Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Arte Paleocristiano
Nombre:
Díaz Moreno, José Jesús
Grado: 8vo. Sección Única
Materia: Artística
Profesora: Iliana Fernández
Fecha: 06-06-2011
El Arte Paleocristiano: Es el estilo artístico que se desarrolla durante los cinco primeros siglos de nuestra era, desde la aparición del
Cristianismo, hasta la invasión de los pueblos bárbaros.
MARTIRYA: Son construcciones de carácter conmemorativo erigidas en los lugares donde los mártires habían recibido muerte o
habían sido enterrados; subterráneas y levantadas a nivel del suelo, con cámara mortuoria inferior y nivel superior para el culto. De
planta centralizada, enlazan con los mausoleos romanos.
ICONOGRAFIA: El arte paleocristiano no pretende reproducir la realidad, sino dar testimonio de una realidad trascendente y
transmitir verdades de fe; con ello, la Iglesia inaugura una pedagogía de la imagen que será fundamental en el arte medieval. En el
período de persecución, la clandestinidad obligó a los cristianos a expresarse a través de símbolos procedentes de la iconografía
romana pagana, pero interpretados con una lectura diferente; era un lenguaje cifrado. Entre los motivos iconográficos más repetidos
están aquellos que aluden a Cristo, como el pez, el delfín, el ave fénix, el pavo real, el cordero...
El pez es una alusión a Cristo porque la palabra "pez", en griego contiene las letras iniciales del término Jesucristo.
El delfín simboliza la resurrección y la eternidad, y es símbolo de Cristo porque, igual que el delfín guía a buen puerto a las
embarcaciones perdidas, así Cristo guía a las almas de los cristianos a la salvación.
El ave fénix y la paloma significan la resurrección y se identifican con Cristo; igual que el ave fénix resucita de sus cenizas, así Cristo
resucitó después de muerto.
El ancla es la esperanza.
El pavo real es la inmortalidad y el alma incorruptible, también es símbolo de Cristo. El cordero, Cristo como víctima expiatoria.
La cruz se refiere al sacrificio y a la salvación, el sacrificio de Cristo por la redención de la humanidad. La cruz en su trazado gráfico
alude a los cuatro puntos cardinales y es símbolo de la universalización de la Iglesia.
El crismón o anagrama del nombre de Cristo es uno de los temas más repetidos. Este signo está formado por las letras griegas X y P
(iniciales de la palabra Cristo en griego), las letras alfa y omega (principio y fin; Dios es el principio y fin, la eternidad) dentro de un
círculo o rueda (disco solar, el círculo es símbolo de eternidad, el sol es símbolo de Dios que es la luz) y si el crismón incorpora una S
(Espíritu Santo) se convierte en un crismón de significado trinitario.
Las vasijas son símbolo del agua de la vida (Cristo).
Las aves (palomas) representan el alma, y el ave picoteando un racimo de uvas es el alma que se alimenta con la eucaristía; también
representa el alma después de la muerte en su ascenso al cielo.
La figura orante, figura femenina con las manos alzadas, es una representación del alma del fiel, el alma en el cielo da gracias a Dios;
retrato del difunto rogando por su salvación.
Otras imágenes proceden del Antiguo Testamento; son numerosas escenas, entre las más reiteradas Adán y Eva, que representan el
pecado en el Antiguo Testamento en contraposición a Cristo que es la redención, tal como testimonia el Nuevo Testamento. Abraham
y el sacrificio de Isaac es la prefiguración del sacrificio de Cristo; el padre Abraham-Dios hace entrega de su hijo Isaac-Cristo en
sacrificio; Moisés y Daniel entre los leones, símbolos de la salvación por la fe, Jonás que permaneció tres días y sus noches en el
vientre de la ballena tras los cuales se salvó, del mismo modo que Cristo resucitó tras la muerte.
ESCULTURA: Alcanzó escaso desarrollo porque en los primeros momentos la imagen era para el cristianismo símbolo de idolatría y
paganismo. La escultura exenta se centró en la representación de Cristo bajo dos modelos.
El Buen Pastor, que repite el modelo Moscóforo o Hermes Crióforo griego. Es la imagen de Cristo como pastor que cuida de los que le
siguen (La Iglesia es el rebaño).
Cristo Doctor, sentado en una silla de tijera con el rollo de la Ley en la mano. Entronizado dando la ley a los discípulos o entre los
Apóstoles, imagen inspirada en la del emperador del Bajo Imperio. Ambas representaciones de Cristo responden a la tradición griega,
al tipo denominado Cristo helenístico: adolescente o joven, imberbe, con túnica corta. El otro tipo es el Cristo representado según la
tradición oriental o siriaca: Cristo maduro, barbado y solemne.
Sarcófagos Paleocristianos: La escultura cristiana primitiva cultiva casi exclusivamente el relieve. Salvo algunos labrados en marfil
de pequeño tamaño, esos relieves son los de los sarcófagos, cuyo empleo es la natural consecuencia de la inhumación exigida por las
nuevas creencias.
El capítulo más interesante dentro de la escultura paleocristiana es el de los SARCÓFAGOS.
En los primeros momentos, los cristianos se sirvieron de piezas romanas interpretadas de acuerdo con el pensamiento cristiano. Un
modelo son los sarcófagos de estrígiles, de origen romano, con decoración frontal reducida a motivos lineales en S (estrígiles).
Posteriormente, fueron introduciendo símbolos cristianos, y en la evolución final se representan escenas de iconografía plenamente
cristiana; son temas referidos a la vida de Cristo, más repetidos los alusivos a su Pasión, y escenas narrativas del Nuevo y Antiguo
Testamento.
Los relieves se disponen yuxtapuestos o en episodios separados por elementos arquitectónicos (columnas o semicolumnas y pilastras
que sostienen arcos o entablamentos).
Es también, común incluir el retrato del difunto, individual o acompañado, introducido en círculo (imagen clipeata) o en una concha
(imagen avenerada).
Pinturas: La construcción de catacumbas y de grandes iglesias, permitió disponer de amplios muros (superficies) para el desarrollo de
programas iconográficos, centrándose en el ábside.
Las imágenes son manchas de color plano, de dibujo bien definido, sin perspectiva, ordenadas en composiciones simples, por
yuxtaposición e isocefalia porque el propósito de la imagen en el arte paleocristiano es la evocación de lo divino, no la belleza.
No persigue la representación en perspectiva, la corrección anatómica, la ambientación paisajística o arquitectónica de las escenas, la
belleza formal sino la transmisión de un mensaje, la comunicación de los contenidos de fe. Esta nueva orientación, que marcará el arte
medieval, lo que no significa la ausencia total de belleza, porque la herencia clásica grecorromana se mantiene en mayor o menor
grado. El alejamiento del arte cristiano respecto al clásico no se produjo por ignorancia o degeneración, sino por necesidad de hacer
patente lo invisible. En la medida en que disminuían los puntos de contacto entre la representación artística y la naturaleza material era
más fácil sugerir lo suprasensible.
Esta desmaterialización de la imagen se realizó a través de un lenguaje convencional, mediante la reducción de la naturaleza a
esquemas geométricos regulares y a movimientos estereotipados, la sustitución del espacio tridimensional por un único plano paralelo
al del espectador, la sustitución de las luces y las sombras por una iluminación constante y difusa.
Mosaicos: Los mosaicos paleocristianos siguen la técnica romana; están realizados con teselas, pequeñas piezas cúbicas de piedra o
cristal, de cerámica vidriada de intenso color. Por su decoración, destacan las basílicas romanas de Santa Constanza, Santa Prudencia y
Santa María la Mayor, y en Rávena, el mausoleo de Gala Placidia y el Baptisterio de los Ortodoxos.
Mosaico en Santa Constanza en Roma