Está en la página 1de 5

Acercamiento a la evolución histórica de la antropología lingüística en

Norteamérica según Alessandro Duranti.

Lengua y cultura en la antropología norteamericana, tres paradigmas. Alessandro


Duranti. CURRENT ANTHROPOLOGY Vol. 44. junio de 2003. 44 págs..

El artículo titulado: Lengua y cultura en la antropología norteamericana, tres


paradigmas, escrito por el reconocido profesor de antropología de la Universidad
de California, Alessandro Duranti; es la condensación de un cúmulo de
conocimientos referidos a la evolución socio-histórica de la antropología lingüística
como tal respecto a los conceptos claves de lengua como cultura adoptados
específicamente por los antropólogos lingüistas norteamericanos, es decir,
pretende realizar una reconstrucción histórica secuencial de una serie de hechos a
mediados del siglo pasado que permitieron avanzar en cuanto a las
investigaciones y estudios sobre lengua y cultura refiere.

Para adentrar al lector en el texto, Duranti realiza una breve introducción para
ubicar espacio-temporalmente al lector y posteriormente se involucra en la
ampliación de cada uno de las etapas de desarrollo de la antropología lingüística,
a las cuales él opta por denominar paradigmas, que son tres. Entendiéndose como
éste el resultado de un conjunto de prácticas vinculadas al ejercicio y promoción
científica. Se habla entonces de una línea marcada a través del tiempo, que de
cierta forma no incluye del todo a un paradigma con otro, pero tampoco lo excluye,
pues es bien sabido que dentro de éste proceso de transformación que ha sufrido
la antropología norteamericana, hoy día pueden conservarse elementos
tradicionales de un primer paradigma o incluso hacer una relación de los tres,
tomando ciertos elementos necesarios para un estudio antropológico-lingüístico.

Duranti, por ejemplo, tiende a reconocer a través de un nombre a cada paradigma,


por lo que se hace fácil para el lector hacer una distinción a modo conceptual. En
el primer paradigma que él mismo llama “lingüística antropológica” o “antropología
de salvataje”, se tienen en cuenta los aportes de Boas al dividir la antropología en
cuatro sub-disciplinas, una de ellas la lingüística antropológica, la descripción
minuciosa, se empleaba la lingüística como instrumento para el análisis cultural
(concepción boasiana), es decir, su interés estaba en la descripción y clasificación
de lenguas según su léxico y estructura gramatical, lo que permitiría una
reconstrucción lingüística mediante patrones gramaticales de las lenguas
indígenas americanas.

Entonces se tiene que: El objetivo de éste primer paradigma es la documentación,


descripción y clasificación de las lenguas indígenas norteamericanas, desde una
perspectiva léxico gramatical, es decir, lengua como gramática. Se estudia la
oración, palabra, morfema, fonema, textos orales. Su postulado teórico es el
relativismo lingüístico propuesto por Sapir-Whorf, y su método de recolección de
datos más común consiste en la validación de palabras, apatrones gramaticales,
textos tradicionales a través del trabajo con hablantes nativos.

Como es de suponer en esta primera fase en la década de los 60’ surge la


necesidad de los antropólogos de poseer sus lingüistas propios, pues, como se
puede notar en éste primer periodo los enfoques eran mayoritariamente
gramaticales, es decir, se abordaban más desde el campo lingüístico que del
antropológico, con esto se abre las puertas a lo que sería un segundo paradigma.

El segundo paradigma, es señalado por Duranti como el de la antropología


lingüística y la sociolingüística, tiene su florecimiento en la década de los 80´,
como se puede apreciar, hay un significativo cambio en la denominación y
respecto a su vínculo con otra disciplina. Se vislumbran nuevos aportes; como el
de Chomsky respecto a los términos de competencia y actuación, dando éste
mayor prioridad al primero. Ferguson y Gumperz proponen el uso del concepto de
variedad lingüística por el de dialecto. Se funda la sociolingüística y empieza a
hablarse de etnografía de la comunicación.

Pero fue realmente Hymes, la figura más destacada y quizá quien más cerca
estuvo en ese momento de la ideología que hoy día maneja la antropología
lingüística, pues, se interesó en el habla como actividad cultural, dialectos sociales
y variaciones lingüísticas; trabajó con el concepto de comunidad de habla, es
decir, los aspectos culturales del uso de la lengua, sin descuidar su estructura.
Entonces, Hymes hace énfasis en el estudio de la lengua enmarcada en la
antropología, que es el gran postulado teórico de éste segundo paradigma,
mediante el empleo de métodos etnográficos, el estudio de formas lingüísticas
como parte de actividades culturales o “eventos de habla” y ala descripción
lingüística y etnográfica.

La lengua es vista como un fenómeno social y se estudia para presenciar eventos


de habla y prácticas discursivas, entonces la antropología y la sociolingüística
tuvieron un gran acercamiento, debido a varios puntos de convergencia en sus
métodos y objetivos. El propósito de Hymes era integrar la antropología lingüística
con las demás antropologías, pero sucedió todo lo contrario.

En éste segundo paradigma, el objetivo principal es el estudio del uso lingüístico


entre el hablante y sus actividades cotidianas; la lengua se percibía como un
organizador cultural y se tomaba como unidad de análisis referentes como
competencia comunicativa, comunidad de habla, variedades de lengua, estilo,
actos de habla, género, repertorio, eventos de habla, etc. Dentro de los postulados
teóricos distinguen la variedad lingüística y la relación lengua-contexto. Se
emplean métodos de observación participativa, entrevistas informales,
grabaciones de habla. A final de los 80’ se ratifica la importancia de la lengua en la
antropología norteamericana y se consolida el segundo paradigma, dónde se
incluyen cuatro focos de interés: Perfomance, socialización lingüística primaria y
secundaria, indexibilidad y participación.

Posteriormente en la década de los 90’ surge lo que Duranti denomina tercer


paradigma y que hoy por hoy se encuentra en auge y se caracteriza por la
improvisación, relaciona la lengua con el espacio y el estudio de las narrativas en
el contexto y de forma espontánea. Haciendo una recuento de todos los
paradigmas se observa que el primero trata sobre la competencia de la lengua
como gramática y el punto de referencia es básicamente la lingüística, el segundo
refiere a la variación y el habla como organizadores de la cultura y la sociedad y el
tercero visiona la lengua como el instrumento para acceder a complejos procesos
sociales, por el que se puede transmitir y reproducir la cultura y la sociedad.

En general se puede caracterizar éste tercer paradigma porque su objetivo se


relaciona al uso de las prácticas lingüísticas para analizar, documentar, reproducir
y transformar personas, instituciones y comunidades en diferentes espacios y
tiempos. Su perspectiva de lengua como producto interaccional, permite analizar
las prácticas lingüísticas desde un marco de participación que estudie la
concepción sujeto-persona-identidad. Se encuentra una variedad de postulados
teóricos como la relación micro-macro, heteroglosia, integración de discursos
semióticos, narratividad, ideología lingüística; a través de métodos como la
documentación audiovisual de encuentros, análisis socio-histórico, la identidad.

Teniendo claro todo lo anterior cabe decir que la persistencia de los paradigmas
anteriores, no se encuentran excluidos del todo y que se rescatan de ellos ciertos
usos, Por ejemplo, se puede decir que del primer paradigma aún se conserva la
gramática y las estructuras de Boas y Sapir, pues se pueden identificar las
lenguas con su gramática, gracias a ésta primera fase es que se extiende el
estudio de la lengua como cultura. Del segundo paradigma se rescata la práctica
de documentar y analizar el uso corriente de la lengua, y la concepción de que
lengua es más que uso.

Hoy día los antropólogos lingüísticos aún se siguen apoyando en los métodos
tradicionales, por ejemplo, la trascripción ( editada) para poder comprenderá las
lenguas. Además se muestra como un investigador más apegado al campo de
estudio, lo que lo hace un ente empírico, que trabaja en comunidades específicas
para redescubrir las relaciones entre lengua y cultura.

Al final del artículo grandes aportes de diversos estudiosos del lenguaje


enriquecen el texto y lo refuerzan, críticas y comentarios positivos plantean nuevas
percepciones y enfoques para el artículo de Duranti. Los aportes significativos de
Ahearn, J. Gumperz, Darnell, Dell Hymes, Rumsey, Spitulnik, Teun Van Dijk
promueven inquietudes y puntos de acuerdo y desacuerdo para el lector, es
importante esta parte, porque Duranti abre una puerta de socialización e
interacción y brinda la posibilidad de mirar desde diversos focos el planteamiento
de los tres paradigmas dentro de la antropología lingüística norteamericana.

Para concluir, éste artículo presenta un alto grado de complejidad, pues, se


encarga de especificar y ahondar en la información que trasmite al lector, además
de ser considerado como un completo recuento histórico sobre la antropología
lingüística en Norteamérica y su relación con la lengua como cultura, deja en claro
la posición que asume el autor, y por si las dudas, al final se puede contemplar,
después de diversos comentarios de expertos, la respuesta concisa que tiene
Duranti para cada uno de las principales preocupaciones que pudiesen
presentarse, coincidiendo con Van Dijk en cuanto al detalle con el que explicó el
segundo paradigma, pues de los tres fue el que más se desarrolló, siendo
comprensible también, que el tercer paradigma aún se encuentra en proceso y es
probable que pueda ser más comprendido con el tiempo. En general un muy buen
artículo, detallado, precisión en los datos y un poco extenso, pero sustancioso.

Reseñado por:

Yulieth Stefanny González Cabarcas.


Lic. Español y Literatura. 7. sem.
Universidad del Atlàntico.
Barranquilla, Agosto de 2013.

También podría gustarte