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Ensayo del libro Teoría Arqueológica: una introducción, del autor Matthew Johnson:

Breve contextualización del tema:

Lo que más interesa a las personas del presente son los castillos, baños romanos, puntas de
flechas prehistóricas, utensilios del neolítico, templos mayas y todos esos productos del
pasado; aquí se cita a Matthew Johnson, donde dice: “…Esta atracción romántica es a menudo
tanto estética y sensual como intelectual. Todos deseamos pasear entre ruinas medievales o
tocar utensilios de cerámica…” (Johnson, 2000: 29).

Es importante saber que este gusto por la cultura material, no es, al menos para los ajenos al
estudio de la arqueología, un verdadero sentido de la valiosa historia, que envuelve dentro de
sí culturalmente un objeto; hay que darle voz al material combinando arqueología con
etnografía; dicho de este modo es una forma de preguntarles a las personas del presente qué
conocimientos poseen de los objetos que fueron fabricados en pasado y cuán importante es
para la comunidad a la que pertenecen, juntando esto con investigaciones propiamente dichas
en arqueología como el trabajo de campo y revisión archivística; para apoyar esto, se cita de
nuevo a Johnson, donde dice:

“…Los objetos no pueden contarnos nada acerca del pasado


porque el pasado no existe. No podemos tocar el pasado,
verlo sentirlo; ha muerto y desaparecido. Nuestros ama-
dos amados objetos pertenecen en realidad al presente
Existen en el ahora y el aquí. Pueden o no haber sido he-
chos y usados por gente real miles de años atrás, pero la
comprobación de la fecha de su manufactura y uso es, así-
mismo, una comprobación que hacemos en el presente…”
(Johnson, 2000: 29-30).

La cuestión no es sólo el tipo de investigación que se realice, sino cómo se le pregunta a la


fuente, se pueden formular un sin fin de preguntas, pero que al final no contestarían realmente
el centro del tema de investigación. Todas las peguntas han sido formuladas en este momento
pero desean ser contestadas a veces haciendo una retrospección etnográfica, o lo que llama
comúnmente etnografía del pasado. Desde la excavación con las preguntas correctas se logra
reconstruir el pasado; una vez más una cita de Johnson, pero esta vez de índole fotográfica,
explica esto un poco mejor:
Lámina 1: digitalización del dibujo de la figura 2.1. El abismo entre el presente y el pasado.
Extraído del autor Matthew Johnson (2000). Teoría Arqueológica: una introducción. Editorial
Ariel S.A: Barcelona, España.

Después de esta explicativa cita en una imagen, es importante aclarar un punto, que si bien no
es más extenso que el del texto referido, es más denso; este punto está referido al problema de
que no es que no podamos hacer una etnografía del presente o sea algo erróneo observar el
material de hoy para sacar conclusiones del pasado, sino que más bien es importante y
necesario saber que existen evidencias históricas de ese pasado, que explica el contexto en el
que se encuentra ese objeto, de manera que incluso se podría decir a veces que es bastante
precisa, estando registrada en los documentos de archivo, así que si, si podemos observar
aunque no físicamente con nuestros ojos, pero si a manera de vistazo cuando revisamos este
tipo de fuentes, ya que en el documento, producido obviamente por alguien que vivía en la
sociedad de esa época, es un relato que da testimonio a todo lo que ocurría allí dentro.
Siempre se tiene una mayor fiabilidad, haciendo una contrastación de hipótesis y logar así una
verificalidad de las fuentes.
La nueva y la vieja Arqueología:

La constante acumulación de datos por parte de diversos arqueólogos sin un correspondiente y


profundo análisis de éstos, produce a veces un desánimo en el interés del investigador,
volviendo siempre al punto de partida y actuando como una especie de zombis recolectores de
información; llenando siempre nuestras salas de solo arte, tanto para las culturas que
queremos representar como las visitantes de afuera, careciendo de un amor y un profundo
conocimiento del verdadero significado de estas piezas que se recolectaron; aquí se cita a
Johnson, cuando apoya diciendo:

“…El arqueólogo va y viene, nuevos nombres y nuevos yaci-


mientos reverdecen sobre los viejos, mientras que cientos
de años de material recogido inundan las salas de los mu-
seos. Al mismo tiempo, una implacable corriente de artí-
culos y libros describe y etiqueta al nuevo material, de ma-
nera que el intrépido arqueólogo, a fuerza de furiosa activi-
dad, apenas puede mantener su (sic) status quo contra la co-
rriente constante de datos…” (Clarke, 1972: 3. Citado por:
Johnson, 2000: 33).

Una definición más precisa tanto de la nueva y la vieja arqueología, podría ser según dice el
autor Johnson, una continua y cambiante diversidad cultural, que no es siempre la misma ni
siquiera dentro de una misma sociedad o comunidad; correspondiente a lo que es la vieja
arqueología, vendría siendo un buen ejemplo el hecho de que esta diversidad se puede
manifestar como lo ejemplifica Johnson, que en Francia que se acostumbra algo totalmente
opuesto a la hora de dictar las normas de comportamiento social: allí se toma café, comen
carne de caballo y hacen fila de manera menos ordenada que a la manera de los ingleses; y
correspondiente a la nueva arqueología se hace el mismo análisis pero con ejemplos
diferentes, como el hecho de hallar dos yacimientos nominados distintos uno de otro
(independientemente el código que se use), que podrían tener en esa diversidad cosas en
común como encontrar siempre vasijas, sólo que con características diferentes, unas de cuello
de embudo, que sugieren que existieron viviendas de formas rectangulares, que por la
arquitectura de la vasija se puede contextualizar en qué se usaban, dónde y cómo y las otras
que son llamadas por Johnson cerámica de bandas, sugieren que la forma de las viviendas,
debido al decorado que se encuentra típicamente en ese estilo de viviendas con su economía
son completamente diferentes. Todas estas diversidades entre culturas son expresiones de
normas culturales que rigen el comportamiento dentro de una cultura o sociedad.

“…Nos impulsa, por lo tanto, a destacar diferencias, a retener


los rasgos más peculiares como sus formas particulares de
construir o enterrar a los muertos, a fijar la atención en el
trazo linear de la cerámica de la cerámica de los unos y la
forma peculiar del cuello de los vasos de los otros, y no
tanto a ver lo que tienen en común…” (Johnson, 2000: 35).

Todo esto lleva a preguntarse de donde vinieron estos cambios culturales que permitieron
estas diversidades, los modos de construir casas, las decoraciones de una vasija o el tipo de
vestimenta, a lo cual contesta el mismo Johnson, que siempre ha habido contactos con otras
culturas, que si bien no han cambiado del todo a una única cultura, siempre se han agregado o
adoptado estos elementos que vienen desde afuera como propias de una comunidad en
específico, todo esto es llamado aculturación.

Un punto importante y quizás algo crítico, es que el autor Johnson, hace referencia a un
concepto de nueva arqueología donde dice que ésta ya no es nueva ya que la que usamos hoy
en día ha sido modificada también, con la agregación de otras corrientes de pensamiento
como la nueva geografía; pero el problema está que no es posible colocar otro nombre a esta
nueva arqueología aún con la agregación de otras ideas, no se podría llamar por ejemplo y a
modo de broma vieja, nueva y aún más nueva arqueología.

Aquí se hizo un dibujo o un mezcla de dibujos con esquema de fabricación propia pero cuyas
ideas y puntos particulares fueron tomadas del autor en cuestión Matthew Johnson, del libro
aquí tratado, Teoría Arqueológica: una introducción.
Figura 1: Dibujo hecho a mano y digitalizado, que toma los puntos e ideas de (David Clarke,
1976, S/P. Citado por: Johnson, 2000: 41). Pero modificados para explicar la visión sistémica
de la cultura.
Este esquema – dibujo de la visión sistémica de la cultura, explica, que del sistema u
organismo principal de los personas de una sociedad, comunidad o cultura en específico, es el
subsistema psicológico (llamado variable S), éste es el centro que dirige y organiza todos los
demás sistemas, sin él la estructura y las relaciones con los demás subsistemas se vería
destruida; esto ocurriría a nivel de una sociedad cuando un factor externo afecte al subsistema
psicológico de una población de cualquier cantidad de personas. Lo que ocurre aquí es cómo
el subsistema psicológico maneja al subsistema económico, religioso, social y de la
producción de cultura material; que a su vez se relacionan entre sí con los factores externos
medio ambientales como flora, fauna, clima y geología, que son vistos en una interacción
simultánea todos juntos como en un tiempo cíclico o repetitivo por algunas culturas, y en las
nuestras como una interacción de tiempo lineal (que va desde el pasado, presente y futuro).
Todo esto ejemplifica como los seres vivos se adaptan a su medio ambiente, mediante éstas
interacciones simultáneas; un ejemplo del autor Johnson, es cuando las jirafas se adaptan a su
entorno usando sus cuellos largos para poder obtener comida de la cima de los árboles, o el
ser humano que utiliza la cultura.

He aquí de nuevo otra cita de Johnson, donde dice como apoyo a la explicación anterior:

“…Binford quería significar que mientras que los animales


se adaptan al medio a través de sus cuerpos – la jirafa
tiene un cuello largo para alcanzar los tallos tiernos de
la copa de los árboles de la sabana, los osos polares tie-
nen una piel gruesa y un pelo espeso para resguardarse
del invierno ártico –, los humanos se adaptan al medio
mediante la cultura…” (Johnson, 2000: 42).

Por último explica el autor Johnson que la prehistoria y la historia siempre han estado como
divididas por el hecho de tener lo que él llama un “contínuum” entre estas dos épocas, ya que
la división estaba siempre marcada en el estudio de la arqueología con la aparición de la
escritura, es decir se comenzó a hacer historia cuando aparecieron los primeros documentos
escritos; pero Johnson desmiente esto cuando dice que ya en la prehistoria había aunque sea
un comienzo de escritura, con la producción de un tipo de escritura que era la pictográfica,
que se vislumbran en las pinturas rupestres. Existe gracias a esto una percepción del pasado
como parte de la historia que forma el presente y esto se evidencia siempre y en todo
momento; un ejemplo más claro podría ser el hecho de observar a los monumentos
megalíticos con gran admiración y majestuosidad, como siempre lo han hecho los ingleses
con Stonehenge, habiendo sido construido hace ya más de 2000 o 3000 años. En esta última
cita siempre de Johnson, se apoya lo que se dijo:

“…Las tumbas megalíticas de Europa occidental constituyen


un excelente ejemplo de la manera de la Nueva Arqueolo-
gía abrió nuevas perspectivas para la comprensión del pa-
sado. Se trata de enterramientos monumentales general-
mente colectivos, construidos con grandes piedras. Los
estudios tradicionales sobre megalitos se habían concen-
trado en su datación, tipología y difusión…” (Johnson,
2000: 50).
Bibliografía:

Fuentes impresas:

 Johnson, M. (2000). Teoría Arqueológica: una introducción. Editorial Ariel S.A:


Barcelona, España.
Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Escuela de Antropología
Departamento de Arqueología y Antropología Histórica
Materia: Teoría y Métodos Arqueológicos I

LA VIEJA Y LA NUEVA ARQUEOLOGÍA: UNA INTERPRETACIÓN DESDE LA


ETNOGRAFÍA.

Gabriela De Gregoriis

Caracas, julio del 2017.

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