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Historia
A mediados del siglo XV, Segismondo Pandolfo Malatesta encargó al famoso arquitecto
renacentista Leone Battista Alberti la construcción de un edificio en Rímini como
monumento en honor a su familia y a su amante y luego tercera esposa: el Templo
Malatestiano.
Alberti comenzó trabajando sobre una antigua iglesia gótica, añadiendo nuevas capillas,
pero su brillante genio lo obligó luego a renovar completamente el edificio. Su
comitente, Segismondo Pandolfo Malatesta, era conocido como «el lobo de Rímini».
Además de poeta y mecenas, fue un gran líder que comandó las fuerzas militares
de Venecia contra el Imperio Otomano.
Malatesta no era un hombre muy religioso y, de hecho, fue derrocado por las tropas
papales. Durante ese tiempo, la obra del templo continuó, aunque con algunos cambios.
Originalmente, el templo iba a ser un mausoleo para él y su familia, en especial para su
última esposa, Isotta degli Atti, como ya habíamos dicho. Ningún símbolo cristiano se
había proyectado para la decoración de dicho edificio, así como también se habían
ignorado en la estructura original las cruces y la presencia de cualquier imagen sagrada.
De ahí la denominación de templo, a modo de los antiguos templos paganos.
En el interior del edificio las obras de carácter decorativo comenzaron unos años antes del
proyecto de Alberti para la fachada. Las esculturas, bajorrelieves y frescos son obras de
Agostino di Duccio, Giotto, Basinio di Parma y Piero della Francesca, entre otros.
Características
El hecho de que fuera a ser un panteón explica el que en el proyecto hubiera una cúpula
en la parte de la cabecera, pues era una tipología que se asociaba tradicionalmente al
tema funerario y al poder. La imagen que hubiera presentado el edificio si esa cúpula se
hubiera llegado a construir la conocemos por la medalla que Matteo de'Pasti hizo en 1450
con ocasión de la fundación de este templo de los Malatesta; en ella apreciamos la
centralización espacial que se hubiera conseguido, anulando incluso el efecto longitudinal
inevitablemente asociado al eje de la nave de la iglesia. Alberti utilizaba la tradición, la
Antigüedad y su propio ingenio y capacidad creadora para proyectar sus obras.
En el caso del templo Malatestiano, y por lo que se refiere al primer punto, la tradición le
vino impuesta una vez más, pues de nuevo se trató de actuar para cambiar la imagen de
un edificio ya construido. De hecho, lo que Alberti proyectó fue una especie de camisa, de
vestido, que envolviera all'antico al edificio gótico sin tener que adaptarse a los vanos y
ritmos que ya existían, por lo cual se puede decir que es una envoltura separada de los
muros anteriores. La conjunción de iglesia cristiana y templo pagano resulta armónica,
pues si la idea de templo antiguo está presente en el exterior, el interior gótico expresa,
con su luz diferente, un universo en el que símbolos de complejo significado glorifican al
duque.
Arquitectura
La planta se realizó con tres naves, siendo las laterales más estrechas, cabecera triple y
transepto, pero Alberti proyectó convertir también en capillas las naves laterales más
estrechas, como hizo Michelozzo en l´Annunziata, buscando unificar el espacio. La
rotonda y la cúpula que Malatesta quiso para acentuar un espacio de enterramiento no se
llevaron a cabo.
Finalmente quedaron cuatro capillas a cada lado; las dos primeras desde los pies son
abiertas a la nave central, como las terceras y las cuartas, mientras que las segundas
están cerradas.
En el altar se halla una tabla con un Crucifijo de Giotto y una pintura de Vasari y los
pilares góticos y los arcos de entrada a las capillas quedaron envueltos por mármoles no
muy blancos, en contraste con el blanco puro del mármol exterior (este material ya remitía
en sí a la Antigüedad).
Decoración
La decoración de la entrada se dedica a Segismondo, pero la de las capillas remite a
diversos santos, por motivos que se desconocen. Isotta quedó enterrada en la tercera
capilla de la derecha y la cuarta de ese mismo lado contiene representaciones de
planetas procedentes del sueño de Ciprión de Macrobio y musas, y es aquí cuando la
ornamentación se desvía especialmente hacia los motivos profanos de culto a Malatesta,
al que se identifica como el sol, como Apolo, relacionando el nacimiento de aquel en
Delfos con el de Segismondo.
También el “arca de los antepasados”, donde yacen los padres del comitente, contiene
iconografía pagana: se representa un Templo de Minerva y un carro triunfal al que, según
se ha interpretado, podría estar subido Malatesta.
Bibliografía
https://www.artehistoria.com/es/obra/templo-malatestiano-r
%C3%ADmini
https://masdearte.com/especiales/alberti-malatesta-y-el-templo-
pagano/#:~:text=El%20Templo%20malatestiano%2C%20envuelto
%20por,roto%20con%20una%20hornacina%20central.