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El taponamiento cardíaco es una entidad grave que amenaza la vida.

Su rápido y correcto diagnóstico y tratamiento


produce enorme alivio al paciente
Se va a definir como una compresión del corazón lenta o rápida que pone en peligro la vida debido a la acumulación
pericárdica de líquido, pus, sangre, coágulos o gas, como resultado de derrame, trauma o ruptura del corazón.
es potencialmente mortal y casi siempre requiere una intervención terapéutica urgente y precisa. 
ETIOLOGIA
Las causas de taponamiento cardíaco son en gran parte coincidentes con las del derrame pericárdico y la pericarditis
constrictiva (2-4). Sin embargo, el taponamiento cardíaco se presenta más frecuentemente con algunas de ellas. Se
pueden diferenciar en términos generales 3 tipos de taponamientos: seroso o serohemático y hemático o
hemopericardio. Las causas principales son las siguientes: Seroso o serohemático: viral, autoinmunitaria o metabólica
Hemático o serohemático: rotura cardíaca, disección aórtica, perforación iatrogénica o neoplásica. Esta distinción según
sea sangre o no el tipo de derrame tiene implicaciones pronósticas y terapéuticas. El hemopericardio es más grave que el
derrame seroso o serohemático y, salvo en las neoplasias, frecuentemente requiere cirugía de emergencia. Con el
aumento del número de procedimientos, el taponamiento iatrogénico es cada vez más frecuente en centros
intervencionistas.
 Se realiazo un estudio sobre La etiología del taponamiento cardíaco ya es muy diversa, por lo que se ha planteado la
necesidad de realizar un cribado de la posible causa subyacente en todos los casos. Se realizó un estudio retrospectivo de
los pacientes tratados con pericardiocentesis terapéutica entre 1985 y 2001. Se recogieron las características clínicas,
radiológicas y macroscópicas del líquido extraído en cada caso. El diagnóstico etiológico se basó en datos de la historia
clínica, evolución, citología del líquido pericárdico y biopsia, si se disponía de ésta.
Resultados. Se incluyeron 96 pacientes (52 varones y 44 mujeres; edad media 56,1 ± 16,1 años). La etiología fue en 50
pacientes neoplásica (52,1%); en 14, idiopática (14,6%); en 12, urémica (12,5%); en 7, iatrogénica (7,3%), en 4,
mecánica (4,2%); en 2, tuberculosa (2,1%); y en 7 (7,3%) otras causas. En 35 pacientes el taponamiento recidivó; de
ellos, sólo dos presentaban una pericarditis idiopática (5,7%). 

Epidemiología
Se desconoce la incidencia o prevalencia de derrames pericárdicos en la población general. Sin embargo, existen
subgrupos de pacientes con mayor incidencia Estos incluyen pacientes con VIH, pacientes con enfermedad renal en
etapa terminal, aquellos con tumores malignos conocidos u ocultos, antecedentes de insuficiencia cardíaca congestiva,
tuberculosis, enfermedades autoinmunes como el lupus o lesión traumática penetrante en la "caja cardíaca" central del
tórax
FISIOPATOLOGIA
, existe una pequeña cantidad de líquido en el saco pericárdico entre las capas pericárdicas visceral y parietalde
superficie lisa aprox (15 a 35 ml) para facilitar la lubricación en el corazón que late constantemente. El pericardio
visceral seroso, que es la capa más externa del miocardio, es delgado, elástico y translúcido; y el pericardio parietal
fibroso es más grueso e inelástico. El pericardio visceral parece ayudar a la succión y retroceso elástico diastólico,
mientras que el pericardio parietal, con uniones al esternón, diafragma, vértebras y pleura, mantiene el corazón en
condiciones óptimas orientación para el llenado y la expulsión, limita el movimiento excesivo y previene la dilatación
excesiva por eventos adversos agudos, como la rotura de la cuerda mitral o el infarto del ventrículo derecho (VD). El
pericardio parietal también proporciona una barrera para infecciones pulmonares contiguas o cánceres.

El pericardio parietal envuelve el corazón cómodamente, contribuyendo con más del 50% de la presión de la aurícula
derecha (RA) en reposo y distribuye este efecto de manera variable sobre las presiones de la cámara cardíaca. Sin
embargo, debido a los reflejos pericárdicos, existen espacios irregulares entre las capas pericárdicas, como los senos
transverso y oblicuo, que proporcionan un volumen de reserva pericárdico, lo que permite que se produzcan cambios
modestos en el volumen cardíaco con la inspiración y cambios en la posición del cuerpo sin que el pericardio parietal
aumente las presiones intracardíacas.
El pericardio tiene capacidad de adaptarse a cambios fisiológicos en el volumen del líquido que ocupa el espacio entre
sus capas parietal y visceral, pero −si la cantidad de líquido supera su límite de estiramiento− se produce una
compresión de las cámaras cardíacascardíacas (“fenómeno de la última gota”), en primer lugar las derechas y
posteriormente las izquierdas. Se genera entonces una falla diastólica en el llenado del corazón, que se exacerba durante
la inspiración ya que, al reducirse la presión intratorácica, aumenta el llenado de las cavidades derechas (por eso
aumentan los soplos derechos) y aumenta la cantidad de sangre en el reservorio pulmonar. El septum interventricular se
desvía a la izquierda y todo esto hace caer la eyección izquierda y el flujo anterógrado.
Mecanismos compensatorios Cuando hay taponamiento cardíaco, el tono adrenérgico aumenta de forma aguda para
mantener el llenado cardíaco, el gasto cardíaco y la presión arterial sistémica. 1,2 Esta respuesta está mediada por los
reflejos del sistema nervioso autónomo y la liberación de catecolaminas suprarrenales. Los efectos sobre el corazón
incluyen aumentos de la frecuencia cardíaca, la contractilidad ventricular y la fracción de eyección (volumen sistólico).
Al mismo tiempo, la vasoconstricción arterial ayuda a mantener la presión arterial y la venoconstricción aumenta la
presión venosa sistémica. En el taponamiento también se activan respuestas neurohumorales más lentas que provocan
retención de agua y sal, que también elevan la presión venosa sistémica y mantienen un gradiente de presión
venoauricular más normal.

Comprender los cambios fisiológicos producidos por el taponamiento es fundamental para el diagnóstico y el
tratamiento. 3-12 La anomalía primaria es la compresión rápida o lenta de todas las cámaras cardíacas como resultado del
aumento de la presión intrapericárdica. El contenido del pericardio alcanza primero el límite del volumen de reserva del
pericardio 6 , el volumen que solo distendría el pericardio, y luego aumenta la tasa de expansión, que pronto excede la
del estiramiento pericárdico. Aunque el pericardio se estira normalmente con el tiempo, en cualquier instante es
inextensible, a medida que las cámaras se vuelven progresivamente más pequeñas y se reduce la distensibilidad
diastólica del miocardio, el flujo de entrada cardíaco se vuelve limitado, igualando en última instancia las presiones
diastólicas medias del pericardio y de la cámara. 1-3 
Todo esto va a depender de la etiología del taponamiento ya que Los elementos clave son la tasa de acumulación de
líquido en relación con el estiramiento pericárdico y la eficacia de los mecanismos compensatorios. Por lo tanto, la
hemorragia intrapericárdica por heridas o ruptura cardíaca ocurre en el contexto de un pericardio relativamente rígido e
inflexible y rápidamente abruma la capacidad del pericardio para estirarse antes de que se puedan activar la mayoría de
los mecanismos compensadores, mientras que en el caso de un aumento lento del volumen pericárdico como resultado
de inflamación, se pueden acumular 2 litros o más antes de que se produzca un taponamiento crítico que ponga en
peligro la vida. 13
Figura 1. Taponamiento cardíaco.
La rigidez del pericardio determina los incrementos de líquido que precipitan el taponamiento, como lo ilustran las
curvas características presión-volumen (deformación-tensión) pericárdico ( Figura 1 ): hay un ascenso lento inicial,
seguido de un ascenso casi vertical. 2 Este fuerte aumento convierte al taponamiento en un fenómeno de “última gota”:

3.4 PRESENTACIÓN CLÍNICA


Depende de la velocidad de acumulación de líquido en la cavidad pericárdica. El taponamiento puede ser agudo o
subagudo, de baja presión u oculto y regional.
 Agudo. Se produce en minutos (por ejemplo en traumatismos, ruptura por infarto (5), disección aórtica [6]), se
asemeja a un shock cardiogénico (cianosis, vasoconstricción, oliguria, síntomas de bajo flujo cerebral) y requiere
una reducción urgente de la presión intrapericárdica.
 Subagudo. Se produce en términos de días o semanas (como en neoplasias, uremia, las idiopáticas). Se produce
tanto por bajo volumen minuto como por compromiso del retorno venoso, y entonces se manifiesta por disnea,
molestias precordiales, edema y astenia e hipotensión arterial. Los edemas son producto de un mecanismo
compensador. Para aumentar la presión venosa y superar la presión pericárdica, el paciente tiene sed y toma
líquidos. Por lo tanto, se debe ser cauto con el uso de diuréticos pues disminuyen la presión venosa y pueden
desencadenar o empeorar el taponamiento. En este caso, el tratamiento es la remoción del líquido pericárdico y
no debe intentarse solucionar el problema con diuréticos (1).
 Taponamiento de baja presión intrapericárdica. Su etiología es similar a la del resto de los taponamientos. Se
presenta en condiciones de hipovolemia grave (traumatismos hemorrágicos, hemodiálisis), en donde las pre
siones pericárdica y diastólica son solo de 6 a 12 mm Hg. Se detecta ecocardiográficamente por colapso de las
camas derechas y variaciones respiratorias en el flujo transmitral y tricuspídeo). Clínicamente son ocasionales los
síntomas de bajo volumen minuto y pulso paradojal(7).
 Taponamiento regional. Se produce por hematomas o derrames excéntricos, en donde solo se comprimen algunas
cámaras selectivamente. Se pueden presentar como secundarios a pericardiotomías o infartos. Son en general
asintomáticos. Se pueden considerar verdaderos desafíos diagnósticos ya que se detectan por alta sospecha
clínica, debiéndose recurrir a vistas ecocardiográficas adicionales (subcostales o transesofágicas) y otras técnicas
de imágenes como tomografía computarizada (TC).
Síntomas

Examen físico. Dependiendo del tipo y la gravedad del taponamiento, puede haber una variedad de hallazgos físicos
(Figura 8). 1 El dolor torácico es el resultado de la acumulación de líquido dentro del pericardio y la irritación aguda del
pericardio. Por lo general, la incomodidad del pecho subesternal se irradia hasta el cuello y la mandíbula. Los síntomas
atípicos incluyen malestar en el hombro, malestar abdominal o incluso náuseas. En pacientes con taponamiento
subagudo, un síntoma de presentación prominente puede ser dolor en el cuadrante superior derecho debido a congestión
venosa hepática y edema periférico. La taquicardia sinusal ocurre en la mayoría de los pacientes como una respuesta
fisiológica para mantener el gasto cardíaco. La presión venosa yugular casi siempre está elevada, con preservación
del descenso . Pulsus paradoxus, que es una exageración de la variación normal del pulso durante la fase inspiratoria de
la respiración, se encuentra comúnmente en el taponamiento y puede cuantificarse mediante una reducción inspiratoria
de la presión arterial sistólica superior a 10 mm Hg. Se ha demostrado que Pulsus paradoxus predice la gravedad del
taponamiento cardíaco. 61 Un roce pericárdico, aunque no es común, también se puede escuchar en el taponamiento
cardíaco si la causa subyacente es una pericarditis inflamatoria. 7 El signo de Kussmaul es una elevación de la presión
venosa yugular durante la inspiración y puede verse en el taponamiento, pero no habitualmente en ausencia de
constricción pericárdica.
Síntomas
Los pacientes con pericarditis suelen presentar dolor torácico de aparición súbita, que es pleurítico y clásicamente
mejora al inclinarse hacia adelante y empeora al acostarse.  presentan manifestaciones de shock cardiogénico u
obstructivo. 
Señales
Los hallazgos físicos clásicos en el taponamiento cardíaco se incluyen en la tríada de Beck de hipotensión, distensión
venosa yugular y ruidos cardíacos amortiguados. 
Los pacientes con taponamiento cardíaco significativo están inquietos y pueden quejarse de disnea
Los ruidos cardíacos son suaves y pueden variar en intensidad con la respiración. Es posible que se escuche un galope de
S4 ocasional.

PULSO PARADOJICO
El término «pulsus paradoxis» se acuñó para describir la ausencia de pulso radial paradójicamente a pesar de la presencia de
tonos cardíacos [10]. Pulsus paradoxus, una exageración de la fisiología respiratoria normal y sus efectos sobre la presión
intracardíaca, se define como una disminución de más de 10-12 mm Hg de la presión arterial sistólica durante la inspiración
tranquila en comparación con la espiración [11]. Aunque la descripción original se basó en la palpación del pulso radial, en la
actualidad el pulso paradójico se suele evaluar al pie de la cama utilizando la presión arterial braquial medida con
esfigmomanómetro o el registro directo de la presión intraarterial.

EN LA FP SE DEBER A QE Dado que el corazón está en un espacio confinado definido por el pericardio, el aumento del volumen del
VD produce un desplazamiento en el tabique intraventricular, lo que hace que la cavidad del VI sea más pequeña a expensas del
agrandamiento del VD. Al mismo tiempo, se produce una acumulación de sangre vascular pulmonar durante la inspiración, lo que
reduce aún más el llenado de LA y LV. La inspiración también disminuye la presión transaórtica y, por tanto, la poscarga del VI.
Todo lo anterior se traduce en una reducción del volumen sistólico del VI, del tiempo de eyección del VI y de la presión arterial
sistólica durante la inspiración..
3.5 DIAGNÓSTICO (Tabla 1)
3.5.1 Radiografía de tórax (RxTx) Dado que se trata de una técnica de amplia difusión en las guardias de centros
médicos, sigue siendo el primer estudio en un paciente que refiere dolor torácico o disnea. Sin embargo, como es una
imagen estática, no se podrá apreciar la repercusión hemodinámica del corazón en un taponamiento cardíaco, cuyo
derrame pericárdico no necesariamente tiene que ser grave
La placa de tórax adquiere un importante papel en la rápida detección de patología extracardíaca (tumores, patología
pulmonar, tuberculosis).

Electrocardiografía. Varios hallazgos de ECG se asocian con taponamiento. En el taponamiento cardíaco se pueden


encontrar taquicardia sinusal, complejo QRS de bajo voltaje y hallazgos ECG típicos en la pericarditis aguda, incluida la
elevación del segmento ST cóncavo hacia arriba y la depresión del segmento PR generalizadas. Se ha demostrado que el
complejo QRS de bajo voltaje, definido como una amplitud máxima de QRS de menos de 0,5 mV en las derivaciones de
las extremidades, se resuelve en una semana después del tratamiento del taponamiento mediante pericardiocentesis o
medicamentos antiinflamatorios. 62 La alternancia eléctrica, definida como la alteración de la amplitud del complejo
QRS o del eje entre latidos, es específica pero poco sensible al taponamiento cardíaco. 2 La alternancia eléctrica refleja
el movimiento de balanceo del corazón en el líquido pericárdico
Figura 2 . (A) Ecocardiografía simultánea ( lado izquierdo del panel, vista apical de cuatro cámaras) y registros
de electrocardiograma (lado derecho del panel) en un hombre de 64 años que desarrolló derrame
pericárdico (EP) significativo con signos de taponamiento cardíaco tres semanas después del reemplazo
de la válvula mitral . Observamosla reducción de la amplitud del QRS en las derivaciones de las extremidades y
las anomalías inespecíficas de la onda T concomitantes . (B) Mismo paciente que en (A) después de
una pericardiocentesis exitosacon extracción de 600 ml de líquido pericárdico. Obsérvese el voltaje QRS aún más bajo
en las derivaciones de las extremidades que antes de la pericardiocentesis y la persistencia de anomalías inespecíficas de
la onda T. (C) Mismo paciente seis días después de la pericardiocentesis. El ecocardiograma no muestra evidencia de
derrame recurrente. 
IMAGEN ECODOPLER:
3.5.2 Eco transtorácico
Es la técnica de imagen de elección para el diagnóstico y evaluación del compromiso hemodinámico cardíaco de un
derrame pericárdico. Por ser una técnica rápida, inocua, ampliamente difundida, versátil, y con posibilidad de ser
realizada en la cama del paciente, es el procedimiento de referencia ante la mínima sospecha de taponamiento cardíaco y
patología pericárdica (11-13). A estas cualidades se le suma la herramienta del Doppler, de enorme valor para una rápida
y no invasiva evaluación de parámetros hemodinámicos.
Mediante ECO TT se clasifican los derrames −según la profundidad o el ancho del espacio pericárdico− en leves,
moderados o graves, y a partir de ello se estima la cantidad de líquidolíquido que existe en el espacio pericárdico
(14,15):
1. Leve: menor de 0,5 cm de espacio pericárdico y corresponde a 50-100 mL. Entre 0,5 y 1 cm se asocia con 100- 250
mL de derrame.
2. 2. Moderado: entre 1 y 2 cm de especio pericárdico y se asocia con un derrame entre 250 y 500 mL
3. 3. Grave: con más de 2 cm de espacio pericárdico y se asocia con un derrame de 500 mL (datos no válidos para
derrames localizados o focales).
El derrame pericárdico en el Eco TT 2D se identifica por un espacio ecolúcido adyacente a las estructuras
cardíacascardíacas, en el espacio pericárdico ubicado entre la hoja parietal y la visceral. El pericardio visceral o
epicardio tapiza la grasa epicárdica y en ocasiones se lo observa como una banda refringente y engrosada. Incluso
pueden verse en derrames importantes imágenes irregulares y móviles de mayor densidad acústica (fibrina), signo que
sugiere inflamación crónica.
El ECO TT es limitado para diferenciar un trasudado de un exudado. Cuando el derrame es hemático suele verse el
espacio pericárdico con mayor densidad acústica.
Los signos del taponamiento cardíaco por ECO TT son el resultado de un aumento de la presión intrapericárdica por
encima de las presiones cardíacasintracardíacas que genera un gradiente transpericárdico inverso. Esto es independiente
de la magnitud del derrame (excepto derrames severísimos) y está directamente relacionado con la rapidez de desarrollo
del derrame (16).
Los primeros signos de taponamiento se observan cuando la presión intrapericárdica iguala o se acerca a la presión
intracardíaca: las cámaras derechas reducen su tamaño y existe menor llenado ventricular. Cuando la presión
intrapericárdica excede a la presión intracardíaca, justo en el momento del ciclo cardíaco con menor presión de cámara,
aparece el colapso de la cavidad. La aurícula derecha (AD) se colapsa en su pared libre durante la sístole auricular, es
decir, en el momento de menor presión en la AD (cuando se vacía la AD) y que corresponde a telediástole ventricular.
El colapso de la AD durante más de un tercio de la sístole tiene una sensibilidad del 94% y una especificidad del 100%
para el diagnóstico de taponamiento (17). Es muy útil en estos casos la evaluación del colapso de cámara cuadro por
cuadro (“frame × frame”).
Si aumenta aún más la presión intrapericárdica y supera a la presión del ventrículo derecho, se colapsa parcialmente el
ventrículo derecho (VD) al final de la sístole ventricular. La mejor vista para evaluar el colapso del VD es el eje largo
paraesternal izquierdo o desde la vista subcostal. Si no es fácilmente visible, el modo M puede ser útil. Es importante
destacar que −si existe hipertrofia o infiltración de la pared de VD, a pesar de existir gradiente inverso entre el
pericardio y el VD− puede no observarse colapso de VD. Como la AD y el VD presentan colapso rápido y parcial en el
final de la sístole de cada cámara, que es el momento del ciclo de menor presión, se puede observar un fenómeno
denominado aurícula/ventrículo oscilante.
Ecocardiograma bidimensional en vista de 4 cámaras de un paciente con taponamiento cardíaco. Hay un gran derrame

pericárdico aparente como un espacio sin eco alrededor del corazón. En diástole, hay colapso de la aurícula derecha

(flecha). B, Medición Doppler de las velocidades de flujo de la válvula mitral y tricúspide en un paciente con

taponamiento cardíaco. Existe una marcada variación respiratoria recíproca: durante la inspiración, la velocidad del flujo

de la válvula mitral disminuye y la velocidad del flujo de la válvula tricúspide aumenta.

Cateterización cardiaca. 

El cateterismo cardíaco

generalmente no se realiza para el diagnóstico de taponamiento agudo, pero a medida que los procedimientos
percutáneos se vuelven más complejos, el taponamiento cardíaco agudo iatrogénico relacionado con el procedimiento es
cada vez más común, especialmente en el contexto de la anticoagulación intraprocedimiento. El reconocimiento
inmediato es esencial para evitar el colapso hemodinámico. Varios hallazgos hemodinámicos en el laboratorio de
cateterismo pueden proporcionar evidencia indirecta de perforación cardíaca y taponamiento posterior. 60 Aunque la
hipotensión es una característica del taponamiento, la presión aórtica sistémica y la frecuencia cardíaca pueden aumentar
en las primeras etapas del taponamiento agudo como resultado de la respuesta simpática a la irritación pericárdica. En el
taponamiento temprano, la presión de la AR comenzará a aumentar, con una pérdida dey descenso y una ola más
pronunciada (Figura 11) en el momento de la contracción auricular en pacientes con ritmo sinusal. A medida que avanza
el taponamiento cardíaco, la presión sistólica aórtica y la presión del pulso disminuyen y se desarrolla un pulso
paradójico, como lo demuestra una disminución más pronunciada de la presión del pulso durante la inspiración. En
contraste con la presión aórtica, la presión de la AR continúa aumentando significativamente (Figura 11). Otros cambios
hemodinámicos importantes incluyen el equilibrio de la presión diastólica intracardíaca.

Tratamiento / Manejo

Tratamiento
El taponamiento cardíaco agudo con compromiso hemodinámico requiere pericardiocentesis urgente o extirpación
quirúrgica del líquido pericárdico. 72 Sin embargo, en pacientes hemodinámicamente estables, puede ser suficiente una
monitorización hemodinámica cuidadosa con ecocardiografía seriada y el tratamiento de la causa subyacente del
taponamiento. La pericardiocentesis, sin embargo, es el medio más directo para aliviar el taponamiento cardíaco. En
pacientes hipotensos, la expansión de volumen con solución salina, sangre, plasma y dextrano se puede utilizar como
medida temporal. 73 La expansión de volumen se ha asociado con un aumento de la presión intrapericárdica, la presión
de la AR y la presión telediastólica del VI. 74El tratamiento con inotrópicos sigue siendo controvertido en el
taponamiento cardíaco porque la estimulación inotrópica endógena suele ser máxima en el taponamiento. 21 Debe
evitarse la ventilación mecánica con presión positiva en el taponamiento agudo porque reduce aún más el llenado
cardíaco. 

El tratamiento del taponamiento cardíaco se basa en presentación clínica. la extracción de líquido pericárdico mediante
pericardiocentesis percutánea, pericardiotomía con balón o ventana pericárdica quirúrgicaespecialmente en algunas
situaciones como la pericarditis purulenta o en situaciones urgentes con sangrado en el pericardio. . Líquido M
Antes de apresurarse a la descompresión del pericardio, el paciente debe recibir oxígeno, expansión de volumen y
reposo en cama con las piernas elevadas. Si es posible, se debe evitar la ventilación mecánica con presión positiva, ya
que puede disminuir aún más el retorno venoso y agravar los síntomas.
El tratamiento del taponamiento cardíaco consiste en la extracción de líquido pericárdico para ayudar a aliviar la presión
que rodea al corazón. Esto se puede hacer mediante la realización de una pericardiocentesis con aguja en la cabecera de
la cama, ya sea utilizando la técnica tradicional de referencia en una ventana subxifoidea o utilizando un eco en el punto
de atención para guiar la colocación de la aguja en tiempo real. A menudo, la extracción de las primeras pequeñas
cantidades de líquido puede suponer una gran mejora en la hemodinámica, pero dejar un catéter dentro del pericardio
puede permitir un mayor drenaje.
La pericardiocentesis es el procedimiento terapéutico más útil para el manejo o diagnóstico temprano de derrame
pericárdico sintomático grande y taponamiento cardíaco. 
En los primeros pasos de la alteración hemodinámica del derrame pericárdico, los pacientes pueden mostrar solo
hallazgos ecocardiográficos de compresión de la cámara cardíaca (colapso auricular derecho e izquierdo, colapso del
ventrículo derecho, corazón oscilante, movimiento del tabique interventricular hacia la izquierda, congestión de la vena
cava inferior) sin signos clínicos y síntomas (taponamiento subclínico). En estos casos, los hallazgos ecocardiográficos
pueden ser demasiado sensibles y sobrediagnosticar un taponamiento cardíaco en pacientes con solo una evidencia sutil
de compromiso hemodinámico. Por tanto, el taponamiento ecocardiográfico no es una indicación clara de
pericardiocentesis. [4] congestión de la vena cava inferior) sin signos y síntomas clínicos (taponamiento subclínico). En
estos casos, los hallazgos ecocardiográficos pueden ser demasiado sensibles y sobrediagnosticar un taponamiento
cardíaco en pacientes con solo una evidencia sutil de compromiso hemodinámico. 

El tratamiento debe ser individualizado, y un juicio clínico reflexivo es esencial. Los pacientes con grandes derrames
con evidencia mínima o nula de compromiso hemodinámico pueden ser tratados de forma conservadora con un
seguimiento y monitorización cuidadosos y una terapia dirigida a la causa subyacente. Así, los pacientes con pericarditis
aparentemente idiopática y taponamiento leve podrían ser tratados durante un período con antiinflamatorios no
esteroideos (AINE) y colchicina con la esperanza de que el derrame se reduzca. 
El tratamiento del taponamiento cardíaco es el drenaje del contenido pericárdico, preferiblemente mediante paracentesis
con aguja 19 ( Figura 3 ) con el uso de ecocardiografía u otro tipo de imagen, como fluoroscopia o TC. La punta de la
aguja es evidente en las imágenes y, por lo tanto, las imágenes se pueden utilizar con seguridad para identificar el punto
óptimo en el que penetrar el pericardio. 33El drenaje puede realizarse en el laboratorio de cateterismo cuando el
diagnóstico es incierto o es posible una pericarditis constrictiva efusiva. Sin embargo, el colapso circulatorio repentino
justifica el uso de pericardiocentesis sin imágenes, ya que puede ocurrir una mayor descompensación sin previo aviso. Si
no se puede llegar al corazón con una aguja o un catéter, se requiere drenaje quirúrgico, generalmente a través de una
incisión subcostal. El drenaje quirúrgico es deseable en pacientes con hemorragia intrapericárdica y en aquellos con
hemopericardio coagulado o afecciones torácicas que dificultan o hacen ineficaz el drenaje con aguja.
taponamiento urémico subcrítico a menudo responde a la diálisis renal intensificada, pero si este abordaje no tiene éxito,
se requiere drenaje.

Las recurrencias, especialmente en pacientes con taponamiento maligno, pueden requerir pericardiotomía con balón
mediante el uso de catéteres especiales que crean “ventanas” entre el pericardio y la superficie absorbente de la pleura o
peritoneo. 32 La muerte en pacientes con taponamiento suele estar anunciada por actividad eléctrica sin pulso
El tratamiento médico del taponamiento cardíaco agudo, incluido el soporte inotrópico con o sin vasodilatadores, 17 es
relativamente controvertido 35 y tiene como objetivo apoyar los mecanismos compensatorios para reducir la resistencia
vascular elevada. Por tanto, la dobutamina, administrada para revertir la hipotensión, es teóricamente ideal. 3,11,13 Durante
el taponamiento, sin embargo, la estimulación inotrópica endógena del corazón a menudo ya es máxima.
aumentar el volumen puede ayudar solo en pacientes con hipovolemia, ya que en pacientes con normovolemia e
hipervolemia, la infusión de volumen puede aumentar las presiones intracardíacas así como el tamaño del corazón, lo
que a su vez aumenta la presión pericárdica, reduciendo o eliminando aún más las bajas presiones miocárdicas
transmurales que soportan la circulación. 7,12,19 Además, la administración intravenosa de líquido de reanimación puede
precipitar el taponamiento.
Debe evitarse la ventilación mecánica con presión positiva en las vías respiratorias en pacientes con taponamiento, ya
que esto reduce aún más el gasto cardíaco. 19 En pacientes con parada cardíaca y una gran cantidad de líquido
pericárdico, la compresión cardíaca externa tiene poco o ningún valor, porque hay poco espacio para el llenado adicional
y porque incluso si la presión sistólica aumenta, la presión diastólica disminuye y, al hacerlo, reduce la presión
coronaria. presión de perfusión. 

PERICADIOCENTESIS
El drenaje con aguja del líquido pericárdico, ya sea que se realice o no de manera urgente (p. Ej., En un paciente con un
estado hemodinámico que empeora rápidamente), requiere que el médico seleccione un punto en el tórax o epigastrio del
paciente para insertar la aguja. Esto se hace mejor con imágenes, como ya se mencionó, para determinar qué puntos de
referencia anteriores, generalmente paraxifoideos o apicales, están más cerca del líquido. El abordaje paraxifoideo
también se usa con mayor frecuencia para la pericardiocentesis que se realiza sin imágenes. 1 Los puntos de acceso
comunes se ilustran en la Figura 3. La aguja generalmente se inserta entre la apófisis xifoides y el margen costal
izquierdo; en pacientes con piel dura, primero se puede hacer un pequeño corte con un bisturí. La aguja se inserta en un
ángulo de 15 grados para evitar el margen costal y luego se presiona su eje para que la punta apunte hacia el hombro
izquierdo. Luego, la aguja se avanza lentamente, hasta que se perfora el pericardio y se aspira líquido.
 La electrocardiografía no debe usarse para monitorear el estado del paciente, ya que colocar un electrodo en la aguja
puede proporcionar resultados engañosos.
Para un drenaje prolongado, una guía de alambre pasada a través de la vaina facilitará la introducción de un catéter
angiográfico de cola de cerdo. A partir de entonces, se debe realizar un seguimiento de los pacientes con el uso de
ecocardiografía Doppler para asegurarse de que el espacio pericárdico se haya drenado adecuadamente y evitar una
recurrencia. Cuando la cantidad de líquido drenado es inferior a 50 ml al día, se puede retirar el catéter; el paciente debe
seguir siendo observado.

Abordaje y orientación para la pericardiocentesis

La pericardiocentesis se realizó durante décadas como un procedimiento "ciego", casi exclusivamente en el área
subxifoidea, que siguió siendo el método más utilizado. Sin embargo, actualmente la ecocardiografía está ampliamente
disponible y, excepto en casos muy raros de urgencia con un diagnóstico claro (por ejemplo, complicaciones de
procedimientos intervencionistas), la pericardiocentesis no debe intentarse sin guía ecocardiográfica. La ecocardiografía
debe identificar la distribución y el tamaño del derrame. La localización más útil para la pericardiocentesis es la más
cercana a la mayor cantidad de derrame, por lo que la ecocardiografía identifica el abordaje más adecuado para la
pericardiocentesis (en la mayoría de los pacientes subxifoides o apical). Hoy en día, la pericardiocentesis no debe
realizarse como un procedimiento a ciegas

Recomendación (indicación de drenaje)


1. El drenaje pericárdico está indicado para cada caso con diagnóstico establecido de taponamiento cardíaco. Si
el paciente se encuentra hemodinámicamente estable, el procedimiento debe realizarse dentro de las 12-24 h
desde el diagnóstico, después de obtener los resultados de laboratorio, incluidos los hemogramas.
2. Las indicaciones para el tratamiento quirúrgico urgente del taponamiento cardíaco incluyen hemopericardio
debido a disección aórtica tipo A, rotura de la pared libre ventricular en el infarto agudo de miocardio,
traumatismo o derrame purulento en pacientes sépticos inestables y derrames loculados que no pueden tratarse
por vía percutánea.
3. En pacientes con taponamiento cardíaco, un sistema de puntuación escalonado puede ser útil para la
clasificación de pacientes ( Figura  1 ). Una puntuación total ≥6 justifica una pericardiocentesis inmediata en
ausencia de contraindicaciones. En pacientes con hemopericardio iatrogénico que se deteriora rápidamente o
en cualquier otro paciente muy inestable, el drenaje pericárdico debe realizarse sin demora para las pruebas de
laboratorio pero para el tratamiento de anticoagulación (protamina), INR prolongado (plasma fresco
congelado) y / o anemia (transfusión de sangre libre de plasma). ) simultáneamente con el drenaje del
pericardio
La pericardiocentesis o el drenaje del derrame pericárdico urgente está indicado para cada paciente con diagnóstico
establecido de taponamiento cardíaco y shock hemodinámico. La decisión de drenar un derrame y hacerlo de forma
inmediata, urgente o programar el procedimiento de forma electiva debe tener en cuenta la presentación clínica, los
cambios en el estado hemodinámico a lo largo del tiempo (en el rango de varios minutos a varias horas dependiendo de
la etiología), la relación riesgo-beneficio del procedimiento y los hallazgos ecocardiográficos. La disección aórtica y la
rotura de la pared libre postinfarto son indicaciones de drenaje quirúrgico urgente que no debe retrasarse en modo
alguno mediante pericardiocentesis (drenaje percutáneo del derrame pericárdico). 4Si el tratamiento quirúrgico de la
disección aórtica no está disponible de inmediato o el paciente es demasiado inestable para sobrevivir a la transferencia a
la cirugía, se puede intentar la pericardiocentesis y el drenaje pericárdico controlado de cantidades muy pequeñas de
hemopericardio para estabilizar temporalmente al paciente. 10 Pericardiocentesis se recomienda especialmente cuando
se sospecha una purulenta, tuberculosa o pericarditis neoplásica, o en pacientes, que permanecen sintomáticos a pesar
del tratamiento médico. 3 , 6 , 11 , 12 Debido a la alta incidencia de taponamiento (alrededor de un tercio) durante el
seguimiento de grandes derrames (> 20 mm) sin taponamiento cardíaco 13la planificación del drenaje electivo es
razonable en estos pacientes. El drenaje pericárdico puede no ser necesario cuando el derrame es mayor, no hay
alteración hemodinámica y se resuelve de forma espontánea o con tratamiento antiinflamatorio. 3 , 11 , 12 Dado que el
taponamiento cardíaco puede desarrollarse lentamente y los síntomas y signos no son ni muy sensibles ni específicos,
Halpern et al . 14 introdujeron un índice de puntuación para orientar la decisión de drenaje pericárdico, basado en el
tamaño del derrame, la evaluación ecocardiográfica de la hemodinámica y los factores clínicos. Sobre la base de los
datos disponibles actualmente y del consenso de expertos, proponemos un nuevo sistema de puntuación escalonado para
el triaje de pacientes que requieren pericardiocentesis (Figura  1 ). El sistema de puntuación debe aplicarse para el
taponamiento cardíaco de triaje sin choque hemodinámico, donde la pericardiocentesis inmediata es obligatoria y salva
vidas.
Un sistema de puntuación de tres pasos propuesto para la clasificación de pacientes que requieren drenaje percutáneo o
quirúrgico urgente de derrame pericárdico. El diagnóstico de taponamiento cardíaco se basa en la integración de
síntomas clínicos, signos y hallazgos ecográficos. La puntuación total ≥6 indica pericardiocentesis urgente en ausencia
de contraindicaciones. Se recomienda el tratamiento quirúrgico urgente del taponamiento cardíaco, independientemente
de la puntuación, en la disección aórtica tipo A, rotura de la pared libre ventricular tras un infarto agudo de miocardio,
traumatismo torácico reciente grave y hemopericardio iatrogénico cuando el sangrado no puede controlarse por vía
percutánea. 

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