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------~~~~cicl_op em a -·-·-----.
CAP1TULO 3.
y Comunicación LA PARTICIPANTE
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lj

LA ETNOGRAFÍA

MÉTO,DO) /-tMPO y "Poco desppés, ele habenne instalado er1 Omara-


.REFLEXIVIDA.D kana empe~~é a tomar parte, de alguna manera, en
la vida del]poblado, a esperar co.n impaciencia los
a:comecirnir.nt~s importantes o las festivi.dades, a
tomam1e (D,terés personal por los chismes y por el
desenvol~!'111iento de los pequefi.os
pueble1in9s; c'ada·rnai"ianá al despextar, el dia' se
Rosana Guber me pres·e~Jaba más o menos como paraun in-
dígena .[.. ;~1 L~s peleas, las bromas, las escenas ·
";;í¡:'· i .

familiares;Jlos 'sucesos enge1Jeral Lrtviales y a· ve-..


fililliP s~. 3 t 4:11'5: ces dramáticos, pero siempre significativos, for-:-
maban " .de la atmósfera de mi vida diaria .

tanto cor~e de la suya [..) Más avanzado el cfaa,


. cualquier¡;cos~ qt,1e sucediése me cogía cerca y no
había ni1~gurih posibilidad de que ~ada
a mi ateL1~iórr." (Mahnowskí [1922] 1986:25) ·.

Compar;~o c;.on los procedimientos de otras cíen-


. cias socialesJ!~l trabajo de campo etnográfico se carac-
Grupo· Edítmial Non.na
Leriza por s~lfalt.a de sistematicid~d. Sin embargo, esta
·1.,

lifü~ I6, r/2' supuesta car~nda exhibe una lógíca propia que adquirió
1 identidad cor:mo técnica de. obtención de info;rmació1~:
¡-------·-·
"-''-' •.ni..t"'!;;:o. Ví...J.!Jl.;.!\
( · La etnograÍía. Método, campo y reílexiví<lad

la pa.rticipanl observ.atíon, Traducida .al castellano como f:· "observación" y "participación''. Más que acertar con una
"observ:ación participante"', cons¡ste :precisameme en la identidad novedosa de la observación participante, el
de 'laS atLívidades que comprende: inte- resultado de esta
war _un equipo de fútbol, residir con la población,' tomJr cipante en las dos alternativas
mate y conversar, hacer las 'compr;s, bailar, cocinar, objetividad positivista y la subjetividad naturalista
ser de burla, confidencia, declaraciones amorosas (Holy 1_984).
y agresiones, asistir a una clase en la escuela o a una
rigor, su a. Observar versus ,_varticiJJat
,_
es, rnás que un déficit, su cualidad distintiva.· Veamos
1.a observación participante consiste en dos activida-
por qué.
des principales: observar sistemática y
todo lo que acontece en torno del
L Los dos factores de ecuación par en una ·o varias actividades de la
Tradicionalmente, el objetivo de la observación par- de "partícipar" en el sentido de "desempeñarse corno Io
ticipante ha sido detectar las sítuaciones en que se ex- hacen los nativos"; de aprender a realizar ciertas activida-
presan y generan ios universos culturales y sociales en des y a comportarse como uno más. La "participación"
·¡
1
su compleja articulación y variedad. La aplicacióti de pone d énfasis en la experiencia vi.vida por el investi-
esta técniCa, o mejor dicho,. conceptualizar actividades gador apuntando su objetivo a "estar adentro", de la so-
tan disfmi.les como "una técnica" para obtener infor- ciedad estudiada. En el polo contrario, la observación
que la presencia Cla 1percepción y expe- ubicaría al investigador fuera de la sociedad, para reali-
riencia dtrectas) ante los hechos de ia vida cotidia11a dé" zar su descripción con un registro detallado de cuanto ve
la población .garantiza la confiabilidad de los· d:itos re- y escucha. 1.a representación ideal de la observación e.s
cogidos y el aprendíiaje de 1os semiclos que subyacen tomar notas8 de una obra de teatro como mero espec-
a dichas actividades. 7 La experiencia y _la testificación tador. Desde e1 ángulo de la observación, entonces,
son ent:oncef "la" fuente de conoéimient~.dd etnógrafo: investigador está siempre alerta pues, incluso aunque
é1 está allí. Sir embargo, y a medida que o'tras técnicas en participe) lo hace con el fin de observar y registrar los
ciencias soci<tles se fueron formalizando, los etnógrafos distintos momentos y eventos de 1a vida social.
· eriLaron si$tematizarla, escudrit1.a~1do 1as particulari-
en cada uno de sus dos términos¡
8 "Observar" y "tomar notas" se
1
Sin embargo, cabe recordar que en la
cabt>. la observación participante., el
registro para después. Esto le
y aun en situaciones
como técnica se. üsocia a la Escuela de. Chic<1go. sentidos cuando apela a sus recuerdos.

56 "i7

'.de.be. ser recogido por d investigador mediante la


·observación y otras operaciones la percepción. La ob-
servación directa tendería a evitar las distÓrsion.es co- "
mo el científico en su
·Por eso, desde el el etnógrafo prefiere· ob-
servar a sus infom1antes en sus contextos naturaies, oe-
. k

ro no para fundirse con ellos. Precisamente, la


preferida por el es la observacíón ·
(Holy 1984) mientras,que la participación
obstáculos a la objetividad, en peligro la desim-
plicación debido al e~cesivo acercamiento personal a
l.os informantes, que s~ justifica sólo cuando los suje-
tos lo demandan o cu~ndo garnntíza el registro de de-
es preciso· terminados campos di la vida social que, como rr1ero
de estas
,.... d.iferen-
,
observador, serían ina~ce.sib1es (Fankenberg 1982).
entre los Desde esta posturi,. el investigador debe
ser tan e..-xterna como y adoptar el rol de opservador, y sólo en
al esce.nari~ ysus pro·-
. . ._;..

lancia comportarse corno un


caso se . juega en.,-Ja articula- asumiendo 1a observació~ como la técnica
y participación es, por un lado, y la participación coq}o ~'n "mal necesario". En las in-
real del i.nvesügador de observar y/o vestigaciones amrop9lógi.cas tradicionales, la partici-
no depende: sólo de su pación llevnda a un aJto en la corresideI!d.a, era-
epistemo- "' a las distancias 1 del lugar de re-:
que hace.· Detengá- Pero esta razón de fuerza

recta era posible.


social élesd.e: una
garantí.za.ria teorías hipotéticas l ··--
del objeto e' !O xr·'
.:itg -~ .O l y L 9R4
. iL\. (H
1 1
.u ; .

'-''· ,,. ;

58
I·,• 59
U\ emograna. Método, campo y reLlC.XiY1GaG
j
de la Y, por lo
dón eLnográfica: conocer como
trismo, de J,¡
4 y en virtud M

de su apariencia física, en los marcos tan


l
!
los actores. El único medio para acce- significan sus mundos !
c.sos significados que los sttjetos negocian e inter- gl'tedad implícita en el ~

es la la !
'J
en carne esos sentidos, como sucede en la socía- ~
y si. un juego se aprende
Por eso la participación es la
non de1 conocimiento sociocul
1i
,,~
son la experiencia directa, los órganos 'l
sensoriales y la afectividad c;ue, lejos de ernpaf\.a:r, acer- !
~
can al objeto de estudio. El i1.westigador proceck·enton-
ces a la su~jetiva pues sólo comprende desde
Una mirada reflexiva de la
participante
¡
adentro. Por eso desde esta perspectiva, el nombre de ¡
El va1or de la observación no reside en
técnica como obser-
poner al investigador ante los actores, ya que rntre uno
vante" (Becker & Geer 1982, Tonkin 1984).
y otros siempre está la teoria y el sentido común. (social y
cultural) del investigador. ¿O acaso
d. versus s:·paración
comerciantes no frecuentaban a los sin por eso
En ;.:: parecen discutir no tan-
deshacerse de sus precónceptos7 La directa
to la formai entre las dos es, indudablemente, una valfosa
_de esta "técnica", observación y párticipación, sino la re-
miento social porque evita algunas
lación deseable ent.re investigador y st~íetos ele estudio 1nconti:olado sentido común de terceros- ofreciendo a
cada actividad supone: la . separaci.ón de (obser-
.. un observador crítico 1o real eri toda su Es
, y invo1ucramiento con (rrnrLicioación) los
inevitable que. el investigador se corw.1cle con el muri..,
(Tonkin 1984).
do empílico a de . ·de la.percepción y.de

60 61
.,.,_
ROSAN A La y

y ·parte de los
í Pero ve¡:m10s el

y a los transeúntes. Luego el


se aproxima y las observa negociar con algunos indivi-
duos. Más tarde se acerca a ellas e indaga de
varios productos; las vendedoras responden
mente y eI investígador compra un kilo de
l.os .dos escena se renite día tras día. El investigador
L e
es, para
,
y paruopac1on, pue- "las bolivianas", corh.prad.or más que añade a
perder su productiva preguntas acostu.rnbradas i: :; precios otras
· conciernen direc~ament.e a la mmsacdón:
y partidpR.r radica en el me:ntarios sobre 1ps nir1os, el lugar de origen y
entabla de cambio del peso argentino y boliviano. Las
involucra• entablan con él breves conversaciones que
pondo: a 1a intencíón de preservarlo como diente. Este
rol de conversador" ha sido el canal de acceso
qued

a pre.güntarse a .
ínvestígador debe ahora explicitar sus motivos si
quiere encontrarse con una negativa rotunda.
no lo sepa, estas m1-~je.res ingresado a la
l'.U::>t\NA \JU!H:K
Ln etnogr2fra. Método, campo y

Si comparamos la observación del investigador des.: 'en la conducta de los informantes, y


. de con su poste1ior particip0ción en la transacción
··la del investigador. Así, para delectar
el b
set el caso, Ia obscrvac1ón se
racdón con 10s mrormame.s y
investigador dentro del radio visual de las
al encuentro. Estos sentidos, al
aunque aquél se límite a mirarlas estará
irán aclarando a lo largo del trabajo de campo
con ellas un campo de
alguna reacción que, en este caso, puede
Participación: las dos puntas de
ser eÍ temor o la sospecha. El investigador empieza a ·
reflexividad
y se convie~te en un "comprador conversador".
Pero. luego de.ja de comprar y entonces las vendedoras Los antropólogos no se
Je a· su actitud el sentido de amenaza. Estos su~ tas sobre la mitología o a observar a
o' .
puestos y expectativas se revierten en el investigador,
la renuencia y'se siente obligado a las
la razón de su presencia y de sus preguntas; se presen- por tomar
ta o como estudiante universitario, b'llarda una va de
de costumbres populares, etc. las propias pautas culturales, hasta
tiene ser observ.ador y ser partíci- al de sus
En este ejemplo, el pautas y conductas de éstos. ·
a presentarse sólo cuando se dispuso a Las dos opciones, sobre
mantener una cotidiana. Incluso antes el .inves- son más habituales al cornenzar el
. De ello El hace lo que sabe, y
V
ante ~ sus
pueda ser. o prescin- (como el cle
' '

de la reptesentación del obser- Segurarhenle incunirá en errores de V


./

mosca en la pared", su observación transgresiones a la local, pero el rnorne:nLo


obrmán éste es el único mapa cot1
incorporando otras

-"A.
l\.i..,).)l"\1."i.r\ U UL>}..t'\.
;_,o. L\.l.lVf/'{;.l..l!J;.~. j..'L'--''1.V~,-·, .................. ¡... - ) .. - .... -~ .. M. --·~·

que destacaba la ín- · esfuerzo puede corno e.l


re.ladón ent.re la observación y b. participación, 'gador de apropiarse de los códigos locales, de modo
que el. de "estar allí" lo involucraba en ·llUe las p'n'ktkas y nociones de 1os pobladores se vuelvan
actividades en un ritmo de vida significativo más comprensibles facilitando lí3. comunicación (Adler &1:
orden sociocultural indfge.na. se fue Adlerl987). Estando en un poblado de Chiapas, Méxi-
imegrn.nclo, gradualmente:, al éjercido lo más pleno · co, Esther Hermitte cuenta que
para un C)lropeo del siglo XX, de
y o la rnd"' poco¡¡¡ a lJlnolªl ~n ~ona 't'ro~
mundo social, según una re·· pical fui víctima de picaduras de mosquitos en
de la propia. Esto no hubiera sido las piernas. Ello provocó una gran infla1~ación en
no hubiera valorado cada hecho la zona afectada -desde las rodillas h~ta los to-
objeto de registro y de análisis, aun billos-'."'. Caminando por la aldea me;encontré
de reconocer su sentido en la inte- con una pinolteca que después de s~ludarrne ·
me preguntó qué me pasaba y sin darme tiem~
de una parlicipación en t1~nninos po a que l~ contestar;,i ofreció un diagnóstico.
en ténninos nativos. Según el. concepto de enfermedad en Pi.no1a,
Además de y vanamente angustiante, la , hay ciertas erupcione:.s que se atribuyen a una
"panicipadón correcta" (es decir cumpliendo con l.as incapacidad de 1a sangre para absorber la ver~
normas y valores locales) no es ni la úníca ni la más güenza sufrida en una situación pública. Esa ·
deseabl.e en un porque la trnnsgresfon enferrnedad se conoce como "disípda' (lzesh1ai en
(que llamamos "errores" o "traspiés") es para el investiga~, lengua nativa). La mujer me e:;qJlicó que mi.pre-
clor y para el.· un medio adecuado de probre: se1~s:ia en una fiesta la noche
anterior era segura-
la conducta social y evaluar m~i1te ·c;usa Je que yo me hubíer~ avergonzado
de los nativos. y me aconsejó q\1e me sometiera a una curación,
la que se lleva a. c"ubo 1: l se
la boca de aguarc,Hente y sopl2 con fuerza arro-
una fina lluvia .del líquido en las partes
afecLadas y en ot~;s consideradas vitales, tales co-
distancia e involucrar- mo la cabeza, la•;1urn, las muüecas y el pecho.
Yo acaté el consejo y despué5 de vari.as 'sopladas'
a una lógica que no le nK retiré. del lug~.tr. Pero eso se supo y pennitió •
es prop.ia, Desde la perspectiva de los informa.mes, ese en adelante un diálogo con los informantes de. •
·l

íl
~I

tono distinto a los que habían precedido a m1 cu~ y y sus co- ~l


ración. El haber permitido que me curaran de mo vergüenza, disipela, enfermedad. ·~·
~
· una enfermedad que es muy común en la Jldea ; · Pero la participación no si.em.pre abre las. puertas. ·t·,
¡!
~
¡
creó un vínculo afectivo y se tarde acompañé a Grade.la y a su marido Pedro, !
l coc·?Usac10nes
. ' " 'f
ma el e proiongaaas
1
habitantes de una villa miseria, a la casa ¡¡

1985: 10-1). . una l1Tl~jer mayor que vivía en d 11

quien Graciela trabajaba por las la


La etnógrafa relata aquí lo sena un limpieza y algunos mandados. La breve visita tenia por
exitoso" manifiesto en su esfuerzo por integrarse a una objeto buscar un que .
lógica nativa que delivó en una m(lyor consideración Mientras Pedro lo desarmaba en piezas transportables,
hacia su persona. Este punto asume mía importancia Graciela y yo manteníamos una conversación "casual"
cfiKial cuando el investigador y los inforh1antes ocupan con la dueña de casa. Recuerdo este pasaje: ~::.::::-,:¿,,~~:::;

en una estructura Pero en


. de la reflexividad de campo, es habitual que e'n: "Ei, oi:ro
• d'ia vm.o
. a donnir
.
etnógrafos relatan una c .periencia
. que se transfon11ó pero ya cuando nos acostamos empezó
en el punto de íníle:xión de su relación con los infor- quiero ir a lo de mamá, que quiero ír
mantes (Geertz 1973). La experiencia de campo suele mamá; primero se quería quedar, y que
relatarse como un conjunto de casualidades que, sfo me qui.ero fr. Entonces yo le dije: bueno, ~tábien,
embargo, respeta un hilo argumental. Ese hilo es prec.i- andate, vos andate, pero te vas sola, ¿eh? te!vas por
same.nte la capacidad del investigndor de aprovechar la ahí, .por el medio de la villa, donde están todos .

ocasión para desplegar su participación en términqs esos negros borrachos, vas a ver lo que te pasa... "
nalivos. Lo relevante de la disipela de Hermitte no íue. · G: "Hmmmm."
su padecimiento por la inílamación .sino que ella ac€pta- Yo: "Una cara funesta te¡,núnanlemente
' I·
rn interpretarla en el marco de sentido local de la.salud en d manual del 'buen' trabajador de campo"'.
y' la enfermedad. Aunque no. hubiera previsto que iba Apenas salimos de la casa le a Gracieh
por mosquitos, que se le inlhmar/an las por·qué no le habla replicado su prejuicio y me
y que encontraría a una pinoiteca lornaz que contestó: "Y hsyque entenderlos, son gen-
1 '
le ofrecería un diagnósticoy un traUJmiento, Hermitte te mayor, gente ae antes ... ".
mantenía una actitud que permitía· que sus. informantes i'
¡;
y explicaran qué había sticedido en su cuer- Mi ímerrogantc era por qué Gracíela no ha-
de ellos una solu~ión. Esta "parti~ipa~ bía defendido la dignidad ,de sus vecinos y sí
en un aprendizaje de prácticas·curativas respondiendo, como suele hacerse, que Ía Qcnle habla

r..:n
69
ROSANA GUBER " -· -----o··.
¡:-

pero no ele quienes come.ten f secundalios. Más aún: Gracíela obtenía lo que necesitaba
o mayores ("el villero está 'en pedo', el ri-. e,. no sólo concediendo o tolerando los prejuicios de
co esrn füegre ; el poare
. , ,) 1 "1 . " 1
se mama con vmo, .
e,1 neo
'
con quita, porque ocultaba su domicilio·en layjlla para poder
, etc.). La concesión de Grnciela me sorprendió trabajar. Chiquita terifa una "villera" de "la villa d.e al
mi sentido de la humana v lado" trabajando en su propia casa y no lo sabia o fin~
/

prejuicios contra residentes gía no saberlo. A partir de aquí comencé a observar


vwas m1sena, Entonces 1 (des)califiqué a Chiquita las re.acciones de otros habilantes de la villa ante es-
con:10 una mujer prejuidosa y desinformada. De.sde esta tas actitudes y descubrí que en contextos de
distancia entre mi perspectiva y la de Chiquita y Grade~ e insuperable. asimenia los estigmatizados guardaban
bajo apariencia de una tácita complicidad, pa- sílendo y, de ser posible, ocultaban su identidad; s:i en
sé a indagar d sentido de la actitud de Graciela; pero la situación no había de.masia,do en juego·, entonces la
sólo pu.de hac¿rlo cuzindo puse en foco "mi sentido reacción podía ser contestataria: Enlre otras ensef1an-
carmín" epistemocéntrico y mis propios intereses de zas rescataba nuevamente la importancia del trabajo
i:nve..st.igación. : de campo .para vi.sual.ízar las diferencbs entre lo que la
Yo había p1nícipado acompafi.ando a Graciela y a ¡: gente hace y dice que hace, ·pues :11 éste y en ótrns ca-
Pedro en 1.má v·isita y también en la conversación, i: sos· los residentes de la vill.a ap::.r;e.c;fan ellos. mi.:;rnos
(i
rnenos con mi:r,eslo. Pero lo había hecho en términos ¡\¡¡ convalidando imágenes para ellos injustas y negativas.
adecuados para sectores medíos univer-
il
¡¡ Que yo hubiera participado no en los términos lo-'
!I

los vecinos de nn barrio colindame a cales sino en los míos propios hubiera sido criticable, si
la viHa, hahit<tdo por una vieja población de obreros .¡ no hubiera aprendido las clífe:rencias entre d sentido y
¡:.

comerciantes, amas de casa y .H uso del prejuicio para los vednos del barrio:r para
preciaban de ser dueúos de sus vivien- habitantes de la villa, y para mí misma. Hu.elga decir
que en éste con10 ,,
en tantos otros casos
1 .
relatados por
los etnógrafos, b(re:~cción visceral es difícil de contra.lar
t>¡"
"-~l
ne,gras" provincianos.
parecí.a encajar en las i 987). Por eso, es difí~il de con.-
a 1os pobladores conviene no renunciar a sus enseñanzas .
< ' • '

Grac:iela me tra11.smiti.ó los con'lenta- En las tres instancias que hemos visto, la más pres~
rios negativos de de
·mi mueca desagrado: cindente del observador de las bolivianas, la cl,lr~dó1'!,
"¿Y a eli.a qué le;~~-~~,-· Si no es de ahL [de la · 11 · rn de Hennitte, y mi gesto de asco, la observacion
Graci.ela seguía asintiendo; entendí después que allí esta- pante produjo elatos en la interacción mísma, op~~·
ban en juego un z1nnario, un empleo y otros beneficios rancio a la vez como un canal y un p~oceso por el C::11lf.l.
.....
71
i'-OSANA GUBER L.ct t:U.1Ut;íéiiid. lYlt:LUU.U} L.d.lll}JU J l.t...li.L.('\..tvn..u .........

i!l

ensaya la reciprocidad de sentidos con genero, la edad o la apariencia; el mimetismo aquí no ·-1 #
l Ji
~
Veremos a continuación que 1a "partící- es posible. Otro ínconvehiente de la parti.dpación; p1ena J
~
orra cosa que una instancia de :reside en.que · -~ · :I

a l.os sttjetos donde se juega ésa recípro-


..
:~1

'll
::¡~
. ciclad. Es desde esta reciprocidad que se dfrime aué se ~
i~

observa y en qué se participa. 11


:~


~
IV. La participación fJ
(Linhart 1979). ~11 *!l
El acto de participar cubre un amplio espectro que
Los roles de participante. observador y obs¿rvador \i
va desde "estar allí" como un testigo mudo de los hechos, rr
• u
participante son combinaciones sutiles de observa- \¡
hasta integrar una o varias actividades de distinta mag- 1/
.1\!t
.dón y participación. El "participante observador" se ,l·'""~-.,._~,c·~=.:i;::::i.

y con -distintos grados de involucramiento. En sus ~¡¡1


desempeü.a en uno o varios roles locales, explicitando
rno<lahdades la parLicipación in:1phca grados ~
el objetivo de su investigación. El observador pattid-
ele desempeño de los roles locales. Desdejunker.(1960)_ j
pante hace centro· e.n su carácter observador externo, '·¡
en adelante suele presentarse i.m contíni10 desde la pura
tomando parte de actividades ocasiomdes o que sea 1
observación has.ta la pmticipación pleha. Esta tipificación ¡
puede ser útil si tenemos presenté qu~ hasta la obser- · · inrnosible eludir.
l

El contexto puede habilitar al investigador a adoptar


vación pura, demanda algunJ tr:dprocidad de sentidos
roles que lo ubiquen como observador como en
con -los observados. 1
el registro de clases en una escuela. Pero su prese.ncía
A veces es ünposible estudiar a un grupo sin ser r 1 · ,· " · · , ·
arecta e comportam1ento ne ta cla..se -ammnos y mae.s-'
· parte de.él, ya sea por su ekvada susceptibilidad, por- 1
tro-; por e.so, el observador puro es más un tipo ideal ¡
que desempeña activídades ilegales o po1~que controla
saberes esotéricos. Si el imrestigador no füera aceptado oue una conducta practicabie~
l. ..... ' i

sús propósitos, quizás deba optar por "mi- Estos cuatro tipos ideales deben tomarse como po-
metizarse". Adoptará entonces el ro 1 de parlicipante sibilidades hipotéticas que en los. hechos, el investi-
1

(Gold, en Rurgess 1982), dando prioridad casi gador asume o se le imponen conjunta o sucesiva-
a la ínformadón que proviene ele su mente, a lo 1argo de. su trabajo. Si
vemos, no "interfiere" 1nenos ~n el
· sión. Si bien este rol tiene la ventaja ele 1ograr material
de otro modo sería inaccesible, ser paiticípante tídpadón, es claro que cada una de
resulta inviable cuando el o los roles válidos pa- no difiere de las de.más por los
o grupo social son incompatibles, por entre el investigador y el re,fere:nte smo por
, con cienos atributos del investigador como el una relación particular y cambiante entre el rol del

73
o 4· "'
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EL ARTE DE LA ~'NO DlRE D" ~
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·~
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El sentido de la vida social se expresa partkulannen-
1'1.
te a través de díscursos que emergen constantem.ente en ~
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la vida diaria, de manera informal por corrientaríos,


anécdotas, de trato y conversadones'. ·Los l j
sociales han
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de los hechos, a· y emociones,
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a 1as normas o
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de a'é:ción,' y a los valores o 1 il
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