
ciones es, claramente, la dialéctica (véase 17a) como método dice. Esto no puede cesar jamás ni comenzó ahora, sino que,
de división y reunión. según me parece, tal propiedad de los discursos mismos es
en nosotros algo inmortal y no sujeto a envejecimiento. Pe­
Tl: ro, entre los jóvenes, el que por primera vez en cada caso
SócRATES: Hijo, [me refiero] a cuando uno toma la unidad lo prueba, regocijado como si hubiera descubierto un tesoro
no entre las cosas que se generan y perecen, como convenien­ de sabiduría y complacido por un placer inspirado, pone en
temente dijimos nosotros. En efecto, como dijimos hace un movimiento todo (tipo de] discurso, y a veces lo vuelve hacia
momento, se ha convenido en que allí no hay que refutar tal otras cosas y lo concentra en un punto. Otras veces vuelve
tipo de unidad. Pero cuando uno intenta postular a "hom­ a desarrollarlo y dividirlo, y pone en estado de perplejidad,
bre" como uno, a "buey" como uno, a "bello" como uno y primero y sobre todo, a sí mismo, luego a aquel con el que
a "bµeno" como uno, un enorme esfuerzo, con divisiones siempre se encuentre, ya sea que se trate de alguien más jo­
referidas a estas unidades e ítems de tal índole, da lugar a la ven, más anciano o de la misma edad, sin tener miramientos
controversia. ni con su padre ni con su madre, ni con ningún otro de sus
PROTARco: i Cómo? oyentes, y por poco incluso con los demás seres vivos, no
SócRATES: Primero, si hay que suponer que algunas de tales sólo seres humanos, porque no tendría miramientos con nin­
[unidades] son mónadas verdaderamente existentes. Luego, gún bárbaro, con tal de que solamente tuviera un intérprete
cómo [hay que suponer] que estas [mónadas), siendo cada en alguna parte.
una sola siempre la misma y no admitiendo generación ni (Filebo, 15a-16b)
destrucción, son, sin embargo, esa unidad de la manera más
firme. Después de esto, hay que establecer ya sea si en las El primer detalle importante que debe tenerse en cuenta
cosas que se generan y que son ilimitadas (la mencionada es que la unídad que está interesado en discutir Sócrates
unidad] está dispersa y ha llegado a ser múltiple, o si ella no es la unídad empírica, sino la formal ("me refiero a cuan­
.
misma entera, separada de sí misma, llega a ser lo mismo y do uno toma la unidad no entre las cosas que se generan y
uno a la vez, no sólo en lo uno sino también en lo múltiple, perecen"). La unidad empíríca, en efecto, no genera difi­
cosa que, sin duda, parecería lo más imposible de todo. Éstas cultades, la formal sí las genera y es objeto de controversia.

66 67
Si mi observación (en mi nota a 15a) de que la controversia loe. en la traducción y aquí el siguiente párrafo), no hay ne­
(amphisbétesis, 15a6) que genera la consideración de la uni­ cesidad de suponer eso. La cláusula introducida por ei ("si")
dad genérica tiene que ver con que la dialéctica bien aplica­ no parece ser la prótasis de un período condicional, sino la
da garantiza el correcto diálogo filosófico es factible, lo que introducción de una oración interrogativa indirecta. (ii) La
estaría diciendo Platón es que quienes no consideran plau­ segunda dificultad consiste en saber cómo es que la unidad
sible la existencia de dichas unidades genéricas no estarían (esto es, la unidad genérica o formal), siendo la misma y no
habilitados para hacer distinciones conceptuales apropiadas admitiendo generación ni destrucción, es, sin embargo, esa
y, por ende, tampoco para definir o conocer. Otra manera, unidad del modo más firme. Si esto es lo que efectivamente
conectada con ésta, de entender la controversia es pregun­ dice el texto, uno podría preguntarse por qué sería un pro­
tarse en qué sentido una Forma, que es una unidad, puede blema, ya que la unidad idéntica que no admite generación
ser un compuesto de otros ingredientes formales. El primer ni destrucción es una "verdadera" unidad (más abajo en esta
sentido de la controversia puede, probablemente, ser enten­ sección se propone una explicación). (iii) La tercera dificul­
dido como un embate contra los sofistas y su estilo lúdico tad es cómo la unidad, aun permaneciendo estable, una y
y, en cierto modo, perverso, de tratar el discurso. Una con­ la misma, es capaz (iii.i) ya sea de estar dispersa en la multi­
firmación al menos parcial de este enfoque aparece en 15d, plicidad ilimitada de lo que está sujeto a generación, lo cual
donde Sócrates sostiene que lo uno y lo múltiple llegan a ser parecería significar que dicha unidad, aun siendo una, ha
lo mismo "por obra de los discursos", aludiendo claramente llegado a ser múltiple, o si (iii.ii) la unidad entera, separada de
al uso ambiguo del lenguaje y otras prácticas a las que, dice, símisma (hautés chorís: 15b6-7), llega a ser lo mismo y uno a la
son tan afectos los jóvenes. vez, no sólo en lo uno, sino también en lo múltiple. Esto úl­
En lo que sigue se presentan las tres (o, según algunos, timo, dice Platón, parecería ser la alternativa "más imposible
dos) dificultades que Platón parece estar interesado en discu­ de todas". En realidad, aunque en esta dificultad no aparece
tir. (i) La primera es si tales unidades o mónadas son verda­ de manera explícita el problema de la presencia de las Formas
deramente existentes. Si efectivamente lo son, Platón parece en los múltiples particulares y el de laparticipación de los par­
estar suscribiendo, una vez más, a su tesis de que las unida­ ticulares en las Formas, probablemente se lo puede suponer
des genéricas existen realmente e, implícitamente, que lo a partir del hecho de que Platón dice que cada una de estas
que "verdaderamente es" son las Formas, no sus expresiones unidades está "dispersa" en la multiplicidad ilimitada de lo
particulares en los múltiples objetos sensibles que las ejem­ sujeto a generación y corrupción, es decir, en los particula­
plifican. Si en la primera dificultad (véaseproton en 15bl) se res sensibles que ejemplifican cada Forma. Si no se lo hace,
interpreta como hipotética la cláusula introducida por ei (en no se entiende por qué cada unidad es una sola siempre la
la cláusula "si hay que suponer que"), entonces parece que misma y no admite generación ni destrucción, y es, no obs­
Sócrates tiene algunas dudas respecto de plantear sin más tante, esa unidad de la manera más firme. Es decir, lo que
una ontología de Formas eternas no sujetas a cambio. Pero si parece estar pensando Platón es la dificultad, anunciada ya
mi interpretación de esa sentencia es plausible (véase nota ad en el Parménides, de que las Formas, que por naturaleza son

68 69
unidades idénticas a sí mismas, "se vuelven múltiples" en la sión de tales mónadas (15a6-7). Lo que Platón parece estar
multiplicidad sensible (véase 130c-131b). haciendo en 15bl-15cl es proporcionar una lista de los as­
Algunos estudiosos de Platón piensan que en Tl hay pectos de la controversia denunciada poco a.ntes.(en 15a6),
dos, no tres problemas, y leen la cláusula que, en mi traduc­ pero a la vez parece estar afirmando la plausibilidad de (i),
ción comienza con "Luego, .. " (eita; 15b2), como si fuera la
. (ii) y (iii) como tres problemas. Así lo sugiere la secuencia
apódosis del período condicional que comienza con "si" (ef "primero" (próton; 15bl), "luego" (o "segundo": eíta; 15b2),
tinas; 15bl).53 Pero uno podría entender que ei no introduce y "después de esto" (o "tercero", meta to/tia; 15b4-5).5S En
una verdadera prótasis condicional sino, más simplemente,
una oración interrogativa indirecta en el sentido de "la con­ 55 Probablemente, el primero en sugerir que hay tres problemas es
troversia tiene que ver con el hecho de si hay que suponer Damascio en su Comentario a!Filebo, donde puede leerse (45.1-3): "Por­
que, al haber muchas dificultades en relación con las Ideas, Sócrates
que . . .".54 Es claro que citar un grupo de connotados tra­ ahora propone tres: (i) si [las mónadas] existen, (ii) si son eternas y [se
dan] por sí mismas, dado que están exentas de toda generación, y, en
ductores e intérpretes de este difícil pasaje es solamente una tercer lugar, (iii) cómo son participadas por las cosas de aquí" (esto es,
explicación ex auctoritate que, en rigor, no explica nada. Se del dominio sensible). Hampton (1990, p. 16) cree que el pasaje implica
me ocurre, entonces, proponer la siguiente explicación: en tres cuestiones separadas (aunque en la página anterior duda si hay dos
o tres problemas, en la p. 18 afirma que no hay duda de que se trata
primer lugar, algo bastante evidente desde el comienzo es de tres problemas). A favor de leer tres cuestiones en el pasaje también
está Delcomminette (2006, p. 57), quien argumenta que hay que poner
que lo que origina la controversia no es que haya pluralidad atención al problema planteado en la parte introductoria de la discusión,
de mónadas (de hecho Sócrates menciona al menos cuatro: esto es, que el placer es a la vez uno y múltiple; en caso contrario, el pro­
''hombre", "buey", "bello", "bueno", 15a; estas dos últimas blema uno-múltiple no tendría la menor relevancia en el contexto, aun­
que Sócrates claramente entiende lo contrario. Si se leen dos problemas,
son ejemplos canónicos de Formas platónicas: Fedón, 65d7, no se puede ver la menor referencia en el texto. Además, si se leen dos
problemas, no se logra establecer la menor conexión entre este pasaje y
76d8, 77a4; República, V.476blü-c9, etpassim), sino la divi-
el método de la división; pero Sócrates presenta los problemas como una
consecuencia de la práctica de la división (15a6-7; véase Delcomminette,
53 Véase especialmente McCabe (p. 243, n. 41). Casertano (1989, 2006, p. 58). Benitez (1989, pp. 27-8) ofrece un argumento filológico
pp. 61�102) también piensa que hay aquí dos problemas. En cambio, adicional, que encuentro perfectamente razonable, a favor de entender
Delcomminette (2006, p. 57) sostiene que hay numerosas razones (filo� que en el pasaje hay tres dificultades: aun cuando fuera posible que
lógicas y filosóficas) para leer tres dificultades aquí, no dos. De la misma la partícula adversativa hómos se explicara por hipérbaton (como cree
opinión es Benitez (1989, pp. 25 y 28). Cherniss), sería difícil tomar eítapós... gígnesthai (15b2-8) como una sola
54 Así parecen entender el texto Müller�Schleiermacher (1972, ad pregunta, pues en tanto los infinitivos eínai en 15bl y 15b4 dependen
loe.: "Zuerst, ob man wohl annehmen darf. . ."), Paley (1873: "In the first de dei hypolambánein (15bl-2), gígnesthai en 15b8 debe estar gobernado
place, whether we must conceive. , . ") y D'ies (1959, ad loe.: "Savoir, en por el adjetivo thetéon (15b6). Delcomminette (2006, p. 57), en cam­
premier lieu, s'il faut admettre . . ."; Dies elimina la pregunta después de bio, piensa que los tres verbos en infinitivo (eínai en 15bl, eínai en b4
taúten en 15b4, reemplaza hómos por hólos en la misma línea y reduce las y gígnesthai en b8) están gobernados por hypolambánein de b2. Creo, sin
preguntas 2 -introducida por eíta- y 3 -introducida por meta toúto- a embargo, que, si uno respeta la puntuación de Burnet, gígnesthai en b8,
una sola pregunta; con este enfoque -esto es, con que los problemas como sugiere Benitez, depende de thetéon en b6. Esto mismo puede favo­
son dos, no tres- coincide Striker, 1970, p. 14, n. 1). También entienden recer la explicación de que hay tres problemas, no dos: los primeros dos
el texto como introduciendo una oración interrogativa indirecta Frede problemas están introducidos por próton y eíta, y los infinitivos de las
(1997, ad loe.: "Firstly, whether one ought to suppose that. . ."), Benitez respectivas sentencias dependen de "hay que suponer que" (deíhypolam�
(1989, p. 29: "First, whether it is necessary to suppose . . .") y Pradeau bánein); el tercer problema, en cambio, está introducido por meta toúto
(2002, ad loe. : "En premier lieu, quant au fait de savoir si de telles uni­ y el infinitivo gígnesthai depende del adjetivo verbal "hay que establecer
tés. . ."), quien sigue de cerca la interpretación de Dies. que..."
,

70 71
caso de que las controversias sean tres, la primera es (i) si sin embargo, sean esa unidad del modo más firme o estable
las unidades o mónadas de la índole descripta en 15a4-6 (bebaiótata, 15b4).58 Pero, como he señalado arriba, uno ge­
("hombre como uno", "buey como uno", ''bello como uno", nuinamente podría preguntarse cuál es la dificultad aquí,
"bueno como uno") existen en realidad. Q¡e éste debe ha­ porque el hecho de ser siempre lo mismo y no estar sujeto
ber sido un asunto controvertido o discutido se hace claro a a generación ni corrupción es ya garantía de que la unidad
partir de otros pasajes de Platón, donde una tarea relevante que es tal unidad sea esa unidad del modo más estable.59 En
del personaje Sócrates es explicar a su eventual interlocutor sus notas al texto griego del Filebo, C. Badham sugiere lo
cuál es la diferencia entre, por ejemplo, un color bello y "lo siguiente: si cada unidad es una y no está sujeta al cambio
bello", y eso es así porque no todo el mundo está dispuesto a propio de la generación y la destrucción, no es posible ima­
aceptar que existe "lo bello mismo" al margen (o como algo ginar que cada una de ellas varíe en lo más mínimo de esta
ontológicamente diferente) de un objeto sensible al que se le unidad. 60 Pero esa sugerencia solamente tiene sentido si se
atribuya el predicado "bello" (véase Fedón, lOOc-e y, especial­ introduce una negación (me) antes de bebaiótata, como hace
mente, 65d-e, donde se afirma la existencia -ti eínai díkaion Badham, en cuyo caso el sentido sería que si cada mónada
autó- de la Forma, aun cuando no se trate de un objeto es una y no está sujeta a cambio (por no estar sometida a
perceptible).56 Platón no tiene dudas de que la mayoría de la generación ni destrucción), no puede ser el caso de que no
gente (pléthos) no está dispuesta a tolerar ni a aceptar que lo sea la unidad que es del modo más firme. En efecto, si no
bello mismo (no las múltiples cosas bellas) o cada cosa en sí
(no cada cosa múltiple) "exista", y mucho menos aún de que 58 Este segundo problema reaparece en Filebo, 18e8-19b5: "¿cómo
cada uno de ellos [sabiduría y placer] es uno y múltiple?" [ . . . ] "Me pa­
"exista" o "sea" en un sentido más "real" que cualquier obje­ rece, en efecto, que Sócrates ahora nos pregunta por las especies (eíde) de
to corpóreo.57 La segunda controversia (ii) es cómo hay que placer, ya sea que las haya o no, cuántas y cuáles son. A su vez, respecto de
la sabiduría, es de la misma e igual manera".
suponer que las mónadas o unidades descriptas en 15a sean 59 Como advierte Delcomminette (2006, p. 62), "el segundo pro­
siempre las mismas, no posean generación ni corrupción, y, blema es mucho más difícil de reconocer", y sugiere que corresponde
al proceso de la división propiamente dicha. En lo único en que reina
el más absoluto acuerdo es, en efecto, en pensar que el segundo proble­
ma es el más difícil de reconocer. En su estudio pionero de 1931, Ga­
56 Véase también República, V.476b4-11, donde la antítesis es entre damer (1985, p. 85, n. 5) reconoce que las fórmulas "primero", "luego"
los amantes de oír y ver, dedicados a los sonidos, los colores y las formas y "después de esto" permiten pensar en tres preguntas (en su opinión,
bellas, por un lado, y los que, por medio de su pensamiento, son capaces la primera es si tales '1unidades puras" -reine Einheiten- deben aceptarse
de "aproximarse" a (iénai) y de "ver" lo bello mismo, por el otro (estos como verdaderamente existentes; la tercera es cómo tales unidades se
últimos, dice Platón, son "raros" o "escasos", spánioi; en el contexto es encuentran en el dominio del devenir: si divididas y habiéndose vuelto
obvio que son los filósofos). múltiples, o completamente contenidas en cada una de las multiplici­
57 El pasaje es tan relevante que creo que conviene citarlo completo: dades y, de este modo, separadas de sí mismas), y cree que la tercera
"-Así pues, habiendo entendido esto, recuerda aquello [otro]: ¿es posi­ es "esencialmente poco clara" (sachlich unklar). Luego de rechazar las
ble que la mayoría (pléthos) tolere o crea que lo bello en sí (auto to kalon), sugerencias interpretativas de Stallbaum y Wilamowitz, Gadamer pro­
no las múltiples cosas bellas (ta polla kalá), o que cada cosa en sí (aut6 pone seguir la interpretación de Schleiermacher y Natorp, y conectar la
to hékaston), no cada una de las múltiples cosas (o 'las múltiples cosas segunda pregunta "de una manera muy estrecha" con la tercera. Esto, sin
particulares'; t!:t.poll'hékasta) exista? -No, en lo más mínimo, respondió. embargo, no aclara la dificultad de cuál es el problema que introduciría
-Por consiguiente, repliqué, es imposible que la mayoría de la gente sea la segunda pregunta.
filósofo. -Es imposible" (República, Vl.493e2-494a5). 60 Badham (1878), p. 10, ad/oc. Filebo, !Sb.

72 73
se introduce esa negación, no parece muy claro el sentido ría corresponde al proceso de la división propiamente dicha,
adversativo de "no obstante, sin embargo" (hómos) antes de lo cual aludiría a la multiplicidad de las especies que per­
"son... esa unidad de la manera más firme" (eínai bebaiótata), tenecen a un género. El segundo problema sería entonces:
_
ya que el hecho de ser idéntica y no estar sujeta a los vaive­ ¿cómo estas unidades (las especies) pueden ser esta unidad (el
nes de la generación y la corrupción ya es, como dice Platón género)? Si se traduce la dificultad al caso del placer, hay que
a menudo, un claro indicio de su firmeza o estabilidad en decir que, genéricamente, el placer es una unidad, pero hay
el sentido más estricto." Otros intérpretes han sugerido que muchas especies de placer (véase Filebo, 19b). De modo que
un modo de entender esta segunda controversia (y por qué la dificultad sería la siguiente: cómo estas unidades -es decir,
constituye un problema) es preguntarse cómo hay que re­ las múltiples especies de placer- pueden ser esta otra unidad
conciliar la unidad de las mónadas con su ser o su realidad, (o sea, el placer como unidad genérica que abarca a todas las
esto es, cuando pensamos en un ser verdaderamente unita­ especies de placer). Es decir, aun siendo una unidad (tanto
rio (esto es, una unidad genérico-formal), podríamos negar géneros como especies, que son unidades genérico-específi­
su unidad para conservar su "realidad", o negar su realidad cas), comprenden una multiplicidad.64 Pero esta explicación
para salvar su unidad. 62 Esta interpretación, sin embargo, no no se sigue con toda evidencia del texto65 ni explica el valor
da cuenta de la dificultad que introduce la partícula adver­ adversativo de hómos en Filebo, 15b4. Una razón probable de
sativa "sin embargo" (hómos) en 15b4. Mucho más sugerente por qué aquí Platón puede estar pensando en una relación
parece la propuesta de Benitez, quien sugiere solucionar el de género a especie en el dominio eidético puede estar dada
problema recurriendo a la lectura óntos (adverbio de modo: por el hecho de que en 15b2 dice taútas (cuyo antecedente
"en realidad") en 15b4, para evitar la incómoda introduc­ es "mónadas", "unidades" en la línea anterior) y en 15b4 dice
ción del matiz adversativo en la sentencia. 63 mían taúten.66 " Éstas" (mónadas o unidades, se entiende) se­
Una interpretación plausible del problema (ii), de modo rían las especies que resultan ser "esta sola" unidad (esto es,
que constituya un genuino problema, es entender que la apo- el género) porque se subsumen en un género."

61 Ver Gosling (1975), p. 147, y Benitez (1989), p. 26. 64 Éste parece ser el enfoque de Meinwald (1996, pp. 95-103), en pp.
62 Véase Taylor (1955), p. 411 y n. l. Otros intérpretes, como Harth 100-1. Una discusión en la misma dirección puede también encontrarse
(1908, p. 12), parafrasean elegantemente la segunda controversia ("si en Delcomminette (2006), pp. 63 ss.
cada una de ellas siempre permanece siendo la misma, y conserva sus 65 Véase Frede (1993), p. xxn.
características, sin perecer nunca"), pero esto pasa completamente por 66 Hampton (1990, p. 19) hace la interesante sugerencia de que si
alto la dificultad que introduce la partícula adversativa hómos, además lo que Platón quiere decir aquí por mían taúten es un todo de partes,
del hecho de que en la sentencia final el texto platónico no dice que "no entonces, podría haber un conflicto entre la Forma (el todo) y las partes
perecen nunca", sino que "son esa unidad de la manera más firme". de las que se compone (las especies). Si esto es así, sugiere Hampton,
63 La sugerencia de Benitez (1989, p. 29, que daría la siguiente lec:­ el contraste que Platón establece en el segundo problema es entre una
tura: "¿cómo debemos suponer que estas [mónadas], siendo una cada Forma como una unidad autoidéntica, inmutable, por una parte, y una
una, siempre la misma y sin admitir generación o destrucción, realmente Forma que difiere de, e incluso se opone a, otras Formas, incluyendo las
son cada una esta única del modo más firme?") es en parte adelantada que son sus partes (esto es, las especies de la Forma que oficia de género
ya por Bury (1897, pp. 13-4, ad loe. Filebo, 15b5), quien lee h6mos entre unitario).
paréntesis, pero i•con una fuerte inclinación a aceptar óntos", y antes de 67 Es cierto que, como señala Delcomminette (2006, pp. 65-7), éste
Bury por Badham (1878, p. 10, ad loe. Filebo, 15b). no es un problema muy platónico, ya que para Platón no constituye un

74 75
Finalmente, la tercera dificultad (iii), planteada en Fi­ 13la-c, esto es, (a) hay ciertas Formas mismas que pueden
lebo, 15b4-8 y claramente introducida, en mi opinión, por distinguirse como separadas (khoris eíde auta átta; Parméni­
meta toúto (en 15b4-5), parece centrarse en el problema de des, 130b2-3), y (b) también existe lo que participa de di­
la participación de los particulares sensibles en las Formas. chas Formas (ta toúton metékhonta; Parménides, 130b3) que
Este asunto genera una dificultad, porque en cierto modo puede entenderse como separado. 68 En el tercer problema
parece atentar en contra de la verdadera unidad de las móna­ del Filebo el asunto se presenta como una disyunción ex­
das, pues aunque se las postula como verdaderas unidades, clusiva: o bien la unidad formal está dispersa y ha llegado a
en virtud de la participación (de los particulares sensibles ser múltiple en el dominio de lo sujeto a generación que es
en ellas) se vuelven múltiples (15b6; 8). En 13bl, después ilimitado, o bien la unidad misma entera, separada de símis­
de hacerle notar a Protarco que muchas cosas placenteras ma, llega a ser lo mismo y uno a la vez no sólo en lo uno, si­
son males/malas (kaká; probablemente, porque finalmente no también en lo múltiple. Que ésta debe ser la alternativa
resultan en dolores), Sócrates señala que el hedonista las de­ falsa lo señala el propio Platón, pues de inmediato agrega
nominaría a todas ellas "bienes", aun cuando uno reconoce­ que esto "parecería lo más imposible de todo" (15b7: pán­
ría que son desemejantes. La pregunta es entonces cuál es el ton adynatótaton). La "multiplicidad" de la Forma genera,
"ingrediente sin duda idéntico" (ti oún de tautón; 13b3) que en un sentido, un problema en el plano eidético respecto
se encuentra de modo similar en los placeres malos y buenos de la unidad-multiplicidad de las Formas; pero, en otro
que hace que uno llame a todos los placeres "buenos". Este sentido, el problema no parece tan serio toda vez que la
pasaje revela que en el Filebo, a pesar de la poca frecuencia presunta dificultad que esto generaría en el dominio ei­
del lenguaje de participación (como sostiene Striker), Platón dético no es tal, porque el hecho de que cada unidad em­
todavía está interesado en defender su tesis de que la misma pírica sea lo que es por participar de la Forma respectiva
Idea o Forma "está" en la multiplicidad de cosas o instancias no compromete a Platón a sostener la alternativa dos, esto
sensibles que participan de ella. es, dividir cada Forma o Idea en sí misma (es decir, no es
Varios intérpretes creen que el problema (iii) es la el caso de que en cada particular sensible hay una porción
misma dificultad adelantada ya por Platón en Parménides, de la Idea). Una Forma se hace múltiple en sus múltiples
ejemplificaciones sensibles porque éstas participan de la
verdadero problema el hecho de que un género tenga muchas especies.
Forma, esto es, porque tienen parte en la unidad originaria
Eso, sin embargo, no invalida esta posible explicación: aun sin suponer que es cada Forma.
que es un problema que un género tenga múltiples especies, Platón pue­
de estar subrayando el hecho, al menos en apariencia problemático, de
que se pueda introducir la distinción uno-múltiple no sólo dentro del 68 Véase Striker (1970, pp. 13-7), aunque ella cree que la dificultad
reino eidético, sino también dentro de una misma Forma. Hay Formas del Filebo no es exactamente la misma porque la noción de participa­
o Ideas, en efecto, que son más genéricas que otras. De esta manera, ción, tan frecuente en el Parménides, está ausente del Filebo (p. 14). Pero,
además, se ve con bastante claridad la relevancia que esta discusión de la como hace notar Benitez (1989, p. 29), al menos khorís aparece en Filebo,
unidad y multiplicidad dentro de una Forma tiene para la comprensión 15b7 y en un contexto muy similar al del Parménides; véase además Del­
del placer y del conocimiento que, como una Forma, pueden ser a la vez comminette (2006, pp. 73-4), quien también acepta el paralelo con el
uno y múltiple. Parménides.

76 77
En cualquier caso, es cierto que Platón presenta la di­ a través de un cierto Prometeo junto con un fuego muy res­
ficultad (iii) como un verdadero problema; las alternativas plandeciente. Los antiguos, que eran superiores a nosotros y
ahora ante el problema (iii) son si esa unidad se ha disper­ vivían más cerca de los dioses, nos transmitieron �_ste mensa­
sado y se ha vuelto múltiple o si, como una totalidad, dicha je: que los ítems que se dicen que siempre son existen a partir
unidad, separada de sí misma, como uno y lo mismo llega a de lo uno y de lo múltiple, y tienen en sí mismos como algo
ser al mismo tiempo en cada una de todas las multiplicida­ connatural límite e ilimitación. Ahora bien, dado que estos
des. Esta alternativa parece completamente imposible, pues ítems han sido ordenados cósmicamente de este modo, es ne­
supondría desmembrar cada Forma en símisma, una dificul­ cesario que nosotros siempre busquemos establecer en cada
tad que no necesariamente tiene el hecho de que la Forma caso una única Idea respecto de todo -pues descubriremos
"se haga múltiple" en las múltiples ejemplificaciones sensi­ la [Idea] que está [en cadac aso]-; ahora bien, si [la] capta­
bles de una misma Forma (en términos de participación, se mos, tenemos que examinar, después de [esa] única [Idea],
entiende). Presentado de esta manera el texto, aparece de dos, si es que, en cierto modo, las hay. Pero si no las hay, tres
nuevo la objeción a la noción de participación (como en o algún otro número. Y [tenemos queJ volver a [examinar]
Parménides 131a-e) y, quizá, también presenta una objeción del mismo modo cada uno de aquellos ítems [que es] uno,
a la noción moderna de universal: icómo es posible que hasta darnos cuenta no sólo de que la unidad original es una,
un universal sea uno y el mismo mientras simultáneamente múltiples e ilimitadas cosas, sino también cuántas [son]. Y
esté presente en muchos casos? no [tenemos queJ aplicar la Idea de lo ilimitado a lo múltiple
Pasemos ahora a la exposición y análisis de T2; esta sec­ antes de relevar cuidadosamente su número total que es un
ción es importante no sólo porque describe de una manera intermedio tanto de lo ilimitado como de la unidad, y en ese
bastante detallada el modo en que opera la dialéctica como momento ya se puede renunciar a cada unidad de todas las
método de división (en géneros y especies), sino también cosas en lo ilimitado y dejarla ir. Pues bien, los dioses, como
porque el problema uno-múltiple puede discutirse en el se­ dije, nos transmitieron de este modo que examinemos, aprenw
no mismo del dominio eidético. Veamos el pasaje: damos y nos instruyamos los unos a los otros. Pero, entre los
hombres de ahora, los sabios producen lo uno de un modo
T2: azaroso, y lo múltiple más rápido o más lento de lo debido, y,
PROTARCO: iQué camino es ése? i Que sólo se lo diga! después de lo uno, [van] directamente a lo ilimitado y evitan
SócRKrns: El que no es difícil de indicar, pero muy difícil de los intermedios, que son aquellos gracias a los cuales se dis­
usar. Pues todo lo que tiene que ver con el arte que se haya tingue el que nosotros volvamos a involucrarnos en nuestros
descubierto alguna vez se ha hecho evidente gracias a él. Exa­ argumentos unos con otros de un modo dialéctico o erístico.
mina el camino al que me refiero. (Filebo, 16b-17a)
PROTARCO: i Solamente dilo!
SócRATES: Es un don de los dioses para los seres humanos -así El primer detalle que conviene destacar de este impor­
al menos me parece- arrojado desde el cielo por los dioses tante pasaje es que el método de la división tiene una impor-

78 79
tancia decisiva para el conocimiento o para su posibilidad; Éste es el caso, en particular, en el que se muestra que el
en efecto, "todo arte que alguna vez se haya descubierto" se problema uno-múltiple también se aplica a las Formas: una
ha hecho patente gracias a él. El "arte" (en el sentido griego Forma como "hombre" (15a), por ejemplo, es una "unidad
de tékhne, es decir de una habilidad técnica que presupone original" (es un género) y, a la vez, puede desplegarse en
un conocimiento experto) debe mucho a la dialéctica como diferentes especies, como "hombre asiático", "hombre ame­
método que, mediante la división en géneros y especies, per­ ricano", etc., que ofician como las especies de dicho género,
mite conocer. Si conocer es saber explicar quées algo, y expli­ y que, obviamente, son múltiples. Esto último se conecta
car el qué de algo es dar su definición,69 entonces la correcta con la dificultad (ii) examinada arriba (en TI), lo cual parece
distinción entre género y especie es crucial. Pero Platón es confirmar, al menos parcialmente, que ése es el significado
completamente conciente de que, aunque fácil de indicar, se de dicha dificultad. 3) El paso anterior (en esta articulación
trata de un método difícil de usar. Como veremos ensegui­ general que pretendo hacer del argumento de T2) contiene,
da, el diseño de la dialéctica como método de división que en realidad, una dificultad importante: para Platón parece
presenta en el Filebo presupone varias de las observaciones sin duda ser un problema que una unidad eidética sea, a la
que ya había adelantado en otros diálogos no sólo sobre el vez, múltiple; pero además del hecho de que la unidad origi­
método como tal, sino también de la "teoría de las Formas" nal es múltiples cosas, también dice que es "ilimitadas cosas"
asociada a ese método. El pasaje recién citado se podría ar­ (dpeira; Filebo, 16d6). "Ilimitadas" dice mucho más que "mu­
ticular en los siguientes momentos: 1) En cada cosa hay que chas" (polla), aunque es cierto que además de advertir que
determinar una Idea o Forma, es decir, cada cosa particular "la unidad original es una, múltiples e ilimitadas cosas", uno
es lo que es gracias a una Forma determinada y recibe el también debe darse cuenta de "cuántas son" (hopósa; 16d7).
mismo nombre que la Forma (véase Fedón, 78d-e). 2) Una Es decir, aunque es "ilimitadas cosas'', esa unidad original
vez que se capta dicha Idea o Forma, hay que investigar si no puede ser una cantidad infinita que haga imposible que
hay dos; si no las hay, si hay "tres o algún otro número", uno advierta cuántas son. Como he señalado en nota a este
esto es, si hay una manera de desplegar esa Forma o "unidad difícil pasaje, algunos intérpretes70 entienden la conjunción
original" (kat' arkhds hén; 16d5) en sus respectivas especies, kaí en la expresión polla kai dpeira como epexegética. Ahora
las cuales tienen como género a esa unidad (estas líneas son bien, si esto es así, "múltiples" (polla) debe significar lo mis­
importantes para advertir que Platón sigue privilegiando la mo que "ilimitadas" (dpeira); esto, sin embargo, no puede
división dicotómica, como en el Político y el Sofista, ya que ser así. En primer lugar, porque lo ilimitado y el límite se es­
hay que comenzar por ver "si hay dos" Formas específicas). cinden y dispersan en la multiplicidad (véase Filebo, 23e), de
manera que si "múltiples" e "ilimitadas" son lo mismo, sería
69 Para la tesis de que conocer es "dar un lógos" (expresión en la contraintuitivo que "se dispersen y escindan en lo múltiple"
cual lógos debe significar '(explicación" o, más específicamente, "de­ ya que sería tanto como dispersarse y escindirse en sí mismo.
finición"), véase República, VII.53le4-5, 533c2. Véase también Teeteto,
177b2-3 y 202c2 con mi comentario en Boeri (2006), Introducción, sec­
ción 2. 70 Véase Benitez (1989), pp. 38-9.

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En segundo lugar, porque, como insiste Platón en el texto mismos, son, de todos modos, compuestos de una cantidad
del Filebo, la división "ideal" es en dos, lo cual, claro está, finita y determinada de ingredientes específicos (eso debe
ya es "múltiple", pero eso está muy lejos de ser "ilimitado". significar hóposa en 16d7), lo cual indica que, en realidad, ni
El "cuántas son" parece hacer referencia al hecho de que esa siquiera las Formas son unidades absolutas. Es precisamente
multiplicidad de especies en que puede desplegarse la uni­ por eso que son parte de las controversias sobre el problema
dad original no puede ser "indeterminable" en el sentido de uno-múltiple y, lo que es más, sobre las controversias serias de
que debe ser un número contable y probablemente finito. dicho problema. Los ingredientes formales específicos de ca­
No obstante, tal vez lo que Platón quiera decir es que el nú­ da Forma deben ser finitos porque si no lo fueran no podrían
mero de especies (esto es, de ítems múltiples en que se divide constituir cantidades determinadas (bóposa). Si esto es efecti­
la unidad original) puede ser "indeterminado", pues puede vamente así, lo que Platón también está probablemente pen­
ser dos, tres, o algún otro número, aunque seguramente no sando es que la unidad original es una, múltiples e ilimitadas
un número infinito. Más simplemente, uno podría sugerir cosas porque se encuentra dispersa en ilimitadas cosas -es la
que con hopósa Platón solamente se refiere al número de­ dificultad (iii) de Tl-. En otras palabras, parece que uno pue­
terminado de divisiones (hay siempre una specie infima en de sospechar que con "ilimitadas" (ápeira) referido a la unidad
que se divide un género).71 El problema parece explicarse original Platón parece estar pensando no sólo en las especies
en la sentencia siguiente: no hay que aplicar la Idea de lo en que se divide dicha unidad, sino también en las múlti­
ilimitado (ten toú apeírou idéan; 16d7)72 a lo múltiple antes ples cosas en las que se escinde o dispersa. Esas especies (que,
de advertir o relevar con cuidado su número total, que es obviamente, también son Ideas o Formas) constituyen los in­
intermedio tanto a lo ilimitado como a la unidad. Esto pa­ termedios entre la unidad original y la multiplicidad ilimitada
rece sugerir que las Formas, aunque son ítems únicos en sí de cosas y, como subraya Platón al final del pasaje, quienes
van directamente desde la unidad a lo ilimitado, pasando
7 1 La infima species es el límite más bajo del proceso que va delimi� por alto los intermedios, caen en argumentos y explicaciones
tando (o «especificando") un género en especies (por ejemplo, en 1'ani­ erísticas, no dialécticas. Es decir, quien no es capaz de distin­
mal, cuadrúpedo, caballo, bucéfalo''. "caballo" es la especie ínfima más
allá de la cual no se puede ir en el proceso de división del género y que
guir los intermedios que constituyen las especies apropiadas
debe ubicarse inmediatamente antes del particular sensible). La idea es al género (constituido por la unidad original), no es capaz de
que el proceso de división de un género no puede ir al infinito ya que, . si
ése fuera el caso, después de una especie determinada el proceso agrega­
definir ni tampoco, por ende, de conocer.
ría propiedades accidentales, no esenciales, que son las que deben contar En suma, en el Filebo, no menos que en otros diálo­
para proporcionar una definición correcta. En efecto, una verdadera es­
pecie (o una especie genuinamente atinente a un género determinado)
gos (véase la primera parte del Parménides), Platón parece
se caracteriza por ofrecer una característica esencial. Los ítems que se seguir pensando que el problema uno-múltiple siempre será
encuentran por debajo de una infima species son ya particulares sensi­
bles. Para la relevancia de este importante descubrimiento platónico en
un problema radical o, en el mejor de los casos, un tema
Aristóteles véase Analíticos posteriores, 96b10-14, donde argumenta que controvertido. También parece creer que si el problema se
dichas especies sólo se predican de los individuos.
72 Esta expresión parece indicar que el género o especie de lo ilimi­ examina a la luz de la dialéctica, las dificultades pueden al
tado es una idea platónica (véase Mié, 2004, p. 306). menos aligerarse.

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3.1. Los cuatro géneros de la realidad: la tesis delplacer, la delco­ "menos"; en efecto, el más y el menos es la nota característica
nocimientoy la de la vida mixtay los cuatro géneros delo que hay de Jo ilimitado. El . ejemplo de la temperatura es ideal porque
no hay ninguna temperatura que sea el máximo o el mínimo
En un notable pasaje del comienzo del diálogo, Sócrates concebible, y si uno tiene diferentes grados de temperatura
sostiene que "todo lo que hay ahora en el universo" debe po­ puede incluir entre ellos una cantidad infinita de temperatu­
der ser ubicado en una de las siguientes cuatro clases o géne­ ras intermedias que sean diferentes de las dos. Es claro en el
ros (eíde; géne): (i) lo ilimitado (ápeiron), (ii) el límite (péras), contexto que el placer pertenecerá a la clase de lo ilimitado
(iii) la mezcla o combinación (symmisgómenon; sjmmeixis) de (volveré sobre esto en un momento). (ii) Al límite pertenece
(i) y (ii), y (iv) la causa (aitía) de la mezcla (véase 23c-e). Lo todo lo que no incluye el más y el menos; entre el límite
primero que uno debería preguntarse aquí es qué significa el Platón incluye la igualdad, lo igual, lo doble y, en general, lo
giro "todo lo que hay ahora en el universo". Con "universo" que respecto de un número sea un número o una medida res­
traduzco el griegopán; con "todo lo que hay ahora" traduzco pecto de una medida (25a-b). Uno puede suponer con cierta
el giro pánta ta nyn ónta; dado el uso habitual del participio seguridad que Platón está pensando en Formas matemáticas
neutro plural del verbo ser, ónta, habría que entender que (lo Igual -to íson- es una Forma platónica canónica al menos
con "todo lo que ahora hay en el universo" Platón quiere desde Fedón, 74all-12; c4-5 etpassim; para la Igualdad véase
decir todo lo "real", es decir, Formas, particulares sensibles, Parménides, 149e; 161c).74 El límite a veces se ha asociado a
entidades materiales e inmateriales en generaJ.73 Sin duda, las las Formas, esto es, ítems que no admiten el más o el menos,
Formas ''son" o "existen" o, como ya se ha sugerido antes en sino que solamente admiten predicados tales como "igual" o
el diálogo (15b), "son verdaderamente existentes". Al menos "doble" o "todo lo que respecto de un número sea un núme­
uno de los ejemplos que da Platón de (i) son cualidades sensi­ ro o una medida respecto de una medida" (Fileho, 25b). Pero
bles tales como "más caliente y más frío''. Lo ilimitado enton­ la función básica del límite es la de imponer un número, es
ces es la marca de las cosas que siempre pueden ser "más" o decir, una medida a los opuestos ("más caliente-más frío"),
y con ello hacerlos conmensurados y armónicos, haciendo
73 Véase Hampton (1990), p. 40, y Migliori (1998), p. 144. A diferen­ que cesen el defecto y el exceso (véase Filebo, 25d-e). Uno po­
cia de Hampton, no veo con tanta claridad que el adverbio "ahora" (en
la expresión "todo lo que hay ahora en el universo") pueda entenderse dría pensar entonces en asociar el límite con la inteligencia:
en el sentido de que se incluye a las Formas "que como inmutables y
eternas puede decirse en un sentido que existen en el presente, en el aho�
como se ve un poco más adelante en el diálogo, tal como lo
ra". Precisamente, por ser eternas e inmutables, las Formas no requieren ilimitado es al placer, así también el límite es a la inteligencia.
de distinciones temporales como "presente" o "pasado". Aunque creo
El límite parece tener ya un cierto carácter activo respecto de
que el contexto cosmológico en el cual aparecen los cuatro géneros de
"todo lo que hay ahora en el universo" parece favorecer la interpretación lo ilimitado, pues introduce ya un cierto principio de deter­
según la cual dichos géneros se refieren a particulares sensibles, no creo
imposible pensar que en dichos géneros también se incluye a las Ideas-.
minación sobre lo "confusamente ilimitado". De hecho, la
Después de todo, "los ítems que se dice que siempre son (en mi inter­
pretación esta expresión se refiere a las Ideas; véanse mis notas ad loe.)
existen a partir de lo uno y de lo múltiple, y tienen en sí mismos como 74 Una interpretación en esta dirección es sugerida en Striker (1970),
algo connatural límite e ilimitación" (Filebo, 16c). p. 59; en la misma dirección véase Benitez (1989), p. 76.

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mezcla es el producto de ilimitado y límite, pero este último, decir, a la presencia del "límite" en algo ilimitado de cierto
como afirma claramente Platón, es el que impone la justa tipo. La enfermedad surge cuando se rompe ese equilibrio.
medida que da lugar a una mezcla (véase Filebo, 26d8-10).75 Lo mismo, argumenta Platón (Filebo, 26b6), sucede respecto
No obstante, como veremos enseguida, no puede conside­ de la bondad del alma.
rarse al límite como una verdadera causa pues, aun cuando Por último, (iv) la causa (aitía), el agente (poioun, 26e);
introduce medida, no introduce la medida adecuada, que el tercer género (la mezcla), como acabamos de ver, es la
es, propiamente, obra de la causa. (iii) La tercera clase es la combinación de lo ilimitado y el límite, de la cual resulta la
mezcla, que significa ya una magnitud determinada o una generación de las cosas (véase 25e). En todo el argumento
intensidad determinada de una cualidad, y que es la mezcla hay un interés manifiesto de Platón por mostrar que hay un
de límite e ilimitado (véase 23d; 25d); debe notarse que este alma cósmica, cuyo objeti;,o es poner orden en el cosmos, y
tercer tipo de género de la realidad va a corresponder luego que dicha alma cósmica con poderes causales tiene su répli­
a la vida mixta. Para poner un ejemplo (que Platón no da, ca a nivel microcósmico en nuestras almas racionales (véase
pero que podemos suponer como perfectamente plausible a Filebo, 30b -y mi nota ad loe.- para el modo como actúa la
partir de los rasgos típicos de lo ilimitado: "más caliente" y inteligencia en el plano microcósmico de cada individuo
"más frío"):76 "temperatura" es lo ilimitado; 20º es el límite; humano, y 30d8 para la manera en que opera en el nivel
20ºC es la mezcla. El detalle importante que aparece aquí es cósmico: "la inteligencia siempre gobierna el universo").
que la introducción del límite o "determinación" (péras) en Aunque el límite parece tener un cierto papel activo res­
"el más y el menos" (es decir, lo ilimitado; dpeiron) da lugar pecto de lo ilimitado, no es la causa en sentido estricto. Lo
a lo que en el texto se llama génesis o "proceso de devenir" que Platón parece estar pensando es que, aunque pueden
(25e). Platón ilustra este hecho con una analogía (que se repi­ detectarse aspectos activos en el límite, lo activo en sentido
te mucho en sus diálogos), y la aplica para explicar qué pasa estricto es aquello que es capaz de introducir una medida
en el alma; hay que recordar que la felicidad es un estado o justa o equilibrada; el límite únicamente introduciría la
condición (héxis; didthesis) del alma que puede equipararse medida, no la medida equilibrada (véase Filebo, 25e7, donde
a un estado saludable: la salud en el cuerpo obedece a la Sócrates enfatiza que la correcta asociación o combinación
presencia de una cierta proporción, balance o equilibrio, es -ortbe koinonía- de lo ilimitado con el límite engendra "la
naturaleza de la salud" y, presumiblemente, lo bueno; pero
75 Sobre este importante aspecto de la explicación véase Benitez esto es lo mismo que decir que el límite introduce medida,
(1989), p. 79, y Bravo (2003), pp. 132-3. Para distinguir el papel causal
del límite y la causa en sentido estricto '(esto es, la causa de la mezcla),
no correcta medida; para eso hace falta la causa).
Benitez (1989, p. 80) sugiere que debe tratarse de dos clases diferentes de El género de la causa (aitía) merece un comentario aún
causa: la causa de la mezcla es la inteligenc.ia que, en su opinión, opera
como una causa productiva (en efecto, el género de la causa es el respon�
más detallado. Platón comienza (i) con una observación
sable de una génesis). El límite, por su parte, tiene poderes causales en la bastante habitual: todo lo que se genera lo hace gracias a
medida en que "organiza" lo ilimitado al introducir en la mezcla medida
y número.
una causa (véase Filebo, 26e, mi nota ad loe. y los lugares pla­
76 Tomo el ejemplo de la temperatura de Taylor (1955), p. 414. tónicos paralelos allí citados). En un segundo momento (ii)

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se identifica el agente (topoioún) con la causa (aitía). Asimis­ cósmica como en el de la humana. De hecho, en el difícil
mo, también puede identificarse (ii.i) lo que recibe la acción pasaje de 30a-b el argumento parece ser que, si la causa en el
(poioúmenon} y (ii.ii) lo generado (gignómenon). Esto último plano humano es capaz de procurar alma a puestros cuer­
("lo generado") (iii) es el género de la mezcla (véase 26e-27c). pos y de infundir el entrenamiento corpóreo (somaskía) y la
Un detalle importante que Platón parece estar enfatizando medicina para el cuerpo cuando éste se encuentra enfermo,
en este contexto es que el agente es anterior a lo que recibe la sería absurdo creer que no hay también una causa similar
acción o a lo generado; hay pocas dudas de que lo que está para el alma del cosmos. El modo en que Platón explica esto
interesado en subrayar es que la causa o el agente es ontoló­ en el contexto es un poco más general ("no hubiera ideado
gicamente anterior a lo causado o lo que recibe la acción (eso la naturaleza de las cosas más nobles y valiosas"), pero como
es lo que debe significar en 27a5-6 que "el agente siempre hemos indicado en nota a este pasaje, con la "naturaleza de
precede según naturaleza" a lo que recibe la acción), ya que las cosas más nobles y valiosas" debe querer decir el alma
lo generado no puede existir sin lo que lo generó pero lo cósmica. Por lo demás, esta conclusión parece ser exigida
que lo generó sí puede hacerlo sin lo generado. Platón tam­ por el contexto, en el que se enfatiza que si nuestro cuerpo
bién distingue entre "causa" y "lo que se somete a (o se sirve es animado, también debe serlo el del universo (véase 30a).
de) la causa"; en general los intérpretes suelen pensar que Con frecuencia se han señalado los paralelos que estos pasa­
con esto último se refiere a lo que en otros contextos llama jes del Fzlebo tienen con el Tzmeo;78 indiquemos, no obstan­
"concausa" (véase mi nota a 27a8-9). Pero la observación es te, uno que es particularmente relevante: tanto en el Filebo
importante para mostrar la diferencia que hay entre el límite como en el Timeo la causa es llamada demiurgós, "demiurgo",
(que tiene una función activa sobre lo ilimitado) y la causa "artesano", "artífice", y en ambos diálogos ese artífice es un
que, como principio activo externo, produce la mezcla de ser dotado de inteligencia y es bueno, razón por la cual pue­
ilimitado y límite.77 de entendérselo como una genuina causa.79 Más aún, si la
Las continuas referencias a la causa cósmica y a su con­ inteligencia es algo bueno y ella es "causa", el producto o
traparte la causa microcósmica (en cada individuo huma­ resultado de su acción causal también es bueno.
no, un cuerpo dotado de alma racional) parecen indicar un Como es obvio, la vida mixta, por ser una mezcla, debe
particular interés de Platón por señalar que el género de la pertenecer a la tercera clase, la que combina lo ilimitado
causa debe examinarse tanto en el sentido de la inteligencia con el límite. Si esto es así, la vida de placer que recomen­
daba Filebo al comienzo del diálogo, y a la que Protarco
77 El hecho de que los cuatro géneros de la realidad se escindan suscribe al menos en un principio, pertenece a la clase de
en lo múltiple y luego se unifiquen conecta de manera directa dichos
géneros con el problema uno-múltiple. En efecto, en 23e Sócrates dice
que hay que tratar de entender cómo cada uno de esos géneros fue en
un momento uno y en otro múltiple. Por cierto que el asunto no deja dé 78 Véase Ross (1961), p. 137; Benitez (1989), p. 86.

s;r .problemático y genera m ltiples aporías; por ejemplo, si ilimitado y
, de la mezcla y, por ende, a la unicidad­
79 Filebo, 27b; hay otros pasajes del diálogo en los que también apa�
hm1t� �a?- lugar a la generac1on rece algún cognado de demiourgós (39b, 55d), pero solamente éste y 59e
multiplictdad de lo real, uno debería preguntarse en qué sentido pueden hacen expresa referencia a la causa. Para el Timeo, véase 28a-29a, 68e, 69c.
ser ellos uno y múltiple. Véase Migliori (1998), p. 147, n. 16. Ver también Político, 270a.

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lo ilimitado, ya que en su propia naturaleza el placer no logo: (i) Filebo y Protarco sostienen que el bien es lo mismo
tiene un mínimo ni un máximo. El placer, por ende, es un que el placer, disfrutar o gozar (khaírein; hedoné; térpsis) para
excelente ejemplo de "ilimitado". Ésa era la razón de Filebo todos los animales o, tal vez, mejor, para todos. los. vivientes
para sugerir que el bien es el placer, esto es, que las posibili­ (zoia) capaces de sentir placer; (ii) Sócrates, en cambio, sos­
dades de placer nunca pueden ser agotadas, y eso es lo que, tiene que el bien es sabiduría, inteligencia, recuerdo y las
según él, hace al placer tan atractivo y, finalmente, bueno. cosas que son afines (opinión correcta y cálculos). Sócrates
Pero, como se sigue del argumento de Sócrates, esa misma presenta su tesis como una objeción (amphisbétema), lo cual
imposibilidad (esto es, la de no ser agotado) se aplica al do­ parece indicar que está replicando a alguien (seguramente
lor, y eso es lo que lo hace tan malo (28a), de donde se sigue Filebo) que ha estado procurando defender un hedonismo
que el mero carácter de ilimitado no es prueba suficiente de radical. Como ya hemos sugerido antes, la tesis de Sócrates
su bondad. Pero, inversamente, uno no puede tener inteli­ se presenta como una respuesta al hedonismo burdo y esa
gencia o conocimiento sin sentir placer (es decir, el conoci­ respuesta tiene el verdadero carácter de una objeción. Esto
miento también genera un "sentimiento de placer", lo cual mismo explica el comienzo abrupto del diálogo.
parece indicar que tampoco es posible una vida de "puro" Si uno piensa en el Platón cuasi-ascético del Fedón -que
conocimiento). Este movimiento en el argumento de Platón sugería deshacerse del cuerpo (aunque sólo "en la medida
muestra, en mi opinión, que lo que le interesa es buscar el de lo posible") para ser capaz de conocer las Formas- puede
bien para el ser humano, o sea, no está interesado en sugerir ingenuamente sospechar que la tesis de Sócrates es la que
que la Forma del Bien o su logro es la vida buena, sino que quedará incólume y la que se defenderá en el diálogo co­
le interesa el bien como algo practicable. Si así no fuera, no mo la única plausible. Pero el movimiento importante del
podría entenderse por qué Platón insiste tanto en el Filebo Filebo consiste en mostrar que no sólo el hedonismo grose­
en sostener que la tesis de Sócrates que identifica el bien con ro de Filebo y Protarco está sujeto a serias objeciones, sino
el conocimiento o con la inteligencia tampoco puede llevar­ que también lo está el intelectualismo duro del Sócrates del
se el primer premio en la competencia por el bien. Lo más comienzo del diálogo. Como vamos a ver enseguida, hay
sensato parece ser la vida mixta, es decir, un tipo de vida que tan buenas razones para pensar que la tesis hedonista no
combine ambos factores: el puramente sensible y, por ende, puede ser verdadera como para pensar que no puede serlo la
anclado al cuerpo, y el intelectual. tesis intelectualista. La vida mixta (de placer e inteligencia)
es el tipo de vida que en el diálogo, finalmente, favorece
4. Los argumentos de Platón en contra de la identifi­ Platón. Esto podría entenderse como un genuino intento
cación del placer y del conocimiento con el bien. Los de Platón por hacer justicia a la doble condición propia del
requisitos del bien ser humano: la condición sensible, asociada al cuerpo y sus
requerimientos, por un lado, y la condición no sensible, aso­
Desde el comienzo del Filebo, Platón presenta dos tesis ciada a todas las facultades racionales o intelectuales, que
antitéticas, que son las que gobiernan buena parte del diá- permiten al individuo superar su anclaje en la inmediatez

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de la satisfacción de las necesidades corpóreas. Tengo la im­ está a punto de dar Sócrates son los criterios que uno deberá
presión de que la correcta evaluación de esta tensión entre lo tener en cuenta para evaluar si un candidato x califica o no
corpóreo y lo intelectual puede proporcionar algunas claves como bien. Como veremos enseguida, la introducción de
importantes para leer el diálogo; en este aspecto el mensaje los requisitos del bien tiene una relevancia fundamental y
de Platón estaría centrado en mostrar que cualquier consi­ no son para nada insignificantes; su relevancia radica, entre
deración unilateral que se haga del ser humano conduce, otras cosas, en hacer claro desde el comienzo cuáles son las
inexorablemente, a una explicación sesgada que termina condiciones necesarias y suficientes del bien.
por no explicar el complejo balance entre lo más puramente Sócrates procede primero a enumerar los requisitos del
corpóreo y lo más puramente intelectual. bien y luego los explica o, más precisamente, explica por
El argumento de Platón para mostrar que ni puro placer qué pueden considerarse como requisitos del bien. Los tres
sensual ni puro intelecto pueden ser el bien sin más está cui­ requisitos básicos del bien son perfección, suficiencia (más
dadosamente construido. El primer paso consiste en investi­ tarde "autosuficiencia") y eligibilidad. Como parte de su ar­
gar cuáles son los ítems que, razonablemente, podrían cali­ gumento tendiente a mostrar que el placer no puede ser
ficar como "requisitos" del bien, esto es, cuáles son aquellas el bien Sócrates establece entonces que para todo x, si x es el
condiciones que cualquier objeto del mundo debería poseer bien, x debe cumplir con los siguientes requisitos: (i) debe ser
para calificar como "bien". En 20b-c Sócrates dice que es­ algo perfecto (o "lo más perfecto": teleótaton, 20d3); (ii) debe
cuchó una vez "en sueños o despierto" que ni el placer ni la ser suficiente (hikanón, 20dl-4), y (iii) debe ser elegible (hai­
sabiduría son el bien, sino una tercera cosa, diferente de ellas retós bfos, 21d3). Tal vez a estos requisitos podría agregarse:
y mejor que ellas. La introducción de los requisitos del bien (iv) que el bien es algo a lo que cualquiera tiende o aspira, de
es precedida por un comentario bastante habitual del modo que cualquier agente que lo conozca quiere alcanzar­
personaje Sócrates cuando tiene que comenzar a hablar de lo y no está interesado por ninguna otra cosa (véase 20d7-19
un tema importante: "acordemos todavía antes unos deta­ y República, Vl.505d-e), y (v) que no carece de nada y, por
lles insignificantes" (20c al final). Como se verá enseguida, ende, no precisa que se le agregue nada (véase 20e5-21a2).
esos detalles no tienen nada de "insignificantes" (mfkr' dtta; Creo que, en realidad, el requisito (v) es una aclaración del
20c8); se trata de un giro que tiene un carácter entre irónico requisito (ii), ya que si algo es suficiente, no requiere que se
y jocoso que, por lo general, el personaje Sócrates utiliza pa­ le agregue nada; esto puede advertirse con claridad si se pien­
ra introducir aspectos que son relevantes para un argumen­ sa que la condición según la cual el bien es universalmen­
to o para una nueva explicación. Uno podría pensar que si te atractivo pretende explicar o derivarse de las anteriores. 80
Sócrates no tiene una intención irónica al hacer uso de este Más adelante, en 67a7, nos enteramos de que el requisito de
recurso, lo utiliza para ganar la confianza del interlocutor suficiencia (hikanón tagathón, 20d4) es, en realidad, el requi­
y, pedagógicamente, allanarle el camino en una difícil cues­ sito de autosuficiencia (autdrkeia). Ahora bien, nada sujeto a
tión como la que se está discutiendo. Es probable que ése
sea el caso en el pasaje del Filebo que nos ocupa, pues lo que 80 lrwin (2000), pp. 542-3.

92 93
generación es capaz de ser autosuficiente; pero se dio por esta sección del diálogo es mostrar que ni el placer ni la in­
supuesto que ser autosuficiente es condición necesaria de lo teligencia pueden identificarse con el bien y, como es claro
que es bueno (20d; véase también infra 60c y 67a). Por lo en el contexto, eso es así porque no cumplen conJos requi­
tanto, si el placer pertenece a la esfera del devenir, y si su sitos del bien. Sócrates procede convenientemente a mostrar
propia naturaleza se identifica con el devenir (que es en vista que, sobre la base de los requisitos distinguidos, el placer no
de algo más), entonces, el placer no puede ser el bien. En rea­ puede ser el bien (véase el argumento del molusco en 21a-d).
lidad este argumento se propone probar que ni elplacer ni la Pero su supuesto inicial es que ni el placer ni la sabiduría
sabiduría pueden ser el bien, sino un tercer ítem que cumpla pueden ser el bien "pues sí uno de ellos es el bien, ya no debe
con las condiciones antes mencionadas. La expresión "bien precisar de nada" (sí se sigue el requisito de perfección y de
real" (o "lo que realmente es bueno para nosotros"; to óntos suficiencia; 20e). Como quiera que fuere, Sócrates quiere
hemin agathón) en 2lal-2 explica el hecho de que el bien es comenzar a examinar el asunto "poniéndolo a prueba en
universalmente atractivo (como dice lrwin) y que todo agen­ Protarco", que es lo mismo que decir que pondrá a prueba
te que lo conoce quiera alcanzarlo. En efecto, sí se diera el los requisitos del bien en la tesis del hedonismo burdo que,
caso de que un ítem x que un agente A considera bueno en en este momento del diálogo, Protarco todavía defiende. A
Tl pero en T2 constata que precisa de otra cosa, el resultado continuación quiero ensayar una aplicación de los requisi­
será que x no era realmente bueno (porque, por definición, tos del bien en el "argumento del molusco", con el fin de
el bien debe ser "lo más perfecto", que es tanto como decir mostrar cómo Sócrates examina el problema "poniéndolo
que debe ser algo acabado en sí mismo y que, por ende, no a prueba en Protarco". 81 Sócrates comienza haciendo una
precisa de otra cosa), sino que el agente A creía que lo era. pregunta que resulta insólita a un hedonista como Protarco:
Lo que ocurrió es que su creencia era falsa. Esto evoca un (í) "¿Aceptarías vivir toda tu vida disfrutando de los
ingrediente íntelectualísta en la concepción del bien del File­ más grandes placeres?". La respuesta debe ser naturalmente
bo que recuerda al Sócrates de los diálogos tempranos (véase que sí, pues sí uno ha identificado el bien con el placer, no
especialmente Gorgias, 468dl-7, 509e5-7; Menón, 77b-78a). hay ninguna razón para pensar que la vida buena no sea lo
De hecho, puede suceder que, al llevar a cabo una acción, mismo que vivir disfrutando de los más grandes placeres.
dicha acción resulte ser algo malo o dañino para el agente, lo De aquí para el hedonista se sigue que quien disfruta de los
cual hace depender la consideración del verdadero bien de más grandes placeres no precisa de nada más. Sí éste fuera
un estado cognitivo correcto y seguro. el caso -y Protarco parece pensar que lo es-, el hedonista
Enseguida nos enteramos de que el requisito de "perfec­ podría decir que cumple con los requisitos de perfección y
ción" significa que sí algo x puede identificarse con el bien, suficiencia. (íi) La estrategia de Sócrates es entonces socavar
ese x no debe precisar de nada y ser por eso también "sufi­ esa convicción, y sugerir que si uno no posee sus candidatos
ciente" o, como dirá más tarde, "autosuficíente". El requisi­
to de elegibilidad aparece un poco más tarde, en 2ld3. Hay 8 1 Aunque repito el "argumento del molusco" (discutido arriba en
la sección 2), ahora lo hago poniendo énfasis en el modo en que funcio­
que hacer notar que el objetivo fundamental de Platón en narían los requisitos del bien en la tesis del hedonismo radical.

94 95
a ser identificados con el bien (opinión verdadera, memo­ simplemente consista en momentos de intenso placer si esa vi­
ria, cálculo), ni siquiera puede darse cuenta de si uno está da lo convierte en una criatura estúpida e insignificante co­
efectivamente disfrutando o no: si uno carece de opinión mo un molusco; como se ve al final del argumento (21a-d),
verdadera no puede opinar (o creer) que disfruta cuando Protarco parece comenzar a pensar que hay al menos alguna
está disfrutando; si carece de memoria, no puede recordar si razón para dudar de que una vida de puro placer sensual
en algún momento estaba o no disfrutando, y, por último, si alcance para ser feliz o para identificar el placer con el bien.
uno no tiene cálculo, no podrá calcular que disfrutará en el Protarco ya está refutado en este momento y su tesis del bien
futuro. Los candidatos socráticos a ser el bien, entonces, son como lo mismo que el "placer burdo" debe, al menos, ser
condición necesaria de sentir placer, no sólo en el pasado, matizada. Es obvio que si admite que está refutado (como
sino también en el presente y el futuro. (iii) Si esto es así, el parece admitir con su lacónico comentario "este argumento
hedonista burdo, que cree que el disfrute de los más grandes me ha dejado completamente sin habla por ahora"), tam­
placeres es el bien, vive no una vida humana, sino la de un bién tiene que admitir que el tipo de vida que implica la
molusco (los animales más estúpidos junto con los peces, tesis de que el bien es el placer sin más puede ser una vida
según Platón, Timeo, 92b-c). (iv) Pero, como se ve en el texto, inhumana o no propia de un ser humano y, por ende, es
una vez establecidos los requisitos del bien, Sócrates ya ad­ razonable que Sócrates pregunte ahora si tal tipo de vida es
vierte que su tesis tampoco puede ser verdadera, razón por "elegible" (hairetós, 21d3; aquí hace su aparición por primera
la cual uno puede entender este pasaje como el comienzo vez el requisito de elegibilidad). Porque una cosa es sostener
de la lucha de Sócrates "por el segundo puesto" en la com­ que el bien para mí en este momento es el placer burdo y otra
petencia por el bien. (v) El argumento muestra que no es diferente es afirmar que mi vida (o mi "estilo de vida", bíos)
cierto que la posesión y disfrute de los más grandes placeres únicamente tiene que identificarse con el placer burdo. Si
es suficiente para ser feliz o, dicho de otro modo, los candi­ ése fuera el caso, mi vida no sería muy diferente de la de las
datos originales de Sócrates a ser identificados con el bien criaturas más estúpidas, una consecuencia que Protarco no
son al menos condición necesaria del placer y, si esto es así, el parece dispuesto a aceptar. Es evidente que lo que Sócrates
placer necesita de otra cosa, de donde se sigue que no es per­ le está preguntando a Protarco es cómo desearía que fuera
fecto ni suficiente. Pero el argumento también muestra que toda su vida;" el interés de Sócrates (en su preocupación por
tampoco una vida de pura inteligencia (o de mera opinión conducir la discusión en dirección del estilo de vida asocia­
verdadera) cumple con los requisitos del bien, además de do a la tesis que cada uno sostiene sobre el bien) es mostrarle
que Sócrates admite que una vida humana de buena calidad a Protarco que, como se había acordado al comienzo del
no puede estar completamente privada de al menos cierto diálogo (véase lld), lo que se está investigando es aquello
placer, pues se transformaría en una vida completamente que sea capaz de proveer a los seres humanos de una vida (o
insensible (Filebo, 2le). estilo de vida) feliz y que tal vida feliz consiste en un estado
Al menos Protarco, todavía aprendiz de hedonista en es­
ta sección del diálogo, no está dispuesto a vivir una vida que 82 Véase lrwin (2000), p. 544.

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o disposición del alma, es decir, un estado anímico que de­ placeres del alma y, más específicamente, a los que se dan a
be exhibir una cierta permanencia (lld: hexis-diáthesis). Por través de la memoria (33c). El pasaje abre la discusión más
eso la pregunta por el carácter de elegible o no elegible del precisa de ítems o estados anímicos como la .sensación. La
estilo de vida hedonista no es trivial (además de ser uno de explicación comienza ahora por distinguir dos tipos de afec­
los requisitos del bien real, que Protarco y Sócrates habían ciones corpóreas: (i) las que se extinguen dentro del cuerpo
acordado antes). sin llegar al alma, y (ii) las que penetran a través del cuerpoy
El argumento del molusco muestra entonces que la tesis del alma, y causan una conmoción (seismós) que es peculiar
del placer no cumple con ninguno de los requisitos; veamos y común a cuerpo y alma (33d). Este último tipo de eventos
ahora qué sucede con la tesis de la inteligencia o sabiduría, afectivos es relevante pues muestra el interés de Platón por
sostenida por Sócrates desde el comienzo del diálogo como subrayar un cierto carácter de codependencia entre cuerpo y
candidato posible en la competencia por el bien. Platón no alma, adelantando así un importante dictum de la psicología
argumenta con el mismo detalle respecto de la vida de inte­ aristotélica del Sobre el alma. 83 Es a propósito de la distinción
ligencia y conocimiento para mostrar que tampoco cumple entre esos dos tipos de afecciones corpóreas que Platón in­
con los requisitos del bien, aunque creo que parece pensar troduce una diferencia entre "olvido" (léthe) y "ausencia de
que una vida completamente desprovista de placer (y de do­ sensación" (anaisthesía, 33d8-34al). Hay un sentido, argu­
lor) tampoco sería deseable. Uno podría pensar que, además menta Platón, en el que podemos decir que el alma "se ol­
del hecho de que Platón no está dispuesto a respaldar la via­ vida" de las afecciones que no penetran a través del cuerpo
bilidad de una vida completamente insensible, desprovista y del alma, aunque en sentido estricto no hay "olvido" (que
de todo tipo de estado afectivo (como placer o dolor), la es la pérdida de la memoria), sino "ausencia de sensación",
presencia de factores afectivos contribuye a la autoconserva­ una cierta "anestesia". De donde Platón infiere que cuando
ción del ser vivo. El hambre, por ejemplo, es un dolor que alma y cuerpo son afectados de manera conjunta en una
contribuye a la autoconservación; el dolor, entonces, cons­ sola afección y, conjuntamente, sean puestos en movimien­
tituye una especie de mecanismo de alarma que favorece la to, se da un caso de sensación (34a3-5). El tratamiento más
autoconservación del ser vivo. detallado de la sensación y la memoria o recuerdo lo dilato
Platón amplía un poco su discusión de la vida del inte­ para la sección 5 de esta Introducción; solamente me inte­
lecto y el conocimiento un poco más adelante en el diálo­ resaba decir unas palabras acerca de lo inviable que es para
go, aunque allí su objetivo es sensiblemente diferente. En Platón también una vida de pura inteligencia o sabiduría.
33b habla de la vida del intelecto y del conocimiento como Esto ayuda a confirmar algunas sospechas que uno puede
aquella vida de quien "vive sin sentir placer ni dolor"; es un albergar desde el comienzo del diálogo: como ya hicimos
modo de vida que Sócrates califica como "el más divino de notar a propósito de la sección 11-12 del Filebo, el hecho de
todos" por cuanto los dioses no pueden experimentar placer
ni dolor (estados que, en el caso de los dioses, serían vergon­ 83 Véase Aristóteles, Sobre el alma, 414a19�20. Para una discusión
pormenorizada de este importante supuesto de la psicología aristotélica,
zosos; 33b-c). Pero ahora Platón aprovecha para pasar a los me permito remitir a Boeri (2009d).

98 99
que el mismo Sócrates sugiera tan temprano en el diálo­ intelecto). Éste es el comienzo del abandono de Protarco del
go la existencia de un estado diferente y superior al estado hedonismo burdo: Protarco ya ha entendido, después del
de puro placer (sensual, se entiende) y de pura inteligencia, argumento del molusco, que su creencia hedonista al menos
parece indicar que tampoco la tesis socrática es viable. Lo debe ser matizada. Naturalmente, Protarco no experimenta
que hemos discutido ahora muestra también que tanto la ninguna dificultad en creer que la vida del puro intelecto
vida de puro placer sensual como la de !:¡ pura inteligencia tampoco es elegible, aun cuando Sócrates no ha argumenta­
son posiciones reductivas, por así decir, que Platón no está do allí suficientemente para mostrar por qué no lo es. Pero si
dispuesto a suscribir. la discusión sumaria que he ofrecido de la sección 33d-34a,
Ahora bien, como se dice explícitamente en el diálogo, donde Platón también parece rechazar que una vida com­
la razón por la que se ha ofrecido este argumento es que pletamente desprovista de sensibilidad no puede calificar
aprehendamos del modo más evidente posible el placer del como "vida buena", es razonable, tenemos ya razones para
alma independiente o separadamente del cuerpo (tenpsykhts entender por qué hay que pasar a ese misterioso "estado su­
hedonen khoris sómatos, 34c6-8). El argumento del molusco perior" al estado de mero placer sensual y de mera inteligen­
constituye, creo yo, un inteligente movimiento por parte de cia. Dicho de otro modo, estos pasajes pueden entenderse
Sócrates para mostrar que "placer" no se identifica sin más como una justificación razonable de la vida mixta.
con "placer corpóreo". Aunque Sócrates ya ha reconocido Para terminar con esta sección querría ahora comentar
que su candidato (el nous) a ser identificado con el bien no el pasaje de Filebo, 60c6-6!a3 y hacer una reflexión gene­
es aceptable ni podrá reclamar el primer premio (por el he­ ral sobre las importancia de los requisitos del bien. En el
cho de no cumplir, como el placer, con todos los requisitos contexto casi inmediatamente anterior a este pasaje Sócrates
del bien), el hecho de mostrar ahora que el placer también recapitula con bastante detalle las dos posiciones que abren
puede entenderse en un sentido puramente anímico aleja la el diálogo. En primer lugar, la hedonista, que ahora atribuye
plausibilidad de identificar el bien con el placer burdo (esto directamente a Filebo -a estas alturas de la discusión Protar­
es, el placer corpóreo), como pretenden Filebo y Protarco. co ya ha hecho su conversión y ha abandonado el hedonis­
Este argumento vale, por tanto, como una nueva refutación mo burdo-, y que sostiene (i) que el placer se ha vuelto la
del hedonismo burdo. meta correcta (skopos orthós) para todos los animales (60a);
Volvamos ahora al final de 21d, donde después de que (ii) que todos deben apuntar o aspirar (stokházesthat) hacia él
Sócrates descarta rápidamente la vida del intelecto como un y "que sin duda para absolutamente todos el bien es eso mis­
candidato que tampoco cumple con los requisitos del bien, mo", y (iii) que es correcto que "bueno" y "placentero", que
sugiere por primera vez en el diálogo la posibilidad de una son dos nombres, se establezcan para algo único, es decir,
vida mixta entre la vida de placer y la del intelecto (22a). para una sola naturaleza (henítini kaiphjseimidi; 60a10). Só­
Hay dos detalles que es importante advertir: al final de 21d crates, en cambio, niega que (i) bien y placer sean una uni­
Protarco ya no tiene dudas de que la vida de placer sin más dad, sino que, (ii) como dos nombres que son, lo bueno y lo
no es elegible (como tampoco lo es la vida de sabiduría o placentero tienen una naturaleza diferente entre sí. Esta re-

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capitulación de las dos tesis en pugna es peculiar: se podría La segunda observación de Filebo en esta nueva reca­
pensar que estoy poniendo demasiado énfasis en algo que pitulación argumenta que no sólo todos "apuntan o tien­
es más trivial de lo que yo supongo, pero creo que la apari­ den" hacia el placer, sino que todos deben apuntar hacia él
ción de la noción de "meta" o "fin" (skopós) no es irrelevante (60a8: defn pántas toútou stokházesthai). Tengo la impresión
ni casual. Es probable que esa noción esté indicando que de que esta introducción de un ingrediente normativo no
Sócrates y Filebo comparten un supuesto común: el bien es es trivial. Lo que Platón parece estar sugiriendo es que un
aquello en vista de lo cual un agente hace lo que hace. 84 Pero hedonista burdo puede, dentro de su propio esquema hedo­
el problema subsiste: frómo sabe un agente que un objeto x nista, postular un "deber ser". Si ése fuera efectivamente el
cualquiera del mundo es efectivamente una meta o un fin, caso, se trataría de un deber que, al menos en principio, no
aquello en vista de lo cual hace lo que hace? Es más, skopós exigiría demasiado del agente: éste solamente tendría que
(meta) aparece calificado con orthós (correcta), esto es, no dejarse llevar por sus estados placenteros en dirección de su
es cualquier meta, sino la correcta. ¿Cómo sabe el hedo­ cumplimiento. Uno también podría interpretar el "deber
nista que el placer puede ser una meta correcta? Porque la ser hedonista" como un llamado a sentir placer a como dé
sensación agradable, inmediata y, corto-placista como es, le lugar; probablemente, éste es el significado preciso de la ob­
parece garantía suficiente de su corrección. A esta altura del servación; lo que no deja de ser sorprendente es que Platón
diálogo Sócrates ha ofrecido ya algunas razones por las cua­ parece estar admitiendo que pueda haber un deber ser para
les uno debería poner al menos en duda que el placer, por el una tesis que claramente considera falsa y para un modo de
solo hecho de ser algo agradable o gozoso en lo inmediato, vida que considera inadecuado. Pero hay una manera de­
sea garantía suficiente de ser una "meta correcta". Pero si ílacionaria de entender el def, pues éste no necesariamente
uno ha seguido esos mismos argumentos presentados por el tiene un valor normativo, sino que únicamente puede estar
personaje Sócrates, también debe ser capaz de entender ya describiendo lo que forzosamente se sigue de una determi­
por qué la inteligencia por sí sola tampoco es la "meta co­ nada actitud y de una determinada creencia respecto de lo
rrecta". No obstante, el terreno común del que parte tanto que se considera bueno.
el hedonista filebeano como el intelectualista socrático es El tercer punto importante de la recapitulación se cen­
que uno hace lo que hace en vista de la meta que considera tra en el siguiente detalle: según Filebo, es correcto (orthOs
correcta, recordando una vez más el dictum temprano del ékhein, 60a!O-bl) que, aunque "bueno" y "placentero" son
Gorgias, reproducido ahora en el Filebo. dos nombres diferentes, se los establezca para algo único, es
decir, para una sola naturaleza. Sócrates, naturalmente, no
84 "Es en vistas del bien que todas las cosas son hechas por aquellos admite esto y niega que placentero y bueno sean lo mismo.
que las hacen [ . . . ] . Deseamos los bienes; las cosas que no son ni buenas
ni malas o que son malas no las deseamos [ . . . J. El bien es el fin de todas
Su argumento parece ser que, si son dos nombres, deben
las acciones y aquello en vistas de lo cual todo lo demás debe ser hecho" tener una naturaleza diferente. La concepción que está en
(Platón, Gorgias, 468b7-c6, 499e8-9). Hasta donde puedo ver no hay una
diferencia significativa en Platón entre fin (télos) y meta (skopós; véase
la base de esta objeción es que cada nombre designa una
Gorgias, 507d; República, VII.519c; Leyes, 693c, 717a). esencia única (véase mi nota al pasaje 60b).

102 103
Ahora bien, esta larga dilación tenía el objetivo de po­ zo del diálogo se está buscando? La expresión "lo absoluta­
ner en contexto el importante pasaje de Filebo, 60c6-6la3, mente Bueno" parece indicar que se trata de la Forma del
que me proponía comentar brevemente para concluir con Bien (véase 67a6: el Bien mismo), pues de. hecho no hay
esta sección. Sócrates sostiene que "la naturaleza del bien" nada, entre las cosas del mundo del cambio, ni nadie que,
(60bl0: ten tagathoú phjsin) se distingue de la de las demás en sentido estricto, califique como absolutamente bueno. De
cosas en que en aquel animal en que estuviera presente el todos modos, tal vez no es necesario plantear el problema
bien en el más alto grado (dia télous, 60c2), completamente y en esos términos excluyentes : aunque Platón puede estar
por todas partes, ya no necesitaría más de ninguna otra cosa pensando en la Forma del Bien cuando habla de "lo absolu­
y "tendría la más perfecta suficiencia" (to hikanon teleótaton tamente Bueno", nada excluye que también esté pensando
ékhein, 60c3-4). Como es claro, ya casi al final del diálogo, en el bien práctico. Y esto es así no sólo porque desde el
Platón regresa al problema de los requisitos del bien y, co­ inicio del diálogo (véase l le) parece interesado en encontrar
mo también es patente, unifica los requisitos de suficiencia el bien para los que son capaces de participar de él, sino
y perfección. En efecto, si algo ya no necesita de ninguna también porque hay una manera de "incorporar" la Forma
otra cosa, es no sólo suficiente, sino también perfecto, pues del Bien al dominio práctico.ss Como sabemos, el pasaje
algo es perfecto si es acabado en sí mismo. Una vez hechas de Sefzsta, 247e86 relativiza cualquier noción de separación
estas distinciones, podemos ahora articular el pasaje de Fi­ en la medida en que allí lo individual-sensible es "realmen­
lebo, 60c6-61a3 en los siguientes pasos: (i) para la vida (o te real" (una descripción habitual de las Formas en Platón:
"estilo de vida", bíos) de cada uno (el que cada uno defiende República, Vl.490b5, X.597dl-2; Fedro, 247c7-e3, 249c4; Ti­
como el mejor) se puso por separado "placer", por un lado, meo, 28a3-4). En efecto, en el Sofista Platón establece fuera
y sabiduría o inteligencia (sophía; phrónesis), por el otro. (ii) de toda duda que todo lo que posee el poder o capacidad
En ese momento se dijo que uno de ellos era suficiente para de actuar o de padecer "es o existe realmente" (óntos eínai,
alguien, pues se mostró que sin recuerdo, conocimiento y 247e3). Esta afirmación, llevada al dominio de discusión
opinión verdadera no puede haber placer (aquí Platón está epistemológica y, sobre todo, moral, puede significar que
evocando de nuevo el "argumento del molusco"). (iii) Lo los particulares sensibles pueden ser conocidos o que los
mismo se hizo respecto de la sabiduría y la inteligencia, esto
es, si podía admitirse que fuera posible tener sabiduría sin
85 Como sugiere Gadamer (1985), el tema del Filebo de inmediato
ningún placer, y se admitió que no era posible. Esto mostra­ invoca "el concepto del bien, es decir, del bien en la vida humana" (p.
ría que ninguno de los dos candidatos a ser identificado con 74, el destacado es suyo) porque "el bien buscado debe ser un modo de
la condición misma (didthesis) o de la conducta misma (héxis) del alma
el bien es perfecto ni elegible para todos, ni tampoco es "lo que es capaz de hacer la vida feliz a todas las personas" (p. 76). Tal vez
absolutamente bueno/Bueno". constituye un exceso interpretar héxis como "conducta" (Verhalten; véase
Filebo lld); creo que no hay duda, no obstante, de que en el contexto
Esto último es particularmente sugerente: iqué es lo héxis tiene una impronta incuestionablemente práctica.
"absolutamente bueno" (o Bueno, to pantdpasin agathón)? 86 Estoy en deuda con Néstor Cordero (2009, pp. 207-8) por dirigir
mi atención a este pasaje del Sofista. En este párrafo construyo libremen­
iLa Forma del Bien o el bien práctico que desde el comien- te a partir de lo dicho en Boeri (2009b), pp. 223-6.

104 105
casos particulares de acción y, por ende, el bien involucrado que se la enuncia en el discurso. Éste es mi argumento y mi
en ellos "son o existen realmente". Mi sugerencia de que sugerencia de por qué Platón parece "neutralizar", por así
hay una manera de "incorporar" las Formas (y en no menor decir, el problema de la separación en su consideración de
medida la Forma del Bien) al dominio práctico parte del la relevancia de la Forma del Bien en el dominio práctico,
supuesto de que la "metafísica de los dos mundos" requiere y por qué en Filebo, 6la2 puede estar pensando tanto en la
siempre un esfuerzo por superar la lectura superficial que Forma del Bien como en el bien práctico: sin un modelo
asume que, de ser cierta, no hay en Platón una conexión de bien que en sentido absoluto sea bueno, no es posible
real entre ambos dominios. El hecho mismo de que Platón "construir" el bien práctico que se aproxime lo más posible
sugiera que hay una "presencia" (parousía) de las Formas en a ese bien absoluto.
los particulares sensibles que las ejemplifican (véase Fedón En cualquier caso, lo que me parece importante desta­
lOOd; también Sofista, 247a) habla en contra de semejante car de Filebo, 60c6-61a3 es que el tema de "los requisitos del
interpretación trivial. bien" vuelve a aparecer con toda su fuerza (casi al final del
Es ya en la República, uno de los diálogos en los que diálogo), y que el nuevo tratamiento de tales requisitos sirve
se plantea la "metafísica de los dos mundos", donde Platón como una especie de preámbulo al "camino hacía el bien"
establece con toda claridad que, a pesar del carácter para­ (61a7) y a la discusión final, un poco más detallada, de la
digmático de las Formas y de su característica privilegiada vida mixta.
de unidades absolutas, hay una manera de hacer "reales"
(en el sentido de hacer bajar al dominio sensible del cam­ 5. Las bases fisiológicas del placer, la psicología del
bio) las Formas. Es Platón mismo quien exige la necesidad placer, placeres falsos y la vida mixta
de conocer el Bien para ser también capaz de conocer algo
bueno.87 Ésta es una razonable explicación de por qué el Esta sección de mí Introducción es, probablemente, la
régimen político adecuado podrá ser realizado, en la medida más ambiciosa de todas pues pretende tratar varias de las ex­
de lo posible, sí hubiese algún guardián capaz de conocer en plicaciones más notables y difíciles de Platón que, de modo
qué sentido las cosas bellas y justas son "buenas". 88 Aunque especial, se concentran en dilucidar qué es el placer y cómo
Platón nunca dice que uno puede alcanzar una Forma sin integrarlo, finalmente, a la vida buena. El lector no puede
más (en el sentido de ésta sea "realizable" en sentido estric­ esperar un tratamiento completamente pormenorizado ni
to, como exigía Aristóteles), sí argumenta que las Formas exhaustivo así como tampoco una "solución" a las múltiples
son alcanzables en la medida en que uno llega lo más cerca dificultades que presenta el texto. Más modestamente, me
posible de ellas (República, V.472b-d): la Forma, en efecto, propongo discutir algunos de los aspectos principales de los
no puede llevarse a la práctica en los mismos términos en grandes temas anunciados en el título de esta sección y ofre­
cer algunas posibilidades de lectura.
87 Véase Platón, Repúblict1, Vll.534b-c, y Boeri (2007a), p. 63.
Como ya hemos adelantado en secciones anteriores,
88 Véase Platón, República, VI.506a-b, VIl.517c, y Boeri (2007a),
p. 80. Platón ancla su explicación del placer al devenir: desde el

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punto de vista ontológico, entonces, el placer es algo que tra armónicamente dispuesto. (ii) Cuando esa armonía o
deviene, no que es (Filebo, 53c). 89 Esta distinción descansa en balance se disuelve (harmonías men lyoménes; Filebo, 31d4),
una observación habitual de otros diálogos de Platón en los la naturaleza o la condición apropiada del ser viyo se des­
que el devenir (gígnesthai; génesis) pertenece al reino del flujo truye, lo que hace que tenga lugar el dolor (génesin algedó­
y cambio permanente de las cosas, propio de lo que nace y non; 31d5). (iii) El dolor, por ende, puede ser caracterizado
muere, por un lado, y el ser (eínai; ón) al de lo que efectiva­ como la destrucción de la propia naturaleza o la condición
mente es, propio de las Formas o Ideas, por el otro.9o Es de­ apropiada del ser vivo (Filebo, 42c9-10: tés phjseos hekáston
cir que, desde el punto de vista ontológico, el placer es algo diaphtheiroménes). (iv) Ahora bien, si el dolor es la disolu­
en devenir, en proceso de llegar a ser algo (véase Filebo, 26d; ción o destrucción de la condición apropiada del ser vivo,
53c-54a). Luego de la discusión inicial con Protarco, cuando su opuesto, el placer, debe ser el retorno o la restauración
Sócrates trata de mostrar que hay opuestos que pertenecen del ser vivo hacia su propio ser o naturaleza (32b3-4: eis ten
al mismo género,91 Platón parece sugerir que el placer tiene hautón ousían bodón... ten anachóresin pánton hedonén). (v) Por
una "condición dependiente" porque depende del objeto consiguiente, el placer constituye una condición estable en
de placer (el placer de beber de la bebida, por ejemplo), es la naturaleza del propio ser vivo y el dolor su opuesto.
decir, de aquello que permitirá que el ser vivo "restaure" su Esta explicación puede contribuir a aclarar por qué Pla­
condición natural. tón parece sugerir con tanta insistencia que el placer tiene
El argumento en el cual Platón establece que el placer una naturaleza dependiente y por qué es un proceso de ge­
es un proceso de "restauración" del equilibrio del ser vivo neración que, en rigor, nunca tiene una estabilidad absoluta.
puede reconstruirse del siguiente modo: 92 Es por eso que "el placer es un permanente devenir y de él
(i) Un ser vivo se encuentra en una buena condición no hay ser en absoluto" (53c). Aunque no creo que aquí
(esto es, en una condición balanceada) cuando se encuen- Platón esté pensando en cosas sensibles y Formas, como rea­
lidades contrastantes, es bastante claro que lo que quiere es
89 Algunos intérpretes hacen notar el hecho de que Sócrates nunca mostrar que el placer es el proceso mismo que se da cuando
suscribe por completo a la tesis de que el placer es un devenir (véanse mis
not�s al pasaje 53c). Sin embargo, hay un sentido general en que puede
el animal comienza a "repletar" el estado afectivo de va­
dec1�se que acepta, al menos hipotéticamente, esa posición, porque es ciedad propio del dolor. Si esto es así, cuando uno tiene
funcional a su argumento, según el cual lo que está en proceso de llegar
a ser no puede ser perfecto ni autosuficiente y, por ende, tampoco puede
hambre y come, el placer no es el estado en el que el ser vivo
ser bueno. Es una forma de probar que el placer, que siempre está devi­ se encuentra luego de satisfacer su hambre (y ya no tiene
niendo, no puede ser el bien.
90 Véase Timeo, 27d5-28al, 38a6-b5; véase también Fed6n' 65d-e ganas de seguir comiendo), sino el proceso mismo (eso es en el
76d-77a y mi nota a Filebo, 53c, en la traducción.
'

texto génesis) que va del estado de vaciedad (hambre=dolor)


91 Como el blanco y el negro que pertenecen a "color". La réplica de al de repleción. Del placer no hay "ser" o "realidad" (ousía)
Sócrates mostraría que no es cierto que, como cree Protarco, aunque Jos
.
placeres derivan de cosas opuestas, ellos no son opuestos en la medida porque, en sí mismo, consiste en ese proceso o "estado ciné­
en que siguen siendo placeres (véase Filebo, 12d�e).
92 En esta parte de mi discusión me sirvo libremente de lo dicho en tico" que va de la vaciedad a la repleción; además, no tiene
Boeri (2010). fin porque no hay ningún ser vivo que en algún momen-

108 109
to pueda encontrarse permanentemente en esa condición en la diálogo en la que Platón comienza a concentrar su análisis
que no hay placer ni dolor, ese "estado intermedio" (Filebo, en el aspecto psicológico del placer. Gracias a su dualismo
32e9-33b4) que hay en medio de dolor y placer, pero que en psicológico Platón puede decir que no sólo el cuerpo experi­
ningún ser vivo es permanente, lo cual describe una cierta menta afecciones, sino también el alma. En un sorprenden­
"condición carente" del ser vivo. Es decir, además de la con­ te nuevo movimiento argumentativo, Sócrates señala ahora
dición de dolor o placer, hay una tercera condición que no que según sea la expectativa (prosdókema; un ítem anímico
se identifica ni con el dolor ni con el placer; se trata de una y, por tanto, inmaterial en el mapa ontológico de Platón)
condición o estado "neutro" en el que se encuentra el ani­ de las afecciones del alma misma uno puede tener una espe­
mal. Lo dicho hasta aquí corresponde a lo que he llamado ranza (elpís; otro ítem anímico) placentera y confiada ante
"la fisiología del placer", esto es, la descripción de lo que, se­ los estados placenteros, y una esperanza temible y dolorosa
gún Platón, sucede a nivel corpóreo-fisiológico cuando un ante los estados dolorosos (Filebo, 32c). El pasaje es, en mi
animal está experimentando placer (en virtud de la imagen opinión, no sólo notable por el hecho de que Platón parece
de los "hermanos siameses", esto es, placer y dolor existen estar distinguiendo estados afectivos (pathémata) tanto del
como si estuvieran unidos a la misma cabeza; véase Filebo, cuerpo como del alma, sino también por la claridad que tie­
31b, y Fedón, 60b-c, la misma explicación se aplica también ne respecto del poder causal de los ítems anímicos. Qye ésta
al dolor). es la lectura que hay que hacer creo que se confirma un po­
Pero Platón hace también un pormenorizado trata­ co más adelante en el diálogo (36b), cuando Sócrates indica
miento del placer en su sentido "psicológico", es decir, en que cuando uno tiene la esperanza de que se repletará, por
su aspecto anímico. No hay que olvidar que, por muy raro el hecho de recordarlo (tói memnesthai; 36b4-5), siente placer,
que parezca a las premisas fisicalistas contemporáneas de pero a la vez, por estar vacío, siente dolor en ese momento.
filosofía de la mente, Platón cree que "alma" ("mente" en el Es decir, un ítem mental como el recuerdo tiene el poder de
lenguaje contemporáneo) y cuerpo son dos ítems diferentes: producir un estado placentero.
aquélla inmaterial y éste material, no obstante lo cual, sos­ Esta sección anuncia, en realidad, la introducción de
tiene que se encuentran en una relación mutua estrecha.93 los placeres anticipatorios que son propios del alma, pues
Esta sección del diálogo es particularmente importante no tienen que ver con ciertos estados anímicos (o actitudes
sólo por su impronta psicológico-epistemológica, sino tam­ proposicionales) como la expectativa y la esperanza. En las
bién por el hecho de que introduce una distinción que, a oí­ experiencias en que están involucrados tanto el cuerpo co­
dos de algunos intérpretes contemporáneos, suena un poco mo el alma, el placer anticipatorio de la repleción ocurre al
extraña: hay placeres verdaderos y falsos (Filebo, 36e). En un mismo tiempo que el dolor de la vaciedad.94 Esto da lugar a
momento pasaré a discutir con algún detalle esta importan­ que Platón introduzca un detallado examen de la sensación
te distinción, pero antes querría detenerme en la sección del (aísthesis) y el recuerdo (mnéme). La caracterización general

93 Véase Filebo, 34a, y mi nota ad loe. 94 Hampton (1990), p. 68.

110 111
de "placer" como la restauración de la condición natural Platón señala que la sensación es un "movimiento" (kíne­
del ser vivo (32b) es modificada cuando Platón introduce sis, 34a4), probablemente para enfatizar el hecho de que la
una importante distinción entre placer del alma y placer del sensación constituye un cierto proceso que se 11ianifiesta
cuerpo. En sentido estricto los placeres y dolores nunca lo como un estado afectivo. Así, pues, para que haya recuerdo
son del cuerpo solo, y el deseo o apetito lo es del alma. En o memoria (mnéme) debe haber un rastro afectivo que sea
un importante pasaje del Filebo (34e-35d) Platón argumenta corpóreo y anímico (33e-34a). (v) Volviendo al argumento
del siguiente modo: inicial, en un quinto paso Sócrates señala que el que se en­
(i) Un dolor como "tener sed" es "estar vacío". (ii) La cuentra en un estado de vacío no apetece ni desea lo que está
sed, por ende, es un apetito o deseo, esto es, un deseo de padeciendo (pues tiene sed, que es un vacío y, por tanto un
bebida o, más precisamente, un deseo de repletarse o lle­ dolor), sino que desea la repleción de dicho vacío. Dicho de
narse de bebida, por cuanto la sed es un estado de vacia­ otra manera, uno desea lo que no tiene. (vi) En el que tiene
miento. (iii) Quien está vacío, entonces, desea o apetece lo sed debe haber, por tanto, algo que esté en contacto con la
contrario de lo que está padeciendo: cuando.uno está vacío repleción, pero ese "algo" no puede ser el cuerpo pues es
desea repletarse. (iv) El próximo paso es mostrar que quien el cuerpo el que está vacío. (vii) Por consiguiente, debe ser el
por primera vez está vacío puede entrar en contacto con la alma la que está en contacto con la repleción (no puede serlo
repleción -que es la satisfacción del vacío- por sensación o el cuerpo porque está vacío; 35b), y lo está gracias a la me­
por recuerdo. La sensación no está anclada para Platón del moria. Esto último se explica por el hecho de que en el caso
lado exclusivamente corpóreo, sino también del anímico; hipotético de quien experimenta por primera vez un vacío
para determinar qué es la memoria cree Platón que primero no hay deseo en sentido estricto, ya que el deseo requiere de
hay que explorar qué es la sensación (33c-34a), ya que la un objeto. Para que uno identifique la bebida o la comida
memoria o recuerdo lo es de algo sentido y es una "conser­ como el objeto de deseo apropiado para repletar o satisfacer
vación de la sensación" (34a). A veces algunas de nuestras el vacío que uno llama "sed" o "hambre", respectivamen­
afecciones corpóreas se extinguen dentro del cuerpo antes te, debe haber tenido una "experiencia sentida" que le haya
de llegar al alma, dejándola inafectada. Otras, en cambio, indicado que, efectivamente, tales ítems son los objetos de
penetran a través del cuerpo y el alma e infunden como una deseo apropiados para satisfacer esas vaciedades.
especie de conmoción que es no sólo peculiar, sino también Si se ha seguido el argumento hasta aquí, se entenderá ya
común a cada uno (es decir, hay estados afectivos que son por qué no puede haber recuerdo o memoria sin sensación:
comunes a cuerpo y alma). Y como nuestra alma se olvida la memoria o recuerdo es la "conservación de la sensación"
de las afecciones que no penetran a través del cuerpo y del (34a10) que presupone la existencia de estados que hayan
alma, en tanto que no se olvida de las que penetran a través penetrado a través del cuerpo y el alma. La memoria es, bá­
de ellos, puede llamarse "sensación" al hecho de que el alma sicamente, un ítem anímico pero, en la medida en que tiene
y el cuerpo sean afectados conjuntamente en una sola afec­ un ingrediente sensitivo, también posee un aspecto sensible.
ción y conjuntamente sean puestos en movimiento (34a). Se trata de uno de esos estados afectivos comunes a cuerpo

112 1 13
y alma. Esto es en parte así porque, como Platón enfatiza, cuando iba hacia un encuentro, gracias a su expectativa
nuestra alma se olvida de las afecciones que no penetran a de tomar el próximo vuelo puede anticipar la restauración de
través del cuerpo y del alma, en tanto que no se olvida de ese vacío y experimentar un cierto goce que rep;:¡ra, por así
las que penetran a través de ambos. Lo que el argumento decir, el estado de estar vacío. También se dan casos inversos
muestra, como el mismo Platón dice, es que el apetito o en los que el sujeto se encuentra en una completa falta de
deseo (epithymía) no lo es del cuerpo, sino del alma, porque expectativa o desesperanza: luego de perder el avión uno se
revela que el propósito (epikheíresís) del animal es siempre entera de que en ese momento se ha declarado una huelga
contrarío a sus estados afectivos (corpóreos y anímicos; masiva de todas las compañías aéreas por tres días, lo cual
35c9-10). El impulso que conduce hacia lo contrario de sus lo tendrá varado en el aeropuerto sin posibilidad de asistir a
estados afectivos indica, sostiene Platón, que hay recuerdo este encuentro. En ese caso, argumenta Platón, se produce
de los contrarios de dichos estados afectivos. El recuerdo es un dolor de "carácter doble" (Filebo, 36a): en el cuerpo por el
entonces el que conduce hacia las cosas deseadas, de donde estado efectivo corpóreo en que uno se encuentra (la fatiga
se sigue que todo impulso o deseo corresponde al alma. Es­ del viaje) y en el alma por un cierto anhelo de una expecta­
to es lo mismo que decir que la que tiene sed o hambre es tiva que no se muestra positiva o que, sencíllamente, se ha
nuestra alma, no nuestro cuerpo. frustrado.
En realidad, esto no debería sorprender mucho; ya en Esta cuestión aproxima ya nuestra discusión a uno de
República, IV, Platón establece que lo que impulsa al agente los últimos temas que me propongo tratar de manera suma­
a beber o comer es su alma apetitiva; en el conflicto entre ría en esta sección: los placeres y dolores verdaderos y falsos.
lo apetitivo y lo racional, aquello "ordena" o "empuja" (to En efecto, los placeres anticipatorios de bienes futuros son
keleuon) y esto "impide" (to ko!Uon) hacerlo (439c5-7).9s Todo el paso que le permite a Sócrates introducir el debatido tópi­
esto prepara ya el tránsito hacia los placeres del alma pues co de esos placeres y dolores, pues dado que una expectativa
el hecho de que el alma sea capaz de anticipar los placeres puede ser infundada o errónea, el placer correspondiente de
que ha experimentado antes explica que pueda, en ciertos anticipación puede ser falso o, como sugestivamente propo­
casos particulares, experimentar una gama compleja de pla­ ne Beatriz Bossi, "decepcionante"." El tema de los placeres y
ceres y dolores. Por ejemplo, si uno está apenado o dolorido dolores verdaderos y falsos ha sido muy discutido y sobre él
(esto es, si experimenta un vacío) porque perdió su avión los expertos no logran ponerse de acuerdo; una de las varias
razones de los desacuerdos reside en la resistencia a atribuir
95 Para que no quede ningún tipo de dudas respecto de dónde está
el deseo para Platón puede verse República, IV.439d6-8: "Aquello con lo 96 Véase Bossi (2008), p. 230, y su discusión pormenorizada de los
cual [el alma] tiene deseos eróticos, hambre y sed y se precipita en rela­ placeres falsos en pp. 246-63. También es provechosa la discusión de
ción con los demás apetitos es no sólo irracional, sino también apetitivo, Marcos, quien, de un modo interesante, sugiere que, al argumentar a
amigo de ciertas saciedades (o repleciones) y placeres". Véase también favor de que el placer puede ser falso, Platón estaría librando una nu�va
439a9-bl: "El alma del sediento, por tanto, en la medida en que tiene batalla contra el protagorismo, aunque no ya desde el punto de vista
sed, no quiere más que beber, y eso desea (orégetaz) y hacia eso dirige su gnoseológico, sino práctico; véase Marcos (2009), pp. 147-68, en espe­
impulso (hormdi)". cial, pp. 150 y 153-6.

114 1 15
n

los predicados "verdadero" y "falso" a los placeres. Como Q!Jerría referirme brevemente a una discusión del filósofo
Protarco en Filebo, 36c, muchos estudiosos actuales creen contemporáneo Donald Davidson, quien sin ser en sentido
que esto no es posible. La resistencia de Protarco a admitir la estricto un "clasicista", conocía muy bien el Filebo y presenta
verdad o falsedad de los placeres es significativa, pues mues­ un enfoque muy parecido al que se encuentra en nuestro
tra que esa resistencia no es un prurito "logicista" de los texto.97 Davidson ha argumentado (convincentemente, a mi
intérpretes contemporáneos. Pero yo creo que hay que ser juicio) que actitudes proposicionales como el deseo, la espe­
caritativos con Platón, no para aceptar sin discusión lo que ranza, la intención, la expectativa, la sorpresa, estar compla­
dice, sino para darle la oportunidad de que se explique. An­ cido o enojado dependen de la creencia para dar sustancia a
tes de exponer con más detalle el problema de los placeres sus contenidos. Así, uno no desearía ganar dinero a menos
falsos me parece importante recordar que Platón utiliza con que creyera que el dinero puede ponerlo en una situación
cierta amplitud los predicados "verdadero" y "falso"; por ventajosa respecto de cosas que necesita o valora; estar com­
ejemplo, en Teeteto, 157e y 167c, habla de "sensaciones falsas" placido de que algo haya sucedido depende de la creencia
y "sensaciones verdaderas", respectivamente. En Timeo, 90b, (verdadera) de que efectivamente haya ocurrido. Un estado
habla de "inteligencias o pensamientos verdaderos" (aletheís afectivo como estar complacido de algo (por ejemplo, haber
phronéseis); en Leyes, 728d, de "honores verdaderos" y en Le­ bajado los niveles de colesterol en la sangre gracias a una
yes, 896c, de cuidado (epiméleia) o recuerdo (mnéme) verda­ dieta equilibrada) contiene ingredientes racionales toda vez
dero. Por último, en Filebo, 58d, también habla del "blanco que presupone creencias y valores que uno tiene (es mejor
más verdadero" (esto es, el que es puro y no está mezclado). tener niveles adecuados de colesterol que no tenerlos). Estar
Es decir, aunque el uso más habitual de "verdadero" o "fal­ sorprendido puede entenderse como el reconocimiento de
so" es el que se da asociado al juicio (como en República, la distinción entre lo que pensamos y lo que efectivamente
IL367b6-7), Platón hace también un uso mucho más amplio es el caso (en este sentido, la sorpresa es la frustración de
en la aplicación de dichos predicados. Por consiguiente, no una expectativa).98 Uno podría aprovechar esta discusión
hay que sorprenderse tanto, pace Protarco y otros intérpretes de Davidson para tratar de comprender mejor el problema
contemporáneos, de que en el Filebo hable de placeres ver­
daderos y falsos. 97 Davidson se doctoró con una tesis sobre el Filebo y, aunque como
Hay un método que a veces se utiliza con cierta fre­ él mismo reconoce nunca fue un "clasisista" en sentido estricto (véase
Davidson, 2005c, pp. 262-3), enseñó ese texto durante mucho tiempo
cuencia para hacer razonable la doctrina de un filósofo an­ y volvió a él en repetidas ocasiones. Una discusión actualizada de la
tiguo: si coincide con lo que dice algún reputado filósofo importancia del Filebo en el pensamiento de Davidson (y de Gadamer)
se encuentra ahora en Natali (2007, véanse, especialmente, pp. 1 19-24,
contemporáneo, entonces, es razonable; si no coincide, no 132-8), quien además hace un interesante contrapunto entre Gadamer y
lo es. A mí no me parece razonable proceder de esa manera, Davidson.
98 Véanse Davidson (2004a), pp. 7-8 y 16-7, y (2002), pp. 9 9 y 103-4.
aunque en lo que sigue me voy a referir a un filósofo con­ Davidson incluso sugiere (2004b, pp. 136-7) que las creencias, los deseos
temporáneo pero de manera inversa: para hacer plausibles y y todas las demás actitudes proposicionales dependen del lenguaje, en­
tendiendo por lenguaje el marco conceptual que da apoyo a las actitudes
razonables algunas tesis platónicas contenidas en el Filebo. proposicionales.

116 1 17
de los placeres falsos y su conexión con las creencias, pues, más placentero será el de la parte del alma con la cual apren­
si como dice Sócrates en el Filebo, el placer muchas veces demos (582e-583a). El que posee sabiduría o inteligencia
surge no acompañado de una opinión recta, sino de una falsa (phrónimos), dado que es alguien que elogia con autoridad
(37el0-l l; véase también 38a6-7), Protarco puede genuina­ (kjrios epainétes) su propio estilo o modo de vida, tiene más
mente seguir sosteniendo que, incluso en ese caso, lo único autoridad para creer que su modo de vida es el más pla­
falso es la opinión, no el placer (véase 38al-2). Lo que debe centero o el mejor (véase 583a4-5). Su "autoridad" se la da,
hacer Sócrates es mostrar que el contenido del placer tiene claro está, su conocimiento. Un poco más adelante Sócrates
carácter proposicional o doxástico o, como prefiere decir argumenta que los demás placeres -esto es, los placeres que
Davidson, que estar complacido depende de la creencia pa­ no son los propios del phrónimos- no son ni completamente
ra dar sustancia a su contenido. verdaderos (panalethés, 583b3) ni puros. La afirmación de
La distinción de los placeres verdaderos y falsos ya ha­ que no son "completamente" verdaderos podría hacernos
bía aparecido en Platón en la República; en efecto, luego de pensar que, al menos en cierto sentido, son verdaderos. Pero
distinguir tres tipos diferentes de persona (la que es filosó­ esa sospecha debe ser descartada, pues inmediatamente los
fica, la amante de la victoria y la amante del lucro, que co­ compara con una especie de "pintura ilusionista" (eskiagra­
rresponden, respectivamente a los tres tipos de alma distin­ pheméne tis, 583b5) que, de ser cierta, sería "la más grande e
guidos en República, IV y las "clases" del estado platónico), importante de las desgracias" (583b6-7).
Platón asigna a cada tipo de persona un tipo de placer, que Ahora bien, ¿por qué Protarco encuentra tan extrava­
corresponde al tipo de vida que cada uno considera más gante atribuir la verdad o la falsedad a los placeres? Proba­
placentero (véase República, IX.58lc-d; en particular hédistos, blemente por las mismas razones que nosotros: la verdad o
"más placentero", en 58lcll). Pero dado que estos modos de la falsedad son atributos de las proposiciones. Pero puede
vida son en cierto sentido antagónicos e igualmente los pla­ tener otra razón: desde el punto de vista sensista en que
ceres que les corresponden, la pregunta es entonces cuál es Protarco todavía considera el placer (y también el dolor) no
más placentero y menos doloroso y, por ende, cuál de ellos puede haber lugar siquiera para pensar en la posibilidad de
es también el más verdadero (véase República, IX.581e-582a; que un placer sea falso: toda vez que siento o experimen­
en particular alethéstata, "más verdadero", en 582al). El ar­ to placer o dolor, se trata de un placer o dolor verdaderos
gumento que sigue procede a mostrar que si no hay mejores (ese enfoque parece ser compartido por Sócrates, aunque
criterios para discernir las cosas que la experiencia (empei­ propone examinarlo; véase Filebo, 36e). La posibilidad de
ría), la inteligencia (phrónesis) y el argumento (lógos), y si el que algún placer sea falso opera probablemente sobre el
filósofo es el que tiene esos elementos como criterios para supuesto de que lo que resulta placentero en lo inmediato
juzgar lo que verdaderamente es placentero, también debe no sea, finalmente, placentero y, por ende, tampoco bueno.
ser superior en su experiencia de las diferentes clases de pla­ Esta idea ya había sido adelantada al comienzo del diálogo,
ceres, juzgará mejor y estará más cerca de la verdad (582b-e). cuando Sócrates argumenta que, aunque nadie dirá que las
De aquí infiere Platón que, de los tres tipos de placeres, el cosas placenteras no son placenteras, él piensa (has hemeis

118 119
phamén) que muchas cosas placenteras son males y muchas es más grande o más pequeño, o cuál más fuerte o más
bienes (véase supra 13a-b). intenso; pero (iii), como sucedía en el caso de una per­
Algunos intérpretes" han distinguido cuatro clases de cepción visual, en la cual el hecho de ver de lejos o de
placeres falsos, o cuatro sentidos en que puede decirse que cerca los tamaños de las cosas podía ocultar la verdad y
un placer es falso: hacernos tener una opinión falsa, lo mismo puede ocurrir
l. Placeres que describen un estado de cosas que se dis­ con nuestro cálculo de los placeres y dolores (41e-42a). (iv)
fruta y no es real (36c-41b; sobre todo 37e). Por ejemplo,Juan Así, los placeres, por ser vistos de lejos o de cerca o por ser
está enamorado de María y como cree que María también puestos unos al lado de los otros, parecen más grandes y
está enamorado de él, siente placer. Pero, en realidad, María más intensos si se los compara con lo doloroso (una línea
no está enamorada de Juan. El placer de Juan es entonces argumental similar ya había sido adelantada en el diálogo
falso porque es una esperanza o una expectativa sin fun­ Protágoras), y los dolores, por el contrario, si se los compara
damento, que es como decir que se trata de una esperanza con los placeres parecen lo contrario de ellos. (v) Se sigue
o expectativa que se basa en una creencia falsa. Uno puede entonces que, si unos y otros parecen más grandes y más
interpretar esta situación de falsedad argumentado que tal pequeños que lo que son, no se puede argumentar que
supuesto placer tiene un contenido proposicional y que esa apariencia sea correcta ni que la porción de placer y
tal contenido puede ser verdadero o falso: "Juan disfruta el dolor que se da en ese caso es verdadera. Para ilustrar este
hecho de que María lo ama". Pero cuandoJuan advierta que segundo ejemplo de falsedad aplicado al placer y el dolor
María no lo ama experimentará una sorpresa, probablemen­ podemos tomar el ejemplo de las curaciones médicas que
te dolorosa, porque su expectativa se ha frustrado. Aquí se emplea Platón en el Protágoras. Una curación médica, si se
aplica muy bien lo de Davidson: la sorpresa es la frustración la ve de cerca, parece dolorosa, pero si se la ve a lo lejos, al
de una expectativa. Si uno pudiera articular el problema de redundar en un estado de salud, es placentera. Inversamen­
esta manera (y sin duda creo que es posible), la diferencia te, comer en exceso en una cena, si se lo ve de cerca, parece
entre Sócrates y Protarco es que éste no advierte que los un estado placentero muy intenso, pero cuando aparezcan
placeres y dolores también tienen contenido proposicional, los primeros indicios del exceso cometido, se mostrará co­
y si lo tienen, pueden ser verdaderos o falsos. mo lo que efectivamente es y, finalmente, será un dolor. O,
2 . En un segundo sentido los placeres pueden ser fal­ dicho de otra manera, se trataba de un falso placer.
sos porque el cálculo respecto de su magnitud o intensidad 3. El tercer sentido de placer falso se centra en aquellos
es erróneo (41b-42c). El argumento puede articularse en casos en los que hay una ausencia de dolor (42e-44a); es
los siguientes pasos: (i) tanto placer como dolor admiten decir, la ausencia de dolor se confunde con un placer. Se
el más y el menos, de manera que se encuentran entre lo puede decir que el placer es "falso" porque se confunde
que es ilimitado (41c). (ii) Podemos querer discernir cuál con un placer algo que, en rigor, no es un placer. En lo que
está pensando Platón es, en realidad, en un estado neutro
99 Véase Frede (1996), p. 234, seguida por Bossi (2008), p. 249. que no es ni placentero ni doloroso. Epicuro con su tesis

120 121
de la "ausencia de dolor" (aponía) como placer catastemá­ 4. Finalmente, también son falsos los placeres que están
tico tendrá algo que decir,100 pero Platón desecha esa hi­ mezclados con un ingrediente doloroso (44b-50e). 1º1 "False­
pótesis como asociada al placer y, lo que probablemente dad" en este caso significa ausencia de pureza: es .decir, un
es más importante, renuncia a darle el primer puesto en placer para ser verdadero debe ser absolutamente placentero.
la competencia por el bien porque se trata de un estado Esto constituye un nuevo argumento en contra del hedo­
(armónico) en el cual el ser vivo nunca se encuentra de nismo burdo, pues los más grandes placeres implican dolor.
manera permanente, lo cual parece confirmar que aquel Sócrates subraya el hecho de que si efectivamente queremos
"estado (héxis) y disposición (diáthesis)" que, según Platón, saber cuál es el género del placer, debemos poner atención
es la vida feliz debe exhibir una cierta permanencia (véase en los placeres más intensos o más grandes (45a), los que,
Fzlebo, 11d-e). En efecto, como dice expresamente Platón, inexorablemente, contienen siempre ingredientes dolorosos
siempre debe suceder que estemos en un estado de placer pues son placeres corpóreos que, en su ejecución, por así de­
o de dolor pues todo se encuentra en un continuo flujo cir, contienen o producen dolor (45b-46a). Platón piensa en
(43a). Pero "no sentir dolor" no es lo mismo que "sentir ejemplos de casos patológicos: en efecto, los enfermos son
placer" (43d), pues el placer es un cierto proceso de devenir los que se encuentran en una condición extrema de carencia
que se encamina hacia la restauración del equilibrio del y, por eso mismo, son los que experimentan los placeres más
ser vivo. "No sentir dolor", sin embargo, como un estado grandes cuando logran saciar su carencia (45b). Sin embar­
neutro, no parece implicar ningún movimiento. Así, pues, go, Sócrates advierte aquí que no está interesado en exami­
si tenemos tres tipos de cosas (oro, plata y, en tercer lugar, nar si sienten más placer los enfermos que los sanos cuando
lo que no es ninguno de ellos), el que no es ninguno de satisfacen su carencia, sino que lo que le interesa investigar
ellos no puede convertirse en uno de ellos. Platón procede, es la magnitud del placer (mégethos hedones; 45c5) y dónde se
como es habitual, por vía inductiva para mostrar que de origina en cada caso su intensidad (to sphódra). La pregunta
dos cosas diferentes no puede obtenerse una tercera cosa es ahora si los placeres más grandes -no los más numerosos
por cuanto esas dos cosas de las que se compone una terce­ sino los que sobresalen en intensidad y en grado- se encuen­
ra son de naturaleza diferente (esta explicación se establece tra en una vida desmesurada o en una mesurada (45d). Un
con un poco más de claridad enseguida; véase 44a9-11). placer cualitativamente intenso es diferente de un placer
Como aclara Platón, la naturaleza de "no sentir dolor" y cuantitativamente grande o numeroso. Esta observación es
la de "sentir placer" están separadas la una de la otra (44a). retomada cuando Sócrates integra cierto tipo de placeres a la
Por consiguiente, sostener que no sentir dolor es un estado vida buena. El aspecto cualitativo del placer es importante
placentero (o, más simplemente, placer) puede constituir
un "placer falso", porque no es un placer. 101 Esto vale no sólo para aquellos casos en los que el agente padece
una experiencia en la que está involucrado el cuerpo, sino también en
experiencias anímicas (véase 47d-48b), como la ira o el miedo, los la­
1ºº Para los detalles de esta tesis epicúrea y para las probables co­ mentos o anhelos, envidia, etc., que son casos en los que los placeres se
.
nexiones con Platón, me permito enviar al lector a Boeri (2010). encuentran mezclados con dolores; véase Hampton (1990), pp. 66-7.

122 123
y, en cierto modo, reconsidera la distinción de especies de La discusión del problema de los placeres falsos se cierra
placer que ya había introducido y defendido al comienzo con un ingenioso símil, en el que Platón compara el alma
del diálogo para mostrarle a Protarco que si hay especies con un libro. Éste es, en cierto modo, el paso necesario que
de placer diferentes, y que si alguna especie de placer puede debe dar Sócrates para superar la objeción de Protarco (en
eventualmente producir un daño, hay una razón podero­ Filebo 38a), según la cual, si el placer está acompañado de una
sa para sospechar que el bien no puede identificarse con el opinión, se puede seguir argumentando que lo que es falso
placer sin más, o que, como indica este contexto, el placer es la opinión, no el placer. Protarco no ha dejado de insistir
puede ser "falso". Un detalle importante es que los placeres en que cualquiera podría entender muy bien que se llame
más grandes (que son mezclados) no están limitados al cuer­ "falsa" a una opinión, pero no al placer. Sócrates, en cambio,
po, sino que también incluyen los placeres del alma (46c; esta dispuesto a mostrar que no es trivial el tipo de opinión
47c-50d). Todos nuestros estados afectivo-emotivos (envi­ que acompañe a un determinado estado placentero. Es decir,
dia, deseo erótico, ira) conllevan algún ingrediente doloro­ de determinado tipo de opinión (verdadera o falsa) puede se­
so. Por ejemplo, un estado de iracundia puede verse como guirse determinado tipo de estados afectivos (placer y dolor,
doloroso o como placentero: como placentero por la intimi­ o también "placer falso" cuando la opinión que lo acompaña
dación que puede despertar en quien recibe nuestra ira, lo es falsa; 38b). La opinión, a su vez, tiene su origen en la me­
cual, como argumenta Aristóteles probablemente pensando moria y en la sensación; es aquí mismo donde se introduce la
en estos pasajes del Filebo, genera una cierta gratificación comparación del alma con un libro. Esto es, para determinar
en el iracundo; 102 como doloroso porque produce un estado la viabilidad de la tesis de los placeres y dolores falsos, hay
de exaltación, irritación y alteración que es inevitablemente que explorar antes el origen mismo de la verdad o la falsedad,
doloroso (46d; 47e). Otro ejemplo excelente para mostrar tal como éstas se dan en las opiniones (algo indiscutible para
la mezcla de placer y dolor de los estados anímicos es el la­ Protarco) y luego en las apariencias (o "representaciones ima­
mento, como el que se da en los espectáculos trágicos, dice ginativas", phantasíai), que, de acuerdo con Platón, tienen
Platón, donde los espectadores lloran y gozan a la vez (es un contenido proposicional y, por ende, pueden ser verdaderas
caso de lo que en español llamamos "sentimientos encon­ o falsas (véase Sofista, 264bl-2). Si se logra aclarar esto, se
trados''). Lo mismo sucede en la comedia, aunque, como habrá ofrecido al menos una razón para que Protarco co­
advierte Platón, allí es más difícil de ver la mezcla de placer y mience a aceptar que hay placeres que pueden "representar"
dolor. En vista de la brevedad, omito discutir aquí en detalle falsamente la realidad y que, por tanto, son falsos.
el argumento. Lo que parece obvio es que en la comedia hay La metáfora del alma como un libro aparece en un im­
una mezcla del dolor de ver lo feo y, al mismo tiempo, el portante pasaje del Filebo en el que Sócrates se detiene a
placer de reírse de ello (véase 49a-50a y mis notas ad loe.) . IOJ examinar casos de percepción errónea y del consiguiente

102 Véase Aristóteles, Ret6n·ca, 1378bl-4. opinión falsa, véase también mi nota a Filebo, 40d7-10, con la cita del
1º3 Para el problema del placer falso y su conexión estrecha con la pasaje de Damascio y mí explicación de ese interesante texto.

124 125
juicio erróneo cuando una persona ve algo a la distancia pienso en silencio "aquello que veo a lo lejos es hombre"
(un ejemplo que Platón también utiliza en Teeteto, 19lb-c, (opinión), (ii) luego lo digo en voz alta (discurso) y (iii) re­
casualmente también cuando compara el alma a un bloque sulta que eso que veo junto a la roca y que apare.ce bajo un
de cera). En Filebo, 38c-d se presenta el caso de quien ve árbol es un hombre, tanto mi opinión como mi discurso
algo desde lejos e intenta discernir lo que ve; lo que quiere son verdaderos. Cuando el escriba escribe una falsedad, re­
mostrar Platón es que las cosas "se aparecen" (phantasthén­ sultan opiniones y discursos falsos. Pero además del escriba
ta, 38d2) de una manera determinada: como un hombre o (la memoria), hay también otro "artesano" (demiourgós): un
como una estatua. Pero si eso es así, es porque las "aparien­ dibujante o pintor (zográphon), cuya tarea es escribir en nues­
cias" pueden ser verdaderas o falsas: si x se aparece como un tras almas las imágenes de lo que se ha dicho o proferido
hombre y es un hombre, esa apariencia es verdadera; si es en el discurso (tón legoménon eikónas, 39b6-7). El dibujante
un hombre pero se aparece como estatua, es falsa (38d10). o pintor es, obviamente, la imaginación (phantasia), que se
El ejemplo es el siguiente: veo algo a lo lejos que está de pie da cuando la sensación ya no está presente (véase 3%9-10:
junto a la roca y aparece bajo un árbol; gracias a mi conoci­ "habiendo apartado de la vista o de alguna otra sensación
miento anterior (basado en mi experiencia anterior de cómo lo que se opinaba o decía entonces"). 104 Pero esas imáge­
se ve un ser humano), digo que es una persona. Ahora bien, nes pueden ser verdaderas o falsas: verdaderas son las de las
esa apariencia puede ser engañosa (es decir, falsa), porque opiniones y discursos verdaderos, falsas las de los falsos. tos
puede tratarse de una estatua que representa a un hombre. Pero si hay "imágenes representativas" verdaderas y falsas,
Este ejemplo, como en el Teeteto, explica la opinión falsa también puede haber placeres que parecen serlo, pero que
como la combinación errónea de sensación y memoria. El no lo son de ninguna manera. 106 La lección importante del
ejemplo también sirve para introducir una distinción cara a símil del libro es, en cualquier caso, que, aunque el error de
Platón (véase Teeteto, 190a; Sofista, 263a): una cosa es el dis­ una imagen depende de la opinión, puede originarse en una
curso interior y privado (dóxa, "opinión") y otra el público,
que es el que propiamente se denomina "discurso" (lógos; 104 Desafortunadamente Platón no utiliza aquí (ni en ningún otro
pasaje del Filebo) la palabra phantasía, aunque podemos suponerla (en
véase Filebo, 38e y mi nota adloe.).
40a9, sin embargo, usa el cognado phantásmata: "apariencias" o "imá�
Una vez hechas estas distinciones, se puede introducir genes"). En efecto, la phantasía es no sólo el "aparecer", sino también la
imaginación entendida como la facultad de producir imágenes (véase
la metáfora: nuestra alma se parece a un libro. La que escri­ 39b!0-11 : "las imágenes de lo opinado y de lo dicho").
be en ese libro es la memoria, cuando ésta se encuentra con 105 El recurso de Sócrates de llevar el problema de los placeres falsos
al dominio del aparecer o de las imágenes representativas tiene la ventaja
las sensaciones y las impresiones o estados afectivos -presu­ de mostrar que el placer no queda amarrado, como pretende Protarco, a
miblemente producidos luego de la sensación-, y lo que es­ la mera ''sensación placentera", sino que es un fenómeno o un aparecer
cribe son discursos. Esos discursos son escritos en nuestras (phantasía). Y corno tal incluye un ingrediente proposicional-doxástico,
lo cual significa que puede ser verdadero o falso (véase, de nuevo, Seftsta,
almas. Y cuando el escriba escribe la verdad, surgen en no­ 264bl-2 y Delcomminette, 2006, pp. 358-60).
106 Véase Filebo, 5la5-6; aunque la palabra para '1parecen" es una for­
sotros no sólo opiniones verdaderas, sino también discursos
ma del verbo dokéo (dokoúsas, 51a5), el significado es el mismo. De todas
verdaderos. En el ejemplo del hombre y de la estatua, (i) si maneras, en 51a6-7 utiliza phantastheísas.

126 127
percepción poco precisa o en una traducción conceptual de una extraordinaria metáfora: como ya hemos señalado,
errónea de una percepción. 1°7 Siendo esto así, hay razones en 61a Platón menciona "lo absolutamente Bueno", lo úni­
para pensar que puede haber placeres falsos. co perfecto y elegible por todos. Como he sugerido, puede
tratarse de una manera de hablar de la Forma del Bien, pues
5.1. La vida mixta, las cienciasy la dialéctica mienta lo único que, en sentido estricto y absoluto, es bueno.
A pesar de eso, también indiqué que me parecía que Pla­
Para concluir con esta sección querría concentrarme tón podía estar más interesado en el bien práctico que en
brevemente en la vida mixta, ese estado superior a la vida el eidético y propuse un argumento para intentar mostrar
de placer y de inteligencia, y en el papel del "poder de la que considerar ambas posibilidades no era necesariamente
dialéctica" (57e-6-7) en la vida buena. Ya al comienzo del incompatible. El recurso metafórico de "la morada del bien"
diálogo (22a) Platón sugería que la vida buena debía ser una puede quizás entenderse como el modo en que Platón indi­
mezcla de placer e inteligencia. A partir del pasaje 59c ss., ca ahora que no hay ningún bien práctico que sea perfecta­
después de haber investigado las variadas especies de placer mente autosuficiente y elegible; puede ser una manera de
e inteligencia, y luego de haber establecido que unos son subrayar, una vez más, la fragilidad de la condición humana
más verdaderos y más puros que otros, Platón ya está en que, siempre e inevitablemente, se encuentra anclada en el
condiciones de explicar cómo se hace la mezcla. En el pasaje dominio de lo que es inestable, cambiante e imperfecto. O
59e la mezcla es comparada a un artefacto que tiene que dicho de otro modo, la vida mixta puede resultar la mejor
construir un demiurgo o artífice (demiourgós). Como ya vi­ manera de "realizar" lo absolutamente Bueno.
mos, el bien es lo que no necesita de ninguna otra cosa y tie­ Ahora bien, nada de lo dicho hasta ahora nos propor­
ne la más perfecta suficiencia (60c). En 61a Sócrates de una ciona todavía detalles respecto de cómo debe hacerse la mez­
manera sin duda optimista dice que, aunque aún no se ha cla; la primera prescripción relevante a ese respecto es que
descubierto el bien, sí se ha descubierto "un camino hacia el la mezcla en que consiste la vida mixta debe ser una com­
bien" (hodon men tina epi tagathón; 61a7). Ese camino consti­ binación en la que sus ingredientes estén adecuadamente
tuye ya, en cierto modo, lo que tan bellamente llama Platón mezclados (61d). Dicho de otra manera, una mezcla en la
en el texto "los vestíbulos de la morada del bien" (64cl-2): si que sus ingredientes no se encuentren apropiadamente mez­
uno está buscando a alguien y averigua dónde vive, ya posee clados no es una verdadera mezcla; los dos ingredientes de
una significativa ayuda para encontrar a quien busca (6la­ la mezcla son placer e inteligencia (conocimiento, o sabidu­
b). La morada del bien es la vida mixta; ciertamente, se trata ría; véase 61c). Pero, si una verdadera mezcla presupone que
haya una combinación apropiada de sus ingredientes, no
107 Véase Bossí (2008), p. 253. Esta conclusión apunta en la misma puede consistir en mezclar cualquier especie de placer con
dirección que el tercer sentido de falsedad distinguido por Damascio la inteligencia o sabiduría. Casi en la sección final del diá­
en su Comentario a!Filebo, 170 (cito textualmente el pasaje en mi nota
a la línea final de 40d). Una discusión más pormenorizada del símil del
logo Platón vuelve a insistir en la relevancia de la distinción
alma como un libro puede encontrarse en Marcos (2009), pp. 159-62. de los tipos o especies de placer. Pero lo mismo vale para la

128 129
sabiduría (o, como se dice en el texto, "arte", que es un necesarios", que atiendan a la satisfacción o repleción (pléro­
tipo de saber): tal como hay un placer más verdadero que sis) de vacíos como hambre o sed, no sería siquiera posible
otro, hay también un arte (tékhne) más exacto o preciso una vida práctica (esto es, efectivamente vivible) p�ra un ser
que otro. Lo mismo vale para el conocimiento: hay uno que humano. 108 El detalle es importante porque parece mostrar
mira a lo que nace y muere, y otro que mira a lo que no nace que Platón no pierde la perspectiva de la relevancia de ex­
ni muere, sino que "siempre es idéntico y del mismo modo" plicar el bien práctico en el dominio de una vida efectiva­
(61e). Este lenguaje evoca claramente las Formas, pero es mente digna de ser vivida en el dominio de una realización
evidente en el pasaje que Platón está pensando en las ma­ efectiva.
temáticas (las "ciencias" -epistemai- o conocimientos más Veamos las demás prescripciones de Platón en vista de
precisos) y sus objetos inmateriales e inmutables. En suma llevar a cabo una mezcla apropiada; quedarán excluidos de
(y simplificando un poco), tanto placer como conocimien­ la mezcla "los más grandes e intensos placeres" (véase 63d y
to entran en la mezcla; pero no cualquier especie de placer 65c, donde queda claro que tales placeres son los sexuales,
o cualquier especie de conocimiento: son únicamente los aunque probablemente no los placeres sexuales sin más, si­
placeres verdaderos y los conocimientos más precisos los no los placeres sexuales que carezcan de medida).!º' Los pla­
que entran en la mezcla. ceres "verdaderos y puros", en cambio, nos son familiares y,
Pero la historia no acaba aquí: también entran en la como tal vez hay que entender en el contexto (63e), también
mezcla los placeres necesarios (62e) que, como sugiere Platón son familiares al conocimiento y la inteligencia. Además,
en República, VIII.558d-559d, son los que se refieren a la sa­ deben incluirse también en la mezcla los placeres que están
tisfacción de ciertas necesidades fisiológicas básicas unidas, acompañados de virtud y de sabiduría, que es lo mismo que
claro está, a ciertos deseos básicos sin cuya satisfacción el ser decir que deben incluirse en la mezcla los placeres que ex­
vivo no podría sobrevivir (559b3-4) y, por supuesto, tampo­ hiban una cierta armonía y moderación o balance racional.
co el ser humano. Platón cita expresamente el deseo de co­ Pero hay también otro ingrediente crucial de la mezcla: la
mer (y su satisfacción; 559b), pero obviamente podríamos verdad (64b), la cual garantizaría una "verdadera genera­
también pensar en el deseo de beber y su satisfacción, es de­ ción" (uno podría estar tentado a escribir "Verdad" con ma­
cir, deseos cuya satisfacción puede proporcionar un estado yúscula, pues en el contexto Platón parece estar pensando
placentero al ser vivo y, al mismo tiempo, garantizar su su­
pervivencia. No deja de ser sorprendente la rapsódica men­ 108 Recientemente Alfonso Correa Motta (2009, p. 312) ha defendi­
do la tesis de que los placeres de la virtud y los placeres necesarios son la
ción de los placeres necesarios; lareferencia es muy breve y misma cosa.
Platón no proporciona ninguna descripción más detallada. 109 Sobre este detalle véanse las convincentes reflexiones de Correa
Motta (2009, pp. 322 y 324), aunque como correctamente hace notar
Pero aunque breve, la referencia es muy relevante pues, entre
Hampton (1990, p. 66), en el texto del Filebo no es completamente claro
otras cosas, sirve para mostrar de nuevo el interés platónico si Platón condena el acto sexual en sí mismo o más bien la actitud del
intemperante, que cree que la vida más feliz es aquella en la cual el agen­
en este diálogo por explicar cómo sería una vida práctica de
te está solamente buscando "los placeres más grandes e intensos" (los
buena calidad para un ser humano. En efecto, sin "placeres sexuales).

130 131
en la Forma de Verdad, junto con la Medida y la Belleza; un poco mejor la naturaleza de la mezcla: una mezcla para
véase 65al-2: idéa). Una pregunta seguramente importante ser tal debe tener una medida y naturaleza proporcionadas;
1
l
es qué significa "verdad" en este pasaje; probablemente, no si así no fuere, no sólo se destruirían sus ingredientes sino
significa "verdadero" como atributo de la proposición. Si la que, en sentido estricto, no habría mezcla. En ese caso no

l1
presencia de "la verdad" garantiza que algo se genere (esto habría mezcla, sino una "confusión no mezclada" (véase
es, que se genere apropiadamente) debe significar algo así 64el: tis ákratos sympephoreméne, y mi nota ad loe.).
como una "genuina o correcta proporción", algo que sin du­ Pasemos ahora, para terminar, a la discusión de las cien­
da puede suministrar la Forma de Verdad, o las tres Formas cias y al papel de la dialéctica en ese debate y en la vida bue­
(o como menos comprometidamente traduje en el pasaje na. Ya hemos visto que la dialéctica aparece temprano en el
65a, los tres "rasgos formales") de Belleza, Medida y Verdad. diálogo en el contexto de la "tradición celeste" (véase Filebo,
Aunque son tres, deben entenderse como una unidad: ellas, 17a ss.; para la dialéctica entendida como método de división
como una unidad (hoíon hén, 65a3), serían la causa de los véase también Sofista, 253d) y el método de la división. Aun­
ingredientes que están en la mezcla. Pero si Verdad, Belleza que Sócrates pronto desecha su tesis inicial (que identificaba
y Medida son una unidad, es claro que "verdad" no puede la vida buena con la pura inteligencia o el puro conocimien­
entenderse en el sentido de un atributo de un juicio; si ése to), nunca abandona por completo el énfasis en la relevancia
fuera el caso, tampoco podría comprenderse que la presen­ de la inteligencia (noús) y su ejercicio para una vida buena.
cia de la verdad garantizara la generación de algo. La ver­ Así, en 58a afirma que "los que se encuentren unidos a la
dad la garantiza porque su presencia confiere proporción y inteligencia [... ] considerarán que el conocimiento que se en­
"belleza" (que, obviamente, no puede entenderse en sentido cuentra unido al ser, es decir, a lo que realmente y siempre
estético, sino axiológico y ontológico) a la generación. La es por naturaleza idéntico en todo sentido, es el más verda­
verdad entendida como belleza y medida explica que, casi dero". Este pasaje y los que lo siguen tienen una semejanza
de inmediato, Sócrates sugiera que todo el argumento ter­ innegable con República, VII (que Platón no intenta disimu­
mina en un "cierto orden incorpóreo" (kósmos tis asómatos, lar en ningún sentido), donde los objetos de la dialéctica son
64b7). Ese kósmos incorpóreo es, sin duda, la virtud, como comparados con los de las artes y disciplinas científicas en
sabemos ya desde Gorgias, 506e-507a (véase mi nota a Filebo, función de su estabilidad, pureza y "verdad". Los objetos
64b7). En cualquier caso, parece bastante claro que la no­ de la dialéctica son, tanto en República, VII como en Filebo,
ción de verdad en que está pensando en estos pasajes Platón 58a-59c, los verdaderamente cognoscibles y verdaderamente
es ontológica, ya que lo "verdadero" es aquello que refleja "reales". En nuestro diálogo "lo verdadero" es tan relevante
adecuadamente el orden y disposición apropiadas de las co­ que constituye una nota esencial del bien real (véase 21al-2),
sas)IO Este importante detalle del argumento lleva a aclarar y, como vimos en la sección anterior de esta Introducción,
garantiza que cada cosa tenga su medida apropiada.
110 Para los diferentes significados de "verdad" y "verdadero" en Pla�
tón, en general, y en el Filebo, en particular, véase el todavía iluminador
Lo que es particularmente interesante de la discusión
Appendix F. de Bury (1897), pp. 201-11. de las ciencias y de las artes en vista de su eventual incorpo-

132 133
ración a la vida buena son los criterios con que deben exa­ cuyo objeto es el ser, "que es por naturaleza idéntico en todo
minarse las diferentes disciplinas científicas. Siguiendo la sentido''. El ejemplo del cálculo (como el de la aritmética
lógica general del argumento, Platón propone examinar las en Filebo, 55e, y el pasaje paralelo de Político, 258d) es segu­
ciencias de un modo parecido a como examinó las especies ramente buscado: luego de entender en un sentido teórico
de placer: el criterio en el caso de las ciencias es, como fue en puro una operación aritmética y de ejercitarse en ella, uno
el del placer, la pureza y la verdad. En Filebo, 58a, queda bas­ se vuelve "más agudo" pues es capaz de incorporar de modo
tante claro que el conocimiento "puro" es el que se refiere efectivo ese saber. Por otra parte, están aquellas disciplinas
de modo directo al ser (ousía), es decir, "a lo que realmente y científicas que no se proponen entrar en contacto directo
siempre es por naturaleza idéntico en todo sentido"; esto es con el conocimiento en sí o, más precisamente, con el ob­
también "lo más verdadero", o sea, la Forma. Tal como los jeto de conocimiento que coincide con lo que es absoluta­
placeres puros eran aquellos que no estaban mezclados con mente idéntico (la Idea o Forma), sino que su propósito es
el dolor -lo cual garantizaba que efectivamente se trataba proveer una cierta familiaridad, la cual se logra gracias a la
de un "verdadero placer"-, así también la pureza del cono­ experiencia y a un práctica rutinaria (Filebo, 55e: tribe). El
cimiento es el que se identifica con esos objetos simples y primer ejemplo de disciplina o arte práctico-productivo es la
completamente idénticos. Al comienzo del argumento de música; su pureza es aproximada pues procede no con una
las ciencias y las artes (en 55d) Sócrates había distinguido las medida (basada en una proporción matemática pura), sino
disciplinas en productivas, por un lado, y en disciplinas que "estocásticamente", es decir, sobre la base de una conjetura
"se refieren a la educación y la formación" (peripaideían kai (stokhasmós; véase Filebo, 56a, y mis notas ad loe.). Se trata
trophén), por el otro. Claramente, la distinción es entre cien­ de todas las disciplinas en las que la familiaridad práctica
cias productivas (cuyo interés es producir algo) y teóricas y rutinaria, junto con la "conjetura", desempeña un papel
que se dirigen al conocimiento mismo (eso explica la afir­ decisivo. Como he sugerido en mis notas a estos pasajes del
mación de 58a, según la cual el conocimiento puro se refiere Filebo, Platón parece estar jugando con el significado de lo
al ser). La asimilación de los saberes teóricos a la educación que he traducido como "arte estocástica" (tékhne stokhastiké)
y la formación evoca de inmediato un pasaje paralelo de y de "conjetura" (stokhasmós); el adjetivo stokhastiké y el sus­
República, VII, donde Sócrates argumenta que los que son tantivo stokhasmós ("conjetura") se encuentran claramente
por naturaleza agudos en el cálculo también lo son en los emparentados etimológicamente y vinculados con stokhd­
demás saberes o conocimientos (mathémata), y que los que zomai, cuyos significados oscilan entre "conjeturar", "apun­
son lentos, si se los educa y entrena (paideuthósin kaigymnd­ tar" y "dar en el blanco", razón por la cual aparece frecuen­
sontai) en dichos conocimientos, mejoran y se vuelven más temente asociado al arte de la arquería (véase Aristóteles,
agudos que lo que eran (526b5-10). La idea de este pasaje de EN, 1 106b15-16) y a todas las artes que, como la medicina
la República, como la que se encuentra en Filebo, 55d, pare­ o la estrategia (otros ejemplos que da Platón de artes esto­
ce ser que con cierto entrenamiento intelectual uno puede cásticas), requieren de la práctica empírica y rutinaria en el
mejorar en la adquisición e internalización de esos saberes, ejercicio del arte. La música, el primer ejemplo que da Pla-

134 135
T.
.

1
tón de arte estocástica en el Filebo, reproduce, una vez más, el Filebo), y la superior, en la que el estado cognitivo carac­
una tesis que ya ha discutido en la República: los músicos y terístico es pístis, una mera creencia carente de justificación,
los que cultivan estas "artes estocásticas" hacen más caso a y los objetos son los animales, las plantas y los .artefactos
1 (República, Vl.510a5-6). La aritmética, el arte de la medida y

1
los datos sensibles que a su entendimiento. 111
En el Filebo el criterio de cientificidad, por así decir, está el del peso (Filebo, 55e), en cambio, pertenecerían a la región
dado por el "grado de pureza" de un saber, ya sea que dicho inferior del género de lo inteligible: la región de la diánoia
saber esté completamente desprovisto de ingredientes prác­ o pensamiento discursivo (véase República, Vl.510b ss.). La
tico-productivos (los saberes que he llamado "teóricos"), 112 afirmación del Filebo según la cual si uno separa la aritmé­

o que se trate de saberes práctico-productivos que pueden tica, el arte de la medida y el del peso de las demás artes lo
oscilar en cuanto a su grado de pureza (véase Filebo, 55c). 11 3 que queda es "ordinario" (phaúlos) evoca la idea platónica
Lo que caracteriza a las disciplinas científico-artesanales de que "tal como lo que se opina es a lo que se conoce, así
productivas es el hecho de que "hacen conjeturas (eikázein) lo asemejado es a aquello a lo que se asemeja" (República,
y ejercitan los sentidos con la experiencia y una práctica ru­ Vl.510a9-10). Dicho de otra manera, lo que se conoce es
tinaria" (55e5-6). Es bastante claro, a mi juicio, que Platón más verdadero que lo que se opina; por eso, como dice el
está reproduciendo aquí el contraste ontológico y epistemo­ Filebo, las artes que están desprovistas de saberes como la
lógico que describe en el paradigma de la línea en República, aritmética o la medida solamente pueden hacer conjeturas.
VI: las disciplinas que meramente hacen conjeturas (eiká­ Ejemplos de artes desprovistas de la aritmética o la medida
zein) y "ejercitan los sentidos" (aisthéseis katameletán) con la son la música o el arte de tocar la flauta, en las cuales "se
experiencia y la rutina probablemente corresponden a los afina la armonía" no con una medida o una ratio aritmética,
objetos y a la capacidad cognitiva propios de las dos seccio­ sino a partir de una conjetura que se basa más en aspectos
nes del género de lo visible en la línea dividida: la inferior, de índole sensible que matemática (lo mismo, argumenta
donde el estado cognitivo característico es eikasía (según Platón, vale para la medicina, la agricultura, el pilotaje y la
las traducciones habituales, "imaginación" -ya que sus ob­ estrategia; véase Filebo, 56a-b). Pero dentro de este tipo de
jetos son, principalmente, "imágenes": eikónas; República, artes y saberes, que lidian con lo práctico-productivo, hay
VI. 509d10-, pero también "conjetura", como eikázein en algunas disciplinas, como el arte de construir o la carpinte­
ría, que son más exactas que éstos. Y su exactitud o pureza
111 Véase República, VII.531a-b: "Ambos (se refiere a los que oyen un es superior porque operan guiadas por instrumentos que las
tono musical y juzgan que es el intervalo más breve por el cual deben acercan a un mayor grado de estabilidad y, por tanto, a un
medir, y a los que objetan que dicho tono suena igual a los demás) ponen
los oídos antes que el intelecto". mayor grado de cientificidad (véase 56b-c). En este tipo de
l l2 Aunque Platón no los llama así en el Filebo, sino, de una manera artes, el "juicio estocástico" es mucho menor y, consecuen­
más prosaica, "los que se refieren a la educación y la formación" (aun­
que véase Político, 258e4-5, donde la distinción es entre ciencia práctica, temente, el grado conjetural de tales disciplinas se ve sensi­
praktiké, y "cognoscitiva", gnostiké, es decir, teórica). blemente reducido: aun cuando no son capaces de repro­
113 Para el carácter "práctico-productivo" de estos saberes véase mi
nota a Filebo, 55d. ducir las medidas en toda su pureza, son al menos capaces

136 137
de aproximarse a ellas. Pero aunque la aritmética y las artes superior de la región de lo inteligible, en cambio, en el reino
a ella asociadas son "primeras" o "guías" (Filebo, 55e; 56c), de la pura inteligencia (nóesis, nous) el alma ya no se vale de
Platón está interesado en mostrar que no es lo mismo la imágenes, sino de las Formas mismas (autoís eídesi1 510b8) y,
aritmética de "la gente" que la de los filósofos (57d). Una por ende, ya sale por completo del dominio sensible, pues
vez más, Platón regresa a un tema que ya había discutido en su investigación la hace a través de tales Formas. Desafortu­
la República: la aritmética habitual ata el número a las cosas nadamente para nosotros, Platón no procede a justificar la
sensibles; la de los filósofos, en cambio, "conduce el alma y primacía absoluta de la dialéctica de esta manera, aunque
la obliga a discutir (dialégesthai) acerca de los números mis­ ofrece algunos detalles significativos que no aparecen así
mos, sin permitir en modo alguno que se proponga discutir en el pasaje (relativamente paralelo) de la República. Platón
los números que estén asociados a los cuerpos visibles o tan­ aprovecha para introducir la retórica (a la que Protarco toda­
gibles" (República, VII.525d5-8). Es decir, el número en el vía parece suscribir como una disciplina que supera a las de­
que está interesado el filósofo de la República y el del Filebo más; véase 58a-b) y para mostrar que, aunque la dialéctica es
es el que está completamente desprovisto de ingredientes aparentemente inútil si se la compara con la retórica, eso no
sensibles (el número ideal), en tanto que los números en que nos habilita a pensar que no sea el conocimiento superior.
está interesado el resto de la gente (los mismos que pueden En un movimiento argumentativo muy interesante Sócrates
confundir "dos ejércitos" con "el dos", Filebo, 56d) son los muestra ahora que la excelencia de la dialéctica como disci­
números empíricos. plina científica superior no reside en su utilidad o beneficio
Pero igual que en la República, en el Filebo las disciplinas (entendidos en el sentido puramente pragmático de lo que
que exhiben un grado mayor de exactitud (aritmética, arte es útil porque es beneficioso en sentido práctico), sino en
de la medida, etc.) están subordinadas a la dialéctica, que es su capacidad para suministrar claridad y exactitud y deter­
la ciencia que corona los saberes. La razón de Sócrates en el minar así "lo más verdadero" (véase 58c-d). El resto de la
diálogo para suponer que incluso la aritmética está subordi­ discusión deja suficientemente claro por qué Sócrates juzga
nada a la dialéctica es parecida a la que ofrece en República, que la dialéctica, aunque aparentemente inútil, es la que, en
VII: la dialéctica es la única disciplina científica que se re­ realidad, se concentra en lo más verdadero: las demás disci­
fiere de manera directa al ser, esto es, a lo que realmente y plinas científicas se mueven en el plano de la opinión, y sus
siempre es por naturaleza idéntico en todo sentido, es decir, objetos, en el dominio del devenir y, por ende, en un ám­
"el conocimiento más verdadero" (Filebo, 58a). Aunque en bito cambiante y poco estable. Pero "la verdad más exacta"
el Filebo Platón no lo dice de manera explícita, parece seguir (59a7) no está e11 el dominio del permanente cambio, sino
pensando, como en República, VI, que la aritmética y los sa­ en el de lo que siempre es y se encuentra siempre del mismo
beres afines a ella siguen irremediablemente atados a los fac­ modo, una tesis platónica habitual desde el Fedón y la Repú­
tores sensibles, pues en ellos el alma usa como imágenes las blica que se ma11tiene it)alterable en el Filebo (59b-c). 1I4
cosas que fueron antes imitadas y es forzada de este modo a
basar su investigación en hipótesis (510b4-6). En la sección 114 En Filebo, 59b7-8, Platón sostiene que no hay conocimiento algu-

138 139
6. La presente traducción. Agradecimientos En mi intento de procurar ofrecer una traducción que
no haga demasiado duro el castellano, he omitido, en varios
Esta traducción del Filebo se basa en la edición crítica del casos, la traducción de algunas partículas que, atmque ele­
texto griego debida a Burnet, J.: Platonis Opera. Tomus JI. Te­ gantes en el griego de Platón, a veces resultan redundantes
tralogías 111-IV Continens, Oxford, Oxford University Press, en nuestra lengua. Mi traducción, de todos modos, es fiel al
1976 (reprinted; los pocos pasajes en los que me aparto del original en la medida en que he traducido todo lo que dice el
texto de Burnet los he consignado en las notas a la traduc­ texto griego, aunque no siempre como lo dice. He procurado
ción). En esta oportunidad no puedo sino repetir lo dicho llegar a un nivel de lengua neutra, por un lado, y coloquial,
en la sección correspondiente a mi anterior contribución a por el otro, de modo de reflejar el estilo del diálogo, que
la colección Griegos y Latinos de Editorial Losada (Boeri: siempre tiene el carácter ágil y vívido de la lengua hablada y
Platón, Teeteto; ver Bibliografía). En mi caso particular, la nunca el estilo solemne que caracteriza a algunas traduccio­
traducción de un texto griego, especialmente cuando se trata nes decimonónicas de Platón y de otros autores clásicos. En
de un diálogo platónico, es una de las tareas más gratifican­ algunos casos he agregado palabras entre corchetes que no
tes (esto sirve para confirmar la intuición platónica de que están en el original griego; he procedido así cuando el no
cuando uno ejerce una actividad intelectual también experi­ haberlo hecho hubiese introducido alguna ambigüedad que
menta placer, de manera que la sugerencia de Platón de una no está presente en el griego. Entre paréntesis quebrados he
vida mezclada de placer e intelecto parece completamente incluido las palabras que son excluidas por algún editor del
razonable). Traducir un diálogo de Platón es, ciertamente, texto griego; en todos los casos he aclarado quién es el res­
placentero, pero dicho ejercicio constituye siempre un for­ ponsable de tal eliminación. He introducido en el texto tí­
midable desafío para cualquier traductor: a la belleza y ele­ tulos (entre corchetes y en bastardilla) que, aunque no están
gancia de la prosa platónica se suma su extraordinaria pene­ en el texto griego original, pueden ser útiles para orientar al
tración filosófica y su continuo uso de un lenguaje técnico lector respecto del contenido temático que encontrará en las
que no siempre es sencillo trasladar a la lengua a la que uno páginas incluidas bajo dichos títulos. A diferencia de lo que
traduce sin introducir una ambigüedad que no está presen­ hice en mi contribución anterior a esta colección, he omi­
te en el original griego. El esfuerzo del traductor, entonces, tido agregar entre paréntesis términos griegos transliterados
debe concentrarse en tratar de reflejar la belleza del estilo que tienen un valor técnico especial (por lo general, acla­
platónico, por un lado, y en poner en un estilo de lengua ro los términos y giros importantes en las notas al texto).
relativamente comprensible y natural las tesis y los argumen­ La traducción está dotada de un abultado aparato de notas
tos propuestos para defender cada tesis, por el otro. El éxito a pie de página, en las cuales he hecho referencias cruza­
de esta empresa queda, obviamente, a criterio del lector. das dentro del mismo diálogo o con algún otro diálogo de
Platón, he aclarado algunos nombres de personajes míticos
no en relación con las cosas que no son estables y se encuentran en per­
manente cambio, una afirmación que sin duda repite la epistemología
e históricos citados en el texto, así como el significado de
de República, VII.529b7-cl. algunas ironías de Platón que a veces se pierden en la ver-

140 141
sión castellana. En varios casos he explicado sucintamente Moraes Augusto. A !vana Costa le estoy agradecido por su
el argumento que se discute y he dado alguna bibliografía generosidad de haber leído varias páginas de mi traducción
complementaria para quien esté interesado en realizar un en sus primeros estadios y de hacer varias sugerencias (de
estudio más profundo del diálogo. No creo haber agotado, forma y contenido) que ayudaron a mejorar el texto. María
ni mucho menos, el estudio de todos los temas de este difícil Isabel Santa Cruz leyó las primeras páginas de mi traduc­
y estupendo diálogo, aunque, modestamente, sí pienso que ción confrontándolas con el griego y detectó varias impre­
he ofrecido un camino razonable para comenzar a estudiar­ cisiones que, creo, pude mejorar. Joaquín García-Huidobro
lo, además de presentar, de una manera somera, el estado de hizo una lectura completa y pormenorizada del texto es­
la cuestión. pañol y, de manera implacable, detectó varias expresiones
En la elaboración de este libro incurrí en varias deudas poco felices, erratas, repeticiones y a veces errores. Sus su­
con diferentes personas. Gracias a las diligencias de Emma­ gerencias ayudaron a mejorar el estilo en castellano; aunque
nuelle Jouet-Pastré pude leer los capítulos más significativos no siempre seguí sus indicaciones, en muchos casos lo hice
del libro de S. Delcomminette (2006) sobre la "agatología" y el resultado fue un texto español un poco menos duro,
platónica. En abril de 2009 María Isabel Santa Cruz me más elegante y, espero, más preciso. Durante el segundo
invitó a dictar un seminario de traducción de textos griegos semestre de 2009, dicté un seminario de grado sobre Pla­
en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de tón en el Instituto de Filosofía de la Universidad de los An­
Buenos Aires; uno de los textos que presenté fue un difícil des (Chile). En ese curso leímos el Teeteto y el Filebo y tuve
pasaje del Filebo. Gracias a sus reparos a una línea de mi una nueva oportunidad de revisar mi traducción y notas
traducción, pude corregir un error y mejorar la traducción. al Filebo. Por sus preguntas, comentarios y, en algunos ca­
A Francisco Lisi le debo su buena disposición para discutir sos, objeciones estoy en deuda con mis estudiantes Luz
conmigo (por correo electrónico) un difícil pasaje del diálo­ Blanco, Francisca Hernández, María Carolina Marraccini,
go. José Gabriel Trinidade Santos leyó las primeras páginas Bernardita Navarro, Magdalena Salas, Josefina Saphores,
de la traducción y las notas, he hizo algunas sugerencias Magdalena Undurraga y Cristóbal Zarzar. También deseo
importantes para mejorar el texto. Alejandro G. Vigo discu­ expresar mi gratitud a Pablo lngberg, asesor de la colección
tió conmigo el difícil pasaje de Filebo, 63c, y me hizo varias Griegos y Latinos de Editorial Losada, por su paciencia y
sugerencias iluminadoras. por su impecable labor de edición, que permitió corregir
Una parte sustancial de la Introducción y las notas al algunos detalles.
texto fue presentada en un curso intensivo de cuatro sesio­ En una nota más personal querría recordar a la persona
nes sobre el Filebo en la Universidade do Rio Grande do que por primera vez dirigió mi atención al Filebo: John J.
Norte, Natal, Brasil (septiembre de 2009). Estoy en deuda Cleary. Como buen gadameriano, pensaba que una clave
con el auditorio de ese evento y, en especial, con Caroli­ importante del problema de la comprensión se encontra­
na Araujo, !vana Costa, de nuevo con María Isabel Santa ba en las páginas de este magnífico diálogo. La prematura
Cruz, Gabriela Fernanda Müller y María das Graps de muerte de John (en abril de 2009) impidió que él pudiera

142 143
examinar este libro. Estoy seguro de que, de haberlo hecho, BIBLIOGRAFÍA
habría encontrado la manera de utilizar mi traducción, mi
introducción y mis notas para generar el diálogo, el mismo Texto griego del Filebo utilizado
que, según Gadamer, nos permite aprender no sólo acerca
de las cosas que trata el texto, sino también acerca de no­ BuRNET, J.: PLATONIS Opera, Recognovit brevique adm­
sotros mismos. Me complace, pues, dedicar este libro a la notatione critica instruxit loannes Burnet, Tomvs Il,
memoria de John J. Cleary. Oxford, Oxford Classical Texts, 1976 (reprinted).

Traducciones del Filebo y otras ediciones del texto grie­


go (por apellido del traductor o editor)

BADHAM, C.: The Philebus efPLATO, with Introduction, Notes,


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152 153
FILEBO

1
. 1

1
1
1
1 [Diálogo introductorio: las dos tesis que compiten por
llevarse elprimerpremio en la competenciapor el bien]

SócRATES: Protarco, fíjate qué tesis vas a recibir ahora lla

1
de parte de Filebo y cuál, entre las que nosotros
sostenemos, vas a objetar, si es que para ti no está !lb
razonablemente formulada. ¿ Quieres que resu­
1 mamos una y otra?
PROTARCO: Sí, desde luego.
SóCRATES: Bien, Filebo sostiene que disfrutar es un
bien para todos los animales, y que también lo
son el placer, el goce y todo lo que es conforme a
ese tipo [de cosas]. l Nuestra objeción, en cambio,
es que [bien] no es esas cosas, sino ser inteligente,
y recordar, y que las que son afines a ellas -como
opinión correcta y cálculos racionales verdade­
ros- son mejores y más ventajosas que el placer
para todos los que son capaces de participar de lle
ellas.2 Son lo más beneficioso de todo para todos

La tesis de que el placer es un bien (¿o el bien?; en griego


es agathón sin artículo) para todos los animales (o quizá, mejor,
para todos los vivientes capaces de experimentar placer o gozo)
evoca la posición de Eudoxo, tal como la refiere Aristóteles en
ÉticaNicomaquea, ll72b9-25 (en adelante EN).
2 Notomi (2010) hace la sugerente observación de que Só�
crates usa comparativos, como 'ila inteligencia es mejor y más de�
seable que el placer" (y cita llb9, 60b3-4 y 66e3-5), con lo cual en
su opinión parece anticipar la conclusión de que la inteligencia
no es tampoco idéntica al bien, una sugerencia que ya había sido
adelantada por Lisi (1995, p. 67). Sin embargo, es claro que en
llb6M7 Sócrates dice que el bien "no es estas cosas" (esti me taúta),

157
aquellos que no sólo son sino que serán capaces PROTARCO: Sí, tenemos que hacerlo, sin duda. lld
de participar de ellos. Filebo, ino nos expresamos SócRATES: Vamos entonces y, además de en esto, pon­
unos y otros más o menos así? gámonos de acuerdo también en lo siguiente.?,
FILEBO: Sí, Sócrates, así exactamente. PROTARCO: iEn qué?
SócRATES : Protarco, iadmites, entonces, esta tesis que
ahora se te ofrece? [La vidafeliz consiste en un cierto estado o disposición
PROTARCO: Hay que admitirla, pues el bello Filebo se del alma]
ha echado atrás.3
SócRATES: iTenemos, entonces, de cualquier modo SócRATES: En que ahora cada uno de nosotros inten­
que sea, que concluir con la verdad?• tará manifestar un estado y una disposición del

aun cuando de inmediato diga que ítems anímicos o mentales (co­ 5 Éste es otro dictum crucial para Platón desde los prime­
mo sabiduría, inteligencia y recuerdo) son "mejores que el placer". ros diálogos: los acuerdos (homologíai) entre los hablantes que
En este contexto es claro que los que son capaces de participar presupone cualquier discusión y la coherencia o consistencia
de esos ítems anímicos son los seres humanos, lo cual limita el (homología) del discurso y los acuerdos (homologíai) previos que
alcance del tema y muestra que Sócrates está interesado en hablar presupone cualquier diálogo (véase Gorgias, 46lb, 468e, 482d,
únicamente del bien humano. La introducción de ítems como 487e etpassim; como se ve en estos y otros pasajes, el requisito
la memoria (que se refiere al pasado), el cálculo racional (que se de la coherencia es lo que posibilita mostrar que alguien está en
refiere al futuro) y la opinión correcta (que se refiere al presente) contradicción -Gorgias, 472bwc-; por eso es que en el argumento
adelanta.ya una poderosa herramienta para el "argumento del mo­ dialógico no hace falta poner por testigo a un tercero, sino que
lusco" (2lb-d) en contra del hedonismo burdo. es suficiente poner por testigo al propio lógos -Gorgias, 474a5-
3 Es decir, Filebo se ha rehusado (apeíreken) a continuar de­ bl-), En un verdadero diálogo filosófico lo decisivo no es que
batiendo, lo cual significa que la conversación con que abre el los hablantes estén '1probándose" unos a otros (Teeteto, 154el),
diálogo presupone una conversación anterior; sobre este detalle sino que sean capaces de mantener la coherencia de sus argu­
dramático y la actitud de Filebo, véase nuestra Introducción, sec­ mentos y que además sean capaces de revisar sus posiciones si el
ción 2. examen dialéctico así lo requiere. Una condición necesaria para
4 Esta observación adelanta de modo implícito la distin­ que el diálogo funcione es que cada interlocutor siempre diga lo
ción entre '1mera contienda verbal" y•(discusión dialógica" (véa­ que le parece que es verdad (Gorgias, 495a5-9; Teeteto, 171d5). Si
se infra 17a3-5), una preocupación permanente de Platón que la disposición de conservar una actitud de colaboración hacia el
supera ampliamente los límites del Fz1ebo (véase Menón 75c8-d; diálogo se elimina, no puede haber progreso en la conversación
Gorgias, 47le2-472cl; Protágoras, 337a6-b4; Fedón, 10ld5-102al; filosófica y en el proceso educativo del que tal conversación es
Teeteto, 167e4-5). El que está meramente interesado en la con­ una parte decisiva. El rehusarse a responder apropiadamente
troversia verbal bromea, juega e intenta hacer que el adversario cuando uno es interrogado está acompañado por un cierto '1es­
caiga en el error; el que está interesado en la discusión dialógica, píritu de broma", que caracteriza las técnicas sofísticas de dis�
en cambio, toma el debate con seriedad y procura ayudar a su cusión como opuestas a las filosóficas. Qliien está dispuesto a
interlocutor (que ya no es visto como un "adversario"). También responder apropiadamente, en cambio, toma en serio lo que se le
está dispuesto a corregir a su interlocutor en un espíritu de "co­ pregunta; estei'tomar en serio" la conversación no sólo significa
laboración dialógica" y, de ser necesario, a corregirse a sí mismo. considerar seriamente la tesis discutida y el asunto en discusión,
El tipo de discusión en el que Platón está interesado es el que se sino también -lo que es tal vez más importante- ser conciente
entiende en términos de la discusión que se lleva a cabo no por del hecho de que uno debe hacerse responsable de lo que se si­
el amor a la victoria o por "ganar" la discusión (philonikía; véase gue de sus propias afirmaciones (ése es el modo de conservar la
Filebo, 50b6), sino por alcanzar la verdad, El diálogo filosófico, homología en el diálogo), las cuales presuponen como puntos de
por tanto, presupone un eifuerzo compartido por alcanzar sólo lo partida ciertos "acuerdos" implícita o explícitamente aceptados
que es verdad (véase Teeteto, 172d9). por los hablantes.

158 159
alma que sean capaces de proporcionar una vida más afín al placer, (acaso no somos ambos ven­
feliz a todos los seres humanos. iNo es así?6 cidos por la vida que firmemente posea eso, 8 y la
PROTARco : Sí, así es. vida de placer dominará a la de sabiduría? !Za
SócRATES: ¿y no es cierto que ustedes [manifestarán] PROTARCO: Sí.
el [estado y disposición] del disfrutar y nosotros SócRATES: Y si es [más afín] a la sabiduría, (ésta vence
el de ser sabio? al placer y éste es vencido? Ustedes concuerdan
PROTARCO: Así es. en que es así, ¿no?
SóCRATES : ¿y qué sucedería si apareciera algún otro PROTARCO: A mí sin duda me parece bien.
lle [estado] superior a éstos?7 Si se muestra como SócRATES: ¿y a ti, Filebo? iQ¡é dices?
FILEBO: Me parece y me seguirá pareciendo que el pla­
6 Este tipo de pasajes muestra por qué razón la palabra cer vence por completo; en cuanto a ti, Protarco,
héxis (y sus derivados) no puede ser traducida por '1hábito", una tú mismo sabrás. 9
palabra que en castellano inmediatamente evoca la noción de
"costumbre" (una noción para la cual el griego de Platón dis­ PROTARCO: Filebo, una vez que nos entregaste la tesis,
pone de la palabra éthos, con épsilon; véase Menón, 70b, Gor­ ya no tendrás más autoridad respecto del acuerdo
gias, 482d, Crdtilo, 434e, Banquete, 175a etpassim). La felicidad
constituye una cierta héxis o didthesis porque es cierto estado con Sócrates, ni tampoco sobre su contrario.
disposicional o condición en que se encuentra el alma del indi­ FILEBO: Tienes razón; me desentiendo solemnemente 12b
viduo (véase Platón, Teeteto, 153b5-10, 167a3-4; Sofista, 230d5;
Parménides, 162b9-10, 163bl; República, IV.433el2-13, 585b3-4,
618c8-9; Timeo, 42dl-2). Ver también Protdgoras, 344b-c, donde
"ser una buena persona" (aner agathós) es una héxis. En el caso En efecto, este misterioso tercer estado es el que corresponde a la
de Aristóteles la situación es similar: por ejemplo, en Sobre el vida mixta.
alma, 430a15 sostiene que la luz es una cierta béxis; este tipo de 8 Es decir, el estado y disposición superior al estado d� pla­
pasaje también es útil en Aristóteles para advertir lo absurdo cer y al de sabiduría. Sigo a Bury (1897, p. 4, ad loe.) en la inter­
que es interpretar héxis como "hábito", una palabra que, si bien pretación del neutro plural taúta, aunque opto por traducirlo en
puede hacer referencia a un cierto estado habitual que indica singular. . , .

una cierta permanencia, en el lenguaje coloquial intuitivamente 9 En la sección 2 de la Introduccion, argumento que este ti­
significa "costumbre". Pero, como sucede con Platón, para decir po de actitud justifica, al menos en part�, que Platón �sc?.ja dejar
"costumbre" Aristóteles tiene (y usa: EN, 1103al7 y 26, 1148b27 fuera del debate a Filebo. Como es obvio, el personaJe F1lebo es
y 34; Acerca del movimiento de los animales, 703a34; Investigación una construcción de Platón, cuya intención es, probablemente,
de los animales, 6llal-2) otra palabra: éthos (con épsilon). En la describir un cierto tipo de carácter que no es necesariamente difí­
analogía entre la luz y el intelecto agente o productivo éste es cil de encontrar: el de quien prefiere conservar dogmátican:ente
una héxisporque, como sostiene Aristóteles, '(las formas y los fi­ sus creencias y posiciones sin someterlas al examen de la dt�cu­
nes son cierto tipo de estados" (Acerca de lageneracióny la corrup� sión dialógica. La actitud de persistir en la creencia que se tiene
ción, 324b17-18; este pasaje también muestra por qué una héxis respecto de algo y el desinterés por someterla a prueba revela por
no puede ser un "hábito"; sería al menos inusitado -por no decir parte de Filebo una actitud muy poco filosófica. Para Platón y,
extravagante- pensar que una forma o un fin sea un "hábito"). en general, para el Sócrates platónico desde los prii:neros diálogo_s
O sea, la luz y el intelecto agente- son formas o actualidades y, hasta por lo menos el Teeteto y el Sofista, en cambio, la sana acti­
por ende, también "estados" (héxeis). tud filosófica y de compromiso con la discusión dialógica presu­
7 Esta observación parece adelantar, en un momento tan pone ser capaz de revisar las pro�ias creencias y, �e.s,er necesar,io,
temprano del diálogo comoéste, el hecho de que Platón, por me­ modificarlas. Las creencias filosoficas son, en op1n1on de Platon,
dio de su vocero "Sócrates", no cree que ninguna de las dos tesis susceptibles de ser modificadas por un argumento. Para este tema
(ni la de Filebo-Protarco ni la del propio Sócrates) sea verdadera. me permito remitir al lector a Boeri (2007a), pp. 138-41.

160 161
de toda responsabilidad 10 y ahora pongo por tes­ el límite del miedo más grande. 13 Ahora también
tigo a la propia diosa. 11 llamo a Afrodita del modo en que a ella le guste;
pero sé que el placer es variado y, como dije, ,te­
[Examen de la tesis hedonista: la naturaleza delplacer nemos que comenzar a reflexionar y a examinar
y las especies deplacer] qué naturaleza tiene, pues oírlo así simplemente
es una sola cosa, pero sin duda ha adoptado for­
PROTARco: También nosotros seremos testigos de esto mas de todo tipo y, en cierto modo, diferentes
mismo contigo, a saber, de que estabas diciendo unas de otras. Fíjate en esto: sostenemos que la 12d
lo que dices. No obstante, Sócrates, después de persona intemperante se complace y que el tem­
esto, intentemos a continuación llevar a su fin [la perante también se complace con su misma tem­
discusión] , ya sea que Filebo lo consienta o no. 12 perancia; y, a su vez, también [sostenemos] que
SócRATES : Debemos intentarlo, partiendo por la pro­ el insensato se complace y está lleno de opiniones
pia diosa, que éste dice que se llama Afrodita, pe­ y esperanzas insensatas, y que el sensato se com­
ro su nombre más verdadero es Placer. place con su misma sensatez. i Cómo no habría
PROTARCO: Absolutamente correcto. de parecer con justicia que es un insensato si uno
12c SócRATES: Protarco, mi temor ante los nombres de los argumenta que cada uno de estos placeres es se­
dioses nunca se da en el plano humano, sino en mejante entre sí?
PROTARCO : i Sócrates, lo que ocurre es que estos [pla­
10 En otros pasajes platónicos (Fedón, 60el; Leyes, 874al), el ceres] proceden de cosas contrarias, pero ellos
verbo aphosioi'tmai suele tener un cierto sentido de "solemnidad mismos sin duda no son contrarios entre sí! Pues,
sacra", como en este pasaje del Filebo. Aquí tal solemnidad se
entiende por la asociación que hace Filebo con la diosa Afrodita. <cómo el placer no habrá de ser lo más semejante 12e
11 Corno se ve enseguida, se refiere a la diosa Afrodita, diosa al placer, [siendo] él mismo, de entre todas las
�el amor o, de un .modo más general, del placer, la diosa prefe­
rida de un hedonista a ultranza como Filebo. Sobre la curio� cosas, [semejante] a sí mismo? 14
sa retirada de Filebo de la discusión véase Frede (1996, p. 218). SócRATES: iY un color [es contrario] a un color, es­
Como señala Frede, aunque Filebo permanece como un "perro
dormido", conserva un ojo abierto en la discusión y, eventual­ pléndido amigo! En ese mismo sentido todo color
mente, agrega alguna observación, molesto por el curso que van no diferirá en nada; más aún, todos sabemos que
tomando las cosas. Para la composición del personaje Filebo,
véase nuestra Introducción, sección 2. "negro", además de ser diferente, también resulta
12 Con la reciente declaración de Filebo de que le parece y ser lo más contrario de "blanco", y desde luego
le seguirá pareciendo que el placer vence por completo y que se
desentiende «solemnemente" de toda responsabilidad, Protarco también ocurre en el mismo sentido en el caso de
se siente habilitado a tomar la palabra y a ser el interlocutor de una figura respecto de otra. En cuanto al género, 13a
la tesis del placer. Es por eso que ya no es relevante lo que diga
Filebo; es cierto, no obstante, que, aunque permanece callado la
mayor parte del diálogo, interviene con ocasionales observacio­ 13 Véase Platón, Crátilo, 400d-401a.
nes . Sobre este detalle dramático, véase nuestra Introducción, 14 Véase Platón, Protdgoras, 35lb-c, donde aparece el "argu­
sección 2. mento hedonista" del Sócrates platónico.

162 163
la totalidad es una unidad, pero en cuanto a las no obstante, tú a todas ellas las denominas "bie­
partes respecto de sus partes, algunas son las más nes", aun reconociendo que son desemejantes, si
contrarias entre sí, en tanto que otras resultan te­ alguien te forzara con su argumento. EntonGes,
ner incontables diferencias, y descubriremos mu­ ¿cuál es el [ingrediente] sin duda idéntico que
chos otros casos que son así. De manera que no se encuentra de modo similar en los [placeres]
confíes en este argumento que hace una unidad malos y buenos que hace que llames a todos los
todas las cosas que son más contrarias; pero me placeres "buenos"?
temo que descubriremos que algunos placeres PROTARco: i°'1é quieres decir, Sócrates? iCrees, en
son contrarios a [otros] placeres. I S realidad, que alguien, después de establecer que
PROTARCO: Tal vez, ipero en qué va a dañar eso nues­ el placer es el bien, va a reconocer y luego va a
tro argumento? tolerar que tú argumentes que algunos placeres 13c
SócRATES: En que, aunque son desemejantes, afirma­ son buenos y otros malos?
remos, los denominas con otro nombre. Dices, SócRATES: Pero al menos dirás que son desemejantes
en efecto, que todas las cosas placenteras son bie­ entre sí y que algunos son contrarios.
nes; ahora bien, ningún argumento te va a obje­ PROTARco: Sí, pero no en cuanto que son placeres. 17
tar que las cosas placenteras no son placenteras. SócRATES: Protarco, volvemos a encaminarnos al
13b Sin embargo, aunque muchas de ellas son males mismo argumento. Por consiguiente, sosten­
y [muchas] bienes, como sostenemos nosotros, 16 dremos que un placer no es diferente de [otro]

15 Hay placeres que son contrarios a otros porque pueden


involucrar dolor; por ejemplo, el placer de beber alcohol (en ex� este punto me permito remitir a Boeri, 2004, especialmente pp.
ceso) puede implicar un malestar corpóreo después y ser, por 1 19-20).
tanto, contrario al placer de una cierta estabilidad corpórea. El 17 Es decir, "en cuanto placeres" todos los placeres. son una
objetivo de Sócrates es claramente mostrarle a Protarco que hay unidad. Esta discusión adelanta el problema "uno-múltiple" (pa­
placeres malos, es decir, no es cierto, en opinión de Sócrates, ra el cual véase nuestra Introducción, sección 3), ya que, como
que todas las cosas placenteras son bienes (o "buenas": agathá; es claro, "placer" es el género (que en la discusión uno-múltiple
véase 13a8). El error de Protarco residiría en (i) reconocer que ocuparía el lugar de la "unidad original"; véase 13a: "En cuanto
hay placeres desemejantes entre sí (Sócrates procura mostrar al género, la totalidad es una unidad") y las "cl�ses de pla�er"
que esa desemejanza radica en el hecho de que son unos buenos son sus especies. El supuesto de Protarco es que, s1 como sostiene
y otros malos), y (ii) en llamarlos a todos ellos "bienes" (o "bue­ Filebo, el placer es en re�lidad una cosa (no . un nombre dado
nos''; véase 13b). La expresión "ingrediente idéntico" (tautón, arbitrariamente a un conJunto de cosas de diferente clase), no
13b3) evoca las Formas; en opinión de Sócrates no hay ningún pueden distinguirse especies en él. Menos aún, cree Protarco,
ingrediente idéntico en los placeres malos y buenos que habilite puede hablarse de una especie de placer mala y de otra buena.
a Protarco a llamarlos a todos ellos "buenos". En el mejor de los La hipótesis de Protarco es entonces que lo que es uno no .puede
casos habrá solan1ente un ingrediente idéntico en todos ellos ser múltiple; pero ése es, precisamente, el núcleo de la ��sis .que
que permita llamarlos 1'placeres". Sócrates se propone mostrar: incluso en el caso de una unida�
16 Es decir, Sócrates. Se trata de una tesis que Platón ya ha­ original" puede decirse que ésta es una y múltiple. La hipótesis
bía adelantado en el Gorgiasy en la República: hay placeres malos de Protarco reproduce, poco más o menos, la expuesta por Pla­
y placeres buenos. Si esto es así, no todos los placeres son buenos tón en Parménides, 137c4-5: "si [algo] es uno, lo que es uno, de
y, por lo tanto, no se puede identificar el placer con el bien (sobre ninguna otra manera, sería múltiple".

164 165
T
1
placer, sino que todos ellos son semejantes, y los SóCRATES: Sabiduría, conocimiento, inteligencia y
ejemplos recién mencionados en nada nos sedu­ todo lo que desde el comienzo yo establecí y dije
cen, sino que, convencidos, argumentaremos lo que eran bienes cuando me preguntaste lo que

1
que [argumentan] precisamente los novatos que, es el bien, ¿acaso no experimentarán la misma
13d a la vez, son los más descuidados de todos respec­ consecuencia que tu argumento? l9

11
to de [tales] argumentos.!' PROTARCO: ¿Cómo?
PROTARco: ¿A cuáles te refieres? SócRATES: Parecerá que las formas de conocimiento
SócRATES: A que, por imitarte y defenderme, yo me en su totalidad son múltiples y que algunas de
atrevo a decir que lo más desemejante de todo es ellas son desemejantes entre sí; y aunque algu­
lo más semejante a lo más desemejante; y podré nas se vuelvan en cierto modo contrarías, ¿sería 14a
decirte lo mismo, y no sólo pareceremos más no­ acaso yo digno de dialogar ahora sí, atemorizado

1
vatos de lo debido, sino que nuestro argumento respecto de lo mismo, dijera que ningún conoci­
se desplomará y arruinará. Por tanto, pongámos­ ¡
miento es diferente de otro conocimiento, y lue-
lo a flote de nuevo. Sí nos encamináramos a las go nuestro argumento pereciera y se arruinara,
semejanzas, tal vez, en cierto modo, podríamos como una fábula, y nosotros mismos nos salvára­
ponernos de acuerdo entre nosotros. mos por algún absurdo?
13e PROTARCO: Dime cómo. PROTARCO: Desde luego que eso no tiene que suceder,
excepto salvarnos. Y, a no dudarlo, me satisface
[Elproblema uno-múltipley su relación con la discusión que tu tesis y la mía sean íguales: 20 admitamos
del bien] que haya múltiples y desemejantes [especies deJ

SóCRATES : Supón, Protarco, que tú eres el que vuelve 19 Sócrates introduce aquí la idea de que, probablemente, su
a interrogarme. tesis está sujeta a objeciones similares que las que podría hacerse
a la posición de Protarco, con lo cual adelanta ya que tampoco
PROTARCO: ¿Qié te pregunto? su posición puede calificar como candidato legítimo al primer
premio en la competencia por el bien.
18 Ésta es la consecuencia que se seguiría de admitir el en­ 20 ( Por qué ahora Protarco supone que su tesis (lógos) y la de
foque de Protarco, esto es, que todos los placeres, en cuanto Sócrates son la misma? Probablemente, porque ahora está dis­
placeres, son semejantes, por lo cual la tesis que identifica el puesto a admitir, al menos ex hypothesi, que hay especies de placer
bien con el placer puede seguir sosteniéndose. El uso del plu­ que son desemejantes. Pero como Sócrates indica enseguida, no
ral en "sostendremos" (phésomen) muy probablemente obedece debe ocultarse la diferencia entre '1su" bien y el de Protarco, es
a intentar conservar la sugerencia socrática de que la verdadera decir, entre lo que Sócrates entiende por bien y lo que entiende
investigación filosófica debe ser una tarea conjunta; en dicha Protarco. Lo que Protarco está pensando es que su tesis es igual
tarea los interlocutores del diálogo deben dejar de lado la inten­ a la de Sócrates porque los candidatos a ser el bien en ambas po­
ción mezquina de hacer triunfar su propia posición (como si se siciones pueden entenderse como "uno" y "múltiple": en cuanto
tratara de una rivalidad por la victoria en la discusión) y, como placer y conocimiento, todo placer y todo conocimiento es uno,
aliados, abocarse a encontrar la verdad (véase infta 14b5-7 y nues­ pero como hay variadas formas de placer y de conocimiento,
tra Introducción, sección 2). tanto placer como conocimiento son también múltiples.

166 167
T
1
placeres y múltiples y diferentes [especies de] co­ PROTARCO: Ahora bien, <acaso te refieres al caso de
nocimientos. cuando alguien dice que yo, Protarco, que por 14d
14b SócRATEs: Pues bien, Protarco, no ocultemos la di­ 1
naturaleza he llegado a ser uno, soy a mi vez mu­
¡
ferencia entre mi bien y el tuyo y, al ponerla en .
chos y contrarios los unos respecto de los otros,
el medio, atrevámonos a que, si son refutados, y establece que yo mismo soy grande y pequeño,
revelen si hay que decir que el bien es placer, o pesado y liviano y otras miles de cosas [por el
sabiduría, o una tercera cosa diferente. Pues, sin estilo] ¡2s
duda, ahora no estamos rivalizando por la victo­ SóCRATES: Protarco, tú has enunciado lo que se ha
ria respecto de este mismo asunto, de modo que vuelto un lugar común entre los asuntos asom­
lo que yo sostengo o lo que tú sostienes resulte brosos en relación con lo uno y lo múltiple; pero,
ser lo que gane, sino que ambos debemos aliar­ por así decir, todos han convenido en que ya no
nos por lo más verdadero.21 hay que tocar tales temas, infantiles y fáciles, sino
PROTARCO: Sin duda, tenemos que hacerlo.
SócRATES: Pues bien, aseguremos aún más esta tesis
1 que se convierten en severos impedimentos para
los argumentos si se los toma en cuenta. Porque,

1
por medio de un acuerdo.22 cuando alguien distingue con su argumento los 14e
14c PROTARCO: ¿Cuál tesis? miembros y a la vez las partes de cada cosa, tam­
SócRATES: La que ocasiona dificultades a todas las poco pide que uno esté de acuerdo con que todas
personas de un modo voluntario, y a algunos a estas partes sean aquella unidad, y entonces uno
veces involuntariamente. es refutado y ridiculizado por las monstruosida­
PROTARCO: iHabla más claramente! des que fue obligado a admitir, a saber, que lo
SócRATES: Me refiero a la tesis que se nos presentó de uno es como lo múltiple e infinito, y que lo múl­
improviso hace un momentoZJ que, por su na­ tiple solamente es como lo uno.
turaleza, es, en cierto modo, asombrosa. Pues lo PROTARCO: Y tú, Sócrates, ¿qué otras cosas, que to­
que se dijo -que lo múltiple es uno y lo uno múl­ davía no se haya reconocido que se han vuelto
tiple- es sin duda asombroso; y es fácil objetar al un lugar común, dices respecto de este mismo
que postule cualquiera de estas dos [tesis].24 argumento?

21 Sobre la diferencia entre discutir por ganar la discusión 25 Como se ve enseguida, Sócrates considera este tipo de
y dialogar en vista de la verdad, que constituye un fundamento abordaje del problema uno-múltiple como "pueril". Véase, sin
decisivo en el pensamiento platónico en general, véase nuestra embargo, Fed6n, 96d-e, donde Platón emplea un ejemplo muy
Introducción, sección 2 y Frede (1996), p. 227. semejante para dar cuenta de relaciones que permiten aplicar
22 Sobre la importancia de fijar ciertos acuerdos básicos co­ predicados contrarios a un mismo objeto y presentarlo como
mo condición necesaria previa de cualquier conversación filosó­ uno y múltiple. En el Parménides el problema es pueril si se lo
fica véase supra n. 2. aplica a los particulares sensibles; puede tornarse crítico (o '1sor�
23 Véase supra l2b-c. prendente", como dice Platón), sin embargo, si se lo aplica a las
24 Esto es, que lo uno es múltiple o que lo múltiple es uno. Formas (véase Gosling, 1975, p. 80).

168 169
[Elproblema uno-múltipley la dialéctica como método PROTARCO: ¿cómo?
de división: la "tradición o mensaje celestial"] SócRATES: Primero, si hay que suponer que algunas !Sb
de tales [unidades] son mónadas verdadera­
!Sa SócRATES: Hijo, [me refiero] a cuando uno toma mente existentes. Luego, cómo [hay que supo­
la unidad no entre las cosas que se generan y ner] que estas [mónadas], siendo cada una sola
perecen,26 como convenientemente dijimos noso­ siempre la misma y no admitiendo generación
tros. En efecto, como dijimos hace un momento, ni destrucción, son, sin embargo, esa unidad de
se ha convenido en que allí no hay que refutar tal la manera más firme.3 1 Después de esto, hay que
tipo de unidad. Pero cuando uno intenta postu­ establecer ya sea si en las cosas que se generan y
lar a ''hombre" corno uno,2 7 a "buey" como uno, que son ilimitadas [la mencionada unidad] es-
a "bello" como uno y a "bueno'' como uno,28 un tá dispersa y ha llegado a ser múltiple, o si ella
enorme esfuerzo, con divisiones referidas a estas misma entera, separada de sí misma, 32 Jlega a ser
unidades e ítems29 de tal índole, da lugar a la con­
troversia.JO 31 Véase Platón, Fedón, lOOa�b, donde la hipótesis "más sóli­
da" es "hay Formas". Véase también Parménides, 130e5: "¿Te pa­
rece, como dices, que hay ciertas Formas.. ?"; en ese contexto el
.

26 Es decir, cuando toma la unidadmisma (la "unidad formal sintagma eíde átta podría referirse a la admisión de algunos tipos
o genérica"), no la unidad numérica: "una mesa", "una rosa". de Formas y no de otras (véase Ferrari, 2004, p. 210, n. 42 ad/oc.).
27 Es decir, la Forma o Idea "hombre" (véase Platón, Parmé� McCabe (1999, p. 244, n. 42) sugiere interpretar monddas... alethós
nides, 130cl-2). oúsas como predicativos de eínai y, por tanto, no entender eínai
28 Véase Parménides, 130b8. como existencial, sino como copulativo; según él (p. 243, n. 41),
?9 Con la palabra "ítems" he tratado de dar cuenta de los si después de oúsas en 15b2 se supone una coma (no un punto
neutros plurales que se refieren a Formas o Ideas. Si uno sigue la alto, como leen entre otros Bury, 1897, ad loe., Burnet, 1976, ad
traducción habitual y dice "cosas", introduce una desafortunada loe. y Dies, 1959, ad loe.), la cláusula que comienza en eíta puede
confusión para el lector, ya que con '1cosa" uno entiende ense� entenderse como la apódosis de la condicional (discuto con más
guida "mesas" o "perros"; un "ítem'', en cambio, puede ser una detalle esta sugerencia -que no sigo en mi versión- en la Intro�
mesa o un perro (es decir, particulares sensibles), pero también un ducción, sección 3). Estas '¡mónadas" deben ser las "unidades"
significado o una proposición, esto es, entidades inmateriales. La ("hombre" entendido como uno, "buey" entendido como uno,
expresión es tal vez poco elegante, pero creo que es igual de inde­ "bello" entendido como uno, o "bien" entendido como uno
term'inada que los neutros plurales que usa Platón; tiene además etc.) de las que habló en el pasaje inmediatamente precedente,
la ventaja de poseer menos compromisos ontológicos que "cosas". es decir, las unidades que, siendo unas e idénticas y no estando
30 El error de Protarco es confundir la unidad empírica con sujetas a generación ni destrucción, están presentes en la plura#
la unidad formal o específica. Este último tipo de unidad es la lidad ilimitada del devenir. No debe pasar inadvertido que "be­
Forma o Idea . Las "divisiones referidas a estas unidades" están llo" y "bueno" son ejemplos canónicos de la teoría de las Formas
directamente relacionadas con la división -o, más precisamente, (tal como aparecen en Fedón 76d8-9, 78d3, 100c4-5; Banqnete,
con saber dividir- como una parte crucial del método dialéctico 2!1d3-el; República, V.476b!O, Vl.493e2-3, Vll.534c4; Parméni­
(véase infra !6c5-17a5). La controversia (amphisbétesis) a la que la des, 143bl4-cl).
aplicación de la división a las unidades formales da lugar tiene 32 La misma expresión se encuentra en J>arménides, 129d7-
que ver con el hecho de que el método dialéctico, propiamente 8. Un pasaje paralelo todavía más significativo es el de Sofista,
aplicado, garantiza el diálogo filosófico (dialégesthat), como algo 253d5e2, donde Platón sostiene que el que puede entender la
diferente de la mera disputa verbal, diálogo que permite acceder dialéctica como el conocimiento que permite dividir en Géneros
al conocimiento a través de distinciones y definiciones apropia­ (o "clases": kat!igéne), y el que no considera que la misma Forma
das (!7a; véase también República, 454a4-9). (eídos) es otra o que una Forma diferente es la misma, distingue

170 171
lo mismo y uno a la vez, no sólo en lo uno si­ SócRATES: Afirmamos, poco más o menos, que lo
no también en lo múltiple, cosa que, sin duda, uno y lo múltiple, cuando llegan a ser lo mismo
parecería lo más imposible de todo. Éstas son, por obra de los discursos, rondan por tc:>das par­
!Se Protarco, las [dificultades] acerca de lo uno y tes, tanto antaño como ahora, de acuerdo con ca­
lo múltiple, no aquéllas;33 y son causas de todo da una de las cosas que en cada caso se dice. 35 Esto
tipo de aporía si no se las reconoce adecuada­ no puede cesar jamás ni comenzó ahora, sino que,
mente, en tanto que si se las [reconoce] adecua­ según me parece, tal propiedad de los discursos36
damente, lo son de la solución de tales aporías. mismos es en nosotros algo inmortal y no sujeto
PRoTARCo: Sócrates, itenemos que empeñarnos aho­ a envejecimiento.37 Pero, entre los jóvenes, el que
ra primero en esto?
SócRATES: Yo diría que sí. 35 Creo que la expresión "de las cosas que siempre o en ca­
da caso se dice" (tón legoménon aei') es concientemente ambigua:
PRoTARCo: Supón, entonces, que todos nosotros, es­ puede referirse al sentido trivial del discurso cotidiano de lo que
tos [que estamos aquí], concordamos contigo en siempre y en cada caso se dice, que puede resultar uno (cuando
se alude a un solo significado) y múltiple (cuando se alude a más
tales asuntos. En cuanto a Filebo, que se encuen­ de un significado), o al sentido filosófico más técnico de lo que
tra bien dispuesto, tal vez lo mejor es no moles­ siempre se dice uno (porque siempre es idéntico: la Forma), pe­
ro que puede tener múltiples ejemplificaciones (los particulares
tarlo ahora con nuestras preguntas. sensibles). Este pasaje en cierto modo parece adelantar la difícil
15d SóCRATEs: Que así sea; ipor dónde, entonces, comien­ línea 16c9, donde la ambigüedad del griego es manifiesta, pero,
a diferencia de lo que ocurre en 16c, aquí no hay eínai, de modo
za uno esta batalla, que es enorme y compleja, so­ que no hay duda de que el adverbio aeí modifica al participio
bre asuntos tan controvertidos ?34 iAcaso por aquí? legoménon.
36 Por "propiedad de los discursos" traduzco páthos tón ló­
PROTARCo : iPor dónde? gon (lo mismo en Pradeau, 2002, adloe.); Müller-Schleiermacher
(1972, adloe.) dan Begegnis der Reden ("el acontecimiento de los dis­
(diasthdnetai): (i) una única Idea que se da a través de múltiples cursos"), pero en n. 2 ad/oc. se aclara: "un atributo inmortal y no
cosas, permaneciendo cada una unidadseparada; (ii) también dis­ obsolescente" (eine unsterbliche und nieveraltende Eigenschaft); Ca­
tingue Formas que son diferentes entre sí, pero que son abarcadas sertano (1999, p. 408), en cambio, vierte "maladie du discours'',
desde fuera por una sola Idea; (iii) una única Idea que se encuen­ lo cual me resulta un poco menos claro en el presente contexto,
tra reunida en una unidad a través de múltiples totalidades, y no sólo porque creo que páthos tiene un significado un poco
(iv) múltiples Ideas que se distinguen por completo y que están más neutro, sino porque la ambigüedad no es necesariamente
separadas de otras. En esto consiste "saber discernir de acuerdo entendida como una "enfermedad" o defecto de los discursos o
a un género: de qué modo cada una de ellas pueden asociarse argumentos. Lo que es malo o defectuoso es el uso equivocado
(koinoneín) y de qué modo no". Para un comentario detallado de o engañoso que se haga de los discursos. Como creo que queda
este importante pasaje véase Pimenta Marques (2006, pp. 226-9). claro en lo que sigue, es el que emplea el discurso el que lo "pone
33 Es decir, el caso de cuando alguien dice que una persona, en movimiento", lo desarrolla y lo divide, de modo de ponerse a
que es una por naturaleza, ha llegado a ser también muchas y sí mismo en estado de perplejidad y de poner en el mismo estado
contrarias cosas (véase 14d). a quien se encuentre con él. Para un uso parecido depáthos (en el
34 Lo habitual no es que Sócrates presente el escenario de la sentido de propiedad) véase Platón, Parménides, 129c3.
discusión filosófica como una "batalla" o controversia, en la que 37 "Inmortal" (athánaton) y "no sujeto a envejecimien­
los interlocutores intentanganarla discusión. Tal vez aquí la idea to" (agéron) son epítetos de los dioses (véase Homero, Ilíada,
no es entrar en una controversia o batalla verbal, sino en "librar VIII.539; el no estar sujeto a envejecimiento es una caracterís­
la batalla" contra un problema difícil en vista de su solución. tica del mundo, según Platón; véase Platón, Timeo, 33al-6, con

172 173
por primera vez en cada caso lo prueba, regoci­ ti si nos insultas?39 No obstante, sin duda com­
!Se jado como si hubiera descubierto uu tesoro de prendemos lo que estás diciendo, y si hay algún
sabiduría y complacido por uu placer inspirado, modo y medio de que, en cierto modo, nosoyos
pone en movimiento todo [tipo de] discurso, y pacíficamente dejemos fuera de nuestra discu­
a veces lo vuelve hacia otras cosas y lo concentra sión tal perturbación, y de que encontremos un
en un punto. Otras veces vuelve a desarrollarlo y camino40 mejor que éste para nuestra discusión, !6b
dividirlo, y pone en estado de perplejidad, prime­ tú esfuérzate por esto y nosotros, en la medida
ro y sobre todo, a sí mismo, luego a aquel con el de nuestras posibilidades, te acompañaremos. 4 1
que siempre se encuentre, ya sea que se trate de Sócrates, no hay duda de que el presente tema
alguien más joven, más anciano o de la misma no es insignificante.42
edad, sin tener miramientos ni con su padre ni
16a con su madre, ni con ningún otro de sus oyentes, 39 Este parlamento de Protarco hace pensar que, aden1ás de
Filebo, Sócrates y Protarco, también hay una audiencia silencio­
y por poco incluso con los demás seres vivos, no sa (véase Taylor, 1955, p. 409, n. 1). La exposición anterior de Só­
crates claramente puede entenderse (como de hecho la entiende
sólo seres humanos, porque no tendría miramien­ Protarco) como un modo elegante de decir que tanto la tesis de
tos con ningún bárbaro, con tal de que solamente Filebo como la de Protarco son posiciones pueriles que recurren
a usos impropios del lenguaje (Taylor, 1955, p. 409, n. 1 , va un
tuviera un intérprete en alguna parte.38 poco más lejos y sugiere que Filebo es un muchacho, aunque
PRoTARCO: Sócrates, ies que acaso no ves la multi­ más inmaduro que Protarco; eso explicaría la petulancia de su
afirmación en 12a7-8). Nótese que es Protarco el que reclama a
tud que somos, y que todos somos jóvenes, y Sócrates que baje los decibeles de la confrontación para que sea
no temes que con Filebo nos echemos contra posible el diálogo (es decir, es Protarco quien entiende el tono
de Sócrates como agónico o polémico). Como se ve en lo que
sigue, Protarco, de todos modos, tiene buena disposición para
la nota de Fronterotta, 2003, p. 194, n. 98). La referencia es, continuar dialogando. Sobre este interesante detalle dramático
claramente, a la ambigüedad, una característica inherente al véase nuestra Introducción, sección 2.
lenguaje: una expresión puede tener uno o múltiples significa­ 40 Traduzco hodóspori'camino" con clara conciencia de que
dos. El hecho de atribuir al lenguaje el epíteto de los dioses in­ aquí también ya significa "método" (como en Sofista, 218d don­
dica que Sócrates quiere enfatizar que, aunque los jóvenes son de hodós aparece directamente asociado a méthodos o, en su uso
tan afectos a las ambigüedades del lenguaje y se embarcan en adverbial, "metódicamente", como en República, VIL533b; véase
9tscusiones verbales como parte de un divertimento (la misma también 533c-d: he dia/ektike méthodos). En este pasaje del Filebo,
idea se encuentra en República, VIl.539b-c: cuando los jóyenes no obstante, hodós, que claramente es el método de la división
sienten por primera vez el gusto de los discursos, abusan de él (que más tardei en 17a, se identifica con la dialéctica), es la "sen­
como de un juego y siempre lo utilizan para contradecir -aei da", el (<camino" o el modo que permitirá facilitar la discusión.
eis antilogían, 539b4-), se trata de un asunto serio. Dicho de 4 1 Éste es otro detalle destacable del talante humano de Pro­
o�ra n:-:anera, aunq�e el uso pueril de la ambigüedad puede ser tarco: aunque todavía no está completamente seguro del punto
divertido, parece lnvolucrar consecuencias nefastas para un de vista de Sócrates, parece ser conciente ya de que el tema es
g:n?i no proy�cto filosófico en el que, como se ve enseguida, difícíl y de que hay alguna probabilidad de que su posición deba
d1v1du . aproptadam nte en la búsqueda de una definición y, ser revisada. Por eso declara que seguirá a Sócrates con los demás

por ende, del conocimiento resulta decisivo. i•en la medida de sus posibilidades".
38 Ésta es, mutatis mutandis, la explicación que da Platón en 42 Este pasaje, como muchos otros, muestra el carácter filo­
l� República de por qué los jóvenes no pueden acceder a la dialéc­ sófico de Protarco y su actitud de colaboración con el diálogo
tlca (Vll.539b). Véase también Sofista, 252a-c. (véase nuestra Introducción, sección 2).

174 175
SócRATES: i Por supuesto que no, hijos ! , como dice y vivían más cerca de los dioses, nos transmi­
Filebo, cuando se dirige a ustedes. Desde luego, tieron este mensaje:45 que los ítems que se dicen
no hay mejor camino -ni podría haberlo- que que siempre son46 existen a partir de47 lo unp y
aquel del que yo siempre estoy enamorado, pero
con frecuencia ya me dejó solo y en estado de Platón, Protágoras, 320d ss.). Se discute en quién está pensando Pla­
tón aquí; hay cierto consenso en creer que se trata de Pitágoras
perplejidad.43
(o de algún pitagórico; véase Taylor, 1955, p. 412), habida cuenta
PROTARco: ¿q,ié camino es ése? i Sólo díganlo ! de la discusión y presencia de las nociones de límite o limitante
16c SócRATES: El que no es difícil de indicar, pero muy
(péras) e ilimitación (apeiría). Véase Filolao, Bl, B2, B6 (DK); A9,
A13 (DK) etpassim. Debe tenerse cierta precaución al conectar el
difícil de usar. Pues todo lo que tiene que ver con pitagorismo de Filolao con este y otros pasajes del Filebo; algunas
observaciones útiles se encuentran en Pradeau (2002, Annexe 1:
el arte que se haya descubierto alguna vez se ha
"Philolaos: les 'limitants' et les 'illimités"', pp. 307-16, especial­
hecho evidente gracias a él. Examina el camino mente pp. 310-3); véase también la balanceada consideración del
problema en Migliori (1998, pp. 519-21).
al que me refiero. 45 La palabra phéme a veces significa "fama" o "reputación''
PROTARCO: i Solamente dilo! (como en Platón, Apología de Sócrates, 18b o 20c y República,
III.415d); pero en otros casos (como este pasaje del Filebo) es un
SóCRATES: Es un .don de los dioses para los seres hu­
mensaje o augurio ligado a la divinidad, como ocurre en el caso
manos -al menos así me parece- arrojado desde de un texto sagrado (Timeo, 27b) o de un discurso o informe que
procede de los dioses (Leyes, 672b, 704b).
el cielo por los dioses a través de un cierto Pro­ 46 "Lo que se dice que siempre es": la expresión evoca de
meteo junto con un fuego muy resplandecien­ inmediato las Formas (véase los lugares platónicos citados al fi­
te.44 Los antiguos, que eran superiores a nosotros nal de esta nota). Uno podría sospechar que no puede tratarse
de Formas pues, si consta de lo uno y lo múltiple, tiene límite
e ilimitación; sobre todo esto último parecería indicar que no
43 Se refiere al método de la división. Véase Seftsta, 242d� son Formas, pues la ilimitación implica desproporción, pero las
e, Fedro, 266c. La "perplejidad" (aporía) es el estado anímico Formas no pueden carecer de proporción (ésa es también una
propio de quien se involucra filosóficamente, según Platón. En buena razón para pensar que no puede haber Forma de placer,
los diferentes diálogos platónicos la capacidad del personaje Só� pues éste es ilimitado, y lo ilimitado carece de proporción). Sin
crates de dejar perplejos a sus interlocutores y de estar perplejo embargo, como dice Platón enseguida, la 4'unidad original" (tú
él mismo es proverbial (ver Apología, 23d; Lisis, 216c; Laques, kat ' arkhashén) puede ser una, múltiples e ilimitadas cosas. La di­
194c, !96b, 200e; Cdrmides, 169c-d; Protdgoras, 324d-e; Men6n, ficultad mayor del pasaje desde el punto de vista filológico (que,
79e-80a, 80c-d; República, 11.358c, ll.368b; Teeteto, 145d). Dicha claramente, puede alterar la comprensión filosófica) se centra
perplejidad, tal como es descripta por el personaje Menón en el en determinar cuál es el sujeto de la oración y a qué modifica el
diálogo homónimo, consiste en una especie de aturdimiento, adverbio aeí("siempre"). En mi traducción el sujeto es "lo que se
que hac.e que el interrogado entre en una especie de "vértigo", dice que siempre es" (tOn aei lego1nénon eínai) y el adverbio "siem­
como dtce Teeteto en el diálogo homónimo (ver Teeteto, 155c10). pre" modifica a "que es" (eínai). No es imposible entender que
Sobre la función de la aporía como un medio pedagógico y apro­ "siempre" modifique a "lo que se dice'', en cuyo caso debería­
piado para eliminar las creencias falsas y estimular el deseo de mos decir "lo que siempre se dice que es", pero eso sería mucho
continuar la investigación véase Kahn (1996, pp. 66-67 y 180). menos atractivo desde el punto de vista filosófico, además del
Casertano (1999, p. 409, n. 2) sugiere que esta observación de hecho de que el asunto no cambia sustancialmente porque allí
Sócrates tiene una connotación biográfica. está eínai, ya sea que "las cosas se digan siempre que son'', algo
44 Ese "don de los dioses" es el método de la división como un poco raro, pero que en el contexto debe significar que son
parte de la dialéctica. La mención de Prometeo evoca de inme­ las cosas de las que siempre se predica el ser (esto es, las Formas),
diato el personaje que roba el fuego a Hefesto (permitiendo así porque de lo otro no se predica el ser, sino el devenir o llegar a
la invención de las artes y técnicas) y la sabiduría a Atenea (véase ser. El giro "lo que siempre es" es habitual en Platón desde los

176 177
.T
' '·.·'
.

de lo múltiple, y tienen en sí mismos como al­ tres siempre busquemos establecer en cada caso
go connatural límite e ilimitación.48 Ahora bien, una única Idea respecto de todo -pues descubri­
16d dado que estos ítems han sido ordenados cósmi­ remos la [Idea] que está en [cada caso]-;51 ahora
camente49 de este modo, 50 es necesario que noso- bien, si [la] captamos,52 tenemos que examinar,
después de [esa] única [Idea], dos, si es que, en
diálogos 1nedios para referirse a las Formas (véase Fedón, 79d2;
Banquete, 2llal; 2llbl-2; República, Vll.527b5; X.6llal-e3), pe­
cierto modo, las hay. Pero si no las hay, tres o
ro también en otros diálogos tardíos (véase Parménides, 132c6-7; algún otro número.53 Y [tenemos que] volver a
Timeo, 27d6). El problema en el caso del Filebo, sin embargo, [examinar] del mismo modo cada uno de aque­
es que o este giro no refiere a las Formas (por la razón aducida
al comienzo de esta nota) o sí se refiere a ellas pero también a llos ítems [que es] uno, hasta darnos cuenta no
otras cosas que no cumplen con los requisitos "canónicos" de
una Forma platónica (esto es, las Formas de los "diálogos me­
· sólo de que la unidad original es una, múltiples e
dios"). Pero la presencia de ilimitación no necesariamente impli­ ilimitadas cosas,54 sino también cuántas [son] .ss
ca falta de proporción, porque en cuanto tales las Ideas son una
mezcla (véase Platón, Sofista, 253b8-c3, 259a4-5), esto es, una
ilimitación que ha recibido la impronta del límite y, como tal, es según decía, era de Anaxágoras, quien decía que era el intelecto
limitada y proporcionada (como me hace notar Ivana Costa, en el que ordena cósmicamente y la causa de todas las cosas. Y me
este sentido las Formas también "llegan a ser"; pero el llegar a ser complací con esta causa y me pareció que estaba bien que el
de las Formas es, claramente, diferente del llegar a ser de los entes intelecto fuera la causa de todas las cosas. Y, si era así, consideré
sensibles; véase además Fedón, 103e-104a, donde ('lo Impar en sí" que el intelecto, al ordenar (kosmefn) todo, ordena y establece
es la Forma, de la que participa el 3 o "la Tríada" y, probablemen­ cada cosa así del mejor modo posible" (ver también Timeo, 53a).
te, el resto de los números impares; véase Rowe, 2001, pp. 254-5). Este pasaje del Filebo, además de presentar "la tradición celeste"
Además, las Formas son una multiplicidad, hay participación de la dialéctica, tiene también un trasfondo cosmológico, pues
entre ellas y orden jerárquico (estoy en deuda con Francisco Lisi lo ilimitado y el límite se escinden y dispersan en la unidad y la
en la discusión de este difícil pasaje del Filebo). Para más detalles multiplicidad que puede hacerse extensiva al resto del universo
sobre este difícil y debatido pasaje véase nuestra Introducción, (véase infra 23e).
sección 3. Algunos intérpretes y traductores (como Schleierma­ 50 Es decir, como uno y múltiple.
cher y Frede) piensan que en 16c9 el adverbio aeí modifica al 5 1 O "que es o existe (enoúsan) en cada cosa". Tal vez Platón
participio legoménon; otros (como Dies y Pradeau) ni siquiera está pensando en la "presencia" de las Formas en los particulares
traducen el adverbio, zanjando la cuestión de una manera poco empíricos (véase Fedón, IOOd5; Sofista, 247a).
elegante. 52 Leo, con Badham (1878, ad loe.) y con Bury (1897, p. 18,
47 Este tópospóthen tiene una considerable ambigüedad, pues n. 4 ad loe.), lábomen en vez de metalábomen (Burnet).
puede significar que las cosas están hechas o que se originan a 53 La mejor división es la dicotómica; si no es posible dividir
partir de lo uno y lo múltiple (Sayre, 2005, p. 120), pero también solamente en dos el género, hay que hacerlo en más especies. So­
puede entenderse en el sentido de la explicación de las cosas, no bre este importante detalle véase nuestra Introducción, sección
de sus ingredientes constitutivos (para este último enfoque, que 3 y los textos allí discutidos.
parece más plausible, véase McCabe, 1999, p. 245, n. 47). 54 Benitez (1989, pp. 38-9), siguiendo a Hackforth (1945,
48 Para la probable inspiración pitagórica de este pasaje véa­ ad loe.), interpreta la conjunción kaí en la expresión polla kai
se Filolao, El (DK): "La naturaleza, la totalidad del cosmos y ápeira como epexegético. Si esto es efectivamente así, "múlti"
todo lo que hay en él fueron armonizados a partir de cosas ilimi­ ples" (pollá) debe ser lo mismo que "ilimitadas" (ápeira); esto,
tadas y de cosas limitantes" (véase supra n. 44). sin embargo, no es posible. En primer lugar, porque lo ilimita­
49 ¿orden cósmico? Es probable; el verbo diakosmein, aun­ do y el límite se escinden y dispersan en la multiplicidad (véase
que no siempre ni en todos los casos, suele tener un valor espe­ 23e; sería raro entonces que, si lo múltiple y lo ilimitado son
cial en Platón, sobre todo en contextos de discusión cosmológi­ lo mismo, lo ilimitado se disperse y escinda en lo múltiple, .
ca, en el sentido de "ordenar algo cósmicamente". Por ejemplo, ya que sería tanto como dispersarse y escindirse en sí mismo;
Fedón, 97b8-c6: "Una vez oí a alguien que leía de un libro que, sobre este importante punto véase Bravo, 2003, pp. 127-8). En

178 179
Y no [tenemos que] aplicar la Idea de lo ilimita­ mento ya se puede renunciar a cada unidad de
do a lo múltiple antes de relevar cuidadosamen­ todas las cosas en lo ilimitado y dejarla ir.56 Pues
!6e te su número total, que es un intermedio tanto bien, los dioses, como dije, 57 nos trans1J1itieron
de lo ilimitado como de la unidad, y en ese mo-
los particulares sensibles). El paso (iii) puede significar que,
segundo lugar, porque, aparentemente y como lo sugiere en la aunque una Forma es en sí misma única, hay múltiples Formas
línea en cuestión Platón, la división "ideal" es dicotómica (véa­ (véase Parménides, 130b�e, donde Platón sugiere que hay Ideas
se Sofista, 218e-221c y Político, 257a-268d), lo cual, claro está, de todas las cosas. Los ejemplos de Ideas allí son Semejanza,
ya es "múltiple", pero eso está muy lejos de ser "ilimitado". Para Unidad, Multiplicidad, Justo, Bello, Bien; como se ve en el
una discusión pormenorizada de este problema, véase nuestra contexto, Platón allí experimenta cierta perplejidad -aporía,
Introducción, sección 3. 130c3- respecto de la posibilidad de que haya Ideas de cosas
55 Como correctamente señala Mié (2004, p. 243), -cada físicas, como "hombre", "fuego" o "agua" o, peor aún, pare­
Forma no es una unidad absoluta en la medida en que contie­ cería risible que haya Ideas de cosas deshonrosas o indignas,
ne una cantidad (hop6sa, !6d7). Las dificultades del pasaje se como pelo, lodo o basura -130c5-7-). Aunque el joven Sócra­
podrían articular en los siguientes pasos: (i) en cada caso (esto tes manifiesta que le parece completamente absurdo que haya
es, en cada cosa) hay que establecer una única Ideaj (ii) si la Ideas de tales cosas (130d), el personaje Parménides atribuye
aprehendemos, debemos examinar si hay dos, en caso de que esa respuesta a la juventud de su interlocutor que no advierte
las haya; si no las hay, si hay tres o cualquier otro número (fi­ que, si ése fuera efectivamente el caso, se violaría la lógica del
nito), y (iii) debemos examinar cada unidad (esto es, cada Idea argumento. Dicho de otra manera, hay Ideas de todas las cosas
o Forma) hasta ver no sólo que la unidad original es una, sino (el asunto no deja de tener dificultades exegéticas; para una
también que es múltiple e ilimitada, además de cuántas son. clara discusión de este y otros pasajes conexos del Parminides,
Los puntos (i) y (ii) describen, respectivamente, el problema véase Migliori, 1990, pp. 134-6). Además tales Ideas pueden
de la unidad y la multiplicidad en una cosa y en una Idea o combinarse entre sí (véase Sofista, 253b-c). Para más detalles
Forma. O sea, la metafísica de la uno y lo múltiple también se sobre los dos (o tres problemas) señalados en este pasaje del
aplica al tratamiento de las Formas. El problema (iii), en cam­ Filebo, véase nuestra Introducción, sección 3.
bio, introduce la cuestión de lo ilimitado que Platón asocia a lo 56 La secuencia de la aplicación del método sería, aproxi­
múltiple; ésta puede ser una buena razón por la cual pensar que madamente, la siguiente: las Ideas o Formas, aunque ítems uni­
este último problema es, en realidad, un aspecto del (ii) y no un tarios en sí mismos, son "compuestos" de una cantidad finita
nuevo problema (véase, sin embargo, Ja discusión de esta difícil de ingredientes formales específicos (esto es, las especies de un
línea en nuestra Introducción, sección 3). El punto (i) describe género). Cada unidad genérica (la "unidad original") contiene
una tesis platónica presente al menos desde el Fedón: cada cosa en sí misma un número finito de unidades específicas (el género
particular es lo que es en virtud de una Forma o Idea que está "animal", por ejemplo, contiene en sí mismo las especies "hom­
presente en ella, y en tanto los particulares sensibles son múl­ bre", "caballo" o "elefante"; eso es lo que debe significar aquí que,
tiples, la Forma o Idea es una (véase Fedón, 74c-d, 78c; véase una vez descubierta la Idea que está presente en cada caso, hay
también República, V.476a4-7: "La misma explicación (o argu­ que examinar si, además de esa única Idea, hay dos, tres o algún
mento: lógos) [se aplica] sin duda a lo justo y lo injusto, el bien otro número. Las especies, claro está, también son Ideas). Esas
y el mal, y a todas las Formas/ Ideas, cada una [de las cuales] es unidades formales específicas finitas son los ('intermedios" (mé­
una ?-nidad idéntica (autó hén). Sin embargo, dado que ellas se sa) entre la unidad original y la multiplicidad ilimitada. Como se
manifiestan por todas partes (pantakhóuphantazómena) en co­ ve enseguida en el texto, la correcta comprensión y examen de
municación con las acciones y los cuerpos, y las unas respecto esos intermedios es lo que distingue una verdadera discusión dia­
de las otras [esto es, cada Forma está en comunicación con las léctica de una erística. Por eso es tan decisivo el pásaje 16d5-6: la
otras], cada una [de ellas) aparec·e con10 multiplicidades"). El unidad original es una, múltiples cosas (las unidades específicas)
paso (ii) evoca la tesis, familiar desde el Político (26!b-263a), de e infinitas cosas (probablemente, los particulares sensibles o las
que una Forma se divide en especies; esa tesis es introducida Formas "dispersas" en tales particulares). Con lo de "renunciar a
en el pasaje del Filebo diciendo que '(la uriidad original (esto es, cada unidad... y dejarla ir" tal vez Platón se refiere a la tesis de que
la unidad genérica) es una, múltiples (las Formas específicas es imposible conocer lo ilimitado (véase ínfta 17e).
en que puede dividirse) e ilimitadas cosas" (probablemente, 57 Probablemente, se refiere al pasaje inmediatamente an-

180 181
de este modo que examinemos, aprendamos y bio, necesito oír aún más claramente lo que estás
nos instruyamos los unos a los otros. Pero, en- argumentando.
17a tre los hombres de ahora, los sabios producen lo SócRATES: Lo que argumento es claro en las letras,
uno de un modo azaroso, y lo múltiple más rá­ Protarco; considéralo en aquellas que ya has 17b
pido o más lento de lo debido,58 y, después de lo aprendido. 61
uno, [van] directamente a lo ilimitado y evitan PROTARCO: ¿cómo?
los interrnedios, s9 que son aquellos gracias a los SócRATEs: El sonido que sale a través de la boca es, en
cuales se distingue el que nosotros volvamos a cierta manera, uno solo, [pero a la vez] también

¡
involucrarnos en nuestros argumentos unos con es ilimitado en número, tanto el de todos corno
otros de un modo dialéctico o erístico. 60 el de cada uno.

[Los ejemplos de "límite" e "ilimitado"] 11 PROTARCO: ¿y qué hay con eso?


SócRATES: Aún no somos sabios en nada por alguna
de esas cosas, no porque conocernos lo ilimitado
PROTARCO: Me parece, Sócrates, que, en cierto modo,
te comprendo en algunas cosas; en otras, en carn- 1
·I
del sonido ni porque conocemos su unidad, sino
que lo somos porque [conocernos] cuántas [es­
pecies de sonidoJ hay y de quétipo son;62 eso es lo
terior (16c5-10), donde argumenta que todo lo que se dice que
siempre es se compone de unidad y multiplicidad.
58 Esto es así porque o bien omiten las divisiones interme­
1 que nos hace a cada uno de nosotros gramáticos.
PROTARCO: Es completamente cierto.
dias o dividen demasiado (véase Platón, Político, 262b, 264b, SócRATES: Desde luego que, casualmente, lo que nos
277a-b).
59 Como ya se ha dicho, los intermedios (mésa) son las for­
hace músicos es lo mismo.
mas específicas en que se divide una unidad genérica; tales formas PROTARCO: ¿cómo?
específicas pueden ser múltiples (al menos dos: en efecto, como
enseña el Político de Platón -véase nota siguiente- dos es la canti­
SócRATES: El sonido también es, de algún modo, una 17c
dad ideal en que se puede dividir una unidad genérica, pero si no unidad en sí mismo en aquel arte.
es posible puede dividírsela en más unidades), pero esas Formas
específicas intermedias no pueden ir al infinito pues, de ser así,
no podrá suministrarse una definición apropiada. 61 Para el eje1nplo de las letras véase Teeteto, 202e etpassim,
60 Para versiones paralelas de estas indicaciones, véase Re­ Sofista, 253b.
pública, V.454a-d; Político, 262a8-cl; 284e2-8. La consideración 62 Esta afirmación parece implicar la tesis de que conocer
apropiada de los '¡intermedios" o "pasos intermedios" (ta mi­ algo es conocer su esencia, es decir, conocer su Forma o Idea,
sa, 17a3), como he señalado recién, es lo que permite, enfatiza con lo cual Platón aquí parece suscribir a la tesis epistemológi­
Platón, que una discusión sea verdaderamente dialéctica y no ca fuerte de algunos diálogos del período medio: el objeto pro­
erística o contenciosa, de manera que son cruciales en el final pio de conocimiento son las Formas (véase República, V.477a-b,
de este parlamento de Sócrates. Dichos '1intermedios" deben ser VIJ.523b-524c, X.602e; también Fedón, 74b, 75b5-cl). Lo que nos
las Formas (específicas) intermedias entre "la unidad original" y hace gramáticos es saber de qué tipo son los sonidos. Como se ve,
la pluralidad ilimitada. La tesis de que "es más seguro proceder la dialéctica "uno-múltiple" se aplica al sonido porque la totali­
a hacer cortes a través de los intermedios", ya que de ese modo dad de los sonidos son, en cuanto sonidos (para usar el giro de
uno podría dar con Formas más relevantes es ya familiar desde Protarco aplicado al placer), uno, pero en la medida en que hay
el Político (262b6-7, véase también 265a4: mesotomeín). variados o diferentes tipos de sonidos, también son múltiples.

182 183
PROTARCO: Por supuesto. habrás vuelto sabio y, cuando al examinarlo de
SócRArns: Establezcamos dos [tonos], grave y agudo, esta manera, hayas comprendido otra cosa cual­
y como tercero un tono semejante. ¿O cómo pro­ quiera de las que son "unidad", te habrás vuelto
cederemos? así competente respecto de eso. Sin embargo, lo
PROTARCO: Así. ilimitado de cada cosa y la multiplicidad ilimita­
SócRATES: Sin embargo, todavía no serías sabio en da en cada cosa te hacen, en cada ocasión, [inca­
música si únicamente supieras esto; pero si no lo paz] de entender y que puedas dar razón [de ello]
supieras, no serías, por así decir, digno de nada en y de su número, porque nunca viste en ninguna
esos asuntos.63 ningún número. 64
PROTARCO: Por supuesto, no lo sería. PROTARCO: Me parece, Filebo, que lo que Sócrates ha
SócRATES: Sin embargo, querido amigo, [lo serás] dicho ahora lo ha argumentado perfectamente.
cuando comprendas cuántos son en número los FILEBO: También a mí me parece lo mismo; pero ¿qué 18a
intervalos del sonido, respecto de lo agudo y lo es lo que este argumento nos ha dicho ahora y
17d grave, y cuáles son, así como los límites de los in­ qué es lo que pretende?
tervalos y cuántas son las combinaciones que a SócRATBS: Protarco, Filebo tiene razón en habernos
partir de ellos se han producido. Nuestros pre­ hecho esta pregunta.
decesores advirtieron estas combinaciones y las PROTARco: Sí, desde luego; respóndele.
transmitieron a nosotros, sus sucesores, y llama­ SócRATES: Lo haré, después de hacer todavía una
ron "armonías"; además, que hayotras afecciones distinción respecto de esos mismos temas. Pues
por el estilo que se dan en los movimientos del tal como si alguien comprendiera en algún mo­
cuerpo, las cuales sin duda sostienen que hay que mento una unidad cualquiera, como estamos
denominar "ritmos" y "medidas" cuando se las diciendo, éste no tiene que reparar directamente
mide a través de los números y que, a la vez, hay en la naturaleza de lo ilimitado, sino en algún
que entender que hay que hacer un examen de es­ número, así también, al contrario, cuando al­
te modo respecto de toda unidad y multiplicidad. guien es forzado a comprender primero lo ili- 18b
17e En efecto, cuando lo comprendas así, entonces te mitado, no tiene que [reparar] directamente en
la unidad, sino en un número que le permita
63 O sea, sería completamente incompetente en materia entender cada multiplicidad y, finalmente, [pa­
musical. Cualquiera que se precie de saber algo de música debe sar] de todas las cosas a la unidad. 65 Volvamos a
saber que hay sonidos graves, agudos, etc. Pero eso, por sí solo,
no es suficiente para saber qué es la música. Como se aclara de
nuevo enseguida, para saber qué es la música hay que conocer no 64 Este pasaje parece justificar la interpretación, según la
sólo cuántos intervalos de la voz hay (agudos o graves), sino qué cual en la sentencia "la unidad original es una, múltiple e ilimi�
o de qué tipo (hopoía) son. Conocer es siempre conocer el quédel tadas cosas" (16d5-6), dpeira son los particulares sensibles.
objeto, es decir, su Forma. 65 Éste puede ser el momento del método de la división que

184 185
T
1
comprender lo que ahora estamos diciendo en pero participan de algún tipo de sonido, y que
las letras. también hay un número de ellos, y distinguió co­
PROTARCO: iCómo? mo un tercer tipo de letras las que ahora llamamos
SócRATES: Después de que un dios o incluso un hom­ "mudas". 68 Después de eso, dividió las sin sonido
bre divino se dio cuenta de que el sonido vocal y las mudas hasta cada unidad y, del mismo mo­
es ilimitado, [y esto] de acuerdo con un relato do, [dividió] las vocales y los intermedios hasta
egipcio, que cuenta que un cierto Theuth66 fue el que aprehendió su número, en cada uno como
primero en darse cuenta de que las vocales en lo unidad y en su totalidad, y los denominó "letras".
ilimitado no son una unidad, sino más, 67 y que Pero al advertir que ninguno de nosotros podría
18c además hay otros que carecen de sonido vocal, comprender la unidad [tomada] en y por sí misma
sin todas ellas, y al calcular que ese vínculo que !8d
va de lo múltiple a la unidad; véase Fedro, 265d3-5-el-3: "reunir
es uno y que, en cierto modo, hace a todas esas
en una única forma, gracias a una visión de conjunto, lo que está [letras] una sola, las denominó con la expresión
diseminado aquí y allá, de modo tal que al definir cada cosa se
logre poner en claro aquello sobre lo cual se quiere, en cada caso,
"arte de la gramática", que es una sola en ellas.69
impartir una enseñanza" (trad. esp. Santa Cruz-Crespo, 2007). FILEBO: Protarco, esto lo entendí de una manera aún
Ver también República, VII.537c6-7: "También es, agregué, el in­
tento más importante [para distinguir entre] una naturaleza dia­
más clara que aquello, al menos [si se conside-
léctica y la que no lo es. Pues el dialéctico es sinóptico, y el que
no lo es no". Es decir, el dialéctico tiene una visión de conjunto, 68 Véase Platón, Crdtilo, 393d-e, 424c.
que le permite ser capaz de advertir la unidad en la multiplici­ 69 El argumento parece ser el siguiente: la gramática, co­
dad, o la unidad que permite distinguir tipos de objetos en una mo cualquier otra tékhne, es un saber o forma de conocimiento.
multiplicidad empírica o eidética. Pero un saber o conocimiento, para ser propiamente tal, debe
66 Véase Platón, Fedro, 274c-e . En estos pasajes del Fedro, ser capaz de apresar en sí mismo la multiplicidad de instancias
Platón atribuye a Theuth el descubrimiento del cálculo, la geo­ o casos particulares que pueden subsumirse en él sin que eso
metría, la astronomía y, especialmente, la escritura. En Fedro, signifique que dicho arte o técnica sea cada caso particular; por
274e-275a Platón relata un diálogo entre Theuth y Thamus (el ejemplo, la gramática es el arte de combinar apropiadamente los
rey de Egipto). Lo significativo de ese diálogo es que Thamus elementos de una lengua siguiendo ciertas prescripciones (dadas
le hace notar a Theuth que el efecto inmediato de la escritura por la sintaxis inherente a cualquier lenguaje, por ejemplo) que
es que introduce olvido en el alma de los que la aprenden, y están basadas en cierto tipo de conocimiento experto (por eso es
eso es así porque, al confiar en la escritura, no ponen en prácti� una tékhne). Pero la gramática como técnica o arte no es el saber
ca su memoria. Por eso la escritura es un fármaco (o "poción", capaz de combinar este o aquel elemento del lenguaje del caso,
phármakon) no de la memoria (mnéme), sino de la rememoración sino aquello único que reúne a los múltiples casos que entran
(hop6mnesis), y constituye una apariencia de sabiduría, no de ver­ dentro de la gramática (como la correcta combinación de géne�
dad (275a5-7). El resultado de la anécdota es, según el persona­ ro entre este nombre y este adjetivo, o la correcta combinación
je Sócrates del Fedro, que las palabras escritas solamente hacen entre este sujeto plural con este verbo también en plural, etc.).
recordar lo que ya sabían quienes: las han escrito. Todo el relato Eso es lo que en este pasaje debe significar que el arte de la
constituye un ataque frontal contra la escritura que, cuando se la gramática es lo que aúna a las múltiples letras qu� , para ser :o­
interroga, permanece en el más absoluto silencio y, en ese senti­ _
rrectamente entendidas, deben verse como 1ngred1entes propios
do, se parece a la pintura, que es "como si estuviera viva", aunque de un cierto tipo de saber, cuya característica f� ndame-?-ta l es
en realidad no lo está (275c-e). reunir en una unidad la multiplicidad (para un eJemplo s1m1lar, _
67 Es decir, a, e, i, o, u son múltiples, pero en cuanto vocales pero aplicado al arte de la carpintería, véase Platón, Teeteto, 146d-
son una unidad. 147b, con mis notas ad loe. en Boeri, 2006).

186 187
ra] lo uno respecto de lo otro; sin embargo, en PROTARco: No sé cómo, pero Sócrates nos ha lanzado
mi opinión a esta explicación de ahora le falta lo a una pregunta que no es vulgar, tras habernos
mismo que a la de hace un momento. hecho, en cierto modo, dar vueltas en círculo.. Fí­
jate, pues, cuál de nosotros responderá a lo que
ahora se pregunta. Tal vez sea claramente ridícu-
[La distinción uno-múltiple aplicada alplacer: placer lo que yo, que he oficiado por completo corno tu
y "especies deplacer"] sustituto en la discusión,7 1 por no ser capaz de res­
ponder a lo que ahora se pregunta, te lo confíe de
SócRATES: iEs que acaso [te estás preguntando], File­ nuevo; pero creo que mucho más ridículo sería si 19b
bo, qué tiene esto que ver con lo de antes? ninguno de los dos fuera capaz de hacerlo. Fíja-
FILEBO: Sí, eso es lo que desde hace un tiempo nos te, entonces, cómo procederemos: me parece, en
estarnos preguntando Protarco y yo... efecto, que Sócrates ahora nos pregunta por las
SócRATES : Aunque ya están sobre ello, se lo están pre-
!8e guntando "desde hace un tiempo", según dices. bargo, revela un cierto descuido por parte de Filebo y Protarco,
FILEBO: ¿Cómo? pues al comienzo del argumento sobre la unidad y la multipli­
cidad Sócrates ha establecido que "lo uno y lo múltiple rondan
SócRATES: ¿Acaso nuestra discusión no trataba desde por todas partes, tanto antaño como ahora, de acuerdo con
el comienzo sobre la sabiduría y el placer, sobre cada cosa que siempre se dice, cuando llegan a ser lo inismo
por obra de los discursos" (15d4-6) . En este pasaje Sócrates li­
cuál de los dos teníamos que elegir? mita el problema uno-múltiple a los discursos, probablemente
FILEBO: Sí, desde luego. enfatizando el problema de la ambigüedad del lenguaje; pero
en un pasaje anterior (14c7-15a7), cuando en sentido estricto
SócRATES: Por supuesto sostenernos que cada uno de introduce el problema en el diálogo, ya ponía énfasis en la im­
ellos es uno. portancia del problema no sólo por las dificultades que plantea
al argumento filosófico, sino también por el alcance que puede
FILEBO: iPor supuesto que sí! tener en el tratamiento de cualquier tema. Es cierto que en
SócRATES: Bien, eso mismo es lo que nos pide la dis­ esa oportunidad (15c4-5) Protarco todavía se muestra remiso
a dedicar algún esfuerzo para tratar de dilucidar el problema,
cusión anterior, a saber, ¿cómo cada uno de ellos pero finalmente acepta tratarlo y muestra su colaboración pa­
l9a es uno y múltiple, y cómo no son directamente ili­ ra que el diálogo filosófico pueda continuar. Protarco es un
interlocutor colaborativo y filosófico (sobre su carácter como
mitados, sino que cada uno de ellos ha adquirido interlocutor véanse nuestras observaciones en la Introducción,
en algún momento un cierto número, antes de que sección 2). En el pasaje en cuestión es claro que Sócrates está
pensando que el problema "uno-múltiple" debe aplicarse tam­
cada uno de ellos hubiera llegado a ser ilirnitado??o bién al placer y al conocimiento como posibles candidatos en
la competencia por el bien: en cuanto placer cualquier placer es
70 La perplejidad de Filebo y Protarco (que no logran en­ uno (ése era el enfoque de Protarco en 13c), pero en la medida
tender qué tiene que ver la compleja discusión sobre la unidad en que se presenta de variadas fOrmas (ése era el enfoque de
y la mu�tiplicidad con los dos candidatos a ser el bien, esto es, el Sócrates en 13e-14a) es múltiple.
placer sin más y la sabiduría) es, en cierto modo, comprensible 71 O quizá "sucesor" (diádokhos) indicando una herencia
(el tema es complejísimo y hasta el momento Sócrates única­ "propiamente escolar", como sugiere Pradeau (2002, p. 244,
mente ha mostrado las dificultades). Tal perplejidad, sin em- n. 37).

188 189
·� · ·
¡
1
especies deplacer,n ya sea que las haya o no, cuántas to, Filebo dijo que es el placer, el goce, el disfrute
y cuáles son. A su vez, respecto de la sabiduría es y todo lo que es de esta índole; tú replicaste a eso
de la misma e igual manera. 1
1
que no era esas cosas, sino aquellas que nosotros 19d
a menudo rememoramos de un modo volunta-
SóCRATES: i Hijo de Calias, lo que dices es completa­
mente cierto! Pues si fuéramos incapaces de hacer
eso en toda unidad, semejanza y mismidad,7' y
1 rio y, al hacerlo, procedemos correctamente, para
que cada una de ellas se compruebe en la medi-
sus contrarios, como lo mostró el argumento an­ da en que están en nuestra memoria. Tú, según
terior, ninguno de nosotros podría jamás llegar a parece, sostienes que el bien que va a enunciarse
ser digno de aprecio en nada. como mejor que el placer es la inteligencia, el co­
19c PROTARCO: Al parecer, Sócrates, es prácticamente así; nocimiento, la comprensión, el arte y todo lo que
no obstante, [aunqueJ es noble para una persona es afín a ellos, los que hay que poseer, no aquéJ.75
sensata conocer todo, parece, sin embargo, que la Cuando cada una de estas dos [posiciones] se
"segunda navegación" consiste en que él no pase enunció junto con nuestra objeción, nosotros te
inadvertido a sí mismo.74 iPor qué he dicho esto amenazamos en broma con que no te permiti­
ahora? Yo te lo voy a mostrar: Sócrates, tú nos has ríamos regresar a casa hasta que, después de que 19e
ofrecido este encuentro a todos nosotros y te has estos argumentos se hubiesen determinado, se le
ofrecido a ti mismo para distinguir cuál es, entre diera una conclusión satisfactoria. Tú estuviste de
todas las posesiones humanas, la mejor. En efoc- acuerdo y te ofreciste a ti mismo para eso; es claro
que nosotros [ahora] decimos, como los niños,
que "no se quita lo que se ha dado apropiadamen­
72 En griego, eíde hedonés. Finalmente, al menos uno de los
defensores del hedonismo (Protarco, el menos recalcitrante) ad­ te". Deja entonces de salir a nuestro encuentro de
vierte el núcleo de la tesis socrática: si efectivamente hay especies este modo respecto de lo que ahora se dice.
de placer, es decir, si no se puede hablar de "placer" sin más, y si
se puede mostrar que hay algún placer malo o, más precisamen­ SóCRATES : iA qué te refieres ?
te, que implica un mal para el agente que lo disfruta, entonces PROTARCO: A que [nos] estás lanzando a una perple- 20a
no puede identificarse el bien con el placer.
73 O "en todo lo que es uno, semejante e idéntico"; "igual" jidad y nos interrogas por asuntos respecto de los
e "idéntico" son predicados (Formas) que se aplican a ítems sen­ cuales seríamos incapaces de darte una respuesta
sibles particulares, pero que también son por sí misrnos (ver Fe­
dón, 74a-b). satisfactoria en este momento.76 No creamos, en
74 Ésta parece ser una 1nanera de decir que él (Protarco) no
conoce todo y que tiene la suficiente sensatez para advertir sus
propios límites y su fragilidad cognoscitiva (véase Frede, 1996, 75 Como se ve, se trata de un conciso resumen de las dos
p. 240 y Fedón, 99c-d). La metáfora "segunda navegación" es una posiciones antitéticas sobre el bien, tal como habían sido presen­
expresión que alude a un segundo intento en algo (en el caso del tadas al comienzo del diálogo (véase llb).
pasaje del Fedón recién citado, se trata de un segundo intento en 76 Esta observación confirma que cuando en 19c Protarco
busca de las verdaderas causas; véase también Polítíco, 300c y se refiere a la "segunda navegación" como "no pasar inadvertido
Leyes, 875d). Sobre la "segunda navegación", véase el sustancioso a sí mismo" quiere decir que se da cuenta de que es incapaz de
análisis introductorio a Fedón, 95e8-102a9 en Vigo (2009). explicar satisfactoriamente el problema de las especies de placer

190 191
efecto, que nuestro fin ahora consiste en que to­ claridad, el placer queda excluido de la victoria,
dos nosotros caigamos en un estado de perpleji­ pues el bien ya no podría ser lo mismo que él. ¿O
dad, sino que si nosotros no fuéramos capaces de cómo va a ser?
hacerlo, deberás hacerlo tú pues lo prometiste.77 PROTARCO: Así.
Decide tú mismo, entonces, si para eso tienes que SócRATES: En mi opinión, ya no precisaremos para
distinguir especies de placer y conocimiento o si nada de la división de especies de placer;79 a me­
también tienes que pasarlo por alto, si, poco más dida que avancemos, [la discusión] lo mostrará
o menos y de alguna otra manera, eres capaz de de un modo aún más claro.
aclarar lo que ahora estamos objetando y si quie­ PROTARCO: Habiendo hablado de un modo tan ex­
res hacerlo de otro modo. traordinario, concluye.
ZOb SóCRATES : Pues bien, no tengo que tener la expecta­ SócRATES: Bien, acordemos todavía antes unos deta­
tiva de nada terrible, dado que dijiste esto así. En lles insignificantes. so
efecto, la expresión "si quieres" libera de todo te­
79 Sócrates abandona ahora la estrategia de distinguir espe­
mor en relación con cada cosa; por lo demás, me cies de placer, el argumento al que había recurrido para mostrar
parece que uno de los dioses nos ha concedido que, si se admite que hay placeres malos (porque pueden ser per­
judiciales en lo que respecta al dolor que su disfrute puede aca­
un recuerdo. rrear), entonces el placer no puede ser identificado con el bien.
PROTARCO: iCuál y sobre qué es? Puede tratarse ahora de una estrategia para concederle a Protarco
algo en lo que éste ha venido insistiendo desde hace rato: no
hace falta distinguir especies de placer, pues todos los placeres,
[Ni elplacer ni la inteligencia son elbien. Los requisitos en cuanto placeres, son placeres. El argumento que viene a conti­
nuación, al menos del modo en que ahora lo presenta Sócrates,
delbien] parece tener un carácter superador de ambas posiciones, tanto
de la de Protarco y Filebo como de la del mismo Sócrates. Esta
nueva estrategia es tomada con cierto entusiasmo por Protarco,
SóCRATES: Son ciertos argumentos que escuché una porque, de algún modo, si el argumento resulta persuasivo, mos­
vez hace tiempo, en sueños o despierto, y ahora trará no sólo que el bien no se identifica con el placer sin más,
sino también que el bien tampoco se identifica con el saber o la
entiendo que se referían tanto al placer como a la inteligencia sin más. Ambas posiciones, de resultar apropiado
sabiduría: que ninguno de ellos es el bien, sino el nuevo argumento, se mostrarán como limitadas y el alcance
categórico con el que se las había presentado inicialmente debe
una tercera cosa diferente, distinta de ellas y me- modificarse. Este tipo de estrategia y de aproximación a la preci­
ZOc jor que ellas.7' Si ahora esto se nos presenta con sión del problema comienza a adelantar la tesis de la vida buena
como vida mixta de cierto tipo de placer y de inteligencia.
80 Como se verá enseguida, esos detalles no tienen nada de
("cuántas y cuáles son"; 19b) y al hacerlo da muestras de una "insignificantes" (mikr' dtta); se trata de un giro entre irónico y
cierta sensatez de su parte. jocoso que, por lo general, el personaje Sócrates utiliza para in­
77 Sobre la "perplejidad" (aporía) como el estado anímico pro� troducir aspectos que son relevantes para un argumento o para
pio de quien se involucra filosóficamente, véase arriba nota a 16b. una nueva explicación. Uno podría pensar que si Sócrates no
78 Para el recurso al sueño, cuando se intenta explicar un te­ tiene una intención irónica al hacer uso de este recurso, lo utili­
ma difícil, véase Platón, Teeteto, 201d-e con mis notas ad loe. en za para ganar la confianza del interlocutor y, pedagógicamente,
Boeri (2006). allanarle el camino en una difícil cuestión como la que se está

192 193
PROTARCO: ¿Cuáles? SócRATES: Examinemos, entonces, y juzguemos tan- 20e
20d SóCRATEs: iEs necesario que el destino del bien sea to la vida de placer como la de sabiduría, obser­
ser perfecto o imperfecto? vándolas por separado.
PROTARCO: i Sin duda, que sea el más perfecto de to­ PROTARCO: ¿Cómo dijiste?
dos, Sócrates! s1 SóCRATES: Qiie la sabiduría no está en la [vida] de
SócRATEs: Y qué, iel bien, es suficiente? placer, ni el placer en la de sabiduría. Pues si uno
PRoTARCo: i Por supuesto, y en eso se diferencia de de ellos es el bien, ya no debe precisar en modo
todo lo demás que existeJs2 alguno de nada. Pero si pareciera que lo precisa- 21a
SócRATEs: Según creo, es extremadamente necesa­ ra, no es posible que eso sea ya el bien real para
rio decir de él al menos lo siguiente: que todo lo nosotros. 83
que lo conoce, lo persigue y tiende [a él], y desea
atraparlo y poseerlo, no se preocupa por ninguna 83 Como parte de su argumento tendiente a mos.trar que
el placer no puede ser el bien, Sócrates establece entonces que
otra cosa, salvo por las que se cumplen junto con para todo x, si x es el bien, x debe cumplir con los siguientes
los bienes. requisitos: (z) debe ser algo perfecto (o "lo más perfecto": teleó­
taton; 20d3), (iz) debe ser autosuficiente o suficiente o (hikanón;
PROTARco: No es posible replicar a eso. 20d!-4), y (iit) debe ser elegible (haíretos bíos; 21d3). Tal vez a
estos requisitos podría agregarse (iv) que el bien es algo a lo que
cualquiera tiende o aspira, de modo que cualquier agente que lo
conozca quiere alcanzarlo y no está interesado por ninguna otra
discutiendo. Creo que, muy probablemente, ése es el caso en el cosa (véase 20d7-19y República, VL505d-e)y (v) que no carece de
pasaje del Fzlebo que nos ocupa, pues lo que está a punto de dar nada y, por ende, no precisa que se le agregue nada (véase 20e5-
Sócrates .son los c:iterios qu� uno deberá tener en cuenta para 21a2 e lrwin, 2000, p. 542, quien agrega estos dos últimos requi­
evaluar s1 un cand1dato x califica o no como bien (véase la nota sitos). Creo que, en realidad, el requisito (v) es una aclaración
siguiente). Un uso muy parecido de este recurso puede verse en del requisito (ii), ya que si algo es suficiente, no requiere que se
el Teeteto, donde el tema que será objeto principal de discusión le agregue nada; esto es reconocido por Irwin cuando señala que
s�rge casi i ?mediata.mente a partir de la perplejidad (aporía) que la condición según la cual el bien es universalmente atractivo
Socrates dice expenmentar sobre un asunto en particular. La pretende explicar o derivarse de la anteriores (véase Irwin, 2000,
perplejidad socrática, que desempeña tan importante función p. 543). Ahora bien, nada sujeto a generación es capaz de ser
en el diálogo platónico en general y no menos en el Teeteto (y autosuficiente; pero se dio por supuesto que ser autosuficiente
también en el Filebo), tiene que ver con el examen de qué es el es condición necesaria de lo que es bueno (20d; véase también
saber (epistéme), "un pequeño detalle" (mikrOn ti) que Sócrates infra 60c y 67a). Por lo tanto, si el placer pertenece a la esfera del
tiene que examinar con Teeteto y con el resto de los presentes devenir, y si su propia naturaleza se identifica con el devenir
(véase Teeteto, 145d). (que es en vista de algo más), entonces, el placer no puede ser
81 Es siempre difícil dar con una palabra apropiada para el bien. En realidad este argumento se propone probar que ni el
traducu . téleon; he optado por •(perfecto". Como queda relati­
placer ni la sabiduría pueden ser el bien, sino un tercer ítem que
vamente claro en lo que sigue, el bien debe ser perfecto en el cumpla con las condiciones antes mencionadas. La expresión
sentido de "acabado". Es decir, si algo es bueno o es el bien no "bien real" (o "lo que realmente es bueno para nosotros", tO óntos
necesita de otra cosa para ser lo que es (por eso es '(perfecto", �ar­ hemfn agathón) en 21al-2 explica el hecho de que el bien es uni­
que es acabado en sí mismo y, por ende, también autosuficiente versahnente atractivo (como dice lrwin) y que todo agente que
'
·

véase la siguiente nota). lo conoce quiera alcanzarlo. En efecto, si se diera el caso de que
82 Más adelante en el diálogo (67a7) nos enteramos de que un ítem x que un agente A considera bueno en Tl, pero en T2
el criterio de suficiencia (hikanón) es, en realidad, el criterio de constata que precisa de otra cosa, el resultado será que x no era
autosuficiencia (autárkeia). realmente bueno, sino que el agente A creía que lo era, pero su

194
195
PROTARCO: Sí, icómo habría de serlo? PROTARCO: Sí, es necesario as . . .

SócRATES: ilntentamos eso poniéndolo a prueba en ti? SócRATES: Y, desde luego, es sin duda del mismo 21c
PROTARCO: Sí, desde luego. modo necesario que, si no posees recuerdo,. no
SócRATES: Respóndeme entonces. puedas recordar que en algún momento estabas
PROTARCO: Pregúntame. disfrutando, y que cuando el placer de este mo­
SóCRATES: Protarco, itú aceptarías vivir toda tu vida mento surge, ningún recuerdo [de él] persista [en
disfrutando de los más grandes placeres? ti más tarde]. A su vez, si no posees opinión ver­
PROTARCO: i iPor qué no habría de aceptarlo?! dadera, no puedes estar opinando que disfrutas
SócRATES: Y bien, i es que acaso considerarías que to­ cuando estás disfrutando y, si estás privado de
davía precisas de algo más si tienes eso por com­ cálculo, no te es posible calcular que disfrutarás
pleto? en un momento futuro; vives no una vida hu­
PROTARCO: iDe ningún modo! mana, sino la de un molusco o la de los animales
SócRATES: Fíjate entonces: iacaso no precisarías, en marinos que viven en conchas. iPodemos pensar 2!d
algún sentido, de sabiduría, inteligencia, cálculo que esto es lo que ocurre o, además de esto, po­
2lb y de todo lo que es afín a ello?B• demos pensar en otra cosa?
PROTARCO: iPorqué? Podría tener todo si, poco más o PROTARCO: iCómo podríamos? 86
menos, tengo el disfrute [de los placeres].
SócRATEs: Entonces, si vives así, ipodrías disfrutar 85 El argumento no muestra que el bien es la sabiduría o las
distintas actividades intelectuales que ha mencionado Sócrates
siempre durante tu vida de los más grandes pla­ (no es, por lo demás, ése el objetivo del argumento), sino que sin
ceres? tales actividades como condición necesaria ni siquiera se podría
postular la posibilidad de que el placer sea el bien, pues uno sería
PROTARCO: iPor qué no habría de poder? incapaz de saber si está disfrutando de un placer o s1. un cierto
. esta­
SócRATES: Pero si no posees inteligencia, recuerdo, do sensorio puede reconocerse como placer o no. Como se ve más
adelante (21d-e), aunque con un poco menos de énfasis, Sócrates
conocimiento u opinión verdadera, en primer lu­ aplica la misma estrategia argumentativa para mostrar que la vida
gar, ino es sin duda necesario que tú ignores esto buena requiere cierta dosis de placer (véase nota siguiente).
86 Los peces, los moluscos y los animales acuáticos en ge­
mismo, a saber, si estás disfrutando o no, puesto neral son los seres más faltos de inteligencia y más ignorantes
que estás vacío de toda sabiduría? según Platón (véase Timeo, 92b-c). Como se ve, el movimiento
que introduce ahora Sócrates en el argumento tiende a mostrar
que (i) si se acepta que el bien real no precisa de ninguna otra
cosa para ser un verdadero bien (21a) -como Protarco ha acep­
creencia podía ser falsa. Esto evoca un ingrediente intelectualis­ tado- y (ii) si se sostiene que el bien (real) coincide con el placer
ta en la concepción del bien del }[febo que recuerda al Sócrates (como afirma Protarco), entonces la vida de placer no precisará
de los diálogos tempranos (véase especialmente Gorgias, 468dl- de nada más. Pero ahora Protarco se ve forzado a aceptar que sin
7, 509e5-7; Menón, 77b-78a). De hecho, puede suceder que, al recuerdo (mnéme) es imposible recordar si en algún momento
llevar a cabo una acción, dicha acción resulte ser algo malo o uno estaba disfrutando, sin opinión verdadera (dóxa alethés) no
dañino para el agente, que hace depender la consideración del se puede opinar o juzgar que uno está disfrutando cuando lo
verdadero bien de un estado cognitivo correcto y seguro. está, y sin cálculo (racional, logismós) no es posible
. calcular que
84 Sin leer ta déonta en 2lbl (Frede, 1997, ad. loe.). uno disfrutará en el fututo. Los ítems mencionados, por tanto,

196 197
SócRATES: Ahora bien, tal índole de vida, ies acaso SócRATES: No nos ablandemos, sino que cambiando
elegible para nosotros? a la vida del intelecto, inspeccionémosla. 88
PRoTARCo: Sócrates, este argumento me ha dejado PRoTARCo: iA cuál te refieres?
completamente sin habla por ahora.. .87 SócRATES: Si alguno de nosotros aceptara vivir en
posesión de todo tipo de sabiduría, inteligencia,
son al menos condición necesaria del placer y, si éste es el caso, conocimiento y recuerdo de todo, sin participar 21e
se sigue que el placer precisa de otra cosa diferente de sí mismo.
Consiguientemente, el placer no puede ser "lo que en realidad es del placer, ni grande ni pequeño, ni tampoco del
bueno para nosotros". dolor, sino ser completamente insensible respec-
87 Protarco ya está refutado en este momento y su tesis del
bien como lo mismo que el "placer burdo" debe, al menos, ser to de todas las cosas de esta índole.
matizada. Es obvio que si Protarco admite que está refutado (co­ PRoTARCo: Sócrates, ninguno de estos dos tipos de
mo parece admitir con su lacónico comentario "este argumen­
to me ha dejado completamente sin habla por ahora"), también vida me parece elegible, ni tampoco, según creo
tien� que admitir que el tipo de vida que implica la tesis de que yo, podría parecerle nunca a otra persona.
el bien es el placer sin más puede ser una vida inhumana o no
propia de un ser humano y, por ende, es razonable que Sócrates SócRATES: ¿y el que concierne a ambos tipos [de vi- 22a
pregunte ahora si tal . tipo de vida es "elegible" (hairet6s, 21d3). da] , Protarco, que resulta de una mezcla de am-
Porque una cosa es sostener que el bien para mí en este momento
es el placer burdo, y otra diferente es afirmar que mi vida (o mi bas y es común a ambas? 89
"estilo de vida": bíos) únicamente tiene que identificarse con el PRoTARCo: iQ;¡ieres decir de placer, de inteligencia y
placer burdo. Si ése fuera el caso, mi vida no sería muy diferente
de la de las criaturas más estúpidas, una consecuencia que Pro­ de sabiduría?
tarco no parece dispuesto a aceptar. Es evidente que lo que Só­ SócRATEs: Así es, eso es lo que sugiero.9º
crates le está preguntando a Protarco es cómo desearía que fuera
toda su vida (véase Irwin, 2000, p. 544); el interés de Sócrates PROTARCo: Sin duda, cualquier persona elegirá este
(en su preocupación por conducir la discusión en dirección del
estilo de vida asociado a la tesis que cada uno sostiene sobre el
bien) es mostrarle a Protarco que, como se había acordado al co­ refutación ya muestra, sin embargo, que el hedonismo grosero es
mienzo del diálogo (véase supra lld), lo que se está investigando insostenible.
es aquello que sea capaz de proveer a los seres humanos de una 88 Protarco parece yacer abrumado después de la refutación;
vida (o estilo de vida) feliz, y que tal vida feliz consiste en un pero el diálogo como método conjunto por dar con la verdad
estado (héxis) o disposición (didthesis) del alma (véase lld4), es debe continuar. De ahí el ánimo que Sócrates intenta transmitir
decir, un estado anímico que debe exhibir cierta permanencia. a Protarco para que el diálogo siga avanzando. La refutación no
Por eso la pregunta por el carácter de elegible o no elegible que debe interpretarse como una afrenta, sino como un sano medio
el estilo de vida asociado a la tesis del placer burdo tiene no es para corregir los propios estados de creencia (sobre este impor­
trivial (además de ser uno de los requisitos del bien real, que tante aspecto de la refutación como método terapéutico, véase
Protarco y Sócrates habían acordado antes; para la relevancia de Platón, Gorgias, 458a2-bl y Boeri, 2007a, cap. 4). La exhortación
los acuerdos como condición previa de cualquier conversación "no nos ablandemos" también podría interpretarse como una fi­
véase supra n. 2). Véase Leyes, 636e. Frede (1996, p. 228-9) se na ironía por parte de Sócrates: es como si Sócrates le estuviera
refiere a esta refutación como a una "breve refutación" y como diciendo a Protarco '1no seamos moluscos", ya que este tipo de
a una "mini refutación"; creo que no hay razones de fondo para criaturaJ marinas tiene la característica de poseer cuerpo blando.
considerar que no hay aquí una refutación en sentido estricto, 89 Esta es la primera aparición expresa de la vida mixta, aun­
aunque es cierto que, de todos modos, no es todavía suficiente que ya había sido anunciada al comienzo del diálogo como un
para destruir el hedonismo de Protarco (como indica Frede en p. misterioso "tercer estado" superior al estado de placer y de sabi­
228, "la refutación 'paidéutica' que convence a Protarco de la in­ duría (véase supra lld-12a).
sostenibilidad del hedonismo mismo es mucho más larga"). Esta 90 Leo el légo, que Burnet elimina.

198 199
[tipo de vida] antes que cualquiera de aquéllos, y PROTARCO: Sí, parece que es así.
además no es que uno lo elegirá y otro no, [sino SóCRATES: Pues bien, me parece que se ha dicho sufi- 22c
que todos lo harán]. cientemente que al menos no hay que pensar en
SóCRATES: iComprendemos, por tanto, cuál es ahora la diosa de Filebo como lo mismo que el bien.94
para nosotros el resultado de la presente discusión? FILEBO: Desde luego que tu inteligencia, Sócrates,
PROTARco: Por supuesto que sí: que de los tres modos tampoco es el bien, sino que a ella se aplicarán
de vida que se propusieron, dos no son suficientes los mismos reproches.
22b ni elegibles para ningún ser humano o animal.91 SócRATES: Es probable, Filebo, que puedan aplicarse
SóCRATES: Ahora bien, en cuanto a ellos ino es acaso a la mía, pero al menos no a la inteligencia a la
ya evidente que ninguno de tales [tipos de vida] vez verdadera y divina, creo, sino que [ésta] se en­
contenía el bien? En efecto, si [alguno de ellos] cuentra en un estado en cierto modo diferente.95
fuera suficiente y perfecto, sería elegible, tanto Ahora bien, no estoy objetando a la vida común96
para las plantas92 como para los animales en su los honores de la victoria para el intelecto, pero
totalidad, que fueran capaces de vivir así cons­ hay que ver y examinar qué haremos respecto del 22d
tantemente durante su vida. Pero si alguno de
nosotros eligiera otras cosas, lo haría involunta­ mediados por comentadores medievales, nunca afirma que hay
riamente, en contra de la naturaleza de lo que una tendencia natural hacia el bien o la virtud, sino que esta­
mos dispuestos por naturaleza a recibir la virtud y perfeccionarla
es verdaderamente elegible, por ignorancia o por por la costumbre (una especie de innatismo disposicional). Sin
alguna desafortunada necesidad.93 embargo, sí habla de "lo que por naturaleza es objeto de deseo
racional" (phjsei boulet6n). Los estoicos, en cambio, directamente
argumentan a favor de la existencia de una tendencia naturalhacia
9 1 Protarco entendió que "los detalles insignificantes" el bien en el ser humano (véase Estobeo, Extractos, 2.65.11-17, ed.
(20c8) eran sin duda significativos; al menos recuerda el criterio Wachsmuth; Musonio Rufo, Discurso, 3.1-20), probablemente
de suficiencia y de elegibilidad. inspirados en pasajes platónicos como éste.
92 Parece un poco extravagante sugerir siquiera que las planM 94 Véase supra 12b-c. Aunque, como he dicho, el énfasis se
tas puedan elegir en algún sentido, pero, como hace notar Bury concentra en mostrar que el placer no es el bien, el argumento va­
(1897, p. 33, n. ad loe.), para Platón las plantas son animantia que le para eliminar tanto el placer como la sa�iduría o conocin:iento
.
tienen un estilo de vida propio, y remite a Timeo, 77a�c (claro como posibles candidatos a ser el bien. Esa es la 1nferenc1a que
que, como el mismo Bury señala, tener aísthesis no es lo mismo hace Filebo enseguida y que, en cierto modo al menos, es acerta­
que tener haíresis). da: ni el placer sin más ni la inteligencia (o conocimiento) sin más
93 Este pasaje introduce un problema cuya importancia en cumplen con todos los requisitos del bien antes establecidos.
Platón (y más tarde en los estoicos) difícilmente puede ser exa­ 95 La manera en que Filebo se refiere al noús como candida­
gerada: si alguien elige algo que no es verdaderamente bueno, lo to a ser identificado con el bien es claramente irónica (en efecto,
hace involuntariamente en contra de lo que es "verdaderamente" es un modo de decir que la sugerencia de Sócrates de proponer
elegible, un fenómeno que solamente puede explicarse (como en al noús como el bien no fue, en realidad, muy inteligente). Así
el "Sócrates platónico") por un estado de ignorancia o por nece­ parece confirmarlo la respuesta de Sócrates al hacer notar que,
sidad. O sea, si hay algo que por naturaleza es verdaderamente aunque su inteligencia puede ser susceptible de reproches, no
elegible, parece que en quien posea sus capacidades cognitivas puede serlo la inteligencia que es "verdadera y divina''.
lo suficientemente entrenadas hay una "tendencia" hacia el bien. 96 La '¡vida común" (koinbs bíos) es la vida mixta (véase supra
Aristóteles, a pesar de lo que suelen decir quienes leen sus textos 22a2).

200 201
segundo premio, pues tal vez podríamos hacer PROTARCO: Sócrates, no estás diciendo nada...
responsable de la causa de esta vida común el uno SócRATES: iEs acaso porque dije un imposible: "cau- 23b
al intelecto y el otro al placer, y así el bien no sería sar un dolor al placer"?
ninguno de estos dos pero uno quizá podría su­ PROTARco: No sólo eso, sino que además ignoras que
poner que uno de ellos es su causa. Sin duda, so­ ninguno de nosotros permitirá que te vayas to­
bre ese punto yo estaría aún mucho más dispuesto davía antes de que, finalmente, te aboques a la
a batallar contra Filebo, [pues sostengo queJ en discusión de esos asuntos.
i esta vida mixta aquello que esta vida admite y que SócRATES: iMuy bien, Protarco!, pero mira que la dis­
! a la vez la ha hecho elegible y buena no es el pla- cusión que queda es larga y, prácticamente, no es
1 cer, sino el intelecto, que está más emparentado
para nada fácil. Desde luego parece que, si se mar­
con y es más semejante a ella. De acuerdo con este cha por el segundo premio para el intelecto, se
22e argumento, no se podría argumentar verdadera­ necesitará otro recurso, como tener unos dardos
mente que al placer corresponda el primero ni el que sean diferentes de los argumentos anteriores,
segundo premio; y está más lejos del tercero, si es si bien tal vez algunos sean también los mismos.
que ahora tenemos que confiar en mi intelecto.97 Entonces, itenemos que hacerlo?
PROTARCo: Por cierto que ahora, Sócrates, me parece PROTARCO: Sí, desde luego.
que el placer ha sucumbido ante ti, como si hubie­
se sido golpeado por los argumentos de hace un [Los cuatro géneros o especies en que se divide todo
momento, pues aunque estaba batallando por el lo que hay en el universo]
23a primer premio, yace [vencido] . Tenemos que de­
cir, al parecer, que el intelecto sensatamente no se SócRATES: Intentemos precavernos al plantear su 23c
ha hecho de los honores de la victoria, pues, en pnnc1p10.
caso de hacerlo, habría padecido lo mismo. Claro PROTARCO: iA cuál te refieres?
que si el placer quedara privado del segundo pre­ SóCRATES: Dividamos en dos todo lo que hay ahora
mio, sin duda también tendría un cierto tipo de en el universo o, mejor, si quieres, en tres.98
deshonra respecto de sus propios amantes, pues en
ese caso ya no les parecería igualmente hermoso. 98 Aquí comienza el argumento cosmológico; para una pro­
bable explicación de cómo se conecta dicho argumento con lo
SócRATES: iPero qué? iNo es mejor dejarlo de lado ya que se venía discutiendo, véase nuestra Introducción, sección
y no causarle un dolor aplicándole la prueba más 1. Como hace notar Carene, el significado de pán ('1universo"
en mi traducción) podría ser poco claro, pues podría aplicarse
precisa y refutándolo? a toda la realidad incluidas las Formas (Carene, 2005, p. 85) :
El contexto sugiere que se trata del universo sensible y que el i
..

pasaje tiene carácter cosmológico (véase Carone, 2005, p. 85 y i.


97 Véase infra 67a, donde Sócrates concluye que la vida del n. 18). No es imposible, sin embargo, pensar que en el universo
.
intelecto o de la razón se queda con el segundo premio. se incluya también a las Formas o a ciertos ítems conceptuales

203
202
PROTARCO: ¿Podrías indicar respecto de qué? SócRATES: Fíjate en la causa de la mezcla de ésos entre
SócRATES: Tomemos algunos [aspectos] de los argu­ sí y establece para mí, además de aquellos tres,
mentos de hace un momento. este cuarto.1º3
PROTARCO: ¿cuáles? PROTARCO: Bien, ¿acaso no vas a necesitar también de
SócRATES: ¿No decíamos que el dios mostró lo ilimi­ un quinto que sea capaz de separarlos? 104
tado y el límite de lo que es ?99
PROTARCO: Sí, en efecto. 103 El hecho de que en este pasaje Platón eche mano de lo
SócRATES: Establezcamos entonces esas dos ilimitado y el límite ha dado razón a algunos intérpretes para
sugerir un aspecto "pitagorizante" en todo el argumento (véase
23d especies, 100 y como tercero uno que es una mez­ Poste, 1860, p. 149 y, más recientemente, Gosling, 1975, p. 186).
cla de esos dos. Pero, al parecer, soy una perso­ 104 Se discute sobre el significado de este quinto género, que
tendría la función de "separar" o "distinguir" la combinación de
na ridícula al distinguir y enumerar [todo] en los géneros entre sí. Pradeau (2002, p. 30, n. 2) piensa que este
especies.. .'º' quinto género corresponde a lo que en el Timeo Platón describe
como necesidad, esto es, una potencia de indeterminación y de
PROTARCO: ¿ Qué dices, amigo? división que se da en el mundo y "resiste" a la información racio­
SóCRATES: Me parece que voy a necesitar de un cuar­ nal y divina del mundo (véase p. 31, n. 1). En p. 248, n. 56 a este
pasaje del Filebo, en cambio, siguiendo a Robin, Pra?e.au sugiere
to género.'º' como una posibilidad que puede tratarse de la actividad espe­
PROTARCO: Di de cuál. culativa del pensamiento, que examina las mezclas y trata de
conocer sus elementos al separarlos, aunque finalmente suscribe
a la interpretación que sostiene que, a la actividad intelectiva
(los relativos) que se subordinan al género de lo ilimitado (para que produce la mezcla en el mundo, se opone una actividad o
una discusión pormenorizada, centrada en el comentario de las proceso de disociación, esto es, la "necesidad" de la que habla el
interpretaciones de Strikery Frede, véase Mié, 2004, pp. 301-3). Timeo. El problema que encuentro en esta interpretación es que,
99 Véase supra l6c-e. según Platón, "la generación de este cosmos se produjo como la
100 La palabra griega es eíde, un sinónimo de "género" (génos) mezcla de la combinación tanto de necesidad como de intelec­
en 23d5, 25al, 27e2 y 31c2. to" (47e5-48a2), de manera que parece que no es cierto que en el
101 No deja de ser extraño el reproche que Sócrates se dirige Timeo la necesidad sea un factor disociador. El primero en notar
a sí mismo, especialmente después de que ha dicho que el mé­ la dificultad de la introducción de este quinto género es Damas­
todo de la división es un "don de los dioses" (16c5) y de que, al cio en su Comentario a!Filebo, 108. Según Damascio, luego de
parecer, ha logrado persuadir a Protarco de la relevancia de ser que Sócrates establece la causa de la unidad de la mezcla, inves­
capaz de dividir correctamente para distinguir un argumento ge­ tiga ahora cuál es la causa de la separación o distinción (diákrisis)
nuinamente filosófico-dialógico de uno meramente erístico. Tal de dicha mezcla. Y agrega: "esta causa será la alteridad (heterótes)
vez el "reproche" es una forma irónica de referirse a los sofistas que se da conforme a lo inteligible, como en el Parménides, pues
(que parece mencionar entre líneas en 16e4-5 como "los sabios lo inteligible únicamente une". Aunque seguramente este enfo­
de ahora" que, a pesar de ser sabios, dividen de modo azaroso). que es tendenciosamente neoplatónico, encuentro más plausible
Otra manera de entender el reproche es pensar que Sócrates se pensar que la capacidad "discernidora" de ese hipotético qui�to
critica a sí mismo por no darse cuenta desde el comienzo de género (Filebo, 23d9-10: diákrisín tinos dynaménou) es el poder in­
cuántas divisiones hacer; recuérdese que ése era un requisito im­ telectual que, al ejercer su actividad, "separa" (el pensamiento
portante del método en 16d. discrimina y, por tanto, "separa"). Otros intérpretes (como Dies,
102 Aquí la palabra que traduzco por "género" esgénos; antes 1959, p. XXVI), en cambio, piensan que la hipotética introduc­
usó eidos (y di la misma traducción), pero, como es evidente a ción de un quinto género constituye un mero "movimiento es­
partir de estas líneas, está utilizando ambas palabras como sinó­ cénico" (un mot de scine). Mié (2004, p. 299), por su parte, muy
nimos (un uso relativamente habitual en Platón; sobre el parti­ deflacionaria y convincentemente, sugiere que el mismo Platón
cular véase Casertano, 1989, pp. 61-102). muestra que no es preciso recurrir a una causa distinta de la cuar-

204 205
SócRATES: Tal vez, aunque no creo que lo precise aho- PROTARCO: Si me hablaras de ellos de un modo aún
23e ra; pero si en algo lo necesito, tú me disculparás si más claro, te podría seguir mejor...
persigo un quinto [género] . 105 SócRATES: Pues bien, lo que estoy diciendo es qu� los 24a
PROTARCO: ¿ Qilé entonces? dos que propongo son los mismos [a que me re­
SócRATES: Al distinguir primero tres de los cuatro fería] hace un momento: lo ilimitado y lo que
y después de ver que dos de ellos se escinden y tiene límite. Pero trataré de explicar que, de algún
dispersan, 106 cada uno de ellos en la multiplici­ modo, lo ilimitado es múltiple. En cuanto a lo
dad y, al volver a reunirlos a cada uno en una que tiene límite, 108 que nos espere.
unidad, procuremos entender cómo cada uno PROTARCo: Sí, que espere.
de ellos fue en algún momento uno y múlti­ SócRATES: Examínalo entonces, pues lo que pido que
ple. 107 tú examines es difícil y controvertido, pero exa­
mínalo de todos modos. Fíjate, primero, en cuan-
ta (este misterioso quinto principio) para explicar la disolución o to a lo más caliente y más frío, si podrías concebir
la mala mezcla.
105 Siguiendo a Schütz que elimina bíon. No pueden ser "géw un [límite] en algún momento, o si el más y el
neros de vida", sino los géneros o tipos que distinguen todo lo menos, que en su origen se encuentran en ellos
que existe en el universo. mismos, mientras se encuentran [en ellos] no 24b
106 Lo ilimitado y el límite.
107 O sea, la mezcla contiene lo limitado y lo ilimitado que permiten el logro de un fin, 109 En efecto, en el mo­
son sus ingredientes. Más adelante nos enteramos de que las co� mento en que se alcanzara un fin, ambos habrían
sas mezcladas son las que se generan (véase infra 27b8). Pero la
pregunta aquí es cómo es posible que lo ilimitado (tJ ápeiron) y terminado también. 110
el límite (péras) sean uno y múltiple. Lo ilimitado es múltiple
porque tiene multiplicidad de manifestaciones indeterminadas
(véase Bravo, 2003, p. 128); como indica enseguida Sócrates en 108 Striker (1970, pp. 60-2) hace notar que Platón utiliza esta
su ejemplo (24aMb), "lo más caliente" y "lo más frío" o, en gene­ expresión (péras ékhon: "lo que tiene límite") dos veces en singu­
ral, "el más" y "el menos" no poseen límite, ya que pueden ser lar (24a2-4) y otras dos veces en plural (26b2-10), y señala que no
indeterminadamente calientes, fríos, más y menos, etc. Lo quepa­ puede considerársela idéntica al límite (péras). El "límite" sería el
rece sugerir aquí Platón es que algo que es frío o caliente siempre género o principio de la realidad; "lo que tiene límite", en cam­
puede ser más frío o más caliente (ésa es mi interpretación de la bio, ya es la cosa determinada, un objeto concreto del mundo
sentencia 1'más caliente y más frío se desplazan permanentemen­ (este enfoque está probablemente inspirado en Hackforth, 1945,
te y no permanecen", 24d), de modo que se trata de instancias p. 43, quien sugiere quepéras es un nombre de clase que se refiere
indeterminadamente múltiples y por eso ilimitadas. A la vez ca­ colectivamente a las ratios, en tanto que péras ékhon debe ser una
da instancia particular que es caliente o fría es una porque es ratio individual; pero como hace notar Benitez -1989, p. 77-,
esa instancia unitaria de calor o frío. La cantidad, en cambio, se Sócrates usa ambas expresiones indistintamente para referirse al
detiene y no se desplaza más; cuando hay una cantidad determi­ género del límite). Hay, de todos modos, un sentido en el que
nada, ya hay límite, que es uno (porque es cada cantidad y límite hay que decir que e/límite como tal no existe; la distinción es, no
determinado), pero también puede ser múltiple porque puede obstante, importante pues adelanta el hecho de que la unidad y
tener, como lo ilimitado, multiplicidad de manifestaciones: multiplicidad del límite son difíciles de determinar.
igual, doble, triple, etc. (véase 25a-b). Por último, la escisión de 109 Es decir, de una determinación que dé lugar a una canti­
lo ilimitado y del límite en la multiplicidad pueden verse como dad determinada (véase infra 24c).
el momento de la división de la dialéctica, en cambio, reunión 110 Hay cosas, como todo lo que es susceptible del "más" y el
en una unidad es el momento de la reunión o síntesis. "menos'', que poseen una especie de "incompletitud natural"; los

206 207
PROTARCO: Dices toda la verdad. PROTARCO: Sí, y muy fuertemente.
SócRATES: Siempre, estamos diciendo, hay más y me­ SócRATES: Protarco, lo captaste muy bien; recuerda 24c
nos en lo más caliente y lo más frío. también que el "fuertemente" que tú ahora pro­
PROTARco: Sí, por supuesto. nunciaste, como también el "suavemente", tienen
,,
SócRATES: El argumento, entonces, siempre nos indi­ .
e1 mismo poder que "eI mas , y "eI menos". 112 En
ca que ellos no tienen fin y, dado que no tienen efecto, donde están, no dejan que haya una can­
fin, sin duda resulta que son completamente ili­ tidad determinada, sino que, al producir siempre
mitados. 111 en cada acción lo más fuerte que lo más suave, y
lo contrario, procuran "el más" y "el menos" y ha-
cen desaparecer la cantidad. 113 En efecto, como se
ítems que decimos que son fríos o calientes, en efecto, pueden ser
"indefinidamente" o "ilimitadamente" fríos o calientes. En su oh� dijo hace un momento, si no hicieran desaparecer
jeción a este tipo de enfoque Aristóteles distingue entre (i) ítems la cantidad, sino que dejaran que ella y la medida
que cuando alcanzan su fin desaparecen (el tipo de ítem al que se
refiere Platón en este pasaje) y (ii) otros que cuando alcanzan su ocurrieran en la sede del más y el menos, lo fuerte 24d
fin se completan o realizan (véase EN,X.4; Metafísica, IX.6). y lo suave, ellos mismos tendrían que marcharse
111 La elección de cualidades corpóreas como "más caliente"
o "más frío" es particularmente significativa: es difícil (o impo� de su propia región, en la que estaban. 114 Pues una
sible) concebir un límite de ese tipo de ítem porque algo es más vez que tomaran una cantidad [determinada] , ya
caliente o más frío siempre respecto de otra cosa. O sea, "el más"
y "el menos" no son algo determinado por sí mismo, sino que se no podrían ser "más caliente" ni ''más frío", por
determina en relación con otra cosa, esto es, la cosa respecto de cuanto lo "más caliente" y, de la misma manera,
la cual el objeto es más o menos caliente. Por eso los ítems más
calientes o más fríos "no permiten el logro de un fin", y en el mo­ lo "más frío" se desplazan permanentemente y
mento en que se alcance un fin, desaparecen. Pero si no alcanzan no permanecen, en tanto que la cantidad se de-
un fin, son ilimitados. Como trata de mostrar más tarde Aristó­
teles, probablemente pensando en este pasaje del Filebo u otros
similares, hay otro tipo de ítem que, al alcanzar su fin, alcanza
también su actualidad o realidad. Su propósito es, en verdad, 112 Se trata de "magnitudes intensivas", en las que lo deci­
mostrar que el placer -que Platón entiende como un proceso (gé­ sivo es el aspecto cualitativo, no el cuantitativo. Véase la nota
nesis, véase infra 53c-54a)- debe entenderse como una actualidad siguiente.
(véase EN, X.4). En efecto, según Platón, el placer siempre invo­ 11 3 El otro aspecto que es decisivo para entender los ejem­
lucra un proceso de devenir (en la medida en que siempre apunta plos y la explicación del género de lo ilimitado consiste en ad­
a otra cosa: Filebo, 15b5, 53d-54a), de donde se sigue que no hay vertir que, aunque nosotros intuitivamente asociamos "más" y
ser en absoluto de él (Filebo, 53c4-5). Como parte del argumen­ "menos" con la cantidad, Platón deja completamente claro que
to inicial dirigido a mostrar que el placer no puede identificarse no se trata de cantidades, sino de cualidades (24c3: ouk... posOn
con el bien, Sócrates establece para todo x, si x es el bien, x debe hékaston). Aunque uno intuitivamente tiende a pensar que la
cumplir con dos condiciones básicas: (i) debe ser algo perfecto, y cualidad es siempre cualidad de un individuo cuantitativamente
(ii) debe ser autosuficiente (ZOdl-4). Sin embargo, nada sujeto a determinado (un posOn hékaston), Platón parece estar pensando
generación es capaz de ser autosuficiente, pero se dio por sentado en "cualidad" (poiótes), más que en "cualificado" (poión), una dis­
que ser autosuficiente es al menos condición necesaria del bien tinción que se revela como importante, ya que esto último es un
(véase Filebo 20d; véase también 60c y 67a). Por consiguiente, si el individuo cuantitativamente determinadoy dotado de cualidad.
placer pertenece al dominio del devenir y si su propia naturaleza 114 El lenguaje de "sede" (hédra) y "región" (kh6ra) para refe­
se identifica con el devenir (que es en vista de otra cosa), se sigue rirse a lo ilimitado en 24dl-2 claramente evoca el lenguaje del
entonces que el placer no puede ser el bien. Timeo (52a8-b4).

208 209
tiene y deja de desplazarse. Según este argumen­ suave" y el "demasiado" y todo lo que sea de esta 25a
to, entonces, serían ilimitados "más caliente" y, a índole, hay que ponerlo en el género de lo ilimi­
la vez, su contrario. ns tado como en un solo [género], de acuerdo con el
PROTARCO: Al menos así parece, Sócrates; pero, como argumento que describíamos antes, si recuerdas:
24e dijiste, esto no es fácil de seguir. Tal vez, si se lo que, en la medida de lo posible, hay que indicar
dice una y otra vez, uno interrogando y el otro una naturaleza única reuniendo todo lo que está
siendo interrogado, se podría mostrar un acuerdo disperso y escindidoJI7
adecuado. 116 PROTARCO: Lo recuerdo.
SóCRATES: Tienes razón, intenta proceder así. Consi­ SócRATES: Pues bien, en cuanto a lo que no admi- c-"'k.
dera ahora, sin embargo, si admitiremos esto co­ te estas [características], sino todas las que son
mo señal de la naturaleza de lo ilimitado con el contrarias a ellas, primero, lo igual y la igualdad,
fin de no prolongar [el asunto] recorriendo todos después de lo igual lo doble y todo lo que respec-
los casos. to de un número sea un número o una medida
PROTARCO: iA qué señal te refieres? respecto de una medida, si calculamos todo esto 25b
SócRATBS : Todo lo que nos parezca que llega a ser en el límite, podría parecer que procedemos ade­
"más" y '1menos" y que admite "lo fuerte", "lo cuadamente. ¿O cómo dices tú ?ns
PROTARCO: Excelente, Sócrates.
11 5 Si simbolizamos "ilimitado" por I, "individuo cualifica­
SócRATES: Bien, iqué forma diremos que tiene el
.( JJ'/(..--- /
do" por x, "necesario" por N, "más" por Ma y "menos" por Me,
podemos expresar el '1Principio de lo Ilimitado" del siguiente tercer [género], el que constituye una mezcla de V \'-�
modo: (Vx) [si xes 1 N (M,xv M,x)]. O sea, no es posible que

estos dos?
! se dé el caso de que un ítem del mundo sea ilimitado y no impli­
i que un más o un menos; por eso, si un individuo cualificado x PRoTARCO: También tú, creo, me lo vas a mostrar.
es ilimitado, es necesario que x exhiba un más o un menos.
116 La pregunta y la respuesta correctas se constituyen co­ SócRATES : iSerá un dios [quien te lo diga] , si es que
mo una parte importante del procedimiento propio del deba­ alguno de ellos escucha mis ruegos! 119
te filosófico capaz de "lograr acuerdos" y de conservarlos. En
Crátilo, 390c el dialéctico es caracterizado como aquel que sabe
cómo preguntar y cómo responder (véase también República, 117 Véase 23e.
VI.487b3-5, donde la falta de experiencia en el preguntar y res­ 118 Las nociones de "igual", '¡doble", "medida", etc., deben
ponder hace que uno sea desviado. por el argumento). Sobre la referirse a objetos ya que son cantidades determinadas y, por lo
importancia de la coherencia y el acuerdo en el diálogo filo­ tanto, no son ejemplificaciones de lo ilimitado (véase supra nota al
sófico véase supra n. 5. Es cierto que a veces Platón recuerda pasaje 24c). Es decir, '(igual", "igualdad", "doble", etc., son deter­
(por boca de su vocero Sócrates) que sobre ciertas cosas es más minaciones que responden a una medida y, por ende, a un límite.
fácil preguntar que responder (véase República, l.336c4-5), pero 119 Se especula acerca del valor de esta invocación divina
el método dialéctico en su sentido de la técnica de preguntas que hace aquí Sócrates; Hackforth, (1945, p. 46, n. 1) argumenta
y respuestas exige no sólo que las preguntas estén bien formu­ que la sugerencia de inspiración divina parece querer declf que
ladas y que las respuestas sean correctas, sino también que el Platón es conciente de que está introduciendo algo nuevo al en­
que pregunta sea capaz de repreguntar correctamente ante una foque pitagórico. Mucho más acertada me parece la sugere� cia
respuesta incorrecta, de modo que el diálogo pueda progresar e de Migliori (1998, p. 153, y n. 40), según la cual la referencia a
ir anulando las respuestas falsas. la divinidad en esta línea debe verse como un signo genérico de

210 211
PROTARCO: Ruega entonces y examina. PROTARCO : ¿A cuál te refieres y cómo es?
SócRATES: Examino y me parece, Protarco, que uno SóCRATES: A la de lo igual y lo doble y a cualquiera
de ellos se ha vuelto ahora nuestro amigo. que haga cesar los opuestos que están en confl.ic-
25c PROTARCO: rnn qué sentido dices esto y de qué prue­ to entre sí y los haga conmensurados y armónicos 25e
ba te vales? al imponerles un número.
SócRATES: Te mostraré que es evidente, pero tú sígue­ PROTARCO : Entiendo; me parece, en efecto, que estás
me junto con el argumento. argumentando que, al mezclar estas cosas, resul­
PROTARCO: Solamente habla... ta en cada una de ellas cierto tipo de generacio- ,' ;
SócRATEs: Hace un momento decíamos que hay algo nes. 123
que es más caliente y más frío, foo? SócRATES : Tu parecer es correcto.
PROTARCO: Sí. PROTARCO : Sigue hablando, entonces...
SóCRATES: Agrégales entonces lo "más seco", lo "más SócRATES: ¿y no es acaso que la correcta asociación
húmedo", "más", "menos", "más rápido", "más
lento", "mayor" y "menor" y todo lo que antes mación "teníamos que haber reunido también en una unidad".
habíamos puesto en la naturaleza que admite el Varios comentadores (Hackforth, 1945, p. 47, n. 1; Waterfield,
1982, p. 75, n. 1) siguen a Badham (1878, p. 33, n. ad loe.),
más y el menos como en una unidad. quien sugiere que en tanto tenemos el límite que corresponde
25d PROTARCO: ¿Q_yieres decir la de lo ilimitado? a lo ilimitado, e "igual" y "doble" que corresponden a "más"
y "menos", "fuerte" y "suave", no hay nada que corresponda a
SóCRATES: Sí; además de esto, mezcla también en ella
"más húmedo" y "más seco" (véase 25a). Esto, sin embargo, no .
la familia de lo limitado.!'º explica por qué1ri.9-i se ha reunido en una unidad el género de l.
lo limitado. Es claro que el límite pone fin (o "limita") la opo­
PROTARCO: (Cuál?
sición mutua de los contrarios, haciéndolos conmensurables
SócRATES: La que hace un momento teníamos que y armonizándolos a través del número (véase 25e y Migliori,
1998, p. 155). Pero eso sigue sin explicarse por qué no se ha
haber reunido también en una unidad: tal como reducido a una unidad lo limitado. La sugerencia de Pradeau
[procedimosJ con la de lo ilimitado, así también (2002, p. 249, n. 69) de que no es posible visualizar los dos gé­
neros (el de lo ilimitado y el del límite) independientemente es
tendríamos que haber reunido la de lo que tiene importante para mostrar que el género de lo limitado también
el aspecto del límite. Pero quizá se llegará tam­ puede presentarse como una multiplicidad ("igual", "doble",
"número").
bién ahora a lo mismo si, al reunirse estas dos, 123 Ésta es la familia o clase "mixta", es decir, la que supone
también aquélla 121 va a hacerse manifiesta.!'' una intensidad precisa de una cualidad. El modo en el que Pla­
tón presenta el asunto describe una especie de in crescendo que va
desde lo más indetenninado (ápeiron) a lo más determinado (la
ayuda, una indicación de que se está por afrontar una cuestión clase o género mixto, tO meikt6n: 25b5) pasando, claro está, por
particularmente difícil. el límite (péras). Una temperatura (para seguir con el ejemplo de
120 "Familia" traduce génna, probablemente un sinónimo de Platón del "más" y el "menos", y del frío y el calor) es un ápeiron;
génos ("género"). una temperatura de 32° es un péras, y una temperatura de 32º
121 Es decir, la "familia" o género que tiene el aspecto de lo Fahrenheit o de Oº Celsius es lo mixto. Las generaciones que dice
limitado. Protarco resultan de la mezcla deben ser ese tipo de cualidades
122 Se discute sobre cuál es el significado preciso de la afir- determinadas (32° Fahrenheit, Oº Celsius).

212 213
de estas cosas en las enfermedades engendra la PROTARCO: i Claro que sí!
naturaleza de la salud?J24 SócRATES: Omito, por cierto, mencionar otros miles
26a PROTARCO: Sí, completamente. de cosas, tales como belleza y fuerza acompaña-
SócRATES: Y en lo agudo y lo grave, lo rápido y lo len­ das de salud y, a su vez, en las almas otras que son
to, que son ilimitados, ino son acaso esas mismas numerosísimas y completamente bellas. En efec-
cosas las que dan lugar a12s y, a la vez, producen to, bello Filebo, cuando esta diosa se dio cuenta
el límite y constituyen todo tipo de música del de la desmesura y completa perversidad de todas
modo más perfecto? las cosas, al no haber en ellas ningún límite de
PROTARCO, i Sí, excelente! placeres ni de saciedades, estableció la ley y el or­
SócRATES: Y al generarse en los fríos y los calores su­ den para que tuvieran un límite. 128 Y en tanto tú
prime lo que es excesivo e ilimitado y, a la vez, sostienes que las arruina, yo, por el contrario, di- 26c
produce medida y conmensuración,126 go que las conserva. i Qyé te parece a ti, Protarco?
PROTARCO : Por supuesto. PROTARCO: Sócrates, esto coincide completamente
SócRATES: Y cuando las cosas ilimitadas y las que po- con lo que pienso. 129
26b seen límite se mezclan conjuntamente, ide esas
cíclica regular de las estaciones y otros acontecimientos semejan­
cosas han nacido para nosotros las estaciones y tes describen la belleza del cosmos.
todas las cosas que son bellas?127 128 La ley y el orden son, claramente, signos de armonía y
límite (para la relevancia del problema de la ley en la discusión
r
del Filebo, véase ahora Lisi, 2010, quien pone énfasis en el hecho
\ 124 Se introduce aquí por primera vez en el diálogo la tesis de de que si se aborda el Filebo como "diálogo ético" en sentido mo­
, que el estado correcto o bueno de algo se determina en función derno, no se percibe la relevancia de la discusión como funda­
de una correcta proporción o límite, una idea cara a Platón y mento de la teoría política y se omite su tema central, a saber, !ª
decisiva en su tesis de que el bien es la armonía del alma (para un
' · relación del placer y de la inteligencia con el Bien). La referencia
pasaje paralelo, véase República, IV.444c�d, con los comentarios contiene una objeción implícita a Filebo, quien había identifi­
de Vegetti, 1998, pp. 39-40). La justicia platónica -a diferencia cado el placer con la diosa Afrodita al comienzo del diálogo
de la justicia convencional defendida por Glaucón en República, (véase 12b): si Afrodita es una diosa, no puede carecer de límite
II, que se aplica directamente a las acciones e indirectamente a o proporción; el placer, sin embargo, es ausencia de límite; por
las personas, como decir la verdad, hacer sacrificios a los dioses, tanto, el placer no puede identificarse con Afrodita.
cuidar a los padres- consiste en la no realización de acciones 129 Como es claro, en este momento del diálogo Protarco ya
como mentir, robar o asesinar, y se aplica directamente a las ha abandonado casi por completo su hedonismo burdo y, aun­
personas e indirectamente a las- acciones, y en tener un alma que a veces presenta objeciones a la tesis socrática, ya está d ispues­
armoniosa (véase República, IV.443d-444e, 485d ss., donde se en­ to desde hace un tiempo a conceder algunos aspectos bas1cos , . en
fatiza el hecho de que la condición para tener un alma justa se da contra del hedonismo. Para la discusión del personaje Protarco
a partir de la práctica de acciones justas). en el diálogo véase nuestra Introducción, sección 2. K.raut (1992,
125 Conservando engignoména en 26a3 (Burnet elimina la p. 26) es demasiado terminante cua?do sugiere q1:1e Sócrates g�­
palabra). na la discusión a un Protarco recalcitrante al comienzo que mas
126 En efecto, "medida y conmensuración" es una tempera­ tarde se convierte en un "yes-man", cuyo papel es buscar aclara­
tura de 15º Celsius, no sólo "temperatura". ciones. Mucho más matizada parece la opinión de Frede (1992,
127 Las estaciones, por describir ciclos regulares, también p. 432), quien cree que Protarco desempeña un papel activo al
pertenecen al grupo de "cosas bellas", que son tales, precisamen­ fin de la discusión. Probablemente, hay razones para pensar que
te, por ser armoniosas o proporcionadas. En efecto, la repetición Protarco es más que eso: como la misma Frede reconoce (1992,

214 215
SóCRATES: Si lo entiendes, entonces, sin duda ya he cer [género]", estableciéndolo como una unidad,
explicado estos tres [géneros]. a todo lo que [es como] un vástago de ellos, un
PROTARCO: Creo que te comprendo, pues me parece proceso de devenir hacia el ser producido por las
que al primero lo llamas "ilimitado", al segundo medidas producidas junto con el límite. 133
"límite" en las cosas existentes. Pero en cuanto al PROTARCO: Ya entendí.
tercero, no entiendo muy bien qué quieres mos­
trar. [El cuarto género: la causa de la mezcla]
SóCRATES: Admirable amigo, es que la multiplicidad de
la generación del tercero!30 te perturbó; por cierto SócRATES : Pero es claro que, además de los tres [gé- 26e
26d que lo ilimitado también suministró muchos gé- neros mencionados], estábamos diciendo que
neros pero, al darles la impronta con el género del teníamos que examinar un cuarto género. Pero
"más'' y su contrario, apareció como uno solo. 131 la investigación es conjunta; 134 fíjate, pues, si te pa-
PROTARCO: Es cierto.
133 O, de un modo más llano, un "llegar a ser". Prefiero, sin
SócRATES: Ciertamente, el límite no tenía muchos y embargo, mantener la versión más literal de modo de subrayar
no tuvimos que enfadarnos porque no era uno el hecho de que la generación (génesis) es un proceso de devenir
(que, por tanto, está llegando a ser y todavía no es) que va hacia
por naturaleza.!" el ser o realidad (eis ousían). O sea, el tercer género es la mezcla
PROTARCO: iCómo habríamos de enfadarnos? del límite y lo ilimitado que, aunque doble en sus elementos, es
una desde el punto de vista de la nueva realidad que constituye.
SócRATES: De ninguna manera; di que yo llamo "ter- Como se ve en este pasaje, el límite parece tener un carácter
activo y operar sobre lo ilimitado (que, al parecer, tiene un ca­
rácter pasivo); la acción del límite sobre lo ilimitado tiene como
p. 442), hay pasajes (como Filebo, 36c) en los que Protarco ofrece resultado la imposición de una cierta medida o determinación,
una tenaz resistencia a las afirmaciones de Sócrates. esto es, produce la cantidad determinada que lo ilimitado era
130 O de un modo más llano 'ila abundancia del tercer género". incapaz de producir por sí mismo (véase supra 24c-d), dando así
13 1 Los "muchos géneros" son todas las múltiples expresio� lugar a la mezcla. Es claro que la determinación de lo ilimitado
nes de lo ilimitado (caliente, frío, suave, fuerte, etc.). Pero esos que hace el límite (esto es, la imposición de la medida con el
múltiples casos de lo ilimitado se subordinan, por así decir, al límite) se produce gracias a la mediación de la causa, el cuarto
género de lo ilimitado como si se tratara de un solo género (véase género, de manera que lo que en realidad posee carácter activo
25a). Lo ilimitado (ápeiron) suministra muchos géneros, pero, al es la causa que ordena los géneros ilimitado-límite de manera tal
darles la impronta del "más", aparece como uno. Es decir, dentro de dar lugar a una mezcla correcta. El límite entonces no es el
del tercer género, que es una mezcla de ilimitado y límite, el factor activo en sentido estricto, sino más bien el ingrediente de
"más" (en "más caliente", por ejemplo) y el "menos" ("menos la mezcla del cual se vale la causa para determinar lo ilimitado y
caliente") ya introduce una limitación. dar lugar así a una verdadera mezcla.
132 Aunque es cierto que el género de lo limitado no tenía 134 La tesis de que la investigación filosófica es una tarea
la enorme cantidad de escisiones que se observaba en el de lo conjunta es un tema caro a Platón desde sus primeros diálogos,
ilimitado, no es menos cierto que el límite también alberga una y un enfoque al que nunca renuncia (véase a modo de ejemplo,
cierta multiplicidad (igual, igualdad, doble; en efecto, si es más Crit6n, 46d, 48d; Cármides, 158d, Protágoras, 330b; Teeteto, !Sle;
de uno,.ya es múltiJ?le). El límite "no tiene muchos géneros" por­ Sofista, 2!8b etpassim). Es por eso que para que el diálogo filo­
que, al imponer la impronta de la cantidad, también determina sófico progrese, Sócrates, que es quien generalmente hace las
lo indeterminado. El giro "porque no era uno por naturaleza" preguntas, debe tener siempre al menos un interlocutor dispues­
debe conectarse con el pasaje 25d. to a colaborar en la discusión, esto es, a responder a lo que se

216 217
rece que todas las cosas que se generan tienen que PROTARCO: Sí, está bien dicho.
generarse debido a una causa. 135 SócRATES: Lo que recibe la acción y lo que es genera- 27a
PROTARCO: Sí, me parece, ¿pues cómo podría [algo] do, tal como en el caso reciente, encontraremos
generase sin ella? que no se diferencian más que en el nombre, foo?
SócRATES: ¿y no es cierto que la naturaleza del agente PROTARCO: Así es.
no se diferencia en nada más que en el nombre SócRATES: Entonces, foo es acaso que el agente siem­
de la causa, y estaría bien decir que el agente y la pre pr,c.-,de s�gún naturaleza y que lo que recibe
r'
e \U
'ti causa son una sola cosa? tJ6 la acción, en cam&íO; por ser generado, lo sigue ? 137
PROTARCO: Sí, desde luego.
pregunta diciendo lo que verdaderamente cree y a ser capaz de
cambiar de posición si su tesis es refutada (véase Gorgias, 495a8-
SócRATES: Por consiguiente, la causa y lo que está
9). Ese papel lo desempaña Protarco en el Filebo, sin importar sometido a la causa para su generación son algo
que en nuestro diálogo el método de la refutación se restrinja a
la primera parte (véase nuestra Introducción, sección 2).
diferente y no son lo mismo. 138
135 Véase Banquete, 205b; Timeo, 28a4-6. Véase también Crá­ PROTARCO: ¿y qué más?
tilo, 413a3-4: "aquello en virtud de lo cual [algo] se genera (o SócRATES: ¿No es cierto que las cosas que se generan
"sucede": gígnetaz) es la causa". La proyección e importancia que
esta tesis tuvo en la filosofía griega posterior difícilmente puede
exagerarse. En efecto, esta caracterización tiene una coinciden­
cia sorprendente con lo que encontramos en las fuentes del es­ en u� sentido muy general de '(causa" que incluye la causalidad
toicismo antiguo acerca de la definición más general de causa. paradigmática y la final. De hecho'. como p�ede verse en l?s
En un pasaje de Estobeo (Extractos, l.138.23, ed. Wachsmuth = pasajes platónicos que he citado :i: mi nota �,Fz�ebo, 27bl, Platon
SVF, II.336) se atribuye a Crisipo la afirmación de que "causa es indica explícitamente que la act1v1dad dem1urg1ca conteml?la lo
el 'por lo cual ' (di'ho) algo sucede; por ejemplo por la prudencia que Damascio entiende por causa ejemplar o final (el dem1urgo
sucede el 'ser prudente', por el alma el 'estar vivo' y por la sensa­ platónico opera contemplando las Formas, que claramente son
tez el 'ser sensato'". Clemente, en una doxografía de tono estoi­ causas ejemplares o finales; véase Timeo, 28a6-8). .
cizante, dice que "causa", "agente" y "por lo cual" son lo mismo 137 Uno podría entender aquí que la causa, en la medida
(Misceláneas, VIII.9.27.3 SVF, ll.347). Por último, Sexto Empí­
= en que es el ingrediente explicativo de una co.sa o un estado
rico (Esbozospirr6nicos, 111.14), en el contexto de una exposición de cosas' posee una anterioridad lógico-ontológica respecto del
crítica sobre doctrinas estoicas y otros dogmáticos, agrega que efecto o resultado de la acción causal (esto explica el kataphY­
causa es "aquello por lo cual, en virtud de su naturaleza activa, se sin de 27a5). En este tipo de pasajes puede verse adelantada la
produce el efecto; por ejemplo, el sol o el calor del sol es causa de distinción aristotélica entre "primero para nosotros" y "primero
que se derrita la cera o del derretimiento de la cera". En el texto en sentido absoluto o por naturaleza" (véase Física, 184a16-22;
de Sexto se agrega un nuevo elemento a la consideración de la Analíticos primeros, 68b35-36; Analíticos posteriores, 71b33-72a� ;
causa: además de ser un -"por lo cual", la causa debe ser algo ac­ también 7lb29-30 : "Es preciso que las causas sean no sólo ma,s
tivo y poseer una naturaleza activa, un ingrediente que también cognoscibles, sino también anteriores"). Al comentar estas .li�
es adelantado por Platón en el pasaje que sigue (26e6-7): causa neas Damascio explica que "en efecto, lo que mueve es antenor
(aitía) y agente (poioún) son Jo mismo; solamente se diferencian a lo movido, pues esto último aún se está generar_ido (étigígnetaz),
en el nombre. en tanto que aquello preexiste" (Comentario a!Filebo, 115).
136 Damascio (en su Comentario a!Filebo, 114) se pregunta en 138 Es probable que la expresión "lo q1:1e está sometid':' a la
qué sentido puede decirse que el agente (tOpoioún) es lo mismo causa" (tO doleúon... aitíai) sea una forma diferente de re�e,nrse .ª
que la causa, "pues lo activo (tOpoietikón, o 'lo eficiente') se opo­ la "concausa" (véase Fedón, 99b; Timeo, 46c, 68d; tamb1en M1-
ne a lo paradigmático y a lo final". Es manifiesto que Damascio gliori, 1998, p. 162; Pradeau, 2002, p. 253, n. 77), pero de un
piensa que "agente" o "activo" debe únicamente reservarse para modo más general puede estar hacier;i.do referencia a aquello que
Ja causa motriz o eficiente, pero Platón puede estar pensando para existir o ser lo que es depende siempre de una causa.

218 219
y aquellas a partir de las cuales todas se generan mos llegado hasta este punto? iAcaso no era lo
nos proveyeron de tres géneros? siguiente? Estábamos buscando si el segundo
PROTARCO: Sí, con mucho. premio sería del placer o de la sabiduría; ino
27b SócRATES: Pero, claro está, (aquello que es el artífi­ era así?
ce de todas estas cosas, 139 la causa, lo llamamos PROTARCo: Sí, así era.
"cuarto [género]" por cuanto se ha mostrado co­ SóCRATES: Ahora bien, después de que hemos hecho
mo algo diferente de aquéllos? estas distinciones de esta manera, (acaso no es­
PROTARCO: Sí, sin duda es diferente. taremos ahora tal vez en condiciones de tomar
SóCRATES: Es, por cierto, correcto enumerarlos su­ una decisión mejor sobre el primero y el segundo
cesivamente de uno en uno con el propósito de premio en relación con lo que antes objetamos?
recordarlos, por cuanto se han distinguido los PROTARCO: Tal vez...
cuatro [génerosJ. SócRATES: Adelante entonces: establecimos como 27d
PROTARCO: Sí, por supuesto. vencedor al estilo de vida mixto de placer y de
SócRATEs: Pues bien, digo primero "ilimitado", se­ sabiduría; iera así?
gundo "límite", luego, en tercer lugar, derivado PROTARCO: Sí, lo era.
de ellos, un ser mezclado y generado a partir de SócRATES: iNo es cierto que tenemos que ver cuál es
27c ellos.14º Si llamo "cuarta" a la causa de la mezcla y a qué género [pertenece] este estilo de vida?
y de la generación, llio podría estar equivocado PROTARCO: Sí, desde luego.
en algo? SócRATES: Diremos que dicho estilo de vida, creo,
PROTARCO: iEn qué sentido? es parte del tercer género. 141 Aquel [género], en
efecto, es mixto142 no sólo de los otros dos, sino
[La vida mixta como elmejor estilo de vida] también de absolutamente todos los que son ili­
mitados y que están amarrados por el límite, de
SócRATES: Vamos pues, después de esto, (cuál será manera tal que este estilo de vida, el vencedor,
nuestro argumento y con qué intenciones he- correctamente llegará a ser parte de aquél. 143

l3� Es decir, como causa de la mezcla y, por ende, de la ge­ 141 Es decir, la mezcla de ilimitado y límite.
nerac1on, (en el contexto es claro que "todas estas cosas" -pánta 142 Leyendo miktOs ekeínos en 27d8 con Burnet. Es interesante
taúta- son lo ilimitado, el límite y la mezcla). Con el giro 'iel ar­ y, en cierto modo, sorprendente, que el mejor estilo de vida coin­
�ífice" !nterpreto el griego tO demiourgoún, una expresión que de cida con un género que, desde el punto de vista ontológico, parece
inmediato evoca el poder causal del demiurgo en Ti'meo, 28a4- inferior al límite (en la medida en que es un compuesto). Ese es,
bl, 29a3, 41a7-b6, 68el-69a5. Véase también República, X.596b. sin embargo, el caso, pues la inteligencia (que coincide con la cau­
14º Como antes (en 26d8), la mezcla de límite e ilimitado es sa de la mezcla, véase 31a) no satisface (como por cierto tampoco
una "generación hacia el ser"; ahora las cosas que derivan de la el placer) los requisitos del bien, razón por la cual debe descartarse
mezcla de límite e ilimitado se caracterizan como "un ser mixto como un candidato apropiado a ser identificado con el bien.
y generado". 143 Es decir, del tercer género (la mezcla).

220 221
PROTARCO: Sí, completamente correcto. que examinar alguna otra cosa que la naturaleza
27e SóCRATEs: Bien; iy qué sucede con tu [estilo de vida], de lo ilimitado, la cual provee una parte de bien a
Filebo, que era placentero y sin mezcla? iEn qué los placeres. Concedámoste que estos dos perte­
genero de los ya mencionados se podría decir con necen al género de las cosas ilimitadas. iEn cuál
corrección que se encuentra? Respóndeme a esto de los [géneros] antes mencionados podríamos
antes de exponerlo. poner ahora a "sabiduría", "conocimiento" e "in­
FILEBO: Solamente sigue hablando... telecto" sin cometer una impiedad? Pues no me
�"-·---,. ----·--·---"--�--�---- --·- -

SócRATES: iPlacery dolor tienen un límite o se encuen­ parece que sea insignificante el riesgo para noso-
tran entre lo que admite "el más" y "el menos"? tros si respondemos correcta o incorrectamente
FILEBO: Sí, Sócrates, entre lo que [admite] "el más", en relación con lo que ahora se pregunta.
pues el placer no sería la totalidad del bien si no FILEBO: Sócrates, iestás exaltando a tu propio dios!I46 28b
fuese ilimitado por naturaleza, tanto en cantidad SócRATES: iSí amigo, y tú a tu propia diosa!I'' No
como en intensidad. 144 obstante, tenemos que responder a lo que se pre­
SócRATES: Filebo, tampoco el dolor sería la totalidad gunta.
28a del mal, 145 de modo tal que nosotros dos tenemos PROTARCO: Filebo, Sócrates tiene razón y debemos
hacerle caso.
144 Filebo sólo concede que el placer se encuentra entre lo que FILEBO: Protarco, ino habías elegido hablar tú en mi
admite "el más"; el supuesto parece ser que cuanto más placer ha­
ya, también habrá más bien, de donde no tendría sentido admitir
lugar?
"el menos" en el caso del placer. Pero si éste es efectivamente el PROTARCO: Sí, por supuesto, pero ahora me encuentro
modo en el que Filebo piensa el asunto, es obvio que no com­
prende del todo el núcleo del argumento de Sócrates, que alinea
casi perplejoI48 y preciso que tú mismo, Sócrates,
el placer con lo ilimitado, lo cual, a su vez, puede serlo en el senti­
do del más o del menos. En efecto, la noción de ilimitado puede 146 El dios Apolo, signo de mesura y control.
alinearse tanto del lado del "más" como del lado del "menos". 147 Es decir a la diosa Placer, esto es, Afrodita (véase supra
145 Esta consecuencia, aunque Filebo no lo advierte, no es 12b-c). Claramente el contraste es entre Apolo (mesura y límite
para nada trivial: hay ítems que aunque en lo inmediato parecen y, por ende,phr6nesis) y Afrodita (placer, falta de límite y descon­
males, en el mediano o largo plazo pueden resultar ser bienes. trol, al menos en la interpretación que de la diosa hace Filebo;
Sobre esta importante tesis platónica respecto de la relación como vimos arriba -véase 26b y nota ad loe.-, Sócrates rechaza
dolor-bien véase Gorgias, 478b-c y Protágoras, 354a-c (con mis esa interpretación).
comentarios en Boeri, 2004 y 2007a, cap. 1). Ver también Gor­ 148 Como en otros diálogos de Platón (véase República,
gias, 495a2-4, donde el personaje Sócrates sugiere que si hay algo ll.358c, y Teeteto, !45d-e, 149a-15la y, en particular, 174c-d, don·
placentero que no es bueno (porque puede involucrar una con­ de se describe el estado de perplejidad de Tales), el estado de
secuencia dolorosa, por ejemplo), entonces el placer no es el bien perplejidad declarado por Protarco es una clara señal de que
sin más. Esta sugerencia se sigue del "argumento del prostituto" está experimentando el estado de ánimo propio del filósofo.
(véanse Gorgias, 494e y la sección 1 de la Introducción), que aun­ La relevancia de la aporía, esto es, el estado de perplejidad que
que probablemente es ad hominem, tiene un efecto importante experimenta un sujeto que se encuentra en el camino de la in­
y sigue la lógica del argumento general: quien sostiene que úni­ vestigación filosófica, y su función en el examen filosófico es un
camente son felices los que gozan, sin importar cómo lo hagan, tema crucial del modo platónico de hacer filosofía. El mensaje
deben hacerse cargo de las consecuencias de dicha afirmación de Platón parece ser que si uno es incapaz de experimentar el
(tan categórica y poco matizada). peculiar estado de perplejidad que el filósofo experimenta, no

222 223
te conviertas en nuestro intérprete para que no­ SócRATES: Desde luego que es fácil, pues todos los
sotros no nos equivoquemos en relación con tu sabios, exaltándose realmente a sí mismos, están
competidor y digamos algo fuera de tono. de acuerdo en que el intelecto es para nosotros
el rey del cielo y la tierra,1so y tal vez se expresan
[Teleología cósmicay el intelecto ordenador, "rry del cielo correctamente. Pero si quieres, hagamos una in­
y la tierra"] vestigación más amplia del mismo género.
PROTARCO: Habla como quieras, Sócrates, sin tener 28d
28c SócRATES: Tengo que hacerte caso, Protarco, ya que en cuenta a causa de nosotros la extensión [de tu
no estás ordenando nada difícil. Pero, en reali­ discurso], por cuanto no me irritaré.
dad, como dijo Filebo, te turbé cuando, haciendo SócRATES: Te expresaste bien; comencemos por pre­
una exaltación en broma, te preguntaba a qué ge­ guntar, en cierto modo, lo siguiente.
nero pertenecían el intelecto y el conocimiento. PROTARCO: ¿oe qué modo?
PROTARCO: Sí, Sócrates, completamente, 149 SócRATES: ¿Es que acaso sostenemos, Protarco, que
absolutamente todas las cosas y esto llamado
puede filosofar en absoluto. Ese estado de perplejidad es un esta­ "universo" lo administra el poder de lo irracional
do de ánimo, una actitud hacia los otros, hacia el mundo y hacia
uno mismo. El estado de aporía, si se lo considera de un modo y del azar, es decir, lo que se da al azar1s1 o, por el
no crítico, parece ser estupidez y es ridiculizado por la mayor
parte de la gente (como ocurre con el episodio de Tales que Pla­ candidatos razonablemente aceptables como para ser tenidos
tón relata en el Teeteto, en el célebre pasaje de la digresión sobre en cuenta en la posible identificación con el bien. Pero, natu­
la retórica y la filosofía). Pero la aporía, en la medida en que ralmente, el tono es, al menos en parte, bastante solemne pues
involucra duda acerca de uno mismo y acerca de la capacidad Sócrates muestra preocupación por no decir una blasfemia en
que uno tiene para conocer algo, permite que uno evite pensar la inclusión que se haga de tales candidatos a un género deter­
en tener conocimiento respecto de asuntos de los que uno es minado, y así lo entienden tanto Filebo como Protarco. Otra
ignorante. No es un punto menor ser consciente de la propia cosa es que esa solemnidad sea tomada con preocupación por
fragilidad cognitiva respecto de lo que uno supone saber (ésta es los interlocutores de Sócrates: Protarco, al reconocer que ha si­
la actitud en que consiste la aporía respecto de uno mismo) así do completamente turbado (27c5) por el comentario, toma en
como ser conciente del grado de falta de certeza que rodea la vi­ serio la solemnidad con que plantea el asunto Sócrates. Filebo,
da humana en general (ésta es la aporía en cuanto a los otros y el en cambio, no se siente afectado en nada por la observación de
mundo; en el pasaje del Fi!ebo que nos ocupa la perplejidad que Sócrates pues la divinidad que se encuentra en el trasfondo del
Protarco experimenta está asociada a la conciencia de su propia comentario socrático no es reconocida como tal por él.
ignorancia y al claro abandono de.su seguridad inicial respecto 150 Entre esos sabios se cuenta, muy probablemente, Anaxá­
de la identificación del placer con el bien). goras, cuya tesis del intelecto como causa ordenadora cósmica es
149 La respuesta de Protarco muestra que en el calor de la celebrada ya en Fedón, 97b8-c2 (véase también Fedro, 270a).
conversación la exaltación de Sócrates no fue tan "en broma". 151 Probable referencia a los atomistas Leucipo y Demócrito
Sin duda, en 28a el tono es completamente solemne (ouk an aseN (véase Demócrito, 68 B 167, DK). La cosmología de Leucipo está
boímen); así lo entiende también Filebo cuando advierte que Só­ explicada en detalle en Diógenes Laercio, IX.30 (67 Al DK).
crates está "exaltando" o "celebrando" al dios Apolo. Creo que A Leucipo en particular se le atribuye la tesis de que todo se
puede tratarse de uno de esos giros en los que Platón introduce produce "por razón y por necesidad" (véase 67 B 2 DK), pero
ingredientes serios o "semiserios" para mostrar que, más allá de esa "razón" no parece tener mucho que ver con el plan racional
todos los chistes que sobre el asunto que se está discutiendo puN que opera teleológicamente en la producción del mundo (véase
dieran hacerse, la sabiduría, el intelecto y el conocimiento son también Demócrito, 68 A 66: "todo deriva del azar").

224 225
contrario, como argumentaban los que nos pre­ [ElAlma del Mundo]
cedieron, lo pilotean el intelecto y una admirable
sabiduría que lo pone en orden? 1 52 SócRATES: Vemos, en cierto modo, que las cosas que
28e PROTARco: Asombroso Sócrates, nada de eso, pues lo se dan en relación con la naturaleza de los cuer­
que tú estás diciendo ahora no me parece que sea pos de todos los seres vivos -fuego, agua, aire e
piadoso, sino que sostener que el intelecto lo or­ incluso "itierra!", como dicen los que están en
ganiza todo cósmicamente es digno de la visión medio de una tempestad-155 entran en su cons­
[que tenemos] del cosmos, 153 del sol, de la luna, titución.
de las estrellas y de toda la revolución [del cielo] PRoTARCO: Sí, y mucho, pues realmente estamos en 29b
y, al menos yo, jamás podría decirlo de otro mo­ medio de una tempestad a causa de nuestra per­
do ni tener otra creencia. plejidad en los presentes argumentos.
SócRATES: ¿Quieres entonces que también nosotros SócRATES: Vamos pues, toma lo siguiente respecto de
29a estemos de acuerdo con algo reconocido por los cada una de las cosas que hay en nosotros.
que nos precedieron, a saber, que esto es así, y que PROTARCO: ¿Qyé?
creamos que no sólo hay que mencionar las [tesis] SócRATES: Qye cada una de estas cosas se encuentra .
ajenas sin correr un riesgo, sino que además debe­ presente en nosotros en pequeña e insignifican­
mos compartir el riesgo y participar de la censura te medida y que, en ninguna parte ni de ningún
"
cuando una persona hábil154 afirme que eso no es modo, e'.s pura 156 y que no está dotada de una po-
.• .. . "

así, sino que es de un modo desordenado? tencia digna de su naturaleza. Una vez que lo ha­
PROTARCO: ¿¡Cómo no habría de quererlo!? yas captado en una, piensa lo mismo respecto de
SóCRATES: Vamos entonces, considera el argumento todas; por ejemplo, en cierto modo hay en noso­
que viene en nuestro auxilio. tros fuego, y también...lo hay en el universo.
. --�-o-" _,._____,__" °'""""-•••••- '" '"'"· · - - , , , •

PROTARCO: iTan sólo exponlo !


155 Sócrates, como es habitual, no deja de hacer chistes en
medio de una discusión seria (véase antes en 23b cuando bromea
respecto de la posibilidad de "causar un dolor al placer"). En este
caso se refiere a la exclamación habitual del vigía de un barco en
medio de una tormenta cuando grita "itierra!", aunque, como es
152 Nueva referencia a Anaxágoras (véase B 12, DK). Véase obvio, se refiere a la tierra como uno de los elementos a partir de
también Platón, Sofista, 265cl-9 y leyes, X. los cuales se constituye el mundo físico. El chiste se justifica por�
153 La referencia es, claramente, a Anaxágoras (véase Fedón, que la dificultad en que se encuentran los interlocutores puede
97b8-c6). entenderse como una verdadera tempestad.
154 AnCr deinós es una expresión relativamente habitual en 156 "Pura": eilikrinés. En algunos diálogos del período medio,
Platón para referirse a los sofistas en general (véase Platón, Protá­ es uno de los calificativos de las Formas (véase Banquete, 211d8;
goras, 341a9). En el caso de los sofistas "terrible" (dein6s) se usa en véase también Fed6n, 66a-67a, donde la "pureza" del pensamien­
el sentido de '(hábil" o "diestro" en el hablar (ver Platón, Apolo­ to o del alma que no está contaminada por el cuerpo es candi�
gía, 17bl-4; Protágoras, 312d7-9; Men6n, 95c4; Banquete, 198c4). ción del acceso al dominio eidético; véase República, V.478e).

226 227
PROTARCO: Sí, por cierto. en los seres vivos, y de la que está en el universo,
29c SóCRATES: Entonces, lo que está en nosotros es algo corno sobre todas las demás cosas que te pregun"
pequeño, débil e insignificante, en tanto que lo té poco antes. ¿Vas a responder así?
que está en el universo es admirable debido a su PROTARco: ¿Q!¡ién, si efectivamente responde de otra
cantidad, belleza y por la potencia que hay res" manera, podría parecer que se encuentra en su
pecto del fuego.Js7 sano juicio?
PROTARCO: Lo que dices es completamente cierto. SócRATES: Prácticamente nadie; pero sigue a conti"
SóCRATES: ¿y qué? rns el fuego del universo alirnen" nuación lo que viene después de esto: en efecto,
tado por el fuego que está en nosotros, es gene" nosotros, después de ver todas estas cosas que se
rado y acrecentado por él o, por el contrario, el acaban de mencionar y que se constituyen en una
mío, el tuyo y el de los demás seres vivos tienen unidad, facaso no las llamarnos "cuerpo;;?,
esto por obra de aquél? PROTARCO: ¿y qué?
PROTARCO: iEsto que preguntas ni siquiera es digno SócRATES: Entiende entonces lo mismo también res" 29e
de una respuesta!lSS pecto de esto que llamarnos "cosmos", pues, al
29d SócRATES: Correcto; en efecto, vas a decir lo mismo, estar compuesto de las mismas cosas, será, poco
creo, tanto respecto de la tierra de aquí, que está más o menos, igualmente!" un cuerpo. 16º
PROTARCO: Lo que dices es completamente correcto.
157 Como se aclara enseguida (véase 30a), la prioridad y
dígnidad del todo respecto de la parte no se debe únicamente SócRATES: Entonces, ¿es de este cuerpo que nues"
a aspectos de tipo cuantitativo (como parece seguirse de estas tro cuerpo por completo se alimenta o es de
líneas), sino también a aspectos cualitativos que posicionan al
cosmos o al universo en un nivel superior respecto de las partes. nuestro cuerpo que aquél se alimenta, y ha ad­
El argumento del todo y de la parte puede generar ciertas dudas quirido y posee cuanto dijimos de ellos hace un
(en efecto, no siempre es clara la facilidad con que Platón pasa
del todo a las partes y de las partes al todo); pero para darle el momento?
beneficio de la duda a Platón no hay que olvidar que, como se
hace manifiesto enseguida, una premisa básica de su explicación 159 Sin leer el dia en 29e2.
es que el cosmos es un ser vivo (por eso está dotado de ahna), de 160 Esta sección del texto parece adelantar, de un modo bas­
manera que lo que sucede en las partes no puede entenderse si tante significativo, el problema de la homonimia del cuerpo en
no es en relación con el todo (como ocurre habitualmente con el Sobre el alma, de Aristóteles: un cuerpo puede entenderse de
cualquier organismo vivo). Me parece que en este pasaje del Fi­ diferentes maneras, pero es un cuerpo (natural y orgánico, se
lebo, de manera inequívoca Platón enfatiza que el universo es el entiende) en sentido estricto el que está dotado de alma, porque ·

punto de referencia respecto del cual las partes adquieren su va­ para funcionar como un cuerpo (esto es, como un cuerpo con
lor y realidad (véase también Timeo, 90bl-d7). La relevancia que funciones orgánicas y vitales) necesita de un alma (412a19-22).
esta idea tuvo en la filosofía griega posterior (particularmente en Aunque en el pasaje no se lo dice explícitamente, debe enten�er­
los estoicos y en su tesis de una ética cosmológica) difícilmente se que se trata de un cuerpo orgánico con funciones vitales bien
puede ser exagerada. definidas, pues antes ya se ha dicho que de lo que se va a hablar
158 La respuesta que se omite es, claramente, que es el fuego es de lo que se refiere a "la naturaleza de los cuerpos de todos
más poderoso el que alimenta y genera al menos poderoso; esto los seres vivos" (peri ten tón somdton phúsin hapdnton tón zóion,
se sigue de acuerdo con la lógica del argumento y ya en este pun­ 29a9-10; véase también 30a donde ya se aclara que el cuerpo del
to del debate no requiere de mayor prueba. universo debe ser animado).

228 229
PROTARCO: Tampoco esto, Sócrates, es digno de una [géneros] -que además son bellos y puros- y en
pregunta. las partes más importantes, en ellos no hubiera
30a SócRATES: ¿y qué, acaso esto [otro] será digno [de ideado la naturaleza de las cosas más nobles y. va­
una pregunta] ? i O qué vas a decir? liosasJ64
PROTARCO: Di a qué te refieres... PROTARCO: No, eso no podría tener sentido de ningu- 30c
SóCRATES: iAcaso no sostendremos que nuestro cuer- na manera.
1 '·. po tiene un alma? SócRATES: Entonces, si eso carece de sentido, podría­
\) PROTARCO: iEs obvio que lo sostendremos! mos decir mejor, siguiendo aquel otro argumen­
SóCRATES: ¿y de dónde la tomó, querido Protarco, si, to, lo que con frecuencia ya hemos dicho: no
en realidad, el cuerpo del universo no fuese, por sólo que en el universo hay mucho ilimitado y
causalidad, animado y tuviese las mismas [cua­ suficiente límite, sino también que en ellos hay
lidades] que éste e incluso más nobles en todo una cierta causa, no insignificante, que ordena
sentido ? 161
164 El pasaje es difícil y ha habido diferentes lecturas e in­
PROTARCO: Sócrates, es manifiesto que no [la tomó] terpretaciones; una lectura plausible del argumento puede ser
de ninguna otra parte. la siguiente: (i) si la causa constituye una sabiduría completa y
diversa -por proveer al cuerpo humano de un alma e infundirle
SócRATES: En cierto modo al menos, no creemos, todas las previsiones para mantenerlo sano (entrenamiento cor­
Protarco, que, en cuanto a aquellos cuatro [géne­ poral. medicina)- y (ii) si en el cielo en su conjunto se dan los t
ros] -límite, ilimitado, lo que es común [a ellos) 162 cuatro géneros, entonces, (iii) la causa tiene que "haber ideado"
(memechanisthai) la naturaleza de las cosas más nobles y valiosas.
30b y el género de la causa, que está presente como O sea, no se invoca a la causa como '1una sabiduría completa y
diversa" (pdsan kai pantoían sophían) por el mero hecho de pro­
cuarto en todas las cosas-, este [último) , 163 que su­ veer al cuerpo de los recursos para mantenerse sano, sino más
ministra un alma a nuestros [cuerpos] e infunde bien por el hecho de que, gracias a su alma, es capaz de planear
o proyectar la naturaleza de lo más noble y valioso. El argumen­
el entrenamiento corporal y la medicina para el to parece tratar de enfatizar, una vez más, la distinción micro­
cuerpo cuando éste está sufriendo, y en otros ca­ macrocosmos; esto cuadra perfectamente bien con la lógica del
argumento que comienza un poco antes (en 30a), donde Sócra­
sos compone y restaura otras cosas, se invoque tes enfatiza que si el cuerpo del universo tiene un alma, nuestro
como una sabiduría completa y diversa, y que, cuerpo -que es una partícula del universo- también debe tenerla
y la debe haber tomado del universo. La perfección de la natura­
si en el cielo en su conjunto se dan esos mismos leza corpórea es un efecto de las tnismas causas que producen la
perfección cósmica: la inteligencia (que, como recuerda Platón
161 O sea, si nuestro cuerpo, que es una ejemplificación insig­ enseguida al final de 30c, no se da sin un alma; véase Pradeau,
nificante del todo cósmico, que también es un cuerpo, tiene alma, 2002, pp. 256-7, n. 100). El verbo memekhanésthai literalmente
el cuerpo del cosmos también deberá tenerla. Véase Timeo, 28b3- significa "maquinar" o "tramar", es decir, describe la actividad
8, donde Platón argumenta que si el. cosmos ha sido generado, de un ser inteligente que planea un curso de acción, aunque no
deberá ser visible, tangible y deberá tener un cuerpo. Para la tesis se trata de lo que trama un ser malévolo sino, por el contrario, el
de que el cuerpo del cosmos tiene alma véase Timeo, 30b4-cl. más benévolo de todos. Como sugiere Hampton (1990, p. 116,
162 Es decir, la mezcla, que en el plano de los tipos de vida n. 65, siguiendo a Hackforth), es probable que la expresión '1la
corresponde a la vida mixta. naturaleza de las cosas más nobles y valiosas" esté haciendo refe­
163 Entiendo que toúto en 30bl retoma "el género de la causa". rencia al Alma del Mundo.

230 231
y coordina los años, las estaciones y los meses, PRoTARCo: Así es, en efecto.
causa que con toda justicia se podría denominar SócRATEs: Pero al menos le ha proporcionado una
"sabiduría" e "inteligencia". 165 respuesta a mi investigación: que la inteligencia / · t ·

PROTARCo: Claramente, con toda justicia. pertenece al género que se ha llamado "causa de 30e
SócRATES: Por cierto que sabiduría e inteligencia sin todas las cosas";I69 pero ése era uno de nuestros' ·
alma jamás podrían existir. 166 cuatro géneros.110 Sin duda, pues, ya tienes ahora
PROTARCo : iDesde luego que no! nuestra respuesta.
30d SócRATES: Entonces dirás que en la naturaleza de PRoTARCo: Sí, la tengo y de un modo completamente
Zeus, por el poder de la causa, surge un alma re­ suficiente, aunque por cierto no me di cuenta de
gia y un intelecto regio, y en los demás [dioses] que estabas preguntando.
otras cosas nobles, según las cuales a cada uno de SócRATES: Una broma, Protarco, en ocasiones da lu­
ellos le agrada ser llamado. 167 gar a una pausa de la seriedad. 171
PRoTARCo : Sí, mucho. PROTARCO: iBien dicho!
SócRArns: Q;ie no parezca para nada, Protarco, que SócRATES: Ahora, a no dudarlo, mi querido amigo, 31a
nosotros hemos discutido este argumento en prácticamente hemos demostrado de manera su­
vano, sino que es aliado de aquellos que antaño ficiente a qué género pertenece [la inteligencia] y
revelaron que la inteligencia siempre gobierna el qué poder ha adquirido.
universo. 168 PRoTARco: Por supuesto que sí.
SócRATES: Y desde luego que, del mismo modo, el
165 Los años, las estaciones, los meses son movimientos que género del placer se aclaró hace tiempo.
se repiten con cierta regularidad y orden, y son la ejemplificación PRoTARCo: Sin duda.
de la acción causal del Alma del Mundo, uno de cuyos efectos es
claramente el movimiento ordenado del universo (véase Timeo, SócRATBS: Recordemos entonces también lo siguien­
39b-d). Véase también Proclo, cuando comenta estas líneas del te de estos dos [géneros]: 172 que la inteligencia era
Filebo de la siguiente manera: " [Platón] dice en el Filebo que el
límite es mucho en el cosmos y que lo ilimitado también es mu­
afín ªJa causa, es decir, que prácticam�ñt;, per­
cho, aunque son contrarios y llenan este universo" (Comentarios tenece a este género, en tanto que el placer es ili­
a/Timeo, 84.5-7).
166 El alma es condición de la inteligencia, porque sin alma mitado y él corresponde al género que, en y por
no hay ser vivo, y la inteligencia es una propiedad de ciertos seres
vivos o, más precisamente, es un poder anímico. Véase Timeo,
30bl-cl. 169 Siguiendo a Bekker, que elimina tés en la sentencia génous
167 Lo que parece bastante evidente en este pasaje es que tés toUpánton aitíou en 30el.
Zeus, como rey de los dioses (o "dios de dioses que gobierna 170 Sin leer hón (pronombre relativo en genitivo plural, omi­
como un rey por medio de leyes"; véase Platón, Critias, 121b), tido por los códices BT) antes de énhemín hJn toato en 30e2.
evoca de inmediato el Alma del Mundo (véase Fedro y, sobre to­ 171 Este comentario explica el ocasional tono de broma o,
do, Timeo, 34b-36b). Además, parece bastante claro que el Alma en general, las notas de humor que pone Sócrates en medio del
del Mundo deriva de una causa que está sobre ella. tratamiento de un tema serio y difícil.
168 De nuevo, Platón parece estar pensando en Anaxágoras. 172 El de la causa y el de lo ilimitado.

232 233
sí mismo, no tiene ni tendrá principio, medio ni PROTARCO: Mi querido Sócrates, al menos recuérda­
fin.m nos a cuál de los [géneros] antes mencionados
3lb PROTARco: Lo recordaremos, sin duda. quieres indicar como "común".
SócRATES: Así será, admirable amigo, en la medida
[Las basesfisiológicas delplacer] de lo posible.
PROTARCO: Bien dicho.
SócRATES: Después de esto, tenemos que ver en qué SóCRATES: Pues bien, entendamos como "común" al
consiste cada uno de los dos y a través de qué afec­ que, de los cuatro géneros, llamábamos tercero.
ción se generan siempre que se generan. Primero PROTARCO: iEl que estableciste después de lo ilimita­
el placer: tal como anteriormente comprobamos do y el límite, en el que decías que estaba no sólo
su género, así también [comprobaremos] antes lo la salud, creo, sino también la armonía?
siguiente. Por otra parte, nunca podríamos com­ SócRATES: iLo dijiste perfectamente! Pero ahora pres- 3!d
probar de modo suficiente el placer independien­ ta la mayor atención que te sea posible.
temente del dolor.174 PROTARCO: i Sólo habla!
PROTARCO: Si hay que proceder de esta manera, pro­ SócRATES: Pues bien, digo que cuando se disuelve en
cedamos así. nosotros los seres vivos la armonía, se produce a
SócRATES: Pues bien, ino te parece tanto a ti como a la vez en ese momento una disolución de la natu­
mí lo que se refiere a su generación? raleza y la generación de los dolores."'
3k PROTARCO: iQué cosa? PROTARCO: Lo que dices es completamente plausible.
SócRATES: Me parece que tanto el dolor como el pla­ SócRATES: Pero hay que decir que, si la armonía que
cer se generan a la vez según naturaleza en el [gé­ estaba ausente vuelve a restaurarse y regresa a
nero] común.1" su propia naturaleza, se produce el placer, si es
que tenemos que hablar de los asuntos más rele­
vantes lo más rápido posible y mediante pocas
173 El género de lo ilimitado. palabras.!"
174 Reaparece aquí la explicación de los "hermanos siame­
PROTARCO: Creo, Sócrates, que tienes razón, pero tra- 31e
ses"! véase Platón, Fedón;60b, donde argumenta que lo placente­
ro siempre va acompañado de lo doloroso, como "si estuvieran ternos de decir esto mismo de un modo aún más
unidos a una cabeza",
175 Esta afirmación:���Gce contradecir la tesis de que el pla­
_..---..--,
claro.
cer pertenece �l género de lo ilimitado (véase supra 31a7-10), pero
no es necesano entenderlo así. El género de la mezcla (o "co­
mún", como prefiere llamarlo ahora) posibilita que el placer -que 176 Véase infra 42c-d, donde el dolor se explica como una
por naturaleza pertenece al dominio de lo ilimitado, esto es' del destrucción de la propia naturaleza del animal.
"más", el "menos", etc.- tenga una cantidad determinada y, por 177 Para la misma definición de placervéase infra 42d5-7 con
.
tan�o, pu�da ser incorporado como un ingrediente plausible de la nota ad loe. donde reconstruyo el argumento. Véase también
la vida mixta (sobre este punto véase Lisi, 1995, p. 79). nuestra Introducción, sección 5.

234 235
SóCRATES: iNo es cierto que lo más fácil es compren- raleza, compuesta de lo ilimitado y del límite, co- 32b
der los casos más corrientes y manifiestos? mo yo decía antes, se destruye, tal destrucción es
PROTARCO: iCuáles? dolor, en tanto que el camino a su propio ser, 1s1
SócRATES: El hambre ies disolución y dolor? este retorno de todo, es placer.
PROTARCO: Sí. PROTARCO: Qy.e así sea, pues me parece que al menos
SóCRATES: Y la comida, que de nuevo es repleción, [esto] contiene un esbozo [de explicaciónJ. ,

ies placer? SócRATES: Pongamos a ésta, entonces, como t¡njl cla­


PROTARCO: Sí. se de dolor y de placer en cada una de estas dos
SócRATES: La sed, a su vez, es destrucción y dolor,178 afecciones.182
en tanto que la capacidad que vuelve a repletar PROTARCO: Pongámosla.
32a de líquido lo que está seco es placer. Y, a su vez,
la separación y disolución contrarias a la natura­ [Psicología delplacer]
leza, afecciones causadas por el calor, son dolor,
en tanto que la restauración natural y el refresca­ SócRATES: Pues bien, de acuerdo con la expectativa
miento son placer. de estas afecciones del alma misma, pon la espe- 32c
PROTARCO: Sí, desde luego. ranza ante los [estados] placenteros como placen­
SóCRATES : Y la coagulación contraria a la naturaleza tera y confiada, en tanto que la [esperanza] ante
del líquido del animal por el congelamiento es los [estados] dolorosos como temible y,�olorosa.
dolor y, de nuevo, el proceso natural de su regreso PROTARCO: No hay duda de que ésta es (llJª �!l!se de
y redistribución en lo mismo es placer. 179 En una placer y dolor, que ocurre independientemente
palabra, examina si te parece apropiada la expli­
cación que afirma que cuando la conformación longitud, amplitud y profundidad, si es que por est� puede en­
de lo animado, 1so que se ha generado según natu- tenderse los opuestos básicos desde los cuales la longitud, la am­
plitud y la profundidad se constituyen. Dichos opuestos serían,
según Aristóteles, variedades de lo Grande y lo Pequeño (véase
178 Omitiendo leer kai ljsis con Schleiermacher en 31el0. Metafísica, 1085a9-12). Prefiero, sin embargo, dar una interpreta­
179 La expresión "en lo mismo" (eis tautón) parece ser una ma­ ción deflacionaria del pasaje pues en el contexto parece bastante
nera muy general de referirse al estado de balance o restauración evidente que "la conformación del ser vivo" constituye el estado
natural del ser vivo. balanceado del animal, y que cuando ese estado se destruye (es
180 Sobre esta difícil línea (kata phjsin émpsykhon gegonbs ef­ decir, cuando se destruye el "orden estructural" del animal) se
dos), ver Sayre (2005), p. 182. La expresión émpsykhon e/dos tam­ produce el dolor.
bién podría interpretarse como "la Forma de ser vivo"; lo que 181 Es decir, el reestablecimiento de la "armonía" del organis­
estaría diciendo Platón es que cuando las relaciones apropiadas mo natural (ése es "su propio ser": eisten hautón ousían, 32b3).
entre los elementos se destruyen (esto es, cuando el arreglo de 182 Es decir, la clase de afecciones corpóreas que ha estado
sus elementos se aparta de la justa medida establecida por la For­ describiendo hasta -ahora; en lo que sigue se centrará no ya en el
ma) el organismo experimenta dolor. Esta interpretación parece dolor y el placer corpóreos, sino anímicos. Comienza ahora
creíble a la luz de lo que díce Aristóteles en Sobre elalma, 404b18- el difícil problema de los '¡placeres falsos" o, como sugerente­
21, a saber, que el Animal Mismo se compone de unidad, de mente propone Bossi (2008, p. 230), "decepcionantes".

236 237
del cuerpo y a través de la expectativa del alma este estado. Presta mucha atención y responde:
misma. foo es acaso completamente necesario que en ese
!j\j
SócRATES: Tu suposición fue la correcta, pues creo momento todo animal no sienta dolor ni placer,
¡-·
que en cada uno de estos casos -al menos según ni mucho ni poco?
1"" mi opinión-, dolor y placer se producen puros y,
) ( ·. PROTARCO: Sí, es completamente necesario.
32d al parecer, sin mezcla, de manera que se hará ma- SóCRATES: ¿No es cierto que tenernos una tercera dis­
nifiesto en lo que respecta al placer si su género posición que es de tal índole, además de aquella 33a
completo es bienvenido, o si debemos conferir en la que uno se encuentra complacido y de aque-
esto a algún otro género de los antes menciona­ lla en la que uno se encuentra adolorido?l84
dos. En cambio, el placer y el dolor, como lo ca­ PROTARCO: Sí, sin duda.
liente y lo frío y todo lo que es de esta índole, a SócRATES: iVarnos, pues, esfuérzate por recordar esta
veces deben ser bienvenidos y otras no porque no disposición! En efecto, no es menor recordar si
son bienes, aunque ocurre que en ocasiones algu­ tenemos o no esta disposición en cuanto a nues­
nos de ellos admiten la naturaleza de los bienes, 183 tra decisión respecto del placer. 185 Sin embargo, si
PROTARCO: Tienes toda la razón [en sugerir que] lo quieres, considerémosla un poco más.
que ahora estamos persiguiendo debemos reco­ PROTARCO: Dime cómo.
rrerlo de esta manera a través de las dificultades SócRATES: Sabes que nada impide que [el que vive] la
señaladas. vida de sabiduría la viva de esta manera. 186
SóCRATES: Veamos, entonces, de modo conjunto lo PROTARCO: ¿Quieres decir que vive sin sentir placer 33b
32e siguiente: si es efectivamente el caso lo que di­ ni dolor? 187
jimos, a saber, que cuando esas [afeccionesJ se
destruyen hay dolor, y cuando se restauran pla­ 184 O, dicho de otra manera) el dolor es el "desbaratamiento"
del equilibrio o balance en el organismo del animal, y el placer
cer, tengamos en cuenta respecto de lo que no se la restauración de tal equilibrio o balance (la "restauración" del
equilibrio es "el propio ser" -32b3- del animal). O sea, además
destruye ni se restaura cuál tiene que ser entonces de la condición de dolor o placer, hay una tercera condición que
el estado en cada animal cuando se encuentra en no se identifica ni con el dolor ni con el placer; se trata de una
condición o estado "neutro" en el que se encuentra el animal.
Para el estado de '¡imperturbabilidad" que este tipo de condición
183 Se refiere, probablemente, al hecho de que un estado pla­ evoca y su relación con el modo en que Epicuro parece haber
centero a veces coincide con el bien o uno doloroso también entendido esta sugerencia ver Boeri (2010).
:oin�ide con el bien (piénsese en las curaciones médicas que 185 Es decir, la decisión que finalmente se haga por cuál será
implican dolor en el momento in.mediato, pero que pueden re­ el lugar que ocupará el placer en la competencia por el bien.
sultar en un verdadero bien en el mediano o largo plazo cuando 186 Aceptando (con C. Badham, 1878, ad/oc.) la eliminación
el paciente recupera su salud); éste es el caso en el que el placer de tói. . . heloménoi.
Y el dolor deben ser bienvenidos. Este tipo de argumento se en­ 187 Como he sugerido arriba, este "estado intermedio", en
cuentra en Platón, Protdgoras, 354a-c y Gorgias, 478b-c, donde cierto modo, evoca la imperturbabilidad epicúrea. Es una lásti­
Sócrates argumenta que es útil soportar el dolor y sanarse por­ ma que Platón no haya dado en el Filebo un nombre específico
que lo aparta a uno de un gran inal. a este estado intermedio entre placer y dolor (sólo habla de "no

238 239
__,... .
1
1

SócRATES: Sí, dijimos en nuestra comparación de los PROTARCO: ¿cómo?


modos de vida que la persona que elige la vida de SócRATES: Al parecer, antes debemos determinar qué
inteligencia y sabiduría no tiene que sentir placer, es la memoria y me temo que aún antes que la
ni mucho ni poco.188 memoria tendremos que determinar qué es la sen­
PROTARCO: Sí, sin duda así lo dijimos. sación, si es que, de alguna manera, el asunto va
SócRATEs : Así entonces tendría que vivir dicha perso­ a aclarársenos. 191
f. na. °'1izá no sería para nada absurdo si éste fuera
' PROTARCO: ¿°'1é quieres decir? 33d
el más divino de todos los modos de vida. SócRATES: Considera que en ocasiones algunas de
PROTARco: No es plausible que los dioses experimen- nuestras afecciones corpóreas se extinguen den-
ten placer o su contrario.J89 tro del cuerpo antes de Üegar al alma, dejándola
SóCRATES: Desde luego que no es plausible. Pues [en su ��da. Otras, en cambio, penetran a través
caso] cada uno de esos dos [estados] sería vergon- d�f���;po y el alma e infunden como una espe-
33c zoso. Éste, no obstante, es un asunto que investi­ cie de conmoción que es no sólo peculiar, sino
garemos más adelante en caso de que sea relevante también común a cada uno. in
para nuestro argumento; lo pondremos como un PROTARCO: Considerémoslo así.
aspecto adicional a favor de la inteligencia en su SócRATES: ¿Acaso tendremos razón si afirmamos que
competencia por el segundo premio, si es que no nuestra alma se olvida de las [afeccionesJ que no
podemos ponerlo para el primer premio. penetran a través del cuerpo y del alma, en tanto
PROTARCO: Tienes toda la razón. que no se olvida de las que penetran a través de
SóCRATES: Está la otra clase de placeres, que decíamos ellos?
que son propios del alma misma por darse com­ PROTARCO: Sí, la tendremos. 33e
-
pletamente ; través de la%.e�;�ía. 190 SócRArns: Pues bien, pero de ningún modo estás su-
\"-" ""
estar adolorido" -véase infta 43d4, 44a10- y de un '(alivio de los 191 La anterioridad de la sensación sobre la memoria se aclara
dolores" -44b2-). Afortunadamente, Platón da un nombre a ese enseguida pues, corno muestra Platón, no hay memoria sin sen­
estado intermedio en República, VII.538c7-8: "calma" o "tranqui­ sación (véase 33d-34a).
lidad" (hesychía). Esta calma recuerda la mencionada por Platón 192 Es decir, hay estados afectivos que son comunes a cuerpo
en el Protdgoras (356d3-e2), donde es el efecto del arte de la me­ y alma. Según Bravo (2003, p. 110), de estas líneas hay que con­
dida que hace que la apariencia pierda su poder, proporcionando cluir que la repleción (que en sí es el "mero acto de llenarse") no
de ese modo tranquilidad al agente (sobre este asunto y sobre .
basta para constituir el placer, sino que es necesano que, como
los probables desarrollos de Epicuro a partir de una lectura del argumenta Platón más adelante, la repleción sea sentida (véase
Filebo, véase Boeri, 2010). Sobre el "poder de la apariencia" y el 51b6). Creo que, en realidad, lo que está detrás de esta afirma­
"arte de la medida" en el Protágoras·platónico me permito remitir ción es la sugerencia, que Aristóteles después hace suya, de que
al lector a Boeri (2007a), capítulos 1 y 5. hay cierto tipo de procesos (como la senso-percep�ión: aísthesis)
188 Véase 32e6-7. que no son ni exclusivamente corpóreos ni excl� s1vamente aní­
189 Sobre esta tesis véase República, II.381b-c. micos (para Aristóteles la aísthesis surge -gígnetai- para el alma,
190 Se refiere a los placeres anticipatorios (véase nuestra In­ pero a través del cuerpo; véase Sobre el sentido, 436a7-10, b2-7;
troducción, sección 5). Sobre el alma, 403a!6).

240 241
poniendo que por "olvidarse" quiero decir que "conservación de la sensación", al menos en mi
en ese caso se produce un olvido, pues el olvido opinión, tendría razón.
es la pérdida de la memoria, pero en el caso que PROTARco: Sí, la tendría. 34b
ahora he mencionado aún no se ha producido SóCRATES: ¿y acaso no decimos que la rememoración
[memoriaJ . 193 Sin duda sería absurdo afirmar que se diferencia de la memoria?
se ha producido una pérdida de algo que todavía PROTARCO: Tal vez...
no es ni ha sucedido, foo? SócRATES: ¿y la diferencia no consiste en esto?
PROTARCO: Desde luego lo sería. PROTARCO: (En qué?
SóCRATES: Entonces, solamente cambia los nombres. SócRATES: Hablamos de "rememorar" cuando el al­
PROTARCO: ¿cómo? ma misma en sí misma y sin el cuerpo recobra,
SócRATBS: En vez de decir que el alma "se olvida", en la medida en que le es posible, aquellas cosas
que es a lo que ahora llamas "olvido" cuando ella que en algún momento experimentó junto con el
se encuentra inafectada por las conmociones del cuerpo. ¿No es así?I95
34a cuerpo, denomínalo "ausencia de sensación". PROTARCO: Sí, por supuesto.
PROTARCO: Ya entendí. SócRATES: Cuando después de la pérdida de la me­
SócRATES: Y al hecho de que el alma ye! cuerpo [sean moria, ya sea de una sensación o, de nuevo, de un
afectados] conjuntamente en una sola afección y conocimiento, ella en y por sí misma la vuelve 34c
conjuntamente sean puestos en movimiento, si a adquirir, llamamos "rememoraciones" a todos
llamas a este movimiento "sensación" no estarías estos acontecimientos. 196
hablando de un modo inconveniente. 194 PROTARCO: Tienes razón.
PROTARCo: Tienes toda la razón. SóCRATES: La razón por la que se ha argumentado
SóCRATES: ¿No es cierto que ya estamos entendiendo todo esto es la siguiente.
a qué queremos llamar "sensación"? PROTARCO: ¿cuál?
PROTARCO: Sí, desde luego. SócRATES: Qpe captemos de la manera más evidente
SócRATES: Pues bien, si alguien llamara a la memoria posible el placer del alma independientemente
del cuerpo y, a la vez, el deseo, pues parece que a
193 Platón es consciente de que está introduciendo un sen­
tido un poco idiosincrático de "olvidarse", pues en su sentido 195 Es decir, en la "rememoración" (andmnesis) el alma en y
corriente el olvido presupone siempre la existencia previa de la por sí misma, independientemente del cuerpo, recobra, en la
memoria o recuerdo. medida en que le es posible, lo que experimentó junto con el
194 Es decir, el aspecto "mental-" y corpóreo son complemen­ cuerpo. O sea, que el rememorar (anamimnéskesthai) es un proce­
tarios en el fenómeno de la sensación o percepción (aísthesis). so consciente e incluso voluntario por parte del sujeto que puede
Como he sugerido hace un momento, esta observación cons­ prescindir de los factores afectivo-corpóreos (véase lo que sigue
tituye un significativo adelanto de la tesis aristotélica de que el en el texto y nota correspondiente). Para una distinción similar en
alma y, en general, los estados anímicos no son cuerpos, pero no Aristóteles, Sobre la memoria, 449b7-8, 45la29-bl0.
se dan si no es a través del cuerpo. 196 Eliminando kai mnémas con Gloel en 34cl.

242 243
través de estas cosas en cierto modo se aclararán PROTARCO: Te defendiste bien, pero procuremos argu­
el placer y el deseo.197 mentar lo que sigue a esos temas.
PROTARCo: Entonces, Sócrates, discutamos ya éste co­ SócRATES: ¿No estábamos diciendo hace un momen­
mo nuestro próximo tema. to que el hambre, la sed y muchas otras cosas por
el estilo constituyen cierto tipo de deseos? 34e
[El deseo lo es del alma] PROTARCO: Sí, precisamente...
SócRATES: Por ende, huando dirigimos nuestra mira­
SóCRATES: Al parecer, tendremos que examinar mu­ da a qué cosa idéntica denominamos con un solo
chos [detalles] cuando discutamos sobre el ori- nombre esas cosas [que son] tan completamente
34d gen del placer y sobre todas sus variedades. 198 En diferentes? 199
efecto, parece que ahora tenemos que determi­ PROTARCO: i Por Zeus, Sócrates, tal vez no sea fácil
nar, aun antes, qué es el deseo y dónde se origina. decirlo, pero, no obstante, tenemos que decirlo!
PROTARCo: Examinémoslo entonces, pues no tene­ SócRATES: Volvamos a retomar [la discusión] a partir
mos nada que perder. de allí, de los mismos [ejemplos].
SócRArns: No hay duda de que perderemos lo siguien­ PROTARCO: ¿A partir de dónde?
te, Protarco: cuando encontremos lo que ahora SócRATES: Con "tiene sed", queremos decir en cada
estamos buscando, perderemos nuestro estado de caso algo, foo?
perplejidad respecto de estos mismos asuntos. PROTARCO: ¡y cómo no!
SócRATES: ff lo que queremos decir es "está vacío"?200
197 El argumento constituye un inteligente movimiento por
parte de Sócrates para mostrar que "placer" no se identifica sin PROTARCO: Sí.
más con "placer corpóreo". Aunque Sócrates ya ha reconocido SócRATES: Por tanto, aa sed es un deseo?
que su candidato (el noUs) a ser identificado con el bien no es
aceptable ni podrá reclamar el pri1ner premio (por el hecho de PROTARCO: Sí, al menos de bebida.
no cumplir, al igual que el placer, con todos los requisitos del SócRATES: ¿oe bebida o de repletarse de bebida? 35a
bien), el hecho de mostrar ahora que el placer también puede
entenderse en un sentido puramente anímico aleja la plausibili­
PROTARCO: Creo que de repletarse.zo1
dad de identificar el bien con el placer burdo (esto es, el placer SócRATES: Por consiguiente, quien de nosotros se en­
sensual:corpóreo), como pretenden Filebo y Protarco.
198 Este es, como he indicado,arriba, el alcance del argu­ cuentra vacío, según parece, desea202 10 contrario
mento anterior: hay formas o variedades de placer (pásan mor­
phCn autés, 34c10-dl). Resulta en cierto modo sorprendente que 199 Hay una referencia relativamente obvia a las Formas:
Protarco se muestre tan dócil para aceptar esta conclusión; sin aquello idéntico hacia lo cual dirigimos nuestra mirada y que
embargo, aunque desde el comienzo del diálogo suscribe al permite denominar con un solo nombre cosas que son diferen­
hedonismo de Filebo, su actitud es ya mucho más filosófica y tes es una Forma o Idea.
de colaboración con el diálogo. Además, en este momento del 200 Véase Platón, Gorgias, 49le5-492e, 493e-494b, 496el-2;
diálogo Protarco ya está experimentando su "conversión" y ha República, IX.585a8-bl.
comenzado a abandonar su hedonismo burdo del comienzo. 201 Véase un pasaje paralelo en República, IV.437b-c.
Sobre el carácter de los personajes del diálogo, véase nuestra 202 El vocablo griego es aquí erán, que en su sentido específi­
Introducción, sección 2. co significa "estar enamorado" o "sentir un deseo erótico" (esto

244 245
de lo que está padeciendo, pues cuando uno se SóCRATES: Ahora bien, ¿estamos entendiendo lo que
encuentra vacío desea estar repleto. resulta para nosotros a partir de estos argumentos?
PRoTARco: Sí, es clarísimo. PROTARCO: ¿ Qyé cosa?
SóCRATES: ¿y qué? El que por primera vez se encuen­ SóCRATES: Este argumento nos está negando que ha­
tra vacío, (a partir de dónde podría entrar en con­ ya deseo del cuerpo.zos
tacto, ya sea por sensación o por recuerdo, con la
repleción, cosa que ni ahora está padeciendo ni ára en 35b3-4). Platón infiere que algo de lo que hay en la persona
nunca antes padeció? sedienta entraría en contacto (tln epháptoito, 36b6-7) con la reple­
ción. De aquí se sigue que ese "algo" no puede ser el cuerpo, pues
PROTARCO: ¿cómo? es él el que está vacío. De donde se infiere ahora que debe ser el
35b SócRATES: Sin duda, el que desea, estamos diciendo, alma la que está en contacto y que lo está gracias a la memoria.
Esto significa que no hay deseo del cuerpo. El lenguaje del "con­
desea algo. tacto" puede dar la impresión de que el tratamiento del asunto es­
PRoTARCo: Por supuesto. tá atado a lo corpóreo; pero eso no es necesariamente así: Platón
puede estar pensando· en un sentido muy general de "contacto'',
SóCRATES: Por tanto, lo que desea no es lo que está como cuando uno dice que "se mantendrá en contacto con algo o
padeciendo -pues tiene sed y eso es un vacío-, alguien", sin que eso signifique tocarlo de manera física (en Fedón
79d6, por ejemplo, el verbo epháptomai es usado en un sentido
sino que desea la repleción [de dicho vacío] . parecido, cuando se dice que el alma "entra en contacto con cosas
PRoTARCO: Sí. de tal índole", es decir, de la índole de lo que es puro y perma­
nece idéntico: las Formas; en Teeteto, 190d el verbo se usa en el
SócRATES: Por ende, algo de lo que hay en el sediento sentido de "entrar en contacto" o "captar" lo que uno no opina,
debería estar, de algún modo, en contacto con la esto es, un ítem de naturaleza incorpórea; en República, V.473a
se habla de "entrar en contacto con la verdad"; véase también
repleción. Repúbliea, V.490b). Pradeau (2002, p. 265, n. 135) sugiere de un
PROTARCO: Necesariamente. modo interesante que el lenguaje del contacto está indicando que
para Platón toda forma de percepción y de conocimiento proce­
SócRATES: Sin duda es imposible que sea el cuerpo de del contacto, pues hay un sentido en que el alma "toca" lo que
pues, en cierto modo, está vacío. percibe. En T'imeo, 37a-c (según Pradeau) Platón describe en qué
consiste dicho "contacto (no veo desarrollado con claridad ese
PRoTARCO: Sí. punto en ese pasaje). Habría que explicar por qué el alma está en
SócRATES: Por consiguiente, queda que sea el alma la contacto con la repleción gracias a la memoria; esta afirmación
parece contradecir lo afirmado antes (en 35a6-9), ya que quien
35c que está en contacto con la repleción, y es obvio por primera vez tiene una kénosis no puede tener recuerdo de la
que lo está gracias a la.memoria, pues ¿con qué repleción. En efecto, si uno no ha experimentado una repleción
(es decir, si uno no ha tenido sensación de ella), no puede tener
otra cosa podría estarlo ?203 recuerdo de la repleción, ya que el recuerdo es la conservación de
PROTARCO: Prácticamente con ninguna otra.2º' la sensación. Es probable que, como sugiere Waterfield (1982, p.
92, n. 1 ad loe.), Platón esté pensando en el caso de un neonato,
que puede sentir una carencia pero no exactamente un deseo,
es, el amor sexual); pero en este pasaje se utiliza en el sentido pues éste presupone un objeto, que es establecido por la memo­
genérico de "apetecer" o '1desear". ria. Es decir, "deseo agua" porque en mi experiencia pasada cada
203 Es el alma la que desea la repleción; por ende, el deseo lo vez que sentía el vacío que llamo "sed", dicho vacío fue repletado
es del alma. Véase Frede (1992), p. 441. por agua o bebida. Por eso, el alma '¡está en contacto" o, tal vez
204 De la primera conclusión parcial del argumento ("lo que mejor, "aprehende" la repleción por medio de la memoria.
uno desea no es lo que está padeciendo, sino su contrario"; véase 205 Ex hypothesi se podría asumir que, (i) dado que la sed, un

246 247
PROTARCO: ¿ ¡ cómo!? mento nos quiere mostrar un cierto tipo de vida
SóCRATES: Porque revela que el propósito de todo ani­ en estos mismos casos.
mal es siempre contrario a sus estados afectivos. PROTARco: rnn cuáles, y a qué tipo de vida te refieres? 35e
PROTARCO: iSí, y mucho! SócRATES: En el estar repleto y vacío, y en todo lo
SócRATES: Pero el impulso que conduce hacia lo con­ que se refiere a la conservación y destrucción de
trario de sus estados afectivos muestra que hay me­ los animales, y a que si uno de nosotros, al en­
moria de los contrarios a dichos estados afectivos. contrarse en cada una de esas dos [situaciones],
PROTARCO: Por supuesto. experimenta dolor y en ocasiones placer según
35d SócRATES: Por lo tanto, al demostrar que la memoria sean los cambios.
es la que conduce hacia las cosas deseadas, el ar­ PROTARCO: Así es.
gumento ha mostrado que todo impulso y deseo, SócRATES: ¿y qué ocurre cuando uno se encuentra en
que son el principio de cualquier animal, corres­ medio de ellos?
ponden al alma. PROTARCO: ¿En qué sentido "en medio"?
PROTARCO: Completamente correcto. SóCRATES : [Cuando uno] siente un dolor a causa de
SócRATES: El argumento, por ende, de ningún modo un estado afectivo y recuerda los [estados] pla­
admite que nuestro cuerpo tenga sed o hambre, o centeros, cuya presencia haría cesar el dolor, pe-
que padezca alguno de tales [estados]. ro de los que aún no está repleto; ¿qué ocurre
PROTARCO: Absolutamente cierto. entonces?206 ¿Decimos o no que tal persona se
encuentra en medio de [esos] estados afectivos? 36a
[El deseo del alma, el tipo de vida correctoy elplacer PROTARCO: Sí, lo decimos.
anticipatorio] SócRATES : ¿Acaso estando completamente adolorida
o complacida?
SóCRATES: Advirtamos todavía lo siguiente respecto PROTARCO: iNo, por Zeus!, sino sintiendo dolor a
de estas mismas cosas: me parece que el argu- causa de un cierto dolor que es doble: en el cuer­
po por su estado afectivo [presente], y en el alma
deseo (epithymía, 34e13), ocurre cuando el organismo del animal por un cierto anhelo de una expectativa.
es "desestructurado", es el cuerpo el que desea. Sin embargo, (ii)
si ése fuera el caso, el deseo sucedería en el momento en que uno SócRATES: ¿Qyé quisiste decir, Protarco, con "el carác­
está vacío por primera vez; pero (iii) no es eso lo que sucede pues
el deseo supone un "entrar en contacto" (epháptesthai) con algo
ter doble del dolor"? iNo es el caso de que cuando
contrario al vacío, que es una experiencia corpórea, esto es, la re­ uno de nosotros, estando vacío, se encuentra en
pleción (plérosis), porque uno desea lo contrario de lo que está ex­ la esperanza manifiesta de que se repletará y, en 36b
pe�imentando (eso explica que cuando el ser vivo está ya repleto o
satisfecho ya no desea). Finalmente (iv), la primera vaciedad (esto
es, antes de que el animal haya experimentado una repleción) de­ 206 Sobre el poder causal del recuerdo y otros ítems anímicos
be pertenecer al alma, porque el deseo comprende una repleción (como la esperanza y la expectativa), véase nuestra Introduc­
corpórea anterior, que el alma evoca por medio de la memoria. ción, sección 5.

248 249
otras ocasiones, se encuentra por el contrario sin daderos o falsos, o que unos son verdaderos y
esperanza? otros no ?2º8
PROTARCO: Sí, y mucho. PROTARCO: Sócrates, icómo podrían los placeres o Jos
SócRATES: Pues bien, ino te parece que, dado que tie­ dolores ser falsos?'º'
ne la esperanza de que se repletará, por el hecho
de recordarlo siente placer, pero, a la vez, por es­ 208 Comienza aquí la difícil sección dedicada a los placeres
verdaderos y falsos, una distinción · que ya había aparecido en
tar vacío, siente dolor en ese momento ?207 Platón en República; en efecto, luego de distinguir tres tipos di­
PROTARco: Necesariamente. ferentes de persona (la que es filosófica, la arnante de la victoria
y la amante del lucro, que corresponden, respectivamente a los
SócRATES: Por lo tanto, el ser humano y los demás · tres tipos de alma distinguidos en República, IV), Platón asigna a
animales sienten dolor y placer al mismo tiempo. cada tipo de persona un tipo de placer, que corresponde al tipo
de vida que cada uno considera más placentero (véase República,
PROTARCO: Así parece. IX.581c-d; en particular hédistos, "más placentero», 581c11). Pero
SóCRATES : ¿y qué ocurre cuando, por estar vacío, dado que estos modos de vida son en cierto modo antagónicos
y, de igual modo, los placeres que les corresponden, la pregunta
se encuentra sin esperanza de alcanzar la reple­ es entonces cuál es más placentero y menos doloroso y, por en­
ción? iNo es acaso en ese momento que podría de, cuál de ellos es también el más verdadero (véase República,
IX.58le-582a; en particular a/ethéstata, "más verdadero", 582al).
surgir el estado afectivo doble respecto de los El argumento que sigue procede a mostrar que si no hay mejores
dolores, estado que hace un momento tú hiciste criterios para discernir las cosas que la experiencia (empeiría), la
sabiduría (phr6nesis) y el argumento (/6gos), y si el filósofo es el
36c notar y pensaste que se trataba de una duplici­ que tiene esos ingredientes como criterios para juzgar lo que ver­
dad absoluta? daderamente es placentero, también debe ser superior en su expe­
riencia de las diferentes clases de placeres y juzgará mejor y estará
PROTARco: Completamente cierto, Sócrates. más cerca de la verdad (582b-e). De donde infiere Platón que, de
SócRATEs: Usemos este examen de estos estados afec­ las tres especies de placer, la más placentera será la de la parte del
alma con la cual aprendemos (582e-583a). El que posee sabiduría
tivos en lo siguiente. o inteligencia (phrónimos), dado que es alguien que elogia con
PROTARCO: iEn qué? autoridad (kjrios epainétes) su propio estilo o modo de vida, tiene
más autoridad para creer que su modo de vida es el más placente­
ro o el mejor (véase 583a4-5). Su "autoridad" se la da, claro está,
[Placeres verdaderosyfalsosJ su conocimiento. Un poco más adelante Sócrates argumenta que
los demás placeres -esto es, los placeres que no son los propios
del phr6nimos- no son ni completamente verdaderos (panalethés,
SóCRATES: iEs que acaso vamos a argumentar que 583b3) ni puros. La afirmación de que no son "completamen­
te" verdaderos podría hacernos pensar que, al menos en cierto
tanto estos dolores como estos placeres son ver- sentido, son verdaderos. Pero esa sospecha debe ser descartada,
pues inmediatamente los compara con una especie de "pintura
ilusionista" (eski'agrapheméne tis, 583b5) que, de ser cierta, sería "la
más grande e importante de las desgracias" (583b6-7).
2º7 Si mi interpretación de la expresión tói memnésthai en 209 Desde el punto de vista sensista en que Protarco todavía
36b4-5 es correcta, parece que no hay duda de que Platón cree considera el placer (y también el dolor), no puede haber lugar
que un estado mental, como el recuerdo, tiene un cierto poder siquiera para pensar en la posibilidad de que un placer sea falso:
causal. Sobre la relevancia de este pasaje en la psicología platóni­ toda vez que siento o experimento placer o dolor, se trata de un
ca y la probable influencia que puede haber ejercido en Epicuro placer o dolor verdaderos. La posibilidad de que algún placer sea
'
véase Boeri (2010) y la Introducción, sección 5. falso opera probablemente sobre el supuesto de que lo que resul-

250 251
SócRATES: ¿y cómo podrían, Protarco, ser verdaderos PROTARCO: Correcto.
o falsos los temores, o ser verdaderas o falsas las SócRATES: Dime entonces: siempre me causa un ab- 36e
expectativas, o ser verdaderas o falsas las opinio­ soluto asombro lo concerniente a las mismas per­
nes? plejidades que hace un momento adelantamos.
36d PROTARCO: En lo que respecta a las opiniones, yo al ¿cómo estás diciendo? ¿No hay placeres unos
menos concordaría con eso, pero en cuanto a es­ falsos y otros verdaderos?
tas otras cosas no.210 PROTARCO: ¿cómo podría haberlos?
SócRArns: ¿Qué quieres decir? Estamos corriendo el SócRATES: Ni dormido ni despierto, según dices, ni
riesgo de despertar un argumento que no es para en estados de locura o de delirio, hay nadie que
nada insignificante ... crea que en un momento está sintiendo placer,
PROTARCO: Tienes razón. aunque no lo siente en absoluto, ni tampoco que
SóCRATES: Pero, hijo de aquel hombre,211 tenemos @que siente dolor, aunque no lo siente.212
que examinar si esto concuerda con lo anterior. PROTARCO: Todos hemos dado por supuesto que todo
PROTARCo: Tal vez al menos eso [tenemos que exa­ esto es así, Sócrates.
minarlo]. SócRATES: Bien, facaso [lo han supuesto] correcta­
SóCRATES: Pues bien, debemos dejar de lado los de­ mente o tenemos que examinar si eso se dice co­
más desarrollos o incluso cualquiera de los argu­ rrecta o incorrectamente?
mentos que se opongan a lo que conviene [tratar PROTARCO: Yo diría que tenemos que examinarlo...
ahora] . SóCRATES: Determinemos, pues, aún más claramen- 37a
te lo que se estaba diciendo hafeJJn momento .
,,,
ta placentero en lo inmediato no sea, finalmente, placentero y, acerca del placer y de la opinión/ Opinar¡¿es para \ :
por ende, tampoco bueno. Esta idea ya había sido adelantada al nosotros algo?
·

comienzo del diálogo, cuando Sócrates argumenta que, aunque


�ad �e propondrá que las cosas placenteras no son placenteras, PROTARCO: Sí.
el piensa (has hemeís phamen) que muchas cosas placenteras son SócRATES: ¿y sentir placer?
males y muchas bienes (véase supra 13a-b).
210 Protarco, como nosotros, tiende a pensar que "verdade­ PROTARCO: iSí!
ro" y "falso" son atributos de la proposición. Para una discusión
del problema de los placeres f.1lsos véase nuestra Introducción
sección 5, donde trato de mostrar que la noción de verdad � 212 Es decir, en fenómenos corrientes, tales como el sueño
falsedad aplicada a los placeres debe ser verdad o falsedad en y la locura, uno cree que siente un placer, aunque no lo esté
sentido proposicional (como sostiene Frede, 1985, pp. 151-80, efectivamente sintiendo (lo mismo ocurre con el dolor). Éstos
especialmente pp. 162-3), pero con el agregado de que lo que pueden ser casos de placeres y dolores falsos, porque aunque
Platón quiere mostrar es que no es cierto, como piensa Protarco, uno cree que los siente, en realidad no los siente. Y esta falsedad
que las creencias no tienen ningún tipo de poder causal sobre los se refiere claramente a la experiencia subjetiva que, según Pro­
estados afectivos. tarco, es siempre verdadera. El ejemplo de los sueños y la locura
211 Sócrates debe querer decir "hijo de Filebo", en el sentido mostraría, por tanto, que incluso en el dominio de la experiencia
de que Protarco ha comenzado el debate como un seguidor de subjetiva (que Protarco sostiene que siempre es verdadera) puede
Filebo (véase supra !Sa). haber falsedad.

252 253
SóCRATEs: Y lo opinago üambién es algo? nar] 21 5 cómo es que en un momento, pues, nuestra
PROTARCO: D�scl� l�go. opinión gusta de volverse no sólo verdadera sino
/-,
SócRATES: ¿y también [es algo] aquellü\:g!llo que también falsa, pero lo propio del placer es spla- /
experimenta placer lo que recibe placer?m mente verdadero,-au-¡; -c�and� en ambos casos
PROTARCO: Sí, por supuesto. h¡yigua:imente opinión y goce reales.
SóCRATES: Entonces, [el sujeto] que opina, ya sea que PROTARCO: Tenemos que examinarlo.
opine correcta o incorrectamente, n_�wpri­ SócRArns: rns que acaso estás diciendo que tenemos
.!ll� el hecho de estar realmente opinando. que examinar lo siguiente: que a la opinión se le
--
37b PROTARCO: ¿ cómo p�clría h;�;1�? � agrega la falsedad y la verdad, y que por eso no 37c
SóCRATES: Entonces también en cuanto a lo que re- sólo se volvió "opinión", sino que además [porta]
cibe placer, ya sea que [uno] experimente placer una de estas dos cualificaciones ¡216
¡ correcta o incorrectamente, es manifiesto que el PROTARCO: Sí.
\ hecho de estar realmente experimentando placer SóCRATES: Sin embargo, además de esto, también te­
'
no se suprimirá nunca.214 nemos que ponernos de acuerdo en lo siguiente:
PRoTARco: Sí, también es así. aun cuando hay ciertas cosas que para nosotros
SóCRATES: Por consiguiente, [tenemos que exami- son por completo cualificaciones, placer y dolor,
en cambio, solamente son lo que son, y no se
213 Es muy difícil dar con el tono exacto de esta difícil línea: vuelven cualificaciones. 211
con "experimenta placer" traduzco hédetai, y con "lo que recibe PROTARCO: Es obvio.
placer" tó hedómenon (también podría entenderse como "lo goza­
do"; en cualquier caso es importante marcar el valor pasivo del
SócRATES: No obstante, no es para nada difícil de ver
participio sustantivado). El objetivo del argumento es mostrar que también [admiten] ciertas cualificaciones.
que tanto lo opinado (ya sea que se lo opine correcta o inco­
rrectamente) como lo gozado (ya sea que se lo goce correcta o
Pues antes dijimos que cada uno de ellos dos,
,. incorrectamente) no se suprimen, lo cual indicaría que el placer tanto dolores como placeres, se vuelven no sólo
i ,es verdadero en la medida en que se lo experimenta como tal. Lo
grandes y pequeños, sino también intensos.218
;que hay que mostrar ahora (véase enseguida 37b) es que la opi­
;nión puede ser verdadera y falsa (en lo cual concuerdan Sócrates
:Y Protarco), pero el placer es únicamente verdadero (la tesis de 21 5 Agregado de Baiter (skeptéon), que parece necesario para
Protarco). una mejor comprensión del pasaje,
214 En la introducción del argumento se mostró que para 216 Es decir, "verdadera" o "falsa".
determinar si los placeres pueden ser falsos no hace falta ver si 217 O sea, placer y dolor no admiten las cualificaciones "ver­
tales placeres no son realmente placeres. El placer falso, como la dadero o falso". Ésta es, en realidad, la posición de Protarco que
opinión falsa, representa de modo erróneo la realidad, no obs­ Sócrates está tratando de demoler.
tante lo cual continúa siendo placer (del mismo modo, opinión 218 La estrategia de Sócrates parece dirigirse a intentar forzar
falsa representa de manera errónea la realidad pero sigue siendo a Protarco a aceptar que si placer y dolor admiten determinacio­
una opinión). De lo que todavía no está convencido Protarco es nes como "grande", i'pequeño" o "intenso", no hay razón por
de que un placer pueda representar de manera errónea la realidad. la cual no puedan también admitir cualificaciones (poia') como
Para hacer persuasiva esa idea Sócrates recurre a la metáfora del "verdadero" o "falso". En efecto, si "grande" o "intenso" son de­
alma como un libro (véase infta 38e-39c). terminaciones que cualifican el placer, no es cierto que placer

254 255
37d PROTARCO: Sí, por completo. SóCRATES : i Pero Pro tarco, ahora estás defendiendo
SócRATES: Y si ª ªlguno de ellos, Protarco, les sobre­ celosamente la causa del placer J221

viene i,¡n_'i(malda ¿diremos que se ha vuelto así PROTARCo : No, de ningún modo, sino que digoJo
/ una opinión níala y también un placer malo? que 01go...
PROTARCO: Sí, Sócrates, por supuesto. SócRATES : Amigo, foo tiene ninguna diferencia para
SóCRATES: Entonces, si a algunos de ellos les sobrevie­ nosotros el placer acolllpañ,ado no sólo de opi­
ne la rectitud o lo contrario de la rectitud, facaso nión recta, sino también de conocimiento, y el
no diremos que se trata de una opinión recta si que a menudo surge en cada uno de nosotros
r-
contiene rectitud, y lo mismo en cuanto al placer? a�,ci_rrip_<!_fl-i!QP de falsedad e ignorancia?
PROTARCO: Necesariamente.
37e SócRATES: Y si lo opinado es erróneo, üenemos que argumento de Sócrates, tendiente a hacer persuasiva la tesis de
ponernos de acuerdo en que la opinión que en un que el placer también puede ser falso, no es todavía lo suficiente- �
·

mente convincente. La réplica es impecable porque hay al menos


momento yerra no es correcta ni está opinando una razón para dudar de que siempre y en todos los casos pueda
aplicarse la calificación de "verdadero" o "falso" al placer en sí
correctamente? mismo, no importa que se le puedan aplicar otros calificativos
PROTARCO: Desde luego. (como "grande" o "intenso"). O, dicho de otra manera, si la dóxa
acompaña al placer, puede seguir diciéndose que lo falso es la
SóCRATES: ¿y qué sucede si advertimos que un dolor
dóxa, no el placer. En el contexto es relativamente obvio que Pro-
o un cierto placer yerran en relación con aquello tarco cree que un placer no puede ser falso (sino que siempre es
verdadero) porque está pensando en la experiencia subjetiva del
en lo que [uno] se duele o su opuesto;219 le apli­ placer y, como ya sabemos desde el Teeteto, nadie es mejor juez de
caremos [el rótulo] de "recto", "bueno" o algún una sensación o estado afectivo propio que uno mismo (véase
Teeteto, 160c, 178e y Boeri, 2007b, pp. 86-91). Pero, como hace
otro nombre favorable? notar Gadamer, aunque el acto de complacerse (co1no experien�
PROTARco : No es posible, si es que, en realidad, el cia afectiva subjetiva) siempre es "real" y, por ende, verdadero, el
contenido de dicho acto no es forzosamente verdadero (y el conte-
placer fuera erróneo. nido es proposicional, de donde se sigue que puede ser verdadero
SócRATES: No hay duda de que, al parecer, el placer
fu9
o falso); es decir, el acto de ser complacido debe distinguirse de
la verdad del placer; en ambos casos el acto sucede realmente,
muchas veces surge en nosotros a�_Qlllpañado pero la dóxa y, de modo similar, el placer no necesariamente son
de una opinión recta, sino de una falsa. verdaderos (véase Gadamer, 1985, p. 119 y Filebo, 40d). Como
indica Delcomminette (2006, p. 358), sin embargo, Sócrates cree
38a PROTARCO: i Por supuesto! Sócrates, en tal [circunstan­
que, contrariamente a lo que piensa Protarco, el placer no es para
cia] y en ese momento llamamos "falsa" a la opi­ nosotros una simple sensación, sino que incluye un '1aparecer" y,
/ como tal, incluye un momento "doxástico" y, por tanto, tiene la
nión, pero nadie denominaría jamás "falso" al posibilidad de ser falso (véase Introducción, sección 5).
placer mismo.220 221 La sorpresa de Sócrates en este momento puede explicar­
se por el hecho de que, a esta altura del debate, Protarco ya había
abandonado la causa del placer; Sócrates parece no entender, enM
y dolor son solamente lo que son y que, nunca ni en ningún tonces, cómo es que Protarco vuelve a defender el placer después
sentido, llegan a ser o admiten cualificaciones. de admitir que no es el bien. Obviamente, Protarco advierte su
219 Es decir, "se complace". incoherencia, razón por la cual de inmediato se refugia en un
220 Esta impecable réplica de Protarco muestra que el primer tímido '(digo lo que oigo".

256 257
38b PROTARCO: Es probable que la diferencia no sea insig­ mirando le sucede que quiere discernir aquello
nificante... que ve?223
SócRATES : Encaminémonos hacia la consideración PROTARCO: Lo diría.
de su diferencia. SócRATES: ¿y no es cierto que después de esto esta
PROTARCo : Condúceme a donde te parezca. misma persona podría hacerse la siguiente pre­
SócRATES: Te conduzco por aquí entonces. gunta?
PROTARCO: iPor dónde? PROTARCO: iCuál?
SócRATES : La opinión, sostenemos, ies para nosotros SócRATES: "iQpé es entonces aquello que está de pie
falsa y también es verdadera? junto a la roca y aparece bajo un árbol?". iNo 38d
PROTARCo: Lo es. te parece que alguien podría decirse eso tras ad­
SócRATES : Le siguen -me refiero a la opinión verda­ vertir que en algún momento se le aparecen a sí
dera y falsa- muchas veces lo que estábamos di­ mismo ciertas cosas de tal índole?
ciendo hace un momento: placer y dolor. PROTARCO: Por cierto que sí.
PROTARco: Sí, desde luego. SócRATES: Así, pues, después de esto, al responder­
SócRATES: ¿y no es cierto que de la memoria y de se, iacaso tal persona podría decirse lo siguiente:
la sensación surgen en cada caso para nosotros la "que es un hombre", y lo diría acertadamente?
opinión y el hecho de intentar tener una opinión PRoTARCO: Sí, por supuesto.
definida ¡222 SócRATES: Y si se descuidara, rápidamente diría que
38c PROTARCO: Sin duda. lo que está viendo es una estatua, obra de ciertos
SóCRATES: Pues bien, iacaso pensamos que nosotros pastores.
tenemos que encontrarnos así respecto de estas PROTARCO: Desde luego.
cosas? SócRATES: ¿y si alguien estuviera presente con él y 38e
PROTARCO: iCómo? desarrollara en voz alta lo que [aquél] se decía a sí
�;-;:;;-;;; ;¡Qí;¡;:;¡� � decir esas mismas cosas para el
[Percepción aparentey real: pensamiento, opinión que está presente, y lo que en ese momento está­
,
y discurso. De nuevo placeresy dolores anticipatorios] bamos llamando "opinión" se habría convertido
así en "discurso"?224
SócRATES : i Dirías que con frecuencia a alguien
que no ve de lejos muy claramente lo que está 223 Para el fenómeno de la percepción errónea y del conse­
cuente juicio erróneo cuando uno ve algo desde lejos, véase Pla­
tón, Teeteto, 165d y, especialmente, 191b-c.
222 Es decir, sin memoria y, más importante aún, sin sensa­ 224 Véase Teeteto, 190a: en ocasión de la célebre definición
ción no hay opinión, una tesis que suscribe al menos parte de de "pensar" (dianoeísthai), Platón argumenta que "opinar es
la epistemología contemporánea. Para la misma idea en Platón, hacer un discurso" (légein) y que la opinión es un discurso in­
véase Teeteto, 163e, 194a-d y, en especial, 195c-d. terior, dirigido hacia uno mismo, o sea, un discurso no profe-

258 259
PROTARco: Por supuesto. estado afectivo227 escribe la verdad, a partir
SócRATES: Por ende, si se encuentra solo y piensa eso de ello resulta que en nosotros surgen no sólo
mismo consigo mismo, en ocasiones también una opinión verdadera, sino también discursos
por mucho tiempo avanza con [esos pensamien­ verdaderos. Cuando dicho escriba, en cambio,
tos] en sí mismo. escribe en nosotros falsedades, resulta lo con­
PROTARCO: Desde luego que sí. trario de verdades. 22s
SóCRATES : rnntonces qué? rnres acaso de la misma PROTARco: Por supuesto que me parece que es así, y 39b
opinión que yo en cuanto a este hecho? acepto lo que se ha argumentado de este modo.
PROTARco : rnn cuanto a cuál? SóCRATES : Acepta entonces que también �aya otro
-
SócRATES: Me parece que en ocasiones nuestra alma artesano en nuestras almas en ese momento.
'" r ! se parece a un libro. PRoT,;:;;� : ¿Cuál?
� Ú� -;:u.
_

PROTARCO: ¿C�!J1 SócRATES: pinto que, después del escriba, 2Jo


39a SócRATES : L��ernoria, al encontrarse con las sen­ �
escribe la 1rn:ágenes de lo que se ha dicho en sus
_
saciones en un mismo [punto, junto con] aque­ almas.
llas impresiones afectivas225 que se refieren a PROTARco: ¿cómo y cuándo decirnos que éste [lleva
dichas sen�ªciones, me parece que en ese mo­ a cabo su tarea] ?
mento es '�ª� corno si estuvieran e�ribiendo SóCRATEs: Cuando uno, habiendo apartado de la vis­
discursgs en nuestras alrnas.226 Y cuando este ta o de alguna otra sensación2JI lo que se opinaba

227 Badham (1878, ad loe.) excluye estas palabras, proba­


blemente, pensando que introducen una confusión porque la
rido. Es decir, la diferencia entre "opinión" (dóxa) y "discurso" que "escribe" sus recuerdos en nuestra alma es la memoria (o el
(lógos) sería que en tanto aquélla es un pensamiento privado, conjunto de memoria, sensación y afección). La palabrapáthema
éste, en cambio, constituye un pensamiento hecho público en también puede ser (como sugiere Hackforth, 1945, p. 75, n. 2)
la medida en que es la opinión proferida que ya no se encuentra una manera resumida de hablar de los pathémata que mencionó
en la privacidad de la propia interioridad (véase también Pla­ en 39a2. Tal vez, no hay necesidad de eliminar toUto tOpáthema:
tón, Sofista, 263a). es posible que con esas palabras Platón se esté refiriendo a la
225 Hackforth (1945, p. 75, n. 1) cree que los pathémata deben memoria, que es un estado afectivo (páthema) anímico o, de una
ser el temor, la cólera, etc., o las afecciones que se refieren a manera general, a la memoria y a la sensación.
procesos dolorosos o placenteros. Pero uno podría entender de 228 Como el Platón del Teeteto, el Platón tardío del Filebo
una manera más general que se trata de las impresiones que se insiste en conservar su posición empirista en la que el alma es
producen en el momento de la percepción sensible. Dado que un bloque de cera o un recipiente (vacío cuando somos niños;
la memoria "se encuentra" con las sensaciones, uno debería sos­ Teeteto, 197e), o un libro (Filebo), en el que la experiencia escribe.
pechar que esos pathémata pueden también hacer referencia a En el caso del Filebo la que "escribe en el alma" es la memoria,
ingredientes anímicos. pero remontándose a la experiencia sensible. Para la metáfora
226 Aunque en la metáfora el escriba parece ser la memoria, del alma como un libro, véase nuestra Introducción, sección 5.
en la gramática del texto es claro que el escriba es un compuesto 229 La imagínación o representación (phantasía). "--"/
! de al menos tres ingredientes: memoria, sensaciones y estados 230 La memoria.
·/ ' afectivos (de ahí el plural phaínontai en la construcción personal 231 En esta línea aísthesis puede significar "sentido" (la vista)
de 39a2-3 y mi traducción). o "sensación". Prefiero mantener este segundo significado para

260 261
y decía entonces, ve en sí mismo, en cierto modo, sucede que sentimos placer y dolor por anticipa­
39c las imágenes de lo opinado y lo dicho. iO es que do acerca del futuro.
esto no sucede así en nosotros? PROTARco : Completamente cierto.
PROTARCO: Sin duda que sí sucede así. SócRATES: En consecuencia, las letras y pinturas, que
SócRATES: ¿y no es cierto que las imágenes de las opi­ poco antes establecíamos que ocurren en noso­
niones y de los discursos verdaderos son verdade­ tros, ise refieren al pasado y al presente, pero no 39e
ras y las de los falsos son falsas?232 al futuro?
PROTARCO: Completamente. PROTARCO: Desde luego que [se refieren al futuro]. ,_,,,

SócRATES : Si hemos argumentado correctamente es­ SóCRATES: iAcaso dices "desde luego" porque todas
to, pues, examinemos todavía también esto otro estas cosas son esperanzas que existen para el fu­
a continuación. turo, y porque nosotros a través de toda nuestra
PROTARCO: iQpé cosa? vida siempre estamos llenos de esperanzas?
SócRATES: Si debemos experimentar esto así respecto PROTARCO: Sí, por eso, completamente.
de lo que es yde lo que ha sido, pero no de lo que SócRATES : Vamos pues, además de lo que se ha dicho
va a ser. ahora, responde también a lo siguiente.
PROTARco: Sin duda, en cuanto a todas las instancias PROTARCO: iA qué?
temporales [debemos experimentarlas] del mis­ SócRATES : El hombre justo, piadoso y totalmente
mo modo. bueno, ino es acaso amado de los dioses?
39d SócRATES: Por cierto que antes se dijo que los placeres PROTARco : Por supuesto.
y los dolores [que se dan] a través del alma misma SócRATES: ¿y qué? El que es injusto y totalmente ma-
podrían preceder a los placeres y dolores [que se lo, ino es acaso lo contrario de aquél? 40a
dan] a través del cuerpo, de manera tal que nos PRoTARCO: i Cómo no habría de serlo ?
SócRATES : Todo ser humano, como estábamos di­
/ enf3.tizar el hecho de que la imaginación (phantasía) y las imá­ ciendo hace un momento, iestá lleno de muchas
: genes que ella produce se dan cuand_o _ya no hay una percepción
sensorial presente, por así decir, aunqueaícha sensación es con­ esperanzas?
dición necesaria de la phantasía. Este pasaje puede leerse como
un importante adelanto de la tesis aristotélica de que, aunque la
PROTARCO: Sí, por cierto.
imaginación no es sensación, sin sensación no hay imaginación SócRATES : Y las que denominamos "esperanzas",
(véase Sobre elalma, 428a5-15, bll-18).
232 Según Platón, la imaginación o representación puede ser ison discursos en cada uno de nosotros?
verdadera o falsa por ser una combinación de opinión y sensa­ PROTARCO : Sí.
ción (véase la definición de phantasía en Sofista, 264bl-2). Es
decir, la imaginación tiene contenido proposicional y, por ende,
SócRATES : Y, a no dudarlo, las apariencias están pinta­
un ingrediente de creencia u opinión, que hace que la phantasía das: muchas veces uno ve que hay para sí mismo
pueda ser verdadera o falsa. Sólo en este momento Sócrates pre­
senta un argumento para mostrar que el placer puede representar una abundante cantidad de oro y, en él, muchos
falsamente la realidad. placeres. No hay duda de que también ve que él

262 263
mismo está, en sí mismo, pintado y que siente un para los ma_l9sJ9s placeres están pintados;235 sin
intenso placer.233 embargo, �llos son falsos.
40b PROTARCO: iPor supuesto! PROTARCO: ¿y qué hay con eso?
SócRATES: Digamos entonces que, de estas g_irrturas, SócRATES: �e, por tanto, las personas malvadas go- 40c
son la mayor parte de las veces_yer<laderas las que zan mucho con placeres falsos y las buenas con
se presentan a los buenos por el hecho de ser [és­ placeres verdaderos.
tos] amados de los dioses; [las que se les presen­ PROTARCO : Lo que argumentas es completamente ne­
tan] a los malos, en cambio, son la mayor parte cesario.
de las veces lo contrario. Lo diremos, ¿no ¡234 SócRATES: De acuerdo con los presentes argumentos,
PROTARCO: Sin duda, tenernos que decirlo. hay, pues, en las almas de las personas placeres
SócRATES: Entonces, en no menor medida también falsos, que imitan a los verdaderos hasta un pun­
to extremadamente risible; 236 y en cuanto a los
dolores ocurre del mismo modo.
233 Las apariencias o imágenes representativas (phantdsma­
ta) están pintadas o· dibujadas porque uno puede representarse
PROTARCO: Los hay...
(seguramente, de una manera falsa en el ejemplo del oro) algo SócRATES : Y, por cierto, opinar era siempre [opinar]
como siendo placentero (tener oro). Es decir, uno puede pro­ realmente para el que opina [algoJ en absoluto,
yectar imaginativamente la posesión del oro, aun cuando no lo
posea de hecho. Mi goce de algo, entonces, se explica como el aunque en ocasiones no sea acerca de lo que es,
representarme a mí mismo lo que creo que es objeto de mi placer ni de lo que ha sido ni de lo que será.237
porque se ajusta a lo que creo que son mis intereses. Esto se ve
con· mayor claridad en los placeres anímicos: hay placeres que PROTARCO: Sí, por supuesto.
meramente dependen del objeto (por ejemplo, el dulce en mi SócRATES: Y eso era, creo, lo que entonces hacía falsa 40d
boca que produce una sensación placentera); pero hay otros pla­
ceres (como los anímicos) que ubican al sujeto como un factor a la opinión, es decir, el opinar falsamente, ino ¡21s
activo o productor de dicho placer (éste es, en efecto, el caso de
los placeres anticipatorios falsos; véase 39d y este pasaje con el
ejemplo del oro). En este tipo de placer anticipatorio se ve con 235 Los placeres pueden estar "pintados" porque de ellos hay
.
cierta claridad por qué puede decirse que hay placeres falsos: el phantasía, que era el '1pintor" (véase supra 39b). Dicho d� otra
placer anticipatorio que genera la apariencia (falsa) de que hay manera, uno se puede imaginar un estado de cosas como siendo
una abundante cantidad de oro para uno se explica como la re­ placentero; pero esa '1representación imaginativa" puede ser ver­
presentación de un estado de cosas que uno cree que se dará y dadera o falsa. Para un comentario detallado de este importante
que será satisfactorio para uno mismo. Pero como esa creencia pasaje véase Bossi (2008), pp. 248-9.
puede ser falsa, el placer también será falso. 236 Como en otros diálogos (véase República, X.598b y, es­
234 Tanto a buenos como a malos se "les aparecen" o se "les pecialmente, Político, 300d-e), lo que imita tiene s.ie�pre una
_
calidad deficiente, en este caso en particular lo que 1m1ta lo ver­
presentan" las cosas (el verbo es paratíthesthai; uno hubiera espe­
rado alguna forma de phaínomai, pero el significado es el mis­ dadero es falso.
mo); el ser humano no puede escapar al hecho de que, por su 237 Véase supra 37a. Es decir, uno puede opin�r falsedades
propia constitución sensible, el mundo se le presenta o aparece ("aunque en ocasiones no sea acerca de lo que es, ni de lo que ha
como siendo de un modo u otro. Las apariencias de los buenos sido ni de lo que será").
(véase ta phantásmata en 40a9), sin embargo, coinciden con la 238 Para la discusión pormenorizada de la opinión falsa y ver­
realidad. Lo "verdadero" es lo "real"; "verdad", entonces, debe dadera véase Platón, Teeteto, 194a-195e y Sofista, 236d, 240d-24la
entenderse en sentido ontológico: lo que efectivamente es algo. etpassim.

264 265
PROTARCO: Sí. PROTARco: Sócrates, eso también es necesariamente
así. 40e
SóCRATES : ¿y qué? iNo tenemos que conceder tan­
to a los dolores como a los placeres la condición -.......,
,...-··----,.·-·

análoga a estos casos en ellos? [Los6ados afectivos -como temor o cdlera- tienen
PROTARCO: iEn qué sentido? contenido proposicional]
SócRATES: En el sentido de que para el que siente un
placer en absoluto, de cualquier manera o al azar, SóCRATES : ¿y no es cierto que el mismo argumento ;
realm$12\e siempre siente dicho placer, aunque a podría aplicarse a los temores, estados coléricos y
. a todo lo que es de esta índole, esto es, que todo
i veces µo¿�s ac�r:.c:a_ d�Jº-'ll!e es ni de lo que ha
:. sido, o muchas veces -o incluso tal vez muchísi- lo que es de esta índole también es en ocasiones
mas veces- de lo que nunca va a ser.239 falso?
PROTARco: Sí, desde luego.
239 Es siempre difícil encontrar una interpretación apropiada SóCRATEs: ¿y qué? i Podemos decir que las opiniones
del participio griego tO ón, que puede significar "lo que es", "lo malas y buenas lo son de otra manera que por
que es el caso" (esto es, lo que es verdadero) o, de un modo más
general, i'lo existente". Opto por traducir "lo que es", que en es­ volverse falsas?
pañol t�ene casi la misma ambigüedad que en griego el participio PROTARco: No, no de otra manera.
sustantivado tO ón, pues puede significar "Jo que es el caso" o "lo
existente". Tal vez en pasajes de este tipo no hay para Platón una SóCRATES : Tampoco, creo yo al menos, nos damos
diferencia decisiva entre ambas cosas, pues hay un sentido en cuenta de que los placeres son malos de otra ma­
que "lo que es el caso" es también "lo existente" en el sentido del
"verdadero estado de cosas". Damascio ofrece cuatro interesan­ nera que por el hecho de que son falsos. 240
tes argumentos para explicar el giro epi me oúsi aplicado al caso
del placer: '¡En efecto, (i) tal como son falsas las opiniones [que
se refieren a] lo que no es, así también [lo son] los placeres [que se en (i) el placer es falso porque uno ha aceptado que algo posee
refieren a] lo que no es placentero; por ejemplo, si uno se com­ una cualidad que, en realidad, no posee (es decir, se ha conven­
placiera habiendo aceptado lo amargo como dulce. Además, (ii) cido de que algo que es amargo en realidad es dulce); en (ii) uno
tal como el que considera que está en el bien, aunque no lo esté, cree que algo es placentero, aunque no hay nada placentero que
está en la falsedad, así también el que cree que se .está compla­ lo habilite a creer eso. El argumento (iii) apunta a la explicación
ciendo (hédesthai), aunque no posea nada placentero, está en la de Protarco de por qué el placer siempre es verdadero: el placer
falsedad. Además, (iii) el placer es un estado afectivo (páthos), es un estado afectivo y, como tal, es siempre verdadero (porque es
pero ntngún estado afectivo se engaña (parágei) a sí mismo, sino real) para el que lo experimenta. Pero ese estado afectivo placen­
que es generado por lo que lo produ�e; pues bien, así también tero puede ser falso debido a una creencia y apariencia falsa; es
éste (esto es, el placer) [es producidoJ por lo placentero. ¿Cómo, decir que Damascio, muy platónicamente, parece pensar que la
entonces, se complace? Pues no hay presente nada placentero. creencia no es independiente del estado afectivo y, dado que la
[Se complace], por tanto, a causa de una opinión y apariencia apariencia (phantasz'a) tiene contenido proposicional (véase Pla­
[phantasíaJ !alsas. Por consiguiente, lo producido -que era el tón, Sofista, 263d6-8; 264b2), una apariencia falsa puede generar
estado afectivo, el cual era el placer- es falso. Además, (iv) pla­ un estado afectivo falso. El argumento (iv) prácticamente va por
cer y �olor se dan en.teramente junto con la sensación; pero las el mismo camino.
sensaciones son verdaderas y falsas. Por tanto, los placeres están 240 Esta línea confirma, de manera inequívoca a mi juicio,
unidos a ellas" (Comentario al Filebo, 170; véase también 186). que los predicados i'verdadero" o "falso" aplicados a los placeres
En (i) y (ii) Damascio parece explicar la falsedad de los placeres o dolores no pueden tener un significado proposicional: "falso"
como una consecuencia de ciertos estados de creencia (falsos): es lo mismo que 'imalo" y "verdadero" lo mismo que "bueno".

267
266
41a PROTARCO: i Sócrates, lo que has dicho es exactamente existen ... No obstante, hasta que esta creencia se
lo contrario [de lo que es el casoJ ! Pues no hay establezca entre nosotros, sin duda es imposible
duda de que prácticamente nadie sostendría que que quede sin cuestionamiento.242
tanto los dolores como los placeres son malos por PROTARco: Correcto...
i su falsedad, sino ¡:>orque coi�ciden con una mal­ SócRATES: Como atletas, dirijámonos entonces a este
dad significativa q�e·�� diferente y enorme. argumento.
SóCRATES: Pues bien, discutiremos un poco más tarde PROTARCO: Encaminémonos [a él].
los placeres malos y a causa de qué maldad son de SócRATES: Si recordamos, dijimos un poco antes que
tal índole, si es que todavía te parece apropiado. cuando los denominados "deseos" están en no- 41c
Sin embargo, de otra maner3--t-<lnemos que discu- sotros, entonces el cuerpo por separado se dis­
. '
' tingue del alma a causa de sus estados afectivos. 243
4!b tir los numerosos [placereslfelsos que no sólo a
menudo están en nosotros, sino que también nos PROTARCO: Lo recordamos, eso fue lo que se dijo antes.
sobrevienen. En efecto, tal vez habremos de va­ SócRATES: ¿y no es cierto que el alma era la que de­
lernos de estos detalles en relación con nuestras seaba los estados contrarios a los del cuerpo y
decisiones.241 que, en cambio, era el cuerpo el que proveía el
PROTARCO: iY cómo no, si es que, en realidad, [tales dolor o un cierto tipo de placer a causa de su es­
placeres] existen! tado afectivo ?244
SócRATES: Pero Protarco, al menos en mi opinión PROTARCO: Sí, lo era.

Desde nuestra perspectiva puede resultar un poco extraño que 242 O, tal vez mejor, "no examinada" o "no refutada" (ané­
predicados de "carácter descriptivo", por así decir (como "ver­ lenkton·' sobre el uso de esta palabra en Platón, véase Gorgias, 467a
dadero" o "falso"), tengan también un valor normativo como y 482b; Sofista, 230d7). Aunque en el contexto el vocablo ané·
"bueno" o ('malo". Pero para Platón el paso de un nivel al otro es lenkton parece significar "sin cuestionamiento" o "sin examen"' es
bastante clara la referencia de Platón al problema de la refutac1on.,
absolutamente plausible, sobre todo si se tiene en cuenta que el
significado de "verdad" que parece tener a la vista es ontológico. (élenkhos). El sentido parece ser el sigu�ente: para que un� creencia
Delcomminette (2006, p. 425) sugiere que llamar "falso" a un (o una tesis, que para el caso es lo mismo) sea establecida como
placer no tiene sentido hasta que se lo "extrae" de la experiencia cierta, debe ser capaz de resistir el examen argumentativo que
subjetiva en la cual aparece y por eso la falsedad del placer "des­ mostrará que tal creencia es falsa (si es refutada) o que es verdadera
c�nsa [...] no en el contenido de la experiencia subjetiva misma, (si no puede refutarse). Es interesante el giro dramático que. hace
.
sino en la falsedad del concepto que estructura esta experiencia, Platón con sutileza y elegancia en este pasaje: aunque habitual­
aunque no podrá refutarse sino en el plano conceptual" (p. 426). mente Sócrates examina las creencias o tesis de sus interlocutores
Pero este pasaje del Filebo parece sugerir que Platón está ponien­ -de modo de ver si es posible refutarlas y, consecuentemente, si es
do el énfasis no en el "concepto que estructura la experiencia", posible mostrar su falsedad-, ahora el diálogo y la argumentación
sino más bien en la experiencia subjetiva. Dicho de otro mo­ se concentrarán en una tesis del propio Sócrates que será sometida
do, al parecer, la verdad o falsedad ·de un placer se funda en su al mismo escrutinio. Ésta es, probablemente, la manera que tiene ,
aspecto normativo positivo ("bueno" = verdadero) o negativo Platón de decir que los puntos de vista del vocero Sócrates, apa­
("malo" = falso). rentemente su propio punto de vista en varios diálogos, tampoco
241 Esto es, con las decisiones que tienen que ver con Ja deter­ están exentos del examen racional.
minación del lugar que ocupará el placer en la competencia por 243 Tal vez se refiere al pasaje 34c ss.
el bien con su competidor inmediato: Ja inteligencia o sabiduría. 244 Véase supra 35b-c.

268 269
SóCRATES : Infiere entonces lo que sucede en estos ca­ PROTARCO: Así son tales cosas, y esto es lo que nos
sos. proponemos discernir.
PROTARCO: Dímelo. SócRATES: iEntonces qué? En el caso de la visión, el
4ld SóCRATES: Lo que sucede es que, cuando se dan estas hecho de ver de lejos o de cerca los tamaños [de 42a
cosas, tanto dolores como placeres están situa­ las cosasJ oculta la verdad y hace que opinemos
dos juntos y, aunque ellos son () p_l!�st<:>s entre sí, falsedades; pero entonces, ino ocurre lo mismo
ambas sensaciones ocurren j(nÍ:amente: cosa que en el caso de los dolores y los placeres?247
también se mostró hace un m;;J;lento.24s PROTARco: Sí, Sócrates, y mucho más.
PROTARCO: Sí, así parece. SócRATES: No hay duda de que lo de ahora ha resulta­
SócRATES: ¿y no es cierto que también se ha dicho do contrario a lo de un poco antes...
lo siguiente y hemos establecido el siguiente PROTARCO: ¿Qué estás diciendo?
acuerdo? SócRATES : En ese momento estas opiniones, al vol­
PROTARCO: ¿cuál? verse no sóloJalsas sin,o tarnbiénxerdaderas, lle­
SócRATEs: Que estas dos cosas, tanto dolor como pla­ naron p�r completo con su propio estado afecti­
cer, (idmiten el más y el menos, y que se encuen­ vo tanto a los dolores como a los placeres a la vez.
tran ent�e fos <:;sa; iÍirnitadas.246 PROTARCO: Completamente cierto. 42b
PRoTARco: Sí, se ha dicho, ¿y qué hay con eso? SóCRAfES : Ahora, sin embargo, al cambiar en cada
SóCRATES: Y bien, iqué recurso hay para discernir co­ ocasión por ser vistos de lejos o de cerca y, a la
rrectamente esto? vez, por ser puestos lado a lado unos con otros,
4le PROTARCO: (Dónde y cómo? los placeres parecen más grandes y más intensos
Sóc�r:Es: Si en algunos de tales casos tenemos la [comparados con] lo doloroso, y los dolores, a
!Útencióifde discerniry I?Xetendemos distinguir su vez, [comparados] con los placeres parecen lo
síempre cuál de ellos es más grande y más peque­ contrario de aquéllos.
ño el uno respecto del otro, o cuál es más fuerte PROTARCO: Es indispensable que sucedan tales cosas
1 o más intenso: dolor respecto de placer, dolor res­ debido a esas circunstancias.
pecto de dolor, y placer respecto de placer. SóCRATES: Así, pues, en la medida en que unos y otros
parecen más grandes y más pequeños que lo que
245 Creo que en estas líneas es bastante claro que aísthesis son, y si uno distingue de cada uno de ellos eso
no puede significar "percepción", sino "sensación" en el sentido que es aparente, pero no real, no vas a argumen- 42c
sensorio más básico y elementaL'Tanto placer como dolor son
entendidos por Platón como "sensaciones de placer y dolor". PaM tar que esa apariencia es correcta ni te atreverás a
ra los variados ejemplos de sensación en Platón (que incluyen
sentidos, como vista y oído, sensaciones de calor o frío, placeres, 247 Esta descripción parece evocar el argumento del "arte de
dolores, apetitos y temores), véase Teeteto, 156b. la medida" en el Protágoras (véase 356d ss., Bossi, 2008, cap. 1 y
246 Véase supra 24bMc. nuestra Introducción, sección 1).

270 271
argumentar que la porción de placer y dolor que PROTARCo : Correcto.
se da en eso es correcta o verdadera.248 SócRATES. ¿y qué sucede cuando ninguna de esas co­
PROTARco : Desde luego que no. saszso ocurre en relación con nuestro cuerpo?
SócRATES: Pues bien, a continuación de esto veremos PROTARCo : Sócrates, ¿cuándo sucedería eso?
si de esta manera encontramos en los animales SócRATES: La pregunta que estabas formulando aho-
placeres y dolores que sean aún más falsos que ra, Protarco, no tiene nada que ver con nuestro 42e
éstos, tanto en apariencia como en la realidad. argumento.
PROTARco : ¿A cuáles te refieres y en qué sentido lo PROTARCO: ¿Por qué?
dices? SócRATES: Porque no impides que yo te vuelva a hacer
SócRArns: Con frecuencia se ha dicho que, cuando la mi pregunta...
naturaleza de cada uno [de esos animalesJ se des� PROTARCO: ¿cuál?
truye a causa de combinaciones y separaciones, SócRATES: Si no sucediera tal cosa, Protarco, pregun­
42d repleciones y vaciamientos, ciertos crecimientos taré: ¿qué tiene que resultar a partir de eso para
y decrecimientos, resulta ser que ocurren no sólo nosotros?
dolores, sufrimientos y penas, sino también to­ PROTARCO: ¿Te refieres a cuando el cuerpo no es
das las cosas que tienen nombres de este tipo. puesto en movimiento en ninguna de las dos
PROTARCO: Sí, eso se ha dicho con frecuencia... dírecciones?2s1
SócRATEs: Pero cuando se restablece en dirección de SócRATES: Así es.
su propia naturaleza, admitiremos, como lo esta­ PROTARCO: Es sin duda obvio, Sócrates, que en tal ca­
blecimos nosotros mismos, este restablecimiento so no habría placer ni tampoco dolor.
como "placer".249 SóCRATES : i Respondiste perfectamente ! ; creo, no 43a
obstante, que lo que quieres decir es lo siguiente:
24 8 Éste es el argumento que presenta el "placer falso" en el que, como afirman los sabios, es necesario que
sentido de un error de cálculo (véase nuestra Introducción, sec­
siempre nos suceda alguno de ellos, pues todas las c;
ción 5).
249 Algunos pasos y premisas del arguménto ya han sido ade­ cosas están siempre fluyendo de arriba abajo.zs2
lantados en secciones anteriores del diálogo; sin embargo, el ar­
gumento razonablemente puede reconstruirse en los siguientes
pasos: (i) Un animal se encuentra en una condición balanceada condición estable en la propia naturaleza del ser vivo y el dolor
o buena cuando se encuentra armoniosamente dispuesto; (ii) su opuesto.
cuando esa armonía o balance se destruye (véase 31d4), la natu­ 250 Es decir, la ruptura del balance o condición natural del
raleza o condición apropiada del "nimal se destruye, lo que hace ser vivo, por un lado, y el restablecimiento de dicho balance o
que tenga lugar el dolor. (iii) El dolor, por ende, puede caracte­ condición natural, por el otro.
rizarse como la destrucción de la naturaleza propia del animal. 251 Es decir, ni en la dirección del placer (el restablecimiento
(iv) Ahora bien, si el dolor es la disolución o destrucción de la de la condición natural) ni en la del dolor (la ruptura de tal con­
condición apropiada del animal, su opuesto (el placer) deberá ser dición natural).
el regreso o la restauración del animal hacia su propia naturale­ 252 La referencia a "los sabios" claramente es irónica y, proba­
za (véase 32b3-4). (v) Por consiguiente, el placer constituye una blemente, se refiere (como en Teeteto, 152e) no sólo a Heráclito,

272 273
J -:' .
' :,;--.,--
\::..

PROTARCO: Sí, eso es lo que dicen y, al parecer, lo que pasa inadvertido que estamos creciendo o que es·
dicen no es vulgar.253 tamos padeciendo una afección de este tipo, o es
SóCRATES: iCómo podrían hacerlo si no son vulga­ que sucede todo lo contrario?
res? Pero sin duda deseo evitar este argumento PROTARCO: Sin duda, todo lo contrario, pues prácti·
que se me presenta; pues bien, pienso escapar por ca!Il€nt"°'t.
· '°
odas las cosas de esa índole nos pasan
·-.._,
aquí, y en cuanto a ti... i escapa conmigo! ig!!cJ.v<ertidas.zss
PROTARCO: Di por dónde.. . SócRATES : Entonces, lo que argumentamos hace un
SócRATES: Y bien, "que esto sea así", les díremos; pero momentoZ56 no está correctamente argumentado,
43b tú responde : ies que acaso todos los seres ani- a saber, que los cambios que suceden de arriba
,,- .--,"
mados, cuando son afectados en algo, sie_!llPr.<:'. se abajo son los que producen tanto los dolores co·
dan cuenta254 de la afección que padecen y no nos mo los placeres. 2s7
..
PROTARCO: ¿y qué hay con eso?
_______ �

sino también a Protágoras y Empédocles (véase también Teeteto, SócRATES: Qye de esta manera lo que se argumenta 43c
152e, 181a, 182d-e, y Crdtilo, 439d). Para la explicación de la inclu­
sión de Empédocles en la lista de los sabios me permito -remitir a
será mejor y menos atacable.
mi n. 62 a Teeteto, 152e en Boeri (2006). Ésta, como señala Carone PROTARCO: iDe qué manera?
(2005, p. 80), sería una de las imágenes metafísicas incompati­
bles con que el hedonismo coquetea: la tesis- del flujo radical de
SócRATES: De manera que los ca1nbios grand es nos
todas las cosas, la cual implicaría que, si no hay estabilidad en el producen no sólo dolores, sino también place-
universo, tampoco puede haberla en el individuo. La otra sería la
imagen de la presencia estable en todos los productos buenos del
res; tanto los moderados como los pequeños, en
arte. El otro aspecto importante y "no vulgar" de esta afirmación cambio, no producen en absoluto ninguna de -­

(a saber, "es necesario que siempre nos suceda -o sobrevenga- uno


de ellos") es que ese estado armónico en el que no hay dolor ni
esas dos cosas.
placer no es nunca permanente (véase Frede, 1992, p. 440), pues PROTARCO: Sócrates, de esta manera es más correcto
los estados del ser vivo son siempre "fluyentes" o cambiantes, y
nunca permanecen estables. Ésta es una buena razón, en opinión que de aquélla .
de Platón, para rechazar la tesis de que ese estado o condición
armónica pasajero puede identificarse con un "estado feliz", que
requiere una cierta permanencia (véase supra lld4-5).
253 El modo en que Platón introduce aquí una posición con
la que no está de acuerdo ("todo está en permanente flujo"), pe­
ro que, no obstante, vale la pena discutir es muy similar al modo 255 Es decir, estados afectivos (tales como el crecimiento o
en que presenta la tesis protagórea del homo mensura en Teeteto, decrecimiento) nos pasan inadvertidos y no son relevantes en la
152a, donde también califica a la tesis de Protágoras de "nada producción y explicación de los dolores y placeres (ver enseguida
vulgar" (ou phaülos). 43c).
254 Con "se dan cuenta" traduzco el griego aisthdnetai (43b2)i 256 Véase 43a3.
que ése es el significado del vocablo en el pasaje es claro por la 257 Como se advierte enseguida, el argumento va en la direc­
oposición que hace Platón de esa palabra con lanthánomen en ción de tratar de mostrar que no todos los cambios (esto es, "los
43b3 ("nos pasa inadvertido" o "no nos damos cuenta"). No cambios que suceden de arriba abajo") son responsables de la
quiero sugerir con esto que ya en Platón hay una noción clara de producción de dolores y placeres, sino sólo los cambios grandes
"conciencia", aunque no creo que sea exagerado pensar que hay o significativos. Los cambios moderados e insignificantes no
una noción más o menos clara de "conciencia perceptiva". producen ninguna de las dos cosas.

274 275
[Elplacer no es lo mismo que la cesación del dolor] sas, cualquiera que desees, o para usar nombres
que se tienen en mucha estima, oro, plata y, en
SócRATES: Pues bien, si esto es así, sobrevendrá de tercer lugar, lo que no es ninguno de ellos.
nuevo el tipo de vida mencionado hace un mo­ PROTARCO: Qieda establecido...
mento. SóCRATES : ¿podría ocurrir que el que no es ninguno
PROTARCO: ¿Cuál? de ellos se nos convirtiera en uno de ellos, a saber,
SócRATES: El que estábamos diciendo que carece de en oro o en plata?
dolor y de placer.2ss PROTARCO: iiCómo podría hacerlo?!
PROTARCO: iLo que dices es completamente cierto! SóCRATES: Por consiguiente, jamás podría ser correc­
SócRATES : A partir de estos [argumentos], entonces, to llamar "placentero" o "doloroso" al tipo inter­
establezcamos tres tipos de vida para nosotros: medio de vida, y en caso de que alguien opinara
43d uno el de placer, otro el de dolor y otro el que no que sí [lo es], no podría opinárselo, ni si lo dijera
es ni lo uno ni lo otro. ¿o cómo te expresarías tú podría decírselo, al menos de acuerdo con la ex­
respecto de ellos?2s9 plicación correcta.260
PROTARCO: Yo al menos no lo diría de otra manera PRoTARCO: iCómo se habría de poder?
que así, a saber, que hay tres tipos de vida. SócRATES: No obstante, amigo mío, no hay duda de 44a
SócRATES: ¿y no es cierto que "no sentir dolor" nunca que nos damos cuenta de que hay algunos que lo
podría ser lo mismo que "sentir placer"? dicen y lo opinan.
PROTARCO: ¿Cómo podría serlo? PROTARco: Sí, sin duda.
SócRATES: Por tanto, cada vez que escuches que lo SócRATEs: Entonces, ies que acaso creen que en ese
más placentero de todo es pasar la vida entera momento, cuando no sienten dolor, sienten pla­
sin dolor, i qué es lo que supones que en ese caso cer?
quiere decir el que dice tal cosa? PROTARCO: Sí, eso dicen.
PROTARCO: Me parece que lo que ése quiere decir es SócRATES: Por consiguiente, creen que en ese mo­
que no sentir dolor es algo placentero... mento sienten placer, pues no lo dirían [si no
43e SóCRATES: Pues bien, establece que tenemos tres co- fuera el caso] .

260 Ésta es una primera conclusión parcial del argumento en


258 Éste es el tipo de vida "neutro" desde el punto de vista contra de la tesis de que es placentero el tipo de vida en el que
de los estados de placer o dolor. Aquí comienza el argumento hay ausencia de dolor. Platón procede, como es habitual, por
(que se extiende al menos hasta 44b) para mostrar que el placer vía inductiva para mostrar que de dos cosas diferentes no puede
no puede entenderse como "ausencia de dolor". Sobre el par­ obtenerse una tercera cosa, por cuanto esas dos cosas de las que
ticular véase Frede (1992), p. 448, n. 29. Para un posible desa­ se compone una tercera son de naturaleza diferente (esta explica�
rrollo de esta idea por parte de Epicuro, me permito remitir a ción se establece con un poco más de claridad enseguida; véase
Boeri (2010). 44a9-11). El "tipo intermedio de vida" (mésos bíos) es el tipo de
Z59 Véase supra lld-e. vida en el cual no hay dolor ni placer. Ver la nota que sigue.

276 277
PROTARCO: Así parece... PROTARCO: Sócrates, icómo es, pues, que nos estamos
SóCRATES: Por cierto que lo que opinan sobre sentir preguntando a nosotros mismos esto ahora? Pues
placer es falso, si es que, en realidad, la naturaleza no lo comprendo...
de "no sentir dolor" y la de "sentir placer" están SócRATES: Eso se debe, Protarco, a que no conoces a
separadas la una de la otra.261 los verdaderos enemigos de Filebo aquí presen­
PROTARCO: Sin duda, estaban separadas la una de la tes.263 /
otra. PROTARCO: iQ¡iénes dices que son ellos?
SócRATES: i Decidiremos entonces que estos [estados] SócRATES: Personas extremadamente hábiles en argu­
44b en nosotros son, como hace un momento, tres o mentar sobre los asuntQS·relativos a la naturaleza,
que solamente son dos, el dolor que para los seres quienes sostienen que no hay placeres en abso­
-./ . .
humanos es un mal, y la liberación de los do­ luto.264
lores que, siendo ello mismo un bien, se llama
"placentero"?262 no sólo prueba que no sentir dolor no puede ser lo mismo que
el placer, sino también que no es muy claro cuál es el status de
dicho estado intermedio, que en algunas ocasiones puede aso­
261 O sea, son diferentes y, si son diferentes, su esencia tam­ ciarse al placer y en otras al dolor.
bién es diferente. Sentir placer y no sentir dolor, por ende, no 263 El tono de esta afirmación ("los verdaderos enemigos de
pueden ser lo mismo, de donde se sigue que el placer no es la me­ Filebo") puede estar indicando que Sócrates está particularmen­
ra ausencia de dolor. Todo el argumento es adelantado, de una te interesado en dejar en claro que él no es un enemigo real de
manera mucho más detallada, en un notable pasaje de República, Filebo, es decir, que no es enemigo de pensar que el placer debe
IX, que vale la pena esquematizar rápidamente en los siguientes ser incorporado a la vida buena (aunque no cualquier especie
pasos: (i) el dolor es lo opuesto del placer; (ii) hay "algo" (11) de placer); hay, en efecto, un sentido en el que Sócrates no es
que no es placer ni dolor; (iii) ese algo intermedio entre placer exactamente un "enemigo" teórico de Filebo, pues el enfoque
y dolor es una "cierta calma del alma" (hesykhía tis tés psykhés); socrático a medida que el diálogo avanza es que el placer debe
(iv) los enfermos creen que estar sano es lo más placentero, esto ser incorporado a la vida buena (aunque, ciertamente, refinán­
es, quien está padeciendo un dolor cree que lo más placentero dolo). Los verdaderos enemigos de Filebo son los que sostienen
es la cesación (paúsasthat) de dicho dolor, cesación que puede que no hay placeres en absoluto, lo que, leído con el trasfondo de
entenderse como la ausencia de dolor; (v) hay circunstancias en la discusión relevante, debe significar que en una vida buena (es
que uno está adolorido y no elogia el placer (khaírein), sino el decir, de buena calidad) no hay lugar para el placer (en ningún
hecho de no sentir dolor (tO me lypefsthaz), que es un estado de sentido posible de "placer").
calma (eso se debe a que un estado de cahrta se vuelve placentero 264 El giro "los enemigos de Filebo" -que niegan que haya
y agradable en esemomento); (vi) sin embargo, cuando uno deja de placer- puede ser (como sugiere Harth, 1908, pp. 37-8) una ma­
sentir placer, esa 1'calma de placer" se volverá dolorosa; (vii) por nera de hacer referencia al socrático Antístenes (445-365 a.C.),
consiguiente, el estado de calma entendido como intermedio fundador del cinismo, quien parece haber sentenciado: "podría
entre dolor y placer, en . ocasiones será ambas cosas (tanto dolor enloquecer antes que sentir placer" (véase Diógenes Laercio,
como placer). Pero como no es posible para lo que no es ni placer VI.3 frag. 122 ed. Giannantoni; véase también Sexto Empi­
=

ni dolor volverse placer y dolor, no puede ser correcto creer que rico, Esbozos pirrónicos, IIl.181; Clemente, Misceláneas, II.121.1).
"no sentir dolor" (tO me algefn) es placentero o que "no sentir El vocero Sócrates, como he sugerido en la nota anterior, no
placer" (to mCkhaírein) es doloroso (República, IX.583c3-584a5). suscribe la tesis que niega la existencia de placeres; en realidad,
262 Todo el argumento anterior (leído en conexión con el en vista del que parece ser el candidato más apropiado a ganar
pasaje paralelo de República, IX) tendría que eliminar la consi­ la competencia por el bien (la vida mixta) no podría hacerlo, ya
deración del estado o tipo de vida intermedio como un "estado que la vida mixta presupone en ella la existencia de al menos
feliz" posible, además del estado de placer y dolor; el argumento cierto tipo de placeres (esto es, los que son puros). Como señala

278 279
PROTARCO: iiQ¡é?! entonces, valerte de ellos así y examinar además
44c SócRATES : Todos esos que los del círculo de Filebo sus otras quejas; después de esto te enterarás de
ahora denominan "placeres" son "escapes de los qué placeres me parece que son verdaderos p_ara
dolores".26s que, después de examinarlos desde ambas expli­
PROTARCO: Bien, Sócrates, i pero es que nos aconsejas caciones, presentemos el poder del placer para
obedecerlos o qué? nuestra decisión. 268
SócRATES: Obedecerlos no, sino servirnos [de ellos] PROTARCO: Tienes razón.
como de ciertos adivinos que adivinan no por un SócRATES: Entonces persigámoslos como sus aliados,
arte, sino por una cierta dificultad266 de su natu­ en la huella de su dificultad; pues creo que dicen
raleza que no carece de nobleza; pero ellos han algo del siguiente tipo: comenzando desde arri-

/,v..-(
llegado a odiar demasiado el poder del placer y ba, como si quisiéramos ver la naturaleza de una 44e
a juzgar que no se trata de nada sano, a punto forma cualquiera, como la de lo duro, iacaso la j/ -'

tal que [consideran que] el atractivo mismo del entenderíamos más si de esta manera dirigimos 1 '
44d placer es un encantamiento, no placer.267 Podrías, nuestra mirada a las cosas en extremo duras o a
las que son insignificantes en dureza? No hay du-
Hampton (1990, p. 65), al comienzo del diálogo Sócrates parece da, Protarco, de que tú debes responder también
suscribir la tesis que sostiene que una vida buena es una vida de
pura inteligencia (véase 32e�33c), pero a esta altura del diálogo ya a estas personas difíciles, como si me respondie-
ha abandonado esa posición. ras a mí.
265 Para someter a prueba la tesis de los verdaderos enemigos
de Filebo, Sócrates propone considerar ciertos casos extremos PROTARCO: Por supuesto que sí, y les respondo que
que tienen que ver con los placeres "más elevados o intensos" [dirijo mi mirada a] las cosas que son prioritarias
(véase infra45a). La idea que gobierna la prueba a la que Sócrates
somete la tesis de los enemigos de Filebo es que la satisfacción en cuanto a su importancia.
de ciertos deseos puede (i) implicar un dolor, no un placer (véase SócRATES: Entonces, si también quisiéramos ver qué
46a-b y, sobre todo, 46d-47a. El ejemplo del rascado cuando hay
una picazón es bueno pues en él es difícil distinguir con claridad naturaleza tiene el género del placer, no tenemos 45a
placer de dolor), (ii) puede producir más placer que dolor (véase que dirigir nuestra mirada a los placeres insigni­
47a-b), o (iii) puede resultar en la misma cantidad de placer y
dolor (véase 47c-d). Pero en cualquiera de dichos casos se da una ficantes, sino a los que se llaman "más elevados
mezcla de placer y dolor. e intensos".
266 El griego es dyskherefa (véase. injfa 44e y 46a: "los difíci­
les", "las personas difíciles", dyskherefs). Para las dificultades de PROTARCO: Cualquiera coincidiría ahora contigo en
este pasaje véase Delcomminette (2006), pp. 429-30. eso.269
267 Se trata de la misma idea adelantada ya en República, X:
cuando la calma está próxima a lo doloroso (a)parece (phaíne­
tat) placentera; cuando está próxima a lo placentero (a)parece 268 Se refiere a la decisión (krísis) de para quién sería el pri­
dolorosa. Pero, en lo que se refiere a la verdad del placer, no hay mero o segundo premio en la competencia por el bien, si para el
nada sano en esas apariencias (phantdsmata), sino que éste es "un placer o para la inteligencia o sabiduría (véase supra 27c8-l0).
cierto encantamiento" (goeteía tis, 584a7-10). Para la idea de que 269 Protarco acepta eufórico la sugerencia de Sócrates; eso es
los deseos y placeres tienen "poderes de encantamiento" véase así porque interpreta la afirmación de Sócrates en el sentido he­
también Platón, Fedón, 81b. donista burdo de mayor cantidad de placeres fuertes o intensos.

280 281
SócRATES : Pues bien, como decimos con frecueucia, quisiera ver los más grandes placeres tendría que
ies que acaso no son estos placeres del cuerpo los examinarlos encaminándose---- no a la salud, sino a
-- / __

más a la mano y los más grandes?


-,--��

l� �Jlferill�clad? Mira, no vayas a creer que yo es-


PROTARCO: Sí, desde luego. toy pensando en preguntarte si sienten más placer
SóCRATES: Entonces, (acaso son y se vuelven mayo­ los que están muy enfermos que los sanos, sino
res en relación con los enfermos en sus enferme­ que deJ:¡�s__c¡"er que lo que yo estoy investigando
; '
dades o en relación con los sanos? Tengamos la es la!nagnitud del placer y dónde se origina en ca-
!._,,� �- � , /
precaución de no cometer, en cierto modo, un da ocasión la Í!!_len�tj__qd
respecto de él. En efecto,
____

error si respondemos de manera precipitada, pues estamos sosteníendo que hay que entender cuál
45b quizá podríamos decir rápido "en relación con es su naturaleza y qué es lo que argumentan quie­
los sanos". nes afirman que el placer no existe en absoluto.
PROTARCO: Es plausible. PRoTARco: Casi estoy siguiendo tu argumento... 45d
SócRATES : Y qué, ino son los placeres más intensos SócRATES : Protarco, [es por eso que] en no menor
aquellos que. preceden a los deseos más grandes ? medida pronto Jo comprobarás; responde enton­
----------- ---------
PROTARCO : Sí, es cierto. ces: (ves placeres más grandes -no quiero decir
SócRATES : iNo son los afiebrados y los que se encuen­ "más numerosos", sino que sobresalen en inten­
tran en estados enfermizos de esa índole los que sidad y grado- en la desmesura o en la vida mo­
tienen más sed, frío y todas aquellas afecciones derada? i Presta atención [a lo que te pregunto] y
que suelen experimentarse por medio del cuerpo, responde ! 270
y no son ' os, que se encuentran en una condi­ PROTARCO: Ya comprendí lo que estás diciendo, y
ción de carencia, los que tienen los placeres más advierto que la diferencia es mucha, pues a los
/
grandes cuando logran saciar su carencia? iO es moderados tal vez los contiene la sentencia que,
que vamos a sostener que esto no es cierto? a modo de proverbio, en cada caso recomienda
PROTARCO: No hay duda de que lo que se ha dicho "nada en demasía'',271 y a la cual obedecen. En
parece enteramente cierto.
45c SócRATES: Y qué, ipodría parecer que estamos argu­ 270 Un placer cualitativamente intenso es diferente de un pla�
cer cuantitativamente grande o numeroso. Esta observación es
mentando correctamente si [decimos] que si uno retomada cuando Sócrates incorpora cierto tipo de placeres a la
vida buena. El aspecto cualitativo del placer es importante y, en
cierto modo, retoma la distinción de tipos o especies de placer
Sin embargo, si mi interpretación del griego en la línea 45a1�2 que Sócrates ya había introducido y de�endido al comi:nzo del
(eis tas akrotátas kai sphodrotdtas legoménas: "a los que se llaman diálogo para mostrarle a Protarco que s1 hay especies. diferentes
�ás elevados e intensos") es correcta, es probable que con el ad­ de placer, y que si alguna especie de placer puede eventualmente
Jetivo akrotdtas ('1más elevados") Sócrates no esté únicamente producir un daño, hay una razón poderosa para sospechar que
refiriéndose a una intensidad cuantitativa del placer, sino tam­ el bien no puede identificarse con el placer sin más.
bién cualitativa. Sócrates parece concentrarse en ese aspecto del 271 Es la célebre sentencia atribuida al sabio espartano Q!li�
placer un poco más abajo en el texto (véase 45d). Ión (véase Diógenes Laercio, 1.41; véase también 1.63 y 11.32),

282
283
cambio, a lo que es propio de quienes carecen de PROTARCO: Por supuesto que sí.273
moderación y son desmesurados el intenso placer SócRATES: Entonces, luego de escoger algunos de
que lo domina los hace dar gritos hasta la locura. ellos, hay que examinar cómo son y [por qué] es­
SócRATEs: Bien; si esto es así, resulta manifiesto que tábamos diciendo que ellos eran los más grandes.
1 los placeres más grandes y los dolores más gran- PROTARCO: Es necesario. 46a


v des surgen en cierta perversidad del alma y del
{¡ cuerpo, no en su excelencia.272
\
[Losplaceres mezclados con dolores]

uno de los siete sabios de Grecia (junto con Tales, Solón, Perian­ SócRATES: Examina entonces los placeres de determi­
dro, Cleobulo, Biante y Pítaco; Diógenes Laercio, !.13). Si los nadas enfermedades y de qurtipo son:
moderados son "contenidos" por la sentencia "nada en dema­ -
sía", tienen un conflicto de motivaciones. A los que carecen de PRorARCü: a :íe cuál�s ?
m?d�ración y son desmesurados, en cambio, al no tener ningún
. SócRATES: Los de las [enfermedades] indecentes, 274 que
pnnc1p10 q�e regule o controle su deseo, la intensidad del placer
que los gobierna los lleva hasta la locura. "Lo que es propio de laspersonas difícilesque mencionamos275 detestan
los que carecen de moderación" (tO tón aphrónon te kai hybristón) completamente.
debe ser lo apetitivo (véase República, IV.439c5-7). Pero iqué es
lo que conttene a los moderados? ¿La sola sentencia "nada en PROTARCO: iCuáles?
exceso"? No, sino su alma racional que "impide" el embate de SócRATES: Por ejemplo, las curaciones de la picazón
los deseos o apetitos irracionales
272 Los placeres y los dolores más grandes resultan de cier­ mediante el rascado y cuantas cosas son por el
t� perversidad (ponería) del alma y del cuerpo. Cómo surgen estilo, que no precisan de otro remedio. 276 iPor los
dichos placeres y dolores de la perversidad del alma resulta re­
lativamente claro: mi creencia (un estado anímico) de que es
correcto beber en exceso porque me gusta el vino, por ejemplo, (véase Sobre el alma, 414a19-20, para cuyo análisis me permito
hace que se genere en mí un deseo (un ítem anímico) por esa enviar a Boeri, 2009d).
bebida alcohólica y, al satisfacer dicho deseo, un enorme placer
273 En este momento del diálogo (pero tal vez incluso un
cuando bebo (en exceso) y disfruto de él. Inversamente, esa poco antes) Protarco, el aprendiz de hedonista burdo, ya ha co­
misma creencia hace que, después de beber en exceso, se pro­ menzado a razonar como alguien que encuentra impedimentos
duzca en mí un enorme dolor físico {porque me descompon­ en una vida de puro placer. Recuérdese que en 21b, un poco an�
go o sufro :in ataque al hígado) o psicológico {porque pienso tes del argumento del molusco, Protarco declaraba que si fuese
en la estupidez que cometí). Pero ¿en qué sentido habría que capaz de saciarse y de disfrutar de todos los placeres, tendría una
entend:r que los placeres y dolores más grandes surgen de la vida completa y no precisaría de nada más. Ahora, en cambio,
perv� rs1dad del cuerpo? Tal vez en el sentido de que un cuerpo admite que los placeres y dolores más grandes están asociados
dominado por un alma viciosa tiene una cierta inclinación a a una cierta '1perversidad" o "maldad" (ponería) del alma y el
satisfacer de modo inmediato, sin mediación racional alguna, cuerpo, no a su excelencia o perfección (arete').
los deseos; esta explicación tiene la dificultad de que, como se
274 Como sostiene Bury (1897, p. 101, n. 1 ad loe.), para que
. , el argumento tenga sentido no puede tratarse de "los indecentes"
ha visto (vease supra 34d-35c), Platón argumenta que el deseo
(epit�ymía) lo es del alma, no del cuerpo. Sin embargo, hay un (esto es, de las "personas indecentes", como sugiere Stallbaum),
sentido en que uno puede pensar que alma y cuerpo tienen una sino de las "enfermedades indecentes o repugnantes"
especie de simbiosis indiscernible en el sentido de que estados 275 Véase supra 44e.
a�ímicos (como l?s deseos) se manifiestan a través del cuerpo. 276 El ejemplo de la picazón y el rascarse ya aparece en Pla­
, fuera efectivamente el caso, Platón estaría adelantando
S1 este tón, Gorgias, 494c4-8 como parte de la estrategia de Sócrates de
aquí un importante dictum de la psicología aristotélica: el alma llevar al absurdo la tesis del hedonismo radical: si la vida buena
no es un cuerpo, pero no se da si no es a través de un cuerpo es lo mismo que la vida de placer, y si sentir picazón es un displa�

285
284
dioses! , iqué vamos a decir que experimentamos un estado y deshacerse del otro.27' [Se trata de] la
en ese momento, placer o dolor? llamada mezcla de lo dulce con lo amargo, que
PROTARco: Sócrates, esa combinación sin duda pare­ está presente junto con la incomodidad, y [pri- 46d
ce ser algo malo.. .277 mero] produce irritación y después una excita­
46b SócRATES : Por cierto que fue a causa de Filebo que ción salvaje.279
no hice referencia a [semejante] explicación; pero PROTARco : Lo que ahora estás diciendo es completa­
, sin esos placeres, Protarco, y lo que a ellos sigue, mente cierto.
! si no los tuviésemos en cuenta, prácticamente SócRATES: ¿y no es cierto que semejantes combina­
J nunca seríamos capaces de discernir lo que en ciones son igualmente las unas de dolores y tam­
este momento se está investigando. bién de placeres, en tanto que en [otras] ocasio­
PRoTARco: i Entonces debemos dirigirnos a los que les nes una o la otra predomina?
son familiares! PROTARCO: Sí, desde luego.
SócRATES: iTe refieres a los que participan en la mez­ SócRATES : Habla, entonces, de esas [combinaciones]
cla? que mencionábamos hace un momento, las de la
PROTARCO: Sí, por supuesto. picazón y las de los cosquilleos, cuando los dolo­
SóCRATES: Pues bien, hay mezclas corpóreas que se res superan a los placeres. Cuando la irritación y la
46c dan en los cuerpos mismos, en tanto que las del inflamación son interiores2soy uno no puede llegar
alma misma se dan en el alma. Y descubriremos a ellas por medio del rascado ni del movimiento,
dolores del alma y del cuerpo que están mezcla­
'./ dos con placeres, y ambos a veces se l m�n "pla­ � 278 La tesis de Sócrates es que "no sentir dolor" no es lo mis­
mo que '¡sentir placer" (véase 44a-b); no obstante, hay casos en
-
ceres}'? y a ve��s "dolores". los que parece correcto suponer que el ser vivo '1escapa de los do­
lores" (44c) pues procede a escapar o a librarse de una condición
PROTARCO: iQ¡é quieres decir? determinada y persigue otra; se trata de una exigencia que parece
SócRATES : Que cuando en el restablecimiento o la estar presente en el caso de los placeres mezclados.
279 El "restablecimiento y la destrucción" hacen referencia
destrucción uno experimenta a la vez estados al placer y el dolor, respectivamente. En efecto, como ya se ha
afectivos opuestos -cuando en un momento uno visto, los estados placenteros se habían caracterizado como es­
tados en los que el ser vivo se encuentra en un cierto balance o
tiene frío y se calienta, o cuando tiene calor y a condición estable, en tanto que el dolor, como la destrucción de
veces se enfría-, lo que busca es, creo, conservar la naturaleza o de dicha condición natural estable del ser vivo
(véase 3!d4; 42c9-10). El dolor destruye la condición o el balan­
ce apropiado del ser vivo. La "incomodidad" (dysapallaktía) hace
referencia a la intención de deshacerse del estado de dolor en que
cer y rascarse genera una situación placentera, entonces los que uno se encuentra; si se pudiera traducir literalmente el giro meta
se rascan cuando tienen picazón son felices. dysapallaktías en 46dl (y conservar un castellano razonable, cla­
277 Porque la picazón y el ulterior rascado, por ejemplo, tie­ ro está), debería decirse algo así como "junto con el deshacerse
nen ingredientes dolorosos (la picazón) y placenteros (el rascar­ [del estado de dolor o incomodidad]".
se; la picazón puede entenderse como un dolor porque es una 280 Sin leer en toís, un agregado de Burnet, innecesario en mi
incomodidad). opinión.

286 287
46e sólo hay un alivio superficial. Y cuando en ese es como si muriera, por cuanto se regocija con
momento se las acerca al fuego o a su opuesto, esos placeres. Y siempre los está persiguiendo por
y se las transforma con baños de vapor, a veces completo, tanto más cuanto más intemperante e
producen intensos placeres. En otras ocasiones, insensato resulte ser y, claro está, los llama "supre­
por el contrario, a las [partes] internas, en oposi­ mos", y cuenta como el más feliz al que perma­
ción [al dolor] de las externas, les proporcionan nentemente vive en ellos lo más posible.283
dolores mezclados con placeres, cualquiera sea el PROTARCO: En cuanto a todo lo que ocurre, Sócrates,
lado al que se inclinen,281 y [estos procedimientos] concluiste en la opinión de mucha gente.
hacen que por la fuerza se disperse lo que estaba SócRATES : Sí, Protarco, al menos en cuanto a los pla- 47c
mezclado o que se mezcle lo que estaba disperso, ceres, tanto externos como internos, que están
47a [de modo que] a la vez los dolores se presenten mezclados en los estados afectivos que son co­
junto con los placeres.2s2 munes al cuerpo mismo. Pero respecto de aque­
PROTARCo: Completamente cierto. llos en relación con los cuales el alma contribuye
SócRATES: A su vez, (no es cierto que, cuando en to­ con lo opuesto al cuerpo, a saber, a la vez un do­
dos los casos de la índole descripta el placer pre­ lor respecto de un placer y un placer respecto de
valece en la mezcla, la parte mezclada del dolor un dolor, de manera tal que ambos desembocan
1 , . .¡ ) no sólo produce un cosquilleo, sino que además en una sola mezcla, a ésos ya los explicamos antes
hace que se produzca una ligera irritación, y que [al decir] que cuando [unof está vacío; desea una
la parte esparcida del placer que predomina se repleción,284 y en su esperanza siente placer, pero
pone en tensión y hace que a veces dé saltos y, al al estar vacío [uno] siente dolor. En ese momento
(suministrarle toda clase de colores, figuras y pal­ no dimos testimonio de estos casos, pero ahora 47d
pitaciones, le produce una completa turbación y decimos que en todos estos casos extraordina­
hace que grite como un loco? rios, que son múltiples, cuando el alma no con­
47b PROTARCO: iSí, mucho ! cuerda con el cuerpo, resulta que se ha generado
SócRATES : Amigo mío, también le hace decir no só­ una única combinación tanto de dolor como de
lo a él sobre sí mismo, sino también a otro, que placer.

281 Serán dolores o placeres, según sea el estado afectivo que 283 Esta descripción corresponde en detalle al carácter de
predomine en la mezcla. Protarco al comienzo del diálogo (al comienzo del argumento
282 No es simple representarse con completaprecisión el pro­ del molusco): "Sócrates: ¿Tú aceptarías vivir toda tu vida disfru­
cedimiento (sin duda médico) en el que parece estar pensando tando de los más grandes placeres? Protarco: ¡¿porqué no habría
Platón; sin embargo, parece claro que las combinaciones de las de aceptarlo?!" (21a). De inmediato Protarco señala que eso es
que está hablando son aquellas en las cuales, mediante un pro­ lo que piensa "mucha gente" (pollón anthrópon, 47b9), pero él ya
cedimiento médico, se logra un alivio que, no obstante, implica parece excluirse de tal opinión.
un proceso doloroso. 284 Véase supra 35a6-7.

288 289
PROTARCO: Parece que lo que dices es completamente es mucho más dulce que la miel destilada",286 ya 48a
correcto. que en los lamentos y anhelos los placeres están
SócRATES: Y bien, todavía nos queda un [tipo J de mezclados con dolores?
combinación de dolor y placer. PROTARCO: No [hace falta recordarlo], pues resulta
PROTARCO: iA cuál te refieres? que eso sucede así y no de otra manera.
SócRATES : A la mezcla que estábamos diciendo que SóCRATES : Y, por cierto, irecuerdas también en los
el alma misma admite con frecuencia consigo espectáculos trágicos el momento en el que [los
misma. espectadores] lloran y a la vez gozan?287
\/\, PROTARCO: Exactamente, icómo es que decimos esto? PROTARCO: Sí, por supuesto.
\u� (¡��Jj 47e SócRATES: [Pensemos en] la cólera, el temor, el anhe- SócRATES: Y respecto de la disposición de nuestra al­
./ lo, el lamento, el deseo erótico, los celos, la envi­ ma en las comedias, ies que acaso no sabes que
dia y todos [los estados afectivos] de esta índole. también en esos casos hay una combinación de
i Es que acaso no consideras que éstos son cierto placer y dolor?
tipo de dolores del alma misma?2ss PROTARCO: No entiendo mucho...
PROTARCO: Sí. SócRATES : i Lo que sucede es que no resulta para nada 48b
SóCRATEs: ¿y no es cierto que descubriremos que fácil en este caso, Protarco, comprender el tipo de
ellos están llenos de innumerables placeres? iO afección que ocurre en cada ocasión! 288
precisamos para recordarlo de aquello de "impul­
sa a enojarse incluso al que es muy prudente, y 286 Homero, Ilíada, XVIII.108-9. Platón, como es habitual,
cita de memoria los versos de Homero; en este caso omite algu­
nas palabras. El texto completo en Homero dice: "y la ira que
285 Éstos son ejemplos de la mezcla de dolor y placer que se aun al muy prudente le dispara a irritarse, y que, mucho más
da en estados anímicos; algunos de los estados anímicos men­ dulce que la miel que nos cae gota a gota ...'' (trad. esp. A. López
cionados ejemplifican de un modo más claro que otros dicha Eire: Homero, Jlíada, Madrid, Cátedra, 1997). Aristóteles cita el
mezcla de dolor y placer: por ejemplo, la envidia (phthónos; o, tal v. 109 en un contexto de discusión bastante parecido para probar
vez mejor, la "malicia") presupone un estado de dolor por parte que el estar enojado o irritado (orgízasthai) puede ser placentero
de quien la experimenta pero, a la vez, también un placer por el o "dulce" (véase Retórica, 1370b!0-12).
regocijo que producen las desgracias de atta persona (véase ínfra 287 Véase Platón, Gorgias, 502b; República, X.605c-d.
48b, al final). La cólera es un estado doloroso (pues produce una 288 El caso de la comedia no es igual de fácil de entender que
exaltación en el colérico que puede ser dolorosa), pero a la vez los anteriores, ya que uno habitualmente asocia la comedia a la
puede ser placentera debido a la conciencia que tiene el colérico risa y, por ende, a ciertos estados placenteros en los que es más
del sentimiento de intimidación que produce en quien recibe difícil detectar ingredientes de dolor. Es probable que lo que Pla­
su embate colérico; un lamento es doloroso (pues es un estado tón quiere decir es que cuando uno se ríe de otro (como ocurre
doloroso o la consecuencia de un dolor), pero también puede en la comedia) experimenta una mezcla de placer y dolor, pues
ser placentero, pues cuando uno se lamenta, "descarga" su pena la malicia es dolorosa y la risa es placentera (véase también abajo
y eso puede redundar en un estado placentero. Parece un poco SOe). En el pasaje hay además un ingrediente dramático destaca­
más difícil entender en qué sentido el temor puede ser doloroso ble que no está de más comentar: Sócrates ya ha advertido hace
y placentero: que es doloroso no hay duda (en efecto, es un dolor rato que Protarco es un interlocutor ideal para el diálogo, ya que
anímico), pero no resulta completamente claro en qué sentido no sólo es dócil, sino que está bien dispuesto para continuar
puede ser a la vez placentero. conversando e incluso para revisar sus propios puntos de vista.

290 291
PROTARco: Al menos a mí no me parece fácil... SócRATES: Sí; es obvio que si la inscripción dijera "no 48d
SócRATES: Tomémoslo en consideración, tanto más te conozcas a ti mismo en absoluto", diría lo con­
cuanto más oscuro es, para que también uno sea trario.
capaz de entender más fácilmente en los demás PRoTARco: Sí, por supuesto.
casos que se trata de una combinación de dolor SóCRATES : Protarco, procura dividir esto mismo en
y placer. tres.292
PROTARCO: Podrías explicarlo... PROTARCO: iQué dices? Sin duda, no soy capaz de
SócRATES: El nombre recién mencionado, "envidia", hacerlo.
¿¡o pondrás como un cierto dolor del alma o có­ SócRATES: Claro, estás diciendo que ahora yo tengo
mo? que hacer la distinción.
PRoTARco: Así. PROTARCO: Lo digo ... y i te lo suplico !
SócRATES : Pero no hay duda de que el envidioso se SócRATES : Ahora bien, ino es acaso necesario que ca­
mostrará complacido por los males de sus vecinos. da uno de los que no se conocen a sí mismos ex­
48c PROTARCO: Sí, mucho. perimente este estado afectivo en tres respectos?293
SóCRATES: Desde luego que la ignorancia es un mal289 PROTARCO: iCómo?
y, claro está, el estado que llamamos "estupidez". SócRATES: Primero, respecto del dinero [cada uno] 48e
PROTARCO: Por supuesto. cree que es más rico que lo que [en realidad esJ
SóCRATES : Observa, pues, a partir de esto cuál es la de acuerdo con su propia hacienda.294
naturaleza de lo risible.
PROTARCO: Solamente sigue hablando. las atribuidas a los siete sabios de Grecia; en Filebo, 45e, ya había
aparecido la sentencia "nada en demasía". En Protágoras aparecen
SócRATES: Fundamentalmente es una cierta perver­ las dos sentencias ("nada en demasía" y "conócete a ti mismo")
sidad denominada con el nombre de un cierto asociadas (lo mismo que en Diodoro Sículo, Biblioteca hist6rica,
IX.10.1). La ridiculez es la condición opuesta al autoconocimiento
estado; 290 pero lo propio de cualquier perversidad sugerido por el oráculo de Delfos (sobre este punto véase Hamp­
es que ocasiona un estado afectivo contrario a lo ton, 1990, pp. 64-5). Es decir, si no me conozco, pero creo que sí
me conozco, puedo pensar falsamente respecto de mí mismo que
que dice la inscripción de Delfos. poseo ciertas cualidades que, en realidad, no poseo (véase ensegui­
PROTARCO: Sócrates, (te refieres al "Conócete a ti da 48e). Esto constituye, claramente, una forma de autoengaño.
292 Se refiere a los tres tipos de "bienes" que menciona en­
mismo"?291 seguida: dinero, belleza y cualidades anímicas (como la virtud
o excelencia) o, más precisamente, a las personas que creen que
son más adineradas de lo que son, a los que creen que sus cuali­
289 Véase Platón, Protágoras, 345b5, y mi discusión de esa te­ dades físicas son mejores que lo que en realidad son y, finalmen­
sis en Boeri (2007a), cap. l. te, a los que creen que son más virtuosos que lo que son.
290 Presuntamente, de un cierto estado anímico o mental. 293 Lo que sigue evoca la relativamente habitual división de
291 Se trata de la célebre inscripción que estaba en el templo los bienes en salud, belleza y dinero (para la cual véase Platón,
de Apolo en Delfos y que Sócrates, desde los diálogos iniciales Gorgias, 451e, y Leyes, 661a).
de Platón, toma como un leitmotiv de su filosofía (véase Platón, 294 Los estados de creencia pueden generar placeres falsos (s1 .

Cármides, 164e, 165a). Es una máxima que aparece en la lista de las creencias son falsas; véase supra 37a ss.).

292 293
PROTARCO: Sin duda, son muchos los que se encuen­ PROTARCO: Por supuesto.
tran en semejante estado afectivo. SócRATES : Bien, Protarco, todavía debemos dividir
SócRATES: Son muchos más los que se creen más altos este [estado afectivo] en dos,298 si, cuando nos fi­
y buenos mozos [que lo que son] y que poseen jarnos en la envidia pueril, vamos a fijarnos en la
todas las [cualidades] corpóreas en un grado su­ extravagante combinación de dolor y placer [que
perior a lo que en verdad poseen.295 se da en dicha envidia].299 Ahora bien, icómo, di­
PROTARco : Sí, desde luego. ces, dividirnos en dos? Es absolutamente necesa-
SócRATES : Pero el mayor número de ellos es con mu­ rio que todos los que estúpidamente tienen esa 49b
cho, pienso, el caso de quienes están completa­ opinión falsa de sí mismos, corno el resto de los
mente equivocados en relación con un tercer tipo seres humanos, sigan unos a su fuerza y capaci­
[de bien] en sus almas, y creen que ellos mismos dad, otros a lo que es contrario, creo.3ºº
son mejores en virtud, aunque no lo sean. PROTARCO: Es necesario.
PROTARCo: Así es, sin duda. SócRATES : Distínguelos entonces así, y si llamas "ri­
49a SócRATES: Pero entre las virtudes, facaso no es en re­ dículos" a todos los que entre ellos son de tal ín­
lación con la sabiduría que la mayoría [de la gente dole, esto es, débiles y, cuando son ridiculizados,
la] reclama por completo y está llena de disputas son incapaces de vengarse, tendrás razón. Por 49c
y de una falsa y aparente sabiduría?296 otro lado, si denominas "poderosos", "temibles"
PROTARCO: Sí, desde luego. y "odiosos" a los que son capaces de vengarse, te
SócRATES: No hay duda de que uno se expresaría co­ darás a ti mismo una explicación enteramente co-
rrectamente si dijera que cualquier estado afecti­
vo semejante297 es un mal. entenderse como un estado anímico o mental, a saber, creer sa­
ber lo que en realidad no se sabe.
298 De nuevo, la división preferida por Platón es la dicotómi­
295 Una combinación semejante de "buena estatura" y belle­ ca (véase supra 16d-17a).
za física se encuentra en Platón, Cármides, 158a. 299 Platón puede estar implicando que todas las representa­
296 Sobre la "sabiduría aparente" (doxosophía), véase Platón, ciones escénicas involucran esa combinación de placer y dolor
Sofista, 231b, y Leyes, 73le ss. Para las dificultades de la expresión (considérese, por ejemplo, lo que ocurre con la tragedia, en la
"sabiduría aparentefal<a" véase Badham (1878, adloe.) y Pradeau que el reconocimiento del hecho trágico, como en el caso de
(2002, p. 277, n. 209 ad loe.). Uno puede creer que conoce cuan­ Edipo, puede generar distinto tipo de sentimientos mezclados,
do en realidad no conoce; en Sofista� 230dl-5 el visitante sostie­ como horror, dolor pero, a la vez, cierto tipo de calma y apa­
ne que el alma no puede aprovechar los conocimientos que re­ ciguamiento luego de que se han purgado esos sentimientos o
cibe hasta que uno, luego de ser refutado, elimina las opiniones emociones; ver Aristóteles, Poética, 1452a29-b8). Pero esa mezcla
que intervienen en el aprendizaje y se encuentra �·creyendo que de sentimientos es particularmente manifiesta en la comedia,
conoce aquellas cosas que solamente conoce y nada más [ . . . ] . donde el dolor anímico de observar lo feo está mezclado con el
Éste es el mejor y más sabio de los estados" (sobre este tema véase placer de reírse de ello. Aunque eso no es exactamente lo que di­
Boeri, 2007a, p. 136). Es decir, incluso en un contexto en el que ce Platón en este pasaje, probablemente está pensando en una si�
Platón enfatiza el enfoque proposicional del saber, no parece tuación semejante en la que se den "sentimientos encontrados".
estar dispuesto a abandonar los ingredientes disposicionales. 300 O sea, la división es en dos clases de personas: la de las
297 Es decir, el estado de no conocerse a sí mismo, que puede fuertes, que tienen poder, y la de los débiles, que no lo tienen.

294 295
rrecta de tales personas. En efecto, la ignorancia lleza aparentes de nuestros amigos, y en cuanto
de los poderosos es no sólo odiosa, sino también a lo que explicamos hace un momento cuando
vergonzosa, pues tanto ella misma como las que argumentábamos que se producían en tres tipos
a ella se asemejan son dañinas incluso a los veci­ [de bien], son ridículas cuantas cosas son débi­
nos, en tanto que a nuestra [ignorancia] débil le les, y odiosas cuantas son fuertes; idiremos o no
tocó en suerte no sólo el rango, sino también la diremos lo que dije hace un momento, que este
naturaleza de los ridículos. estado de nuestros amigos es ridículo cuando no
PROTARCO: Lo que dices es completamente correcto, es dañino para los demás?
pero aún no es obvio para mí, en esos casos, la PROTARCO: Desde luego que lo es.
combinación de placeres y dolores. SócRATES: ¿y no concordamos en que la ignorancia
SócRATES: Bien, considera primero la naturaleza de misma es un mal?
la envidia. PROTARCO: Sí, mucho.30 3
PRoTARco: Sólo sigue hablando... SócRATES: iSentimos placer o dolor cuando nos reí­
49d SócRATES : iHay un cierto dolor y placer injustos? mos de ella?
PROTARCO: Eso es necesario. PROTARCO: Placer, obviamente. 50a
SócRATES : ¿y no es cierto que regocijarse por los ma­ SócRATES: iNo estábamos diciendo que lo que nos
les de los enemigos no supone injusticia ni envi­ produce placer por los males de nuestros amigos
dia? es "envidia"?
PRO,TARCO: No la supone. 301 PROTARco : Es necesario.
SócRATES: Pero cuando uno ve que lo que le sucede a SócRATES: Por consiguiente, el argumento nos dice30 4
los amigos son males y no siente dolor, sino que
se regocija, ino es injusto? 303 Véase Platón, República, IX.585b; Teeteto, 176c.
304 Es relativamente habitual que Sócrates personifique al ar­
PROTARCO: Por supuesto que es injusto. gumento (lógos), de modo de, aparentemente, tomar distancia de
lo que él mismo está diciendo y buscar una suerte de "principio
SócRATES: ¿y no es cierto que dijimos que la ignoran­ de objetividad" para lo que está diciendo (véase de nuevo la mis­
cia es un mal para todos?302 ma expresión en 50bl; véase además Platón, República, I.334a9:
"tal como el argumento lo indica"; 388e2: '1como nuestro argu­
PROTARCO: Correcto.
mento lo indicaba hace un momento"; véase también República,
49e SócRATES : Pues bien, en cuanto a la sabiduría y be- Ill.399d10, IV.440a5 y X.611a9-10; Gorgias, 5llb7; Fed6n, 66e4,
75a10; Sofista, 226a4). Naturalmente, el que formula y desarro­
lla el argumento es Sócrates (o él con alguno de sus interlocu­
30 1 "Hacer el bien a los amigos y el mal a los enemigos" es tores), pero el giro "el argumento (nos) dice o indica" puede ser
la caracterización que hace Simónides de justicia (República, una forma de hacer notar que hablar es argumentar (es sugerente
l.332a-e) y, en general, es parte de la moral habitual (represen­ que en griego se utilice el mismo verbo para "hablar" y para "ar­
tada por el personaje Polemarco en República, l.334b-c) y que gumentar": légein). Pero l6gos en el sentido de "argumento" exige
Platón, por medio de su vocero Sócrates, rechaza en República, l. al hablante hacerse cargo de lo que se sigue de los puntos de
302 Véase supra 48c2; también Platón, Protdgoras, 345b5: "la partida establecidos y admitidos por el o los hablantes, al menos
única mala acción es estar privado de conocimiento". toda vez que se siga.

296 297
que cuando nosotros nos reímos de los aspectos PROTARCO: Sí.
ridículos de nuestros amigos y combinamos el SócRATES: Por consiguiente, advertimos que todas
placer con la envidia, mezclamos placer con do­ nuestras conclusiones de hace un momento se
lor, pues antes acordamos que la envidia era un refieren al lamento, la envidia y la cólera.
dolor del alma, que reírse era un placer, y que PROTARCO: Sí, i cómo no habríamos de advertirlo!
estos dos [estados afectivos] se producían a la vez SócRATES: Desde luego que aún quedan muchas,
en esos momentos. ino?
PROTARCO: Es cierto. PROTARCO: Por supuesto.
50b SócRATES : Es claro que nuestro argumento ahora nos SócRATES: iPor qué supones, pues, que yo te mostré
revela que no sólo en los lamentos, sino también especialmente la combinación que se da en la
en las tragedias (y en las comedias)3os -no sólo en comedia? iAcaso no fue para persuadirte de que
las representaciones dramáticas, sino también es más fácil exhibir la mezcla que se da en los
en la tragedia y comedia completa de la vida-306 temores, los deseos eróticos y los demás [estados 50d
dolores y placeres están combinados a la vez, y afectivos] ? Y una vez que hayas comprendido es-
sin duda también lo están en otras miles de si­ to, tú, por ti mismo, me excusarás de la necesidad
tuaciones. de que yo hable in extenso y me remonte a aque-
PROTARCO: Sócrates, es imposible no estar de acuerdo llos asuntos; pero esto es [lo que deseo] que com­
con eso, aun cuando uno estuviera muy ansioso prendas sin reservas: que no sólo en los estados
por disputarJ07 lo contrario. afectivos del cuerpo sin el alma, sino también en
SócRATES: Desde luego que estábamos ansiosos [por los del alma sin el cuerpo, o en los dos juntos el
mencionar] la cólera, el anhelo, el lamento, el te- uno con el otro, [tales estados afectivos] están
50c mor, el deseo erótico, los celos, la envidia308 y todo llenos de placer combinado con dolores. Dime
lo que es de esa índole, en los cuales decíamos ahora, pues, si me dejas ir o me dejarás aquí has-
que íbamos a encontrar combinadas las [emocio­ ta medianoche. Creo que, después de decir unas
nes] que ahora frecuentemente estábamos men­ pocas cosas, conseguiré que tú me dejes ir, pues
cionando, ino? estaré dispuesto a darte mi explicación de todos 50e
estos temas mañana.3º' Ahora, sin embargo, de-
30S Agregado de Hermann, probablemente requerido por el seo prepararme para la decisión que Filebo exige
contexto.
306 La frase "comedia de la vida" se volvió proverbial. Véase [que tomemos J .310
Platón, Leyes, 644d-e, y Epicteto, Disertaciones, 1.29.31, III.8.2. PROTARCO: Muy bien dicho, Sócrates; pero en lo que
30? El verbo philonikéo significa, más bien, "ser amante de la
victoria", pero en el contexto es obvio que se refiere a la victoria
en una disputa argumentativa. 309 Véase 67bll ss. y nota ad loe.
308 Véase supra 47e, donde se presentaban estos estados afec­ 31? Es decir, cuál de los dos es superior, si el placer o la inteli­
tivo-emocionales como estados afectivos dolorosos. gencia.

298 299
nos queda, toma la dirección que te resulte apro­ lestares y de dificultades relativas tanto al cuerpo
piada. como al alma.
PROTARCO: Pero Sócrates, iiqué placeres uno podría Slb
[Losplacerespuros] concebir correctamente y suponer que son "ver­
daderos"? !
SócRATES: Pues bien, después de los placeres mezcla­ SócRATES: Aquellos de los que hablamos no sólo en
dos podríamos encaminarnos a continuación a relación con colores bellos, figuras, y muchos re­
los sin mezcla; ése es el modo natural y, claro lacionados con aromas, sonidos, sino también en
está, requerido por una cierta necesidad. 311 relación con todas aquellas cosas que, careciendo
Sla PROTARCO: iLo dijiste de un modo excelente! de sensación o dolor, nos suministran repleciones
SócRATES: Procuraré, entonces, luego de cambiar sensibles y placenteras que son puras de dolores.313
nuestro tema, indicárselos. En efecto, no estoy PROTARCO: iEn qué sentido, Sócrates, es que estamos
completamente persuadido por los que sostienen diciendo esto de esta manera?314
que todos los placeres no son más que una ce­ SócRATES: No hay duda de que lo que digo no es
sación de los dolores,312 sino que, como dije, me directamente obvio; intentaré aclararlo: lo que
valgo de ellos como testigos de que hay ciertos ahora trato de decir con "belleza de las figuras" Slc
placeres que parecen [serlo] pero que en modo al­ no es lo que la gente podría suponer, [tal como
guno lo son, y hay algunos otros que son a la vez la] de los animales o la de ciertas pinturas, sino
grandes y se aparecen de múltiples modos, pero que me refiero -dice el argumento-315 a algo rec-
están completamente mezclados no sólo con do­ to y circular,116 y a las superficies317 y los sólidos11s
lores, sino también con alivios de enormes ma-

31 l Este paso (esto es, avanzar en la dirección de los placeres 313 La idea es, claramente, que se trata de placeres "libres de
puros o sin mezcla) lo exige el procedimiento en el intento de dolores", es decir, placeres que no están mezclados con dolores.
hacer posible la incorporación del placer a la vida buena. Y eso Mantengo "puras" para kathards para advertir al lector que se
es así porque lo que se ha argumentado en las·páginas anteriores sigue insistiendo en el texto sobre la tesis de los "placeres puros".
ha mostrado que los placeres mezclados con dolores no pueden Véase infra nota a 53c.
ser, finalmente, verdaderos placeres. Pero, en opinión de Platón, 314 El sentido de la pregunta es "¿qué quieres decir con eso?"
la vida buena debe ser placentera, de donde debe seguirse que (como se ve enseguida en la respuesta a la pregunta de Protarco,
no puede tratarse de una vida placentera que implique dolor. Sócrates admite que lo que él dice no es directamente obvio),
Pero todo placer mezclado con dolor, obviamente, es doloro­ pero el plural "decimos" o "estamos diciendo" (lé!f.Jmen) parece
so o "semi-placentero", razón por la cual dicho tipo de placeres indicar que el mismo Protarco se siente involucrado en la argu­
mezclados son eliminados como ingredientes posibles de la vida mentación. Por eso, aunque suene un poco duro, prefiero man�
mixta. tener el légomen.
312 Seguramente no está persuadido porque Sócrates cree 315 Véase supra nota a SOa.
que hay placeres que no suponen ningún ingrediente doloroso: 316 Presumiblemente, se refiere a una "línea recta y circular".
los placeres puros, que son los que incorpora a la vida mixta 317 Deben ser círculos.
(véase infta 52c2, el). 318 Deben ser esferas.

300 301
generados por los compases,319 reglas y escuadras el que no se fJ1ezclen con ellos dolores n�<:<"S.ª_rios
-ime entiendes?-, pues digo que estos ítems no -cómo y dónde suceda para nosotros- sostengo
son relativamente bellos, como otros, sino que por que es [un género] completamente diferente de
naturaleza son siempre por síbel!os,320 y contie- aquéllos. Si lo adviertes, se trata de dos esp�cies
S!d nen ciertos placeres peculiares que no se parecen de placeres de las que estamos hablando.324
para nada a los de rascarse.321 También hay co­ PROTARCO: Lo advierto...
lores y placeres que son bellos porque poseen el SócRATES: Y bien, además de éstos, añadamos los pla- 52a
mismo rasgo;322 iahora entiendes en qué sentido ceres concernientes a los conocimientos, si es
[estamos diciendo esto]? que, en efecto, nos parece que ellos no contienen
PROTARCo: Lo estoy intentando Sócrates, i pero inten­ un hambre de conocer ya que desde un comien-
ta explicarlo de un modo todavía más claro ! zo no generan dolores a causa del hambre de co-
SóCRATES: Digo, sin duda, que los sonidos de las vo­ nocimientos.325
ces que son suaves y claros y los que emiten una PRoTARco: Coincido contigo.
melodía pura no son relativamente bellos, sino SócRATES : Y si a los que se han saciado de conoci­
que lo son por sí mismos, y que les acompañan mientos más tarde les sobrevienen pérdidas a
placeres que son connaturales a ellos. causa del olvido, (no ves ciertos dolores en ellos?
PRoTARCo : Así es, por cierto. PRoTARCo: Ninguno por naturaleza, sino en ciertos
S!e SócRATES: En cambio, el género concerniente a los cálculos racionales del estado afectivo, cuando 52b
olores es menos divino que éstos;323 no obstante, uno siente dolor por la carencia cuando está pri­
vado [del placer] .
319 Como indica Bury (1897, p. 117, ad loe.) en nota a este SóCRATES: iDichoso amigo, nosotros ahora única­
difícil pasaje, probablemente siguiendo la sugerencia de Badham
(1878, p. 90, n . ad loe.), Hesiquio define t6rnos como un "instruM
mente estamos exponiendo los estados afectivos
mento de carpintería con el que se dibujan figuras redondas" (de mismos de la naturaleza independientemente del
ahí mi traducción de esa palabra por "compás"). Véase infra nota
a 56b-c.
cálculo racional ! J26
320 Para la relevancia de la distinción entre '¡ser respecto de
otro" y "ser por sí", véase Platón, Sofista, 255c12M13 y el impacto 324 Los placeres puros (que son por sí mismos) y los mezcla­
que esta distinción tuvo en Aristóteles y su teoría de las catego� dos (que son relativos a otra cosa).
rías y la predicación. 325 Es decir, el "hambre de conocer"' puede entenderse como
32 l Estos últimos placeres presuponen una molestia o dolor un cierto dolor, aunque Platón prefiere pensar aquí que dicho
previo. Para el ejemplo del "placer del rascado" véase supra 46a (y ''hambre" no genera ni significa un dolor (probablemente, para
nota ad loe.). no complicar la explicación: si lo generara, habría que explicar
322 Es decir, porque tiene el "rasgo"' (tjpos) de ser lo que son en qué sentido puede decirse que en este tipo de placer, que pa­
por sí. rece ser un placer puro, no hay también dolor).
323 Antes no ha dicho que la voz sea algo divino, pero lo que 326 Es decir, la discusión todavía se encuentra en el plano liso
tal vez esté indicando es que el hecho de que puede haber olores y llano de la impresión sensible o el estado afectivo mismo, sin
desagradables o nauseabundos quizá sea un indicio de su falta de que intervenga todavía una, actividad mental reflexiva como el
"pureza" o perfección. cálculo racional (logismós). Ese debe ser efectivamente el caso; si

302 303
PROTARCo: Entonces, tienes razón cuando dices que, PROTARco: Sócrates, lo que argumentas es completa­
en cada ocasión, el olvido nos sobreviene en los mente correcto.
conocimientos independientemente del dolor. SóCRATES: Bien, además de esto, después de lo dicho
SócRATES: Por ende, hay que decir no sólo que esos hay que considerar lo siguiente.
placeres de los conocimientos no están mezcla­ PROTARCO: ¿ Qy.é?
dos con los dolores, sino también que de ninguna SócRATES: ¿ Qy.é es lo que hay que decir que se refiere
manera son propios de la mayor parte de los seres a la verdad, lo puro y sin mezcla, o lo intenso, lo
humanos, sino de una cantidad muy pequeña [de mucho, lo grande y osado?
ellos].327 PROTARCO: Sócrates, ¿qué quieres decir con tu pre­
PROTARco : iSin duda, hay que decirlo! gunta?
52c SócRATES : Entonces, cuando ya hayamos distingui­ SóCRATES : Que no dejemos sin examinar nada del
do con mesura no sólo los placeres puros, sino placer ni del conocimiento, Protarco, no sea que 52e
también los que prácticamente y con corrección una parte de cada uno de ellos sea pura y la otra
podrían denominarse "impuros", añadamos a no, con el fin de que cada uno de ellos se pre­
nuestro argumento la desmesura para los placeres sente puro para nuestra decisión, y sea más fácil
intensos y, por el contrario, a los que no son [in- para mí, para ti y para todos éstos330 tomar una
52d tensos] la mesura. Y establezcamos que los que decisión.
[admiten) 328 magnitud, intensidad y llegan a ser PROTARCO: Completamente correcto.
más o menos frecuentes, son propios del género SócRATES: iVamos pues! Reflexionemos así sobre to­
aquel de lo ilimitado, que lleva "el menos" y "el dos los que decimos que son géneros puros y, al
más"329 no sólo a través del cuerpo, sino también elegir primero uno de ellos, examinémoslo.
del alma; los que no [los admiten), en cambio, PROTARCO: ¿y cuál elegimos? 53a
[son propios de] lo mesurado. SócRATES: Si quieres, consideremos el género "blan­
co" entre los primeros.
así no fuera, no se entendería por qué, como dice enseguida Pro� PROTARCO: Sí, desde luego.
tarco, nos sobreviene el olvido en el conocimiento sin que haya
dolor. Una actitud reflexiva como un_ cálculo racional puede sin
SócRATES : Ahora bien, ¿cómo sería lo que correspon­
duda generar un dolor pues hace conciente al individuo de la de a "blanco" y en qué consistiría para nosotros
pérdida que significa el olvido de un conocimiento. Una vez
más un estado mental (que para Platón es completamente inma�
su pureza? ¿Acaso lo más grande y numeroso o lo
terial) tiene poderes causales; en este caso, es capaz de producir que es sin mezcla en el más alto grado, en lo cual
un dolor (anímico).
327 Los placeres del conocimiento son propios de los filóso� no habría otra parte de ningún color?
fos, un grupo de gente muy exigua (como recuerda varias veces
Platón; véase República, IV.428e, V.476b!0-11).
328 Añadido de Stallbaum. 330 Se refiere a la "multitud silenciosa" que, junto con Filebo,
329 Véase supra 24a-c. está siguiendo el debate (véase supra 16a y mi nota ad loe.).

304 305
PROTARCO: Es obvio que aquello que es más inconta­ PROTARCO : Sí, no hay duda de que el ejemplo es su­
minado.331 ficiente.
SóCRATES: Correcto; Protarco, ¿es que acaso no esta-
53b bleceremos que ésta es la más verdadera y a la vez [Elplacer es un proceso de devenir]
la más bella de todas las cosas blancas, pero no la
más numerosa ni la más grande? SócRATES: ¿y qué sucede con lo siguiente? rns que
PROTARCO: Sí, es completamente correcto. acaso no hemos oído sobre el placer que es un
SócRArEs: Por consiguiente, si afirmamos que poco permanente devenir y que de él no hay ser en
blanco puro es a la vez más blanco, más bello absoluto ?334 Ésta es la explicación que intentan re­
y más verdadero que mucho blanco mezclado, velarnos algunos refinados, a quienes debemos
nos expresaremos de un modo completamente agradecerles.335
correcto.
PROTARCO: iSí, correctísimo ! 334 La oposición entre "devenir" o "proceso" (génesis), por un
,, ,,
SócRATES: Sin duda, no precisaremos de muchos lado, y "ser o "realidad (ousía), por el otro, es bastante habitual
en Platón cuando lo que quiere es oponer el ser en proceso, pro­
ejemplos de esta índole para la explicación del pio de los entes sensibles del mundo empírico-fenoménico, por
placer, sino que nos basta considerar a partir de un lado, y el ser permanente propio de las Ideas o Formas, por
el otro (véase Timeo, 27d5-28al, 38a6-b5; también Fedón, 65d­
aquí mismo que, en efecto, todo placer, incluso e, 76d-77a). Aunque no creo que aquí Platón esté pensando en
53c uno pequeño y escaso, [si está] puro de dolor,332 cosas sensibles y Formas, es bastante claro que lo que quiere es
contrastar el carácter de devenir que es inherente al placer con
será más placentero, más verdadero y más bello un estado absolutamente permanente (que, como ya ha mostra­
que uno grande y abundante.333 do Platón, . no puede nunca ser completamente estable en el ser
vivo). El placer es el proceso mismo que se da cuando el animal
comienza a "repletar" el estado afectivo de vaciedad propio del
dolor, es decir, es el proceso que va desde el estado de "deple­
ción" y que culmina exactamente antes de que la necesidad haya
331 Con "incontaminado" traduzco el adjetivo eilikrinés, una sido satisfecha, momento en el que se produce esa calma (siem­
palabra que en otros contextos Platón utiliza para calificar a las pre transitoria) que es una ausencia de dolor, pero que no puede
Formas (véase Fedón, 66a, 67a; Banquete, 21 ld). Es decir, el crite­ identificarse con el placer.
rio de pureza se rige por un factor cualitativo, no cuantitativo, 335 No hay manera de saber con precisión quiénes son es­
y lo que no es el resultado de una combinación de ingredientes tos filósofos "refinados" (o "sutiles", kompsoí); varios estudio­
sino que es absolutamente simple. sos e intérpretes del Filebo sugieren que puede tratarse de una
332 Aunque el giro resulta un poco duro en español. con­ referencia a Aristipo y los cirenaicos (véase Gadamer, 1985, pp.
servo "puro" para kathará-katharón; la idea es '(si el placer está 140-1). Otros piensan que entre los filósofos refinados o sutiles
incontaminado de dolor", es decir, si no se trata de un placer pueden estar incluidos los heraclíteos y los protagóreos (véase
mezclado con dolor o que involucra dolor, es placentero o, más Bury, 1897, p. 122, n. ad loe.). A veces el adjetivo kompsós puede
precisamente, más placentero o verdaderamente placentero. Esto tener un tono irónico (así lo cree Gadamer, 1985, p. 140), aun­
también ayuda a entender que Platón está más interesado en el que probablemente no es ése el caso aquí, pues la tesis de que
aspecto cualitativo del placer que en el cuantitativo. el placer es un devenir permanente cuadra perfectamente bien
333 Como se ve de nuevo, el criterio para determinar si algo con el argumento platónico que muestra que para que x sea el
x (siendo x cualquier objeto o estado de cosas del mundo) es real bien, ese x debe ser perfecto, es decir, acabado en sí mismo y, por
o verdaderamente placentero es cualitativo. ende, sin necesidad de aspirar a otra cosa diferente de sí mismo.

306
307
PROTARCO: ¿Q¡é quieres decir? SócRATES : Hemos visto mancebos bellos y buenos, y
53d SócRATES : Eso mismo es, querido Protarco, lo que a la vez a sus viriles amantes.J38
voy a explicarte mientras te interrogo.336 PROTARco : Sí, sin duda.
PROTARCO: i Sólo habla e interrógame! SóCRATES : Pues bien, busca otras dos cosas que, de 53e
SócRATES : Pues bien, [quiero decir] que hay dos tipos acuerdo con todo lo que decimos que existe, se
de cosa: (z) lo que es en y por sí, y (iz) lo que siem­ parezcan a estas dos.
pre aspira a otra cosa.337 PROTARCO: Voy a decírtelo aún por tercera vez: i Só­
PROTARCO: ¿cómo y qué dices que son estos [dos ti­ crates, di lo que estás diciendo con más claridad !
pos de cosa] ? SócRATES: iProtarco, no es nada complicado ! Es que
SócRATES: El primero es, por su naturaleza, siempre el argumento se está burlando de nosotros dos y
extremadamente venerable; el segundo es, en dice que, entre lo que es, lo uno es siempre en
cambio, inferior a él. vista de algo, en tanto que lo otro es aquello
PROTARCO: Habla todavía con más claridad... en vista de lo cual en cada ocasión siempre devie­
ne lo que deviene en vista de algo.J39
Es cierto, sin embargo, que, como indican Hackforth (1945, pp. PROTARCO: Con dificultad lo entendí porque lo has
105-6) y más recientemente Carene ('1Hedonism and the Pleasu­
reless Life in Plato's Philebus", en Phronesis XLV.4, Van Gorcum,
dicho muchas veces...
Brill, 2000, p. 265), Sócrates nunca suscribe a la tesis de que el SóCRATES: Hijo, tal vez pronto lo entenderemos más
placer es un proceso de devenir y prefiere tratarla de una manera
condicional (véase Filebo, 54d). Pero dado que la tesis de que el
a medida que avance el argumento. 54a
placer es un devenir coincide con un aspecto (importante) del
argumento de Sócrates para probar que el placer no es el bien, 338 En la relación homosexual nlasculina griega, el amado
parece finalmente irrelevante si suscribe o no a esa posición. En es habitualmente un jovencito o adolescente, y el amante un
efecto, si el placer -que es un devenir (génesis)- lo es siempre ha­ hombre adulto. De ahí mi traducción del adjetivo andreioi por
cia otra cosa, no puede ser perfecto y, por ende, tampoco el bien. "viriles", aunque también puede significar "valerosos" o "valien­
Es decir, resulta sin duda muy útil para Platón la tesis de que el tes". En este contexto, sin embargo, creo que el significado que
placer es un devenir continuo (véase nota anterior, el comenta­ enfatiza Platón debe ser el de "viril", pues se trata ya de ('va­
rio de Aristóteles en EN, VIl.12.1152b13-15 -quien parece haber rones adultos", plenamente viriles o masculinos. Como señala
pensado que Platón suscribe a la tesis del placer como devenir- y Pradeau (2002, p. 283, n. 236), la relación homosexual también
Hampton, 1990, p. 74). puede haber presupuesto una ('vocación pedagógica", lo cual
336 El preguntar es un aspecto importante de la dialécti­ explica que el adolescente tienda al modelo adulto. Hay varios
ca como método heurístico (véase Crátilo, 390c10, donde el pasajes platónicos en los que platón juega con esta ambigüedad
dialéctico es caracterizado como aquel que sabe preguntar y (véase Teeteto, 149d, 151b).
responder). 339 El griego es bastante enrevesado en este pasaje, sobre to­
337 La distinción (z) describe el "tipo de cosa o de ítem" que do en la segunda parte; pero la distinción que se está procuran­
Platón identifica con la Forma o Idea desde los diálogos medios do establecer es, claramente, entre (i) medio ("aquello que es
(véase Fedón, República, Banquete, Fedro, etc.); (ii) en cambio, des­ siempre en vista de algo") y (ii) fin final ("aquello en vista de lo
cribe los particulares sensibles que son ejemplificaciones de las cual otra cosa se genera cuando se genera"). La misma distinción
Formas y que, al ser imitaciones o copias de ellas, "aspiran" o aparece en el Platón temprano (véase Gorgias, 467c, 468b7-c6,
"tienden" (ephiémenon en 53d4; pero véase también orégetai en 499e8-9); la relevancia de esta distinción difícilmente puede ser
Fedón, 65c9 y 75a2-bl) a las Formas como sus modelos o para­ exagerada en Platón y sin duda también en Aristóteles (para el
digmas. cual véase EN, !094a18-22, !095a14-17).

308 309
PROTARCO: Sí, ¿por qué no? PROTARCo: Sí, por supuesto.
SóCRATES : Tomemos entonces estos otros dos [tipos SócRATES : Digo entonces que (i) es en vista de un 54c
de] cosas. devenir que no sólo los fármacos sino también
PROTARCO: ¿Cuáles? todos los instrumentos y todo material se sumi­
SóCRATES: [Tomemos] por un lado el devenir de to­ nistran en todos los casos, y que (iz) cada caso de
das las cosas, y por el otro su ser. proceso de devenir deviene en vista de cada ser
PROTARCO: Admito esos dos [tipos de] cosas tuyos: particular, y que (iii) un proceso de devenir como
ser y devenir.340 un todo deviene en vista del ser como un todo.
SóCRATES: Correctísimo; ahora bien, ¿cuál de ellos PROTARco: i Completamente claro, sin duda!
decimos que es en vista del otro, el devenir en SócRATES : El placer, por ende, si en realidad es un
vista del ser o el ser en vista del devenir? proceso de devenir, devendrá por necesidad en
PROTARCO: iLo que ahora estás averiguando es si eso vista de un cierto ser.
que se denomina "ser" es lo que precisamente es PROTARco : Por supuesto que sí.
en vista del devenir? SócRATEs: Por cierto que aquello en vista de lo cual
SóCRATES: Así parece. siempre devendrá lo que deviene en vista de algo
54b PROTARCO: i Por los dioses! iEs que acaso me estás pre­ se encuentra en la clase del bien, en tanto que lo
guntando lo siguiente ?341 "Dime, Protarco, (afir­ que deviene en vista de algo, amigo mío, hay que
mas que la construcción de barcos es en vista de ubicarlo en otra [clase]. 343
los barcos o que más bien los barcos son en vista
de la construcción de barcos, y que todas las co­ en otros diálogos platónicos: Sócrates siempre pregunta y nun­
ca hace juicios positivos ni responde a lo que pregunta, con lo
sas por el estilo son así?". cual queda excluido de una posible refutación (en efecto, si no
SócRArns: Eso mismo es lo que estoy diciendo, Pro­ se afirma nada, no se está sujeto a una posible refutación). Pero
para que el método de preguntas y respuestas pueda funcionar
tarco. apropiadamente, uno de los interlocutores debe preguntar y el
PROTARCO: Entonces, ipor qué no te respondes a ti otro responder. Además, otro requisito indispensable para que el
método dialéctico de preguntas y respuestas funcione es que el
mismo, Sócrates? que pregunta sepa preguntar. En efecto, si el que pregunta lo hace
SóCRATEs: No hay razón por la que no deba hacerlo, mal o no sabe qué preguntar, el método no funcionará apropiada�
mente (es una propiedad del verdadero dialéctico saber preguntar
ipero participa tú de la discusión\342 y responder; véase el ya citado pasaje de Crdtilo, 390c y mi nota
al pasaje 24e). Esto parece indicar que, después de todo, Sócrates
sabe algo. El otro aspecto relevante de este interesante pasaje es
340 Ser y devenir corresponden, respectivamente, al tipo de que la conversación filosófica debe ser una conversación en la que
cosa (i) y al tipo de cosa (ii) distínguidos al comienzo de 53d. ambos interlocutores deben estar comprometidos.
Desde el punto de vista ontológico, probablemente no hay dife­ 343 Como en Gorgias, 468b7-c6 y 499e8-9, el bien es aquello
rencias entre "ser" (ousía) y "lo que es en y por sí", por un lado, y en vista de lo cual (o hacia lo cual) el agente hace lo que hace o,
'1devenir" (génesis) y "lo que siempre aspira a otra cosa". como en este caso en particular, es aquello hacia lo cual se dirige
341 Omito leerán con Badham. lo que está en proceso de devenir, lo cual habla de la incomple�
342 Protarco advierte lo que muchos interlocutores de Sócrates titud básica de lo que está en devenir. Si el (<ser" es aquello en

310 311
PROTARCO: Es completamente necesario. proceso de devenir por cuanto él es placer, y sos­
54d SócRArES: Entonces, si el placer es realmente un tienen que no aceptarían vivir sin tener sed o
proceso de devenir y lo ubicamos en una clase hambre, y sin padecer todos los demás [estados]
diferente de la del bien, lo ubicaremos correcta­ que uno podría decir que acompañan a las afec­
mente, ¿no? ciones de la índole [recién indicada].
PROTARco : Sí, de un modo completamente correcto. PROTARCO: Sin duda, así parece. 55a
SócRATES: Por consiguiente, como dije al comenzar SócRATES: Entonces, todos podríamos afirmar que lo
este argumento, tenemos que estar agradecidos opuesto a un proceso de devenir es la destruc­
con quien nos reveló sobre el placer que es un ción.
proceso de devenir y que de él no hay ser en abso­ PROTARCO: Es necesario.
luto, pues es manifiesto que ése se está mofando SócRATES: Si se elige eso, pues, uno elegirá la destruc­
de los que sostienen que el placer es un bien,344 ción y el proceso de devenir, no el tercer estilo
PROTARco: Sin duda que sí.345 de vida, en el que no era posible sentir placer ni
54e SócRArns: Y no hay duda de que esta misma persona dolor, sino tener sabiduría de la manera más pura
también se estará burlando en cada ocasión de posible.
los que se satisfacen por completo en los procesos PROTARCO: Al parecer, Sócrates, resulta que ocurre un
de devenir. enorme absurdo si uno postula el placer como
PROTARco : ¿cómo y a qué tipo de personas te estás un bien para nosotros...
refiriendo? SócRATES : Sí, enorme, porque incluso por este otro
SócRATES : A los que, al sanar su hambre, su sed o camino podemos decirlo.
alguna otra cosa por el estilo que un proceso de PROTARCO: ¿Por cuál?
devenir sana,346 se complacen a causa de dicho SócRATES: ¿cómo no habrá de ser un absurdo que 55b
no haya nada bueno ni bello, ni en los cuerpos ni
vista de lo cual se da el proceso de devenir, y si ese "ser" puede en otras muchas cosas, con excepción del alma,
identificarse con el bien, el ser (igual que el bien) es algo comple­
to o perfecto (téleon), es decir, acabado en sí mismo (véase 20d, y que en ella sólo sea [un bien] el placer, y que
22b, 61a, 66b y nuestra discusión de los i¡requisitos del bien" en no haya nada de la índole de la valentía, mode­
la Intro�ucción, sección 4).
344 Esta es la conclusión del que podríamos llamar "argu­ ración, inteligencia o alguna de las demás cosas
mento teleológico" en contra del hedonismo. que al alma le tocan en suerte como bienes ?347
345 Como es claro, en este momento del diálogo (pero pro­
bablemente desde bastante antes) Protarco ya no tiene la menor
duda que su hedonista furioso del comienzo es falso.
346 En español diríamos "ca/mar o satisfacer el hambre o la
sed"; sin embargo, prefiero mantener "sanar" para exiáomai para 347 Para quien crea que el tema de la virtud (arete) no tiene
que se vea que Platón está dando una analogía médica en la cual mayor relevancia en el Filebo, este pasaje puede ser útil para mos­
"calmar el hambre o la sed" es vista como una especie de proceso trar lo contrario (véase nuestra Introducción, sección 2 hacia el
terapéutico. final).

312 313
Además, que uno esté forzado a decir que aquel PROTARCO: Así.
que no siente placer, sino dolor, es malo cuando SócRATES: Reflexionemos primero si, efectivamente,
siente dolor, aun cuando fuera el mejor de todos, en las artes manuales una parte de ellas tiene !llª­
y que, a su vez, el que siente placer, cuanto más yor relación con el conocimiento y otra menos, y
55c placer siente cuando siente placer, tanto más se si tenemos que juzgar a unas como más puras y a
distingue en relación con la virtud. otras como más impuras.JSO
PROTARCO: Sócrates, todo eso es lo más absurdo posible. PROTARco: Sí, debemos hacerlo.
SóCRATES: No intentemos, entonces, hacer un exa­ SócRATES : ffenemos que distinguir por separado las
men total y completo del placer, y parecer como que son guías de cada una de ellas?
que rehuimos por completo el de la inteligencia y PROTARCO: ¿cuáles y cómo?
del conocimiento. Probemos todo generosamen­
te, por si tiene algo deteriorado, de modo tal que, en 55d, Pl�tón habla de ciencia "productiva" -demiourgikón-,
es decir, la que se propone producir algo (uno también podría
tras observar lo que de ellos es lo más puro por pensar en la distinción, relativamente habitual entre nosotros,
naturaleza, hagamos uso no sólo de sus partes entre ciencia pura y aplicada). Seguramente, como en Político,
258dHe, Platón no establece una diferencia demasiado estricta
más verdaderas, sino también de las del placer entre artes "prácticas" y "productivas": hay un sentido general en
para [tomar nuestra] decisión común.348 que las artes manuales son también prácticas porque tiene.n que
ver con la acción de producir. Naturalmente, debe excluirse la
PROTARCO: Correcto. distinción aristotélica entre ciencia productiva, cuyo principio
de movimiento es externo, y ciencia práctica, cuyo principio de
movimiento es interno (véase Aristóteles, Metafísica, 1025b21-
[Las ciencias, las artesy sugrado de exactitudypurezaJ 28). Como un ejemplo más o menos apropiado de saber produc­
tivo-práctico, uno podría pensar en un enólogo que posee no
sólo ciertos principios teóricos, que le permiten distinguir tipos
55d SócRATES : ¿y no es cierto, creo, que para nosotros de cepas, por ejemplo, sino también un saber incorporado por la
una parte del conocimiento que se refiere a las práctica enológica, en la cual el entrenamiento del olfato puede
ser decisivo y, ciertamente, muy diferente de un principio mera­
[distintas] disciplinas es productiva, en tan­ mente teórico, o en el neófito que, aun teniendo los principios
to que la otra se refiere a la educación y a la teóricos de su ciencia, carece por completo de práctica. Para una
distinción similar entre saber práctico y teórico, véase Platón, Po­
formación?349 iO cómo es? lítico, 258c-e (especialmente 258e4-5: epistémepraktiké; gnostikl).
350 El pasaje es potencialmente confuso, pues podría pensar­
se que hay artes en las que puede distinguirse con precisión un
348 El hecho de que Sócrates a esta altura hable ya de una cierto grado de "pureza", siendo en realidad que las formas más
"decisión común" (krísis koiné, 55c8) parece revelar que ya no imperfectas de conocimiento parecen corresponder a esas técni­
cree que está disputando con Protaíco, pues la vida buena inclui­ cas artesanales que deben permitirse en vista de los propósitos
rá ingredientes (refinados) de la tesis hedonista que al comienzo prácticos de la vida (véase 62a-b y Hampton, 1990, p. 82). Lo
aquél defiende y, claro está, ingredientes de la tesis socrática ini­ que sigue en el texto parece aclarar que los conocimientos puros
cial. se asocian a la aritmética, aunque puede darse el caso de "artes
349 La distinción que se introduce ahora es, aproximadamen­ manuales" en las que es posible distinguir grados de pureza o
te, entre saber práctico (en el que "el olfato" y la experiencia impureza, ya sea que el arte en cuestión esté más cerca o más
del que practica dicho saber es decisivo), por un lado, y saber o lejos, respectivamente, del aspecto matemático teórico indepen­
ciencia teórica, por el otro, aunque al comienzo del argumento, dientemente de su aplicación.

314
315
55e SócRATEs: Por ejemplo, si uno separa de todas las ar­ da cuerda movida por medio de una conjetura,
tes la aritmética, [el arte de] la medida y el del pe­ de modo que hay mucha falta de claridad mez­
so, lo que quedaría de cada una es, por así decir, clada [con ella] y poca estabilidad.354
ordinario. PROTARCO: Completamente cierto.
PROTARCO: Sí, ordinario. SócRATES: No hay duda de que descubriremos que no
SóCRATES: Sí, después de esto [sólo nos] quedaría sólo el arte de la medicina, sino también el de la
hacer conjeturas, ejercitar los sentidos con la ex­ agricultura, el del pilotaje y el de la estrategia se 56b
periencia y una cierta práctica rutinaria,351 usando encuentran en la misma situación.
las capacidades del arte estocástica,352 que muchos PROTARCO: Sí, sin duda.
llaman "artes", y cuyo dominio alcanzan con cui­ SócRATES : Pero los [ingredientes] que le suministran
dado y esfuerzo. una enorme exactitud al arte de la construcción,
56a PROTARCO: Lo que dices es completamente necesario. creo, por hacer uso de múltiples medidas e ins­
SóCRATES: Pues bien, en primer lugar el arte de la mú­ trumentos, le proporcionan un carácter más ar-
sica está lleno .[de ese arte estocástico] por cuanto
afina su armonía no con una medida, sino gra­ 354 Este pasaje tiene un problema textual importante; el
primero en discutir el problema en tiempos recientes fue Bar­
cias a una cuidada conjetura,353 y el arte de tocar la ker (1987, pp. 103-9). La idea central del pasaje es la siguiente:
flauta en su totalidad [está lleno] de dicho [arte hay técnicas o ''artes" (tékhnat) que se rigen no de acuerdo con
medidas más o menos fijas o estables, sino con conjeturas que
estocástico] pues va a la caza de la medida de ca- presuponen cierta práctica empírica y que son el resultado de un
ejercicio sin principios o "medidas" claros. Como se ve ensegui­
351 Véase Platón, Gorgias, 463b, 465a, 501a, donde se distin­ da, entre este tipo de técnicas o artes se encuentran no sólo la
gue entre arte propiamente dicho y disciplinas meramente expe­ música, sino también la medicina, la agricultura, el pilotaje y la
rimentales o conjeturales. estrategia, donde el "olfato" del técnico en cada caso requiere,
352. Dos modelos de "arte estocástica" (stokhastiki tékhne) en más que medidas o principios formales puros, estables o invio­
la antigüedad eran la medicina y la retórica, dos disciplinas en lables, cierta práctica asentada en una experiencia y rutina que
las que la noción de conjetura tiene un papel decisivo (para la hace que el técnico "dé en el blanco". Es cierto, por ejemplo, que
retórica como estocástica véase Platón, Gorgias, 463a). Un buen un general debe conocer ciertos principios estratégicos, pero las
médico o un buen orador son personas capaces de hacer conje­ situaciones concretas de acción en las que se encuentra un estra­
turas apropiadas en el momento apropiado. El adjetivo stokhas­ tega en medio del fragor de la batalla requieren, más que un
tiké está emparentado con el verbo stokházomai, dos de cuyos soldado de escritorio que conoce los principios de la guerra,
significados, además de "conjeturar'', son "apuntar" y "dar en un individuo capaz de tomar decisiones rápidas y prudentes, un
el blanco", razón por la cual aparece frecuentemente asociado talante y un aplomo que únicamente tiene un general experi­
al arte de la arquería (véase Aristóteles, EN, 1106bl5-16 y, en mentado. Ejemplos parecidos podrían darse para el caso del mé­
especial, 1106b28, donde sostiene que "la virtud es estocástica dico o del piloto: un buen médico no es solamente quien conoce
del -1apunta al'- medio". Para la misma idea véase también EN, a la perfección el vademécum o la anatomía humana, sino más
1109a20-23). bien quien es capaz de hacer un buen diagnóstico o de tomar la
353 l!no esperaría que el griego dijera melétei stokhasmoU (co­ decisión correcta en un momento difícil con un enfermo. Todo
mo conjetura y lee Badham, 1878, ad loe.), esto es, 1'gracias al eso requiere "experiencia" (empeiría) y una "práctica rutinaria"
cuidado de una conjetura". Traduzco, sin embargo, el texto de (tribl). A mi juicio, es bastante claro que Platón está jugando con
Burnet (melétes stokhasmót), aunque interpreto el genitivo melétes los sentidos fundamentales de stokhdzomai: "dar en el blanco",
como atributo de "conjetura". 1'apuntar", pero también "conjeturar".

316 317
tesanal que [el que tienen] muchas disciplinas PROTARCO: Sí, Sócrates, lo que dices es absolutamente
científicas. correcto.
PROTARCO: iCómo? SócRATES : Presentemos en dos, entonces, las llama­
SóCRATES: No sólo en la construcción de barcos sino das "artes": las que acompañan a la música parti­
también en la de casas y en muchas otras discipli­ cipan en sus obras de menorexactitud,357 las que al
nas vinculadas a la carpinterfa.355 Creo, en efecto, arte de la construcción en las de mayor.358
56c que usa la regla, el compás, la plomada, el nivel y PROTARCO: Está establecido.
la en cierto modo ingeniosa escuadra. 356 SócRATES: Entre éstas, las más exactas son esas artes
que hace un momento llamamos "primeras".359
355 Véase Platón, Político, 258d-e.
356 Ha habido cierta discusión respecto de cuáles son exac­ PROTARCO: Me parece que te refieres a la aritmética
tamente el tipo de instrumentos a los que Platón se refiere en y a todas las artes que mencionaste hace un mo­
este pasaje (véase Compton, 1990, pp. 549-52). Compton sugiere
que los tórnoi de los que habla aquí el texto no son "tornos", sino mento junto con ella.360
'�compases". Su argumento es que en el contexto del pasaje los
otros dos instrumentos son instrumentos de medida, utilizados de tratarse de un instrumento de medida. Prefiero, por tanto,
por albañiles y carpinteros, no instrumentos cortantes (lo cual es conservar la traducción habitual para prosagógion ("escuadra").
razonable en el contexto del argumento, esto es, que las artes o Bury (1897, p. 130, n. ad loe.), siguiendo a Ast (1838, vol. III, s.v.
ciencias más exactas son aquellas que proceden por recurso a la prosagógion: instrumentumfabrile quo ligna curva diriguntur), cree
medida: 56a-b). De donde se seguiría, según Compton, que sería que debe tratarse de un instrumento que servía "para tomar los
mejor entender tórnoi como "compases", no como "tornos" (p. ángulos de las curvas".
549). Su indicación es atinente pues no hay duda de que cuan­ 357 Porque, como se argumentó antes (en 56a), la música
do Platón usa la misn1a palabra antes (en 5lc) no puede signifi­ (junto con la medicina y la retórica) no se basa en una medida,
car "torno", sino que claramente debe ser un instrumento que sino en una conjetura.
permita dibujar, medir figuras y delimitar volúmenes. La única 358 Porque el arte de la construcción (como el de la carpin­
dificultad es que si tórnos es "compás" uno se queda aquí sin tería) se basa en medidas más o menos precisas que le son sumi­
traducción para diabétes, que también significa "compás", proba­ nistradas por los instrumentos que utiliza (como el compás, la
blemente un cierto tipo de compás. Pero diabétes también puede plomada, el nivel y la escuadra; véase 56b�c).
significar "hilo a plomo" o "plomada", que es la traducción por 359 Tal vez se refiere a 55el, aunque allí no llama a la aritmé­
la que he optado. También hay una dificultad con státhme ypro­ tica "primera"; es probable entonces que esté pensando en unas
sagógion: como diabétes, státhme también puede significar "cor­ líneas antes (55d10), donde habla de ciertas artes que son "guías"
del" o "regla'', en especial el "cordel blanco" (esto es, el hilo que (hegemonikaf), es decir, "primeras" porque van adelante.
se mezcla con tiza, luego entre dos personas se lo estira en una 360 Es decir, el arte de la medida y el del peso (véase supra
superficie y se le da un leve golpe para que quede marcada una 55el-2). Como ya se hacía evidente en los pasajes anteriores, las
línea derecha que sirve de guía), como el que usan los albañiles actividades "artesanales" o técnicas que son más claras o exactas
para levantar un muro "a plomo" (es decir, derecho). Pero hay son aquellas que utilizan ciertos procedimientos más o menos
al menos un significado de esa palabra, cercano al anterior, que precisos de medición; ésa es la razón de que aparezca ahora la
puede ser el instrumento en que está pensando aquí Platón: "ni­ aritmética, que sería la disciplina que gobierna todas las prácti­
vel" que, como la plomada, el cordel blanco o el "hilo a plomo", cas científicas que se valen de la medición. No deja de ser inte­
sirve para ver si el muro o el artefacto que se está construyendo resante el hecho de que al comienzo del argumento de las cien­
guarda relaciones perpendiculares correctas. En Suda (Pi 2586, cias (véase sobre todo 56a) Platón argumenta que las artes que
ed. Adler), prosagógion se define como "la herramienta de los buscan la medida a través de la conjetura •(carecen de claridad y
carpinteros que éstos usan cuando enderezan maderas torcidas"; exhiben poca estabilidad" o certeza. Como se ve enseguida, la
eso sería una "prensa" o algún instrumento similar. Pero si éste claridad o no claridad de un arte deriva en la exactitud o inexac­
es el significado de la palabra en este pasaje del Filebo, no pue- titud de dicho arte. Obviamente, no debe verse aquí la idea de

318 319
56d SócRATES: Sí, desde luego; pero Protarco, ¿acaso no manera que tienes razón [en pensar] que ellas son
tenemos que decir que éstas también son dobles, dos [artes].
o cómo son? SóCRATES: ¿y qué? El [arte] del cálculo y la medida
PROTARCO: ¿A cuáles te refieres? [que se usan] en la construcción y en el comer�io
SócRArns: Primero a la aritmética; ¿acaso no tenemos [en comparación con] la geometría, y los cálcu- 57a
que afirmar que una es la de la gente, y otra la de los de quienes los hacen con precisión en filoso-
los que filosofan?361 fía, facaso tenemos que establecer cada uno de
PROTARCO: ¿y distinguiendo de qué modo se podría ellos como uno solo o los ponemos como dos?
establecer una y otra aritmética? PROTARCO: Si sigo lo anterior, al menos yo y según mi
SócRATES: La distinción, Protarco, no es insignifican­ voto establecería que cada uno de ellos son dos.
te. En efecto, algunos de los que se ocupan del SóCRATES: Correcto; ¿pero acaso entiendes para qué
número cuentan mónadas desiguales; por ejem­ hemos traído estos asuntos al medio [de nuestra
plo "dos ejércitos" o "dos bueyes" o [cualquier discusión]?
otra cosa que sea] "dos", ya sea que se trate de PROTARCO: Tal vez ... , pero querría que tú respondieras
56e las más pequeñas o de las más grandes de todas. a lo que ahora preguntas.
Otros, en cambio, no los acompañarán jamás, a SócRArns: Bien, a mí me parece que este argumento,
menos que se establezca que ninguna mónada de no menos que cuando comenzábamos a discu­
cada una de las miles que hay se diferencia de cada tirlo, se ha propuesto investigar una correspon­
una de las demás.362 dencia con los placeres cuando examinaba si es
PRoTARCo: Dices muy bien que, entre los que se ocupan que acaso hay una disciplina científica más pura 57b
del número, la distinción no es insignificante, de que otra,363 tal como un placer [que sea más puro]
que otro.
PROTARCO: Eso es completamente obvio, y es por eso
que [el argumento] ha hecho ese intento.364
un� "ciencia exacta" en ciernes; se trata más bien de la precisión
denvada de la capacidad de medir que tienen ciertas disciplinas SócRArns: ¿y qué? rns que acaso antes no se había
y, probablemente, de predecir ciertos resultados.
361 Para la distinción entre el modo científico-filosófico de
estudiar los números, por un lado, y el vulgar (esto es, el de '¡la 363 Véase supra 55d5-8.
gente", hoipolloz) véase Platón, República, VII.525b ss; Leyes, 817e 364 Hace un momento Protarco no estaba muy seguro de a
ss., y Bury (1897, Appendix E, pp. 195-200). cuento de qué venía la digresión sobre las artes y las disciplinas
362 Es decir, todas las infinitas unidades o mónadas del uni­ científicas en cuanto a su "grado de pureza", o qué conexión
verso, ejemplificadas por cada uno de los objetos que son una efectiva podía tener con la discusión sobre el placer y el bien.
. Ahora responde entusiasmado que lo que ha dicho Sócrates es
unidad, poseen una absoluta homogeneidad entre sí en cuanto
"completamente obvio". Como se ve enseguida, Sócrates deja
m_ónadas o unidades. Dicho de otra manera, no hay que confun­
dir" dos ejércitos" con i'dos" o con "el hecho de ser dos" (esto es pasar ese detalle pues advierte que la disposición de Protarco
con el número dos mismo). Sobre este tema, véase la parte finaÍ hacia el diálogo franco y a su compromiso con dicho diálogo es
.
de la sección 5 de nuestra Introducción. genuino.

320 321
descubierto que sobre diferentes asuntos un arte entre ellas mismas, las que se refieren al ímpetu 57d
era más claro y otro menos claro que otro ?365 de los que en realidad filosofan son extraordi­
PROTARCO: Sí, desde luego. nariamente diferentes en exactitud y verdad, no
SócRATES: ¿Es que en esos casos, [nuestro argumen­ sólo respecto de las medidas, sino también de lós
to) 366 dio un nombre367 a un arte, habiéndolo esta­ números.
blecido ante la opinión como [el nombre] de un SócRATES: °'1e esta sea tu opinión y, confiando en ti
solo arte y luego, como si se tratara (del nombre] y con audacia, respondamos a los que son terri­
57c de dos [artes], vuelve a preguntar por su claridad bles para arrastrar los argumentos. 368
y pureza respecto de esos temas si es más exacto PROTARCO: ( Í °'1é ! ?
el de los que filosofan o el de los que no filoso­ SócRATES: °'1e hay dos artes aritméticas y dos de la
fan? medida, y otras numerosas artes de esta índo­
PROTARco : Sí, sin duda me parece que es eso lo que le que están asociadas a ellas y que poseen esta
está preguntando continuamente. "duplicidad",369 aun cuando tienen un único nom­
SóCRATES: Pues bien, Protarco, ¿qué le respondemos? bre.
PROTARCO: i °'1e hemos llegado a una distinción de PROTARCO: Demos esta respuesta, Sócrates, a los que 57e
las disciplinas científicas de una admirable signi­ afirmas que son terribles . . . iy que tengan buena
ficación en cuanto a claridad, Sócrates! suerte!
SóCRATES : (De manera que no vamos a responder SócRATEs: Pues bien, (estamos diciendo que estas dis­
más fácilmente? ciplinas científicas son las más exactas?
PROTARCO: i Claro que sí! Respondamos, pues, que es­ PROTARCO: Por supuesto que sí.
tas artes son muy diferentes de las demás, y que,

365 Véase arriba 56a3�7. La mayor claridad u oscuridad de un


arte o disciplina científica, como decíamos arriba, deriva ense­
guida en la mayor o menor precisión o exactitud (akríbeia): véase 368 Probable referencia a los sofistas o "erísticos"; para un
56b4-6. uso parecido de deínoí ("terribles") referido a los sofistas o a los
366 El sujeto sigue siendo "el argumento" (véase 57a9 y aquí que discuten por el mero hecho de la discusión estéril, véase
57b10 phthenxámenos: "habiendo nombrado"). Teeteto, 154d y n. 73 a ese pasaje en Boeri (2006, ad loe.). En Tee­
367 Como señala Bury (1897, p. 111, n. ad loe., siguiendo a teto, 195b-c el personaje Sócrates alega que '1es verdaderamente
Poste), homónymon en este pasaje (y en Platón en general) no terrible y desagradable el charlatán" que "arrastra los argumentos
tiene el significado técnico que le da Aristóteles, esto es, como de arriba abajo".
aquello cuyo nombre solamente es común, pero la definición 369 Como sugiere Bury (1897, p. 135, n. ad loe.), con "las que
de la esencia (lógos tés ousías) que córresponde al nombre es dife­ están asociadas a ellas" Platón debe estar haciendo referencia
rente. Por ejemplo, "animal" dicho de hombre y de una pintura a la astronomía, la estereometría y la estática (véase República,
(Categorías, lal-3). Como sugiere Migliori (1998, pp. 280-1), en VIL527c-531d). La '¡duplicidad" es entre aritmética atada a las
el contexto lo único que Platón quiere mostrar es que un arte cosas sensibles y aritmética centrada en los números mismos,
inicialmente designado con un solo nombre como si fuese único se independientemente de los cuerpos sensibles (véase República,
ha revelado como doble. VIl.525b-c).

322 323
[Lafilosofía es superior a cualquier otra ciencia o arte]
a lo que realmente y siempre es por naturaleza
idéntico en todo sentido, es, con mucho, el más
SóCRATES: iPero Protarco, el poder de la dialéctica
verdadero. 372 Y tú, ¿qué [crees] ? ¿Cómo discerni­
nos repudiaría si juzgáramos que hay algún otro
rías este asunto, Protarco?
antes que él!370
PROTARCO: Sócrates, en muchas ocasiones yo solía oír
PROTARCO: iPero cuál es ese [poder] que hay que
que Gorgias37J con frecuencia [decía] que el [arte]
mencionar?
de persuadir supera mucho a todas las (demás] ar-
58a SócRATES: iEs evidente que cualquiera se daría cuenta
tes -en efecto, por sí mismo a través de un modo 58b
de [cuál es] al que me estoy refiriendo ahora! Pues
voluntario, no por la fuerza, podría hacer esclavos
yo creo que todos los que se encuentren unidos
a todos, de modo que con mucho sería la mejor de
a la inteligencia, aunque sea poca,371 considerarán
todas las artes-, pero ahora yo no estaría dispues-
que el conocimiento que se refiere al ser, es decir,
to a establecer una tesis contraria a ti o a aquél.
SócRATES: Me parece que quisiste decir [tomar] "las
370 Es la pritnera vez que aparece en el diálogo la dialéctica armas" que, avergonzado, abandonaste.374
de manera explícita (aunque ya había habido Un adelanto en
16e-17a, cuando Sócrates distingue entre modo erístico y dialéc­
tico de conversar; véase Pradeau, 2002, p. 291, n. 272; la misma 372 Todas estas expresiones ("lo que realmente y siempre es
expres!ón -he toú dialégesthai djnamis, "el poder de la dialéctica por naturaleza idéntico en todo sentido", "lo más verdadero")
o de d1alogar"- se e.z;cuentra en República, VI.Sllb y Parménides, inequívocamente remiten a las Formas. En República, VII.533a­
135c); su presentac1on se hace en el contexto ideal: la discusión b, Platón dice que el poder de la dialéctica -he toU díalégesthai
de las ciencias o saberes (epistCmaz) y la distinción de sus grados djnamis- es lo que nos permite ver lo que es cada cosa. El "ser"
de "claridad o exactitud". Como es habitual en Platón la dialéc­ (ousía) al que se refiere el conocimiento son las Formas. Véase
tica, que coinc�de con el saber filosófico, ocupa el pináculo de la Platón, Timeo, 29c: el ser (ousía) es a la generación (génesis), como
escala de los diferentes saberes, como una especie de remate en la verdad (a/étheia) es a la (mera) creencia (pístis).
la arquitectónica del saber diseñado por Platón en el Filebo. Para 373 Gorgias de Leontinos (c. 485-380 a.C.), el gran sofista
la expresión "el poder de la dialéctica" véase República, VI.5llb, a quien Platón, en cierto modo, homenajea dando su nombre
VII.532b, 533a-c; para la determinación precisa del modo en que a uno de sus más importantes diálogos, aunque sea para mos­
se conecta la dialéctica como disciplina científica con el dialécti­ trar que la retórica no puede ser una tékhne porque no posee un
c?, e� �ecir, aquel qu; po�ee los requisitos indispensables para el objeto propio (ésa es al menos una de las consecuencias de la
e�erc1c10 de la filosofia, vease Brancacci (2008), pp. 83-7, en espe­ conversación que mantienen los personajes Gorgias y Sócrates
cial .PP; 8?-6, donde Brancacci hace notar que ya en la República en la primera parte del Gorgias platónico; véase 449a-455c). Al
. comienzo de 455a, Sócrates pone cierto énfasis en mostrar que
la d1alectica es considerada en la perspectiva de su superioridad
respecto de las demás ciencias, y que' es la culminación de los la retórica produce, en el mejor de los casos, una "persuasión
conocimientos (mathémata, República, VII.534e). que tiene que ver con el estar convencido" (peithOpisteutike'), no
371 Para un pasaje paralelo, véase Gorgias, 500cl-8: "¿Ves, la ''.persuasión didáctica" (peithO didaskaliké), que sería propia de
pu�s, q�e nuestros argumentos se refieren a aquello que cual­ la filosofía. Es interesante la actitud de Protarco, que se rehúsa
qu1era, inc!uso una persona de poCa inteligencia, debería tomar a plantear una tesis contraria a la de Sócrates y también a la de
, Gorgias; al parecer, en este momento del diálogo todavía siente
�a� en se:1�, a saber, cómo hay que vivir? Si la vida que tú me
1nv1tas a v1vu y hacer lo que es propio de un varón -como hablar que está en deuda con Gorgias, pero también con Sócrates, con
en público, practicar retórica, involucrarse en política del modo cuyos puntos de vista coincide desde hace bastante tiempo en
en que ustedes ahora lo hacen-, o si esta vida [que vivo] en la filoso­ el diálogo. Véase, sin embargo, el comentario de Sócrates y la
fía, y en qué se diferencia esta [vida] de aquélla", siguiente nota.
374 Este comentario de Sócrates parece hacer referencia a la

324
325
PROTARCO: Que esto sea ahora como te parece. la que ahora yo estuve hablando -como también
SócRArns: Bien; ies que acaso soy yo el responsable entonces estaba diciendo del blanco que, aunque
de que tú no entiendas bien? poco, si fuere puro, se distinguiría [del blanco]
PROTARCO: iQué cosa? de gran cantidad pero no de calidad, por ser es- 58d
SócRATES: Querido Protarco, yo no estaba inves- te mismo [el blanco] más verdadero-, también
58c tigando qué arte y qué disciplina científica se ahora, después de pensarlo mucho y de haber
distingue de todas las demás por ser la más sig­ reflexionado suficientemente, y sin haber puesto
nificativa, la mejor y la que más nos beneficia, atención en ciertos provechos o en ciertos presti­
sino cuál, aunque sea insignificante y poco útil, gios de las disciplinas científicas, sino en si es un
inspecciona la claridad, la exactitud y lo más ver­ cierto poder natural de nuestra alma para tener
dadero.375 Eso es, claro está, lo que ahora estamos un deseo erótico por lo verdaderom y llevar a cabo
investigando. Pero fíjate que, desde luego, tampo­ todo en vista de ello, habiéndolo examinado cui­
co te enemistarás con Gorgias si le concedes que dadosamente, digamos si podríamos afirmar que
su arte domine a los seres humanos en relación él3" plausiblemente posee de un modo eminente
con la utilidad.376 Pero en cuanto a la disciplina de tanto la pureza de la inteligencia como de la sabi­
duría, o si tenemos que buscar algún otro que sea
profesión de orador o retórico que Protarco, como discípulo de más riguroso.
Gorgias, ya ha abandonado o está en proceso de hacerlo. PROTARCO: Lo estoy examinando y creo que es difícil 58e
375 Aunque Sócrates (Platón) parece reconocer la poca uti­
lidad de la dialéctica, eso no significa que ella no sea la cien­ reconocer que haya alguna otra disciplina cientí­
cia suprema. En efecto, "utilidad" no significa "preeminencia" fica o arte que se atenga a la verdad más que ésta.
o ¡1prioridad" en el sentido que Sócrates está dispuesto a atri­
buir a la dialéctica. Véase supra 55d-e y 56c, donde artes como SóCRATES: Ahora bien, ies que acaso has dicho algo
aritmética, de la medida y del peso son calificadas de "guías" y de la índole de lo que estás diciendo ahora por-
"prioritarias'', aunque, en rigor, son propedéuticas de la ciencia o
saber verdaderamente prioritario: la dialéctica. La razón de que
la matemática no pueda ser verdaderamente prioritaria es que,
aunque se ocupa de objetos abstractos, sigue atada a lo sensible además de no querer generar un conflicto con Protarco, Sócrates
(como el· arte del cálculo y la medida que se aplican al comercio puede estar genuinamente convencido de que, en relación con la
o a la construcción; véase 56e-57a). La dialéctica, en cambio, es utilidad, la retórica es sin duda efectiva. Pero, como he señalado
el saber "más verdadero" porque es el único que se ocupa de mo­ en la nota anterior, eso no le genera ningún problema a su tesis
do directo del ser, de lo que "realmente y siempre es por natura­ de que la dialéctica es el saber más verdadero y preciso. Esto es
leza idéntico en todo sentido" (58a), un argumento que evoca lo reconocido por Sócrates de manera explícita: "sin haber puesto
dicho en República, Vl.Sllb-d. Véase también Hackforth, 1945, atención en ciertos provechos" (58d).
pp. 113-4 y Gosling, 1975, p. 129. 377 Así traduzco erán te toú alethoús; es bastante habitual la
376 Como se ve, Sócrates advierte que aunque Protarco ya disposición "erótica" de Sócrates hacia los asuntos filosóficos
ha abandonado su hedonismo inicial, tiene todavía algunas (véase República, IIl.403a, VI.499c; Teeteto, 169c).
dudas de abandonar su pertenencia a las filas de la oratoria; es 378 El arte, saber o disciplina científica que se distingue de
por eso que busca una fórmula que permita a Protarco seguir todos los demás por centrarse en la claridad, la exactitud y en lo
perteneciendo a los discípulos de Gorgias y, a la vez, admitir la más verdadero (seguramente, el arte de la dialéctica o, como la
línea argumentativa que propone ahora Sócrates. Es claro que, ha llamado antes, "el poder de la dialéctica"; véase 57e).

326 327
que comprendiste que muchas artes y cuantos conocimiento alguno en relación con ellas38t que
59a se dedican a ellas hacen ante todo uso de opi­ contenga lo más verdadero. 382
niones e investigan con dedicación lo relativo PROTARCO: Al menos no parece plausible.
a la opinión?379 Si incluso alguien considera que SócRATES: Entonces no debemos preocuparnos en
está investigando lo concerniente a la naturale­ absoluto de ti, de mí, de Gorgias ni de Filebo, y
za, ¿ sabes que durante su vida investiga aque­ dar testimonio de lo siguiente con el argumento.
llas cosas relacionadas con este mundo, no sólo PROTARCO: ¿De qué? 59c
cómo ha nacido, sino también qué afecciones SócRATES: Qlle tenemos estabilidad, pureza, verdad
padece y cómo actúa? ¿Podríamos decir esto o y lo que sin duda estamos llamando "inconta­
cómo? minado"3 83 o en aquellos ítems que siempre se
PROTARCO: Así. encuentran del mismo modo de la manera más
SócRATES: ¿y no es cierto que dicha persona no con­ libre de mezcla, o en aquellos que son los más
centra su esfuerzo en relación con lo que siempre familiares a ellos.384 Tenemos que decir que todo
es, sino en relación con lo que está, estará y ha lo demás es no sólo secundario, sino también
estado en proceso de devenir?'ªº posterior.
PROTARCO: Completamente cierto. PROTARco: Lo que dices es completamente cierto.
SócRATES: (Podríamos afirmar entonces con la ver- SócRATES: Pues bien, en cuanto a los nombres de tales
59b dad más exacta que alguna de esas cosas -que cosas, foo es acaso lo más justo asignar los más
ni se encontró ni nunca se encontrará del mismo bellos a las más bellas?
modo, ni se encuentra ahora en el presente- se ha PROTARCO: Al menos parece plausible.
vuelto clara? SócRATES: ¿y no es cierto que "inteligencia" y "sabi- 59d
PROTARCO: i Cómo podríamos! duría" son los nombres que uno podría honrar
SócRATEs: Pues bien, en relación con las cosas que no por sobre todo?
poseen estabilidad alguna, ¿cómo podría alguna
vez producirse algo, cualquier cosa que fuere, es­ 381 Es decir, con las cosas que no son estables.
382 Con el giro "lo más verdadero" (tO alethéstaton), Platón
table para nosotros? puede, una vez más, estar haciendo referencia a las Formas (véa­
PROTARCO: i Creo que de ninguna manera! se Sofista, 240b3). Parece tratarse de una manera de decir que
de! mundo del devenir (en general) y de los objetos sensibles (en
SócRATES : Por consiguiente, no hay inteligencia ni particular) no hay conocimiento, una tesis que ya aparece en
República, VII.529b7-cl (sobre este punto me permito remitir a
Boerí, 2007a, cap. 4).
379 Véase República, V.477b-480a. 383 La palabra griega es eilikrinés, un vocablo habitual para ha�
380 La oposición es, de nuevo, entre "ser" (tJ óntaaeí, "lo que cer referencia a las Formas (véase supra 29b, 53awb y notas adloe.).
siempre es") y "devenir" (gígnesthaz). El estudio de la naturaleza 384 Sin leer deúteros (con Hermann y Bury). Con "los ítems
es el estudio de lo que se encuentra en devenir (véase Platón, más familiares o afines a ellos", debe estar haciendo referencia a
Timeo, 27d5-28a6). los cuerpos celestes.

328 329
PROTARCO: Sí. PROTARCO: Por supuesto.
SócRATES: Por lo tanto, esos [nombres], en su uso exac­ SócRATES: ¿y no sería más correcto que antes nos diga­
to y correcto, se asignan en el dominio de los pen­ mos y recordemos a nosotros mismos lo siguiente?
samientos concernientes a lo que realmente es.385 PROTARCO: ¿ Q¡:ié?
PROTARCO: Por supuesto que sí. SócRATES : Lo que también recordamos antes;J 88 y pa­
SóCRATES : Desde luego que los que yo propuse en rece que es correcto el proverbio "es apropiado 60a
aquel momento para nuestra decisión386 no son repetir en el argumento dos y tres veces lo que
otros que estos nombres. está bien".389
PROTARco : Sin duda, Sócrates. PROTARCO: Sí, por cierto.
SócRATES: Vamos, pues, i por Zeus ! , pues creo que lo
[El bien es la vida que consiste en una mezcla de sabiduría que se dijo entonces en cierto modo se lo dijo de
yplacerespuros] esa manera.
PROTARCO: ¿cómo?
SóCRATES: Así es; y, claro está, respecto de la sabiduría SócRATES: Filebo sostiene que e1 placer se ha vuelto
59e y el placer en relación con su mezcla recíproca,387 la meta correcta para todos los animales y que to­
si alguien afirmara que está delante de nosotros dos deben apuntar a él, y que, sin ninguna duda,
como delante de artífices que, a partir de sus ma­ para todos el bien es eso mismo, y que es correcto
teriales y con ellos, tienen que fabricar un artefac­ que estos dos nombres -"bueno" y "placentero"-
to, haría una comparación apropiada. se establezcan para algo único, es decir, para una
PROTARCO: Sí, absolutamente. sola naturaleza. Sócrates, en cambio, niega que 60b
SócRATES : Después de esto, pues, ¿es que acaso no esto sea una unidad,390 sino que, como dos nom­
tenemos que intentar hacer la mezcla? bres [que son], "bueno" y "placentero" tienen
una naturaleza diferente entre sí, y que la sabidu-
385 El giro "lo que realmente es" traduce el griego tO On óntos,
una de las expresiones platónicas que desde los diálogos "me­ ría participa más de la clase del bien que el placer.
dios" designa las Formas o Ideas (véase Fedro, 247e, 249c; Repú­ ¿No fue esto lo que también se dijo entonces?J91
blica, Vl.490b).
386 Una vez más, la referencia es la decisión de para quién
sería el primer o segundo premio en la competencia por el bien, 388 Las dos posiciones extremas del diálogo: el bien es el
si para el placer o para la inteligencia o sabiduría (véase supra placer o el goce (Filebo), el bien es la inteligencia o sabiduría
27c8-10, 44d4-5 etpassim). (Sócrates). Véase supra llb-c.
387 He destacado la expresión "mezcla recíproca" porque 389 El proverbio aparece, de un modo levemente diferente, en
creo que, quizá, el objetivo de Sócrates ahora es mostrar que Gorgias, 498e-499a: "Afirman que es dos y tres veces noble (kalón)
tanto la vida de placer como la de sabiduría toman algo la una de decir (légein) y examinar (episkopeísthat) las cosas nobles", y en Le­
la otra. Puede ser una manera razonable de enfatizar ahora que yes, 754c2-3: ('Pues lo noble dicho dos veces en nada daña".
la vida mixta presupone elementos de las posiciones iniciales de 390 Es decir, que bien y placer puedan identificarse en una
ambos contendores, tanto de quien defendía el placer (sensual) sola cosa.
como de quien defendía la inteligencia sin más. 391 Véase supra llb, aunque allí no se menciona lo relativo a

330 331
más ninguna otra cosa y tendría la más perfecta
PROTARCO: Sí, desde luego.
suficiencia.393 ¿No es así?
SócRATES : ¿podríamos, por consiguiente, estar de
PROTARCO: Sí, así es.
acuerdo con esto tanto entonces como ahora?
SócRATES: ¿y no es cierto que en nuestro argumento
PROTARCO: ¿con qué?
procuramos poner por separado lo uno de lo otro
SócRATES: Con que la naturaleza del bien se distin­
para la vida de cada uno, placer no mezclado con
gue de la que poseen las demás cosas en esto.
sabiduría y, del mismo modo, sabiduría que no
60c PROTARCO: rnn qué?
contenga ni siquiera el más pequeño ingrediente
SócRATES: En que en aquel de los animales en el cual
de placer?
estuviera presente éste392 en el más altogrado, com­
PROTARCO: Sí, así era.
pletamente y por todas partes ya no necesitaría
SócRATES: Ahora bien, ¿no nos pareció entonces394 que
uno de ellos395 era suficiente para alguien? 60d
los nombre� y al argumento explícito: si bien ("bueno") yplacer(o PROTARCO: ¿y cómo lo sería?
"placentero") son dos nombres diferentes, su naturaleza tan:bién
debe ser diferente. Es decir, bien y placer no pueden ser lo mismo. SócRATES: Si en ese momento hubiésemos cometido
Este pasaje adelanta, de ·un modo interesante e importante, el de­ un error, que alguien, cualquiera fuere, vuelva a
sarrollo de la tesis aristotélica según la cual cada nombre designa
una sola esencia. En efecto, en una línea argumentativa similar
Aristóteles enfatiza que la expresión "ser" o "no ser" significa un
algo determinado (todz) y que, por ende, no todo es "así y no así" 393 Véase supra 20c-e los requisitos del bien; allí ya s� adela�­
(Metafísica, 1006a29-31). Pero admitir que lo que uno dice es sig­ _ , aqu1,
ta la tesis de que el bien (o, como se reformula esa pos1c1on
nificativo y que o es o no es, implica que el nombre debe tener un "el que posee el bien") no precisa de nada. O sea que es compl:­
único significado (o si tiene más de un significado, que esos sig­ tamente autosuficiente. En 20d-e se habían presentado los requi­
nificados sean limitados; Metaftsica, 1006a34-bl); si cuando digo sitos de suficiencia y perfección como dos requerimientos dife­
"hombre" lo que quiero significar es "no hombre" o "elefante" no rentes·' ahora Platón reformula ese punto diciendo que aquel en
hay discursoposible. El nombre, por tanto, debe significar una so­ quien esté presente el bien poseerá "la más perfecta si: f:ciencia"
la cosa, y eso es así porque el nombre hace referencia a la esencia, (tb hikanbn tele6taton), con lo cual se ve que esos requ1s1tos pue­
esto es, cuando digo "hombre" lo que significo es "ser hombre" den leerse como una verdadera unidad. Es interesante observar,
(Meta.fisica, 1006a32-33: tO anthr6poi eínaz). No significar una sola no obstante, que hablar de "suficiencia más pe�fecta" sugiere
cosa es no significar ninguna y, si no hay significados entre los ha­ indirectamente que puede haber cierta suficiencia no perfecta,
blantes, es imposible establecer un diálogo entre distintas perso­ acabada o completa. Tal vez Platór: esté indi�and� entre l �neas
nas entre sí, pero también respecto de uno mismo, porque el que .
la posibilidad de considerar como bienes los bienes ,cond1c1ona­
no piensa una sola cosa ni siquiera es capaz de pensar (Metafísica, les" o extra morales, propios del sentido común �como belleza,
1006b7-10). El nombre, por lo tanto, significa algo y significa una salud, fama, dinero, etc.), que ya habían sido considerados como
sola cosa, lo cual implica que "ser hombre" no puede significar tales en otros diálogos, siempre y cuando estén acompañados
lo mismo que '1no ser hombre''. Tampoco es posible, por consi­ de conocimiento o inteligencia, lo cual garantizaría un correcto
guiente, que lo mismo sea y no sea. Sin ánimo de exagerar esta uso de ellos (véase Platón, Eutidemo, 28la8-el; Menón, 87e-88b;
conexión entre Platón y Aristóteles, creo que hay razones para Gorgías, 467e4-6; Leyes, 661c-d).
suponer que el muy platónico Aristóteles (al menos en éste y otros 394 Al comienzo mismo del diálogo (véase llb-c).
aspectos de detalle que ya he señalado aquí y en la Introducción) 395 Como hace notar Bury (1897, p. 142, n. ad loe.), aunque
aprendió muy bien la lección platónica: si '1bien" y "placer" fueran a primera vista póteron resulta un poco e�traño aquí, �ebe estar
lo mismo, deberían tener la misma esencia y, por ende, la misma usado en el sentido de alterutrum (de aht mt. traducc1on).. Bury
definición. remite a usos parecidos en Filebo 20a, Sefista, 252a y Teeteto, 145a.
392 El bien.

333
332
tornar ahora [el argumento) y lo explique de una PROTARCO: ¡¿y cómo habría de serlo?!
manera más correcta; que haga depender del SócRATES : Pues bien, hay que aprehender el bien o
mismo rasgo forrna{396 al recuerdo, la sabiduría, el claramente o un esbozo de él para que, como
conocimiento y la opinión verdadera, y examine estábamos diciendo, podamos dar a alguien el
si alguien aceptaría tener o incluso adquirir cual­ segundo premio.
quier cosa sin ellos, y mucho más aún el placer, PROTARCO: Lo que dices es completamente correcto.
sin importar cuán abundante o intenso fuere, y no SóCRATES: ¿y no es cierto que hemos descubierto un
tuviera una opinión verdadera de que lo está dis­ camino hacia el bien?
frutando e ignorara por completo qué estado afec­ PROTARCO: iCuál?
tivo ha experimentado en algún momento y no SócRATES: Por ejemplo, si una persona que está bus­
60e recordara su estado afectivo ni por cuanto tiempo cando a otra averiguara correctamente primero 61b
lo tuvo.397 Dígase lo mismo de la sabiduría, a saber, dónde vive, sin duda tendría ya una significativa
si alguien admitiría tener sabiduría sin ningún pla­ [ayuda] para hallar lo que está buscando.
cer, incluso uno brevísimo, más que tenerlo con PROTARCO: Por supuesto que sí.
algunos placeres, o bien tener todos los placeres sin SócRATES: Es claro que ahora, como también al co­
sabiduría más que con cierta sabiduría. mienzo, el argumento nos reveló que no es posi­
PROTARCO : No es posible, Sócrates; pero no hay ble buscar el bien en la vida sin mezcla, sino en
necesidad de hacer esa pregunta con tanta fre­ la mixta.
cuencia.. .398 PROTARco: Desde luego.
61a SóCRATES: iNo es cierto que ninguno de ellos sería SócRATES : iHay, por cierto, más esperanza de que
perfecto, elegible por todos y lo absolutamente aquello que se está buscando haya de ser más
Bueno?399 evidente en lo que está adecuadamente mezclado
que en lo que no?
396 O "del mismo tipo de cosa" (tés autés idéas).
397 Éste es un regreso al "argumento del molusco'', para el PROTARCO: Sí, mucha.
cual véase supra 21c�d y nuestra Introducción, sección 2. SócRATES: Hagamos la mezcla entonces, Protarco,
398 Protarco no quiere regresar al argumento del molusco,
que lo dejó "sin habla" y co1npletamente estupefacto (véase nota mientras suplicamos a los dioses, ya sea a Dioni- 61c
anterior). so, a Hefesto o a cualquiera de los dioses que le
·

399 ¿La Idea del Bien? Muy probablemente; véase República,


Vl.507a3 y Vll.534c4, donde es manifiesto que para Platón la toque en suerte el honor de la combinación.400
Idea del Bien es el Bien mismo; véase Hackforth (1945, pp. 122-
3, p. 141, n. 2) y nuestra discusión del pasaje en la Introducción, riamente a lo que piensa Davidson, de acuerdo con el pasaje
sección 4. Si hay razones para creer (como creo) que Platón está 65a, Proporción y Verdad también son Formas (véase Davidson,
hablando aquí de la Idea del Bien (es decir, de lo que siempre y 2005a, p. 238).
en todo sentido es bueno, esto es, lo "absolutamente bueno"), 400 Dioniso (o Baco), hijo de Zeus y de Sémele, dios del vino,
no parece plausible la sugerencia de Davidson de que en el Filebo que con frecuencia se bebía mezclado con agua. Suele asociár­
el valor ya no puede estar conectado con las Formas. Contra- selo al vino y a las celebraciones orgiásticas. Hefesto es el dios-

334 335
PROTARCO: Sí, por supuesto. PROTARCO: Sí, por supuesto.
SócRATES: Pues bien, nos encontramos cual escan­ SócRATES: Y sin duda también un conocimiento es
ciadores ante dos fuentes: una, la del placer, diferente de [otroJ conocimiento: por una parte,
sería comparable a la miel; la otra, la de la sabi­ está el que mira a lo que nace y perece; por otra, 61e
duría, es [como una fuente] sobria y sin vino, el que [miraJ a lo que ni nace ni perece, sino
de un agua austera y saludable. Tenemos que que siempre es idéntico y del mismo modo.4o3 Si
esforzarnos por mezclarlas de la mejor manera lo examinamos con respecto a la verdad, con­
posible. 40l sideramos que [este último] era más verdadero
PROTARco: Por supuesto. que aquél.
61d SóCRATES: Vayamos pues con lo primero: iacaso po­ PROTARCO: Sí, completamente correcto.
dríamos alcanzar lo que es máximamente ade­ SócRATES: ¿y no es cierto que si primero mezclára­
cuado si mezclamos cualquier [tipo de] placer mos las secciones más verdaderas de cada uno
con la sabiduría en su totalidad? de los dos, podríamos ver si acaso ellas, al estar
PROTARCO: Tal vez . . . mezcladas, son suficientes para suministrarnos
SócRATES: Sin embargo, no es seguro; me parece que el modo de vida más digno de estima o si acaso
puedo formular una opinión gracias a la cual todavía precisamos alguna [de las secciones] que
podríamos hacer una combinación de un modo no son de esta índole? 62a
menos riesgoso. PROTARco: Sí, me parece bien proceder así.
PROTARCO: i Di cuál! SócRATES: Pues bien, supongamos una persona que
SócRATES: iTeníamos, según creemos, un placer más entienda qué es la justicia misma, y que posea
verdadero que otro y un arte más exacto que una definición que siga a su pensamiento, y que
otro?402 también piense del mismo modo respecto de to­
- dos los demás existentes.404
�;;esano que, frecuentemente, hace distintos tipos de aleaciones
entre los metales. Cualquiera de estas dos divinidades, "amigas
de las combinaciones", podría entonces presidir la mezcla. �- -
bT¡� en cl de las disciplinas científicas y las artes hay unas que
401 Aunque ya ha quedado claro que solamente entrarán en son más puras y exactas, y otras que lo son �enos. Véase el ar·
la mezcla los placeres puros, Platón se resiste a abandonar la idea gumento que sigue sobre los grados de exactitud (y pureza) del
de que el placer siempre puede ser una potencial fuente de en­ conocimiento.
gaño (véase infra 65c: "el placer es el más grande impostor de to­ 403 Para este lenguaje como referido a las Formas y familiar
dos"). Este pasaje retoma la imagen, implícitamente formulada desde los diálogos medios, pero repetido en los diálogos tardío�
arriba al citar a Dioniso, de una mezcla de vino y agua: el vino es (además del Filebo), véase República, Vll.527b5-6, X.61lal-2; Ti:
siempre potencialmente peligroso si no está controlado por una meo 27d5-28al. El conocimiento que "mira a lo que no nace ni
dosis de sensatez que le permita a uno no beber en exceso. Esa per�ce" debe ser el propio de la dialéctica, cuyo objeto son las
"dosis de sensatez" está dada por la sabiduría, que en la mezcla Formas.
cumple el papel de un agua 'iaustera y saludable". 404 Véase Platón, República, l.339a3, X.612c!O; Parménides,
4 02 Ésta es la conclusión importante del argumento de las 135c8. Tal vez este pasaje del Filebo se podría comparar con
ciencias y las artes: como ocurre en el caso de los placeres, tam- República, VIl.534b3: ''<Llamas 'dialéctico' al que aprehende la

336 337
PROTARco: Sí, supongámoslo. PROTARco: Me parece que es necesario, al menos si
SócRATBS : Ahora bien, ¿tendrá esta persona sufi­ en realidad nuestro modo de vida va a ser en
ciente conocimiento por poseer la definición de algún momento un modo de vida, cualquiera
"círculo" y de "la esfera misma divina", aunque que sea.
62b ignore esta esfera humana y estos círculos, y en la SóCRATBS: ¿Q!Jieres, entonces, que, como un portero,
construcción de una casa use igualmente no sólo empujado y forzado por la muchedumbre, me dé
las demás reglas, sino también los círculos ?40s por vencido, abra las puertas y deje entrar a todos
PROTARCO: Sócrates, estamos hablando de una dispo­ los conocimientos, y que el [conocimiento] infe­
sición nuestra que es ridícula: la que únicamente rior se mezcle junto con el puro?
reside en los conocimientos divinos. PROTARCO: Sócrates, yo no sé cómo uno podría per- 62d
SóCRATBS: ¿Q!Jé quieres decir? ffenemos que propo­ judicarse si admite todas las demás [formas de]
ner y mezclar conjuntamente el arte de la regla conocimiento y conserva las que son priorita­
y el círculo falso a la vez, que no es estable ni rias.
puro?406 SócRATES: ¿Permito entonces que todas fluyan hacia
PROTARCO: Es sin duda necesario, si alguno de nosotros el receptáculo de la muy poética "confluencia de
va a encontrar en cada ocasión el camino a casa.407 dos valles" de Homero?409
62c SócRATBS : ffambién [tendremos que proponer y PROTARCO: Por supuesto que sí.
mezclar] la música, aunque poco antes estába­ SóCRATBS: Q!Je queden permitidas; debemos volver a
mos diciendo que está llena tanto de conjetura dirigirnos a la fuente de los placeres, pues cuan­
como de imitación, y que carece de pureza?408 do proyectamos mezclarlos, primero las partes
de los [conocimientos y placeres verdaderos], no
definición (Iógos) de la esencia (ousía) de cada cosa? Al que no nos fue posible [hacerlo]; pero debido al amor
tiene [tal definición], en la medida en que no puede dar una
explicación ('dar razón', lógon didónai) ni a sí mismo ni a otro, a todo tipo de conocimiento, permitimos [que
¿negarás que en tal medida tiene comprensión (noús) de eso?". entraran] en bloque en lo mismo, incluso antes
La expresión "todos los demás existentes" (hápanta ta ónta, 62a4)
puede ser una manera de referirse a las Formas (la "justicia mis­ que los placeres.410 62e
ma" es la Forma de Justicia y, claro está, es un "existente"). PROTARCO: Lo que dices es completamente cierto.
405 Simplificando un poco el asunto, la diferencia parece ser
entre el individuo que posee un conocimiento solamente teóri­
co y el que posee un conocimiento práctico o que es capaz de 409 Homero, llíada, IV.451-454: 'iy la tierra fluía envuelta en
aplicar la teoría a la práctica. sangre, como cuando dos ríos torrenciales de lo alto fluyendo
406 Se refiere al arte de la construcción que opera con reglas de los montes en una confluencia de dos valles echan juntas sus
y círculos empíricos, de donde lo de "'la regla y círculos falsos, aguas impetuosas ..." (trad. esp. A. López Eire, op. cit.).
sin estabilidad ni pureza". Es decir, todo lo que se da "mezclado" 410 Las "partes" en cuestión corresponden tanto a los cono­
con la práctica empírica es impuro. cimientos como a los placeres; las ciencias y artes contienen un
407 Lo que se está buscando es el bien o "lo que es absoluta­ aspecto de exactitud y verdad; los placeres falsos, en cambio,
mente bueno" (véase supra 61al-2). no contienen nada de eso (véase Pradeau, 2002, p. 296, n. 299, a
408 Véase supra 56a3�7. quien sigo en este punto).

338 339
SócRATES : Pues bien, es hora de que nosotros deci­ de placeres durante toda la vida-, [entonces] de­
damos también sobre los placeres si es que acaso bemos mezclarlos a todos ellos.413
también tenemos que permitirles a todos ellos PROTARco: Ahora bien, ¿cómo hablaremos de ellos
[entrar] en bloque o si tenemos que admitir pri­ mismos y cómo procederemos?
mero a los que son verdaderos. SóCRATES: Protarco, no tienes que preguntarnos a no­
PROTARco: Al menos visto el asunto desde la pers­ sotros, sino a los propios placeres a medida que
pectiva de la seguridad, mucho importa permitir hagamos una averiguación minuciosa de este ti­
pasar primero a los que son verdaderos... po sobre su relación recíproca.
SóCRATES: iDejémoslos pasar entonces! N después PROTARCO: ¿De qué tipo? 63b
de ellos qué sigue? Y si hay ciertos [placeres] ne­ SócRATES: "Amigos míos,414 ya sea que tengamos que
cesarios, como en el caso de las artes y las dis­ llamarlos 'placeres' o que [debamos llamarlos]
ciplinas científicas,411 ¿es que acaso no debemos con algún otro nombre cualquiera, ¿es que uste-
mezclarlos también? des preferirían habitar en compañía de cualquier
PROTARCO: Sí, sin duda, al menos los [placeresJ nece­ forma de sabiduría más que sin sabiduría?".41 s
sarios [deben ser mezcladosj.412 Creo que es completamente necesario que ellos
63a SócRATES: Pero si también ahora, tal como [dijimos respondan a esto lo siguiente. . .
queJ conocer durante toda la vida todas las artes PROTARCO: ¿Qyé?
era no sólo inofensivo, sino también beneficio­ SócRATES: Qye, como se dijo antes,416 no es en abso­
so, decimos lo mismo de los placeres -que, en luto posible ni beneficioso que un género esté
realidad, es no sólo conveniente sino también
inofensivo para todos nosotros sentir todo tipo 413 Dicho de otra manera, no todos los placeres son bene­
ficiosos ni inofensivos. Por tanto, no todos los placeres deben
ser incorporados a la vida mixta, de modo que hay placeres que
411 El texto es mucho más sintético ("como allí": katháper deben permanecer fuera de la vida buena (véase infra 63c-d).
ekeí), pero es claro que se refiere a las artes y ciencias de los que 414 Se refiere a los placeres (ó phílai). La personificación de
ha estado hablando antes. Los "placeres necesarios" correspon­ los placeres evoca la personificación de las leyes que hace Sócra­
den, probablemente, a la satisfacción de los deseos básicos (co­ tes en Gritón, 50a ss.
mida, bebida, sexo) sin los cuales no es posible la vida (véase 415 Entiendo (con Bury, !897, p. 150, ad loe.) déxaisthe . . e
.

República, VIII.559b). Para el tema de los "placeres necesarios" como introduciendo una estructura comparativa.
como un componente indispensable de la vida buena, véase 416 En el Filebo esto no ha sido dicho antes, al menos no de
nuestra Introducción, sección 5. esta manera; lo que sí ha dicho Platón es que ni el placer ni la
412 Badham (1878, p. 113, n. adloe., citando a Ficino) hace la sabiduría -los dos candidatos a llevarse el primer premio en la
interesante sugerencia de que estas palabras (esto es, "al menos competencia por el bien desde el comienzo del diálogo- cum­
los [placeres] necesarios [deben ser mezclados] ") debe decirlas plen con el requisito de suficiencia, razón por la cual ninguno
Sócrates, no Protarco. Bury (1897, p. 149, n. ad loe.) acepta la su­ de los dos por sí solo puede ser el bien (véase supra 22a-b y 60a-b;
gerencia de Badham, pero edita el pasaje como parte de la réplica también Pradeau, 2002, p. 297, n. 304). La palabra génos ("géne­
de Protarco (como Burnet y otros editores). Dado que carezco ro") puede estar usada en un sentido general para indicar cual­
de un argumento para avalar la sugerencia de Badham, traduzco quier tipo de cosa (como placer, goce, sabiduría o inteligencia,
el texto como parte del parlamento de Protarco. además de los tipos de vida asociados a tales ítems).

340 341
solo, aislado e incontaminado. Por el contrario, PROTARCO: Es probable . . .
63c consideramos que, [tomados] uno a uno, ha de SócRATES: A continuación, nuestro argumento será el 63d
cohabitar con nosotros, como el mejor de todos siguiente: "además de aquellos placeres que son
los géneros, el que corresponde al conocimiento verdaderos", diremos, "faún necesitan que los
no sólo de t_odas las demás cosas, sino también de más grandes placeres y los más intensos residan
manera perfecta, según sea en cada caso nuestra con ustedes?".419 Tal vez responderían: "¿cómo,
misma capacidad.417 Sócrates?, [üe refieres] a los que para nosotros
PRoTARco: "Ustedes han respondido apropiadamente involucran infinitos impedimentos, pues pertur­
ahora", diremos. ban las almas en que habitamos con la locura, 420
SócRATES: Correcto; pues bien, después de esto debe­ y no nos permiten nacer y, en la mayor parte de 63e
mos volver a interrogar a la sabiduría y a la inteli­ los casos, destruyen completamente a nuestros
gencia: "¿Acaso ustedes necesitan en algo de los hijos nacidos al infundir un olvido a causa de su
placeres en la mezcla?", podríamos decirle tanto descuido? En cambio, a los placeres que llamaste
a la inteligencia como a la sabiduría mientras las 'verdaderos y puros' considéralos prácticamen-
interrogamos. "¿De qué especie de placeres?", tal te como nuestros familiares y, además de ellos,
vez responderían.418 mezcla aquellos que están acompañados de salud
y moderación, y, claro está, también de virtud en
417 El texto es difícil (tanto desde el punto de vista filológico
como filosófico), sobre todo ell la última parte. En mi interpre­ su totalidad, y cuantos, habiéndose vuelto como
tación autl:n. . . hékasten es, como tdlla pdnta, objeto de gignós­ servidores de una diosa, la acompañan por todas
kein y debe retomar "placer" (para las dificultades textuales del
pasaje véase Bury, 1897, p. 151, n. ad loe.). El modo en que los
partes. Pero sería un enorme absurdo que quien
traductores solucionan la última línea me parece insatisfactorio quiere ver la combinación y la mezcla más bella
como traducción de tl:n aut/:n hemOn teléos eis dúnamin hekásten:
Durán (1997, ad loe.) da "y también a cada uno de nosotros tan y estable421 posibles mezcle con la inteligencia los
perfectamente como sea posible"; Frede (1997, ad loe.) traduce [placeres] que siempre acompañan a la insensatez
"also each one of us, as far as that is possible"; Pradeau (2002,
ad/oc.) da "connalt aussi ce qu'est chacun de nous en lui-méme, y a [cualquier] otro vicio, y que procure enten- 64a
aussi perfaitement que possible". Pero el texto griego no dice der en ella cuál es por naturaleza, tanto en el ser
tOn autOn hemón ... hékaston , sino ten autCn hemOn . . . hekásten. El
fe1nenino ten autCn... hekásten debe suponer phr6nesin (63b4) o
hedoné (63b2, donde, sin embargo, Platón habla de "placeres": especie de placer, sino sólo la especie de placer puro y verda­
hedonás). El único que creo que se aproxima al sentido real del dero.
texto es Migliori (1998, p. 301), que en su paráfrasis del pasaje 419 Como se aclara más abajo, éstos son los placeres sexuales
dice: "quanto al genere migliore con cui accompagnarsi, e quello (véase 65c6).
che, conoscendo tutte le cose, conosce anche tutti i piaceri, e 420 Sin leer hedonás en 63d6.
ciascuno, nel modo piU perfetto possibile". Es decir, "conoce 421 El adjetivo astasiastotáte (aquí en grado superlativo) lite­
cada placer" del modo más perfecto posible. Estoy en deuda con ralmente significa "no sujeto a conflicto interno" y en este pasaje
Alejandro G. Vigo por discutir conmigo este pasaje. califica (como el superlativo kallísten) a meíxis y krásis. Es obvio,
418 La inteligencia y la sabiduría advierten que para que la de todos modos, que la buena vida de la que habla Platón es una
mezcla sea apropiada no puede incorporarse en ella cualquier vida de calma y cualquier calma involucra cierta estabilidad.

342 343
humano como en el universo, el bien,422 y que de­ SóCRATES: Pero entonces también es necesario lo si­
ba adivinar cuál es su propio rasgo formal". rns guiente, pues si fuera de otro modo nunca podría
que acaso no vamos a decir que la inteligencia suceder nada...
ha respondido sensata y coherentemente consigo PROTARCO: ¿Qué cosa? 64b
misma lo que se argumentó ahora, no sólo a favor SócRATES: Aquello a lo que no hayamos mezclado la
de sí misma sino también del recuerdo y de la verdad, nunca podría generarse verdaderamente
opinión verdadera? ni haberse generado.423
PROTARCO: Sí, absolutamente. PROTARCO: i Cómo habría de poder!
SócRATES: De ninguna manera, pero si todavía se re­
quiere algo para esta mezcla, díganlo tú y Filebo,
422 El probable trasfondo de esta visión que "une", por así
decir, la búsqueda del bien humano (a nivel microcósmico) a pues me parece que el presente argumento ha
la del bien en el universo (a nivel macrocósmico) tiene que ver terminado como en un cierto orden incorpóreo
con una concepción "organicista" propia del pensamiento de
Platón, consistente en suponer que lo que existe en el todo tiene que gobernará apropiadamente un cuerpo ani­
una especie de manifesta_ción o réplica a nivel microcósmico en mado.424
los individuos, concepción que además asume que es más fácil
advertir un fenómeno en la totalidad que en las partes de dicha PROTARCO: iMuy bien, Sócrates, di que también yo lo
totalidad. De manera inequívoca Platón enfatiza que el universo admito de ese modo!
es el punto de referencia respecto del cual las partes adquieren su
valor y realidad (véase aquí Filebo, 29b-30a; también Timeo, 90bl­
d7). De manera similar y mutatis mutandis, Platón emplea el pro­ 423 En la Introducción, sección 5, he argumentado a favor de
cedimiento "todo-parte" también en la República, al comienzo interpretar la noción de verdad (alétheia) en este pasaje en sentido
del argumento de la justicia, cuando sugiere que, si intentáramos ontológico (una interpretación seguramente no muy novedosa,
ver la justicia antes en algo más grande entre los que la poseen, pero que precisa ser enfatizada para no cometer el error de pen­
sería más fácil advertir lo que es en una sola persona (434d7-el). sar que Platón puede estar pensando aquí en "verdad proposi­
Una objeción probable a este tipo de procedimiento es que no cional"). En el pasaje 64e-65a, Platón incluye también la verdad
hay nada que muestre con certeza que entre la totalidad y el in­ como un ingrediente del Bien (con mayúscula porque probable­
dividuo no hay un paralelismo, y que el paso del todo a la parte mente indica "lo absolutamente Bueno", es decir la Forma del
requiere algunas premisas intermedias. Es probablemente por Bien; véase supra 61a y nota adloe.; si esto es así, uno podría supo­
eso que en República Sócrates se adelanta a sugerir que cuando ner que debe estar pensando en la Verdad, la Forma de Verdad).
de dos cosas (una mayor y otra menor) se dice que son lo mismo, La verdad como ingrediente esencial de la mezcla se explica por
entre dichas cosas hay semejanza, no desemejanza (IV.435a6-9). el hecho de que solamente cuando hay "verdad" en ella se produ­
De donde infiere Sócrates que respecto de la Forma misma de ce un verdadero o "real" devenir, es decir, un devenir que da lugar
justicia la persona justa no se diferenciará en nada de la ciudad a un ser (véase Delcomminette, 2006, p. 556, n. 15).
justa. El supuesto implícito que está en el trasfondo de este ar­ 424 El "orden incorpóreo" (k6smos asómatos) es sin duda la
gumento organicista es que el todo es anterior a la parte, una v_irtud (de la que ha estado hablando en 63e). Para un interesan�
sugerencia platónica que tuVo importantes consecuencias en el te adelanto de este enfoque véase Platón, Gorgias, 506el-507a3:
funcionalismo aristotélico (véase Aristóteles, Política, 1253a20- la virtud de cada cosa consiste en un arreglo apropiado y en
23 : "Pues es necesario que el todo sea anterior a la parte, ya que, un orden, lo cual significa que en cada cosa hay un orden (kós­
. mos) que suministra un bien al objeto que lo posee; en Gorgias,
s1 se suprime el todo, no habrá pies ni mano, a no ser en sentido
homónimo [ . . . J , pero todas las cosas se definen por su función 493dl-494a5 Platón argumenta que la vida de "los ordenados"
y su capacidad"). Para un comentario más detallado de este im­ (esto es, los virtuosos) es más feliz que la de los intemperantes y
portante aspecto de la "ética cosmológica" de Platón, véase nues­ que el alma de estos últimos no es un kósmos, sino una akosmía
tra Introducción, sección l. (507a5-7, 508a).

344 345
[Los ingredientesformales del bien: belleza, proporción, no, en verdad, una cierta confusión no mezclada
mediday verdad] que, en cada caso y realmente, se convierte en
una desgracia para los que la poseen.426
SóCRATES: Ahora bien, si decimos que ahora ya nos
64c PROTARCO: Totalmente cierto.
encontramos en los vestíbulos de la morada del SócRATES: Claro está que en este momento el po­
bien, quizá, en cierto modo, lo diríamos correc­ der del bien se nos refugió en la naturaleza de
tamente, ino? lo bello, pues sin duda sucede que la medida y la
PROTARCo: Me parece que sí.
SócRATES: iQyé es entonces en la mezcla lo que a 426 La noción misma de "mezcla" (krdsis, mefxis, sjmmeixis)
la vez nos parecería más valioso y la causa fun­ es potencialmente confusa en la medida en que constituye una
noción de índole más bien física. Pero en el contexto resulta
damental de que tal disposición se haya vuelto relativamente claro que se trata de una analogía apropiada pa�
grata a todos? En efecto, después de reconocer ra mostrar cómo ni la vida de puro placer ni la vida de pura
inteligencia o sabiduría puede ser el tipo de vida correcto que,
esto, examinaremos a continuación si se ha cons­ además, puede reclamar el primer premio en la competencia por
tituido como más connatural y más apropiado en el bien. En 22a-b ya había quedado demostrado que, una vez es­
tablecidos los requisitos del bien, ninguno de los dos candidatos
todo al placer o a la inteligencia. y tipos de vida antitéticos asociados a ellos podían reclamar la
64d PROTARCO: Correcto, pues eso nos resulta extremada­ primacía pues no cumplían con al menos uno de los requisitos
establecidos (en la lógica del argumento queda claro que x puede
mente útil para nuestra decisión. 425 ser identificado con el bien, si y sólo si x cumple con todos los re­
SóCRATES: Por supuesto que no es difícil de ver la cau­ quisitos del bien). Con la discusión de la mezcla y la "vida mixta"
se produce un movimiento de superación en el argumento: tal
sa de la mezcla total, causa en virtud de la cual como en el plano físico no puede haber una mezcla en el sentido
una [mezclaJ cualquiera es digna de todo valor o propio de la palabra si los ingredientes son desproporcionados
entre sí (por ejemplo, en una piscina una gota de vino no esta­
no vale nada en absoluto. blece ninguna diferencia), así también en el caso de la vida mixta
PROTARCO: iQyé quieres decir? los ingredientes que la componen (placer y sabiduría) deben ser
proporcionados para que se pueda hablar con rigor de "vida mix­
SócRATES: Ninguna persona ignora esto. ta". Dicho de otra manera, ninguno de los componentes de la
PROTARCO: iQué cosa? vida mixta puede superar al otro, pues eso opacaría la calidad de
la mezcla y, eventualmente, podría terminar por destruirla. Un
SócRATES: Que cualquier mezcla, de cualquier tipo poco más adelante (véase 65a ss.), Sócrates comienza a hablar de
que sea, que no alcance la medida y una naturale­ "medida", "proporción", "belleza" y "verdad", pero asociando
esas nociones a "rasgos formales" (idéaz). Aquí, de todos modos,
za proporcionada, forzosamente no sólo destru­ parece estar pensando todavía en general en cualquier tipo de
ye los [componentes] mezclados, sino también, mezcla en la que se requiere que haya proporción y medida. Uno
podría estar tentado de creer que Platón está pensando en For­
y prioritariamente, a sí misma. En efecto, lo que mas, al menos "belleza" es un ejemplo canónico de Forma pla­
64e hay en un caso semejante no es una mezcla, si- tónica, aunque cuando ése es el caso no suele usar el sustantivo
(kdllos), sino el adjetivo sustantivado con el adjetivo autó (autO tb
kalón). De todos modos, Platón tal vez quiere sugerir que entre el
plano eidético y el empírico no hay una separación tan marcada,
425 Una vez más, la decisión (krísis) de quién se queda con el pues los particulares sensibles son lo que son por participar de
primer premio en la competencia por el bien. las Formas (véase 65e).

346 347
proporción se vuelven belleza y excelencia por PROTARCO: Completamente correcto, sin duda.
doquier.427 SócRATES: Pues bien, Protarco, cualquier persona po­
PROTARco: iPor supuesto que sí! dría ya ser para nosotros un juez adecuado acerca
SócRATES: Por cierto, estábamos diciendo que en la del placer y de la sabiduría, [de modo de decir]
mezcla la verdad se mezcla con ellas.428 cuál de ellos dos es, tanto entre los seres humanos 65b
PROTARCO: Desde luego. como entre los dioses, más afin a lo óptimo y más
65a SócRATES: Entonces, si no somos capaces de dar caza valioso.431
al Bien con un solo rasgo formal,429 apresémoslo PROTARCO: Es obvio; no obstante, lo mejor es desarro­
con tres: belleza, proporción y verdad, y digamos llar el argumento.
que del modo más correcto podríamos atribuir a SócRATES: Bien, juzguemos uno a uno cada uno de
esto como una unidad el ser causa de los [ingre­ los tres [rasgos formalesJ 432 respecto del placer y la
dientes que están] en la mezcla, y que es por eso,
porque es buena, que la [mezcla] se ha vuelto de advertir que, aunque se trate de tres Formas, se dan como una
unidad (véase Harth, 1908, p. 32). Es probable que Aristóteles
tal índole.430 haya tenido a la vista estas líneas cuando dice que la Idea del
Bien es el Uno de las doctrinas no escritas (Física, 209b14-15),
427 El "poder del bien" está entonces claramente asociado aunque, obviamente, este diálogo no puede ser I? arte �e dichas
al "p�der de la dialéctica" (57e) que es el que, finalmente, nos doctrinas no escritas. Véase, sin embargo, el testimonio de Me­
permite aprehender las Formas (véase enseguida 65a). La bella tafísica, 1091bl3-15, donde Aristóteles establece -sin m� ncionar
y sugerente expresión "el poder del bien se refugió en lo bello" las doctrinas no escritas de Platón- que "entre los que dicen que
es comentada por Gadamer (1990, p. 484; en trad. esp., 1977, p. hay sustancias inmutables, algunos afirman que el uno mismo
574) quien la interpreta en términos de la posibilidad de apre­
•. es el bien mismo. Creían que la sustancia de él -esto es, del bien­
hensión. ·Esto es, lo bello se distingue del bien absolutamente in­ es especialmente el uno". En la última página y media he estado
tang�ble en que puede ser aprehendido por cuanto es parte de la oscilando entre decir "bien" o "Bien", pues creo que Platón está
propia naturaleza de lo bello el hecho de ser algo "visiblemente pensando no sólo en la Forma del Bien (o en el Bien como una
manifiesto" . Uno siempre puede objetar a este tipo de enfoque Forma compuesta de otras Formas: Belleza, Proporción y Ver­
que lo bello, no menos que lo bueno, si se lo entiende como una dad), sino también en el bien práctico ("bien"). Para una defen­
Forma o Idea, es intangible y no exactamente "manifiesto de sa de esta interpretación véase nuestra Introducción, sección 5.
un mo�o visible". Pero la idea interesante de Gadamer es que lo Estos tres "rasgos formales" o Formas que se aúnan o presentan
bello dispone a las personas de manera inmediata a su favor en como una unidad tienen poder causal (véase aitiasiaímetha en
tanto que los modelos de virtud humana (esto es, el mod� en 65a3), pero claramente no pueden confundirse con el género
que "se manifiesta" el bien) sólo puede distinguirse oscuramente de la causa pues no son artífices de lo ilimitado, el límite y la
"en el medio poco claro de las apariencias o fenómenos" (im mezcla, como sí lo es el género de la causa (véase 27b; aunque en
trüben Medium der Erscheinungen). Eso es lo que explica, según la descripción general la causa lo es, más específicamente, de la
Gad �me:, que con frecuencia sucumbamos a las imitaciones y mezcla). Lo que esas Formas causan es la bondad de la mezcla de
_
apanenc1as impuras _
de vtrtud. Lo bello, en cambio (enfatiza Ga­ placer e inteligencia, no la mezcla en sí.
damer citando Platón, Fedro, 250d7), tiene su propio resplandor, 431 Es decir, a lo "absolutamente bueno" o al Bien. Hay un
de manera que no somos seducidos pOr copias engañosas (Ga­ sentido en que esta observación retrotrae el argumento al co­
damer, 1990,p. 485). Véase también Gadamer (1985), pp. 150-1. mienzo del diálogo (véase l lb-12b): si ese estado superior al pla­
428 Véase 64b2. cer y al conocimiento es más afín al placer, el conocimiento de­
429 Es decir, con el de verdad. be ir detrás del placer; en cambio, si es más afín al conocimiento,
430 Es decir, buena. Esta tríada de rasgos formales (o Formas) el placer debe ir detrás del conocimiento.
son la causa de la mezcla adecuada; el pasaje es importante para 432 Se refiere a belleza, proporción y verdad (65a2).

348 349
inteligencia, pues hay que ver a cuál atribuimos que sin duda parece que son los más grandes,
cada uno de ellos a causa de su mayor afinidad. también cometer perjurio recibe el perdón de los
PROTARCO : i Estás hablando de belleza, verdad y dioses,435 porque, como si se tratase de niños, los 65d
medida?433 placeres no tienen inteligencia, ni siquiera en pe­
queñísimamedida. 436 La inteligencia, en cambio, o
65c SóCRATES: Sí; Protarco, toma primero la verdad, y
mientras la tomas dirige tu atención a [las siguien­ es lo mismo que la verdad, o es lo más semejante
tesJ tres cosas: inteligencia, verdad y placer, y lue­ [a ellaJ y lo más verdadero de todo.
go de detenerte por largo tiempo respóndete a ti SócRATES: Examina, entonces, de la misma manera a
mismo si el placer es más afín a la verdad que la continuación la medida: si el placer la posee más
inteligencia. que la sabiduría o la sabiduría más que el placer.
PROTARCO: iPero por qué requiere tiempo? Me pa­ PROTARCO: Este examen que me has propuesto es fácil
rece, en efecto, que la diferencia es mucha pues de considerar, pues creo que no es posible descu­
el placer es el más grande impostor de todos434 y, brir nada que sea más desmesurado que el placer
según el dicho, incluso en los placeres sexuales, y el goce intenso, y nada que sea más mesurado
que la inteligencia y el conocimiento.
SócRATES: Lo has dicho bien, pero háblame también 65e
433 Véase Damascio, Comentario alFilebo 226 quien sugiere
que la vida mixta se puede entender de cuatro �an�ras una de las
del tercer punto. Para nosotros, iparticipa más la
cuales es considerarla a través de la "tríada" proporciÓn, belleza inteligencia de la belleza que el género del placer,
Y verdad. Ahora dice "medida'• (metriótes) en vez de "proporción"
(symn:etría), y uno podría sospechar que se trata exactamente de
de manera tal que la inteligencia es más bella que
l? m1sm� : una verdadera medida debe exhibir una real propor­ el placer, o lo contrario ?437
, o, dicho de otra manera, no hay una verdadera medida si
c1on
ésta es desproporc�onada. Sin e�bargo, como observa Migliori
(1998, p. 316), med1�a y proporción no son sinónimos porque en
435 Véase Platón, Banquete, 183b7-8: "también de entre los ju­
.
la t�bla fina! de pos1c1ones ocupan lugares diferentes (la medida
ramentos sólo el amante que jura obtiene el perdón de los dioses
si se aparta de sus juramentos, pues se niega que exista juramento
esta e?, el pnmer puesto y lo proporcionado en el segundo; véase
�amb1en supra Fzlebo.' 64d �onde se presenta a la medida y a la amoroso" (trad. esp. V. Juliá, 2004).
436 Esto es lo que explica que tengan una tendencia al exceso:
naturaleza proporcio�ada como dos ítems cercanos y afines,
el placer o, más precisamente, la satisfacción del deseo sensual
pero probablemente diferentes). La introducción de la medida
en vista del placer es corto-placista: dado que en lo inmediato
en la vida buena evoca de inmediato la metretikt tékhne del Pro­
t1goras (356d-357b) y del Político (283d), ya que sin una cierta
es grato, parece-es bueno. La inteligencia, en cambio, es capaz
de hacer el cálculo prudencial que dice que, aun cuando algo se
tecn1ca capaz de medir no podrían establecerse ni calcularse los
muestre como grato en lo inmediato, puede no serlo en el media­
excesos o defectos e� que podría incurrirse (véase aquí 55e-56e).
no o largo plazo. El impacto que esta idea tuvo en la psicología
De acuerdo con Polltzco, 284a-b, la medida (to métron) garantiza la
moral de Aristóteles seguramente no puede exagerarse (véase So­
belleza y la bondad de las artes o actividades técnicas.
434 Obviamente, debe referirse a los. placeres sensuales, no a bre el alma, 433b5-10). Este pasaje del Filebo es citado por Ateneo
�os placeres puros � verd�deros que Sócrates cree que deben ser (XII.511d-e), quien lo pone en conexión con el conocido texto
de República, VIIl.559a-b, donde Platón distingue los deseos en
incorporados a la vida mixta. Los placeres sensuales son ('impos­
necesarios y no necesarios.
tores" (o "los más grandes impostores"), pues poseen un carácter
seductor que, eventualmente, pueden producir un daño al que
437 Aquí, como en los demás pasajes de las últimas páginas
(al menos desde 64e5 ss., donde "el poder del bien" encuentra
actúa siguiéndolos.

35 1
350
PROTARCO: Sócrates, no hay duda de que nadie, ni mera, en cierto modo, se refiere a la medida, a lo
despierto ni dormido,438 vio ni pensó nunca que mesurable, a lo oportuno y a todo lo que es de tal
la sabiduría y la inteligencia lleguen a ser, sean o índole, es decir, que hay que preferir la [natura­
vayan a ser vergonzosos en ningún sentido ni de leza] eterna.442
ningún modo.439
SócRArns: Correcto. 442 El primer premio en la competencia por el bien-Bien se
lo lleva entonces la medida (enseguida se ve que el segundo pre­
PROTARCO: Los placeres, en cambio, en particular mio se lo lleva la belleza, la proporción y la verdad, que son los
esos que son más intensos,440 cuando vemos a una ingredientes del Bien). La última línea de este parlamento tiene
un problema textual importante: con "preferir la [naturaleza]
persona cualquiera sintiendo placer, al advertir el eterna" traduzco ten faídionheirésthai, que es la lectura de Burnet
66a aspecto ridículo en tales placeres o lo más ver­ siguiendo los manuscritos, pero con un ojo puesto en Badham,
que agrega phjsin después de heirésthai. La crux interpretum indica
gonzoso de todo lo que los acompaña, también que entre ten y aídion hay una laguna. Badham (1878, adloe.), co­
nosotros mismos nos avergonzamos, y los ocul­ mo acabo de decir, lee ten aídion heirésthaiphjsin, cuya traducción
correspondería a la que doy; Waterfield (1982, p. 152) conjetura
tamos lo más posible haciéndolos desaparecer, y ten agathoú heir!sthaiphjsin. Manteniendo la lectura de Badham
reservamos todo lo que es de esa índole a la no­ y mi traducción, el sentido del pasaje sería el siguiente: (i) el
placer "no es la primera posesión" (ktéma, o sea, "el bien poseído
che, como si la luz no tuviera que verlo.441 o alcanzado") porque, si lo que se ha argumentado hasta este
SócRATES: Protarco, entonces vas a decir por todas momento es plausible, el bien debe corresponder a la medida
(tal vez, habría que entender la medida en el sentido de una Idea,
partes, . mandándolo a decir por medio de tus de manera de justificar el significado de "preferir la naturaleza
mensajeros y diciéndoselo [tú mismo] a los pre­ eterna"); (ii) el bien corresponde a la medida y dicha medida que
hay que preferir es '1la naturaleza eterna", una expresión bastan­
sentes, que el placer no es ni la primera posesión te apropiada para referirse a una Forma platónica. A pesar de
ni la segunda, sino que hay que juzgar que la pri- las dificultades de este pasaje, creo que en el contexto resulta
lo suficientemente claro que esa "naturaleza eterna" correspon­
de al Bien entendido como una unidad que, sin embargo, hay
refugio en "la naturaleza de lo bello"), el significado del sustanw que captar a través de tres rasgos formales: belleza, proporción
tivo "belleza" (ká/los) y del adjetivo "bello" (kalón) oscila entre y verdad (véase supra 65al-5). Tal unidad, que corresponde a la
su sentido estético y moral. Es por eso que en el uso habitual de medida del -valga la redundancia- 'iargumento de la medida"
Platón en este tipo de contextos kalón (bello) puede fácilmente (65b8-d10), es causa de los ingredientes de la mezcla (aitiasaí­
asimilarse a agath6n (bueno). metha, 65a3-4). Por consiguiente, la medida es lo que posibilita
438 La misma expresión aparece supra en 20b6w7 y en 36e5. causal o explicativamente que haya una verdadera mezcla, ya
439 "Vergonzoso" traduce el griego aiskhrón que, como ka� que sin medida o las proporciones adecuadas entre los ingre­
Ión, tiene también un sentido estéticowmpral. También se podría dientes no hay mezcla en sentido estricto, sino solamente una
entender como "feo", de modo de mantener el paralelismo con confusión carente de mezcla (64d9-11). Por lo demás, no es raro
kalón (bello) y kállos (belleza) en las líneas anteriores. Pero esto que Platón conecte la medida con la perfección (véase República,
último dificultaría mucho encontrar un término apropiado en Vl.504cl-4); para una discusión de detalle de las dificultades
español para traducir aiskhyn6metha en 66al y conservar así el textuales de 66a8 véase Bury (1897), pp. 171-5. La discusión tex­
paralelismo que establece Platón. Es por esa razón que prefiero tual más reciente de este dificil pasaje es la de Vancamp (2002,
decir "vergonzoso" para aiskhrón. En cualquier caso, Platón pue­ pp. 388-90), quien, sin embargo, cree con Burnet y Dies, contra
de estar pensando en "fealdad moral" (el vicio). Badham, que no hay que leerphjsin, pues esta palabra no forma
440 Se refiere a los placeres sexuales (véase 65c6). parte de la tradición antigua del texto" (p. 389), y corrige aídion
441 Es una bonita metáfora para sugerir que las relaciones heiresthai por tin ídion (esto es, hédran) hidrysthai (p. 390), con lo
sexuales requieren cierta privacidad. cual el texto diría "la primera posesión se establece en su propio

352
353
PROTARCo: Así parece a partir de lo que ahora se dice. PROTARCO: Probablemente.
66b SócRATES: El segundo [lugar] se refiere a lo propor­ SócRATES: Pues bien, i establecíamos como quintos a
cionado y lo bello, a lo perfecto y suficiente, y a los placeres que determinamos como carentes de
todas las cosas que corresponden a este linaje.443 dolor y que denominamos "puros" y propios del
PROTARCO: Así parece. alma misma, y que acompañan a los conocimien­
SóCRATEs: Bien, de acuerdo con mi profecía, si pusie­ tos y las sensaciones ?446
ras en tercer lugar la inteligencia y la sabiduría, no PROTARCO: Qyizá.
te desviarías mucho de la verdad.444 SócRATES: "En la sexta generación", dice Orfeo, "pón­
PROTARCO: Tal vez... ganle fin al bien ordenado canto".447 Pues bien, pa­
SócRATES: Ahora bien, ino están acaso en cuarto lu­ rece que también nuestra discusión llega a su fin
gar las cosas que establecíamos como propias del en esta sexta decisión. Después de esto no nos 66d
alma misma -no sólo las disciplinas científicas resta más que dar una coronación a lo que hemos
sino también las artes y las llamadas "opiniones dicho.448
66c correctas"-, y dichas cosas, además de las tres PROTARCO: Sin duda es preciso.
[primeras], son cuartas, si, en realidad, son más
afines al bien que al placer?44S
446 Se refiere, probablemente, a los placeres anímicos que tie­
nen que ver con las expectativas (véase supra 32c-d), y a los place­
res del conocimiento, que no están mezclados con dolores (véase
lugar". Véase también la detallada discusión de Gosling (1975, 52b-c). Corno se ve, los placeres sensuales que defendía Protarco
pp. 137-8). al comienzo del diálogo no logran obtener ninguna posición
443 '.'Perfecto" y "suficiente" eran dos de los requisitos del en la competencia por el bien: los placeres son considerad�s en
bien en 22b. El texto (en la expresión "lo proporcionado y be­ quinto lugar (véase infra 67a), pero completamente redefinidos.
llo", tO sjmmetronkaikal6n) es lo suficientemente ambiguo como Unicamente entran en la vida buena los "placeres puros", esto es,
para hacer referencia a la Forma (de Proporción y Belleza) y a lo los que no están mezclados con dolores y los que, al gozarlos, no
que es proporcionado o bello porque participa de tales Formas. producen dolor ni daño. Es probable que el tono de duda de la
444 Una vez que se ha probado que ese "tipo de vida supe� respuesta de Protarco a esta pregunta de Sócrates (ísos, "qui�á",
rior" al placer y la inteligencia (la que tiene que .ver con ia medi­ 66c7) se deba a que advierte que su candidato se ha desvanecido
da, primero, y con lo proporcionado y bello, segundo, como se por completo, aunque a esta altura del debate Protarco ya está
exigía al co1nienzo del diálogo) es más afín a la inteligencia (véa­ más del lado de Sócrates que de Filebo.
se 65c-e), la inteligencia (y todo lo que es afín o familiar a ella: 447 Véase 1 Bl (DK); Orfeo es un personaje cuasi legenda�io,
sabiduría, conocimiento, etc.) puede legítimamente reclamar el aparentemente autor de poemas cosmogónicos. Ver también
tercer lugar en la competencia por el bien. Plutarco, De E apud Delphos, 39ld, aunque allí el texto ª.Parece
445 Uno podría preguntarse por qué cree ahora Platón que en una versión levemente diferente ("pónganle fin al camino del
la opinión correcta (esto es, la opinión verdadera) debe ser con­ canto", oímon aoidfs en lugar de kósmon aoidés, q�e es la versión
siderada independientemente de la inteligencia y la sabiduría, que da el texto de Platón). Para el probable significado de esta
siendo que al comienzo del diálogo formaba parte de los ítems cita y de los poemas órficos véase Pradeau (2002, p. 301, n. 324).
afines a la inteligencia y la sabiduría en la tesis inicial de Sócrates La sentencia órfica es citada también por Estobeo, Extractos,
(véase supra lla). Eso tal vez se debe a que una opinión correcta III.6.68.52 y por Darnascio, Comentario a!Filebo, 251.2, quien
con frecuencia está asociada a conocimientos y artes cuyo grado comenta: "porque el número seis es perfecto". .
de precisión varía y, por ende, no tienen la misma exactitud y 448 Para la expresión "dar una coronación" aplicada a un d1s"
.

pureza que la inteligencia y la sabiduría. curso, véase Platón, Fedro, 264c, y Timeo, 69a-b.

354 355
[ Conclusi6n] trara como mejor que esos dos, 4s1 combatiría por
el segundo premio a favor de la inteligencia y en
SóCRATES: Vamos entonces, desarrollemos el mismo contra del placer, y que éste se vería privado in­
argumento "poniendo por testigo por tercera vez cluso del segundo premio.
a Zeus Salvador".449 PROTARCO: Sí, lo dijiste. 67a
PROTARCO: ¿Cuál? SócRATES: Después de esto se hizo manifiesto de un
SócRATES: Filebo sostenía que para nosotros el bien modo completamente suficiente que ninguno de
es placer, de cualquier tipo y variedad.450 todos ellos452 era suficiente.
PROTARCO: Sócrates, al parecer, con "por tercera vez" PROTARCO: Absolutamente cierto.
te referías hace un momento a que hay que repe­ SóCRATES: ¿y no es cierto que en este argumento, de
tir el argumento desde el principio. todos modos, no sólo la inteligencia sino también
66e SóCRATES: Sí, escuchemos lo que viene a continua­ el placer se abstuvieron de la pretensión de ser,
ción. Yo, en efecto, dado que advertí lo que, pre­ tanto el uno como el otro, el Bien mismo, dado
cisamente, acabo de exponer hace un momento, que se encuentran privados de autosuficiencia, es
y dado que me irrité con la tesis que no sólo es de decir, del poder de suficiencia y perfección ?453
Filebo, sino también, con frecuencia, de muchí­
simos otros, dije que para la vida de los seres hu­ 451 Es decir, que el placer y la inteligencia.
452 Esto es, placer e inteligencia. Repito, como Platón, la
manos la inteligencia es mucho mejor y superior familia de palabras de "suficiencia" para mostrar la ironía. El
que el placer. argumento concluye que ninguna de las dos posiciones antitéti­
cas que desde el comienzo del diálogo están compitiendo por el
PROTARCO: Así fue. primer premio ("el bien es el placer", "el bien es la inteligencia")
SóCRATES : Dado que sospechaba que muchas otras es correcta, pues ninguna de ellas cumple con el requisito de su­
ficiencia (véase supra 20d ss.). Siendo esto así, ambas posiciones
cosas también eran así, dije que, si algo se mos- deben ser rechazadas.
453 Es decir, si algo tiene autosuficiencia (autárkeia), es sufi­
449 Se refiere a las libaciones que eran habituales en los .rym­ ciente y perfecto, precisamente porque para ser lo que es se basta
pósia; la libación dirigida a Zeus, que se hacía en tercer y último a sí mismo y no precisa de nada más. Luego de dudar un poco he
lugar, anunciaba la parte final de algo (para lin paralelo véase decidido verter el giro tagatbOn autó (67a6) por "el Bien mismo",
Platón, Cármidfs, 167a, y República, !X.583b con la nota de Dies, en el supuesto de que Platón puede estar pensando en la Forma
1959, ad loe.). Esta es la tercera vez que_ se contrapondrán y se del Bien (el giro tagatbOn autó es relativamente habitual en Platón
recapitularán las dos tesis radicales con que se abre el diálogo: para distinguir una Forma de su particular sensible). Ninguno
la que defiende el placer (Fílebo y el Protarco del comienzo del de los editores, comentadores o traductores que he consultado
diálogo) y la que defiende la inteligencia (Sócrates). Las otras (Schleiermacher, Badham, Bury, Dies, Gosling, Pradeau, Mi­
dos veces fueron al comienzo mismo de la discusión (llb-c), en gliori) pone siquiera una nota, aunque la expresión claramente
19c-d y Juego en estas páginas finales (66d). es un tecnicismo para hablar de una Forma; únicamente Jowet
450 Esta es una manera sutil de enfatizar, una vez más, (i) que (1892, vol. IV, ad loe.) parece pensar en la Forma del Bien al tra­
hay especies de placer, y (ii) que no es trivial identificar la especie ducir "the absolute good"; lo mismo Paley (1873, ad loe., antes
o tipo de placer de que se trate ya que (iii), aunque la vida mixta de Jowet), que traduce "in itself the good", aparentemente pa­
es una vida placentera, los placeres que forman parte de ella no ra enfatizar que el bien es el "Bien mismo". Más recientemente
son de cualquier tipo o especie. Hackforth (1945, adloe.: "the Good itself", y p. 139: "pero lo que

356 357
PROTARCO: Totalmente correcto. PROTARCO: Así parece.
SóCRATES: Pero al haberse hecho manifiesto un tercer SócRATES : No el primero, ni siquiera en el caso de 67b
factor, mejor que cada uno de ellos, la inteligen­ que todos los bueyes, caballos y absolutamente
cia se ha mostrado ahora diez mil veces más apro­ todas las demás bestias [nos lo] dijeran, por cuan-
piada y más afín al carácter formal del vencedor.454 to ellas persiguen el goce.457 Es que es al confiar
PROTARCO: i Por supuesto que sí! en dichas bestias, como los adivinos en las aves,
SócRATES: Entonces, de acuerdo con la decisión que que la gente decide que los placeres son lo más
ahora ha hecho manifiesta el argumento,m el po­ relevante para que vivamos bien, y cree que los
der del placer456 ocupará el quinto lugar. deseos eróticos de las bestias son testigos más au­
torizados que los de los argumentos que en cada
es perfecto y adecuado así será necesariamente •verdadero', en el caso han dado presagios al filósofo gracias a su
sentido de expresar la idea o el ideal de la vida humana") y MazM
zarelli (1991, ad loe. : "il Berre") también hacen un esfuerzo por
Musa [inspiradora].458
mostrar que se trata de la Forma del Bien. Si el Bien mismo es
la Forma del Bien, el sentido de la afirmación es bastante claro: 457 Esto puede leerse como el último embate de Sócrates en
solamente la Forma del Bien (que es "lo absolutamente Bueno"; contra del hedonismo burdo: identificar el bien con el mero pla­
véase Filebo, 61a) cumple cabalmente el requisito de autosufiM cer sensual hace que nuestra vida sea idéntica a la de una bestia
ciencia, es decir, es lo único que puede ser suficiente y perfecto o, dicho de otra manera, la vida del hedonista grosero no puede,
en sentido estricto. en rigor, considerarse una vida humana en sentido propio (véase
454 Como acertadamente hace notar Pradeau (2002, p. 302, Frede, 1996, p. 219).
n. 331; véase también p. 241, n. 21), la palabra idéa en muchos 458 La sintaxis de las últimas líneas no es completamente
pasajes del Filebo (como en este caso) designa simplemente "la clara: en mi versión el genitivo plural memanteuménon es atri­
naturaleza característica del objeto". No estoy tan seguro como butivo de /ógon (genitivo plural), y el dativo philosóphoi depende
él, sin· embargo, de que idéa no indique nunca el sentido res­ de memanteuménon como objeto indirecto, lo cual da un sentido
tringido técnico de Forma; tampoco estoy tan seguro de que razonable y respeta la gramática del pasaje. El sentido general
pueda establecerse una distinción tan precisa entre idia (como del texto es bastante claro: (i) al comienzo del diálogo (llb) Fi­
la "realidad o naturaleza inteligible") y efdos (como la forma de lebo sostuvo que "disfrutar es el bien para todos los animales,
esa realidad, tal que uno la puede volver a encontrar en las cosas y que también lo son el placer y el goce"; pero (ii) el "juicio"
sensibles que participan de ella; véase Pradeau, 2002, p. 241, n. de los animales no puede ser compartido por un ser racional o
21). Al menos en el pasaje de Filebo, 16d-e creo que idéa debe sig­ solamente puede serlo por "la gente" o "el vulgo" que desprecia
nificar Idea o Forma en el sentido técnico preciso o restringido; las explicaciones racionales que suministran los argumentos. De
además, al menos en otros diálogos (véase Fedón, 104b9-el: idéa; donde se sigue (iii) que, aunque la gente crea que una "buena
República, IV.435bl-2: efdos), Platón parece utilizar de modo in- vida" es una vida en la que los placeres (irracionales, se entiende)
distinto ambos términos. , son "lo más relevante o importante" (kratístas: 67b4) y que los
455 Véase supra 24b y 50a (con la nota ad loe.). deseos (eróticos) de las bestias (to-Us tón theríon érotas: 67b4MS) son
456 Se trata de un modo irónico de referirse al placer y de testigos más autorizados que los argumentos, ése no puede ser
ponerlo en contraposición con "el poder de la dialéctica" (véase el caso. Si lo fuera, no habría ninguna razón para sospechar que
suP_ra 57e6-7: he toú dialégesthai djnamis); probablemente, lo que hay placeres que pueden implicar dolores en el mediano o largo
quiere señalar Platón es que en una ·vida realmente buena (es plazo, con lo cual ya no serían placenteros ni siquiera para el
decir, una vida de buena calidad en un sentido propiamente hu­ hedonista radical. Pero a esta altura del diálogo ya se ha hecho
mano) el "poder del placer" es impotente, o que solamente tiene evidente que los argumentos presentados ofrecen razones para
algún poder en la medida en que se somete al poder de la dialéc­ creer que los placeres o deseos irracionales no pueden ser el criteM
tica, que es el que gobierna el placer que puede ser incorporado rio para tomar una correcta decisión respecto de cuál es el bien.
a la vida mixta. En 67b6 entiendo que el artículo to-Us (en la sentencia to-Us tón

358 359
PROTARCO: Ya todos afirmamos,459 Sócrates, que lo que
has dicho ahora es completamente cierto.460
SócRATES: Entonces, ime van a permitir irme?461
PRoTARco: Todavía queda un pequeño detalle,
Sócrates;462 estoy seguro de que, sin duda, tú al
menos no te vas a rendir antes que nosotros. Te
voy a recordar lo que resta.4 63

en... hekástote !ógon) presupone un érotas que no hace falta repetir.


No es extraño que Platón hable del filósofo como de un "ena­
morado" o como de alguien que siente un "deseo erótico" por
los argumentos. Para un ejemplo paralelo véase Platón, Teeteto,
146a: "¿no será que estoy siendo rudo a causa de mi amor a los
argumentos (philologfa)?". Ver también Teeteto, 169c y, especial­
mente, República, VI. 499cl.
459 Debe referirse a la multitud silenciosa que presenció el
debate desde el comienzo del diálogo (véase supra 16a).
460 En realidad, lo que ahora dice Sócrates tiene pocoque ver
con lo que decía al comienzo del diálogo. Sus últimas afirma­
ciones son las que han resistido el examen dialéctico o las que se
han producido como resultado del argumento elénctico (como
correctamente hace notar Davidson, 2005a, p. 235).
461 Véase 23b.
4 62 Tal vez se refiere a la discusión que quedó pendiente soM
bre los placeres mixtos, que Sócrates promete tratar "mañana"
(véase 50d-e).
463 Como se ve, el final del diálogo es tan abrupto como
el comienzo. Uno esperaría que o Protarco no diga a Sócrates
que le va a "recordar lo que resta" o que se lo diga y, efectiva­
mente, se lo recuerde. Algunos intérpretes creen que con estas
palabras finales Protarco se refiere al pasaje 50c-e, donde se iba
a hablar de los placeres mixtos, un tema que se proponían diM
latar "para mañana" (véase Gosling, 1975, p. 138). Otros creen
que también puede estar pensando en 33bwc, donde se propone
investigar más adelante si es o no plausible que los dioses expe­
rimenten dolor o placer (véase Pradeau, 2002, p. 302, n. 336).
En cualquier caso e independientemente de cuál sea el pasaje y
in ­
el tema en que está pensando Protarco, no deja de ser intrigante les- ;� realidad se pasan por alto, tal como también determ �
este final un poco abrupto. Que el diálogo queda "inconcluso" mos en el (tratam iento del] objetiv o del diálogo " ( Cor:ientarto
la se­
lo confirma Damascio en su comentario: •¡¿Por qué queda in­ a/Filebo, 259). De las tres alternativas que da Dai:nasc10,
concluso (atelés) el diálogo? O bien porque lo que resta es fácil el bien es "incom prensib le", en el sentido de 9ue es
gunda (que
le. Es una maner a de decu qu�
de inferir (syllogísasthai) de lo dicho, o bien porque el bien es "inasible") parece la más plausib
incomprensible (aperílepton) por naturaleza, o bien porque los el proble ma del bien es ta � dif�c;il que no puede �er agotad o nt
la
aspectos más importantes (tJ ákra) -no sólo los que se refieren a siquiera después de una discus1on tan pormenonzada como
los animales, sino también los que están después de los anima- que ha hecho Platón en el Filebo.

361
360
ÍNDICE

Introducción / 7
l. El problema del placer en la filosofía moral
de Platón y el tema del Filebo 1 7
1 . 1 . Estructura general del diálogo:
las posiciones filosóficas discutidas / 26
2. El lugar del Filebo en la producción literaria
de Platón, los personajes del diálogo
y sus características generales desde el punto
de vista de la composición dramática
y filosófica / 29
3. El problema uno-múltiple y su relación con la
discusión del bien. Los cuatro géneros en que
se divide todo lo que hay en el universo / 60
3.1. Los cuatro géneros de la realidad: la tesis
del placer, la del conocimiento y la de la vida
mixta y los cuatro géneros de lo que hay / 84
4. Los argumentos de Platón en contra de la
identificación del placer y del conocimiento
con el bien. Los requisitos del bien / 90
5. Las bases fisiológicas del placer, la psicología
del placer, placeres falsos y la vida mixta / 107
5.1. La vida mixta, las ciencias y la dialéctica / 128
6. La presente traducción. Agradecimientos / 140

Bibliografía / 145
Texto griego del Filebo utilizado / 145
Traducciones del Filebo y otras ediciones del texto
griego / 145

363
COLECCIÓN GRIEGOS y LATINOS
Artículos o libros que tratan aspectos de detalle del
ARISTÓFANES, ACARNIENSES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE LENA BAL­
diálogo u otros aspectos de Platón. Ediciones ZARETTI y MARCELA CoRIA.
o traducciones de otros diálogos de Platón / 146 ArusróFANES, AVES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE LENA BALZARETTI.
ArusróFANES, CABALLEROS, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE R.AFAELARA­
GÓ.
F!LEBO / 155 ArusTÓFANES, LAS ASAMBLEÍSTAS, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE CLAU­
DIA FERNÁNDEZ.
ARISTÓFANES, LAS TESMOFORJANTES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE LENA
BALZARETTI.
ARISTÓFANES, LIS!STRATA, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE CLAUDIA FER­
NÁNDEZ.
ArusróFANES, NUBES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE LENA BALZARETTI
Y MARCELA CoRIA.
ArusróFANES, RANAS, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE PABLO INGBERG.
ARISTÓFANES, PLUTO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE CLAUDIA FERNÁN­
DEZ,
ARISTÓTELES, CATEGORÍAS - SOBRE LA INTERPRETACIÓN, INTRODUCCIÓN, TRADUC­
CIÓN Y NOTAS DEjORGE MITTELMANN.
ArusTóTELEs, POÉTICA, NOTA PREI.IMINAR DE JosÉ MARiA DE EsTRADA, TRADUCCIÓN
DE E1LHARD ScHLESINGER.
ARISTÓTELES, POLÍTICA, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARÍA ISABEL
SANTA CRUZ y MARÍA INÉS CRESPO,
AUGUSTO, HECHOS (EDICIÓN TRILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE
NICOLÁS GELORMINI.
CALiMAco, EPIGRAMAS (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE
HORACIO CASTILLO, CON ASESORAMIENTO FILOLÓGICO DE NICOLÁS GELORMINI.
CICERÓN, CATIL!NAR!AS(EDlCIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS
DE NICOLÁS GELORMINI.
CICERÓN, TRATADOS FILOSÓFICOS!: LELJO O SOBRE LA AMISTAD- CATÓNEL MAYOR
O SOBRE LA VEJEZ -EL SUEÑO DEESC!PIÓN (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN,
TRADUCCIÓN Y NOTAS DE jORGE MAINERO.
ESQUILO, PERSAS, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE PABLO CAVALLERO.
ESQUILO, SIETE CONTRA TEBAS, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE PABLO
CAVALLERO.
EuRíPIDES, ÁLCESTE, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE PABLO CAVALLERO.
EURÍPIDES, C!CLOPE, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE PABLO CAVALLERO.
EURÍPIDES, MEDEA, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE Er.sA RODRÍGUEZ C1-
DRE.
EURÍPIDES, 0RESTES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE NORA ANDRADE.
FEDRO, FÁBULAS (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE ALE­
JANDRO BEKES.
HERÓDOTO, Los NUEVE LIBROSDELA !JISTORIA, ESTUDIO PRELIMINAR Y TRADUCCIÓN
DE MARiA RosA LIDA DE MALKJEL.
HESÍODO, TEOGONÍA - TRABAJOS y DÍAS (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRA­
DUCCIÓN Y NOTAS DE LUCÍA LIÑARES.
HESÍODO, TEOGONÍA - TRABAJOS YDÍAS- Escuna- CERTAMEN, INTRODUCCIÓN, TRA­
DUCCIÓN Y NOTAS DE LUCÍA LIÑARES,
///
364
/!/ JI/
HOMERO (PSEUDO), HIMNOS HOMÉRICOS-BATRACOM!OMAQUIA, INTRODUCCIÓN DE PRESOCRÁTJCOS (FILÓSOFOS), FRAGMENTOS Ji: PARMÉNIDES, ZENÓN, EMPÉDOCLES,
LucíA LIÑARES, TRADucc10NES Y NOTAS DE LucfA L1ÑARES Y PABLO INGBERG. ANAXÁGORAS, DEMÓCR!TO (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y
HOMERO, !LIADA, INTRODUCCIONES DE PEDRO HENRÍQUEZ UREfilAy MARTAALESSO, NOTAS DE RAMÓN CORNAVACA.
rRAnucc16N DE Luis SEG.ALA Y EsrALELLA, NOTAS DE MARTA A1Esso y ALE­ PRESOCRÁTICOS (FILÓSOFOS), FRAGMENTOS, INTRODUCCJÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS
JANDRA R.EGúNAGA. DE RAMÓN CORNAVACA.
HOMERO, ODISEA, INTRODUCCIONES DE PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA y ELENA HUBER, SAFO, ÁNTOLOGÍA (EDICtÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, SELECCIÓN, TRADUCCIÓN, NO­
TRADUCCIÓN DE Luis SEGALÁ y ESTALELLA, NOTAS DE MARÍA SILVIA CHOZAS. TAS Y COMENTARIOS DE PABLO INGBERG.
HoRACIO, EPODOS (EDICIÓN BILINGÜE) , INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE SALUSTIO, CONJURACIÓN DE CATIUNA (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUC­
ALEJANDRO BEKES. CIÓN Y NOTAS DE MARÍA EUGENIA STEINBERG.
HüRACIO, ODAS (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE ALE­ SÉNECA, DIÁLOGOS!: DE LA BREVEDAD DE LA VIDA - DELA CONSTANCIA DEL SABIO - DE
JANDRO BEKES. LA VIDA FELIZ - DEL OCIO - DE LA PROVIDENCIA - DE LA TRANQUILIDAD DEL ÁNIMO
HORACIO, SÁTIRAS (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE ALE­ (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE ANTONIO T\JRSI.
JANDRO BEKES. SÉNECA, DIÁLOGOS JL DE LA IRA (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y
JULIO CÉSAR, COMENTARIOS SOBRE LA GUERRA DE LA GAL/A, INTRODUCCIÓN, TRADUC­ NOTAS DE ANTONIO Ti.JRSI.
CIÓN Y NOTAS DE NICOLÁS GELOR111N
1I I. SÉNECA, EDIPO (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE LÍA
ÜV!DIO, LASMETAMORFOSIS, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE EMILIO ROLLIÉ. GALÁN y MARTÍN VIZZOITJ.
PERSIO, SÁTIRAS (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCJÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE AN­ SÉNECA, FEDRA (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE LÍA
TON!O TuRSI. GALÁN.
PLATÓN, ALEGORÍAS DEL SOL, LA LÍNEA YLA CAVERNA (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUC- SOCRÁTICOS (FILÓSOFOS), TESTIMONIOS Y FRAGMENTOS f: MEGÁR!COS Y CIRENAICOS,
CIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARISA DIVENOSA Y CLAUDIA MÁRSICO. INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE CLAUDIA MÁRSICO.
PLATÓN, BANQUETE, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE VICTORIA JULIÁ. SOCRÁTICOS (FILÓSOFOS), TES11MONJOS Y FRAGMENTOS JI· ÁNTÍSTENES, FEDÓN, ES­
PLATÓN, CRÁTILO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE CLAUDIA MÁRSICO. QUINES Y SIMÓN, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE CLAUDIA MÁRSICO.
PLATÓN, EUTIDEMO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE CLAUDIA MÁRSICO Y SóFOCLES, ANTÍGONA, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN y NOTAS DE PABLO INGBERG.
SóFOCLES, EDIPO EN COLONO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARÍA
tlERNÁN INVERSO. INÉS
PLATÓN, FEDRO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCJÓN Y NOTAS DE MARÍA ISABEL SANTA CRESPO.
CRUZ y MARÍA INÉS CRESPO. SóFOCLES, EDIPO REY, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE PABLO lNGBERG.
PLATÓN, FILEBO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARCELO BOERL SóFOCLES, F1LOCTETES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS nE ANDRÉS RAcKET.
PLATÓN, HIPIAS MAYOR - HIPIAS MENOR, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE TACITO, DIÁLOGO SOBRE LOS ORADORES (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRA-
CLAUDIA MÁRSICO. DUCCIÓN Y NOTAS DE NICOLÁS GELORMINI.
PLATÓN, LAQUES - MENÓN, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARISA DIVE­ TÁCITO, GERMANIA (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y
NOTAS DE
NOSA. NICOLÁS GELORMINI.
PLATÓN, PROTÁGORAS, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARISA DIVENOSA. NY
TÁCITO, VIDA DE AGRÍCOLA (EDICIÓN BILINGüE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓ
PLATÓN, REPÚBUCA, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARISA DIVENOSA Y NOTAS DE N1coLAs GELORMINI.
INTRO­
CLAUDIA MÁRSICO. TAcrro, VIDA DE AGRÍCOLA - GERMANIA - DIÁLOGO SOBRE LOS ORADORES,
PLATÓN, TEETETO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MARCELO BOERI. DUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE NICOLÁS GELORMIN I.
PLAUTO, EL SOLDADO FANF'ARRÓN, INTRODUCCJÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE JUAN TEOFRASTO, CARACTERES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE
RAFAEL ARAGÓ.
TRADUCCIÓN y NOTAS DE NICOLÁS GE­
ADOLFO GOLDÍN PAGES. TERENCIO, Los HERMANOS, INTRODUCCIÓN,
PLAUTO, GORGOJO (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE LORMINI.
MARCELA SUÁREZ Y OTROS. ÓN Y NOTAS DE
VIRGILIO, BUCÓLICAS (EDICIÓN BILINGÜE) , INTRODUCCIÓN, TRADUCCI
PLAUTO, LA COMEDIA DE LA OLLITA, INTRODUCCIÓN, .TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MAR­ PABLO INGBERG.
CELA SUÁREZ Y OTRAS. VIRGILIO, ENE/DA, INTRODUCCIÓN DE MARÍA ROSA LIDA, TRADUCC
IÓN DE EUGENIO
PLAUTO, PSÉ'UDOLO, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE ARTURO ÁLVAREZ DE OcHoA, NOTAS DE ALICIA ScHNIEBS.
IÓN Y NOTAS DE
HERNÁNDEZ. VIRGILIO, GEóRG/CAS (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUCCIÓN, TRADUCC
PORFlRIO, /::.,l ANTRO DE LASNINFAS EN LA ÓDISEA - PUNTOSDE PARTIDA HACIA LOSINTE­ ALEJANDRO BEKES.
LIGIBLES, INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE PABLO MAURET1E.
PRESOCRÁTICOS (FILÓSOFOS), FRAGMENTOS f: TALES, ÁNAXIMANDRO, ANAXÍMENES,
PITAGOR!SMO ANTIGUO, ÍENÓFANES, HERÁCLITO (EDICIÓN BILINGÜE), INTRODUC­
CIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE RAMÓN CORNAVACA.
JI/

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