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EL PRINCIPIO DE EMPRESA EN

FUNCIONAMIENTO
DERECHO CONTABLE

31 DE DICIEMBRE DE 2020
ADRIÁN PÉREZ PÉREZ
INDICE

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………………………..…………2

PLAN GENERAL CONTABLE……………………………………………………………………………………………………….2

NORMATIVA INTERNACIONAL………………………………………………………………………………………………….3

COMPARACION PGC-NIC…………………………………………………………………………………………………………..4

CUANDO DESESTIMAR EL PRINCIPIO DE EMPRESA EN FUNCIONAMIENTO……………………………….4

AUTORES……………………………………………………………………………………………………………………………….…5

CONCLUSIÓN……………………………………………………………………………………………………………………………8

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………………………………………………10

1
INTRODUCCIÓN

Los principios contables son un conjunto de normas que siguen las empresas con el objetivo de
conseguir reflejar la imagen fiel de esta en su contabilidad. Existen seis principios de contabilidad
generalmente aceptados: devengo, uniformidad, prudencia, no compensación, importancia
relativa y empresa en funcionamiento.

Si nos centraremos en el último, este principio defiende que, al crearse una empresa, se
presupone que la gestión de esta va a existir en el futuro, con un periodo mínimo estimado de
12 meses.

Este principio choca con la situación de concurso de acreedores, ya que este es un proceso que
aparece cuando una persona física o jurídica se encuentra en una situación de insolvencia y por
tanto no puede hacer frente a sus obligaciones de pago.

Por tanto, en esta situación de concurso se presupone el final de la empresa, frente a la


continuidad que se espera del principio de empresa en funcionamiento, por ello a continuación
se va a realizar un estudio acerca de la utilización o no de dicho principio en la situación de
concurso. Se dará un enfoque desde el punto de vista normativo tanto a nivel nacional como
internacional, así como doctrinal y jurisprudencial. Finalmente, con toda la información
obtenida, se dará una conclusión desde el punto de vista del autor.

PLAN GENERAL CONTABLE

Dentro del plan general contable encontramos distintos principios contables que deben seguir
las empresas, entre ellos destaca el principio de empres en funcionamiento:

“Se considerará, salvo prueba en contrario, que la gestión de la empresa continuará en un futuro
previsible, por lo que la aplicación de los principios y criterios contables no tiene el propósito de
determinar el valor del patrimonio neto a efectos de su transmisión global o parcial, ni el importe
resultante en caso de liquidación. En aquellos casos en que no resulte de aplicación este
principio, en los términos que se determinen en las normas de desarrollo de este Plan General
de Contabilidad, la empresa aplicará las normas de valoración que resulten más adecuadas para
reflejar la imagen fiel de las operaciones tendentes a realizar el activo, cancelar las deudas y, en
su caso, repartir el patrimonio neto resultante, debiendo suministrar en la memoria de las
cuentas anuales toda la información significativa sobre los criterios aplicados.” (1 p4)

Por tanto, se presupone que la gestión de la empresa va a continuar en el futuro, a diferencia


de este caso en concreto, en el que la empresa se encontraría en situación de concurso. Además,
no aclara la situación en cuanto a utilizar o no este principio en caso de situación de concurso,
ya que deja en manos de la empresa la elección de las normas de valoración más adecuadas
para reflejar la imagen fiel. Por tanto, es probable que encontraremos opiniones muy dispares
ante la utilización o no de este principio en el caso de empresa en concurso de acreedores.

Además, dentro del PGC encontramos dentro de los hechos posteriores al cierre del ejercicio:

“En todo caso, en la formulación de las cuentas anuales deberá tenerse en cuenta toda
información que pueda afectar a la aplicación del principio de empresa en funcionamiento. En
consecuencia, las cuentas anuales no se formularán sobre la base de dicho principio si los
gestores, aunque sea con posterioridad al cierre del ejercicio, determinan que tienen la

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intención de liquidar la empresa o cesar en su actividad o que no existe una alternativa más
realista que hacerlo” (1 p87)

En este caso, parece que la ley quita importancia a este principio en el caso de liquidar la
empresa, ya que defiende que las cuentas anuales no tendrán en cuenta este principio, siempre
y cuando los gestores tengan intención de liquidar la empresa, como es el caso en que nos
encontramos.

Finalmente, este plan contable informa acerca de la valoración y estimación en situaciones de


incertidumbre:

“Cuando la dirección sea consciente de la existencia de incertidumbres importantes, relativas a


eventos o condiciones que puedan aportar dudas significativas sobre la posibilidad de que la
empresa siga funcionando normalmente, procederá a revelarlas en este apartado. En el caso de
que las cuentas anuales no se elaboren bajo el principio de empresa en funcionamiento, tal
hecho será objeto de revelación explícita, junto con las hipótesis alternativas sobre las que
hayan sido elaboradas, así como las razones por las que la empresa no pueda ser considerada
como una empresa en funcionamiento.” (1 p121)

Por tanto, en el caso de que no se utilice este principio para elaborar las cuentas anuales se
deberá hacer constancia de ello en la memoria.

NORMATIVA INTERNACIONAL

Si tenemos en cuenta la normativa internacional, este principio es tenido en cuenta en la NIC


10, hechos posteriores a la fecha del balance. Dentro de los propios objetivos de esta norma
internacional destaca:

“La Norma exige también, a la entidad, que no elabore sus estados financieros bajo la hipótesis
de empresa en funcionamiento, si los hechos posteriores a la fecha del balance indican que tal
hipótesis de continuidad no resulta apropiada.” (2 p1)

Por tanto, observamos que la normativa internacional sigue una línea similar al PGC, y exige que
no se utilice este principio si no se espera la continuidad de la empresa.

Además, dentro de esta norma internacional existe un capítulo dedicado exclusivamente a dicho
principio, donde destaca:

“El deterioro de los resultados de explotación y de la situación financiera de la entidad, con


posterioridad a la fecha del balance, puede indicar la necesidad de considerar si la hipótesis de
empresa en funcionamiento resulta todavía apropiada. Si no lo fuera, el efecto de este hecho es
tan decisivo que la Norma exige un cambio fundamental en la base de contabilización, y no
simplemente un ajuste en los importes que se hayan reconocido utilizando la base de
contabilización original” (2 p3)

Lo que viene a decir es que, si la empresa no considera apropiado la hipótesis de empresa en


funcionamiento, debido a sus malos resultados económicos y financieros, tendrá que realizar un
cambio en la base de contabilización. Aun así, no concreta en qué momento exacto hay que
dejar de utilizar este principio, y deja en manos de la empresa la determinación de dicha
situación.

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De acuerdo con la NIC 1 Presentación de estados financieros, dicha normativa exige revelación
de información cuando:

a) “los estados financieros no se han elaborado sobre la hipótesis de empresa en


funcionamiento; o bien” (2 p3)
b) “la dirección es consciente de la existencia de incertidumbres importantes, relacionadas
con eventos o condiciones que puedan suscitar dudas significativas sobre la capacidad
de la entidad para continuar como una empresa en funcionamiento. Estos eventos o
circunstancias que exigen revelar información pueden aparecer después de la fecha del
balance.” (2 p3)

Por tanto, en este aspecto se sigue también la misma línea que el PGC de reflejar la no utilización
de dicho principio de empresa en funcionamiento.

COMPARACIÓN PGC-NIC

Tanto el plan general contable, como la normativa internacional, como ya se ha visto, siguen
una línea similar de actuación para este caso. Si se da la situación de concurso, y por ello dejan
de utilizar dicho principio, lo deberán reflejar en la memoria. Además, ambas normativas exigen
la no utilización de dicho principio en una difícil situación económica-financiera de la empresa o
en una situación de liquidación. Sin embargo, ambas normativas dejan a los administradores y
auditores la determinación del momento en el que esta se encuentra en difícil situación, lo que
sigue dejando abierta a interpretación sobre cuando utilizar o no dicho principio, ya que lo que
para alguien podría parecer una situación límite de una empresa, para otro podría significar
únicamente una mala situación y por tanto uno dejaría de utilizar el principio de empresa en
funcionamiento y el otro continuaría con el mismo.

Por tanto, en la situación de empresa en concurso de acreedores, aún no es algo cierto que se
vaya a realizar un proceso de liquidación, y por tanto no sería exigible por las normativas dejar
de utilizar este principio.

CUANDO DESESTIMAR EL PRINCIPIO DE EMPRESA EN FUNCIONAMIENTO

Como se ha comentado, este principio se debe utilizar en la contabilidad de la empresa, sin


embargo, existen situaciones que pueden generar dudas acerca de su utilización. En la
Resolución de 18 de octubre de 2013, del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas se
enuncian los siguientes casos en los que se pone en duda la continuidad de la empresa, y por
tanto la utilización de dicho principio:

“Financieros: Posición patrimonial neta negativa o capital circulante negativo; préstamos a plazo
fijo próximos a su vencimiento sin perspectivas realistas de reembolso o renovación, o
dependencia excesiva de préstamos a corto plazo para financiar activos a largo plazo; indicios
de retirada de apoyo financiero por los acreedores; flujos de efectivo de explotación negativos
en estados financieros históricos o prospectivos; ratios financieros clave desfavorables; pérdidas
de explotación sustanciales o deterioro significativo del valor de los activos utilizados para
generar flujos de efectivo; atrasos en los pagos de dividendos o suspensión de estos; incapacidad
de pagar al vencimiento a los acreedores; incapacidad de cumplir con los términos de los
contratos de préstamo; cambio en la forma de pago de las transacciones con proveedores,

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pasando del pago a crédito al pago al contado; e incapacidad de obtener financiación para el
desarrollo imprescindible de nuevos productos u otras inversiones esenciales, entre otros” (7
p2)

“Operativos: Intención de la dirección de liquidar la entidad o de cesar en sus actividades; salida


de miembros clave de la dirección, sin sustitución; pérdida de un mercado importante, de uno
o varios clientes clave, de una franquicia, de una licencia o de uno o varios proveedores
principales; dificultades laborales; escasez de suministros importantes; y aparición de un
competidor de gran éxito, entre otros” (7 p2)

“Legales o de otra índole: Incumplimiento de requerimientos de capital o de otros


requerimientos legales; procedimientos legales o administrativos pendientes contra la entidad
que, si prosperasen, podrían dar lugar a reclamaciones que es improbable que la entidad pueda
satisfacer; cambios en las disposiciones legales o reglamentarias o en políticas públicas que
previsiblemente afectarán negativamente a la entidad; catástrofes sin asegurar o aseguradas
insuficientemente cuando se producen.” (7 p2)

Como se observa en esta resolución del BOE, son muchas las situaciones en las que se puede
poner en duda la continuidad de la empresa, y que por tanto estará en manos del auditor y los
administradores la decisión final acerca de la continuidad de esta. Dentro de las causas
operativas se encuentra la estudiada en este trabajo.

AUTORES

A continuación, vamos a comparar las distintas opiniones de autores acerca de este principio:

Para Natalia Mariz Avis, en una publicación en la web Leopoldo Pons, una firma de abogados
Valenciana defiende:

“Uno de los hitos jurídicos que afecta de forma directa al principio de empresa en
funcionamiento es el concurso de acreedores. La Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal (en
adelante Ley Concursal), prevé dos soluciones para los procedimientos de insolvencia judicial, el
convenio o la liquidación. Si la sociedad declarada en concurso de acreedores tiene intención de
llegar a un acuerdo con sus acreedores que le permita la aprobación de un convenio, el principio
de empresa en funcionamiento, a priori, no corre peligro. En caso contrario, una intención
liquidataria por parte de la sociedad, una solicitud de apertura de la fase de liquidación por parte
del Administrador Concursal designado o una apertura de oficio por el juez del concurso en el
seno de procedimiento, evidencia, sin ninguna duda, el quebrantamiento del principio de
empresa en funcionamiento.” (3)

Por tanto, sigue en la misma línea que comentábamos con anterioridad, y es que una vez que se
llega a la situación de concurso de acreedores, dispones de dos vías, aprobar un convenio en el
que no se disuelve la empresa y por tanto la normativa no podría exigir desestimar dicho
principio de empresa en funcionamiento, o sin embargo liquidar la empresa, siendo exigido por
la normativa la no utilización de dicho principio contable.

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Si observamos la web de Iberley, portal de información jurídica, ante esta situación defiende lo
siguiente:

“La declaración de concurso de acreedores no interrumpe la actividad profesional o empresarial


(Art. 44 ,Ley Concursal) que viene ejerciendo la empresa, y en consecuencia, subsiste la
obligación de formular y auditar las cuentas anuales (Art. 46 ,Ley Concursal).

Por ello, no se quiebra los principios y criterios ordinarios del marco general de información
financiera, y por tanto, declarado el concurso, salvo prueba en contrario, se mantiene la vigencia
del principio de empresa en funcionamiento y del principio de devengo.” (4)

Esta misma información aparece también en una consulta del BOICAC 90/2012.

Es una información opuesta a la que indica la ley y la que defendía Natalia Mariz Avis. Sin
embargo el 18 de octubre de 2013 el ICAC publicó una resolución contraría a la del 2012, sobre
el marco de información financiera cuando no resulta adecuada la aplicación del principio de
empresa en funcionamiento, comentada con anterioridad, pero que en el propio titulo ya indica
que en caso de liquidación no se utilizará el principio de empresa en funcionamiento, ya que el
objeto de dicha resolución se basa en aclarar los criterios que se usan cuando no es adecuada la
utilización del principio de empresa en funcionamiento.

Otra opinión es la de Laura de la luz Gurrea Martínez, economista, auditora de cuentas y


abogada en Dictum Abogados, la cual en un artículo de interpretación de la Resolución de
18/10/2013, del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, sobre el marco de información
financiera cuando no resulta de aplicación el principio de empresa en funcionamiento defiende
lo siguiente:

“Dentro del escenario de liquidación –societaria o concursal– de una sociedad que resulte
obligada por la resolución destacan dos posibles situaciones: (i) aquellas en las que, sin haberse
acordado la disolución de la empresa, los administradores opinan que no procede seguir
manteniendo la hipótesis de empresa en funcionamiento; y (ii) aquellas otras en las que se
hubieran producido determinados acontecimientos jurídicos que impliquen la apertura de la
fase de liquidación de la compañía. En el primer supuesto, donde resultará clara la obligación
legal de los administradores sociales de formular cuentas anuales a la fecha de cierre del
ejercicio, ahora se establece una particularidad: dicha formulación habrá de realizarse conforme
a las NNRV establecidas en dicha Resolución, y no, como disponen las normas contables
generales, con arreglo al principio de empresa en funcionamiento.” (5 p2)

Tras estos comentarios, la autora da a entender que no se seguirá el principio de empresa en


funcionamiento, a la hora de formular las cuentas anuales, sino que se seguirán las NNRV
establecidas en la resolución del ICAC.

Otra opinión acerca de este principio de empresa en funcionamiento, lo encontramos por parte
de Belén Toro Martin, la cual en su tesis doctoral acerca de la problemática de la verificación
del principio de empresa en funcionamiento en la auditoria externa, saca las siguientes
conclusiones:

“El problema inicial parece encontrarse en que no existe un término que defina de modo
concluso el concepto de fracaso empresarial, dejando espacio a los administradores de la
empresa de modo que pueden determinar incorrectamente la capacidad de continuidad de su

6
negocio bien para poder encubrir situaciones críticas (manipulación) o por desconocimiento de
la situación (falta de información). Por tanto, una de nuestras primeras conclusiones en este
apartado es que el termino fracaso está vagamente determinado, de forma que complica
considerablemente su medición.” (6 p304)

“Revisados los conceptos en la literatura, normativa contable y de auditoria, entendemos que


no existe una definición que explique la relación causa y efecto existente entre los factores que
pueden determinar una incertidumbre de negocio en marcha y la situación de no continuidad
de la empresa” (6 p305)

La autora se refiere en estas afirmaciones, a la interpretación que da la ley en cuanto al principio


que estamos analizando. En ellas recalca que, aunque sí que es cierto que se sigue una misma
línea teórica, la aplicación practica de la normativa en cuanto a este principio se refiere, deja
muchas dudas al auditor y los administradores a la hora de determinar la incertidumbre de la
empresa, y por tanto de su continuidad.

Además, Belén Toro Martín comenta la falta de uniformidad a nivel internacional de dicho
principio, sacando las siguientes conclusiones:

“En España o a nivel internacional se entiende que los estados financieros se prepararan bajo la
hipótesis de negocio en marcha a menos que la dirección pretenda liquidar la empresa o cesar
sus operaciones o no tenga otra alternativa más realista que la liquidación. Sin embargo, a
diferencia de PGC o NIC-NIIF, en los principios contables emitidos en Estados Unidos, se prevé
que la empresa aplicará siempre la premisa de negocio en marcha, a menos y hasta que, la
liquidación de la empresa sea inminente” (6 p76)

“Existe una diferencia del marco temporal de aplicación, en que PGC y NIC-NIIF lo limitan a un
mínimo de 12 meses desde el cierre del ejercicio y los US GAAP a 12 meses desde fecha en las
CCAA estas disponibles para su aprobación de las CCAA o en su caso, fecha en que están
auditadas” (6 p76)

“Otro término que difiere entre las distintas normativas es la probabilidad. Las normas de
aplicación emitidas en EEUU definen la probabilidad como: “más probable que no”, estimando
un porcentaje de ocurrencia entre el 70% y 75 %, en el caso de la normativa internacional, se
entiende que algo es probable estimando el porcentaje por encima del 50%. En el caso de estar
analizando un hecho o situación que pueda generar incertidumbre, la aplicación de un
porcentaje u otro puede hacer variar el resultado de los estados financieros y la presentación
de la información en los mismos.” (6 p76)

Con estas afirmaciones, Belén demuestra la dificultad a la hora de interpretar dicho principio en
el ámbito internacional. Aunque bien es cierto que la normativa nacional y las NIC coinciden en
bastantes aspectos como ya se ha comentado, estas normativas difieren de la de Estados Unidos
en varios aspectos.

Otra opinión acerca de este tema aparece en el blog de Gregorio Labatut Serer, doctor en
ciencias económicas y empresariales. Destacamos las siguientes ideas:

“Sabemos que en el caso de incertidumbres se establece la obligatoriedad de hacer mención en


un párrafo de énfasis del informe de auditoría, sin que la opinión se vea afectada, por la
existencia de dichas incertidumbres sobre la capacidad de la entidad para continuar como
empresa en funcionamiento, siempre que dichas circunstancias se informen adecuadamente en

7
las cuentas anuales conforme a lo exigido en el marco normativo de información financiera.” (8
p1)

Para el autor, en caso de incertidumbre en la empresa, no se dejaría de utilizar este principio,


sino que se seguiría manteniendo y bastaría con una mención en la memoria.

CONCLUSIÓN

En cuanto al principio de empresa en funcionamiento, como se puede observar durante todo el


estudio, a sido un principio que ha generado muchas dudas a lo largo del tiempo en cuanto a su
utilización. Estas dudas se deben generalmente a la falta de una normativa que explicará su
utilización, es por ello que como se puede observar en las opiniones de los autores acerca de
este tema, hasta el año 2013 es donde se encontraba la mayor incertidumbre y disparidad de
opiniones en cuanto al uso de este principio. Sin embargo, tras la resolución del ICAC de 2013
acerca del marco de información financiera cuando no resulta adecuada la aplicación del
principio de empresa en funcionamiento, la opinión de los autores se ha uniformado, ya que
muchos autores hasta este año se posicionaban, pero dejaban claro que no existía una
resolución que lo aclarase, y por tanto hacían una petición hacia esta resolución.

Aunque como he comentado, la opinión de los autores sigue ahora una misma línea, bien es
cierto que esta resolución del ICAC no aclara del todo las situaciones en las que no usar este
principio, ya que como se observa en el quinto apartado de este estudio, el ICAC enumera
situaciones en las que se podría no usar este principio, pero al no existir una cuantificación de
estas situaciones, deja en manos de los administradores y auditores la decisión final. A lo que
me quiero referir con una cuantificación de estas situaciones, por ejemplo, es que en lugar que
decir que se dejará de utilizar este principio cuando exista “dependencia excesiva de préstamos
a corto plazo para financiar activos a largo plazo” debería cuantificar esa dependencia, por
ejemplo, a “dependencia de un 95% de prestamos a corto plazo para financiar activos a largo
plazo” lo que facilitaría la tarea de los administradores y los auditores a la hora de utilizar este
principio. Sin embargo, supongo que esto no se realiza de esta forma, y siguiendo el ejemplo,
porque existen tanta variedad de sectores, que quizás en algún sector esto puede ser una
práctica habitual y no sería lógico dejar de utilizar este principio.

Otra de las características que complican aun más si cabe este principio, es la disparidad
internacional que tiene. Ya que como explica en su tesis Belén Toro Martin, existe disparidad
tanto en probabilidades en caso de incertidumbre, marco temporal de aplicación y la pretensión
de liquidar la empresa, entre el plan general contable, las normas internacionales de
contabilidad y los principios contables de Estados Unidos, lo que dificulta llegar a un consenso
real sobre cual es la mejor forma de actuar.

Por tanto, el caso en concreto en el que la empresa se encuentre en concurso, desde mi punto
de vista habría que conocer las intenciones de la empresa de liquidarla o de realizar un convenio,
ya que la utilización de este principio es distinta para cada caso. En caso de que las intenciones
sean de la liquidación, siguiendo las interpretaciones de los autores y la normativa, dejan claro
que no se usará el principio de empresa en funcionamiento, ya que la empresa no se encontraría
en funcionamiento sino en liquidación. Sin embargo, en un segundo caso en el que la empresa
se encuentre en concurso mediante convenio, la liquidación por tanto no es inminente e incluso
puede darse la remota situación de que no se dé, por tanto no sería exigible dejar de utilizar el
principio de empresa en funcionamiento.

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Finalmente, quiero resaltar la importante y difícil situación tanto de los administradores y los
auditores en estos casos, ya que estos no pueden predecir el futuro, y por tanto no pueden
predecir la situación futura de una empresa. Además, la normativa no les ampara, ya que la
normativa como se ha comentado deja recomendaciones sobre casos en los que no aplicar este
principio, pero sin concretar en exceso. Por tanto, es labor de estos interpretar con la
información financiera y contable de la que disponen la situación de la empresa, así como prever
su futuro dentro del sector determinado y evaluar si se debería continuar con el principio de
empresa en funcionamiento, o por el contrario tienen dudas sobre este, que lo deberían reflejar
en la memoria en el caso de los administradores o dar una opinión desfavorable en el caso de
los auditores, y por tanto dejar de utilizar este principio porque se espera la liquidación y cierre
de la empresa en el corto plazo. Además, quiero señalar, que, aunque tienen una difícil tarea los
auditores en este caso, tras la resolución del ICAC del 2013 que tanto hemos comentado, les
dictaron pautas a seguir en estos casos lo que les facilitó el trabajo en cierto punto.

En la situación que vivimos actualmente, con la llegada del Covid-19, muchos han sido los
sectores que se han visto afectados drásticamente, y por tanto tendrán una difícil labor sus
administradores, que deberán estudiar la situación financiera de la empresa, así como sus
obligaciones, fuentes de liquidez, tendencias financieras del sector entre otros aspectos, y
evaluar por tanto la continuidad de la empresa y por tanto la utilización de este principio.

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BIBLIOGRAFIA

Plan general contable, texto en vigor a partir del 01-01-2016 (1)

http://www.icac.meh.es/Documentos/Contabilidad/1.Nacional/01.PGC/01.Texto%20en%20vig
or%20a%20partir%201-01-2016/4.PGC%202016-%20Modificaciones%20RD602-2016.pdf

Norma internacional de contabilidad Nº10 Hechos posteriores a la fecha del balance (2)

http://www.icac.meh.es/Documentos/Contabilidad/2.Internacional/020.NIIF-
UE/020.NIC%20Vigente/100.NIC%2010%20Hechos%20posteriores%20a%20la%20fecha%20del
%20balance.pdf

Avis Mariz Natalia [Articulo] La obligación de la Administración Concursal en la formulación,


aprobación y depósito de las Cuentas Anuales: Leopoldo Pons (2016) (3)

https://www.leopoldopons.com/estudios-y-publicaciones/la-obligacion-de-la-administracion-
concursal-en-la-formulacion-aprobacion-y-deposito-de-las-cuentas-anuales/

(2014) Contabilidad de empresas en concurso de acreedores (Ley 22/2003, de 9 de julio,


Concursal), Iberley. (4)

https://www.iberley.es/temas/contabilidad-empresas-concurso-acreedores-ley-22-2003-9-
julio-concursal-45251

Martínez, Gurrea, Laura de la luz (2013) Límites en la aplicación del principio de empresa en
funcionamiento y normas contables aplicables a empresa en fase de liquidación, Dictum. (5)

https://dictum-abogados.bthemattic.com/files/2013/11/Comentario-Laura.pdf

Martín Toro Belén, (2017) Problemática de la verificación del principio de empresa en


funcionamiento en la auditoría externa (Tesis doctoral) Universidad Complutense de Madrid (6)

http://eprints.ucm.es/40734/1/T38207.pdf

Resolución de 18 de octubre de 2013, del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, sobre


el marco de información financiera cuando no resulta adecuada la aplicación del principio de
empresa en funcionamiento. (7)

http://www.icac.meh.es/Normativa/Contabilidad/Nacional/ficha.aspx?hid=71

Gregorio Labatut Serer (2013) El ICAC publica una resolución sobre la modificación de la Norma
Técnica de Auditoría de Empresa en Funcionamiento (artículo de opinión) (8)

http://gregorio-labatut.blogspot.com/2013/08/el-icac-publica-una-resolucion-sobre-
la.html#more

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