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A diferencia de los arquitectos renacentistas, que, en búsqueda de renovar aquella arquitectura gótica, llegaron

a inventar un término, alegando que su obra marcaba un “renacimiento”, los arquitectos del siglo XVII no
debieron ser plenamente conscientes sobre la naturaleza del cambio que realizaban, ya que no acuñaron ningún
término.
Pero de nuevo, los propios humanistas del renacimiento, que habían acuñado el término “gótico” para llamar a
la arquitectura anterior peyorativamente, acuñaron el término baroque (barroco). Ideado por críticos franceses
del mediados XVIII, significaba una aberración a la arquitectura correcta, de igual manera que una perla se
deforma de su forma esférica (por el uso del óvalo), de modo que usaron el mismo término que los portugueses
usaban para llamar a las perlas mal formadas “barroco” (baroque en francés y barrueco en castellano).
UNA ARQUITECTURA PARA LOS SENTIDOS
Existen varias razones que justifican ese viaje a una mayor complejidad visual producido hacia el 1600:
1) Querer romper con aquellas reglas establecidas de orden y equilibrio absoluto del renacimiento.
2) El aspecto religioso:
Con el estímulo de la contrarreforma, la reacción a la Reforma empezada por Lutero. Tras el concilio
de Trento en 1545, la separación entre protestantes y la iglesia se hizo permanente. Los protestantes
rechazaban la veneración a los santos, el concilio reafirmo la práctica. Mientras que la iglesia apoyaba
el uso de música, escultura, pintura y la arquitectura como instrumentos de devoción religiosa, los
protestantes estaban en contra.
Fue así que el concilio fomentó el uso de la arquitectura y demás artes para el misticismo del culto.
IGLESIAS BARROCAS ROMANAS
Dentro de la iglesia, la compañía de Jesús (Jesuitas), fundada por Ignacio de Loyola (ca. 1491-1556), fueron
quienes sobresalieron en la lucha contra los herejes (protestantes). Aunque hubo otras órdenes, como los teatinos
(1524) o capuchinos (1535).

• Il Gesu de Vignola
En 1568, los jesuitas iniciaron la construcción del gran convento administrativo central e iglesia principal de la
orden, la iglesia del Gesu, situada en Roma y proyectada por Vignola.
Se trata de una gran iglesia inspirada claramente en la de San Andrea en Mantua, de Alberti. No obstante, la
iglesia fue diseñada siguiendo las instrucciones del mecenas, el cardenal Alejandro Farnesio, y el programa
impuesto por la orden, que quería una sola nave, por juzgarlo más apropiado para la predicación.
Así, la iglesia cuenta con espacio central abierto en forma de cruz, con
transepto de brazos cortos cubiertos con bóvedas de cañón, cúpula en el
crucero y rematada por un ábside semicircular. La nave, cubierta con
bóveda de cañón, esta rodeada de capillas laterales cuadradas. Por sus
características de claridad formal, la iglesia corresponde con el
tardorrenacimiento, solo la fachada, hecha por Giacomo della Porta en
1573, se ven esbozos de la complejidad que caracterizaría al barroco.
La fachada también deriva de Alberti, de su Santa Maria Novella en Florencia, solo
que aquí está moldeada mucho más plásticamente, con pareja de columnas adosadas
y dos frontones, curvo el exterior, triangular el interior. La tipología así dada inspiró
a muchas otras iglesias, en especial de los Jesuitas, pudiendo encontrar variaciones
en toda Europa.
Este modelo fue el ideal barroco en las reducciones del nuevo continente.
• Santi Vincenzo ed Anastasio (Santos Vicente y Anastasio)
Se puede apreciar el énfasis escultórico barroco, sobre todo en la fachada de la
iglesia, ubicada en Roma. Hecha entre 1646 y 1650 por el Arq. Martino Lunghi
el Joven para el cardenal Jules Mazarino de Francia. Constituye una variante del
modelo establecido por la iglesia del Gesu.
Aquí, sin embargo, las pilastras se han independizado de la fachada, y en el
centro de la misma, las dobles pilastras se convierten en triples columnas que
sostienen un triple frontón anidado una dentro de otra. Además, el frontón
curvilíneo exterior queda interrumpido en el centro por guirnaldas y figuras
escultóricas. De hecho, no hay superficie que no tenga elemento saliente o
alguna escultura.
UNA ARQUITECTURA DEL IMPACTO EMOCIONAL
El escultor y arquitecto Gianlorenzo Bernini (1598-1680) fue quien resumió con más claridad
el impacto del concilio de Trento, dando a las artes una función emocional.
En la capilla Cornaro de la iglesia de Santa Maria della Vittoria, Bernini pintó un fresco y
colocó su escultura, El éxtasis de Santa Teresa, que representa el éxtasis espiritual descrito en
su autobiografía, de manera que el espectador pueda captar esa experiencia a través de un
equivalente físico. Aquí la arquitectura se ha convertido en una parte integrante del arte total.
Entre 1672 y 1685, Giovanni Battista Gaulli completó la decoración del techo de la
iglesia del Gesu de Vignola. La bóveda de cañón de la planta se decoró con
molduras, que servían de marco a unos frescos ilusionistas de nubes y ángeles
subiendo al cielo. En algunos lados, las nubes se salían del marco, dificultando
distinguir entre la bóveda pintada y la ilusión de perspectiva.
Estos tipos de experiencia mística atrajo a los alemanes del sur, que permanecieron
leales a la iglesia y rechazaron a Lutero. En el altar de la iglesia de la Asunción,
del monasterio agustino de Rohr, los hermanos Asam representaron a la Virgen
ascendiendo desde un sepulcro abierto, rodeado de figuras que expresan grados de
sorpresa. La virgen “flota” gracias a unas barras de hierro que quedan ocultas al
observador. Aquí se lleva al límite las posibilidades que la tecnología de la época
permitía del impacto emocional de Bernini.
LA PLANTA CENTRAL MODIFICADA
1) Iglesias de Bernini
Aunque la iglesia del Gesu fue el modelo de iglesia católico romano del XVII, no desapareció la planta central.
La planta ovalada solía ser preferida para capillas e iglesias de ofrendas. Esta tendencia ya fue hecha por Vignola
en su Sant’Anna dei Palafrenieri, punto de partida para el Sant’Andrea del Quirinale de Bernini.
• Sant’Andrea del Quirinale (1658-1670)
El eje de circulación coincide con el eje corto de la
elipse, y no el largo, como era habitual. El altar
principal, que ocupa el extremo del eje corto, tiene
un nicho precedido por un pórtico sostenido por 2
pares de columnas corintias. Detrás del altar hay
una pintura del martirio de San Andrés, iluminada
por una fuente de luz oculta. El frontón está hundido
en su centro para guardar una figura de San Andrés.
La iglesia se cubre con una cúpula ovalada, decorada con ángeles de yeso.
• Iglesia de San Pedro
Concluyó la plaza de San Pedro. Antes de que Bernini recibiera el encargo, Carlo Maderna ya había prolongado
y cerrado la basílica (1605) y construido la fachada principal (1612).
Se precisaba de espacio para congregar a los que acudían a recibir
la bendición papal en pascua. El problema, los edificios del
palacio vaticano interferían, por lo que no se podía crear una
geometría simple. Solución, dividir la plaza en 2 partes: la
adyacente a la basílica hacerla trapezoidal y la más alejada, una
plaza ovalada, rodeada de columnatas y colocando fuentes en los
focos de la elipse. El centro geométrico de la elipse está ocupado
por un obelisco de la época del mismísimo circo de Nerón/Calígula y que había sido trasladado de los restos del
lugar por orden del papa Sixto V para hacer de decoración a la renovación de la basílica, aún en construcción.
2) Iglesias de Borromini
El principal rival de Bernini en Roma, Francesco Borromini (1599-1667). No logró el mismo éxito en vida que
Bernini, quien era muy conocido; quizá por los mecenas, Bernini tenía encargos de gente importante, como
Maffeo Barberini, que luego sería el papa Urbano VIII. Borromini tenía encargos de organizaciones pequeñas.
• San Carlo alle Quattro Fontane (1634-1667)
Comenzó a sobresalir con este proyecto en 1634 para la orden de los trinitarios, la iglesia y convento era
conocida también como San Carlino, por su diminuto tamaño.
El revolucionario enfoque en el proyecto consistió en basar la
composición, tanto en planta como de sección, en el módulo de un
triángulo equilátero, en lugar del tradicional diámetro de la columna,
hecha desde los griegos. Empezó el diseño con 2 triángulos equiláteros
con un lado común e inscriptos en una elipse. Con esta forma crea la
planta básica, sin embargo, la delimita con una columnata que sostiene
un sinuoso e interrumpido entablamento. Sobre el entablamento hay
un “nivel de transición” con 4 pechinas que forman el anillo elíptico
que recibe la cúpula ovalada, cuyo interior está adornado con un
artesonado. En el ápice de la cúpula hay una linterna, cuya parte
superior tiene una paloma, símbolo del espíritu santo.

Entre 1666-1667
empezó la fachada. El
resultado es una fachada
sinuosa como las olas
del mar y una de las 1ras
fachadas onduladas del
barroco. Aunque alejada
de lo clásico, la iglesia
se hizo solicitada entre
los visitantes de Roma.
• Capilla de Sant’Ivo alla Sapienza (1642-1660)
Fue una adición a la vieja universidad de
Roma, al fondo del alargado patio. También
la planta se basa en triángulos equiláteros,
pero ahora formando una estrella de 6
puntas en torno a un hexágono. Los lados de
1 triángulo terminan en ábside semicircular,
mientras que el otro, en nichos convexos. El
entablamento que apoya sobre pilastras
corintias recorre las formas, a la par que la
unifica. De este arranca la cúpula que
reproduce la forma de la planta y que acaba
en una linterna de paredes cóncavas con columnas pareadas. Esta es rematada por un pináculo en espiral.
LA ESCALA BARROCA
Otro de los atributos de la arquitectura barroca, en comparación con la del renacimiento, es su salto de escala.
Los edificios barrocos son tan grandes y complejos que no es posible apreciarlos con una simple ojeada, en total
contraste con el edificio renacentista, que se puede abarcar a primera vista y percibir fácilmente la relación entre
sus componentes, por ejemplo, Santa Maria delle Carceri (iglesia renacentista).
Este aumento de complejidad y escala fueron las 1ros rasgos del espíritu barroco, quedando bien enunciado en
el plan del papa Sixto V (1585-1590) para la transformación urbana de Roma. Esta reorganización general hay
que entenderla como otra respuesta de la Contrarreforma, fue un esfuerzo por fomentar las visitas de los
peregrinos a los lugares santos de Roma, relacionados a los 1ros años del cristianismo.
Cuando los 1ros cristianos construyeron iglesias en
Roma, tuvieron que hacerlo en donde hubiese lugar, es
decir, fuera de la ciudad, así las grandes basílicas: San
Lorenzo extramuros, Santa Croce, San Juan de Letrán
y San Pedro rodeaban los muros de la antigua
metrópolis romana, zonas muy abandonada durante la
edad media.
La entrada principal a la ciudad, la Porta del Popol,
daba paso a la Piazza del Popolo, desde allí, llegar a las
antiguas basílicas era difícil pues se debía atravesar
ruinas de la antigua ciudad. Así, Sixto V quiso poner
orden al caos. Concibió un esquema general, pero lo
encomendó a su Arq. e Ing. Domenico Fontana. Entre
ambos hicieron una nueva calle, Strada Felice (nombre
de pila de Sixto V), hoy Strada Sixtina, unía en línea
recta con Santa María Maggiore y de esta a Santa
Croce. En el cruce de Strada Felice con la existente
Strada Pia se creó San Carlino. Al este trazó una calle
que iba de Strada Felice a San Lorenzo extramuros. De
la plaza de Santa Maria Maggiore, núcleo del plan
urbanístico, trazó una nueva calle (vía Paniserna) hasta
el Campidoglio de Miguel Ángel. Además de las
calles, construyó un acueducto, Aqua Felice, que era la
1ra vía de agua potable a la ciudad desde tiempos romanos y ésta se vertía en una fuente publica de Strada Pia.
Los nodos del plan urbanístico eran las basílicas, frente a cada una de estas se abrió una plaza. Para enfatizarlas,
encargó a Fontana trasladar varios obeliscos que estaban dispersos entre las ruinas de la ciudad antigua.
BARROCO FRANCÉS
La escala de Versalles, originalmente un pabellón de caza, se
expandió tanto entre 1661 hasta la revolución francesa, en
1789, que competía con la escala de la ciudad de Roma misma.
La población de Versalles era: 20.000 nobles (5.000 vivían
dentro del palacio), 14.000 entre militares y sirvientes, la
población del pueblo, 30.000. En total eran 64.000 entre el
palacio y el pueblo de Versalles. Luis XIV se instaló de París
a su palacio ca. 1678-1688. El palacio medía 381m y todo el
conjunto, incluyendo el parque y el pueblo, ocupada una
superficie mayor a 4,2x2,9km.
Arq. Jules Hardouni-Mansart: Realizó la 2da gran fase de expansión de 1678-1688.
Paisajusta Andre Le Notre: Amplió los jardines a escala urbana.
ARQUITECTURA ROCOCÓ. EL FIN DEL BARROCO
Es aquella que surgió y se desarrolló durante el siglo XVIII en París. El término se acuño peyorativamente por
los neoclasicistas del 1790. Deriva del término francés rocaille (rocalla), un tipo de ornamentación de jardines
del XVIII que se basó en la imitación de elementos naturales como rosas, caracolas, etc.
En tiempos de Luis XIV, cuando todos los miembros de la corte debían residir en Versalles, muchos de ellos
debieron adaptarse a vivir en los estrechos espacios del palacio, o en el 1er alojamiento que encontrasen en el
pueblo. Nada más morir Luis XIV en 1715, los nobles se trasladaron a París, donde erigieron sus casas
particulares o palacetes, hôtels, de uno o dos pisos, en parcelas generalmente irregulares de las afueras de la
ciudad. Los ejes de estas casas debían adaptarse a las irregularidades de las parcelas.
Un ejemplo de esta recuperada libertad es el hotel de Matignon,
por Jean Courtonne en 1722-1724. Estas mansiones se
construían muy pegadas al terreno, con las habitaciones
principales en planta baja y abiertas al jardín mediante “puertas
vidrieras francesas”, es decir, puertas dobles, acristaladas en su
mayor parte, que dan a un balcón, terraza o jardín. Las paredes
no ocupadas por puertas o ventanas, se revestían de espejos, para
crear un ambiente de claridad y domesticidad despegado del
sentido de masa y estructura tan cargado del barroco del palacio.
Las habitaciones eran pintadas en tonos claros o pasteles,
amenizada con su decoración rocalla. Con adornos dorados en forma de arabescos.
La nueva decoración del rococó venía de formas naturales, como caracolas, flores y algas marinas,
particularmente si tenían la forma curva de doble s (por eso luego se lo llamó rocalla).
Mientras que la arquitectura barroca dio sus 1ros pasos en Roma para expresar los misterios religiosos, el rococó
se desarrolló en París como un estilo absolutamente secular.
LA ESCULTURA BARROCA
Se caracteriza por:
1. El dinamismo de las figuras
2. Enorme expresividad, llegando a ser excesiva, teatral.
3. Se hace para un lugar determinado, considerando la luz y altura. Cambiándola de lugar, los efectos que
se quieren conseguir desaparecen.
4. Está subordinada a la arquitectura, pero hace un conjunto con ella.
5. Tienen distintos puntos de vista, que dan diferentes visiones de lo que quiere expresar.
6. Tiene por temas religiosos: Martirios, éxtasis, apoteosis de santos, inmaculada concepción, alegorías.
Otros temas: mitológicos, exaltación del individuo, alegóricas.

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