Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
De manera general, los errores pueden surgir al reconocer, valorar, presentar o revelar la información
de los elementos de los Estados Financieros. En ese sentido, se puede entender por errores a las
omisiones o inexactitudes que pueden afectar los Estados Financieros de una entidad, resultantes de
un fallo al emplear o de un error al utilizar, información fiable que:
● Estaba disponible cuando los Estados Financieros para tales ejercicios fueron
formulados.
● Podría esperarse razonablemente que se hubiera conseguido y tenido en cuenta en
la elaboración y presentación de aquellos Estados Financieros.
● Errores aritméticos.
● Errores en la aplicación de políticas contables.
● El no advertir o malinterpretar hechos.
● Los fraudes.
En ese sentido, entre los ejemplos más comunes de errores contables, podemos nombrar los
siguientes:
ERRORES DE EJERCICIOS Los errores del ejercicio corriente son omisiones o inexactitudes ocurridas
CORRIENTE en el ejercicio corriente.
Sin embargo, tratándose de errores de ejercicios anteriores, la citada NIC ha prescrito que los mismos
deben ser corregidos de forma retroactiva, en los primeros Estados Financieros formulados de haberlos
descubierto:
Lo señalado, tiene lógica si consideramos que es más que probable que los errores materiales se
descubran en ejercicios posteriores, cuando los libros contables están cerrados por lo que los mismos
se corregirán en la información comparativa presentada en los Estados Financieros de los periodos
siguientes.
Esto significa que si una empresa omitió un ingreso en un ejercicio, habiendo descubierto en un
ejercicio siguiente, para efectos tributarios, no tiene más opción que rectificar la declaración jurada
anual del ejercicio a que corresponde el ingreso, a efecto de incluir en Ia misma, el citado ingreso
omitido. Consideramos que similar tratamiento debería seguirse en los gastos omitidos.
Sin embargo, tratándose de gastos, el último párrafo del citado artículo 57° establece una excepción
para deducir aquellos que corresponda a años anteriores. En efecto, de acuerdo a esta norma, en
aquellos casos en que debido a razones ajenas al contribuyente no hubiera sido posible conocer un
gasto de Ia tercera categoría oportunamente y siempre que la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria - SUNAT compruebe que su imputación en el ejercicio en que se conozca no
implica la obtención de algún beneficio fiscal, se puede aceptar su deducción en dicho ejercicio, en la
medida que dichos gastos sean provisionados contablemente y pagados íntegramente antes de su
cierre.
En relación a esta excepción, debe considerarse que a la fecha, no se ha definido lo que debe
entenderse por "cuando no ha sido posible conocer un gasto de la tercera categoría" así como también
“cuando la imputación de un gasto no implica la obtención de algún beneficio fiscal”. En ese sentido,
consideramos que en la práctica, la excepción antes prevista, tendría dificultades para su real
aplicación.
Las Políticas Contables son los principios, bases, acuerdos, reglas y procedimientos específicos
adoptados por una empresa en la elaboración y presentación de sus Estados Financieros.
Por ejemplo, una de las políticas que deberá elegir una empresa con posterioridad al reconocimiento
inicial de un activo fijo, es el referido al de su valuación. En estos casos, y de acuerdo al Párrafo 29 de
la NIC 16, una empresa podrá elegir como política contable el modelo del costo o el modelo de
revalorización, debiendo aplicar esa política a todos los elementos que compongan una clase de
Inmuebles, maquinarias y equipos.
Como se observa de lo anterior, una empresa debe tomar una decisión respecto de la forma de valuar
sus activos fijos con posterioridad a su reconocimiento inicial. Por la cual se opte, será la Política
Contable adoptada.
b. ¿CÓMO SE SELECCIONAN LAS POLÍTICAS CONTABLES?
En relación a la selección de las Políticas Contables, es preciso indicar que en las NIIF 2 se han
establecido políticas contables sobre las que el International Accounting Standards Board (IASB) ha
Llegado a la conclusión de que dan lugar a Estados Financieros que contienen información relevante y
fiable sobre las transacciones efectuadas por la entidad.
Ello significa que cuando una norma o Interpretación sea específicamente aplicable a una transacción,
otro evento o condición, la política o políticas contables aplicadas a esa partida se determinarán
aplicando la NIIF o la Interpretación en cuestión, y considerando además, cualquier Guía de
Implementación relevante emitida por el IASB para esa NIIF o Interpretación.
● La ad opción del método del costo o el método del valor revaluado, de acuerdo a la NIC 16:
Inmuebles, maquinaria y equipo, tratándose de la valoración de activos fijos con posterioridad
a su reconocimiento inicial.
● La adopción de alguna de las fórmulas de costeo señaladas en la NIC 2: Inventarios.
● La política de reconocer como parte del costo de activos calificados, los desembolsos por
intereses.
● La adopción de alguno de los métodos de depreciación, tratándose de activos fijos.
No obstante lo anterior, cuando no exista una Norma o Interpretación que sea aplicable
específicamente a una transacción, otros hechos o condiciones, la gerencia de una empresa deberá
usar su juicio en el desarrollo y aplicación de una política contable, a fin de suministrar información
que sea relevante para las necesidades de toma de decisiones económicas de los usuarios; y fiable.
En estos casos, deberá referirse, en orden descendente, a las siguientes fuentes a la hora de considerar
su aplicabilidad:
● Los requisitos y directrices establecidos en las NIIF's o en las Interpretaciones que traten
temas similares y relacionados.
● Las definiciones, así como los requisitos de reconocimiento y valoración, establecidos para
activos, pasivos, ingresos y gastos en el Marco Conceptual.
● Los pronunciamientos más recientes de otros instituciones emisoras he normas, que empleen
un marco conceptual similar al emitir normas contables, así como otra literatura contable y
las prácticas aceptadas en los diferentes sectores de actividad, en la medida que no entren
en conflicto con las fuentes antes señaladas.
Por ejemplo, podría ocurrir que las NIIF no establecen una política específica para reconocer y medir
un activo; en ese caso, la gerencia podría considerar determinados criterios aprobados en las Normas
de Contabilidad de los Estados Unidos de América (denominados, FASB).
Los usuarios de los Estados Financieros necesitan ser capaces de comparar los Estados Financieros de
una entidad a lo largo del tiempo, a fin de identificar tendencias en su situación financiera, rendimiento
financiero y flujos de efectivo. Por ello, es necesario aplicar las mismas políticas contables dentro de
cada ejercicio, así como de un ejercicio a otro.
Habiendo revisado los cases en que es posible modificar una Política Contable, Cabe determinar ahora,
cómo se debería tratar contablemente los efectos de tal cambio. Para ello, establece que si se
produjese un cambia en las políticas contables adoptadas por una entidad, la misma debería:
● Contabilizar el cambia en una política contable derivado de la aplicación inicial de una NIIF o
de una interpretación, de acuerdo con las disposiciones transitorias específicas de tales
normas, si la hubiera.
● Contabilizar el cambio retroactivamente, sólo si tal cambio se origina, ya sea por aplicación
inicial de una NIIF o de una interpretación que no incluya una disposición transitoria
específica aplicable a tal cambio, o por que se haya decidido cambiarla de forma voluntaria.
En estos casos, la entidad ajustará los saldos iniciales de cada componente afectado del
patrimonio neto para el ejercicio anterior, más antiguo que se presente, revelando
información acerca de los demás importes comparativos para cada periodo anterior
presentado, como si la nueva política contable se hubiese estado aplicando siempre. No
obstante de ser impracticable dicha acción, la entidad aplicará la nueva política contable a
los saldos iniciales de los activos y pasivos al principio del periodo más antiguo para el que
la aplicación retroactiva sea practicable.
El cambio en una política contable podría o no, tener efectos tributarios, debiéndose evaluar su impacto
en cada caso concreto. Así tenemos:
Como resultado de las incertidumbres inherentes al mundo de los negocios, muchas partidas en los
Estados Financieros no pueden ser valoradas con precisión, sino sólo estimadas. En ese sentido, podría
señalarse que el proceso de estimación implica la utilización de juicios basados en la información
fiable disponible más reciente.
Como se desprende de los señalado en el punto anterior, el uso de estimaciones razonables es una
parte esencial en Ia elaboración de los Estados Financieros, y no menoscaba su fiabilidad. No obstante,
como toda estimación, está sujeta a variaciones, las cuales también deben valorarse, pues afectarán
los Estados Financieros.
También señala que el efecto de un cambio en una estimación contable, se reconocerá en forma de
proyección hacia el futuro incluyéndose en el resultado:
● Del periodo en que tiene lugar el cambia, si este afecta a un solo periodo.
● Del periodo en que tiene lugar el cambio y los futuros, si afectase a varios periodos.
En ese sentido, he cambiarse la forma en que se realizan las estimaciones, se debería evaluar el efecto
que ellas tienen sobre las partidas deducibles.
De otra parte, tratándose de un cambio en las estimaciones por cuentas de cobranza dudosa, si bien
ello incidirá directamente en los resultados del negocio, para efectos tributarios ello no tendrá
incidencia pues independientemente del monto estimado, el mismo no será deducible. Lo mismo podría
suceder con la estimación de la obsolescencia de las existencias o de las obligaciones para garantías
concedidas. Esto es así, pues el artículo 44° de la Ley del Impuesto a la Renta prohíbe Ia deducción de
estimaciones no permitidas.