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Santiago Genao

Informe informativo de los capítulos 9 y 10, digresiones y el epilogo del libro ¿Que está
haciendo el internet en nuestras mentes? Superficiales, de Nicholas Carr.

Introducción

Este informe nace con la iniciativa de ser el examen final de español 102, pero también puede
ser utilizado como un medio de concientización para la sociedad respecto al impacto que ha
tenido el internet en nuestra mente y sociedad. La metodología de trabajo utilizada para
redactar este informe es la del análisis de los tópicos de cada parte del material a analizar y
como su autor Carr, hace denotar lo insípido que puede llegar a ser el mal que engendra el
uso de la tecnología. Este informe ostenta una estructura semántica, facilitando así su
comprensión, al final tendrá una serie de recomendaciones y conclusiones finales respecto al
tópico.

Para nadie es un secreto que las tecnologías han repercutido en nuestra vida diaria. Pero, nos
hemos puesto a pensar ¿si todos estos impactos han sido positivos? esto fue lo que se
preguntó el autor Carr al momento de iniciar la escritura de su libro. Estos problemas en
teoría pasan desapercibidos entre una sociedad cada día más cambiante y dependiente de las
tecnologías. Este es uno de los debates más profundos de nuestra época y, por consiguiente,
trataremos de ser parte del debate en base a lo que argumenta el autor Carr en su libro ¿Que
está haciendo el internet en nuestras mentes? Superficiales.

Qué relación guarda cada título con el contenido

El capítulo 9 lleva por título “Busca, Memoria” título bien utilizado por el autor porque en el
contextualiza los tópicos englobados en este capítulo. El autor el todo el capítulo enfatiza en
la memoria y los cambios en su uso desde los tiempos de los antiguos griegos hasta el día de
hoy. -Busca- la otra parte del título va más a lo que es el lado tecnológico y es la función que
más utilizamos nuestra memoria hoy en día -la hemos agudizado para buscar información
puntual, no retenerla- proceso el cual resalta Carr “ha menguado nuestra capacidad de
almacenar datos en nuestra memoria”. En comunión ambas palabras crean la impresión de
que hemos sustituido el trabajo de nuestra memoria de almacenar datos a solamente ser una
procesadora puntual de la información que se buscan en la red en un momento puntual.

El capítulo 10 por su parte lleva el nombre “Algo como yo” título sacado meramente del
propio capítulo del autor Carr, donde recoge las palabras del filósofo Nietzsche donde dice
que su máquina de escribir era “algo como yo”. Este algo como yo es más extenso de lo que
parece. En el capítulo vemos como las tecnologías pasan a ser parte de nosotros como
también nosotros pasamos a ser parte de esta tecnología. Las herramientas tecnológicas que
se citan –tractor, automóvil, telar mecánico- disminuyen nuestra capacidad de ser “Algo” ese
algo es la conexión que tenemos en estas actividades con la naturaleza.

Resumen de cada parte.

En resumen, el capítulo 9 trata de definir los procesos que han transformado nuestra
memoria, en un instrumento de mera inspección en bancos de información que nos
proporciona la red. Si bien es sabido como recoge el autor Carr que “los libros proporcionan
a la gente el mayor caudal de hechos, ideas, opiniones y narraciones que jamás había tenido a
su alcance el ser humano”. Pero, ¿Qué nos ha costado esta bendición? Mucho ya que hemos
querido transportar nuestra memoria a una memoria digital y con esto según el autor “la
mente ha perdido ese concepto de divinidad o bendición que tenía antes” Pero esto es así
porque como humanos somos susceptibles a las comodidades y estas abundan en el uso de la
tecnología. El autor prosigue explicando como a lo largo de las décadas nuestro uso de las
neuronas que estaban asignadas “al análisis de datos, almacenamiento de información y el
transporte de datos desde una memoria a otra” fueron reasignadas a una búsqueda más
precisa de datos y a acciones “más humanas”. Sobre el papel todo esto se escucha de
maravilla, pero si nos centramos en lo más profundo podremos ver como la sustitución de
nuestra naturalidad por algo artificial, no es propio de los seres humanos. La sinapsis que es
el enlace que tenemos entre nuestras neuronas se está viendo afectado por estos cambios
repentinos en el uso que le damos a nuestro cerebro. El capítulo termina explicándonos como
un mal proceso en la sustitución de nuestra memoria por una artificial puede provocar que
nos volvamos menos inteligentes, a raíz de eso seremos menos críticos y más susceptibles a
seguir una mentalidad individual y no una mentalidad colectiva.

El capítulo 10 por su parte hablamos del yo, en este capítulo nos encontramos con las
respuestas dadas por el autor a lo que concierne como las tecnologías nos han absorbido
nuestra naturalidad del yo. Iniciamos el capítulo con la recapitulación de los estudios
realizados por Weizenbaum donde relata sus descubrimientos realizados con un programa de
ordenador llamado Eliza, donde el autor había impregnado la personalidad de un terapeuta
que utilizaba su conciencia para responder de manera ambigua a oraciones que escribían los
usuarios. Consiguiendo con esto hechos irrefutables de que los humanos son fácilmente
susceptibles a algo en lo que ellos respectan “los entiende y considera”. El autor Carr
prosigue con la explicación de lo que nos hemos convertido como extensiones de las
herramientas tecnológicas que utilizamos a diario, esto no es más el resultado de adecuación
al que nos hemos sometido por el pavor de querer ser cada vez más estrechos con estas
tecnologías. El cerebro humano mapea las herramientas que usamos como parte de una
extensión de nuestro cuerpo y al mismo tiempo nuestro cuerpo se convierte en una extensión
de la herramienta. En palabras del poeta T. S Elliot “Las tecnologías fomentaran a la lucidez,
pero no a la sutileza” por otro lado el filósofo Nietzsche dice que “perdió la capacidad de
corregir y escribir en cursiva” esto posteriormente a su adaptación al uso de la máquina de
escribir para transmitir sus pasajes. Carr continua este capítulo resaltando los efectos
adormecedores provocados por los ordenadores conectados a la red en los humanos, haciendo
que perdamos autodependencia de nuestros sentidos y/o mapas para localizarnos. Finalmente,
el capítulo concluye con la idea central de que como hemos perdido nuestra identidad de
humanos y hemos pasados a ser dependientes de lo que los ordenadores y demás tecnologías
quieran hacer con nosotros.

Las digresiones no fueron más que los percances a los que se enfrentó, el autor Carr a la hora
de escribir este libro. Carr quien al momento de escribir este libro era un usuario activo de las
herramientas y facilidades que ofrecen las tecnologías, por lo que, tuvo que recapacitar sus
propios ideales. El autor responde a la pregunta que cualquiera se haría sobre un escritor de
blog el cual tiene una tesis completamente en contra de lo que expresan sus acciones.
Pasando el autor a explicar el proceso de reacomodación que tuvo que hacer para escribir su
libro, realizando acciones que van desde cerrar la mayoría de sus conexiones sociales a tener
que mudarse a un ambiente “offline” donde pudo escribir el libro de manera coherente y
pensante. El autor relata en como esto repercutió en su sinapsis la cual en sus propias
palabras “pedía su dosis online". El autor termina reconociendo que posterior a la finalización
de su libro volvió a su vida cotidiana y reconoce el hecho de algunas personas de no poder
escapar de la red ya sea por trabajo o comodidad. Al final dice “debemos pensar en esto
profundamente, no solo por nosotros mismos sino también por nuestros hijos”.

El epilogo trata fundamentalmente de una noticia sobre edexcel, la más grande institución de
correcciones educativas de Inglaterra, donde esta anunciaba que implementaría un corrector
automatizado a un estudio de idioma avanzado que se impartía nivel nacional. Por su parte
Carr se preguntaba si esta máquina podría diferenciar entre el cansancio, la subjetividad y la
cada vez más rara chispa de genio; Su respuesta fue “Ciertamente no, los ordenadores
solamente procesan información en base a unas reglas anteriormente establecidas por lo que
no tiene juicio crítico”. Al final Carr toma la frase del informático Weisenbaum donde dice
“cuanto más nos acostumbramos a nuestros ordenadores y dependemos de ellos, más fácil es
que caigamos en la tentación de confiarles trabajos que requieran sabiduría”.

Recomendaciones

Posteriormente al haber leído todo esto muchos radicalmente lo primero que recomendarían
es erradicar el uso de la red. Pero yo difiero de eso. Lo que se necesita es un uso más aplicado
y sincero de la red, usarla para cosas que la ameriten y no nos vuelvan más inútiles como
humanos pareciendo caparazones vacíos. Esta dentro de cada uno de nosotros su uso
individual de la red. Otra recomendación seria que se desarrollara íntegramente la tecnología
en parámetros que los humanos no pueden manejar –cálculos de ecuaciones gigantescas,
manejo de centrales nucleares etc.- pero para todo lo demás que anteriormente habíamos
desarrollado una estructura para su realización –corrección de exámenes, almacenamiento de
datos, diagnósticos médicos etc.- sirva meramente como asistente. En conclusión, como
resalta Carr está más que claro que ya “no podemos vivir sin ella” pero, está a conciencia
final de cada uno de nosotros darle un uso considerado o no a la red y las facilidades que
ofrece.

Conclusión

En conclusión, con este informe busco hacer un llamado hacia los lectores y usuarios de la
red, sobre las consecuencias que genera el uso indiscriminado de la red. Valorando lo
expuesto, cualquier persona puede concluir que este informe no fue hecho con el objetivo de
hacer mirar a la red como lo peor que le ha pasado a la humanidad. Mas bien, de exponer las
problemáticas que pasan insípidas entre nosotros. Finalizo con mis propias palabras diciendo,
que no debemos ser mezquinos y debemos ver la realidad en la vivimos.

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