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Manual de anestesias y cirugías de

bovinos: Cirugías de Abdomen


Publicado el: 15/4/2016
Autor/es: Oscar J. Garnero, Médico Veterinario, Prof. Tit. Cátedra de Cirugía
General, Facultad de Ciencias Veterinarias - Esperanza - U.N.L. Santa Fe -
Argentina. Oscar R. Perusia, Médico Veterinario, Prof. Tit. Cátedra de
Enfermedades de los Rumiantes, Facultad de Ciencias Veterinarias - Esperanza -
U.N.L. Santa Fe – Argentina
Punción de la cavidad abdominal
La punción de la cavidad abdominal se realiza por lo general con fines
diagnósticos.
Un lugar adecuado se encuentra 10 cm por detrás del apéndice xifoides,
a la derecha de la línea media, en un punto equidistante entre el arco
costal y la línea media (Fig. 101-1).
Por lo general esta maniobra no necesita anestesia, y se realiza con el
animal en pie.
En ese sitio se debe introducir una aguja 40/20 perpendicular a la pared
abdominal y con jeringa se aspira el líquido para su evaluación.
 
Fig. 101

 
Laparatomía exploratoria izquierda alta
Como su nombre lo indica se utiliza para explorar el abdomen por el
flanco izquierdo. Permite explorar por zona antero-izquierda: lado
izquierdo del rumen, retículo, bazo y diafragma; hacia atrás cavidad
pelviana, útero, vejiga y uréteres. En dorsal riñones, y continuando a la
derecha del rumen se puede explorar parte de: abomaso, librillo, hígado,
intestino delgado, ciego y colon replegado.
Esta cirugía se realiza con el animal en pie, si es posible aprisionado a
una tranquera, alambrado, manga, etc. Los bretes de ordeño tipo ¨a la
par¨ permiten buenas condiciones de trabajo.
Anestesia: Se debe sedar el animal con xilacina o combinación xilacina-
ketamina.
Se puede realizar infiltración tipo “L” invertida en el flanco o utilizar las
anestesias de conducción ya descriptas, técnicas de Magda, Farquarson
o epidural lumbar segmental.
Lavar, afeitar y desinfectar el flanco izquierdo.
La incisión cutánea de unos 20 cm de longitud se realiza de arriba abajo a
un través de mano por debajo de las apófisis transversas lumbares, y a
un través de mano por detrás de la última costilla (Fig. 102-1, 2 o 3).
Cada borde de piel puede tomarse con una pinza Backaus y replegarse
sobre la misma piel (Fig. 103), de este modo ampliamos el campo
operatorio.
Los planos musculares (músculos oblicuos abdominales externos e
internos) se seccionan en la misma dirección (Fig. 104), los vasos que
sangran se ligan o se les aplica hemostasia temporaria por pinzamiento.
A continuación se divulsiona digitalmente el músculo transverso
abdominal lo que permitirá visualizar la fascia interna de este músculo
adherida al peritoneo. Este se incide con tijera acodada siguiendo la
misma dirección.
 
Fig. 102
 
Fig. 103

 
Fig. 104
 
Ahora se procede a la exploración de la cavidad abdominal antero-
izquierda introduciendo el brazo derecho; también con este brazo se
puede explorar parte del abdomen derecho. Luego con el brazo izquierdo
podemos explorar toda la sección posterior del abdomen.
 
Ruminotomía
La mejor zona de acceso del flanco izquierdo para realizar una
ruminotomía corresponde a su parte anterior (Fig. 102-1).
Pero si luego de la laparatomía exploratoria es necesario abordar rúmen,
también lo podemos lograr habiendo accedido por la parte central del
flanco (Fig. 102-2).
Ya en cavidad abdominal exteriorizamos el rumen digitalmente y con
pinzas Backaus lo fijamos a la piel en el vértice dorsal y ventral de la
herida cutánea.
De esta manera el rumen nos quedará exteriorizado y fijado (Fig. 105),
por lo que nos permitirá realizar una punción a punta de bisturí para
continuar la incisión con tijera acodada. El próximo paso será tomar cada
lado de la herida ruminal con una nueva pinza de Backaus para provocar
su eversión fijándola a la piel (Fig. 106). De tal manera los contenidos
ruminales vuelcan al exterior.
 
Fig. 105
 
Fig. 106

 
Teniendo tensados y evertidos los bordes ruminales se puede introducir el
brazo derecho que nos permitirá llegar hasta retículo y gotera esofágica
en busca de cuerpos extraños, malformaciones, adherencias, etc. (Fig.
107).
 
Fig. 107

 
Fig. 108

 
Previo lavado de los bordes se comienza a suturar el rúmen (Fig. 108),
con una sutura contínua de Cushing (Fig. 109) ó Connell (Fig. 110) con
lino Nº 18-20 ó catgut Nº 2 y aguja atraumática 1/3 de círculo. No es
necesario una doble sutura.
 
Fig. 109
 
Fig. 110

 
Fig. 111

 
Fig. 112

 
Colocamos antibióticos locales en base oleosa, reintroducimos el órgano
a la cavidad e iniciamos la síntesis de la pared con una sutura contínua
tipo Surgette (Fig. 111) del peritoneo y la fascia profunda del transverso
del abdomen desde el vértice ventral. Para esta sutura se utiliza catgut Nº
2-3 o nylon Nº 40.
Se continúan los planos musculares con puntos separados en "X" (Fig.
112). Durante la sutura vamos depositando antibióticos locales.
Una alternativa simplificada es obviar la sutura del peritoneo y la fascia
realizando solamente unos 5 ó 6 puntos en "X" que toman a todos los
planos de la pared, excepto la piel.
La sutura de piel nos permite elegir varias alternativas, desde la síntesis
con grampas metálicas (Fig. 113) hasta los puntos separados en “U” (Fig.
114) o suturas continuas tipo Reverdin (Fig. 115). En ambos casos el
nylon monofilamento Nº 50-60 es considerado ideal.
Se realiza antibioterapia general. Las grampas metálicas y/o puntos se
retiran a los 12 días.
 
Fig. 113
 
Fig. 114

 
Fig. 115

 
Corrección de la dislocación abomasal izquierda
Existen diferentes técnicas quirúrgicas para intentar la reposición del
abomaso desplazado hacia la izquierda y luego fijarlo para evitar
recidivas.
Omentopexia caudoventral derecha
Con el animal en pie se realiza una laparatomía lateral derecha en el
tercio medio del abdomen (Fig. 116).
 
Fig. 116

 
Se introduce la mano izquierda protegiendo un trocar de pequeño calibre,
conectado a un tubo de goma largo cuyo extremo libre quedará fuera de
la cavidad abdominal. Se avanza por encima del intestino delgado, el
ciego y el colon replegado hacia la región caudodorsal del rumen de tal
manera de llegar a contactar la cúpula del abomaso desviado (Fig. 125 A-
1). Este se punciona con la aguja para evacuar el gas acumulado. De
esta manera reducimos su tamaño y facilitamos la posterior maniobra de
tracción hacia la derecha. Esta se realiza introduciendo la mano izquierda
siguiendo la pared abdominal derecha en dirección craneoventral
tomando la región pilórica del abomaso y/o el ligamento gastroepiploico y
traccionándolo hacia arriba. El objetivo es lograr la reubicación del
abomaso en su lugar (Fig. 125 D-2).
Al omento mayor se lo atrae hacia la herida cutánea para adosarle el
botón que lo fijará a la pared abdominal derecha por encima del pliegue
de la babilla. (Fig. 117).
La fijación se realiza con hilo de nylon Nº 50-60 y dos botones grandes,
uno quedará en el interior de la cavidad abdominal sobre la cara interna
del omento (Fig. 118) y el otro sobre la cara externa de los planos
musculares de la pared abdominal derecha inmediatamente por encima
del ángulo inferior de la herida cutánea. El botón externo se dejará debajo
de la piel (Fig. 119).
La síntesis de los planos musculares en este caso debe iniciarse por el
vértice inferior para dejar en primer término incorporado el botón de
sujeción subcutáneo. (Fig. 120).
Finaliza con antibioterapia general.
 
Fig. 117

 
Fig. 118
 
Fig. 119

 
Fig. 120
 
Abomasopexia retroxifoidea con apertura del flanco izquierdo
Con el animal en pie se realiza una laparatomía en el flanco izquierdo en
su tercio medio (Fig. 102-1)
La curvatura mayor de abomaso aparecerá por delante de la incisión,
entre la pared abdominal izquierda y rumen (Fig. 125A-1).
En la curvatura mayor del abomaso y tomando la seromuscular, se
realizará una sutura de fijación con nylon Nº 60, dejando los cabos largos
(1 mt).
Se enhebra uno de los cabos en una aguja recta y larga. Se procede a
desplazar la aguja enhebrada, cubierta con la mano derecha, hasta llegar
a la zona retroxifoidea derecha. Se perfora totalmente la pared abdominal
y un ayudante tomará, desde el exterior, la aguja traccionando del cabo.
Se procede de la misma manera con el otro cabo.
Posteriormente con una aguja conectada a un tubo de goma se evacua el
gas acumulado en la cúpula abomasal. El cirujano continuará empujando
el abomaso hacia abajo tratando de ubicarlo en su lugar, una vez logrado,
el ayudante traccionará y fijara con un nudo los 2 cabos de nylon en la
zona retroxifoidea.
Para el cierre de la pared abdominal ver ruminotomía.
Finaliza con antibioterapia general.
Abomasopexia por laparatomía retroxifoidea derecha
Se realiza la sedación con xilacina.
Se procede al volteo del animal colocándolo en decúbito lateral izquierdo
con sus miembros extendidos y fijados hacia arriba (Fig. 121).
Se realiza la anestesia por infiltración con anestésico de uso local en una
franja paralela al borde retrocostal derecho de 10 cm de ancho por 25 cm
de largo, comenzando desde la zona retroxifoidea hácia atrás o puede
recurrirse a la anestesia epidural lumbo-sacra. Se ingresa a la cavidad
abdominal por una incisión paramediana derecha de 20 cm de longitud
que se inicia en el ángulo costal-retroxifoideo a 10 cm del apéndice
xifoideo, se dirije hacia atrás en dirección caudo-lateral formando un
ángulo de 35 grados con la línea media (Fig. 122-2).
Al ingresar a la cavidad abdominal nos encontraremos con parte del
abomaso, se realiza una incisión de 5 cm y se extrae todo el líquido y aire
que fuera posible.
La síntesis la realizamos con una sutura de Schmieden (Fig. 123) -
Lembert (Fig. 124).
Se reacomoda el abomaso llevándolo a su posición derecha y lo fijamos
con nylon monofilamento Nº 40-50 incluyéndolo a la síntesis de la pared
abdominal (Fig.122-3) con puntos en “X“ (Fig. 112) o puntos reforzados.
La síntesis de la piel se puede realizar con nylon monofilamento Nº 40-50
o lino Nº 18 con puntos en “U” (Fig. 114) o por medio de una sutura
contínua de Reverdin (Fig. 115).
Finaliza con antibioterapia general.
 
Fig. 121

 
Fig. 122
 
Fig. 123

 
Fig. 124

 
Abomasopexia percutánea retroxifoidea
Se realiza sedación con xilacina-ketamina e infiltración local de Xilocaína
o similar.
La técnica consiste en fijar el abomaso a la pared abdominal a la altura de
la zona retroxifoidea derecha (Fig. 122-3).
Efectuado el diagnóstico (Fig. 125 A), se procede al volteo del animal y a
la sujeción de los miembros anteriores y posteriores con cuerdas. Se
dejan largos los dos cabos de las cuerdas en manos de dos ayudantes,
uno de cada lado.
Se procede a colocar al animal en decúbito supino.
 
Fig. 125

 
El animal deberá ser volteado varias veces sobre su lado izquierdo y
vuelto a la posición decúbito supino hasta lograr que el abomaso se
ubique claramente en la zona retroxifoidea derecha, detectado por
auscultación-percusión combinadas, percibiendo una sonoridad clara de
características metálicas (“pink”) (Fig. 125 B-C).
Se prepara el campo quirúrgico que corresponde a una banda de 5 cm de
ancho por 8 cm de largo, a un través de mano de la línea media y a 10 cm
por detrás del xifoides (Fig. 122-3).
Se infiltra localmente con anestésico y se procede a realizar un punto de
fijación con una aguja especial de medio círculo, de 18-20 cm de longitud
y ojal grande, tipo “de colchonero” (Fig. 126).
 
Fig. 126

 
Esta aguja permite enhebrar un trozo de 30 cm de “cinta hilera”
esterilizada. Tomando con toda la mano la mitad posterior de la aguja se
introduce con fuerte presión en dirección perpendicular a la pared
abdominal atravesando la piel, la fuerte túnica flava y el peritoneo en un
punto equidistante entre la línea media y el cartílago xifoide, a un través
de mano de cada referencia. Se mantiene la dirección de la aguja para
asegurar el ingreso al abomaso.
En este momento comienza a corregirse la dirección de la aguja para
hacerla emerger a 7-8 cm hacia caudal y paralela a la línea media.
Dado el tamaño de la aguja y su característica de “medio círculo”,
comenzará a emerger nuevamente por la piel antes de que ingrese el ojal
enhebrado con la cinta.
Finaliza el punto anudando los cabos con nudo de cirujano y dejando los
cabos largos.
Se puede repetir un segundo punto a unos 4 cm en lateral y más hacia
caudal para asegurar aún mas la fijación del abomaso.
En definitiva, el objetivo de esta técnica es provocar una peritonitis
circunscripta controlada, que provoque un plastrón peritoneal adherencial
entre el cuarto estómago, peritoneo y pared abdominal.
La técnica es muy sencilla y genera buenos resultados. Los puntos se
retiran sin dificultad a los pocos días ya que parte del material de sutura
es digerido por el jugo gástrico en su pasaje por el interior del abomaso.
Corrección de la desviación abomasal derecha con y sin torsión
Con el animal en pie se realiza una laparatomía por el flanco derecho en
su tercio medio (Fig. 116).
Luego del ingreso a la cavidad abdominal, por palpación se trata de
determinar la posición del abomaso. La posición normal se puede
observar en la figura 127.
Las tres alteraciones posibles serán:
1-Desviación abomasal derecha: encontraremos el abomaso muy
dilatado con gas y líquido ubicado entre el colon y la pared abdominal
derecha (Fig. 128).
 
Fig. 127

 
Fig. 128
 
2-Desviación abomasal derecha con torsión a la derecha: encontraremos
elmismo cuadro, pero al seguir la pared abomasal, se percibirá en la
unión omaso-abomasal la torsión a la derecha. Nos daremos cuenta de
esta alteración ya que los pliegues de la torsión se disponen de izquierda
a derecha, en el sentido de las agujas del reloj (Fig. 129).
3-Desviación abomasal derecha con torsión a la izquierda: corresponde a
lamisma descripción anterior con la diferencia de que los pliegues de la
torsión se disponen de derecha a izquierda en el sentido inverso a las
agujas del reloj (Fig. 130).
 
Fig. 129

 
Fig. 130
 
En las opciones 2 y 3 se debe evaluar la presencia de necrosis en la zona
de torsión lo que obviamente agravaría el pronóstico (Fig. 131).
 
Fig. 131

 
Para continuar con la cirugía en cualquiera de las tres opciones se debe
realizar el vaciado del abomaso. Existen diferentes técnicas para esta
maniobra, pero la que nos ha dado mejores resultados fue la apertura
mediante una pequeña incisión de 5 cm, se toman ambos extremos de la
incisión con pinzas Backaus ó mejor aún con pinzas de órganos, se
exterioriza el abomaso y se inicia el vaciado del órgano. Al principio el
vaciado se producirá espontáneamente, luego se lo debe ayudar
introduciendo la mano izquierda en el abdomen y dando masajes a la
pared abomasal. Se pueden extraer cantidades importantes, 50 ó más lts
de líquido.
Una excelente ayuda para completar el vaciado del abomaso (también de
rumen y líquidos peritoneales) consiste en utilizar el vacio de la maquina
de ordeñar, mediante la conexión de un tubo plástico grueso a un tacho
para leche (50 lts) a través de una tapa de doble ingreso. El extremo libre
del tubo se lleva en el interior de la mano para evitar la succión de la
pared abomasal.
Luego del vaciado se realiza una sutura doble de Schmieden (Fig. 123)-
Lembert (Fig. 124).
Si existe torsión se acomoda el órgano girándolo en sentido inverso a la
misma.
Luego de estas maniobras el abomaso se ubicará espontáneamente en
su lugar.
Se sutura la apertura quirúrgica del flanco según las técnicas descriptas
en laparatomías (ver ruminotomía).
Finaliza con antibioterapia general.
Abomasotomía
Esta indicada para la extracción de cuerpos extraños del abomaso (arena,
pelos, egagrópilos, fitobezoarios, etc.) o para resolver úlceras sangrantes.
Se debe colocar el animal en posición de decúbito lateral izquierdo, con
sus miembros extendidos y fijados hacia arriba (Fig. 121).
Se realiza la anestesia por infiltración con anestésico de uso local en una
franja paralela al borde retrocostal derecho de 10 cm de ancho por 25 cm
de largo, comenzando desde la zona retroxifoidea hácia atrás o puede
recurrirse a la anestesia epidural lumbo-sacra. Se ingresa a la cavidad
abdominal por una incisión paramediana derecha de 20 cm de longitud
que se inicia en el ángulo costal-retroxifoideo a 10 cm del apéndice
xifoideo, se dirije hácia atrás en dirección caudo-lateral formando un
ángulo de 35 grados con la línea media (Fig. 122-2).
Al ingresar a la cavidad abdominal nos encontraremos con el abomaso, el
que se debe extraer para realizar la abomasotomía en su curvatura
mayor. Se extrae el contenido y luego cerramos con catgut Nº 2-3 ó nylon
monofilamento Nº 30 realizando una sutura doble de Schmieden (Fig.
123) - Lembert (Fig. 124).
La síntesis abdominal se logra con nylon Nº 40-50, incluyendo todos los
planos en “X” (Fig. 112) o “U” (Fig. 114).
La piel puede suturarse con nylon Nº 40-50 o lino Nº 18 realizando puntos
en “U” o en forma contínua tipo Reverdin (Fig. 115).
Finaliza con antibioterapia general.
Enterectomía
Es una cirugía poco frecuente en el bovino. En los casos en que debimos
realizarla, la causa fue incarceración, intususcepción o vólvulo intestinal.
La incarceración intestinal puede provocar una aguda obstrucción
intestinal o constricción y arresto de la circulación sanguínea de la
cavidad abdominal, o fuera de ella a través de una abertura natural o
adquirida (Ejemplo: hernia estrangulada, adherencias provenientes del
útero, ovario, retículo, etc.).
La intususcepción consiste en la invaginación de un segmento proximal
de intestino dentro de un segmento adyacente distal, llevando a un
cuadro de obstrucción intestinal aguda con arresto circulatorio (Fig. 132).
El vólvulo consiste en una torsión del intestino sobre su eje, provocando
un cuadro semejante al descripto anteriormente (Fig. 133).
 
Fig. 132

 
Fig. 133
 
Pueden existir otras causas que requieran de una anastomosis intestinal,
tales como cuerpos extraños, estenosis congénita, perforaciones
intestinales, etc.
La preocupación del cirujano ante la necesidad de realizar una
anastomosis será siempre la peritonitis por filtración o la estenosis. En
ambos casos las causas principales serán los defectos de sutura, por lo
que pondremos énfasis en la descripción de técnicas sencillas, que
pueden ser realizadas en condiciones de campo y que han demostrado
ser eficientes.
El éxito de la cirugía depende en gran medida de la precocidad del
diagnóstico, la asepsia, la elección del material y la técnica de sutura.
Se indica la laparatomía lateral derecha alta, y si el animal lo permite se
realiza con sedación para trabajar con el animal en pie (Fig. 116).
Las alternativas anestésicas son varias: epidural lumbar segmental,
infiltración del flanco en “L” invertida, anestesias de conducción, etc.
En todos los casos es aconsejable complementar con la anestesia del
bloqueo suprapleural de los nervios esplácnicos y del tronco simpático,
que facilita la tarea por la relajación y analgesia de los órganos
abdominales.
Ubicado el sector intestinal problema (Fig. 134 y 136) se procede a
desplazar el contenido hacia ambos lados por compresión digital externa
del intestino (Fig. 137). En el caso de la figura 135 se observa la
intususcepción producida en dicho intestino.
 
Fig 134.
 
Fig. 135

 
Inmediatamente se colocan dos clamps intestinales que delimitan la
porción a seccionar. Digitalmente se desplaza hacia fuera el poco
contenido intestinal que pudiera quedar y se colocan los otros dos clamps
intestinales a 3 cm de distancia (Fig. 138).
Se procede a ligar los vasos mesentéricos que irrigan el sector a extirpar
(Fig. 138) y se seccionan a tijera, el mesenterio y el intestino entre ambos
clamps (Fig. 139).
 
Fig. 136
 
Fig. 137

 
Fig. 138

 
Con solución fisiológica estéril se procede al lavado de ambos cabos
intestinales.
Puede recurrirse a la colocación de apósitos embebidos en solución
fisiológica tibia para mantener la humedad de los tejidos.
Las alternativas de síntesis son varias, describiremos dos de las técnicas
de sutura. En todos los casos es aconsejable el uso de materiales
persistentes o de lenta absorción, y que permitan un buen anudado como
el Dexon Nº 0, lino Nº 120,Terylene, etc.
La primera es la técnica término-terminal de Poth y Cold, que consiste en
realizar puntos separados iniciándolos en el lado mesentérico y con la
siguiente secuencia: ingreso por serosa a 5 mm del borde libre de un lado
atravesando hasta mucosa, ingreso a 1mmde la mucosa y hasta la
subserosa del mismo lado.
Del lado contrario se inicia el punto inverso, es decir se inicia en
subserosa y se sale por mucosa a 1 mm del borde, se reingresa en la
mucosa a 5 mm y se sale por serosa (Fig. 140 y 141).
 
Fig. 139

 
Fig. 140

 
Fig. 141
 
De esta manera al anudar la primer lazada se notará que los tejidos
incluidos en el punto se tornan pálidos lo que significa que la
microcirculación ha sido comprimida.
En este momento se procede a traccionar levemente de los cabos hasta
lograr que el hilo corte los tejidos más débiles como la mucosa y la
muscular manteniendo la fuerte estructura de las fibras colágenas.
En este momento los tejidos vuelven a su color normal y la lazada queda
incluida en los tejidos, lo que indica el restablecimiento de la
microcirculación. Se continúan con dos lazadas más de fijación y se
cortan los cabos.
Los puntos se repiten cada 4 mm. Normalmente se ven dificultados los
dos puntos finales que pueden hacerse simples y lo más cercanos
posible.
Se retiran los clamps y se verifican las posibles filtraciones (Fig. 142). De
existir, se agregarán puntos simples intermedios.
 
Fig. 142
 
Se continúa con la sutura del mesenterio a puntos separados con el
mismo material utilizado en la luz intestinal (Fig. 140).
Se lava con solución fisiológica y se lubrica el sector suturado con
soluciones antibióticas oleosas. Esta técnica se considera ideal en
intestinos de luz reducida (terneros).
La otra alternativa, algo más simple y que no tiene riesgos de estenosis
en animales mayores es la utilización de las conocidas técnicas de
suturas continuas para vísceras huecas de Schmieden (Fig. 123) y por
sobre ella, las invaginantes de Lembert (Fig. 124) o de Cushing (Fig. 109).
La síntesis de la pared abdominal se hará según técnicas ya descriptas
(ver ruminotomía).
Finaliza con ayuno y dieta líquida por 24 horas más la antibioterapia
correspondiente.
Amputación del recto prolapsado
Es una cirugía poco frecuente en el bovino. La técnica consiste en realizar
la sedación con xilacina y anestesia epidural baja para trabajar con el
animal en pie (Fig. 143).
Efectuada la higiene y antisepsia correspondiente se procede a realizar a
3 cm del ano, dos puntos con hilo de lino Nº 20-22 en forma de cruz
dejando los cabos largos, éstos puntos sirven como guías y evitan el
reingreso del recto a la cavidad pelviana (Fig. 144 y 145).
 
Fig. 143
 
Fig. 144

 
Fig. 145

 
Una maniobra que favorece la cirugía es la de colocar un tubo rígido
lubricado con crema anestésica dentro del recto.
Se procede a la sección circular del recto a 1 cm de los puntos
guías.Acontinuación se toman con una pinza los hilos que se cruzan en la
luz del recto amputado, se los atrae hacia el operador y cortan. Ahora
disponemos el anudado de cada uno de los cuatro puntos equidistantes
sin cortar los cabos largos para mantener el recto fijado y evitar su ingreso
a la cavidad pelviana (Fig. 145).
Se continúa con la hemostasia correspondiente y finaliza la sutura con
puntos entrecortados cada 0.5 cm hasta cubrir la totalidad de la herida.
Se cortan los cabos largos de los puntos guías y sé reintroduce el recto a
su posición correspondiente.
Finaliza con antibioterapia y embrocación diaria con pomadas antibióticas
y anestésicas.
Corrección de la dilatación cecal con o sin torsión
Con el animal en pie se realiza una laparatomía por el flanco derecho en
su tercio medio (Fig. 116).
Se introduce la mano en la cavidad abdominal para evaluar la dilatación
cecal y si existe o no, torsión en la base del mismo.
En las siguientes figuras se aprecian las distintas presentaciones que
puede adoptar el ciego dilatado y en torsión.
En la figura 146 se presenta el vértice cecal hácia arriba y afuera del gran
omento.
En la figura 147 el vértice cecal esta hácia arriba y adentro del gran
omento y en la figura 148 se presenta el vértice hácia abajo y afuera del
gran omento.
 
Fig. 146

 
Fig. 147

 
Fig. 148

 
En color rojo de las siguientes figuras se marcan las zonas del ciego que
se pueden palpar por tacto rectal, para su diagnóstico. Se presenta el
ciego en su posición normal (Fig. 149), en la figura 150 se observa
dilatado y en el comienzo de la torsión. En la figura 151 se observa el
ciego con torsión a la derecha y en la figura 152 la torsión a la izquierda.
 
Fig. 149
 
Fig. 150

 
Fig. 151

 
Fig. 152

 
El objetivo es exteriorizar el extremo del ciego; si ésto no fuera posible por
estar muy timpanizado se debe realizar la evacuación del gas mediante
una aguja conectada a un tubo de goma.
Exteriorizado el fondo cecal se realiza una pequeña incisión por donde se
lo evacua (Fig. 153 y 154).
La torsión, si existe, suele autocorregirse al momento de producirse el
vaciamiento del órgano, de lo contrario se la corrige manualmente.
Se sutura con nylon Nº 30 y técnica doble de Schmieden (Fig. 123) -
Lembert (Fig. 124) o también se puede realizar una sutura en “bolsa de
tabaco” (Fig. 155).
La síntesis de la pared del flanco se realiza según las técnicas ya
descriptas (ver ruminotomía).
Finaliza con antibioterapia general.
 
Fig. 153

 
Fig. 154

 
Fig. 155
 
Corrección de las hernias umbilicales
Las hernias umbilicales (Fig. 156) pueden ser adquiridas o de origen
hereditario. No es aconsejable usar para la reproducción, a los machos y
a las hembras que hayan padecido estas hernias.
Las particularidades anatómicas de las hernias son muy variadas por lo
que los procedimientos operatorios suelen cambiar en cada caso. El
contenido de epiplón, intestino, cuajar, incarceraciones, abscesos del
cordón umbilical, fístulas, etc. y sus posibles adherencias, con el
agregado del tamaño del anillo herniario pueden exigirnos la utilización de
diferentes técnicas.
Cuando no están complicadas resultan de fácil corrección.
 
Fig. 156

 
Corrección de la hernia umbilical por la técnica percutánea
En los casos de hernias pequeñas y no complicadas, se puede intentar la
corrección por la sutura percutánea del anillo herniario interno.
Para ello se debe disponer de una aguja de medio círculo de 18-20 cm de
longitud, la misma que se utiliza para la abomasopexia percutánea
retroxifoidea (Fig. 126).
Es conveniente que el animal este con ayuno previo de 24 horas.
Previa sedación y anestesia local infiltrativa o epidural lumbo-sacra,
colocamos al animal en decúbito supino, reponemos el contenido
herniario y el saco herniario interno y realizamos con nylon Nº 50 y
capitones o con cinta hilera, un punto en ¨U¨ (Fig. 63) tomando piel y
bordes del anillo herniario (Fig. 157 y 158).
Finaliza con antibioterapia general.
La eficiencia de la técnica suele ser del 50 %, pero por su sencillez,
justifica intentarla.
 
Fig. 157

 
Fig. 158
 
Corrección de la hernia umbilical con apertura del saco herniario
externo
La corrección quirúrgica con apertura del saco herniario externo es una
cirugía frecuente en los bovinos jóvenes y en general de fácil resolución,
siempre que el anillo herniario no sea exageradamente grande y merezca
la complementación con una prótesis.
Es conveniente que el animal este con ayuno previo de 24 horas.
Se procede a la sedación usando las drogas conocidas, siendo
aconsejable el uso de la combinación xilacina-ketamina.
Se complementa con anestesia epidural lumbo-sacra. Esta produce una
muy buena analgesia, miorrelajación abdominal e inmovilidad de los
miembros posteriores que favorecen la actitud postural necesaria para la
cirugía. De lo contrario puede recurrirse a la infiltración anestésica local.
El animal es colocado en decúbito supino; esta posición se ve favorecida
en una mesa “tipo catre” de lona. En condiciones de campo, se puede
lograr una posición favorable sobre una mesa improvisada con fardos de
heno.
Lograda la anestesia se procede a la preparación del campo quirúrgico
con limpieza y antisepsia amplia.
Se inicia luego una incisión a bisturí de forma elíptica con los ángulos
hacia craneal y caudal que incluye solamente la piel, tratando de respetar
la cantidad suficiente para que luego nos permita cubrir sin
inconvenientes la herida.
Se continúa con divulsión roma a tijera o digitalmente. Puede recurrirse a
la ayuda de una gasa montada sobre el dedo pulgar, liberando el colgajo
de piel que será eliminado del saco herniario interno.
La divulsión continúa hacia la base del anillo herniario para liberarlo y
facilitar la futura sutura. Lograda esta divulsión y efectuada la hemostasia
necesaria, se procede a retorcer el saco herniario interno en 360 grados,
asegurándose previamente que no existe contenido alguno y menos aún
adherencias.
Se lo mantiene girado por medio de una pinza tipo clamps y se procede a
iniciar la sutura del anillo herniario (Fig. 159).
 
Fig. 159

 
Se inicia un punto con aguja traumática de medio círculo enhebrada con
lino Nº 14-16 ó nylon monofilamento Nº 50-60. El ingreso se hace a unos
7 mm del borde del anillo herniario de un lado, atravesándolo sin ingresar
al abdomen. Se atraviesa el saco herniario interno y se continúa con el
lado contrario del anillo atravesando su pared desde la cara interna. Se
deja sin anudar.
La operación se repite las veces que sea necesario tomando los cabos de
cada punto con una pinza tipo Kotcher. Colocados todos los puntos se
comienza con el anudado correspondiente a cada uno de ellos.
De esta manera logramos invaginar el saco herniario interno y acercar los
bordes del anillo herniario provocando un cuadro adherencial que evitará
las recidivas.
En algunos casos el tamaño del saco herniario interno es tan exagerado,
que se recurre a su torsión y ligadura en su base, eliminando el
remanente externo.
En este caso la síntesis del anillo se puede realizar con puntos
recurrentes en ”U” horizontales invaginando manualmente el saco
herniario resecado hacia la cavidad antes de anudar todos los puntos.
La piel se puede suturar con puntos en “U” (Fig. 114).
Finaliza con antibioterapia general y dieta líquida por 24 horas.
 
Corrección de la hernia umbilical con prótesis obtenida de fascia
abdominal
Esta técnica es útil cuando el orificio herniario es excesivamente grande.
Como prótesis se puede utilizar la malla de punto ondeado de
polipropileno o un trozo de fascia abdominal (túnica flava) que se puede
conseguir en matadero o directamente en “carnicerías” del corte conocido
como “vacío”.
La fascia debe prepararse con anticipación eliminando cuidadosamente
los restos de tejido conectivo, grasa o músculo. Es aconsejable
mantenerla sumergida en yodo povidona o amonios
cuaternarios diluidos en agua durante las 24 horas anteriores a su
utilización.
Se procede con la anestesia y posición del paciente en la misma forma
descripta para la técnica anterior. Una vez divulsionado el saco herniario
interno (eliminada la piel) se procede a separar el anillo herniario del
peritoneo, unos dos centímetros alrededor del anillo. De esta manera
preparamos mejor el campo quirúrgico para el implante de la prótesis que
deberá ubicarse entre ambos planos.
El saco herniario interno debe ser respetado salvo que se constaten
adherencias o procesos inflamatorios palpables en su interior.
En este momento se presenta el trozo de fascia y se recorta en forma
circular, semejante al anillo herniario pero unos dos centímetros más
grande que éste (Fig.160). La sutura de la prótesis se realiza con nylon
monofilamento Nº 40 o lino Nº 20.
Es conveniente colocar previamente en la prótesis 2 puntos en “U” cuyos
cabos quedarán sueltos para facilitar la finalización de la sutura (Fig. 161).
Se comienza a colocar el implante de tal modo que el borde exterior de la
fascia contacte con la cara interna del borde del anillo herniario. Para
ésto, con aguja de medio círculo, se realizan puntos en “U” horizontales.
Entrando por el lado exterior del borde del anillo herniario, se atraviesa la
prótesis, se gira o retira la aguja para iniciar el recorrido contrario. De esta
manera se evita el ingreso a la cavidad abdominal.
De este modo con los puntos en “U” separados se va colocando el
implante hasta llegar al final (Fig. 161 y 162) en que tendremos que
enhebrar los cabos de los dos puntos que habíamos colocado
inicialmente en la prótesis y que ahora solamente atravesarán el anillo
herniario desde adentro hacia fuera.
Para la síntesis de piel tenemos varias alternativas, desde puntos
simples, en “U” separados (Fig. 63) hasta la sutura contínua tipo Reverdín
(Fig. 115).
Finaliza con antibioterapia general y dieta líquida por 24 horas.
 
Fig. 160

 
Fig. 161
 
Fig. 162

 
Biopsia hepática
La biopsia hepática puede ser necesaria para estudios diagnósticos y de
investigación. Si la muestra que necesitamos es pequeña, por ejemplo
para histopatología, la podemos obtener por un método incruento
mediante trocares especiales; si en cambio la muestra a obtener necesita
mayor tamaño (5gr) como la necesaria para investigar residuos de
compuestos organosfosforados, etc., se debe realizar un laparatomía
retrocostal derecha baja.
Biopsia hepática mediante trocar
Para esta técnica se pueden utilizar distintos instrumentos.
En la figura 163 se muestra la Aguja de Jhamshidi. La misma está
compuesta de cuatro piezas que se acoplan entre sí, además en su
extremo proximal presenta un cono para acoplar una jeringa con la cual
se realiza vacio que facilitará la obtención de la muestra. El lugar de
ingreso corresponde al 11º espacio intercostal derecho en su tercio
superior (a la altura del centro de la fosa paralumbar).
Previa sedación e infiltración con anestesia local, se realiza en piel una
pequeña incisión a punta de bisturí e introducimos la aguja en dirección
craneoventral, apuntando al codo izquierdo.
Atravesados los músculos intercostales, retiramos el mandril, y
continuamos penetrando con movimientos circulares para que el extremo
afilado de la aguja corte el tejido hepático. Ya penetrada totalmente,
acoplamos en la aguja una jeringa de 50 ml y mientras aspiramos
iniciamos el retiro lento de la aguja.
Se completa con antibioterapia parenteral.
 
Fig. 163

 
Biopsia hepática mediante laparatomía retrocostal derecha baja
Como se menciona en la introducción, esta técnica se utiliza cuando la
muestra hepática a obtener deber ser grande (5 gr). La hemos utilizado
para medir residuos en el hígado de ciertas drogas en su etapa de
experimentación. Con ésto se evita el sacrificio del animal tornando
menos onerosa la experiencia.
Se realiza la sedación con xilacina y luego la anestesia por infiltración
con anestésico de uso local en una franja paralela al borde retrocostal
derecho de 10 cm de ancho por 25 cm de largo, comenzando desde la
zona retroxifoidea hácia atrás o puede recurrirse a la anestesia epidural
lumbo-sacra.
También es conveniente realizar la anestesia suprapleural de los nervios
esplácnicos y del tronco simpático.
Se coloca el animal en un catre de cirugía en una posición intermedia
entre decúbito lateral izquierdo y decúbito supino.
Una vez preparado el campo quirúrgico, se inicia con bisturí una incisión
de la piel paralela al arco costal derecho, comenzando a unos 10 cm de la
apófisis xifoide y extendiéndose hacia caudodorsal (Fig. 122-2).
Se profundiza la incisión a tijera divulsionando los planos musculares y
peritoneo hasta acceder a la cavidad abdominal.
Identificado el hígado se lo toma en su lóbulo derecho con dos pinzas de
anillas de goma (pinzas de órganos), se lo presenta en la abertura
quirúrgica y se obtiene, mediante dos cortes con tijera, la muestra de
forma triangular (2cm de lado), cuya base está en el borde libre del
hígado.
A la herida quirúrgica del hígado se le puede aplicar un trozo de malla
estéril Surgicel para evitar hemorragias.
Se debe aplicar antibiótico de base oleosa en el interior de la cavidad
abdominal.
La sutura peritoneal y abdominal se puede realizar con hilo de nylon Nº 40
tomando todas las capas juntas con puntos separados en "X" (Fig. 112).
La síntesis de la piel se puede realizar con nylon monofilamento Nº 40-50
o lino Nº 18 con puntos en “U” (Fig. 114) o por medio de una sutura
contínua de Reverdin (Fig. 115). Se termina con antibioterapia general por
dos días.
 
Acceda al Manual de anestesias y cirugías del bovino (Perusia O.-
Garnero O.)

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