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UNA PUBLICACIÓN DEL GRUPO
ISBN: 978-612-311-281-3
Anny Reyes Laurel
judiciales
Hábeas corpus contra resoluciones
CAPÍTULO VII Anny REYES LAUREL
Mario MUÑOZ VILLANUEVA / Luis ROEL ALVA /
Jorge MELÉNDEZ SÁENZ / Fernando NÚÑEZ PÉREZ / hábeas corpus y sus diferentes ámbitos de aplicación.
Luis Andrés Roel Alva Fabiola GARCÍA MERINO / Héctor ROJAS POMAR / la materia, se desarrolla una clasificación exhaustiva del
Hábeas corpus conexo
del Tribunal Constitucional y la doctrina especializada en
CAPÍTULO VI to de este proceso, siempre a partir de la jurisprudencia
Con la finalidad de ofrecer un mayor y mejor conocimien-
 
Fernando Vicente Núñez Pérez
de rejas como seguridad vecinal, entre otros.
Hábeas corpus instructivo privado del DNI, a la libertad de tránsito en el caso de uso
CAPÍTULO V

CONSTITUCIONAL
de otros derechos como la integridad personal, a no ser
proceso constitucional sirve también para la protección
libertad ante detenciones arbitrarias. De esta forma, este
Jorge Meléndez Sáenz concepción clásica: la defensa del derecho a la

DEL TRIBUNAL
Hábeas corpus traslativo más complejo, abarcando situaciones distintas
CAPÍTULO IV escenario de protección del hábeas corpus se ha
EN LA JURISPRUDENCIA Ea sulvuelto
Héctor Rojas Pomar
Hábeas corpus correctivo
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
HÁBEAS CORPUS
CAPÍTULO III EN LA JURISPRUDENCIA
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS
Fabiola García Merino

TIPOS DE
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Hábeas corpus restringido


CAPÍTULO II
Mario Alfredo Muñoz Villanueva
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA

la jurisprudencia del TC
Las clases de hábeas corpus según
CAPÍTULO I
CAPÍTULO I
Las clases de hábeas corpus según
la jurisprudencia del TC
Mario Alfredo Muñoz Villanueva
CAPÍTULO II
Hábeas corpus restringido
Fabiola García Merino
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS
CAPÍTULO III
EN LA JURISPRUDENCIA TIPOS DE Hábeas corpus correctivo
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Héctor Rojas Pomar
HÁBEAS CORPUS
l escenario de protección del hábeas corpus se ha CAPÍTULO IV
E vuelto más complejo, abarcando situaciones distintas EN LA JURISPRUDENCIA Hábeas corpus traslativo
a su concepción clásica: la defensa del derecho a la Jorge Meléndez Sáenz
libertad ante detenciones arbitrarias. De esta forma, este
proceso constitucional sirve también para la protección DEL TRIBUNAL
de otros derechos como la integridad personal, a no ser CAPÍTULO V
privado del DNI, a la libertad de tránsito en el caso de uso Hábeas corpus instructivo
de rejas como seguridad vecinal, entre otros. Fernando Vicente Núñez Pérez
  CONSTITUCIONAL
Con la finalidad de ofrecer un mayor y mejor conocimien-

DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


to de este proceso, siempre a partir de la jurisprudencia CAPÍTULO VI
del Tribunal Constitucional y la doctrina especializada en Hábeas corpus conexo
la materia, se desarrolla una clasificación exhaustiva del Fabiola GARCÍA MERINO / Héctor ROJAS POMAR /
hábeas corpus y sus diferentes ámbitos de aplicación. Luis Andrés Roel Alva
Jorge MELÉNDEZ SÁENZ / Fernando NÚÑEZ PÉREZ /

TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA


Mario MUÑOZ VILLANUEVA / Luis ROEL ALVA /
Anny REYES LAUREL CAPÍTULO VII
Hábeas corpus contra resoluciones
judiciales
Anny Reyes Laurel
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HÁBEAS CORPUS
EN LA JURISPRUDENCIA
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CONSTITUCIONAL
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POMAR / Jorge MELÉNDEZ SÁENZ / Fernando
NÚÑEZ PÉREZ / Mario MUÑOZ VILLANUEVA /
Luis ROEL ALVA / Anny REYES LAUREL

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS
EN LA JURISPRUDENCIA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

PRIMERA EDICIÓN
AGOSTO 2015
2,540 ejemplares

© Gaceta Jurídica S.A.

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ISBN: 978-612-311-281-3
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DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
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E-mail: ventas@gacetajuridica.com.pe ANNY REYES ALVA

Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.


San Alberto 201 - Surquillo PEDRO P. SALAS VÁSQUEZ
Lima 34 - Perú
Presentación
Como se sabe “hábeas corpus” es una expresión latina que significa “tráeme
el cuerpo”, y hace referencia a la locución que empleaba el pretor en tiempos
de la antigua Roma a favor de toda persona libre que adujera ser víctima de
detención. De esta forma, mediante un edicto, el funcionario romano ordenaba
al autor de la detención poner a la víctima ante su presencia a fin de que se
pronuncie sobre la legalidad o ilegalidad del acto.
Bajo tal antecedente, la función clásica y primigenia del hábeas corpus
como proceso constitucional ha sido la defensa del derecho a la libertad física
frente a privaciones o detenciones arbitrarias. No obstante, tal concepción del
hábeas corpus ha evolucionado a través del tiempo llegando en nuestros días a
superar el ámbito de protección del derecho fundamental aludido.
De esta forma, nuestra justicia constitucional ha declarado la procedencia de
demandas de hábeas corpus en defensa de derechos fundamentales tan diversos
como el debido proceso o el derecho a no ser privado del documento nacional
de identidad. Asimismo, es utilizado para declarar nulo todo lo actuado en un
proceso ordinario y hasta para obligar al juez constitucional a pronunciarse
sobre el fondo a pesar de existir la sustracción de la materia.
Como vemos, el escenario de protección del hábeas corpus se ha vuelto más
complejo. En ese sentido, la doctrina, encabezada por los estudios realizados
por el maestro argentino Néstor Pedro Sagüés en su libro Derecho Procesal
Constitucional, ha elaborado una clasificación que permite abarcar los diferentes
ámbitos de aplicación del hábeas corpus. Esta tipología, además, ha sido reco-
gida por nuestro Tribunal Constitucional en la STC Exp. Nº 02663-2003-HC/
TC (caso Eleobina Aponte Chuquihuanca).
Bajo ese contexto, el objetivo de la presente obra es hacer hincapié en
aquellos tipos de hábeas corpus novedosos y de frecuente ocurrencia en la carga
procesal del Tribunal Constitucional. El libro se inicia con un estudio general
de cada uno de los tipos recogidos en la clasificación mencionada, así como

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

de los nuevos tipos que, si bien no se encuentran expresamente nombrados por


el Tribunal Constitucional, es posible su deducción a partir de la casuística de
la materia.
Entre los tipos de hábeas corpus desarrollados en la presente obra se puede
destacar el estudio sobre el hábeas corpus restringido, el cual se emplea cuando
la locomoción es objeto de molestias, obstáculos o incomodidades. En este tipo
encontramos casos ligados al uso de rejas como medida de seguridad vecinal,
vigilancias constantes a una persona determinada o impedimentos de salida del
país o de concurrencia a un determinado lugar.
El texto también presenta un análisis del hábeas corpus correctivo, el cual
procede para la defensa de reclusos que, en el cumplimiento de sus condenas,
son objetos de tratamientos carentes de razonabilidad y proporcionalidad. Esta
clase de hábeas corpus hace alusión a casos relativos a la salud, traslados, visitas
íntimas, comunicaciones, educación, libertad religiosa y defensa de los reclusos.
Igualmente, se puede destacar el apartado sobre el hábeas corpus traslativo,
el cual es empleado para denunciar mora en el proceso judicial u otras graves
violaciones al debido proceso o a la tutela judicial efectiva. Aquí se desarrollan
supuestos de afectación por vulneración al plazo máximo de detención, por
afectación al plazo razonable de la investigación fiscal, por afectación al plazo
razonable de la detención judicial preventiva y por vulneración de la libertad
personal del condenado que ha cumplido condena.
Asimismo, la obra contiene el estudio del hábeas corpus contra resolu-
ciones judiciales, denominado por la doctrina como hábeas corpus residual.
Si bien este tipo puede encontrarse recogido en otras clases de hábeas corpus,
dependiendo de la situación en la que se manifieste la afectación a la libertad
individual, o incluso en el denominado hábeas corpus conexo, consideramos
importante detallar los enunciados normativos y decisiones jurisprudenciales
sobre su procedencia.
En suma, se trata de una obra integral y documentada que, además de reunir
el pensamiento de reconocidos especialistas, es complementada con las princi-
pales sentencias del Tribunal Constitucional referidas a la materia desarrollada.

Pedro Pablo SALAS VÁSQUEZ


Coordinador ejecutivo
de Gaceta Constitucional

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CAPÍTULO I
Las clases de hábeas
corpus según la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional
CAPÍTULO I
Las clases de hábeas corpus según
la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Mario Alfredo MUÑOZ VILLANUEVA(*)

Introducción
La Constitución Política de 1993 establece que el proceso de hábeas
corpus procede ante el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad,
funcionario o persona, que vulnere o amenace la libertad individual o los
derechos constitucionales conexos. Este proceso no se limita a proteger solo
el derecho a la libertad sino que se extiende a cubrir los otros derechos funda-
mentales íntimamente relacionados con dicha libertad.
El hábeas corpus protege la libertad física propiamente dicha y su ámbito
de protección se extiende a la libertad de movimiento, libertad de tránsito y
al derecho a la integridad personal. Se prolonga su tutela ante la amenaza o
acto lesivo del derecho a la vida, la integridad física, psicológica o el derecho
a la salud de las personas que se hallan recluidas en establecimientos penales,
e incluso de personas que se encuentren en establecimientos públicos y/o
privados, siempre que se hallen, bajo una especial relación de sujeción.
El Código Procesal Constitucional (CPCt., en adelante) en el rubro del
proceso de hábeas corpus prescribe de manera enunciativa el catálogo de los
derechos que conforman la libertad individual y que son objeto de protección
mediante este proceso, así como los derechos conexos con ella. En sí, es un
proceso sencillo y rápido, que por su naturaleza y finalidad regula un catálogo
de derechos fundamentales a manera de númerus apertus y no de númerus
clausus.
El hábeas corpus se identifica por ser ajeno a ritualidades o forma-
lismos al momento de interponer la demanda, que puede formularse de modo
verbal, escrito, telefónico, vía correo electrónico, fax, u otros medios elec-
trónicos, según la tecnología o por cualquier otro medio idóneo, debiendo los

(*) Fiscal Adjunto Provincial del Pool de Fiscales Penales de Lima. Egresado de la Maestría de Derecho
Procesal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

demandantes estar detenidos, o amenazados de ser privados de su libertad o


de los derechos conexos a ella.
Así, la admisión a trámite de una demanda de hábeas corpus que cuestiona
una resolución judicial solo procede cuando: a) exista una resolución judicial
firme; b) exista vulneración manifiesta; c) y que dicha vulneración agravie la
libertad individual y la tutela procesal efectiva. Así, en el caso César Alberto
Caycho Ochoa, se señaló que el hábeas corpus contra una resolución judicial
es improcedente –rechazo liminar– cuando: i) la resolución judicial no es
firme; ii) la resolución judicial no vulnera en forma manifiesta el derecho a la
libertad individual; iii) no se agravie la tutela procesal efectiva (véase la STC
Exp. Nº 05066-2008-PHC/TC).

Para tal efecto, los jueces se encuentran impedidos-prohibidos de


declarar liminarmente improcedente una demanda de hábeas corpus bajo la
consideración de que: i) existe una vía procedimental específica igualmente
satisfactoria para la protección del derecho constitucional amenazado o vul-
nerado. Esto debido a que el proceso de hábeas corpus a diferencia del amparo
no es un proceso de carácter residual y excepcional; ii) no se ha cumplido con
agotar las vías previas. Ello por la naturaleza de los derechos tutelados por el
proceso de hábeas corpus; iii) ha vencido el plazo para interponer la demanda.

Siguiendo la misma línea, resulta válido rechazar liminarmente una


demanda de hábeas corpus, cuando: a) se cuestione una resolución judicial
que no sea firme; b) los hechos y el petitorio de la demanda no estén referidos
en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho
invocado; c) a la presentación de la demanda, haya cesado la amenaza o vio-
lación de un derecho constitucional o esta se haya convertido en irreparable;
d) se cuestione una resolución judicial firme recaída en otro proceso consti-
tucional o haya litispendencia; e) se cuestionen las resoluciones definitivas
del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) en materia de destitución y
ratificación de jueces y fiscales, siempre que dichas resoluciones hayan sido
motivadas y dictadas con previa audiencia al interesado y; f) se trate de
conflictos entre entidades de Derecho Público interno.

Si bien el hábeas corpus no tiene reguladas causales específicas de impro-


cedencia, ello no significa que el hábeas corpus como proceso no las tenga.
Tales causales facultan al juez constitucional a declarar la improcedencia
liminar de la demanda, como se ha mencionado.

En el caso Víctor Esteban Camarena, el juez declaró improcedente la


demanda de hábeas corpus, siguiendo tres pasos: a) se debe identificar el derecho

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MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

o derechos que expresa o implícitamente podrían verse afectados por los actos
arbitrarios que son demandados. Ellos deben ser plenamente identificables
desde una lectura atenta de los hechos contenidos en la demanda; b) se debe iden-
tificar la verdadera pretensión del demandante. Ello supone revisar el petitorio,
los hechos alegados en la demanda, que deben ser examinados en su conjunto;
c) se debe analizar si la verdadera pretensión del demandante forma parte del
contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales que
son objeto de tutela del proceso de hábeas corpus (confrontar la STC Exp.
Nº 06218-2007-PHC/TC).

I. El hábeas corpus
Huerta Guerrero(1) nos dice que el proceso de hábeas corpus es una ins-
titución cuyo objetivo consiste en proteger la libertad personal, indepen-
diente de la denominación que recibe el hecho cuestionado (detención,
arresto, prisión, secuestro, desaparición forzada, etc.). De acuerdo a la Cons-
titución de 1993, procede contra cualquier autoridad, funcionario o persona,
por cualquier acción u omisión que implique una amenaza o violación de la
libertad personal.
En el caso Carmen Julia Emili Pisfil García, el Tribunal Constitucional
sostiene que el proceso de hábeas corpus es el instrumento procesal cuya
excelencia jurídica radica en la protección de la libertad personal y si bien
este proceso, a nivel práctico antes que teórico, ha sido asumido desde una
perspectiva restrictiva, no es menos cierto que con la entrada en vigencia
del Código Procesal Constitucional sufrió un giro en su visión, ampliándose
para aquellos casos vinculados al derecho a la vida en la demanda por los
detenidos-desaparecidos, y a la integridad física, psíquica y moral (véase la
STC Exp. Nº 05761-2009-PHC/TC).
Desde 1987, la Corte Interamericana de Derechos Humanos indicó que
es esencial la función que cumple el hábeas corpus, dado que es el medio para
controlar el respeto a la vida e integridad de la persona, para impedir su desa-
parición o la indeterminación de su lugar de detención, así como para pro-
tegerla contra la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanas o degra-
dantes (confrontar la Opinión Consultiva OC-9/87 Nº 29).

(1) HUERTA GUERRERO, Luis Alberto. Libertad personal y hábeas corpus. Comisión Andina de
Juristas, Lima, 2003, p. 47.

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

II. Reparador
El hábeas corpus reparador es la modalidad clásica y primigenia, de todas
las demás existentes. Carlos Mesía(2) sostiene que este hábeas corpus procede
frente a la privación arbitraria de la libertad física, bien se trate de actuación
policial o judicial indebida o de un particular que dispone el internamiento de
un tercero en un centro psiquiátrico. Procede también contra la negligencia
penitenciaria que mantiene en prisión a quien ya ha cumplido condena, así
como frente a sanciones disciplinarias privativas de la libertad.
El Supremo Intérprete de la Constitución viene sosteniendo que esta
modalidad se utiliza cuando se produce la privación arbitraria o ilegal de
la libertad física como consecuencia de una orden policial; de un mandato
judicial en sentido lato (juez penal, civil, militar); de una decisión de un par-
ticular sobre el internamiento de un tercero en un centro psiquiátrico sin el
previo proceso formal de interdicción civil; de una negligencia penitenciaria
cuando un condenado continúe en reclusión pese a haberse cumplido la pena;
por sanciones disciplinarias privativas de la libertad, etc. (véase la STC Exp.
Nº 02663-2003-HC/TC).
El hábeas corpus reparador tiene como finalidad restablecer la libertad de
una persona arbitrariamente detenida. Y procede contra la autoridad policial
o judicial que efectuó el acto o resolución judicial arbitraria. Esta modalidad
es llamada hábeas corpus vertical porque la autoridad está por encima del par-
ticular a quien se ha vulnerado su derecho fundamental.

III. Restringido
La modalidad del hábeas corpus restringido se viene empleando cuando
la libertad física o de locomoción es objeto de molestias, obstáculos, per-
turbaciones o incomodidades que, en los hechos, configuran una seria res-
tricción para su cabal ejercicio. Pese a no privarse de la libertad al sujeto,
se le limita en menor grado, en tal sentido procedería ante: a) prohibición
de acceso o circulación en determinados lugares; b) seguimientos perturba-
torios carentes de fundamento legal y/o provenientes de órdenes dictadas por
autoridades incompetentes; c) reiteradas e injustificadas citaciones policiales;

(2) MESÍA, Carlos. El proceso de hábeas corpus desde la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 47.

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MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

d) continuas retenciones por control migratorio o la vigilancia domiciliaria


arbitraria o injustificada, etc.

Entre los actos perturbatorios –caso Crisólogo Motta Arenas–, tenemos:


el registro diario, pormenorizado y detallado de las actividades de una persona
y su familia, las horas de salida y regreso a su domicilio, las personas que lo
acompañan, los vehículos que usa, las visitas que recibe en su domicilio, las
personas que ingresan a su hogar (cotejar STC Exp. Nº 06936-2005-PHC/TC).

El Máximo Tribunal, en el caso Nilsen Mallqui Laurence y otro, ha


ensayado que la facultad de libre tránsito comporta el ejercicio del atributo
del ius movendi et ambulandi. Es decir, supone la posibilidad de desplazarse
autodeterminadamente en función de las propias necesidades y aspiraciones
personales, a lo largo y ancho del territorio, así como de ingresar o salir de él,
cuando así se desee. El Estado está facultado total o parcialmente para reglar,
controlar y condicionar la entrada y admisión de extranjeros (véase la STC
Exp. Nº 02876-2005-PHC/TC).

El Supremo Intérprete de la Constitución ya venía indicando en el caso


Alis Luisa Herrera Tito, que un acto lesivo de esta naturaleza (restringir la
libertad de tránsito) constituye un despropósito y una limitación inaceptable
al derecho de locomoción. En ninguna circunstancia se puede privar a nadie
del derecho a transitar sobre un área reconocida como de uso común, ya que
si de por medio está el uso legítimo de la propiedad debe permitirse el cumpli-
miento de sus diversos objetivos, entre los cuales se halla el de poder entrar o
salir (STC Exp. Nº 04453-2004-HC/TC).

Siguiendo la misma línea, el Máximo Intérprete de la Constitución viene


sosteniendo en reiteradas sentencias que la instalación de rejas como medidas
de seguridad vecinal no es inconstitucional, dado que se parte de la necesidad
de compatibilizar o encontrar un marco de coexistencia entre la libertad de
tránsito como derecho y la seguridad ciudadana como bien jurídico.

En el caso de Karen Mañuca Quiroz Cabanillas, el Tribunal Constitu-


cional, con respecto al documento nacional de identidad, señaló que, tal como
ocurre en otros ordenamientos jurídicos, los rasgos objetivos que permiten la
identificación de una persona suelen ser patentizados en un documento oficial
imprescriptible para realizar actividades de distinto orden como son la cele-
bración de acuerdos contractuales, transacciones comerciales y participación
en comicios electorales, de la existencia y disposición de dicho documento
depende el ejercicio de una multiplicidad de derechos fundamentales. De
allí cuando se pone en entredicho su obtención, modificación o supresión

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

no solo puede verse perjudicada la identificación de la persona sino también


su libertad personal o los derechos que lo son conexos (revisar la STC Exp.
Nº 02273-2005-PHC/TC).

IV. Correctivo
El hábeas corpus correctivo viene siendo usado cuando se producen actos
de agravamiento ilegal o arbitrario respecto a las formas o condiciones en
que se cumplen las penas privativas de la libertad. Ello resguarda a la persona
de tratamientos carentes de razonabilidad y proporcionalidad, cuando se ha
determinado que cumpla un mandato de detención o la pena.
La modalidad de este hábeas corpus procede ante la amenaza o acto
lesivo del derecho a la vida, la integridad física y psicológica, o del derecho
a la salud de los reclusos o personas que se encuentran bajo una especial
relación de sujeción internados en establecimientos de tratamiento públicos
o privados, como se determinó en el caso Víctor Polay Campos (véase la
STC Exp. Nº 00774-2005-HC/TC). También puede aplicarse en personas
internadas en centros de rehabilitación y de menores, así como en internados
estudiantiles, etc.
Procede también en los casos de arbitraria restricción del derecho de visita
familiar a los reclusos de ilegitimidad de traslado de un recluso de un estable-
cimiento penitenciario a otro; y por la determinación penitenciaria de coha-
bitación en un mismo ambiente de reos en cárcel procesados y condenados.
En cuanto a la integridad física, la persona tiene derecho a conservar la
estructura orgánica, a preservar la forma, disposición y funcionamiento de los
órganos del cuerpo humano y, en general, la salud del cuerpo. Está prohibido
que se le generen incapacidades, deformaciones, mutilaciones y enfermedades
contagiosas.
En cuanto a la integridad psíquica, se preservarán las actividades motrices,
emocionales e intelectuales. Se afecta la integridad psíquica de la persona
mediante procedimientos médicos de exploración del subconsciente, lavado
de cerebro, hipnosis no consentidas, etc.
En la integridad moral, debe darse el respeto al desarrollo de la vida
personal de conformidad con la libertad de conciencia. Se tiene el derecho
a desarrollar la personalidad y el proyecto de vida en comunidad conforme
a las convicciones personales tales como la religión, política, cultura, etc. En
esta modalidad de hábeas corpus se discute el maltrato a la integridad física,
psíquica, moral, dado que la persona ya está detenida.

14
MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

En el caso Abimael Guzmán Reynoso se estableció que este proceso de


hábeas corpus opera en todo ámbito, ya sea cuando la reclusión se cumpla en
un establecimiento penitenciario común o en un penal militar, o el interna-
miento se efectúe en un establecimiento público y/o privado (véase la STC
Exp. Nº 00590-2001-HC/TC).
Igualmente, es idóneo en casos que, por acción u omisión, importen vio-
lación o amenaza del derecho al trato digno o se produzcan tratos inhumanos
o degradantes.
Por ejemplo, en el caso Juan Islas Trinidad y otros, se sostiene en resumen:
a) la tortura es una forma agravada y deliberada de penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes; b) el trato degradante o humillante es capaz de
crear sentimientos de temor, de angustia y de inferioridad capaz de humillar,
envilecer y de quebrantar la resistencia física y moral; c) el trato inhumano
consiste en ocasionar sufrimientos de especial gravedad pero sin llegar a la
tortura (confrontar la STC Exp. Nº 01429-2002-PHC/TC).
En el caso Natalia Foronda Crespo y otras, Carlos Mesía(3) sostiene
que se deben tener en cuenta las exigencias prácticas de este hábeas corpus:
a) aunque la privación de la libertad como consecuencia de una sentencia
condenatoria no constituye una detención indebida, es indispensable en los
supuestos de hábeas corpus correctivo que el juez efectúe una investigación
in situ; b) la presencia del juez en el lugar de reclusión no debe entenderse
como meramente formal. Su obligación es verificar directamente la realidad
de la denuncia, y de ser el caso, disponer de personal especializado que pueda
colaborar en la determinación exacta de los hechos denunciados; c) los inte-
rrogatorios no deben versar sobre temas colaterales o irrelevantes; d) el punto
central de esta modalidad, es el de examinar si las condiciones de reclusión,
detención o internamiento resultan lesivas de los derechos fundamentales o
contrarias a los principios constitucionales; e) el análisis debe centrarse en
los derechos a la vida, a la integridad, a la salud, a no ser objeto de penas o
tratos inhumanos o degradantes, a la dignidad e, incluso, a la contravención de
principios constitucionales que incidan negativamente en la situación de las
personas (cotejar la SCT Exp. Nº 02333-2004-HC/TC).
Finalmente, el hábeas corpus correctivo, también incluye la retención
en el ámbito doméstico. Vale decir, sería extensible al caso de retención por

(3) MESÍA, Carlos. Ob. cit., pp. 50-51.

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

violencia doméstica o familiar hacia las mujeres, menores de edad, ancianos y


otros dependientes (revisar la STC Exp. Nº 04381-2010-PHC/TC).

V. Preventivo
El hábeas corpus preventivo es aquel que viene siendo utilizado en los
casos en que, no habiéndose concretado la privación de la libertad, existe una
amenaza cierta e inminente de que ello ocurra, con vulneración de la Consti-
tución o la ley de la materia.
Concretizando el tema, en el caso Patricia Garrido Arcentales vs. Cap.
PNP Henry Huertas, el hábeas corpus preventivo tiene como requisito sine
qua non, que los actos destinados a la privación de la libertad se encuentran en
proceso de ejecución; por ende, la amenaza no debe ser conjetural ni presunta,
debe ser cierta y de inminente realización; se requiere que la amenaza sea
conocida como verdadera, segura e indubitable, que se manifieste con actos o
palabras que no dejen duda alguna de su ejecución y propósito; e inminente y
posible, esto es, que no deje duda sobre su ejecución en un plazo inmediato y
previsible (véase la STC Exp. Nº 00399-96-HC/TC).
Debemos decir que el Supremo Intérprete ha equiparado lo cierto con lo
eminente. La Real Academia Española(4) define como “cierto” el resultado del
conocimiento de algo como verdadero, seguro e indubitable y lo “inminente”
como una situación antecedente que denota el advenimiento de un hecho que
está por suceder prontamente.
Jurisprudencialmente, en el caso Eleobina Mabel Aponte Chuquihuanca
donde se desarrolló la tipología del hábeas corpus de manera incompleta, esta
ciudadana no fue privada de su libertad, pero existió una amenaza, que provino
de una orden de detención dictada por el órgano jurisdiccional emplazado. “El
mandato de detención se basó en el incumplimiento de la recurrente de aper-
sonarse al local del juzgado con el ropero de madera cuya custodia le había
sido encomendada. Sin embargo, la resolución cuestionada no hace referencia
al escrito presentado con fecha 22 de julio de 2003, en el que indica su falta de
recursos económicos para efectuar el traslado del mueble, solicitando, a su vez,
que dicha diligencia se realice en su domicilio. Por tanto, no hay renuencia a
acatar los mandatos judiciales por parte de la recurrente que justifique la medida
de detención cuestionada” (revisar la STC Exp. Nº 02663-2003-HC/TC).

(4) DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, Espasa, 2005, pp. 372 y 867.

16
MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

VI. Traslativo
El hábeas corpus traslativo viene siendo empleado para denunciar mora
en el proceso judicial u otras graves violaciones al debido proceso o a la tutela
judicial efectiva; es decir, cuando se mantenga indebidamente la privación
de la libertad de una persona o se demore la determinación jurisdiccional que
resuelva la situación personal de un detenido.
César Landa(5) sostiene que este hábeas corpus “busca proteger la libertad
o la condición jurídica del estatus de la libertad de los procesados, afectados
por las burocracias judiciales (…)”.
Respecto a este hábeas corpus, en el caso Ernesto Fuentes Cano, se señala
el numeral 3 del artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos aprobado mediante Ley Nº 22128, el cual dispone que toda persona
detenida o presa a causa de un infracción penal tiene derecho a ser juzgada
dentro de un plazo razonable o ser puesta en libertad. En el caso de autos, se
inicia el proceso en marzo de 1993, y en diciembre de 1997 se encontraba
en el estado de instrucción; ello no justifica que se mantenga privada de su
libertad a una persona que ya lo había estado por más de 20 meses, no dándose
cumplimiento así al artículo 137 del CPP, en caso de efectivizarse una nueva
orden de captura (confrontar la STC Exp. Nº 110-99-HC/TC).
Este hábeas corpus permite denunciar mora en el proceso judicial o
demora en la determinación jurisdiccional de la situación personal de un
detenido; sin embargo, con ello se pretende la excarcelación del detenido.
En efecto, debemos precisar que el plazo razonable de privación de la
libertad se evalúa con base en criterios expuestos por el Tribunal Constitu-
cional y dicho plazo toma en cuenta todo el proceso, a saber: a) complejidad
del proceso; b) conducta obstruccionista de parte del procesado, actuando de
mala fe; c) comportamiento de la autoridad, del juez y del fiscal, negligencia
o dilatación del proceso por parte de estos y; d) grado de afectación, solo este
cuarto elemento es enfocado en el plazo para ser juzgado, como sucedió en el
caso de Salazar Monroy.
En este orden, el plazo estrictamente necesario se superpone al plazo
legal. Además, este plazo es oponible en cualquier supuesto de detención. La

(5) LANDA ARROYO, César. Teoría del Derecho Procesal Constitucional. Palestra, Lima, 2003,
p. 116.

17
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

responsabilidad será tanto del Ministerio Público como del Poder Judicial,
según el caso correspondiente y la fase procesal donde se produjo el retardo.

Este hábeas corpus se extiende hasta los beneficios penitenciarios dado


que no son derechos fundamentales, sino garantías previstas por el derecho
de ejecución penal (véase la STC Exp. Nº 02700-2006-PHC/TC).

Así, su denegación, revocación o restitución de acceso obedece a


motivos objetivos y razonables, de conformidad con el tempus regit actum,
que toma en cuenta el momento de la presentación del pedido de los bene-
ficios penitenciaros. El juez constitucional tiene que motivar aquello, sin
limitarse solo a los requisitos formales, debiendo evaluar a cada interno en
concreto, siendo el juzgador quien tiene la última palabra (véase la STC
Exp. Nº 01811-2011-PHC/TC).

VII. Instructivo
El hábeas corpus instructivo viene siendo utilizado cuando no sea
posible ubicar el paradero de una persona detenida-desaparecida. La
finalidad de su interposición es no solo garantizar la libertad y la integridad
personal, sino, adicionalmente, asegurar el derecho a la vida, y desterrar
las prácticas de ocultamiento o indeterminación de los lugares de desa-
parición, como se plasmó en el caso de Genaro Villegas Namuche (revisar
la STC Exp. Nº 02663-2003-HC/TC). Así, la Corte Suprema Penal ha con-
siderado la desaparición de una persona como delito de lesa humanidad
(A.P. Nº 09-2009).

La Corte Interamericana ha sostenido que: “Habiendo quedado


demostrado (…) que la detención del señor Castillo Páez fue realizada por
miembros de la Policía Nacional del Perú y que, por tanto, se encontraba
bajo la custodia de este, la cual lo ocultó para que no fuera localizado, la
Corte concluye que la ineficacia del recurso del hábeas corpus es imputable
al Estado, configurando con ello una violación del artículo 25 de la Con-
vención en relación al artículo 1.1” (CIDH, caso Ernesto Castillo Páez vs.
Perú, párrafo 84 de la sentencia de fecha 3 de noviembre de 1997).

El hábeas corpus instructivo se sustenta en el derecho a la verdad, siendo


un derecho implícito en nuestra Carta Fundamental. La desaparición es un
delito permanente, que tiene relevancia para la aplicación de la ley penal. Por
lo tanto, este hábeas corpus surge del compromiso del Estado de prevenir,
investigar, sancionar, reparar y adecuarlo al Derecho interno.

18
MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

VIII. Innovativo
El hábeas corpus innovativo es utilizado, pese haber cesado la amenaza
o la violación de la libertad personal. En virtud de él, se solicita la inter-
vención jurisdiccional con el objeto de que tales situaciones no se repitan en
el futuro en el particular caso del accionante (revisar la STC Exp. Nº 05470-
2005-PHC/TC).
Domingo García Belaunde(6) alega que este hábeas corpus “debe inter-
ponerse contra la amenaza y la violación de este derecho, aun cuando este ya
hubiera sido consumado”. Acota Landa Arroyo(7) que a pesar de haber cesado
la violación de la libertad individual, sería legítimo que se plantee un hábeas
corpus innovativo, siempre que el afectado no vea restringida a futuro su
libertad y derechos conexos.
Esta modalidad, por ejemplo, procede cuando una persona está siendo
realmente buscada por la justicia, quien tiene igual nombre y apellidos que
otra persona. Por consiguiente, ha procedido en casos de homonimia, en caso
de nombres y apellidos exactamente iguales (revisar la STC Nº Exp. 04542-
2005-PHC/TC).

IX. Atípico
El hábeas corpus atípico se ha aplicado por parte un particular contra
otro, a favor de un tercero. Es el caso de Francisco y Juan Felipe Tudela
contra Graciela de Lozada, en cuya sentencia, específicamente en el fun-
damento 39, se establece: “(…) todos los hechos que propiciaron la interpo-
sición de este hábeas corpus atípico, así como los hechos ocurridos después,
y que se encuentran acreditados debidamente en autos, traducen la existencia
de un cuadro generalizado de situaciones anómalas que giran alrededor de la
persona de Felipe Tudela y Barreda, generando duda razonable sobre el libre
goce de sus derechos de libertad individual e integridad personal”.
El Supremo Intérprete ha evaluado con libertad “(…) los acontecimientos
que tuvieron lugar fuera del proceso, en la medida que los hechos son de
conocimiento público que no necesitan de probanza, como por ejemplo la
entrevista ofrecida por el favorecido ‘en algún lugar’ de Lima a una revista

(6) GARCÍA BELAUNDE, Domingo. Constitución y política. Eddili, Lima, 1991, p. 148.
(7) LANDA ARROYO, César. Tribunal Constitucional y Estado Democrático. Palestra, Lima, 2003,
p. 193.

19
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

local; la visita inopinada de la jueza que tiene a cargo el proceso de inter-


dicción contra el favorecido y que constata que ya ‘no se encuentra en su
domicilio legal desde hace dos semanas’; así como el ‘traslado del favorecido
a la ciudad boliviana de Santa Cruz’”. De este modo se arriba a la conclusión
de que Graciela de Lozada vulnera la libertad individual de Felipe Tudela y
Barreda poniendo en riesgo su vida, integridad personal, libre desarrollo de la
personalidad, libertad física y de tránsito, derecho a la salud (carácter integral
e indivisible de los derechos humanos).

Por consiguiente: “(…) el proceso de hábeas corpus fue promovido por


los accionantes también en nombre propio para garantizar el libre contacto
personal con su padre (el favorecido). En tal sentido, lo ocurrido ha generado
certeza en este Colegiado que los señores Francisco y Juan Felipe no pueden
ver a su progenitor ni establecer contacto con él de manea libre, natural e
irrestricta”.

Así, “(…) el propósito garantista del hábeas corpus trasciende a la pro-


tección de la libertad para convertirse en una verdadera vía de protección
de lo que podría denominarse la esfera subjetiva de la libertad de la persona
humana, correspondiente no solo al equilibrio de su núcleo psicosomático,
sino también a todos aquellos ámbitos del libre desarrollo de su personalidad
que se encuentren en relación directa con la salvaguardia del referido equi-
librio. Por lo tanto, las restricciones al establecimiento armónico, continuo
y solidario de las relaciones familiares, impide que el vínculo afectivo que
todo nexo consanguíneo reclama, no solo inciden sobre el contenido consti-
tucionalmente protegido de la integridad personal (física, psíquica y moral),
sino que se oponen también a la protección de la familia como garantía ins-
titucional, a tenor del artículo 4 de la Constitución” (véase la STC Exp.
Nº 01317-2008-HC).

Consideramos que no se le puede llamar atípico al hábeas corpus que


ha sido interpuesto por una persona natural contra otra persona natural, dado
que el hábeas corpus procede contra autoridad o persona natural. Dado que
está regulado y tipificado, no debería considerársele como atípico, pues encaja
dentro del hábeas corpus conexo.

X. Excepcional
El hábeas corpus excepcional es otra modalidad, la que se presenta cuando
estamos ante un estado de excepción –llámese emergencia– de un plazo de 60

20
MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

días, donde se suspenden el derecho a la inviolabilidad de domicilio, libertad


de tránsito, derecho de reunión y libertad y seguridad personales.
La suspensión de aquellos derechos no puede ser abandonada al mero
arbitrio de la autoridad, sino que debe ajustarse a lo que se entienda como
estrictamente necesario y justificado en orden a la observancia de los prin-
cipios de razonabilidad y proporcionalidad. Así, los procesos de hábeas corpus
y amparo no se suspenden durante el régimen de excepción.
Oré Guardia(8) sostiene que “si no existe relación de causalidad entre el
acto restrictivo y los motivos que justificaron la suspensión de los derechos en
un estado de excepción (emergencia o de sitio), o si de la demanda se refiere
a derechos constitucionales que no han sido suspendidos, entonces el hábeas
corpus resulta plenamente viable”.
Así, en ningún supuesto existe la posibilidad de que un Estado limite o
elimine la posibilidad de que sus ciudadanos puedan acceder a un recurso
efectivo para la protección de sus derechos fundamentales. Procede esta
modalidad en los estados de excepción, así lo expresó la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, en la Opinión Consultiva Nº 8-87.

XI. Residual
Por su parte el hábeas corpus residual procede contra resoluciones judi-
ciales que afecten un derecho fundamental tales como el debido proceso y la
tutela procesal efectiva. Como afectación al debido proceso material tenemos
la razonabilidad y proporcionalidad, y en cuanto al debido proceso formal
tenemos el juez natural, plazo razonable, derecho de defensa, motivación de
resoluciones, pluralidad de instancias, derecho de prueba, cautela procesal y
cosa juzgada. Se afectará a la tutela procesal efectiva cuando se afecte la tutela
judicial efectiva, vale decir, el acceso a la justicia y a la ejecución de resolu-
ciones judiciales, dado que contiene al debido proceso material y formal.
En esta modalidad cabe destacar el hábeas corpus contra hábeas corpus,
dado que no existe en la jurisprudencia antecedente de este proceso, siendo
muy ajeno al amparo contra el amparo. El CPCt. en ningún momento ha esta-
blecido que no pueda prosperar un hábeas corpus por omisión judicial, sino

(8) ORÉ GUARDIA, Arsenio. Temas y propuestas de modificación en el Código Procesal Constitu-
cional. Reforma, Lima, 2011, p. 55.

21
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

que se refiere exclusivamente al caso de hábeas corpus contra resoluciones


judiciales firmes recaídas en otro proceso constitucional.
El hábeas corpus contra hábeas corpus se promovió en el caso de Raúl
Arturo Laynes Romero, a consecuencia de que el recurso de apelación inter-
puesto por el demandante en otro proceso de hábeas corpus no había sido
atendido oportunamente. En tal sentido, no se trataba de una resolución
judicial firme lesiva de derechos, sino más bien, de una omisión judicial. Por
ende, no era de aplicación el artículo 4 –la procedencia del hábeas corpus
ante una resolución judicial firme que vulnera un derecho–, pues era un
supuesto totalmente distinto, la inexistencia de una resolución, supuesto no
contemplado por el CPCt.
Para que se ampare este proceso, el Supremo Intérprete indicó: “La
libertad personal es, a su vez, un derecho fundamental a la par un valor superior
del ordenamiento jurídico. Como tal, si bien puede ser restringido de con-
formidad con las previsiones constitucionales y legales, no puede serlo hasta
un extremo que resulte vaciado de contenido esencial. De ahí que si, a conse-
cuencia de decisiones de la autoridad judicial, se ve limitado en su ejercicio,
tal restricción solo puede ser válida en tanto contribuya a los objetivos de cada
proceso, lo que, sin embargo, requiere compatibilizar las restricciones pro-
ducidas como referentes como la razonabilidad, proporcionalidad, necesidad
y provisionalidad de cada medida restrictiva. Esta lógica es válida tanto para
los procesos penales en que se ve involucrada la libertad individual de manera
inmediata o directa, como en procesos de otro tipo (civiles, constitucionales,
etc.), donde tal derecho puede verse afectado de manera inmediata o indirecta”
(véase la STC Exp. Nº 03491-2005-HC/TC).
Si bien se trata de un proceso atípico en sus alcances, sus características,
empero son bastantes particulares. Por tratarse de un emplazamiento contra
jueces constitucionales (defensores prima facie de los derechos), no pueden
considerarse con un carácter abierto, pues de ser así, se desnaturalizaría el
régimen de presunción favorable del que goza todo proceso constitucional
por el solo hecho de su existencia. Aun cuando es viable el proceso de hábeas
corpus contra un proceso de la misma naturaleza, tal situación no puede ser
una regla general, sino una medida excepcional, cuya procedencia ha de
requerir una sensata ponderación según la naturaleza de cada supuesto.
El hábeas corpus contra resoluciones judiciales solo se habilita de manera
excepcional cuando la resolución judicial que se cuestiona incide de manera
directa y negativa en el derecho a la libertad personal.

22
MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

XII. Conexo

Y por último, el hábeas corpus conexo viene siendo utilizado cuando


se presentan situaciones no previstas en los tipos anteriores, tales como la
restricción del derecho a ser asistido por un abogado defensor libremente
elegido desde que una persona es citada o detenida; o de ser obligado a prestar
juramento; o compelido a declarar o reconocer culpabilidad contra uno mismo,
o contra él o la cónyuge, etc.

Si bien no hace referencia a la privación o restricción en sí de la libertad


física o de la locomoción, guarda, empero, en grado razonable de vínculo y
enlace con ellas. Adicionalmente, permite que los derechos innominados (del
art. 3 de la Constitución) entroncados con la libertad física o de locomoción,
puedan ser resguardados.

Este hábeas corpus procede en defensa de los derechos fundamentales de


contenido constitucional ligados a la libertad individual, para que la autoridad
jurisdiccional y administrativa respeten el derecho al debido proceso y a la
tutela jurisdiccional efectiva que son garantías constitucionales, en el campo
del Derecho Procesal Penal. En el caso Margi Eveling Clavo Peralta, se men-
cionaron: a) la garantía de no incriminación, el derecho al silencio, el derecho
de defensa, que implica la no declaración; b) el imputado tiene el derecho de
declarar cuantas veces quiera, pues es él quien controla la oportunidad y con-
tenido de las informaciones que desea incorporar al proceso; c) toda persona
en un proceso penal tiene derecho a un juez imparcial, que es una garantía
limpia e igualitaria contienda procesal; d) el derecho a ser juzgado sin dila-
ciones indebidas; e) el derecho de utilizar los medios de prueba pertinentes;
f) la garantía del ne bis in idem procesal; g) el derecho a la presunción de ino-
cencia; h) el derecho de defensa (el derecho en referencia tiene una doble
dimensión. En su vertiente material, se expresa en la posibilidad de que el
imputado pueda ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que
toma conocimiento de que se le atribuye la comisión de determinado delito.
En su vertiente formal, supone la asesoría técnica, la asistencia letrada, el
patrocinio de abogado defensor durante todo el tiempo que dure el proceso)
(cotejar la STC Exp. Nº 02028-2004-PHC/TC).
Por otro lado, el derecho a la verdad, es un derecho innominado que se
protege a través del hábeas corpus conexo, aun cuando fuere “descubierto”
por la vía del hábeas corpus instructivo. En el caso Genaro Villegas Namuche
se precisó que el derecho a la verdad consiste en el derecho de conocer las cir-
cunstancias de tiempo, modo y lugar, en que se han cometido violaciones de

23
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

derechos humanos, así como los motivos que impulsaron a sus autores. Se
trata de un bien jurídico colectivo inalienable pero a su vez con una dimensión
individual que tiene por titulares a las víctimas, sus familias y a sus allegados
(confrontar la STC Exp. Nº 02488-2002-HC/TC).
Finalmente, su ejercicio se concreta a través de la obligación específica por
parte del Estado peruano de investigar, informar, colaborar y facilitar el acceso
de los familiares a la documentación que se encuentra bajo control oficial.

Conclusión
Podemos concluir que el proceso de hábeas corpus como garantía consti-
tucional debe ser evaluado y resuelto de manera inmediata; en la práctica son
los jueces constitucionales quienes vulneran la naturaleza de este proceso, so
pretexto de la excesiva carga procesal.
Los jueces deben rechazar liminarmente una demanda de hábeas corpus o
admitirla bajo los supuestos esgrimidos por el Supremo Intérprete de la Cons-
titución, debiendo descartar o puntualizar el derecho constitucional vulnerado.
El Tribunal Constitucional ha desarrollado la tipología del hábeas corpus,
la que en ocasiones no significa otra cosa que asignarles nombres a los hábeas
corpus que están vinculados con otros hábeas corpus, como es el caso del hábeas
corpus atípico, residual y conexo. Estos encajan dentro del hábeas corpus
conexo. No se le puede llamar atípico al hábeas corpus que ha sido interpuesto
por una persona natural contra otra persona natural, dado que conforme al
texto constitucional, el hábeas corpus procede contra una autoridad o persona
natural, por lo que ya está regulado y tipificado, y no debería considerársele
como atípico, pues bien podría encajar en el hábeas corpus conexo.
El caso de la homonimia, que es un ejemplo del hábeas corpus inno-
vativo, puede encajar en un hábeas corpus preventivo, pues su finalidad será
prevenir que el ciudadano sea detenido (evaluando el procedimiento adminis-
trativo de homonimia), o en un hábeas corpus reparador si ha sido detenido, el
que buscará la libertad de la persona, según se presente el caso.
Si bien el hábeas corpus está siendo desplazado parcialmente por la
vigencia del NCPP, a través del control de plazos y audiencias desarrolladas en
la investigación preparatoria, seguirá teniendo aplicación en cuanto a hábeas
corpus reparadores, instructivos, preventivos, etc., conforme el Supremo
Intérprete de la Constitución siga desarrollándolos en sus sentencias.

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CAPÍTULO II
Hábeas corpus restringido:
Cuando la libertad física
o de locomoción es objeto
de perturbaciones
FABIOLA GARCÍA MERINO

CAPÍTULO II
Hábeas corpus restringido:
Cuando la libertad física o de locomoción
es objeto de perturbaciones
Fabiola GARCÍA MERINO(*)

Introducción
El presente trabajo se enfocará en analizar el ámbito protegido por el
proceso de hábeas corpus de clase restringido.
El hábeas corpus es una de las garantías que regula los derechos funda-
mentales de un individuo y depende de un mandato constitucional. Es decir
que toda persona que se viera privada de su libertad o que sintiera amenazada
su seguridad individual, puede solicitar a un juez con jurisdicción en la zona
en cuestión un mandamiento de hábeas corpus a través del cual se le restituya
su libertad.
Esto significa que la libertad es un espacio donde no existen las coac-
ciones o impedimentos externos para el desarrollo completo de un individuo;
un acto que es ejecutado con el dominio absoluto de las facultades por parte
de un individuo, es un hecho concebido en libertad.
Pero no es un concepto que deba entenderse solo en un sentido individual;
se trata también de un asunto social y político. De este modo, las acciones de
una persona son juzgadas de acuerdo a las leyes y al contexto legal en el que
se las realice.
Es importante, dejar claro que el hábeas corpus no es un procedimiento,
sino un proceso. Su finalidad es velar por la libertad de una persona y las reso-
luciones tomadas a partir de él responden a esta exigencia.

(*)
Abogada cum laude por la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (Unifé). Doctorado en
Derecho Político por la UNED. Madrid. Catedrática de los cursos de Derecho Procesal Constitu-
cional en la Facultad de Derecho de la Unifé.

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Actualmente se concibe genéricamente al hábeas corpus como la garantía


relativa a la libertad física, siendo el objetivo de la acción resguardar la libertad
física de los ataques ilegítimos, actuales o inminentes contra ella. Y especí-
ficamente como una garantía constitucional destinada a brindar la protección
judicial para toda persona que es privada de su libertad física o su libertad
ambulatoria, o bien las encuentra restringidas, agravadas o amenazadas ile-
galmente.

El latinazgo significa traer personalmente a un individuo ante un juez


para que este se pronuncie sobre la legalidad del acto restrictivo de su
libertad física.

Constituida como garantía fundante dado que a través del logro de la


libertad ambulatoria, se permite la práctica de las restantes libertades, la impor-
tancia de esta cuestión incide para la implementación del proceso mediante el
trámite sumarísimo acordado, con una amplísima legitimación procesal, este
instituto puede ser implementado por cualquier persona en favor de aquel que
vivencia o padece la restricción del derecho.

La internacionalización de los derechos humanos hizo necesario adoptar


un modelo procesal complementario a los sistemas nacionales, prácticamente
en la dualidad que toda garantía de los derechos constitucionales presenta en
la actualidad: como proceso y recursos. El derecho procesal constitucional sis-
tematiza los diversos instrumentos judiciales como procesos destinados a la
protección de derechos y libertades constitucionales.

La protección de la libertad y la seguridad personal fueron los primeros


bienes humanos garantizados mediante procesos judiciales especiales como
el hábeas corpus. La estructura procesal fue concebida muy simple, al pre-
sentarse la acción ante el tribunal contra detenciones arbitrarias de autoridades
administrativas o incompetentes, el juez dictaba una providencia cautelar
denominada auto de hábeas corpus, que obligaba al demandado a exhibir físi-
camente a la persona detenida, acompañado de un informe correspondiente,
pudiéndose decretar la libertad de los agraviados.

La garantía de la libertad fue una aportación inglesa y española al universo


procesal, subsistiendo hasta la actualidad. El Derecho Procesal Constitucional
latinoamericano ha realizado aportes al hábeas corpus especialmente el caso
peruano y el desarrollo realizado en el Código Procesal Constitucional.

Así, la libertad personal: “(…) aparece de otras garantías generales,


está protegida por el principio de legalidad en su regulación y por la

28
FABIOLA GARCÍA MERINO

tipificación delictiva y por los conductos que pretendan conculcar este


derecho fundamental.
No obstante estos medios legales carecerían de efectividad directa y de
necesaria rapidez en la protección del derecho si no se vieran complementados
por garantías judiciales efectivas”(1).
El texto del artículo 7.6 del Pacto de San José de Costa Rica parece
enunciar obligatoriamente para los Estados el hábeas corpus reparador,
destinado a proteger a “toda persona privada de libertad”. A continuación
menciona al hábeas corpus preventivo, pero indicando que el mismo, des-
tinado para la persona “amenazada de ser privada de su libertad”, no podrá ser
abolido ni restringido por los estados que ya lo tienen establecido. La Corte
Interamericana ha extendido el hábeas corpus no solamente para impedir de-
sapariciones, como hemos visto, sino también “para localizar el paradero de
una persona”, incluso a pesar de que haya transcurrido un tiempo largo desde
su desaparición (casos Hermanas Serrano Cruz, párrafo 79; Blake v. Gua-
temala, párrafo 102).
El hábeas corpus se consagra, entonces, como una institución de carácter
eminentemente procesal y permite defender y preservar la libertad individual.
Si bien su objeto es la protección de un derecho determinado, este no tiene
tal naturaleza, sino al contrario, sirve como mecanismo para tutelarlo y hacer
frente a amenazas contra su normal desenvolvimiento.
La importancia actual del hábeas corpus se hace notar en cuanto se lo
concibe hoy simultáneamente como “acción”, “derecho” y “garantía funda-
mental”. De forma elemental lo presenta así la doctrina colombiana:
“Un derecho de rango fundamental por cuanto es el hombre quien tiene la
facultad de disponer de él, directamente o por intermedio de otra persona.
Es una garantía fundamental al tener consagración constitucional, dirigida
a proteger la libertad de locomoción de las personas, contra la arbitra-
riedad de los jueces y fiscales de la república. Una acción, entendida
como posibilidad de hacer o no algo, en este caso de defenderse, es
decir de ejercerla o no; y (...) un mecanismo defensivo del ciudadano, de
carácter externo, ya que en él interviene un funcionario judicial (art. 30

(1) J.M. SERRANO ALBERCA. “Artículo 17 de la Constitución”. En: VV.AA. Comentarios a la Cons-
titución, (dir. por F. Garrido Falla), 3ª ed., Civitas, Madrid, 2001, p. 378.

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TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

constitucional) distinto al que ha ordenado de manera ilegal la privación


de la libertad o la ha prolongado ilícitamente”(2).
Al respecto, la Corte Constitucional de Colombia dice que:
“El contenido esencial del hábeas corpus no se puede entender restringido
solo a la protección del derecho a la libertad sino que ha de dársele una
proyección mucho más amplia en cuanto verdaderamente abarca la
garantía de todo el conjunto de derechos fundamentales de la persona que
se encuentra privada de su libertad de manera arbitraria o ilegal, y que por
esta circunstancia se encuentran en latente y permanente amenaza. En tal
medida, el radio de protección del hábeas corpus no se limita a cubrir solo
el derecho a la libertad sino que se expande para cubrir los otros derechos
fundamentales íntimamente relacionados con este, y que le dan soporte,
como son los derechos a la vida y a la integridad personal. Además, e
íntimamente ligado a los derechos a la vida e integridad personal, en el
caso de detenciones arbitrarias o ilegales, el hábeas corpus garantiza el
derecho a no ser desaparecido”(3).
En efecto, según lo ha señalado también por el Tribunal Constitucional,
la libertad individual:
“En cuanto derecho subjetivo, garantiza que no se afecte indebidamente
la libertad física de las personas, esto es, su libertad locomotora, ya
sea mediante detenciones, internamientos o condenas arbitrarias. Los
alcances de la garantía dispensada a esta libertad comprende frente a
cualquier supuesto de privación de la libertad locomotora, independien-
temente de su origen, la autoridad o persona que la haya efectuado”(STC
Exp. Nº 2663-2003-HC-TC, fundamentos 2 y 4).
Por lo tanto, podemos delimitar que los fines de uno de los más impor-
tantes procesos constitucionales son:
a) Fin genérico: responde a aquellas circunstancias que no se hallen con-
templadas en los fines anteriores y la persona afectada podrá solicitar la
rectificación de su caso si ha sido privada de su libertad o seguridad de
formas ilegales.

(2) CALDAS, Jorge. “Hábeas corpus: ¿Derecho, garantía o acción?”. En: Derecho Penal y criminología.
Nº 63, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, septiembre-diciembre de 1997, p. 23.
(3) SCC 187/2006.

30
FABIOLA GARCÍA MERINO

b) Fin preventivo: toda persona que pueda ver amenazada su libertad de


forma ilegal, tiene derecho a solicitarla a fin de que se examine aquel
factor que la intimida.
c) Fin reparador: la persona que se vea ilegalmente privada de su libertad
puede solicitar la rectificación del caso en el que se encuentra vinculada y
el juez deberá restituirle su libertad.
Luego de establecer que el hábeas corpus es el mecanismo procesal
constitucional destinado a la protección de la libertad personal, el legislador
enumera una serie de derechos conectados directamente con ella y que
igualmente tienen cobertura constitucional.
Esa enumeración es una enunciativa. Esto quiere decir que pueden existir
otras situaciones, distintas a las enumeradas expresamente en este artículo
25 del Código Procesal Constitucional, que igualmente constituye una mani-
festación directa del derecho a la libertad personal o a derechos conexos y
cuya violación pueda ser salvada a través del proceso constitucional de hábeas
corpus.
El hábeas corpus tiene directa conexión con la limitación del Poder. Esto
implica, a su vez y desde mucho tiempo atrás, que es expresión de defensa de
la libertad.
El hábeas corpus se entiende entonces como un complejo instrumento de
freno al poder del Estado. Pero en una perspectiva estrictamente garantista,
esa complejidad se expresa también en tres dimensiones o funciones determi-
nantes del alcance del hábeas corpus: la función reparadora, la preventiva y la
correctiva. Francisco D’albora las define de la siguiente manera:
“La función reparadora pretende restablecer la libertad de la persona
privada ilegalmente de ella, neutralizando los efectos de la privación
hecha efectiva sin orden escrita de autoridad competente o con violación
de las formalidades o motivos previamente definidos en la ley. La pre-
ventiva busca proteger a una persona que ve amenazada su libertad,
aparece como una posibilidad pero aún no se ha operado su efectiva res-
tricción, y la correctiva tiene por fin evitar el agravamiento de la forma y
condiciones en que se lleva a cabo la privación de la libertad, se trata de
un medio destinado a evitar toda expansión ilícita respecto de la forma y
condiciones en que esta se cumple”(4).

(4) D’ ALBORA, Francisco. “El Hábeas Corpus correctivo”. En: PrudentiaIurisis. Nº 35. Bogotá, 1993, p. 98.

31
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Asimismo, ocurre que la libertad como autonomía debe ponderarse desde


al menos tres puntos: desde el sujeto –puede ser individual o grupal–, que
en cada época cuenta con propio sello; desde el objeto, dependiendo de lo
que se quiera hacer, no interesa la autodeterminación individual sino en la
medida que trascienda hasta cierto grado de generalidad; y, finalmente, desde
el obstáculo, estimado en lo que bloquea la relación entre los dos anteriores.
Sobre la dimensión correctiva del hábeas corpus, la Corte hizo afirma-
ciones mucho más esperanzadoras y que parecían finalmente conceder un
alcance mayor al mecanismo:
“(…) el radio de protección del hábeas corpus no se limita a cubrir
solo el derecho a la libertad sino que se expande para cubrir los otros
derechos fundamentales íntimamente relacionados con este, y que le
dan soporte, como son los derechos a la vida y a la integridad personal
(…) En consecuencia, la definición adoptada por el legislador en el
artículo primero del proyecto que ahora se examina ha de entenderse
como comprensiva tanto de la modalidad de hábeas corpus reparador,
como en la modalidad de hábeas corpus correctivo, entendido este
último como mecanismo para evitar o poner fin a situaciones que
comporten amenazas graves contra los derechos fundamentales de la
persona, como la vida o la integridad personal o el derecho a no ser
desaparecido (…) El hábeas corpus no solo garantiza el derecho a la
libertad personal sino que permite controlar además, el respeto a la vida
e integridad de las personas, así como impedir su desaparición forzada,
su tortura y otros tratos o penas crueles, con lo cual, ha de considerarse
que él cumple una finalidad de protección integral de la persona privada
de la libertad”(5).
En cuanto al hábeas corpus restringido, también llamado por la doctrina
accesorio o limitado, procede cuando se es objeto de molestias o perturba-
ciones que sin restringir la libertad de locomoción de la persona, constituyen
una irrazonable y arbitraria limitación en su ejercicio. Se produce cuando
la persona es víctima de seguimientos, vigilancias domiciliares o citaciones
policiales reiteradas y sin justificación alguna. También cuando se prohíbe el
acceso y la libre circulación a determinados lugares (art. 25, incs. 6 y 13 del
Código Procesal Constitucional).

(5) Corte constitucional de Colombia. Sentencia C-187 de 2006.

32
FABIOLA GARCÍA MERINO

I. Ámbito de protección del hábeas corpus restringido


Este tipo de hábeas corpus se emplea cuando la libertad física o de loco-
moción es objeto de molestias o perturbaciones; es decir, la persona no es
privada completamente de su libertad personal, pero enfrenta hechos que
impiden el normal ejercicio de tal derecho. Es pertinente considerar esta
variable para hacer frente a prohibiciones de acceso o circulación a deter-
minados lugares, reiteradas e injustificadas citaciones policiales, continuadas
detenciones por control migratorio, etc.
Por lo que puede decirse que el hábeas corpus es un mecanismo procesal
específico de tutela de la libertad y seguridades personales, y de derechos
conexos, que se considera restringido, de acuerdo a la doctrina, cuando se
produce una continua y permanente limitación de la libertad y seguridad
personal, como la prohibición de acceso o circulación a determinados lugares;
los seguimientos perturbatorios carentes de fundamento legal y/o provenientes
de órdenes dictadas por autoridades incompetentes; las reiteradas e injusti-
ficadas citaciones policiales, las continuas retenciones por control migratorio
o la vigilancia domiciliaria arbitraria o injustificada, etc.
Ejemplos de este tipo de actos son las vigilancias constantes a un ciu-
dadano que se encuentra libremente transitando por la ciudad, los impedi-
mentos de salida del país o de concurrencia a determinados lugares, etc. Este
tipo de hábeas corpus se dio en el caso de Familiares de Presos Políticos y Des-
aparecidos del Perú (STC Exp. Nº 01835-2002-HC/TC), sometido al Tribunal
Constitucional, y en el que la señora Julia Chumpitaz Arias:
“(…) interponer acción de hábeas corpus contra el Ministerio del Interior,
don Fernando Rospigliosi Capurro, y el Director de la DIRCORTE, don
Marco Enrique Miyashiro Arashiro, pues considera que los emplazados
viene realizando actos de acoso, persecución y seguimiento contra los
miembros de la asociación. Señala que los demandados han entregado
unas separatas a diversos medios de comunicación que incluyen nombres
y fotos de los miembros de la asociación, y en donde se les acusa fal-
samente de cometer acciones violentas y perseguir propósitos ilícitos”.
Respecto del referido inciso 13) debe precisarse que la noción de domicilio
que utiliza el artículo 2 inciso 9 de la Constitución no corresponde comple-
tamente con aquella que se encuentra establecida en el artículo 33 del Código
Civil, que establece que el domicilio “se constituye por la residencia habitual
de la persona en un lugar”, toda vez que la noción constitucional de domicilio
tiene un ámbito más amplio, pues más allá de ser el espacio físico donde la

33
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

persona reside habitualmente, es uno de los lugares donde la persona ejerce


con más intensidad su derecho a la intimidad personal y familiar (art. 2 inciso
7), así como su derecho a la tranquilidad y al goce de un ambiente equilibrado
y adecuado al desarrollo de su vida (art. 2 inciso 22), entre otros.
Es por ello, que la existencia de procedimientos de vigilancia policial
en el domicilio de una persona y/o el seguimiento policial que no cuenten
con autorización judicial o que no se produzcan ante un flagrante delito, con-
vierten tales medidas en arbitrarias e injustificadas, y como tal, habilitan a
la persona perjudicada o cualquier otra en su favor, a interponer la acción
de hábeas corpus para garantizar la vigencia efectiva de los derechos funda-
mentales que se consideren afectados.
Si bien el artículo 166 de la Constitución establece que “la Policía
Nacional tiene por finalidad fundamental garantizar, mantener y restablecer
el orden interno (...)”, y entre otras, la de prevenir, investigar y combatir la
delincuencia, debe precisarse que estas facultades no pueden ser ejercidas
desconociendo que la Constitución también ha reconocido a los ciudadanos
una serie de derechos fundamentales –básicamente en el artículo 2–, los
mismos que se encuentran asociados tanto a la libertad individual, a la
intimidad y a la integridad corporal, entre otros. La Policía Nacional, de
acuerdo a lo precisado por el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída
en el Expediente Nº 00005-2001-AI/TC, “(...) desarrolla una función
meramente ejecutiva y, por ende, subordinada funcionalmente, en lo que a la
investigación del delito se refiere, al Ministerio Público (...)”. De este modo,
el legislador ha incorporado el derecho a retirar la vigilancia del domicilio
y a suspender el seguimiento policial, cuando resulten arbitrarios e injus-
tificados; dentro del grupo de derechos protegidos por la acción de hábeas
corpus, toda vez que impiden a la persona desarrollar los ámbitos inherentes
a su libertad más íntima, así como el disfrute de un ambiente adecuado para
su desarrollo personal.
La resolución que declara fundada la demanda de hábeas corpus res-
tringido dispondrá la puesta en libertad de la persona privada arbitrariamente
de este derecho (art. 34.4 del CPC).
Al respecto, es conveniente precisar que el Tribunal Constitucional en
reiteradas sentencias se ha referido al derecho a la libertad de tránsito, como
son:
• Expediente Nº 04453-2004-HC/TC (publicado el 5 de octubre de 2005),
caso Alis Luis Herrera Tito, en donde “se establece que la libertad de

34
FABIOLA GARCÍA MERINO

tránsito no solo protege la libre circulación por la vía pública, sino incluso
dentro de espacios semiabiertos o de carácter particular, concretamente,
respecto de áreas de uso común” (ff.jj. 3 y 4).

• Expediente Nº 02876-2005-PHC/TC (publicado el 20 de octubre de 2005),


caso Nilsen Mallqui Laurence y otro, en donde “se señala que el sujeto
activo de este derecho es una persona natural o extranjera, y que el sujeto
pasivo es el Estado o cualquier persona natural o jurídica, reconociéndose
así la eficacia no solo vertical del derecho fundamental, sino también hori-
zontal. Respecto al sujeto activo, es necesario precisar que, en principio,
la titularidad de la libertad de tránsito recaería en los nacionales, pues son
ellos los que estarían en capacidad de moverse libremente a lo largo de su
territorio como efecto directo de la soberanía estatal (art. 54 de la Cons-
titución Política del Estado). Sin embargo, un análisis especial Mercer,
el caso de los extranjeros, donde el Estado está facultado total o par-
cialmente para reglar, controlar y condicionar la entrada o admisión de
extranjeros” (fundamento 12).

• Expediente Nº 02413-2008-PHC/TC (publicado el 16 de diciembre de


2008), caso Rosa Salinas de Manrique, en donde el Tribunal señala:
“Ahora bien, no obstante que por medio del proceso de hábeas corpus
restringido el órgano constitucional puede pronunciarse respecto a una
eventual afectación al derecho al libre tránsito en su acepción más amplia,
esto es, la libertad de tránsito de una persona, haciendo uso de un vehículo
motorizado, de ingresar y salir de su propio domicilio por una de las
puertas destinadas para tal objeto (garaje), ello ha de ser posible siempre
y cuando prima facie se den los elementos constitutivos de tal acusada
inconstitucionalidad, tales como: i) el domicilio con la indicada puerta de
ingreso para el vehículo y, ii) la acreditación del acto lesivo en el modo
y la forma en los que se denuncia (el acusado impedimento de ingreso o
salida del domicilio en un vehículo) o la descripción de los hechos lesivos
que generen elementos de verosimilitud” (fundamento 6).

• Expediente Nº 05559-2009-PHC/TC (publicado el 3 de junio de 2010),


caso Giovanni Gamarra Puertas. El Tribunal Constitucional hace refe-
rencia al hábeas corpus restringido en el fundamento 4: “(…) En anterior
pronunciamiento (Exp. Nº 02663-2003-HC/TC), este Tribunal ha esta-
blecido que el hábeas corpus restringido “(...) se emplea cuando la libertad
física o de locomoción es objeto de molestias, obstáculos, perturbaciones
o incomodidades que, en los hechos, configuran una seria restricción para
su cabal ejercicio. Es decir que, en tales casos, pese a no privarse de la

35
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

libertad al sujeto, ‘se la limita en menor grado’. Entre otros supuestos,


cabe mencionar la prohibición de acceso o circulación a determinados
lugares; los seguimientos perturbatorios carentes de fundamento legal y/o
provenientes de órdenes dictadas por autoridades incompetentes; las rei-
teradas e injustificadas citaciones policiales; las continuas retenciones por
control migratorio o la vigilancia domiciliaria arbitraria o injustificada,
etc.” Entonces, dado que el objeto del hábeas corpus restringido consiste
en atender no aquellos supuestos en los cuales el derecho a la libertad
personal es afectado totalmente, sino que procede en aquellos casos en los
cuales existe una restricción menor en la libertad física de la persona, se
convierte en el instrumento idóneo para tutelar el derecho fundamental a la
libertad de tránsito (…)” (STC Exp. N° 10101-2005-PHC, fundamento 1).

Conclusión
El proceso de hábeas corpus es una institución cuyo objetivo consiste
en proteger la libertad personal, independientemente de la denominación
que recibe el hecho cuestionado (detención, arresto, prisión, desaparición
forzada, etc.).
La Constitución Política del Estado señala que procede contra cualquier
autoridad, funcionario o persona, por cualquier acción u omisión que implique
una amenaza o violación de la libertad personal.
Dicha acción de garantía es básicamente un proceso de resguardo y tutela
de la libertad personal en sentido lato. En puridad representa la defensa de
aquello que los antiguos romanos denominaban ius movendi et ambulando o
los anglosajones consignaban como power of locomotion.
Lo que se tutela es la libertad física en toda su amplitud. Ello en razón de
que esta no se ve afectada solamente cuando una persona es privada arbitra-
riamente de su libertad, sino que también se produce dicha anomalía cuando
encontrándose legalmente justificada esta medida, es ejecutada con una
gravedad mayor que la establecida por la ley o por los jueces.
En efecto, la facultad de locomoción o de desplazamiento espacial no
se ve afectada únicamente cuando una persona es privada arbitrariamente
de su libertad física, sino que ello también se produce cuando se presentan
circunstancias tales como la restricción, la alteración o alguna forma de
amenaza al ejercicio del referido derecho; asimismo, cuando a pesar de existir

36
FABIOLA GARCÍA MERINO

fundamentos legales para la privación de la libertad, esta se ve agravada ile-


gítimamente en su forma o condición, o cuando se produce una desaparición
forzada, etc.
Podemos decir entonces que la función que cumple el hábeas corpus es
esencial, pues actúa como medio para controlar el respeto a la vida e inte-
gridad de la persona, para impedir su desaparición o la indeterminación de su
lugar de detención, así como para protegerla contra la tortura u otros tratos o
penas crueles, inhumanas o degradantes.

37
CAPÍTULO III
Hábeas corpus correctivo
en la jurisprudencia
y legislación peruanas
HÉCTOR ROJAS POMAR

CAPÍTULO III
Hábeas corpus correctivo
en la jurisprudencia y legislación peruanas
Héctor ROJAS POMAR(*)

Introducción
Dentro de los diversos tipos de hábeas corpus, el correctivo no busca
restaurar la libertad individual del afectado, pues justamente se encuentra
suspendida por un mandato judicial firme (ya sea por prisión preventiva o
sentencia condenatoria). Sin embargo, la privación de libertad no supone en
absoluto el despojo de los demás derechos y libertades fundamentales que
toda persona posee, además de los que corresponden a los internos por su
condición jurídica.
Pero los derechos fundamentales de los internos no están únicamente
determinados por la legislación constitucional o penitenciaria, pues la juris-
prudencia del Tribunal Constitucional (TC) ha delineado el marco de las
condiciones de reclusión que les asegure un trato digno y humano. No debe
olvidarse que la pérdida de la libertad individual por mandato judicial trae
como resultado que el Estado sea el garante de la vida e integridad física del
interno(1), acarreando responsabilidad internacional por el incumplimiento
de los tratados o convenios en materia de derechos humanos que el Perú
haya suscrito.

(*) Abogado por la Pontificia Univesidad Católica del Perú. Asistente legal de la vicepresidenta del Ins-
tituto Nacional Penitenciario.
(1) “El respeto a los derechos humanos –cuyo fundamento es el reconocimiento de la dignidad inherente
al ser humano– constituye un límite a la actividad estatal, lo cual vale para todo órgano o funcionario
que se encuentre en una situación de poder frente al individuo. La obligación de garantizar implica
que el Estado debe tomar todas las ‘medidas necesarias’ para procurar que las personas sujetas a su
jurisdicción puedan disfrutar efectivamente de sus derechos”. COMISIÓN INTERAMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS, Informe sobre los derechos humanos de las personas privadas de
libertad en las Américas (2011), p. 17.

41
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Dentro de un escenario donde la regla en el ejercicio de los derechos y


libertades fundamentales es el goce efectivo(2), la reclusión se constituye en
una excepción legal muy grave, el castigo más letal que impone el Estado
solo detrás de la pena de muerte. Y es en tal escenario donde el hábeas corpus
correctivo tiene sentido, pues a mayor injerencia estatal en la persona,
mayor control sobre sus actividades.

I. Hábeas corpus correctivo en el Código Procesal Constitucional


Si bien el hábeas corpus correctivo es una denominación doctrinaria que
integra la tipología del hábeas corpus, también es posible encuadrarlo dentro
de los supuestos que contempla el Código Procesal Constitucional(3). De
acuerdo al texto señalado, podemos encontrar los elementos que configuran
su estructura y alcances:

1. Personas privadas de libertad

Ya sean detenidos (se entiende preliminarmente) o reclusos (por prisión


preventiva o sentencia condenatoria efectiva). Sin embargo, el TC también ha
incluido a todas las personas que estén bajo una relación de especial sujeción(4),

(2) Constitución, artículo 2 numeral 24 inciso a


“Toda persona tiene derecho:
(…)
A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia:
Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe”.
(3) Artículo 25.- Derechos protegidos
“Procede el hábeas corpus ante la acción u omisión que amenace o vulnere los siguientes derechos
que, enunciativamente, conforman la libertad individual:
(…)
17) El derecho del detenido o recluso a no ser objeto de un tratamiento carente de razonabilidad
y proporcionalidad, respecto de la forma y condiciones en que cumple el mandato de detención o
la pena”.
(4) “Que siendo el objeto del presente proceso constitucional que el órgano jurisdiccional disponga que
‘cesen las condiciones de reclusión ya expuestas’ (fojas treinta y tres vuelta), se está ante la pre-
tensión del denominado ‘hábeas corpus correctivo’, que procede ante la amenaza o acto lesivo del
derecho a la vida, la integridad física y psicológica o el derecho a la salud de las personas que se
hallan recluidas en establecimientos penales e incluso de personas que, bajo una especial relación de
sujeción, se encuentran internadas en establecimientos de tratamiento, públicos o privados (…)” STC
Exp. N° 590-2001-HC/TC (f.j. 3).

42
HÉCTOR ROJAS POMAR

por lo que es perfectamente válido que sean controladas las incidencias acon-
tecidas en centros de salud mental, asilos y de tratamiento contra adicción a
las drogas.

2. Razonabilidad y proporcionalidad

La privación de la libertad implica que el Estado ejerce sobre la esfera


individual del interno un control total respecto de sus actividades diarias(5).
Pero, así como se otorga a la autoridad penitenciaria este poder, correlati-
vamente se impone un contrapeso que viene representado por la prohibición
de la arbitrariedad, es decir, la decisión por puro voluntarismo(6). Por ejemplo,
es razonable aislar a un interno por medida disciplinaria(7), aunque depen-
diendo del caso no sería proporcional aplicar la duración máxima. Igualmente,
un traslado por salud también sería razonable si se realiza para preservar úni-
camente la vida o integridad del interno, mas no para efectuar una intervención
de cirugía plástica.

3. Condiciones de cumplimiento del mandato de detención/pena

Esto se refiere a los ámbitos que abarcan directamente la reclusión


(comunicaciones, visitas, régimen penitenciario, sanciones, traslados, etc.)
y otros vinculados por conexidad (el derecho de defensa de un interno pro-
cesado).

(5) “(…) La prisión debe ser un aparato disciplinario exhaustivo. En varios sentidos: debe ocuparse de
todos los aspectos del individuo, de su educación física, de su aptitud para el trabajo, de su conducta
cotidiana, de su actitud moral, de sus disposiciones; la prisión, mucho más que la escuela, el taller
o el ejército, que implican siempre cierta especialización, es ‘omnidisciplinaria’. Además la prisión
no tiene exterior ni vacío; no se interrumpe, excepto una vez acabada totalmente su tarea; su acción
sobre el individuo debe ser ininterrumpida: disciplina incesante (…)”. FOUCAULT, Michel. Vigilar
y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, p. 216.
(6) “El concepto de arbitrario apareja tres acepciones igualmente proscritas por el derecho: a) lo arbi-
trario entendido como decisión caprichosa, vaga e infundada desde la perspectiva jurídica; b) lo arbi-
trario entendido como aquella decisión despótica, tiránica y carente de toda fuente de legitimidad; y
c) lo arbitrario entendido como contrario a los principios de razonabilidad y proporcionalidad jurídica
(…)” STC Exp. Nº 00090-2004-AA/TC (f.j. 12).
(7) Reglamento del Código de Ejecución Penal, artículo 76.- Las faltas graves serán sancionadas con:
(…)
76.3 Aislamiento hasta por treinta días cuando la falta revele agresividad o violencia que altere la
normal convivencia del establecimiento penitenciario.

43
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

II. Jurisprudencia nacional y supranacional sobre hábeas corpus


correctivo (y condiciones de reclusión)

1. Tratos crueles, inhumanos o degradantes

Un establecimiento penitenciario, por ser un lugar donde prima la


seguridad, puede ser diseñado para impedir el contacto directo entre el interno
y la visita, sin que tal situación sea reputada inconstitucional(8). Asimismo,
las condiciones geográficas difíciles no constituyen per se un motivo para
considerar la existencia de tratos crueles, inhumanos o degradantes(9). Cabe
remarcar que este tipo de tratos no necesariamente puede darse por un vejamen
físico sobre el sujeto, sino que también comprende agresiones psicológicas
que mellan la dignidad de la persona privada de libertad(10).

(8) “(…) Así, el impedir el contacto físico con los familiares directos (padres e hijos) o con los amigos
cercanos, podría significar una afectación al vínculo social al restringirse sus materializaciones
afectivas; pero ello se ve justificado por la necesidad del Estado de concretar su ius imperium, a la luz
de lo desarrollado en el artículo 44 de la Constitución.
Cualquier interpretación constitucional que se intente realizar no puede estar lejana de los condicio-
namientos fácticos necesarios para su validez. En el caso concreto del régimen penitenciario, se ha
visto que en muchas oportunidades han sido los familiares y las amistades de las personas privadas
de libertad las que han colaborado con estas para la consecución de acciones delictivas estando en las
cárceles o para una posible fuga. Con relación de la CEREC, la peligrosidad de los internos amerita
una intervención de mayor cuidado que con otras personas que se hallan en la misma situación, dada
su actuación como líderes de organizaciones terroristas como Sendero Luminoso o el Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru, entre otras (…)”. STC Exp. Nº 00774-2005-HC/TC.
(9) “La reclusión de los demandantes en el Establecimiento Penal de Challapalca no afecta el derecho
a no ser objeto de tratos inhumanos. En efecto, dicho establecimiento está ubicado a 4,280 metros
sobre el nivel del mar y, por lo tanto, está a menor altura que otros dos establecimientos penales
ubicados en el Perú y de otros en la República de Bolivia. Respecto al Establecimiento Penal de
Yanamayo, su nivel es solo 300 metros mayor. Las características climáticas son semejantes a zonas
pobladas de muchos distritos andinos. Junto al Establecimiento Penal de Challapalca, además, está
ubicado un cuartel del Ejército Peruano. La Defensoría del Pueblo, en su Informe Defensorial ante
el Congreso de la República 1996-1998, ha afirmado que las temperaturas excesivamente bajas de la
zona donde se halla el establecimiento penal ponen en grave riesgo la salud humana. Sin embargo,
esa afirmación es válida solo para determinadas personas que no se adaptan a lugares ubicados en la
Cordillera de los Andes”. STC Exp. Nº 01429-2002/HC/TC.
(10) “(…) los otros hechos alegados como la incomunicación durante la detención, la exhibición pública
con un traje infamante a través de medios de comunicación, el aislamiento en celda reducida, sin ven-
tilación ni luz natural, los golpes y otros maltratos como el ahogamiento, la intimidación por amenazas
de otros actos violentos, las restricciones al régimen de visitas (…) constituyen formas de tratos
crueles, inhumanos o degradantes en el sentido del artículo 5.2. de la Convención Americana”CIDH,
Caso Loayza Tamayo vs. Perú, párr.58.

44
HÉCTOR ROJAS POMAR

2. Salud

El derecho fundamental a la salud del interno es preservado por la admi-


nistración penitenciaria, la cual debe proveer los medios adecuados para su
mantenimiento o recuperación(11). A nivel colectivo, se impone al Estado la
obligación de diseñar políticas públicas en salud penitenciaria que minimicen
los riesgos sanitarios propios de la convivencia en ambientes cerrados(12). La
oportunidad de la atención médica también es un factor de evaluación sobre
la razonabilidad de la actividad penitenciaria; esto es, la demora injustificada
origina la vulneración de las condiciones de reclusión(13).
También se ha dado el caso que, durante el proceso, se determinó judi-
cialmente la inimputabilidad penal de un interno por estar aquejado de tras-
tornos mentales. Dada tal situación, lo que corresponde es una medida de

(11) “(…) en cuanto a la alegación de que los familiares del actor le proporcionaban las medicinas
para el tratamiento de la dermatitis infecciosa y bronquitis que padece, se advierte de la instru-
mental que corre entre fojas 6 a 7 de los autos que el médico del Establecimiento Penitenciario de
Trujillo ha recetado medicamentos para las dolencias del actor. Por consiguiente, es deber de la
Administración Penitenciaria continuar con dicho tratamiento, para lo cual los funcionarios de salud
del Establecimiento Penitenciario de Juliaca deben adoptar las medidas necesarias y pertinentes a fin
de salvaguardar la salud del actor, tales como su asistencia médica periódica, así como el suministro
de los medicamentos que requiera el actor conforme a sus evaluaciones médicas del tópico del
establecimiento penitenciario o, si fuera el caso, del nosocomio hospitalario del Estado”. STC Exp.
Nº 03672-2010-PHC/TC (f.j. 8).
(12) “(…) el Instituto Nacional Penitenciario, como órgano competente encargado de la dirección y
administración del sistema penitenciario, es el responsable de todo acto u omisión indebida que
pudiera afectar la salud de las personas recluidas y, por tanto, tiene el deber de proporcionar una
adecuada y oportuna atención médica a los reclusos que la requieran. Por consiguiente, el Estado
debe asumir una política pública que no solo esté orientada a velar por la salud de las personas
recluidas, sino también a que las condiciones en las que se cumple la detención provisoria o la
condena guarden armonía con la dignidad de la persona y no terminen afectando otros derechos
fundamentales”. STC Exp. Nº 02952-2009-PHC/TC (f.j. 5).
(13) “(…) con fecha 6 de julio de 2009 el actor fue evaluado por una junta médica del Servicio de Trau-
matología del Hospital Dos de Mayo, que estuvo en preparación quirúrgica y realizándose diversos
exámenes para su intervención y que a la fecha 10 de junio del presente año continúa recluido en el
E.P. de Ancón (fojas 8 del cuadernillo del Tribunal Constitucional); sin embargo, desde la fecha de
su último control (10 de noviembre de 2009), en el que quedó pendiente su examen de anestesiología,
han transcurrido más de 7 meses sin que se haya atendido a lo prescrito por los médicos hospitalarios
tratantes. Estando a esto último, este Tribunal considera que el favorecido no viene recibiendo una
atención adecuada respecto de su salud, pues aun cuando como contingencia pueda presentarse situa-
ciones de traslados de otros internos, el tiempo trascurrido (más de 7 meses que están pendiente de
la intervención quirúrgica) agrava su estado de salud y por tanto vulnera de sus derechos a la salud e
integridad personal, por lo que se traslada al actor hasta un hospital de la ciudad de Lima”. STC Exp.
Nº 02952-2009-PHC/TC (f.j. 10).

45
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

seguridad y no la pena privativa de libertad, convirtiéndose el establecimiento


penitenciario en un lugar no idóneo para el tratamiento del individuo(14).

3. Traslados

Por efecto de la privación de libertad, los internos tienen suspendido el


ejercicio de la libertad de locomoción, con todo lo que esto significa: no pueden
decidir en qué pabellón permanecerán (ni cambiarse a otro); tampoco tienen
acceso a otros recintos del penal sin autorización; deben ir a sus celdas cuando
finaliza el horario de patio; etc. Por ende, resulta razonable que la autoridad
penitenciaria adopte decisiones que afecten la ubicación del interno(15), sin
dejar de mencionar que nos encontramos ante una potestad reglada.
Pese a que el traslado podría dificultar el derecho de visita de los internos,
es necesario ponderar la seguridad penitenciaria como bien jurídico igualmente
protegible(16), pues las alteraciones al ya tenso ambiente de un penal son capaces
de poner en peligro la vida e integridad de los demás internos y personal peni-
tenciario. De otro lado, en el supuesto de traslado por salud, la administración

(14) “En el Derecho Penal las penas tienen una naturaleza distinta respecto de las medidas de seguridad.
Mientras que la pena constituye la sanción tradicional que caracteriza al derecho penal y es un mal
con el que este amenaza en el caso de que se realice un acto considerado como delito; las medidas
de seguridad no suponen la amenaza de un mal en el caso de que se cometa un delito, sino un trata-
miento dirigido a evitar que un sujeto peligroso nuevamente llegue a cometerlo. No obstante ello,
desde la perspectiva constitucional, la medida se seguridad de internación se justifica no solo porque
persigue evitar la comisión de futuros delitos, sino también porque su finalidad es la recuperación
de la persona. Por ello, es una exigencia constitucional que, a fin de que dicha medida cumpla su
finalidad, la persona sea internada en un centro hospitalario que cuente con tratamiento médico espe-
cializado y la adecuada atención profesional”. STC Exp. Nº 03426-2008-PHC/TC (f.j. 13).
(15) “(…) el Tribunal Constitucional debe señalar que el traslado de los internos de un establecimiento
penal a otro, no es en sí mismo un acto inconstitucional. En efecto, tratándose de personas privadas
legalmente de su libertad locomotora, una obligación de la que no pueden rehuir las autoridades peni-
tenciarias es la de prestar las debidas garantías para que no se afecte o lesione la vida, la integridad
física y los demás derechos constitucionales que no hayan sido restringidos. Ello supone que, dentro
de márgenes sujetos al principio de razonabilidad, las autoridades penitenciarias no solo puedan, sino
que deban adoptar aquellas medidas estrictamente necesarias para preservar los derechos constitu-
cionales de los internos, cada vez que existan elementos razonables que adviertan sobre el eventual
peligro en el que estas se puedan encontrar” STC Exp. Nº 00726-2002-HC/TC (f.j. 16).
(16) “(…) aun cuando el traslado de establecimiento penitenciario pueda generar incomodidades en
cuanto a la condición en la que el favorecido cumple la pena, como lo es la eventual dificultad que
podría presentarse en la visita de los familiares; sin embargo, en el caso de autos la determinación
de la autoridad penitenciaria que se cuestiona no resulta inconstitucional en tanto que procura la
finalidad de prevención y salvaguarda de los derechos de los demás reclusos, así como la de otorgar
el tratamiento adecuado que corresponde a cada interno cuyo traslado se ha dispuesto (…)” STC Exp.
N° 04104-2010-PHC/TC (f.j. 7).

46
HÉCTOR ROJAS POMAR

penitenciaria tiene la facultad de escoger el centro hospitalario más adecuado


a las necesidades del interno, sin que este tenga algún nivel de elección(17).

4. Visitas y comunicaciones con el exterior

No obstante que la reclusión ralentiza el contacto con familiares, amigos,


etc., no la anula por completo, salvo que el interno esté cumpliendo una
sanción disciplinaria(18). Dependiendo del régimen penitenciario, es posible
limitar las visitas exclusivamente a parientes cercanos y conceder de manera
excepcional visita a personas distintas(19).
Del mismo modo, los internos tienen el derecho de acceder a la
información a través de diversos medios que la autoridad penitenciaria fije(20).
Por consiguiente, resulta razonable que existan teléfonos públicos al interior
de los establecimientos penitenciarios, en tanto la posibilidad de control es
mayor; pero, el acceso a telefonía celular e internet inalámbrico distorsiona

(17) “(…) la Región Puno cuenta con la especialidad de nefrología que requiere el actor para su trata-
miento, por lo que incumbe a las áreas médicas de la administración penitenciaria determinar el lugar
que por urgencia (f. 71), más se adecue a las necesidades clínicas del mal del recurrente. Entonces no
puede alegarse la afectación a los derechos reclamados en la demanda pretendiéndose el traslado del
actor a un establecimiento penitenciario de la Región Lima cuando lo cierto es que la especialidad
médica requerida para su tratamiento se puede dar en diferentes localidades del país; aún más, la
Región Puno, a la que corresponde el establecimiento penitenciario en donde se encuentra recluido
el demandante, cuenta con la especialidad médica que requiere el actor, por lo que el pretendido
traslado planteado en la demanda debe ser desestimado, correspondiendo a la administración peni-
tenciaria disponer su traslado al nosocomio que más se adecue a las necesidades médicas del actor y a
las posibilidades de la correspondiente organización penitenciaria”. STC Exp. N° 02775-2011-PHC/
TC (f.j. 6).
(18) “El Código de Ejecución Penal establece en el artículo 25 las faltas disciplinarias graves y en el
artículo 26 las faltas disciplinarias consideradas leves; conforme a lo señalado por el emplazado
los actos protagonizados por los internos, entre ellos los favorecidos, constituyen faltas graves. En
el artículo 27 del mencionado Código se establece las sanciones disciplinarias aplicables entre las
que se encuentran el aislamiento y la limitación de las comunicaciones; en consecuencia, es de apli-
cación, a contrario sensu, el artículo 2 del Código Procesal Constitucional”. STC Exp. N° 03383-
2011-PHC/TC (f.j. 6).
(19) “(…) se advierte que el régimen de visitas que se viene aplicando a los internos del CEREC no
anula este derecho, puesto que sí permite la visita de familiares y amigos, siempre que, en caso de
no tratarse de parientes de hasta el segundo grado de consanguinidad, ello sea aprobado por las auto-
ridades penitenciarias”. STC Exp. N° 01711-2014-PHC/TC (f.j. 29).
(20) “(…) el derecho a la libertad de información puede ser restringido, razonablemente, cuando se trate
de garantizar la seguridad personal del interno o la seguridad del establecimiento penitenciario. Esto,
sin embargo, no se configura en el caso del demandante, pues, como él mismo lo afirma (fojas 33),
tiene acceso a libros y periódicos para lectura y a determinados medios de comunicación (radio, tele-
visión). Motivo por el cual, se aprecia que la autoridad penitenciaria está respetando su derecho a la
libertad de información”. STC Exp. N° 02700-2006-PHC/TC (f.j. 18).

47
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

la finalidad de las comunicaciones, pues además de evadir la vigilancia sirve


para cometer actividades delictivas.

5. Visita íntima

El ejercicio de la libertad sexual de los reclusos está sometida a requisitos


establecidos en la normativa penitenciaria (reputada como beneficio), aunque
el propio Tribunal Constitucional en un primer momento la acogió dentro de
las manifestaciones del derecho al libre desarrollo de la personalidad, poste-
riormente relativizó sus alcances(21). No obstante lo anterior, la dación de la
Ley Nº 30253 que modifica el artículo 58(22) del Código de Ejecución Penal
podría dar un giro al sentido de la visita íntima, ya que abre la posibilidad a
que cualquier interno la solicite sin importar su orientación sexual, en razón
de la incorporación del término pareja. El mencionado artículo está sujeto a
reglamentación por parte del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

6. Educación

Este derecho no resulta afectado por la privación de libertad, sin importar


el régimen penitenciario donde se encuentre el interno y mientras dure su
reclusión(23). Sin embargo, de existir una modalidad especial de régimen, es
posible que el derecho a la educación requiera de cambios normativos nece-
sarios(24) para garantizar su goce.

(21) Vid. ROJAS POMAR, Héctor. “La evolución (o retroceso) de la visita íntima como derecho funda-
mental no escrito”. En: Gaceta Constitucional y Procesal Constitucional. Tomo 75, Marzo, 2014.
(22) Artículo 58.- Visita íntima
La visita íntima tiene por objeto el mantenimiento de la relación del interno con su cónyuge o con-
cubino acreditado, bajo las recomendaciones de higiene y planificación familiar y profilaxia médica.
Es concedido por el Director del Establecimiento Penitenciario, conforme al Reglamento, bajo
responsabilidad.
El mismo beneficio, y en las mismas condiciones, tiene el interno no casado ni conviviente respecto
de la pareja que designe.
(23) “Durante el tiempo que las personas condenadas tengan que estar recluidas en un establecimiento
penitenciario para cumplir la sanción penal que se les ha impuesto tienen derecho a que se les imparta
educación, puedan realizar actividades que supongan su desempeño laboral y a ejercer actividades
recreativas e incluso culturales”. STC Exp. N° 05954-2007-PHC/TC (f.j. 8ii).
(24) “(…) siendo el caso que las condiciones carcelarias del CEREC resultan violatorias del derecho a la
educación, debe ordenarse al Poder Ejecutivo para que, en el marco de sus competencias, modifique
el Reglamento del referido establecimiento penal (Decreto Supremo Nº 024-2001-JUS) de manera
que se permita, de un modo acorde con las condiciones de máxima seguridad que permita estudiar a
los internos al interior del establecimiento penal”. STC Exp. N° 01711-2014-PHC/TC (f.j. 40).

48
HÉCTOR ROJAS POMAR

7. Libertad religiosa

Los internos tienen el derecho de seguir profesando sus creencias reli-


giosas dentro de los establecimientos penitenciarios, aunque la administración
penitenciaria puede indicar las condiciones para recibir asistencia espiritual,
por ejemplo(25). El Estado no es confesional, así que no debe favorecer a una
congregación religiosa por encima de otra, pero sí tendrá en cuenta las prefe-
rencias de la población penitenciaria en asuntos puntuales(26).

8. Derecho de defensa

La autoridad penitenciaria posee la facultad de regular las condiciones


en que el interno y su abogado defensor interactúen (horarios, lugar, acre-
ditación, etc.). Las conversaciones sostenidas forman parte del secreto pro-
fesional del abogado defensor y no pueden ser intervenidas por el personal
penitenciario (grabación de audio, video o la combinación de ambos
registros)(27).

(25) “El derecho fundamental a profesar una religión, en consecuencia, está reconocida en la Constitución
pero, al igual que los demás derechos fundamentales, no como un derecho absoluto o sin límites. Por
ello, negar la titularidad de dicho derecho sería inconstitucional, mas no regular las condiciones de su
ejercicio; más aún si el demandante se encuentra recluido en un establecimiento penitenciario de alta
seguridad. Por ello, atendiendo a que la Constitución establece como derecho fundamental de todas
las personas –incluido los reclusos– a la libertad religiosa –la misma que se asienta en el principio-
derecho de dignidad de la persona humana– y que el principio del régimen penitenciario tiene por
objeto reeducar, rehabilitar y reincorporar al penado a la sociedad, recibir asistencia religiosa como
un medio penitenciario y como un fin en sí mismo de resocialización a través de la fe, no constituye
una violación constitucional a los valores del orden público y a la seguridad ciudadana”. STC Exp.
N° 02700-2006-PHC/TC (f.j. 15).
(26) No es raro encontrar en los penales ambientes religiosos como capillas o imágenes de santos, debido
a que la sociedad peruana es mayoritariamente cristiana. Una situación distinta sería la hipotética
petición de un interno musulmán para construir una mezquita. En ese caso habría un margen más
amplio de discrecionalidad de la autoridad penitenciaria para conceder o denegar la solicitud.
(27) “El Tribunal Constitucional considera que al realizarse la entrevista con el abogado defensor a
través del vidrio del locutorio, no implica transgresión a la comunicación personal que dispone la
Norma Suprema, siempre que se garantice la confidencialidad de la entrevista entre el abogado y su
defendido, así como la prohibición de todo control sobre algún aspecto de la estrategia legal diseñada
para efectos del proceso penal.
Es claro que en un locutorio la comunicación con el abogado defensor no se ve coaccionada, sino
simplemente regulada según las condiciones necesarias para el cumplimiento de la pena del interno.
Sin embargo, para la aplicación del uso de locutorios se deberán considerar parámetros mínimos;
entre otros, los supuestos en los que procede su aplicación, la necesidad de fundamentar la medida,
el procedimiento para su aplicación, o la duración de la medida” STC Exp N° 0774-2005-HC/TC
(f.j. 21).

49
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

9. Progresividad del régimen penitenciario

Este principio está contenido en el Título Preliminar(28) del Código de Eje-


cución Penal, por lo que sirve de punto de referencia para las acciones de tra-
tamiento penitenciario. Supone que no todos los internos poseen el mismo
grado de adaptación a la sociedad, siendo necesario asignarles un régimen de
vida que les permita poco a poco aprender reglas y modificar su conducta de
manera positiva. Como es obvio, estos objetivos no se consiguen de un día
para otro: requieren de acciones retributivas (sanciones), acciones orientativas
(tratamiento penitenciario) y de acciones incentivadoras (beneficios peniten-
ciarios), a lo largo de la privación de libertad.
Ahora bien, hay que diferenciar dos situaciones: el derecho de los
internos a progresionar y el derecho a la progresividad. Son dos derechos
muy diferentes. El primero es netamente subjetivo e implica que el interno
demande a la administración penitenciaria su mejora en el régimen de vida,
porque, de acuerdo a las diversas evaluaciones de los profesionales de tra-
tamiento penitenciario, ha alcanzado los requisitos para ello(29). Tanto para
denegar o aceptar la progresión es indispensable una resolución debidamente
motivada, a fin de evitar arbitrariedades.
El segundo fue tratado por el Tribunal Constitucional respecto del régimen
de vida al que están sometidos los internos del Centro de Reclusión de Máxima
Seguridad de la Base Naval del Callao (Cerec). Según la sentencia emitida por
el Colegiado, la progresividad es una herramienta más del proceso resocia-
lizador contemplado en la Carta Magna, pero no es un elemento esencial ni
su inexistencia vulnera el mandato constitucional(30). En otras palabras, se lo

(28) Artículo IV.- El tratamiento penitenciario se realiza mediante el sistema progresivo.


(29) Reglamento del Código de Ejecución Penal, artículo 65-B.- El Órgano Técnico de Tratamiento
realizará cada seis (6) meses una evaluación integral del interno clasificado en una de las 3 etapas del
régimen cerrado especial, cuyo resultado se consignará en un informe que será incorporado al expe-
diente personal del interno.
La permanencia de un interno en cada una de estas etapas tendrá una duración mínima de dos años. La
promoción del interno a la siguiente etapa requerirá de cuatro (4) evaluaciones favorables, debiendo
ser las dos últimas continuas
(30) “La instauración de un sistema progresivo, a través de los estímulos y apremios que implican el pro-
gresar o regresionar en el tratamiento según la conducta mostrada por el interno, sin duda coadyuva
a cumplir el mandato resocializador previsto en el artículo 139, 22 de la Constitución. No obstante
cabe señalar que el hecho de que coadyuve a lograr dicho fin previsto en la norma constitucional,
no conlleva que la instauración de este tipo de sistema constituya una consecuencia necesaria e
ineludible del mandato resocializador”. STC Exp. Nº 01711-2014-PHC/TC (f.j. 19).

50
HÉCTOR ROJAS POMAR

equipara a los beneficios penitenciarios, que por reiterada jurisprudencia del


Tribunal Constitucional son reputados como incentivos.
Aquí es necesario efectuar dos precisiones. En primer lugar, los beneficios
penitenciarios de semilibertad y liberación condicional sí pueden considerarse
como elementos complementarios de la resocialización, pues el tratamiento
penitenciario se realiza en medio cerrado y en medio libre; en cambio, la pro-
gresividad influye en el impacto de las actividades de tratamiento, al brindar
la posibilidad a los internos de menores restricciones si observan las reglas
de convivencia. En segundo lugar, al negarse vía legislativa o vía judicial
los beneficios penitenciarios no se lesiona injustificadamente la libertad de
los internos, ya que su privación se deriva de un mandato de la autoridad
jurisdiccional; por el contrario, admitir un solo modelo donde no sea posible
progresionar o regresionar sí podría afectar la finalidad constitucional de la
pena en su vertiente preventivo-especial, porque ese modelo considera a priori
que los internos no modificarán su conducta, enfatizando solamente el cariz
retributivo de la pena. Teniendo en cuenta que incluso la cadena perpetua
es revisable, no se comprende que no exista una división por etapas en el
régimen de vida aplicable al Cerec, aunque una rápida revisión del texto del
Reglamento que lo rige permite apreciar que no se hace mención alguna a la
resocialización(31).

III. Sobrepoblación, ¿causal de hábeas corpus?


Cuando se piensa en sistema penitenciario el término más inmediato es
resocialización, pero a menudo se olvida el derecho de los internos de ocupar
establecimientos adecuados, tal como indica el artículo 139 numeral 21 de
la Carta Magna. La situación actual se encuentra muy lejos de cumplir el
mandato constitucional(32), lo que conlleva el surgimiento de varios pro-
blemas relacionados a la sobrepoblación y el hacinamiento (motines, fugas,
corrupción, deterioro de la salud e infraestructura, etc.).

(31) D.S. Nº 024-2001-JUS (Reglamento del Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base
Naval del Callao), artículo 2.- El régimen de vida y tratamiento de los internos recluidos en el
CEREC, tiene por fundamento la convivencia pacífica, el trabajo y el desarrollo de actividades cul-
turales y educativas, y la seguridad dentro del respeto a los derechos humanos, a la Constitución y
la ley.
(32) El Informe Estadístico del INPE (diciembre 2014) señala que la capacidad de albergue del sistema
penitenciario alcanza las 32 190 plazas, mientras que la población penitenciaria intramuros alcanzó
71 961 personas.

51
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

La sobrepoblación y hacinamiento penitenciarios tienen un origen mixto:


el endurecimiento de la legislación penal y penitenciaria (Congreso); el
abuso de la prisión preventiva y la imposición de penas más elevadas (Poder
Judicial); y el limitado presupuesto de la administración penitenciaria para
expandir su infraestructura y recursos humanos. Esta combinación de factores
incrementa sostenidamente la brecha entre capacidad de albergue y población
penitenciaria, generando graves problemas de convivencia en un medio de por
sí violento.
Queda meridianamente claro que la falta de espacio en los estableci-
mientos penitenciarios no solo constituye una fuente de riesgos, sino una vul-
neración a la dignidad de los internos. Vivir en un área con los problemas des-
critos no contribuye en absoluto a las actividades de tratamiento penitenciario,
o en todo caso disminuye sus efectos. Vistas así las cosas, ¿cuáles serían las
posibles soluciones?
En primer lugar, el INPE no puede resistirse al cumplimiento de los
mandatos judiciales, por imperio de la Constitución(33), así esgrima a la
sobrepoblación y el hacinamiento como razones que hagan peligrar el fun-
cionamiento del sistema penitenciario. Tampoco la administración peniten-
ciaria tiene competencia para otorgar semilibertad o liberación condicional,
pues corresponde al juez evaluar caso por caso la pertinencia del beneficio.
Finalmente, si se tratara exclusivamente de un problema de infraestructura,
tendría que construirse penales a un ritmo de cuatro mil (4000) plazas al
año(34), a fin de no seguir ampliando la brecha entre capacidad de albergue y
población penitenciaria.
En Argentina, a partir del caso Verbitsky (2005), se dio un quiebre en la
protección que el hábeas corpus ofrece a los internos, en cuanto a las condi-
ciones de reclusión. El fundamento para tal sentencia tiene su causa en el haci-
namiento de las cárceles de la provincia de Buenos Aires, lo que trajo como

(33) Artículo 118.- Corresponde al Presidente de la República:


(…)
9. Cumplir y hacer cumplir las sentencias y resoluciones de los órganos jurisdiccionales.
(34) El nuevo Establecimiento Penitenciario de Chincha tiene una capacidad de albergue para 1152
internos con un costo de S/. 80 231 000, en tanto que el crecimiento de la población penitenciaria
ascendió a 4309 internos durante el año 2014. Es decir, cuatro E.P. de Chincha por año serían
necesarios para mantener la brecha (sin tener en cuenta el personal penitenciario, la implemen-
tación, los gastos corrientes, etc.). Todos estos datos fueron obtenidos de las páginas web del INPE
<www.inpe.gob.pe> y de la Oficina de Infraestructura Penitenciaria de la misma institución <www.
oip-inpe.gob.pe>.

52
HÉCTOR ROJAS POMAR

consecuencia disponer la excarcelación de los internos menores de edad y


enfermos; asimismo, se ordenó que la administración penitenciaria provincial
emita informes a los jueces sobre las condiciones de reclusión, con el objeto
de que sopesen la necesidad de mantener o variar la privación de libertad. Por
último (pero no menos importante), instó a los Poderes Ejecutivo y Legis-
lativo de la provincia que adecúen la legislación procesal penal y penitenciaria
a los parámetros constitucionales e internacionales.
¿Sería viable en el Perú? El primer reparo vendría por identificar a los
afectados. Si bien cualquier persona puede interponer un hábeas corpus a
favor de otra, para el caso de la sobrepoblación y hacinamiento estamos ante
un grupo muy grande de individuos(35), ya que los perjudicados son todos los
internos debido al deterioro de las condiciones de reclusión. Por tanto, no es
descabellado afirmar que la degradación de las condiciones convierte a la vul-
neración individual del derecho en una materia de interés colectivo y hasta de
interés difuso(36). Al respecto, para suplir este obstáculo el Tribunal Constitu-
cional ha aplicado el concepto de estado de cosas inconstitucionales(37).
El segundo reparo tiene que ver con dejar sin efecto las decisiones judi-
ciales, a pesar de que no adolecen de ningún vicio de nulidad legal o consti-
tucional. No obstante ello, la legislación procesal constitucional prescribe la
preeminencia de las sentencias de la materia(38) (no solo las emitidas por el
Tribunal Constitucional). En cambio, avizorar si en el corto, mediano o largo
plazo alguna autoridad jurisdiccional se pronunciará favorablemente, es un
ejercicio que excede los límites del presente artículo.

(35) A modo de ejemplo, en el Establecimiento Penitenciario de Lurigancho hay 9113 internos (Informe
Estadístico del INPE, diciembre 2014). Debe precisarse que todos los días hay ingresos y egresos.
(36) La precarización de las condiciones de reclusión pueden afectar a las visitas de los internos y a las
demás personas que acudan al establecimiento penitenciario.
(37) “Esta técnica, en un proceso constitucional de la libertad, comporta que, una vez declarado el
“estado de cosas inconstitucionales”, se efectúe un requerimiento específico o genérico a un
(o unos) órgano(s) público(s) a fin de que, dentro de un plazo razonable, realicen o dejen de realizar
una acción u omisión, per se, violatoria de derechos fundamentales, que repercuta en la esfera sub-
jetiva de personas ajenas al proceso constitucional en el cual se origina la declaración”. STC Exp.
Nº 02579-2003-HD/TC (f.j. 19).
(38) Código Procesal Constitucional, artículo 22 (Actuación de Sentencias)
La sentencia que cause ejecutoria en los procesos constitucionales se actúa conforme a sus propios
términos por el juez de la demanda. Las sentencias dictadas por los jueces constitucionales tienen
prevalencia sobre las de los restantes órganos jurisdiccionales y deben cumplirse bajo responsa-
bilidad (…)

53
CAPÍTULO IV
El hábeas corpus traslativo
y los casos de mora
establecidos por el Tribunal
Constitucional
CAPÍTULO IV
El hábeas corpus traslativo
y los casos de mora establecidos
por el Tribunal Constitucional
Jorge MELÉNDEZ SÁENZ(*)

I. Marco de creación del hábeas corpus traslativo


Si bien en el Perú la primera ley de hábeas corpus data de 1897(1),
siguiendo la concepción clásica universal de este instituto, es decir, como
instrumento de protección de la libertad personal, física o ambulatoria, es
la Ley N° 25398(2), complementaria de la antigua Ley de Hábeas Corpus y
Amparo N° 23506(3), la que introduce en el sistema de protección constitu-
cional de aquel entonces, el denominado hábeas corpus traslativo, bajo la
siguiente fórmula legal:

“Artículo 18.- Se entiende también que la detención es arbitraria cuando


se dilata la liberación de un detenido, existiendo mandato judicial para
ponerlo en libertad”.

Entonces, el hábeas corpus traslativo no es una innovación del Código


Procesal Constitucional(4) peruano –que hoy tiene dos lustros de antigüedad–,

(*) Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y ex Asesor Jurisdiccional del Tribunal
Constitucional.
(1) La evolución histórica de este instituto procesal es tratada magistralmente por Domingo García
Belaúnde en el estudio denominado “El Hábeas Corpus en el Perú”, merced a una edición preparada
por la Universidad de San Marcos, en 1978.
(2) Del 6 de febrero de 1992.
(3) Publicada el 8 de diciembre de 1982.
(4) El Código Procesal Constitucional, aprobado mediante la Ley N° 28237, publicada en el diario oficial
El Peruano el 31 de mayo de 2004. Este cuerpo normativo regula, sistematiza y ordena los siete (07)
procesos constitucionales previstos en la Constitución de 1993: hábeas corpus, acción de amparo,
hábeas data, acción de cumplimiento, acción de inconstitucionalidad, acción popular y los conflictos
de competencia.

57
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

sino un aporte legislativo perfectamente legítimo(5) para desplegar o expandir


el radio de operatividad de este proceso constitucional consagrado en la Cons-
titución Política.
Sin duda el Código Procesal Constitucional incluye esta modalidad de
hábeas corpus configurándolo como “el derecho a la excarcelación de un pro-
cesado o condenado, cuya libertad haya sido declara por el juez(6)”, pero ha
sido la doctrina y pretorianamente el Tribunal Constitucional, los encargados
de darle contenido a esta específica especie de hábeas corpus.

II. Definición
El profesor César Landa Arroyo(7) refiere que en este caso “se busca
proteger la libertad o la condición jurídica del estatus de la libertad de los pro-
cesados, afectados por las burocracias judiciales”.
Por su parte, el constitucionalista Eguiguren Praeli sostiene que “el
hábeas corpus traslativo tiene por objeto tutelar a la libertad personal de los
procesados o condenados que continúan recluidos pese a que, de acuerdo con
la normativa procesal, debieran ser liberados. Además cubre los supuestos
de mandatos de excarcelación dictados por los jueces penales competentes,
incumplidos por otras autoridades”(8).
Ahora bien, en función de la ampliación de los contornos del hábeas
corpus, el Tribunal Constitucional peruano ha desarrollado las principales
modalidades de hábeas corpus, conceptuando al hábeas corpus traslativo
como el “empleado para denunciar mora en el proceso judicial u otras graves
violaciones al debido proceso o a la tutela judicial efectiva; es decir, cuando
se mantenga indebidamente la privación de la libertad de una persona o se
demore la determinación jurisdiccional que resuelva la situación personal
de un detenido (…) solo procederá la interposición del Hábeas Corpus
Traslativo cuando existan violaciones al debido proceso que condicionen

(5) Las leyes de desarrollo constitucional expedidas por el Congreso tienen ´por objeto desarrollar o
detallar algún precepto constitucional.
(6) Cfr. Código Procesal Constitucional (Ley N° 28237), artículo 25, inciso 14.
(7) Cfr. LANDA ARROYO, César. Teoría del Derecho Procesal Constitucional. Editorial Palestra,
Lima, 2003, p. 116.
(8) EGUIGUREN PRAELI, Francisco José. Análisis de la motivación y fundamentos de la sentencia
dictada en el proceso de hábeas corpus interpuesto a favor de don Felipe Tudela Barreda. En: JUS
Jurisprudencia. Comentarios a la Jurisprudencia y Praxis Jurídica. Nº 6, Grijley, Lima, junio, 2008,
p. 301.

58
JORGE MELÉNDEZ SÁENZ

una indeterminación de la situación de una persona, restringiendo así su


libertad personal”(9).
En esta línea, podemos acotar que este tipo de hábeas corpus busca
proteger el estado de libertad de los procesados o condenados, eventualmente
afectados por la decisión de las autoridades judiciales y penitenciarias, que
indebidamente extienden la detención o privación de la libertad(10).

III. El hábeas corpus traslativo y la mora judicial desde la perspec-


tiva de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Ha señalado el Tribunal Constitucional, que mediante esta modalidad de
hábeas corpus cabe denunciar no solo la mora judicial en la determinación
de la situación personal del detenido, procesado o condenado, sino también
cualquier tipo de mora, sea esta administrativa (policial, penitenciaria, etc.) o
de otra naturaleza, siempre, claro está, que con dicho estado de cosas se pro-
longue en el tiempo y de manera injustificada la privación del derecho a la
libertad personal del individuo.
Acota este Alto Tribunal que el hábeas corpus traslativo precisamente se
diferencia del hábeas corpus clásico o principal en que este último tiene lugar
en todos aquellos supuestos de detención arbitraria donde exista ausencia o
insuficiencia del presupuesto material habilitante (mandato judicial motivado
o flagrancia delictiva), mientras que aquel tiene lugar en todos aquellos casos
en que habiendo tenido inicialmente el fundamento habilitante, es seguida
de una mora judicial o administrativa que de manera injustificada mantiene
privada de la libertad a una persona.

IV. Casos de mora judicial(11)


La jurisprudencia del Tribunal Constitucional permite señalar, enunciati-
vamente, los siguientes supuestos:

(9) Cfr. Sentencia recaída en el expediente Nº 02663-2003-HC/TC, f.j. 12. Caso: Eleobina Mabel Aponte
Chuquihuanca.
(10) Cfr. MELÉNDEZ SÁENZ, Jorge M. “El ámbito de protección de los procesos constitucionales y el
hábeas corpus”. En: Lima, Cuadernos de Trabajo, una publicación del Centro de Estudios Constitu-
cionales del Tribunal Constitucional, Nº 1, 2004, p. 41.
(11) Cfr. Exp. Nº 06423-2007-PHC/TC; Exp. Nº 04168-2012-PHC/TC, entre otros.

59
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

a) Por vulneración del derecho a ser puesto a disposición del juez com-
petente dentro del plazo estrictamente necesario o dentro del plazo esta-
blecido por la Constitución o la ley.

b) Por afectación del derecho al plazo razonable de la investigación fiscal.

c) Por afectación del derecho al plazo razonable de la detención judicial pre-


ventiva.

d) Por vulneración del derecho a la libertad personal del condenado que ha


cumplido la pena.

V. Mora por vulneración del derecho a ser puesto a disposi-


ción judicial dentro del plazo establecido (plazo máximo de la
detención)

Es amplia la protección constitucional y legal que se brinda a este derecho


que pertenece al ámbito de tutela del hábeas corpus traslativo. En efecto, la
Constitución en su articulo 2, inciso 24, literal f, establece que: “Nadie puede
ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por las auto-
ridades policiales en caso de flagrante delito. El detenido debe ser puesto a dis-
posición del juzgado correspondiente, dentro de las 24 horas o en el término
de la distancia”. A su vez, el Código Procesal Constitucional en su artículo 25,
inciso 7, señala que el hábeas corpus también protege: “El derecho a no ser
detenido sino por mandato escrito y motivado del juez, o por las autoridades
policiales en caso de flagrante delito; o si ha sido detenido, a ser puesto dentro
de las 24 horas o en el término de la distancia, a disposición del juez que
corresponda (...)”.

Así, el Máximo Intérprete de la Constitución ha concluido que la puesta


del detenido a disposición judicial dentro del plazo establecido, no es otra
cosa que una garantía de temporalidad de la detención, cuya finalidad es pre-
cisamente que el juez competente determine si procede la detención judicial
respectiva, o si, por el contrario, procede la libertad de la persona.

En efecto, ha dicho el Tribunal Constitucional que dentro del conjunto


de garantías que asiste a toda persona detenida, uno de ellos, no menos
importante que los demás, es el de ser puesto a disposición del juez com-
petente dentro del plazo que la Constitución señala, esto es, dentro del
plazo de 24 horas o en el término de la distancia cuando corresponda (plazo
máximo de la detención). La inobservancia de estos plazos da lugar a que

60
JORGE MELÉNDEZ SÁENZ

el afectado en su derecho a la libertad personal legítimamente acuda a la


justicia constitucional a efectos de solicitar la tutela de su derecho vul-
nerado. Y es que, como es evidente, el radio de cobertura constitucional
del proceso de hábeas corpus no solo alcanza a los supuestos de detención
arbitraria por ausencia o insuficiencia del presupuesto material habilitante
(mandato judicial motivado o flagrancia delictiva), sino también a aquellas
detenciones que, ajustándose originariamente a la Constitución, se man-
tienen o se prolongan de manera injustificada en el tiempo. Un ejemplo de
ello es la detención producida por un plazo superior al plazo máximo esta-
blecido en la norma constitucional, sin poner al detenido a disposición del
juez competente.

Nuestro Tribunal Vértice acota que, bajo este marco de consideraciones,


queda claro que toda persona detenida debe ser puesta a disposición del juez
competente dentro del plazo máximo establecido, y es que, si vencido dicho
plazo la persona detenida no hubiera sido puesta a disposición judicial, aquella
detención simplemente se convierte en ilegítima. En efecto, por la obviedad
del hecho, toda detención que exceda del plazo máximo automáticamente se
convierte en inconstitucional, y la autoridad, funcionario o cualquier persona
que hubiere incurrido en ella, se encuentra sujeta a las responsabilidades que
señala la ley.

Para el Tribunal Constitucional, el plazo de detención que establece la


Constitución es un plazo máximo, de carácter absoluto, cuyo cómputo es
inequívoco y simple, pero no es el único, pues existe también el plazo estric-
tamente necesario de la detención. Y es que el hecho de que la detención
no traspase el plazo preestablecido; ese dato per se no resulta suficiente para
evaluar los márgenes de constitucionalidad de la detención, en razón de que
esta tampoco puede durar más allá del plazo estrictamente necesario. Ahora, si
bien la Constitución no alude a un plazo estrictamente necesario, y sí establece
un plazo máximo de duración de la detención, este último por sí solo no resulta
suficiente para verificar si se ha respetado o no los márgenes de constitucio-
nalidad de dicha detención, pues pueden presentarse situaciones en que, pese
a no haberse superado el plazo máximo, sí se ha sobrepasado el límite máximo
para realizar determinadas actuaciones o diligencias. No cabe duda que, en
este último caso, estamos frente a la afectación del derecho fundamental a la
libertad personal, en la medida en que la detención tampoco puede durar más
allá del plazo estrictamente necesario.

En esta línea de ideas, el Tribunal Constitucional precisa que el plazo


que la Constitución establece para la detención es solamente un límite del

61
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

límite temporal prescrito con carácter general, sobre el cual se superpone,


sin reemplazarlo, el plazo estrictamente necesario(12). Ahora bien, como es
evidente, el límite máximo de la detención debe ser establecido en atención
a las circunstancias de cada caso concreto, tales como las diligencias
necesarias a realizarse, la particular dificultad para realizar determinadas
pericias o exámenes, el comportamiento del afectado con la medida, entre
otros.

A mayor abundamiento –enfatiza el Alto Colegiado Constitucional–


el plazo establecido actúa solamente como un plazo máximo y de carácter
absoluto, pero no impide que puedan calificarse como arbitrarias aquellas
privaciones de la libertad que, aun sin rebasar dicho plazo, sobrepasan el
plazo estrictamente necesario o límite máximo para realizar determinadas
actuaciones o diligencias. En tales casos, opera una restricción a la libertad
personal que la norma constitucional no permite. Un claro ejemplo de ello
es la prolongación injustificada de la privación de la libertad personal en
aquellos casos en que se requiere solamente de actuaciones de mero trámite,
o que las diligencias ya han culminado, o que de manera injustificada no se
han realizado en su debida oportunidad, esperando efectuarlas ad portas de
vencerse o incluso ya vencido el plazo preestablecido.

Sobre esta base, el Tribunal Constitucional puntualiza que la observancia


de la detención por un plazo estrictamente necesario no es una mera recomen-
dación, sino un mandato cuyo incumplimiento tiene enorme trascendencia al
incidir en la libertad personal que es presupuesto de otras libertades y derechos
fundamentales. Y es que, no cabe duda, resulta lesivo al derecho fundamental
a la libertad personal, sea que ha transcurrido el plazo establecido para la
detención, o porque, estando dentro de dicho plazo, ha rebasado el plazo
estrictamente necesario. En suma, toda detención que supere el plazo estric-
tamente necesario, o el plazo preestablecido, queda privada de fundamento
constitucional. En ambos casos, la consecuencia será la puesta inmediata de
la persona detenida a disposición del juez competente.

(12) Esta misma tesitura interpretativa la comparte el Tribunal Constitucional español en la STC 86/1996,
cuando establece que el límite máximo de privación de la libertad ha de ser ostensiblemente inferior
al plazo máximo, pero no puede ni debe sobrepasarlo. Ahora bien, como es evidente, el límite
máximo de la detención debe ser establecido en atención a las circunstancias de cada caso concreto,
tales como las diligencias necesarias a realizarse, la particular dificultad para realizar determinadas
pericias o exámenes, el comportamiento del afectado con la medida, entre otros.

62
JORGE MELÉNDEZ SÁENZ

VI. Mora por afectación del derecho al plazo razonable de la inves-


tigación fiscal
Conforme lo ha enunciado este Tribunal en reiterada jurisprudencia, el
derecho al plazo razonable del proceso es un elemento que se infiere de los
derechos al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, reconocidos en el
artículo 139, 3 de la Constitución, e implica no solo la protección contra dila-
ciones indebidas, sino también la protección del justiciable frente a procesos
excesivamente breves.
En este sentido, y en lo que concierne al plazo máximo de investigación
fiscal, el Tribunal se ha pronunciado señalando que es posible el control cons-
titucional de las actuaciones del Ministerio Público(13).
Reconoce el Tribunal Constitucional que la determinación de la
razonabilidad del plazo de la investigación preliminar requiere que el caso sea
evaluado cuando menos bajo dos criterios: Uno subjetivo, que está referido a
la actuación del investigado y a la actuación del fiscal, y otro objetivo, que está
referido a la naturaleza de los hechos objeto de investigación. Asimismo, el
Tribunal Constitucional ha precisado que la reparación de la violación al plazo
razonable de la investigación preliminar no supone la exclusión del actor de la
investigación, sino que la reparación in natura por parte del Ministerio Público
consiste en que en el plazo más breve posible emita el pronunciamiento sobre
el fondo del asunto que suponga la conclusión de la investigación prejurisdic-
cional, como lo es la formalización de la denuncia, el archivo definitivo de la
investigación.

VII. Mora por afectación del derecho al plazo razonable de la


detención judicial preventiva
Ha sostenido el Tribunal Constitucional que el derecho a que la prisión pre-
ventiva no exceda de un plazo razonable, no se encuentra expresamente con-
templado en la Constitución. Sin embargo, se trata de un derecho que coadyuva
el pleno respeto de los principios de proporcionalidad, razonabilidad, subsi-
diariedad, necesidad, provisionalidad y excepcionalidad que debe guardar la
aplicación de la prisión provisional para ser reconocida como constitucional.
Se trata, propiamente, de una manifestación implícita del derecho a la libertad

(13) Cfr. Sentencias recaída en los expedientes Nº 05228-2006-HC/TC, f.j. 9. Caso: Samuel Gleiser Katz
y Nº 02748-2010-HC/TC, f.j. 4. Caso:Alexaander Mosquera Izquierdo.

63
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

personal reconocido en la Carta Fundamental (art. 2 24 de la Constitución) y,


en tal medida, se funda en el respeto a la dignidad de la persona humana.
Por lo demás, la interpretación que permite al Tribunal reconocer la exis-
tencia implícita del referido derecho en la Constitución, se encuentra ple-
namente respaldada por su Cuarta Disposición Final y Transitoria, que exige
que las normas relativas a los derechos y las libertades que la Constitución
reconoce se interpreten de conformidad con los tratados sobre derechos
humanos ratificados por el Perú(14). En consecuencia, el derecho a que la
detención preventiva no exceda de un plazo razonable forma parte del núcleo
mínimo de derechos reconocido por el sistema internacional de protección de
los derechos humanos y, por tanto, no puede ser desconocido.
Ha puntualizado el Tribunal Constitucional que es necesario precisar que
el derecho a la razonabilidad del plazo de la prisión preventiva es distinto
–tanto en su contenido como en sus presupuestos– del derecho a la razonabilidad
del plazo del proceso en su totalidad, al que hace alusión el artículo 8.1 de la
Convención Americana(15).

1. La detención preventiva como medida excepcional y subsidiaria

La medida de encarcelamiento ha sido instituida, prima facie, como una


fórmula de purgación de pena por la comisión de ilícitos penales de deter-
minada gravedad. En tal sentido, su aplicación como medida cautelar en aras
de asegurar el adecuado curso de las investigaciones y la plena ejecutabilidad
de una eventual sentencia condenatoria, debe ser la última ratio por la que
puede optar un juez para asegurar el éxito del proceso penal.

(14) Debe señalarse que existen diversos tratados en materia de derechos humanos ratificados por el
Estado que sí reconocen expresamente este derecho. Tal es el caso del artículo 9 3 del Pacto Interna-
cional de Derechos Civiles y Políticos, que establece que “[t]oda persona detenida (...) tendrá derecho
a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad”. Por su parte, el artículo 7 5 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, reconoce el derecho de “[t]oda persona detenida
o retenida (...) a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de
que continúe el proceso”.
(15) Así, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que: “Un atraso que constituya
violación de la disposición del artículo 7.5 puede estar justificado según el artículo 8.1 (Informe
N° 12/96, Caso N° 11,245, párrafo 110), por el sencillo motivo de que mientras que el plazo de la
prisión preventiva de lo que trata es de garantizar un tiempo limitado de detención, en el derecho a
la razonabilidad del plazo del proceso en su totalidad se busca garantizar el límite temporal entre el
inicio y el fin del proceso”.

64
JORGE MELÉNDEZ SÁENZ

Tal como establece el artículo 9 3 del Pacto Internacional de Derechos


Civiles y Políticos, “(...) la prisión preventiva de las personas que hayan de
ser juzgadas no debe ser la regla general”. Lo propio queda expuesto en la
regla 6.1 de las denominadas Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre
las medidas privativas de la libertad (Reglas de Tokio), que precisa que:
“solo se recurrirá a la prisión preventiva como último recurso”. Asimismo,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha subrayado: “(...) la
detención preventiva es una medida excepcional y que se aplica solamente
en los casos en que haya una sospecha razonable de que el acusado podrá
evadir la justicia, obstaculizar la investigación preliminar intimidando a los
testigos, o destruir evidencia. Se trata de una medida necesariamente excep-
cional en vista del derecho preeminente a la libertad personal y el riesgo que
presenta la detención preventiva en lo que se refiere al derecho a la presunción
de inocencia y las garantías de debido proceso legal, incluido el derecho a la
defensa”. (Informe N° 12/96, párrafo 84).
Por ello, su dictado presupone que el juez penal haya evaluado y –a la luz
de las particulares circunstancias de cada caso–, descartado, la posibilidad de
dictar una medida menos restrictiva de la libertad personal. Sin embargo, aun
en esas circunstancias, resulta inconstitucional que la medida de detención
exceda de un plazo razonable.

2. Plazo razonable de la detención preventiva, presunción de inocencia


y persecución del delito

Señala el Tribunal Constitucional que el contenido del derecho a que


la detención preventiva no exceda de un plazo razonable se expresa en el
adecuado equilibrio entre los dos valores que se encuentran en contrapeso al
momento de aplicar la medida: por una parte, el deber del Estado de garantizar
sentencias penales justas, prontas y plenamente ejecutables; y, por otra, el
derecho de toda persona a la libertad personal (art. 2.24) y a que se presuma su
inocencia, mientras no se declare judicialmente su culpabilidad (art. 2.24.e).
El Intérprete Supremo sostiene que la presunción de inocencia se mantiene
“viva” en el proceso penal siempre que no exista una sentencia judicial que,
como corolario del cauce investigatorio llevado cabo con las garantías inhe-
rentes al debido proceso, logre desvirtuarla. Mientras ello no ocurra dicho
principio debe informar a todos y cada uno de los actos de la judicatura,
máxime si existe una medida de detención vigente. La duración despropor-
cionada de dicha medida desvirtúa la funcionalidad del principio en el seno
del proceso, generando la mutación de una medida cautelar en una sanción

65
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

que, a diferencia de la pena impuesta por una resolución judicial condenatoria,


agota su propósito en el abatimiento del individuo, quien deja de ser “sujeto”
del proceso, para convertirse en “objeto” del mismo.

3. Razonabilidad del plazo de detención

Para el Tribunal Constitucional resulta evidente que no es posible que en


abstracto se establezca un único plazo a partir del cual la prisión provisional
pueda reputarse como irrazonable. Ello implicaría asignar a los procesos
penales una uniformidad objetiva e incontrovertida, supuesto que es preci-
samente ajeno a la grave y delicada tarea que conlleva merituar la eventual
responsabilidad penal de cada uno de los individuos acusados de la comisión
de un ilícito.

VIII. Mora por vulneración del derecho a la libertad personal del


condenado que ha cumplido la pena
Según el Tribunal Constitucional, la libertad personal en cuanto derecho
subjetivo garantiza que no se afecte indebidamente la libertad física de las
personas, esto es, su libertad locomotora, ya sea mediante detenciones o inter-
namientos arbitrarios, entre otros supuestos de su restricción. Es en tal sentido
que el Código Procesal Constitucional reconoce el derecho a la excarcelación
del procesado o condenado cuya libertad haya sido declarada por el juez.
Se debe tener en consideración que, de acuerdo con los artículos 208
y 210 del Reglamento del Código de Ejecución Penal (Decreto Supremo
N° 015-2003-JUS), la libertad por cumplimiento de condena permite al sen-
tenciado egresar de manera definitiva del establecimiento penitenciario, con-
siderándose para ello que para el cumplimiento de la condena, el interno podrá
acumular el tiempo de permanencia efectiva en el establecimiento penitencias
el tiempo de pena redimida por el trabajo o educación.

Conclusiones
a) En función de la ampliación de los contornos del hábeas corpus, el Tribunal
Constitucional peruano ha desarrollado las principales modalidades de
hábeas corpus, conceptuando entre ellos al hábeas corpus traslativo.
b) El hábeas corpus traslativo busca proteger el estado de libertad de los
procesados o condenados, eventualmente afectados por la decisión de las

66
JORGE MELÉNDEZ SÁENZ

autoridades judiciales y penitenciarias, que indebidamente extienden la


detención o privación de la libertad
c) La libertad personal, en cuanto derecho subjetivo, garantiza que no se
afecte indebidamente la libertad física de las personas, esto es, su libertad
locomotora, ya sea mediante detenciones o internamientos arbitrarios,
entre otros supuestos de su restricción.
d) Mediante el hábeas corpus traslativo cabe denunciar no solo la mora
judicial en la determinación de la situación personal del detenido, pro-
cesado o condenado, sino también cualquier tipo de mora, sea esta admi-
nistrativa (policial, penitenciaria, etc.) o de otra naturaleza.

67
CAPÍTULO V
El hábeas corpus instructivo:
Hacia la ubicación de las
víctimas y la individualización
de los responsables del delito
de desaparición forzada
CAPÍTULO V
El hábeas corpus instructivo:
Hacia la ubicación de las víctimas y la
individualización de los responsables del
delito de desaparición forzada
Fernando Vicente NÚÑEZ PÉREZ(*)

I. El desarrollo del delito de desaparición forzada en el ordena-


miento jurídico nacional
En 1980 a la par que retornábamos a la institucionalidad democrática, se
inicia en el país un proceso de grave violencia con el surgimiento de organi-
zaciones terroristas que provocan la respuesta indiscriminada por parte del
Estado peruano(1).
Dentro de nuestro contexto(2), siguiendo a Vélez Fernández(3), no cabe
duda que:
“La Desaparición Forzada de Personas surge en nuestro país en un
contexto de violencia política, especialmente en el marco de la instau-
ración de un estado de emergencia y como consecuencia de la aplicación
de una política antisubversiva empleada por los comandos militares frente
al accionar de los grupos terroristas”.

(*) Abogado por la Universidad de San Martín de Porres. Maestrista en Ciencias Penales en la Unidad
de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres.
(1) DEFENSORÍA DEL PUEBLO. La desaparición forzada de personas en el Perú (1980-1996). Serie
Informes Defensoriales Nº 55, 2002, p. 40.
(2) Sobre la institucionalización de esta práctica en nuestra realidad, es importante revisar el meritorio
trabajo del profesor CUBAS VILLANUEVA, Víctor. La Cantuta: crónica de la investigación fiscal.
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y Editorial Palestra, 1998.
(3) VÉLEZ FERNÁNDEZ, Giovanna F. La Desaparición Forzada de las personas y su tipificación en el
Código Penal peruano. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2004, p. 28.

71
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Las principales violaciones a los derechos humanos surgidos en la


época citada, como detalla García Cobián Castro, tuvieron lugar en un
contexto político en el que se devaluaron severamente los principios demo-
cráticos no solo como consecuencia del accionar de los grupos terroristas,
sino porque los gobiernos que los enfrentaron encontraron su respuesta
en su dimensión represiva, produciéndose una expansión desmesurada de
las competencias de la Policía Nacional y especialmente de las Fuerzas
Armadas. Ello tuvo como correlato la inhibición de las autoridades civiles,
incluidos los jueces y fiscales, frente a las funciones que les correspondían
en un modelo de Estado constitucional y democrático, varias de las cuales
fueron delegadas a las fuerzas del orden, en abierta contradicción con la
Constitución(4).
En lo que se refiere a la génesis del Código Penal peruano de 1991(5),
el delito de desaparición forzada fue ubicado en su inicio entre los delitos
de terrorismo, siendo específicamente su ubicación en el artículo 323 del
Capítulo II del Título XIX de la Parte Especial del mismo cuerpo de leyes,
dedicado a los “Delitos contra la Tranquilidad Pública”, en donde se partía
de una concepción de este delito como un tema clásico de la parte especial.
Este tratamiento sistemático era criticado por la doctrina de la época, ya que
la tranquilidad pública se aprecia como un bien jurídico que busca el mante-
nimiento del statu quo u orden social, más que la protección de los derechos
inalienables de las personas(6).

(4) GARCÍA COBIÁN CASTRO, Erika. “Hábeas corpus y desaparición forzada. Reflexiones en torno a
su eficacia”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 133, diciembre de 2004, pp. 27-28. Esta autora agrega:
“Expresión de lo referido fue la creación de los Comandos Públicos Militares que adquirieron
autonomía en las zonas de su competencia, respecto de materias que excedían los campos militares e
invadían los ámbitos político y civil”; “La intervención de los agentes del Estado en un contexto de
deterioro democrático como el descrito, en el que se relajaron los mecanismos de control civil sobre
la actuación de las fuerzas del orden, contribuyó a la existencia de masivas violaciones a los derechos
humanos, a la pérdida de la efectividad de los procesos constitucionales previstos para proteger
tales derechos y el asentamiento de amplios espacios librados a la arbitrariedad y a la impunidad.
Una de las modalidades más aberrantes de dichas prácticas violatorias de derechos humanos fue la
detención-desaparición o desaparición forzada de personas y la consiguiente ineficacia del proceso
constitucional del hábeas corpus para garantizar los derechos a la vida, libertad individual e inte-
gridad personal, violentados a través de dicho crimen”.
(5) Tanto el Código Penal de 1863 como el de 1924, no establecieron dentro de sus figuras delictivas el
delito de desaparición forzada, aplicándose en todo caso, con el fin de poder evitar la impunidad, las
figuras clásicas o comunes de asesinato, lesiones y secuestro.
(6) Además, se criticaba porque si bien este delito de desaparición forzada podía concordar con una
manifestación del llamado “terrorismo de Estado”, era una contradicción afirmar en sentido técnico
la existencia de terrorismo de Estado en un Estado democrático de Derecho, no pudiendo existir
un Estado democrático que sea a su vez terrorista. Sobre esta crítica véase a la profesora ZÚÑIGA

72
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

A partir del autogolpe del 5 de abril de 1992, el delito de desaparición


forzada ha tenido diversas modificaciones en su redacción como en su ubi-
cación. Mediante el artículo 22 del Decreto Ley N° 25475 del 6 de mayo de
1992(7), se puso en vigencia una nueva legislación en materia de terrorismo, es
decir que desde su ubicación original en el Código Penal, pasó posteriormente
a formar parte de una ley penal especial (fuera del Código Penal), derogando
con ello todo el Capítulo II del Título XIX de la Parte Especial, el que incluía
el delito de desaparición forzada, perdiendo este injusto penal por unos meses
vigencia en nuestro ordenamiento jurídico, siendo posteriormente restituido
en su vigencia mediante el artículo I del Decreto Ley N° 25592 del 2 de julio
de 1992.
Luego, mediante la Ley N° 26926 del 21 de febrero de 1998, se
incorpora al Código Penal el Título XIV-A denominado como “Delitos
contra la Humanidad”, el que crea un título específico e independiente, com-
prendiendo modalidades de violaciones a los Derechos Humanos. Según el
profesor Caro Coria(8):
“(...) se apostaba par una regulación autónoma y conjunta de las más
graves violaciones de los Derechos Humanos, decisión que merece una
valoración positiva a la luz del desarrollo de la dogmática sobre la materia
que reivindica la existencia de un bien jurídico propio, distinto de los
bienes individuales afectados que encuentran protección en otras normas
del llamado Derecho Penal clásico”.
Por esta última ley citada, el delito de desaparición forzada fue trasladado
de ubicación, sin modificarse en contenido (del artículo 1 del Decreto Ley
N° 25592 al Capítulo II del Título XIVA del Código Penal).

RODRÍGUEZ, Laura. “Los delitos contra los derechos humanos en el Código Penal peruano”. En:
Anuario de Derecho Penal, 1993, p. 30.
(7) Sobre la problemática de los Decretos Leyes dentro del ordenamiento jurídico, es pertinente revisar la
sentencia de nuestro Tribunal Constitucional en el Exp. Nº 010-2002-AI/TC-Lima (Marcelino Tineo
Silva y más de 5,000 ciudadanos).
(8) CARO CORIA, Dino Carlos. “La tipificación de los crímenes consagrados en el Estatuto de la Corte
Penal Internacional”. En: La Corte Penal Internacional y las Medidas para su Implementación en el
Perú (Coordinadora Elizabeth Salmón Gárate). Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica
del Perú, 2001, p. 170.

73
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

II. El delito de desaparición forzada desde una breve visión supra-


nacional

1. La Declaración de las Naciones Unidas sobre la protección de todas


las personas contra las desapariciones forzadas(9)

Si bien nos encontramos frente a un instrumento internacional que


reprocha una práctica que atenta contra los fundamentos propios de los
Derechos Humanos, el mismo no posee carácter vinculante, siendo en todo
caso, según la opinión de doctrina autorizada en el tema, un avance signi-
ficativo en la vía de la tipificación jurídica internacional de la desaparición
forzada de personas. Asimismo, su aprobación abre la puerta para el desa-
rrollo del tema por otras normas más concretas a través de la vía conven-
cional(10).
En cuanto al valor jurídico de toda declaración, siguiendo a Novak y
Salmón(11), debe concluirse que:
“(...) las declaraciones carecen de efectos jurídicos vinculantes, no solo
en virtud de su contenido evidentemente programático, sino también por
la forma que revisten, esto es, por estar generalmente contenidas en reso-
luciones emitidas por órganos de una organización internacional que
carecen de competencia para emitir decisiones obligatorias”.

2. La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de


Personas

A decir verdad, la Convención Interamericana sobre Desaparición


Forzada de Personas(12), viene a regular este tipo penal como característica de

(9) Instrumento aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución
Nº 4711 del 18 de diciembre de 1992.
(10) VÉLEZ FERNÁNDEZ, Giovanna F. La Desaparición Forzada de las personas y su tipificación en
el Código Penal peruano. Ob. cit., p. 42.
(11) NÓVAK, Fabián y SALMÓN, Elizabeth. Las obligaciones internacionales del Perú en materia de
Derechos Humanos. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú e IDEI, 2000,
p. 86.
(12) Este tratado ha sido adoptado en la ciudad de Belém do Pará (Brasil) el día 9 de julio de 1994, estando
vigente a partir del 29 de marzo de 1996. Nuestro país mediante Resolución Legislativa Nº 27622 lo
aprobó con fecha 7 de enero de 2002, siendo posteriormente ratificada vía Decreto Supremo Nº 010-
2002-RE con fecha 23 de enero de 2002.

74
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

lo que ha ocurrido en diversas partes de América Latina, tomándose en cuenta


la preocupación de la comunidad americana con la finalidad de regularla.

3. La desaparición forzada de personas en el estatuto de la Corte Penal


Internacional

El Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional(13), según la


posición de la Comisión Andina de Juristas(14):
“(...) viene a complementar la ineficacia de las jurisdicciones nacionales
en la investigación y sanción del crimen de desaparición forzada”.
Ambos tratados internacionales sobre Derechos Humanos citados
amplían la esfera de posibles autores, al prever adicionalmente a los agentes
no estatales. Esta amplitud en la redacción hace notar más bien que el artículo
320 de nuestra norma sustantiva restringe como sujeto activo al funcionario
o servidor público, proponiendo parte de la doctrina en ampliar el ámbito del
sujeto activo, de manera que se considere como tal a aquellos particulares o
grupos que actúan con el consentimiento del Estado, y también a agentes no
estatales, en especial organizaciones políticas(15).

III. El hábeas corpus instructivo frente al delito de desaparición


forzada
Se entiende modernamente que el proceso constitucional del hábeas
corpus tiene la finalidad de proteger toda la gama de derechos en la que se

(13) Sobre el tema de la Corte Penal Internacional, es importante revisar los trabajos de AMBOS, Kai. El
nuevo Derecho Penal Internacional. Ara Editores, 2004; AMBOS, Kai y GUERRERO, Oscar Julián.
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Editorial de la Universidad de Externado de
Colombia, 1999. Un trabajo de investigación que sirve de sustento para su implementación en el
Perú, se encuentra el de SALMÓN GÁRATE, Elizabeth (Coordinadora). En: La Corte Penal Inter-
nacional y las Medidas para su Implementación en el Perú. Fondo Editorial de la Pontificia Uni-
versidad Católica del Perú, 2001, como el de la DEFENSORÍA DEL PUEBLO. Corte Penal Interna-
cional-Estatuto de Roma, 2000.
(14) COMISIÓN ANDINA DE JURISTAS. La Corte Penal Internacional y los países andinos. Segunda
Edición, diciembre de 2004, p. 162. Agregan: “(…) para la Convención Interamericana, la desa-
parición forzada se configura mediante la privación de la libertad de una o más personas, mientras
que para el Estatuto, este crimen solamente se refiere a la privación de personas. Sin embargo, tanto
para la Convención como para el Estatuto, esta figura se puede dar por actos del Estado, o por
personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o aquiescencia del Estado”.
(15) Dentro de este posición se encuentra VÉLEZ FERNÁNDEZ, Giovanna F. La Desaparición Forzada
de las personas y su tipificación en el Código Penal peruano. Ob. cit., pp. 43-44.

75
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

puede exteriorizar el derecho a la libertad individual, pudiendo protegerse


objetos que en su inicio eran de repente impensables poder abarcarlos.
Claro está, que el modelo de Estado constitucional no solo supone el
reconocimiento de la libertad individual a nivel del más alto rango normativo,
sino la previsión de procesos constitucionales que cristalicen la supremacía de
la Carta Fundamental y la consiguiente fuerza normativa de los derechos con-
tenidos en ella(16).
Una de las muchas innovaciones que trae consigo el Código Procesal
Constitucional, es referente a los diversos derechos que son susceptibles de
protección por medio del proceso constitucional del hábeas corpus, deta-
llándose en su artículo 25 en númerus apertus, los derechos que forman parte
del circuito de protección.
Dentro de esa línea, entre los derechos que es objeto de protección a
través de este proceso constitucional, se encuentra como novedad el derecho
a no ser objeto de una desaparición forzada, el mismo que tanto doctrinaria
como jurisprudencialmente ya había tomado el nombre de hábeas corpus
instructivo. Si bien es cierto, dentro de nuestra realidad de violencia política
vivida existió desconocimiento de cómo enfrentar por medio del hábeas corpus
el drama de las desapariciones forzadas de personas, por no estar plenamente
establecido en la ley, la actualidad nos quiere dar otra cara de esperanza frente
a hechos que ojalá no se vuelvan a repetir.
Esta modalidad de hábeas corpus podrá ser utilizada cuando no sea posible
ubicar el paradero de una persona detenida-desaparecida. Por consiguiente, la
finalidad de su interposición es no solo garantizar la libertad y la integridad
personal, sino, adicionalmente, asegurar el derecho a la vida y desterrar las
prácticas de ocultamiento o indeterminación de los lugares de desaparición(17).
Frente a este tipo de proceso constitucional, el que surge evidentemente
del derecho a la verdad, derecho que últimamente ha sido reconocido ple-
namente por nuestro Tribunal Constitucional, el juez especializado debe cons-
tituirse al lugar de los hechos, con el fin de poder asegurar los elementos de
juicio que le servirán para ubicar el paradero de la víctima o de sus restos
adoptando las medidas necesarias, pudiendo notificarse al Ministerio Público

(16) GARCÍA COBIÁN CASTRO, Erika. Hábeas corpus y desaparición forzada. Reflexiones en torno a
su eficacia. Ob. cit., p. 32.
(17) MESÍA, Carlos. “Clases de hábeas corpus y derechos protegidos”. En: Actualidad Jurídica. Tomo
133, diciembre de 2004, p. 16.

76
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

con el fin de que se determine a los responsables mediante una adecuada inves-
tigación. Esto último es muy importante, ya que en un contexto particular de
violaciones generalizadas, masivas y sistemáticas a los derechos humanos,
la verdad sobre el paradero de un familiar, el destino de su vida, la ubicación
de sus restos y la autoría de estos agravios, se convirtieron en una condición
esencial para una vida digna(18). Entonces, el juez pretenderá identificar a los
responsables de dicha conducta delictiva a fin de que sean procesados y san-
cionados penalmente por la vía ordinaria(19), estableciendo el nuevo Código
Procesal Constitucional un trámite especial, frente a los diversos casos de
hábeas corpus que existen.

IV. La apreciación de la desaparición forzada dentro de la juris-


prudencia vinculante y relevante del Tribunal Constitucional
peruano
Dentro de las siguientes líneas vamos a desarrollar las principales direc-
trices y parámetros que ha sentado nuestro Máximo Intérprete de la Cons-
titución sobre el tema investigado, resaltando las partes más importantes,
conforme a la pertinencia de la relación con el hábeas corpus instructivo, sir-
viendo de referente para el operador constitucional frente a un caso similar,
por ser estas sentencias vinculantes(20):

1. Exp. Nº 02798-2004-HC/TC-Lima (Gabriel Orlando Vera Navarrete)(21)

• Dada la trascendencia de los procesos penales que actualmente se


siguen por los hechos atribuidos al Grupo Colina, este Tribunal con-
sidera necesario efectuar algunas consideraciones sobre la necesidad de
investigar y sancionar los hechos que son materia de dichos procesos
penales.
• Los hechos que son materia de los procesos penales seguidos contra el
recurrente forman parte de un conjunto atribuido al autodenominado

(18) GARCÍA COBIÁN CASTRO, Erika. Hábeas corpus y desaparición forzada. Reflexiones en torno a
su eficacia. Ob. cit., p. 28.
(19) DONAYRE MONTESINOS, Christian. El hábeas corpus en el Código Procesal Constitucional.
Una aproximación con especial referencia la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano.
Jurista Editores, febrero de 2005, p. 243.
(20) Para mayor referencia véase la página web del Tribunal Constitucional peruano: <www.tc.gob.pe>.
(21) Sentencia del 9 de diciembre de 2004.

77
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Grupo Colina, todos ellos cometidos baja una modalidad delictiva que
ha motivado el rechazo y la condena de la comunidad nacional e interna-
cional. El Estado peruano no debe tolerar la impunidad de estos y otros
graves crímenes y violaciones a los derechos humanos, tanto por una
obligación ética fundamental derivada del Estado de Derecho, como por
el debido cumplimiento de compromisos expresos adquiridos por el Perú
ante la comunidad internacional.
• Así, las obligaciones, en materia de derechos humanos, no solo encuentran
un asidero claramente constitucional, sino su explicación y desarrollo en
el Derecho Internacional. El mandato imperativo derivado de la interpre-
tación en derechos humanos imputa, entonces, que toda la actividad pública
debe considerar la aplicación directa de normas consagradas en tratados
internacionales de derechos humanos, así como en la jurisprudencia de las
instancias internacionales a las que el Perú se encuentra suscrito.
• En este sentido, es un principio general del Derecho Internacional el que
un Estado no puede invocar las disposiciones de su Derecho interno como
justificación para el incumplimiento de un tratado o de normas impe-
rativas de Derecho Internacional. Este principio ha quedado establecido
en los artículos 27 y 53 de la Convención de Viena sobre el derecho de
los tratados de 1969, ratificado por el Perú mediante el Decreto Supremo
N° 029-2000-RE de fecha 14 de septiembre de 2000.
• La obligación de garantía ha sido desarrollada en la Jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así, en la sentencia sobre
el caso Velásquez Rodríguez, del 29 de julio de 1988 (párrafo 164), la
Carta indica que el deber de garantía implica que el Estado debe prevenir,
investigar y sancionar toda violación de los derechos reconocidos y
procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del derecho con-
culcado y, en su caso, la reparación de los daños producidos por la vio-
lación de los derechos humanos. La obligación del Estado consiste en el
ejercicio de la acción penal correspondiente contra aquellos funcionarios
públicos, a cualquier individuo, que sea presuntamente responsable de la
violación alegada. El Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
de esta manera vela por la protección de los derechos de las personas,
pero simultáneamente exige la intervención del Derecho Penal contra
aquellos que resulten responsables de la infracción.
• La Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Comité de Derechos
Humanos de la Organización de las Naciones Unidas y otros órganos de
control internacional, se han manifestado uniformemente respecto de las

78
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

graves implicancias que tiene la falta de sanción de graves violaciones a


los derechos humanos. Esta omisión implica, además, una violación adi-
cional del derecho a la tutela judicial que tiene cualquier ciudadano que
se sienta afectado en sus derechos.
• En efecto, el artículo 8 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos señala que toda persona tiene derecho a un recurso efectivo
ante los tribunales nacionales competentes, y que la ampare contra actos
que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución
o por la ley. De igual manera, el artículo 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, establece que toda persona tiene derecho a un
recurso sencillo y rápido a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces
o tribunales competentes, y que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la Con-
vención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen
en ejercicio de sus funciones oficiales.
• La protección judicial, así entendida, implica una doble dimensión. Por
un lado, es consecuencia del derecho de las víctimas de violaciones a sus
derechos humanos a alcanzar verdad, justicia y reparación como conse-
cuencia de los hechos sufridos. Por otro lado, conlleva explícitamente la
obligación de las autoridades jurisdiccionales de desarrollar los procesos
judiciales a su cargo, bajo las estrictas medidas de seguridad, y deter-
minando las figuras delictivas aplicables a tenor de las disposiciones del
Derecho Internacional que resulten aplicables.
• La gravedad de estas conductas ha llevado a la comunidad internacional
a plantear expresamente que no pueden oponerse obstáculos procesales
que tengan por propósito eximir a una persona de sus responsabilidades en
graves crímenes y violaciones del Derecho Internacional humanitario y los
derechos humanos. Esta afirmación se deriva, como ha sido señalado, de la
obligación del Estado de investigar y sancionar las violaciones producidas.
• La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que la obli-
gación de investigar debe cumplirse con seriedad y no como una simple
formalidad condenada de antemano a ser infructuosa. La investigación
que desarrolle el Estado, por medio de sus autoridades jurisdiccionales,
debe ser asumida como un deber jurídico propio y no como una gestión
procesal cualquiera. El derecho a la tutela judicial, tal cual queda esta-
blecido en la presente sentencia, exige que los jueces dirijan el proceso de
modo de evitar dilaciones y entorpecimientos indebidas que provoquen
situaciones de impunidad, frustrando así la debida protección judicial de

79
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

los derechos humanos (caso Bulacio versus Argentina, sentencia del 18


de setiembre de 2003).
• Entre el 7 de mayo y el l de julio de 1992 no existió, taxativamente, en el
Código Penal la figura típica correspondiente a la desaparición forzada de
personas. Sin embargo, este Tribunal se ha pronunciado con anterioridad
respecto a la naturaleza permanente del delito de desaparición forzada de
personas. En efecto, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 02488-
2002-HC/TC (Genaro Villegas Namuche), este Tribunal señaló expre-
samente que no se vulnera la garantía de la lex previa derivada del Principio
de Legalidad Penal, en caso se aplique a un delito permanente una norma
penal que no haya entrado en vigencia antes del comienzo de su eje-
cución, pero que resulta aplicable mientras el mismo sigue ejecutándose.
En tal sentido, el hecho de que la figura típica de desaparición forzada de
personas no haya estado siempre vigente, no resulta impedimento para
que se lleve a cabo el correspondiente proceso penal por dicho delito y
se sancione a los responsables. Esta apreciación se fundamenta, además,
en lo dispuesto en el artículo III de la Convención Interamericana sobre
desaparición forzada de personas, aprobada en Belem do Pará, el 9 de
junio de 1994, la que indica expresamente que los Estados Partes se com-
prometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales,
las medidas legislativas que fueren necesarias para tipificar coma delito la
desaparición forzada de personas, y a imponerle una pena apropiada que
tenga en cuenta su extrema gravedad.
• En efecto, la desaparición forzada de personas supone generar una cruel
sensación de incertidumbre tanto para la persona desaparecida coma para
sus familiares, los que pasan a ser víctimas directas de este grave hecho.
Por ello, el Derecho Internacional reconoce a la desaparición forzada
coma una de las modalidades más graves de violaciones de los derechos
humanos.
• Ahora bien, cuando este hecho es cometido como parte de una estrategia
general o representa solo un ejemplo de un conjunto de conductas ilícitas
similares, estamos frente a la existencia de un patrón de violaciones, lo
que las convierte en crimen de lesa humanidad. Al respecto, el informe
final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación constató que los
hechos atribuibles al autodenominado grupo Colina representaron un
patrón sistemático y generalizado de violaciones a los derechos humanos,
expresado en hechos como las desapariciones de La Cantuta, la del
periodista Pedro Yauri, los asesinatos de estudiantes en la Universidad
Nacional del Centro y la masacre de Barrios Altos. Tal como lo expresa

80
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

la juez del Segundo Juzgado Penal Especial en el auto apertorio de ins-


trucción del proceso signado con el número 01-2003, la organización de
la desaparición de los campesinos del Santa hubiera sido imposible sin
la consecución de recursos logísticos significativos, razón por la cual
han sido considerados como responsables los altos mandos a cargo de
las labores de inteligencia de esos años, incluyendo el procesamiento del
expresidente de la República.
• Se trata, sin duda, de un delito de lesa humanidad cuya necesidad social
de esclarecimiento e investigación no pueden ser equiparadas a las de un
mero delito común, dada su extrema gravedad. En este sentido, la Reso-
lución N° 666 (XIII-083) de la Asamblea General de la Organización de
Estados Americanos, estableció en el artículo 4: “Declarar que la práctica
de la desaparición forzada de personas en América es una afrenta a la
conciencia del hemisferio y constituye un crimen de lesa humanidad”.
La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas
reafirma en su preámbulo que la práctica sistemática de desapariciones
forzadas constituye un delito de lesa humanidad. La necesidad social del
esclarecimiento e investigación de estos delitos no puede ser equiparada
a la de un mero delito común. (Convención Interamericana sobre Desa-
parición Forzada de Personas, Resolución adoptada en la séptima sesión
plenaria, 9 de junio de 1994. OEA/ Ser.P AG/doc.3114/94 rev.).

2. Exp. Nº 02488-2002-HC/TC Piura (Genaro Villegas Namuche)(22)

• La recurrente, con fecha 2 de setiembre de 2002, interpone acción de


hábeas corpus a favor de su hermano, Genaro Villegas Namuche, por
la violación de sus derechos a la vida, al debido proceso, a la legítima
defensa y a la libertad individual. Solicita que se obligue al Estado peruano
a devolver con vida a su hermano o informar dónde se encuentran sus
restos mortales, y la anulación del proceso penal que se le siguió en el
Fuero Militar, en el cual se le condenó, en ausencia, a cadena perpetua
por delito de traición a la patria. Refiere que el beneficiario de la presente
acción de garantía, estudiante de la Facultad de Ingeniería de Minas
de la Universidad Nacional de Piura, el día 2 de octubre de 1992 salió
a trabajar, y que nunca más se le volvió ver. Asimismo, afirma que al

(22) Sentencia del 18 de marzo de 2001. Las críticas a esta sentencia, con respecto a la aplicación de la
ley penal en el tiempo en los delitos instantáneos y su diferencia con los delitos permanentes, cuando
posteriormente se suceden nuevas leyes, se encuentra el trabajo de MURO RENTERÍA, José A. Los
delitos permanentes y el principio de legalidad. 2004 (Inédito).

81
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

día siguiente, hombres armados y encapuchados, en número de veinte,


bajaron de carros portatropa e ingresaron violentamente a su domicilio,
forzando la puerta, en busca de material subversivo. Sostiene que ante
estos hechos decidió acudir a la Prefectura para pedir garantías, las cuales
le fueron negadas, y que los abogados que contrataba fueron progresi-
vamente detenidos.

• Los hechos denunciados por la recurrente constituyen en doctrina la


figura denominada desaparición forzada. Según la Convención Ame-
ricana sobre la Desaparición Forzada de Personas, esta consiste en la “pri-
vación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma,
cometida por agentes del Estado o personas o grupos de personas que
actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida
de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación
de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se
impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales
pertinentes”.

• La práctica de la desaparición forzada atenta contra diversos derechos


fundamentales. Además de violar la libertad locomotora, impide
interponer los recursos legales que permitan proteger los derechos con-
culcados, lesionando, así, el derecho de acudir a un tribunal a fin de que
se decida, a la brevedad, sobre la legalidad de la detención (Pacto Inter-
nacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 9.4 y Convención Ame-
ricana de Derechos Humanos, artículo 7.6). Asimismo, implica, gene-
ralmente, actos de tortura y tratos inhumanos y degradantes, por lo que
también afecta el derecho a la integridad personal. De igual manera, esta
práctica criminosa supone, con frecuencia, la ejecución extrajudicial de
los detenidos, y el posterior ocultamiento de sus cadáveres. Lo primero
lesiona el derecho a la vida, mientras que lo segundo procura la impunidad
del hecho. Así lo ha entendido también la jurisprudencia de la Corte Inte-
ramericana de Derechos Humanos (Caso Velásquez Rodríguez, sentencia
de fondo, párrafos 155-157).

• Aunque cuando se produjo la presunta detención del beneficiario no


estaba vigente la Convención Americana contra la Desaparición Forzada
de Personas, ni tampoco el delito de desaparición forzada se encontraba
tipificado en nuestro Código Penal, tal situación no justifica de ninguna
manera la comisión del delito, ni nos impide considerarlo como un grave
atentado contra los derechos humanos, puesto que los derechos contra los
que atenta este ilícito se encuentran protegidos por las Constituciones de

82
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

1979 y 1993, así como por instrumentos internacionales suscritos y rati-


ficados por el Perú, como son la Convención Americana de Derechos
Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
• La ejecución extrajudicial, la desaparición forzada o la tortura, son
hechos crueles, atroces, y constituyen graves violaciones a los Derechos
Humanos, por lo que no pueden quedar impunes: es decir, los autores
materiales, así como los cómplices de conductas constitutivas de vio-
lación de derechos humanos, no pueden sustraerse a las consecuencias
jurídicas de sus actos. La impunidad puede ser normativa, cuando un
texto legal exime de pena a los criminales que han violado los derechos
humanos; y también fáctica, cuando, a pesar de la existencia de leyes
adoptadas para sancionar a los culpables, estos se liberan de la sanción
adecuada por la amenaza o la comisión de nuevos hechos de violencia.
• El Gobierno, en cumplimiento del deber de adoptar las medidas más ade-
cuadas para asegurar la plena vigencia de los derechos humanos, dicta
el Decreto Supremo N° 065-2001-PCM, que creó la Comisión de la
Verdad, cuyo propósito no fue el de suplantar, sustituir o superponerse
al Poder Judicial; antes bien, uno de sus objetivos fundamentales fue el
de identificar los hechos y las responsabilidades de las violaciones de los
derechos humanos, empeñándose, en lo posible, en tratar de determinar
su real existencia y veracidad, y, complementariamente, en evitar la desa-
parición de pruebas vinculadas con tales hechos. Sus investigaciones, con
loable criterio exhaustivo, han permitido conocer los sucesos acaecidos
en nuestro país en estas últimas décadas, y contribuyen al imperativo
de cumplir con la obligación internacional y constitucional de evitar la
impunidad y restituir los derechos violados para conseguir la paz social y
la reconciliación nacional.
• La Nación tiene el derecho de conocer la verdad sobre los hechos o acon-
tecimientos injustos y dolorosos provocados por las múltiples formas de
violencia estatal y no estatal. Tal derecho se traduce en la posibilidad de
conocer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las cuales ellos
ocurrieron, así como los motivos que impulsaron a sus autores. El derecho
a la verdad es, en ese sentido, un bien jurídico colectivo inalienable.
• Nuestra Constitución Política reconoce, en su artículo 3, una “enume-
ración abierta” de derechos fundamentales que, sin estar en el texto de
la Constitución, surgen de la dignidad del hombre, o en los principios de
soberanía del pueblo, del Estado democrático de Derecho o de la forma
republicana de gobierno.

83
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

• Así, el derecho a la verdad, aunque no tiene un reconocimiento expreso


en nuestro texto constitucional, es un derecho plenamente protegido,
derivado en primer lugar de la obligación estatal de proteger los derechos
fundamentales y de la tutela jurisdiccional. Sin embargo, el Tribunal
Constitucional considera que, en una medida razonablemente posible y
en casos especiales y novísimos, deben desarrollarse los derechos consti-
tucionales implícitos, permitiendo así una mejor garantía y respeto a los
derechos del hombre, pues ello contribuirá a fortalecer la democracia y el
Estado, tal como lo ordena la Constitución vigente.

• Es un derecho que se deriva directamente del principio de dignidad


humana, pues el daño ocasionado a las víctimas no solo se traduce en
la lesión de bienes tan relevantes como la vida, la libertad y la inte-
gridad personal, sino también en la ignorancia de lo que verdade-
ramente sucedió con las víctimas de los actos criminales. El desconoci-
miento del lugar donde yacen los restos de un ser querido, o de lo que
sucedió con él, es tal vez una de las formas más perversamente sutiles,
pero no menos violenta, de afectar la conciencia y dignidad de los seres
humanos.

• Asimismo, el derecho a la verdad, en su dimensión colectiva, es una


concretización directa de los principios del Estado democrático y social
de Derecho y de la forma republicana de gobierno, pues mediante su
ejercicio se posibilita que todos conozcamos los niveles de degeneración
a los que somos capaces de llegar, ya sea con la utilización de la fuerza
pública o por la acción de grupos criminales del terror. Tenemos una exi-
gencia común de que se conozca cómo se actuó, pero también de que
los actos criminales que se realizaron no queden impunes. Si el Estado
democrático y social de Derecho se caracteriza por la defensa de la
persona humana y el respeto de su dignidad, es claro que la violación del
derecho a la verdad no solo es cuestión que afecta a las víctimas y a sus
familiares, sino a todo el pueblo peruano. Tenemos, en efecto, el derecho
a saber, pero también el deber de conocer qué es lo que sucedió en nuestro
país, a fin de enmendar el camino y fortalecer las condiciones mínimas
y necesarias que requiere una sociedad auténticamente democrática, pre-
supuesto de un efectivo ejercicio de los derechos fundamentales. Tras
de esas demandas de acceso e investigación sobre las violaciones a los
derechos humanos, desde luego, no solo están las demandas de justicia
con las víctimas y familiares, sino también la exigencia al Estado y la
sociedad civil para que adopten medidas necesarias a fin de evitar que en
el futuro se repitan tales hechos.

84
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

• En torno a ello, existe una obligación específica del Estado de investigar


y de informar, que no solo consiste en facilitar el acceso de los familiares
a la documentación que se encuentra bajo control oficial, sino también
en la asunción de las tareas de investigación y corroboración de hechos
denunciados. Así lo ha entendido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, cuando ha señalado que la no investigación y sanción a los
autores y cómplices de las desapariciones forzadas constituye una vio-
lación al deber estatal de respetar los derechos reconocidos por la Con-
vención Americana, así como al de garantizar su libre y pleno ejercicio
(caso Bámaca Velásquez, sentencia, párrafo 129). Además, en el caso de
violaciones de derechos humanos, el derecho de la víctima no se limita
a obtener una reparación económica, sino que incluye que el Estado
asuma la investigación de los hechos. Así lo ha precisado la Corte Inte-
ramericana de Derechos Humanos (caso Castillo Páez, Reparaciones,
párrafo 168, y Loayza Tamayo, Reparaciones, párrafo 175), dado que el
pleno conocimiento de las circunstancias de cada caso también es parte
de una forma de reparación moral que el país necesita para su salud
democrática.
• De allí que para este Colegiado, si bien el derecho a la verdad no tiene
un reconocimiento expreso, sí es uno que forma parte de la tabla de las
garantías de derechos constitucionales; por ende susceptible de protección
plena a través de derechos constitucionales de la libertad, pero también
a través de ordinarios existentes en nuestro ordenamiento jurídico, pues
se funda en la dignidad del hombre, y en la obligación estatal conco-
mitante de proteger los derechos fundamentales, cuya expresión cabal es
el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva.
• Asimismo, corresponde al Estado el enjuiciamiento de los responsables
de crímenes de lesa humanidad y, si es necesario, la adoptación de normas
restrictivas para evitar, por ejemplo, la prescripción de los delitos que vio-
lenten gravemente los derechos humanos. La aplicación de estas normas
permite la eficacia del sistema jurídico y se justifica por los intereses pre-
valentes de la lucha contra la impunidad. El objetivo, evidentemente, es
impedir que ciertos mecanismos del ordenamiento penal se apliquen con
el fin repulsivo de lograr la impunidad. Esta debe ser siempre prevenida
y evitada, puesto que anima a los criminales a la reiteración de sus con-
ductas, sirve de caldo de cultivo a la venganza y corroe dos valores fun-
dantes de la sociedad democrática: la verdad y la justicia.
• En el caso de autos, estamos ante lo que doctrinariamente se ha definido
como hábeas corpus instructivo, en el cual, el juez constitucional “a partir

85
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

de sus indagaciones sobre el paradero del detenido-desaparecido, busca


identificar a los responsables de la violación constitucional, para su pos-
terior proceso y sanción penal en la vía ordinaria, con base en el artículo 11
de la Ley N° 23506” (Landa Arroyo, César. Teoría del Derecho Procesal
Constitucional, p. 117). Esa deberá ser la labor que realice el juez del
hábeas corpus al llevar a cabo la investigación sumaria que dispone la Ley
Nº 23506, cuando se trate de un caso de desaparición forzada.
• No obstante, dada la carencia de etapa probatoria en los procesos consti-
tucionales, el que se tramita será poco eficaz para lograr la identificación
de los responsables y la consiguiente ubicación de la víctima o sus restos,
por lo que no se podrá dispensar en esta vía una tutela en los términos
en los que se ha solicitado; sin embargo, sí cabe disponer que el o los
órganos competentes inicien y culminen las investigaciones necesarias
destinadas a brindar la imperiosa información requerida.
• Finalmente, si bien cuando se produjo la presunta detención de Genaro
Villegas Namuche no se encontraba vigente en nuestro Código Penal el
delito de desaparición forzada, ello no constituye impedimento para que
se lleve a cabo el correspondiente proceso penal y se sancione a los res-
ponsables, por los otros delitos concurrentes en los hechos.
• En todo caso, si bien el principio de legalidad penal, reconocido en el
artículo 2.24.d de la Constitución, incluye entre sus garantías la de la Lex
previa, según la cual la norma prohibitiva deberá ser anterior al hecho
delictivo, en el caso de delitos de naturaleza permanente, la ley penal
aplicable no necesariamente será la que estuvo vigente cuando se ejecutó
el delito.
• Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autorización
que le confieren la Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica,
dispone que el Ministerio Público inicie la investigación correspondiente
por la desaparición de Genaro Villegas Namuche.

3. Exp. Nº 02529-2003-HC/TC-Lima (Peter Cruz Chávez)(23)

• La Asociación Americana de Juristas Rama del Perú y doña Julia Imelda


Chávez Díaz de Cruz, madre de Peter Cruz Chávez, interponen acción
de hábeas corpus, con fecha 25 de marzo de 2003, alegando denegación

(23) Sentencia del 2 de julio de 2004.

86
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

de justicia, discriminación, desaparición forzada, ejecución extrajudicial,


asesinato, secuestro de cadáveres, impunidad y tortura en agravio de los
familiares de las víctimas de los sucesos ocurridos en el Penal de Luri-
gancho (18/6/86); solicitando, la ubicación de la víctima, quien fue vista
por última vez cuando era prisionero en el Penal de San Pedro (Luri-
gancho) en el mes de junio de 1986; y que no quede impune el crimen,
debiendo sancionarse a los responsables, y la destitución y procesa-
miento del Dr. Mario Gonzales Díaz por los delitos contra la adminis-
tración pública, encubrimiento y tortura moral. Manifiestan que el bene-
ficiario de la presente acción fue apresado por la Policía Nacional del
Perú (Dincote), acusado del presunto delito de terrorismo, y que luego fue
internado en el mencionado Penal, sin acusación fiscal, y posteriormente
desaparecido y/o asesinado en los acontecimientos ocurridos en el penal
los días 18 y 19 de junio de 1986.
• El objeto principal de la presente demanda es que el Estado peruano
informe sobre la ubicación del ciudadano Peter Cruz Chávez, quien fue
visto por última vez en los acontecimientos ocurridos en el Penal de San
Pedro (Lurigancho) los días 18 y 19 de junio de 1986.
• Conforme lo ha señalado este Tribunal en la Sentencia Nº 02488-
2002-HC/TC, el derecho a la verdad, reconocido en los artículos 3 y 44
de nuestra Constitución, es un derecho que se deriva directamente del
principio de dignidad humana, y se traduce en la posibilidad de conocer
las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las cuales se cometieron
las violaciones de los derechos humanos como es el caso de las desapa-
riciones forzadas y, en el caso de fallecimiento o desaparición, en saber
sobre el destino que corrió la víctima.
• Se reconoce, en el presente caso, la comisión del delito de desaparición
forzada, el cual constituye un delito de naturaleza permanente mientras
no se establezca el destino o paradero de la víctima, resulta amparable
el petitorio, pues al no haberse tenido conocimiento del paradero de
la víctima pese al tiempo transcurrido, se ha violado el derecho a la
verdad.
• Aun cuando el derecho a la verdad no haya sido invocado expresamente
por los demandantes, este Tribunal considera que, en virtud del principio
pro actione, corresponde invocarlo en el presente caso, toda vez que este
ampara lo solicitado por los demandantes y se encuentra vinculado con el
derecho a la tutela judicial efectiva, en contraposición a la denegación de
justicia alegada por los demandantes.

87
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

• Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad


que la Constitución Política del Perú le confiere, declara FUNDADO el
hábeas corpus, disponiendo que el Ministerio Público inicie la investi-
gación correspondiente por la desaparición de Peter Cruz Chávez.

4. Exp. Nº 02663-2003-HC/TC-Cono Norte de Lima (Eleobina Mabel


Aponte Chuquihuanca)(24)

• El hábeas corpus instructivo: Esta modalidad podrá ser utilizada cuando


no sea posible ubicar el paradero de una persona detenida-desaparecida.
Por consiguiente, la finalidad de su interposición es no solo garantizar
la libertad y la integridad personal, sino, adicionalmente, asegurar el
derecho a la vida, y desterrar las prácticas de ocultamiento o indetermi-
nación de los lugares de desaparición. En efecto, la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, en el caso Ernesto Castillo Páez vs. República del
Perú (párrafo 84 de la sentencia del 3 de noviembre de 1997), estableció
lo siguiente:
“Habiendo quedado demostrado como antes se dijo (supra, párrafo
71), que la detención del señor Castillo Páez fue realizada por
miembros de la Policía del Perú y que, por tanto, se encontraba bajo
la custodia de esta, la cual lo ocultó para que no fuera localizado,
la Corte concluye que la ineficacia del recurso de hábeas corpus es
imputable al Estado, configurando con ello una violación del artículo
25 de la Convención en relación con el artículo 1.1.”.

5. Exp. Nº 02535-2003-HC/TC Lima (Asociación Americana de Juristas


Rama del Perú y otra)(25)

• Con fecha 17 de marzo de 2003, las recurrentes interponen acción de


Hábeas Corpus contra el presidente de la República, doctor Alejandro
Toledo Manrique, representado por el Procurador Público encargado de
los asuntos del Poder Ejecutivo; el Jefe del Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas, representado por el Procurador General del Ministerio
de Defensa; el ministro del Interior, señor Alfredo Sanabria Ortiz; el jefe
del Instituto Nacional Penitenciario, señor Javier Bustamante Rodríguez,
el doctor Alan García Pérez, ex presidente de la República y ex jefe

(24) Sentencia del 23 de marzo de 2004.


(25) Sentencia del 4 de noviembre de 2003.

88
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

supremo de las Fuerzas Armadas: la fiscal de la Nación, doctora Nelly


Calderón Navarro; y el fiscal adjunto provincial especializado para desa-
pariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y exhumación de fosas
clandestinas, doctor Mario Gonzales Díaz; solicitando: a) la localización
de don Gustavo Escobedo Tambo, visto por última vez el 18 de junio de
1986, como prisionero del Estado peruano en la cárcel de San Pedro (Luri-
gancho), o, en caso de ser encontrado muerto, la entrega de sus restos y la
sanción de los responsables de su asesinato; b) que se deje de pretender
la impunidad del crimen señalado, investigándose solo los casos Durand
y Ugarte de la CIDH, y c) la destitución de su cargo, así como el proce-
samiento por el delito contra la administración de justicia, encubrimiento
y tortura moral del emplazado Fiscal Especializado para Desapariciones
Forzadas. Manifiesta que el favorecido de la presente acción fue apresado
por la Policía Nacional del Perú (Dincote), acusado del presunto delito de
terrorismo, y confinado, sin acusación fiscal, en el Penal de Lurigancho,
lugar donde posiblemente murió a raíz de los acontecimientos sucedidos
en los penales entre el 18 y el 19 de junio de 1986, lo que supone la
determinación de diversas responsabilidades de tipo penal que han de
ser individualizadas. Agregan que el Fiscal Especializado para Desa-
pariciones Forzadas ya lleva dos años investigando los casos Durand y
Ugarte Alegría, negándose a denunciar ante el juez penal a los presuntos
autores de estos delitos.

• Comparece igualmente la doctora Nelly Calderón Navarro, en su


calidad de fiscal de la Nación, quien manifiesta que, estando a las reco-
mendaciones formuladas por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y al compromiso del Estado peruano, se ha creado la Fiscalía
Especializada para Desapariciones Forzosas, Ejecuciones Extrajudiciales
y Exhumaciones de Fosas Clandestinas, a fin de que se realicen las inves-
tigaciones por las desapariciones durante los días de violencia que vivió
el país, estando dicha dependencia a cargo de la fiscal Eliana Rita Álvarez
Tapia. Asimismo, sostiene que, respecto de los hechos señalados, existen
investigaciones pendientes ante el citado despacho.

• El fiscal adjunto provisional de la fiscalía especializada para desapariciones


forzadas, ejecuciones extrajudiciales y exhumación de fosas clandestinas,
doctor Mario Gonzales Díaz, rinde su declaración señalando que, durante
el tiempo (cuatro meses) que tuvo a su cargo las investigaciones por los
hechos ocurridos en los penales, la recurrente Dellanira Ruiz Mimbela
no ha presentado ningún escrito y tampoco ha solicitado la entrega de
los restos de su esposo. Por otra parte, manifiesta que en ejercicio de sus

89
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

funciones, y a fin de cumplir el mandato de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos derivado de los casos Durand y Ugarte, dispuso abrir
investigación fiscal contra el personal militar y policial y los que resultasen
responsables de los hechos ocurridos en los penales los días 18 y 19 de
junio de 1986, para que se los procese y sancione, agregando que dicha
investigación se encuentra en curso, y que incluso se vienen realizando
diligencias de exhumación de cadáveres en diversos cementerios de Lima
y distritos aledaños, donde participan peritos forenses del Ministerio
Público, representantes de la Comisión de la Verdad y abogados nom-
brados por los familiares de diversas personas desaparecidas, diligencias
todas estas que vienen siendo conducidas por la fiscal Eleana Rita Álvarez
Tapia. Añade que, por los hechos ocurridos en los penales, la Asociación
demandante presentó una denuncia ante la Cuadragésima Primera Fiscalía
Provincial en lo Penal de Lima (Denuncia N° 308-01), dirigiéndola contra
el expresidente Alan García Pérez y otros funcionarios, la que, con fecha
19 de abril de 2002, fue archivada definitivamente y confirmada por
mandato de la Sexta Fiscalía Superior en lo Penal de Lima.

• El ex presidente de la República, doctor Alan Gabriel García Pérez,


rechaza las imputaciones en su contra, precisando que, respecto de los
hechos ocurridos en los penales en el año 1986, se han efectuado investi-
gaciones en el Congreso de la República, desde el año 1990 hasta 1992,
de las cuales ha sido eximido de toda responsabilidad; asimismo, expresa
que existe un proceso tramitado por decisión de la Corte Suprema ante
el fuero militar y que culminó con la sanción a los responsables; que
posteriormente, y de modo sucesivo, se han tramitado tres denuncias
ante las fiscalías provinciales de Lima, las que, una tras otra, han sido
archivadas y confirmadas por las respectivas fiscalías superiores. Agrega
que actualmente se encuentra en curso una cuarta investigación a cargo
de la Fiscalía Especializada en Desapariciones y Ejecuciones Extrajudi-
ciales, la cual se ha abierto por mandato emitido por la Corte Interame-
ricana, únicamente para los casos Durand y Ugarte.

• Merituados los argumentos de las partes, las diligencias realizadas y las


instrumentales obrantes en el expediente, este Colegiado considera que
la presente vía resulta inadecuada para tramitar el petitorio reclamado,
por las siguientes razones: a) aun cuando en doctrina se suele postular la
existencia del llamado hábeas corpus instructivo, como aquella variante
procesal que procede respecto de personas detenidas y luego desapa-
recidas, a fin de determinar la existencia de responsabilidad constitu-
cional en las autoridades o particulares que incurrieron en tales hechos,

90
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

resulta evidente que ello se encuentra condicionado a que, mediante los


mismos elementos que configuran el proceso, consistentes en la dili-
gencias de constatación y el acopio de documentos o instrumentales, se
pueda verificar con exactitud las conductas inconstitucionales imputadas.
De no ser así o, simplemente, de ser insuficientes tales elementos, la vía
idónea no puede ser la constitucional, sino, específicamente, la penal;
b) en el caso de autos queda claro que, si bien el juzgador constitucional
ha cumplido las diligencias de ley, tomando las declaraciones del caso
y efectuando acopio de aquellas instrumentales que puedan resultar de
interés para la causa. la determinación de responsabilidades en la desa-
parición y posterior deceso intencional del favorecido requiere necesa-
riamente, y de modo preliminar, de la actuación de determinadas pruebas
(exhumación del cadáver, necropsia de ley, etc.), para las cuales no está
configurado el presente proceso; c) debe quedar establecido, sin embargo,
que el hecho de que actualmente y por mandato de la Corte Interame-
ricana de Derechos Humanos, se vengan investigando las responsabi-
lidades penales en los casos de las desapariciones de los señores Durand
y Ugarte, no excluye la posibilidad de que otras personas desaparecidas
en las mismas circunstancias puedan acceder a una investigación penal,
a fin de deslindar las responsabilidades de ley. Sin embargo, y así como
se tiene el derecho de acudir a la vía correspondiente (en este caso, la
penal), es igual de indiscutible que se ha de estar a lo que las autoridades
competentes del Ministerio Público o, en su caso, del Poder Judicial,
en su momento determinen. De no ser así, simplemente se quebraría la
seguridad jurídica con la interposición de sucesivas denuncias que no
tuvieran por objeto el descubrimiento de la verdad y la determinación, de
ser el caso, de responsabilidades de contenido penal, sino el deliberado
propósito de reiterar petitorios, cuya improcedencia se sabe de antemano.
• Por este fundamento, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones
que le confieren la Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica, falla
declarando IMPROCEDENTE la acción de hábeas corpus.

6. Exp. Nº 01441-2004-HC/TC-Lima Asociación Americana de Juris-


tas-Rama del Perú y otros(26)

• Con fecha 27 de octubre de 2003 los recurrentes interponen la presente


acción de hábeas corpus solicitando la ubicación de la persona de don

(26) Sentencia del 22 de julio de 2004.

91
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

José Fernando Domínguez Berrospi, visto por última vez el 18 de junio


de 1986, como prisionero del Estado peruano en la cárcel de San Pedro
(Lurigancho), o, en caso de ser encontrado muerto, la entrega de sus
restos y la sanción de los responsables de su asesinato. Igualmente que se
deje de pretender la impunidad del crimen señalado, investigándose solo
los casos Durand y Ugarte de la CIDH. Plantean que a los responsables
se les abra la instrucción correspondiente, condenándoseles y destituyén-
doseles del cargo, y asimismo, se les condene al pago de costa y una
indemnización por el daño causado, procesándoles por el delito contra la
administración de justicia, encubrimiento y tortura moral.
• Décimo Cuarto Juzgado en lo Penal de Lima rechazó de plano la acción,
de conformidad con el artículo 14, de la Ley N° 25398, por estimar
que la discriminación, la desaparición forzada, ejecuciones extraju-
diciales, asesinato, secuestro de cadáveres, impunidad y tortura que
se atribuyen a los demandados son de exclusiva competencia de una
fiscalía ad hoc, órgano ante el cual los accionantes deben hacer de cono-
cimiento las argumentaciones que esgrimen en la demanda. La Tercera
Sala Especializada en lo Penal para Procesos con Reos Libres de la
Corte Superior de Justicia de Lima, confirmó la apelada por considerar
que la determinación de responsabilidades penales por la desaparición
y posterior deceso intencional del beneficiario, requiere necesariamente
de la actuación de pruebas, lo que no se encuentra configurado en el
presente proceso.
• Del análisis de la demanda y del contexto fáctico de los escritos ulte-
riores presentados por los promotores de la presente acción, se desprende
que el objeto central y principal de la reclamación constitucional, es
que el Estado peruano informe sobre la ubicación de don José Fernando
Domínguez Berrospi; y que, en caso se acreditare fehacientemente su
deceso, se haga entrega del cadáver a sus familiares.
• En el caso de autos se configure lo que la doctrina ha definido como
hábeas corpus instructivo en el cual el juez constitucional, a partir de
sus indagaciones sobre el paradero del detenido-desaparecido, tutela el
derecho a la verdad reconocido en los artículos 3 y 44 de la Constitución
Política del Perú, que se deriva directamente del principio de dignidad
humana y se traduce en la posibilidad de conocer las circunstancias de
tiempo, modo y lugar en las cuales se cometieron las violaciones de los
derechos humanos –como es el caso de las desapariciones forzadas–.
Así lo ha resuelto este Tribunal en el Exp. N° 02529-2003-HC/TC, de
fecha 2 de julio de 2004, a efectos de que se investigue el paradero del

92
FERNANDO VICENTE NÚÑEZ PÉREZ

detenido-desaparecido Peter Cruz Chávez y, que de ser el caso, se haga


entrega de los restos de este a sus familiares.
• Respecto a los pedidos de destitución y procesamiento de los emplazados
con esta demanda, la pretensión no resulta procedente en este extremo
por no ser objeto de este tipo de acción de garantía, aspecto en que han
de estar, indiscutiblemente, a lo que las autoridades competentes del
Ministerio Público o del Poder Judicial, respectivamente, en su momento
determinaron o en el futuro determinen.

93
CAPÍTULO VI
El hábeas corpus conexo
conforme al Tribunal
Constitucional peruano
MARIO ALFREDO MUÑOZ VILLANUEVA

CAPÍTULO VI
El hábeas corpus conexo conforme
al Tribunal Constitucional peruano
Luis Andrés ROEL ALVA(*)

Introducción
El presente artículo tiene como finalidad desarrollar la figura del proceso
constitucional de hábeas corpus conexo y sus distintas aplicaciones señaladas
tanto en el Código Procesal Constitucional como en la doctrina jurisprudencial
de nuestro Tribunal Constitucional (TC).
Es así que en el presente artículo abordaremos como marco teórico
general la concepción jurídica del proceso constitucional de hábeas corpus,
sus causales de improcedencia y su tipología determinada por la doctrina y
la jurisprudencia del TC peruano, para terminar desarrollando de forma espe-
cífica y detallada la figura procesal del proceso constitucional del hábeas
corpus conexo, su procedencia y los casos en que resulta viable jurídicamente
su interposición ante la jurisdicción constitucional(1).

I. Procesos constitucionales de libertad


Para empezar, la noción de Estado Constitucional de Derecho tiene como
característica más destacada; “(…) la orientación del Estado a la protección

(*) Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Especialista en Derechos Humanos por la
American University Washington College of Law (EE.UU.).
(1) Sobre la jurisdicción constitucional nacional, el TC se ha pronunciado al respecto señalando que:
“(…) el primer nivel de protección de los derechos fundamentales le corresponde a los jueces
del Poder Judicial a través de los procesos judiciales ordinarios. Conforme al artículo 138 de la
Constitución, los jueces administran justicia con arreglo a la Constitución y las leyes, puesto que
ellos también garantizan una adecuada protección de los derechos y libertades reconocidos por la
Constitución. Sostener lo contrario significaría firmar que solo el amparo es el único medio para
salvaguardar los derechos constitucionales, a pesar de que a través de otros procesos judiciales
también es posible obtener el mismo resultado. De igual modo, debe tenerse presente que todos
los jueces se encuentran vinculados por la Constitución y los tratados internacionales de derechos
humanos; más aún, la Constitución los habilita a efectuar el control difuso conforme a su artículo
138”. En: STC Exp. Nº 00206-2005-PA/TC, f.j. 5.

97
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

de los derechos al margen –o incluso por encima– de la ley: ya no eficacia


de los derechos en la medida y en los términos marcados por la ley, sino
eficacia de los derechos en la medida y en los términos establecidos en la
Constitución”(2). Dicho esto, podemos establecer que los procesos constitu-
cionales son un conjunto de actos que tienen como finalidad que toda persona
tenga una tutela efectiva de los derechos que le reconoce la Constitución
cuando estos han sido vulnerados por un órgano o autoridad del Estado y/o
particular, y al mismo tiempo, están dirigidos a garantizar la supremacía
constitucional, si asumimos la doble dimensión de dichos procesos, que
explicaremos más adelante.
Al respecto, en nuestra realidad jurídica, los mecanismos procesales de
protección de derechos constitucionales fueron pensados para la protección de
la persona frente a los abusos del poder del Estado, por lo que estos procesos
son decisivos para asegurar la plena vigencia de los derechos y libertades,
así como la plena eficacia de la supremacía constitucional(3). Sobre esto, el
Tribunal Constitucional peruano ha declarado que los procesos constitu-
cionales poseen una doble dimensión y que en el caso de los procesos que
tienen por objeto la tutela subjetiva de los derechos constitucionales, estos
también tienen como fin la tutela objetiva de la Constitución, teniendo como
premisa que la defensa de los derechos no concierne únicamente al titular del
derecho vulnerado, sino también al Estado y a la sociedad en su conjunto(4).
En tal sentido, se podría llegar a una primera premisa que la finalidad de
los procesos constitucionales sean estos, la tutela de derechos fundamentales
como garantizar la supremacía constitucional, requieren de características

(2) GASCÓN ABELLÁN, Marina y GARCÍA FIGUEROA, Alfonso. La argumentación en el Derecho.


2ª edición, Palestra, Lima, 2005, p. 27.
(3) ROEL ALVA, Luis Andrés. El principio de elasticidad en los procesos constitucionales: Concepto,
alcances y límites a partir de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Tesis para obtener el
título de abogado. PUCP, Lima, 2010, sustentada el 20 de noviembre.
(4) STC Exp. N° 00023-2005-PI/TC, f.j. 11. Esta conclusión se deriva de la teoría de la doble dimensión
de los derechos constitucionales, que el mismo TC ha declarado que: “(…) los derechos fundamentales
no sólo tienen una vertiente subjetiva, sino también una dimensión objetiva, pues representan los
valores materiales de todo el sistema jurídico nacional y, en esa condición, informan a la legislación,
administración y jurisdicción. En esa medida, el Tribunal considera que el amparo no sólo puede
entenderse como un proceso en cuyo seno se diluciden problemas que atañen únicamente a las
partes que en él participen, sino como una acción de garantía en la cual subyace un orden público,
representado por los derechos constitucionales cuya defensa, en el ámbito de su competencia, la
Norma Suprema ha encomendado al Tribunal Constitucional”. En: STC Exp. N° 02050-2002-AA/
TC, f.j. 25.

98
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

especiales, que permitan una real tutela de los derechos y los diferencien del
resto de procesos(5).
La razón de ello radica en que la Constitución dentro del Estado Consti-
tucional de Derecho no debe devenir en un simple catálogo de normas sobre
derechos, valores y principios constitucionales sin mayor repercusión en la
vida de las personas. Es por tal motivo que todos los procesos constitucionales
comparten una doble dimensión o naturaleza en su objeto de defensa. Es así
que los procesos de tutela en su dimensión subjetiva buscan la protección
urgente de los derechos constitucionales, mientras que en la dimensión
objetiva, estos procesos deben garantizar los contenidos y principios que se
encuentran en nuestra Carta Magna(6).
Por ello, a través de los procesos constitucionales de tutela se busca
asegurar el goce efectivo de estos derechos constitucionales ante cualquier
violación o amenaza sufrida, restableciendo la normalidad constitucional
allí donde haya sido alterada. Sin embargo, este no es el único objeto de
los procesos constitucionales, ya que no solo se busca la protección de los
derechos fundamentales, sino también la constitucionalidad del derecho
objetivo, siendo esto determinante para diferenciar entre la naturaleza de estos
procesos y los procesos ordinarios, ya que los procesos constitucionales son
de naturaleza excepcional por la finalidad que estos poseen(7).

(5) RTC Nº 06095-2008-PA/TC, f.j. 4; RTC Nº 03510-2010-PA/TC, f.j. 3.


(6) En este orden de ideas, es que uno de los fundamentos del Estado Constitucional de Derecho
consiste en la tutela de los derechos constitucionales, lo que “(…) obliga a reconocer y consagrar
jurídicamente mecanismos procesales específicos destinados a su protección como son los procesos
constitucionales de la libertad (en el caso peruano el amparo, el hábeas corpus y el hábeas data),
instancias competentes con todos los elementos necesarios para garantizar esa protección (aquí
contamos con especial prevalencia a las entidades con fisonomía jurisdiccional, en tanto son las
llamadas a ejercer un control jurídico por excelencia, y se encuentran alejadas de pautas políticas
que distorsionen la aplicación que hagan del Derecho, en tanto gozan, entre otros elementos, de
independencia) y sobre todo, su eficacia jurídica frente a toda actuación que se repute lesiva de ellos”.
En: DONAYRE MONTESINOS, Christian. Algunas reflexiones en torno al amparo electoral y los
mecanismos previstos para asegurar la ejecución de las sentencias emitidas en estos casos por los
jueces constitucionales. Lima, Gaceta Jurídica, 2007, p. 8.
(7) STC Exp. Nº 00266-2002-AA/TC, f.j. 5. Sobre esto el Tribunal Constitucional peruano ha señalado
que: “(…) La consagración constitucional de estos procesos les otorga un especial carácter, que los
hace diferentes de los procesos ordinarios en cuatro aspectos: 1) Por sus fines, pues a diferencia de los
procesos constitucionales, los ordinarios no tienen por objeto hacer valer el principio de supremacía
constitucional ni siempre persiguen la protección de los derechos fundamentales; 2) Por el rol del juez,
porque el control de la actuación de las partes procesales por parte del juez es mayor en los procesos
constitucionales; 3) Por los principios orientadores, pues si bien es cierto que estos principios,
nominalmente, son compartidos por ambos tipos de procesos, es indudable que la exigencia del
cumplimiento de principios como los de publicidad, gratuidad, economía procesal, socialización del

99
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Así, los procesos de tutela de los derechos constitucionales son los


procesos constitucionales de hábeas corpus, de amparo y hábeas data,
teniendo como finalidad los dos primeros restablecer al recurrente el pleno
goce y ejercicio sus derechos, reponiendo estos a la situación anterior a la
afectación, siendo medios concluyentes para restablecerlos de forma defi-
nitiva(8), mientras que el hábeas data tiene como finalidad garantizar el
derecho al acceso a la información pública como el derecho a la autodetermi-
nación informativa(9).
Sobre el proceso constitucional de hábeas corpus, como figura jurídica
procesal, será desarrollado a continuación:

II. Hábeas corpus

1. Proceso constitucional de hábeas corpus

Ahora, la libertad personal es un derecho subjetivo, reconocido en el


inciso 24) del artículo 2 de la Constitución Política del Estado, y que también
se encuentra en las disposiciones de diversos Tratados Internacionales de
Derechos Humanos suscritos por el Perú, como en el inciso 1) del artículo 9
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el inciso 2) del
artículo 7 de la Convención Interamericana sobre Derecho Humanos(10).
Al respecto, y como hemos señalado líneas arriba, en el Estado Consti-
tucional de Derecho se garantiza a través de los procesos constitucionales el
pleno goce de los derechos constitucionales. Entonces, frente a la afectación

proceso, impulso oficioso, elasticidad y de favor processum o pro actione, es fundamental e ineludible
para el cumplimiento de los fines de los procesos constitucionales; y 4) Por su naturaleza, que es
de carácter subjetivo-objetivo, pues no solo protegen los derechos fundamentales entendidos como
atributos reconocidos a favor de los individuos, sino también, en cuanto se trata de respetar los valores
materiales del ordenamiento jurídico, referidos en este caso a los fines y objetivos constitucionales de
tutela de urgencia (…)”. En: STC Exp. Nº 00023-2005-PI/TC, f.j. 10.
(8) ROEL ALVA, Luis Andrés. El amparo directo ante el Tribunal Constitucional. Tesis para obtener el
título de Magíster en Derecho Constitucional. PUCP, Lima, 2013.
(9) Artículo 61 del Código Procesal Constitucional.
(10) Al respecto, nuestro Tribunal Constitucional ha señalado que la libertad individual “En cuanto
derecho subjetivo, garantiza que no se afecte indebidamente la libertad física de las personas, esto
es, su libertad locomotora, ya sea mediante detenciones, internamientos o condenas arbitrarias. Los
alcances de la garantía dispensada a esta libertad comprende frente a cualquier supuesto de privación
de la libertad locomotora, independientemente de su origen, la autoridad o persona que la haya
efectuado”. En: STC Exp. Nº 01091-2002-HC/TC.

100
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

del derecho a la libertad personal la vía idónea para su protección es el proceso


de hábeas corpus, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 200 de la Cons-
titución Política de 1993, que lo constituye como el proceso constitucional
destinado a la tutela de la libertad personal, tal como lo señala Luis Huerta
Guerrero “(…) es una institución cuyo objetivo consiste en proteger la libertad
personal, independientemente de la denominación que recibe el hecho cues-
tionado (detención, arresto, prisión, secuestro, desaparición forzada, etc.) De
acuerdo a la Constitución de 1993 (...) procede contra cualquier autoridad, fun-
cionario o persona, por cualquier acción u omisión que implique una amenaza
o violación de la libertad personal”(11).
En tal sentido, el hábeas corpus es el proceso constitucional específico
para defender y preservar el derecho a la libertad personal, el que opera no
solo cuando exista una afectación consumada a este derecho, sino también
cuando haya una real amenaza a este, como bien declara nuestro TC: “El
hábeas corpus no solo procede ante el hecho u omisión de cualquier autoridad,
funcionario o persona que vulnera la libertad individual o derechos conexos,
sino también ante la amenaza de que se pueda producir tal vulneración. Para
tal efecto, debe reunir determinadas condiciones tales como: a) la inminencia
de que se produzca el acto vulnerador, esto es, que se trate de un atentado a la
libertad personal que esté por suceder prontamente o en proceso de ejecución,
no reputándose como tal a los simples actos preparatorios; y b) que la amenaza
a la libertad sea cierta, es decir, que exista un conocimiento seguro y claro de
la amenaza a la libertad, dejando de lado conjeturas o presunciones”(12).
Asimismo, el hábeas corpus no solo se encuentra en nuestra normativa
legal(13) y constitucional, pues también se encuentra contemplado en el inciso
6) del artículo 7 del Pacto de San José de Costa Rica, el cual establece: “Toda
persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o
tribunal competente, a fin de que este decida sin demora, sobre la legalidad
de su arresto, o detención y ordene su libertad si el arresto o detención
fueran ilegales. En los Estados partes cuyas leyes prevén que toda persona
que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir
a un juez o tribunal competente a fin de que este decida sobre la legalidad de

(11) HUERTA GUERRERO, Luis Alberto. Libertad personal y Hábeas Corpus. Comisión Andina de
Juristas, Lima, 2003, p. 47.
(12) STC Exp. Nº 03316-2006-HC/TC, f.j. 2.
(13) El proceso de hábeas corpus protege aquellos derechos enunciados en el artículo 25 del Código
Procesal Constitucional del Perú.

101
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos
podrán interponerse por sí o por otra persona” (resaltado nuestro).
De igual forma, las lesiones y afectaciones del derecho a la libertad indi-
vidual pueden ser de diferentes formas y magnitudes, y por ende, el hábeas
corpus debe adaptarse a dichas situaciones. Por tal motivo, la doctrina nacional
e internacional coinciden, y esto sigue nuestro TC, en crear varias clases de
dicho proceso constitucional, para que este proceso pueda cumplir con su
finalidad y proteger de las diversas vulneraciones al derecho a la libertad
personal y derechos conexos(14).
Por lo tanto, de lo expuesto podemos inferir claramente que la pro-
tección del proceso de hábeas corpus no se limita al derecho constitucional
a la libertad individual, libre tránsito, la integridad personal y conexos; sino
que, conforme a nuestra Carta Constitucional, el Código Procesal Constitu-
cional y el desarrollo jurisprudencial de nuestro TC, la protección del hábeas
corpus también puede ser utilizada cuando se vulneren los derechos al debido
proceso, la tutela jurisdiccional efectiva en resoluciones judiciales que afecten
la libertad personal, entre otros. De este modo, se optimiza la protección de
los derechos constitucionales que como indicáramos anteriormente, es con-
sustancial al Estado Constitucional de Derecho(15).

2. Causales de improcedencia del hábeas corpus

En el presente acápite analizaremos los supuestos en los que los jueces


constitucionales podrán rechazar liminarmente una demanda de hábeas corpus,
los que se encuentran contenidos en la Sentencia del Tribunal Constitucional
recaída en el Expediente N° 06218-2007-PHC/TC(16). En efecto, mediante este
fallo, el TC peruano estableció reglas claras para la procedencia del proceso
constitucional de hábeas corpus, delimitando los supuestos en los cuales los

(14) En efecto, nuestro TC ha declarado al respecto que: “(…) que el proceso constitucional de hábeas
corpus, aun cuando tradicionalmente ha sido concebido como un recurso o mecanismo procesal
orientado, por antonomasia, a la tutela del contenido constitucionalmente protegido del derecho
fundamental a la libertad personal, su evolución positiva, jurisprudencial, dogmática y doctrinaria
ha determinado que su propósito garantista transcienda el objetivo descrito para convertirse en una
verdadera vía de protección de lo que podría denominarse la esfera subjetiva de libertad de la persona
humana, correspondiente no sólo al equilibrio de su núcleo psicosomático, sino también a todos
aquellos ámbitos del libre desarrollo de su personalidad que se encuentren en relación directa con la
salvaguarda del referido equilibrio”. En: STC Exp. Nº 2490-2010-PHC/TC, f.j. 1.
(15) STC Exp. N° 01230-2002-HC/TC, f.j. 4.
(16) STC Exp. N° 06218-2007-PHC/TC, f.j. 12.

102
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

jueces constitucionales podrán rechazar liminarmente una demanda de hábeas


corpus, las cuales son:
a) El primer supuesto que ofrece el TC para la improcedencia liminar del
hábeas corpus, es cuando se cuestione una resolución judicial que no sea
firme.
b) En el segundo supuesto, el TC establece que se pueda rechazar limi-
narmente la demanda si los hechos y el petitorio no están referidos en
forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho
invocado. Entendemos que con este supuesto se busca evitar que algunos
abogados desnaturalicen los procesos constitucionales, utilizándolos para
alargar los litigios, y así brindar falsas esperanzas a sus representados.
c) El tercer supuesto planteado por el TC precisa que la improcedencia se
da cuando en la presentación de la demanda haya cesado la amenaza o
violación de un derecho constitucional o esta se haya convertido en irre-
parable.
d) En el cuarto supuesto expuesto se puede rechazar liminarmente la
demanda de hábeas corpus cuando se cuestione una resolución firme
recaída en otro proceso constitucional o haya litispendencia.
e) También se rechazará liminarmente cuando: “(…) se cuestionen las reso-
luciones definitivas del Consejo Nacional de la Magistratura en materia
de destitución y ratificación de jueces y fiscales, siempre que dichas reso-
luciones hayan sido motivadas y dictadas con previa audiencia al inte-
resado. En este supuesto, la improcedencia de la demanda se justifica en
la medida que las resoluciones cuestionadas no inciden directamente en
el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la libertad indi-
vidual ni en los contenidos de los derechos conexos a ella”.
f) Finalmente, se rechazará liminarmente cuando se trate de conflictos entre
entidades de Derecho Público interno(17).
De tal forma, el TC supera la omisión de regulación de las causales
de improcedencia del proceso de hábeas corpus en el Código Procesal

(17) STC Exp. Nº 06218-2007-PHC/TC, f.j. 12. Ver también: ROEL ALVA, Luis Andrés y RUIZ
MOLLEDA, Juan Carlos. “El Tribunal Constitucional señala supuestos de improcedencia de Hábeas
Corpus de manera imprecisa y contradictoria con su propia jurisprudencia”. En: Diálogo con la
Jurisprudencia, Nº 126, Gaceta Jurídica, Lima, 2009, pp. 23-30.

103
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Constitucional, a diferencia de los procesos de amparo(18), cumplimiento(19)


e inconstitucionalidad(20) que sí tienen causales de improcedencia que se
encuentran detalladas y especificadas en dicho cuerpo normativo. Asimismo,
el TC estableció de forma clara y precisa que cuando los hechos y el petitorio
de la demanda de hábeas corpus no se encuentran referidos en forma
directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado se
deberá rechazar la demanda de manera liminar(21), en concordancia con lo
establecido en el inciso 1) del artículo 5 del Código Procesal Constitucional
que establece esta como causal de improcedencia para los procesos constitu-
cionales en general.

3. Tipología del proceso constitucional de hábeas corpus

En la actualidad el proceso constitucional de hábeas corpus ha dejado


de ser el modelo clásico que estaba dirigido únicamente a la protección del
derecho a la libertad personal. Actualmente, el hábeas corpus tiene como
finalidad no solo la protección del derecho a la libertad individual, sino
también los derechos conexos a esta; por tal motivo, tanto la doctrina como
la jurisdicción constitucional han desarrollado una tipología que permite una
mejor tutela de estos derechos.
Al respecto, nuestra jurisdicción constitucional no podía obviar dicha
obligación de ofrecer una mejor tutela del derecho a la libertad y sus derechos
conexos. Es así que nuestro Tribunal Constitucional en la sentencia emitida
en el caso “Eleobina Mabel Aponte Chuquihuanca”(22), detalla la tipología
del hábeas corpus a emplearse en la jurisdicción constitucional; esto es, el
hábeas corpus reparador, restringido, correctivo, preventivo, traslativo, ins-
tructivo, innovativo y conexo. Desarrollaremos brevemente cada uno de ellos,
conforme a lo establecido por nuestro TC:
a) Hábeas corpus reparador: “Dicha modalidad se utiliza cuando se
produce la privación arbitraria o ilegal de la libertad física como con-
secuencia de una orden policial; de un mandato judicial en sentido lato
–juez penal, civil, militar–; de una decisión de un particular sobre el inter-
namiento de un tercero en un centro psiquiátrico sin el previo proceso

(18) Artículos 5 y 47 del Código Procesal Constitucional.


(19) Artículo 70 del Código Procesal Constitucional.
(20) Artículo 104 del Código Procesal Constitucional.
(21) STC Exp. Nº 06218-2007-PHC/TC, f.j. 12.
(22) STC Exp. Nº 02663-2003-HC/TC.

104
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

formal de interdicción civil; de una negligencia penitenciaria cuando


un condenado continúe en reclusión pese a haberse cumplido la pena;
por sanciones disciplinarias privativas de la libertad; etc. En puridad, el
hábeas corpus reparador representa la modalidad clásica o inicial des-
tinada a promover la reposición de la libertad de una persona indebi-
damente detenida”.
b) Hábeas corpus restringido: “Se emplea cuando la libertad física o de
locomoción es objeto de molestias, obstáculos, perturbaciones o incomo-
didades que, en los hechos, configuran una seria restricción para su cabal
ejercicio. Es decir, que, en tales casos, pese a no privarse de la libertad
al sujeto, ‘se le limita en menor grado’. Entre otros supuestos, cabe men-
cionar la prohibición de acceso o circulación a determinados lugares;
los seguimientos perturbatorios carentes de fundamento legal y/o prove-
nientes de órdenes dictadas por autoridades incompetentes; las reiteradas
e injustificadas citaciones policiales; las continuas retenciones por control
migratorio o la vigilancia domiciliaria arbitraria o injustificada, etc.”.
c) Hábeas corpus correctivo: “Dicha modalidad, a su vez, es usada
cuando se producen actos de agravamiento ilegal o arbitrario respecto
a las formas o condiciones en que se cumplen las penas privativas de
la libertad. Por ende, su fin es resguardar a la persona de tratamientos
carentes de razonabilidad y proporcionalidad, cuando se ha determinado
cumplir un mandato de detención o de pena”.
d) Hábeas corpus preventivo: “Este podrá ser utilizado en los casos en
que, no habiéndose concretado la privación de la libertad, existe empero
la amenaza cierta e inminente de que ello ocurra, con vulneración de la
Constitución o la ley de la materia”.
e) Hábeas corpus traslativo: “Es empleado para denunciar mora en el
proceso judicial u otras graves violaciones al debido proceso o a la tutela
judicial efectiva; es decir, cuando se mantenga indebidamente la pri-
vación de la libertad de una persona o se demore la determinación juris-
diccional que resuelva la situación personal de un detenido”.
f) Hábeas corpus instructivo: “Esta modalidad podrá ser utilizada cuando
no sea posible ubicar el paradero de una persona detenida-desaparecida.
Por consiguiente, la finalidad de su interposición es no solo garantizar
la libertad y la integridad personal, sino, adicionalmente, asegurar el
derecho a la vida, y desterrar las prácticas de ocultamiento o indetermi-
nación de los lugares de desaparición”.

105
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

g) Hábeas corpus innovativo: “Procede cuando, pese a haber cesado la


amenaza o la violación de la libertad personal, se solicita la intervención
jurisdiccional con el objeto de que tales situaciones no se repitan en el
futuro, en el particular caso del accionante”.
h) Hábeas corpus conexo: “Cabe utilizarse cuando se presentan situaciones
no previstas en los tipos anteriores. Tales como la restricción del derecho
a ser asistido por un abogado defensor libremente elegido desde que una
persona es citada o detenida; o de ser obligado a prestar juramento; o com-
pelido a declarar o reconocer culpabilidad contra uno mismo, o contra el
o la cónyuge, etc.”(23).
La enumeración arriba realizada tiene como objetivo determinar no solo
la tipología del hábeas corpus, sino cuál es la finalidad que persigue cada uno
de ellos, en especial el hábeas corpus conexo, el cual es materia de análisis en
el presente artículo.

III. Hábeas corpus conexo

1. Figura procesal del proceso constitucional de hábeas corpus conexo

Como bien refiere el profesor Nestor Pedro Sagüés, el proceso consti-


tucional de hábeas corpus “(…) en su origen histórico surge como remedio
contra una detención. Sin arresto, el hábeas corpus parecería no tener razón
de ser, ya que es un remedio, precisamente, contra aprehensiones ilegales. Su
meta natural, por los demás estriba en disponer una libertad”(24). Sin embargo,
agrega que el desarrollo posterior del instituto “(...) lo ha hecho proyectarse
hacia situaciones y circunstancias que si bien son próximas a un arresto, no se
identifican necesariamente con él”. De ahí que se reconozca que “(…) algunas
figuras del hábeas corpus (…) abandonan los límites precisos de la libertad
física para tutelar derechos –constitucionales también– aunque de índole
distinta”(25).
Así entonces, el inciso 1), del artículo 200 de nuestra Constitución establece
que el proceso constitucional de hábeas corpus, procede:

(23) STC Exp. Nº 02663-2003-HC/TC, f.j. 6.


(24) SAGÜÉS, Nestor Pedro. Derecho Procesal Constitucional: Hábeas corpus. Astrea, Buenos Aires,
1988, p. 143.
(25) Ídem.

106
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

“(…) ante el hecho u omisión, por parte de cualquier persona, funcionario


o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos
constitucionales conexos”.
Nuestra Carta Magna ha establecido expresamente que procede el
hábeas corpus cuando se vulnera o amenaza el derecho a la libertad indi-
vidual o los derechos constitucionales cuya afectación tengan conexidad con
dicho derecho(26).
De igual forma, el último párrafo del artículo 25 del Código Procesal
Constitucional, Ley Nº 28237, señala:
“Artículo 25.- Derechos protegidos Procede el hábeas corpus ante la
acción u omisión que amenace o vulnere los siguientes derechos que,
enunciativamente, conforman la libertad individual:
(…)
También procede el hábeas corpus en defensa de los derechos constitu-
cionales conexos con la libertad individual, especialmente cuando se trata
del debido proceso y la inviolabilidad del domicilio”.
Este extremo del artículo 25 del Código Procesal Constitucional desa-
rrolla el supuesto establecido en el inciso 1) del artículo 200 de la Consti-
tución, haciendo más explícito que los derechos constitucionales protegidos
por el hábeas corpus deben ser conexos con el derecho a la libertad individual,
prestando un especial interés a los derechos al debido proceso y a la inviola-
bilidad del domicilio; mas no se circunscribe solamente a estos dos derechos.
Es así que nuestro TC, interpretando tanto la norma constitucional como
el dispositivo legal previamente citado, ha señalado que:
“Cabe utilizarse cuando se presentan situaciones no previstas en los tipos
anteriores. Tales como la restricción del derecho a ser asistido por un
abogado defensor libremente elegido desde que una persona es citada o
detenida; o de ser obligado a prestar juramento; o compelido a declarar o
reconocer culpabilidad contra uno mismo, o contra el o la cónyuge, etc.
Es decir, si bien no hace referencia a la privación o restricción en sí de
la libertad física o de la locomoción, guarda, empero, un grado razonable

(26) VV.AA. El Habeas Corpus de Fujimori. Razones para su improcedencia. Instituto de Defensa Legal,
Lima, 2011, p. 15.

107
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

de vínculo y enlace con este. Adicionalmente, permite que los derechos


innominados –previstos en el artículo 3 de la Constitución– entroncados
con la libertad física o de locomoción, puedan ser resguardados.
Esta tipología ha sido elaborada de modo casuístico, en atención a la
continua evolución que ha experimentado este proceso constitucional,
por lo que no puede ser tomada como un númerus clausus”(27).
En tal sentido, nuestro TC establece a través de su jurisprudencia una
concepción amplia en cuanto a la tutela de derechos por parte del hábeas
corpus conexo, alejándose de una noción restringida o de un númerus clausus
de derechos fundamentales conexos a la libertad personal a efectos de su
tutela, en la cual el hábeas corpus podría proteger el derecho a la libertad
personal y a un núcleo duro de derechos fundamentales que se concentran en
torno a dicho derecho, tales como el derecho a la seguridad(28), a la libertad
de tránsito(29), a la integridad personal(30), entre otros(31). Es así que el TC a
partir de la interpretación conjunta del principio pro homine(32) y lo deter-
minado en el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Consti-
tucional(33), dispone que se debe acoger una concepción amplia del objeto
de tutela por parte del proceso constitucional de hábeas corpus conexo, con
la finalidad de no excluir ningún supuesto de afectación de derechos que

(27) STC Exp. N° 02663-2003-HC/TC, f.j. 6.


(28) Inciso 24 del artículo 2 de la Constitución.
(29) Inciso 11 del artículo 2 de la Constitución.
(30) Literal h del inciso 24 del artículo 2 de la Constitución.
(31) STC Exp. N° 04098-2005-HC/TC, f.j. 3.
(32) Para el profesor Edgar Carpio, citando a Mónica Pinto, el principio pro homine es “(…) un criterio
hermeneútico que informa todo el Derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe
acudir a la norma más amplia o a la interpretación más extensiva, cuando se trata de reconocer
derechos protegidos o, inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata
de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o a su suspensión extraordinaria”.
En: PINTO, Mónica. “El Principio pro homine. Criterios de hermeneútica y pautas para la regulación
de los derechos humanos”. En ABREGU, Martín y COURTIS, Christian (Compiladores). La
aplicación de los tratados internacionales sobre derechos humanos por los tribunales locales.
Buenos Aires: Editores, 1997, p. 163. Citado por CARPIO MARCOS, Edgar. La interpretación de
los derechos fundamentales. Palestra, Lima, 2004, p. 28.
(33) Código Procesal Constitucional
“Artículo V.- Interpretación de los Derechos Constitucionales
El contenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los procesos regulados en
el presente Código deben interpretarse de conformidad con la Declaración Universal de Derechos
Humanos, los tratados sobre derechos humanos, así como las decisiones adoptadas por los tribunales
internacionales sobre derechos humanos constituidos según tratados de los que el Perú es parte”.

108
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

tengan conexidad con el derecho a la libertad personal y de esta forma brin-


darles la protección debida(34).

2. Requisito especial de procedencia del proceso constitucional de


hábeas corpus conexo

En nuestro contexto jurídico, para que el proceso constitucional de hábeas


corpus conexo proceda en la jurisdicción constitucional se requiere del cum-
plimiento de un requisito especial de procedencia, el mismo que ha sido esta-
blecido por nuestro TC en su diversa y amplia jurisprudencia respecto a esta
figura procesal. Este exige que la afectación de cualquier derecho constitu-
cional para ser considerado como “conexo” debe causar una amenaza o vul-
neración directa del derecho a la libertad personal, constituyéndose en el fun-
damento indispensable para su procedencia(35).
Arribamos a esta conclusión porque en estos pronunciamientos el TC
ha establecido que para cumplir con la procedencia del citado proceso en un
caso de vulneración de derechos constitucionales relacionados con la libertad
personal, el juez constitucional deberá analizar que la mencionada privación
se haya realizado de forma inconstitucional y que la misma genere como con-
secuencia una restricción al derecho a la libertad personal del recurrente. En
efecto, afirmamos esto porque nuestro TC determinó que: “(…) no cualquier
reclamo que alegue a priori afectación de los derechos conexos a la libertad
individual puede franquear la procedibilidad de una demanda de hábeas
corpus, pues para ello se requiere prima facie que se cumpla con el requisito
de la conexidad. Este requisito comporta que el reclamo alegado esté siempre
vinculado a la libertad individual, de suerte que los actos que se aduzcan como
atentatorios de los derechos constitucionales conexos resulten también lesivos
del derecho a la libertad individual. O, dicho de otra manera, para que la
alegada amenaza o vulneración de los denominados derechos constitucionales
conexos se tutele mediante el proceso de hábeas corpus, estas deben redundar
en una amenaza o afectación de la libertad individual”(36).

(34) STC Exp. N° 04098-2005-HC/TC, ff.jj. 2 y 3.


(35) Ver: LÓPEZ FLORES, Berly. “Hábeas corpus y debido proceso (‘el cuasi amparo’): cuando la
libertad individual ya no es más la ‘vedette’ en los casos justiciables”. En: Gaceta Constitucional,
N° 45, Lima: Gaceta Jurídica, 2011, p. 39; GARCÍA CAVERO, Percy. “La relación de conexidad
en el Hábeas Corpus Conexo”. En: VV.AA. Temas Penales en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional. Anuario de Derecho Penal 2008. PUCP/Universidad de Friburgo, Lima, 2009,
p. 134; STC Exp. Nº 08696-2005-HC/TC, f.j. 4.
(36) STC Exp. N° 01774-2011-PHC/TC, f.j. 2.

109
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Añade el mismo Tribunal en otra oportunidad lo siguiente: “Todo ello


implica que para que proceda el hábeas corpus el hecho denunciado como
inconstitucional debe necesariamente redundar en una afectación directa y
concreta en el derecho a la libertad individual o, dicho de otro modo, la afec-
tación a los derechos constitucionales conexos debe incidir de manera negativa
en el derecho a la libertad individual(37)”. Así, para nuestro TC y conforme a su
doctrina jurisprudencial, la procedencia del proceso constitucional de hábeas
corpus del tipo conexo requiere que se fundamente la vulneración de derechos
como son el derecho al debido proceso, el derecho a la inviolabilidad del
domicilio, el derecho a no ser privado del Documento Nacional de Identidad,
entre otros, que suponga además la afectación de la libertad individual.
Esta exigencia para la procedencia de este tipo de hábeas corpus ins-
tituido por el TC, guarda coherencia con la propia finalidad del proceso cons-
titucional de hábeas corpus, que es garantizar el derecho a la libertad y los
derechos constitucionales conexos a este, entendiéndose como “conexos” a
los derechos constitucionales cuya afectación tendrá una incidencia directa en
el agravio a la libertad individual del recurrente; es decir, esta conexidad exige
una relación de causalidad entre una afectación y otra(38).
De esta manera, el incumplimiento de esta exigencia genera la decla-
ración de improcedencia de la demanda(39), pues el TC en reiterada jurispru-
dencia ha precisado que “(…) no cualquier reclamo que alegue la presunta
afectación del derecho a la libertad individual o sus derechos conexos puede
dar lugar al análisis del fondo de la materia cuestionada mediante el hábeas
corpus, pues para ello debe examinarse previamente si los hechos cuya
inconstitucionalidad se denuncia revisten relevancia constitucional, y luego
si aquellos agravian el contenido constitucionalmente protegido del derecho
fundamental a la libertad personal”(40). Esta misma conclusión es a la que
arriba García Cavero, quien explica que: “(…) si se produce la violación a
un derecho constitucional que asegura las condiciones para el ejercicio del
derecho a la libertad individual, procederá el hábeas corpus conexo. En este
último caso, no se lesiona o pone en peligro concreto la libertad individual,

(37) STC Exp. Nº 00819-2011-HC/TC, f.j. 2.


(38) LÓPEZ FLORES, Berly. Ob. cit., p. 35. Podemos agregar en este extremo que el TC ha entendido el
concepto de conexo o conexidad de la misma forma en que lo define la Real Academia de la Lengua
Española, que precisa este término como: “Que está enlazada o relacionada con otra”. Ver: <http://
buscon.rae.es/drae/srv/search?val=conexos>.
(39) RTC Nº 03834-2010-HC/TC, f.j. 2; RTC Nº 03669-2010-HC/TC, f.j. 2 y 3; RTC Nº 03606-2010-HC/
TC, f.j. 2.
(40) STC Exp. Nº 00819-2011-HC/TC, f.j. 2; STC Exp. N° 02722-2008-HC/TC, f.j. 2.

110
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

sino que tiene lugar una violación de otro derecho constitucional que crea las
condiciones idóneas para afectar la libertad individual (…)”(41).
Esta concepción del TC trasciende la literalidad establecida tanto en el
artículo 200 de la Constitución como en el artículo 25 del Código Procesal
Constitucional (como bien hemos detallado en el acápite anterior del presente
artículo), que no especifica o determina que debe entenderse como derechos
conexos o la exigencia de conexidad, para lo cual el Tribunal ha determinado
que esta exige una vinculación entre la afectación a cualquier derecho cons-
titucional que está razonablemente vinculado a la afectación del derecho a la
libertad individual(42) como exigencia de procedencia de este tipo de hábeas
corpus, que se adiciona a los requisitos de procedencia establecidos en el
inciso 1) del artículo 5 del Código Procesal Constitucional y en la Sentencia
recaída en el Expediente N° 06218-2007-PHC/TC, previamente analizada en
el presente artículo.

3. Hábeas corpus conexo y derecho al debido proceso

Previamente señalamos que el artículo 25 del Código Procesal Consti-


tucional determina el hábeas corpus que procede en defensa de los derechos
constitucionales conexos con la libertad individual, especialmente cuando se
trata del derecho al debido proceso, exigiéndose que exista conexidad entre
este derecho y el derecho a la libertad personal, pues el TC ha establecido que
cuando se demande a través de un proceso de hábeas corpus la violación del
derecho constitucional del debido proceso, “(…) primero debe realizarse un
análisis formal de procedencia antes de emitir un pronunciamiento de fondo.
En ese sentido, cabe recordar que el proceso de hábeas corpus no tiene por
objeto proteger en abstracto el derecho al debido proceso, sino que la supuesta
violación de este derecho tiene que producir efectos lesivos en la libertad indi-
vidual para que se pueda habilitar su procedencia. En consecuencia, si se con-
sidera que se ha producido una violación al debido proceso, la vía idónea para
buscar su restitución y protección es el proceso de amparo. En el presente
caso, la resolución impugnada efectivamente contiene una orden o mandato
de impedimento de salida del país, dirigida al menor favorecido; en conse-
cuencia, corresponde que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el
particular”(43).

(41) GARCÍA CAVERO, Percy. Ob. cit., p. 144.


(42) Ibídem, p. 124.
(43) STC Exp. N° 00896-2009-HC/TC, ff.jj. 2 y 3.

111
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Sobre esto último, el profesor Landa Arroyo ha señalado que: “La pro-
tección de la libertad personal y los derechos conexos a ella son tutelables
mediante el hábeas corpus; sin embargo, cuando una persona está detenida y
procesada por los órganos jurisdiccionales es factible que su libertad se esté
afectando con base en la violación del debido proceso o la tutela jurisdiccional
por parte de los tribunales de justicia”(44). En esta misma línea de argumen-
tación, García Cavero expone que, en este supuesto procesal, la conexidad
exigida por el TC “(…) se presenta cuando la vigencia del derecho consti-
tucional constitutivo del debido proceso garantiza condiciones para res-
guardar al procesado de una privación o restricción de la libertad individual
arbitraria”(45).
Entonces, se puede afirmar que una demanda constitucional de hábeas
corpus del tipo conexo será materia de pronunciamiento por parte de un juez
constitucional cuando exista una correlación entre la afectación del derecho
al debido proceso (sustantivo y adjetivo(46)) y el derecho a la libertad personal,
la que deberá analizarse de forma diferente y única en cada caso concreto(47),
pues en estos casos, la afectación del derecho al debido proceso del recu-
rrente convierte el proceso judicial en un proceso irregular “(…) o, lo que es
lo mismo a decir, en un proceso inconstitucional por atentar contra la libertad
personal”(48).
De igual forma, en este supuesto, el proceso de hábeas corpus no tiene
como finalidad la protección en abstracto del derecho al debido proceso, sino
frente a los actos promovidos durante el desarrollo del proceso judicial con-
siderados lesivos e ilegítimos que afectan el ejercicio y goce del derecho a
la libertad personal, ya que sin esto último no se podrá habilitar su proce-
dencia(49), y en cuyo caso la vía idónea para solicitar su restitución y pro-
tección sería el proceso constitucional de amparo(50).

(44) LANDA ARROYO, César. “El derecho fundamental al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
efectiva”. En: Pensamiento Constitucional, Año VIII, N° 8, PUCP, Lima, 2002, p. 456.
(45) GARCÍA CAVERO, Percy. Ob. cit., pp. 141 y 142.
(46) STC Exp. N° 04098-2005-HC/TC, f.j. 2.
(47) RTC Nº 06204-2006-HC/TC, f.j. 3.
(48) LANDA ARROYO, César. Ob. cit., p. 457.
(49) RTC N° 04030-2012-HC/TC, f.j. 5.
(50) STC Exp. N° 06402-2006-PHC/TC; STC Exp. N° 00148-2007-HC/TC, f.j. 2; STC Exp. N° 03509-
2009-PHC/TC, f.j. 8.

112
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

4. Hábeas corpus conexo y el derecho a la inviolabilidad del domicilio

El mencionado artículo 25 del Código Procesal Constitucional también


determina la procedencia de esta clase de hábeas corpus cuando se vulnera
el derecho constitucional a la inviolabilidad del domicilio, contenido en el
inciso 9 del artículo 2 de la Constitución Política(51), como derecho conexo
con la libertad individual, especialmente, cuando dicho supuesto ha sido rati-
ficado y desarrollado por nuestro TC, el que ha llegado a declarar que: “(...)
la Constitución ha consagrado el proceso de hábeas corpus como la garantía
que procede contra el hecho u omisión, de parte de cualquier autoridad, fun-
cionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos
constitucionales conexos a ella, entre ellos la inviolabilidad del domicilio”(52).
Creemos que el legislador nacional optó por incorporar este supuesto en la
redacción del artículo 25 del citado Código (relativo a los derechos protegidos
por el proceso constitucional de hábeas corpus), oponiéndose a lo preceden-
temente establecido en el inciso 1 del artículo 24 de la Ley N° 23506, Ley
de Hábeas Corpus y Amparo, que determinó en su momento que el derecho
constitucional a la inviolabilidad del domicilio fuera tutelado por el proceso
constitucional de amparo. En efecto, consideramos que este cambio en el ins-
trumento procesal de protección del mencionado derecho tiene su fundamento
en la relación intrínseca que posee con el derecho a la libertad individual, pues
“(…) la inviolabilidad domiciliaria pertenece a las libertades individuales y
está en estrecha vinculación con la libertad física, y con la violación de este
derecho se está restringiendo la libertad que tiene una persona para decidir
quién entra y quién no a su casa, así como también el derecho a su intimidad
y vida privada”(53).
Al presente, cabe señalar que si bien se podría entender que el hábeas
corpus conexo procede en todos los supuestos que se afecte el derecho a

(51) Constitución Política


“Artículo 2.- Derechos fundamentales de la persona
Toda persona tiene derecho:
(…)
9. A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar investigaciones o registros
sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo flagrante delito o muy grave
peligro de su perpetración”.
(52) STC Exp. N° 02238-2008-HC/TC, f.j. 2.
(53) GUADALUPE TELLO, Luis Alberto. “La inviolabilidad domiciliaria: ¿Hábeas corpus o amparo?”.
En: Revista Thémis, N° 16, Thémis, Lima, 1990, p. 72.

113
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

la inviolabilidad del domicilio(54), este mismo también debe cumplir con el


requisito de “conexidad” exigido por el TC en este tipo de hábeas corpus, ya
que el mismo Tribunal determinó que: “(…) si bien el artículo 25 del Código
Procesal Constitucional establece que la inviolabilidad del domicilio es un
derecho susceptible de protección mediante hábeas corpus, tal protección de
la inviolabilidad del domicilio es posible únicamente en tanto derecho conexo
con la libertad individual; es decir, en tanto la pretendida afectación a la
inviolabilidad del domicilio se encuentre en conexión con una vulneración o
amenaza de la libertad individual. Ello tampoco sucede en el presente caso, en
el que el acto pretendidamente vulneratorio de la inviolabilidad del domicilio
lo constituye un lanzamiento. Por lo tanto, el proceso constitucional pertinente
para dilucidar la pretendida vulneración al debido proceso concurrente con
una vulneración de la inviolabilidad del domicilio sería el amparo”(55).
Así, la procedencia de una demanda de hábeas corpus conexo en este
supuesto de afectación al derecho a la inviolabilidad del domicilio dependerá
de si esta se encuentra vinculada directamente a una afectación al derecho
a la libertad personal del recurrente; caso contrario, sin la vinculación entre
estos derechos, el juez constitucional declarará la demanda constitucional
improcedente, porque el proceso constitucional idóneo en estos casos sería el
proceso constitucional de amparo.

5. Hábeas corpus conexo y el derecho a no ser privado del Documento


Nacional de Identidad

Nuestra Constitución determina que el Documento Nacional de Identidad


(DNI) se constituye en el documento oficial de identidad de las personas en
el Perú(56) y con la entrada en vigencia del Código Procesal Constitucional, se

(54) Al respecto, nuestro TC ha declarado que: “(…) la conculcación al derecho a la inviolabilidad del
domicilio se manifiesta con el ingreso o los registros (por parte de terceros) en el domicilio de la
persona sin la correspondiente autorización (de la persona o dispuesta por el juez), afectación a este
derecho constitucional que subsiste en tanto continúe la permanencia arbitraria de los agresores en el
interior del domicilio de la persona”. En: STC Exp. N° 04768-2012-HC/TC, f.j. 2; RTC N° 01999-
2008-PHC/TC; RTC N° 02523-2011-PHC/TC.
(55) STC Exp. N° 07449-2005-HC/TC, f.j. 2.
(56) El artículo 26 de la Ley N° 26497, Ley Orgánica del Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil, establece lo siguiente: “El Documento Nacional de Identidad (DNI) es un documento público,
personal e intransferible. Constituye la única cédula de Identidad Personal para todos los actos
civiles, comerciales, administrativos, judiciales, y en general, para todos aquellos casos en que, por
mandato legal, deba ser presentado. Constituye también el único título de derecho al sufragio de la
persona a cuyo tenor ha sido otorgado”.

114
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

estableció el derecho a no ser privado del Documento Nacional de Identidad,


formando así parte de la gama de derechos protegidos por el proceso cons-
titucional de hábeas corpus, conforme a lo determinado en el inciso 10 del
artículo 25 del mencionado cuerpo normativo.
En efecto, el citado cuerpo normativo amplió la protección que brindaba
la derogada Ley Nº 23506, que sólo habilitaba la protección vía hábeas corpus
del derecho a no ser privado del pasaporte dentro o fuera del territorio de la
República, lo que se encuentra en concordancia con lo dispuesto en el inciso
21 del artículo 2 de la Constitución(57) (protección que no se extiende al
DNI). Frente a ello, el TC peruano concluyó que: “(…) tanto el DNI como
el pasaporte son instrumentos que en ciertas circunstancias permiten que la
persona ejerza su derecho al libre tránsito y fije residencia en cualquier lugar
de la República o fuera de ella. Por ejemplo, solo se requiere la presentación
del Documento Nacional de Identidad para que los nacionales de los países
andinos puedan circular sin restricción alguna por los territorios de dichos
estados”(58).
En ese sentido, estamos ante un reconocimiento del derecho a no ser
privado del DNI que se encuentra garantizado por el proceso constitucional
de hábeas corpus, como bien expresa el TC: “(…) si la alegada afectación a un
derecho constitucional conexo –como es el derecho al debido procedimiento
administrativo–, redunda en una afectación al derecho a la libertad indi-
vidual, concretamente, al derecho a no ser privado del Documento Nacional
de Identidad, aquel resulta tutelable vía este proceso libertario, conforme lo
prescribe el artículo 25 in fine del Código Procesal Constitucional”(59). Así,
conforme a lo expresado por el Tribunal, la procedencia del proceso consti-
tucional de hábeas corpus en los casos en que se alegue la privación del DNI,
dependerá de que si la citada privación tiene como consecuencia una directa
restricción al derecho a la libertad individual para la determinación de su
procedencia.

(57) Constitución Política


“Artículo 2. Toda persona tiene derecho:
(…)
21. A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco puede ser privado del derecho de
obtener o de renovar su pasaporte dentro o fuera del territorio de la República.
(…)”.
(58) STC Exp. N° 01999-2009-PHC/TC, f.j. 3.
(59) STC Exp. N° 01424-2008-HC/TC, f.j. 4.

115
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Cabe señalar que el TC en la Sentencia recaída en el Expediente N° 2273-


2005-PHC/TC determinó la importancia de este derecho concluyendo que el
DNI tiene una doble función: primero, permite la identificación de su titular,
y segundo, constituye un requisito para el ejercicio de los derechos civiles y
políticos consagrados por la Constitución(60). Por lo tanto, la privación del DNI
genera una limitación de otros derechos ciudadanos(61).
Igualmente, el derecho a no ser privado del DNI, como todo derecho,
puede ser limitado(62), en cuyo caso, la limitación se encuentra legalmente
válida cuando se retiene judicialmente a las personas condenadas a una pena
privativa de la libertad o cuando una persona es retenida al ingresar a dis-
tintas instituciones del Estado, entre otros supuestos(63). Entonces, el derecho
a no ser privado del DNI, configurado legalmente, es un derecho que se inte-
rrelaciona con otros derechos, por lo que los efectos de su afectación también
alcanza a estos.
Por otro lado, para el resto de derechos que se puedan ver afectados
como consecuencia de la privación del DNI, estos se encuentran garantizados
a través del proceso constitucional de amparo. En efecto, en las Sentencias
recaídas en los Expedientes N° 05829-2009-PA/TC(64), N° 04296-2009-AA/

(60) En efecto, podemos señalar que una de las repercusiones de no contar con el DNI es la afectación del
derecho a la participación política, porque solo mediante el DNI la ciudadanía peruana puede registrar
su voto en los comicios nacionales, regionales y locales. De igual forma, otra consecuencia es el caso
de los pensionistas que quieren cobrar su pensión de jubilación ante la Oficina de Normalización
Previsional (ONP), quienes sin su DNI no pueden hacer efectivo su derecho a la pensión. También,
otra secuela es que las denuncias o demandas que sean interpuestas por las personas que no posean
DNI serán rechazadas por las autoridades judiciales y/o funcionarios públicos, generándose una
terrible indefensión de sus derechos constitucionales, puesto que se exige este documento a los
recurrentes o afectados para interponer una demanda, y al mismo tiempo se exige que los demandados
al contestar la misma deban anexar el mencionado Documento, limitándose los derechos de tutela
judicial efectiva y al debido proceso, reconocidos por nuestra Constitución y por el TC. En: STC Exp.
N° 08123-2005-HC/TC, f.j. 6.
(61) Asimismo, el TC en la misma Sentencia señaló que la denegatoria injustificada en la expedición
del DNI incide de manera negativa en el derecho fundamental al reconocimiento de la personalidad
jurídica, reconocido en el artículo 16 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
así como en el artículo 3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En: STC Exp.
N° 02273-2005-PHC/TC, f.j. 25.
(62) El Tribunal Constitucional determinó, en reiterada y coherente jurisprudencia, que: “(…) ningún
derecho fundamental tiene carácter absoluto, sino que por el contrario, se encuentran limitados, no
sólo por su propio contenido, sino por su relación con otros bienes constitucionales”. En: STC Exp.
Nº 01091-2002-HC/TC.
(63) STC Exp. N° 03257-2009-HC/TC, f.j. 5.
(64) STC Exp. N° 05829-2009-PA/TC, f.j. 6.

116
LUIS ANDRÉS ROEL ALVA

TC(65) y N° 00139-2013-AA/TC(66), el TC concluyó que a través del DNI se


efectiviza el derecho a la identidad porque permite la identificación precisa de
su titular y el ejercicio de los derechos civiles y políticos consagrados por la
Constitución, y cuando estos derechos se vean afectados como consecuencia
de la privación del DNI, la vía procesal constitucional idónea para garanti-
zarlos será el proceso constitucional de amparo(67).
Por lo tanto, a partir de lo establecido por la jurisprudencia del TC,
podemos concluir que la procedencia del proceso constitucional de hábeas
corpus en los casos en que se alegue la privación del DNI, dependerá de que si
la citada privación tiene como consecuencia una directa restricción al derecho
a la libertad individual; de lo contrario, si la privación del DNI acarrea como
consecuencia la vulneración a otro derecho, este será tutelado a través del
proceso constitucional de amparo. Del mismo modo, no procederá ninguno
de los procesos antes mencionados si la privación se encuentra dentro de los
supuestos de limitación legalmente válidos.
Es así que consideramos que a afectos de garantizar derecho a no ser
privado del DNI reconocido en el inciso 10 del artículo 25 del Código
Procesal Constitucional, corresponde emplear el hábeas corpus conexo, por
la exigencia que ha establecido el TC de que concurra una afectación de este
derecho y el derecho a la libertad individual para que el juez constitucional
determine su procedencia(68).

Conclusiones
Como bien hemos señalado, la protección del proceso de hábeas corpus no
se limita al derecho constitucional a la libertad individual, sino que, conforme a
nuestra Carta Constitucional, el Código Procesal Constitucional y el desarrollo
jurisprudencial de nuestro Tribunal Constitucional, la protección del hábeas
corpus también puede ser utilizado cuando se vulneren otros derechos, pues en

(65) STC Exp. N° 04296-2009-AA/TC f.j. 8.


(66) STC Exp. N° 00139-2013-AA/TC, f.j. 2.
(67) El Tribunal Constitucional resolvió en las Sentencias N° 02593-2003-AA/TC, N° 03125-2004-AA/
TC y N° 05259-2008-AA/TC, entre otras, que el proceso constitucional de amparo procede frente a
la amenaza y/o vulneración de derechos constitucionales, distintos a los derechos protegidos por el
hábeas corpus y el hábeas data, tal como lo establece expresamente el inciso 2 del artículo 200 de la
Constitución y el artículo 2 del Código Procesal Constitucional.
(68) STC Exp. N° 02432-2007-PHC/TC, f.j. 5; STC Exp. N° 03257-2009-HC/TC, f.j. 5; STC Exp.
N° 00114-2009-PHC/TC, f.j. 4; STC Exp. N° 01071-2010-PHC/TC, f.j. 4; STC Exp. N° 02484-
2010-PHC/TC, f.j. 4.

117
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

la actualidad este proceso constitucional ha dejado de ser el modelo clásico que


estaba dirigido únicamente a la protección del derecho a la libertad personal.
Por tal motivo, tanto la doctrina como la jurisdicción constitucional han desa-
rrollado una tipología que permite una mejor tutela de estos derechos, entre el
que destaca para los fines del presente artículo, el hábeas corpus conexo.
Nuestro TC ha determinado que la procedencia del proceso constitu-
cional de hábeas corpus conexo requiere del cumplimiento de un requisito
especial, el mismo que exige que la afectación de cualquier derecho constitu-
cional para ser considerado como “conexo” debe causar una amenaza o vul-
neración directa del derecho a la libertad personal, constituyéndose en el fun-
damento indispensable para su procedencia.
Para la procedencia de este tipo de hábeas corpus instituido por el TC,
esta exigencia guarda coherencia con la propia finalidad del proceso cons-
titucional de hábeas corpus, que es garantizar el derecho a la libertad y los
derechos conexos a este, entendiéndose como “conexos” a los derechos cons-
titucionales cuya afectación tendrá una incidencia directa en el agravio a la
libertad individual de la persona.
En el presente artículo hemos desarrollado los supuestos de procedencia
del hábeas corpus del tipo conexo en casos de afectación de los derechos
al debido proceso, a la inviolabilidad del domicilio y a no ser privado del
DNI, los que para su procedencia deben cumplir el mencionado requisito
especial. Asimismo, estos supuestos no son los únicos derechos que se pueden
garantizar a través de este proceso constitucional, puesto que el TC ha optado
por una tesis amplia de protección, exigiendo únicamente para su procedencia
un correlato entre la afectación del derecho invocado y el derecho a la libertad
personal.

118
CAPÍTULO VII
Hábeas corpus contra
resoluciones judiciales
y su tratamiento por la
jurisprudencia constitucional
CAPÍTULO VII
Hábeas corpus contra resoluciones
judiciales y su tratamiento por la
jurisprudencia constitucional
Anny REYES LAUREL(*)

Introducción
El reconocimiento del derecho sustantivo, sin la creación de mecanismos
procesales que permitan su efectiva tutela, no es suficiente. Por ello, dentro de
los procesos que en doctrina forman parte de la jurisdicción constitucional de
la libertad(1), se encuentra el hábeas corpus, consagrado en el primer inciso,
del artículo 200 de la Constitución Política de 1993; el cual constituye, de
acuerdo con lo expuesto por la Convención Americana de Derechos Humanos,
un recurso sencillo, rápido y efectivo destinado a la protección de la libertad
individual y derechos conexos.
Sin necesidad de agotar el estudio del proceso de hábeas corpus, en el
presente artículo nos centraremos en el análisis de una modalidad en par-
ticular: el hábeas corpus contra resoluciones judiciales, cuya procedencia
excepcional, si bien se encuentra prescrita en el artículo 4 del Código Procesal
Constitucional (en adelante CPConst.), ha sido objeto de una serie de pronun-
ciamientos por parte del Tribunal Constitucional.

I. Hábeas corpus y su regulación en el Perú

1. Hábeas corpus y Constitución Política de 1993

La exigencia al Estado peruano del Derecho a un recurso sencillo, rápido


y efectivo, para la protección judicial de los derechos fundamentales, ha sido

(*) Abogada por la Universidad Nacional Hermilio Valdizán. Especialista en Derecho Penal y Procesal
Penal por el Centro de Educación Contínua de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
(1) CASTAÑEDA OTSU, Susana Ynés. “El hábeas corpus en Perú. Un análisis a partir de la jurispru-
dencia del Tribunal Constitucional”. En: Ferrer Mac-Gregor, Eduardo y Zaldívar Lelo De Larrea,
Arturo (coordinadores). Aspectos del Derecho Procesal Constitucional. Idemsa, Lima, 2009, p. 42.

121
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

equiparada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con los


procesos de amparo y hábeas corpus(2). Nos referiremos únicamente a este
último.
El hábeas corpus fue regulado por primera vez en 1897, a través de la
Ley de 21 de octubre del mismo año; sin embargo, conforme lo indica García
Belaunde(3), su reconocimiento a nivel constitucional recién se produjo luego
de la promulgación de la Carta Política de 1920, aunque restringido al ámbito
de la libertad personal.
Este modelo de proceso constitucional se mantiene hasta la entrada en
vigencia de la Constitución de 1993 que, a diferencia de la Constitución
de 1979, extiende el ámbito de procedencia del hábeas corpus no solo a la
tutela de la libertad individual, sino también a la protección de los derechos
constitucionales conexos con ella, los cuales fueron recogidos, enuncia-
tivamente, en el artículo 25 del CPConst. Esta posición ha sido objeto
de múltiples pronunciamientos por parte del Tribunal Constitucional (en
adelante TC), en los cuales señala que en virtud del principio in dubio pro
homine se acoge a lo que en doctrina se conoce como la concepción amplia
del proceso constitucional de hábeas corpus, que no se limita únicamente
a la protección de la libertad personal, sino también a los derechos consus-
tanciales a esta(4).

2. Hábeas corpus y Código Procesal Constitucional

La regulación del hábeas corpus en el CPConst. constituye un adelanto


en su tratamiento legislativo, pues, como recuerda Valle Riestra(5), desde
la citada Ley del 21 de octubre de 1897 hasta la versión definitiva de la
Ley N° 23506 (antecesora inmediata del citado Código), dicho instituto
procesal, destinado a la tutela constitucional de la libertad, fue legislati-
vamente desarrollado a través de ocho leyes; y, luego, a partir de la Ley
N° 23506, fue objeto de treinta y uno leyes, entre reformas, leyes com-
plementarias, derogaciones, etc., de lo que se advierte que era necesaria

(2) Opinión Consultiva OC/8/87, párrafo 32.


(3) GARCÍA BELAÚNDE, Domingo. El hábeas corpus en el Perú. Dirección Universitaria de la
Biblioteca y Publicaciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1979, p. 23.
(4) STC Exp. Nº 09057-2005-PHC/TC, f.j. 2 y 3; STC Exp. Nº 04750-2007-PHC/TC, f.j. 2; STC Exp.
Nº 03509-2009-PHC/TC, f.j. 3; entre otros.
(5) VALLE-RIESTRA, Javier. Hábeas corpus. Ediciones Jurídicas, Lima, 2005, p. 305.

122
ANNY REYES LAUREL

su regulación en un cuerpo de leyes orgánicamente estructurado y con


vocación de autosuficiencia.
El TC recuerda en su jurisprudencia(6) que entre las principales innova-
ciones recogidas por el CPConst., se encuentra la posibilidad de interponer
procesos constitucionales contra resoluciones judiciales, siempre que
estas afecten la tutela procesal efectiva; para lo cual, el segundo párrafo
del artículo 4 señala que este procederá cuando una resolución judicial
firme vulnere de forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal
efectiva.
Es necesario precisar que existen legislaciones que no admiten este
supuesto de procedencia (tesis negativa) y otras que sí (tesis permisiva). A su
vez, la tesis permisiva puede ser moderada o amplia. Nos encontraremos en el
primer supuesto siempre que se permita su procedencia para tutelar derechos
procesales de relevancia constitucional; y, en el segundo, cuando esta pro-
tección se extienda a todos los derechos fundamentales(7).
En el caso peruano, el modelo de hábeas corpus previsto contra reso-
luciones es aquel que se adscribe a la tesis permisiva moderada(8), dado que
el citado artículo 4 del CPConst. señala la procedencia del hábeas corpus
contra resoluciones judiciales ante la vulneración de la libertad individual
y tutela procesal efectiva; esta última constituye un derecho procesal cons-
titucional, que a su vez engloba el derecho al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva. Sin embargo, como veremos a continuación, el desa-
rrollo que ha realizado el TC sobre esta institución procesal refiere que en la
práctica nos adherimos a la tesis permisiva amplia, en tanto su procedencia no
se circunscribe únicamente a la vulneración de garantías procesales sino de
cualquier derecho fundamental.

(6) ETO CRUZ, Gerardo. Nuevas decisiones y cambios en los procesos de amparo y hábeas corpus.
Gaceta Jurídica, Lima, 2005, p. 33.
(7) SÁENZ DÁVALOS, Luis. “El amparo contra resoluciones judiciales en el Código Procesal Consti-
tucional peruano y su desarrollo jurisprudencial. Breves reflexiones”. En: Gaceta Jurídica. Tomo 5.
Lima, pp. 65-69.
(8) ORÉ GUARDIA, Arsenio. El hábeas corpus. Temas y propuestas de modificación en el Código
Procesal Constitucional. Editorial Reforma, Lima, 2011, p. 84.

123
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

II. Hábeas corpus contra resoluciones judiciales: Presupuestos


procesales

1. Antecedentes del hábeas corpus contra resoluciones judiciales

Antes del CPConst. no se contemplaba la procedencia del hábeas corpus


para cuestionar una resolución judicial que emanara de un “proceso regular”,
tal y como lo prescribían las Leyes Nºs 23506(9) y 25398(10).
A partir del análisis de las resoluciones del TC (de junio de 1996 a marzo
de 2002), el profesor Huerta Guerrero(11) señala que la tendencia general de
sus decisiones se orientaba a declarar improcedentes las solicitudes de hábeas
corpus dirigidas contra resoluciones judiciales con fundamento en las citadas
normas legales; sin embargo, también se admitían excepciones basadas en la
infracción al debido proceso o cuando la resolución judicial que ordenaba la
detención preventiva se expedía sin que se cumpla con los requisitos previstos
en las normas procesales penales.
Resulta necesario resaltar la importancia del caso Bedoya de Vivanco(12),
en tanto que marcó un hito respecto a la procedencia del hábeas corpus contra
resoluciones judiciales. En dicho caso, el TC no solo evaluó si se estaba ante
un proceso regular, sino que analizó el fondo de la controversia; esto es, si se
acreditaron debidamente los tres requisitos exigidos por el artículo 135 del
Código Procesal Penal, a efectos de dictarse el mandato de detención. Segui-
damente, con los casos Grace Mary Riggs Brousseau (STC Exp. Nº 791-
2002-HC/TC) y Vicente Ignacio Silva Checa (STC Exp. Nº 1091-2002-HC/
TC), el TC centró su atención en determinar si se estaba frente a límites razo-
nables al ejercicio de la libertad personal.

(9) Ley N° 23506, artículo 6, inciso 2: “No proceden las acciones de garantía: Contra la resolución
judicial emanada de un procedimiento regular”.
(10) Ley N° 25398, artículo 10: “Las anomalías que pudieran cometerse dentro del proceso regular al que
se refiere el inciso 2, del artículo 6 de la Ley (23506), deberán ventilarse y resolverse dentro de los
mismos procesos mediante el ejercicio de los recursos que las normas procesales específicas esta-
blecen”. Asimismo, el artículo 16 señalaba que: “No procede la acción de hábeas corpus: a) Cuando
el recurrente tenga instrucción abierta o se halle sometido a juicio por los hechos que originan la
acción de garantía. b) Cuando la detención que motiva el recurso ha sido ordenada por el juez com-
petente dentro de un proceso regular”.
(11) HUERTA GUERRERO, Luis. Libertad personal y hábeas corpus. Estudios sobre jurisprudencia.
Comisión Andina de Juristas, Lima, 2003, p. 47.
(12) STC Exp. Nº 00139-2002-HC/TC.

124
ANNY REYES LAUREL

Posteriormente, a raíz de lo resuelto en el caso Apolonia Ccollcca Ponce


(STC Exp. Nº 003179-2004-AA/TC), como veremos más adelante, se amplía
aún más la procedencia del citado proceso, a fin de cuestionar resoluciones
judiciales no solo bajo el supuesto de vulneración de la tutela procesal efectiva,
sino también ante la infracción de cualquier derecho fundamental.
En fallos posteriores(13), en consonancia con lo resuelto en este último
caso, el TC señaló:
“Al respecto este Colegiado concluyó en que solo excepcionalmente cabe
efectuar un control constitucional de una resolución judicial (…). En con-
secuencia, en la justicia ordinaria se establece la culpabilidad o inocencia
del imputado (…); la justicia constitucional, en cambio, se encarga de
determinar si la resolución judicial cuestionada afecta a derechos cons-
titucionales” (el énfasis es nuestro).
Así, también:
“(…) la interpretación de la ley penal es una atribución del juez penal; en
tal sentido, solo podrán revisarse las decisiones que este emita, siempre
que como consecuencia de ellas se afecten derechos fundamentales de
modo arbitrario o irrazonable” (el énfasis es nuestro).

2. Presupuestos procesales

Debido a que se trata de un supuesto de procedencia excepcional, no


todas las resoluciones emitidas por un juez pueden ser objeto de revisión
por parte de un juez constitucional, sino que se deben cumplir con los presu-
puestos procesales taxativos contenidos en el segundo párrafo, del artículo 4,
del CPConst., los cuales están compuestos por: a) resolución judicial firme;
b) vulneración manifiesta; y, c) vulneración manifiesta contra la libertad indi-
vidual y la tutela procesal efectiva.

2.1. Firmeza de la resolución judicial


A diferencia de lo que ocurre con el recurso de amparo (regulado en el
primer párrafo del citado artículo 4), en el hábeas corpus no se precisó lo que

(13) CARRUITERO LECCA, Francisco y GUTIÉRREZ CANALES, Mario Raúl. El proceso consti-
tucional de hábeas corpus. Estudio preliminar, comentarios al Código Procesal Constitucional.
Análisis Jurisprudencial. Studio Editores, Lima, 2008, pp. 373 y 375.

125
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

debía entenderse por “firme”; de tal modo que el TC, a través de su jurispru-
dencia, tuvo que delimitar dicho concepto.
La postura inicial acogida por el TC, en consonancia con el citado
CPConst., fue la de exigir el agotamiento de los recursos y remedios pre-
vistos por la ley procesal de la materia(14). Sin embargo, no mucho después
de su entrada en vigencia, y siguiendo a la jurisprudencia de la Corte Intera-
mericana de Derechos Humanos (en casos tales como Velásquez Rodríguez,
sentencia del 29 de julio de 1988; Godínez Cruz, sentencia del 20 de enero
de 1989; Fairén Garbi y Solís Corrales, sentencia del 15 de marzo de 1989),
el TC señaló cuatro supuestos que permiten la procedencia del hábeas corpus
contra una resolución judicial pese a carecer de este presupuesto procesal.
Tales excepciones son las siguientes:
i. Que no se haya permitido al justiciable el acceso a los recursos que con-
templa el proceso judicial de la materia.
ii. Retardo injustificado en la decisión sobre el mencionado recurso.
iii. Que a causa del agotamiento de los recursos, pudiera convertirse en irre-
parable la agresión.
iv. Que no se resuelvan los recursos en los plazos fijados.
De este modo, y a efectos de moderar la regla de procedibilidad res-
trictiva, contenida en el artículo 4 del CPConst., el TC aplicó el principio
pro homine, el cual postula que los preceptos normativos deben sujetarse a
una interpretación que optimice el derecho constitucional y reconozca una
posición preferente a los derechos fundamentales(15).
La exigencia de la firmeza de la resolución se ha mantenido en la juris-
prudencia del TC; así, en sus fallos posteriores, señaló que “la firmeza de
las resoluciones judiciales está referida a aquel estado del proceso en el
que no cabe presentar medio impugnatorio y, por lo tanto, solo será posible
cuestionar la irregularidad de la actuación judicial a través del control
constitucional”(16).

(14) A manera de ejemplo, véase: RTC Exp. Nº 03470-2005-PHC/TC, f.j. 2; STC Exp. Nº 01192-
2005-HC/TC, f.j. 6; STC Exp. Nº 02905-2005-HC/TC, f.j. 6; entre otros.
(15) STC Exp. Nº 04107-2004-PHC, f.j. 8; STC Exp. Nº 02009-2004-HC/TC, f.j. 6.
(16) STC Exp. Nº 06712-2005-HC/TC, f.j. 7.

126
ANNY REYES LAUREL

2.2. Vulneración manifiesta


Este presupuesto procesal hace referencia a una clara e indiscutible afec-
tación(17) (de la libertad individual y la tutela procesal efectiva). Por tal motivo,
será preciso determinar, en los términos del artículo 4 del CPConst., qué grado
de intensidad configura esta vulneración manifiesta.
Ante la carencia de regulación al respecto, se ha determinado, a partir
de criterios jurisprudenciales emitidos por el TC, qué resoluciones judiciales
afectan la libertad con una intensidad suficiente como para poder ser cues-
tionadas a través del hábeas corpus(18). A saber, son las siguientes:
i. Resoluciones que suponen una privación de libertad: tales como una reso-
lución que ordena un mandato de detención o una sentencia condenatoria
a una pena privativa de libertad efectiva.
ii. Resoluciones que suponen una denegatoria de excarcelación: entre ellas
se menciona la resolución denegatoria de cesación de prisión preventiva
o de la libertad provisional, así como de beneficios penitenciarios.
iii. Resoluciones que suponen una restricción menor de la libertad: entre
ellas se encuentran el auto de apertura de instrucción o las que imponen
algún tipo de restricción de la libertad.
iv. Resoluciones de adecuación y sustitución de pena.
v. Resoluciones denegatorias de recursos: en este supuesto se señala que
será procedente siempre que exista conexidad entre este derecho y la
libertad personal.
A esto debemos agregar que, en congruencia con el fallo emitido en el
caso Ccollcca Ponce, el TC señaló que:
“No toda inobservancia de una regla procesal acarrea la irregularidad
del proceso. Para que un proceso sea considerado irregular, se requiere
que dicho vicio tenga como efecto la afectación del contenido cons-
titucionalmente protegido de algún derecho constitucional, sea este

(17) DONAYRE MONTESINOS, Christian. El hábeas corpus en el Código Procesal Constitucional.


Una aproximación con especial referencia a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano.
Jurista Editores, Lima, 2005, p. 53.
(18) SUÁREZ LÓPEZ DE CASTILLA, Camilo. “El hábeas corpus contra resoluciones judiciales en el
Perú”. En: Eto Cruz, Gerardo (coordinador). Treinta años de jurisdicción constitucional en el Perú.
Tomo II. Q & P Impresores, Lima, 2014, pp. 895-919.

127
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

de orden procesal o cualquier otro que haya sido reconocido por la Ley
Fundamental. Fuera de dicho ámbito y, por tanto, también de la com-
petencia ratione materiae del amparo contra resoluciones judiciales, se
encuentran aquellas anomalías procesales derivadas de la infracción de la
mera legalidad procesal”(19) (énfasis nuestro).
Así, la vulneración manifiesta deberá incidir en el contenido consti-
tucionalmente protegido de un derecho constitucional, ya sea explícito o
implícito, en virtud de la cláusula de númerus apertus, recogida en el artículo
3 de la Constitución Política.

2.3. Que la vulneración manifiesta sea contra la libertad individual y tu-


tela procesal efectiva
Este presupuesto procesal indica que, a fin de que sea procedente el hábeas
corpus contra una resolución judicial, la vulneración de la libertad individual
debe concurrir junto a la tutela procesal efectiva.
Tanto la vigente Constitución como el CPConst. utilizan la denominación
“libertad individual”. Con relación a esta, el TC, en el caso Silva Checa (Exp.
1091-2002-HC/TC), la definió en los siguientes términos:
“En cuando derecho subjetivo, garantiza que no se afecte indebidamente
la libertad física de las personas, esto es, su libertad locomotora, ya
sea mediante detenciones, internamientos o condenas arbitrarias. Los
alcances de la garantía dispensada a esta libertad comprenden frente
a cualquier supuesto de privación de la libertad locomotora, inde-
pendientemente de su origen, la autoridad o la persona que lo haya
efectuado”.
Carruitero Lecca(20) señala que el término “tutela procesal efectiva” no
fue incluido en el texto constitucional, sino que primero fue utilizado por
el TC y luego fue recogido en el CPConst., específicamente en el último
párrafo del artículo 4. Según tal disposición, la tutela procesal efectiva
se entendería como aquella situación jurídica de una persona en la que se
respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano juris-
diccional: a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el
proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a

(19) STC Exp. Nº 00726-2007-AA/TC, f.j. 3.


(20) CARRUITERO LECCA, Francisco y GUTIÉRREZ CANALES, Mario Raúl. Ob. cit., p. 79.

128
ANNY REYES LAUREL

procedimientos distintos de los previstos por la ley, a la obtención de una reso-


lución fundada en derecho, a acceder a los medios impugnatorios regulados,
a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y
temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia del
principio de legalidad procesal penal.
Sobre este extremo, debemos precisar que, a diferencia de su ante-
cesora, la Constitución de 1993, en el inciso 2, del artículo 200, introdujo
la prohibición de interponer un proceso de amparo contra resoluciones judi-
ciales emanadas de un “procedimiento regular”, el cual fue definido por el
TC como la observancia de los derechos de naturaleza procesal referidos a la
tutela jurisdiccional efectiva y al debido proceso (y todos los derechos que los
conforman)(21).
Sin embargo, el TC, con una interpretación a contrario sensu, estableció
que si no se respetaban los citados derechos procesales constitucionales el
proceso devenía en irregular, y la acción de garantía constituía la vía idónea
para evaluar la legitimidad constitucional de los actos o hechos practicados
por quienes ejercen funciones jurisdiccionales(22).
Como indicamos supra en el caso Ccollcca Ponce, el TC varía su postura
y, a cambio, señala que dada la eficacia vertical de los derechos funda-
mentales, estos derechos (no solo los que forman parte de la tutela procesal
efectiva) vinculan a todos los poderes públicos. Desde esta perspectiva, con-
sidera inadmisible sostener que una resolución judicial sea “irregular” solo
cuando se ha vulnerado la tutela procesal efectiva y no cualquier otro derecho
fundamental. Por lo que a partir de esta sentencia bastará que, además de la
infracción a la libertad individual, se vulnere cualquier derecho fundamental
para que el agraviado pueda interponer un hábeas corpus contra una reso-
lución judicial.
Si bien esta sentencia se dicta en el marco de un proceso de amparo
contra resoluciones judiciales, también resulta aplicable al proceso de hábeas
corpus(23), en el extremo que precisa el objeto y la medida de la revisión del
fondo y la forma del fallo judicial ordinario; y sujeta el canon interpretativo al
examen de la razonabilidad, coherencia y suficiencia.

(21) STC Exp. Nº 01230-2012-HC/TC, f.j. 6; STC Exp. Nº 003179-2004-PA/TC, f.j. 5.


(22) STC Exp. Nº 01230-2012-HC/TC, f.j. 9.
(23) STC Exp. Nº 02022-2008-HC/TC, ff.jj. 6 y 7.

129
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

3. Rechazo liminar de la demanda de hábeas corpus

Tiene su antecedente en el artículo 14 de la Ley N° 25398, ley que com-


plementa las disposiciones de la Ley N° 23506 en materia de hábeas corpus
y amparo; la cual disponía que cuando la acción de garantía resultase mani-
fiestamente improcedente, el juez podía rechazar de plano la acción incoada.
La postura inicial adoptada por el TC sostenía que cuando se cuestionara
la regularidad de un proceso judicial, se debía admitir a trámite de la demanda
realizar el traslado a los emplazados, con el objeto de que expliquen el motivo
de la agresión denunciada, y actuar todos aquellos medios probatorios nece-
sarios para verificar la regularidad, o no, de la actuación jurisdiccional(24).
Posteriormente, el TC señaló que si bien para el hábeas corpus no se
regularon causales específicas de improcedencia, el juez se encontraba
facultado para declarar la improcedencia liminar de la demanda, aplicando las
causales previstas en el artículo 5 del CPConst., en tanto no contradigan su
finalidad de tutela de derecho a la libertad y derechos conexos a ella y su natu-
raleza de proceso sencillo y rápido(25).
Conviene recordar, conforme lo precisa Huerta Guerrero(26), que las
causales de improcedencia constituyen aquellos supuestos en los que no se
verifica el cumplimiento de los presupuestos procesales, mientras que el
rechazo de plano es una facultad de los jueces para aplicar tales causales y dar
por concluido un proceso sin la necesidad de correr traslado a la otra parte.
Recientemente, en la STC Exp. Nº 00987-2014-AA/TC, el TC ha emitido
un nuevo precedente vinculante (fundamento jurídico 49), a través del cual
señala los supuestos en los que sin más trámite se emitirá sentencia interlo-
cutoria denegatoria. Estos supuestos son los siguientes:
i. Carezca de fundamentación la supuesta vulneración que se invoque.
ii. La cuestión de derecho contenida en el recurso no sea de especial trascen-
dencia constitucional.

(24) STC Exp. Nº 007134-2005-HC/TC, f.j. 3; STC Exp. Nº 003966-2004-HC/TC, f.j. 2; STC Exp.
Nº 005539-2005-HC/TC, f.j. 2.
(25) STC Exp. Nº 06218-2007-HC/TC, f.j. 9.
(26) HUERTA GUERRERO, Luis Alberto. “Reflexiones sobre la sentencia del Tribunal Constitucional
en torno a las causales de improcedencia del hábeas corpus”. En: Córdova Schaefer, Jesús (coor-
dinador). Estudios & Jurisprudencia. Garantías constitucionales. Ediciones Caballero Bustamante,
Lima, 2009, p. 303.

130
ANNY REYES LAUREL

iii. La cuestión de derecho invocada contradiga un precedente vinculante del


Tribunal Constitucional.
iv. Se haya decidido de manera desestimatoria en casos sustancialmente
iguales.
Aunque se debe señalar que no es nuevo el pronunciamiento emitido, en
ese sentido, por el TC en la STC Exp. Nº 02877-2005-HC/TC (fundamento
jurídico 28), que también tiene carácter vinculante, precisó que para que
pueda ingresar a estudiar el fondo del asunto debe existir previamente una
clara determinación respecto a la procedencia de los RAC presentados. En
aquella oportunidad señaló que se debían tener en consideración los siguientes
aspectos:
i. Identificación de vulneración manifiesta del contenido esencial del ámbito
constitucionalmente protegido de un derecho fundamental.
ii. Revisión de las demandas manifiestamente infundadas.
iii. Evaluación de los casos en los que se haya reconocido la tutela del derecho,
cuya protección fue solicitada en la demanda y respecto de los cuales se
haya declarado improcedente o infundado el pedido de reparación o res-
tablecimiento del agraviado en el pleno goce de sus derechos constitu-
cionales.
Es importante señalar esta tendencia a la autorrestricción de su función
jurisdiccional que ha mostrado el TC los últimos años, la cual, como señala,
realiza a efectos de brindar mayor predictibilidad en sus resoluciones
y procurar a la población una justicia constitucional de mejor calidad(27),
además que, como bien recuerda, “tutela jurisdiccional que no es efectiva
no es tutela”(28).

Conclusión
Desde su primigenia incorporación a finales del siglo XIX hasta la
actualidad, el hábeas corpus ha evolucionado desde la clásica tutela de la
libertad personal a la consagración de la libertad individual y derechos
conexos, a los que hace referencia la Constitución Política de 1993.

(27) STC Exp. Nº 02877-2005-HC/TC, f.j. 30.


(28) STC Exp. Nº 04119-2005-AA/TC, f.j. 64.

131
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

No cabe duda que su actual regulación por un cuerpo de leyes orgáni-


camente estructurado ha permitido un mejor conocimiento y tratamiento de
los procesos constitucionales, en general, y del hábeas corpus en particular.
En el artículo 4, segundo párrafo, el CPConst. regula una de sus prin-
cipales innovaciones, el hábeas corpus contra resoluciones judiciales, cuya
procedencia excepcional se circunscribe a los presupuestos procesales que
hemos desarrollado.
La firmeza de la resolución judicial, sin perjuicio de las excepciones
señaladas por el TC, constituye una exigencia imprescindible, dado que, de
otro modo, se podría interponer esta modalidad de proceso constitucional ante
cualquier resolución emitida por un juez ordinario, ocasionando la sobrecarga
–de procesos constitucionales– al juez constitucional.
En lo que respecta a la vulneración manifiesta de la tutela procesal
efectiva, el TC se ha encargado de dar los lineamientos jurisprudenciales, de
los supuestos en los que la vulneración tiene entidad suficiente para cues-
tionar una resolución judicial; así también, ha señalado el contenido consti-
tucionalmente protegido no solo de los derechos procesales constitucionales
–a los que se circunscribe el citado artículo 4, segundo párrafo– sino de los
derechos fundamentales, en las demandas que se ha pronunciado sobre este
extremo.
Como lo hemos expuesto, por un lado hemos observado al TC tomar
posición por la concepción amplia de la procedencia del hábeas corpus contra
una resolución judicial y, actualmente, verificamos una serie de pronuncia-
mientos que informan de su tendencia a autorrestringirse en su función juris-
diccional, dado que advierte la existencia de un sinnúmero de demandas cons-
titucionales que reclaman la supuesta violación de un derecho fundamental;
sin embargo, al ser analizadas se aprecia que carecen de fundamento a fin de
admitirse a trámite.
Pese a ello, esta modalidad de hábeas corpus es la más utilizada en
nuestro medio y es común observar cómo se interponen demandas que ins-
trumentalizan la vía constitucional como una instancia más a la que se puede
recurrir, a fin de dilucidar conflictos de intereses que lejos de tener relevancia
constitucional ocasionan el retardo en la tramitación de este mecanismo, cuya
esencia es la tutela de urgencia a fin de cumplir con su finalidad impuesta, esto
es, garantizar la vigencia efectiva del derecho fundamental a la libertad indi-
vidual y sus derechos conexos.

132
ANNY REYES LAUREL

Por ello consideramos que los esfuerzos del TC por autorregular su


actuación, a través de su jurisprudencia vinculante, abonan a favor de la pre-
dictibilidad y constituyen un avance a fin de limitar el uso abusivo de los
procesos constitucionales; sin embargo, no se debe perder de vista que
dichos esfuerzos también deben pasar por el establecimiento de reglas claras;
recordemos que el CPConst. tiene poco más de una década de vigencia y que
durante este tiempo se han establecido límites y excepciones en diversos pro-
nunciamientos, que es necesario sean recogidos por la legislación.
Por último, es necesario que las decisiones del TC sean conocidas; por
ello, la publicidad de estas juega un rol importante, que –más allá de su cum-
plimiento formal– debe estar vinculada al acceso real de la información; a
estos efectos, la publicación electrónica de las decisiones del Tribunal Cons-
titucional, con sus limitaciones, constituye una fuente de información actual
y cada vez mejor sistematizada, que esperamos siga mejorando a favor de la
justicia constitucional.

133
JURISPRUDENCIA
TC desarrolla clasificación del proceso
de hábeas corpus
STC Exp. Nº 02663-2003-PHC/TC
Caso: Eleobina Aponte Chuquihuanca
Sentido del fallo: Fundada la demanda
Publicada en la página web del Tribunal Constitucional el 12/04/2004

Mediante la presente sentencia el TC desarrolla por primera vez en su ju-


risprudencia la clasificación del proceso constitucional del hábeas cor-
pus. De esta forma, los tipos de hábeas corpus recogidos por el Colegiado
son: a) Reparador (modalidad clásica del hábeas corpus); b) Restrin-
gido (relativo al libre transito), c) Correctivo (para cuestionar condi-
SUMILLA ciones carcelarias); d) Preventivo (en casos de amenazas a la libertad),
e) Traslativo (mora en el proceso judicial); f) Instructivo (desaparición
de personas); g) Innovativo (luego de cesada la amenaza o vulneración
de la libertad); y h) Conexo (para situaciones no previstas en los tipos
anteriores).

EXP. Nº 02663-2003-HC/TC-CONO NORTE DE LIMA


ELEOBINA MABEL APONTE CHUQUIHUANCA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 23 días del mes de marzo de 2004, reunido el Pleno del Tribunal Cons-
titucional, con la asistencia de los señores magistrados Bardelli Lartirigoyen, Vicepre-
sidente; Aguirre Roca, Revoredo Marsano, Gonzales Ojeda y García Toma, pronun-
cia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doña Eleobina Mabel Aponte Chuquihuanca
contra la resolución de la Segunda Sala Penal de Reos en Cárcel de la Corte Superior
de Justicia del Cono Norte de Lima, de fojas 182, su fecha 8 de setiembre de 2003,
que declaró improcedente la acción de hábeas corpus de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 26 de agosto de 2003, la recurrente interpone acción de hábeas corpus con-
tra el Juez del Segundo Juzgado de Paz Letrado de Comas, Ronald Soto Cortez, por

137
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

violación de su derecho a la libertad individual. Solicita, por tanto, que se ordene al


referido juez levantar la orden de captura que pesa en su contra.
Sostiene que con motivo del proceso judicial Nº 121-02, fue designada como custodia
judicial de un televisor y un ropero de madera, los que depositó en su domicilio; que,
posteriormente, el juzgado desafectó el ropero y la notificó para que lo ponga a dis-
posición del juzgado, por lo que presentó 3 escritos a fin de que el juzgado precise el
lugar donde debía poner a disposición el bien requerido, hecho que recién se produjo
con la Resolución Nº 24, de fecha 23 de junio de 2003, y notificada el 14 de julio del
mismo año, en la que se le requiere, por última vez, para que el día 24 de julio de 2003
cumpla con apersonarse al local de juzgado con el bien, bajo apercibimiento de orde-
narse su captura; que, en la fecha en que le notificaron la Resolución Nº 24 se encon-
traba de viaje, por lo que su hermana, mediante escrito de fecha 22 de julio de 2003,
solicitó que dicha diligencia se realice en el propio domicilio de la custodia, debido a
que no contaba con los medios económicos para trasladar el bien al local de juzgado;
y que el 13 de agosto de 2003, mediante Resolución Nº 26, el juez ordenó su captura
sin motivación alguna. Agrega que el 20 de agosto de 2003 presentó al juzgado un es-
crito pidiendo la nulidad de la Resolución Nº 26, sin que hasta la fecha de la interpo-
sición de la demanda exista pronunciamiento alguno.
El emplazado manifiesta que notificó en diversas oportunidades a la demandante para
que se apersone al local del juzgado con el bien mueble en custodia, y esta no cumplió
con dicho mandato, por lo que ordenó su ubicación y captura mediante resolución de
fecha 26 de agosto de 2003, conforme a la facultades conferidas por el inciso 2) del
artículo 53 del Código Procesal Civil. Agrega que hasta la fecha de su declaración la
accionante no ha cumplido con entregar el bien en custodia.
El Noveno Juzgado Especializado en lo Penal del Cono Norte de Lima, con fecha 26
de agosto de 2003, declaró improcedente la demanda, por considerar que no ha existi-
do violación alguna a la libertad individual, pues el demandado, dentro de un proceso
regular y conforme a la normatividad vigente, con las garantías que la ley establece,
ha actuado de acuerdo a sus atribuciones.
La recurrida confirma la apelada, por los mismos fundamentos.
FUNDAMENTOS
1. El objeto de la presente demanda es que se ordene al Juez del Segundo Juzgado de
Paz Letrado de Comas que levante la orden de captura que pesa sobre la accionan-
te, ordenada mediante Resolución Nº 26, de fecha 13 de agosto de 2003.
2. La libertad personal es un derecho subjetivo, reconocido en el inciso 24) del ar-
tículo 2 de la Constitución Política del Estado, el artículo 9.1 del Pacto Interna-
cional de Derechos Civiles y Políticos y el artículo 7.2 de la Convención Inte-
ramericana sobre Derechos Humanos. Al mismo tiempo que derecho subjetivo,
constituye uno de los valores fundamentales de nuestro Estado Constitucional de
Derecho, por cuanto fundamenta diversos derechos constitucionales a la vez que
justifica la propia organización constitucional.

138
JURISPRUDENCIA

3. Asimismo, es de señalarse que, como todo derecho fundamental, la libertad per-


sonal tampoco es un derecho absoluto. Ningún derecho fundamental, en efecto,
puede considerarse ilimitado en su ejercicio. Los límites que a estos se puedan es-
tablecer pueden ser intrínsecos o extrínsecos. Los primeros son aquellos que se de-
ducen de la naturaleza y configuración del derecho en cuestión. Los segundos, los
límites extrínsecos, son aquellos que se deducen del ordenamiento jurídico, cuyo
fundamento se encuentra en la necesidad de proteger o preservar otros bienes, va-
lores o derechos constitucionales. Es así que pueden ser restringidos o limitados
mediante ley.
4. Según lo ha señalado este Tribunal [Exp. Nº 1091-2002-HC], la libertad individual
“En cuanto derecho subjetivo, garantiza que no se afecte indebidamente la libertad
física de las personas, esto es, su libertad locomotora, ya sea mediante detencio-
nes, internamientos o condenas arbitrarias. Los alcances de la garantía dispensada
a esta libertad comprende frente a cualquier supuesto de privación de la libertad
locomotora, independientemente de su origen, la autoridad o persona que la haya
efectuado”.
5. Ahora bien, el proceso de hábeas corpus como señala Luis Alberto Huerta Gue-
rrero –Libertad Personal y Hábeas Corpus. Lima: Comisión Andina de Juristas,
2003, p. 47– “es una institución cuyo objetivo consiste en proteger la libertad per-
sonal, independientemente de la denominación que recibe el hecho cuestionado
(detención, arresto, prisión, secuestro, desaparición forzada, etc.) De acuerdo a la
Constitución de 1993 (...) procede contra cualquier autoridad, funcionario o per-
sona, por cualquier acción u omisión que implique una amenaza o violación de la
libertad personal.
Dicha acción de garantía es básicamente un proceso de resguardo y tutela de la li-
bertad personal en sentido lato. En puridad representa la defensa de aquello que
los antiguos romanos denominaban ius movendi et ambulandi o los anglosajones
consignaban como power of locomotion.
Lo que se tutela es la libertad física en toda su amplitud. Ello en razón a que esta
no se ve afectada solamente cuando una persona es privada arbitrariamente de su
libertad, sino que también se produce dicha anomalía cuando encontrándose legal-
mente justificada esta medida, es ejecutada con una gravedad mayor que la esta-
blecida por la ley o por los jueces.
En efecto, la facultad de locomoción o de desplazamiento espacial no se ve afecta-
da únicamente cuando una persona es privada arbitrariamente de su libertad física,
sino que ello también se produce cuando se presentan circunstancia tales como la
restricción, la alteración o alguna forma de amenaza al ejercicio del referido dere-
cho; asimismo, cuando a pesar de existir fundamentos legales para la privación de
la libertad, esta se ve agravada ilegítimamente en su forma o condición; o cuando
se produce una desaparición forzada, etc.
6. Tal como expone Nestor Pedro Sagüés –Derecho Procesal Constitucional- Hábeas
Corpus. Buenos Aires: Astrea, 1988 p. 143– “en su origen histórico surge como

139
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

remedio contra una detención. Sin arresto, el hábeas corpus parecería no tener ra-
zón de ser, ya que es un remedio, precisamente, contra aprehensiones ilegales. Su
meta natural, por los demás estriba en disponer una libertad.
Sin embargo, el desarrollo posterior del instituto (...) lo ha hecho proyectarse ha-
cia situaciones y circunstancias que si bien son próximas a un arresto, no se iden-
tifican necesariamente con él.
De ahí que se reconozca que “algunas figuras del hábeas corpus (...) abandonan
los límites precisos de la libertad física para tutelar derechos –constitucionales
también– aunque de índole distinta”.
Al respecto, en la Opinión Consultiva OC-9/87 Nº 29, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, se justificó y convalidó la ampliación de los contornos del
hábeas corpus al manifestarse que “es esencial la función que cumple el hábeas
corpus como medio para controlar el respeto a la vida e integridad de la persona,
para impedir su desaparición o la indeterminación de su lugar de detención, así
como para protegerla contra la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanas o
degradantes”.
En función a este ensanchamiento del carácter y contenido del hábeas corpus, la
doctrina ha elaborado una tipología, de la cual resumidamente damos cuenta:
a) El hábeas corpus reparador
Dicha modalidad se utiliza cuando se produce la privación arbitraria o ilegal de
la libertad física como consecuencia de una orden policial; de un mandato ju-
dicial en sentido lato –juez penal, civil, militar–; de una decisión de un particu-
lar sobre el internamiento de un tercero en un centro psiquiátrico sin el previo
proceso formal de interdicción civil; de una negligencia penitenciaria cuando
un condenado continúe en reclusión pese a haberse cumplido la pena; por san-
ciones disciplinarias privativas de la libertad; etc.
En puridad, el hábeas corpus reparador representa la modalidad clásica o ini-
cial destinada a promover la reposición de la libertad de una persona indebida-
mente detenida.
b) El hábeas corpus restringido
Se emplea cuando la libertad física o de locomoción es objeto de molestias,
obstáculos, perturbaciones o incomodidades que, en los hechos, configuran
una seria restricción para su cabal ejercicio. Es decir, que, en tales casos, pese
a no privarse de la libertad al sujeto, “se le limita en menor grado”.
Entre otros supuestos, cabe mencionar la prohibición de acceso o circulación a
determinados lugares; los seguimientos perturbatorios carentes de fundamento
legal y/o provenientes de órdenes dictadas por autoridades incompetentes; las
reiteradas e injustificadas citaciones policiales; las continuas retenciones por
control migratorio o la vigilancia domiciliaria arbitraria o injustificada, etc.

140
JURISPRUDENCIA

c) El hábeas corpus correctivo


Dicha modalidad, a su vez, es usada cuando se producen actos de agravamien-
to ilegal o arbitrario respecto a las formas o condiciones en que se cumplen las
penas privativas de la libertad. Por ende, su fin es resguardar a la persona de
tratamientos carentes de razonabilidad y proporcionalidad, cuando se ha deter-
minado cumplir un mandato de detención o de pena.
En efecto, en el caso Alejandro Rodríguez Medrano vs. la Presidencia del Ins-
tituto Nacional Penitenciario y otro (Exp. Nº 726-2002-HC/TC), el Tribunal
Constitucional señaló que:
“Mediante este medio procesal puede efectuarse el control constitucional de
las condiciones en las que se desarrolla la restricción del ejercicio de la li-
bertad individual, en todos aquellos casos en que este se haya decretado
judicialmente”
Así, procede ante la amenaza o acto lesivo del derecho a la vida, la integridad
física y psicológica, o del derecho a la salud de los reclusos o personas que se
encuentran bajo una especial relación de sujeción internados en establecimien-
tos de tratamiento públicos o privados (tal el caso de personas internadas en
centros de rehabilitación y de menores, en internados estudiantiles, etc.). Igual-
mente, es idóneo en los casos en que, por acción u omisión, importen viola-
ción o amenaza del derecho al trato digno o se produzcan tratos inhumanos o
degradantes.
Es también admisible la presentación de esta modalidad en los casos de arbi-
traria restricción del derecho de visita familiar a los reclusos; de ilegitimidad
del traslado de un recluso de un establecimiento penitenciario a otro; y por la
determinación penitenciaria de cohabitación en un mismo ambiente de reos en
cárcel de procesados y condenados.
d) El hábeas corpus preventivo
Este podrá ser utilizado en los casos en que, no habiéndose concretado la pri-
vación de la libertad, existe empero la amenaza cierta e inminente de que ello
ocurra, con vulneración de la Constitución o la ley de la materia.
Al respecto, es requisito sine qua non de esta modalidad que los actos desti-
nados a la privación de la libertad se encuentran en proceso de ejecución; por
ende, la amenaza no debe ser conjetural ni presunta.
En efecto, en el caso Patricia Garrido Arcentales y otro contra el capitán PNP
Henry Huertas (Exp. Nº 399-96-HC/TC), el Tribunal Constitucional precisó:
“Que, en cuanto a las llamadas telefónicas a través de las cuales se amenaza-
ría con detener a los recurrentes, según afirman, este Tribunal considera que
no se han dado los supuestos para que se configure una situación que consti-
tuya amenaza a la libertad personal que haga procedente la acción de Hábeas
Corpus, es decir, tal y como lo consagra el artículo 4 de la Ley Nº 25398, se

141
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

necesita que esta sea cierta y de inminente realización; se requiere que la ame-
naza sea conocida como verdadera, segura e indubitable, que se manifieste
con actos o palabras que no dejen duda alguna de su ejecución y propósito e
inminente y posible, esto es, que no deje duda sobre su ejecución en un plazo
inmediato y previsible”.
e) El hábeas corpus traslativo
Es empleado para denunciar mora en el proceso judicial u otras graves viola-
ciones al debido proceso o a la tutela judicial efectiva; es decir, cuando se man-
tenga indebidamente la privación de la libertad de una persona o se demore la
determinación jurisdiccional que resuelva la situación personal de un detenido.
César Landa Arroyo, Teoría del Derecho Procesal Constitucional, Editorial
Palestra, Lima 2003, p. 116, refiere que en este caso “se busca proteger la li-
bertad o la condición jurídica del status de la libertad de los procesados, afec-
tados por las burocracias judiciales (...)”.
En efecto, en el caso Ernesto Fuentes Cano vs. Vigésimo Cuarto Juzgado Pe-
nal de Lima (Exp. Nº 110-99-HC/TC), el Tribunal Constitucional textualmen-
te señaló lo siguiente:
“Que, el tercer párrafo del artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Ci-
viles y Políticos, aprobado mediante Decreto Ley Nº 22128, dispone que toda
persona detenida o presa a causa de una infracción penal tiene derecho a ser
juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad y, en el caso de
autos, se inicia el proceso en marzo de 1993, y en diciembre de 1997 se encon-
traba en el estado de instrucción, por haber sido ampliada esta; y el hecho de
no haberse completado la instrucción no justifica que se mantenga privada de
su libertad a una persona que ya lo había estado por más de veinte meses, no
dándole cumplimiento así al artículo 137 del Código Procesal Penal, en caso
de efectivizarse esta nueva orden de captura”.
f) El hábeas corpus instructivo
Esta modalidad podrá ser utilizada cuando no sea posible ubicar el paradero de
una persona detenida-desaparecida. Por consiguiente, la finalidad de su inter-
posición es no sólo garantizar la libertad y la integridad personal, sino, adicio-
nalmente, asegurar el derecho a la vida, y desterrar las prácticas de ocultamien-
to o indeterminación de los lugares de desaparición.
En efecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Ernesto
Castillo Páez vs. República del Perú, (párrafo 84 de la sentencia del 3 de no-
viembre de 1997), estableció lo siguiente:
“Habiendo quedado demostrado como antes se dijo (supra, párrafo 71), que la
detención del señor Castillo Páez fue realizada por miembros de la Policía del
Perú y que, por tanto, se encontraba bajo la custodia de este, la cual lo ocultó
para que no fuera localizado, la Corte concluye que la ineficacia del recurso de

142
JURISPRUDENCIA

hábeas corpus es imputable al Estado, configurando con ello una violación del
artículo 25 de la Convención en relación con el artículo 1.1.”.
g) El hábeas corpus innovativo
Procede cuando, pese a haber cesado la amenaza o la violación de la libertad
personal, se solicita la intervención jurisdiccional con el objeto de que tales si-
tuaciones no se repitan en el futuro, en el particular caso del accionante.
Al respecto, Domingo García Beláunde [Constitución y Política, Eddili, Lima
1991, p. 148], expresa que dicha acción de garantía “debe interponerse con-
tra la amenaza y la violación de este derecho, aun cuando este ya hubiera sido
consumado”. Asimismo, César Landa Arroyo [Tribunal Constitucional, Esta-
do Democrático, Editorial Palestra, Lima 2003, p. 193], acota que “(...) a pe-
sar de haber cesado la violación de la libertad individual, sería legítimo que se
plantee un hábeas corpus innovativo, siempre que el afectado no vea restringi-
da a futuro su libertad y derechos conexos”.
h) El hábeas corpus conexo
Cabe utilizarse cuando se presentan situaciones no previstas en los tipos ante-
riores. Tales como la restricción del derecho a ser asistido por un abogado de-
fensor libremente elegido desde que una persona es citada o detenida; o de ser
obligado a prestar juramento; o compelido a declarar o reconocer culpabilidad
contra uno mismo, o contra el o la cónyuge, etc.
Es decir, si bien no hace referencia a la privación o restricción en sí de la liber-
tad física o de la locomoción, guarda, empero, un grado razonable de vínculo y
enlace con este. Adicionalmente, permite que los derechos innominados –pre-
vistos en el artículo 3 de la Constitución– entroncados con la libertad física o
de locomoción, puedan ser resguardados.
Esta tipología ha sido elaborada de modo casuístico, en atención a la contí-
nua evolución que ha experimentado este proceso constitucional, por lo que no
puede ser tomada como un númerus clausus.
7. En el presente caso aunque la recurrente no ha sido privada de su libertad, exis-
te una amenaza, que proviene de una orden de detención dictada por el órgano
jurisdiccional emplazado. Nos encontramos, entonces, ante un hábeas corpus
preventivo.
8. De acuerdo al literal f, del inciso 24), del artículo 2 de la Constitución, nadie pue-
de ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por las auto-
ridades policiales en caso de flagrante delito.
En cuanto a la primera forma de restricción de la libertad individual, esto es, la ori-
ginada en un mandato del juez, este necesariamente debe ser escrito; y, a su vez,
motivado. Por otro lado, la facultad de dictar el mandato de detención no es po-
testad exclusiva del juez penal, pues dicho precepto constitucional no hace refe-
rencia a la especialización del juez, y no puede descartarse casos especiales donde

143
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

la ley contempla la posibilidad de que jueces no penales ordenen la detención de


una persona, como es el caso del inciso 2) del artículo 53 del Código Procesal Ci-
vil, siempre que detrás de ello se persiga satisfacer un bien constitucionalmente
relevante.
El mandato de detención, obrante a fojas 157 de autos, se basó en el incumpli-
miento de la recurrente de apersonarse al local del juzgado con el ropero de ma-
dera cuya custodia le había sido encomendada. Sin embargo, la resolución cues-
tionada no hace referencia al escrito presentado con fecha 22 de julio de 2003, en
el que indica su falta de recursos económicos para efectuar el traslado del mueble,
solicitando, a su vez, que dicha diligencia se realice en su domicilio. Por tanto, no
hay en el presente caso, renuencia a acatar los mandatos judiciales por parte de la
recurrente que justifique la medida de detención cuestionada.
FALLO
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que la
Constitución Política del Perú le confiere,
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la acción de hábeas corpus.
2. Declarar nula la resolución Nº 26 de fecha 13 de agosto de 2003, dictada por el
Juzgado de Paz Letrado de Comas en el proceso Nº 121-2002, la cual ordena la in-
mediata ubicación y captura de Eleobina Mabel Aponte Chuquihuana.
Publíquese y notifíquese.
SS. BARDELLI LARTIRIGOYEN, AGUIRRE ROCA, REVOREDO MARSANO,
GONZALES OJEDA, GARCÍA TOMA

144
TC precisa alcances del hábeas corpus
reparador y preventivo
STC Exp. Nº 06167-2005-PHC/TC
Caso: Fernando Cantuarias Salaverry
Sentido del fallo: Improcedente la demanda
Publicada en la página web del Tribunal Constitucional el 09/03/2006

El tipo reparador representa la modalidad clásica del hábeas corpus, la


cual se promueve para obtener la reposición de la libertad de una perso-
na indebidamente detenida. Se presenta cuando se produce la privación
arbitraria o ilegal de la libertad física como consecuencia, por ejemplo,
de una orden policial; de un mandato judicial en sentido lato; de una ne-
SUMILLA gligencia penitenciaria cuando un condenado continúa en reclusión pese
haber cumplido la pena; entre otros. En lo que respecta al hábeas corpus
preventivo, la amenaza del derecho a la libertad que activa esta modali-
dad, debe ser de carácter cierta e inminente para declarar la proceden-
cia de la demanda.

EXP. Nº 06167-2005-PHC/TC-LIMA
FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes febrero de 2006, el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados García Toma, presidente;
Gonzales Ojeda, vicepresidente; Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen y Landa Arro-
yo, pronuncia la siguiente sentencia, con el Fundamento de voto, adjunto, del magis-
trado Gonzales Ojeda
I. ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Fernando Cantuarias Salaverry
contra la Resolución de la Cuarta Sala Penal para Procesos con Reos Libres de la Cor-
te Superior de Justicia de Lima, de fojas 476, su fecha 19 de julio de 2005, que decla-
ra infundada la demanda de hábeas corpus de autos.

145
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

II. ANTECEDENTES
1. Demanda
Con fecha 13 de mayo de 2005, don Renee Quispe Silva interpone demanda de
hábeas corpus como procurador oficioso del abogado Fernando Cantuarias Sala-
verry, contra el fiscal de la Trigésimo Octava Fiscalía Provincial Penal de Lima,
señor Silvio Máximo Crespo Holguín, alegando la presunta amenaza de su liber-
tad individual por violación de sus derechos constitucionales a la tutela procesal
efectiva, al debido proceso y a la contradicción o defensa, puesto que dicho fiscal
formalizó denuncia penal contra Fernando Cantuarias Salaverry, mediante acusa-
ción de fecha 10 de mayo de 2005, por los delitos de falsedad genérica y fraude
procesal en agravio de Compañía de Exploraciones Algamarca S.A. y el Estado,
respectivamente.
Fundamentos de hecho:
- Fernando Cantuarias Salaverry fue designado para integrar un tribunal arbitral
con los señores Jorge Santistevan de Noriega y Víctor Ávila Cabrera, colegia-
do que llevó a cabo el proceso arbitral entre la Compañía de Exploraciones Al-
gamarca S.A. (en adelante Algamarca) y Minera Sulliden Shahuindo SAC (en
adelante Sulliden).
- En el referido proceso arbitral, el árbitro Fernando Cantuarias Salaverry fue re-
cusado por Algamarca, alegando que su padre se desempeñaba, conjuntamen-
te con el doctor Enrique Lastres Berninzon –representante de Sulliden en el
proceso arbitral–, como director de otra empresa llamada Cía. Minera Podero-
sa S.A. El planteamiento de recusación señala, además, que en 1996 Fernan-
do Cantuarias Salaverry había ejercido la representación legal de esa empresa
Cía. Minera Poderosa S.A. en otro arbitraje instaurado entre dicha empresa y
Minera Pataz EPS.
- Mediante Resolución N° 75, de fecha 25 de noviembre de 2004, el tribunal ar-
bitral declaró infundada dicha recusación.
- El 2 de diciembre de 2004, Algamarca plantea un pedido de nulidad sustancial
de la resolución que declaró infundada la recusación, aduciendo que Fernando
Cantuarias Salaverry era socio del Estudio Jurídico Cantuarias, Garrido Lec-
ca & Mulanocich Abogados y, por tanto, se encontraba impedido de interve-
nir como árbitro teniendo aparente interés personal. Ante este planteamiento,
el recurrente afirmó que en junio de 1996 se retiró de la calidad de abogado
de planta del estudio de su padre, para aceptar la designación de gerente le-
gal de COFOPRI mediante Resolución Suprema publicada en el diario oficial
El Peruano.
- Sin embargo, el tribunal arbitral, mediante Resolución Nº 97, de fecha 30 de
diciembre de 2004, desestimó la nulidad por considerar que ninguno de los

146
JURISPRUDENCIA

hechos nuevos daban lugar a recusación alguna y, además, declaró improce-


dente la renuncia presentada por Cantuarias Salaverry.
- Frente a ello, el 27 de enero de 2005 Algamarca acudió a la vía penal, don-
de el fiscal demandado denunció a Fernando Cantuarias Salaverry por delitos
de falsedad genérica y fraude procesal. Contra dicha resolución el recurrente
interpone la presente demanda de hábeas corpus.
Fundamentos de derecho:
- En el expediente formado en mérito a la denuncia interpuesta en contra del
doctor Cantuarias Salaverry, no se han actuado las pruebas suficientes y nece-
sarias para crear convicción en el titular del despacho de la Trigésimo Octava
Fiscalía Provincial de Lima sobre la concurrencia de elementos suficientes que
justifiquen el ejercicio de la acción penal en su contra, de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 94 de la Ley Orgánica del Ministerio Público. De esta
forma, se ha vulnerado el derecho constitucional a la tutela procesal efectiva
(artículos 4 y 25, último párrafo del Código Procesal Constitucional).
- Se ha vulnerado el derecho a la obtención de una resolución fundada en dere-
cho, pues el demandado fiscal Silvio Máximo Crespo Holguín, ha emitido una
arbitraria denuncia sin efectuar el proceso de subsunción típica. Es decir, no
establece por qué los hechos que describe son típicos conforme a los artículos
438 y 416 del Código Penal, ya que sólo describe hechos sin argumentar jurídi-
camente, lo que viola, además, el principio de legalidad previsto en el artículo
2, inciso 14, literal d) de la Constitución Política.
- Se ha afectado igualmente el derecho de defensa, pues el beneficiario de la
presente acción no fue citado por la autoridad correspondiente para efectuar su
descargos, conforme lo establece el artículo 139, inciso 14 de la Constitución
Política. El Fiscal demandado formalizó denuncia sin que se haya recibido la
correspondiente declaración indagatoria de Cantuarias Salaverry.
- Procede la interposición de un hábeas corpus preventivo porque existe la ame-
naza inminente de que se inicie un proceso penal en contra del beneficiario so-
bre la base de una denuncia violatoria de la Constitución y la legalidad. Y se
podrían dictar medidas cautelares en su contra que afectarían su libertad o su
patrimonio.
2. Contestación de la demanda
Con fecha 18 de mayo de 2005, el doctor Silvio Máximo Crespo Holguín, fiscal
de la Trigésima Octava Fiscalía Provincial en lo penal de Lima, se apersona al pro-
ceso y formula descargos sosteniendo que no existe vulneración de los derechos
constitucionales del demandante, pues durante la investigación indagatoria se le
reconocieron las garantías necesarias para hacer valer sus derechos. Agrega que
formalizó denuncia porque existen suficientes elementos de cargo que lo vinculan

147
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

con el ilícito penal investigado, criterio que es compartido por el órgano jurisdic-
cional, pues el Sexto Juzgado Penal de Lima procedió a abrir instrucción; de modo
contrario hubiera dispuesto el No Ha Lugar a la apertura de instrucción.
Con fecha 18 de mayo de 2005 se apersona al proceso el procurador público ad-
junto a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial, señor Rolando Alfonzo
Martel Chang, y contesta la demanda solicitando que se declare improcedente, por
los siguientes fundamentos:
Fundamentos de hecho:
- Pese a que se argumenta que el fiscal accionado procedió a abrir instrucción a
escondidas y sin otorgarle al señor Fernando Cantuarias Salaverry derecho de
defensa, esta información no se ajusta a la realidad, pues el señor Cantuarias
ha tenido pleno conocimiento de esta investigación, habiendo sido citado por
el fiscal hasta en cuatro oportunidades para que rinda su declaración indagato-
ria; sin embargo, no concurrió en ningún momento.
- El señor Cantuarias no argumenta ni prueba las razones por las cuales no se-
rían válidas las notificaciones que él mismo ha acompañado al escrito de su
demanda.
- La investigación fiscal no se realizó sin actividad probatoria puesto que el se-
ñor Cantuarias tuvo oportunidad de presentar sus descargos con relación al de-
lito imputado. Adicionalmente, atendiendo la solicitud del señor Cantuarias,
el fiscal solicitó la declaración del señor Jorge Santistevan de Noriega y del
señor Víctor Ávila Cabrera, los mismos que no concurrieron a las citaciones
efectuadas.
- Durante la investigación no se privó al accionante del derecho a ser escucha-
do por el fiscal porque incluso se programó un informe oral a su petición, que
tampoco efectuó alegando que la actividad probatoria no había concluido. Ar-
gumento que resultaría impertinente por no contar con asidero legal.
- No se trata de una amenaza cierta e inminente a un derecho constitucional,
puesto que existe la posibilidad de que, efectuada la denuncia fiscal, el juez de-
cida archivar el caso.
Fundamentos de derecho:
- En el caso de autos, el fiscal procedió a abrir investigación fiscal conforme a
lo dispuesto en el artículo 94, numeral 2) de la Ley Orgánica del Ministerio
Público, que señala que el fiscal puede optar entre abrir investigación en el ám-
bito fiscal o formalizar la correspondiente denuncia penal en su calidad de ti-
tular de la acción penal.
- La ley no ordena que el fiscal actúe la totalidad de medios probatorios que
sean ofrecidos por las partes para formalizar la denuncia. Por tanto, el fiscal

148
JURISPRUDENCIA

demandado no habría cometido infracción alguna al actuar los elementos pro-


batorios que consideró necesarios.
- En concordancia con lo dispuesto por el artículo 94 del Ministerio Público, el
fiscal demandado procedió a formalizar su denuncia penal por considerar que
contaba con el material probatorio necesario para llevarla a cabo.
- Conforme a lo establecido por el artículo 200, inciso 1, el hábeas corpus pro-
cede cuando se amenaza la libertad individual o derechos conexos. Pero esta
amenaza debe ser interpretada como cierta e inminente, para que sea tal; y no
meramente subjetiva o conjetural, como ocurre en el presente caso.
3. Resolución de primera instancia
Con fecha 7 de junio de 2005, el Trigésimo Noveno Juzgado Penal de Lima, de-
clara fundada la demanda de hábeas corpus, por los siguientes fundamentos:
a. El demandado violó el derecho de defensa del accionante al haberlo denuncia-
do sin que se le haya tomado su declaración hasta en cuatro oportunidades, las
cuales resultaron inválidas, excepto la última de ellas, respecto de la cual se so-
licitó reprogramación. Así, la primera notificación del juzgado llegó a un do-
micilio distinto, la segunda al domicilio señalado en autos, pero un día después
de programada la diligencia, la tercera nuevamente a un domicilio distinto y la
cuarta a su domicilio, que fue la única notificación válida que citaba a Cantua-
rias Salaverry para el 5 de mayo de 205, ante lo cual la defensa pidió una nue-
va fecha y hora, obteniéndose por toda respuesta la denuncia fiscal por parte
del demandado.
b. Ante esta decisión fiscal, el demandante manifestó la imposibilidad legal de
efectuar el informe oral porque no se habían actuado aún los medios probato-
rios que él había ofrecido en su defensa, sin que el fiscal atienda dicho pedido.
Ello desnaturaliza la finalidad del acto procesal en referencia desde que el in-
forme oral de los abogados ante el magistrado decidor tiene que producirse ne-
cesariamente al término de la actividad probatoria, y no antes, ya que se trata
de exposiciones finales de defensa cuando el estado de la causa es precisamen-
te el de decisión terminal.
c. Asimismo, la resolución expresa que el Ministerio Público emitió, no contiene
pronunciamiento alguno sobre la procedencia o improcedencia de algunos de
los descargos, los que servirían para formar un criterio razonable al momento
de adoptar la decisión.
d. La investigación fiscal preliminar se ha desarrollado con un desorden que nie-
ga la adecuada organización, ya que no existe una resolución que abra dicho
proceso de investigación y las pruebas han sido acumuladas de manera irracio-
nal y no sistematizada, lo que, a no dudarlo, afecta el derecho del denunciado
al debido proceso legal.

149
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

4. Resolución de segunda instancia


Con fecha 19 de julio de 2005, la Cuarta Sala Especializada en lo Penal para Pro-
cesos con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, emite la resolu-
ción de fojas 476 que revocando la apelada, declara infundada la demanda, por los
siguientes fundamentos:
a. La denuncia fiscal, porque en ella se llega a establecer la relación laboral indi-
recta entre el recurrente y el doctor Lastres Berninzon, en la Compañía Minera
Poderosa S.A., que contrató los servicios del Estudio Jurídico Cantuarias, Ga-
rrido Lecca & Mulanovich Abogados, del cual el doctor Cantuarias Salaverry
es socio.
b. El hecho de haberse notificado al denunciado a efectos de que asista a la toma
de su declaración indagatoria y el apersonamiento de su abogado al proceso,
desvirtúan la indefensión acotada.
c. La denuncia es una prerrogativa que la Constitución y la Ley Orgánica le con-
fiere al fiscal provincial en lo penal para plantearla ante el órgano jurisdiccio-
nal, o denegarla, y al no encontrarse regulado un procedimiento especial como
para llegar a determinar que ha existido la vulneración del debido proceso, en
el presente caso, al existir participación del favorecido en la etapa prejudicial,
tanto a través de su abogado defensor como directamente, no se ha producido
la vulneración de los derechos constitucionales alegados.
III. DATOS GENERALES
1. Petitorio constitucional
- Se declare la insubsistencia de la denuncia fiscal de fecha 10 de mayo de 2005
formalizada ante el Poder Judicial por el fiscal demandado contra el señor Fer-
nando Cantuarias Salaverry.
- Se ordene notificar al juez penal de Lima para que asuma la calificación de la
denuncia fiscal, y disponga su devolución a la Trigésimo Octava Fiscalía Pe-
nal de Lima, de modo que sea remitida a la Fiscalía Decana correspondiente a
fin de que esta disponga que la denuncia sea calificada por otro fiscal.
2. Materias constitucionalmente relevantes
Respecto a las condiciones de procedibilidad de la presente demanda de hábeas
corpus, corresponde señalar que, en el caso, el cuestionamiento de la investigación
fiscal de fecha 10 de mayo de 2005 formalizada ante el Poder Judicial en contra
del recurrente, hace necesario que este colegiado, como cuestión previa, efectúe
un análisis de los supuestos de excepción que habiliten la intervención de la juris-
dicción ordinaria en un proceso arbitral. Ello con el objeto de que pueda proyectar-
se una interpretación que sirva como doctrina jurisprudencial constitucional para
posteriores casos, ya sea tanto a nivel de la justicia ordinaria como de la justicia

150
JURISPRUDENCIA

constitucional especializada, de conformidad con lo dispuesto en el artículo VI,


in fine, del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional.
1. EL MARCO CONSTITUCIONAL DE LA JURISDICCIÓN ARBITRAL
- Justificación de la institución arbitral.
- Naturaleza y características de la jurisdicción arbitral.
- Criterios para el control constitucional de las resoluciones arbitrales.
- Relaciones con la función jurisdiccional (artículo 139, inciso 1 de la Constitu-
ción): Supuesto constitucional de excepción y la apreciación de razonabilidad.
2. EL PROCEDIMIENTO PREJUDICIAL PENAL
- Actividad fiscal previa al inicio del proceso penal.
- La investigación y posterior acusación fiscal.
- Ausencia de normatividad en la materia. Principios y criterios aplica-
bles: Principio de interdicción de la arbitrariedad, principio de legalidad; de-
bido proceso y tutela jurisdiccional.
- Investigación, acusación fiscal y proceso de hábeas corpus.
- Hábeas corpus reparador y procedimiento de investigación fiscal.
- Hábeas corpus preventivo y procedimiento de investigación fiscal.
IV. FUNDAMENTOS
1. Según la Constitución, todo acto u omisión que vulnere o amenace la libertad per-
sonal o algún derecho conexo amerita la presentación de una demanda de hábeas
corpus por quien se sienta afectado (artículo 200, inciso 1). Tal como lo prescribe
el Código Procesal Constitucional, se considera como derecho conexo a la liber-
tad personal el referido a la tutela procesal efectiva (artículo 4).
Por tal razón, es pertinente que se plantee la presente demanda de hábeas corpus
sobre la base de una supuesta vulneración del derecho fundamental a la tutela pro-
cesal efectiva del demandante, por lo que este colegiado se encuentra habilitado
para responder a las inquietudes formuladas sobre la base de un análisis constitu-
cional estricto y pro homine de la denuncia fiscal cuestionada.
2. Al respecto, la jurisprudencia constitucional, en tanto doctrina sobre las interpre-
taciones de los derechos fundamentales previstas en la Constitución o en la ley,
vincula a todos los jueces en los fundamentos relevantes que han incidido en la so-
lución del conflicto de derechos (ratio decidendi). Mas, la identificación del ámbi-
to de vinculación es competencia del juez que va a aplicar la jurisprudencia vincu-
lante en los términos en que lo hace el referido artículo VI del Código Procesal
Constitucional. Ello configura una institución constitucional-procesal autónoma,

151
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

con características y efectos jurídicos distinguibles del precedente vinculante, con


el que mantiene una diferencia de grado.
§1 EL MARCO CONSTITUCIONAL DE LA JURISDICCIÓN ARBITRAL
§1.1. Justificación de la institución
3. A finales del siglo XX y desde la regulación del arbitraje en la mayor parte de las
legislaciones del mundo, se concibe a esta institución como el proceso ideal, en
donde los particulares son protagonistas de la dirección y administración de la jus-
ticia. El arbitraje se configura como un juicio de conocimiento en donde “jueces
particulares”, a través de un laudo, toda la amplitud de validez intrínseca y extrín-
seca de una sentencia judicial.
Así, se presenta como un mecanismo orientado a la consecución de la verdad le-
gal, pretendiendo despojarse de los trámites, muchas veces engorrosos y formalis-
tas, de la justicia tradicional. Entonces, históricamente en sus orígenes, el arbitraje
se justificó en su carácter de proceso expedito y efectivo.
4. El desarrollo de esta institución en el derecho comparado ha sido enorme en los
últimos años: es prácticamente el proceso más utilizado para resolver conflictos
comerciales. La configuración de un nuevo orden económico internacional ha re-
querido del arbitraje como el prototipo de proceso de resolución de conflictos en-
tre particulares e incluso entre estos y los estados, lo que le otorga una importan-
cia significativa, formando parte integrante del modelo jurisdiccional ad hoc a la
resolución de controversias, no sólo entre particulares, en el marco de la Constitu-
ción económica.
En el Perú el arbitraje es obligatorio, según las normas de contratación del Estado,
además forma parte de los contratos de inversión suscritos por el Estado y de todos
los contratos de estabilidad jurídica regidos por los Decretos Legislativos Nºs 758
y 662.
§1.2. Naturaleza y características de la jurisdicción arbitral
5. El principio de unidad y la exclusividad de la función jurisdiccional reconocido en
el artículo 139, inciso 1 de la Constitución, prescribe que: “No existe ni puede es-
tablecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción de la arbitral y la mi-
litar. No hay proceso judicial por comisión o delegación”. En atención a ello, la
Constitución ha establecido, como regla general, que corresponde al Poder Judi-
cial el avocamiento único y singular del estudio y solución de los diversos tipos de
conflictos jurídicos (principio de unidad), prohibiéndose al legislador que atribuya
la potestad jurisdiccional a órganos no conformantes del Poder Judicial (principio
de exclusividad).
6. De allí que, en sentido estricto, la función jurisdiccional, siendo evidente su ínti-
ma correspondencia con los principios de división de poderes y control y balan-
ce entre los mismos, debe entenderse como el fin primario del Estado consistente

152
JURISPRUDENCIA

en dirimir los conflictos interindividuales, que se ejerce a través del órgano juris-
diccional mediante la aplicación de las normas jurídicas. Por ello es que tradicio-
nalmente se ha reservado el término “jurisdicción” para designar la atribución que
ejercen los órganos estatales encargados de impartir justicia y aplicar las disposi-
ciones previstas en la ley para quien infringen sus mandatos.
7. Sin embargo, el artículo 139, inciso 1 de nuestro ordenamiento constitucional con-
sagra la naturaleza excepcional de la jurisdicción arbitral, lo que determina que,
en el actual contexto, el justiciable tenga la facultad de recurrir ante el órgano ju-
risdiccional del Estado para demandar justicia, pero también ante una jurisdicción
privada.
Al respecto, el reconocimiento constitucional de fueros especiales, a saber, militar
y arbitral (inciso 1 del artículo 139); constitucional (artículo 202) y de comunida-
des campesinas y nativas (artículo 149), no vulnera el principio de igualdad ante
la ley, previsto en el inciso 2 del artículo 2 de la Constitución; siempre que dichas
jurisdicciones aseguren al justiciable todas las garantías vinculadas al debido pro-
ceso y a la tutela judicial efectiva.
8. Llegados a este punto, cabe preguntarse si es constitucionalmente legítimo el
establecimiento de esta jurisdicción de carácter privado.
Al respecto, conforme lo ha establecido este colegiado “(...) el ejercicio de la ju-
risdicción implica cuatro requisitos, a saber:
a) Conflicto entre las partes.
b) Interés social en la composición del conflicto.
c) Intervención del Estado mediante el órgano judicial, como tercero imparcial.
d) Aplicación de la ley o integración del derecho”.
Qué duda cabe, que prima facie la confluencia de estos cuatro requisitos definen la
naturaleza de la jurisdicción arbitral, suponiendo un ejercicio de la potestad de ad-
ministrar justicia, y en tal medida, resulta de aplicación en sede arbitral el artículo
VI in fine del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional por el cual los
jueces (y por extensión, también los árbitros) quedan vinculados a los preceptos
y principios constitucionales conforme a la interpretación de los mismos que re-
sulte de las resoluciones del Tribunal Constitucional; sin perjuicio del precedente
vinculante con efectos normativos del artículo VII del título preliminar del Código
Procesal Constitucional.
9. Asimismo, la naturaleza de jurisdicción independiente del arbitraje, no significa
que establezca el ejercicio de sus atribuciones con inobservancia de los principios
constitucionales que informan la actividad de todo órgano que administra justicia,
tales como el de independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional, así

153
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

como los principios y derechos de la función jurisdiccional. En particular, en tanto


jurisdicción, no se encuentra exceptuada de observar directamente todas aquellas
garantías que componen el derecho al debido proceso.
10. De allí que el arbitraje no puede entenderse como un mecanismo que despla-
za al Poder Judicial, ni tampoco como su sustitutorio, sino como una alternati-
va que complementa el sistema judicial puesta a disposición de la sociedad para
la solución pacífica de las controversias. Y que constituye una necesidad, básica-
mente para la solución de conflictos patrimoniales de libre disposición y, sobre
todo para la resolución para las controversias que se generen en la contratación
internacional.
11. Es justamente, la naturaleza propia de la jurisdicción arbitral y las características
que la definen, las cuales permiten concluir a este colegiado que no se trata del
ejercicio de un poder sujeto exclusivamente al derecho privado, sino que forma
parte esencial del orden público constitucional.
La facultad de los árbitros para resolver un conflicto de intereses no se fundamen-
ta en la autonomía de la voluntad de las partes del conflicto, prevista en el artículo
2 inciso 24 literal a de la Constitución, sino que tiene su origen y, en consecuencia,
su límite, en el artículo 139 de la propia Constitución.
De allí que el proceso arbitral tiene una doble dimensión pues, aunque es funda-
mentalmente subjetivo ya que su fin es proteger los intereses de las partes, también
tiene una dimensión objetiva, definida por el respeto a la supremacía normativa
de la Constitución, dispuesta por el artículo 51 de la Carta Magna; ambas dimen-
siones, (subjetiva y objetiva) son interdependientes y es necesario modularlas en
la norma legal y/o jurisprudencia. Tensión en la cual el árbitro o tribunal arbitral
aparece en primera instancia como un componedor jurisdiccional, sujeto, en con-
secuencia, a la jurisprudencia constitucional de este colegiado.
Así, la jurisdicción arbitral, que se configura con la instalación de un tribunal ar-
bitral en virtud de la expresión de la voluntad de los contratantes expresada en el
convenio arbitral, no se agota con las cláusulas contractuales ni con lo estable-
cido por la Ley General de Arbitraje, sino que se convierte en sede jurisdiccio-
nal constitucionalmente consagrada, con plenos derechos de autonomía y obli-
gada a respetar los derechos fundamentales. Todo ello hace necesario que este
tribunal efectúe una lectura ius publicista de esta jurisdicción, para comprender
su carácter privado; ya que, de lo contrario, se podrían desdibujar sus contornos
constitucionales.
12. El reconocimiento de la jurisdicción arbitral comporta la aplicación a los tribuna-
les arbitrales de las normas constitucionales y, en particular, de las prescripciones
del artículo 139 de la de Constitución, relacionadas a los principios y derechos de
la función jurisdiccional. Por ello, el tribunal considera y reitera la protección de
la jurisdicción arbitral, en el ámbito de sus competencias, por el principio de “no

154
JURISPRUDENCIA

interferencia” referido en el inciso 2) del artículo constitucional antes citado, que


prevé que ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano ju-
risdiccional, ni interferir en el ejercicio de sus funciones. Los tribunales arbitrales,
por consiguiente, dentro del ámbito de su competencia, se encuentran facultados
para desestimar cualquier intervención y/o injerencia de terceros –incluida autori-
dades administrativas y/o judiciales– destinada a avocarse a materias sometidas a
arbitraje, en mérito a la existencia de un acuerdo arbitral y la decisión voluntaria
de las partes.
13. Es por tal motivo que este tribunal considera conveniente reiterar la plena vigen-
cia del principio de la “kompetenz-kompetenz” previsto en el artículo 39 de la Ley
General de Arbitraje –Ley Nº 26572–, que faculta a los árbitros a decidir acerca de
las materias de su competencia, y en el artículo 44 del referido cuerpo legal, que
garantiza la competencia de los árbitros para conocer y resolver, en todo momen-
to, las cuestiones controvertidas que se promuevan durante el proceso arbitral, in-
cluida las pretensiones vinculadas a la validez y eficacia del convenio. Este cole-
giado resalta la suma importancia práctica que reviste dicho principio, a efectos de
evitar que una de las partes, que no desea someterse al pacto de arbitraje, mediante
un cuestionamiento de las decisiones arbitrales y/o la competencia de los árbitros
sobre determinada controversia, pretenda convocar la participación de jueces or-
dinarios, mediante la interposición de cualquier acción de naturaleza civil y/o pe-
nal, y desplazar la disputa al terreno judicial.
Lo expuesto no impide que posteriormente se cuestione la actuación arbitral por
infracción de la tutela procesal efectiva, conforme a las reglas del Código Procesal
Constitucional.
14. Este Tribunal reconoce la jurisdicción del arbitraje y su plena y absoluta compe-
tencia para conocer y resolver las controversias sometidas al fuero arbitral, sobre
materias de carácter disponible (artículo 1 de la Ley General de Arbitraje), con in-
dependencia jurisdiccional y, por tanto, sin intervención de ninguna autoridad, ad-
ministrativa o judicial ordinaria. El control judicial, conforme a la ley, debe ser
ejercido ex post, es decir, a posteriori, mediante los recursos de apelación y anu-
lación del laudo previstos en la Ley General de Arbitraje. Por su parte, el control
constitucional deberá ser canalizado conforme a las reglas establecidas en el Có-
digo Procesal Constitucional; vale decir que tratándose de materias de su compe-
tencia, de conformidad con el artículo 5, numeral 4 del precitado código, no pro-
ceden los procesos constitucionales cuando no se hayan agotado las vías previas.
En ese sentido, si lo que se cuestiona es un laudo arbitral que verse sobre derechos
de carácter disponible, de manera previa a la interposición de un proceso constitu-
cional, el presunto agraviado deberá haber agotado los recursos que la Ley Gene-
ral de Arbitraje prevé para impugnar dicho laudo.

155
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

§1.3. Criterios para el control constitucional de las resoluciones arbitrales


§ Principio de autonomía de la voluntad y jurisdicción arbitral
15. Conforme lo señala el artículo 9 de la Ley General de Arbitraje, Nº 26572, el con-
venio arbitral es el acuerdo por el cual las partes deciden someter a arbitraje las
controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una deter-
minada relación jurídica contractual o no contractual, sean o no materia de un pro-
ceso judicial. De lo que se desprende la naturaleza contractual del convenio, que
obliga a las partes a la realización de cuantos actos sean necesarios para que el ar-
bitraje se desarrolle y para el posterior cumplimiento del laudo arbitral.
16. La noción de contrato en el marco del Estado constitucional de Derecho se remi-
te al principio de autonomía de la voluntad, previsto en el artículo 2, inciso 24, li-
teral a de la Constitución, y que, en relación a la jurisdicción arbitral, puede tener
dos vertientes:
a) Una negativa: En cuya virtud permite regular del modo que los particula-
res estimen oportuno sus relaciones jurídicas, creándolas, modificándolas o
extinguiéndolas.
b) Una positiva: En cuya razón el carácter autónomo, garantista y procesal del ar-
bitraje, equivale a facultar a los particulares para que sustraigan del ámbito del
ejercicio funcional de la jurisdicción estatal aquellas materias consideradas de
libre disposición, es decir, plantea la conceptualización, si bien de modo no ab-
soluto, del arbitraje como un derecho fundamental.
17. Entonces, el principio de autonomía de la voluntad no debe ser entendido de
manera absoluta, sino dentro de los valores y principios constitucionales antes
señalados.
En el caso del convenio arbitral, si bien se gesta a partir del sentido privatista de
las relaciones contractuales, no presenta un haz de contenidos cuyas categorías
sean exclusiva y excluyentemente de Derecho Privado. Interpretarlo de este modo
implicaría soslayar su naturaleza constitucional, sujeta a los principios y debe-
res primordiales de la función jurisdiccional consagrados en el artículo 139º de la
Constitución; los mismos que deberán extenderse razonablemente a la jurisdicción
arbitral.
Si bien es cierto que la autonomía de la voluntad deriva de la Constitución, no pue-
de discutirse la facultad de controlarla por razones del orden público constitucio-
nal, máxime si la propia jurisdicción arbitral integra este. Esto supone que en un
Estado constitucional, el poder se desagrega en múltiples centros de decisión equi-
librados entre sí por un sistema de control de pesos y contrapesos, como postula
el artículo 43º de la Constitución. Esto hace que el poder público, pero también el
privado, estén sometidos al Derecho.

156
JURISPRUDENCIA

18. En este contexto el control constitucional jurisdiccional no queda excluido, sino


que se desenvuelve a posteriori cuando se vulnera el derecho a la tutela proce-
sal efectiva o se advierte un incumplimiento, por parte de los propios árbitros, de
la aplicación de la jurisprudencia constitucional o los precedentes de observancia
obligatoria, los mismos que los vinculan en atención a los artículos VI in fine y VII
del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, respectivamente.
19. El ejercicio de las potestades jurisdiccionales –ordinaria o constitucional- no pue-
de ni debe ser, desde luego, abusivo, ni supone la imposición de medidas irrazo-
nables y desproporcionadas que lesionen los derechos fundamentales de autono-
mía de la voluntad y de contenido patrimonial –las libertades de contratar y de
empresa–.
§ Principio de interdicción de la arbitrariedad
20. El principio de interdicción de la arbitrariedad es uno inherente a los postulados
esenciales de un Estado constitucional democrático y a los principios y valores
que la propia Constitución incorpora; de allí que, si bien la autonomía de la ju-
risdicción arbitral tiene consagración constitucional, no lo es menos que, como
cualquier particular, se encuentra obligada a respetar los derechos fundamenta-
les, en el marco vinculante del derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccio-
nal efectiva (artículo 139 de la Constitución); por cuanto, si así no ocurriese, será
nulo y punible todo acto que prohíba o limite al ciudadano el ejercicio de sus de-
rechos, de conformidad con el artículo 31 in fine de la Carta Fundamental.
Si ocurriese lo contrario, la autonomía conferida al arbitraje devendría en autar-
quía, lo que equivaldría a sostener que los principios y derechos constitucionales
no resultan vinculantes.
§1.4. Relaciones con la función jurisdiccional (artículo 139º, inciso 1 de la
Constitución): Supuesto constitucional de excepción y la apreciación de
razonabilidad
21. Quienes se inclinan por la irrevisabilidad de los laudos arbitrales se sustentan en el
artículo 4 de la Ley Nº 26572, que establece que, salvo pacto en contrario, las par-
tes podrán someterse de modo exclusivo y excluyente a la jurisdicción arbitral, así
como en el artículo 59, que otorga a los laudos arbítrales carácter definitivo, esta-
bleciendo que contra ellos no procede alguno, salvo el recurso de apelación y de
nulidad.
Una interpretación formal propia del valorismo legalista de la Ley Nº 26572, con-
cluiría que, sin ingresar en consideración adicional alguna, una resolución expe-
dida por un tribunal arbitral es incuestionable en sede constitucional, incluso en
aquellos supuestos en los que afecten los derechos fundamentales de la persona.
Mas, pretender interpretar la Constitución a partir del mandato legal de la Ley
Nº 26572, vaciando de contenido el principio de supremacía jurídica y valorativa
de la Constitución (artículo 51 de la Constitución), configurado en el tránsito del

157
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Estado de derecho al Estado constitucional de derecho, no es atendible para defen-


der la irrevisabilidad absoluta de las resoluciones de los tribunales arbitrales.
Además, resulta manifiestamente contrario al principio de fuerza normativa de la
Constitución y al de corrección funcional, ya que desconoce, por un lado, el ca-
rácter jurídico-vinculante de la Constitución y, por otro, la función de contralor
de la constitucionalidad conferida al Tribunal Constitucional (artículo 201 de la
Constitución).
22. Por otro lado, el último párrafo del artículo 103 de la Constitución establece que
esta no ampara el abuso del derecho, por lo que el ejercicio de poder jurisdiccional
ordinario, y con mayor razón el excepcional, será legítimo si es ejercido en salva-
guarda del cumplimiento de los preceptos y principios constitucionales, conforme
a la interpretación que resulte de los mismos y de las resoluciones dictadas por este
Tribunal (artículo VI in fine del Título Preliminar del Código Procesal Constitu-
cional), el cumplimiento de las sentencias que constituyan precedente vinculante
(artículo VII del Código Procesal Constitucional) y el respeto al derecho a la tute-
la procesal efectiva (artículo 4 del Código Procesal Constitucional).
23. Por los fundamentos precedentes, a juicio de este colegiado, es un hecho incon-
trovertible que existe la posibilidad de cuestionar, por la vía del proceso constitu-
cional, una resolución arbitral. Esta, por tanto, debe ser considerada como la única
opción válida constitucionalmente, habida cuenta de que bajo determinados su-
puestos procede el proceso constitucional contra resoluciones provenientes tan-
to del Poder Judicial como de un tribunal militar (artículo 4 del Código Procesal
Constitucional). En esa medida, no existe respaldo constitucional que impida re-
currir al proceso constitucional frente a la jurisdicción arbitral.
§2. ACTIVIDAD FISCAL PREVIA AL INICIO DEL PROCESO PENAL
24. Habiendo desarrollado el marco constitucional de la jurisdicción arbitral; y toman-
do en consideración que el petitorio constitucional del recurrente está orientado a
cuestionar el procedimiento de investigación fiscal y posterior acusación que llevó
a cabo la parte demandada, se procederá a analizar –aunque de manera preliminar–
algunos aspectos relacionados con la actividad fiscal previa al inicio del proceso
judicial penal.
25. La Constitución establece, en el artículo 159, inciso 1, que corresponde al Minis-
terio Público la misión de promover de oficio, o a petición de parte, la acción ju-
dicial en defensa de la legalidad y de los intereses públicos tutelados por el dere-
cho; asimismo, el inciso 5) del mismo artículo constitucional encarga al Ministerio
Público el ejercicio de la acción penal de oficio o a petición de parte. En ese senti-
do, corresponde a los fiscales –representantes del Ministerio Público– hacer ejer-
cicio de la titularidad de la acción penal pública y, una vez conocida la denuncia o
noticia criminal, proceder a formalizarla ante el juez penal si lo estiman proceden-
te, conforme a lo establecido por la Ley Orgánica del Ministerio Público, aproba-
da por Decreto Legislativo N° 52.

158
JURISPRUDENCIA

26. En cumplimiento de las atribuciones que le han sido conferidas constitucional y


legalmente, la labor del fiscal se extiende a lo largo de todo el proceso penal; sin
embargo, es preciso analizar su labor en el procedimiento que antecede al inicio
del proceso judicial.
§2.1. Investigación y posterior acusación fiscal
27. El Ministerio Público conduce desde su inicio la investigación del delito (artículo
159, inciso 4 de la Constitución); por ende, una vez que un hecho presuntamente
delictivo es denunciado, el fiscal puede, alternativamente, abrir investigación po-
licial para reunir la prueba indispensable o formalizarla ante el juez penal. En el
primer supuesto, el fiscal no cuenta con elementos suficientes que ameriten la for-
malización de la denuncia, por lo que se procede a iniciar una investigación orien-
tada a obtener elementos que sustenten su acusación ante el juez penal; ello fluye
del texto del artículo 94 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, en el extremo
que señala: “(...) cuando se hubiese reunido la prueba que estimase suficiente [el
fiscal] procederá a formalizar la denuncia ante el juez instructor como se deja es-
tablecido en el presente artículo”.
28. Respecto a la actividad probatoria y el grado de convicción al que debe arribar el
fiscal en el transcurso de esta investigación previa al proceso penal, la doctrina ha
señalado lo siguiente: “(...) no se requiere que exista convicción plena en el fis-
cal ni que las actuaciones estén completas, sólo se necesita que las investigaciones
arrojen un resultado probabilístico razonable, en orden a la realidad de un delito
y de la vinculación delictiva del imputado o imputados”. Sin embargo, desde una
perspectiva constitucional, resulta insuficiente valorar la actuación fiscal en sus
propios términos legales; se requiere de su conformidad con los mandatos cons-
titucionales de respeto a los derechos fundamentales y al ordenamiento jurídico
constitucional.
§2.2. Ausencia de normatividad en la materia. Principios y criterios aplicables
29. La labor que el fiscal realice una vez recibida la denuncia o conocida la noticia cri-
minal no ha sido desarrollada en detalle por el ordenamiento jurídico vigente. Sin
embargo, esta actividad está sujeta a diversos principios y garantías que orientan
su normal desenvolvimiento para que este sea conforme a la Constitución.
§ Principio de interdicción de la arbitrariedad
30. Desde la consolidación del Estado de derecho surge el principio de interdicción de
la arbitrariedad, el mismo que tiene un doble significado, tal como ha sido dicho
en anterior sentencia: “a) En un sentido clásico y genérico, la arbitrariedad apare-
ce como el reverso de la justicia y el derecho. b) En un sentido moderno y concre-
to, la arbitrariedad aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo
incongruente y contradictorio con la realidad que ha de servir de base a toda de-
cisión. Es decir, como aquello desprendido o ajeno a toda razón de explicarlo. En
consecuencia, lo arbitrario será todo aquello carente de vínculo natural con la rea-
lidad”. (Exp. N° 090-2004 AA/TC).

159
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Adecuando los fundamentos de la referida sentencia a la actividad fiscal, es po-


sible afirmar que el grado de discrecionalidad atribuido al fiscal para que reali-
ce la investigación sobre la base de la cual determinará si existen elementos su-
ficientes que justifiquen su denuncia ante el juez penal, se encuentra sometida a
principios constitucionales que proscriben: a) actividades caprichosas, vagas e in-
fundadas desde una perspectiva jurídica; b) decisiones despóticas, tiránicas y ca-
rentes de toda fuente de legitimidad; y c) lo que es contrario a los principios de
razonabilidad y proporcionalidad jurídica.

§ Principio de legalidad en la función constitucional


31. El fiscal actúa como defensor de la legalidad y representante de la causa pública
en el proceso penal. En efecto, el respeto de este principio implica que el Ministe-
rio Público ejercite la acción penal por todo hecho que revista los caracteres de un
delito, sin perder de vista que su labor se ejecuta en función de la justicia y tenien-
do como parámetros a la Constitución y a la ley.

§ Debido proceso y tutela jurisdiccional


32. Al respecto, este colegiado ha reconocido que el debido proceso se proyecta
también al ámbito de la etapa prejurisdiccional de los procesos penales, es decir,
en aquella cuya dirección compete al Ministerio Público (Exp. N° 1268-2001 HC/
TC). Por tanto, las garantías previstas en el artículo 4 del Código Procesal Cons-
titucional serán aplicables a la investigación fiscal previa al proceso penal siem-
pre que sean compatibles con su naturaleza y fines, los mismos que deben ser in-
terpretados de conformidad con el artículo 1 de la Constitución, según el cual “la
defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y del Estado”.

§2.3. Hábeas corpus y procedimiento de investigación fiscal


33. A continuación se analizará el petitorio constitucional del demandante, cuyos ex-
tremos son: que se declare la nulidad de la denuncia fiscal, de fecha 10 de mayo de
2005, formalizada en contra del recurrente por el fiscal demandado; y que se no-
tifique al juez que haya asumido la calificación de la denuncia, a efectos de que la
devuelva al Ministerio Público para que esta sea calificada nuevamente, esta vez
por otro fiscal.
El presunto agraviado sustenta, para tal efecto, la interposición de un hábeas cor-
pus de tipo reparador respecto a los derechos que han sido vulnerados por el de-
mandado al momento de realizar la investigación fiscal; y, asimismo, la interpo-
sición de un hábeas corpus de tipo preventivo, frente a la amenaza de su libertad
individual y derechos conexos como consecuencia de la denuncia que se ha for-
malizado en su contra.

160
JURISPRUDENCIA

§ Hábeas corpus reparador y procedimiento de investigación fiscal


34. Respecto del hábeas corpus reparador, es preciso señalar que dicha modalidad re-
presenta la modalidad clásica o inicial del hábeas corpus, la misma que se promue-
ve para obtener la reposición de la libertad de una persona indebidamente deteni-
da. Se presenta, por ejemplo, cuando se produce la privación arbitraria o ilegal de
la libertad física como consecuencia de una orden policial; de un mandato judicial
en sentido lato; de una negligencia penitenciaria cuando un condenado continúa
en reclusión pese a haberse cumplido la pena; por sanciones disciplinarias privati-
vas de la libertad, entre otros. (Exp. N° 2663-2003-HC/TC).
35. En el caso de autos, el demandante promueve esta modalidad de hábeas corpus
porque considera que la investigación fiscal llevada a cabo por el demandado se
ha desarrollado con absoluta prescindencia del respeto a las garantías que brin-
da el derecho a la tutela procesal efectiva, derecho protegido a través del pro-
ceso de hábeas corpus de conformidad con el artículo 4 del Código Procesal
Constitucional.
36. Sobre este punto, es preciso tomar en consideración que la actividad del fiscal está
limitada por las atribuciones que le han sido conferidas directamente a la autori-
dad judicial. En efecto, la imposición de medidas coercitivas, restrictivas de la li-
bertad o derechos conexos, son atribuciones que la Constitución no ha conferido
al Ministerio Público, puesto que su investigación, en todo caso, puede concluir en
la formalización de una denuncia ante el Poder Judicial; pero la imposición de me-
didas coercitivas como la comparecencia o la detención preventiva, son medidas
propias de la instancia judicial y serán adoptadas previa valoración y motivación
del juez competente. En consecuencia, el procedimiento de investigación fiscal no
incide de manera directa en una posible vulneración a algún derecho vinculado a
la libertad individual de la persona.
37. En este orden de ideas, las presuntas irregularidades llevadas a cabo por el fiscal
demandado no dan lugar a la interposición de un hábeas corpus correctivo, por lo
que, en adelante, el pedido del recurrente será analizado a la luz de la tutela que
brinda el hábeas corpus de tipo preventivo.
§ Hábeas corpus preventivo y procedimiento de investigación fiscal
38. El presunto agraviado formula demanda de hábeas corpus preventivo contra la
amenaza que se cierne sobre su libertad individual y derechos constitucionales co-
nexos como consecuencia de la acusación formulada por el fiscal demandado. Al
respecto, es preciso tomar en consideración que, tal como lo dispone el inciso 1)
del artículo 200 de la Constitución, el hábeas corpus no sólo procede ante el he-
cho u omisión de cualquier autoridad, funcionario o persona que vulnera la liber-
tad individual o derechos conexos, sino también ante la amenaza de que se pueda
producir tal vulneración. En este caso, la actuación del juez constitucional es ante-
rior al acto violatorio de la libertad individual o derechos conexos, pues se proce-
de ante una amenaza.

161
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

39. Sobre el hábeas corpus preventivo y a efectos de valorar la amenaza frente a la


cual procede este proceso constitucional, este colegiado ha sostenido que: “ (...) se
debe comprobar: a) la inminencia de que se produzca el acto vulnerador, es decir,
que se configure un atentado a la libertad personal que esté por suceder pronta-
mente o en vía de ejecución, no entendiéndose por tal a los simples actos prepara-
torios; y b) que la amenaza a la libertad sea cierta, es decir, que exista un cono-
cimiento seguro y claro de la amenaza a la libertad, dejando de lado conjeturas o
presunciones”. (Exp. 3171-2003 HC/TC).
40. Como ha sido dicho anteriormente, dado que el fiscal no tiene la facultad de dic-
tar medidas restrictivas de la libertad o derechos conexos, en principio no se con-
figuraría una amenaza cierta e inminente de algún derecho tutelable por el hábeas
corpus. No obstante, es preciso tomar en consideración que si bien la denuncia fis-
cal no vincula al juez –el mismo que sólo abrirá instrucción si considera que de la
denuncia fluyen indicios suficientes o elementos de juicio que razonablemente re-
velen la existencia de un delito–, en cambio, sí constituye un importante indicati-
vo para el juez, el cual podría ser inducido a error sobre la base de una denuncia
abiertamente arbitraria, orientada a conseguir que el presunto autor del hecho de-
lictivo sea procesado.
41. Este Colegiado no considera que esta situación se haya configurado en el caso de
autos, toda vez que la denuncia formalizada ante el juez penal ha sido construida
sobre la base de las investigaciones efectuadas por el fiscal y los documentos pro-
porcionados por Algamarca. No obstante, surge un cuestionamiento en torno al he-
cho de que no se haya contado con la declaración indagatoria del investigado. Esta
resultaría ser una observación válida si el procedimiento de investigación fiscal se
hubiera llevado “a escondidas” como se sugiere en la demanda; sin embargo, este
calificativo no se condice con el hecho de que el señor Cantuarias Salaverry fue
debidamente notificado (al menos en una oportunidad) del procedimiento de in-
vestigación fiscal que se le seguía.
42. El recurrente, por tanto, tuvo oportunidad de apersonarse al procedimiento de in-
vestigación fiscal y lo hizo a través de su abogado, el mismo que presentó escritos
e incluso solicitó que se actuaran diversos medios probatorios. Respecto de esta
solicitud, el fiscal no llevó a cabo la actuación de todos los medios probatorios so-
licitados por el demandante; no obstante, atendió a su pedido en el extremo en el
que solicitó se recabara la declaración indagatoria de los otros dos miembros del
tribunal arbitral. Finalmente, esta diligencia no se llevó a cabo porque ambos árbi-
tros solicitaron una reprogramación, lo cual no tuvo lugar pues el fiscal no realizó
una nueva citación.
43. De lo actuado también se desprende que el fiscal demandado citó a informe oral a
la defensa del recurrente; sin embargo, esta volvió a solicitar que se programe una
nueva fecha porque consideró que se debía esperar a que la investigación prelimi-
nar concluya. En este escenario, no resulta desproporcionado que ante las prue-
bas merituadas y las constantes solicitudes de reprogramación que venían siendo

162
JURISPRUDENCIA

formuladas, el fiscal haya formalizado denuncia sobre la base de los elementos


con los cuales, efectivamente, contaba.
44. En cuanto a la denuncia fiscal, esta se ajusta a lo dispuesto por el artículo 94 de
la Ley Orgánica del Ministerio Público, según el cual, si el fiscal estima proce-
dente formalizar denuncia ante el juez penal “(...) expondrá los hechos de que tie-
ne conocimiento, el delito que tipifica y la pena con que se sanciona, según ley;
la prueba con que cuenta y la que ofrece actuar o que espera conseguir y ofrecer
oportunamente”.
45. Partiendo de las consideraciones que han sido previamente expuestas, este cole-
giado no considera que el recurrente se encuentre frente a una amenaza cierta e in-
minente de su derecho a la libertad individual o algún derecho conexo, puesto que
no se ha producido la formalización de una denuncia manifiestamente arbitraria,
orientada a inducir a error al juez a fin de que dé inicio a un proceso penal en con-
tra del investigado.
46. Si bien, a la fecha, es posible constatar que la denuncia formalizada por el fiscal
demandado dio lugar a que se abriera instrucción en contra del señor Fernando
Cantuarias Salaverry, no se ha dictado mandato de detención en su contra y se ha
motivado debidamente el mandato de comparecencia restringida que fue dictado
en su lugar. En efecto, este mandato de comparecencia no puede ser considerado
como una concreción de la amenaza alegada por el recurrente, toda vez que esta
medida ha sido dictada en el ejercicio legítimo de las atribuciones que han sido
conferidas al juez penal.
47. Se advierte, por tanto, que en el presente caso no se configuran los supuestos ne-
cesarios para la procedencia del proceso constitucional de hábeas corpus y que el
petitorio constitucional del presunto agraviado –declarar la insubsistencia del auto
apertorio de instrucción– sin que se haya acreditado la existencia de una amenaza
cierta e inminente de su libertad individual o derechos constitucionales conexos,
importaría que este Tribunal se subrogue en las facultades que le han sido consti-
tucional y legalmente conferidas a los representantes del Ministerio Público.
48. Sin perjuicio de la decisión adoptada por este colegiado, se deja a salvo el derecho
del recurrente respecto de la posible injerencia que el proceso penal iniciado en su
contra puede suscitar de manera ilegítima en su labor como miembro del tribunal
arbitral Sulliden-Algamarca; ello en tanto y en cuanto se podría estar pretendien-
do trasladar, indebidamente, al ámbito penal controversias que tienen carácter ci-
vil o comercial y que han sido oportunamente sometidas al ámbito de la jurisdic-
ción arbitral por las partes involucradas. De ser este el caso, el recurrente podrá
hacer valer su derecho en la vía ordinaria correspondiente, que deberá seguir los
criterios vinculantes de esta sentencia, a efectos de no sesgar la autonomía e inde-
pendencia con la que cuenta la jurisdicción arbitral en el ejercicio legítimo de sus
atribuciones.

163
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

49. De conformidad con el artículo VI in fine del Título Preliminar Código Procesal
Constitucional, los criterios de interpretación contenidos en los fundamentos ju-
rídicos Nº 8, 11, 12, 13, 14, 17 y 18, son vinculantes para todos los operadores
jurídicos.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar IMPROCEDENTE la demanda de hábeas corpus.
2. Declarar que los fundamentos jurídicos Nºs 8, 11, 12, 13, 14, 17 y 18, son vincu-
lantes para todos los operadores jurídicos.
SS. GARCÍA TOMA, GONZALES OJEDA, ALVA ORLANDINI, BARDELLI LAR-
TIRIGOYEN, LANDA ARROYO

164
Libertad de tránsito y su protección
vía hábeas corpus
STC Exp. Nº 02876-2005-PHC/TC
Caso: Nilsen Mallqui Laurence
Sentido del fallo: Improcedente la demanda
Publicado en la página web del Tribunal Constitucional el 20/10/2005

La facultad de un libre tránsito supone la posibilidad de desplazarse au-


todeterminativamente en función a las propias necesidades y aspiracio-
nes personales, a lo largo y ancho del territorio, así como a ingresar o
salir de él, cuando así se desee. Se trata de un imprescindible derecho in-
dividual y de un elemento conformante de la libertad. Sin embargo, de
SUMILLA ello no puede aseverarse que el derecho sea absoluto sino que tiene que
ejercerse según las condiciones que cada titular del mismo posee, según
las limitaciones que se deben observar.

EXP. Nº 02876-2005-PHC/TC-LIMA
NILSEN MALLQUI LAURENCE Y OTRO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 22 días del mes de junio de 2005, la Sala Segunda del Tribunal Consti-
tucional, integrada por los magistrados Bardelli Lartirigoyen, García Toma y Vergara
Gotelli, pronuncia la siguiente sentencia:
I. ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Nilsen Mallqui Laurence, a favor de don
Rubén Pablo Orihuela López, contra la sentencia de la Sala Penal de Emergencia para
Procesos con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 25, su fecha
23 de marzo de 2005, que declaró improcedente la demanda de hábeas corpus de autos.
II. ANTECEDENTES
a. Demanda
Con fecha 23 de febrero de 2005, don Nilsen Mallqui Laurence interpone demanda
de hábeas corpus a favor de don Rubén Pablo Orihuela López, contra Claudio To-
ledo Paytán y otros cinco sujetos que deberán ser individualizados e identificados,

165
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

siendo los que lo secundan conocidos bajo los apelativos de ‘Negro Jabalí’ y ‘Ne-
gro Matute’. Tanto el demandante como el favorecido trabajan en la Empresa Co-
municación Integral, Turismo y Servicios Urano Tours S.A., teniendo el segundo
a su cargo la Ruta de Circulación N° IO 18: Huachipa - Carretera Central - 9 de
octubre - Zárate - Acho.
Alega que los demandados interceptan ilegalmente las unidades de la empresa,
tratando de arrebatar a cobradores y conductores diversos documentos, como la
licencia de conducir, el carné de seguridad vial o la tarjeta de circulación; y que
para cumplir tales actos, solicitan apoyo a malos efectivos policiales. Agrega que,
con respecto al favorecido, el día 22 de febrero, a la altura de la Plaza de Acho, lo
amenazaron para que se retire de la ruta, advirtiéndole que, en caso contrario, to-
marían por asalto de las oficinas de la empresa, ubicadas en el interior del Merca-
do Mayorista de Santa Anita.
Aduce que con ello se afecta el derecho al libre tránsito, al trabajo, a la tranquili-
dad y a vivir en paz.
b. Resolución de primera instancia
Con fecha 23 de febrero de 2005, el Trigésimo Noveno Juzgado Penal de Lima de-
claró improcedente la demanda respecto del libre tránsito, argumentando que este
es el único de los derechos alegados que puede ser protegido a través de un hábeas
corpus, pero que no se ajusta a la finalidad de proteger al trabajador de una empre-
sa para el control de una ruta vehicular.

c. Resolución de segunda instancia


Con fecha 23 de marzo de 2005, la Sala Penal de Emergencia para Procesos con
Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima confirmó la apelada, por con-
siderar que no existe documento o indicio alguno que sustente lo afirmado por el
recurrente.
III. FUNDAMENTOS
A. DATOS GENERALES
1. Daño constitucional invocado
Este proceso constitucional de hábeas corpus fue presentado por Nilsen Mallqui
Laurence, a favor de sí1 y de Rubén Pablo Orihuela López, contra Claudio To-
ledo Paytán y otros cinco sujetos que deberán ser individualizados e identifica-
dos, siendo los que lo secundan conocidos bajo los apelativos de ‘Negro Jabalí’ y

1 Se señala en el recurso de agravio constitucional que “(...) SE FORMULÓ LA DEMANDA en razón


de que el demandado CLAUDIO TOLEDO PAYTAN, conjuntamente con los sujetos codemandados
vienen amenazando en forma reiterada atentar contra la integridad física de don RUBÉN PABLO
ORIHUELA LÓPEZ e incluso contra mi persona” (fs. 34 del Expediente).

166
JURISPRUDENCIA

‘Negro Matute’. De otro lado, y tal como se precisa en otro expediente de hábeas
corpus similar al presente que será materia de análisis infra2, es posible determi-
nar la identidad del resto de demandados. Entonces, la reclamación planteada debe
entenderse también extendida contra José Luis Toledo Barrientos, Erasmo Toledo
Barrientos, y contra ‘un grupo de aproximadamente quince personas de aspecto
delincuencial y aparentemente drogadictos’. Asimismo, se señala en la demanda
que ella se dirige también contra los ‘malos elementos policiales’, los cuales son
identificados como efectivo PNP Manrique y Vila, de la dependencia de la Comi-
saría de Huachipa3.
El acto lesivo consistiría en que los mencionados sujetos se encuentran intercep-
tando ilegalmente unidades de la Empresa Comunicación Integral, Turismo y
Servicios Urano Tours S.A., con el fin de arrebatar diversos documentos de los ve-
hículos, hecho que se patentiza en el caso del favorecido, quien labora como cho-
fer de la misma y a quien habrían amenazado en febrero pasado.
2. Reclamación constitucional
El demandante alega la afectación de los derechos fundamentales al libre trán-
sito (artículo 2 inciso 11 de la Constitución), al trabajo (artículo 2 inciso 15 de
la Constitución) y a la tranquilidad y a vivir en paz (artículo 2 inciso 22 de la
Constitución).
Sobre la base de esta vulneración, se solicita lo siguiente:
- Se repongan las cosas al estado anterior a la violación de sus derechos
constitucionales.
- Se abstengan los demandados de consumar ‘actos antisociales’4.
B. MATERIAS CONSTITUCIONALMENTE RELEVANTES
3. Análisis que debe realizarse
La resolución que se dicta debe dedicarse a explicar los siguientes acápites:
• ¿Cuáles son los derechos fundamentales tutelados a través de un hábeas
corpus?
• ¿Ha existido vulneración del derecho a la libertad de tránsito? De esta forma,
- ¿Está en juego en el caso concreto el análisis del derecho fundamental a la
libertad de tránsito?
- ¿Existen elementos mínimos de juicio para proteger un derecho a través de
este proceso constitucional?

2 Expediente N° 2876-2005-PHC/TC.
3 Apelación de la sentencia de primera instancia (fs. 9 del Expediente).
4 Petitorio claramente delimitado en el recurso de agravio constitucional (fs. 34 del Expediente).

167
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

C. DERECHOS FUNDAMENTALES PROTEGIDOS POR EL HÁBEAS


CORPUS
4. La protección de los derechos al trabajo, a la tranquilidad y a la vida en paz
La protección de algunos de los derechos invocados en el presente proceso de
hábeas corpus se realiza claramente a través del amparo. Según el artículo 37 del
Código Procesal Constitucional,
“el amparo procede en defensa de los siguientes derechos (...) 3) Al trabajo (...)
23) De gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida”.
Es decir, la tutela de derechos como el trabajo, la tranquilidad y la paz debería en-
cauzarse a través del proceso constitucional del amparo. Sin embargo, en la de-
manda, el recurrente ha decidido la búsqueda de su tutela a través de un hábeas
corpus. La cuestión a determinar, entonces, es si puede admitirse este tipo de peti-
ción en sede constitucional.
5. La relación entre el hábeas corpus y el amparo
Según este Tribunal, el proceso básico del ordenamiento jurídico es el hábeas cor-
pus, tanto así que la propia Constitución ha señalado en el artículo 200 inciso 2,
con respecto al amparo, que este procede contra la vulneración o amenaza
“de los demás derechos reconocidos en la Constitución, con excepción de los
derechos (...) en el inciso anterior”, el cual justamente está referido al hábeas
corpus. El amparo aparece, entonces, como un proceso constitucional residual
respecto de aquel.
En esta lógica, conviene establecer cuándo corresponde la presentación de una
demanda de hábeas corpus, con el fin de determinar si los derechos al trabajo,
a la tranquilidad y a la paz merecen ser salvaguardados a través de este proceso
constitucional.
Una demanda de hábeas corpus solo cabe ser interpuesta cuando se pretenda la
protección de la libertad personal o derechos conexos5. Es decir, con este proceso
se protege un núcleo duro de derechos relacionados con la libertad personal; siem-
pre que exista conexión con tal derecho, será pertinente que se analice a través de
este proceso constitucional6, por lo que corresponde señalar que solo será atinente
la protección de los derechos fundamentales demandados si ellos se encuentran en
conexión directa con el derecho a la libertad personal.

5 “Son garantías constitucionales: 1) La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u
omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad
individual o los derechos constitucionales conexos” [artículo 200 inciso 1 de la Constitución].
6 Sobre la conexidad, HART ELY, John. On constitutional. New Jersey, Princenton University Press,
1996, p. 279, ss.

168
JURISPRUDENCIA

6. Improcedencia de la demanda en el extremo de este petitorio


Tomando en consideración lo señalado, queda claro que la demanda debe ser de-
clarada improcedente en el extremo que solicita la protección de dichos derechos,
en virtud de que estos no tienen conexión alguna con el derecho a la libertad per-
sonal. Cada uno de ellos tiene una autonomía tal que no pueden ser protegidos a
través de un hábeas corpus; y, en el caso concreto, no se advierte el vínculo direc-
to con la libertad personal, ni tampoco tal cuestión ha podido ser acreditada por el
demandante.
Este Colegiado coincide con los argumentos vertidos por el a quo cuando señala que
“En el presente caso el recurrente afirma que se ha vulnerado específicamen-
te los derechos constitucionales referentes a la Libertad de Tránsito, Libertad
de Trabajo, la Tranquilidad y el Derecho de Vivir en Paz, de los cuales solo el
Derecho a la Libertad de Tránsito está protegido vía acción de hábeas corpus,
puesto que en cuanto a los demás constituyen derechos que son protegidos me-
diante otros mecanismos distintos a los que se ha activado”7.
Corresponde, por tanto, ventilar la supuesta vulneración del derecho fundamental
a la libertad de tránsito, único extremo materia de pronunciamiento a través de un
proceso de hábeas corpus.
D. LA SUPUESTA AFECTACIÓN DEL DERECHO FUNDAMENTAL A
LA LIBERTAD DE TRÁNSITO
7. Protección de la libertad de tránsito a través del hábeas corpus
Para insistir aún más en la capacidad de un juez constitucional para resolver un
proceso constitucional relacionado a la libertad de tránsito, se debe retomar lo se-
ñalado en el artículo 25 inciso 6 del Código Procesal Constitucional:
“Procede el hábeas corpus ante la acción u omisión que amenace o vulnere
(...): 6) El derecho de los nacionales, o de los extranjeros residentes a ingresar,
transitar o salir del territorio nacional, salvo mandato judicial o aplicación de
la Ley de Extranjería o de Sanidad”.
Entonces, este colegiado procederá a analizar si ha existido violación, o no, del de-
recho aducido a través de la realización de los supuestos actos contrarios a los con-
ductores y cobradores de la Empresa Comunicación Integral, Turismo y Servicios
Urano Tours S.A., en especial de los favorecidos.

7 Fundamento 3 de la Sentencia del Trigésimo Noveno Juzgado Penal de Lima, H.C. N° 074-2005
(fs. 3 del Expediente).

169
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

§1. El presunto acto de vulneración de la libertad de tránsito


8. Según el demandante, se afecta su derecho a la libertad de tránsito
Tal como se aprecia de la demanda, se estaría produciendo la afectación de este de-
recho fundamental a través de los siguientes actos:
“Sucede que los denunciados en forma permanente nos vienen coaccionando,
interceptando las unidades, interviniendo ilegalmente a sus cobradores y con-
ductores, tratándoles de quitar su licencia de conducir, carnet de seguridad vial,
tarjeta de circulación, etc., de esa forma violenta su libertad al estar coaccio-
nándolos y para ello solicitan apoyo de algunos malos efectivos policiales (...)
incluso el día 22 de febrero del año en curso, a la altura de la Plaza de Acho, en
el distrito del Rímac, nuevamente han amenazado que se retire de la ruta don-
de viene laborando, caso contrario van a tomar represalias e incluso han ame-
nazado con dirigirse al local donde funciona las oficinas de la empresa ubica-
do en el interior del Mercado Mayorista del Distrito de Santa Anita, para que
lo tomen por asalto encabezando dichas maniobras delincuenciales los sujetos
conocidos como ‘EL NEGRO JABALÍ’ y ‘EL NEGRO MATUTE’, responsa-
bilizando al denunciado de lo que pueda ocurrir”8.
9. Según el juzgador de primera instancia, lo alegado no es parte del derecho a
la libertad de tránsito
Tomando en consideración la posibilidad de circular libremente por el territorio na-
cional como el contenido de la libertad de tránsito, en sede judicial se consideró que:
“En el sentido antes expuesto el derecho al libre tránsito no se entiende en el
sentido propuesto por el accionante, esto es a favor del trabajador de una em-
presa que tiene la dirección del control de una ruta vehicular, cuyas unidades
de transporte son las que supuestamente están siendo intervenidas por los em-
plazados en razón del uso de determinadas rutas de circulación, no evidencián-
dose de lo expuesto por el propio recurrente que se haya vulnerado el derecho
al libre tránsito del ciudadano Rubén Pablo Orihuela López”9.
Algunas consideraciones sobre la resolución del juzgador. En primer lugar, es por
lo menos llamativo que el juez haya resuelto con una prontitud excesiva. Tal ce-
leridad, si bien se sustenta en el artículo III del Título Preliminar del Código Pro-
cesal Constitucional, no necesariamente debe entenderse como la prescripción de
que si una demanda es presentada un día10, en esa misma fecha debe resolverse lo
solicitado11.

8 Fundamentos 2 y 3 de la demanda de hábeas corpus (fs. 1, 2 del Expediente).


9 Fundamento 3 de la Sentencia del Trigésimo Noveno Juzgado Penal de Lima, H.C. N° 074-2005 (fs.
3 del Expediente).
10 En la demanda consta el sello que señala: “23 FEB 2005” (fs. 1 del Expediente).
11 En la sentencia se señala: “Lima, veintitrés de febrero del dos mil cinco” (fs. 7 del Expediente).

170
JURISPRUDENCIA

En segundo lugar, no es permisible que en un Estado constitucional de derecho


se resuelva la improcedencia de una demanda como la planteada de manera limi-
nar, más aún si esta posibilidad no está reconocida explícitamente por el Código
Procesal Constitucional para el caso del hábeas corpus. Cualquier demanda plan-
teada merece, por lo menos, un mínimo análisis de lo solicitado. Para determinar
el iter conveniente, es preciso partir de la norma constitucional y solo así dilucidar
el caso concreto. Consideramos, por ende, errado el razonamiento y la actitud del
juez de primera instancia para resolver el presente proceso, a diferencia de lo que
resolvió el a quo del otro hábeas corpus planteado sobre el mismo tema12.
10. La norma constitucional sobre el derecho fundamental a la libertad de
tránsito
Entonces, la presente sentencia habrá de centrarse en determinar, sobre la base de
los hechos esgrimidos en la demanda, los medios probatorios en ella incluidos y
los medios probatorios actuados por el juez del otro proceso constitucional men-
cionado, si los actos alegados constituyen, o no, violación del derecho fundamen-
tal a la libertad de tránsito.
Según el artículo 2 inciso 11 de la Constitución, toda persona tiene derecho
“a elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de
él y entrar en él, salvo limitaciones por razones de sanidad o por mandato judi-
cial o por aplicación de la ley de extranjería”.
Teniendo en cuenta de la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución
y el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, tal norma
debe ser interpretada de conformidad con los instrumentos internacionales de de-
rechos humanos, motivo por lo cual es necesario analizar la noción de libertad de
tránsito a partir del bloque de constitucionalidad de la normatividad internacional.
Según el artículo VIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre,
“Toda persona tiene el derecho de fijar su residencia en el territorio del Estado
de que es nacional, de transitar por él libremente y no abandonarlo sino por su
voluntad”.
De otro lado, el artículo 22 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
señala, entre múltiples supuestos del derecho a la residencia y tránsito, que
“1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tiene de-
recho a circular por el mismo y, a residir en él con sujeción a las disposiciones
legales (...)

12 Expediente N° 3873-2005-PHC/TC.

171
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

3. El ejercicio de los derechos anteriores no puede ser restringido sino en vir-


tud de una ley, en la medida indispensable en una sociedad democrática, para
prevenir infracciones penales o para proteger la seguridad nacional, la seguri-
dad o el orden públicos, la moral o la salud públicas o los derechos y libertades
de los demás.
4. El ejercicio de los derechos reconocidos en el inciso 1 puede asimismo ser
restringido por la ley, en zonas determinadas, por razones de interés público
(...)”.
Al igual que en estos instrumentos internacionales, también el derecho a la liber-
tad de tránsito es reconocido por el artículo 13 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y por el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Civi-
les y Políticos.
Sobre la base normativa expresada, este colegiado considera pertinente fijar cuál
es el contenido constitucionalmente protegido del derecho en comento. Por tal ra-
zón, en los siguientes fundamentos, se pretenderá explicar con cierta claridad cuál
es la extensión de resguardo constitucional de la libertad de tránsito.

11. El significado de la libertad de tránsito


La facultad de un libre tránsito comporta el ejercicio del atributo de ius movendi et
ambulandi. Es decir, supone la posibilidad de desplazarse autodeterminativamen-
te en función a las propias necesidades y aspiraciones personales, a lo largo y an-
cho del territorio, así como a ingresar o salir de él, cuando así se desee.

Se trata de un imprescindible derecho individual y de un elemento conformante de


la libertad. Más aún, deviene en una condición indispensable para el libre desarro-
llo de la persona, toda vez que se presenta como “el derecho que tiene toda perso-
na para ingresar, permanecer, circular y salir libremente del territorio nacional”13.
El ejercicio de este derecho es fundamental en consideración a la libertad –inhe-
rente a la condición humana–, pues es “una condición indispensable para el libre
desarrollo de la persona”14, cuyo sentido más elemental radica en la posibilidad de
transitar en las vías y los espacios públicos. Sin embargo, de ello no puede aseve-
rarse que el derecho sea absoluto sino que tiene que ejercerse según las condicio-
nes que cada titular del mismo posee, según las limitaciones que se deben obser-
var (análisis infra sobre la materia).

Como se observa, la libertad de tránsito se encuentra relacionada sobre todo con


la capacidad locomotora por parte de los nacionales y extranjeros para transitar

13 BADENI, Gregorio. Instituciones de derecho constitucional. Buenos Aires, Ad-hoc, 2000. p. 231.
14 COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación General N° 27, ‘Artículo 12.- Libertad de
circulación’, 67º período de sesiones, de 1999.

172
JURISPRUDENCIA

dentro del país. Sin embargo, se le debe dotar de un contenido más específico.
Debe incluir, además, la facultad de cada uno de los residentes de una localidad,
de un poblado o de una ciudad para movilizarse dentro de ella y en las zonas o ur-
banizaciones que las componen.

12. La titularidad del derecho fundamental a la libertad de tránsito


La doctrina es uniforme en señalar que el sujeto activo de este derecho es una per-
sona natural o extranjera, y que el sujeto pasivo es el Estado o cualquier persona
natural o jurídica15, reconociéndose así la eficacia no solo vertical del derecho fun-
damental, sino también horizontal, elemento este último destacable para la resolu-
ción de la presente controversia constitucional.
Respecto al sujeto activo, es necesario precisar que, en principio, la titularidad de
la libertad de tránsito recaería en los nacionales, pues son ellos los que estarían en
capacidad de moverse libremente a lo largo de su territorio, como efecto directo
de la soberanía estatal (artículo 54 de la Constitución). Sin embargo, un análisis
especial merece el caso de los extranjeros, a quienes también el dispositivo cons-
titucional les ha reconocido la titularidad del derecho.
El artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos señala ex-
presamente que toda persona –sea nacional o extranjero– que se halla legalmente
en el territorio de un Estado, tendrá derecho a circular libremente por él y a esco-
ger libremente en él su residencia. Asimismo, estipula que tendrá derecho a salir
de este por decisión autodeterminativa. Las restricciones a su ejercicio están suje-
tas al principio de legalidad. De otro lado, el artículo 22 de la Convención Ameri-
cana de Derechos Humanos estipula que toda persona –sin distinción de nacionali-
dad–, que se halle legalmente en el territorio de un Estado, tiene derecho a circular
por el mismo, con sujeción a las disposiciones legales allí imperantes.
Es más, el Comité de Derechos Humanos, en la Observación General Nº 27,
“Artículo 12.- Libertad de circulación”, ha señalado que todo extranjero que se
encuentre legalmente dentro del territorio de un Estado o a pesar que hubiese en-
trado ilegalmente pero que posteriormente hubiese legalizado su situación, tiene
derecho al ejercicio del libre tránsito, con sujeción a las restricciones establecidas
en la ley.
En atención a lo expuesto, el Estado está facultado total o parcialmente para reglar,
controlar y condicionar la entrada y admisión de extranjeros. Igualmente, el cuer-
po político goza del atributo de la expulsión, que también es un límite a la liber-
tad de tránsito, según se explicará más adelante, siempre que se cumplan algunas

15 En este punto, se coincide con lo señalado por la DEFENSORÍA DEL PUEBLO, cuando declara
que “(...) el sujeto activo de este derecho es cualquier persona natural, y el sujeto pasivo es el Estado
o cualquier persona natural o jurídica, por tratarse de un derecho fundamental” [Informe Defensorial
N° 81. Libertad de Tránsito y Seguridad Ciudadana. Lima: 2004, p. 8].

173
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

condiciones: el Estado puede imponer a través de la ley requisitos para autorizar


el ingreso y la salida del territorio nacional (v.g. presentación del pasaporte, visas,
pago de tasas, certificaciones sanitarias, entre otros); las restricciones legales están
sujetas a su fundamentación en resguardo de la prevención de infracciones pena-
les de la seguridad nacional, el orden público, la salud, la moral pública o los de-
rechos y libertades de terceros; la expulsión de un extranjero no debe fundarse en
su mera condición de tal, sino en el hecho de haber ingresado o permanecer en el
territorio nacional con violación de la ley. Dicha disposición debe emanar de auto-
ridad administrativa o judicial competente, según sea la naturaleza del caso que la
motiva.
13. El supuesto de hecho protegido
Para determinar claramente el ámbito de protección del derecho a la libertad de
tránsito, es necesario delimitar cuál es el supuesto de hecho por él salvaguardado.
A propósito, es frecuente la presentación de hábeas corpus en donde se denuncia
la vulneración del derecho a la libertad de tránsito dentro del contexto del ejerci-
cio o impedimento de pleno ejercicio del derecho de propiedad. Al respecto, exis-
ten algunas decisiones jurisdiccionales según la materia.
Así, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 1840-2004-HC/TC, el Tribunal
Constitucional declaró fundada la demanda planteada en razón de haberse acre-
ditado el impedimento de acceso a los aires de un predio de tres pisos, el último
de los cuales era de propiedad del accionante. En dicho caso este colegiado se-
ñaló que
“El libre tránsito implica más que el simple transitar por el territorio en su di-
mensión pública, extendiéndose al interior de la propiedad, en aplicación de la
potestad que distinguen a todo propietario: la facultad de disposición del bien,
característica esencial del ejercicio de la propiedad que no puede perfeccionar-
se sin el libre tránsito dentro los límites del mismo, campo de acción que cons-
tituye la esencia de una acción garantista de hábeas corpus”.
Por ende, ordenó que los propietarios del primer y segundo piso retiren
“los candados y las cadenas que restringen el acceso del demandante a su
propiedad”.
De otro lado, en la sentencia del Expediente Nº 470-96-HC/TC, este colegiado no
consideró como violatorio del derecho a la libertad de tránsito el impedimento de
ingreso a un centro educativo particular por parte de un joven que había dejado de
pertenecer a dicha institución, el mismo que durante su condición de alumno fue
objeto de investigaciones disciplinarias.
Como se observa, en tales casos este colegiado ha buscado delimitar cuál es el
supuesto de hecho que la libertad de tránsito incluye como forma de protección.

174
JURISPRUDENCIA

Debe puntualizarse entonces que, dentro de una propiedad privada, no puede exis-
tir ejercicio alguno de la libertad de tránsito, toda vez que ella involucra la posibi-
lidad de traslado de un lugar público a otro, pero no el desplazamiento que se reali-
ce dentro de zonas privadas, las mismas que habrán de encontrarse amparadas por
la inviolabilidad de domicilio. Por ende, no es razonable que se salvaguarde como
parte de la libertad de tránsito cualquier tipo de movimiento que una persona rea-
lice dentro de una espacio destinado al uso particular, ya sea dentro de una casa,
centro de trabajo o cualquier tipo de propiedad privada, aunque con una precisión
al respecto; sí cabría protección a través de la libertad de tránsito si existe una vía
privada de uso público, según se explica a renglón seguido.
El derecho al libre tránsito, a partir de su relación con la aptitud para residir en el
lugar escogido dentro del territorio, no puede incluir –es más, proscribe– cualquier
forma de desplazamiento interno forzado, situación a la cual el país no ha estado
ajeno.
14. La protección que se realiza a través de la libertad de tránsito
La facultad de desplazamiento se manifiesta a través del uso de las vías de na-
turaleza pública o de las vías privadas de uso público16. En el primer caso, el ius
movendi et ambulandi se expresa en el tránsito por parques, calles, avenidas, ca-
rreteras, entre otros. En el segundo, por ejemplo, se muestra en el uso de las servi-
dumbres de paso. En ambos casos, el ejercicio de dicha atribución debe efectuarse
respetando el derecho de propiedad y las normas derivadas del poder de policía.
Asimismo, el goce de dicho derecho supone la utilización de una vía de circula-
ción y de un medio de transporte. En lo relativo a la vía de circulación, esta puede
ser terrestre, subterránea, aérea, marítima, fluvial o lacustre. En cuanto al medio
de transporte, este puede ser pedestre, vehicular o a lomo de bestia.
Queda claro que a partir de la evolución de la tecnología y la rapidez de despla-
zamiento en el mundo de hoy en día, no solo puede permitirse el reconocimiento
de un derecho como es el de la libertad de tránsito a través de los propios medios
(personales), sino que ha de admitirse la utilización de elementos tecnológicos di-
versos –motorizados o no– para que la población pueda llegar a su destino, cuan-
do se esté trasladando. Entre estos medios se encuentran autos, motos, camiones,
aviones, barcos, bicicletas y cualquier otro que permita este libre ejercicio del mo-
vimiento. Por ello, el mecanismo para el ejercicio de la libertad de tránsito incluye
tanto la permisión de la suficiencia humana propiamente dicha (léase, a través de
su caminar, su trotar o su correr), como la protección a los vehículos que facilitan
o posibilitan la locomoción correspondiente.

16 DE ESTEBAN, Jorge y GONZALES TREVIJANO, Pedro. Curso de Derecho Constitu-


cional español. T. II, Rumagraf, Madrid, 1993. p. 129.

175
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Por lo tanto, será materia de protección en sede constitucional la libertad de trán-


sito a través de transportes motorizados, como puede ser una camioneta rural, co-
loquialmente conocida como ‘combi’, tal como se muestra en el caso concreto. Al
respecto, este colegiado precisó en la sentencia del Expediente N° 3247-2004-HC/
TC, que el derecho fundamental al tránsito posibilita la libre circulación de un ciu-
dadano por una vía automovilística, y sobre cuya base fue declarada fundada la de-
manda de hábeas corpus planteada17.
15. Los diversos tipos de restricciones de la libertad de tránsito
Como todo derecho fundamental, la libertad de tránsito no es un derecho absoluto,
ya que puede y debe ser limitado por diversas razones. Así, la libertad de tránsito
se encuentra razonablemente restringida. Al respecto, este colegiado ha explicado
que, como parte de la sentencia del Expediente Nº 1091-2002-HC/TC, la libertad
de tránsito no constituye un derecho absoluto y ciertamente tiene sus límites. En-
tonces, deberá tomarse en cuenta en el caso concreto si la Empresa Comunicación
Integral, Turismo y Servicios Urano Tours S.A. poseía o no la licencia de funcio-
namiento respectiva, pues ella es conditio sine qua non para ejercer el derecho a la
libertad de tránsito de los favorecidos.
Por mandato expreso de normas contenidas en el bloque de constitucionalidad, la
libertad de tránsito se encuentra sometida a una serie de límites o restricciones en
su ejercicio, con el fin de tutelar otros bienes constitucionalmente protegidos. La
aplicación de una medida restrictiva a un caso concreto debe ajustarse al principio
de razonabilidad, ser adecuada para desempeñar su función protectora, posibilitar
ser el instrumento menos perturbador de los que permitan conseguir el resultado
deseado, y guardar proporción con el interés que debe protegerse.
De esta manera, como bien lo ha señalado este colegiado en la sentencia recaída
en el Expediente N° 2961-2002-HC/TC, no puede permitirse que exista
“(...) una afectación irrazonable y desproporcionada del derecho a la libertad
de tránsito, reconocido en el inciso 11 del artículo 2 de la Constitución, dado
que no tiene por finalidad la protección de bien constitucional alguno”.
A una conclusión similar llega la Defensoría del Pueblo cuando expresa que
“(...) cualquier acto o medida que suponga una afectación del derecho al libre
tránsito deberá evaluarse dentro de los márgenes de los principios de legalidad
y razonabilidad, teniendo presente que dicho derecho, por su carácter funda-
mental, constituye un parámetro de conformidad para la interpretación de cual-
quier norma que intente regularlo o limitarlo”18.

17 En ese caso, el demandante recurrió “(...) al hábeas corpus, porque considera que su libertad de
tránsito está restringida al impedírsele circular por el Km 14 de la Autopista Callao – Ventanilla, hoy
avenida Nestor Gambeta, distrito del Callao”.
18 Informe Defensorial N.° 81. Libertad de Tránsito y Seguridad Ciudadana. Lima: 2004, p. 10.

176
JURISPRUDENCIA

Entonces, si bien toda persona tiene derecho a transitar libremente, nadie tiene la
capacidad para impedir tal locomoción, salvo que se incurra en alguno de los su-
puestos limitativos. Según lo establece el artículo 2 inciso 11 de la Constitución,
su ejercicio está restringido por cuestiones de sanidad, mandato judicial o aplica-
ción de la ley de extranjería, supuestos reconocidos explícitamente en la Sentencia
del Tribunal en el Expediente Nº 3040-2004-HC/TC. Además, se deben admitir
los supuestos expresamente señalados por la Convención Americana de Derechos
Humanos, en el artículo 22 inciso 3, el cual incluye las posibilidades de la pre-
vención de infracciones penales, el resguardo de la seguridad nacional o el orden
público, así como la defensa de la moral pública.
Cabe mencionar, además, que en la sentencia del Expediente Nº 3482-2005-HC/
TC, este Tribunal expresó que las restricciones a la libertad de tránsito pueden ser
calificadas como explícitas e implícitas. Las explícitas son aquellas que se encuen-
tran claramente enumeradas en la Constitución o en la ley y pueden, a su vez, ser
de carácter ordinario o extraordinario. De otro lado, las restricciones son implíci-
tas cuando no son expresamente detalladas en norma alguna. Veamos.

16. Las restricciones explícitas ordinarias


Estas se presentan cuando, en un estado de normalidad constitucional, se estima
necesario que deben protegerse otros derechos fundamentales o bienes jurídicos,
de modo que, en atención a un estudio de razonabilidad, pueda limitarse el dere-
cho a la libertad de tránsito.
Son diversos los supuestos que se incluyen dentro de las restricciones explícitas
ordinarias:
• Razones sanitarias: Son aquellas que surgen en pro del resguardo de la pleni-
tud físico-psíquica de la población, la cual puede verse afectada por la existen-
cia de pestes, epidemias y otros eventos de similares características, limitación
permitida en el propio inciso 11 del artículo 2 de la Constitución.
• Razones jurisdiccionales: Son aquellas que surgen de la existencia de una or-
den judicial de impedimento de salida del territorio nacional, expatriación de
nacionales o la expulsión de extranjeros.
La expatriación de un nacional (acción de sacar a la fuerza a un natural del territo-
rio de su propio país) procede en los casos de comisión de atentados contra la se-
guridad nacional, la participación de un grupo armado dirigido por un extranjero,
la alteración de hitos fronterizos, actos desleales con el país o la traición a la patria
(casos previstos explícitamente entre los artículos 325 y 332 del Código Penal).
Sobre la materia, este colegiado reserva pronunciamiento sobre la constitucionali-
dad o inconstitucionalidad de dicha modalidad punitiva.
La expulsión de un extranjero (acción de hacer salir por la fuerza a un no nacio-
nal del territorio patrio) procede como consecuencia de un acto subsecuente del

177
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

cumplimiento de una condena con pena privativa de la libertad impartida por un


tribunal nacional.
• Razones de extranjería: Son aquellas que, basándose en el inciso 11 del ar-
tículo 2 de la Constitución, derivan de la falta de aptitud legal de un extranje-
ro para ingresar al territorio nacional o para continuar residiendo dentro de él.
Tales son los casos siguientes:
- Por ingreso clandestino o fraudulento al territorio nacional.
- Por haber sido anteriormente expulsado del territorio nacional por razones ju-
risdiccionales de poder de policía (reglas de migración).
- Por ser prófugo de la justicia por delitos tipificados como ilícitos comunes en
la legislación nacional.
- Por haber sido expulsado de otro país por la comisión de delitos tipificados
como ilícitos comunes en la legislación nacional o por infracciones a normas
de extranjería homólogas a las nuestras.
- Por encontrarse incurso en razones de seguridad.
- Por registrar antecedentes penales o policiales por delitos tipificados como
comunes en la legislación nacional.
- Por carecer de recursos económicos que le permitan solventar los gastos de
permanencia en nuestro territorio.
- Por haber realizado actos contra la seguridad del Estado, el orden público in-
terno o la defensa nacional.
• Razones políticas: Son aquellas que se derivan de la discrecionalidad política
que la Constitución otorga al Congreso de la República en el caso del presiden-
te de la República. En efecto, el inciso 9 del artículo 102 de la Constitución se-
ñala que es atribución del Congreso de la República autorizar al presidente de
la República para salir del país. En ese sentido, mediante la Ley Nº 26656 se
ha establecido la modalidad y plazo para las autorizaciones sobre la materia.
• Razones de capacidad de ejercicio: Son aquellas que se derivan de la restric-
ción para poder realizar per se el ejercicio de la facultad de libre tránsito. Al
respecto, el segundo párrafo del artículo 6 de la Constitución, concordante con
los artículos 12, 74 y subsiguientes del Código de los Niños y Adolescentes,
establece que la libertad de tránsito de los menores de edad está sujeta a las res-
tricciones y autorizaciones establecidas en la ley.
• Razones administrativas: Pueden exigirse determinados requisitos legales o
administrativos para el ejercicio del derecho, los cuales deben ser razonables a
fin de no desnaturalizarlo; en el caso del transporte público, es necesario contar
con una licencia de funcionamiento para transitar por las vías que se autoricen.

178
JURISPRUDENCIA

17. Las restricciones explícitas extraordinarias


Este tipo de restricción se deriva de situaciones singulares, que ameritan una inter-
vención rápida y concreta. Un estado de anormalidad constitucional supone la po-
sibilidad de restringir la libertad de tránsito de las personas.
Al respecto son citables los casos siguientes:
• Estado de Emergencia o de Sitio: De conformidad con lo establecido en el ar-
tículo 137 de la Constitución, el presidente de la República, con acuerdo del
Consejo de Ministros, puede decretar, por plazo determinado, en todo el te-
rritorio nacional, o en parte de él (con cargo de posteriormente, dar cuenta al
Congreso o a la Comisión Permanente), el Estado de Emergencia o el Estado
de Sitio. En dicha eventualidad puede restringirse el derecho relativo a la liber-
tad de tránsito.
Tal como lo señalara este colegiado en la sentencia del Expediente Nº 0349-
2004-AA/TC, dicha restricción encuentra su justificación en la existencia de
causas de extrema necesidad o grave alteración de la vida del Estado,
“circunstancias en las que resulte posible limitar en cierta medida el ejerci-
cio de determinados atributos personales, uno de los cuales, resulta siendo el
derecho de transitar o de locomoción. Dentro de dicho contexto, cabe natu-
ralmente precisar que lo que resulta limitable o restringible no es el ejerci-
cio de la totalidad del derecho (...), sino aquellos aspectos estrictamente in-
dispensables para la consecución de los objetivos de restablecimiento a lo
que propende el régimen excepcional, para efectos de lo cual ha de estarse
a lo determinado por referentes tan importantes como la razonabilidad y la
proporcionalidad”.
• Asilo diplomático: Es la tutela que se otorga a una persona perseguida por ra-
zón de sus ideas y/o actos de carácter político. Se ejecuta en las legaciones di-
plomáticas, naves, aeronaves o campamentos castrenses del Estado asilante.
• Extradición: Alude a un instituto jurídico que viabiliza la remisión compulsiva
de un individuo, por parte de un Estado, a los órganos jurisdiccionales compe-
tentes de otro, a efectos de que sea enjuiciado o cumpla con la condena seña-
lada, según haya sido su situación de procesado o condenado en la comunidad
política de destino.
Al respecto, se ha señalado que
“La extradición, y el asilo, cuando conllevan restricciones a la libertad de lo-
comoción, o cuando dan lugar a la salida compulsiva del país, no implican una
trasgresión de la Constitución si es que se cumplen por lo menos los siguien-
tes requisitos: a) la legislación aplicable debe guardar correspondencia con los
tratados internacionales de derechos humanos; b) la decisión del Poder Ejecu-
tivo –instancia administrativa– debe haber sido objeto de control suficiente. El
artículo 32 de la Constitución dispone que “la extradición solo se concede por

179
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

el Poder Ejecutivo previo informe de la Corte Suprema; c) el Estado a favor


del cual se extradite a una persona debe ofrecer un juzgamiento con las garan-
tías del debido proceso”19.
18. Las restricciones implícitas
Se trata de aquellas situaciones en donde se hace necesario vincular el ejercicio del
derecho a la libertad de tránsito con otros derechos o bienes constitucionalmente
relevantes, a fin de poder determinar, dentro de una técnica de ponderación, cuál
de ellos es el que, bajo determinadas circunstancias, debe prevalecer. Son diver-
sos los casos en que existe limitación implícita a la libertad de tránsito, pero entre
ellas cabe resaltar las siguientes:
• Seguridad ciudadana: La seguridad ciudadana no debe ser observada como un
derecho fundamental sino como un bien jurídico protegido, habida cuenta que
hace referencia a un conjunto de acciones o medidas que están destinadas a sal-
vaguardar el desarrollo de la vida comunitaria dentro de un contexto de paz,
tranquilidad y orden, mediante la elaboración y ejecución de medidas vincula-
das al denominado poder de policía. La seguridad ciudadana consolida una si-
tuación de convivencia con ‘normalidad’, vale decir, preservando cualquier si-
tuación de peligro o amenaza para los derechos y bienes esenciales para la vida
comunitaria.
Tal como lo señala la Defensoría del Pueblo, la seguridad ciudadana tiene una
doble implicancia; por un lado, plantea un ideal de orden, tranquilidad y paz,
que es deber del Estado garantizar; y, por el otro, permite el respeto de los de-
rechos y cumplimiento de las obligaciones individuales y colectivas20.
De otro lado, este colegiado ha precisado en la sentencia emitida en el Expe-
diente N° 349-2004-AA/TC, que se trata de
“(...) un estado de protección que brinda el Estado y en cuya consolidación
colabora la sociedad, a fin de que determinados derechos pertenecientes a los
ciudadanos puedan ser preservados frente a situaciones de peligro o amenaza
o repararlos en casos de vulneración o desconocimiento”.
Es más, también ha acotado en la sentencia del Expediente Nº 2961-2002-HC/
TC, que
“(...) es posible permitir la instalación de dispositivos de seguridad, vigilancia
y control en las vías públicas, siempre que dicha medida tenga por propósito
resguardar la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos, cuente con la previa
autorización de la autoridad competente, y resulte razonable y proporcional
con el fin que se pretende alcanzar”.

19 MESÍA, Carlos. Derechos de la persona / Dogmática Constitucional. Fondo Editorial del Congreso
del Perú, Lima, 2004, p. 138.
20 Informe Defensorial N° 81. Libertad de Tránsito y Seguridad Ciudadana. Lima: 2004, p. 15.

180
JURISPRUDENCIA

Empero, enfatizaba que, en el caso concreto,


“(...) no solo no obra documento alguno que permita acreditar algún problema
de seguridad en la zona donde han sido instaladas las rejas, sino que existen
suficientes elementos probatorios que permiten sostener que la instalación te-
nía por finalidad la disminución del tránsito en las calles Arcos de la Frontera
y Jacarandá”.
En el caso, este colegiado declaró fundado el hábeas corpus y ordenó que la
demandada retire en forma inmediata e incondicional las rejas metálicas colo-
cadas en la vía pública.
En general, este tribunal se pronunció a favor de la colocación de rejas en la
vía de acceso al lugar de residencia de los demandantes, argumentando que
con ello se estaría tutelando la seguridad de los habitantes de la zona21. Es de-
cir, se aceptaba la reducción del contenido de la libertad de tránsito (ello tam-
poco significa que se eliminaba su existencia) en pos de un bien jurídico que
merece una protección superlativa en las circunstancias actuales de inseguri-
dad ciudadana.
• Seguridad nacional: El Comité de Derechos Humanos de la Organización de
las Naciones Unidas, como parte de la ya mencionada Observación General
N° 27, reconoce la posibilidad restricciones a zonas militares por motivos de
seguridad nacional. Asimismo, se puede recurrir a una restricción válida y ne-
cesaria de la libertad de tránsito para la protección de la seguridad nacional y
el orden público22.
19. Análisis del derecho a la libertad de tránsito en el caso concreto
El demandante alega que se ha vulnerado el derecho a la libertad de tránsito de los
favorecidos por la interceptación ilegal de las unidades de la empresa donde labo-
ra, el despojo de diversos documentos y la amenaza de intervenir el local de la em-
presa. Todo ello propendería, asevera, a impedir su libre circulación a través de las
calles que pertenecen a su recorrido por la ruta de circulación IO 18 - Huachipa-
Carretera Central - 9 de Octubre - Zárate - Acho.

21 En la sentencia recaída en el Expediente N° 3482-2005-PHC/TC, este colegiado declaró que la colo-


cación de rejas de seguridad instaladas en la calle de acceso a la urbanización Monterrico Chico no
es, por sí misma, contraria a la Constitución, pero también enfatizó que el personal encargado de la
vigilancia no debía obstaculizar el libre tránsito por la vía pública.
Igualmente, en la sentencia del Expediente N° 0311-2002-HC/TC, el Tribunal Constitucional señaló
que “(...) las vías públicas son bienes de dominio público, y no privado. No obstante, previa autori-
zación de la autoridad competente, y bajo cánones de razonabilidad y proporcionalidad, es posible
permitir la instalación de dispositivos en ellas –tranqueras de seguridad– las mismas que no pueden
tener por propósito restringir la libertad de tránsito, sino tan solo resguardar la seguridad y tran-
quilidad de los ciudadanos”.
22 Comunicación del Comité de Derechos Humanos Nº 492/1992, Lauri Peltonen c. Finlandia, párrafo
8.4. 49º período de sesiones, Suplemento Nº 40 (A/49/40).

181
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

El presente hábeas corpus debe resolverse a través del análisis de los medios pro-
batorios presentados, tema que será materia del siguiente acápite de la sentencia,
pero siempre tomando en cuenta que el ejercicio del derecho a la libertad de trán-
sito cuenta con una restricción explícita ordinaria, referida a las razones adminis-
trativas, que posibilitan el funcionamiento del servicio de transporte público.
Por ahora, corresponde a este colegiado determinar si los actos denunciados ter-
minan vulnerando, o no, en el caso concreto, el derecho a la libre circulación de
Rubén Pablo Orihuela López y del recurrente.
Para ello se debe tomar en consideración, entre otros argumentos, lo que este Tri-
bunal Constitucional ha expresado en la sentencia del Expediente N° 1981-2002-
HC/TC, la misma que precisa que
“(...) la incautación indebida de la licencia de conducir constituye, per se, una
violación de la libertad de tránsito, pues ciertamente con ello se restringe la po-
sibilidad de transitar libremente utilizado un vehículo”.
Esto quiere decir que si, entre otros sucesos, se logra comprobar que la retención
se realizó de manera irregular, procede declarar fundada la demanda de hábeas
corpus, siendo este uno de carácter restringido.
Este tipo de hábeas corpus, en opinión de este colegiado, como parte de la senten-
cia del Expediente N° 2663-2003-HC/TC,
“Se emplea cuando la libertad física o de locomoción es objeto de molestias,
obstáculos, perturbaciones o incomodidades que, en los hechos, configuran
una seria restricción para su cabal ejercicio. Es decir, que, en tales casos, pese
a no privarse de la libertad al sujeto, ‘se le limita en menor grado’”.
Por tanto, solo podrá declararse fundado este tipo de hábeas corpus en caso exis-
tan los suficientes elementos de juicio que permita determinar al juzgador si se ha
restringido la libre circulación de los favorecidos.
§2. La probanza del presunto acto de vulneración de la libertad de tránsito
20. Según el juzgador de segunda instancia, no hay probanza debida
Para la Sala Penal de Emergencia para Procesos con Reos Libres de Lima, queda
claro que
“(...) los hechos expuestos constituyen una apreciación subjetiva del accionan-
te no existiendo en autos documento o indicio que corrobore los argumentos
y que vincule a una acción de garantía constitucional; por lo que la resolución
materia de grado se encuentra arreglada a ley (...)”23.
Basándose en este argumento, se declaró improcedente la demanda.

23 Considerando segundo de la sentencia de la Sala Penal de Emergencia para Procesos con Reos Libres
de Lima, Exp. N° 05-05 HC (fs. 25 del Expediente).

182
JURISPRUDENCIA

21. Según el demandante, sí se ha probado la afectación


El recurrente, al momento de interponer el recurso de agravio constitucional, ase-
vera lo siguiente:
“(...) El razonamiento que se transcribe es erróneo e incurre en falsedad por
cuanto en la demanda y en el recurso de apelación se ha precisado claramente
que SE FORMULÓ LA DEMANDA en razón de que el demandado CLAU-
DIO TOLEDO PAYTÁN, conjuntamente con los sujetos codemandados vie-
nen amenazando en forma reiterada atentar contra la integridad física de don
RUBÉN PABLO ORIHUELA LÓPEZ e incluso contra mi persona, siendo así
vienen amenazándonos de que seremos secuestrados y llevados a la playa, para
que aplicarnos ‘la científica’ y quitarnos la vida, por lo que la presente deman-
da deberá ser declarada FUNDADA en todos sus extremos, ordenándose que
los que se abstengan de consumar sus actos antisociales, por lo que es evidente
de que existe error en la sentencia recurrida”24.
22. La necesidad de probanza de los hechos alegados
El Código Procesal Constitucional, en su artículo 9, prescribe que,
“(...) En los procesos constitucionales no existe etapa probatoria. Solo son pro-
cedentes los medios probatorios que no requieren actuación, lo que no impide
la realización de las actuaciones probatorias que el Juez considere indispensa-
bles, sin afectar la duración del proceso. En este último caso no se requerirá
notificación previa”.
De esto se desprende que si bien la actuación de los medios probatorios no pue-
de ser de la misma magnitud que la de un proceso ordinario, tampoco puede ser
inexistente. Esto, a su vez, implica una responsabilidad implícita de las partes que
acuden a la vía constitucional de adjuntar medios probatorios idóneos que sean su-
ficientes para crear en el juzgador un criterio respecto del derecho alegado.
La naturaleza excepcional, urgente y sumarísima de los procesos constitucionales
determina que no se pueda actuar una diversidad de medios probatorios; ello por el
contexto en el cual el juzgador constitucional tiene que dictar en forma inmediata
una orden encaminada a detener o suspender la realización de un hecho violador
de un derecho constitucional, medida que no puede admitir demora en la ejecución
en su trámite. Por tanto, la tutela inmediata no permite actuaciones procedimenta-
les del tipo probatorio, en principio.
Adicionalmente, según lo ha manifestado este colegiado como parte de la senten-
cia del Expediente Nº 1981-2002-HC/TC,
“En cuanto derecho subjetivo, garantiza que no se afecte indebidamente la li-
bertad física de las personas, esto es, su libertad locomotora, ya sea mediante
detenciones, internamientos o condenas arbitrarias (...)”.

24 Recurso de agravio constitucional (fs. 29, 30 del Expediente).

183
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Por ello, si bien por la naturaleza de los actos alegados, era difícil presentar me-
dios probatorios contundentes respecto de la responsabilidad del supuesto agresor,
el juzgador debió realizar, como mínimo, actuaciones probatorias que demuestren
la afectación, o no, del derecho subjetivo, y no declarar improcedente de manera
liminar la demanda.
El Tribunal Constitucional ha precisado en la sentencia del Expediente Nº 623-
2002-HC/TC que, aunque el proceso constitucional de hábeas corpus se caracteri-
za por tener un trámite breve y sumarísimo, por la necesidad de brindar una pronta
y adecuada tutela al derecho que se reclama, esta sumariedad no puede utilizarse
como pretexto para omitir diligencias esenciales, cuando de la realización de estas
dependa la tutela de los derechos objeto de reclamo.
23. La necesidad y la urgencia en acopiar medios probatorios
Este colegiado, ante la inexistencia de medios probatorios respecto del caso con-
creto, estaría en la capacidad de devolver el expediente del presente proceso al
juez de primera instancia a fin de que recaude los medios probatorios que consi-
dere pertinentes para resolver el proceso. Sin embargo, tomando en cuenta que se-
gún el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional,
“Los procesos constitucionales se desarrollan con arreglo a los principios de
dirección judicial del proceso (...)”,
es necesario agotar todas las medidas posibles a fin de acceder a los medios pro-
batorios sin afectar los principios de inmediación y economía procesales.
Como se ha señalado, los procesos constitucionales tienen una finalidad sumarísi-
ma que determina la ausencia de etapa probatoria en ellos, siendo responsabilidad
de los recurrentes adjuntar los medios que consideren idóneos al proceso, a fin de
causar en el juzgador la suficiente discrecionalidad para vislumbrar la pertinencia
o no del derecho que se pretende tutelar. Sin embargo, se tiene también que, si de
la actuación de un medio probatorio depende la efectiva tutela jurisdiccional del
derecho constitucional afectado o amenazado, esta actuación probatoria debe ser
ordenada con perjuicio de lo dispuesto en la norma procesal constitucional. Por
tanto, este colegiado puede utilizar el principio de la dirección judicial del proceso
consagrado en el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Constitu-
cional, facultad que permite al juez aplicar los principios procesales adecuados al
proceso constitucional para verificar la efectiva y pronta satisfacción del derecho
alegado, como los de inmediación o de economía del proceso.
Al respecto, este colegiado, en la sentencia del Expediente Nº 0048-2004-PI/TC,
estableció que el principio de dirección judicial del proceso delega en la figu-
ra de juez constitucional el poder-deber de controlar razonablemente la activi-
dad de las partes, promoviendo la consecución de los fines del proceso de mane-
ra eficaz y pronta. El principio de inmediación, por su parte, procura que el juez

184
JURISPRUDENCIA

constitucional tenga el mayor contacto con los elementos subjetivos (intervinien-


tes) y objetivos (documentos, lugares) que conforman el proceso, para lograr una
aproximación más exacta al mismo, lo cual puede motivar la necesidad de una
eventual actuación probatoria ante la urgencia o inminencia de una tutela jurisdic-
cional constitucional efectiva.
24. La coincidencia de argumentos entre el presente proceso y el seguido en el Ex-
pediente N° 3873-2005-PHC/TC
No puede pasar inadvertido para este colegiado que existe otro proceso constitu-
cional que está siendo revisado en la actualidad en esta misma sede, que versa so-
bre un tema idéntico al que es materia del presente hábeas corpus.
En el Expediente N° 3873-2005-PHC/TC, la demanda fue interpuesta por Félix
Escalante Martínez, a favor de sí y de César Augusto Inca Soler y Carmen Ytal-
ha Donayre Huamaní, contra Claudio Toledo Paytán, José Luis Toledo Barrientos,
Erasmo Toledo Barrientos, dos personas cuyos apelativos son el ‘Negro Jabalí’ y
el ‘Negro Matute’, y contra un grupo de aproximadamente quince personas de as-
pecto delicuencial y aparentemente drogadictos.
Señala que tanto el demandante, en virtud de ser gerente, como todos los conduc-
tores, cobradores y marcadores de rutas que laboran en la Empresa Comunicación
Integral, Turismo y Servicios Urano Tours S.A., son víctimas de hostigamiento
durante el recorrido de los vehículos, pues se les arrebata los documentos y se les
amenaza con agresiones. Ello sucede en la Ruta N° IO 30: Av. Perú - Dueñas - Na-
ciones Unidas - Venezuela - Arica - Guzmán Blanco - Arequipa - Allende.
Como se ve, los hechos relatados son bastante similares a los que son materia de
la litis del presente proceso. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en la tra-
mitación de la demanda de este, en aquel el juez consideró pertinente que se prac-
tique una sumaria investigación25. Por tanto, las indagaciones realizadas en dicho
proceso, servirán para completar los datos faltantes en el que nos encontramos
resolviendo.
25. Los medios probatorios utilizados
A partir de los datos obtenidos se consideran como pertinentes para resolver el pre-
sente proceso de hábeas corpus los siguientes medios probatorios:
- Una de las favorecidas precisa exactamente qué estaría detrás del hábeas cor-
pus planteado:

25 Auto emitido por el juez del Vigésimo Juzgado Penal de Lima (fs. 5 del Expediente N° 3873-
2005-PHC/TC).

185
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

“(...) asimismo debo señalar que el señor Toledo Paytán ha amenazado a los
señores César Augusto Inga Solier y Félix Escalante Martínez, esto se sabe
porque quiere apoderarse de la empresa Urano Tours (...)”26.
- El demandado Claudio Toledo Paytán niega completamente ese dato y por el
contrario asevera que
“(...) esta denuncia es como acto de venganza por haber yo obtenido precisar
que una administración judicial del primer Juzgado Civil del Callao y a la vez
haber obtenido dos sentencias favorables de la Nulidad de la Junta General
que ellos habían fraguado, además ellos no quieren reconocerme en el cargo y
siguen manteniendo en los cargos ilegales que han obtenido”27.
- Respecto al nombramiento del administrador judicial de la empresa Urano
Tours S.A., en sede judicial se ha señalado lo siguiente:
“se RESUELVE CONCEDER MEDIDA CAUTELAR GENÉRICA DE
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL sobre LA EMPRESA COMUNICACIÓN
INTEGRAL TURISMO Y SERVICIOS URANO TOURS S.A., ubicada en la
Mz. E 1, lote 13, Urbanización del Álamo, Callao, nombrándose como admi-
nistrador judicial de la misma a DON CLAUDIO TOLEDO PAYTAN, con las
facultades y obligaciones que prescribe la ley, hasta que concluya el proceso
principal”28.
Esta resolución se encuentra inscrita en Registros Públicos29.
- Posteriormente, los demandantes han señalado de manera idéntica en ambos
expedientes, que la situación ha variado:
“CLAUDIO TOLEDO PAYTÁN YA NO ES ADMINISTRADOR JUDICIAL
DE LA EMPRESA COMUNICACIÓN INTEGRAL TURISMO Y SERVI-
CIOS URANO TOURS S.A., por haberse ordenado la variación de la medi-
da que lo designó como tal, por el Primer Juzgado Civil del Callao, conforme
aparece de la copia de la Resolución N° 21, su fecha 05ABR05”30.
Entonces, de los medios probatorios recogidos, queda claro que no ha existido vul-
neración alguna a la libertad de tránsito de los favorecidos. Por el contrario, lo que
se demuestra es la utilización del hábeas corpus con el fin de contradecir, de manera

26 Declaración indagatoria de Carmen Ytalha Donayre Huamaní (fs. 35 del Expediente N° 3873-
2005-PHC/TC).
27 Declaración indagatoria de Claudio Toledo Paytán (fs. 33 del Expediente N° 3873-2005-PHC/TC).
28 Fallo del Primer Juzgado Civil del Callao, Exp. 1998-00093-70-0701-JR-CI-01, Sobre Nulidad de
Asiento Registral, Medida Cautelar, de 28 de diciembre de 2004 (fs. 49 del Expediente N° 3873-
2005-PHC/TC).
29 Copia certificada de Inscripción de Nombramiento de Administrador Judicial, de 14 de enero de 2005
(fs. 51 del Expediente N° 3873-2005-PHC/TC).
30 Recursos de agravio constitucional (fs. 36 del Expediente No 2876-2005-PHC/TC y fs. 106 del Expe-
diente N° 3873-2005-PHC/TC).

186
JURISPRUDENCIA

indirecta, una resolución emitida regularmente en un proceso judicial, pues cuando


se presentó la demanda el administrador judicial de la empresa era el demandado.
La supuesta vulneración a la libertad de tránsito no se ha producido en el sentido
manifestado por el recurrente, sino que, por el contrario, él es quien estuvo reali-
zando un ejercicio proscrito por una orden judicial, máxime si se reconoce como
un límite de la libertad de tránsito contar con el correspondiente permiso, y claro
está, ser el titular de dicho permiso, situación que no se cumplía cuando se inter-
puso la demanda.
26. Se debe declarar improcedente la demanda planteada
De otro lado, la demanda interpuesta debe ser declarada improcedente, toda vez
que, como señala el artículo 5 inciso 1 del Código Procesal Constitucional, se de-
clarará la improcedencia de un proceso constitucional cuando
“Los hechos y el petitorio de la demanda no están referidos en forma directa al
contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado”.
Y si bien supra se mencionó que la libertad de tránsito protege la libre circulación
de vehículos por la ciudad, ello debe realizarse según las limitaciones exigidas por
la legislación y sobre todo por los instrumentos internacionales. En el caso concre-
to, a los favorecidos solo les corresponde respetar el título que fuera ejercido por
el demandado, cual era el de administrador general.
Llama, asimismo, la atención la coincidencia existente entre los dos hábeas corpus
planteados, toda vez que tratan de impugnar hechos similares. Al respecto, uno de
los demandados del proceso existente en el Expediente N° 3873-2005-PHC/TC,
señaló lo siguiente:
“(...) yo creo que esta denuncia es porque soy sobrino del actual administrador
judicial señor Claudio Toledo Paytan y con esto quieren hacerle daño tanto a él
como a mi familia, por otro lado, debo precisar que los accionantes nos han de-
nunciado en otros juzgados tal es así en el Cono Norte de Lima, Callao y ante
el catorce Juzgado Penal de Lima con el mismo tenor que el de la presente in-
vestigación (...)”31.
Por ello, este colegiado considera pertinente insistir en la proscripción del uso de
un proceso constitucional que tiene por objeto una tutela urgente. Y por más que
el Código no restringe su utilización en supuestos tan específicos como el mostra-
do (se plantean diversas demandas en distintos juzgados), debe entenderse que su
utilización no puede ser excesiva, pues todo acto de abuso de derecho se encuen-
tra proscrito por el artículo 103 de la Constitución.

31 Declaración indagatoria de José Luis Toledo Paytán (fs. 35 del Expediente N° 3873-2005-PHC/TC).
Asimismo, en la demanda del presente caso, los supuestos agresores deben ser notificados en el Jr.
Alberto Yabar 190, Magdalena del Mar (fs. 1 del Expediente), mientras que en la demanda del otro, en la
Av. Tupac Amaru 3785 km. 22, El Progreso, Carabayllo (fs. 35 del Expediente N° 3873-2005-PHC/TC).

187
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

IV. FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar IMPROCEDENTE la demanda de hábeas corpus de autos.
Publíquese y notifíquese.
SS. BARDELLI LARTIRIGOYEN, GARCÍA TOMA, VERGARA GOTELLI

188
Hábeas corpus correctivo:
Protección frente a condiciones y tratos
inhumanos en prisión
STC Exp. Nº 01429-2002-PHC/TC
Caso: Juan Islas Trinidad y otros
Sentido del fallo: Fundada en parte la demanda
Publicada en la página web del Tribunal Constitucional el 11/02/2003

Esta modalidad de hábeas corpus procede ante actos u omisiones que im-
porten violación o amenaza, en principio, del derecho a la vida, a la sa-
lud, a la integridad y, de manera muy significativa, del derecho al trato
digno y a no ser objeto de penas o tratos inhumanos o degradantes. El
SUMILLA hábeas corpus correctivo puede accionarse en el caso de personas reclui-
das en ejecución de una pena privativa de la libertad o de personas de-
tenidas como consecuencia de una medida cautelar de detención y que
padecen un trato cruel o irregular. También se extiende a personas inter-
nadas sometidas a tratamiento en centros de rehabilitación o de estudian-
tes internados, ya sea en dependencias públicas o privadas.

EXP. Nº 01429-2002-HC/TC-LIMA
JUAN ISLAS TRINIDAD Y OTROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 19 días de Noviembre de 2002, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry,
presidente; Revoredo Marsano, vicepresidenta; Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen,
Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Emiliano Álvarez Lazo y otros, a favor de
don Juan Islas Trinidad y otros, contra la sentencia expedida por la Sexta Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 172, su fecha 17 de enero de 2002, que
declaró infundada la acción de hábeas corpus de autos.
ANTECEDENTES
Los accionantes, con fecha 25 de setiembre de 2001, interponen acción de hábeas cor-
pus contra el ministro de Justicia, don Fernando Olivera Vega, el ministro del Interior,

189
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

don Fernando Rospigliosi y el jefe del Instituto Nacional Penitenciario, con el objeto
de que se disponga el cese del aislamiento, incomunicación y las condiciones humi-
llantes, degradantes e inhumanas de reclusión de treinta y cuatro internos trasladados
al establecimiento penal de Challapalca, y se ordene su retorno a su lugar de origen,
el establecimiento penal “Miguel Castro Castro” de Lima.
Afirman que los favorecidos, 34 internos del Pabellón IV del Penal de Yanamayo, en
la madrugada del día viernes 21 de septiembre de 2001 fueron trasladados ilegalmen-
te al establecimiento penal de Challapalca, en contravención de las sugerencias de la
Defensoría del Pueblo y el Comité Internacional de la Cruz Roja, que recomendaron
el cierre de dicho establecimiento penal, de mayor aislamiento y altura, por ser aten-
tatorio de la salud de los internos y los visitantes. Manifiestan que el establecimiento
penal de Challapalca se encuentra a una altitud mayor a los 4650 metros sobre el nivel
del mar, en un lugar bastante alejado de la residencia de los familiares de los internos
y que sus condiciones de aislamiento del lugar y características climatológicas, lo ha-
cen inadecuado para la sobrevivencia humana, constituyendo, así, un peligro para la
salud de los internos y de sus familiares que, por lo general, son personas mayores de
edad y tienen que trasladarse desde la ciudad de Lima. Refieren que esta medida tiene
por finalidad aislarlos más de sus familiares y de la sociedad, en aplicación de un plan
de aislamiento, aniquilamiento y genocidio iniciado por el anterior gobierno. Asimis-
mo, que el traslado se efectuó en medio de un operativo militar y policial que puso en
riesgo sus vidas e integridad física y cuyas consecuencias son ocultadas, al extremo
de no haberse permitido la presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja y de la
Defensoría del Pueblo y de negarse la visita de los familiares, quienes, los días sába-
do 22 y domingo 23 de septiembre del año pasado, acudieron al establecimiento pe-
nal de Challapalca y se les informó que los internos estaban incomunicados indefini-
damente. Sostienen que el acto cuestionado evidencia la continuación del plan del ex
presidente Fujimori y del señor Montesinos, de aniquilamiento y genocidio contra los
recluidos, expresados en encierro celular, incomunicación, aislamiento y sometimien-
to a condiciones de reclusión inhumanas, humillantes y degradantes, incompatibles
con la dignidad de persona humana y que transgreden el artículo 5.2 de la Conven-
ción Americana de Derechos Humanos. Sostienen que parte del mencionado plan es
la negación del derecho a la defensa de los demandantes debido a que se les mantiene
incomunicados con sus abogados e, incluso, con sus familiares y que las característi-
cas climáticas, aislamiento y lejanía del lugar, imposibilitan que los abogados tengan
acceso al cuestionado establecimiento penal. Manifiestan también que el traslado se
efectuó sin conocimiento previo de la Defensoría del Pueblo, del Comité Internacio-
nal de la Cruz Roja y familiares de los internos, desconociéndose su estado salud y en
qué condiciones fueron trasladados, extremo que, sostienen, debe verificarse a través
de la presente acción, así como la situación de los objetos personales y de trabajo per-
tenecientes a los internos que permanecen en el Penal de Yanamayo. Manifiestan que
estos hechos conculcan el derecho a la integridad personal de los 34 demandantes, re-
conocido por el artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos. So-
licitan que se tome la declaración, además, del delegado del Comité Internacional de
la Cruz Roja, Con relación al estado de salud de los demandantes y del defensor del

190
JURISPRUDENCIA

Pueblo, respecto a las condiciones inadecuadas del establecimiento penal de Challa-


palca, que lo impulsaron a recomendar su cierre.
El presidente del Consejo Nacional Penitenciario del Instituto Nacional Penitenciario,
don Luis Javier Bustamante Rodríguez, por su parte, afirma que el traslado de los de-
mandantes se realizó en mérito a la Resolución Directoral de la Dirección Regional
Altiplano Puno N° 159-2001-INPE-DRAP-D, de fecha 20 de septiembre de 2001, que,
a su vez, se sustenta en el Acta del Consejo Técnico Penitenciario N° 029-2001-EPY-
CTP del Establecimiento Penal de Máxima Seguridad de Yanamayo, de fecha 20 de
septiembre del mismo año. Manifiesta que en la citada Resolución Directoral se con-
signa que existe un deterioro significativo de la infraestuctura del establecimiento pe-
nitenciario y que para efectuar las reparaciones correspondientes se hacía necesario el
traslado de los internos a quienes, previamente, se les propuso trasladarlos en distin-
tos grupos a los penales de Huancayo, Cajamarca e Ica, lo cual rehusaron. Señala que
durante su salida del pabellón del establecimiento y su embarque en los vehículos que
los llevaron, estuvieron presentes dos representantes del Ministerio Público y un mé-
dico legista invitados, con el propósito de cautelar el operativo y los derechos huma-
nos de los demandantes. Sostiene que la razón por la que no se les permitió llevar con-
sigo sus pertenencias fue para efectuar una requisa en los ambientes que ocupaban de
las armas hechizas manufacturadas (sic) y otros objetos no autorizados por el Regla-
mento, para posteriormente remitirlos. Afirma que no hay norma alguna que disponga
que el Instituto Nacional Penitenciario deba consultar sus decisiones al Comité Inter-
nacional de la Cruz Roja o a la Defensoría del Pueblo. Refiere que el Establecimiento
Penitenciario de Challapalca es un penal de máxima seguridad de construcción nue-
va, que cuenta con una clínica, áreas laborales y educativas y un equipo profesional
multidisciplinario encargado del tratamiento, donde cada interno posee su propia cel-
da; estas cuentan con servicios higiénicos propios y no existe hacinamiento, además
que se dispone de varios patios para actividades al aire libre. Enfatiza que los deman-
dantes no se encuentran incomunicados, ya que pueden recibir visitas de sus aboga-
dos y representantes de organismos protectores de derechos humanos, como la Cruz
Roja y la Defensoría del Pueblo, y que luego de que concluyan el periodo de treinta
días de sanción disciplinaria impuesta por los destrozos que los internos ocasionaron,
estos podrán recibir visitas de sus familiares; asimismo, reitera que no se encuentran
aislados, y que cada uno permanece en su celda unipersonal en cuatro alas de un mis-
mo pabellón, con cama individual que dispone de colchón y cuatro frazadas. Mani-
fiesta que ha presentado al despacho judicial diez fotografías que muestran los destro-
zos en el establecimiento de Yanamayo ocasionados por los demandantes, así como,
entre otros documentos, el Informe N° 085-01-XII-RPNP-EPY.SI del Jefe de Seguri-
dad de dicho establecimiento, donde se indica el grado de deterioro del penal y se re-
comienda el traslado de los internos; asimismo, el acta de verificación y de recepción
de los médicos de los establecimientos de Yanamayo y Challapalca, respectivamente.
Afirma que los ministros accionados no estuvieron presentes el día del traslado de los
demandantes porque dicho acto es competencia de la Dirección Regional del INPE.
El procurador público encargado de los asuntos judiciales del ministro del Interior
manifiesta que el traslado de los demandantes se realizó en el ámbito de competencias

191
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

del director del establecimiento penal de Yanamayo y sus superiores, en ejercicio de


sus atribuciones, como consecuencia de los actos ilícitos (sic) cometidos por los de-
mandantes y que el informe que da cuenta de estos hechos, refiere que el estable-
cimiento carcelario estaba dominado por los internos, situación que ponía en riesgo la
seguridad integral de las instalaciones, de ellos mismos, de los funcionarios del INPE
y de los funcionarios (sic) encargados de la custodia exterior del establecimiento.
La procuradora pública encargada de los asuntos judiciales del Ministerio de Jus-
ticia, por su parte, afirma que el traslado cuestionado se dispuso por decisión del
INPE, que es el ente rector del sistema penitenciario nacional, de conformidad con
el artículo 1 de su Reglamento de Organización y Funciones, Resolución Ministerial
N° 040-2001-JUS.
El Tercer Juzgado Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas 126, con fe-
cha 30 de octubre de 2001, declaró infundada la acción interpuesta por considerar que
en la constatación realizada por el juez comisionado en el establecimiento penal de
Challapalca, se verificó que los internos se hallan recluidos en condiciones normales,
pues cuentan con los servicios básicos para su subsistencia y que no existe queja por
maltrato o tortura contra el personal del INPE; asimismo, porque siendo potestad de
la administración penitenciaria determinar el establecimiento penal donde se ubican
los internos, de conformidad con la Resolución Directoral 159-2001-INPE-DRAP-D,
esta dispuso transitoriamente y por reordenamiento el mencionado traslado; y, final-
mente, porque los demandantes no han sufrido deterioro de su salud ni se encuentran
en condiciones humillantes, degradantes o inhumanas de reclusión, pues el estable-
cimiento penal de Challapalca cumple las disposiciones contenidas en el Decreto Su-
premo Nº 003-2001-JUS.
La recurrida confirmó la apelada por considerar que el traslado de los demandantes
se dispuso bajo la modalidad de reordenamiento, es decir, cuando la capacidad de al-
bergue de un establecimiento penitenciario es excedida por el número de internos, lo
que pone en riesgo el régimen y la disciplina penitenciaria; en el caso, la infraestruc-
tura del establecimiento presentaba serias deficiencias que ponían en riesgo su segu-
ridad, lo que hacía necesaria su refacción y el consiguiente traslado de los demandan-
tes hasta la culminación de las obras. Asimismo, considera que se ha acreditado en
los actuados que las condiciones de reclusión en las que se encuentran los demandan-
tes no afectan sus derechos a la vida, a la integridad física y psicológica y a la salud.
FUNDAMENTOS
Hábeas corpus correctivo: objeto y alcances
1. En resolución recaída en el Exp. Nº 590-2001-HC/TC, se estableció el denomina-
do hábeas corpus correctivo. Esta modalidad de hábeas corpus procede ante actos
u omisiones que importen violación o amenaza, en principio, del derecho a la vida,
a la salud, a la integridad y, de manera muy significativa, del derecho al trato dig-
no y a no ser objeto de penas o tratos inhumanos o degradantes.
Para este supremo intérprete de la Constitución queda claro que aun cuando el ar-
tículo 12 de la Ley N° 23506 no comprende de manera expresa la protección de

192
JURISPRUDENCIA

estos derechos, el carácter enunciativo del conjunto de derechos que pueden ser
objeto de protección, de conformidad con el citado artículo 12, posibilita o auto-
riza que derechos no comprendidos expresamente por este puedan ser objeto de
protección del proceso constitucional de hábeas corpus. Ello puede suceder tanto
respecto de derechos directamente conexos con el de la libertad, así como respec-
to de derechos diferentes a la libertad, pero que su eventual lesión se genera, pre-
cisamente, como consecuencia directa de una situación de privación o restricción
del derecho a la libertad individual.
2. Tal es el caso de personas recluidas en ejecución de una pena privativa de la liber-
tad o de personas detenidas como consecuencia de una medida cautelar de deten-
ción. Sin embargo, también se extiende a aquellas situaciones diversas en las que
también se verifica cierta restricción de la libertad debido a que se hallan bajo una
especial relación de sujeción tuitiva. Es el caso, por ejemplo, de personas interna-
das sometidas a tratamiento en centros de rehabilitación o de estudiantes interna-
dos, ya sea en dependencias públicas o privadas.
En estos supuestos, la controversia radica en examinar si las condiciones de re-
clusión, detención o internamiento resultan lesivas de los derechos fundamenta-
les o contrarias a los principios constitucionales. Si bien no es posible determi-
nar a priori el derecho que pueda resultar implicado en tales casos, debe tenerse en
cuenta que, en principio, el análisis debe centrarse en los derechos a la vida, a la
integridad, a la salud, a no ser objeto de penas o tratos inhumanos o degradantes,
a la dignidad e, incluso, a la contravención de principios constitucionales que in-
cidan negativamente en la situación de estas personas.
En los casos en que sufran lesión alguno de los derechos constitucionales antes
mencionados, el denominado hábeas corpus correctivo es la vía idónea para la pro-
tección que corresponda.
Precisión de la controversia constitucional planteada
3. En atención a los hechos expuestos, este Tribunal Constitucional estima que la
controversia planteada consiste en determinar si la reclusión de los demandantes
en el establecimiento penal de Challapalca, dada su ubicación geográfica y las ca-
racterísticas climáticas de dicho lugar, afectan o no el derecho a no ser objeto de
tratos inhumanos ni degradantes y el derecho a la salud.
Derecho a no ser objeto de tratos inhumanos ni degradantes
4. De conformidad con el artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Hu-
manos, “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes”. Asimismo, de conformidad con el artículo 7 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos “(...) Nadie será sometido a torturas ni a pe-
nas o tratos crueles, inhumanos o degradantes (...)”. Enunciado análogo hallamos
en el artículo 5, inciso 2), de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
que precisa, además, que “Toda persona privada de libertad será tratada con el res-
peto debido a la dignidad inherente al ser humano”. Finalmente, la Constitución

193
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Política del Estado establece en el artículo 2, inciso 24), literal “f”, ab initio, que
“Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura
o a tratos inhumanos o humillantes (...)”. El reconocimiento de este derecho huma-
no excede su dimensión estricta de derecho subjetivo y se proyecta, además, como
un valor o principio constitucional objetivo del derecho penitenciario, en cuanto
principio de humanidad de las penas, tal como lo establece el artículo 3 del Códi-
go de Ejecución Penal (Decreto Legislativo Nº 654).
5. Las disposiciones citadas establecen conceptos cuya noción es preciso aclarar pre-
viamente. Aunque estrechamente vinculados, se debe diferenciar entre la tortura,
el trato inhumano y el trato degradante.
La distinción entre la tortura y el trato inhumano o degradante deriva principalmen-
te de la diferencia de intensidad del daño infligido (Europe Court of Human Rights,
Case of Ireland v. United Kingdom, 18 de enero de 1978, parágrafo 164, párrafo 4).
“La tortura constituye una forma agravada y deliberada de penas o de tratos crue-
les, inhumanos o degradantes” (Resolución 3452 (XXX) adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, 9 diciembre de 1975; citado en la sentencia Irlan-
da contra Reino Unido, cit., párrafo 5). El Tribunal Constitucional se ha manifes-
tado en análoga línea de argumentación y con aplicación de las normas internacio-
nales específicas en la sentencia recaída en el Exp. N° 0726-2002-HC/TC.
En el presente caso, sin embargo, la proscripción de la tortura no resulta relevante
para la resolución de la controversia. En tal sentido, el análisis ulterior discurrirá
en torno al derecho a no ser objeto de tratos inhumanos ni degradantes.
6. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con motivo de la interpretación del
artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que establece enuncia-
do similar a los antes citados, ha sostenido, con relación al trato degradante, lo si-
guiente: “sería absurdo sostener que cualquier pena judicial, debido al aspecto
humillante que ofrece de ordinario y casi inevitablemente, tiene una naturaleza de-
gradante (...). Hay que complementar la interpretación (...); para que una pena sea
“degradante” (...), la humillación o el envilecimiento que implica, tiene que alcan-
zar un nivel determinado y diferenciarse, en cualquier, caso, del elemento habitual
de humillación (...)” y que “ su constatación es, por la naturaleza de las cosas, re-
lativa: ello depende de todas las circunstancias del caso y, en particular, de la na-
turaleza y el contexto de la misma pena y de la forma y método de su ejecución”
(Europe Court of Human Rights, Tyrer Case, parágrafo Nº 30, último párrafo). En
el caso mencionado se concluyó que el factor o elemento de humillación alcanza-
ba el nivel de “pena degradante”. En tal sentido, de acuerdo con la interpretación
del citado organismo jurisdiccional supranacional, se entiende como “trato degra-
dante” “aquel que es susceptible de crear en las víctimas sentimientos de temor, de
angustia y de inferioridad capaces de humillarles, de envilecerles y de quebrantar,
en su caso, su resistencia física o moral”. En este caso, colegimos que se habla de
un trato que erosiona la autoestima y, más exactamente, de un trato incompatible
con la dignidad de la persona: un trato indigno.

194
JURISPRUDENCIA

7. Dentro del concepto de “tratos inhumanos”, identifican aquellos actos que “pro-
ducen intensos sufrimientos y daños corporales, a veces de importancia”, que, em-
pero, no llegan al extremo de la tortura, pues “En las torturas se incluyen aquellos
tratos inhumanos deliberados que producen sufrimientos graves y crueles, cons-
tituyendo la tortura una forma agravada y deliberada de penas o de tratos crueles,
inhumanos o degradantes” (Rivera Beiras, Iñaki; La devaluación de los derechos
fundamentales de los reclusos, 1º ed., J. M. Bosch Editor, Barcelona, 1997, p. 78).
En la sentencia precitada, el Tribunal Europeo entiende que se está ante un trato
inhumano cuando se inflingen sufrimientos de especial gravedad o severidad. Es
decir, “un mínimo” de gravedad o severidad del trato. Ahora bien, “(...) La apre-
ciación de este mínimo es relativo por esencia; él depende del conjunto de circuns-
tancias del caso, tales como la duración de la aflicción, sus efectos físicos o men-
tales y, a veces, del sexo, la edad y del estado de salud de la víctima, etc” (Europe
Court of Human Rights, Case of Ireland v. United Kingdom, 18 de enero de 1978,
párrafo N° 162). Desde luego, según esto, conductas que, en principio, estarían en
el ámbito de un trato inhumano, podrían devenir en una forma de tortura si los su-
frimientos inflingidos alcanzan una mayor intensidad y crueldad.
En consecuencia, el trato inhumano se presenta siempre que se ocasione en la per-
sona sufrimientos de especial intensidad; y se estará ante un trato degradante si la
ejecución de la pena y las formas que esta revista, traen consigo humillación o una
sensación de envilecimiento de un nivel diferente y mayor al que ocasiona la sola
imposición de una condena.
8. La relevancia de este derecho humano a efectos de resolver la presente controver-
sia reside en que no es la pena en sí misma la que es objeto de cuestionamiento,
sino las condiciones y la forma en que esta se ejecuta. El Tribunal estima que no
es, en principio, el derecho a no ser objeto de “tratos degradantes” la variable pre-
suntamente lesionada, como tampoco el derecho a no ser objeto de “torturas”.
Considera que, dadas las características del acto presuntamente lesivo, la contro-
versia planteada reside en la presunta afectación del derecho a no ser objeto de
“tratos inhumanos”.
9. La reclusión de los demandantes en el establecimiento penal de Challapalca no
afecta el derecho a no ser objeto de tratos inhumanos. En efecto, dicho estable-
cimiento está ubicado a 4, 280 metros sobre el nivel del mar y, por lo tanto, está a
menor altura que otros dos establecimientos penales ubicados en el Perú y de otros
en la República de Bolivia. Respecto al establecimiento penal de Yanamayo, su ni-
vel es sólo 300 metros mayor. Las características climáticas son semejantes a zo-
nas pobladas de muchos distritos andinos. Junto al establecimiento penal de Cha-
llapalca, además, está ubicado un cuartel del Ejército peruano. La Defensoría del
Pueblo, en su Informe Defensorial ante el Congreso de la República 1996-1998,
ha afirmado que las temperaturas excesivamente bajas de la zona donde se halla
el establecimiento penal ponen en grave riesgo la salud humana. Sin embargo, esa
afirmación es válida sólo para determinadas personas que no se adaptan a lugares
ubicados en la cordillera de los Andes.

195
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

10. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha recomendado que se inha-


bilite el establecimiento de Challapalca y se traslade a las personas recluidas hacia
otros establecimientos penitenciarios (Segundo Informe sobre la situación de los
derechos humanos en el Perú, Cap. IX, La situación penitenciaria, párrafo N° 24,
recomendación N° 12, junio, 2000); y la Defensoría del Pueblo, en su Informe De-
fensorial ante el Congreso de la República 1996-1998, ante el primer traslado de
reclusos a dicho establecimiento, manifestó que este debía ser cerrado e inhabili-
tado, posteriormente, en el Informe Defensorial N° 29, Derechos humanos y sis-
tema penitenciario - Supervisión de derechos humanos de personas privadas de
libertad 1998-2000, Lima 2000, “ se afirmó que (...) Las severas condiciones cli-
máticas, la falta de medios de comunicación y su difícil ubicación que limitan el
sistema de visitas colisionan con el principio de humanidad de las penas. Las bajas
temperaturas durante el día y particularmente en la noche, junto a los prolongados
periodos de encierro en sus celdas, afectan severamente la salud física y mental
de los internos, así como del propio personal penitenciario encargado de la custo-
dia del penal”. Conclusiones análogas se encuentran en el Informe del Comité de
las Naciones Unidas y el de un órgano no gubernamental como es la Coordinado-
ra Nacional de Derechos Humanos. Si bien ninguno de estos informes vinculan al
Tribunal, sí contribuyen a crear convicción sobre el hecho materia de controversia,
debiéndose resaltar la convergencia del sentido de los citados informes.
11. De otra parte, la lejanía del establecimiento penal así como su ubicación en un lu-
gar inhóspito y alejado de la ciudad, afecta el derecho a la visita familiar de los
recursos sin el cual puede verse afectada la finalidad resocializadora y reeduca-
dora de la pena, en clara contravención del principio constitucional del régimen
penitenciario, enunciado en el artículo 139, inciso 14), de la Norma Fundamen-
tal. Debe considerarse que cualquier acto, como el cuestionado, que, al margen de
su intencionalidad, incida o repercuta en esferas subjetivas o derechos que no es-
tán restringidos, afecta el derecho y principio a la dignidad. La condición digna
es consustancial a toda persona y el hecho de que esté restringido el derecho a la
libertad como consecuencia de una sanción penal, por más abominable y execra-
ble que haya sido el hecho que motivara su aplicación, nunca enervará o derogará
el núcleo fundamental de la persona, su dignidad. Es en este sentido que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que en “los términos del ar-
tículo 5.2 de la Convención, toda persona privada de libertad tiene derecho a vi-
vir en condiciones de detención compatibles con su dignidad personal y el Estado
debe garantizarle el derecho a la vida y a la integridad personal. En consecuencia,
el Estado, como responsable de los establecimientos de detención, es el garante de
estos derechos de los detenidos” (Caso Neyra Alegría y otros, párrafo Nº 60). Por
esto, cualquier restricción de algún derecho constitucional o de cualquier esfera
subjetiva del interno, tendrá condicionada su validez constitucional a la observan-
cia del principio de razonabilidad.
Considerando, además, la especial ubicación del establecimiento penitenciario de
Challapalca, debe el Estado facilitar el acceso para la visita de los familiares de los

196
JURISPRUDENCIA

reclusos, proporcionándoles la movilidad que es indispensable, con una periodici-


dad razonable.
Derecho a la salud
12. El artículo 7 de la Constitución Política del Estado establece que “(...) Todos tie-
nen derecho a la protección de su salud (...) así como el deber de contribuir a su
promoción y defensa”. La salud es entendida como “Estado en que el ser orgánico
ejerce normalmente todas sus funciones”, “Condiciones físicas en que se encuen-
tra un organismo en un momento determinado”, “Libertad o bien público o par-
ticular de cada uno” (Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Espa-
ñola, 22ª edición, 2002). Puede considerarse, entonces, como la facultad inherente
a todo ser humano de conservar un estado de normalidad orgánica funcional, tan-
to física como psíquica, así como de restituirlo ante una situación de perturbación
del mismo.
13. Así las cosas, el derecho a la salud se proyecta como la conservación y el resta-
blecimiento de ese estado. Implica, por consiguiente, el deber de que nadie, ni el
Estado ni un particular, lo afecte o menoscabe. Hay, desde tal perspectiva, la pro-
yección de la salud como un típico derecho reaccional o de abstención, de incidir
en su esfera. Pero también, como en la mayoría de derechos constitucionales, el de
la salud presenta una dimensión positiva que lo configura como un típico derecho
“prestacional”, vale decir, un derecho cuya satisfacción requiere acciones presta-
cionales. Esta dimensión del derecho se manifiesta con especial énfasis en el ar-
tículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
14. Si bien el derecho a la salud no está contenido en el capítulo de derechos funda-
mentales, su inescindible conexión con el derecho a la vida (art. 2), a la integri-
dad (art. 2) y el principio de dignidad (art. 1 y 3), lo configuran como un derecho
fundamental indiscutible, pues, constituye “condición indispensable del desarro-
llo humano y medio fundamental para alcanzar el bienestar individual y colectivo”
(art. I, Título Preliminar de la Ley N° 26842, General de Salud). Por ello, deviene
en condición necesaria del propio ejercicio del derecho a la vida y, en particular,
a la vida digna. De otra parte, siempre que el derecho a la integridad resulte lesio-
nado o amenazado, lo estará también el derecho a la salud, en alguna medida. Sin
embargo, son también posibles supuestos en que se afecte de manera directa y gra-
ve el mínimo vital necesario para el desempeño físico y social en condiciones nor-
males. La salud resulta un estado variable, susceptible de afectaciones múltiples,
que incide en mayor o menor medida en la vida del individuo, dependiendo de sus
condiciones de adaptación. Teniendo como base esta apreciación gradual de la sa-
lud, la protección del derecho a la salud importa la tutela de un mínimo vital, fuera
del cual el deterioro orgánico impide una vida normal o un grave deterioro de esta.
Debe tenerse presente que la vida no es un concepto circunscrito a la idea res-
trictiva de peligro de muerte, sino que se consolida como un concepto más am-
plio que la simple y limitada posibilidad de existir o no, extendiéndose al objeti-
vo de garantizar también una existencia en condiciones dignas. Por esta razón, es

197
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

indispensable la consideración de la vida en dignidad que, en este caso, se mani-


fiesta como vida saludable.
15. Se trata, ahora, de abordar el derecho a la salud, en particular de las personas que
se hallan privadas de su libertad. El derecho a la salud constituye uno de los de-
rechos constitucionales de mayor importancia, ya que se vincula estrechamente a
otros derechos constitucionales como el derecho a la vida, a la integridad física y
al propio principio de dignidad. Desde luego, la privación de la libertad no impli-
ca, en absoluto, la suspensión o restricción de otros derechos, en particular del de-
recho a la salud. En cuanto derecho constitucional, la salud de las personas reclui-
das es también una facultad vinculante al Estado. Por esta razón, el artículo 76 del
Código de Ejecución Penal (Decreto Legislativo N° 654) ha establecido que “El
interno tiene derecho a alcanzar, mantener o recuperar el bienestar físico y men-
tal. La Administración Penitenciaria proveerá lo necesario para el desarrollo de las
acciones de prevención, promoción y recuperación de la salud”.
Por lo tanto, los reclusos, como en el caso de los demandantes, tienen un derecho
constitucional a la salud al igual que cualquier persona. Pero, en este caso, es el
Estado el que asume la responsabilidad por la salud de los internos; hay, pues, un
deber de no exponerlos a situaciones que pudieran comprometer o afectar su sa-
lud. Por esta razón, el Instituto Nacional Penitenciario, como sector de la adminis-
tración competente de la dirección y administración del sistema penitenciario y, en
particular la Dirección Regional de Puno, son responsables de todo acto que pu-
diera poner en riesgo la salud de los demandantes y debe, en consecuencia, propor-
cionar una adecuada y oportuna atención médica. Asimismo, ante esta situación,
el Estado debe tomar las acciones apropiadas para el cese de la situación peligro-
sa, la que exige, en principio, el traslado inmediato de los internos cuyo precario
estado de salud, clínicamente comprobado, no permita que continúen en el centro
penitenciario en el que se encuentran recluidos.
La facultad de traslado de internos
16. La resolución por la cual se dispone el traslado de los demandantes invoca la Di-
rectiva N° 002-2001-INPE/OGT, que establece en el Punto A.4 la facultad de tras-
lado de los internos “por reordenamiento”, en el supuesto de que “la capacidad de
albergue de un Establecimiento Penitenciario es excedida por el número de inter-
nos que actualmente presenta dicho Establecimiento, poniendo en riesgo el régi-
men y disciplina penitenciaria”. Antes de evaluar el mérito de este acto administra-
tivo en función de los derechos y principios constitucionales, es menester analizar
el asunto relativo a la propia directiva en cuanto fuente normativa sustentatoria del
acto administrativo de traslado. Las directivas constituyen disposiciones a través
de las cuales la administración establece procedimientos específicos para el me-
jor cumplimiento de las funciones que la propia ley les ha asignado. Sin embar-
go, dos aspectos deben tenerse en cuenta respecto a su validez. El primero, es que,
por su propia naturaleza, se hallan estrictamente enmarcadas dentro de la ley y el
reglamento. Están vinculadas al principio de legalidad. Pero, además, no pueden

198
JURISPRUDENCIA

regular materia relativa a derechos constitucionales. Aquí, el principio de reserva


de ley impone que cualquier disposición que tenga por objeto directo la regulación
de derechos constitucionales o que, aun cuando de manera indirecta, incida en ella,
debe ser objeto exclusivo y excluyente de ley, mas no de fuentes normativas de je-
rarquía inferior.
17. Planteado en estos términos, la mencionada directiva, al establecer las causales y
la autoridad competente para el procedimiento de traslado de los internos de esta-
blecimientos penales, no ha infringido ningún principio constitucional, porque es-
tos aspectos no inciden directamente en los derechos de las personas recluidas en
un establecimiento penal y en los principios constitucionales del régimen peniten-
ciario. Como consecuencia de lo anterior, el acto administrativo cuestionado no ha
significado, en la práctica, un acto extra legem y, por consiguiente, ilegal y vicia-
do de nulidad. Por esta razón, carece de sentido evaluar si el acto administrativo
que dispuso el traslado respetó o no el principio de razonabilidad en cuanto límite
y parámetro de la validez constitucional de las potestades administrativas.
18. Los medios probatorios dispuestos por este colegiado en uso de la facultad que le
confiere el artículo 57 de su Ley Orgánica (Nº 26435) y los argumentos expuestos
por los demandados ratifican los hechos evaluados anteriormente.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le
confieren la Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica;
FALLA
REVOCANDO la recurrida que, confirmando la apelada, declaró infundada la acción
de hábeas corpus; y, reformándola, la declara FUNDADA en parte. Ordena, en conse-
cuencia, que el Instituto Nacional Penitenciario traslade a los reclusos cuyo precario
estado de salud, clínicamente comprobado por la entidad oficial pertinente, no permi-
ta que continúen en el Centro Penitenciario de Challapalca, a cualquier otro estable-
cimiento penal del Estado, con intervención del representante del Ministerio Público;
y que al resto de población penal se le proporcione adecuada atención médica y faci-
lite el transporte de los familiares, cuando menos con periodicidad quincenal. Dispo-
ne la notificación a las partes, su publicación en el diario oficial El Peruano y la de-
volución de los actuados.
SS. REY TERRY, REVOREDO MARSANO, ALVA ORLANDINI, BARDELLI
LARTIRIGOYEN, GONZALES OJEDA, GARCÍA TOMA

199
ÍNDICE GENERAL
Índice general

Presentación ............................................................................................................. 5

CAPÍTULO I
Las clases de hábeas corpus
según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Mario Alfredo Muñoz Villanueva
Introducción ............................................................................................................. 9
I. El hábeas corpus .............................................................................................. 11
II. Reparador ......................................................................................................... 12
III. Restringido ....................................................................................................... 12
IV. Correctivo ........................................................................................................ 14
V. Preventivo ........................................................................................................ 16
VI. Traslativo ......................................................................................................... 17
VII. Instructivo ........................................................................................................ 18
VIII. Innovativo ........................................................................................................ 19
IX. Atípico.............................................................................................................. 19
X. Excepcional ...................................................................................................... 20
XI. Residual............................................................................................................ 21
XII. Conexo ............................................................................................................. 23
Conclusión ............................................................................................................... 24

CAPÍTULO II
Hábeas corpus restringido:
Cuando la libertad física o de locomoción es objeto de perturbaciones
Fabiola García Merino
Introducción ............................................................................................................. 27
I. Ámbito de protección del hábeas corpus restringido ....................................... 33
Conclusión ............................................................................................................... 36

203
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

CAPÍTULO III
Hábeas corpus correctivo
en la jurisprudencia y legislación peruanas
Héctor Rojas Pomar
Introducción ............................................................................................................. 41
I. Hábeas corpus correctivo en el Código Procesal Constitucional..................... 42
1. Personas privadas de libertad ..................................................................... 42
2. Razonabilidad y proporcionalidad ............................................................. 43
3. Condiciones de cumplimiento del mandato de detención/pena ................. 43
II. Jurisprudencia nacional y supranacional sobre hábeas corpus correctivo
(y condiciones de reclusión) ............................................................................ 44
1. Tratos crueles, inhumanos o degradantes................................................... 44
2. Salud........................................................................................................... 45
3. Traslados .................................................................................................... 46
4. Visitas y comunicaciones con el exterior ................................................... 47
5. Visita íntima ............................................................................................... 48
6. Educación ................................................................................................... 48
7. Libertad religiosa ....................................................................................... 49
8. Derecho de defensa .................................................................................... 49
9. Progresividad del régimen penitenciario.................................................... 50
III. Sobrepoblación, ¿causal de hábeas corpus?..................................................... 51

CAPÍTULO IV
El hábeas corpus traslativo y los casos
de mora establecidos por el Tribunal Constitucional
Jorge Meléndez Sáenz
I. Marco de creación del hábeas corpus traslativo .............................................. 57
II. Definición ........................................................................................................ 58
III. El hábeas corpus traslativo y la mora judicial desde la perspectiva de la juris-
prudencia del Tribunal Constitucional............................................................. 59
IV. Casos de mora judicial ..................................................................................... 59
V. Mora por vulneración del derecho a ser puesto a disposición judicial dentro
del plazo establecido (plazo máximo de la detención) .................................... 60
VI. Mora por afectación del derecho al plazo razonable de la investigación fiscal .. 63

204
ÍNDICE GENERAL

VII. Mora por afectación del derecho al plazo razonable de la detención judicial
preventiva ........................................................................................................ 63
1. La detención preventiva como medida excepcional y subsidiaria ............. 64
2. Plazo razonable de la detención preventiva, presunción de inocencia y
persecución del delito................................................................................. 65
3. Razonabilidad del plazo de detención ........................................................ 66
VIII. Mora por vulneración del derecho a la libertad personal del condenado que
ha cumplido la pena ......................................................................................... 66
Conclusiones ............................................................................................................ 66

CAPÍTULO V
El hábeas corpus instructivo: Hacia la ubicación de las víctimas
y la individualización de los responsables del delito
de desaparición forzada
Fernando Vicente Núñez Pérez
I. El desarrollo del delito de desaparición forzada en el ordenamiento jurídico
nacional............................................................................................................ 71
II. El delito de desaparición forzada desde una breve visión supranacional ........ 73
1. La Declaración de las Naciones Unidas sobre la protección de todas las
personas contra las desapariciones forzadas .............................................. 74
2. La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas ... 74
3. La desaparición forzada de personas en el estatuto de la Corte Penal
Internacional............................................................................................... 75
III. El hábeas corpus instructivo frente al delito de desaparición forzada ............. 75
IV. La apreciación de la desaparición forzada dentro de la jurisprudencia
vinculante y relevante del Tribunal Constitucional peruano ........................... 77
1. Exp. Nº 02798-04-HC/TC-Lima (Gabriel Orlando Vera Navarrete) ......... 77
2. Exp. Nº 02488-2002-HC/TC Piura (Genaro Villegas Namuche) .............. 81
3. Exp. Nº 02529-2003-HC/TC-Lima (Peter Cruz Chávez) .......................... 86
4. Exp. Nº 02663-2003-HC/TC-Cono Norte de Lima (Eleobina Mabel
Aponte Chuquihuanca) ............................................................................... 88
5. Exp. Nº 02535-2003-HC/TC Lima (Asociación Americana de Juristas
Rama del Perú y otra)................................................................................. 88
6. Exp. Nº 01441-2004-HC/TC-Lima Asociación Americana de Juristas-
Rama del Perú y otros ............................................................................... 91

205
TIPOS DE HÁBEAS CORPUS EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

CAPÍTULO VI
El hábeas corpus conexo
conforme al Tribunal Constitucional peruano
Luis Andrés Roel Alva
Introducción ............................................................................................................. 97
I. Procesos constitucionales de libertad............................................................... 97
II. Hábeas corpus .................................................................................................. 100
1. Proceso constitucional de hábeas corpus ................................................... 100
2. Causales de improcedencia del hábeas corpus ........................................... 102
3. Tipología del proceso constitucional de hábeas corpus ............................. 104
III. Hábeas corpus conexo...................................................................................... 106
1. Figura procesal del proceso constitucional de hábeas corpus conexo ....... 106
2. Requisito especial de procedencia del proceso constitucional de hábeas
corpus conexo ............................................................................................ 119
3. Hábeas corpus conexo y derecho al debido proceso .................................. 111
4. Hábeas corpus conexo y el derecho a la inviolabilidad del domicilio ....... 112
5. Hábeas corpus conexo y el derecho a no ser privado del Documento
Nacional de Identidad ................................................................................ 114
Conclusiones ............................................................................................................ 117

CAPÍTULO VII
Hábeas corpus contra resoluciones judiciales
y su tratamiento por la jurisprudencia constitucional
Anny Reyes Laurel
Introducción ............................................................................................................. 121
I. Hábeas corpus y su regulación en el Perú ........................................................ 121
1. Hábeas corpus y Constitución Política de 1993 ......................................... 121
2. Hábeas corpus y Código Procesal Constitucional...................................... 122
II. Hábeas corpus contra resoluciones judiciales: Presupuestos procesales ......... 124
1. Antecedentes del hábeas corpus contra resoluciones judiciales ................ 124
2. Presupuestos procesales ............................................................................. 125
3. Rechazo liminar de la demanda de hábeas corpus ..................................... 130
Conclusión ............................................................................................................... 131

206
ÍNDICE GENERAL

JURISPRUDENCIA
● STC Exp. Nº 02663-2003-PHC/TC
Caso: Eleobina Aponte Chuquihuanca............................................................. 137
● STC Exp. Nº 06167-2005-PHC/TC
Caso: Fernando Cantuarias Salaverry .............................................................. 145
● STC Exp. Nº 02876-2005-PHC/TC
Caso: Nilsen Mallqui Laurence ....................................................................... 165
● STC Exp. Nº 01429-2002-PHC/TC
Caso: Juan Islas Trinidad y otros ..................................................................... 189

ÍNDICE GENERAL .............................................................................................. 203

207

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