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Biología

 La Generación espontánea: Esta teoría fue postulada por Aristóteles en


los años (384 a. C-322 a. C) fue Filosofo, lògico y científico de la antigua
Grecia , esta teoría también fue conocida por teoría de la abiogénesis y
nos planteaba que la vida se originaba a partir de materia orgánica,
inorgánica  o en combinación de estas. Después de los estudios e
investigaciones de Francesco Redi en 1668 Y Louis pasteur  llegaron a la
conclusión de que esta teoría era errónea y que la vida solo se podía
formular de materia viva, ya existente. Redi en su experimento coloco
dos frascos con carne adentro y uno de los frascos lo tapo esto
significaría que en uno de los frascos no habría microorganismos  y en
otro si habría microorganismos  y  si ocurría la aparición de gusanos o
bacterias en el frasco tapado  la vida se podía formular de materia
inorgánica y en el frasco con la tapa abierta que la vida se podía formular
de materia orgánica demostrando la hipótesis de Aristóteles sobre el
origen de la vida, pero solo apareció vida o señales de gusanos en el
frasco que se encontraba abierto lo cual demostraba y en conclusión por
Redi que la vida solo se formulaba de materia orgánica expuesta a los
microorganismos, pero este experimento fue criticado porque otros
científicos afirmando que sin el oxígeno nunca iba a ocurrir la aparición
de vida.
      Así  Louis pasteur empieza sus estudios y experimentos sobre el origen de la
vida de manera espontánea en su experimento   trabaja con caldos nutritivos los
cuales coloca en recipientes con un largo tubo en forma de ‘’s’’  a uno de los
frascos para que no entraran microorganismos pero si aire, y otro abierto expuesto
a los microorganismos, nuevamente en el único que hubo señales de bacterias fue
en el expuesto a los microorganismos así finalmente Louis pasteur planteo la
teoría de la biogénesis en la cual propone ‘’ la materia viva solo se puede formular
de materia viva, ya existente’’ y así la teoría de la generación espontánea paso a
manos de Louis pasteur
De dónde salen los seres vivos? Esta pregunta parecería
absurda hoy en día. Los seres vivos, sabemos, nacen de otros
seres vivos. Siempre. La vida proviene de la vida y así ha sido
desde su inicio, evolucionando de modo incesante y
diversificándose de manera asombrosa. 

El enigma sobre el origen de la vida se resolvió a finales del siglo


XVIII, al demostrarse que en un entorno absolutamente estéril no
cabe la aparición de microorganismos

De dónde salen los seres vivos? Esta pregunta parecería absurda hoy
en día. Los seres vivos, sabemos, nacen de otros seres vivos.
Siempre. La vida proviene de la vida y así ha sido desde su inicio,
evolucionando de modo incesante y diversificándose de manera
asombrosa. Sin embargo, esto no era tan claro en la antigüedad.
Ciertamente muchos animales nacían de otros, incluidos los seres
humanos, pero se creía que ése era un caso especial, es decir, que
había otras formas de crear seres vivos. Los babilónicos creían que
los gusanos surgían espontáneamente del barro, los chinos pensaban
que los pulgones nacían así del bambú y los indostanos creían que la
suciedad y el sudor daban origen a las moscas.

Esta teoría de la generación espontánea la sintetizó Aristóteles


diciendo que algunos seres vivos, como muchos insectos, emergían
de «tierra o materia vegetal en putrefacción». Y es que si aislamos
un lugar donde no haya, digamos, gusanos o escarabajos, al cabo de
cierto tiempo aparecían al parecer de la nada gusanos o escarabajos.
Y si eso era válido para estos seres vivos lo podía ser para animales
más grandes e incluso para personas. La hipótesis se mantuvo a lo
largo de toda la Antigüedad, la Edad Media y el Renacimiento.
Todavía en el siglo XVII, el médico y químico flamenco Jan Baptist
van Helmont, inventor de la palabra 'gas', publicó una presunta
receta para obtener ratones usando un frasco con granos de trigo y
una camisa empapada de sudor. Había hecho la prueba y reportó
asombrado que los ratones obtenidos con esta receta eran
indistinguibles de los que se podían obtener mediante reproducción
sexual.

En 1668, el toscano Francesco Redi hizo una serie de experimentos


cuidadosamente controlados para determinar si las larvas de mosca
aparecían por sí solas de la carne en putrefacción, como afirmaba la
teoría de la generación espontánea. De modo que introdujo
materiales en estado de putrefacción dentro de unos frascos.
Algunos quedaron cubiertos con una fina tela de algodón o corcho;
los demás, totalmente abiertos. Al cabo de un tiempo, observó que
no aparecían larvas en los que estaban tapados, pero sí en los que
estaban descubiertos.

Otros experimentos incluían meter moscas en botes sellados con


carne en descomposición. Si los insectos estaban muertos, no
aparecían larvas; eso sí, bastaba que hubiera algunas vivas para que
proliferaran.
El concepto de esterilidad

En 1674, seis años después de que Redi publicara sus experimentos,


un comerciante y pulidor de lentes holandés llamado Anton Van
Leeuwenhoek consiguió ver lo invisible: seres diminutos, vida
unicelular, huevos de moscas y otros insectos. Se empezaba a
prefigurar la respuesta a la controversia que había agitado Redi...
Pero los defensores de la vieja hipótesis se limitaron a bajar de
escala, afirmando que los microorganismos eran los que se
producían espontáneamente. Algunos experimentos como el de
Louis Joblot, discípulo de Leeuwenhoek, mostraban claramente que
los seres vivos que se veían en las soluciones experimentales
provenían del aire circundante, pero la idea siguió sin ser acept ada
por la mayoría de los naturalistas. Por lo demás, ya empezaba a
cobrar carta de naturaleza el concepto de 'esterilidad', es decir, de
tener un medio básico en el que el científico pudiera estar seguro de
que no había microorganismos al inicio del experimento, para así
constatar el origen de los que aparecían después.

El sacerdote galés John Needham hizo algunos experimentos


hirviendo distintas materias orgánicas con la idea de matar los
microorganismos que pudiera haber. Pese a que sellaba los frascos,
seguían apareciendo estos seres, lo cual fue ampliamente
interpretado como una validación de la generación espontánea. No
obstante, entró en el debate el científico italiano Lazzaro
Spallanzani, un convencido de que la experimentación rigurosa y
repetida era la única forma de alcanzar certezas. El experto -futuro
descubridor de la ecolocalización de los murciélagos y de los
procesos químicos de la digestión- repitió los experimentos de
Needham demostrando que sus técnicas eran insuficientes. Si las
soluciones se hervían el tiempo suficiente y se mantenían protegidas
todo el tiempo de la contaminación aérea, no aparecían los
microorganismos. Sus resultados, publicados en 1765, fueron
ignorados pese a su contundencia.

El papel de las conservas

La realidad práctica se iba imponiendo a las ideas consolidadas. Así,


en 1795 el confitero francés Nicholas Appert inventó un método
para conservar alimentos. Su sistema implicaba introducir un
alimento en un frasco, cerrarlo herméticamente y luego hervirlo
durante largo tiempo. Sin proponérselo, el cocinero confirmó los
resultados de Spallanzani... y de paso ganó el premio de 12.000
francos que ofrecía el Ejército francés a quien lograra una gran
innovación en las conservas. Quedaba un resquicio para los
defensores de la generación espontánea: argumentaron que era
necesario que hubiera aire para que se operara el milagro de la
generación de vida. Era su último bastión.

El minucioso trabajo de Spallanzani sentó las bases para los


experimentos del joven Louis Pasteur publicados en 1864 y
derribaron esa última plaza fuerte de la generación espontánea.
Empleó un preparado de caldos de carne que hirvió exhaustivamente
en matraces con un alargado cuello en forma de 'S' horizontal. En
algunos, rompió el cuello en forma de 'S' para que el contenido
quedara expuesto al aire y al polvo, mientras que en otros dejó
abierto el cuello, permitiendo que pasara el aire pero no el polvo que
llevaba los microorganismos y que quedaba atrapado en la curvatura
del matraz. En los primeros se desarrollaron microorganismos; en
los segundos, no.

Así culminaban los cerca de 200 años que habían pasado desde los
primeros experimentos de Redi. Solo quedaba un misterio: al menos
en un momento, hace unos 3.800 millones de años, la vida surgió a
partir de la materia inanimada. ¿Cómo fue posible? Quien descubra
cómo ocurrió ese proceso pasará a la historia como Pasteur o
Spallanzani.
Aristóteles[editar]
Aristóteles escribió acerca del origen espontáneo de
plantas, testáceos e insectos a partir de materia descompuesta.3 Explicó que
se originaban gracias a una interacción de fuerzas capaces de dar vida a lo
que no la tenía con la materia no viva. A esta fuerza la llamó entelequia. La
teoría sigue la creencia hilozoísta de la tradición griega, que contempla de
modo animista el universo como un ser vivo y por tanto como capaz de generar
vida a partir de sus cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Para
Aristóteles, la vida requiere de un principio material (combinación de los cuatro
elementos) y uno activo. Este último era el calor y este lo produce
el corazón en los humanos y algunos animales, y en el caso de la generación
espontánea, eran los rayos del sol o el viento. 43 Sin embargo, Aristóteles creía
que no era generación espontánea como lo entendemos hoy sino "ayudados
de la influencia de los cuerpos celestes que creían ser de una naturaleza
superior".5

Refutación[editar]
Comenzó a ser objetada por la escolástica del siglo XIII con la frase de Tomás:
"Los antiguos sabios admitían la 'generación equívoca' conforme a la cual
algunos organismos nacían de la materia inorgánica, principalmente en otro
tiempo viva, no por virtud de las solas fuerzas de la materia, como quieren los
defensores de la generación espontánea, sino ayudados de la influencia de los
cuerpos celestes que creían ser de una naturaleza superior". 6 Hoy en día, la
comunidad científica considera que esta teoría está plenamente desechada.
Diversos experimentos se realizaron desde 1668, para encontrar respuestas,
hasta que Pasteur demostró definitivamente, a mediados del siglo XIX, que la
teoría de la generación espontánea es una falacia, postulando la ley de
la biogénesis, que establece que todo ser vivo proviene de otro ser vivo ya
existente.7
El experimento de Redi[editar]
Francesco Redi (1626-1697), reconocido médico italiano, fue uno de quienes
dudaron de la generación espontánea: pensaba que los insectos jamás podrían
nacer de la putrefacción. Con el propósito de demostrarlo, diseñó un
experimento para determinar si se desarrollaban larvas de moscas si no se
dejaba a ninguna mosca adulta entrar en contacto con la carne. Puso la carne
en tres frascos: uno de ellos permaneció abierto y selló los otros dos. En el
frasco abierto, observó que había moscas continuamente. Después de un corto
período, había gusanos únicamente en el frasco abierto. Redi llegó a la
conclusión de que los gusanos aparecían en la carne descompuesta solo si las
moscas habían puesto antes sus huevos en la carne. 7
Los que se oponían a las ideas de Redi, porque apoyaban la idea de la
generación espontánea, alegaron que no se había permitido que el aire entrara
a los frascos sellados, por lo que la falta de aire evitaba que hubiera
generación espontánea. Redi rediseñó su experimento y empleó gasas para
tapar los frascos: estas permitían que entrara el aire, pero no las moscas. Al
final de la experiencia no aparecieron gusanos en la carne, pero los huevos de
las moscas quedaron depositados sobre las gasas.
Los experimentos de Redi presentaron evidencia en contra de la teoría de la
generación espontánea. Aun así, los defensores de esta teoría no la
consideraron suficiente.
El experimento de Spallanzani[editar]
Lázaro Spallanzani (1729-1801) demostró en 1769 que no existe la generación
espontánea de la vida, abriendo de alguna forma el camino a Pasteur quien
trabajaría en el asunto en el siglo XIX. Tras rechazar la teoría de la generación
espontánea, Spallanzani diseñó experimentos para refutar los realizados por el
sacerdote católico inglés John Turberville Needham, quien había calentado y
seguidamente sellado caldo de carne en diversos recipientes. Debido a que se
habían encontrado microorganismos en el caldo tras abrir los
recipientes, Needham creía que esto demostraba que la vida surge de la m
ateria no viviente. No obstante, prolongando el periodo de calentamiento y
sellando con más cuidado los recipientes, Spallanzani pudo demostrar que
dichos caldos no generaban microorganismos mientras los recipientes se
mantuvieran herméticamente cerrados y habiendo sido esterilizados

Todos los seres vivos están constituidos por unidades básicas y fundamentales conocidas como células. La célula es la unidad
funcional de toda la materia viva, así como la célula contiene el material genético hereditario, el cual se transmite a todas las
células descendientes. Las afirmaciones anteriores forman parte de los postulados fundamentales de la Teoría Celular,
postulados por Schawn y Schleiden en 1839. Esto, producto de una batería de experimentos científicos realizados, generalmente,
con recursos limitados, pero con una impecable metodología e ingenio de varios investigadores. Enmarcado sobre este proceso,
se encuentra las notables experiencias de Luis Pasteur y Reed, que gatillaron uno de los fundamentos básicos de la Teoría
Celular cual es que "Toda célula proviene de otra célula" y que permitió definitivamente la muerte de la Teoría de la "Generación
Espontánea". 

Objetivos.

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